Ninguna época es buena para celebrar la muerte de un ser querido, pero, puestos a elegir, estas fechas de Navidad serían las últimas que elegiríamos.
La Navidad es fiesta de encuentros familiares y no de despedidas tristes. Pero la muerte no entiende de fechas y, por eso, nos hemos reunido para dar nuestro adiós de este mundo a N., después de X años de vida.
Como cristianos, su muerte no la podemos considerar como un fracaso, sino como una meta conseguida, como entrada en la vida definitiva, como misión cumplida.
Aunque pueda parecernos extraño, éste es el mensaje de la Navidad cristiana. La fiesta de Navidad nos invita a mirar a un Niño recién nacido, que es lo más opuesto a la muerte que puede haber y, sin embargo, no podemos olvidar que este Niño es para nosotros el que nos ha salvado a través de su Muerte y, Resurrección.
La cueva de Belén y el sepulcro de Jerusalén nos están hablando de dos cunas que acogen el Cuerpo de Cristo en dos diferentes nacimientos: en Belén es nacer para morir y, en el sepulcro, resucitar para vivir sin fin.
El día de Navidad veíamos a los pastores acercarse al pesebre a adorar a aquel Niño y hoy hemos escuchado el relato del mismo Juan, acercándose al sepulcro vacío y dar testimonio de ello. " Lo que hemos visto, oído y tocado con nuestras manos os lo anunciamos, para que vuestra alegría sea completa ".
Nacer y morir son dos grandes experiencias humanas. El nacer es fundamentalmente idéntico para todos, pero el morir puede ser esencialmente distinto, dependiendo de la fe o no fe del que muere.
Es lo que querernos agradecer a toda esa cadena de testigos que han gastado su vida por nosotros. N. se ha ido de vuestro lado, pero sin duda son muchos los recuerdos, los consejos y los ejemplos que os deja.
Es el momento de dar gracias a Dios por su vida y es también el momento de poner en práctica sus aspiraciones más nobles para que no mueran.
Siempre estaremos en deuda con nuestros familiares difuntos, porque siempre tendremos que agradecerles el amor que nos han dado, los trabajos que han realizado por nosotros y el ambiente que construyeron para que nuestra alegría fuera completa.
Ojalá nos convirtamos en testigos de esperanza en medio de este mundo tan herido de esperanza.
La esposa y los hijos de N. quieren agradeceros a todos vuestras muestras de cariño, pero muy especialmente a sus amigos, porque habéis sabido estar cerca de él ( ella) y ser un buen apoyo en medio de su enfermedad.