Cuando un sentimiento monopoliza la vida afectiva de una persona en un determinado momento y le impulsa con gran fuerza a actuar de una determinada manera, ese sentimiento se convierte en una pasi?n. Por eso, cuando los sentimientos amorosos son muy intensos y dominan a una persona, se habla m?s bien de pasiones amorosas. Lo mismo ocurre con la envidia, el odio, la desesperanza o la agresividad: pueden ser un sentimiento o una pasi?n, seg?n la intensidad y el efecto que produzcan en la persona.
Por su parte, los deseos est?n antes y despu?s de los sentimientos. Los deseos engendran sentimientos, pero tambi?n pueden ser engendrados por ellos. Por ejemplo, un deseo frustrado puede provocar un sentimiento de furia, y ese sentimiento engendrar despu?s a su vez un deseo de venganza.
Por otra parte, los deseos reciben energ?a de los sentimientos que les acompa?an. A su vez, no es lo mismo tener deseos que proyectos, puesto que puedo sentir deseos de cosas que nunca proyectar? realizar. Todo proyecto suele ser consecuencia de un deseo, pero no todos los deseos llegan a concretarse en proyectos. A veces incluso es dif?cil saber qu? deseos hay detr?s de un determinado proyecto personal, igual que a veces es dif?cil saber por qu? nos gusta lo que nos gusta, o por qu? nos disgusta lo que nos disgusta.
Entre el sentimiento y la conducta hay un paso importante. Por ejemplo, puedo sentir miedo y actuar valientemente. O sentir odio y perdonar. O estar agitado interiormente y actuar con calma.
?Pero esa decisi?n se produce en parte en ese momento concreto y en parte antes, pues depende de c?mo somos, de nuestro car?cter.
Se decide en parte entonces y en parte a lo largo de todo ese proceso previo de educaci?n y autoeducaci?n. A lo largo de la vida se va creando un estilo de sentir, y tambi?n un estilo de actuar.
Por ejemplo, una persona miedosa siente miedo porque se ha acostumbrado a reaccionar cediendo al miedo que espont?neamente le producen determinados est?mulos, y esto ha creado en ?l un h?bito m?s o menos permanente. Ese h?bito le lleva a tener un estilo miedoso de responder afectivamente a esas situaciones, hasta acabar constituy?ndose en un rasgo de su car?cter.
De la misma manera, la compasi?n, la dureza de coraz?n, la seguridad o la inseguridad, el tono vital optimista o pesimista, la curiosidad inquieta o la indolencia, la agresividad o la tolerancia, son tambi?n estilos sentimentales que se van configurando.
Los estilos de sentir y de actuar est?n ?ntimamente relacionados, pues siempre hay sentimientos y deseos que preceden, acompa?an y prosiguen a cada acci?n. Hay personas incapaces de dominar un deseo, y otras, por el contrario, incapaces de desear nada. Es preciso encontrar un equilibrio, porque ambos extremos generan estados sentimentales y comportamientos muy problem?ticos.
??Y c?mo piensas que puede lograrse ese equilibrio?
Trabajando a partir de lo que somos ahora mismo. No podemos cambiar nuestra herencia gen?tica, ni nuestra educaci?n hasta el d?a de hoy.
Pero s? podemos pensar
en el presente y en el futuro,
con una confianza profunda
en la gran capacidad de
transformaci?n del hombre
a trav?s de la educaci?n.