S?bado, 10 de febrero de 2007
ZENIT publica el documento que ha emitido el presidente de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, monse?or Bernardo Hombach, obispo de Juigalpa, sobre ?La Iglesia y el VIH/Sida?


?La pandemia del VIH/Sida es una de las crisis m?s graves de salud, social, econ?mica, de seguridad y de desarrollo humano con las que el planeta se enfrenta. Mata a millones de adultos en su mayor plenitud. Quiebra y empobrece a las familias, debilita la fuerza laboral, convierte a millones de ni?os en hu?rfanos y pone en riesgo el tejido social y econ?mico de las comunidades y la estabilidad pol?tica de las naciones?. (Carta CELAM Sida)

En el a?o 2005 m?s de 5.5 millones de personas fueron infectadas por VIH/Sida y tres millones murieron.

Tambi?n en Nicaragua esta amenaza tiene un crecimiento silencioso.

Actitud de la iglesia
Nos encontramos con el problema de la estigmatizaci?n, que condena a estas personas a una muerte social, antes que la enfermad haya provocado la muerte f?sica. Muchos infectados viven con el miedo de ser expulsados de sus familias y marginados en la sociedad.

Nos dirigimos a ustedes, familiares y amigos: no los rechacen de sus hogares, haci?ndoles su cruz m?s pesada. Acomp??enlos con comprensi?n y amor. En estos momentos los necesitan m?s que nunca.

Les invitamos a ustedes hermanos y hermanas infectados, a poner toda la confianza en el Dios de la Vida y que recen con el salmista: ?Dios m?o, refugio m?o y fortaleza m?a, en Ti conf?o? (PS. 91,1) Ofrezcan sus dolores y angustias al Se?or y due?o de todo viviente.

Adem?s es exigencia absoluta del amor por parte de ustedes, de llevar una vida disciplinada para no infectar a otros.

Promover Civilizaci?n del amor
La Iglesia muestra su preocupaci?n y compasi?n con hechos concretos, cuya exigencia nos urge a un mayor compromiso cada d?a. A nivel mundial, el 27 por ciento de las casas de atenci?n est?n en manos de la Iglesia y a nivel centroamericano es el 75 por ciento. Agradecemos a las religiosas y todos aqu?llos, que se atiendan con abnegaci?n a estos enfermos.

Para responder mejor a esta problem?tica, Caritas de Nicaragua form? en marzo 2006 una comisi?n integrada por miembros de diferentes partes del pa?s.

Medicamentos para los enfermos
La necesidad imperiosa de tratamiento para estos enfermos puede satisfacerse con los avances de la ciencia m?dica. Desafortunadamente, el costo del tratamiento m?dico es elevado y a menudo est? m?s all? del alcance no s?lo de los pobres sino tambi?n de la clase media. Este problema econ?mico se agrava por cuestiones legales, tales como interpretaciones contenciosas del derecho a la propiedad intelectual.

Como Iglesia nos unimos al clamor de las dem?s organizaciones y pedimos el acceso universal a los medicamentos necesarios para esta enfermedad. Esta exigencia se debe transformar en una pol?tica p?blica para todos los pa?ses. La absolutizaci?n del derecho a la propiedad intelectual, que impide el acceso a los medicamentos necesarios a millones de infectados, es inmoral, as? como el lucro exagerado de los laboratorios farmac?uticos internacionales.

Fidelidad matrimonial
Para la prevenci?n eficaz de esta epidemia es importante enfatizar en el valor de la fidelidad en el matrimonio y del compromiso conyugal como factores fundamentales en la contenci?n de la pandemia del sida. ??la abstinencia y la fidelidad no son s?lo el mejor camino para evitar infectarse por el VIH/Sida o infectar a otros, sino que tambi?n son el mejor camino para lograr una vida larga y feliz?. (Carta CELAM frente al sida).

?Remedio para el sida, uno con una para toda la vida? (Eslogan de la Conferencia Episcopal Argentina).

Para proteger a nuestra juventud es indispensable la educaci?n de valores. Como Iglesia tenemos que anunciar, en contra de una fuerte presi?n p?blica, que la verdadera felicidad no consiste en el libertinaje y hedonismo, sino en una vida, llevada seg?n la voluntad de Dios, donde la abstinencia y el sacrificio son signos de libertad interior que conducen a la verdadera felicidad. Ser libres exige liberarnos de toda esclavitud que nos atrapa.

Educaci?n en Valores
La informaci?n sobre el cond?n es una respuesta simplista a lo que requiere la juventud. No convierte la inmadurez en madurez. La formaci?n, no solamente la informaci?n, es lo que se necesita. M?s que hablar sobre el cond?n, ser? mucho m?s efectivo preparar y equipar a los padres y educadores con los apropiados conocimientos para educar a sus hijos y alumnos sobre el valor de la sexualidad, relaci?n profunda humana, di?logo de personas y no s?lo de cuerpos aunque tambi?n se exprese en la corporeidad. Se ha banalizado la exigencia del amor y de la ternura, reduci?ndolo a la pura genitalidad, a lo puramente biol?gico.

Cambios necesarios
As? como defiende la Iglesia los derechos de los enfermos de esta endemia, tambi?n mira con preocupaci?n el derecho que tienen los dem?s de ser protegidos. Para evitar la estigmatizaci?n del afectado se mantiene en el anonimato completo su situaci?n, fomentando la posibilidad que infecte a muchos otros incontroladamente. Es necesario que se clasifique al HIV/Sida igual que cualquier otra enfermedad infecciosa, como la tuberculosis. Actualmente en los sistemas penitenciarios por ejemplo, donde supuestamente hay internos infectados, se puede exigir un an?lisis de tuberculosis, pero el an?lisis de sida solamente con el permiso expreso del individuo.

Una de las principales causas de esta enfermedad es un concepto inadecuado de ?g?nero? con que organismos nacionales e internacionales, disponiendo de fuertes medios financieros, quieren cambiar valores fundamentales de nuestra gente creyente, como es la familia. La Iglesia permanece fiel al concepto del Creador: ?desde el principio cre? Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios los cre?; var?n y mujer los cre?. (Gn 1,27).

Por lo tanto es mandato ineludible del mandamiento del amor, eliminar, el car?cter discriminatorio a quienes padecen dicha enfermedad, haciendo as? m?s pesada la cruz que llevan. Por otro lado nos preguntamos, si no es tiempo de sacar del secretismo e intento de silenciar las graves causas y consecuencias de esta pandemia y declararla como cualquier otra enfermedad contagiosa por razones elementales de justicia para con el mismo enfermo como para su entorno en sus relaciones, que el sida debe ser tratado con toda responsabilidad. Curiosamente, quienes se oponen a analizar las causas, se oponen a su identificaci?n.

Llamado a la conversi?n
La Iglesia no pretende ser juez de sus hermanos y hermanas pero se siente responsable de se?alar todo aquello que atenta a la verdad original del ser humano.
?Mar?a, Madre de la Iglesia, nos ense?a a estar al lado de quienes sufren con la solicitud y la generosidad que son peculiares de una madre. Su silenciosa proximidad al lado de Jes?s que muere, nos sugiere quiz?s la ?nica presencia pastoral posible frente a la muerte? anticipada. (Carta CELAM).
Managua, 24 de enero 2007
Publicado por verdenaranja @ 23:10  | Hablan los obispos
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