ZENIT publica el discurso que entreg? el viernes 19 de Enero de 2007 Benedicto XVI al se?or Muammer Doğan Akdur, embajador de Turqu?a ante la Santa Sede, al presentarle las Cartas credenciales.
Se?or embajador:
Con gusto le doy la bienvenida al Vaticano con motivo de la presentaci?n de las Cartas que le acreditan como embajador extraordinario y plenipotenciario de la Rep?blica de Turqu?a ante la Santa Sede.
Le doy las gracias por las palabras amistosas que me ha transmitido de parte de su excelencia el se?or Ahmet Necdet Sezer, presidente de la Rep?blica, y le agradecer?a el que le exprese mi mejores deseos para su persona y sus compatriotas. En esta ocasi?n, quiero expresar una vez m?s mi gratitud a las autoridades y a la poblaci?n turcas por la acogida que me dispensaron en mi viaje pastoral en diciembre.
La inolvidable experiencia que me llev? tras los pasos de mis predecesores Pablo VI y Juan Pablo II a Ankara, ?feso y Estambul, me permiti? constatar las buenas relaciones que se dan desde hace tiempo entre vuestro pa?s y la Santa Sede. Durante los diferentes encuentros con las autoridades pol?ticas, he querido reafirmar el arraigamiento de la Iglesia cat?lica en la sociedad turca, gracias a la herencia prestigiosa de las primeras comunidades cristianas de Asia Menor y a la contribuci?n insustituible a la vida de la Iglesia universal de los primeros concilios ecum?nicos, pero tambi?n gracias a la existencia de las comunidades cristianas de hoy, ciertamente minoritarias, pero apegadas a su pa?s y al bien com?n de toda la sociedad, deseando aportar su contribuci?n a la edificaci?n de la naci?n.
Disfrutando de la libertad religiosa garantizada a todos los creyentes por la Constituci?n turca, la Iglesia cat?lica desea poder beneficiarse de un estatuto jur?dicamente reconocido y de la creaci?n de una instancia de di?logo oficial entre la conferencia de obispos y las autoridades del Estado para afrontar los diferentes problemas que pueden plantearse y continuar con las buenas relaciones entre las dos partes. No dudo en que vuestro Gobierno har? todo lo posible para avanzar en este sentido.
En el transcurso de mi memorable viaje, manifest? varias veces el respeto de la Iglesia cat?lica por el islam, y la estima del Papa y de los fieles por los creyentes musulmanes, en particular durante mi visita a la Mezquita Azul de Estambul. En el mundo actual, en el que las tensiones parecen exacerbarse, la Santa Sede tiene la convicci?n, que usted acaba de expresar, de que los creyentes de las diferentes religiones tienen que esforzarse por trabajar juntos a favor de la paz, comenzando por denunciar la violencia, utilizada con demasiada frecuencia en el pasado con pretextos de motivaciones religiosas, y que deben aprender a conocerse mejor y a respetarse m?s para edificar una sociedad cada vez m?s fraterna.
Adem?s, las religiones pueden unir sus esfuerzos para trabajar a favor del respeto del hombre, creado a imagen del Todopoderoso, y para que se reconozcan los valores fundamentales que rigen la vida de las personas y de las sociedades. El di?logo, necesario entre las autoridades religiosas a todos los niveles, comienza en la vida de todos los d?as con la estima y el respeto mutuos que se tienen los creyentes de cada religi?n, compartiendo la misma vida y trabajando juntos por el bien com?n.
Como lo record? recientemente en Ankara, la Santa Sede reconoce el lugar espec?fico de Turqu?a y su situaci?n geogr?fica e hist?rica de puente entre los continentes asi?tico y europeo y de cruce entre las culturas y las religiones. Aprecia el compromiso de vuestro pa?s en el seno de la comunidad internacional a favor de la paz, en particular su acci?n a favor de la reanudaci?n de las negociaciones en Oriente Medio y su implicaci?n actual en el L?bano para ayudar a la reconstrucci?n del pa?s devastado por la guerra y para permitir el di?logo constructivo entre todas las partes que forman parte de la sociedad libanesa.
La Santa Sede sigue siempre con gran atenci?n las discusiones y los esfuerzos emprendidos por las naciones para solucionar entre ellas, en ocasiones con la ayuda de terceros pa?ses y de autoridades regionales o internacionales, las situaciones de conflicto heredadas del pasado, as? como las acciones emprendidas para acercar a los pa?ses entre s? en asociaciones o uniones pol?ticas, culturales y econ?micas. La globalizaci?n de los intercambios, que ya se ha manifestado a nivel econ?mico y financiero, tiene que estar acompa?ada evidentemente por intercambios pol?ticos comunes, a nivel planetario, para garantizar un desarrollo duradero y organizado que no excluya a nadie y que asegure un porvenir equilibrado a las personas, a las familias y a los pueblos.
Perm?tame, se?or embajador, saludar por su mediaci?n a las comunidades cat?licas de Turqu?a, a las que tuve la alegr?a de visitar, en particular en ?feso y Estambul. A los obispos, a los sacerdotes y a todos los fieles vuelvo a manifestar el afecto del sucesor de Pedro y su aliento para que la Iglesia cat?lica que est? en Turqu?a siga testimoniando humilde y fielmente el amor de Dios a trav?s del di?logo con todos, en particular con los creyentes musulmanes, y a trav?s de su compromiso al servicio del bien com?n. Saludo con afecto a Su Santidad el patriarca Bartolom? I, los obispos y a todos los fieles de la Iglesia ortodoxa, con quienes nos unen tantos lazos de fraternidad en la espera del d?a bendito en el que seremos invitados a la misma mesa de Cristo.
Se?or embajador, en el momento en el que se inaugura oficialmente su misi?n ante la Santa Sede, le expreso mis mejores deseos para su feliz cumplimiento. Puede estar seguro de que encontrar? en mis colaboradores una acogida atenta y una comprensi?n cordial.
Invoco de todo coraz?n la abundancia de las bendiciones del Todopoderoso sobre Su Excelencia, sobre su familia y sus colaboradores de la embajada, as? como sobre las autoridades y el pueblo turcos.
[Traducci?n del original franc?s realizada por Zenit
? Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana]