Comunicado emitido por la Comisi?n diocesana de Pastoral Social de la di?cesis de San Pedro Sula con el t?tulo ?No podemos seguir as?? sobre la realidad social de Honduras.
Como miembros de la Comisi?n de Pastoral Social de la Di?cesis de San Pedro Sula nos sentimos abrumados de ver tanto dolor, frustraci?n y pesimismo en la poblaci?n. Hemos heredado de un pasado nefasto el h?bito de la corrupci?n p?blica y privada; la pobreza extrema y la violencia siguen vigentes y los tent?culos de la delincuencia y del Crimen Organizado se siguen apoderando de nuestro suelo patrio. No podemos caer en la trampa de creer que nada se puede hacer, de dejarnos desanimar y que el fatalismo nos conduzca a la derrota segura. Todo puede ir cambiando positivamente si nos unimos cada vez m?s para luchar contra los males que afectan a nuestra Patria. Honduras no puede continuar el camino hacia el abismo. Podemos ir solucionando muchos problemas si defendemos la vida en todos los aspectos.
?C?mo hacer para ir saliendo de este pozo de muerte cada vez m?s hondo y transformar nuestra sociedad? Necesitamos, como prioridad, m?s inversiones en salud, educaci?n y vivienda. Urgen programas eficaces que favorezcan la microempresa y toda la industria nacional, diversificando la producci?n y teniendo sueldos justos. Hay que luchar a brazo partido contra la corrupci?n p?blica y privada y el Crimen Organizado. Apoyamos los esfuerzos para depurar a la polic?a nacional de elementos nocivos, al igual que dotar de m?s implementos a la fuerza p?blica para combatir el narcotr?fico y fortalecer todo el ministerio P?blico, como la decisi?n de mejorar todo el sistema de generaci?n de electricidad y combustible experimentando otras fuentes de energ?a y de proteger el medio ambiente tan degradado en nuestro pa?s. Rechazamos el engranaje que protege a los delincuentes de ?cuello blanco?, aumentando as? la impunidad que se cierne sobre muchos robos, fraudes, asesinatos y otros delitos, como tambi?n condenamos todo el sistema nefasto que favorece el negocio de la droga, el robo de carros, la prostituci?n y la pornograf?a, el sicariato y el contrabando. Queremos hacer hincapi? que es un delito grave y falta moral el evadir los impuestos como el usar los bienes del Estado para provecho personal.
Hay que aumentar el empleo en nuestro pa?s para poder luchar contra la pobreza y nos parece bien que se siga implementando en el valle de Sula el sistema de Maquilas, siempre y cuando se respeten los derechos de los trabajadores, tanto en salario justo, seguro social, organizaci?n sindical, buenas condiciones higi?nicas en las f?bricas y el tener jardines de infancia donde las madres obreras puedan dejar a sus ni?os peque?os mientras trabajan. Hay que urgir al gobierno y a los empresarios de esa industria estar pendientes de que se cumplan estos derechos, ya que de lo contrario se estar? atentando contra el bienestar de la poblaci?n obrera e incumpliendo lo que establece nuestra Constituci?n Nacional y los tratados internacionales firmados por nuestro pa?s. Debe existir en todas las f?bricas de manera obligatoria una dependencia donde se d? un di?logo constructivo entre empresarios y trabajadores y se luche por cumplir todas las normas que hagan de la empresa un lugar donde se respeten los derechos humanos y se asegure velar para que la empresa produzca de manera profesional, disciplinada y eficaz los bienes de consumo. Las instancias adecuadas del gobierno deben garantizar que cuando una empresa se declare en quiebra, sea en verdad por eso y se asegure el derecho del trabajador de recibir una indemnizaci?n por el cese forzado de su empleo.
Quisi?ramos insistir en la urgencia de invertir en el campo. Las personas que viven en el medio rural merecen una vida mejor, por lo que se necesitan programas de producci?n eficaces que aseguren un mejor futuro al campesinado. El ?xodo masivo del campo a las ciudades y a los pa?ses del primer mundo es un esc?ndalo y s?ntoma de una gran tragedia nacional, la del injusto y criminal reparto de los bienes. Miles de personas huyen de nuestro pa?s cada a?o para vivir la incertidumbre del ?sue?o americano? que en su mayor?a se convierte en una pesadilla dantesca. Nuestras ciudades no tienen las condiciones m?nimas para recibir a tantas personas que llegan desesperadas del medio rural, y que terminan muchas viviendo en situaciones inhumanas. Urgen pues programas que hagan de la vida en el campo una existencia digna para millones de hondure?os y que adem?s sean capaces de producir lo necesario para el consumo de los alimentos que el pa?s necesita. Esto es parte del concepto din?mico y real de ser soberanos como estado.
Confiando siempre en el poder y amor de Nuestro Se?or, esta Comisi?n urge se intensifique nuestra opci?n por la Vida, ante la cultura de la muerte.
Monse?or R?mulo Emiliani cmf.
Presidente de la Comisi?n Diocesana de Pastoral Social.