Mi?rcoles, 28 de febrero de 2007
ZENITPublicamos la segunda parte de las preguntas de los seminaristas del Seminario Romano Mayor y las respuestas de Benedicto XVI durante la visita que el Papa realiz? al mismo el 17 de febrero de 2007.

La primera parte de las preguntas y respuestas fue publicada en el servicio de Zenit del 27 de febrero de 2007


DIMOV KOICIO: DI?CESIS DE NIC?POLIS AD ISTRUM (BULGARIA) IV a?o (2? TEOLOG?A)

Santo Padre, usted, comentando el v?a crucis del a?o 2005, habl? de la suciedad que hay en la Iglesia; y en la homil?a de la misa de ordenaci?n de sacerdotes romanos del a?o pasado nos puso en guardia contra el peligro "de buscar hacer carrera, de tratar de subir m?s alto, de esforzarse por conseguir una buena posici?n mediante la Iglesia". ?C?mo afrontar estos problemas del modo m?s sereno y responsable posible?

Benedicto XVI: No es f?cil responder a esta pregunta, pero ya he dicho ?y es un punto importante? que el Se?or sabe, sab?a desde el inicio, que en la Iglesia tambi?n hay pecado. Para nuestra humildad es importante reconocer esto y no s?lo ver el pecado en los dem?s, en las estructuras, en los altos cargos jer?rquicos, sino tambi?n en nosotros mismos, para ser as? m?s humildes y aprender que ante el Se?or no cuenta la posici?n eclesial, sino estar en su amor y hacer resplandecer su amor.

Personalmente considero que, en este punto, es muy importante la oraci?n de san Ignacio, que dice: "Suscipe, Domine, universam meam libertatem. Accipe memoriam, intellectum atque voluntatem omnem. Quidquid habeo vel possideo mihi largitus es; id tibi totum restituo, ac tuae prorsus voluntati trado gubernandum. Amorem tui solum cum gratia tua mihi dones, et dives sum satis, nec aliud quidquam ultra posco".

[?Toma mi Se?or, y recibe mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer. T? me lo diste, a Ti, Se?or, lo torno; todo es tuyo; disp?n de ello conforme a tu voluntad. Dame tu amor y gracia, que esto me basta?. Seg?n una traducci?n lit?rgica reportada por Zenit].

Precisamente esta ?ltima parte me parece muy importante: comprender que el verdadero tesoro de nuestra vida es estar en el amor del Se?or y no perder nunca este amor. Luego somos realmente ricos. Un hombre que ha encontrado un gran amor se siente realmente rico y sabe que esta es la verdadera perla, que este es el tesoro de su vida y no todas las dem?s cosas que posee.

Nosotros hemos encontrado, m?s a?n, hemos sido encontrados por el amor del Se?or, y cuanto m?s nos dejemos tocar por su amor en la vida sacramental, en la vida de oraci?n, en la vida de trabajo, en el tiempo libre, tanto m?s podemos comprender que, si hemos encontrado la verdadera perla, todo lo dem?s no cuenta, todo lo dem?s s?lo es importante en la medida en que el amor del Se?or me atribuye esas cosas. Con este amor yo soy rico, soy realmente rico, y estoy en una posici?n elevada. Encontremos aqu? el centro de la vida, la riqueza. Luego dej?monos guiar, dejemos que la Providencia decida qu? hace con nosotros.

Al respecto, me viene a la mente una an?cdota de santa Bakhita, la gran santa africana, que era esclava en Sud?n y luego en Italia encontr? la fe y se hizo religiosa. Cuando ya era anciana, el obispo visitaba su monasterio, su casa religiosa, y no la conoc?a. Al ver a esta peque?a religiosa africana, ya encorvada, le dijo: "Pero, ?qu? hace usted, hermana?". Bakhita le respondi?: "Yo hago lo mismo que usted excelencia". El obispo admirado pregunt?: "?Qu? cosa?". Y Bakhita le contest?: "Excelencia, los dos hacemos lo mismo, hacemos la voluntad de Dios".

Me parece una respuesta hermos?sima. El obispo y la peque?a religiosa, que ya casi no pod?a trabajar, hac?an lo mismo, en posiciones diversas: trataban de hacer la voluntad de Dios, y as? estaban cada uno en el lugar debido.

Tambi?n me vienen a la mente unas palabras de san Agust?n, que dice: Todos somos siempre s?lo disc?pulos de Cristo y su c?tedra est? en un lugar m?s alto, porque esta c?tedra es la cruz, y esta altura es la verdadera altura, la comuni?n con el Se?or, tambi?n en su pasi?n. Me parece que, si comenzamos a entender esto, en una vida de oraci?n diaria, en una vida de entrega al servicio del Se?or, podemos librarnos de esas tentaciones tan humanas.

FRANCESCO ANNESI: DI?CESIS DE ROMA del V a?o (3? TEOLOG?A)

Santidad, la carta apost?lica "Salvifici doloris" del Papa Juan Pablo II pone de relieve que el sufrimiento es fuente de riqueza espiritual para todos los que lo aceptan en uni?n con los sufrimientos de Cristo. En un mundo que busca todos los medios, l?citos e il?citos, para eliminar cualquier forma de dolor, ?c?mo puede el sacerdote ser testigo del sentido cristiano del sufrimiento y c?mo debe comportarse ante quienes sufren, sin resultar ret?rico o pat?tico?

Benedicto XVI: ?Qu? hacer? Debemos reconocer que conviene tratar de hacer todo lo posible para mitigar los sufrimientos de la humanidad y para ayudar a las personas que sufren ?son numerosas en el mundo? a llevar una vida buena y a librarse de los males que a menudo causamos nosotros mismos: el hambre, las epidemias, etc.

Pero, reconociendo este deber de trabajar contra los sufrimientos causados por nosotros mismos, al mismo tiempo debemos reconocer tambi?n y comprender que el sufrimiento es un elemento esencial para nuestra maduraci?n humana. Pienso en la par?bola del Se?or sobre el grano de trigo que cae en tierra y que s?lo as?, muriendo, puede dar fruto. Este caer en tierra y morir no sucede en un momento, es un proceso de toda la vida.

Cayendo en tierra como el grano de trigo y muriendo, transform?ndonos, somos instrumentos de Dios y as? damos fruto. No por casualidad el Se?or dice a sus disc?pulos: el Hijo del hombre debe ir a Jerusal?n para sufrir; por eso, quien quiera ser mi disc?pulo, debe tomar su cruz sobre sus hombros y as? seguirme. En realidad, nosotros somos siempre, un poco, como san Pedro, el cual dijo al Se?or: No, Se?or, este no puede ser tu caso, t? no debes sufrir. Nosotros no queremos llevar la cruz. Queremos crear un reino m?s humano, m?s hermoso en la tierra.

Eso es un gran error. El Se?or lo ense?a. Pero Pedro necesit? mucho tiempo, tal vez toda su vida, para entenderlo. Porque la leyenda del Quo vadis? encierra una gran verdad: aprender que precisamente llevar la cruz del Se?or es el modo de dar fruto. As? pues, yo dir?a que antes de hablar a los dem?s, nosotros mismos debemos comprender el misterio de la cruz.

Ciertamente, el cristianismo nos da la alegr?a, porque el amor da alegr?a. Pero el amor es siempre un proceso en el que hay que perderse, en el que hay que salir de s? mismo. En este sentido, tambi?n es un proceso doloroso. S?lo as? es hermoso y nos hace madurar y llegar a la verdadera alegr?a. Quien quiere afirmar o quien promete s?lo una vida alegre y c?moda, miente, porque esta no es la verdad del hombre. La consecuencia es que luego se debe huir a para?sos falsos. Precisamente as? no se llega a la alegr?a, sino a la autodestrucci?n.

S?, el cristianismo nos anuncia la alegr?a; pero esta alegr?a s?lo crece en el camino del amor y este camino del amor guarda relaci?n con la cruz, con la comuni?n con Cristo crucificado. Y est? representada por el grano de trigo que cae en tierra. Cuando comencemos a comprender y a aceptar esto, cada d?a, porque cada d?a nos trae alguna insatisfacci?n, alguna dificultad que tambi?n produce dolor, cuando aceptemos esta escuela del seguimiento de Cristo, como los Ap?stoles tuvieron que aprender en esta escuela, entonces tambi?n seremos capaces de ayudar a los que sufren.

Es verdad, siempre resulta problem?tico que uno que tiene buena salud o est? en buena condici?n trate de consolar a otro que est? afectado por un gran mal, sea enfermedad, sea p?rdida de amor. Ante estos males, que conocemos todos, casi inevitablemente todo parece s?lo ret?rico y pat?tico. Pero yo dir?a que, si estas personas pueden percibir que nosotros tenemos com-pasi?n, que somos com-pacientes, que queremos llevar juntamente con ellos la cruz en comuni?n con Cristo, sobre todo orando con ellos, asisti?ndolos con un silencio lleno de simpat?a, de amor, ayud?ndoles en la medida de nuestras posibilidades, podemos resultar cre?bles.

Debemos aceptar que, tal vez en un primer momento, nuestras palabras parezcan s?lo palabras. Pero si vivimos realmente con este esp?ritu del seguimiento de Jes?s, tambi?n encontraremos la manera de estar cerca de ellos con nuestra simpat?a. Simpat?a etimol?gicamente quiere decir com-pasi?n por el hombre, ayud?ndolo, orando, creando as? la confianza en que la bondad del Se?or existe incluso en el valle m?s oscuro. As? podemos abrirles el coraz?n para el Evangelio de Cristo mismo, que es el verdadero Consolador; abrirles el coraz?n para el Esp?ritu Santo, llamado el otro Consolador, el otro Par?clito, que asiste, que est? presente.

Podemos abrirles el coraz?n no para nuestras palabras, sino para la gran ense?anza de Cristo, para su estar con nosotros, ayud?ndoles para que el sufrimiento y el dolor se transformen de verdad en gracia de maduraci?n, de comuni?n con Cristo crucificado y resucitado.

MARCO CECCARELLI: DI?CESIS DE ROMA, di?cono (ser? ordenado sacerdote el pr?ximo 29 de abril)

Santidad, en los pr?ximos meses mis compa?eros y yo seremos ordenados sacerdotes. Pasaremos de una vida bien estructurada por las reglas del seminario a la situaci?n mucho m?s compleja de nuestras parroquias. ?Qu? consejos nos da para vivir lo mejor posible el inicio de nuestro ministerio presbiteral?

Benedicto XVI: Aqu? en el seminario ten?is una vida bien articulada. Yo dir?a, como primer punto, que tambi?n en la vida de los pastores de la Iglesia, en la vida diaria del sacerdote, es importante conservar, en la medida de lo posible, un cierto orden: que nunca falte la misa; sin la Eucarist?a un d?a es incompleto; por eso, crecemos ya en el seminario con esta liturgia diaria. Me parece muy importante que sintamos la necesidad de estar con el Se?or en la Eucarist?a, que no sea un deber profesional, sino que sea realmente un deber sentido interiormente, que nunca falte la Eucarist?a.

El otro punto importante es tomar tiempo para la liturgia de la Horas, y as? para esta libertad interior: con todas las cargas que llevamos, esta liturgia nos libera y nos ayuda tambi?n a estar m?s abiertos, a estar en contacto m?s profundo con el Se?or. Naturalmente, debemos hacer todo lo que exige la vida pastoral, la vida de un vicario parroquial, de un p?rroco o de los dem?s oficios sacerdotales. Pero no conviene olvidar nunca estos puntos fijos, que son la Eucarist?a y la liturgia de las Horas, para tener durante el d?a cierto orden, pues, como dije al inicio, no debemos estar inventando cada d?a. Hemos aprendido: "Serva ordinem et ordo servabit te". Esas palabras encierran una gran verdad.

Asimismo, es importante no descuidar la comuni?n con los dem?s sacerdotes, con los compa?eros de camino; y no descuidar el contacto personal con la palabra de Dios, la meditaci?n. ?Qu? hacer? Yo tengo una receta bastante sencilla: combinar la preparaci?n de la homil?a dominical con la meditaci?n personal, para lograr que estas palabras no s?lo est?n dirigidas a los dem?s, sino que realmente sean palabras dichas por el Se?or a m? mismo, y maduradas en una conversaci?n personal con el Se?or. Para que esto sea posible, mi consejo consiste en comenzar ya el lunes, porque si se comienza el s?bado es demasiado tarde: as? la preparaci?n resulta apresurada, y tal vez falte la inspiraci?n, porque hay otras cosas en la cabeza. Por eso, ya el lunes conviene leer sencillamente las lecturas del domingo siguiente, que tal vez parecen inaccesibles, como las piedras de Mass? y Merib?, ante las cuales Mois?s dice: "Pero, ?c?mo puede brotar agua de estas piedras?".

Dejemos que el coraz?n digiera estas lecturas. En el subconsciente las palabras trabajan y cada d?a vuelven un poco. Obviamente, tambi?n hay que consultar libros, si es posible. Con este trabajo interior, d?a tras d?a, se ve c?mo poco a poco va madurando una respuesta, poco a poco se abre esta palabra, se convierte en palabra para m?. Y dado que soy un contempor?neo, tambi?n se convierte en palabra para los dem?s. Luego puedo comenzar a traducir lo que veo en mi lenguaje teol?gico al lenguaje de los dem?s; sin embargo, el pensamiento fundamental es el mismo para los dem?s y para m?.

As? se puede tener un encuentro permanente, silencioso, con la Palabra, que no requiere mucho tiempo, tiempo que tal vez no tenemos. Pero reservadle un poco de tiempo: as? no s?lo madura una homil?a para el domingo, para los dem?s, sino que tambi?n nuestro propio coraz?n es tocado por la palabra del Se?or. Permanezcamos en contacto tambi?n en una situaci?n donde tal vez disponemos de poco tiempo.

Ahora no me atrevo a dar demasiados consejos, porque la vida en la gran ciudad de Roma es un poco diversa de la que yo viv? hace cincuenta y cinco a?os en Baviera. Pero creo que lo esencial es precisamente esto: Eucarist?a, liturgia de las Horas, oraci?n y conversaci?n con el Se?or cada d?a, aunque sea breve, sobre sus Palabras que debo anunciar.

No hay que descuidar nunca la amistad con los sacerdotes, la escucha de la voz de la Iglesia viva y, naturalmente, la disponibilidad con respecto a las personas que nos han sido encomendadas, porque precisamente de estas personas, con sus sufrimientos, con sus experiencias de fe, con sus dudas y dificultades, podemos aprender a buscar y encontrar a Dios, encontrar a nuestro Se?or Jesucristo.

[Traducci?n del original italiano distribuida por la Santa Sede

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VATICANO - Camino de oraci?n para la Cuaresma - La V estaci?n del V?a Crucis: el cireneo ayuda a Jes?s a llevar la cruz

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Proponemos a la reflexi?n y a la meditaci?n, la V estaci?n del V?a Crucis seg?n el esquema usado el 25 de marzo de 2005, viernes Santo, en el rito celebrado en el Coliseo.

V /. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
R /. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.

Lectura Evangelio seg?n San Mateo 27, 32; 16, 24

Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Sim?n, y lo forzaron a que llevara la cruz.
Jes?s hab?a dicho a sus disc?pulos: ?El que quiera venir conmigo, que se niegue a s? mismo, que cargue con su cruz y me siga?.

Meditaci?n

Sim?n de Cirene, de camino hacia casa volviendo del trabajo, se encuentra casualmente con aquella triste comitiva de condenados, un espect?culo quiz?s habitual para ?l. Los soldados usan su derecho de coacci?n y cargan al robusto campesino con la cruz. ?Qu? enojo debe haber sentido al verse improvisamente implicado en el destino de aquellos condenados! Hace lo que debe hacer, ciertamente con mucha repugnancia. El evangelista Marcos menciona tambi?n a sus hijos, seguramente conocidos como cristianos, como miembros de aquella comunidad (Mc 15, 21). Del encuentro involuntario ha brotado la fe. Acompa?ando a Jes?s y compartiendo el peso de la cruz, el Cireneo comprendi? que era una gracia poder caminar junto a este Crucificado y socorrerlo. El misterio de Jes?s sufriente y mudo le llegado al coraz?n. Jes?s, cuyo amor divino es lo ?nico que pod?a y puede redimir a toda la humanidad, quiere que compartamos su cruz para completar lo que a?n falta a sus padecimientos (Col 1, 24). Cada vez que nos acercamos con bondad a quien sufre, a quien es perseguido o est? indefenso, compartiendo su sufrimiento, ayudamos a llevar la misma cruz de Jes?s. Y as? alcanzamos la salvaci?n y podemos contribuir a la salvaci?n del mundo.

Oraci?n

Se?or, a Sim?n de Cirene le has abierto los ojos y el coraz?n, d?ndole, al compartir la cruz, la gracia de la fe. Ay?danos a socorrer a nuestro pr?jimo que sufre, aunque esto contraste con nuestros proyectos y nuestras simpat?as. Danos la gracia de reconocer como un don el poder compartir la cruz de los otros y experimentar que as? caminamos contigo. Danos la gracia de reconocer con gozo que, precisamente compartiendo tu sufrimiento y los sufrimientos de este mundo, nos hacemos servidores de la salvaci?n, y que as? podemos ayudar a construir tu cuerpo, la Iglesia.

Pater noster, qui es in c?lis:
sanctificetur nomen tuum;
adveniat regnum tuum;
fiat voluntas tua, sicut in c?lo, et in terra.
Panem nostrum cotidianum da nobis hodie;
et dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus debitoribus nostris;
et ne nos inducas in tentationem;
sed libera nos a malo.
Quis est homo qui non fleret,
matrem Christi si videret
in tanto supplicio?
(J.M.) (Agencia Fides, 28 febrero 2007)

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ZENITLos obispos cat?licos de Tierra Santa han escrito el domingo una carta al Camino Neocatecumenal, tambi?n presente en la regi?n, brind?ndole su acogida y ofreci?ndole indicaciones para el desarrollo de su labor.

El Camino Neocatecumenal, cuyos estatutos fueron aprobados por la Santa Sede el 29 de junio de 2002, est? al servicio de los obispos diocesanos y de los p?rrocos como una modalidad para redescubrir el sacramento del Bautismo, y de educaci?n permanente en la fe.

Tal itinerario comenz? en 1964, cuando Kiko Arg?ello, entonces joven pintor, siguiendo las huellas del padre Charles de Foucauld, dej? todo para vivir entre los m?s pobres, en las barracas de Palomeras Altas, en la periferia de la capital espa?ola. Tambi?n es iniciadora del Camino Carmen Hern?ndez; les acompa?a actualmente el padre Mario Pezzi.

Se calcula que existen unas 20.000 comunidades del Camino Neocatecumenal en m?s de 6.000 parroquias de 900 di?cesis, que agrupan a cerca de un mill?n de cat?licos de los cinco continentes. De su seno han surgido unos 3.000 sacerdotes, 1.500 seminaristas y 5.000 religiosas.

Publicamos el texto ?ntegro de la citada misiva de los prelados orientales, difundida desde el Patriarcado Latino de Jerusal?n.


Carta al Camino Neocatecumenal en Tierra Santa



Hermanos y hermanas del Camino Neocatecumenal:

1. La paz de Nuestro Se?or Jesucristo est? siempre con vosotros.

Nosotros, Ordinarios Cat?licos de Tierra Santa, os dirigimos esta carta al inicio de la Cuaresma, en el marco del Plan Pastoral com?n para este a?o, cuyo tema es la catequesis y la educaci?n religiosa en la parroquia.

Hermanos y hermanas del Camino: sois bienvenidos en nuestras di?cesis. Damos gracias a Dios por la gracia que el Se?or os ha dado y por el carisma que el Esp?ritu Santo ha infundido en la Iglesia a trav?s de vuestro ministerio de la formaci?n post-bautismal. Estamos reconocidos por vuestra presencia en algunas de nuestras parroquias, por la predicaci?n de la Palabra de Dios, por la ayuda ofrecida a nuestros fieles en la profundizaci?n de su fe y en el arraigo en su propia iglesia local, en ?una s?ntesis de predicaci?n kerigm?tica, cambio de vida y liturgia? (Estatutos, art. 8).

Siguiendo la Carta que el Papa Benedicto XVI os dirigi? el 12 de enero de 2006 [v. Zenit, 12 enero 2006. Ndr], y la de la Congregaci?n para el Culto Divino del 1 de diciembre de 2005 [v. Zenit, 1 enero 2006. Ndr], os pedimos que ocup?is lugar en el coraz?n de la parroquia en la que anunci?is la Palabra de Dios, evitando hacer un grupo aparte. Desear?amos que pudierais decir con San Pablo: ?Me he hecho esclavo de todos para ganar a los que m?s pueda? (I Co 9, 19).

El principio al que debemos todos juntos permanecer fieles e informar nuestra acci?n pastoral deber?a ser ?una parroquia y una Eucarist?a?. Vuestro primer deber, por eso, si dese?is ayudar a los fieles a crecer en la fe, es arraigarles en las parroquias y en las propias tradiciones lit?rgicas en las que han crecido durante generaciones.

En Oriente, nos importa mucho nuestra liturgia y nuestras tradiciones. Es la liturgia la que ha contribuido mucho a conservar la fe cristiana en nuestros pueblos a lo largo de la historia. El rito es como un documento de identidad y no s?lo un modo entre otros de orar. Os rogamos que teng?is la caridad de comprender y respetar el apego de nuestros fieles a sus propias liturgias.

2. La Eucarist?a es el sacramento de unidad en la parroquia y no de fraccionamiento. Pedimos por lo tanto que las celebraciones eucar?sticas, en todos los ritos orientales, y adem?s en el rito latino, sean siempre presididas por el p?rroco, o, en el caso del rito latino, en pleno acuerdo con ?l. Celebrad la Eucarist?a con la parroquia y seg?n el modo de la Iglesia local. ?All? donde est? el obispo, all? est? la iglesia?, escribi? San Ignacio de Antioqu?a. Ense?ad a los fieles el amor por sus tradiciones lit?rgicas y poned vuestro carisma al servicio de la unidad.

3. Os rogamos adem?s que os emple?is seriamente en el estudio de la lengua y la cultura de la gente, en se?al de respeto hacia ellos y como instrumento de comprensi?n de su alma y de su historia, en el contexto de Tierra Santa: pluralismo religioso, cultural y nacional. Adem?s, en nuestros pa?ses, Palestina, Israel, Jordania, todos est?n en la b?squeda de la paz y de la justicia, una b?squeda que forma parte integrante de nuestra vida de cristianos. Toda predicaci?n deber?a orientar a nuestros fieles en las actitudes concretas que hay que asumir en los diversos contextos de la vida y en la propia situaci?n de conflicto que contin?a en Palestina: actitud de perd?n y de amor hacia el enemigo, por un lado, y por otro, exigencia de los propios derechos, especialmente la dignidad, la libertad y la justicia.

Os rogamos que prediqu?is un Evangelio encarnado en la vida, un Evangelio que ilumine todos los aspectos de la vida y arraigue a los fieles en Jesucristo Resucitado y en todo su ambiente humano, cultural y eclesial.

Pedimos a Dios que colme vuestros corazones con su fortaleza y su amor, y que os conceda la gracia para que pod?is colmar los corazones de los fieles de su amor y de su fortaleza.

Jerusal?n, 25 de febrero de 2007

+ Michel Sabbah, Patriarca Latino de Jerusal?n
+ Elias Shakour, arzobispo greco-melquita cat?lico de Acri, Haifa, Nazaret y de toda Galilea
+ George El-Murr, arzobispo greco-melquita cat?lico de Filadelfia, Petra y de Jordania
+ Paul Sayyah, arzobispo maronita de Haifa y de Tierra Santa, y exarca patriarcal maronita de Jerusal?n, de los Territorios Palestinos y de Jordania
+ Fouad Twal, obispo coadjutor latino, Jerusal?n
+ Kamal Bathish, obispo auxiliar latino, Jerusal?n
+ Selim Sayegh, vicario patriarcal latino para Jordania
+ Giacinto-Boulos Marcuzzo, vicario patriarcal latino para Israel
+ Pierre Melki, exarca patriarcal siro-cat?lico de Jerusa?n, de Tierra Santa y de Jordania
+ George Bakar, exarca patriarcal greco-melquita cat?lico de Jerusal?n
Rafael Minassian, exarca patriarcal armenio cat?lico de Jerusal?n, de Tierra Santa y de Jordania

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit]

Art?culo semanal del Padre Fernando Lorente, o.h., publicado en EL D?A el mi?rcoles 28 de Febrero de 2007 en la secci?n CRITERIOS, bajo el ep?grafe "Luz en el Camino".

Luz en el Camino Fernando Lorente, o.h. *


Reflexi?n cuaresmal: ?qu? estoy haciendo?


CON MI VIDA. La llamada y decisi?n a la conversi?n cristiana siempre evoca en nosotros el recuerdo del esfuerzo exigente y el desgarro propio de todo trabajo de renovaci?n y purificaci?n. Sin embargo, las palabras de Cristo: "Convert?os y creed en la buena noticia" nos invitan a descubrir la conversi?n como paso a una vida m?s plena y gratificante.

No faltan textos en el Evangelio que nos vienen a decir algo que nunca debemos olvidar. Aqu? tenemos unos, entre tantos: "Es bueno convertirse. Nos hace bien. Nos permite experimentar un modo nuevo de vivir, m?s sano, m?s gozoso". Y muchos de nosotros nos preguntaremos: Pero, ?c?mo vivir esa experiencia y qu? pasos debemos dar? Pues, lo primero, sin dudarlo, decididamente, es pararnos. No tengamos miedo a quedarnos a solas con nosotros mismos para hacernos las preguntas importantes de la vida, como ?stas: ?Qui?n soy yo? ?Qu? estoy haciendo con mi vida? ?Con qu? y c?mo quiero vivir? Pero estos interrogantes, por m?s sinceros que los sintamos, no bastan. Lo decisivo es no seguir enga??ndonos por m?s tiempo. Imponernos en la b?squeda de la verdad de lo que estamos viviendo. No empe?arnos en ocultar lo que somos y en parecer lo que no somos. Aqu? es cuando nos resultar? f?cil poder experimentar el vac?o y la mediocridad que tal falsamente estamos viviendo por m?s que lo disimulemos. Descubriremos ante nosotros actuaciones y posturas que est?n arruinando nuestra vida. No es esto lo que hubi?ramos querido. En el fondo, deseamos vivir algo mejor y m?s gozoso y gratificante. Todav?a algo m?s y muy importante.

Que descubrir c?mo estamos da?ando de esta forma nuestra vida no tiene por qu? hundirnos en el pesimismo o en la desesperanza. Esta conciencia de pecado es saludable. Nos dignifica y nos ayuda a recuperar la autoestima personal. No todo es malo y ruin en nosotros. Dentro de cada uno est? operando siempre una fuerza que nos atrae y empuja hacia el bien, hacia el amor, hacia la bondad. Por supuesto, la conversi?n nos exigir? introducir cambios concretos en nuestra manera de actuar. Pero la conversi?n no consiste s?lo en esos cambios, pues ella misma es el cambio. Convertirse es cambiar el coraz?n, adoptar una postura nueva en la vida, tomar una direcci?n plenamente sana en lo humano y en lo divino.

Todo creyente y no creyente puede dar pasos hasta aqu? evocados. La suerte del creyente es poder vivir esta experiencia abri?ndose confiadamente a Dios. Un Dios que se interesa por nosotros, m?s que nosotros mismos, para resolver no nuestros problemas sino "el problema", esa vida mediocre y fallida que parece no tener soluci?n.

Un Dios que nos entiende, nos espera, que nos perdona y quiere vernos vivir de manera m?s plena, gozosa y gratificante. Esto es reflexionar y vivir la cuaresma cristiana: Un tiempo decisivo para iniciar y perseverar en una nueva vida.

* Capell?n de la Cl?nica S. Juan de Dios

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MENSAJE DE MONS. RA?L SCARRONE ? CUARESMA 2007

CUARESMA TIEMPO PROPICIO PARA CONVERTIRSE AL AMOR


QUERIDOS DIOCESANOS:

Con estas palabras del Papa Benedicto XVI: ?La cuaresma como tiempo de escucha de la verdad, es un momento propicio para convertirse al amor, pues la verdad profunda, la verdad de Dios, es al mismo tiempo amor?, deseo enviaros este saludo al comienzo de la Cuaresma 2007 e Inicio del A?o
Pastoral en la Di?cesis.

Tambi?n han de resonar en nuestros corazones las palabras del Profeta Joel que proclamamos el Mi?rcoles de Cenizas: ?Vuelvan a mi de todo coraz?n? (Joel 2,12) o las del ap?stol San Pablo que nos invita ?a no recibir en vano la gracia de Dios en este tiempo favorable?, (2Cor. 5, 20).


?Vuelvan a mi de todo coraz?n? dice el Se?or. No podemos regresar aut?nticamente a Dios si no es desde nuestro coraz?n. Dios llama a la puerta de nuestro coraz?n porque respeta nuestra libertad. En un mundo como el nuestro, en el cual f?cilmente hemos dejado a Dios de lado o lo hemos olvidado, en un mundo ego?sta y sin coraz?n, nos cuesta llegar al coraz?n.
Por eso, que la Palabra de Dios nos invita a no recibir en vano la gracia de Dios, en este tiempo favorable de Cuaresma. Dios nos est? llamando all? en la parte m?s interior, ?nica e irrepetible de nuestro yo, el coraz?n.

Al llamarnos al coraz?n, Dios anhela que volvamos a la dimensi?n interior y espiritual de nosotros mismos, para que seamos personas aut?nticas y para que no vivamos con un coraz?n alejado de ?l o con un coraz?n distra?do en las mil cosas pasajeras que nos ofrece nuestro mundo.

Dios quiere que volvamos al coraz?n para experimentar su presencia en nuestra vida y vivamos en sinton?a con ?l aprendiendo a valorar las cosas y los acontecimientos seg?n su dimensi?n espiritual y trascendente y no seg?n las conveniencias o apariencias.

Recordemos que la Cuaresma es la ocasi?n para encontrarnos con nosotros mismos, con los dem?s y con Dios. Es a trav?s de la Cuaresma que el esp?ritu humano busca encontrarse con su Se?or o intensificar su relaci?n con ?l.

Por eso, que quien quiera encontrarse con Dios tiene que encontrarse consigo mismo, quitando en primer lugar todos los obst?culos y quitarse las caretas con las que ocultamos f?cilmente nuestra verdad.

Hemos de aprender a descubrir dentro de nuestro coraz?n la voz y la mirada de Dios. En cada uno de nosotros hay un coraz?n que est? esperando llenarse con el amor de Dios, por eso que ?en este tiempo favorable? que es la Cuaresma cuando Dios nos invita por medio del Profeta Joel a volver a ?l con todo el coraz?n , volvamos a nuestro interior y descubramos all? el llamado de Dios a una entrega m?s generosa, a un compromiso m?s audaz y a descubrir la hermosura de la vocaci?n cristiana que hemos recibido en el Bautismo en todas sus dimensiones, logrando de esta manera ser aut?nticos ?disc?pulos y misioneros de Jes?s para que en ?l todos tengan vida?.

+ Ra?l Scarrone
Obispo de Florida y Durazno

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ZENIT publica las preguntas de los seminaristas del Seminario Romano Mayor y las respuestas de Benedicto XVI durante la visita que el Papa realiz? al mismo el 17 de febrero de 2007.


GREGORPAOLO STANO: DI?CESIS DE ORIA, ITALIA del I a?o (1? FILOSOF?A)

Santidad, durante el primero de los dos a?os que dedicamos al discernimiento nos esforzamos por escrutar a fondo nuestra persona. Es un ejercicio arduo para nosotros, porque el lenguaje de Dios es especial y s?lo quien est? atento puede captarlo entre las mil voces que resuenan dentro de nosotros. Por eso, le pedimos que nos ayude a comprender c?mo habla Dios en concreto y cu?les son las huellas que deja al hablarnos en nuestro interior.

Benedicto XVI: Ante todo, agradezco al monse?or rector sus palabras. Ya siento deseos de conocer el texto que vais a escribir y de aprender de ?l. No estoy seguro de poder aclarar los puntos esenciales de la vida del seminario, pero dir? lo que puedo decir.

Ahora respondo a la primera pregunta: ?c?mo podemos discernir la voz de Dios entre las mil voces que escuchamos cada d?a en nuestro mundo? Yo dir?a que Dios habla con nosotros de much?simas maneras. Habla por medio de otras personas, por medio de los amigos, de los padres, del p?rroco, de los sacerdotes ?aqu?, os habla a trav?s de los sacerdotes que se encargan de vuestra formaci?n, que os orientan?. Habla por medio de los acontecimientos de nuestra vida, en los que podemos descubrir un gesto de Dios. Habla tambi?n a trav?s de la naturaleza, de la creaci?n; y, naturalmente, habla sobre todo en su Palabra, en la sagrada Escritura, le?da en la comuni?n de la Iglesia y le?da personalmente en conversaci?n con Dios.

Es importante leer la sagrada Escritura, por una parte, de modo muy personal, y realmente, como dice san Pablo, no como palabra de un hombre o como un documento del pasado, como leemos a Homero o Virgilio, sino como una palabra de Dios siempre actual, que habla conmigo. Aprender a escuchar en un texto, que hist?ricamente pertenece al pasado, la palabra viva de Dios, es decir, entrar en oraci?n, convirtiendo as? la lectura de la sagrada Escritura en una conversaci?n con Dios.

San Agust?n dice a menudo en sus homil?as: llam? muchas veces a la puerta de esta Palabra, hasta que pude percibir lo que Dios mismo me dec?a. Por una parte, esta lectura muy personal, esta conversaci?n personal con Dios, en la que trato de descubrir lo que el Se?or me dice; y juntamente con esta lectura personal, es muy importante la lectura comunitaria, porque el sujeto vivo de la sagrada Escritura es el pueblo de Dios, es la Iglesia.

Esta Escritura no era algo meramente privado, de grandes escritores ?aunque el Se?or siempre necesita a la persona, necesita su respuesta personal?, sino que ha crecido con personas que estaban implicadas en el camino del pueblo de Dios y as? sus palabras son expresi?n de este camino, de esta reciprocidad de la llamada de Dios y de la respuesta humana.

Por consiguiente, el sujeto vive hoy como vivi? en aquel tiempo; la Escritura no pertenece al pasado, dado que su sujeto, el pueblo de Dios inspirado por Dios mismo, es siempre el mismo. As? pues, se trata siempre de una Palabra viva en el sujeto vivo. Por eso, es importante leer la sagrada Escritura y escuchar la sagrada Escritura en la comuni?n de la Iglesia, es decir, con todos los grandes testigos de esta Palabra, desde los primeros Padres hasta los santos de hoy, hasta el Magisterio de hoy.

Sobre todo en la liturgia se convierte en una Palabra vital y viva. Por consiguiente, yo dir?a que la liturgia es el lugar privilegiado donde cada uno entra en el "nosotros" de los hijos de Dios en conversaci?n con Dios. Es importante: el padrenuestro comienza con las palabras "Padre nuestro". S?lo podr? encontrar al Padre si estoy insertado en el "nosotros" de este "nuestro"; s?lo escuchamos bien la palabra de Dios dentro de este "nosotros", que es el sujeto de la oraci?n del padrenuestro.

As? pues, esto me parece muy importante: la liturgia es el lugar privilegiado donde la Palabra est? viva, est? presente; m?s a?n, donde la Palabra, el Logos, el Se?or, habla con nosotros y se pone en nuestras manos. Si nos disponemos a la escucha del Se?or en esta gran comuni?n de la Iglesia de todos los tiempos, lo encontraremos.

?l nos abre la puerta poco a poco. Por tanto, yo dir?a que en este punto se concentran todos los dem?s: el Se?or nos gu?a personalmente en nuestro camino y, al mismo tiempo, vivimos en el gran "nosotros" de la Iglesia, donde la palabra de Dios est? viva.

Luego vienen los dem?s puntos: escuchar a los amigos, escuchar a los sacerdotes que nos gu?an, escuchar la voz viva de la Iglesia de hoy, escuchando as? tambi?n las voces de los acontecimientos de este tiempo y de la creaci?n, que resultan descifrables en este contexto profundo.

Por tanto, para resumir, dir?a que Dios nos habla de muchas maneras. Es importante, por una parte, estar en el "nosotros" de la Iglesia, en el "nosotros" vivido en la liturgia. Es importante personalizar este "nosotros" en m? mismo; es importante estar atentos a las dem?s voces del Se?or, dejarnos guiar tambi?n por personas que tienen experiencia con Dios, por decirlo as?, y nos ayudan en este camino, para que este "nosotros" se transforme en mi "nosotros", y yo, en uno que realmente pertenece a este "nosotros". As? crece el discernimiento y crece la amistad personal con Dios, la capacidad de percibir, en medio de las mil voces de hoy, la voz de Dios, que siempre est? presente y siempre habla con nosotros.

CLAUDIO FABBRI: DI?CESIS DE ROMA del II a?o (2? FILOSOF?A)

Santo Padre, ?c?mo estaba articulada su vida durante el tiempo de formaci?n para el sacerdocio y cu?les eran los intereses que cultivaba? Teniendo en cuenta su experiencia, ?cu?les son los puntos fundamentales de la formaci?n para el sacerdocio? En particular, ?qu? lugar ocupa en ella Mar?a?

Benedicto XVI: Creo que nuestra vida, en el seminario de Freising, estaba articulada de un modo muy semejante a vuestro horario, aunque no conozco exactamente vuestro reglamento diario. Me parece que se comenzaba a las 6.30, a las 7.00, con una meditaci?n de media hora, en la que cada uno en silencio hablaba con el Se?or, trataba de disponer su alma para la sagrada liturgia. Luego segu?a la santa misa, el desayuno y, durante la ma?ana, las clases.

Por la tarde, seminarios, tiempos de estudio, y luego de nuevo oraci?n en com?n. En la noche, los "puntos": el director espiritual o el rector del seminario, altern?ndose, nos hablaban para ayudarnos a encontrar el camino de la meditaci?n; no nos daban una meditaci?n ya hecha, sino elementos que pod?an ayudar a cada uno a interiorizar las palabras del Se?or que ser?an objeto de nuestra meditaci?n.

As? era el itinerario de cada d?a. Luego, naturalmente, estaban las grandes fiestas, con una hermosa liturgia, con m?sica... Pero, me parece ?tal vez volver? a hablar de esto al final? que es muy importante tener una disciplina que nos precede y no deber inventar cada d?a de nuevo lo que hay que hacer, lo que hay que vivir. Existe una regla, una disciplina que ya me espera y me ayuda a vivir ordenadamente este d?a.

Ahora bien, por lo que respecta a mis preferencias, naturalmente segu?a con atenci?n, como pod?a, las clases. En los dos primeros a?os, desde el inicio me fascin? la filosof?a, sobre todo la figura de san Agust?n; luego tambi?n la corriente agustiniana en la Edad Media: san Buenaventura, los grandes franciscanos, la figura de san Francisco de As?s.

Me impresionaba sobre todo la gran humanidad de san Agust?n, que no tuvo la posibilidad de identificarse con la Iglesia como catec?meno desde el inicio, sino que, por el contrario, tuvo que luchar espiritualmente para encontrar poco a poco el acceso a la palabra de Dios, a la vida con Dios, hasta que pronunci? el gran "s?" a su Iglesia.

Fue un camino muy humano, donde tambi?n nosotros podemos ver hoy c?mo se comienza a entrar en contacto con Dios, c?mo hay que tomar en serio todas las resistencias de nuestra naturaleza, canaliz?ndolas para llegar al gran "s?" al Se?or. As? me conquist? su teolog?a tan personal, desarrollada sobre todo en la predicaci?n. Esto es importante, porque al inicio san Agust?n quer?a vivir una vida puramente contemplativa, escribir otros libros de filosof?a..., pero el Se?or no quer?a eso; lo llam? a ser sacerdote y obispo; de este modo, todo el resto de su vida, de su obra, se desarroll? fundamentalmente en el di?logo con un pueblo muy sencillo. Por una parte, siempre tuvo que encontrar personalmente el significado de la Escritura; y, por otra, deb?a tener en cuenta la capacidad de esa gente, su contexto vital, para llegar a un cristianismo realista y, al mismo tiempo, muy profundo.

Naturalmente, para m? adem?s era muy importante la ex?gesis: tuvimos dos exegetas un poco liberales, pero a pesar de ello grandes exegetas, tambi?n realmente creyentes, que nos fascinaban. Puedo decir que, en realidad, la sagrada Escritura era el alma de nuestro estudio teol?gico: viv?amos con la sagrada Escritura y aprend?amos a amarla, a hablar con ella. Ya he hablado de la patrolog?a, del encuentro con los santos Padres. Tambi?n nuestro profesor de dogm?tica era un persona entonces muy famosa; hab?a alimentado su dogm?tica con los Padres y con la liturgia.

Para nosotros un punto muy central era la formaci?n lit?rgica. En aquel tiempo no hab?a a?n c?tedras de liturgia, pero nuestro profesor de pastoral nos dirigi? grandes cursos sobre liturgia y ?l, en ese momento, era tambi?n rector del seminario. As?, la liturgia vivida y celebrada iba muy unida a la liturgia ense?ada y pensada.

Juntamente con la sagrada Escritura, estos eran los puntos m?s importantes de nuestra formaci?n teol?gica. De esto doy siempre gracias al Se?or, porque en su conjunto son realmente el centro de una vida sacerdotal.

Otro inter?s era la literatura: era obligatorio leer a Dostoievski; era la moda del momento. Luego estaban los grandes franceses: Claudel, Mauriac, Bernanos; pero tambi?n la literatura alemana; ten?amos una edici?n alemana de Manzoni: en aquel tiempo yo no hablaba italiano. As?, en cierto sentido, tambi?n form?bamos nuestro horizonte humano. Asimismo, sent?amos gran amor por la m?sica, al igual que por la belleza de la naturaleza de nuestra tierra. Con estas preferencias, estas realidades, en un camino no siempre f?cil, segu? adelante. El Se?or me ayud? a llegar hasta el "s?" del sacerdocio, un "s?" que me ha acompa?ado todos los d?as de mi vida.

GIANPIERO SAVINO: DI?CESIS DE TARANTO del III a?o (1? TEOLOG?A)

Santidad, a los ojos de mucha gente, podemos parecer j?venes que dicen con firmeza y valent?a su "s?" y que lo dejan todo para seguir al Se?or; pero sabemos que estamos muy lejos de una verdadera coherencia con ese "s?". Con confianza de hijos, le confesamos la parcialidad de nuestra respuesta a la llamada de Jes?s y el esfuerzo diario por vivir una vocaci?n que nos pide dar un "s?" definitivo y total. ?C?mo responder a la vocaci?n tan exigente de pastores del pueblo de Dios, si sentimos constantemente nuestra debilidad e incoherencia?

Benedicto XVI: Es muy saludable reconocer nuestra debilidad, porque sabemos que necesitamos la gracia del Se?or. El Se?or nos consuela. En el colegio de los Ap?stoles no s?lo estaba Judas, sino tambi?n los Ap?stoles buenos. A pesar de eso, Pedro cay?. El Se?or reprocha muchas veces la lentitud, la cerraz?n del coraz?n de los Ap?stoles, la poca fe que ten?an. Por tanto, eso nos demuestra que ninguno de nosotros est? plenamente a la altura de este gran "s?", a la altura de celebrar "in persona Christi", de vivir coherentemente en este contexto, de estar unido a Cristo en su misi?n de sacerdote.

Para nuestro consuelo, el Se?or nos dio tambi?n las par?bolas de la red con peces buenos y malos, del campo donde crece el trigo pero tambi?n la ciza?a. Nos explica que vino precisamente para ayudarnos en nuestra debilidad; que no vino, como dice, para llamar a los justos, a los que se creen ya plenamente justos, a los que creen que no necesitan la gracia, a los que oran alab?ndose a s? mismos, sino que vino a llamar a los que se saben d?biles, a los que son conscientes de que cada d?a necesitan el perd?n del Se?or, su gracia, para seguir adelante.

Me parece muy importante reconocer que necesitamos una conversi?n permanente, que no hemos llegado a la meta. San Agust?n, en el momento de su conversi?n, pensaba que ya hab?a llegado a la cumbre de la vida con Dios, de la belleza del sol, que es su Palabra. Luego comprendi? que tambi?n el camino posterior a la conversi?n sigue siendo un camino de conversi?n, que sigue siendo un camino donde no faltan las grandes perspectivas, las alegr?as, las luces del Se?or, pero donde tampoco faltan valles oscuros, donde debemos seguir adelante con confianza apoy?ndonos en la bondad del Se?or.

Por eso, es importante tambi?n el sacramento de la Reconciliaci?n. No es correcto pensar que en nuestra vida no tenemos necesidad de perd?n. Debemos aceptar nuestra fragilidad, permaneciendo en el camino, siguiendo adelante sin rendirnos, y mediante el sacramento de la Reconciliaci?n convirti?ndonos constantemente para volver a comenzar, creciendo, madurando para el Se?or, en nuestra comuni?n con ?l.

Naturalmente, tambi?n es importante no aislarse, no pensar que podemos ir adelante nosotros solos. Necesitamos la compa??a de sacerdotes amigos, tambi?n de laicos amigos, que nos acompa?en, que nos ayuden. Es muy importante para un sacerdote en la parroquia ver c?mo la gente tiene confianza en ?l y experimentar, adem?s de su confianza, su generosidad al perdonar sus debilidades. Los verdaderos amigos nos desaf?an y nos ayudan a ser fieles en este camino. Me parece que esta actitud de paciencia, de humildad, nos puede ayudar a ser buenos con los dem?s, a tener comprensi?n ante las debilidades de los dem?s, a ayudarles tambi?n a ellos a perdonar como nosotros perdonamos.

Creo que no soy indiscreto si digo que hoy he recibido una hermosa carta del cardenal Martini, agradeciendo la felicitaci?n que le envi? con ocasi?n de su 80? cumplea?os; somos coet?neos. Expresando su agradecimiento, dice: sobre todo doy gracias al Se?or por el don de la perseverancia. Hoy ?escribe? incluso el bien se hace por lo general ad tempus, ad experimentum. El bien, seg?n su esencia, s?lo se puede hacer de modo definitivo, pero para hacerlo de modo definitivo necesitamos la gracia de la perseverancia. Pido cada d?a al Se?or ?concluye? que me d? esta gracia.

Vuelvo a san Agust?n: al inicio estaba contento de la gracia de la conversi?n. Luego descubri? que necesitaba otra gracia, la gracia de la perseverancia, que debemos pedir cada d?a al Se?or. Pero, volviendo a las palabras del cardenal Martini, "hasta ahora el Se?or me ha dado esta gracia de la perseverancia; espero que me la d? tambi?n para esta ?ltima etapa de mi camino en esta tierra". Me parece que debemos confiar en este don de la perseverancia, pero que tambi?n debemos orar al Se?or con tenacidad, con humildad y con paciencia, para que nos ayude y nos sostenga con el don de la perseverancia final, para que nos acompa?e cada d?a hasta el final, aunque el camino pase por un valle oscuro. El don de la perseverancia nos da alegr?a, nos da la certeza de que somos amados por el Se?or y que este amor nos sostiene, nos ayuda y no nos abandona en nuestras debilidades.
Nuestro verdadero tesoro es el amor del Se?or

[La segunda parte de las preguntas y respuestas ser? publicada en el servicio de este mi?rcoles
Traducci?n del original italiano distribuida por la Santa Sede

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VATICANO - "El cristiano est? llamado continuamente a movilizarse para hacer frente a los m?ltiples ataques a que est? expuesto el derecho a la vida? la vida es el primero de los bienes recibidos de Dios y es fundamento de todos los dem?s": Benedicto XVI a la asamblea de la Pontificia Academia por la Vida

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "La conciencia cristiana tiene una necesidad interior de nutrirse y fortalecerse con las motivaciones m?ltiples y profundas que militan a favor del derecho a la vida. Es un derecho que exige ser sostenido por todos, porque es el derecho fundamental en orden a los otros derechos humanos". Ha afirmado el Papa Benedicto XVI a los participantes en la Asamblea General de la Pontificia Academia por la Vida y en el Congreso Internacional sobre el tema "La conciencia cristiana como sustento del derecho a la vida", recibidos en audiencia el 24 de febrero por la ma?ana,
Haciendo referencia a cuanto afirma con fuerza sobre este argumento la enc?clica Evangelium vitae, el Santo Padre ha recordado que el cristiano est? llamado continuamente a movilizarse "para hacer frente los m?ltiples ataques a que est? expuesto el derecho a la vida. En eso ?l sabe que puede contar con motivaciones que tienen profundas ra?ces en la ley natural y que pueden ser compartidas por todas las persona de recta conciencia". Si bien se ha hecho mucho para que los contenidos de tales motivaciones pudieran ser mejores conocidos en la comunidad cristiana y en la sociedad civil, sin embargo, "los ataques contra el derecho a la vida en todo el mundo se han extendido y multiplicado, asumiendo nuevas formas."
En los Pa?ses de Am?rica Latina y en aquellos en v?as de desarrollo son cada vez m?s fuertes las presiones por la legalizaci?n del aborto y se incrementan las pol?ticas de control demogr?fico, "a pesar de que ya han sido reconocidas como perniciosas incluso en el plano econ?mico y social". En los Pa?ses m?s desarrollados "crece el inter?s por la investigaci?n biotecnol?gica m?s refinada, para establecer sutiles y extensas metodolog?as de eugenismo hasta la b?squeda obsesiva del 'hijo perfecto', con la difusi?n de la procreaci?n artificial y diversas formas de diagn?sticos tendentes a asegurar su selecci?n", se promueven leyes para legalizar la eutanasia, multiplican las presiones para legalizar las convivencias alternativas al matrimonio. "En estas situaciones, la conciencia, arrollada a veces por los medios de presi?n colectiva - ha observado el Pont?fice -, no demuestra suficiente vigilancia acerca de la gravedad de los problemas en juego, y el poder de los m?s fuertes debilita y parece incluso paralizar a las personas de buena voluntad."
Es por lo tanto urgente y necesario recurrir a la conciencia y, en particular, a la conciencia cristiana. "La formaci?n de una conciencia verdadera, basada en la verdad y l?nea recta, determinada a seguir sus dict?menes, sin contradicciones, sin traiciones y sin compromisos, es hoy una empresa dif?cil y delicada, pero imprescindible. Y es una empresa obstaculizada, por desgracia, por diversos factores" ha continuado Benedicto XVI, que ha citado el creciente rechazo de la tradici?n cristiana y la idea de algunos de que "la conciencia individual, para ser libre, deber?a deshacerse tanto de referencias a las tradiciones, como de las basadas en la raz?n. As? la conciencia, que es acto de la raz?n mirante a la verdad de las cosas, deja de ser luz y se convierte en un simple fondo sobre la que la sociedad de los medios de comunicaci?n lanza las im?genes y los impulsos m?s contradictorios."
Hoy es necesario "volver a educar en el deseo del conocimiento de la verdad aut?ntica, en la defensa de la propia libertad para elegir frente a los comportamientos de masa y a las lisonjas de la propaganda, para nutrir la pasi?n por la belleza moral y la claridad de la conciencia". Esta labor corresponde a los padres y a los educadores, pero tambi?n a la comunidad cristiana respecto a sus fieles. ?No podemos conformarnos con un fugaz contacto con las principales verdades de fe en la infancia, es necesario un camino que abra la mente y el coraz?n de las personas durante las distintas etapas de la vida para que acojan los deberes fundamentales en los que se apoya la existencia del individuo y de la comunidad - ha afirmado Benedicto XVI -... Cuando falta una formaci?n continua y cualificada de la conciencia", a?adi?, se hace "m?s dif?cil el juicio sobre los problemas planteados por la biomedicina en materia de sexualidad, procreaci?n, as? como en el modo de tratar y curar a los pacientes y a los m?s d?biles de la sociedad".
El Papa ha llamado a las familias y a las comunidades parroquiales a sustentar la formaci?n de los j?venes y adultos: "junto a la formaci?n cristiana, destinada al conocimiento de la Persona de Cristo, de su Palabra y de los Sacramentos, en el itinerario de fe de los ni?os y adolescentes se debe unir coherentemente el discurso sobre los valores morales que conciernen a la corporeidad, la sexualidad, el amor humano, la procreaci?n, el respeto por la vida en todos los momentos, denunciando al mismo tiempo con v?lidos y precisos motivos, los comportamientos contrarios a estos valores primarios. En este espec?fico campo la labor de los sacerdotes deber? ser coadyuvada oportunamente por la labor de laicos educadores, especialistas, dedicados a la tarea de conducir las realidades eclesiales con su ciencia iluminada por la fe."
A continuaci?n Benedicto XVI ha concluido su discurso agradeciendo a los profesionales, fil?sofos, te?logos, cient?ficos y m?dicos que "en una sociedad a veces ruidosa y violenta" pueden contribuir "a despertar en muchos corazones la voz elocuente y clara de la conciencia", y recordado de nuevo la ense?anza del Concilio, que invita a los laicos "a distinguir con cuidado los derechos y deberes que les corresponden como miembros de la Iglesia de los que les compiten como miembros de la sociedad humana? para que aprendan a armonizarlos entre ellos, recordando que en todo lo temporal, deben dejarse conducir por la conciencia cristiana, porque ninguna actividad humana, ni siquiera temporal, puede sustraerse de Dios" (Lumen gentium, 36). Por ?ltimo, el Papa ha afirmado: "la vida es el primero de los bienes recibidos de Dios y es fundamento de todos los dem?s; garantizar el derecho a la vida a todos y de forma igual para todos es un deber de cuyo cumplimiento depende el futuro de la humanidad". (S.L) (Agencia Fides 26/2/2007 - L?neas: 72 Palabras: 1068)

Links:
Texto completo del discurso del Santo Padre, en italiano
http://www.evangelizatio.org/portale/adgentes/pontefici/pontefice.php?id=737

Martes, 27 de febrero de 2007
VATICANO - Camino de oraci?n para la Cuaresma - La IV estaci?n del V?a Crucis: Jes?s se encuentra con su madre

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Proponemos a la reflexi?n y a la meditaci?n, la III estaci?n del V?a Crucis seg?n el esquema usado el 25 de marzo de 2005, viernes Santo, en el rito celebrado en el Coliseo.

V /. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
R /. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.

Lectura del Evangelio seg?n San Lucas 2, 34-35.51
Sime?n los bendijo y dijo a Mar?a, su madre: ?Mira, ?ste est? puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; ser? una bandera discutida: as? quedar? clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasar? el alma?. Su madre conservaba todo esto en su coraz?n.

Meditaci?n

En el V?a crucis de Jes?s est? tambi?n Mar?a, su Madre. Durante su vida p?blica deb?a retirarse para dejar que naciera la nueva familia de Jes?s, la familia de sus disc?pulos. Tambi?n hubo de o?r estas palabras: ??Qui?n es mi madre y qui?nes son mis hermanos?... El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ?se es mi hermano, y mi hermana, y mi madre? (Mt 12, 48-50). Y esto muestra que ella es la Madre de Jes?s no solamente en el cuerpo, sino tambi?n en el coraz?n. Porque incluso antes de haberlo concebido en el vientre, con su obediencia lo hab?a concebido en el coraz?n. Se le hab?a dicho: ?Concebir?s en tu vientre y dar?s a luz un hijo... Ser? grande..., el Se?or Dios le dar? el trono de David su padre? (Lc 1, 31 ss). Pero poco m?s tarde el viejo Sime?n le dir?a tambi?n: ?y a ti, una espada te traspasar? el alma? (Lc 2, 35). Esto le har?a recordar palabras de los profetas como ?stas: ?Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abr?a boca; como un cordero llevado al matadero? (Is 53, 7). Ahora se hace realidad. En su coraz?n habr? guardado siempre la palabra que el ?ngel le hab?a dicho cuando todo comenz?: ?No temas, Mar?a? (Lc 1, 30). Los disc?pulos han huido, ella no. Est? all?, con el valor de la madre, con la fidelidad de la madre, con la bondad de la madre, y con su fe, que resiste en la oscuridad: ?Bendita t? que has cre?do? (Lc 1, 45). ?Pero cuando venga el Hijo del hombre, ?encontrar? esta fe en la tierra?? (Lc 18, 8). S?, ahora ya lo sabe: encontrar? fe. ?ste es su gran consuelo en aquellos momentos.

Oraci?n

Santa Mar?a, Madre del Se?or, has permanecido fiel cuando los disc?pulos huyeron. Al igual que cre?ste cuando el ?ngel te anunci? lo que parec?a incre?ble -que ser?as la madre del Alt?simo- tambi?n has cre?do en el momento de su mayor humillaci?n. Por eso, en la hora de la cruz, en la hora de la noche m?s oscura del mundo, te han convertido en la Madre de los creyentes, Madre de la Iglesia. Te rogamos que nos ense?es a creer y nos ayudes para que la fe nos impulse a servir y dar muestras de un amor que socorre y sabe compartir el sufrimiento.

Pater noster, qui es in c?lis;
sanctificetur nomen tuum;
adveniat regnum tuum;
fiat voluntas tua, sicut in c?lo et in terra.
Panem nostrum cotidianum da nobis hodie;
et dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus debitoribus nostris;
et ne nos inducas in tentationem;
sed libera nos a malo.
Qu? m?rebat et dolebat,
pia Mater, dum videbat
Nati p?nas incliti
(J.M.) (Agencia Fides, 27 febrero 2007)

Publicado por verdenaranja @ 23:55  | Espiritualidad
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Homil?a para el mi?rcoles de Ceniza
21 de febrero de 2007



La primera lectura de hoy nos ense?a que el tiempo de Cuaresma es un tiempo de penitencia.

El profeta Joel (1. Joel 2,12-18) llama al pueblo de Israel a una jornada de penitencia. Les urge a que se conviertan de su mal y se pongan con decisi?n en la l?nea del seguimiento de Dios. Esto suced?a unos cuatro siglos antes de Cristo.

El ambiente se ve que estaba bastante ap?tico y decadente. Adem?s, estaban padeciendo en aquellos momentos los efectos de una cat?strofe natural, una larga sequ?a y una plaga de langostas o saltamontes que hab?a arrasado toda la cosecha.

El profeta aprovecha la circunstancia para convocar en asamblea general a peque?os y mayores, sacerdotes y laicos, para que todos juntos pidan perd?n a Dios. Para ?l, la causa fundamental de la situaci?n es que se han olvidado de Dios y descuidan su alianza. Eso s?: no se tienen que contentar con un ayuno oficial, ni con unas l?grimas o con un cambio de vestidos exteriores en se?al de luto. La conversi?n tiene que ser interior: volverse de coraz?n a Dios, buscar sinceramente su voluntad y cumplirla.

El argumento con el que les anima a dar este paso es la bondad de Dios. Les recuerda una definici?n de Dios que se repite muchas veces en la Biblia: El Se?or es ?compasivo y misericordioso, lento a la c?lera, rico en piedad?.

Por medio de la penitencia debemos volver a Dios, reconocer que lo necesitamos y a veces las cosas que buscamos nos impiden encontrarnos con la bondad de Dios. Las ascesis el dejar lo superfluo el esp?ritu penitencial nos hace m?s ?giles en la b?squeda de Dios



La segunda lectura nos muestra que la cuaresma es un tiempo de gracia, un tiempo de reconciliaci?n. San Pablo (2 Corintios 5,20-6,2) se lo dijo a los corintios hace dos mil a?os, pero nosotros lo o?mos hoy: ?ahora es el tiempo de la gracia, ahora es el d?a de la salvaci?n?.

El se muestra orgulloso de ser ?embajador de Cristo?, y la embajada que trae de parte de ?l es ?sta: ?d?jense reconciliar con Dios?. Esta reconciliaci?n se la ofrece Dios a todos por medio de la muerte salvadora de su Hijo Jes?s. Hay que aprovechar esta ocasi?n y no ?echar en saco roto la gracia de Dios?. Es el tiempo propicio para reconciliarse: o sea, para recomponer la relaci?n entre nosotros y Dios, por si se hubiera roto o debilitado. La confesi?n nos deber?a llevar constantemente a este esp?ritu de reconciliaci?n que cuanto m?s aut?ntico es se refleja en la relaci?n con los hermanos.



El Evangelio nos propone las obras propias de la cuaresma: oraci?n, ayuno, limosna.

Jes?s, en el serm?n de la monta?a (Mateo 6,1-6; 16-18), ense?a a sus disc?pulos c?mo tiene que ser su estilo de vida. Es una hermosa p?gina, con paralelismos y ant?tesis muy expresivos.

Describe tres aspectos de la vida de un creyente que se puede decir que abarcan las tres direcciones de cada persona: para con Dios (oraci?n), para con el pr?jimo (limosna) y para consigo mismo (ayuno). En las tres, el disc?pulo de Jes?s tiene que profundizar, no quedarse en lo exterior, sino situarse delante de Dios Padre, que es el que nos conoce hasta lo m?s profundo del ser, sin buscar premios o aplausos aqu? abajo:

- la limosna: ?no vayas tocando la trompeta? para que todos se enteren; al contrario: ?que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha?; el Padre te lo recompensar?;

- la oraci?n: no rezar ?para que los vea la gente?; al contrario: ?entra en tu cuarto y reza?; el Padre te lo pagar?;

- el ayuno: ?no anden cabizbajos para que la gente sepa que ayunan?; al contrario: ?perf?mate la cabeza?; el Padre te premiar?.



Muchos cristianos est?n asustados de la situaci?n presente: la gran sequ?a de fe y de vocaciones, y los grandes males del mundo que arrasan valores humanos y cristianos. ?Tiene futuro todo esto? La Cuaresma nos viene a responder que s?. Ante todo porque Dios sigue siendo rico en bondad y misericordia, y est? siempre dispuesto a perdonar y empezar de nuevo. Y tambi?n porque las personas, por m?s d?biles que se sientan, pueden ser movidas por el Esp?ritu y cambiar.

Por eso somos invitados a emprender un camino pascual, un camino que incluye la cruz y la renuncia, y por tanto ser? inc?modo. Somos invitados a reconocer que algo no va bien en nosotros mismos, adem?s de en la sociedad o en la Iglesia, y a cambiar, a dar un viraje, a convertirnos. Conversi?n se dice en griego ?met?noia?, que significa cambio de mentalidad.



El gesto penitencial de la ceniza que hacemos hoy, despu?s de la homil?a, nos recuerda, por una parte, que somos polvo y al polvo volveremos, cosa que nos hace bien recordar. Y por otra, nos invita a que aceptemos el Evangelio como norma de vida, como mentalidad propia de los seguidores de Jes?s, la otra exhortaci?n que se puede hacer al poner la ceniza: Convi?rtete y cree en el Evangelio.

Conversi?n que necesitamos todos y que tiene que tener las tres direcciones que Jes?s nos propon?a en el Evangelio hacia el pr?jimo, una caridad y una apertura que no busca ostentaci?n, sino que se basa en un amor verdadero y desinteresado. En direcci?n a Dios, una oraci?n que no se conforma con palabras y gestos exteriores, sino que brota del coraz?n. En direcci?n a nosotros mismos, un ayuno que es autocontrol, capacidad de renuncia de valores secundarios en favor de los principales.

Todo ello -dar limosna, rezar, ayunar- no lo hacemos para llamar la atenci?n, sino con sinceridad y profundidad, para abrirnos a los dem?s, abrirnos a Dios y cerrarnos un poco a nosotros mismos.

Dec?a el Papa Benedicto XVI, el 1 de marzo del a?o pasado: ?Animados por un fuerte compromiso de oraci?n, decididos a un esfuerzo cada vez mayor de penitencia, de ayuno y de solicitud amorosa por los hermanos, encamin?monos hacia la Pascua, acompa?ados por la Virgen Mar?a, Madre de la Iglesia y modelo de todo aut?ntico disc?pulo de Cristo.? Si nos acompa?a la Virgen la cuaresma de 2007 ser? un paso seguro, en nuestra vida, en el seguimiento de Jes?s.

+Mons. Rub?n H. Di Monte

Arzobispo de Mercedes-Luj?n

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EN RECUERDO DE MANOLO APARICI (1902-1964)

UN ADELANTADO DEL CAMINO DE SANTIAGO


?Capit?n de Peregrinos?


La Revista ?Peregrino? del Camino de Santiago, que edita la Federaci?n Espa?ola de las Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago, en su n?mero de Diciembre de 2006, publica en la p?gina 11 el art?culo que os adjuntamos dedicado a Manuel Aparici.

Por otro lado, ?[...] Los Cursillos [de Cristiandad] ?afirma Jes?s Valls en el pr?logo al libro de Guillermo Bibiloni? nacen para hacer un cristianismo fuerte y su fuerza les infunde un esp?ritu peregrino [...]? [1].

?[...] La vida es un peregrinaje ?le dice Eduardo Bonn?n a Eduardo Su?rez? y esta imagen no ha perdido validez. La pena insisto, es que algunos creen que ya han llegado? [2]

Por otro lado, en la Revista Kerygma, Bolet?n del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de Espa?a, en su ?ltimo n?mero de enero-febrero de este a?o 2007, p?gina 9, se lee: ?[...] y recibe tambi?n un fuerte abrazo de todos tus hermanos, los que compartimos contigo la aventura incre?ble de un Cursillo, los que seguimos compartiendo contigo el apasionante cuarto d?a, esta maravillosa ?espiritualidad de peregrinaci?n? [...]?.

Manuel Aparici (Madrid, 11 ?diciembre? 1902 ? ? Madrid, 28?agosto? 1964), ?Capit?n de Peregrinos?, Presidente Nacional de los J?venes de Acci?n Cat?lica y, una vez ordenado sacerdote, Consiliario Nacional de los mismos, es una de las figuras m?s importantes de la Iglesia espa?ola en el siglo XX, humilde converso, ap?stol infatigable y ap?stol con vocaci?n de crucificado, que ?l mismo pidi? al Se?or y ?ste le concedi?; ?l, con su tes?n, hizo revivir, y de qu? modo, el Camino de Santiago; ?l fue el art?fice y el alma de la magna peregrinaci?n mundial juvenil a Santiago de Compostela el 28 de agosto de 1948; ?l fue el creador en 1940 de los Cursillos de Adelantados, Jefes y Gu?as de Peregrinos para dar base espiritual honda a los j?venes ?adelantados? camino de Santiago, y despu?s antecedente pr?ximo de los Cursillos de Cristiandad que recogen entre otros muchos elementos el esp?ritu peregrinante de Manuel Aparici, y siempre referencia obligada de los mismos; ?stos nacieron de los Cursillos creados por Manuel Aparici; ?l es .... Eduardo Bonn?n pens? en ?l como l?der a nivel nacional (Espa?a). Pero no pudo ser porque ya estaba muy enfermo, y, a?n as?, continu? dando cursillos hasta que sus fuerzas se lo permitieron, pr?cticamente hasta su santa muerte.

Con su palabra y su ejemplo, como ap?stol seglar y como sacerdote, nos ense?? a hacer de nuestra vida una peregrinaci?n: ?Caminar por Cristo al Padre, a impulsos del Esp?ritu Santo, con la ayuda de Mar?a y llevando consigo a los hermanos?.

Veinte a?os despu?s de haber sido formulada esta definici?n, el Concilio Vaticano II, en todos sus documentos, proclama el car?cter peregrinante de la iglesia y la espiritualidad que de ella se deriva, y as? lo proclama la liturgia.

Han pasado los a?os Y en quienes le conocieron y trataron, o recibieron el influjo de su apostolado, se afianza su fama de santidad, al que el cardenal Don ?ngel Herrera Oria calific? de ?Coloso de Cristo, de su Iglesia y del Papa?.

En nuestra p?gina web: http://www.peregrinosdelaglesia.org pod?is escuchar su voz, leer su biograf?a y otras publicaciones. En ella tambi?n encontrar?is una estampa para pedir su glorificaci?n (para devoci?n privada). Esperamos vuestras oraciones para que el Se?or quiera llevar a buen t?rmino su Causa.

?Podemos contar con vosotros para la difusi?n de su figura, su vida y su obra y de nuestra p?gina web?

Con nuestro m?s profundo agradecimiento, recibid un cordial saludo de estos vuestros hermanos en Cristo Jes?s.

Peregrinos de la Iglesia.





I


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[1] ?Historia de los Cursillos de Cristiandad. Mallorca, 1944-2001?, p. 12. Colecci?n CURSILLOS DE CRISTIANDAD. Direcci?n: Jes?s R. Valls. FUNDACI?N CURSILLOS DE CRISTIANDAD. Primera edici?n: abril 2002.

[2] ?Eduardo Bonn?n un aprendiz de cristiano?, p. 100. Segunda edici?n revisada: marzo de 2002. Colecci?n CURSILLOS DE CRISTIANDAD. Direcci?n: Jes?s R. Valls. FUNDACI?N CURSILLOS DE CRISTIANDAD. y ?Historia de los Cursillos de Cristiandad. Mallorca, 1944-2001?, p. 145. Colecci?n CURSILLOS DE CRISTIANDAD. Direcci?n: Jes?s R. Valls. FUNDACI?N CURSILLOS DE CRISTIANDAD. Primera edici?n: abril 2002.

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Carta semanal del Arzobispo de Valencia Don Agust?n Garc?a-Gasco Vicente.

El amor es imprescindible



Publicada en ?Paraula-Iglesia en Valencia? el 25 de febrero de 2007


?Ser? alg?n d?a prescindible e innecesario el amor o la caridad? Esta pregunta que puede sorprender es la que a lo largo de la historia, y m?s concretamente en el siglo XX, plantearon aquellos intelectuales que sosten?an que un Estado verdaderamente justo ser?a aquel en que fuesen innecesarios los h?roes y los santos.
Detr?s de las propuestas, aparentemente idealistas, que plantean que las estructuras justas convertir?an en superfluas las obras de caridad, se esconde una concepci?n materialista del ser humano por la que se cree que hombre vive ?s?lo de pan?, una concepci?n que resta dignidad al propio hombre y que ignora lo que es precisamente m?s humano.

Quien intenta desentenderse del amor se dispone a desentenderse del hombre en cuanto hombre. As? lo afirma Benedicto XVI en su Carta Enc?clica ?Deus Caritas est?. Siempre habr? sufrimiento que necesite consuelo y ayuda; siempre habr? soledad; siempre se dar?n tambi?n situaciones de necesidad material en las que resulta indispensable una ayuda que muestre un amor concreto al pr?jimo.

El Santo Padre nos advierte que no es bueno que el Estado quiera absorberlo todo en s? mismo negando la actuaci?n del individuo y de los grupos sociales que estructuran la sociedad. La pol?tica no tiene la exclusiva de la estructura social. Lo que m?s necesita un ser humano afligido es una entra?able atenci?n personal y eso no se lo puede asegurar una instancia burocr?tica. El Estado jam?s podr? dar amor.

Es imprescindible para el bien humano que el Estado aplique el principio de subsidiaridad y que as? reconozca y apoye las iniciativas que surgen de las distintas fuerzas sociales. Estas iniciativas tienen la impagable virtud de unir la espontaneidad con la cercan?a a todos los que se ven necesitados de auxilio.

Benedicto XVI invita a reconocer a la Iglesia entre estas fuerzas vivas de la acci?n social y caritativa. En la Iglesia late el amor suscitado por el Esp?ritu de Cristo, que brinda a todos los hombres no s?lo la ayuda material, sino tambi?n sosiego y cuidado del alma, una ayuda con frecuencia m?s necesaria que el sustento material.

La colaboraci?n de la Iglesia con el Estado para el establecimiento de un orden justo presenta tambi?n esta otra faceta. Adem?s de contribuir a la purificaci?n de la raz?n, la Iglesia tambi?n contribuye a reavivar las fuerzas morales que instauran las estructuras justas y que las hacen operativas a medio y largo plazo. Sin esta savia de compromiso personal, las estructuras no acaban de dar el fruto esperado.

La Iglesia anima a los fieles laicos que forman parte de ella a que reconozcan la permanente necesidad del amor en nuestra sociedad y a que act?en a favor de un orden justo en la sociedad. Como ciudadanos del Estado, los laicos est?n llamados a participar en primera persona en la vida p?blica. Deben contribuir a promover el bien com?n de modo org?nico e institucional a trav?s de las acciones econ?micas, sociales, legislativas, administrativas y culturales.

La misi?n de los laicos es configurar rectamente la vida social, respetando su leg?tima autonom?a y cooperando con los otros ciudadanos, desde sus respectivas competencias y responsabilidades. Su actividad pol?tica puede ser llamada propiamente ?caridad social?, ya que la caridad debe animar toda la existencia de los fieles laicos.

Benedicto XVI advierte claramente que la Iglesia nunca puede sentirse dispensada del ejercicio de la caridad como actividad organizada de los creyentes, y nunca habr? situaciones sociales en las que no haga falta la caridad de cada cristiano individualmente. E insiste en que el ser humano, m?s all? de la justicia, siempre tiene y tendr? necesidad de amor.

La acci?n social del Estado que procede de los impuestos no puede ser excusa para desentenderse del compromiso cristiano del amor y de la caridad. La acci?n caritativa de la Iglesia no es superflua aun cuando el Estado se autoproclame del bienestar. En todas las ?pocas de bonanza econ?mica asistimos a graves injusticias y dificultades en el acceso a la vivienda o la estabilidad laboral. Al comenzar la Cuaresma, pongamos toda nuestra intenci?n en ajustar nuestra vida a los principios que la dotan de pleno sentido y la rescatan de las trampas materialistas y espiritualistas: busquemos amar a Dios sobre todas las cosas y al pr?jimo como a nosotros mismos.

Con mi bendici?n y afecto,

Agust?n Garc?a-Gasco Vicente
Arzobispo

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Lunes, 26 de febrero de 2007
Carta semanal del Arzobispo de Valencia Don Agust?n Garc?a -Gasco Vicente.

El fundamento de los Derechos Humanos


Publicada en ?Paraula-Iglesia en Valencia? el 18 de febrero de 2007


El papel de los derechos humanos en nuestra sociedad va estrechamente ligado al papel de los organismos internacionales y de su autoridad. Benedicto XVI, en su Mensaje de la Paz de este a?o, recuerda que los Organismos Internacionales se refieren continuamente a la tutela de los derechos humanos. De un modo particular, la Organizaci?n de las Naciones Unidas se ha propuesto como tarea fundamental la promoci?n de los derechos humanos, tal y como refleja la Declaraci?n Universal de 1948.
Se trata de una forma de compromiso moral asumido por la humanidad entera, que manifiesta una profunda verdad si se entiende que los derechos descritos en la Declaraci?n est?n fundados en la naturaleza misma del ser humano y en su dignidad inalienable de persona creada por Dios. El Santo Padre recalca la importancia de que los Organismos Internacionales no pierdan de vista el fundamento natural de los derechos humanos.

Por el contrario, si se consideran fundados en la decisi?n de la asamblea que los ha aprobado, se cae en el peligro de una interpretaci?n meramente positivista de los mismos, que los pone a merced de los que detentan el poder. S?lo si los derechos humanos se basan en el derecho natural los Organismos Internacionales mantienen la justificaci?n principal de su propia existencia y actuaci?n: tener la autoridad necesaria para desempe?ar su papel de defensores de los derechos de la persona y de los pueblos.

Desde la convicci?n de que existen derechos humanos inalienables vinculados a la naturaleza com?n de los hombres se ha elaborado un derecho internacional humanitario. Los Estados se han comprometido a observar este derecho, incluso en caso de guerra. Benedicto XVI se?ala la necesidad de que la comunidad internacional lo corrobore y lo aplique en todas las situaciones actuales de conflicto armado, incluidas las que no est?n previstas por el derecho internacional vigente. Casos dolorosos como los del Sur del L?bano, o las respuestas a formas in?ditas de violencia terrorista, muestran que con frecuencia no se atiende a la obligaci?n de proteger y ayudar a las v?ctimas inocentes y de no implicar a la poblaci?n civil.

Benedicto XVI insiste en que la guerra es siempre un fracaso para la comunidad internacional y una gran p?rdida para la humanidad. Pero tambi?n refleja que cuando se llega a ella, hay que salvaguardar al menos los principios esenciales de humanidad y los valores que fundamentan toda convivencia civil. La comunidad internacional debe seguir velando por establecer normas de comportamiento para que se limiten al m?ximo los da?os y para que se alivie el sufrimiento de los civiles y de todas las v?ctimas de los conflictos.

La paz se ve tambi?n gravemente amenazada por la voluntad manifestada por algunos Estados de poseer armas nucleares. Se ha reavivado as? el temor ante una posible cat?strofe at?mica, que parec?a ya superado con la finalizaci?n de la ?guerra fr?a?. El Santo Padre sigue manteniendo la vigencia de la doctrina del Concilio Vaticano II, acerca de que toda acci?n b?lica que tiende indiscriminadamente a la destrucci?n de ciudades enteras o de amplias regiones con sus habitantes es un crimen contra Dios y contra el hombre que hay que condenar con firmeza y sin vacilaciones.

No bastan los acuerdos internacionales para la no proliferaci?n de armas nucleares. Es imprescindible el compromiso de intentar su disminuci?n para llegar a alcanzar su desmantelamiento definitivo. En ello puede ir la vida de toda la familia humana.

La defensa de la paz necesita quienes trabajan lealmente por ella, con una adecuada comprensi?n de lo que exige la dignidad humana y de lo que supone el derecho natural como fundamento de los derechos humanos y origen del derecho internacional humanitario.

Con mi bendici?n y afecto,

Agust?n Garc?a-Gasco Vicente
Arzobispo

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VATICANO - Camino de oraci?n para la Cuaresma - La III estaci?n del V?a Crucis: Jes?s cae por primer vez

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Proponemos a la reflexi?n y a la meditaci?n, la III estaci?n del V?a Crucis seg?n el esquema usado el 25 de marzo de 2005, viernes Santo, en el rito celebrado en el Coliseo.

V /. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
R /. Quia por sanctam crucem tuam redemisti mundum.

Lectura del libro del profeta Isa?as 53, 4-6
?l soport? nuestros sufrimientos y aguant? nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado, traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros cr?menes. Nuestro castigo saludable vino sobre ?l, sus cicatrices nos curaron. Todos err?bamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino, y el Se?or carg? sobre ?l todos nuestros cr?menes.

Meditaci?n

El hombre ha ca?do y cae siempre de nuevo: cu?ntas veces se convierte en una caricatura de s? mismo y, en vez de ser imagen de Dios, ridiculiza al Creador. ?No es acaso la imagen por excelencia del hombre la de aquel que, bajando de Jerusal?n a Jeric?, cay? en manos de los salteadores que lo despojaron dej?ndolo medio muerto, sangrando al borde del camino? Jes?s que cae bajo la cruz no es s?lo un hombre extenuado por la flagelaci?n. El episodio resalta algo m?s profundo, como dice Pablo en la carta a los Filipenses: ??l, a pesar de su condici?n divina, no hizo alarde de su categor?a de Dios; al contrario, se despoj? de su rango y tom? la condici?n de esclavo, pasando por uno de tantos. Y as?, actuando como un hombre cualquiera, se rebaj? hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz? (Flp 2, 6-8). En su ca?da bajo el peso de la cruz aparece todo el itinerario de Jes?s: su humillaci?n voluntaria para liberarnos de nuestro orgullo. Subraya a la vez la naturaleza de nuestro orgullo: la soberbia que nos induce a querer emanciparnos de Dios, a ser s?lo nosotros mismos, sin necesidad del amor eterno y aspirando a ser los ?nicos art?fices de nuestra vida. En esta rebeli?n contra la verdad, en este intento de hacernos dioses, nuestros propios creadores y jueces, nos hundimos y terminamos por autodestruirnos. La humillaci?n de Jes?s es la superaci?n de nuestra soberbia: con su humillaci?n nos ensalza. Dejemos que nos ensalce. Despoj?monos de nuestra autosuficiencia, de nuestro enga?oso af?n de autonom?a y aprendamos de ?l, del que se ha humillado, a encontrar nuestra verdadera grandeza, humill?ndonos y dirigi?ndonos hacia Dios y los hermanos oprimidos.

Oraci?n

Se?or Jes?s, el peso de la cruz te ha hecho caer. El peso de nuestro pecado, el peso de nuestra soberbia, te derriba. Pero tu ca?da no es signo de un destino adverso, no es la pura y simple debilidad de quien es despreciado. Has querido venir a socorrernos porque a causa de nuestra soberbia yacemos en tierra. La soberbia de pensar que podemos forjarnos a nosotros mismos lleva a transformar al hombre en una especie de mercanc?a, que puede ser comprada y vendida, una reserva de material para nuestros experimentos, con los cuales esperamos superar por nosotros mismos la muerte, mientras que, en realidad, no hacemos m?s que mancillar cada vez m?s profundamente la dignidad humana. Se?or, ay?danos porque hemos ca?do. Ay?danos a renunciar a nuestra soberbia destructiva y, aprendiendo de tu humildad, a levantarnos de nuevo.

Pater noster, qui es in c?lis;
sanctificetur nomen tuum;
adveniat regnum tuum;
fiat voluntas tua, sicut in c?lo et in terra.
Panem nostrum cotidianum da nobis hodie;
et dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus debitoribus nostris;
et ne nos inducas in tentationem;
sed libera nos a malo.
O quam tristis et afflicta
fuit illa benedicta
Mater Unigeniti!
(J.M.) (Agencia Fides, 26/2/2007)

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VATICANO - Camino de oraci?n para la Cuaresma - La II estaci?n del V?a Crucis: Jes?s con la cruz a cuestas

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Proponemos a la reflexi?n y a la meditaci?n, la II estaci?n del V?a Crucis seg?n el esquema usado el 25 de marzo de 2005, viernes Santo, en el rito celebrado en el Coliseo.

Segunda estaci?n: Jes?s con la cruz a cuestas

V /. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
R /. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.

Lectura del Evangelio seg?n San Mateo 27, 27-31

Los soldados del gobernador se llevaron a Jes?s al pretorio y reunieron alrededor de ?l a toda la compa??a: lo desnudaron y le pusieron un manto de color p?rpura y trenzando una corona de espinas se la ci?eron a la cabeza y le pusieron una ca?a en la mano derecha. Y doblando ante ?l la rodilla, se burlaban de ?l diciendo: ??Salve, Rey de los jud?os!?. Luego lo escup?an, le quitaban la ca?a y le golpeaban con ella en la cabeza. Y terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar.

Meditaci?n

Jes?s, condenado por declararse rey, es escarnecido, pero precisamente en la burla emerge cruelmente la verdad. ?Cu?ntas veces los signos de poder ostentados por los potentes de este mundo son un insulto a la verdad, a la justicia y a la dignidad del hombre! Cu?ntas veces sus ceremonias y sus palabras grandilocuentes, en realidad, no son m?s que mentiras pomposas, una caricatura de la tarea a la que se deben por su oficio, el de ponerse al servicio del bien. Jes?s, precisamente por ser escarnecido y llevar la corona del sufrimiento, es el verdadero rey. Su cetro es la justicia (Sal 44, 7). El precio de la justicia es el sufrimiento en este mundo: ?l, el verdadero rey, no reina por medio de la violencia, sino a trav?s del amor que sufre por nosotros y con nosotros. Lleva sobre s? la cruz, nuestra cruz, el peso de ser hombres, el peso del mundo. As? es como nos precede y nos muestra c?mo encontrar el camino para la vida eterna.

Oraci?n

Se?or, te has dejado escarnecer y ultrajar. Ay?danos a no unirnos a los que se burlan de quienes sufren o son d?biles. Ay?danos a reconocer tu rostro en los humillados y marginados. Ay?danos a no desanimarnos ante las burlas del mundo cuando se ridiculiza la obediencia a tu voluntad. T? has llevado la cruz y nos has invitado a seguirte por ese camino (Mt 10, 38). Danos fuerza para aceptar la cruz, sin rechazarla; para no lamentarnos ni dejar que nuestros corazones se abatan ante las dificultades de la vida. An?manos a recorrer el camino del amor y, aceptando sus exigencias, alcanzar la verdadera alegr?a.

Pater noster, qui es in c?lis;
sanctificetur nomen tuum;
adveniat regnum tuum;
fiat voluntas tua, sicut in c?lo et in terra.
Panem nostrum cotidianum da nobis hodie;
et dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus debitoribus nostris;
et ne nos inducas in tentationem;
sed libera nos a malo.
Cuius animam gementem,
contristatam et dolentem
pertransivit gladius
(J.M.) (Agencia Fides, 24/2/2007)

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VATICANO - En el encuentro del Papa Benedicto XVI con los Sacerdotes y el Clero de la Di?cesis de Roma: la atenci?n prioritaria a los j?venes, el conocimiento de la Biblia, el lugar de los movimientos eclesiales, la interiorizaci?n del Concilio, el arte sagrado instrumento de comunicaci?n de la fe

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Como es tradici?n al inicio de la Cuaresma, jueves 22 de febrero, el Santo Padre Benedicto XVI ha recibido en audiencia a los P?rrocos y al Clero de la Di?cesis de Roma. Despu?s del saludo del Cardenal Vicario, Camillo Ruini, el Papa ha respondido a las preguntas que le han hecho algunos sacerdotes. Reproducimos a continuaci?n las tem?ticas afrontadas y algunos extractos de las respuestas del Santo Padre.
1. La misi?n del Santuario mariano en la Di?cesis, dedicado a la Virgen del Divino Amor. "El servicio esencial ? es ofrecerse como lugar de oraci?n, de vida sacramental y de vida de caridad vivida? Aprendamos de Maria a hablar personalmente con el Se?or, ponderando y conservando en nuestra vida y en nuestro coraz?n las palabras de Dios, para que se conviertan en alimento verdadero para cada uno.... En la Liturgia el Se?or nos ense?a a rezar, primero d?ndonos su Palabra, luego introduci?ndonos en la Oraci?n eucar?stica a la comuni?n con su misterio de vida, de Cruz y de Resurrecci?n? Por lo tanto, la Liturgia es sobre todo oraci?n: primero escucha y luego respuesta, sea en el Salmo responsorial sea en la oraci?n de la Iglesia, sea en la gran Oraci?n eucar?stica. Nosotros la celebramos bien si la celebramos en actitud "orante", uni?ndonos al misterio de Cristo y a su coloquio de Hijo con el Padre? La piedad popular es una de nuestras fuerzas, porque se trata de oraciones muy arraigados en el coraz?n de las personas. Incluso personas que est?n un poco alejadas de la vida de la Iglesia y no tienen gran comprensi?n de la fe, se ven tocadas en el coraz?n por esta oraci?n. Tan s?lo se deben "iluminar" estos gestos, "purificar" esta tradici?n, para que se convierta en vida actual de la Iglesia? Estoy muy contento porque cada vez se renueva m?s la adoraci?n eucar?stica? puedo decir que dentro de poco firmar? la Exhortaci?n post-sinodal sobre la Eucarist?a, que estar? luego a disposici?n de la Iglesia. Es un Documento que se ofrece a la meditaci?n? Por ?ltimo, el Santuario como lugar de la caritas. Este me parece muy l?gico y necesario."
2. La formaci?n en la fe de las nuevas generaciones. "La juventud debe ser realmente una prioridad de nuestro trabajo pastoral, porque vive en un mundo lejos de Dios? me parece muy importante que los j?venes encuentren personas - tanto de su edad como m?s maduras - en los que puedan ver que la vida cristiana es hoy posible y tambi?n es razonable y realizable? El "catecumenado" vivido en un modo nuevo - es decir como camino com?n de vida como experiencia com?n del hecho que es posible vivir as? - es de gran importancia. S?lo si hay cierta experiencia se podr? tambi?n entender? No podemos pensar vivir de forma inmediata una vida cristiana al ciento por ciento, sin dudas ni pecados. Tenemos que reconocer que estamos en camino, que debemos y podemos aprender, que debemos convertirnos paulatinamente? Cu?nto a los grandes temas, dir?a que es importante conocer a Dios. El tema "Dios" es esencial.... S?lo si logramos entender que Jes?s no es un gran profeta, ni una de las personalidades religiosas del mundo, sino que es el Rostro de Dios, es Dios, entonces habremos descubierto la grandeza de Cristo y habremos encontrado quien es Dios? Luego, naturalmente, debemos entender que la Iglesia es la gran compa?era del camino que estamos realizando. En ella, la Palabra de Dios permanece viva y Cristo no es s?lo una figura del pasado, sino que est? presente. As? debemos redescubrir la vida sacramental? En este camino, nos acompa?an naturalmente, los santos. Ellos, a?n en medio de muchos problemas, vivieron y fueron las "interpretaciones" verdaderas y vivas de la Sagrada Escritura? Y luego, naturalmente, siempre est? Maria, que es la Madre de la Palabra. Redescubrir a Maria nos ayuda a continuar adelante como cristianos y a conocer al Hijo."
3. La promoci?n del conocimiento de la Biblia. "La Biblia, en su totalidad, es una cosa grande y que se debe ir descubriendo poco a poco? Un primer punto me parece leer la Sagrada Escritura en su unidad y totalidad. Las partes individuales son partes de un camino y s?lo vi?ndolas en su totalidad como un camino ?nico, d?nde una parte explica la otra, podemos entender esto ? La lectura de la Sagrada Escritura tiene que siempre ser una lectura a la luz de Cristo.... El verdadero due?o de la Palabra es siempre el pueblo de Dios, conducido por el Esp?ritu Santo, y la inspiraci?n es un proceso complejo: el Esp?ritu Santo gu?a hacia adelante, el pueblo recibe. Es, por tanto, el camino de un pueblo, del pueblo de Dios. La Sagrada Escritura debe ser le?da siempre bien. Pero eso s?lo puede ocurrir si caminamos dentro de este sujeto que es el pueblo de Dios que vive, que es renovado, que es fundado de nuevo por Cristo, pero siempre permanece en su identidad? Por tanto, dir?a que hay tres dimensiones en relaci?n entre ellos. La dimensi?n hist?rica, la dimensi?n cristol?gica y la dimensi?n eclesiol?gica - del pueblo en camino - que se compenetran? La Palabra siempre es mucho m?s grande de cuanto t? hayas podido entender. Y esto se debe afirmar de modo cr?tico respecto a una cierta parte de la ex?gesis moderna, que cree haber entendido todo y que no deja, despu?s de la interpretaci?n que ha elaborado, a?adir ya nada m?s. Esto no es verdad. La Palabra es cada vez m?s grande de la ex?gesis de los Padres y de la ex?gesis cr?tica."
4. Los Movimientos Eclesiales y las Nuevas Comunidades. "En todos los siglos han nacido Movimientos? se insertan en la vida de la Iglesia no sin sufrimientos, no sin dificultades. San Benito mismo tuvo que corregir la inicial direcci?n del monaquismo. Y tambi?n as? en nuestro siglo el Se?or, el Esp?ritu Santo, nos ha dado nuevas iniciativas, con nuevos aspectos de la vida cristiana: vividos por personas humanas con sus l?mites, crean tambi?n dificultades. Primera regla pues: no apagad los carismas, sed agradecidos aunque den ciertos problemas. La segunda regla es ?sta: la Iglesia es una; si los Movimientos son realmente dones del Esp?ritu Santo, se introducen y sirven a la Iglesia y en el di?logo paciente entre Pastores y Movimientos nace una forma fecunda donde estos elementos se convierten en elementos edificantes para la Iglesia de hoy y de ma?ana."
5. La pastoral, verdadera vida de la Iglesia, que se alimenta de la eclesiolog?a conciliar. "La pastoral no deber?a ser nunca una simple estrategia, un trabajo administrativo, sino permanecer siempre como un trabajo espiritual. Ciertamente tampoco puede faltar totalmente el otro, porque estamos sobre esta tierra y estos problemas existen? Pero el acento fundamental debe ser precisamente que el ser pastor debe ser en s? mismo un acto espiritual? El Pastor precede. Esto quiere decir que ?l mismo vive ante todo la Palabra de Dios: es un hombre de oraci?n, es un hombre de perd?n, es un hombre que recibe y celebra los Sacramentos como actos de oraci?n y encuentro con el Se?or. Es un hombre de caridad, experimentada y realizada? la espiritualizaci?n del trabajo cotidiano de la pastoral es fundamental. Es m?s f?cil decirlo que hacerlo, pero tenemos que intentarlo. Y para poder espiritualizar nuestro trabajo, de nuevo tenemos que seguir al Se?or? se necesita realmente un poco de tiempo libre para el Se?or: sea la celebraci?n de la Misa, sea la oraci?n de la Liturgia de las Horas y la meditaci?n cotidiana, aunque breve, siguiendo la Liturgia, el Rosario? la eclesiolog?a del Concilio. Me parece que todav?a debemos interiorizar mucho m?s esta eclesiolog?a sea la de la "Lumen gentium" sea la de "Ad gentes", que es tambi?n un Documento eclesiol?gico, sea tambi?n la de los Documentos menores, y luego la de la "Dei Verbum". E interiorizando esta visi?n tambi?n podemos atraer nuestro pueblo en esta visi?n, que entienda que la Iglesia no es sencillamente una gran estructura, una de estas entidades nacionales que existen. La Iglesia, a?n siendo cuerpo, es cuerpo de Cristo y por lo tanto, un cuerpo espiritual, como dice San Pablo. Es una realidad espiritual. Esto me parece muy importante: que la gente pueda ver que la Iglesia no es una organizaci?n supranacional, no es un cuerpo administrativo o de poder, no es una agencia social, aunque realice un trabajo social, sino que es un cuerpo espiritual? la homil?a continua siendo una ocasi?n maravillosa para estar cerca de la gente y comunicar la espiritualidad ense?ada por el Concilio."
6. El sentido y el valor de la reparaci?n eucar?stica. "Es un discurso que se ha hecho dif?cil? me parece que debemos ir al fondo, llegar al Se?or mismo que ofreci? la reparaci?n por el pecado del mundo, y tratar de reparar: decimos, equilibrar entre el plus del mal y el plus del bien. As?, en la balanza del mundo, no debemos dejar este gran plus al negativo, sino dar peso al menos equivalente al bien. Esta idea fundamental se apoya en lo que hizo Cristo? Contra este gran peso del mal que existe en el mundo y que tira hacia abajo el mundo, el Se?or pone otro peso m?s grande, el del amor infinito que entra en este mundo? me parece que la teolog?a deber?a hacer m?s para entender mejor esta realidad de la reparaci?n? me parece que no tenemos todav?a el lenguaje adecuado para hacer entender este hecho a nosotros y luego a los otros. No se debe ofrecer a un Dios cruel la sangre de Dios. Dios mismo, con su amor, debe entrar en el sufrimiento de la historia para crear no s?lo un equilibrio sino un plus de amor que es m?s fuerte que la abundancia del mal que existe."
7. La relaci?n entre unidad de fe y pluralismo en teolog?a. "?Es una gran pregunta!... Querr?a solamente decir que la teolog?a siempre ha sido m?ltiple. Pensemos en los Padres, en la Edad Media la escuela franciscana, la escuela dominicana, luego el tardo Medioevo etc.... Como hemos dicho, la Palabra de Dios es cada vez m?s grande de nosotros. Por tanto no podemos nunca agotar el rayo de esta Palabra y son necesarios diversos tipos de reflexi?n y acercamiento. Querr?a decir sencillamente: es importante que el te?logo, por una parte, en su responsabilidad y en su capacidad profesional, intente encontrar pistas que satisfagan las exigencias y los desaf?os de nuestro tiempo; y, por otra, debe ser siempre consciente que todo esto ?sta basado en la fe de la Iglesia y debe por tanto volver siempre a la fe de la Iglesia. Yo pienso que si un te?logo est? personal e intensamente en la fe y entiende que su trabajo es reflexi?n sobre la fe, encontrar? la conciliaci?n entre unidad y pluralidad."
8. El arte sagrado como medio de comunicaci?n de la fe. "Italia es particularmente rica en arte, y el arte es un tesoro de catequesis inagotable, incre?ble. Para nosotros es tambi?n un deber conocerlo y entenderlo bien. No como hacen a veces los historiadores del arte, que la interpretan s?lo formalmente, seg?n la t?cnica art?stica. Debemos m?s bien entrar en el contenido y hacer revivir el contenido que inspir? este gran arte. Realmente me parece un deber - tambi?n en la formaci?n de los futuros sacerdotes - conocer estos tesoros y ser capaz de transformar en catequesis viva est? presente todo lo que contiene y que nos habla hoy. De este modo tambi?n la Iglesia podr? aparecer como un organismo no de opresi?n o de poder - como algunos quieren demostrar - sino lleno de una fecundidad espiritual irrepetible en la historia, o al menos, osar?a decir, que no se puede hallar fuera Iglesia Cat?lica. Esto es tambi?n es un signo de la vitalidad de la Iglesia, que, con todas sus debilidades y tambi?n sus pecados, han sido siempre una gran realidad espiritual, una inspiradora que nos ha donado toda esta riqueza." (S.L) (Agencia Fides 24/2/2007 - L?neas: 131 Palabras: 2.032)

Links:
Texto completo de las respuestas del Santo Padre, en italiano
http://www.evangelizatio.org/portale/adgentes/pontefici/pontefice.php?id=736

Homil?a que pronunci? Benedicto XVI durante la misa que presidi? en la bas?lica de San Sabina en Roma, en la tarde del Mi?rcoles de Ceniza, 21 de febrero de 2007.


Queridos hermanos y hermanas:
Con la procesi?n penitencial hemos entrado en el austero clima de la Cuaresma y, al introducirnos en la celebraci?n eucar?stica, acabamos de orar para que el Se?or ayude al pueblo cristiano a "iniciar un camino de aut?ntica conversi?n para afrontar victoriosamente, con las armas de la penitencia, el combate contra el esp?ritu del mal" (oraci?n Colecta).

Dentro de poco, al recibir la ceniza en nuestra cabeza, volveremos a escuchar una clara invitaci?n a la conversi?n, que puede expresarse con dos f?rmulas distintas: "Convert?os y creed el Evangelio" o "Acu?rdate de que eres polvo y al polvo volver?s". Precisamente por la riqueza de los s?mbolos y de los textos b?blicos y lit?rgicos, el mi?rcoles de Ceniza se considera la "puerta" de la Cuaresma. En efecto, esta liturgia y los gestos que la caracterizan forman un conjunto que anticipa de modo sint?tico la fisonom?a misma de todo el per?odo cuaresmal. En su tradici?n, la Iglesia no se limita a ofrecernos la tem?tica lit?rgica y espiritual del itinerario cuaresmal; adem?s, nos indica los instrumentos asc?ticos y pr?cticos para recorrerlo fructuosamente.

"Convert?os a m? de todo coraz?n, con ayuno, con llanto, con luto". Con estas palabras comienza la primera lectura, tomada del libro del profeta Joel (Jl 2, 12). Los sufrimientos, las calamidades que aflig?an en ese per?odo a la tierra de Jud? impulsan al autor sagrado a invitar al pueblo elegido a la conversi?n, es decir, a volver con confianza filial al Se?or, rasgando el coraz?n, no las vestiduras. En efecto, Dios ?recuerda el profeta? "es compasivo y misericordioso, lento a la c?lera, rico en piedad, y se arrepiente de las amenazas" (Jl 2, 13).

La invitaci?n que el profeta Joel dirige a sus oyentes vale tambi?n para nosotros, queridos hermanos y hermanas. No dudemos en volver a la amistad de Dios perdida al pecar; al encontrarnos con el Se?or, experimentamos la alegr?a de su perd?n. As?, respondiendo de alguna manera a las palabras del profeta, hemos hecho nuestra la invocaci?n del estribillo del Salmo responsorial: "Misericordia, Se?or: hemos pecado". Proclamando el salmo 50, el gran salmo penitencial, hemos apelado a la misericordia divina; hemos pedido al Se?or que la fuerza de su amor nos devuelva la alegr?a de su salvaci?n.

Con este esp?ritu, iniciamos el tiempo favorable de la Cuaresma, como nos record? san Pablo en la segunda lectura, para reconciliarnos con Dios en Cristo Jes?s. El Ap?stol se presenta como embajador de Cristo y muestra claramente c?mo, en virtud de ?l, se ofrece al pecador, es decir, a cada uno de nosotros, la posibilidad de una aut?ntica reconciliaci?n. "Al que no hab?a pecado, Dios lo hizo expiaci?n por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a ?l, recibamos la justificaci?n de Dios" (2 Co 5, 21). S?lo Cristo puede transformar cualquier situaci?n de pecado en novedad de gracia.

Precisamente por eso asume un fuerte impacto espiritual la exhortaci?n que san Pablo dirige a los cristianos de Corinto: "En nombre de Cristo os pedimos que os reconcili?is con Dios" (2 Co 5, 20) y tambi?n: "Mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es el d?a de la salvaci?n" (2 Co 6, 2).

Mientras que el profeta Joel hablaba del futuro d?a del Se?or como de un d?a de juicio terrible, san Pablo, refiri?ndose a la palabra del profeta Isa?as, habla de "momento favorable", de "d?a de la salvaci?n". El futuro d?a del Se?or se ha convertido en el "hoy". El d?a terrible se ha transformado en la cruz y en la resurrecci?n de Cristo, en el d?a de la salvaci?n. Y hoy es ese d?a, como hemos escuchado en la aclamaci?n antes del Evangelio: "Escuchad hoy la voz del Se?or, no endurezc?is vuestro coraz?n". La invitaci?n a la conversi?n, a la penitencia, resuena hoy con toda su fuerza, para que su eco nos acompa?e en todos los momentos de nuestra vida.

De este modo, la liturgia del mi?rcoles de Ceniza indica que la conversi?n del coraz?n a Dios es la dimensi?n fundamental del tiempo cuaresmal. Esta es la sugestiva ense?anza que nos brinda el tradicional rito de la imposici?n de la ceniza, que dentro de poco renovaremos. Este rito reviste un doble significado: el primero alude al cambio interior, a la conversi?n y la penitencia; el segundo, a la precariedad de la condici?n humana, como se puede deducir f?cilmente de las dos f?rmulas que acompa?an el gesto. Aqu?, en Roma, la procesi?n penitencial del mi?rcoles de Ceniza parte de san Anselmo y se concluye en esta bas?lica de Santa Sabina, donde tiene lugar la primera estaci?n cuaresmal.

A este prop?sito, es interesante recordar que la antigua liturgia romana, a trav?s de las estaciones cuaresmales, hab?a elaborado una singular geograf?a de la fe, partiendo de la idea de que, con la llegada de los ap?stoles san Pedro y san Pablo y con la destrucci?n del templo, Jerusal?n se hab?a trasladado a Roma. La Roma cristiana se entend?a como una reconstrucci?n de la Jerusal?n del tiempo de Jes?s dentro de los muros de la Urbe. Esta nueva geograf?a interior y espiritual, ?nsita en la tradici?n de las iglesias "estacionales" de la Cuaresma, no es un simple recuerdo del pasado, ni una anticipaci?n vac?a del futuro; al contrario, quiere ayudar a los fieles a recorrer un itinerario interior, el camino de la conversi?n y la reconciliaci?n, para llegar a la gloria de la Jerusal?n celestial, donde habita Dios.

Queridos hermanos y hermanas, tenemos cuarenta d?as para profundizar en esta extraordinaria experiencia asc?tica y espiritual. En el pasaje evang?lico que se ha proclamado Jes?s indica cu?les son los instrumentos ?tiles para realizar la aut?ntica renovaci?n interior y comunitaria: las obras de caridad (limosna), la oraci?n y la penitencia (el ayuno). Son las tres pr?cticas fundamentales, tambi?n propias de la tradici?n jud?a, porque contribuyen a purificar al hombre ante Dios (cf. Mt 6, 1-6. 16-18).

Esos gestos exteriores, que se deben realizar para agradar a Dios y no para lograr la aprobaci?n y el consenso de los hombres, son gratos a Dios si expresan la disposici?n del coraz?n para servirle s?lo a ?l, con sencillez y generosidad. Nos lo recuerda uno de los Prefacios cuaresmales, en el que, a prop?sito del ayuno, leemos esta singular afirmaci?n: "ieiunio... mentem elevas", "con el ayuno..., elevas nuestro esp?ritu" (Prefacio IV de Cuaresma).

Ciertamente, el ayuno al que la Iglesia nos invita en este tiempo fuerte no brota de motivaciones de orden f?sico o est?tico, sino de la necesidad de purificaci?n interior que tiene el hombre, para desintoxicarse de la contaminaci?n del pecado y del mal; para formarse en las saludables renuncias que libran al creyente de la esclavitud de su propio yo; y para estar m?s atento y disponible a la escucha de Dios y al servicio de los hermanos. Por esta raz?n, la tradici?n cristiana considera el ayuno y las dem?s pr?cticas cuaresmales como "armas" espirituales para luchar contra el mal, contra las malas pasiones y los vicios.

Al respecto, me complace volver a escuchar, juntamente con vosotros, un breve comentario de san Juan Cris?stomo: "Del mismo modo que, al final del invierno ?escribe?, cuando vuelve la primavera, el navegante arrastra hasta el mar su nave, el soldado limpia sus armas y entrena su caballo para el combate, el agricultor afila la hoz, el peregrino fortalecido se dispone al largo viaje y el atleta se despoja de sus vestiduras y se prepara para la competici?n; as? tambi?n nosotros, al inicio de este ayuno, casi al volver una primavera espiritual, limpiamos las armas como los soldados; afilamos la hoz como los agricultores; como los marineros disponemos la nave de nuestro esp?ritu para afrontar las olas de las pasiones absurdas; como peregrinos reanudamos el viaje hacia el cielo; y como atletas nos preparamos para la competici?n despoj?ndonos de todo" (Homil?as al pueblo de Antioqu?a, 3).

En el mensaje para la Cuaresma invit? a vivir estos cuarenta d?as de gracia especial como un tiempo "eucar?stico". Recurriendo a la fuente inagotable de amor que es la Eucarist?a, en la que Cristo renueva el sacrificio redentor de la cruz, cada cristiano puede perseverar en el itinerario que hoy solemnemente iniciamos.

Las obras de caridad (limosna), la oraci?n, el ayuno, juntamente con cualquier otro esfuerzo sincero de conversi?n, encuentran su m?s profundo significado y valor en la Eucarist?a, centro y cumbre de la vida de la Iglesia y de la historia de la salvaci?n.

"Se?or, estos sacramentos que hemos recibido ?as? rezaremos al final de la santa misa? nos sostengan en el camino cuaresmal, hagan nuestros ayunos agradables a tus ojos y obren como remedio saludable de todos nuestros males".

Pidamos a Mar?a que nos acompa?e para que, al concluir la Cuaresma, podamos contemplar al Se?or resucitado, interiormente renovados y reconciliados con Dios y con los hermanos. Am?n.

[Traducci?n distribuida por la Santa Sede

Publicado por verdenaranja @ 23:06  | Habla el Papa
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ZENIT publica la intervenci?n de Benedicto XVI al rezar a mediod?a del domingo, 25 de Febrero de 2007, la oraci?n mariana del ?ngelus junto a miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.


Queridos hermanos y hermanas:

Este a?o, el Mensaje para la Cuaresma se inspira en el vers?culo del Evangelio de Juan, que a su vez se remonta a una profec?a mesi?nica de Zacar?as: ?Mirar?n al que traspasaron? (Juan 19, 37). El disc?pulo predilecto, presente junto a Mar?a, la Madre de Jes?s, y las dem?s mujeres en el Calvario, fue testigo ocular del golpe de lanza que traspas? el costado de Cristo, haciendo que saliera sangre y agua (Cf. Juan 19, 31-34). Este gesto de un solado an?nimo romano, destinado a perderse en el olvido, se qued? impreso en los ojos y en el coraz?n del ap?stol, quien lo volvi? a narrar en su Evangelio. A trav?s de los siglos, ?cu?ntas conversiones han tenido lugar precisamente gracias al elocuente mensaje de amor que recibe aquel que dirige la mirada a Jes?s crucificado!

Entramos, por tanto, en el tiempo de Cuaresma, con la ?mirada? puesta en el costado de Jes?s. En la carta enc?clica ?Deus caritas est? (Cf. n. 12) quise subrayar que, s?lo dirigiendo la mirada a Jes?s, muerto en la cruz por nosotros, se puede conocer y contemplar esta verdad fundamental: ?Dios es amor? (1 Juan 4, 8.16). ?Desde esa mirada, el cristiano encuentra la orientaci?n de su vivir y de su amar? (?Deus caritas est?, 12).

Contemplando con los ojos de la fe al Crucificado, podemos comprender profundamente qu? es el pecado, su tr?gica gravedad, y al mismo tiempo la inconmensurable potencia del perd?n y de la misericordia del Se?or. Durante estos d?as de Cuaresma, no apartemos el coraz?n de este misterio de profunda humanidad y de elevada espiritualidad. Al contemplar a Cristo, sintamos que al mismo tiempo somos contemplados por ?l. Aquel a quien nosotros mismos hemos traspasado con nuestras culpas no se cansa en derramar sobre el mundo un torrente inagotable de amor misericordioso. Que la humanidad comprenda que s?lo de esta fuente es posible sacar la energ?a espiritual indispensable para construir esa paz y esa felicidad que todo ser humano est? buscando sin descanso.

Pidamos a la Virgen Mar?a, cuya alma qued? traspasada junto a la cruz del Hijo, que nos alcance el don de una fe firme. Que, gui?ndonos en el camino de la Cuaresma, nos ayude a dejar todo los que nos aparta de la escucha de Cristo y de su palabra de salvaci?n.

A ella conf?o, en particular, la semana de ejercicios espirituales que comenzar? en la tarde de hoy, aqu? en el Vaticano, y en la que participar? junto a mis colaboradores de la Curia Romana.

Queridos hermanos y hermanas: os pido que me acompa??is con vuestra oraci?n, yo har? lo mismo con gusto en el recogimiento del retiro, invocando la potencia divina sobre cada uno de vosotros, sobre vuestras familias y vuestras comunidades.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit. Al final, el Papa salud? a los peregrinos en varios idiomas. En espa?ol, dijo:]

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua espa?ola, en especial a los alumnos de los Institutos de As Pontes de Garc?a Rodr?guez y de Ferrol; a los fieles de distintas parroquias de C?rdoba, Puente Genil y Arcos de la Frontera; a la Hermandad de Nuestro Padre Jes?s, de Marchena; as? como, al grupo de militares espa?oles del Ej?rcito del Aire. Que la Virgen Mar?a nos acompa?e en nuestro camino de conversi?n cuaresmal para que, la escucha de la Palabra de Dios y la gracia divina, nos ayuden a vencer las tentaciones, y nuestra vida sea testimonio del amor de Cristo. ?Feliz domingo!

[? Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana]

Publicado por verdenaranja @ 23:04  | Habla el Papa
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Domingo, 25 de febrero de 2007
Mensaje de Cuaresma que ha publicado monse?or Rafael Sandoval, obispo de la di?cesis mexicana de Tarahumara, con el t?tulo ?Mirar al Cordero no violento?.


MIRAR AL CORDERO NO VIOLENTO?


Mensaje de Cuaresma ? 2007


?He aqu? que tu Rey viene a ti manso y montado sobre un burrito? (Mt 21,5).

SALUDO Y TEMA

Pueblo de Dios que peregrina en la Tarahumara. Sacerdotes, religiosas y religiosos:
A los sacerdotes, el d?a de nuestra ordenaci?n, se nos dijo: ?Conforma tu vida con la Cruz del Se?or?. Recordando esas palabras, quise escribir lo que fue fruto de mi humilde meditaci?n, y quiero transmitirla a ustedes. Ojal? que se den un espacio para acercarse, con mirada de fe, para mirar a Jesucristo, quien es la raz?n de nuestra vida.

El Papa Benedicto XVI nos invita en esta Cuaresma a mirar a Cristo crucificado que nos ha revelado plenamente el amor de Dios. Este servidor quiere tambi?n invitarlos a mirar a Cristo Sufriente: su identidad, el modo como sufri?, y el motivo de su sufrimiento.

?Qui?n es ese que Sufri?? ?Cu?l fue su actitud, sus disposiciones interiores, ante el sufrimiento? ?Cu?l fue el motivo y la finalidad de su pasi?n? Tres preguntas que nos invitan a contemplar, haci?ndonos presentes al misterio. As?, contemplando a Jes?s, lo conoceremos m?s, nos identificaremos con ?l, y creceremos en su seguimiento. Que no nos quedemos en lo sentimental, sino en compartir con Cristo lo que siente, y experimentar, desde la fe, lo que ?l experimenta. Esto es toda una gracia.

La pasi?n es lo m?s serio de la humanidad, y cuesta entenderla. No atinamos ante el dolor. Tal vez el silencio, como Mar?a, sea lo mejor. Pero ese silencio lo necesitamos todos para que nuestra palabra est? cargada de experiencia.

EN UN MUNDO DE VIOLENCIA

Todos los d?as, hermanos, escuchamos malas noticias, y vemos mucho dolor: muertes en el mundo por causa de guerras; ajustes de cuentas de narcotraficantes, estragos causados por el alcohol y la droga; ni?os desnutridos; sueldos de miseria; chicos drogados; suicidios cada vez m?s frecuentes? Como que nos estamos acostumbrando a la violencia. Es la creaci?n que gime con dolores de parto (Rom 8,22.25).

Parece que nuestro mundo se mueve en una din?mica de Ca?n: enga?o, mentira, envidia, competitividad, exclusi?n. Una nube de muerte se va haciendo m?s densa: todos dicen tener la raz?n; se destruye la fama y hasta la vida de los dem?s. Parece como si tuviera raz?n aqu?l que dijo que ?el hombre se ha convertido en el enemigo del hombre?.

Es la l?gica del ?toma y daca?: relaciones agresivas, tendencia a juzgar, discusiones violentas ante quienes no piensan de igual manera, anhelos de poder, ajustes de cuentas, palabras hirientes, la muerte del otro. Tal din?mica se puede meter en nosotros mismos.

MIRANDO A JES?S SUFRIENTE

Tambi?n Jes?s se encontr? con un mundo de violencia, pero ?qu? hace? No mata a sus perseguidores, pues eso es contrario al Buen Dios que anuncia. Su Dios no es el Dios del conflicto que castiga o manda vengarse.

No es el dios de Ca?n que mata al hermano para obtener lo deseado, ni el dios que pide sangre para saciarse. Su Dios no tiene nada que ver con la violencia. Es el Dios Padre que no quiere v?ctimas; que no es resentido, sino perdonador.
Cristo no vino a que lo mataran, sino a darnos todo el amor del Padre.

Al encontrarse con la violencia, no fue violento. Se dej? matar. ?l es el Hijo de un Padre pac?fico. Es la V?ctima que, para triunfar de la violencia, asume la violencia y la transforma desde dentro. Es el ?Cordero inteligent?simo y amoros?simo que se entrega sin resentimiento y sin venganza?.

En la misma cruz perdona a sus verdugos. Ah?, en la Pasi?n y Cruz, est? la verdadera imagen de lo que es Cristo y lo que es Padre: libre, gratuito, incondicional, ofrenda generosa, absoluta y total.

?QUI?N ES SUFRIENTE?

?Qui?n es el que padece? Aqu? es bueno detenernos con mirada contemplativa para preguntarnos con la Iglesia apost?lica sobre la personalidad del Sufriente. ?l es el Hijo que aprendi? a obedecer sufriendo (Hebreos 5, 7-9). Es el Justo por los injustos que muere por nuestros pecados (1Pedro 3, 18). Es el Hijo que sufre en su humanidad. Es el Se?or de la gloria (1Cor 2,8) y el Verbo eterno hecho carne (Jn 1, 14). El que sufre es verdadero Dios y verdadero hombre (1 Tim 2, 4-6). Se hizo ?semejante a los hombres? (Fil 2,7) hasta llevar un ?cuerpo de carne?.

Es el resucitado y glorificado que ha ?pasado de este mundo al Padre? (Jn 13, 1) y permanece como aqu?l que ha sufrido y muerto ?semejante a los hombres?. Es el Cordero que est? ahora en el trono celeste de la divinidad, y que lleva los signos de su inmolaci?n (Ap 5, 6), llevando consigo en la luz del Padre todo sufrimiento y muerte del hombre.
Con el Centuri?n, tambi?n nosotros, estamos invitados a decir: ?Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios? (Mc 15, 39), ?verdaderamente este hombre era justo? (Lc 23, 47). Es el Justo por los injustos (1 Pedro 3, 18).

Por todo esto podemos decir con al autor de la Carta a los Hebreos: ?No tenemos un sumo sacerdote que no sepa compartir nuestras enfermedades, habiendo sido ?l mismo probado en todo, a semejanza de nosotros, excepto el pecado? (Hebreos 4, 15).

??l llevaba el pecado de muchos? (Is 53, 12), ?llev? nuestros pecados en su cuerpo bajo el le?o de la cruz? (1Pedro 2, 24). Solidario con nuestra miseria de pecadores, pero no solidario con nosotros en nuestra pecaminosidad. Ha cargado el peso de nuestros pecados, sufriendo por nosotros. ?Por sus llagas hemos sido curados? (1Pedro 2, 25). Nuestro pecado ha sido expiado y hemos obtenido la gracia del perd?n y de la redenci?n.

?C?MO SUFRI??

Con voluntad plena: Nadie tiene sobre Jes?s un poder tal de obligarlo a hacer lo que no quiere, y de hacerlo morir contra su voluntad. ?l muere con la libertad de alguien que ?ofrece su vida?. ?Nadie me quita la vida, yo la ofrezco? (Jn 10, 17).
Con plena consciencia: Juan precisa que Jes?s se dej? arrestar: ?Conociendo todo lo que le iba a pasar? (18,4). ?Sabiendo que estaba cerca su hora de parar de este mundo al Padre? (13, 1.3).
Con humildad: ?He aqu? que tu rey viene a ti humilde, sentado sobre un burrito? (Mt 21,5). Es la humildad de un soberano pac?fico que pretende reinar con el signo m?s radical de la no violencia. No opone resistencia a la violencia, sino que se deja prender y condenar y matar. Renuncia a su derecho de defenderse. No abr?a la boca y ?callaba? (Mt 26,63). Es su silencio lleno de seguridad interior, y la actitud de un ?cordero?.
Con obediencia filial: ?l sabe que su ?Abb? lo ama. Siempre se supo amado. Esta obediencia de hijo lo hace ser feliz en medio de tanto dolor. Nadie es tan feliz como aqu?l que obedece. La obediencia va m?s all? de lo inteligible. ?Entendemos esto? Mar?a nos dir?a: ?Yo no entiendo; yo creo?.
Con amor pleno: amor y obediencia coinciden en la experiencia de la Pasi?n de Cristo. ?Yo amo al Padre y hago lo que me ha mandado? (Jn 14, 31). Es un amor de obediencia, y una obediencia de amor. Es, tambi?n, un amor hacia nosotros. ?En esto hemos conocido lo que es el amor: en que ?l dio su vida por nosotros? (1Jn 3, 16).

?POR QU? MOTIVO SUFRI??

?En esto se manifest? el amor que Dios nos tiene: en que Dios envi? al mundo a su Hijo ?nico para que vivamos por medio de ?l. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que ?l nos am? y nos envi? a su Hijo como propiciaci?n por nuestros pecados? (1Jn 4, 9-10).
La gravedad del pecado y el infinito amor de Dios: se nota qu? grande sea a los ojos de Dios la malicia del pecado. El precio ha sido la misma sangre preciosa del Hijo de Dios. Dios ha renunciado al castigo (Jn 1, 17); y ha querido demostrar al hombre la grandeza de su amor.
?Nosotros, por tanto, no ?ramos buenos. Y, con todo, ?l se compadeci? de nosotros y nos envi? a su Hijo a fin de que muriera, no por los buenos, sino por los malos; no por los justos, sino por los imp?os. Dice, en efecto, la Escritura: Cristo muri? por los imp?os. Y ?qu? se dice a continuaci?n? Apenas habr? quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrever?a uno a morir?. (San Agust?n. Serm?n 23 A, 1-4; CCL 41, 321-323).
No hay pecado, por grave que sea, que pueda reducir el Amor. En la Cruz de Cristo resplandece la grandeza de la misericordia. Para Dios, no hay vida, por desastrosa que sea, que lo frene en su oferta de salvaci?n, pues ?sta es don y no algo del hombre. Si el pecado es un poder que embrutece al hombre y lo pone contra Dios, Cristo es el nuevo poder que vence el pecado. La Cruz es el gran acto de misericordia, y Cristo es el Gesto extraordinario de Dios. Viendo a Cristo padecer, nadie puede decir que Dios no lo ama.

CONSIDERACIONES PARA NOSOTROS

 Con ?empat?a? podemos sumergirnos en el mundo interior del Se?or, para ver lo que sucede ah? dentro. Penetrar, con la luz del Esp?ritu Santo, en su coraz?n, para captar sus sentimientos, emociones y pensamientos; y as? podernos involucrar vitalmente. No es sentimentalismo, sino realismo, pues no hay nada m?s real que lo que pasa dentro de la persona humana. Es a trav?s de su humanidad como conocemos su Divinidad. Jes?s es plenamente Dios y plenamente hombre.
 Al contemplar la soledad de Jes?s, podemos mirar la soledad del hombre, y las soledades de los m?s solos.
 Ponernos ante nuestras posibles heridas actuales, y pedir la curaci?n de ellas. Tal vez ante alg?n superior que no se fiaba de m?; ante la ingratitud de alg?n amigo que s?lo me buscaba cuando me necesitaba; ante el medio ambiental que me exige demasiado; ante ciertas heridas que exigen tiempo para que se curen; ante mis miedos y tristezas para que, al contacto con el silencio de Jes?s, pueda sacar fuerza y pueda vencer el miedo; ante la tentaci?n de querer bajarme de la cruz y de no perdonar, sabiendo que lo que m?s nos hace sufrir es guardar rencor y no acabar de perdonar; ante alguna falsa acusaci?n de la que no he sanado y sigo rabiando dentro; ante?
 Para aceptar la cruz s?lo hay un camino: comprender su valor. Desde que Cristo la asumi?, dej? de ser un mal y pas? a ser un bien. S?lo sufre quien piensa que su dolor es in?til, pero se sufre de otra manera cuando se le encuentra sentido. Es el amor lo que le da sentido a la cruz. El Se?or no vino a quitarnos la cruz, sino a compartirla con nosotros. No estamos solos, sino acompa?ados.
 Para los jud?os, la cruz es esc?ndalo. Para los griegos, es necedad. Para el cristiano, la cruz es fuerza y sabidur?a de Dios. La cruz anticipa una alegr?a inmensa.
 S?lo mirando a Jes?s seremos capaces de mirar el dolor de los dem?s, y acercarnos a los que est?n muriendo de soledad y a tantos pobres crucificados. La mirada tiene mucho que ver con el amor, pues se mira con el coraz?n. Quien mira a Cristo, podr? despojarse e inclinarse ante las dolencias de los dem?s.

FINAL

La Cuaresma es un tiempo bello; lleno de luz, de paz, de alegr?a y de mucho amor. Tiempo de prepararnos para el encuentro con Jes?s resucitado.
Acompa?emos a Cristo con Mar?a. Ella nos ayudar? a mantenernos firmes en la fe. Su fe no tuvo fluctuaciones. Ella sabe que la resurrecci?n est? cerca. Es cierto que sufre como madre, pero lleva una alegr?a interna. Gustemos la paz de Mar?a; su fe y su esperanza. ?Qu? distinta su soledad, a la soledad del pecador!
Miremos c?mo, muerto Jes?s, Mar?a acoge a Juan en su casa; acoge a Pedro que vuelve avergonzado y confundido; acoge a cada uno de los Ap?stoles que van llegando uno a uno. ?C?mo le hubiera gustado que llegara Judas! A todos nos comunica su esperanza.
Que Ella nos haga gustar la realidad de la Resurrecci?n y que nos d? fuerza para ver que la cruz es el camino de la resurrecci?n.
Con mi afecto les bendigo

Guachochi, Chih., 22 febrero de 2007

+ Rafael Sandoval Sandoval
Obispo de Tarahumara

Publicado por verdenaranja @ 23:49  | Hablan los obispos
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Alfonso Aguil?
www.interrogantes.net


Las personalidades t?midas, vacilantes, inseguras, suspiran siempre por tener a su lado dictadores, aunque a veces se revistan de la modesta apariencia de consejeros. ?Qu? debo hacer?, preguntan siempre, con la esperanza de que una receta les libre de cualquier decisi?n personal. No quieren decidir, no quieren arriesgar, se les hace insoportable la responsabilidad.

Otros son excesivamente razonadores y se ahogan en la perplejidad. Acusan un sorprendente miedo a la realidad. Son individuos que retrasan siempre sus decisiones, porque les paraliza su ansia de seguridad y su terror al riesgo. Siempre les parece que a?n no han reflexionado suficientemente.

Quiz? son personas que fueron educadas con excesiva dureza o con excesiva blandura, y que sufrir?n mucho en su vida a consecuencia de ese apocamiento de car?cter. Es como si hubieran quedado heridas en el n?cleo de su personalidad. Y son heridas que sangrar?n por mucho tiempo, y que har?n dif?cil asumir el riesgo de sus decisiones personales y superar el des?nimo de posibles frustraciones.

Una buena educaci?n ha de fomentar tanto las decisiones r?pidas como la reflexi?n, la libertad como la responsabilidad, la pasi?n como el juicio. El verdadero consejero, el verdadero educador, jam?s debe dejarse seducir por esa suerte de compasi?n que le llevar?a a limitarse a prescribir acciones, recetar criterios e imponer conductas. Educar exige ayudar al perplejo a reconocer su verdadero problema, dej?ndole luego la responsabilidad de tomar ?l mismo sus decisiones.

Sin embargo, para algunos padres y educadores la gran norma pedag?gica parece ser ?sta: en caso de duda, apueste usted por estarse quieto. Una mentalidad de gran resistencia a complicarse la vida, un talante de desusada exigencia de garant?as.

Tanto temen equivocarse que prefieren esquivar cualquier riesgo, y llegan a vivir como refugiados: se vuelven un poco solemnes y secos, quiz? perfect?simos y superprevisores, vivir?n con un m?todo y una higiene absolutos, pero quiz? eso no sea vivir.

No se trata de apostar por la irreflexi?n, la frivolidad o el aventurismo barato. Pero cualquier objetivo medianamente valioso est? rodeado de unas tinieblas por las que hay que avanzar en terreno desconocido. Toda empresa, todo camino en la vida, tiene algo de riesgo, de apuesta, de salto en el vac?o, y es preciso asumirlo. Si no, m?s vale quedarse en la cama por el resto de la vida.

Para no quedarse habitualmente paralizados ante la duda; para no tirar la toalla a la primera dificultad; para no cambiar inmediatamente de objetivo en cuanto ?ste se presenta costoso; para todo eso es preciso educar y educarse en un ambiente de cierta resoluci?n ante los habituales problemas de la vida. Imponerse el cumplimiento de actos que a uno le cuestan, obligarse a decidir a un plazo determinado, no sustraerse a la realidad, por dura que sea. As?, poco a poco, la voluntad indecisa se ir? consolidando.


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AMERICA/VENEZUELA - Los laicos cat?licos decididos m?s que nunca a defender y promover los principios cristianos fundamentales y a unir esfuerzos para que surja un gran movimiento que contribuya a la Nueva Evangelizaci?n
(Agencia Fides)

Consejo Nacional de Laicos de Venezuela

Comunicado del Consejo Nacional de Laicos de Venezuela


Reunidos en Caracas del 26 al 28 de enero de 2007, en Asamblea Ordinaria del Consejo Nacional de Laicos de Venezuela, los laicos cat?licos pertenecientes a diferentes di?cesis y a Movimientos y Asociaciones eclesiales del Pa?s, queremos manifestar que:
1.- Confiados en el Esp?ritu Santo y sostenidos por la Fe y la Esperanza en Cristo, Se?or de la Historia, estamos decididos m?s que nunca a defender y promover los principios cristianos fundamentales, como base ineludible para la construcci?n de la Venezuela que todos anhelamos.
2.- Expresamos ante todo el total respaldo a nuestros Obispos en su Exhortaci?n Pastoral ?Tiempo de di?logo para construir juntos? (Exh. CEV, 13.1.2007), en la que insisten una vez m?s en verdades que nos comprometen y no podemos eludir: ?la centralidad de la persona; los derechos humanos; el pluralismo pol?tico frente al pensamiento ?nico y la exclusi?n por razones ideol?gicas o por cualquier otro motivo; la educaci?n pluralista, abierta a la trascendencia y a la religi?n; la lucha contra la pobreza, el desempleo, la inseguridad jur?dica y social y la violencia; la libertad de expresi?n y el derecho a la informaci?n; una positiva respuesta a la situaci?n infrahumana de nuestros hermanos privados de libertad y la de los que se sienten perseguidos?.
3.- Rechazamos, una vez m?s, todo tipo de ataque a la Iglesia, a sus Pastores, y a la religi?n, as? como la manipulaci?n del Evangelio e incluso de la misma persona de Cristo.
4.- Declaramos y hacemos p?blica nuestra disposici?n a servir como factores de di?logo para la promoci?n de un clima de libertad, justicia y paz.
5.- Reafirmamos que la familia es la primera y fundamental escuela y manifestamos nuestra decisi?n a defender los derechos y deberes de los padres en la educaci?n de sus hijos, el derecho al libre desenvolvimiento de la personalidad, a la justicia social y a la igualdad, sin discriminaci?n ni subordinaci?n alguna, incluyendo a los ni?os y adolescentes como sujetos de pleno derecho en las decisiones y acciones que le conciernan, de conformidad con la Constituci?n y con los tratados sobre Derechos Humanos.
6.- Exigimos firmemente el respeto al derecho de las personas a la expresi?n libre de pensamiento, ideas y opiniones y m?s a?n, por la dimensi?n trascendente de todo ser humano, proclamamos el derecho a la libertad de religi?n y culto, a la manifestaci?n p?blica de las creencias religiosas y a la ense?anza de la religi?n en los centros educativos.
7.- Rechazamos toda amenaza y cualquier medida de coerci?n contra las personas e instituciones que representan los medios de comunicaci?n social, cuya labor tiene el derecho y el deber de proporcionar la informaci?n a la colectividad. As? mismo, instamos a los medios de comunicaci?n a que cumplan con su responsabilidad de ser potenciales transmisores de los valores fundamentales, acordes a la dignidad humana.
8.- A la luz de las ense?anzas de Magisterio de la Iglesia en sus distintas Enc?clicas Sociales, ratificamos que el proyecto pol?tico para gobernar el pa?s debe estar ajeno tanto al capitalismo salvaje como a la ideolog?a marxista-leninista, a fin de garantizar el respeto a la dignidad y la libertad de la persona humana.
9.- Reclamamos el respeto a las minor?as, a las instituciones democr?ticas, la tolerancia en el debite pol?tico y la eliminaci?n de todo intento de exclusi?n de alg?n venezolano, cualquiera que sea su tendencia pol?tica, credo o religi?n.
10.- Rechazamos la concentraci?n de poderes en el Presidente de la Rep?blica y los poderes especiales que otorga la Ley Habilitante, ya que excluye la opini?n y participaci?n de los Poderes establecidos en nuestra Constituci?n y las del soberano pueblo de Venezuela, haci?ndonos eco de las palabras de Juan Pablo II en su visita a Venezuela: ??Son responsables de promover siempre la dignidad y la participaci?n del pueblo en los destinos de la Naci?n, como modelo superador de autoritarismo de diverso signo ideol?gico? ( Juan Pablo II, Catedral de Caracas, 28.01.85).
11.- Exigimos en materia de reforma de la Constituci?n Nacional de 1999, se sigan los procedimientos establecidos en ella, se promueva el debate nacional de los temas que se pretende reformar, ya que lo que est? planteado es un cambio profundo en el orden pol?tico, social y econ?mico que requiere la participaci?n de todo el conglomerado nacional.
12.- Solicitamos del Estado su responsabilidad de garantizar las condiciones b?sicas que permitan una convivencia social justa, respetuosa de la diversidad y que promueva el bien com?n, donde sean salvaguardados los principios fundamentales:
- La persona, como valor absoluto cuya dignidad no se puede menoscabar y a la cual se le deben reconocer sus derechos: a la vida, a la libertad religiosa, al trabajo, a la iniciativa econ?mica y la propiedad privada, a la libre asociaci?n e informaci?n?
-La libertad de educaci?n, reconociendo a la familia como responsable fundamental de la educaci?n de sus hijos, superando toda imposici?n ideol?gica.
- La sociedad, como protagonista de la construcci?n del pa?s, en la cual todas las personas, en los distintos ?mbitos de la vida social, puedan generar diversas formas de asociaci?n y acciones para buscar respuestas a sus necesidades.
13.- Hacemos un llamado a todos los laicos cristianos de Venezuela a promover incansablemente la reconciliaci?n de los venezolanos y para que, unidos en la caridad de Cristo y guiados por los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, asumamos juntos el reto de construir un pa?s donde sea posible la convivencia fraterna y en el que se favorezca el protagonismo de la persona y de la sociedad.
14.- Renovamos nuestro compromiso de llevar a la acci?n las decisiones tomadas en el Concilio Plenario de Venezuela, particularmente en su documento ?El laico cat?lico, fermento del Reino de Dios en Venezuela? y las asumidas en el Documento final del VI Congreso Nacional de Laicos (Febrero 2006).
Por ello, reafirmamos nuestro empe?o en:
15.- Proclamar la Democracia como ?el sistema pol?tico m?s acorde con el pensamiento cristiano, porque respeta la dignidad humana, da cabida a las diversidades, evita toda exclusi?n y tiene como esencia la libertad y la independencia de todos los poderes del Estado?(Documento final VI Congreso, n.8)
16.- Vigilar y defender el respeto de los valores morales que se refieren a la vida personal y social, y promover la salvaguarda de la dignidad humana, el desarrollo integral de la persona y de sus derechos fundamentales y la b?squeda del bien com?n.
17.- Llevar adelante la labor iniciada con actividades encaminadas a educar a j?venes y adultos en los valores y virtudes del Evangelio y en los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, para que maduros en su fe y su compromiso puedan ejercer su protagonismo laical cristiano en la construcci?n de una verdadera sociedad fraterna, plural y democr?tica (cf. ?El laico cat?lico, fermento del Reino de Dios en Venezuela? N.122)
18.-Fortalecer las Comisiones Sectoriales del Consejo Nacional de Laicos y los Consejos Diocesanos de Laicos en todo el territorio Nacional, a fin de unir esfuerzos y participar en forma org?nica, en el establecimiento de una sociedad, cuyas ra?ces se fundamenten en la esperanza cristiana y donde surja, como resultado del esfuerzo comunitario, en lo social, econ?mico y pol?tico, un gran movimento que contribuya a la Nueva Evangelizaci?n en Venezuela y a la consecuci?n de un Pa?s solidario y fraterno donde reine la Verdad, la Justicia y la Paz.

Caracas, 07 de febrero de 2007
Consejo Nacional de Laicos de Venezuela (2007-02-24)

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Los Obispos del Per? convocan una gran colecta el Primer domingo de cuaresma, a favor de los hermanos damnificados de la selva central. Llamamiento a defender la vida y la familia (Agencia Fides)

Comprometidos con el Evangelio y con el Per?



Los Obispos del Per? nos dirigimos a todos los fieles cat?licos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad del pueblo peruano para tratar acerca de vuestras inquietudes que son tambi?n nuestras, a fin de seguir construyendo juntos un Pa?s en desarrollo, apoyado en valores trascendentes que ayuden en la formaci?n de todos los peruanos, a la luz del Evangelio y dentro de una Iglesia que camina con ustedes hacia un mayor compromiso con los postulados del Evangelio de Jes?s.

Todos nos encontramos caminando en medio de alegr?as y tristezas, de esperanzas y desencantos. Queremos la paz, la seguridad, la concordia, el entendimiento, el desarrollo justo, la visi?n de un presente que sea base para lograr el futuro que todos deseamos. La Iglesia nos ofrece a todos, laicos, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, un camino de luz donde el Esp?ritu del Se?or se haga presente para iluminar nuestras vidas y recibir el aliento que tanto necesitamos.

Deseamos enaltecer la vocaci?n de los laicos en la Iglesia y decirles que son constructores del mundo y que tambi?n est?n llamados a la santidad, cada uno en su circunstancia particular. Agradecemos sus esfuerzos d?a a d?a en la lucha por la vida y en la cruzada constante por consolidar vuestras familias dentro de un ambiente muchas veces adverso. Por ello es necesario protegerlas de todo aquello que atente contra su naturaleza, su estabilidad y su protecci?n jur?dica.

Reiteramos una vez m?s el respeto a la dignidad humana y el amor a la vida desde el momento de la concepci?n hasta la muerte natural y con Benedicto XVI afirmamos que ?el deber de respetar la dignidad de cada ser humano, en el cual se refleja la imagen del Creador, comporta como consecuencia que no se puede disponer libremente de la persona?. Desde estas posiciones queremos comprometerlos a proteger vuestras familias y todos los valores que ellas encierran. No existe instituci?n alguna, por buena que sea, capaz de sustituir a la familia. Por eso, partiendo de ella y consider?ndola como el gran n?cleo de la sociedad, queremos comprometernos y comprometerlos en la construcci?n de una nueva sociedad m?s solidaria, justa, fraterna y democr?tica y nos sentimos convocados a dar vida abundante a nuestro pueblo: en educaci?n, salud, desarrollo, justicia, amor y bondad.

No podemos descuidar el servicio de la caridad y es importante que todos nos sintamos miembros vivos de la Iglesia. Recordamos que hace un mes, graves inundaciones y huaycos en los Departamentos de San Mart?n, Hu?nuco y Jun?n dejaron sin hogar a miles de hermanos nuestros. No fue suficiente para ayudarles todo lo aportado y por ese motivo queremos lanzar una campa?a de solidaridad de tal forma que todos podamos colaborar con el bienestar de nuestros hermanos damnificados. Con tal fin, el 25 de Febrero, primer domingo de Cuaresma, realizaremos una gran colecta nacional en todas las Parroquias de nuestro Pa?s, que permita contribuir al proceso de rehabilitaci?n y reconstrucci?n de las zonas afectadas. Solidaridad en acci?n es nuestra consigna. El Per? es tarea de todos y sus necesidades son nuestras.

Nos sentimos llenos de alegr?a y esperanza de informarles que en el mes de mayo pr?ximo se realizar? la reuni?n de todos los Obispos de Am?rica Latina y el Caribe, con la presencia del Papa, Su Santidad Benedicto XVI, en la Ciudad de Aparecida, Brasil. En esa reuni?n, llamada V? Conferencia del Episcopado Latinoamericano y el Caribe, se tratar?n temas relacionados con la marcha de la Iglesia, es decir de ustedes y nosotros. Pedimos que todos acompa?emos con nuestra oraci?n la realizaci?n de esta Conferencia para que la respuesta sea de toda la Iglesia y para toda la Iglesia; que llegue a todas las personas y a cada una en particular.

El presente a?o 2007 es un a?o de gracia en el Per? porque vamos a vivir otras dos celebraciones de enorme repercusi?n pastoral para todos los fieles. En el mes de Agosto, en la ciudad de Chimbote, tendr? lugar la realizaci?n del Congreso Eucar?stico Nacional y la Consagraci?n a la Sant?sima Virgen Mar?a. Hacia ella dirigimos nuestra mirada para que, junto a su Hijo, nos ayude a caminar unidos en bien de nuestro Per? y de nuestra Iglesia.

LOS OBISPOS DEL PER?.

Lima, 23 de Febrero de 2007
Los Obispos del Per? (2007-02-24)

Publicado por verdenaranja @ 20:31  | Hablan los obispos
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Comunicado emitido por la Comisi?n diocesana de Pastoral Social de la di?cesis de San Pedro Sula con el t?tulo ?No podemos seguir as?? sobre la realidad social de Honduras.



Como miembros de la Comisi?n de Pastoral Social de la Di?cesis de San Pedro Sula nos sentimos abrumados de ver tanto dolor, frustraci?n y pesimismo en la poblaci?n. Hemos heredado de un pasado nefasto el h?bito de la corrupci?n p?blica y privada; la pobreza extrema y la violencia siguen vigentes y los tent?culos de la delincuencia y del Crimen Organizado se siguen apoderando de nuestro suelo patrio. No podemos caer en la trampa de creer que nada se puede hacer, de dejarnos desanimar y que el fatalismo nos conduzca a la derrota segura. Todo puede ir cambiando positivamente si nos unimos cada vez m?s para luchar contra los males que afectan a nuestra Patria. Honduras no puede continuar el camino hacia el abismo. Podemos ir solucionando muchos problemas si defendemos la vida en todos los aspectos.

?C?mo hacer para ir saliendo de este pozo de muerte cada vez m?s hondo y transformar nuestra sociedad? Necesitamos, como prioridad, m?s inversiones en salud, educaci?n y vivienda. Urgen programas eficaces que favorezcan la microempresa y toda la industria nacional, diversificando la producci?n y teniendo sueldos justos. Hay que luchar a brazo partido contra la corrupci?n p?blica y privada y el Crimen Organizado. Apoyamos los esfuerzos para depurar a la polic?a nacional de elementos nocivos, al igual que dotar de m?s implementos a la fuerza p?blica para combatir el narcotr?fico y fortalecer todo el ministerio P?blico, como la decisi?n de mejorar todo el sistema de generaci?n de electricidad y combustible experimentando otras fuentes de energ?a y de proteger el medio ambiente tan degradado en nuestro pa?s. Rechazamos el engranaje que protege a los delincuentes de ?cuello blanco?, aumentando as? la impunidad que se cierne sobre muchos robos, fraudes, asesinatos y otros delitos, como tambi?n condenamos todo el sistema nefasto que favorece el negocio de la droga, el robo de carros, la prostituci?n y la pornograf?a, el sicariato y el contrabando. Queremos hacer hincapi? que es un delito grave y falta moral el evadir los impuestos como el usar los bienes del Estado para provecho personal.

Hay que aumentar el empleo en nuestro pa?s para poder luchar contra la pobreza y nos parece bien que se siga implementando en el valle de Sula el sistema de Maquilas, siempre y cuando se respeten los derechos de los trabajadores, tanto en salario justo, seguro social, organizaci?n sindical, buenas condiciones higi?nicas en las f?bricas y el tener jardines de infancia donde las madres obreras puedan dejar a sus ni?os peque?os mientras trabajan. Hay que urgir al gobierno y a los empresarios de esa industria estar pendientes de que se cumplan estos derechos, ya que de lo contrario se estar? atentando contra el bienestar de la poblaci?n obrera e incumpliendo lo que establece nuestra Constituci?n Nacional y los tratados internacionales firmados por nuestro pa?s. Debe existir en todas las f?bricas de manera obligatoria una dependencia donde se d? un di?logo constructivo entre empresarios y trabajadores y se luche por cumplir todas las normas que hagan de la empresa un lugar donde se respeten los derechos humanos y se asegure velar para que la empresa produzca de manera profesional, disciplinada y eficaz los bienes de consumo. Las instancias adecuadas del gobierno deben garantizar que cuando una empresa se declare en quiebra, sea en verdad por eso y se asegure el derecho del trabajador de recibir una indemnizaci?n por el cese forzado de su empleo.

Quisi?ramos insistir en la urgencia de invertir en el campo. Las personas que viven en el medio rural merecen una vida mejor, por lo que se necesitan programas de producci?n eficaces que aseguren un mejor futuro al campesinado. El ?xodo masivo del campo a las ciudades y a los pa?ses del primer mundo es un esc?ndalo y s?ntoma de una gran tragedia nacional, la del injusto y criminal reparto de los bienes. Miles de personas huyen de nuestro pa?s cada a?o para vivir la incertidumbre del ?sue?o americano? que en su mayor?a se convierte en una pesadilla dantesca. Nuestras ciudades no tienen las condiciones m?nimas para recibir a tantas personas que llegan desesperadas del medio rural, y que terminan muchas viviendo en situaciones inhumanas. Urgen pues programas que hagan de la vida en el campo una existencia digna para millones de hondure?os y que adem?s sean capaces de producir lo necesario para el consumo de los alimentos que el pa?s necesita. Esto es parte del concepto din?mico y real de ser soberanos como estado.

Confiando siempre en el poder y amor de Nuestro Se?or, esta Comisi?n urge se intensifique nuestra opci?n por la Vida, ante la cultura de la muerte.


Monse?or R?mulo Emiliani cmf.
Presidente de la Comisi?n Diocesana de Pastoral Social.

Publicado por verdenaranja @ 20:25  | Hablan los obispos
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ZENIT publica la ponencia que pronunci? el Cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoci?n de la Unidad de los Cristianos, en la inauguraci?n del encuentro ?El Ecumenismo Espiritual y de la Caridad? celebrado en Barcelona entre el 19 y el 20 de febrero.


I. Han transcurrido m?s de cuarenta a?os desde la clausura, el 8 de diciembre del 1965, del Concilio Vaticano II, que marc? un giro decisivo al compromiso ecum?nico, al definir el Decreto sobre el ecumenismo Unitatis redintegratio como uno de sus prop?sitos principales el restablecimiento de la unidad de todos los cristianos. El documento empieza con estas palabras: ?Promover el restablecimiento de la unidad entre todos los cristianos es uno de los prop?sitos principales del sagrado Concilio ecum?nico Vaticano II.? (UR 1). Esta opci?n del Concilio Vaticano II tiene su fundamento en el mandato de nuestro Se?or, que el anochecer de su muerte rog?: ?que todos sean uno?. El Decreto aclara que no se trata de un ecumenismo cualquiera, sino de un ecumenismo de la verdad y del amor, dirigido a recomponer la unidad visible de la Iglesia (cfr. UR 2 s.).

Desde entonces, la opci?n ecum?nica del Concilio ha sido declarada irreversible por el Papa Juan Pablo II en la Enc?clica Ut unum sint (1995) (UUS 3), donde agrega que no se trata de un mero ?ap?ndice? de la actividad tradicional de la Iglesia (UR 20), sino de ?una de las prioridades pastorales? de su pontificado (UR 99). El Papa Benedicto XVI, el mismo d?a siguiente a su elecci?n como sumo pont?fice, en un discurso program?tico pronunciado ante los cardenales reunidos en el c?nclave, se declar? dispuesto a hacer todo lo que est? a su alcance para promover la causa fundamental del ecumenismo; y reforz? estas palabras durante la ceremonia de inauguraci?n de su ministerio, el 24 de abril del 2005, en la Plaza San Pedro. Desde entonces, el Papa Benedicto ha repetido esta afirmaci?n en numerosas ocasiones.

Desde que la Iglesia cat?lica, con el Concilio Vaticano II, se ha abierto oficialmente al movimiento ecum?nico, el di?logo ecum?nico ha dado grandes pasos adelante. Esto ha ocurrido tanto a nivel de cada una de las iglesias locales como a nivel de la Iglesia universal. El Pontificio Consejo para la Promoci?n de la Unidad de los Cristianos (PCPUC) ha establecido di?logos oficiales o conversaciones y encuentros con casi todas las Iglesias y Comunidades eclesiales, con las Federaciones o Alianzas confesionales mundiales y con el Consejo Ecum?nico de las Iglesias. Han surgido un gran n?mero de documentos. Gracias a estos di?logos ha sido posible llegar a acercamientos substanciales en varias materias y, en alg?n caso, llegar a un consenso. Un hito muy importante de este proceso ha sido la firma de la ?Declaraci?n Conjunta sobre la Doctrina de la Justificaci?n? con la Federaci?n Luterana Mundial (1999), y la adhesi?n a esta Declaraci?n por parte del Consejo Metodista Mundial el pasado julio.

Junto a estos di?logos, es importante recordar las visitas del Papa Juan Pablo II a casi todos los Patriarcas orientales y sobre todo la reciente visita del Papa Benedicto XVI al Patriarca ecum?nico y la visita a Roma del Arzobispo de Atenas y de toda Grecia. Las dos visitas a las que acabo de aludir pueden ser consideradas hist?ricas. Adem?s de ?stas, la reanudaci?n del trabajo de la Comisi?n teol?gica internacional para el di?logo con las Iglesias ortodoxas en su conjunto tambi?n ha significado una fase nueva en las relaciones con las Iglesias ortodoxas. Aun as?, esto no quiere decir que hayamos olvidado los contactos con las comunidades nacidas con la Reforma del siglo XVI. Nos podr?amos referir a muchos encuentros alentadores de alto nivel con estas Comunidades durante el ?ltimo a?o, la ?ltima de las cuales ha sido la visita de una delegaci?n finlandesa a comienzos de la reciente Semana de Oraci?n para la unidad de los cristianos.

A?n m?s importante que los resultados concretos de los di?logos y de los encuentros oficiales en el v?rtice de las iglesias es todo aquello a lo que el Papa Juan Pablo II se refiere en su Enc?clica sobre el ecumenismo Ut unum sint (1995) o, en otras palabras, el redescubrimiento de la fraternidad entre los cristianos. Hoy ya no hablamos tanto ?como el Santo Padre hace notar- de ?cristianos separados? o de ?hermanos y hermanas separados?, sino de ?otros cristianos? y de ?otros bautizados?. Este cambio del vocabulario es bastante representativo. Los cristianos de las diversas Iglesias y Comunidades eclesiales ya no se ven hoy en d?a como adversarios; ya no se ponen los unos enfrente de los otros con actitudes de antagonismo, de competencia o de indiferencia, sino que se consideran mutuamente como hermanos y hermanas que han emprendido juntos el camino hacia la unidad plena.

En nuestros d?as, trabajan unidos a favor de la paz y de la justicia en el mundo. Desde el inicio del movimiento ecum?nico moderno, la promoci?n de la unidad y la misi?n en el mundo han caminado al mismo paso. Porque en la promoci?n de la unidad y en la misi?n en el mundo act?a la auto-trascendencia de la Iglesia y empieza la reuni?n escatol?gica de todos los pueblos que los profetas ya anunciaron.

En el fundamento de este desarrollo tan positivo y alentador cuando el movimiento ecum?nico es entendido en la manera justa, no hay ni un filantropismo liberal, ni un relativismo o un pluralismo post-moderno que no tiene en cuenta las diferencias confesionales o abandona la identidad cat?lica; sino que m?s bien en la base de los di?logos hay la com?n confesi?n de la fe en la Sant?sima Trinidad y en Jesucristo, ?nico y universal salvador y redentor, y el reconocimiento mutuo del ?nico bautismo, a trav?s del cual todos los bautizados entran a formar parte del ?nico Cuerpo de Cristo y se encuentran, por lo tanto, desde ahora, en una comuni?n real y profunda, aunque no completa. La nueva fraternidad ecum?nica no significa, por lo tanto, una realidad sentimental o una sensaci?n familiar de cordialidad, sino que contemplamos una realidad espiritual fundamentada ontol?gicamente.

Pese a estos progresos tan alentadores, no se puede negar que, m?s all? de las dificultades singulares, normales y que forman parte de la vida, el di?logo de alguna manera se haya encallado, aunque no se hayan parado los coloquios y los encuentros, las visitas y la correspondencia. La situaci?n ha cambiado, la atm?sfera ya no es la misma, aparecen en el horizonte nuevos retos, como por ejemplo el crecimiento enorme de los movimientos evang?licos, pentecostales y carism?ticos, que se han desarrollado sobre todo en el hemisferio sur. Por otro lado, en algunas comunidades protestantes se muestran tendencias liberales, sobre todo en cuestiones de ?tica, que crean nuevas diferencias y dificultades. Mientras que en los momentos inmediatamente posteriores al Concilio se constataba quiz?s una atm?sfera optimista e incluso ut?pica, hoy se puede prever que el camino ecum?nico, al menos seg?n las medidas de los hombres, ser? todav?a largo. Como fruto de esta reflexi?n, el tema de la ?ltima Sesi?n plenaria del PCPUC, en noviembre del 2006, tuvo como t?tulo ?El ecumenismo en v?a de transformaci?n?.

Como siempre, hay varios motivos para el cambio de una situaci?n. Uno de los motivos ha sido el hecho de que, tras haber superado muchos malentendidos y haber conseguido un consenso fundamental sobre el fulcro de nuestra fe, ahora hemos llegado al n?cleo duro de nuestras diferencias eclesiol?gicas o, mejor, de nuestras diferencias institucionales y eclesiol?gicas. En el di?logo con las Antiguas Iglesias Orientales y con las Iglesias ortodoxas, esta divergencia afecta la cuesti?n del ministerio petrino; mientras que, en las relaciones con las Iglesias reformadas, concierne la cuesti?n de la sucesi?n apost?lica del ministerio episcopal. Este ?ltimo punto es tan s?lo la punta del iceberg de una diferencia muy profunda en la manera de entender la eclesiolog?a. Para poder resolver estos puntos, la Iglesia cat?lica sostiene que es imprescindible afrontar dos cuestiones fundamentales.

Primero: nos hace falta un ecumenismo fundamental; es decir, debemos reforzar los fundamentos de nuestro compromiso ecum?nico, la fe en Dios y en Jesucristo. No solamente en las otras Iglesias, sino tambi?n a menudo entre nosotros estas verdades fundamentales y centrales est?n desapareciendo de muchos fieles. Pero ?C?mo se puede hablar de la justificaci?n de los pecadores por parte de Dios, si ya no hay una viva relaci?n con Dios y si ya no existe la conciencia de ser pecador y de tener necesidad de la redenci?n? Segundo: la cuesti?n de las Iglesias, entendidas como Comuni?n. Entretanto, hemos de estar agradecidos que la Comisi?n Fe y Constituci?n del Consejo mundial de las Iglesias haya publicado un documento todav?a provisional sobre ?La naturaleza y la misi?n de la Iglesia?, en cuya elaboraci?n ha colaborado nuestro Consejo y a la redacci?n final del cual queremos continuar cooperando muy activamente. Esperamos que esto pueda ser un paso y una contribuci?n importante para lograr la plena comuni?n, es decir, la comuni?n eucar?stica con nuestros hermanos y hermanas, que es el objetivo del compromiso ecum?nico.

II. Tras haber afirmado todo esto y tomando en consideraci?n tambi?n los diversos pasos de aproximaci?n, permanece aun as? un cierto sentimiento de desilusi?n y de frustraci?n. Para poner en movimiento la situaci?n actual, es necesario un impulso m?s fuerte y vigoroso que aqu?l que, por su naturaleza, los di?logos acad?micos puedan dar. En este momento cr?tico, hemos de acudir a la fuerza motriz originaria del movimiento ecum?nico y a la dimensi?n pneumatol?gica de la existencia cristiana y de la Iglesia. Por esto, junto a los fundamentos teol?gicos y eclesiol?gicos antes mencionados, es necesario reflexionar sobre las bases pneumatol?gicas y espirituales. Porque la unidad de los disc?pulos de Cristo no se puede ?hacer? mediante di?logos teol?gicos, aunque son muy importantes e irrenunciables, ni mediante una cierta denominada diplomacia eclesi?stica o mediante acciones pragm?ticas, aunque tengan su utilidad. En ?ltima instancia, la unidad de la Iglesia es, si bien visible, una realidad pneumatol?gica y por lo tanto un don del Esp?ritu de Dios. Seg?n el ap?stol Pablo hay una diversidad de carismas dentro la Iglesia, pero uno solo es el Esp?ritu (1 Cor 12,4), que es como el alma de la Iglesia. Es significativo que las palabras de Jes?s ?que todos sean una sola cosa? no son un mandato, sino una plegaria; y el ecumenismo en ?ltimo t?rmino no es otra cosa que unirse a esta plegaria de nuestro Se?or y hacerla nuestra.

Estas no son para m? reflexiones puramente abstractas, sino pensamientos que vienen de mi experiencia personal, madurada a lo largo de muchos a?os, d?a tras d?a. En este periodo de tiempo he participado en muchos di?logos y en muchos encuentros ecum?nicos. Y siempre era lo mismo. Si estos di?logos quedaban s?lo a nivel acad?mico, resultaban quiz?s interesantes, pero no tra?an fruto alguno. A menudo, si no hab?a oraci?n y una atm?sfera espiritual, se pod?an olvidar. Mientras que, si hab?a un clima de oraci?n, los corazones se abr?an, era posible superar malentendidos y prejuicios, promover la comprensi?n tambi?n sobre las diferencias, encontrar convergencias y tal vez consensos y sobre todo acrecentaba el amor mutuo y el empuje para continuar.

Esta experiencia personal concuerda con la experiencia hist?rica de la Iglesia. Las divisiones en el seno de la cristiandad no son debidas primariamente a disputas a nivel de discusiones o a controversias sobre f?rmulas doctrinales divergentes, sino a una experiencia de vida que ha llevado a un alejamiento rec?proco. Algunas formas de vida de fe cristiana han resultado extra?as las unas a las otras, hasta no poderse entender. As?, las divisiones del pasado son el resultado ?como el Concilio ha dicho- de un enfriamiento del amor. Problemas que como tales eran solucionables se han convertido en obst?culos insalvables; de las diferencias, de por si leg?timas, han salido controversias, que se han exagerado y absolutizado. Al final se han alejado y ya no se comprenden. Y esto ha conducido a fracturas inevitables. Varias condiciones y circunstancias culturales, sociales y pol?ticas han desarrollado un papel importante en todo esto. Con esto no queremos olvidar que se ha tratado tambi?n de una b?squeda de la verdad y de diferencias de fe. Volveremos enseguida sobre este importante aspecto. La b?squeda de la verdad, sin embargo, ha estado siempre inscrita en la experiencia concreta y atada a ?sta de manera inseparable.

Por otro lado, ya desde los inicios, el movimiento ecum?nico se ha nutrido en gran parte por un movimiento espiritual, que ha encontrado su expresi?n sobre todo en la Semana de Oraci?n por la Unidad de los Cristianos, puesta en marcha el a?o 1933 por el Abb? Paul Couturier, y que para nosotros es siempre el centro ecum?nico del a?o lit?rgico.
El Concilio Vaticano II, en su Decreto sobre el Ecumenismo Unitatis Redintegratio, contempla el movimiento ecum?nico como impulso y obra del Esp?ritu Santo (UR 1; 4). Y no por casualidad el Concilio y el Papa de entonces describieron el ecumenismo espiritual como el coraz?n del movimiento ecum?nico (UR 8). El ecumenismo espiritual seg?n el Concilio significa: oraci?n, sobre todo oraci?n ecum?nica com?n, conversi?n personal y reforma institucional, penitencia y esfuerzo por la santificaci?n personal (UR 5-8). El Papa Juan Pablo II en su Enc?clica Ut unum sint y en otros muchos documentos ha repetido y subrayado muchas veces esta idea y el Papa Benedicto XVI contin?a en la misma estela.

Recientemente el PCPUC ha publicado un peque?o libro sobre el ecumenismo espiritual, que se basa en muchas experiencias concretas. La publicaci?n hab?a sido recomendada por la Plenaria del 2003. Un primer proyecto hab?a sido presentado y discutido en la Conferencia internacional tenida en Rocca di Papa en noviembre del 2004 con ocasi?n de la celebraci?n del 40 aniversario del Decreto sobre el ecumenismo Unitatis redintegratio del Concilio Vaticano II. Desde entonces hemos recibido muchas sugerencias de organismos ecum?nicos internacionales y locales. As?, el libro es el resultado de muchas experiencias personales m?as y de otros muchos en varias situaciones y partes del mundo. La intenci?n de la publicaci?n es aportar sugerencias concretas y pr?cticas a todos aquellos que ?como se suele decir est?n en la base, es decir en las di?cesis, en las parroquias y en las diversas comunidades- se esfuerzan en el trabajo ecum?nico.

El acento particular puesto en el ecumenismo espiritual es importante tambi?n a la luz de la situaci?n espiritual actual que, por una parte, est? marcada por el relativismo y por el esteticismo post-modernos y, por otra, presenta un deseo nost?lgico de esperanza espiritual, a menudo vago e impreciso. Es evidente un descontento que brota del vac?o dejado por una civilizaci?n t?cnica, funcional y economicista. Se percibe tambi?n el descontento con una Iglesia prevalentemente institucional, que no da el suficiente alimento espiritual, que no satisface los deseos m?s profundos del coraz?n. Este es uno de los motivos por los cuales tantos fieles dejan la Iglesia y se integran en comunidades carism?ticas y pentecostales o se entregan a pr?cticas esot?ricas. Esta situaci?n nos obliga a aclarar desde el principio el concepto de espiritualidad.

III. Actualmente, la palabra ?espiritualidad? se utiliza demasiado y tiene muchos significados. Nos interesa ahora, primeramente, aclarar un poco este t?rmino y su significado. Y despu?s podremos dar sugerencias concretas.

Espiritualidad es un ?pr?stamo? l?xico que proviene del catolicismo franc?s. Traducido literalmente significa ?piedad?. No obstante, con esto no se cubre toda la gama de significados de este concepto. El Dictionary of Christian Spirituality describe la espiritualidad como aquel comportamiento, aquella fe y aquel conjunto de pr?cticas que conforman la vida de los hombres, ayud?ndolos a lograr realidades que van m?s all? de la percepci?n de los sentidos. Para mejorar esta descripci?n, podemos decir que espiritualidad es un estilo de vida guiado por el esp?ritu. El L?xico ecum?nico, por lo tanto, dice: ?La espiritualidad consiste en el desarrollo de la existencia cristiana bajo la gu?a del Esp?ritu Santo?.

Est? claro, pues, que el concepto de espiritualidad tiene dos componentes: una dimensi?n que proviene ?de arriba? y que no est? influenciada por el hombre porque es obra del Esp?ritu de Dios, y una dimensi?n ?de abajo?, que incluye la condici?n humana y la situaci?n contingente en que se encuentra cada existencia cristiana y dentro de la que ella intenta forjarse y definirse espiritualmente. La espiritualidad vive, pues, la tensi?n entre el ?nico Esp?ritu Santo, que obra en todas partes y en todo, y la variedad de las realidades y de las formas de vida humanas, culturales y sociales. Y es por lo tanto en esta tensi?n entre unicidad y pluralidad donde reside fundamentalmente el significado de la espiritualidad.

Esta tensi?n comporta a la espiritualidad el peligro de una fractura o de la preponderancia de uno de los elementos. Como expresiones culturales y terrenales de la fe encarnada, las espiritualidades traen en ellas mismas el riesgo del sincretismo, cuando la fe cristiana se mezcla con elementos religiosos y culturales no adecuados, que falsean la fe misma. Las diversas espiritualidades pueden tambi?n unirse a finalidades y cuestiones pol?ticas, confiriendo a la fe cristiana no s?lo un tono nacional, sino incluso una impronta ideol?gica pseudo-espiritual o nacional-chovinista. En algunas formas de fundamentalismo religioso este peligro es extremadamente evidente. Junto a ?stas, existen otras formas de espiritualidad, de la denominada espiritualidad ecum?nica, que son s?lo emotivas o sentimentales y pueden ser descritas como banalizaciones burguesas de la fe cristiana.

Toda espiritualidad, pues, debe preguntarse por qu? esp?ritu se deja guiar, por el Esp?ritu Santo o por el esp?ritu del mundo o del tiempo. La espiritualidad implica un discernimiento de los esp?ritus. La espiritualidad no est? exonerada de la b?squeda de la verdad. Por esto, no se puede sustraer c?modamente a la teolog?a apelando a la espiritualidad. La espiritualidad, por permanecer sana, tiene necesidad de una reflexi?n teol?gica.

IV. Los grandes maestros de la vida espiritual nos han dejado un rico tesoro de experiencias para el discernimiento de los esp?ritus. Las m?s conocidas son las reglas para el discernimiento de los esp?ritus del libro de los ejercicios espirituales de Ignacio de Loyola. Vale la pena releerlo atentamente, desde el punto de vista ecum?nico; es posible, en este sentido, sacar un gran provecho de ?l. Sin embargo, yo prefiero coger aqu? otro camino e interrogarme, en tres puntos, sobre cu?l es la naturaleza y la obra del Esp?ritu a nivel ya b?blico, ya sistem?tico, para llegar a una espiritualidad ecum?nica objetiva en base a una teolog?a reflexionada a partir del Esp?ritu Santo.

1. El significado fundamental en hebreo y en griego de ?esp?ritu? (ruah, pn?uma) es viento, respiraci?n, soplo y ?porque la respiraci?n es signo de la vida- vida, alma y, en fin, en una translaci?n de sentido, el esp?ritu como principio vital del hombre, como sede de las sensaciones espirituales y de su voluntad. No se trata, con todo, de un principio inmanente al hombre; se refiere m?s bien a la vida dada y hecha posible por Dios. Dios da el esp?ritu y puede tambi?n volverlo a tomar. El esp?ritu de Dios tiene, pues, la fuerza vital creadora de todas las cosas. ?l da al hombre sensibilidad art?stica y perspicacia, discernimiento y sabidur?a.

Es el Spiritus creator, que obra en toda la realidad de la creaci?n. ?El esp?ritu del Se?or llena el universo, abarcando cada cosa, conoce cada voz? (Sab 1,7; cfr. 7,22-8,1). Seg?n el ap?stol Pablo en la Carta a los Romanos, el Esp?ritu viene en ayuda de nuestra debilidad, da respuesta a las esperanzas y sufrimientos del mundo, intercede con insistencia por nosotros, con gemidos inefables (Rom 8,26 s). Seg?n Agust?n, el Esp?ritu es ?la fuerza de gravedad de la caridad, el empuje hacia arriba, aquello que se opone a la fuerza de la gravedad hacia abajo y conduce todo a la realizaci?n en Dios? (Conf. XIII, 7,8). Toda verdad ?como ense?a Tom?s de Aquino- de donde sea que se derive, proviene del Esp?ritu Santo (cfr. S. Th E II/109,1).

Una doctrina sobre el Esp?ritu Santo, por lo tanto, no debe recluirse dentro los muros de una iglesia o replegarse sobre ella misma. Se debe situar en el interior de una prospectiva universal. La pneumatolog?a es posible tan s?lo en la escucha, en la atenci?n puesta en las huellas, en las esperanzas, en los gozos y en las vanidades de la vida, en la observaci?n de los signos de los tiempos que se encuentran por todas partes, all? donde la vida nace, est? en fermento, se expande, pero tambi?n donde las esperanzas de vida son malogradas, estranguladas, amordazadas y suprimidas. En cualquier lugar donde sea mostrada la vida verdadera y nueva, all? obra el Esp?ritu de Dios.

El Concilio Vaticano II vio este obrar universal del Esp?ritu no solamente en las religiones de la humanidad, sino tambi?n en la cultura y en el progreso de los hombres (cfr. Gaudium et spes, 26; 28; 38; 41; 44). El Papa Juan Pablo II ha desarrollado posteriormente este pensamiento en su Enc?clica sobre la misi?n Redemptoris missio, donde leemos: ?El Esp?ritu, pues, est? en el origen mismo de la demanda existencial y religiosa del hombre, la cual nace no s?lo de situaciones contingentes, sino de la estructura misma de su ser?. M?s adelante el Santo Padre contin?a: ?La presencia y la actividad del Esp?ritu no afecta s?lo a los individuos, sino a la sociedad y a la historia, a los pueblos, las culturas, las religiones. El Esp?ritu, en suma, est? en el origen de los nobles ideales y de las iniciativas de bien de la humanidad que camina? (n.28).

Por lo tanto, una espiritualidad ecum?nica inspirada en la Biblia no puede replegarse en ella misma o ser exclusivamente eclesioc?ntrica. Debe estar atenta a la vida y servir a la vida. Debe ocuparse de los asuntos cotidianos, de las peque?as experiencias de cada d?a, as? como de las grandes cuestiones de la vida y supervivencia del hombre moderno, y tambi?n de las religiones y de las obras de la cultura humana. Seg?n un principio de la m?stica tardo-medieval y de Ignacio de Loyola, es posible encontrar a Dios en todas las cosas.

Espiritualidad ecum?nica significa cooperaci?n en favor de la vida, de la justicia, de los derechos del hombre y de la paz. En este contexto no estoy pensando en primer lugar en acciones espectaculares, sino en cooperar en las obras de caridad de cada d?a, para los ni?os, los j?venes, los enfermos, los discapacitados y la gente mayor. Estoy pensando tambi?n en la cooperaci?n con la pastoral para los turistas, en los medios de comunicaci?n, etc. Debemos superar en todos estos ?mbitos el esp?ritu de competitividad, porque es necesario que impere la solidaridad. Podemos hacer tantas cosas juntos, y mediante esta cooperaci?n nos conocemos mejor y crecemos juntos.

2. En la Biblia, el esp?ritu no es s?lo fuerza creadora de Dios: es tambi?n la fuerza divina que se explicita en la historia. El Esp?ritu habla a trav?s de los profetas y es prometido como el esp?ritu mesi?nico (Is 11,2; 42,1). Es la fuerza de la nueva creaci?n, que transforma el desierto en para?so y lo convierte en lugar de ley y justicia (Is 42,15 ss). ?No con el poder, no con la fuerza, sino con mi esp?ritu? (Zac 4,6). El esp?ritu acerca la criatura que gime y sufre al Reino de la libertad de los hijos de Dios (cfr. Rom 8,19 ss).

El Nuevo Testamento anuncia la venida del Reino de la libertad de Jesucristo. Un reino que nace del Esp?ritu (Lc 1,35; Mt 1,18.20); en el momento del bautismo, el Esp?ritu desciende sobre ?l (Mc 1,9-11); toda su obra sobre la tierra tiene el sello del Esp?ritu (Lc 4,14.18; 10,21; 11,20). El Esp?ritu descansa en ?l; as? ?l puede anunciar el mensaje de j?bilo a los pobres, la libertad a los prisioneros, la vista a los ciegos y la justicia a los afligidos (Lc 4,18). Su resurrecci?n acontece en la fuerza del Esp?ritu (Rom 1,3) y en la fuerza del Esp?ritu ?l contin?a estando presente en la Iglesia y en el mundo. ?El Se?or es esp?ritu? (2 Cor 3, 17).

Puesto que en Jesucristo, en su vida sobre la tierra y en su obra como Redentor, la acci?n del Esp?ritu inscrita en la historia de la salvaci?n llega a su plenitud escatol?gica, el Esp?ritu es para Pablo el Esp?ritu del Cristo (Rom 8,9; Fil 1,19), el Esp?ritu del Se?or (2 Cor 3,17) y el Esp?ritu del Hijo (Gal 4,6). La confesi?n de Jesucristo es por lo tanto el criterio fundamental para el discernimiento de los esp?ritus: ?...nadie que hable bajo la acci?n del Esp?ritu de Dios dice: ?Jes?s es anatema?; y nadie puede decir: ?Jes?s es Se?or?, si no es bajo la acci?n del Esp?ritu Santo? (1 Cor 12,3).

Con esto queda bien afianzado el criterio cristol?gico, que es el decisivo en una espiritualidad ecum?nica. Este criterio quiere luchar contra el peligro de un relativismo y de un sincretismo espiritual, que amenaza las experiencias espirituales de las diversas religiones, confundi?ndolas entre ellas y seleccion?ndolas de manera ecl?ctica. La espiritualidad ecum?nica preserva la unicidad y la universalidad del significado salv?fico de Jesucristo. Ella es tambi?n contraria a la tentaci?n so?adora y exaltada de eliminar la intermediaci?n cristol?gica y acceder directamente a Dios. Y recuerda: ?Dios, nadie lo ha visto nunca; el Hijo unig?nito que est? en el seno del Padre es quien lo ha revelado? (Jn 1,18).

Una espiritualidad ecum?nica leg?tima ser? por lo tanto en primer lugar una espiritualidad b?blica y recibir? un influjo en la lectura com?n de las escrituras y en el estudio com?n de la Biblia. Se impregnar? de la Lectio divina, tan recomendada por el Concilio (DV 25), es decir, la lectura de la Biblia ligada a la oraci?n que se convierte en un coloquio entre Dios y el hombre. Reflexionar? continuamente sobre las narraciones b?blicas de la venida de Jes?s, sobre su mensaje de libertad, sobre su obra liberadora y salv?fica, sobre su servicio a los otros, sobre su kenosi hasta la muerte, sobre su entera persona y sobre su obra entera, haciendo de esto el criterio fundante. Ella se empapar? del seguimiento de Jes?s y continuar? buscando el rostro del Cristo, como ha mencionado de manera pragm?tica Juan Pablo II en su Carta Apost?lica Novo millenio ineunte de 2001. Tal espiritualidad se revela en aquello que Pablo define como los frutos del Esp?ritu: caridad, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, dulzura, templanza (Gal 5, 22).

Espiritualidad cristoc?ntrica significa espiritualidad de la escucha de la palabra y significa tambi?n espiritualidad sacramental. Cristo est? presente en la palabra y en los sacramentos; el Concilio renov? la imagen de la mesa de la palabra y del cuerpo del Cristo (DV 21). Ecum?nicamente tenemos en com?n sobre todo el Bautismo, mediante el cual somos miembros del ?nico cuerpo de Cristo y estamos ya ahora en una comuni?n profunda si bien todav?a no plena. Por lo tanto, las celebraciones de conmemoraciones del Bautismo com?n son centrales para una espiritualidad ecum?nica. Se puede pensar en la fiesta del Bautismo de Cristo o en ceremonias del per?odo de Cuaresma. No obstante, no es posible una plena participaci?n com?n en la eucarist?a. Conozco bien los problemas pastorales que pueden surgir de ello. Durante los ?ltimos a?os, se ha desarrollado la costumbre de que aquellos que no pueden participar plenamente y no pueden comulgar piden la bendici?n del sacerdote; con lo cual no se sienten excluidos y participan tanto como es posible.

La espiritualidad cristol?gica valora tambi?n los testigos de Cristo. Tenemos en com?n muchos santos de los primeros siglos y tenemos much?simos testigos que podemos decir m?rtires, sobre todo en el siglo pasado. Ellos son modelos y ejemplos en el seguimiento de Jes?s. No podemos olvidar Mar?a, la Madre de Jes?s. Incluso muchos evang?licos hoy la redescubren como una figura b?blica y como hermana en la fe.

En fin, en el Esp?ritu, podemos y debemos decir ??Abb?, Padre!? como Jes?s dijo a Dios (Rom 8,15.26 ss; Gal 4,6). Por lo tanto, una espiritualidad ecum?nica es una espiritualidad de la oraci?n. Como Mar?a y los Ap?stoles ?y junto con ellos- tal espiritualidad debe recogerse siempre en la plegaria por la venida de una Pentecost?s regeneradora (cfr. Hech 1,13 ss.). Una espiritualidad ecum?nica vive, como el mismo Jes?s, de la plegaria; concuerda con la plegaria de Jes?s y se une a ?l, en el deseo que todos sean uno (cfr. Jn 17,21). En la plegaria soporta, como Jes?s en la cruz, tambi?n la experiencia del abandono del esp?ritu y del abandono de Dios (cfr. Mc 15,34); s?lo en la fuerza de la plegaria puede soportar dificultades y desilusiones ecum?nicas, como tambi?n la experiencia ecum?nica del desierto.

3. Junto al criterio cristol?gico, para Pablo hay tambi?n el criterio eclesiol?gico. Pablo enlaza el Esp?ritu con la construcci?n de la comunidad y con el servicio en la Iglesia. El esp?ritu ha sido dado para el bien de todo el mundo. Los diversos dones del Esp?ritu deben servir unos y otros (1 Cor 12,4-30). El Esp?ritu no es un Esp?ritu de confusi?n, sino un Dios de paz (1 Cor 14,33). Pero la obra del Esp?ritu no est? limitada a las instituciones de la Iglesia y monopolizada por ella; el Esp?ritu es dado a todo el mundo como afirma la Biblia, cada cual tiene su carisma. Pero el Esp?ritu no obra cuando los hombres est?n unos contra otros, sino cuando est?n unos con otros, y gracias a la contribuci?n personal por parte de cada uno. El Esp?ritu es adverso a toda divisi?n en facciones y partidos. El don m?s grande del esp?ritu es la caridad, sin la cual el conocimiento no tiene ning?n valor. La caridad no tiene envidia, no se vanagloria, no se enorgullece; todo lo soporta y no caducar? nunca (cfr. 1 Cor 13,1-4.7).

Precisamente, la tradici?n teol?gica ha desarrollado con propiedad este aspecto. Seg?n Ireneo de Lyon, la Iglesia es ?el recipiente, donde el Esp?ritu ha vertido la fe y la mantiene fresca?; all? donde est? la Iglesia, est? tambi?n el Esp?ritu de Dios; all? donde est? el Esp?ritu de Dios, est? la Iglesia y toda la gracia? (Adv. haer. III, 24,1). E Hip?lito dice: ?Festinet autem te ad ecclesiam ubi floret spiritus? (Trad apost. 31; 35). En toda la tradici?n occidental, inspirada sobre todo en Agust?n, el Esp?ritu es el amor entre el Padre y el Hijo, y aquello que hay de m?s interno a Dios y al mismo tiempo es m?s externo a Dios, dado que, en ?l y a trav?s de ?l, el amor de Dios se derrama a nuestros corazones. En el Esp?ritu, Dios da su intimidad al exterior de modo que as? nosotros podamos compartir su vida. El Esp?ritu es, pues, el principio vital de la vida cristiana y como el alma de la Iglesia (cfr. LG 7).

La espiritualidad ecum?nica es, pues, una espiritualidad eclesial y, por esto mismo, una espiritualidad de comuni?n. La espiritualidad ecum?nica se afanar? por lograr el ?Sentire ecclesiam?, se esforzar? por entrar m?s profundamente en la esencia, la tradici?n, y en particular en la liturgia de la Iglesia, haciendo la liturgia de manera actual y consciente. La espiritualidad ecum?nica vive de la fiesta de la liturgia. Tal espiritualidad ecum?nica generalmente es vivida en grupos y c?rculos ecum?nicos. Estos grupos, sin embargo, no pueden separarse de la m?s amplia comunidad de la Iglesia y elevarse por encima de esta. No pueden hacer ecumenismo a su propio gusto y manera. Deben sentirse como miembros que contribuyen a la vida de todo el cuerpo de la Iglesia y por otra parte la reciben tambi?n de la comunidad m?s grande. La espiritualidad ecum?nica se esfuerza en conservar la unidad del Esp?ritu (cfr. Ef 4,3).

Vivir en la Iglesia, con la Iglesia y vivir la Iglesia significa sufrir en la Iglesia y con la Iglesia. Ella sufre y sangra por las heridas causadas por las divisiones. Este sufrimiento es esencial en la espiritualidad ecum?nica. As?, la espiritualidad ecum?nica moviliza la conciencia de la Iglesia, priv?ndola de replegarse sobre ella misma y sobre su autosuficiencia confesional; estimul?ndola, por contra, a recorrer y a tocar en la riqueza de las otras tradiciones para buscar una unidad ecum?nica m?s amplia y, de este modo, llegar a la plenitud concreta de su catolicidad. Ella, por lo tanto, entreabre prof?ticamente una visi?n del futuro ante la realidad eclesial concreta, sin huir ante esta realidad, pero esforz?ndose en cambio con paciencia y constancia para conseguir el consenso.

El Esp?ritu es quien la hace entrar en una verdad cada vez m?s grande y cada vez m?s profunda; ?l debe guiarnos a la verdad completa (Jn 16,13). Esto sucede de varias maneras, una de las cuales, seg?n el texto conciliar ya citado, es la experiencia espiritual. De ?sta, forma parte tambi?n la experiencia espiritual ecum?nica. En efecto, el di?logo ecum?nico no es simplemente un intercambio de ideas, sino un intercambio de dones y de experiencias espirituales (UUS 28). Esto es posible para cada cristiano, en el lugar y en la forma que son propios de cada uno, porque cada uno a su manera es un experto, es una persona que vive una experiencia y quiere comunicarla a los otros. Para el di?logo ecum?nico vale, pues, todo lo que Pablo ha dicho para toda reuni?n de la comunidad: cuando os reun?is, que cada uno aporte el propio don (cfr. 1 Cor 14,26).

En los ?ltimos decenios, nosotros los cat?licos hemos aprendido mucho de la experiencia de nuestros hermanos y de nuestras hermanas protestantes en todo el que se refiere al significado de la Palabra de Dios y a la interpretaci?n de la Sagrada Escritura; ellos, por su parte, aprenden de la realidad de nuestros signos sacramentales y de nuestra manera de celebrar la liturgia. En el encuentro ecum?nico con las Iglesias orientales, podemos aprender de su riqueza espiritual y de su respeto por el misterio, mientras que ellos pueden compartir nuestras experiencias pastorales y nuestra experiencia en contacto con el mundo actual. Como sugiere una expresi?n feliz del Papa Juan Pablo II, la Iglesia puede, pues, aprender a respirar de nuevo con los dos pulmones.

Por lo tanto, el di?logo ecum?nico no tiene como objetivo primario el de inducir los otros a convertirse a nuestra Iglesia, sino la conversi?n de todos a Cristo. Naturalmente, no podemos ni debemos excluir las conversiones singulares en el sentido tradicional; debemos tener un gran respeto por las decisiones tomadas a nivel de conciencia personal que motivan estas opciones. Incluso as?, aun en el caso de una conversi?n individual, de hecho no se trata de una conversi?n a otra Iglesia, sino de una conversi?n a la plena verdad de Jesucristo. En este sentido, todos deben convertirse, ya que la conversi?n no es un acto hecho de una vez para siempre, sino un proceso continuado.

El encuentro ecum?nico sostiene esta conversi?n, puesto que nos lleva al examen de conciencia y es inseparable de la conversi?n personal y del deseo de una reforma de la Iglesia (cfr. UUS 16; 34 ss; 83 ss). Cuando, intercambiando nuestras rec?procas experiencias confesionales y partiendo de nuestros presupuestos diversos, nos acercamos a Jes?s y logramos la medida del completo desarrollo de Cristo (Ef 4,13), entonces nos convertimos en una sola cosa con ?l. ?l es nuestra unidad. En ?l, tras haber superado nuestras divisiones, podemos realizar hist?ricamente, en concreto, tambi?n toda la plenitud de la catolicidad.

Pregunt?monos ahora: ?cu?l es la unidad de la plenitud hacia la cual andamos? La respuesta es la siguiente: no se trata de una fusi?n como las de las grandes empresas internacionales de nuestro mundo globalizado; no es tampoco un sistema complejo, desde el punto de vista especulativo o institucional, en el cual los opuestos se anulan, siguiendo una dial?ctica de tipo hegeliano. En esto reside la diferencia de fondo entre di?logo y dial?ctica. Ciertamente, el di?logo intenta disipar los malentendidos y superar las divisiones entre los partner, tendiendo a la reconciliaci?n. Pero la reconciliaci?n propiamente no elimina la alteridad del otro, no la absorbe ni la aspira, haci?ndola desaparecer. Por el contrario, la reconciliaci?n reconoce el otro en su alteridad. La unidad en la caridad no se logra cuando la identidad del otro es anulada y absorbida, sino al contrario, cuando ?sta llega a ser confirmada y plena.

Esta experiencia de la unidad en la caridad es el modelo de la unidad cristiana y eclesial. Encuentra, en ?ltimo t?rmino, el fundamento en el amor trinitario entre Padre, Hijo y Esp?ritu Santo y es el modelo para la unidad eclesial: la unidad de la Iglesia es como un icono de la Trinidad (cfr. LG 4; UR 3).

En ?ltimo t?rmino, el ecumenismo y la unidad son un acontecimiento espiritual. All? donde se logra un consenso ecum?nico, este consenso ser? experimentado como un don espiritual y como una nueva Pentecost?s. De esta nueva Pentecost?s habl? el Papa Juan XXIII, abriendo el Concilio Vaticano II con una clara perspectiva ecum?nica. Estoy convencido de que, si nosotros rogamos como Mar?a y los Ap?stoles en el Cen?culo (Hech 1,12-14) y si nos empe?amos en hacer todo cuanto nos sea posible, recibiremos un d?a este don.

Publicado por verdenaranja @ 20:21  | Hablan los obispos
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25 Febrero (ACI).- Miles de fieles se dieron cita en la Plaza de San Pedro para rezar el ?ngelus Dominical con el Papa Benedicto XVI, quien al introducir la oraci?n mariana record? que solo contemplando a Cristo crucificado es posible comprender la misericordia de Dios.

?Contemplando con los ojos de la fe al Crucificado, podemos comprender profundamente cuan inmensurable es la potencia del perd?n y de la misericordia del Se?or?, dijo el Pont?fice este medio d?a.

Hizo tambi?n un llamado a que ?durante estos d?as de Cuaresma no alejemos el coraz?n de este misterio de profunda humanidad y de alta espiritualidad?.

El Santo Padre record? que ?Aquel que nosotros mismos hemos atravesado con nuestras culpas no se cansa de derramar en el mundo un torrente inacabable de amor misericordioso?.

?Que la humanidad ?prosigui?- pueda comprender que solamente de esta fuente es posible obtener la energ?a espiritual indispensable para construir aquella paz y aquella felicidad que todo ser humano busca sin detenerse?.

Finalmente pidi? a la Virgen Mar?a ?que nos obtenga una fe firme, gui?ndonos en el camino de la cuaresma nos ayude a dejar todo aquello que nos separa de la escucha de Cristo y de su palabra de salvaci?n?.

VATICANO - Camino de oraci?n para la Cuaresma - La I estaci?n del V?a Crucis: Jes?s es condenado a muerte

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Proponemos a la reflexi?n y a la meditaci?n, la I estaci?n del V?a Crucis seg?n el esquema usado el 25 de marzo de 2005, viernes Santo, en el rito celebrado en el Coliseo.

Primera estaci?n: Jes?s es condenado a muerte
V /. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
R /. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.
Lectura del Evangelio seg?n San Mateo 27, 22-23.26
Pilato les pregunt?: ??y qu? hago con Jes?s, llamado el Mes?as?? Contestaron todos: ??que lo crucifiquen!? Pilato insisti? :?pues ?qu? mal ha hecho?? Pero ellos gritaban m?s fuerte: ??que lo crucifiquen!? Entonces les solt? a Barrab?s; y a Jes?s, despu?s de azotarlo, lo entreg? para que lo crucificaran.

Meditaci?n

El Juez del mundo, que un d?a volver? a juzgarnos, est? all?, humillado, deshonrado e indefenso delante del juez terreno. Pilato no es un monstruo de maldad. Sabe que este condenado es inocente; busca el modo de liberarlo. Pero su coraz?n est? dividido. Y al final prefiere su posici?n personal, su propio inter?s, al derecho. Tambi?n los hombres que gritan y piden la muerte de Jes?s no son monstruos de maldad. Muchos de ellos, el d?a de Pentecost?s, sentir?n ?el coraz?n compungido? (Hch 2, 37), cuando Pedro les dir?: ?Jes?s Nazareno, que Dios acredit? ante vosotros [...], lo matasteis en una cruz...? (Hch 2, 22 ss). Pero en aquel momento est?n sometidos a la influencia de la muchedumbre. Gritan porque gritan los dem?s y como gritan los dem?s. Y as?, la justicia es pisoteada por la bellaquer?a, por la pusilaminidad, por miedo a la prepotencia de la mentalidad dominante. La sutil voz de la conciencia es sofocada por el grito de la muchedumbre. La indecisi?n, el respeto humano dan fuerza al mal.

Oraci?n

Se?or, has sido condenado a muerte porque el miedo al ?qu? dir?n? ha sofocado la voz de la conciencia. Sucede siempre as? a lo largo de la historia; los inocentes son maltratados, condenados y asesinados. Cu?ntas veces hemos preferido tambi?n nosotros el ?xito a la verdad, nuestra reputaci?n a la justicia. Da fuerza en nuestra vida a la sutil voz de la conciencia, a tu voz. M?rame como lo hiciste con Pedro despu?s de la negaci?n. Que tu mirada penetre en nuestras almas y nos indique el camino en nuestra vida. El d?a de Pentecost?s has conmovido en coraz?n e infundido el don de la conversi?n a los que el Viernes Santo gritaron contra ti. De este modo nos has dado esperanza a todos. Danos tambi?n a nosotros de nuevo la gracia de la conversi?n.

Pater noster, qui es in c?lis:
sanctificetur nomen tuum;
adveniat regnum tuum;
fiat voluntas tua, sicut in c?lo, et in terra.
Panem nostrum cotidianum da nobis hodie;
et dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus debitoribus nostris;
et ne nos inducas in tentationem;
sed libera nos a malo.
Stabat mater dolorosa,
iuxta crucem lacrimosa,
dum pendebat Filius.
(J.M.) (Agencia Fides, 23 febrero 2007)

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S?bado, 24 de febrero de 2007
Mensaje que, como cada a?o, ha difundido el Patriarca latino de Jerusal?n, Su Beatitud Michel Sabbah, con ocasi?n del inicio del per?odo cuaresmal.

Mensaje de Cuaresma 2007


Queridos hermanos y hermanas:

La gracia y la paz de Nuestro Se?or Jesucristo est?n con vosotros.

Comenzamos la Cuaresma. Con Jes?s vamos al desierto de Jeric?, que nos dice hoy dos cosas: en primer lugar, el desierto que rodea Jeric? es todav?a el mismo donde Jes?s ha querido ayunar y rezar antes de llevar su misi?n al mundo; en segundo lugar, Jeric? es una peque?a ciudad-prisi?n, como todas las ciudades palestinas, s?mbolo de la situaci?n de conflicto que se ha convertido en nuestro medio de vida, de generaci?n en generaci?n y d?a tras d?a. Por una parte, en esta Cuaresma, queremos rezar y encontrar a Dios en la soledad, y por otra, queremos encontrar a los hombres, para superar el conflicto y ver la faz de Dios en todos.

En el desierto, nos libramos, por un tiempo, del peso de las preocupaciones de nuestra vida privada o p?blica para poder gozar de un momento de libertad interior que nos permite: ver a Dios y ver, en las profundidades de nosotros mismos, el bien o el mal que llevamos, para poder purificarnos y conocer mejor la vocaci?n a la cual Dios nos llama en nuestra Iglesia y en nuestra sociedad.

La Iglesia nos invita durante la Cuaresma a abstenernos de la comida, no con el objetivo de abstenernos de cierta comida o de toda comida, sino como medio por el cual nos ejercitamos para abstenernos de una cosa para llegar a otra mejor; y como medio para hallar nuestra libertad. Nos libramos de las presiones del cuerpo y de la materia, y de los sentimientos que nos empujan a odiar y a demoler, para poder reanimar la fuerza del esp?ritu que est? en nosotros y que nos ayuda a vivir la vida abundante que Jes?s ha venido a darnos. Vida de pruebas, es verdad, "quien quiera seguirme que lleve su cruz y me siga" (Mc 8,34), pero tambi?n, vida de un amor que la vuelve abundante: "He venido para que tengan vida y vida en abundancia. Como yo os he amado, amaos los unos a los otros" (Jn 10,10; Jn 13,35).
Ayunamos para llegar a ser capaces de reconciliarnos con Dios, como nos lo dice san Pablo: "Dejaos reconciliar con Dios" (2 Co 5,20). Y la reconciliaci?n con Dios no puede realizarse sin la reconciliaci?n con todos los hijos de Dios, nuestros hermanos y hermanas, amigos o enemigos.

Ayunamos para renovar la aceptaci?n de nuestra fe con toda su fuerza liberadora y sus exigencias. Porque tener la vocaci?n de la levadura, de la sal y de la luz, es una vocaci?n a una vida dif?cil. Pero Jes?s tambi?n nos dice: Si ten?is fe, pod?is transportar las monta?as (cf. Mt 21,21). La fe aut?ntica, plenamente aceptada y vivida, compensa el peque?o n?mero, aparta el miedo, y hace al creyente, aunque est? solo en su sociedad, capaz de contribuir a la construcci?n com?n. La vocaci?n de ser levadura en la masa en la tierra misma de Jes?s, nos pide el quedarnos en esta tierra, aunque la vida en otras tierras pueda ser m?s c?moda. La vocaci?n de la levadura es la vocaci?n a vivir el mandamiento de la Caridad, a fin de perdonar, aunque reclamando todos los derechos perdidos, y de hacer de la vida un compartir de bienes y sacrificios que nos hace a todos, con todas nuestras diferencias de religi?n o nacionalidad, verdaderos constructores de la nueva sociedad que debe nacer en Tierra Santa para todos: jud?os, drusos, musulmanes y cristianos.

Somos llamados a una vida dif?cil en el conflicto que dura siempre en Palestina y que tiene sus repercusiones en otros pa?ses de nuestra di?cesis, Israel y Jordania: la ocupaci?n y todo aquello que se sigue de ella, la limitaci?n de la libertad, el muro, las barreras militares, las privaciones, los militares israel?es que, en todo momento, entran en las ciudades palestinas matando personas, llev?ndose prisioneros, arrancando ?rboles, y demoliendo casas?. A?adir a eso, la falta de visi?n dentro de la sociedad palestina y la falta de seguridad, explotada por algunos que se permiten violar las leyes y oprimir a sus hermanos, sobre todo aquellos que portan armas y que las emplean para oprimir y robar el dinero de los otros. Y las luchas intestinas que dudan en desaparecer? A esto se suma la no respuesta o la incapacidad de la comunidad internacional para responder a las m?ltiples voces de paz que parten de la regi?n. Y los ruegos, m?ltiples, que se levantan por todas partes y que perseveran en este tiempo de prueba: en ellos y en cada persona de buena voluntad, ponemos nuestra esperanza.

De frente a todo ello, la Cuaresma recuerda al cristiano que esta situaci?n puede ser una situaci?n de muerte o de vida nueva y que ?l es llamado a convertirla en una situaci?n de vida nueva. As? nuestro ayuno tiene por objetivos: ante todo, el de meditar y buscar la voluntad de Dios y su Providencia en las pruebas que vivimos. En segundo lugar, el renovar nuestro amor de unos por otros: a?adiendo el peso de las preocupaciones de nuestros hermanos a nuestras mismas preocupaciones, Dios se hace presente entre nosotros, seg?n la palabra de Jes?s: "Cuando dos o tres est?n reunidos en mi Nombre, yo estoy en medio de ellos" (Mt 18,20). Nos convertimos as? en tres para llevar nuestras preocupaciones, nosotros, nuestro hermano y Dios. Con eso, nos volvemos m?s fuertes y el peso ser? m?s ligero. En tercer lugar, con la presencia de Dios entre nosotros llegaremos a ver el sentido de los acontecimientos que vivimos, veremos c?mo convertir las pruebas y las opresiones en amor de los unos para con los otros, y como consecuencia de ello en un plus de fuerza y m?s unidad para una verdadera resistencia que tiene por objetivo no de demoler al adversario o de llenar nuestros corazones de rencor contra ?l, sino de poner fin al mal de la ocupaci?n, con todas sus opresiones, y empezar as? una vida nueva para todos, ocupados y ocupantes.

Hermanos y hermanas, pido a Dios para vosotros toda gracia y bendici?n. Que vuestro ayuno sea aceptado y bendecido. Y que sea un manantial de renovaci?n del esp?ritu en vosotros. Pido a Dios Alt?simo de daros la gracia de amar la vida a pesar de las circunstancias duras en las que os ha enviado para construir una vida nueva y una sociedad nueva para todos. Am?n.

+ Michel Sabbah, Patriarca

Jerusal?n, 21 de febrero de 2007, Mi?rcoles de Ceniza

[Texto en espa?ol distribuido por el Patriarcado Latino de Jerusal?n]

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ZENIT publica el discurso que dirigi? Benedicto XVI el s?bado 17 de febrero de 2007 al recibir en audiencia a los nuncios apost?licos en Am?rica Latina, reunidos en el Vaticano para preparar la Quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, que ?l mismo inaugurar? el 13 de mayo en Aparecida (Brasil).


Venerados hermanos:
Me alegra acogeros, al final de vuestra reuni?n como preparaci?n para la V Conferencia general del Episcopado latinoamericano. Doy a cada uno mi cordial saludo, comenzando por el se?or cardenal Tarcisio Bertone, mi secretario de Estado, al que agradezco las palabras con que se ha hecho int?rprete de los sentimientos comunes. Expreso mi agradecimiento a los se?ores cardenales presidentes de la V Conferencia general del Episcopado latinoamericano y a los responsables de los dicasterios de la Curia romana, que han dado su contribuci?n a vuestros trabajos.

Aprovecho esta ocasi?n, sobre todo, para renovaros a vosotros, nuncios apost?licos presentes, y a todos los representantes pontificios, la expresi?n de mi aprecio por el importante servicio eclesial que realiz?is, a menudo entre no pocas dificultades debidas a la lejan?a de la patria de origen, a los frecuentes desplazamientos y, a veces, tambi?n a las tensiones sociopol?ticas presentes en los lugares donde actu?is. En el cumplimiento de vuestro delicado oficio, que ciertamente est? animado siempre por un profundo esp?ritu de fe, cada uno de vosotros si?ntase acompa?ado por la estima, por el afecto y por la oraci?n del Papa.

Todo nuncio apost?lico est? llamado a consolidar los v?nculos de comuni?n entre las Iglesias particulares y el Sucesor de Pedro. A ?l se le ha encomendado la responsabilidad de promover, juntamente con los pastores y con todo el pueblo de Dios, el di?logo y la colaboraci?n con la sociedad civil para realizar el bien com?n.

Los representantes pontificios son la presencia del Papa, que mediante ellos est? cerca de las personas con quienes no puede encontrarse personalmente y, en especial, de quienes viven en condiciones de dificultad y sufrimiento. Vuestro ministerio, queridos hermanos, es un ministerio de comuni?n eclesial y un servicio a la paz y a la concordia en la Iglesia y entre los pueblos. Sed siempre conscientes de la importancia, de la grandeza y de la belleza de esta misi?n vuestra, y tended sin cansaros a realizarla con entrega generosa.

La divina Providencia os ha llamado a vosotros, aqu? presentes, a prestar vuestro servicio en Am?rica Latina, definida por el amado Juan Pablo II ?que la visit? en diversas ocasiones? "continente de la esperanza", como ya se ha dicho. Si Dios quiere, tendr? la alegr?a de tomar contacto personalmente con la realidad de esos pa?ses al intervenir, Dios mediante, en la apertura de la V Conferencia general del Episcopado latinoamericano, en Aparecida, Brasil, el pr?ximo mes de mayo.

En cierto sentido, esa asamblea recapitula y es continuaci?n de las Conferencias generales anteriores, mientras que se enriquece con numerosos dones "posconciliares" del Magisterio pontificio ?pienso de modo particular en la exhortaci?n apost?lica postsinodal Ecclesia in America?, as? como con los frutos del camino sinodal de la Iglesia cat?lica.

Se propone definir las grandes prioridades y dar nuevo impulso a la misi?n de la Iglesia al servicio de los pueblos latinoamericanos en las circunstancias concretas del inicio de este siglo XXI. Esa recapitulaci?n remite a la tradici?n de la catolicidad, la cual, gracias a una extraordinaria epopeya misionera, se ha hecho presente y ha marcado con su huella la estructura cultural que caracteriza hasta hoy la identidad latinoamericana.

Esa es la vocaci?n original ?como dijo mi recordado predecesor Juan Pablo II en Santo Domingo? "de unos pueblos a quienes la misma geograf?a, la fe cristiana, la lengua y la cultura han unido definitivamente en el camino de la historia" (Discurso en la inauguraci?n de la IV Conferencia general del Episcopado latinoamericano, 12 de octubre de 1992, n. 15: L'Osservatore Romano, edici?n en lengua espa?ola, 23 de octubre de 1992, p. 10).

Precisamente partiendo del tema de esa importante reuni?n: "Disc?pulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en ?l tengan vida", tambi?n vosotros, en estos d?as, hab?is puesto de relieve algunos desaf?os que la Iglesia afronta en la vasta ?rea latinoamericana, insertada en las din?micas mundiales y cada vez m?s condicionada por los efectos de la globalizaci?n. Ante este desaf?o, las naciones que la componen tratan de afirmar, de diversas maneras, su identidad y su peso en el camino hist?rico del mundo de hoy; a menudo en medio de muchas dificultades, tratan de consolidar la paz interna de su naci?n. Sinti?ndose como "hermanas" quieren llegar a ser tambi?n una comunidad, unida en la paz y en el desarrollo cultural y econ?mico.

Naturalmente, la Iglesia, signo e instrumento de unidad para todo el g?nero humano (cf. Lumen gentium, 1), se encuentra en sinton?a con toda leg?tima aspiraci?n de los pueblos a una mayor armon?a y cooperaci?n, y aporta su contribuci?n propia, es decir, el Evangelio. Desea que en los pa?ses latinoamericanos, donde las Constituciones se limitan a "conceder" libertad de credo y de culto, pero no "reconocen" a?n la libertad religiosa, se puedan definir cuanto antes las relaciones rec?procas fundadas en los principios de autonom?a y de sana y respetuosa colaboraci?n. Eso permitir? a la comunidad eclesial desarrollar todas sus potencialidades en beneficio de la sociedad y de toda persona humana, creada a imagen de Dios. Una correcta formulaci?n jur?dica de esas relaciones no podr? por menos de tener en cuenta el papel hist?rico, espiritual, cultural y social que ha desempe?ado la Iglesia cat?lica en Am?rica Latina.

Este papel sigue siendo primario, tambi?n gracias a la feliz fusi?n entre la antigua y rica sensibilidad de los pueblos ind?genas con el cristianismo y con la cultura moderna. Como sabemos, algunos ambientes afirman un contraste entre la riqueza y profundidad de las culturas precolombinas y la fe cristiana presentada como una imposici?n exterior o una alienaci?n para los pueblos de Am?rica Latina. En verdad, el encuentro entre estas culturas y la fe en Cristo fue una respuesta interiormente esperada por esas culturas. Por tanto, no hay que renegar de ese encuentro, sino que se ha de profundizar: ha creado la verdadera identidad de los pueblos de Am?rica Latina.

En efecto, la Iglesia cat?lica es la instituci?n que goza de mayor prestigio entre las poblaciones latinoamericanas. Est? activa en la vida de la gente; es estimada por la labor que realiza en los ?mbitos de la educaci?n, la salud y la solidaridad con los necesitados. La ayuda a los pobres y la lucha contra la pobreza son y siguen siendo una prioridad fundamental en la vida de las Iglesias en Am?rica Latina. La Iglesia tambi?n est? activa por las intervenciones de mediaci?n que no raramente se le solicita con ocasi?n de conflictos internos.

Con todo, hoy, una presencia tan consolidada debe tener en cuenta, entre otras cosas, el proselitismo de las sectas y el influjo creciente del secularismo hedonista posmoderno. Sobre las causas de la atracci?n de las sectas debemos reflexionar seriamente para encontrar las respuestas adecuadas. Ante los desaf?os del actual momento hist?rico, nuestras comunidades est?n llamadas a fortalecer su adhesi?n a Cristo para testimoniar una fe madura y llena de alegr?a y, verdaderamente, a pesar de todos los problemas, son enormes las potencialidades.

Realmente son enormes las potencialidades espirituales que tiene Am?rica Latina, donde los misterios de la fe se celebran con ferviente devoci?n, y el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas alimenta la confianza en el futuro. Naturalmente, es necesario acompa?ar con gran atenci?n a los j?venes en el camino de la vocaci?n, y ayudar a los sacerdotes, a los religiosos y a las religiosas, a perseverar en su vocaci?n.

Asimismo, los j?venes, que constituyen m?s de dos tercios de la poblaci?n, representan un inmenso potencial misionero y evangelizador; y la familia sigue siendo "una caracter?stica primordial de la cultura latinoamericana", como dijo mi venerado predecesor Juan Pablo II en el encuentro de Puebla, en M?xico, en enero de 1979.

Precisamente la familia merece una atenci?n prioritaria, pues muestra s?ntomas de debilitamiento bajo las presiones de lobbies capaces de influir negativamente en los procesos legislativos. Los divorcios y las uniones libres est?n aumentando, mientras que el adulterio se contempla con injustificable tolerancia. Es necesario reafirmar que el matrimonio y la familia tienen su fundamento en el n?cleo m?s ?ntimo de la verdad sobre el hombre y sobre su destino; una comunidad digna del ser humano s?lo se puede edificar sobre la roca del amor conyugal, fiel y estable, entre un hombre y una mujer.

Quisiera destacar otros temas religiosos y sociales sobre los que hab?is reflexionado. Me limito a citar el fen?meno de la emigraci?n, ?ntimamente relacionado con la familia; la importancia de la escuela y la atenci?n a los valores y a la conciencia, para formar laicos maduros que sean capaces de dar una contribuci?n cualificada en la vida social y civil; la educaci?n de los j?venes con proyectos vocacionales apropiados que acompa?en, de modo especial, a los seminaristas y a los aspirantes a la vida consagrada en su camino de formaci?n; el compromiso de informar adecuadamente a la opini?n p?blica sobre las grandes cuestiones ?ticas seg?n los principios del magisterio de la Iglesia y una presencia eficaz en el campo de los medios de comunicaci?n social, tambi?n para responder a los desaf?os de las sectas.

Ciertamente, los movimientos eclesiales constituyen un recurso v?lido para el apostolado, pero es necesario ayudarles a mantenerse siempre fieles al Evangelio y a la ense?anza de la Iglesia, tambi?n cuando act?an en el campo social y pol?tico. En particular, siento el deber de reafirmar que no compete a los eclesi?sticos encabezar grupos sociales o pol?ticos, sino a los laicos maduros y profesionalmente preparados.

Queridos hermanos, en estos d?as hab?is pensado y dialogado juntos; y sobre todo hab?is orado juntos. Pidamos al Se?or, por intercesi?n de Mar?a, que los frutos de esta reuni?n vuestra y de la pr?xima Conferencia general del Episcopado latinoamericano redunden en beneficio de toda la Iglesia.

A vosotros os doy una vez m?s las gracias por el trabajo que hab?is realizado. Al volver a vuestros pa?ses, haceos int?rpretes de mis sentimientos cordiales ante los pastores y las comunidades cristianas, los Gobiernos y las poblaciones. Asegurad la cercan?a espiritual del Papa de modo especial a vuestros colaboradores, a las religiosas y a todos los que cooperan para el buen funcionamiento de las sedes de vuestras nunciaturas.

A todos y cada uno imparto de coraz?n una bendici?n apost?lica especial.

[Traducci?n distribuida por la Santa Sede

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Palabras de salud? que dirigi? el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, el s?bado 17 de febrero de 2007 al presentar a Benedicto XVI a a los nuncios apost?licos en Am?rica Latina, reunidos en el Vaticano para preparar la Quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, que ?l mismo inaugurar? el 13 de mayo en Aparecida (Brasil).


Santo Padre:
Tengo el honor de presentarle a los nuncios apost?licos de los diversos pa?ses de Am?rica Latina, convocados para un encuentro de tres d?as de comuni?n, reflexi?n y profundizaci?n. Hemos analizado con realismo las situaciones que afligen a las naciones del continente: la violencia, el narcotr?fico, las desigualdades, el desempleo y la econom?a informal, el deterioro de la educaci?n, la falta de democracia representativa y el avance del proselitismo de las sectas.

Sin embargo, ante este panorama, que parece deprimente, brillan los fuertes ideales hacia los que caminan las comunidades cat?licas y la multitud de laicos maduros, guiados por sus obispos, para realizar las tareas hist?ricas que corresponden a los ciudadanos en las actuales situaciones geo-pol?ticas, y est? aumentando el n?mero de seminaristas y de sacerdotes.

Por tanto, no faltan motivos de esperanza; pero el recurso mayor, junto con las riquezas naturales y la belleza del ambiente, es la fuerte tradici?n cat?lica de los pueblos latinoamericanos.

La tradici?n cat?lica es el patrimonio fundamental de estos pueblos, lo que m?s los define; es un don providencial que les ha transmitido un tesoro incalculable de verdad y de amor, la "perla preciosa" que es Jesucristo, Verbo de Dios hecho carne para compartir la pasi?n de los hombres y abrirlos a un destino de justicia y felicidad. ?l es el ?nico Liberador y Salvador que rompe las cadenas opresoras del pecado, que revela la misericordia de Dios y, al mismo tiempo, la excelsa dignidad de toda persona humana. Es "Dios con nosotros", presencia capital y compa??a sacramental a trav?s de su Iglesia. Es la "piedra angular" para la construcci?n humana de la persona y de la sociedad.

Tambi?n los que no comparten nuestra fe saben bien que sin esta valiosa tradici?n, presente en la historia y en la cultura de los pueblos latinoamericanos, resultar?an incomprensibles la conciencia de la dignidad, la sabidur?a de la vida, la pasi?n por la justicia y la esperanza contra toda esperanza, que vibran en el coraz?n de su gente.

Pero es preciso subrayar que este patrimonio no se ha adquirido de una vez para siempre. Est? sometido a la erosi?n causada por las incoherencias, por el cansancio y por la falta de fe de quienes lo han acogido con el bautismo y est?n llamados a vivirlo y a proclamarlo. La Iglesia no puede detenerse en su continuo proceso de conversi?n a su Se?or y, por tanto, en su proceso de purificaci?n y renovaci?n. El abandono de la Iglesia cat?lica por parte de tantas personas que van a buscar otras comunidades e instancias en las que esperan poder colmar su b?squeda religiosa, plantea serios interrogantes sobre la calidad de la evangelizaci?n, la educaci?n en la fe y la edificaci?n de sus comunidades.

La tradici?n cat?lica tambi?n est? asediada por los ?dolos del poder, de la riqueza y del placer ef?mero. Ciertas corrientes culturales ?sostenidas por fuertes poderes transnacionales y medi?ticos? propagan de modo global modelos de vida cada vez m?s lejanos y hostiles con respecto a la tradici?n cristiana. No obstante estos graves desaf?os, la fe cat?lica, gracias a Dios, sigue muy arraigada en los pueblos de Am?rica Latina. M?s a?n, se recrea, se renueva y se comunica gracias a la generaci?n siempre nueva de disc?pulos de Cristo, los cuales, a causa de la desbordante gratitud y de la alegr?a que manifiestan, comparten con los dem?s el don de su encuentro con Cristo, as? como el bien, la verdad y la belleza que tienen la gracia de poder vivir.

Santo Padre, esperamos ahora su palabra y su bendici?n.

[Traducci?n distribuida por la Santa Sede]

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ZENIT publica el comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap. - predicador de la Casa Pontificia- a la liturgia del domingo, I de Cuaresma, 25 de Febrero de 2007.


Fue tentado por el diablo


I Domingo de Cuaresma
Deuteronomio 26, 4-10; Romanos 10, 8-13; Lucas 4, 1-13

El Evangelio de Lucas que leemos durante este a?o fue escrito, como dice ?l mismo en la introducci?n, para que el lector creyente se pudiera ?dar cuenta de la solidez de las ense?anzas que hab?a recibido?. Esta intenci?n es de extraordinaria actualidad. Frente a los ataques desde toda parte a la historicidad de los evangelios y a las manipulaciones sin l?mites de la figura de Cristo, es m?s importante que nunca que el cristiano y todo lector honesto del Evangelio se d? cuenta de la solidez de las ense?anzas y de los relatos en ?l referidos.

Con este fin he orientado los comentarios del evangelio desde el primer domingo de Cuaresma al domingo ?in Albis? (II domingo de Pascua. Ndt). Partiendo cada vez del Evangelio del domingo, ampliaremos la mirada a todo un sector o un aspecto de la persona y de la ense?anza de Cristo a ?l vinculado, para descubrir qui?n era verdaderamente Jes?s: si un simple profeta y un gran hombre, o algo m?s y diferente. Desear?amos, en otras palabras, brindar un poco de cultura religiosa. Fen?menos como el del ?C?digo da Vinci? de Dan Brown, con las imitaciones y las discusiones que ha suscitado, han puesto de manifiesto la alarmante ignorancia religiosa que reina entre la gente y que se convierte en el terreno ideal para toda desaprensiva operaci?n comercial.

El evangelio del primer domingo de Cuaresma es el de las tentaciones de Jes?s en el desierto. Seg?n el plan anunciado, desear?a partir de ?l para ampliar el tema al problema m?s general de la actitud de Jes?s respecto a las potencias demon?acas y los pose?dos por el demonio.

Es un hecho innegable y entre los m?s seguros, hist?ricamente, que Jes?s liber? a muchas personas del poder destructivo de Satan?s. No tenemos tiempo de recordar todos los episodios. Limit?monos a evidenciar dos cosas: en primer lugar, la explicaci?n que Jes?s daba de su poder sobre el demonio; en segundo lugar, qu? dice este poder de ?l y de su persona.

Frente a la liberaci?n clamorosa que Jes?s hab?a obrado en un endemoniado, sus enemigos, al no poder negar el hecho, dicen: ?Expulsa a los demonios en nombre de Belceb?, el pr?ncipe de los demonios? (Lc 11, 15). Jes?s demuestra que esta explicaci?n es absurda (si Satan?s estuviera dividido contra s? mismo, habr?a acabado desde hace tiempo su dominio; en cambio, prospera). La explicaci?n es otra: ?l expulsa los demonios con el dedo de Dios, esto es, con el Esp?ritu Santo, y esto demuestra que ha llegado a la tierra el Reino de Dios.

Satan?s era ?el hombre fuerte? que ten?a bajo su poder a la humanidad; pero ahora ha venido uno ?m?s fuerte que ?l? y le est? despojando de su poder. Esto nos dice algo formidable sobre la persona de Cristo. Con su venida ha comenzado para la humanidad una nueva era, un cambio de r?gimen. Una cosa de este tipo no puede ser obra de un simple hombre; tampoco de un gran profeta.

Es importante observar el nombre o el poder en base al cual Jes?s expulsa a los demonios. La f?rmula habitual con la que el exorcista se dirige al demonio es: ?Te conjuro por...?, o ?en nombre de... te ordeno que salgas de esta persona?. Apela, por lo tanto, a una autoridad superior, que generalmente es la de Dios, y para los cristianos la de Jes?s. No as? Jes?s: ?l dirige al demonio un tajante ?te ordeno?. ?Yo te ordeno! Jes?s no necesita apelar a una autoridad superior; ?l es la autoridad superior.

La derrota del poder del mal y del demonio era parte integrante de la salvaci?n definitiva (escatolog?a) anunciada por los profetas. Jes?s invita a sus adversarios a sacar la consecuencia de lo que ven con sus propios ojos: as? que ya no hay m?s que esperar, que mirar adelante; el reino y la salvaci?n est? en medio de ellos.

El tan mencionado discurso sobre la blasfemia contra el Esp?ritu Santo se explica a partir de esto. Atribuir al esp?ritu del mal, a Belceb?, o a magia, aquello que era manifiestamente obra del Esp?ritu Santo de Dios significaba cerrar obstinadamente los ojos ante la verdad, ponerse contra Dios mismo, y por lo tanto privarse solos de la posibilidad de perd?n.

El corte hist?rico y formativo que intento dar a estos comentarios de Cuaresma no nos debe impedir recoger cada vez igualmente una sugerencia pr?ctica del evangelio del d?a. El mal tambi?n es fuerte hoy a nuestro alrededor. Asistimos a formas de maldad que van m?s all? de nuestra capacidad de comprender; nos quedamos abatidos y sin palabras ante ciertos episodios de cr?nica. El mensaje consolador que brota de las reflexiones hasta aqu? hechas es que existe en medio de nosotros uno que es ?m?s fuerte? que el mal. La fe no nos sit?a a resguardo del mal y del sufrimiento, pero nos asegura que con Cristo podemos orientar al bien tambi?n el mal, hacerlo servir para la redenci?n nuestra y del mundo.

Algunas personas experimentan en la propia vida o en la propia casa una presencia de mal que les parece de origen directamente diab?lico. A veces ciertamente lo es (conocemos la difusi?n que tienen las sectas y los ritos sat?nicos en nuestra sociedad, especialmente entre los j?venes), pero es dif?cil entender en casos individuales si se trata verdaderamente de Satan?s o de perturbaciones de origen patol?gico. Afortunadamente no es necesario llegar a las certeza sobre las causas. Lo que hay que hacer es adherirse a Cristo con la fe, la invocaci?n de su nombre, la pr?ctica de los sacramentos.

El evangelio del domingo nos sugiere un medio con vistas a esta lucha, importante para cultivar sobre todo en tiempo de Cuaresma. Jes?s no fue al desierto para ser tentado; su intenci?n era retirarse en el desierto a orar y a escuchar la voz del Padre.

En la historia ha habido muchedumbres de hombres y mujeres que han elegido imitar a este Jes?s que se retira al desierto. Pero la invitaci?n a seguir a Jes?s al desierto no se dirige s?lo a monjes y ermita?os. De manera distinta, tambi?n se dirige a todos. Monjes y eremitas han elegido un espacio en el desierto; nosotros debemos elegir al menos un tiempo de desierto. Pasar un tiempo de desierto significa hacer un poco de vac?o y de silencio entorno a nosotros; reencontrar el camino de nuestro coraz?n, sustraernos al bullicio y a los apremios externos, a fin de entrar en contacto con las fuentes m?s profundas de nuestro ser y de nuestro creer.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit]

Publicado por verdenaranja @ 23:39  | Espiritualidad
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Colocamos la oraci?n compusta por el Papa Benedicto XVI para pedir por el ?xito de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, sacada del folleto de la Jornada de Hipanoam?rica 2007.

Oraci?n para la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe

Se?or Jesucristo,
Camino, Verdad y Vida,
rostro humano de Dios
y rostro divino del hombre,
enciende en nuestros corazones
el amor al Padre que est? en el cielo
y la alegr?a de ser cristianos.


Ven a nuestro encuentro
y gu?a nuestros pasos
para seguirte y amarte
en la comuni?n de tu Iglesia,
celebrando y viviendo
el don de la Eucarist?a,
cargando con nuestra cruz.
y ungidos por tu env?o.

Danos siempre el fuego
de tu Santo Esp?ritu,
que ilumine nuestras mentes
y despierte entre nosotros
el deseo de contemplarte,
el amor a los hermanos,
sobre todo a los afligidos,
y el ardor por anunciarte
a! inicio de este siglo.

Disc?pulos y misioneros tuyos,
queremos remar mar adentro,
para que nuestros pueblos
tengan en Ti vida abundante,
y con solidaridad construyan
la fraternidad y la paz.

Se?or Jes?s, ?Ven y env?anos!

Mar?a. Madre de la Iglesia.
ruega por nosotros.

Am?n.


Benedictus PP. XVI

Publicado por verdenaranja @ 16:03  | Oraciones
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Oraci?n para el domingo pirmero de Cuaresma. Texto de la sHermanas Clarisas de Lavern

Primer Domingo

25 Febrero 2007

"Conf?a"



Se?or Jes?s.
Camino de mi camino.

T? eras llevado por el Esp?ritu Santo
T? atravesaste el desierto.
T? sentiste al tentador.
Acomp??ame en mi vida
?rida, mon?tona y rutinaria.
S? T? el triunfo
en mis luchas con la tentaci?n.

Y la paz vivir? en mi alma
y tu Palabra ser? mi vergel.
Con Mar?a. nuestra Madre,
As? sea.



Texto: Hermanas Clarisas de Lavern

Publicado por verdenaranja @ 15:56  | Oraciones
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Dossier Fides

JORNADA DE LA INFANCIA MISIONERA, 6 de enero 2007

LA EXPLOTACI?N
DEL TRABAJO INFANTIL EN EL MUNDO



INTRODUCCI?N

?Es el ni?o de Bel?n quien nos reclama??
Desde 1843 ?los ni?os ayudan a los ni?os? con la Obra Pontificia de la Infancia Misionera
Trabajo infantil: un drama sin l?mites

EL EVANGELIO Y LOS NI?OS

EN EL MAGISTERIO PONTIFICIO
Le?n XIII
Juan Pablo II
Carta a los ni?os de Juan Pablo II - 13 de diciembre de 1994
Benedicto XVI

ENTREVISTA A S.E. MONS. GIAMPAOLO CREPALDI
Secretario del Pontificio Consejo Justicia y Paz

DEFINICI?N DE TRABAJO INFANTIL
NORMATIVA DEL TRABAJO INFANTIL: UNA S?NTESIS
DATOS HIST?RICOS
ALGUNOS N?MEROS
DIVERSOS ASPECTOS SOBRE LA EXPLOTACI?N INFANTIL
NI?OS TRABAJADORES: ??LA VIDA BREVE!?


SITUACI?N EN LOS DIVERSOS CONTINENTES
Asia
?frica
Am?rica Latina

LAS PATOLOG?AS M?S FRECUENTES VINCULADAS AL TRABAJO INFANTIL

ENTREVISTA A LA DOCTORA CECILIA BRIGHI
del Consejo Administrativo de la OIT (Organizaci?n Mundial del Trabajo)

ALGUNOS SITIOS EN INTERNET


INTRODUCCI?N

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) ? Con ocasi?n de la Jornada de la Infancia Misionera, promovida por la Obra Pontificia de la Infancia Misionera, que se celebra en la solemnidad de la Epifan?a del Se?or, el 6 de enero, o en alg?n domingo de enero seg?n las exigencias locales, la Agencia FIDES publica un Dossier sobre el drama de la explotaci?n del trabajo infantil: se calcula que 218 millones de ni?os en el mundo, entre 5 y 17 a?os, son obligados a trabajar hasta 16 horas diarias, en lugar de realizar otras actividades acordes con su edad, como estudiar o jugar.

?Es el ni?o de Bel?n quien nos reclama? pidamos a Dios que nos ayude a hacer todo lo que est? en nuestra mano para que se respete la dignidad de los ni?os?

?El ni?o de Bel?n nos hace poner los ojos en todos los ni?os que sufren y son explotados en el mundo, tanto los nacidos como los no nacidos. En los ni?os convertidos en soldados y encaminados a un mundo de violencia; en los ni?os que tienen que mendigar; en los ni?os que sufren la miseria y el hambre; en los ni?os carentes de todo amor. En todos ellos, es el ni?o de Bel?n quien nos reclama; nos interpela el Dios que se ha hecho peque?o. En esta noche, oremos para que el resplandor del amor de Dios acaricie a todos estos ni?os, y pidamos a Dios que nos ayude a hacer todo lo que est? en nuestra mano para que se respete la dignidad de los ni?os?. Este fue el fuerte llamado del Papa Benedicto XVI que, durante la Misa de Noche Buena celebrada en la Bas?lica Vaticana, llam? una vez m?s fuertemente la atenci?n en relaci?n a todos los ni?os, ?particularmente los ni?os sufrientes y los que son v?ctimas del abuso en el mundo?, y record? que en cada uno de ellos est? el Ni?o de Bel?n ?que nos reclama?, y debemos rezar intensamente para que Dios nos ayude ?a hacer todo lo que est? en nuestra mano? para que sea respetada su dignidad.
El sufrimiento de los ni?os ?que no experimentan ning?n amor? no es algo particular de nuestros tiempos, aunque hoy en d?a pueda ser otra o pueda haberse ampliado la gama de circunstancias en las que tal sufrimiento se realiza: ni?os soldados, ni?os obreros, ni?os explotados sexualmente o para tr?fico de ?rganos, ni?os reducidos a la esclavitud, ni?os a los que se les impide nacer a la vida o renacer a la fe?
Por mandato de su Se?or, quien se hizo ?ni?o? y vino a la tierra para redimir a la humanidad esclava del pecado y anunciar la igual dignidad de cada ser humano, la Iglesia, desde siempre, se ha inclinado frente al sufrimiento del hombre, ha siempre tomado en serio la vida cotidiana de los hombres y mujeres de cada continente, pueblo y raza, interviniendo all? donde fuese necesario defender y ayudar a los m?s d?biles, a los m?s peque?os. Donde hay injusticia, explotaci?n, esclavitud, marginaci?n, la Iglesia ha hecho sentir su voz anunciando el Evangelio, realizando obras de justicia y caridad para dar consuelo a los m?s olvidados. La historia est? llena de estos ejemplos. Los primeros hospitales, por ejemplo, surgieron gracias a las hermandades y a las ?rdenes mendicantes para aliviar el sufrimiento de aquellos que no pod?an permitirse las costosas curas de un m?dico.
Tambi?n hoy en d?a la Iglesia est? en primera l?nea, a veces humanamente sola pero con la firme certeza de la asistencia de su Se?or, en lo que se refiere a confortar materialmente a los hermanos m?s necesitados, con mayor raz?n si son m?s indefensos a causa de su joven edad, como es el caso de los ni?os, tanto en las grandes metr?polis como en las zonas m?s alejadas del planeta. El Papa Benedicto XVI una vez m?s nos ha exhortado a comprometernos de manera personal, a no delegar a otros la tarea de defender y respetar la dignidad de los ni?os explotados , ?en cada uno de ellos est? el ?Ni?o de Bel?n? que nos reclama?. (S.L.)

Desde 1843 ?los ni?os ayudan a los ni?os? con la Obra Pontificia de la Infancia Misionera (OPIM)

?Los ni?os ayudan a los ni?os? es el slogan que caracteriza a la Obra Pontificia de la Infancia Misionera, presente ya en 150 pa?ses del mundo. El punto focal de la Obra es el rol particular asignado a los ?m?s peque?os? en el anuncio del Evangelio y en el testimonio del Amor del Padre aliviando los sufrimientos de sus coet?neos. Con los fondos recogidos por estos ni?os misioneros de todas las naciones, son sostenidos cientos de proyectos a favor de millones de ni?os en los cinco continentes: se distribuye comida, vestimenta, medicina, material escol?stico? Se promueve la construcci?n y mantenimiento de escuelas, orfanatos, despensas, hospitales, centros de catequesis y de recuperaci?n? Se sostienen tambi?n iniciativas en los campos de la pastoral de la infancia, de la catequesis, de la educaci?n pre-escolar y escolar, de la defensa de la vida, y de la formaci?n cristiana y misionera.
Este intenso e incansable movimiento de ayuda ?desde los peque?os hacia los peque?os? se debe a la inspiraci?n carism?tica de un obispo franc?s. Hacia la mitad del 1800 Mons. Charles August Marie de Forbin-Janson (1785-1844), obispo de Nancy, animado por un gran celo misionero, qued? consternado al ver los sufrimientos a los que eran sometidos los ni?os. Las cartas que llegaban de parte de los misioneros, especialmente de China, hablaban de ni?os que eran eliminados al nacer, por ser de sexo femenino, o por tener defectos f?sicos o ps?quicos o simplemente por la imposibilidad de subsistir en medio de la pobreza general. ?Hab?a necesidad de ayuda urgente y generosa de parte de todos para salvar a estas criaturas lanzadas a la muerte!
La fuerte tensi?n misionera de este gran obispo, encontr? su sentido en la devoci?n a Jes?s Ni?o, devoci?n que ?l ven?a ya difundiendo y a la que dot? de una impostaci?n misionera. El nombre mismo ?Santa Infancia? expresa su voluntad de poner la Asociaci?n bajo la protecci?n de Jes?s Ni?o. La fecha que signa oficialmente el inicio de la Obra de la Santa Infancia es el 19 de mayo de 1843. La intuici?n de Mons. De Forbin-Janson fue la de crear un movimiento de ni?os cristianos para ayudar a ni?os paganos a encontrar al Se?or y salvarlos de la muerte. Su objetivo era salvarlos sobretodo por medio del Bautismo y educ?ndolos cristianamente, todo lo cual deber?a ser fruto de una caridad apost?lica y solidaria, es decir de un esp?ritu genuinamente misionero y no s?lo de acci?n social. La Obra encontr? el favor de personas y de instituciones involucradas sobretodo en la educaci?n de los ni?os, y tuvo as? un r?pido crecimiento en Europa y Norteam?rica. En su proceso de afianzamiento pudo gozar de un apoyo total por parte de la Iglesia y del Papa Le?n XIII que la promovi? con su Enc?clica ?Sancta Dei Civitas? (3 de diciembre de 1880). El 3 de mayo de 1922 Pi? XI le confiri? el t?tulo de ?Pontificia?.
Los objetivos: 1. La Obra Pontificia de la Santa Infancia (OPSI) se dirige a los ni?os y a los j?venes hasta la adolescencia para despertar en ellos la consciencia misionera y as? sostener, con una acci?n pedag?gica cualificada y vigilada, su apertura a la caridad y a la solidaridad cristiana. 2. Conociendo y experimentando en la ?Escuela de Jes?s? la evidencia de una vida gozosa en Jes?s, su Hermano, ellos rezan y procuran que todos los ni?os del mundo lo conozcan y lo amen. 3. La parroquia, la escuela y la familia est?n tambi?n involucradas en el programa pedag?gico-catequ?tico de la formaci?n de sus j?venes, quienes a su vez act?an como sujetos activos de su propia educaci?n. Son gradualmente conducidos a abrir su mente a las diversas dimensiones de la realidad y a orientar los afectos de su coraz?n a la renuncia de lo temporales por sus coet?neos que pasan necesidad. 4. La OPSI propone a los j?venes como ideal de vida, por amor de Jes?s y para imitarlo, la vocaci?n a la Misi?n de salvar ni?os haci?ndolos hijos de Dios para poder ser hombres ?ntegros.

Los medios espirituales: Una particular devoci?n al Ni?o Jes?s, hermano de todos los ni?os del mundo. 2. La participaci?n m?s frecuente en la Eucarist?a para estar en comuni?n sincera con Jes?s y con todos los ni?os del mundo. 3. Un Avemar?a diario a la Madre de Jes?s por todos los ni?os sufrientes y necesitados de ayuda. 4. La inscripci?n como miembro de la Infancia Misionera para llevar el Evangelio a los dem?s. 5. La preparaci?n por medio de la oraci?n y el canto para anunciar el Nacimiento del Ni?o Jes?s como ?Cantores de la Estrella?. 6. La celebraci?n de la Jornada Mundial de la Infancia Misionera.

Los medios materiales: 1. Un programa espec?fico de preparaci?n para los dirigentes y animadores de la OPSI y de sensibilizaci?n para los obispos de 110 pa?ses que forman parte de este organismo. 2. Una oferta semanal de dinero por los ni?os pobres del mundo. 3. La participaci?n en las actividades a favor de los ni?os, para que se les permita nacer, para que no sean explotados con fines econ?micos o sexuales, para que se ofrezca la plena disponibilidad para acoger ni?os emigrados o refugiados. 4. La colecta y distribuci?n de fondos destinados a proyectos de educaci?n y asistencia de la Infancia Misionera en el mundo. 5. La participaci?n en manifestaciones tradicionales, o programadas por diversos grupos, para recoger ayudas y contribuciones que se destinan a la subsistencia y educaci?n de ni?os pobres (S.L.)

Para mayor informaci?n sobre las actividades de la OPSI en ingl?s, franc?s, espa?ol y portugu?s:
http://www.fides.org/eng/animazione/2006/posi_13_eng.doc
http://www.fides.org/eng/animazione/2006/posi_13_esp.doc
http://www.fides.org/eng/animazione/2006/posi_13_fra.doc
http://www.fides.org/eng/animazione/2006/posi_13_por.doc

Trabajo infantil: un drama sin l?mites

Desde la ma?ana temprano hasta pasada la noche, en lugares estrechos y oscuros, en medio de la humedad, en cuartos subterr?neos o en el silencio de los muros de una casa. Explotados por poco dinero y sin ning?n tipo de protecci?n, son obligados a trabajar doblando las espaldas a su corta edad. Son millones los ni?os explotados en el mundo del trabajo, particularmente numerosos en los pa?ses en v?a de desarrollo, aunque presentes tambi?n de manera clandestina en pa?ses ricos y donde hay bienestar.
Es sobre todo la edad lo que produce estupor: todos tienen entre cinco y quince a?os. Son empleados en casi cualquier tipo de trabajo, desde el dom?stico hasta otros en condiciones de peligro, como la extracci?n de minerales o en f?bricas qu?micas. Sus manos, preciadas en cuanto que peque?as, llegan adonde las manos de los adultos no pueden llegar: por ello son tan requeridas en las f?bricas textiles, como tambi?n en las de f?sforos y fuegos artificiales. La mayor parte, sin embargo, son empleados en labores de campo, frecuentemente junto a la familia, ya que tambi?n el trabajo de un ni?o tiene un gran valor.
En los centros urbanos, donde no hay campo para cultivar, son a veces las mismas familias las que prefieren mandar a sus hijos a trabajar en alguna bodega, bar o restaurante. De este modo contribuyen en algo con el magro presupuesto familiar. Emplean todo un d?a para poder recibir una paga miserable y no dedican siquiera una hora a aquello a lo que m?s bien tendr?an derecho, una instrucci?n digna y una infancia serena. En muchos pa?ses el trabajo de menores est? prohibido por ley con ciertos l?mites de edad, pero esto muchas veces no impide que gran n?mero de ni?os, en vez de ir a la escuela, trabajen hasta diecis?is horas diarias. La experiencia de muchas asociaciones y grupos que luchan por garantizar una vida mejor a estos ni?os se suelen topar con una realidad muy dura. Una vez que han sido individuados y acogidos en centros escol?sticos o de simple acogida, son los mismos ni?os los primeros en pedir regresar a su lugar de trabajo, pues all? tienen al menos una peque?a paga jornalera que la instrucci?n, en cambio, no garantiza.
El trabajo de menores, pues, suele ser parte de todo un contexto de degradaci?n cultural y ambiental en el que, ya sea por hambre o por ignorancia, hasta unos pocos centavos son m?s valorados que una hora de instrucci?n.
En Asia, por ejemplo, hay quienes con tan s?lo 16 a?os ?poco m?s que la edad de un ni?o? trabajan como obreros en una empresa. Diecis?is horas al d?a de trabajo y al final del mes la paga es de cerca de 6 d?lares y medio. Una miseria, ciertamente, pero para ?l y para su familia constituyen la ?nica fuente de sustento. Al final del mes el ni?o vuelve a su casa y entrega el dinero ?ntegramente a su madre, a su padre o a sus hermanos, y con el poco dinero reunido la familia tiene que seguir adelante por un mes.
Adem?s de las consecuencias inmediatas que se generan en la salud del ni?o, tal vez sea el problema de la falta de instrucci?n el que mayor impacto negativo produce para las futuras generaciones. Con mucha frecuencia no existen escuelas o las que existen son demasiado lejanas del lugar donde habitan los ni?os. Otras veces, en cambio, cuando las escuelas est?n al alcance, los mismos ni?os no quieren frecuentarlas, obligados a la fuerza por los adultos o inducidos a situaciones de degradaci?n.
En la India, en el distrito de Bellary, desde hace algunos a?os compa??as internacionales han comprado grandes terrenos para explotarlos como mineras. Llaman para trabajar a los rostros m?s humildes de la poblaci?n, incluso muchos ni?os. Se calcula, de hecho, que el 50% de los trabajadores de las mineras son ni?os, que llegan a un total de 200 mil. (F.B.G.)


EL EVANGELIO Y LOS NI?OS


Jn 4,49-54: Le dice el funcionario: "Se?or, baja antes que se muera mi hijo." Jes?s le dice: "Vete, que tu hijo vive." Crey? el hombre en la palabra que Jes?s le hab?a dicho y se puso en camino. Cuando bajaba, le salieron al encuentro sus siervos, y le dijeron que su hijo viv?a. El les pregunt? entonces la hora en que se hab?a sentido mejor. Ellos le dijeron: "Ayer a la hora s?ptima le dej? la fiebre." El padre comprob? que era la misma hora en que le hab?a dicho Jes?s: "Tu hijo vive", y crey? ?l y toda su familia. Esta nueva se?al, la segunda, la realiz? Jes?s cuando volvi? de Judea a Galilea.

Jn 16,21-23: La mujer, cuando va a dar a luz, est? triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al ni?o, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo. Tambi?n vosotros est?is tristes ahora, pero volver? a veros y se alegrar? vuestro coraz?n y vuestra alegr?a nadie os la podr? quitar. Aquel d?a no me preguntar?is nada. En verdad, en verdad os digo: lo que pid?is al Padre os lo dar? en mi nombre.

Lc 1,42-45: Y sucedi? que, en cuanto oy? Isabel el saludo de Mar?a, salt? de gozo el ni?o en su seno, e Isabel qued? llena de Esp?ritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: "Bendita t? entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ?de d?nde a m? que la madre de mi Se?or venga a m?? Porque, apenas lleg? a mis o?dos la voz de tu saludo, salt? de gozo el ni?o en mi seno. ?Feliz la que ha cre?do que se cumplir?an las cosas que le fueron dichas de parte del Se?or!"
Lc 1,59-66: Y sucedi? que al octavo d?a fueron a circuncidar al ni?o, y quer?an ponerle el nombre de su padre, Zacar?as, pero su madre, tomando la palabra, dijo: "No; se ha de llamar Juan." Le dec?an: "No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre." Y preguntaban por se?as a su padre c?mo quer?a que se le llamase. El pidi? una tablilla y escribi?: "Juan es su nombre." Y todos quedaron admirados. Y al punto se abri? su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. Invadi? el temor a todos sus vecinos, y en toda la monta?a de Judea se comentaban todas estas cosas; todos los que las o?an las grababan en su coraz?n, diciendo: "Pues ?qu? ser? este ni?o?" Porque, en efecto, la mano del Se?or estaba con ?l.

Lc 1,76: Y t?, ni?o, ser?s llamado profeta del Alt?simo, pues ir?s delante del Se?or para preparar sus caminos.

Lc 2,12-17: y esto os servir? de se?al: encontrar?is un ni?o envuelto en pa?ales y acostado en un pesebre." Y de pronto se junt? con el ?ngel una multitud del ej?rcito celestial, que alababa a Dios, diciendo: "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes ?l se complace." Y sucedi? que cuando los ?ngeles, dej?ndoles, se fueron al cielo, los pastores se dec?an unos a otros: "Vayamos, pues, hasta Bel?n y veamos lo que ha sucedido y el Se?or nos ha manifestado." Y fueron a toda prisa, y encontraron a Mar?a y a Jos?, y al ni?o acostado en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo que les hab?an dicho acerca de aquel ni?o.

Lc 2,38: Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del ni?o a todos los que esperaban la redenci?n de Jerusal?n.

Lc 2,40: El ni?o crec?a y se fortalec?a, llen?ndose de sabidur?a; y la gracia de Dios estaba sobre ?l.
Lc 18,15-17: Le presentaban tambi?n los ni?os peque?os para que los tocara, y al verlo los disc?pulos, les re??an. Mas Jes?s llam? a los ni?os, diciendo: "Dejad que los ni?os vengan a m? y no se lo impid?is; porque de los que son como ?stos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como ni?o, no entrar? en ?l."

Mc 5,39-42: Entra y les dice: "?Por qu? alborot?is y llor?is? La ni?a no ha muerto; est? dormida." Y se burlaban de ?l. Pero ?l despu?s de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la ni?a, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la ni?a. Y tomando la mano de la ni?a, le dice: "Talit? kum", que quiere decir: "Muchacha, a ti te digo, lev?ntate." La muchacha se levant? al instante y se puso a andar, pues ten?a doce a?os. Quedaron fuera de s?, llenos de estupor.
Mc 9,34-37: Ellos callaron, pues por el camino hab?an discutido entre s? qui?n era el mayor. Entonces se sent?, llam? a los Doce, y les dijo: "Si uno quiere ser el primero, sea el ?ltimo de todos y el servidor de todos." Y tomando un ni?o, le puso en medio de ellos, le estrech? entre sus brazos y les dijo: "El que reciba a un ni?o como ?ste en mi nombre, a m? me recibe; y el que me reciba a m?, no me recibe a m? sino a Aquel que me ha enviado."

Mc 10,13-16: Le presentaban unos ni?os para que los tocara; pero los disc?pulos les re??an. Mas Jes?s, al ver esto, se enfad? y les dijo: "Dejad que los ni?os vengan a m?, no se lo impid?is, porque de los que son como ?stos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como ni?o, no entrar? en ?l." Y abrazaba a los ni?os, y los bendec?a poniendo las manos sobre ellos.

Mt 2,13-21: Despu?s que ellos se retiraron, el ?ngel del Se?or se apareci? en sue?os a Jos? y le dijo: "Lev?ntate, toma contigo al ni?o y a su madre y huye a Egipto; y estate all? hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al ni?o para matarle." El se levant?, tom? de noche al ni?o y a su madre, y se retir? a Egipto; y estuvo all? hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el or?culo del Se?or por medio del profeta: ?De Egipto llam? a mi hijo.? Entonces Herodes, al ver que hab?a sido burlado por los magos, se enfureci? terriblemente y envi? a matar a todos los ni?os de Bel?n y de toda su comarca, de dos a?os para abajo, seg?n el tiempo que hab?a precisado por los magos. Entonces se cumpli? el or?culo del profeta Jerem?as: ?Un clamor se ha o?do en Ram?, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen?. Muerto Herodes, el ?ngel del Se?or se apareci? en sue?os a Jos? en Egipto y le dijo: "Lev?ntate, toma contigo al ni?o y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel; pues ya han muerto los que buscaban la vida del ni?o." El se levant?, tom? consigo al ni?o y a su madre, y entr? en tierra de Israel.

Mt 18,1-11: En aquel momento se acercaron a Jes?s los disc?pulos y le dijeron: "?Qui?n es, pues, el mayor en el Reino de los Cielos?" El llam? a un ni?o, le puso en medio de ellos y dijo: "Yo os aseguro: si no cambi?is y os hac?is como los ni?os, no entrar?is en el Reino de los Cielos. As? pues, quien se haga peque?o como este ni?o, ?se es el mayor en el Reino de los Cielos. "Y el que reciba a un ni?o como ?ste en mi nombre, a m? me recibe. Pero al que escandalice a uno de estos peque?os que creen en m?, m?s le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar. ?Ay del mundo por los esc?ndalos! Es forzoso, ciertamente, que vengan esc?ndalos, pero ?ay de aquel hombre por quien el esc?ndalo viene! "Si, pues, tu mano o tu pie te es ocasi?n de pecado, c?rtatelo y arr?jalo de ti; m?s te vale entrar en la Vida manco o cojo que, con las dos manos o los dos pies, ser arrojado en el fuego eterno. Y si tu ojo te es ocasi?n de pecado, s?catelo y arr?jalo de ti; m?s te vale entrar en la Vida con un solo ojo que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna del fuego. "Guardaos de menospreciar a uno de estos peque?os; porque yo os digo que sus ?ngeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que est? en los cielos. Pues el hijo del hombre ha venido a salvar lo que estaba perdido.

Mt 19,13-15: Entonces le fueron presentados unos ni?os para que les impusiera las manos y orase; pero los disc?pulos les re??an. Mas Jes?s les dijo: Dejad que los ni?os vengan a m?, y no se lo impid?is porque de los que son como ?stos es el Reino de los Cielos. Y, despu?s de imponerles las manos, se fue de all?.
Mt 21,16: ? y le dijeron: ?Oyes lo que dicen ?stos? S? les dice Jes?s . ?No hab?is le?do nunca que De la boca de los ni?os y de los que a?n maman te preparaste alabanza?



EN EL MAGISTERIO PONTIFICIO


Papa Le?n XIII

Si desde siempre la Iglesia ha tenido en el centro de su preocupaci?n la vida cotidiana del ser humano, en todos los ambientes en los que se desarrolla, interviniendo donde hubiese necesidad de defender o de ayudar a los m?s d?biles y peque?os, es el mundo del trabajo el ?mbito al que la Iglesia en el ?ltimo siglo ha prestado la mayor de sus atenciones, hasta el punto de poder hablar de una propia y verdadera Doctrina Social dedicada a ese tema. Con la revoluci?n industrial, en efecto, se cre? toda una clase social proletaria, muchas veces explotada y marginada. Se trata de un gran segmento de la poblaci?n que adem?s viv?a amenazada por el peligro de las nuevas teor?as marxistas que propon?an ideales ateos y anticristianos con el fin de sublevar al pueblo contra los llamados ?patrones?. Tampoco en este ?mbito la Iglesia renunci? a hacer sentir su voz, y desde entonces no ha dejado nunca de preocuparse por el mundo del trabajo.
El Papa Le?n XIII, cuando se pod?a ya percibir los resultados a veces nefastos de la revoluci?n industrial, dedic?, primero, una Carta Enc?clica, la Rerum Novarum, de 1892, a los problemas relativos al mundo del trabajo y en particular a la cuesti?n de los obreros ?con el fin de poner en relieve los principios con los cuales, seg?n la justicia y la equidad, se debe resolver la cuesti?n? (n. 1). En aquel contexto hist?rico, como se ha visto, el problema del trabajo infantil era particularmente frecuente y numeroso, tanto que el Papa Le?n XIII dedic? a ello, entre los problemas de la cuesti?n del obrero que m?s ocupaban sus pensamientos, una particular atenci?n. En el n?mero 33, exhorta: ?en cuanto a los ni?os, se ha de evitar cuidadosamente y sobre todo que entren en talleres antes de que la edad haya dado el suficiente desarrollo a su cuerpo, a su inteligencia y a su alma. Puesto que la actividad precoz agosta, como a las hierbas tiernas, las fuerzas que brotan de la infancia, con lo que la constituci?n de la ni?ez vendr?a a destruirse por completo?.


Papa Juan Pablo II

En 1990 Juan Pablo II intervino con su mensaje en el Congreso Mundial sobre los ni?os, que se desarroll? en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York; en ?l subrayaba la dignidad y el respeto peculiar que se debe a cada ni?o, y acentuaba sobretodo el rol fundamental de la familia.
En abril de 1997, durante la oraci?n del Regina Caeli, el Papa Juan Pablo II afirmaba, a prop?sito del respeto a los ni?os y la protecci?n del menor: ?La Comisi?n de las Naciones Unidas para los derechos del hombre, reunida actualmente en Ginebra, tratar? durante los pr?ximos d?as el tema de los derechos del ni?o y, en particular, de la protecci?n jur?dica de los menores en los conflictos armados. He recordado esta preocupante cuesti?n en varias oportunidades y tambi?n en el mensaje para la Jornada mundial de la paz del a?o pasado. Hoy deseo reafirmar la gran preocupaci?n de la Iglesia por el respeto al ni?o y el desarrollo integral y armonioso de su personalidad. Por tanto, renuevo mi llamamiento a los responsables de la vida pol?tica y social para que, inspir?ndose en los principios de la moral y del derecho, impidan a toda costa que los ni?os se conviertan en protagonistas de las guerras, obligados a empu?ar las armas y a matar a sus semejantes. Inexpertos y fr?giles, son las primeras v?ctimas de la violencia y de la guerra. Si queremos la paz, eduquemos en la paz a quienes se preparan para construir la sociedad del ma?ana?.
Durante el Jubileo de los ni?os, el 2 de enero del 2000, en una Plaza San Pedro constelada de ni?os de todas las edades y de toda nacionalidad, el Papa Juan Pablo II record? a los peque?os la alegr?a de haber conocido a Cristo y los invit? a no olvidar a sus coet?neos que sufren en el mundo: ?Queridos ni?os; queridos muchachos, esta ma?ana muchos de vosotros, con vuestros padres y acompa?antes, hab?is participado en la misa jubilar en la bas?lica de San Pedro. Al entregarse a vosotros en la Eucarist?a, Jes?s os ha revelado que la vida cobra todo su valor cuando se convierte en don para los dem?s. El testimonio de los santos y de los m?rtires, que se veneran en la ciudad eterna, os ha ayudado a comprender que s?lo con Cristo es posible realizar grandes cosas y que s?lo con ?l es posible ser felices y hacer felices a los dem?s. Quer?is gritar a todos vuestra alegr?a por el don que el Padre nos ha hecho envi?ndonos a su Hijo Jes?s para que fuera nuestro hermano. Testimoniad al mundo que, acogiendo a Jes?s en medio de nosotros, es posible hacer que la humanidad se convierta en una gran familia. Al inicio de un nuevo a?o, queridos ni?os y muchachos, no podemos olvidar a todos vuestros coet?neos que sufren a causa del hambre y la violencia, y a los que son v?ctimas de formas horribles de explotaci?n. No podemos olvidar a los numerosos ni?os a los que se niega incluso el derecho a nacer. Cuando las personas quieren construir un mundo ignorando a Dios y su ley, de hecho crean una situaci?n de injusticia y sufrimiento cada vez mayores?. Seguidamente, el Papa insisti? de manera particular en un punto: ?Testimoniad al mundo que, acogiendo a Jes?s en medio de nosotros, es posible hacer que la humanidad se convierta en una gran familia?. Y m?s adelante subray? c?mo las instituciones tienen el deber de poner a la familia en grado de poder ejercitar sus funciones principales, que son transmitir la vida y la educaci?n, y cit? al respecto la Convenci?n Internacional acerca de los derechos del ni?o, como una carta fundamental que debe ser est?mulo para cada acci?n que se tome a favor de la infancia: ?Cada individuo, aunque sea peque?o o aparentemente insignificante en t?rminos de utilidad ?ha recordado el Papa Juan Pablo II?, lleva en s? la imagen y semejanza de su Creador. Las pol?ticas y las acciones que no reconozcan esta condici?n ?nica de la dignidad humana se hacen incapaces de llevar a un mundo m?s justo y humano?.
En el Mensaje a los budistas con ocasi?n de la fiesta de Vesakh 2004, titulado ?Cristianos y Budistas, juntos velamos por los ni?os, futuro de la humanidad?, el Papa Juan Pablo II recordaba la importancia de la familia, as? como sus responsabilidades, y ped?a a las autoridades civiles un compromiso generoso por el bien de los ni?os: ?Los ni?os, en cuanto peque?os y vulnerables, necesitan ser protegidos, amados y educados. Este es el motivo por el cual los ni?os y la familia deben caminar juntos. La familia es el primer lugar en el que los ni?os son nutridos con aquel amor y aquella atenci?n que ellos, a su vez, manifiestan a los dem?s. De este modo la raza humana entera se hace en este planeta una ?nica familia? Hoy, lamentablemente, muchos ni?os del mundo son privados, en diversa medida, de una familia estable, algo tan fundamental para la sociedad. Existen ni?os que no han conocido jam?s una familia o que han sido abandonados por sus familias. Existen ni?os que han sido obligados a soportar el trauma causado por peleas entre los padres o por la disgregaci?n de su familia. Peor a?n, existen peque?os que han sido duramente golpeados por la violencia de los adultos por medio de abusos sexuales o la prostituci?n, o siendo obligados a mendigar, o siendo en el mundo de la venta o uso de drogas, u obligados a participar en la guerra, etc? ?Y qu? decir de la tragedia del SIDA? Hoy en d?a cientos de miles de ni?os est?n siendo infectados con el HIV y un gran un gran n?mero muere a causa del SIDA, muchos de los cuales lo contraen desde el nacimiento. Aunque inocentes, estos ni?os s?lo conocen el sufrimiento y luego la muerte. Nosotros, cristianos y budistas, no podemos cerrar los ojos frente a estas situaciones tr?gicas. Como creyentes debemos tener la mirada puesta en las necesidades que pasan los ni?os, tanto en nuestras familias como en la sociedad entera. Debemos poner en juego todas nuestras fuerzas y recursos para aliviar los sufrimientos de los ni?os y de manera especial para llegar a los que viven en los pa?ses m?s pobres. Los gobiernos, as? como las autoridades civiles y todas las personas de buena voluntad, pueden tambi?n, por nuestro propio testimonio, ser movidos a involucrarse m?s y trabajar por el bienestar de todos los ni?os?.
Hasta en dos ocasiones el Mensaje por la Jornada Mundial de la Paz del Papa Juan Pablo II se ocup?, entre diversos temas, de la explotaci?n infantil. El Mensaje por la Jornada Mundial de la Paz de 1996 estuvo dedicado al tema ?Demos a los ni?os un futuro de paz?. En ?l se presenta un elenco de muchos de los males que hoy en d?a afligen a la infancia en el mundo. Entre estos, se denunciaba tambi?n la grave situaci?n en la que muchos ni?os, a causa de la miseria, son obligados a trabajar: ?La miseria est? en el origen de condiciones de existencia y de trabajo inhumanas. En algunos pa?ses hay ni?os obligados a trabajar desde su infancia, maltratados, castigados violentamente, remunerados con una paga irrisoria: al no tener manera de hacerse respetar, son los m?s f?ciles de chantajear y explotar? (n.5). Seguidamente el Mensaje explica las razones por las cuales la explotaci?n infantil era y sigue siendo un problema, sobre todo un problema moral: ?Los ni?os no son una carga para la sociedad, ni son instrumentos de ganancia, ni simplemente personas sin derechos; son miembros valiosos de la familia humana, cuyas esperanzas, expectativas y potencialidades encarnan? (n. 9).
Dos a?os despu?s, Juan Pablo II se concentr? nuevamente en este delicado asunto. Esta vez el tema del mensaje por la Jornada Mundial de la Paz, del 1? de enero de 1998, era: ?De la justicia de cada uno nace la paz para todos?. Entre las formas de injusticia hacia el ser humano consideradas particularmente graves mencion? ?el aumento de la violencia contra las mujeres, las ni?as y los ni?os? y particularmente ?la explotaci?n laboral de los menores en condiciones de verdadera esclavitud? (n.6). El trabajo infantil es tambi?n denunciado como una grave forma de injusticia a nivel social y comunitario, una injusticia entre otras, de la cual de ning?n modo puede brotar la paz. Se invoca por ello, sobretodo, la justicia como un compromiso personal, ya que ?la paz para todos nace de la justicia de cada uno. Nadie puede desentenderse de una tarea de importancia tan decisiva para la humanidad. Es algo que implica a cada hombre y mujer, seg?n sus propias competencias y responsabilidades? (n. 7).
Tambi?n a los ni?os dedic? completo el Mensaje para la Cuaresma del 2004, titulado ?El que reciba a un ni?o como ?ste en mi nombre, a m? me recibe?. Escribe el Papa: ?Jes?s am? a los ni?os y fueron sus predilectos ?por su sencillez, su alegr?a de vivir, su espontaneidad y su fe llena de asombro? (?ngelus, 18.12.1994). ?sta es la raz?n por la cual el Se?or quiere que la comunidad les abra el coraz?n y los acoja como si fueran ?l mismo: ?El que reciba a un ni?o como ?ste en mi nombre, a m? me recibe? (Mt 18,5). Junto a los ni?os, el Se?or sit?a a los ?hermanos m?s peque?os?, esto es, los pobres, los necesitados, los hambrientos y sedientos, los forasteros, los desnudos, los enfermos y los encarcelados. Acogerlos y amarlos, o bien tratarlos con indiferencia y rechazarlos, es como si se hiciera lo mismo con ?l, ya que ?l se hace presente de manera singular en ellos?. El tema del Mensaje ofrece la oportunidad de reflexionar sobre la condici?n de los ni?os: ?las palabras de Jes?s son una exhortaci?n a examinar c?mo son tratados los ni?os en nuestras familias, en la sociedad civil y en la Iglesia? escribe el Papa, ?son un est?mulo para descubrir la sencillez y la confianza que el creyente debe desarrollar, imitando al Hijo de Dios, el cual ha compartido la misma suerte de los peque?os y de los pobres.?... ?Hacerse? peque?os y ?acoger? a los peque?os: son dos aspectos de una ?nica ense?anza que el Se?or renueva a sus disc?pulos en este nuestro tiempo. S?lo quien se hace ?peque?o? es capaz de acoger con amor a los hermanos m?s ?peque?os?.
Juan Pablo II recuerda de este modo a cuantos buscan seguir fielmente estas ense?anzas del Se?or, y particularmente ?a los padres que no dudan en tener una familia numerosa, a las madres y padres que en vez de considerar prioritaria la b?squeda del ?xito profesional y la carrera, se preocupan por transmitir a los hijos aquellos valores humanos y religiosos que dan el verdadero sentido a la existencia?; y tambi?n a cuantos ?se hacen cargo de la formaci?n de la infancia en dificultad, y alivian los sufrimientos de los ni?os y de sus familiares causados por los conflictos y la violencia, por la falta de alimentos y de agua, por la emigraci?n forzada y por tantas injusticias existentes en el mundo?. No calla el Santo Padre ante el ego?smo de tantos, que hiere profundamente a los m?s peque?os por medio de abusos sexuales, la prostituci?n, o la inducci?n en el mundo de la distribuci?n y consumo de drogas. Tampoco puede olvidarse la realidad de ni?os obligados a trabajar o involucrados en la guerra; inocentes marcados para siempre por la disgregaci?n familiar; peque?os golpeados por el tr?fico de ?rganos o de personas, la tragedia del SIDA, que en ?frica cobra miles de vidas, de las cuales muchas fueron contagiadas desde el nacimiento. ??La humanidad no puede cerrar los ojos frente a un drama tan preocupante!?.
Recibiendo en audiencia el 14 de junio de 2003 a cerca de 7000 j?venes de la Obra Pontificia de la Infancia Misionera, convocados con sus asistentes y catequesis de todas las di?cesis italianas, para celebrar en torno al Sucesor de Pedro los 160 a?os de la fundaci?n de este organismo y para renovar su compromiso misionero, el Santo Padre dijo: ?Es hermoso considerar la Obra pontificia de la Infancia Misionera como un inmenso coro, formado por ni?os de todo el mundo, que cantan juntos su "Heme aqu?" a Dios con su oraci?n, con su entusiasmo y con su compromiso concreto?. ?En vuestro coraz?n y en vuestros labios Dios pone tan s?lo dos palabras, que en la Biblia son muy importantes: "Heme aqu?". Las pronunci? el Hijo de Dios cuando vino al mundo, y toda su vida consisti? en responder prontamente "Heme aqu?" al Padre celestial. "Heme aqu?" fue la respuesta de la Virgen Mar?a al ?ngel que le llev? el anuncio de Dios. Con esas palabras, la Virgen acept? d?cilmente la misi?n de convertirse en Madre de Jes?s y, por tanto, en Madre de la Iglesia. Tambi?n vosotros, queridos peque?os misioneros, deb?is aprender a responder "Heme aqu?", invocando la ayuda de Jes?s y de Mar?a?. Desde hace 160 a?os el lema de la Infancia Misionera ha sido: ?Los ni?os ayudan a los ni?os?, una ayuda que se da sobretodo en la oraci?n y tambi?n por medio de contribuciones econ?micas. ?Ciertamente, se han producido grandes y profundas transformaciones en la humanidad desde la mitad del siglo XIX hasta hoy ?subray? el Santo Padre?. En el as? llamado "norte" del mundo las condiciones de vida de la infancia han mejorado, pero el desarrollo econ?mico y social no siempre ha ido acompa?ado por el desarrollo humano en sentido pleno. Se ha producido una p?rdida de valores, y quienes pagan el precio m?s alto son precisamente los m?s peque?os, por no decir que incluso en las naciones desarrolladas siguen existiendo ?reas de gran pobreza. En el "sur" del planeta, el grito de millones de ni?os, condenados a morir de hambre y de enfermedades relacionadas con la pobreza, es cada vez m?s desgarrador e interpela a todos.? El Papa record? que los ni?os de la Infancia Misionera deben ser los primeros en responder a la llamada de sus coet?neos, formando as? ?una cadena de solidaridad a trav?s de los cinco Continentes?, y los exhort? a ser ?testigos y profetas de Cristo? pidiendo la ayuda necesaria a la Madre de Dios, sobre todo por medio del rezo del rosario.


Carta del Papa Juan Pablo II a los ni?os (13 de diciembre de 1994)

?Queridos ni?os!
Nace Jes?s
Dentro de pocos d?as celebraremos la Navidad, fiesta vivida intensamente por todos los ni?os en cada familia. Este a?o lo ser? a?n m?s porque es el A?o de la Familia. Antes de que ?ste termine, deseo dirigirme a vosotros, ni?os del mundo entero, para compartir juntos la alegr?a de esta entra?able conmemoraci?n.
La Navidad es la fiesta de un Ni?o, de un reci?n nacido. ?Por esto es vuestra fiesta! Vosotros la esper?is con impaciencia y la prepar?is con alegr?a, contando los d?as y casi las horas que faltan para la Nochebuena de Bel?n.
Parece que os estoy viendo: preparando en casa, en la parroquia, en cada rinc?n del mundo el nacimiento, reconstruyendo el clima y el ambiente en que naci? el Salvador. ?Es cierto! En el per?odo navide?o el establo con el pesebre ocupa un lugar central en la Iglesia. Y todos se apresuran a acercarse en peregrinaci?n espiritual, como los pastores la noche del nacimiento de Jes?s. M?s tarde los Magos vendr?n desde el lejano Oriente, siguiendo la estrella, hasta el lugar donde estaba el Redentor del universo.
Tambi?n vosotros, en los d?as de Navidad, visit?is los nacimientos y os par?is a mirar al Ni?o puesto entre pajas. Os fij?is en su Madre y en san Jos?, el custodio del Redentor. Contemplando la Sagrada Familia, pens?is en vuestra familia, en la que hab?is venido al mundo. Pens?is en vuestra madre, que os dio a luz, y en vuestro padre. Ellos se preocupan de mantener la familia y de vuestra educaci?n. En efecto, la misi?n de los padres no consiste s?lo en tener hijos, sino tambi?n en educarlos desde su nacimiento.
Queridos ni?os, os escribo acord?ndome de cuando, hace muchos a?os, yo era un ni?o como vosotros. Entonces yo viv?a tambi?n la atm?sfera serena de la Navidad, y al ver brillar la estrella de Bel?n corr?a al nacimiento con mis amigos para recordar lo que sucedi? en Palestina hace 2000 a?os. Los ni?os manifest?bamos nuestra alegr?a ante todo con cantos. ?Qu? bellos y emotivos son los villancicos, que en la tradici?n de cada pueblo se cantan en torno al nacimiento! ?Qu? profundos sentimientos contienen y, sobre todo, cu?nta alegr?a y ternura expresan hacia el divino Ni?o venido al mundo en la Nochebuena! Tambi?n los d?as que siguen al nacimiento de Jes?s son d?as de fiesta: as?, ocho d?as m?s tarde, se recuerda que, seg?n la tradici?n del Antiguo Testamento, se dio un nombre al Ni?o: llam?ndole Jes?s.
Despu?s de cuarenta d?as, se conmemora su presentaci?n en el Templo, como suced?a con todos los hijos primog?nitos de Israel. En aquella ocasi?n tuvo lugar un encuentro extraordinario: el viejo Sime?n se acerc? a Mar?a, que hab?a ido al Templo con el Ni?o, lo tom? en brazos y pronunci? estas palabras prof?ticas: ? Ahora, Se?or, puedes, seg?n tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz, porque han visto mis ojos tu salvaci?n, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel ? (Lc 2, 29-32). Despu?s, dirigi?ndose a Mar?a, su Madre, a?adi?: ? Este est? puesto para ca?da y elevaci?n de muchos en Israel, y para ser se?al de contradicci?n -?y a ti misma una espada te atravesar? el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones ? (Lc 2, 34-35). As? pues, ya en los primeros d?as de la vida de Jes?s resuena el anuncio de la Pasi?n, a la que un d?a se asociar? tambi?n la Madre, Mar?a: el Viernes Santo ella estar? en silencio junto a la Cruz del Hijo. Por otra parte, no pasar?n muchos d?as despu?s del nacimiento para que el peque?o Jes?s se vea expuesto a un grave peligro: el cruel rey Herodes ordenar? matar a los ni?os menores de dos a?os, y por esto se ver? obligado a huir con sus padres a Egipto.
Seguro que vosotros conoc?is muy bien estos acontecimientos relacionados con el nacimiento de Jes?s. Os los cuentan vuestros padres, sacerdotes, profesores y catequistas, y cada a?o los reviv?s espiritualmente durante las fiestas de Navidad, junto con toda la Iglesia: por eso conoc?is los aspectos tr?gicos de la infancia de Jes?s.
?Queridos amigos! En lo sucedido al Ni?o de Bel?n pod?is reconocer la suerte de los ni?os de todo el mundo. Si es cierto que un ni?o es la alegr?a no s?lo de sus padres, sino tambi?n de la Iglesia y de toda la sociedad, es cierto igualmente que en nuestros d?as muchos ni?os, por desgracia, sufren o son amenazados en varias partes del mundo: padecen hambre y miseria, mueren a causa de las enfermedades y de la desnutrici?n, perecen v?ctimas de la guerra, son abandonados por sus padres y condenados a vivir sin hogar, privados del calor de una familia propia, soportan muchas formas de violencia y de abuso por parte de los adultos. ?C?mo es posible permanecer indiferente ante al sufrimiento de tantos ni?os, sobre todo cuando es causado de alg?n modo por los adultos?

Jes?s da la Verdad

El Ni?o, que en Navidad contemplamos en el pesebre, con el paso del tiempo fue creciendo. A los doce a?os, como sab?is, subi? por primera vez, junto con Mar?a y Jos?, de Nazaret a Jerusal?n con motivo de la fiesta de la Pascua. All?, mezclado entre la multitud de peregrinos, se separ? de sus padres y, con otros chicos, se puso a escuchar a los doctores del Templo, como en una ? clase de catecismo ?. En efecto, las fiestas eran ocasiones adecuadas para transmitir la fe a los muchachos de la edad, m?s o menos, de Jes?s. Pero sucedi? que, en esta reuni?n, el extraordinario Adolescente venido de Nazaret no s?lo hizo preguntas muy inteligentes, sino que ?l mismo comenz? a dar respuestas profundas a quienes le estaban ense?ando. Sus preguntas y sobre todo sus respuestas asombraron a los doctores del Templo. Era la misma admiraci?n que, en lo sucesivo, suscitar?a la predicaci?n p?blica de Jes?s: el episodio del Templo de Jerusal?n no es otra cosa que el comienzo y casi el preanuncio de lo que suceder?a algunos a?os m?s tarde.
Queridos chicos y chicas, coet?neos del Jes?s de doce a?os, ?no vienen a vuestra mente, en este momento, las clases de religi?n que se dan en la parroquia y en la escuela, clases a las que est?is invitados a participar? Quisiera, pues, haceros algunas preguntas: ?cu?l es vuestra actitud ante las clases de religi?n? ?Os sent?s comprometidos como Jes?s en el Templo cuando ten?a doce a?os? ?Asist?s a ellas con frecuencia en la escuela o en la parroquia? ?Os ayudan en esto vuestros padres?
Jes?s a los doce a?os qued? tan cautivado por aquella catequesis en el Templo de Jerusal?n que, en cierto modo, se olvid? hasta de sus padres. Mar?a y Jos?, regresando con otros peregrinos a Nazaret, se dieron cuenta muy pronto de su ausencia. La b?squeda fue larga. Volvieron sobre sus pasos y s?lo al tercer d?a lograron encontrarlo en Jerusal?n, en el Templo. ? Hijo, ?por qu? nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te and?bamos buscando ? (Lc 2, 48). ?Qu? misteriosa es la respuesta de Jes?s y c?mo hace pensar! ? ?Por qu? me buscabais? ?No sab?ais que yo deb?a estar en la casa de mi Padre? ? (Lc 2, 49). Era una respuesta dif?cil de aceptar. El evangelista Lucas a?ade simplemente que Mar?a ? conservaba cuidadosamente todas las cosas en su coraz?n ? (2, 51). En efecto, era una respuesta que se comprender?a s?lo m?s tarde, cuando Jes?s, ya adulto, comenz? a predicar, afirmando que por su Padre celestial estaba dispuesto a afrontar todo sufrimiento e incluso la muerte en cruz.
Jes?s volvi? de Jerusal?n a Nazaret con Mar?a y Jos?, donde vivi? sujeto a ellos (cf. Lc 2, 51). Sobre este per?odo, antes de iniciar la predicaci?n p?blica, el Evangelio se?ala s?lo que ? progresaba en sabidur?a, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres ? (Lc 2, 52).
Queridos chicos, en el Ni?o que contempl?is en el nacimiento pod?is ver ya al muchacho de doce a?os que dialoga con los doctores en el Templo de Jerusal?n. ?l es el mismo hombre adulto que m?s tarde, con treinta a?os, comenzar? a anunciar la palabra de Dios, llamar? a los doce Ap?stoles, ser? seguido por multitudes sedientas de verdad. A cada paso confirmar? su maravillosa ense?anza con signos de su potencia divina: devolver? la vista a los ciegos, curar? a los enfermos e incluso resucitar? a los muertos. Entre ellos estar?n la joven hija de Jairo y el hijo de la viuda de Naim, devuelto vivo a su apenada madre.
Es justamente as?: este Ni?o, ahora reci?n nacido, cuando sea grande, como Maestro de la Verdad divina, mostrar? un afecto extraordinario por los ni?os. Dir? a los Ap?stoles: ? Dejad que los ni?os vengan a m?, no se lo impid?is ?, y a?adir?: ? Porque de los que son como ?stos es el Reino de Dios ? (Mc 10, 14). Otra vez, estando los Ap?stoles discutiendo sobre qui?n era el m?s grande, pondr? en medio de ellos a un ni?o y dir?: ? Si no cambi?is y os hac?is como los ni?os, no entrar?is en el Reino de los cielos ? (Mt 18, 3). En aquella ocasi?n pronunciar? tambi?n palabras sever?simas de advertencia: ? Al que escandalice a uno de estos peque?os que creen en m?, m?s le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar ? (Mt 18, 6).
?Qu? importante es el ni?o para Jes?s! Se podr?a afirmar desde luego que el Evangelio est? profundamente impregnado de la verdad sobre el ni?o. Incluso podr?a ser le?do en su conjunto como el ? Evangelio del ni?o ?.
En efecto, ?qu? quiere decir: ? Si no cambi?is y os hac?is como los ni?os, no entrar?is en el Reino de los cielos ?? ?Acaso no pone Jes?s al ni?o como modelo incluso para los adultos? En el ni?o hay algo que nunca puede faltar a quien quiere entrar en el Reino de los cielos. Al cielo van los que son sencillos como los ni?os, los que como ellos est?n llenos de entrega confiada y son ricos de bondad y puros. S?lo ?stos pueden encontrar en Dios un Padre y llegar a ser, a su vez, gracias a Jes?s, hijos de Dios.
?No es ?ste el mensaje principal de la Navidad? Leemos en san Juan: ? Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros ? (1, 14); y adem?s: ? A todos los que le recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios ? (1, 12). ?Hijos de Dios! Vosotros, queridos ni?os, sois hijos e hijas de vuestros padres. Ahora bien, Dios quiere que todos seamos hijos adoptivos suyos mediante la gracia. Aqu? est? la fuente verdadera de la alegr?a de la Navidad, de la que os escribo ya al t?rmino del A?o de la Familia. Alegraos por este ? Evangelio de la filiaci?n divina ?. Que, en este gozo, las pr?ximas fiestas navide?as produzcan abundantes frutos, en el A?o de la Familia.

Jes?s se da a s? mismo

Queridos amigos, la Primera Comuni?n es sin duda alguna un encuentro inolvidable con Jes?s, un d?a que se recuerda siempre como uno de los m?s hermosos de la vida. La Eucarist?a, instituida por Cristo la v?spera de su pasi?n durante la Ultima Cena, es un sacramento de la Nueva Alianza, m?s a?n, el m?s importante de los sacramentos. En ella el Se?or se hace alimento de las almas bajo las especies del pan y del vino. Los ni?os la reciben solemnemente la primera vez -en la Primera Comuni?n- y se les invita a recibirla despu?s cuantas m?s veces mejor para seguir en amistad ?ntima con Jes?s.
Para acercarse a la Sagrada Comuni?n, como sab?is, se debe haber recibido el Bautismo: este es el primer sacramento y el m?s necesario para la salvaci?n. ?Es un gran acontecimiento el Bautismo! En los primeros siglos de la Iglesia, cuando los que recib?an el Bautismo eran sobre todo los adultos, el rito se conclu?a con la participaci?n en la Eucarist?a, y ten?a la misma solemnidad que hoy acompa?a a la Primera Comuni?n. M?s adelante, al empezar a administrar el Bautismo principalmente a los reci?n nacidos -es tambi?n el caso de muchos de vosotros, queridos ni?os, que por tanto no pod?is recordar el d?a de vuestro Bautismo- la fiesta m?s solemne se traslad? al momento de la Primera Comuni?n. Cada muchacho y cada muchacha de familia cat?lica conoce bien esta costumbre: la Primera Comuni?n se vive como una gran fiesta familiar. En este d?a se acercan generalmente a la Eucarist?a, junto con el festejado, los padres, los hermanos y hermanas, los dem?s familiares, los padrinos y, a veces tambi?n, los profesores y educadores.
El d?a de la Primera Comuni?n es adem?s una gran fiesta en la parroquia. Recuerdo como si fuese hoy mismo cuando, junto con otros muchachos de mi edad, recib? por primera vez la Eucarist?a en la Iglesia parroquial de mi pueblo. Es costumbre hacer fotos familiares de este acontecimiento para as? no olvidarlo. Por lo general, las personas conservan estas fotograf?as durante toda su vida. Con el paso de los a?os, al hojearlas, se revive la atm?sfera de aquellos momentos; se vuelve a la pureza y a la alegr?a experimentadas en el encuentro con Jes?s, que se hizo por amor Redentor del hombre.
?Cu?ntos ni?os en la historia de la Iglesia han encontrado en la Eucarist?a una fuente de fuerza espiritual, a veces incluso heroica! ?C?mo no recordar, por ejemplo, los ni?os y ni?as santos, que vivieron en los primeros siglos y que a?n hoy son conocidos y venerados en toda la Iglesia? Santa In?s, que vivi? en Roma; santa ?gueda, martirizada en Sicilia; san Tarsicio, un muchacho llamado con raz?n el m?rtir de la Eucarist?a, porque prefiri? morir antes que entregar a Jes?s sacramentado, a quien llevaba consigo.
Y as?, a lo largo de los siglos hasta nuestros d?as, no han faltado ni?os y muchachos entre los santos y beatos de la Iglesia. Al igual que Jes?s muestra en el Evangelio una confianza particular en los ni?os, as? Mar?a, la Madre de Jes?s, ha dirigido siempre, en el curso de la historia, su atenci?n maternal a los peque?os. Pensad en santa Bernardita de Lourdes, en los ni?os de La Salette y, ya en este siglo, en Luc?a, Francisco y Jacinta de F?tima.
Os hablaba antes del ? Evangelio del ni?o ?, ?acaso no ha encontrado ?ste en nuestra ?poca una expresi?n particular en la espiritualidad de santa Teresa del Ni?o Jes?s? Es propiamente as?: Jes?s y su Madre eligen con frecuencia a los ni?os para confiarles tareas de gran importancia para la vida de la Iglesia y de la humanidad. He citado s?lo a algunos universalmente conocidos, pero ?cu?ntos otros hay menos c?lebres! Parece que el Redentor de la humanidad comparte con ellos la solicitud por los dem?s: por los padres, por los compa?eros y compa?eras. El siempre atiende su oraci?n. ?Qu? enorme fuerza tiene la oraci?n de un ni?o! Llega a ser un modelo para los mismos adultos: rezar con confianza sencilla y total quiere decir rezar como los ni?os saben hacerlo.
Llego ahora a un punto importante de esta Carta: al terminar el A?o de la Familia, queridos amigos peque?os, deseo encomendar a vuestra oraci?n los problemas de vuestra familia y de todas las familias del mundo. Y no s?lo esto, tengo tambi?n otras intenciones que confiaros. El Papa espera mucho de vuestras oraciones. Debemos rezar juntos y mucho para que la humanidad, formada por varios miles de millones de seres humanos, sea cada vez m?s la familia de Dios, y pueda vivir en paz. He recordado al principio los terribles sufrimientos que tantos ni?os han padecido en este siglo, y los que contin?an sufriendo muchos de ellos tambi?n en este momento. Cu?ntos mueren en estos d?as v?ctimas del odio que se extiende por varias partes de la tierra: por ejemplo en los Balcanes y en diversos pa?ses de ?frica. Meditando precisamente sobre estos hechos, que llenan de dolor nuestros corazones, he decidido pediros a vosotros, queridos ni?os y muchachos, que os encargu?is de la oraci?n por la paz. Lo sab?is bien: el amor y la concordia construyen la paz, el odio y la violencia la destruyen. Vosotros detest?is instintivamente el odio y tend?is hacia el amor: por esto el Papa est? seguro de que no rechazar?is su petici?n, sino que os unir?is a su oraci?n por la paz en el mundo con la misma fuerza con que rez?is por la paz y la concordia en vuestras familias.

?Alabad el nombre del Se?or!

Permitidme, queridos chicos y chicas, que al final de esta Carta recuerde unas palabras de un salmo que siempre me han emocionado: ?Laudate pueri Dominum! ?Alabad ni?os al Se?or, alabad el nombre del Se?or. Bendito sea el nombre del Se?or, ahora y por siempre. De la salida del sol hasta su ocaso, sea loado el nombre del Se?or! (cf. Sal 113(112), 1-3). Mientras medito las palabras de este salmo, pasan delante de mi vista los rostros de los ni?os de todo el mundo: de oriente a occidente, de norte a sur. A vosotros, mis peque?os amigos, sin distinci?n de lengua, raza o nacionalidad, os digo: ?Alabad el nombre del Se?or!
Puesto que el hombre debe alabar a Dios ante todo con su vida, no olvid?is lo que Jes?s muchacho dijo a su Madre y a Jos? en el Templo de Jerusal?n: ? ?No sab?ais que yo deb?a estar en la casa de mi Padre? ? (Lc 2, 49). El hombre alaba al Se?or siguiendo la llamada de su propia vocaci?n. Dios llama a cada hombre, y su voz se deja sentir ya en el alma del ni?o: llama a vivir en el matrimonio o a ser sacerdote; llama a la vida consagrada o tal vez al trabajo en las misiones... ?Qui?n sabe? Rezad, queridos muchachos y muchachas, para descubrir cu?l es vuestra vocaci?n, para despu?s seguirla generosamente.
?Alabad el nombre del Se?or! Los ni?os de todos los continentes, en la noche de Bel?n, miran con fe al Ni?o reci?n nacido y viven la gran alegr?a de la Navidad. Cantando en sus lenguas, alaban el nombre del Se?or. De este modo se difunde por toda la tierra la sugestiva melod?a de la Navidad. Son palabras tiernas y conmovedoras que resuenan en todas las lenguas humanas; es como un canto festivo que se eleva por toda la tierra y se une al de los Angeles, mensajeros de la gloria de Dios, sobre el portal de Bel?n: ? Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes ?l se complace ? (Lc 2, 14). El Hijo predilecto de Dios se presenta entre nosotros como un reci?n nacido; en torno a ?l los ni?os de todas las Naciones de la tierra sienten sobre s? mismos la mirada amorosa del Padre celestial y se alegran porque Dios los ama. El hombre no puede vivir sin amor. Est? llamado a amar a Dios y al pr?jimo, pero para amar verdaderamente debe tener la certeza de que Dios lo quiere.
?Dios os ama, queridos muchachos! Quiero deciros esto al terminar el A?o de la Familia y con ocasi?n de estas fiestas navide?as que son particularmente vuestras.
Os deseo unas fiestas gozosas y serenas; espero que en ellas viv?is una experiencia m?s intensa del amor de vuestros padres, de los hermanos y hermanas, y de los dem?s miembros de vuestra familia. Que este amor se extienda despu?s a toda vuestra comunidad, mejor a?n, a todo el mundo, gracias a vosotros, queridos muchachos y ni?os. As? el amor llegar? a quienes m?s lo necesitan, en especial a los que sufren y a los abandonados. ?Qu? alegr?a es mayor que el amor? ?Qu? alegr?a es m?s grande que la que t?, Jes?s, pones en el coraz?n de los hombres, y particularmente de los ni?os, en Navidad?

?Levanta tu mano, divino Ni?o,
y bendice a estos peque?os amigos tuyos,
bendice a los ni?os de toda la tierra!
Juan Pablo II
Vaticano, 13 de diciembre de 1994.



Papa Benedicto XVI

Durante la primera visita Ad Limina Apostolorum de su Pontificado, el 7 de mayo del 2005, el Santo Padre Benedicto XVI recibi? en audiencia a los obispos de Sri Lanka. En el discurso que les dirigi? el Papa manifest? cuanto le hab?a chocado los efectos devastadores del tsunami que hab?a golpeado tan duramente en diciembre del 2004 algunos pa?ses del As?a Meridional, entre ellos la misma Sri Lanka. El Papa alent? a los obispos a tener cuidado con los ni?os: ?En el rostro de las personas afligidas por la muerte de un ser querido o que han perdido sus bienes no podemos menos de reconocer el rostro sufriente de Cristo, y, de hecho, es a ?l a quien servimos cuando mostramos nuestro amor y compasi?n a los necesitados?. En particular el Santo Padre dirigi? su atenci?n a los m?s j?venes y m?s duramente probados: ?La comunidad cristiana tiene la obligaci?n particular de cuidar de los ni?os que han perdido a sus padres a causa del desastre natural. El reino de los cielos pertenece a estos miembros m?s vulnerables de la sociedad (cf. Mt 19, 14), pero, muy a menudo, se los olvida simplemente o se los explota sin escr?pulos como soldados, trabajadores o v?ctimas inocentes del tr?fico de seres humanos. No hay que escatimar ning?n esfuerzo para instar a las autoridades civiles y a la comunidad internacional a combatir estos abusos y brindar a los ni?os la protecci?n legal que merecen justamente?.
El 30 de septiembre de 2005 el Papa visit? a los ni?os internados en el Hospital pedi?trico ?Ni?o Jes?s? en Roma. El Papa Benedicto XVI explic? que eran dos los motivos que lo hab?an llevado a escoger el ?Ni?o Jes?s? como el lugar para su primera visita a un hospital: porqu? el instituto pertenec?a a la Santa Sede y para poder dar testimonio del amor de Jes?s a los ni?os. ?En toda persona que sufre, m?s a?n si es peque?a e indefensa, Jes?s nos acoge y espera nuestro amor?. ?El hospital ?Ni?o Jes?s?, adem?s de ser una obra inmediata y concreta de ayuda de la Santa Sede a los ni?os enfermos, representa una vanguardia de la acci?n evangelizadora de la comunidad cristiana en nuestra ciudad. Aqu? se puede dar un testimonio concreto y eficaz del Evangelio en contacto con la humanidad que sufre; aqu? se proclama con los hechos el poder de Cristo, que con su esp?ritu cura y transforma la existencia humana. Oremos para que, junto con la asistencia, se comunique a los peque?os hu?spedes el amor de Jes?s?.
?Aqu? vuestra preocupaci?n es asegurar un tratamiento excelente no s?lo bajo el perfil sanitario, sino tambi?n bajo el aspecto humano. Trat?is de dar una familia a los pacientes y a sus acompa?antes, y esto requiere la contribuci?n de todos: de los dirigentes, de los m?dicos, de los enfermeros y de los agentes sanitarios en las diferentes unidades, del personal y de las numerosas y benem?ritas organizaciones de voluntarios, que diariamente prestan su valioso servicio. Este estilo, que vale para toda cl?nica, debe caracterizar de modo especial a las que se inspiran en los principios evang?licos. Adem?s, para los ni?os no hay que escatimar ning?n recurso. Por tanto, en el centro de todo proyecto y programa debe estar siempre el bien del enfermo, el bien del ni?o enfermo?. Para realizar esta dif?cil misi?n el Santo Padre se?al? la necesidad de saber reconocer en cada peque?o paciente el rostro de Jes?s y de sacar las fuerzas espirituales de Jes?s realmente presente en la Eucarist?a, ?para poder confortar y curar a cuantos est?n internados ac?.
Fueron m?s de cien mil los ni?os de la Primera Comuni?n con sus padres, catequistas y sacerdotes que el s?bado 15 de octubre de 2005 acogieron la invitaci?n del Santo Padre Benedicto XVI a participar en un ?encuentro especial de catequesis sobre la Eucarist?a?. A la vigilia de la conclusi?n del A?o de la Eucarist?a, mientras se desarrollaba la Asamblea Ordinaria del S?nodo de Obispos sobre el misterio eucar?stico, el Santo Padre, anunciando la iniciativa en el ?ngelus del 12 de junio de 2005 afirm? que este encuentro ?ser? una circunstancia oportuna y hermosa para reafirmar el papel esencial que desempe?a el sacramento de la Eucarist?a en la formaci?n y en el crecimiento espiritual de los ni?os? afirm?
Se trat? de un gran ?encuentro festivo? en torno a la Eucarist?a, como lo resaltaba el t?tulo que se le dio a la reuni?n: ?La Eucarist?a es nuestra fiesta?. El encuentro tuvo dos partes: la primera de media hora y la segunda de una hora y cuarto. Durante la primera parte algunos actores y cantantes, particularmente apreciados por los m?s j?venes, adem?s de interpretar algunos cantos y piezas musicales dieron su testimonio sobre el tema de la fiesta, de la paz y de la fraternidad. Estuvieron tambi?n presentes los ?clown? de Bucarest, que se dedican a recuperar a los chicos de la calle rumanos ense??ndoles el arte del circo. El momento central de esta primera parte fue la ejecuci?n del canto ?Centinelas de la ma?ana?, que se inspira en la exhortaci?n que les dirigi? el Papa Juan Pablo a los j?venes reunidos en Tor Vergata con ocasi?n del Gran Jubileo en agosto del 2000, la cual estuvo acompa?ada por un filmado que mostraba escenas de los distintos encuentros del Papa Wojtyla con los ni?os.
El Santo Padre Benedicto XVI lleg? a la Plaza San Pedro en su autom?vil descubierto y salud? a los ni?os presentes que llegaban casi hasta el inicio de la v?a de la Conciliazione. El Papa fue acogido por una coreograf?a de j?venes y por el saludo de millares de pa?uelos blancos que ondeaban con el logo del encuentro. Con la llegada del Santo Padre se inici? la segunda parte del encuentro dedicada completamente a la oraci?n y a la catequesis y que termin? con la adoraci?n eucar?stica. Emmanuel, de diez a?os, saludo al Papa a nombre de todos los ni?os presentes cont?ndole su experiencia al recibir por primera vez a Jes?s Eucarist?a. Termin? su intervenci?n con un ?te queremos mucho? y corri? a abrazar a Benedicto XVI. En seguida se ley? la Carta de San Pablo a los Corintios (11,23-26) en la que el Ap?stol recuerda la instituci?n de la Eucarist?a, el salmo 147 con la ant?fona ?Laudate omnes gentes, laudate dominum? y la lectura del evangelio de Lucas sobre la multiplicaci?n de los panes y los peces (Lc 9, 11b-17).
Inmediatamente despu?s el Santo Padre dio la catequesis en forma de di?logo, respondiendo a las preguntas que le hac?an algunos de los ni?os. Recordando su Primera Comuni?n Benedicto XVI afirm?: ?Ese d?a me sent? realmente feliz, porque Jes?s hab?a venido a m?. Y comprend? que entonces comenzaba una nueva etapa de mi vida y que era importante permanecer fiel a ese encuentro, a esa Comuni?n?. So

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EUROPA/ESPA?A - ?Est? lejos de decrecer el inter?s misionero de la Iglesia espa?ola por la obra evangelizadora de Am?rica Latina?: En el D?a de Hispanoam?rica se recuerdan en particular los 898 sacerdotes diocesanos espa?oles en misiones de los cuales 800 en el continente americano

Madrid (Agencia Fides) - Las di?cesis espa?olas celebrar?n el 4 de marzo (primer domingo de marzo) el D?a de Hispanoam?rica, organizada por la Comisi?n Episcopal de Misiones y Cooperaci?n entre las iglesias de la Conferencia Episcopal Espa?ola, en el que se recuerda la relaci?n y la cooperaci?n misionera entre la iglesia en Espa?a y las Iglesias del continente americano. El lema de este a?o es ?Llamados a ser disc?pulos y misioneros en Am?rica?, inspirado en el tema de la V Conferencia General del CELAM.
Con motivo de esta Jornada el Secretariado de la Comisi?n Episcopal de Misiones ha publicado un amplio folleto para ayudar a las comunidades cristianas a celebrar esta Jornada. En su presentaci?n, el presidente de la Comisi?n Episcopal y Obispo de Ja?n, Mons. Ram?n del Hoyo afirma que ?lejos de decrecer el inter?s misionero de la Iglesia espa?ola por la obra evangelizadora de Am?rica Latina?, las di?cesis espa?olas ?han venido respondiendo en todo tiempo a la cooperaci?n? y no s?lo en Hispanoam?rica sino en todos los Continentes, aunque es verdad que ?por razones hist?ricas de cultura y de lengua, su esp?ritu misionero ha fijado especialmente sus ojos en las Iglesias hermanas de aquellos pueblos y naciones de forma prevalente?. El folleto contiene adem?s el Mensaje del Cardenal Giovanni Battista Re, Presidente de la Pontificia Comisi?n para Am?rica Latina; Reflexi?n pastoral sobre el alcance del lema propuesto para esta Jornada, por Mons. Amadeo Rodr?guez Magro, obispo de Plasencia y miembro de la Comisi?n Episcopal de Misiones y Cooperaci?n entre las Iglesias; Gui?n con materiales para la celebraci?n lit?rgica de la Santa Misa, y una catequesis para adultos con ocasi?n de la Jornada; Testimonios y documentaci?n sobre la vida de los sacerdotes de la OCSHA, que en sus experiencias muestran una vida entregada al servicio de la misi?n.
En su Mensaje el Cardenal Giovanni Battista Re a la vez que ?agradece a los cat?licos de Espa?a el despliegue pastoral que han tenido par con Am?rica Latina durante m?s de 500 a?os de evangelizaci?n, les anima a continuar con gran empe?o misionero trabajando a favor del continente que ha sido llamado ?de la esperanza?, una esperanza fundada en su invencible fe? comprometi?ndose cada uno desde el lugar que le corresponde por medio de la oraci?n, la ayuda material, y sobre todo con la participaci?n concreta en la acci?n misionera.
Seg?n los datos de la Comisi?n Episcopal de Misiones en total hay 898 sacerdotes diocesanos en misiones de los cuales 368 pertenecen a la OCSHA (Obra de Cooperaci?n Sacerdotal Hispanoamericana) y 530 son diocesanos. Las di?cesis espa?olas con mayor numero de sacerdotes misioneros son Madrid (77), Burgos (58), Pamplona-Tudela (50) y Toledo (46). La distribuci?n por continentes de estos 898 sacerotes es: ?frica (76) Asia (22) y Am?rica (800) siendo Per? el pa?s con mayor numero (127) seguido de Estados Unidos (88), Brasil (74), Ecuador (52) y Argentina (51).
Tambi?n el 4 de marzo, coincidiendo con esta Jornada se celebran las Bodas de Oro de ordenaci?n de los primeros sacerdotes de la OCSHA que salieron para colaborar con las Iglesias de Am?rica Latina. Todav?a hoy permanecen en esas tierras algunos misioneros de esta primera promoci?n. Desde los inicios de esta obra hace 60 a?os son m?s de 2.300 los sacerdotes espa?oles que han ido a Am?rica. Con este motivo la Televisi?n Espa?ola retransmitir? el d?a 4 la Misa desde la parroquia de Madrid de Nuestra Se?ora de las Am?ricas presidida por Mons. Ram?n del Hoyo. (RG) (Agencia Fides 23/2/2007 L?neas: 45 Palabras: 617)

Links:
Folleto completo para la Jornada de Hispanoam?rica
http://www.fides.org/spa/animazione/2007/dia_hispanoamerica.pdf

Links:
Publicaci?n especial Carta de Casa por los 50 a?os de los primeros sacerdotes OCSHA
http://www.fides.org/spa/animazione/2007/carta_casa_enero.pdf

Con motivo del 50 Aniversario de la Enc?clica Fidei Donum la OCSHA ha hecho una edici?n especial de "Carta de Casa", n? 228-29 ENERO-FEBRERO 2007, de la que sacamos el mensaje de Juan Pablo II.

Al Sr. Cardenal Antonio Mar?a ROUCO VARELA
Arzobispo de Madrid
y Presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola


1. Con ocasi?n de las celebraciones que tendr?n lugar en Madrid, Burgos y Santiago de Compostela para conmemorar el 50 Aniversario de la Obra de Cooperaci?n Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA), me es grato hacer llegar un cordial saludo a los Pastores y presb?teros de Espa?a, que con esta Instituci?n han mantenido vivo el empuje misionero y el esp?ritu de solidaridad con otras Iglesias, hermanas del Conti?nente americano en el com?n compromiso de evangelizar, dando as? muestras de la constante vitalidad de las antiguas ra?ces cristianas de esa Naci?n.

En efecto, esta Obra iniciada hace ahora 50 a?os por la Conferencia de Metropolitanos de Espa?a, puede ser interpretada como la consecuencia natural de una honda conciencia eclesial y, al mismo tiempo, como una respuesta vigorosa a uno de los m?s urgentes desaf?os de nuestra ?poca, cual es la necesidad de tejer v?nculos de colaboraci?n y fraternidad entre las personas, los pueblos y las comunidades eclesiales, que se hace a?n m?s apremiante en todo aquello que se refiere a la difusi?n de la Buena Nueva de Jesucristo.

2. En esta significativa conmemoraci?n, deseo unirme a la acci?n de gracias al Se?or por los m?s de dos mil sacerdotes de las di?cesis espa?olas que han dedicado buena parte de su vida a colaborar con otras iglesias hermanas, movidos ante todo por la fuerza de su fe en Cristo, cuya novedad y riqueza no pueden esconder ni conservar para s? (cf. Recfemptoris missio, l 1), as? como por el aliento y la solicitud pastoral de sus Obispos, conscientes de su responsabilidad com?n respecto a la Iglesia universal (cf. Lumen gentium, 23; Optatarn todos, 10). Su experiencia misionera les ha enriquecido, haci?ndoles ver la inconmesurable fuerza salvadora del Evangelio en situaciones a veces in?ditas e insospechadas para ellos, convirti?ndoles despu?s, con frecuencia, en agentes de renovaci?n en sus propias comunidades de origen, a las que pueden apor?tar perspectivas de formas de expresi?n de fe y de vida cristiana nacidas en el coraz?n creyente del Continente americano.

Adem?s, los estrechos v?nculos culturales e hist?ricos que unen a las Iglesias parti?culares de Espa?a con aquellas de Hispanoam?rica, hacen de la colaboraci?n sacerdo?tal y apost?lica entre ellas un signo del particular compromiso adquirido desde el momento de la primera evan?gelizaci?n de Am?rica, al que han respondido generosamente los innumerables sacerdotes, personas consagradas y laicos que han acompa?ado el crecimiento de la fe de sus hermanos americanos a trav?s de los siglos. Las Di?cesis espa?olas, al establecer este servicio com?n de cooperaci?n sacerdotal, lo han hecho a?n m?s suyo, m?s significativo y organizado. Con ?l han
querido reflejar, en cierto modo, la actitud del Ap?stol, siempre dispuesto a "gastar" y "desgastar" su vida (cf. 2 Co 12,15) en favor de aquellos en los que ha plantado el Evangelio de Cristo (cf. 1 Co 3,6).

3. Me complace en comprobar c?mo, en esta cooperaci?n entre las Iglesias. se ha puesto un especial esmero en cultivar los lazos de fraternidad y comuni?n que son caracter?sticos del aut?ntico esp?ritu de servicio al Evangelio, respetando el principio de subsidiariedad y fomentando todo aquello que permite fortalecer la vida propia de las Iglesias locales, corno son particularmente los seminarios y, en general, todo lo referente a la promoci?n de las vocaciones y a la formaci?n del clero local. La experiencia acumulada en estos a?os, en que tanto Espa?a como los Pa?ses de Hispanoa?m?rica han conocido vicisitudes diversas y situaciones cambiantes, permitir? tambi?n en el futuro encontrar aquellas formas de colaboraci?n que mejor respondan a los nue?vos desaf?os de estos momentos de la historia en que la Iglesia v la humanidad se dis?ponen a pasar el umbral del Tercer milenio.

Alguno de estos desaf?os, como es la presencia creciente de una poblaci?n hispana en pa?ses de Am?rica del Norte o Europa ha comenzado ya a hacerse sentir, reclamando una respuesta pastoral generosa y decidida tambi?n por parte de las Iglesias de lengua espa?ola. En otros casos, el desarrollo de las perspectivas que ahora se perciben est? a?n envuelto en muchas incertidumbres y ambivalencias, como ocurre con el llamado fen?meno de la globalizaci?n, que afecta de un modo particular a Am?rica (cf. Ecclesia in Annerica, 5.5). La causa del Evangelio no es ajena a estas nuevas realidades, que est?n transformando r?pidamente la fisonom?a humana y social tanto del viejo corno del nuevo mundo. Por el contrario, tiene en ellas un papel decisivo, puesto que, al ser universal por naturaleza, el mensaje de Cristo es en s? mismo fermento de integraci?n, animada por el respeto a la m?s alta dignidad de las personas y los pueblos y en busca de una nueva civilizaci?n de la solidaridad y del amor.

En este contexto, la colaboraci?n sacerdotal y apost?lica entre las comunidades cristianas puede ser considerada como una de las respuestas m?s v?lidas al desaf?o de "asegurar una globalizaci?n en la solidaridad" (Mensaje para la Jornada mundial de la Paz, 1998, 3), as? como una de las "formas" que caracterizan la nueva Evangelizaci?n, al poner de relieve "el deber de la rec?proca solidaridad y de compartir sus dones espirituales y los bienes materiales con que Dios las ha bendecido, favoreciendo la disponibilidad de las personas para trabajar donde sea necesario" (Ecclesia in America, 52).

4. Mientras expreso mi sincero reconocimiento por los trabajos realizados en estos a?os por la Obra de Cooperaci?n Sacerdotal Hispanoamericana, ruego a la Virgen Mar?a, Estrella de la Evangelizaci?n, que gu?e los pasos de esta benem?rita Instituci?n, para que contin?e dando abundantes frutos, sea siempre signo elocuente de la comuni?n y la fraternidad que han de reinar entre las Iglesias y sea ejemplo de la estrecha y cada vez m?s necesaria colaboraci?n entre ellas. Con estos deseos imparto de coraz?n la Bendici?n Apost?lica a cuantos forman o han formado parte de esa Obra, as? como a los que se unen a ella en la acci?n de gracias al Se?or por su cincuentenario.

Vaticano, 3 de junio, solemnidad del Sant?simo Cuerpo y Sangre de Cristo, del a?o 1999

Joannes Paulus II

Publicado por verdenaranja @ 0:07  | Habla el Papa
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Viernes, 23 de febrero de 2007
Evoluci?n hist?rica del "D?a de Hispanoam?rica", publicada en en Bolet?n Casa de Carta, n? 228-29 ENERO-FEBRERO 2007.


DIA DE HISPANOAM?RICA


A los 10 a?os de la fundaci?n de la OCSHA los responsables de este servicio misionero consideran que hab?a llegado la hora de concienciar al Pueblo de Dios y a la misma opini?n p?blica de la necesidad de cooperar con las Iglesia de Am?rica Latina. Esta necesidad y la responsabilidad misionera de las comunidades cristianas de Espa?a se funden en un compromiso de colaboraci?n rec?proca. As? nace el "D?a nacional" que m?s tarde asumir? el nombre de "D?a de Hispanoam?rica".

Esta Jornada ha pasado por diversas situaciones que, en ocasiones. parec?an predecir su suspensi?n. Sin embargo, la memoria de la Iglesia en el continente americano ha fortalecido el compromiso de quienes se reconocen deudores con otras Iglesias m?s necesitadas. El mejor de los argumentos es comprobar que cerca del 75% de los misioneros espa?oles gastan sus vida en Am?rica Latina. Entre ellos destacan los sacerdotes diocesanos que acogidos al servicio de la OCSHA est?n colaborando para que los fieles de Am?rica a la vez que son evangelizados se transformen en evangelizadores.

El Calendario Lit?rgico de la Conferencia Episcopal Espa?ola propone a las di?cesis la celebraci?n del D?a de Hispanoam?rica el primer domingo de marzo. En este marco la Comisi?n Episcopal de Misiones y Cooperaci?n entre las Iglesias evoca este a?o la V Asamblea del Episcopado latinoamericano con el lema Llamados a ser disc?pulos y misioneros en Am?rica. El mensaje es claro:

- Participar en la actividad misionera de la Iglesia es fruto de una llamada vocacional de Dios. Es El el que llama a salir a los caminos para anunciar la Buena Nueva.

- El misionero se reconoce como disc?pulo del Maestro. Los primeros as? lo experimentaron al reconocer la invitaci?n para "permanecer" con El.

La Comisi?n Episcopal de Misiones y Cooperaci?n entre las Iglesias se propone con la Jornada del D?a de Hispanoam?rica que todos los fieles y las comunidades cristianas:

? Se impliquen en la cooperaci?n con la labor misionera que realizan los misioneros espa??oles en Am?rica Latina.

? Colaboren con sus aportaciones para atender las necesidades pastorales y sociales de estos misione-ros y misioneras.

? Se reconozcan responsables tambi?n de la acci?n misionera que est?n realizando nuestros hermanos en el continente ame?ricano.

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Informaci?n sobre OCSHA en su 50 aniversario publicada en "Carta de Casa", publicaci?n de la Obra deCooperaci?n Sacerdotal Hispanoamericana.


QU? ES


La OCSHA es un servicio de la Conferencia Episcopal Espa?ola para ayudar a los sacerdotes que van a la misi?n a otras Iglesias m?s necesitadas, sin perder la incardinaci?n de origen.

FINALIDADES


Promover y regular la presencia de sacerdotes diocesanos espa?oles en las di?cesis de Am?rica Latina que lo necesiten.
Ser un cause cualificado para el desarrollo de la responsabilidad misionera universal de los pres?biterios diocesanos.
Ayudar a las di?cesis de Espa?a para que pue?dan cooperar con las Iglesias j?venes de Am?ri?ca Latina a trav?s de miembros de su presbiterio diocesano.
Atender a los sacerdotes diocesanos durante el tiempo en que est?n en la misi?n.


HISTORIA


1949: Acto constitutivo de la OCSHA por parte de la Conferencia de Metropolitanos de Espa?a, en Zaragoza.

1953: Nace en Madrid el Seminario Teol?gico Hispanoamericano para acoger y formar a seminaristas comprometidos con la OCSHA
Se celebra por primera vez el D?a de las Vocaciones Hispanoamericanas.

1962: Se pone en marcha el "Plan Juan XXIII" por el que marcharon 417 sacerdotes en el per?odo de 1963-65.

1985: Celebraci?n en Madrid de la Asamblea Extraordinaria de la OCSHA. Publicaci?n de las Gu?a Pr?ctica de la OCSHA.

1993: Asamblea General de la OCSHA en Santo Domingo con motivo del Quinto Centenario de la Evangelizaci?n de Am?rica.

1996: Asamblea de delegados nacionales de Am?rica y diocesanos de la OCSHA en Espa?a.

En la actualidad, se siguen celebrando Encuentros Anuales de sacerdotes de la OCSHA en Am?rica Latina.

CONTRATO


La Comisi?n Episcopal de Misiones y Cooperaci?n entre las Iglesias ofrece a cada uno de los sacerdotes diocesanos que van a la misi?n, acogiendose al servicio de la OCSHA, un acuerdo-contrato en el que se regulan las obligaciones y derechos de la di?cesis de origen, la di?cesis de destino, el sacerdote misionero y la Secretar?a de la OCSHA (Cfr. CIC 271,1).

TR?MITES PARA
INSCRIBIRSE EN OCSHA


El sacerdote diocesano que desee trabajar como misionero en Am?rica Latina a trav?s de la OCSHA deber?:

? Informarse en la Delegaci?n diocesana de la di?cesis de origen.
? Concretrar la di?cesis de destino.
? Formalizar el acuerdo-contrato.
? Participar en los medios de preparaci?n y for?maci?n que son necesarios antes de partir.

SACERDOTES SECULARES DE LA OCSHA
QUE MARCHAN A AM?RICA LATINA


? Desde 1949 han ido a Am?rica Latina 2206 sacerdotes por la OCSHA.
? Actualmente hay 898 sacerdotes diocesanos de los cuales 368 pertenecen a la OCSHA.
? Cada a?o salen de Espa?a entre diez y veinte sacerdotes por medio de la OCSHA, para cooperar con las Iglesias j?venes m?s necesitadas.

Publicado por verdenaranja @ 23:47  | Misiones
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Colocamos gui?n lit?rgico para el D?a de hispanoam?rica 2007, publicado en el cuaderno para la celebaci?n de la jornada, editado por Conferencia Episcopal Espa?ola..

"LLAMADOS A SER DISC?PULOS Y
MISIONEROS EN AM?RICA"


Gui?n para la
celebraci?n lit?rgica


MONICI?N DE ENTRADA

Celebramos hoy la Jornada de Hispanoam?rica que cada a?o dedica la Iglesia en Espa?a a hacer memoria e impulsar los v?nculos de fraternidad y comuni?n con las Iglesias del continente hermano.

Este a?o concurren adem?s dos importantes eventos para recordar. Por un lado la celebraci?n de los cincuenta a?os de la ordenaci?n de los primeros sacerdotes de la OCSHA en el Seminario Hispanoamericano y, por otro, la preparaci?n de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, convocada por el Papa Benedicto XVI en el Santuario de Nuestra Se?ora Aparecida, Brasil, y que inaugurar? en su primera visita a Am?rica Latina. Del lema de esta Conferencia se ha tomado el lema para la Jornada de hoy: "Llamados a ser disc?pulos y misioneros en Am?rica".

Por lo dem?s la liturgia de este II Domingo de Cuaresma refuerza la invitaci?n a vivir con esp?ritu de acci?n de gracias a Dios por la gran obra evangelizadora de la Iglesia y a pedir que todos seamos fie?les a la vocaci?n recibida para ser disc?pulos y misioneros de Jes?s para la vida del mundo.

ACTO PENITENCIAL

Con la mirada de la fe puesta en Jesucristo, invocamos la misericordia del Padre sobre nosotros:

T?, el Mediador de la nueva Alianza. Se?or, ten piedad.

T?, el Hijo elegido del Padre, a quien nos manda escuchar. Cristo, ten piedad.

T?, que nos transformar?s seg?n el modelo de tu cuerpo glorioso. Se?or, ten piedad.

MONICI?N A LAS LECTURAS

Seg?n una antiqu?sima tradici?n en la liturgia del II Domingo de Cuaresma se lee el relato de la Transfiguraci?n del Se?or. El sentido de ello es claro: los disc?pulos deben ser fortalecidos con la esperanza de la resurrecci?n y de la gloria para poder soportar el esc?ndalo de la pasi?n y de la cruz de su Se?or.

Tambi?n nosotros en la vida cotidiana experimentamos la dificultad de una fe en Jes?s sin l?mites, de una esperanza sin sombras y de un amor sin fronteras. La escucha de la Palabra de Dios es la fuente de nuestra adhesi?n sincera, cordial, incondicional y gozosa a Jes?s para ser sus disc?pulos y misioneros.

Escuchemos, pues, la Palabra de Dios por medio de la cual Dios renueva su alianza con cada uno de nosotros y con su Iglesia.


SUGERENCIAS PARA LA HOMIL?A

Dios ha creado al ser humano por amor y ha hecho con ?l una alianza llam?ndole a un di?logo de amor. Dios ha sido siempre fiel a su alianza, aunque los hombres no siempre han escucha
do su palabra y muchas veces han rehusado la mistad que Dios les ofrece. Modelo de la respuesta a la alianza con Dios es Abrah?n, el padre de los creyentes.

La respuesta de amistad con Dios es tambi?n una gracia divi?na. El Padre env?a al Hijo, "compadecido del extrav?o de los hombres" (PE IV), para que ?stos vuelvan de nuevo a su alian?za. Jes?s es consciente de que para realizar esta obra de reconciliaci?n debe entregar su vida. Ante el primer anuncio a los disc?pulos de este misterio, ellos se escandalizan, no lo comprenden.

Jes?s se mantiene firme en su prop?sito, pero, conmovido por la d?bil fe en El de sus disc?pulos, lleva a orar consigo a Pedro, Santiago y Juan al monte Tabor. All? se transfigura delante de ellos, les demuestra que las Escrituras (representadas en Moi?s?s, "la ley" y El?as, "los profetas") hablan de la pasi?n del Mes??as (cf. Lc 24, 27) y les revela la gloria que a trav?s de la cruz vendr? con la resurrecci?n. La voz del Padre confirma el "?xo?do" de Jes?s, como a trav?s de su pasi?n salvadora y su resu?rrecci?n llega a la gloria de la vida eterna, y que de este modo El es el ?nico camino, verdad y vida para los hombres (cf. Jn 14, 6).

La Iglesia, comunidad de creyentes en Jesucristo, invita a todos los hombres a la escucha de la Palabra de Dios y a la participaci?n en su vida lit?rgica y caritativa para que los hombres pue?dan tomar parte de la vida de Dios en Cristo por el Esp?ritu. Del encuentro con Jes?s surge la luz que ilumina al creyente y le hace luz para el mundo (cf. Mensaje de la CAL, 1).

El cristiano es invitado constantemente a vivir el seguimiento de Cristo, a ser su disc?pulo, es decir, ser testigo de su pasi?n, de su cruz y de su resurrecci?n, con su vida de fe. De esta manera es tambi?n misionero, anunciando a los dem?s el Evangelio de Jes?s e, impulsado por la caridad de Cristo, extiende su acci?n misionera a todos los ?mbitos humanos (cf. Mensaje de la CAL, 3). Precisamente la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano tiene como fin suscitar una aut?ntica "ola misionera" en todo el continente (Ibidem, 4).

La Iglesia en Espa?a, por una gracia especial de Dios, ha sido siempre generosa en vocaciones misioneras y particularmente hacia Am?rica Latina (Mensaje de la CAL, 4). En este d?a nos uni?mos de coraz?n a los misioneros que ejercen su labor pastoral en el continente americano, pedimos por la fidelidad de todos a la misi?n encomendada, as? como nuevas vocaciones misioneras.


ORACI?N DE LOS FIELES


Despu?s de escuchar la Palabra de Dios y profesar nuestra fe, dirij?monos con confianza al Padre, que en Jesucristo nos manifiesta su fidelidad eterna a su Alianza de amor con los hombres.

R. Padre nuestro, esc?chanos.

1. Por toda la Iglesia, para que escuchando siempre a Jes?s siga fielmente el camino de su pasi?n que conduce a los hombres a la vida eterna. Oremos.

2. Por la Iglesia en Espa?a, para que los cristianos avivemos la vocaci?n recibida en el Bautismo para ser disc?pulos y misio?neros de Jes?s y contribuyamos a la acci?n misionera en Am?rica Latina. Oremos.

3. Por todos los que tienen responsabilidades de gobierno en el mundo, para que sean sol?citos con la vida del hombre en sen?tido integral y trabajen por el desarrollo humano y social en todas sus facetas. Oremos.

4. Por todos los misioneros, para que sean testigos cre?bles de la pasi?n, muerte y resurrecci?n salvadoras de Jes?s. Oremos.

5. Por las Iglesias locales en Am?rica Latina, para que aviven la fe y el esp?ritu misionero en todos los cristianos de este conti?nente. Oremos.

6. Por los misioneros espa?oles en Am?rica, especialmente lo que cumplen el cincuentenario de su ordenaci?n, para que sigan ejerciendo su labor con generosidad y alegr?a. Oremos.

7. Por todos los que sienten la vocaci?n misionera, para que no se desalienten ante las dificultades y respondan con generosi?dad y prontitud. Oremos.

Escucha, Padre de bondad, la oraci?n de tu Iglesia, a la que man?daste escuchar a tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Am?n.


MONICI?N DE LAS OFRENDAS

En las ofrendas del pan y del vino de hoy, representamos tambi?n la ofrenda de nuestras vidas para que el Se?or nos conceda ser gene?rosos y fieles como los misioneros que recordamos hoy y que llevan cincuenta a?os en la misi?n.


MONICI?N DE DESPEDIDA

Hemos escuchado en el Evangelio que los disc?pulos bajaron con Jes?s del monte Tabor y le acompa?aron en su viaje a Jerusal?n; luego, despu?s de su ascensi?n, ser?an testigos de su pasi?n, muerte y resurrecci?n ante todos los pueblos.
Al concluir esta celebraci?n recibimos la gracia del env?o: la celebraci?n sacramental del misterio pascual nos capacita y compromete a ser testigos de la salvaci?n en nuestros ambientes y ante todos los hombres.

Que el SE?or, que nos conf?a la vida de todas las personas y pueblos nos ayude a ser sus disc?pulos y misioneros siempre y en todo lugar.

BENDICI?N SOBBRE EL PUEBLO Y ENV?O

Dios, que en la Transfiguraci?n de su Hijo
os ha llenado de la esperanza
os fortalezca para compartir la cruz salvadora de Jes?s,
y ser testigos de su resurreccci?n-

Am?n

Y la bendici?n de Dios Todopoderoso,
Padre, Hijo y Esp?ritu Santo
descienda sobre vosotros.

Am?n

Juan F. Mart?nez S?eez, FMVD
Colaborador del SEcretariado de la
Comisi?n Episcopal de Misiones

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Colocamos la reflexi?n pastoral de Monse?or Amadeo Rodr?guez Magro, obispo de Plasencia con motivo del "D?a de Hispanoam?rica 2007", publicado cuaderno par la celebraci?n de la jornada.


"LLAMADOS A SER DISC?PULOS Y
MISIONEROS EN AM?RICA"


Reflexi?n pastoral


Mons. Amadeo Rodr?guez Magro
Obispo de Plasencia


Las di?cesis espa?olas actualizan cada a?o un compromiso hist?rico que comenz? espont?neo en el mismo momento en que se inici? la evangelizaci?n de Am?rica; esa aventura gigantesca en audacia y creatividad por la que Espa?a, con luces y sombras, llev? la fe en Jesucristo a los pueblos y civilizaciones que habitaban las tierras reci?n descubiertas. Aquella empresa evangelizadora logr? implantar la Iglesia Cat?lica s?lidamente en Hispanoam?rica, con una perfecta inculturaci?n de la fe en los modos de ser, sentir y vivir de aquellas latitudes. Desde entonces, primero por ser parte de una misma naci?n, del Reino de Espa?a, y despu?s por una comuni?n religiosa, cultural y lig??stica, la relaci?n entre la Iglesia en Espa?a y las Iglesias del continente americano, jam?s se ha interrumpido. Am?rica ha sido destino misionero y hoy es destino de cooperaci?n entre nuestras Iglesias. Esa relaci?n hist?rica, que hoy es una realidad fecunda que nos enriquece mutuamente, es lo que recordamos en este D?a de Hispanoam?rica de 2007. Lo hacemos inspir?ndonos en un acontecimiento especial que est?n preparando con ilusi?n y esmero.

1. Unidos a la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano

Las Iglesias de Am?rica Latina y el Caribe preparan la celebra?ci?n de su V Conferencia General del Episcopado Latinoamerica-no, que tendr? lugar en el Santuario de Nuestra Se?ora Aparecida en Brasil. De todos es conocido que estas celebraciones marcan hitos importantes en el devenir de la Iglesia en Am?rica, teniendo en cuenta, adem?s, que el Santo Padre se hace presente para avalar los trabajos y para impulsar su acogida. El contenido de lo que en estas Conferencias se reflexiona y se concluye se convierte en punto de referencia para el conjunto de las Iglesias de Am?rica Latina a lo largo de los a?os que siguen, en los que van asimilando progresivamente su documento conclusivo. En esta ocasi?n se re?nen con un precioso tema: "Disc?pulos y ,misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en El tengan Vida". "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn 14,6). En este tema se ha inspirado el lema de la Jornada: "Llamados a ser disc?pulos y misioneros en Am?rica".


2. Llamados a ser disc?pulos

El lema empieza recordando que la vocaci?n es el origen del compromiso misionero; por eso antepone "llamados" al discipulado y a la misi?n. Se recuerda, una vez m?s, que la llamada procede del mismo Cristo, y que es por su voz, al resonar en el coraz?n de los cristianos, corno se descubre la vocaci?n misionera. Los "llamados" son todos los que se toman en serio su fe y por eso se preguntan qu? han de hacer para responder a la voz del Se?or. La aventura misionera nace siempre en un "ven y s?gueme" dirigido a cada misionero, que, por otra parte, siempre es alguien que antes se ha acercado al Maestro pregunt?ndole: "?D?nde vives?" Es en esa curiosidad, en ese olfato religioso que lleva hasta Jes?s; es en ese encuentro con el Se?or en su propia vida, en su propia casa, en su propia intimidad, donde se escucha la llamada y donde se decide el seguimiento. Porque a la llamada del Se?or se ha de responder con la decisi?n de seguirle, en su Iglesia, hasta llegar a ser su disc?pulo. El llamado ha de aprender junto al Maestro si quiere ser su enviado; ha de conocer en profundidad su vida, en cada uno de sus matices humanos y divinos; ha de percibir, en cada uno de sus detalles, la verdad de su misterio; ha de escuchar su voz y recoger cada una de sus palabras, hasta que se conviertan para ?l en palabras de vida. Ese conocimiento de Jes?s favorece el amor por El, imprescindible en el disc?pulo. S?lo puede llamarse as? el que ama a su Maestro, porque, s?lo por amor, Jes?s se convierte en centro de la vida, s?lo el amor descentra al disc?pulo de s? mismo y lo pone en el T? de la persona de Jes?s ("Es Cristo que vive en m?", dec?a Pablo el gran evangelizador). El que sigue a Jes?s adquiere una identidad espec?fica y nueva: todo en ?l adquiere el fon?do y la forma de aquel al que ama y sigue.


3. Al disc?pulo le espera la misi?n

Jes?s no llama s?lo para estar con ?l, tambi?n para la misi?n. Si algo caracteriza al disc?pulo, es el deseo de proponer a todos a quien ?l conoce y ama, a aquel con quien tiene una relaci?n personal y directa, una relaci?n de ?ntima amistad. El que sigue a Jes?s es necesariamente ap?stol, es alguien que se siente llamado a la urgencia de la evangelizaci?n "Ay de m? si no anuncio el Evangelio" (1 Cor 9,16). El disc?pulo es testigo de alguien que, tras haberle conocido, le ha cambiado la vida. El disc?pulo es alguien que ama con ardor y por eso comparte con ferviente ardor lo que lleva en su coraz?n. Y el disc?pulo es, sobre todo, alguien que ama lo que ama su Maestro; que tiene con ?l una misma comuni?n de intereses. Por eso el misionero vive con intensidad el amor a las personas, la entrega total de su vida a la persona, aunque lo haga con preferencias evang?licas, con las preferencias de Jes?s: "los pobres son evangelizados". A todos se da para que en Jes?s tengan Vida, consciente de que es para el mundo "Camino, Verdad y Vida". Ning?n disc?pulo del Se?or est? dispensa-do del ardor misionero, pues para todos es el encargo de Jesucristo resucitado de anunciarlo a todas las gentes (cf. Mt 28,19).

4. Misioneros para el mundo entero

El horizonte de la misi?n es el "mundo entero", recorrido por un camino singular: de coraz?n en coraz?n, de vida en vida, para que a todos llegue el amor y la salvaci?n de Cristo. A trav?s de ese recorrido misionero la fe se hace cultura y echa ra?ces en la variedad de terrenos sociales, culturales, humanos, es decir, en los diversos ?mbitos de la vida y de la sociedad, ya sean los m?s humildes o los m?s influyentes (cf. EN, 62). A todos lleva la misi?n el influjo del Evangelio hasta que cale hondamente en "los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de inter?s, las l?neas de pensa?miento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida" (EN, 19).

Despertar a la evangelizaci?n es una exigencia fundamental de la vida cristiana, y el modo de desarrollar esa vocaci?n misionera depender? de la diversidad de formas de la vocaci?n cristiana. Lo importante es que cada uno recoja, en el seguimiento fiel de Jesu?cristo, la fuerza sobrenatural de la caridad que pone en ?l el Esp?ritu Santo y la despliegue en la forma en que se sienta llamado: en la consagraci?n de su vida a la misi?n, tras dejarlo todo, traslad?ndose a unas tierras y con unas gentes en las que o no se conoce a?n a Jesu?cristo o se necesita una mayor presencia de la Iglesia; y tambi?n se es misionero con la oraci?n y con el apoyo a la misi?n. Cualquiera de las dos formas, el ser misionero brota de la fe y de la vida cristiana y con ambas se expresa la conciencia clara de que se ha escuchado y acogido el mandato de Jes?s de ir por todo el mundo.


5. Anuncio y servicio misionero en Hispanoam?rica

La inquietud misionera se ha concretar, no obstante, en un lugar o en algunos lugares del planeta. Aunque se mire a todas partes, es bueno hacer opciones en la cooperaci?n misionera. Un ?mbito de especial destino y preferencia para los cat?licos espa?oles, en el que localizar la vocaci?n misionera, es Hispanoam?rica, que sigue necesitando la ayuda de cuantos compartimos con ella historia, cultura y una misma ra?z en la fe. En el D?a de Hispanoam?rica se nos llama a tener una mirada de predilecci?n misionera hacia unos cristianos y cristianas que son para nosotros especialmente hermanos.

De todos es sabido, adem?s, que en toda Latinoam?rica la labor de la Iglesia ha de ir acompa?ada siempre por el testimonio de la caridad social y que all? hay que poner especialmente de relieve la conexi?n entre evangelizaci?n y promoci?n humana. Es por eso que aquellas Iglesias locales y, en concreto, los misioneros espa?oles promueven m?ltiples obras sociales. Esa misi?n integral hace necesaria una gran red de cooperaci?n, para que la labor de la Iglesia en Am?rica sea a la vez anuncio y servicio.
Desde la Comisi?n Episcopal de Misiones de la Conferencia Epis?copal Espa?ola, a la que pertenezco, junto a los otros Obispos, os hago una invitaci?n a mirar hacia Hispanoam?rica con los ojos y el coraz?n de Cristo, y nos sentiremos a ser all?, de un modo preferente, disc?pulos y misioneros.

1 Amadeo Rodr?guez Magro
Obispo de Plasencia

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Colocamos el mensaje de la presidencia de la Pontificia Comisi?n para Am?rica Latina con motivo del D?a de Hispanoam?rica en las di?cesis de Espa?a, publicado en los materiales para la celebraci?n de dicha jornada.

PONTIFICIA COMISI?N PARA AM?RICA LATINA

MENSAJE
DE LA PRESIDENCIA DE LA
PONTIFICIA COMISI?N PARA AM?RICA LATINA
con motivo del D?a de Hispanoam?rica
en las di?cesis de Espa?a

? Domingo 4 de marzo de 2007 ?


1. Al celebrarse en las di?cesis de Espa?a el D?a de Hispanoam?rica, la Pontificia Comisi?n para Am?rica Latina presenta a los Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles que peregrinan en esas tierras un cordial saludo en Cristo. ?Llamados a ser disc?pulos y misioneros en Am?rica? es el lema que las di?cesis espa?olas han escogido para este a?o 2007.

Dicho lema ha sido inspirado en el tema de la pr?xima V Conferencia del Episcopado Latinoamericano, un evento de gran importancia que nos invita a reflexionar en torno a la identidad del cristiano, llamado a poner en el centro de su propia vida a Jesucristo, luz de las gentes, y a transmitir un amor que lleve a ser fieles disc?pulos suyos y misioneros convencidos. S?lo en el encuentro personal con Jesucristo madura la convicci?n que llev? a San Pablo a exclamar: ??Ay de m? si no evangelizare!? (lCo 9,16). S?lo de la ?ntima amistad de los disc?pulos con el Maestro brota la luz que ilumina el horizonte de la vida humana y disipa toda posible oscuridad.

2. En efecto, ?qui?n es disc?pulo, sino aquel que habi?ndose encontrado con su Maestro, corresponde al don de la fe en ?l y orienta su vida entera a su seguimiento? As? comienza la "aventura de los Ap?stoles", con la experiencia de un "conocimiento directo" que suscita el deseo vivo de anunciar a quien se ha conocido y amado personalmente. No se explica la extraordinaria generosidad de los primeros disc?pulos si no es por la fuerza del amor personal a Cristo, que los ha llevado incluso a dar la propia vida.

Ser, por tanto, seguidor de Cristo, implica estar en sinton?a vital con ?l, para de ese modo encenderse en celo y sentir la urgencia de anunciarlo. No se trata de ?ser anunciadores de una idea, sino testigos de una persona?. Los disc?pulos, ?antes de ser enviados a evangelizar, deber?n "estar" con Jes?s (cf. Mc 3, 14), entablando con ?l una relaci?n personal. Sobre esta base, la evangelizaci?n no ser? m?s que un anuncio de lo que se ha experimentado y una invitaci?n a entrar en el misterio de la comuni?n con Cristo (cf. 1 Jn 1, 3)? (Benedicto XVI, Audiencia General del mi?rcoles 22 de marzo de 2006).

3. Jesucristo, al t?rmino de su peregrinar terreno, dej? a sus disc?pulos el encargo de anunciarlo a todas las gentes (cf. Mt 28,19), un llamado que no se reduce a un horizonte peque?o, sino que se extiende al "mundo entero", entendiendo en ello no s?lo su vastedad geogr?fica, sino todos los ?mbitos en los que el ser humano desarrolla su cultura, llevando el anuncio hasta las fronteras de la vida, la familia, el mundo del trabajo, la cultura, la econom?a y la pol?tica.

Pero una empresa de tal magnitud no puede llevarse a cabo si no es por la fuerza sobrenatural de la caridad que se muestra patente en el testimonio de la actividad misionera. A ello se refer?a el Santo Padre cuando en su mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones del a?o 2006 afirmaba: ?Dios es la primera "casa" del hombre y s?lo quien habita en ?l arde con un fuego de caridad divina capaz de "incendiar" al mundo?. En ello ?reside el secreto de la fecundidad apost?lica de la acci?n misionera, que supera las fronteras y las culturas, llega a los pueblos y se difunde hasta los extremos confines del mundo?. (Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la Jornada Mundial de las Misiones, 22 de octubre del 2006)

4. Bien conoc?is, queridos cat?licos de Espa?a, las circunstancias hist?ricas y providenciales que desde hace siglos han llevado a la Iglesia que peregrina en Espa?a a estar fuertemente ligada a Am?rica Latina, llevando a aquellas tierras la fe cristiana. Y tambi?n en nuestros d?as, los espa?oles, conscientes de los deberes que exige la fe recibida de Dios, contin?an ayudando a favorecer extensas regiones de Hispanoam?rica, donde las necesidades espirituales y terrenas son grandes.

Es por ello que esta Pontificia Comisi?n, al agradecer a los cat?licos de Espa?a el despliegue pastoral que han tenido para con Am?rica Latina durante m?s de 500 a?os de evangelizaci?n, quiere animaros a continuar con gran empe?o misionero trabajando a favor del continente que ha sido llamado "de la esperanza", una esperanza fundada en su invencible fe.

Ciertamente, son innumerables las carencias que afligen a aquellas tierras. Y frente a ellas se yergue luminosa una religiosidad siempre viva, pero que hoy m?s que nunca necesita ser despertada y alimentada con decisi?n y audacia. Frente a esta realidad, se ha hecho patente recientemente el deseo de los Pastores latinoamericanos de que la pr?xima Conferencia General del Episcopado tenga como principal fruto una verdadera "ola misionera" en todo el Continente. Y para ello es necesario rogar ?al Due?o de ta mies que env?e obreros a su mies? (Le 10,2).

5. Es con miras a todo este maravilloso desaf?o que la Pontificia Comisi?n para Am?rica Latina anima una vez m?s a los cat?licos de Espa?a a comprometerse en esta gran empresa, cada uno desde el lugar que le corresponde, ya sea por medio de la oraci?n o de la ayuda al sostenimiento de los misioneros u obras de apostolado que promueven, pero sobretodo con la participaci?n concreta en la acci?n misionera. Y en la celebraci?n del D?a de Hispanoam?rica, os invita a vivir una verdadera audacia evangelizadora, siempre con la conciencia de que el amor ?es y sigue siendo la fuerza de la misi?n?, ?el principio que debe dirigir toda acci?n y el fin al que debe tender? (Juan Pablo II, Redemptoris Missio, 60).

Que Santa Mar?a, Estrella de la Evangelizaci?n y Madre de la Esperanza, nos ense?e a fundar todos nuestros esfuerzos en el amor a su Hijo Jesucristo, quien es Camino, Verdad y Vida. Nos mueva con su intercesi?n a confiar ante toda dificultad y a ser misioneros pasando por el mundo, como ?l, haciendo el bien, sin permanecer indiferentes ante un horizonte misionero que es responsabilidad de todo cristiano.

Vaticano, 4 de enero de 2007

Cardenal GIOVANNI BATTISTA RE
Presidente

Luis Robles D?az
Vicepresidente

VATICANO - LAS PALABRAS DE LA DOCTRINA de don Nicola Bux y don Salvatore Vitiello - Las parejas de hecho y personas homosexuales (II)

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Ante la realidad de que no poco cat?licos han adoptado una idea "liberal" de conciencia, individualista, rechazando por el contrario la de comuni?n, que ve al cristiano y la Iglesia como un ?nico un cuerpo, dada la gravedad de la materia y la urgencia del momento, es necesario tambi?n hacer luz sobre las manipulaciones de los porcentajes del fen?meno, sobre el hecho de que la tendencia homosexual sea innata o sea un "tercer g?nero" (4), casi una condici?n natural y normal de la persona, y sobre todos los dem?s aspectos desconocidos, poniendo sobre todo la atenci?n en demostrar el hecho fundamental de que la dignidad humana reside en la capacidad soberana del hombre de decidir sobre sus acciones y de realizar actos libres, no ciertamente s?lo en la orientaci?n homosexual o heterosexual; que eso, en si, sea una anomal?a psicol?gica (5) (neurosis, etc).
El fen?meno tiene una psicog?nesis y sociogenesis compleja, la cual podr?a en ?ltimo t?rmino, dar lugar a alteraciones hormonales o funcionales (pero esto hasta ahora no se ha demostrado y parece improbable). En t?rminos generales se debe afrontar en una perspectiva de terapia y cambio. Si se dan el compromiso y las motivaciones justas, hay buenas prospectivas terap?uticas.
La acci?n por parte de los cat?licos, deber?a partir de llamar la atenci?n sobre los art?culos en m?rito del Catecismo de la Iglesia Cat?lica (6); luego deber?a subrayar la importancia de la gracia de Dios para influir positivamente sobre la libertad de la persona y sobre sus actos, para reforzarla en la virtud; la gracia no es in?til para ayudar a resistir las tentaciones homosexuales. Se deber?a tambi?n eliminar las ideas sobre la homosexualidad de otras convicciones justas presentes en la conciencia (respeto, igualdad, discriminaci?n injusta?). Por ?ltimo, se deber?a se?alar los estudios serios y abiertos a la perspectiva de cambio y a la conversi?n que conciernen a las personas homosexuales como a todos los cristianos, criticando y poniendo en guardia de aquellos disconformes. La verdad sobre la homosexualidad debe decirse con caridad, rompiendo la indiferencia.
Por ?ltimo, toda la cuesti?n debe llevar a demostrar la inseparabilidad de los derechos de los valores. Asistimos a esta paradoja. Las autoridades invocan los "valores", pero luego quienes los practica son tratados con cierta desconfianza. Quien los hace propios es tratado a veces incluso como un desequilibrado o un obscurantista. La sana mentalidad humana todav?a existe, aunque ha habido una progresiva erosi?n conceptual del derecho. Se debe ir al origen ilustrado del derecho europeo. Hab?a valores referidos a la raz?n humana y a la religi?n, no s?lo como deuda hist?rica sino por razones filos?ficas. Siempre ha estado claro que el derecho a la libertad individual es decisivo. Pero es inevitable, si no se quiere la descomposici?n del Estado, que el subjetivismo tenga l?mites. La sociedad tiene que establecer continuamente reglas si quiere sobrevivir. La naturaleza humana, como consecuencia del pecado original, est? herida, no ve siempre con claridad lo que es necesario para sobrevivir. Se necesita, adem?s de la raz?n humana, la luz de la Revelaci?n, aunque no sea pol?ticamente correcto (7). (fin) (Agencia Fides 22/2/2007; L?neas: 40 Palabras: 538)

4. Cfr Carta a los Obispos de la Iglesia Cat?lica sobre la colaboraci?n del hombre y la mujer en la Iglesia y en el mundo, Ciudad del Vaticano 2004, n 2.
5. Ha sido modificado el Manual Diagn?stico de la asociaci?n americana de Psiquiatr?a (cfr P.Cameron y otros, Errors etc, 79(1996, 383-404; se han promovido diversas investigaciones psicol?gicas y sociol?gicas escondiendo y falseando los datos, mientras que se han censurado los resultados buenos: cfr G.J.M van den Aardweg, Homosexualidad y esperanza, Ares, Mil?n 1995.
6. Art. 2357-2359 y 2396 con una aclaraci?n del Editio typica latina del 1997.
7. Cfr Europa, O. c, p 121.

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Art?culo publicado en el programa, a?o 2002, de Semana Santa de la parroquia de San Marcos de Icod de los Vinos, escrito por el historiador e investigador Don juan G?mez luis-Ravelo.


DE LA HISTORIA DE LA SEMANA SANTA DE YCOD

LA SEGUNDA MITAD DEL SEISIENTOS, UNA ETAPA DE ESPLENDOR

PATRONAZGO ART?STICO Y PASI?N POR LO BARROCO


por JUAN G?MEZ LUIS-RAVELO


El tr?nsito entre la primera y la segunda mitad del siglo XVII, va a suponer para las celebraciones de la Pasi?n, Muerte y Resurrecci?n de Cristo en Ycod un importante punto de inflexi?n, en cuanto a modos y comportamientos devocionales se refiere, seg?n conocemos por documentaci?n conservada relativa a la solemnidad que se le va a procurar a algunos ceremeniales y funciones en sus templos y a determinadas manifestaciones procesionales al aire libre que, con pasos de novedosas iconograf?as, recorrer?n el limitado trayecto por el comp?s o plaza de los conventos o un m?s extenso itinerario por calles de la poblaci?n que la autoridad eclesi?stica se?ala.

Complemento a todo ello ser? el inusual aumento de dotaciones de imaginer?a, retablos, pinturas, orfebrer?a y ornamentos sagrados que, a lo largo de toda la segunda mitad del siglo XVII, se destinar?n a iglesias y capillas. Cuando el siglo finalizaba, al ser visitada la poblaci?n por Fray Andr?s de Abreu, el conocido escritor insular de barroco estilo literario, con la finalidad de recabar datos para su obra sobre la vida del Venerable Siervo de Dios Fray Juan de Jes?s, el humilde m?stico nacido en Ycod en el a?o 1613, qued? tan gratamente sorprendido por el apasionamiento con que los vecinos "viv?an" su religiosidad y por la generosa y particular entrega devocional que mostraban en el cumplimiento de sus obligaciones cristianas, que no duda en recoger tal circunstancia como apertura a su barroca y deleitosa descripci?n del lugar y patria de su biografiado. Leg?ndonos con ello un testimonio valios?simo, dir?amos que imprescindible, para llegar al conocimiento del proceder socioreligioso de los devotos ycodenses durante el largo periodo que vamos a tratar. Comportamiento devocional de los vecinos que Fray Andr?s transmite de forma rotunda, sin paliativos de tipo alguno, cuando reconoce que es Ycod

Lugar en que resplandece
una piedad tan grande, y un culto
tan costoso, que no son tan poderosos, y
ricos sus caudales, tanteado el valor de sus
haziendas, y alhajas de
sus casas, como vistosos los asseos, y
cultos de sus Templos. All? si se
adelanta con la devocion el poder, y
haze milagro el caudal (I).


Permanencia del fraile en Ycod durante la que no debi? pasarle desapercibido el cambio de mentalidad religiosa sufrido por sus gentes desde el tiempo en que en ?l habitara el m?stico Fray Juan. Periodo durante el que la mortificaci?n p?blica fomentada por la Iglesia como corriente m?stica de imitaci?n a Cristo, destinada a erradicar antiguas y enraizadas supersticiones, tuvo en el lugar honda repercusi?n en la noche del Jueves Santo en la procesi?n de la Sangre que sal?a desde la iglesia del hospital de Nuestra Se?ora de los Dolores y San Juan Evangelista, en la que penitentes y cofrades preced?an al paso del Crucificado cargando la Cruz unos, con disciplinas de sangre otros, y portando hachas los hermanos de luz (2). Tambi?n, en la pr?ctica p?blica del V?a Crucis penitencial de la madrugada del Viernes Santo, en el que gustaba al Siervo de Dios participar recorriendo las calles de su pueblo como un disciplinante m?s que, a imitaci?n de Cristo, repite la V?a Dolorosa sufriendo personalmente el cansancio y el dolor, derramando sangre sus pies descalzos por las inc?modas callejas del trayecto y el tortuoso camino del malpais que llevaba al Calvario Nuevo del lugar donde, como hoy, terminaba el rezo de las estaciones. Al respecto de esta tiern?sima devoci?n al V?a Crucis nos dice Fray Andr?s de Abren que

A estas Procesiones asist?a Juan (...)
saca descalso (...) desnudo desde la
3cinta al cuello, que ce??a con una
gruesa soga, rodeadodle pesadas
cadenas (...) unas veces con una ca?a
en la mano, para representar y sufrir
una de las grandes injurias que
hizieron ? su Amado, y otras con una
calavera, y una Cruz para hazer mas
viva memoria de su pasion, y muerte (3).


Sin embargo, por los a?os de su visita a la poblaci?n hall? actuaciones bien distintas que, paulatinamente, como en todo el mundo hispano sucedi?, se fueron imponiendo tambi?n en el lugar desde las primeras d?cadas de la centuria, en detrimento de las tan enraizadas pr?cticas publicas de disciplina, las que, dada la profanidad y excesos que en algunos lugares adquir?an, pasaron a ser consideradas en el seno de la propia Iglesia como una mera desvirtuaci?n pat?tica y populachera . Para alcanzar esa su erradicaci?n "se favorecieron desde entonces otras manifestaciones mas did?cticas, como la escenificaci?n de los momentos de la Pasi?n. Es decir, la incorporaci?n en los desfiles procesionales de distintos personajes hist?ricos y la generalizaci?n y ampliaci?n de los pasos escult?ricos, que enriquecer?n notablemente el panorama art?stico" (4).

Texto que reproducimos por considerar que es reflejo de lo sucedido en Ycod, a la largo de todo el siglo XVII, en sus celebraciones de la Pasi?n, en cuya mitad final culminar? el periodo de magnificencia que sorprendi? al franciscano Andr?s de Abreu.

Los factores que contribuyeron a tal logro no emanaron s?lo del comportamiento religioso vecinal y de las hermandades y cofrad?as que fundaron. Junto a ello, como verdadero impulsor, sin el cual esa etapa de esplendor no se hubiese alcanzado, debe alinearse al grupo m?s acomodado en el entramado sociolaboral que desde el siglo anterior se ven?a consolidando y fortaleciendo social y economicamente. Constituido por medianos y grandes propietarios de tierras, due?os de la mayor parte del agua de riego, su actuar, siempre interesado, persigue alcanzar un estatus que les permita robustecer la consideraci?n de su linaje en la sociedad insular. Intencionalidad que los convertir? en verdaderos promotores en la poblaci?n del ideario eclesial antes se?alado, contribuyendo a introducir nuevas iconograf?as, rememoraciones de pasajes de la Pasi?n, pasos procesionales de mayor envergadura as? como piezas art?sticas de primer?simo orden que enriquecen el patrimonio art?stico-religioso del lugar. Todo lo cual sospechamos, conllevaba, adem?s del manifiesto acto devocional, una actuaci?n encaminada a dar solidez a la promoci?n social que deseaban.

ACUSADA PASI?N POR LO BARROCO

En adelante va a cuidarse al detalle la espectacularidad de las procesiones, dot?ndolas sus promotores de todos aquellos elementos que pudiesen realzar su desfilar por las calles, de ah? que no se escatimen adornos ni luminarias y, dado el prestigio que con ello adquiere la familia patrocinadora, se destinen partidas econ?micas suficientes para garantizar la asistencia anual a ellas de las comunidades religiosas locales, hermandades y cofrad?as, adem?s de comprometer para su presidencia a lo m?s granado de la ?lite civil y religiosa. De todo ello emana el diferente car?cter que a partir de esa ?poca adquiren, sobre todo en la advertihle pasi?n por lo barroco que traslucen, que les va dando particular idiosincrasia, m?xime si atendemos a la tendencia, durante todo el per?odo que estudiamos, de aumentar el n?mero de figuras que componen los pasos titulares, formando escenas en las que el "dialogo" entre ellas y el variado colorido de su vestuario acent?a, tal car?cter barroco.

Como ejemplo ilustrativo, podemos citar la inclusi?n en las celebraciones de dos apostolados, con sus doce figuras de tama?o cercano al natural en uno y algo menor en el otro, siendo en ambos casos im?genes vestideras. El primero ser? utilizado de manera individual, con su propia parihuela cada efigie, vistiendo prendas de diferente colorido y portando su atributo distintivo, para hacerlas participar como si fueran actores en la rememoraci?n del pasaje de la Conversi?n de la Magdalena. En el otro, revestidas asimismo sus figuras de variadas y coloristas prendas, se agrupan en un solo trono en torno a la mesa, presidida por la efigie de Cristo que procede a instituir la Eucarist?a, sobre la que destacan elementos propios de la Cena Pascual.

Pasi?n por lo barroco que se aprecia tambi?n en el gusto por lo escenogr?fico en la composici?n c?e los tronos, constatado en los pasos de la Santa Cena, en el de la Conversi?n de la Magdalena yen el de l?grimas de San Pedro, todos los que se dotan de un espectacular sitial de tela al modo del que a?n se conserva en el primero indicado, que sirvi? de modelo para las otros, seg?n qued? registrado en documentaci?n que en su momento indicaremos. A ello deber? a?adirse la mayor espectacularidad que se procura a pasos de im?genes de gran devoci?n que ven?an integrando las celebraciones desde tiempo muy anterior. Ejemplar es el caso de la reforma a que es sometido el de Nuestra Se?ora de la Soledad del templo agustino, dot?ndolo con un palio de terciopelo negro dispuesto sobre varas de madera dorada: o el del Cristo Difunto, cuya humilde urna se ver? notablemente embellecida. Incluso sospechamos que no debi? ser ajeno a ello ese af?n de enriquecer los tronos con elementos alusivos al pasaje pasional que representan, lo que debi? llevar a colocar la cruz redentora y dos ?ngeles junto a la imagen del Cristo sedente de la Humildad y Paciencia o el simb?lico gallo en el de las Lagrimas o Negaciones de San Pedro.

LA CAPILLA DE LOS ?VORA

La proposici?n devocional y constructiva en la que adquiere solidez tal atracci?n por el recargamiento y esplendor que el Barroco impone, vino a imponerla en amplia medida la fundaci?n piadosa que, apenas iniciado el periodo que estudiamos, llev? a efecto la familia Evora en el costado sur del claustro del convento franciscano del Esp?ritu Santo. Su costosa edificaci?n va a suponer para el lugar la instauraci?n de un modelo de capilla, con dotaci?n de coro, sacrist?a, sala de entierro y dependencia privada sobre esta ?ltima, que va a tener repercusi?n formal en otros recintos que se fabricar?n durante el siguiente siglo adosados al propio edificio conventual o a su iglesia. Tales son: la capilla de San Diego de Alcal?, fundada por la familia P?rez Rijo, y la de Nuestra Se?ora de los Dolores, fabricada por la de Hurtado de Mendoza con tal ostentaci?n y amplitud que el modelo inicial quedar? ampliamente superado.

Los buenos deseos de los Evora, respaldados en todo instante por la favorable disposici?n de la comunidad franciscana, de la que hab?an sido permanentes benefactores, hicieron realidad una obra que reflejaba la alta capacidad econ?mica de la familia, potenciada, cuando se hizo necesario, por importantes partidas de dinero remitidas por sus parientes desde la isla de Cuba o de Nueva Espa?a, donde sus negocios comerciales o su s?lida posici?n social les permiti? contribuir holgadamente con la fabrica y con su rica dotaci?n.

Al espl?ndido resultado final alcanzado, intuimos, no debi? ser ajeno un cierto af?n de rivalidad y competencia con la obra, tambi?n suntuosa, de la capilla de la Soledad que en el cenobio agustino por esa fecha edificaba, con similares criterios de ostentaci?n, el presb?tero Don Fernando de Montiel, La esplendidez alcanzada en una y otra fabrica, acentuada en las novedosas policrom?as y dorados de sus retablos y, sobre todo, en las delicadas y complejas labores mud?jares de sus artesonados, parece dar raz?n de ello. Lo cierto es que ambas obras introdujeron en Ycod un modelo arquitect?nico y decorativo, de origen andalucista, cuya configuraci?n formal y el brillante colorido de sus policrom?as dieron a conocer a la comunidad ycodense ciertas formas barroquizantes que, desde ese momento de los a?os sesenta del siglo XVII, van a imponerse en la localidad.

INICIO DEL CULTO A SANTA MARTA MAGDALENA

Apenas fundado el convento franciscano del Espirito Santo, en el mes de mayo del a?o 1641, y acondicionada una provisional casa-oratorio mientras se levantaba su f?brica, entre la actividad religiosa de la reducida comunidad fue adquiriendo especial atenci?n el culto a Santa Mar?a Magdalena, seg?n conocemos por mandas piadosas de misas que a perpetuidad se le dedican, la primera de ellas instituida el a?o siguiente al de la llegada de los frailes al lugar (5). Atracci?n devocional que deja traslucir una pronta aceptaci?n, por algunos fieles, de mandatos de la iglesia contrarreformista que
aconsejaban la pr?ctica de los sacramentos de la Penitencia y la Eucarist?a como eficaz medio para la salvaci?n del alma.

Devoci?n a la Santa Pecadora arrepentida que, en esa d?cada de los a?os cuarenta del siglo XVII, va a alcanzar ya en el lugar hondo significado, sac?ndose su efigie en procesi?n por las calles. La adquisici?n de la imagen, y ese desarrollo de su culto en la iglesia franciscana, constituye una evidencia m?s de los legados promovidos por la devoci?n de miembros de la comunidad a una determinada advocaci?n que, finalmente, quedar? integrada en la celebraci?n de la Pasi?n y Muerte de Cristo. En este caso por el gran fervor que hacia ella muestra el licenciado Gonzalo B?ez Borges, presb?tero sindico del cenobio qui?n, en el a?o 1647, por ante el escribano Francisco de Rojas Montiel, decidi? instaurar en el templo una festividad perpetua que hab?a de celebrarse cada a?o por el d?a de la santa, el 22 de julio (6).

A la decisi?n tornada por el presb?tero no debieron ser ajenas las preferencias devocionales familiares, seg?n se infiere de la propia elecci?n de la advocaci?n que se corresponde con la del nombre de su madre: Mar?a Magdalena de Evora. Culto a la Magdalena que no va a quedar desligado de las conmemoraciones de la Semana Santa en Ycod en las que, como norma eclesial generalizada, la incitaci?n a la pr?ctica del arrepentimiento era tema de frecuente utilizaci?n en las pr?dicas desde el p?lpito.

En fecha que desconocemos, anterior en todo caso al a?o 1652, debi? ya ampliarse su anual celebraci?n con otra solemne funci?n con serm?n y procesi?n por las calles que cada Lunes Santo se le empez? a hacer tambi?n desde el templo conventual. Preferencia piadosa de miembros de la familia Evora que advertimos, asimismo, en la declaraci?n expresa que el propio licenciado B?ez Borges hace en el documento de instituci?n de la festividad cuando expresa que si este otorgante o los suyos hicieren o tubieren capilla o altar suficiente se han de hacer o decir las dichas festividades en ellos (7). Previsi?n que a?os despu?s har? realidad en uni?n de su madre.

Antes de tratar de ello, para mejor situamos en el impreciso inicio de su celebraci?n en el Lunes Santo, conviene conocer cierto incidente acaecido en la procesi?n del a?o 1652, por venir a ser exponente tanto de la atracci?n popular que la procesi?n ya desde esa tiempo suscitaba, como de costumbres sociales que desvelan ciertos comportamientos de la clase acomodada en el Ycod de la ?poca. E 1 hecho fue dado a la imprenta, en el a?o diecinueve del pasado siglo, por el escritor Guti?rrez L?pez, Cronista Oficial de la Villa por esa ?poca, limit?ndose a extractar, seg?n manifiesta, lo m?s sobresaliente de documentos que tuvo a la vista: los autos de apertura de informaci?n criminal por los que el alcalde del lugar, Don Francisco Guadr?n de Villapadierna, dict? sentencia contra las personas que dicho Lunes Santo procedieron a alterar el orden habitual (9). Breve exposici?n cuyo desarrollo informa de c?mo

El Capitan Don Fernando ale Castro Heredia y Salvatierra para presenciar con m?s comodidad el desfile de la procesi?n hubo ale colocar unos asientos en la calle, frente a la plaza mayor (llamada hoy popularmente de la Pila) antes (le empezar el Serm?n y salir a la calle la procesi?n, lo que no fue del agrado del Capitan Don Marcos Lorenzo Granadilla, que en uni?n de Don Bartolom? P?rez v Don Baltazar Ara?a exteriorizaron su protesta, que origino seria pendencia en la que intervinieron el Capit?n Don Alonso Fern?ndez de Lugo, Regidor perpetuo de la isla v Don Pedro Lugo su hijo.
Salieron a relucir espadas, reparti?ndose sendos cintarasos y corno lar sangre de los contendientes. Don Francisco Guadr?n de Villapadierna, que ejerc?a la Alcald?a, se interpuso entre los alborotadores, aquietando los animos con su prestigio y autoridad, pero de nuevo volvieron a lucir las espadas , y de nuevo el Alcalde Mayor, que as? se denominaba, ya con menos benevolencia, impuso su autoridad, prendiendo en la corcel a Bartolome P?rez y a Baltazar Ara?a. Al Capitan Don Alonso de Lugo , y a su hijo Don Pedro y a Don Fernando ale Castro los arresto en sus casas (10).


Dejando entrever el relato que la procesi?n y funci?n del Lunes Santo se celebraba desde antes de ese a?o de 1652 y de como tambi?n en Ycod tiene repercuci?n social el intento de alterar una costumbre tradicional: la presencia de los fieles en cualesquier tipo de manifestaci?n religiosa. El intento de colocaci?n de asientos en la calle, frente a la Plaza Real, para presenciar el paso del lucido cortejo, significaba una actuaci?n novedosa, inaceptable para la cerrada mentalidad de la ?poca. Viene a constituirse el texto tambi?n en valioso testimonio del atractivo que la procesi?n deb?a ya ofrecer en su recorrido callejero. Apenas unas d?cadas despu?s ser? considerada como la m?s celebrada procesi?n del lugar y de las islas, seg?n la apreciaci?n que de ella hizo cl culto religioso Don Francisco P?rez de Amaral(11).

EL CULTO A LA MAGDALENA EN SU CAPILLA

El definitivo impulso al culto de la Magdalena vino a propiciarlo la ya nombrada iniciativa de los Evora, hecha realidad cuando en uni?n de su hijo el licenciado Don Gonzalo, Mar?a Magdalena de Evora, en el costado sur del convento, construye su esplendorosa capilla, en virtud de data que obtuvieron de los padres provinciales el 29 de noviembre de 1658, y colocan en el nicho principal de su retablo las im?genes de Xpto Redentor nuestro sentado en silla y la de la gloriossa Santa Mar?a Magdalena, seg?n hacen constar en la escritura de v?nculo, con fuerza de mayorazgo, que hicieron en febrero del a?o 1665, aludi?ndo tambi?n ala anterior fundaci?n en ella de la prosecion de la Conbersion de la Madalena el Lunes Santo de cada un a?o para lo gura ay las imaxenes de los doze apostoles todas de talla al natural con sus tunicas y capas de damasco de diferentes colores cada uno con la ynsinia de lag passion que lleva. (12). Como puede apreciarse no se cita al paso titular, de adquisici?n anterior, trasladado en su momento desde la iglesia del convento a su capilla seg?n la decisi?n tomada desde la instituci?n de su festividad en el mes de julio. S?lo nombran las doce im?genes del apostolado a?adidas a la anual celebraci?n una vez concluida la capilla. A cada una de ellas , sobre su propia parihuela o basa, se la hacia participar en una emotiva y sencilla representaci?n de la que hemos hallado breve referencia en una declaraci?n jurada prestada por el Se?or Don Joseph Antonio Soperanis, Venerable Vicario que fue de Ycod y su jurisdicci?n, en la que hace constar, entre otros varios particulares, que en el d?a Lunes Santo por la tarde pas? a el Convento del Se?or San Francisco de este dicho lugar donde se haze memoria a el vivo, de la Conversion de la Madalena para de all? seguir la procesion en forma de tribunal a la iglesia del convento de reliziosas del Se?or San Bernardo (13).

Breve pero sustanciosa referencia que viene a descubrirnos, al expresar que la memoria o rememoraci?n se hac?a a el vivo, que la misma se realizaba de la manera "m?s sensible y dolorosa", que las sencillas acciones de la representaci?n se hac?an "con la mayor viveza, con suma expresi?n y eficacia", si tomamos en consideraci?n las antiguas acepciones del adverbio "al vivo" que recoge el Diccionario de la Real Academia Espa?ola de la Lengua (14). Ceremonial, que sospechamos deb?a realizarse fuera de la capilla, en la iglesia conventual o en el claustro ante la puerta de acceso a ella. El espacio que demandaba la movilidad de las doce parihuelas de los ap?stoles, el ocupado por el trono del grupo titular, a m?s del requerido para situar a los fieles, cofrad?as y los representantes de las comunidades religiosas y de la parroquial, de seguro imposibilitaba el llevarla a efecto en su interior.

Los fundadores y descendientes no escatimaron gastos para alcanzar el m?ximo lucimiento y solemnidad en la funci?n con serm?n y posteriormente en la remembranza y en la procesi?n por las calles. Si para el desarrollo de la primera sabemos que la dotaci?n de la capilla fue completa y exquisita, con el recubrimimiento adamascado de sus paredes y las numerosasy ricas piezas de orfebrer?a de plata en su color o sobredora,da con las que se oficiaba y se adornaba e iluminaba el recinto, de las que se da detallada relaci?n en la citada escritura de v?nculo; para el ceremonial que evocaba la Conversi?n de la Magdalena, no deb?a tampoco, escatimarse detalle alguno que pudiese aportarle realismo y vistosidad a la figura de la Santa titular, mostr?ndosela engalanada, como era habitual en las im?genes de candelero de mayor devoci?n, con ricas vestiduras que hab?an pertenecido a la fundadora o a otras damas de la familia. Curiosa costumbre, documentada ya en Ycod en el a?o 1579 (15) que, en relaci?n con la Magdalena la hallamos todav?a vigente en el de 1799, en el inventario de los bienes quedados de Do?a Mar?a Keogh y L?nch, viuda de Don Luis Fern?ndez, entre cuyas pertenencias hallamos registrada

una tunica de raso azul con flores
encarnadas y verdes, que
expresaron Do?a Maria y Do?a
Leonor que pertenece a la
Magdalena a quien la sedio la
difunta su madre siendo ropa ele
su uso incluy?ndose adem?s en la
relaci?n una mantilla de raso
bordado = una capa de damasco
azul; y una tunica de damasco
morada, con un pelo postizo que
asimismo expresaron pertenece
todo ala citada Magdalena (16).


La vistosidad del trono, en torno al cual transcurr?a todo el ceremonial, se vi? realzado hacia el a?o 1694, cuando por voluntad de Do?a Mar?a Magdalena de )vora y Pineda, se le coloc? un sitial de tela, similar al que todav?a hoy cobija al Santo Cristo del paso de la Cena (17).


Para perpetuar la fastuosidad que en su vida le procuraron a la procesi?n callejera dejaron dispuesto los fundadores, como obligaci?n forzosa a cumplir por el sucesor o sucesores, el sustentar perpetuamente beinte y cuatro achas blancas de cinco libras cada una y quarenta candeleros blancos de a tres cuartas cada uno y helas de a tres en libra blancas para los eclesi?sticos para la prosesion (...) y los quarenta candeleros se an de ensender en el pasxo del santo xpto y la marlalena y altar de dicha nuestra capilla. Precisi?n en la cantidad de cera y n?mero de luminarias que denota hasta que punto el licenciado B?ez Borges atend?a a la repercusi?n social que su procesi?n ten?a, comportamiento traslucido sobre todo cuando espec?fica que las m?s de sesenta libras que hab?an de utilizarse en velas, cirios y hachas, fuese del tipo de cera blanca, la cual, a diferencia de la amarilla, calificaba en alto grado, tanto el prestigio de la procesi?n como el de la familia patronal..

A todo ello, debe agregarse su proceder en la selecci?n del componente religioso, cuya asistencia a la funci?n y procesi?n deb?a quedar igualmente garantizada, para realzar el fasto ceremonial tanto en el recinto de la capilla como en la calle, de ah? que el documento contenga tambi?n el mandato de que sus herederos contin?en con su costumbre de dar al derecho beneficia) tres ducados por la procesion y a la comunidad doze tostones por el acompa?amiento =y a la Hermandad del Sant?simo Sacramento reste lugar treynta rreales de limosna para gastos de dicha ermandad porque benga a asistir a nuestra prosesion de la marlalena el lunes Santo = y asimismo otros treinta rreales e la ermandad de la sinta del Se?or San Agustin por la misma asistencia. Congregaciones que de seguro desfilaban perfectamente gerarquizadas y uniformadas, portando sus correspondientes insignias, cruces, pendones y candeleros blancos. Cuidada organizaci?n que, como a continueci?n veremos, lleg? a complementarse con la presencia de representantes de estamentos sociales de la localidad y la isla.

INCIDENTE EN LA IGLESIA DE LAS BERNARDAS

Aspecto del que hallamos constancia detallada en declaraciones de testigos presenciales de un incidente producido en la iglesia del convento de monjas de San Bernardo, donde cada a?o hac?a estaci?n la procesi?n y donde el paso titular era homenajeado con un canto, a modo de villancico, hecho al intento por las monjas (18). Curiosas declaraciones que nos permiten conocer c?mo transcurr?a la comitiva y de que manera quedaban constituidos los "tribunales" eclesi?stico y secular de su organizada presidencia. Por ellas sabemos que una vez terminado el ceremanial que rememoraba el arrepentimiento de la Magdalena, se organizaba la procesi?n p?blica, en la que, tras los tronos de las im?genes precedidos por las citadas comunidades, cofrad?as y hermandades, la presid?a, como sacerdote celebranante de los oficios del d?a, el benefiado Don Joseph de Le?n y Vergara cubierto con la capa que lo distingu?a en su funci?n de Preste; detr?s de ?l Su Merced el Venerable Vicario de Ycod y su distrito, Don Melchor Antonio Soperanis, en modo de tribunal como se acostumbra acompa?ado por los notarios p?blicos Don Joseph Antonio Afonso y Don Marcos Mederos, qui?n, como fiscal que era del obispado de las islas, representaba la judicatura eclesi?stia. Seguidamente, la representaci?n civil, organizada tambi?n a manera de tribunal, ostentando la judicatura secular el Se?or Licenciado Don Francisco de Olavarrieta, abogado de los Reales Consejos y alcalde de Ycod, con su escribano y ministros reales.

Despu?s de recorrer la procesi?n la calle de Borges y un tramo de la de San Antonio, y atravesar la plaza Real o de la Pila, entraron en esta forma en la iglesia del convento de bernardas donde se produjo el incidente cuyo relato recogemos, como lo hasta aqu? extractado, de la certificaci?n que a petici?n del Vicario suscribi? el notario p?blico Don Marcos de Mederos, en la noche de dicho d?a Lunes Santo, diciendo que hecho alto con el Se?or y la Santa Magdalena; a que las monxas cantasen un Billancico; vei que el Sacritan de dicho convento trazo una silla y la puso a el lado siniestro del Venerable Vicario que distava como una vara qued?ndose en pie los se?ores y el preste sentado en ella; y as? no se a practicado en mi tiempo despues que estoy signado a la iglesia; y terminado el dicho Villancico se levanto y se prosiguio la procesion (19).

En la ma?ana siguiente el Vicario Don Melchor Antonio, al constatar el hecho ante el mismo escribano afirm? que vio traer a el sacrist?n una silla y luego sentarse el Beneficiado Don Joseph de Vergara quien ybva con la capa: culo acccion es digna de estimarse bien prevenida; y cediendo esto en menosprecio y de que debe resentirse gravemente la jurisdiccion Eclesi?stica y por su parte el Juez Real; respecto de que no a sido practica, ynmemorial a?adiendo que por ello devia mandar y mand? comparecer a su presencia sujetos que declarasen ayer visto tal accion menospreciativa como si supieren a Ynstancias de quien o quien mando se previniese dicha silla (20).

Entre los llamados a testificar Su Merced hizo comparecer ante si a Juan Oliva, sacrist?n de la iglesia de San Bernardo, quien despu?s de cumplir los requisitos de rigor declar? que el Beneficiado Don Joseph de Vergara le previno al declarante que as? que entrase la prosecion le pusiere una silla en que sentarse como con efecto se la puso y se sento, qued?ndose los dos Jueces de pie para los que no previno sillas porque no a sido costumbre ni se a practicado ?nterin que a estado de sacristan (21).

O?dos los testigos y tomada su declaraci?n jurada el vicario procedi? a dictar el correspondiente auto, dictaminando que por quanto el Beneficiado Don Joseph Vergara que iba de Preste en la procesion del Lunes Santo practico la accion de tomar silla (.. ) siendo cosa impracticable en este dicho ligar, motivo por el que hubo una com?n displicencia a todo el concurso, devia mandar y mand? se le notificase pena de sinquenta ducados de multa y la de excomunion maior y profacto namende no ejecute tal acci?n hasta que esta cosa se mande por Su Se?or?a Ilustr?sima el Obispo mi Se?or (22).

Ins?lito suceso que, a?n dentro de las limitaciones propias de una sociedad restricta como lo era la ycodense del momento, no pod?a pasar desapercibido, como as? vemos que sucedi?, a la r?gida disciplina socio-religiosa de la ?poca, que controlaba con todo rigor, a m?s de la organizaci?n gerarquizada, los m?nimos detalles protocolarios cuyo estricto cumplimiento evitaba pleitos como el presente y repercut?a favorablemente en el prestigio de la familia patronal (23). De ah? la dr?stica y pronta decisi?n tomada por el Vicario en contra de la actitud del Beneficiado Vengara qui?n, desoyendo la pena que le fue impuesta, vuelve a repetir su desatinado proceder, como en su lugar veremos, durante la estaci?n que la solemne procesi?n de Cl?rigos, tambi?n acompa?ada por ambos tribunales, hac?a en la iglesia de las monjas en la tarde del siguiente d?a Martes Santo.

Actitud del Beneficiado Vergara que adem?s violaba un antiguo mandato, destinado a los patronos eclesi?stico y seglar del monasterio, del obispo Don Bernardo de Vicu?a y Zuazo, dictado en el a?o 1701, precisamente para evitar pleitos. En el mismo prohib?a poner silla en la iglesia, pudiendo solamente hacer uso de ella, en la elecci?n de abadesa y en las profesiones de monjas, nuestro Vicario o la persona a quien se diese nuestra comision porque entonces hace el oficio de Juez y como a tal le toca dicha silla (24).

La funci?n solemne en la capilla, la rememoraci?n de la Conversi?n de la Magdalena y la procesi?n de las im?genes desde el convento, mantuvieron su esplendor a trav?s del tiempo. Su larga andadura devocional, paralela a la de la comunidad franciscana, se vio alterada como la de aquella, por la intensa perturbaci?n que las costumbres y las tradiciones del pueblo experimentaron a consecuencia de la exclaustraci?n de los frailes. La imagen de la Magdalena, titular de la capilla, depositada por un tiempo en la parroquial, hall? finalmente acomodo en el oratorio de la casa patronal en la calle de San Antonio, donde a?n se sigue custodiando. La del Cristo sedente, por circunstancias que desconocemos, fue trasladada, al templo de Nuestra Se?ora de la Luz, en Gula de Isora, antes del a?o 1853, seg?n consta en una relaci?n de las mejoras efectuadas en el templo cuando era p?rroco Don Juan Espinosa y Salas. En la remisi?n que de la misma hace al Obispado incluye un gran Se?or Predicador que vale m?s de cinco onzas (25). En el templo isorano sigue recibiendo culto ocupando un sobrio retablo situado en la nave del Evangelio, siendo all? venerado con la advocaci?n de El Se?or Predicador.

EL SANTO CRISTO DE LA INSPIRACI?N


La adquisici?n de la escultura del Santo Cristo Crucificado que, en altar y retablo propios, presidi? la sala de entierros y sacrist?a de la capilla de la Magdalena, desde la fecha de su apertura al culto, la llev? a efecto el capit?n Marcos Est?vez Borges, quien la debi? depositar en la iglesia del convento, o a ella llevarla por los d?as de su festividad, antes del a?o 1651, en cl que la hallamos citada por vez primera en una manda testamentaria en la que la viuda de Andr?s de Carminatis, Ana Morena, ofrece sinco misas a la ynspiracion de jesuxpto (26). Denominaci?n primigenia de la efigie como Santo Cristo de la Inspiraci?n mantenida en cuantos documentos a ella se refieren durante las primeras d?cadas de su tra?da a Ycod (27), pas?ndose tiempo despu?s a nombrarla, impropiamente, Cristo de la Espiraci?n, o, i1^,p:.i.a.nine^ke, Cr,'stu J~it.. Una sirrepie v-isidn u'c la escultura advierte que su autor el imaginero de origen flamenco, afincado en Sevilla, Jos? de Arce, recre? en ella el momento de la ?ltima inspiraci?n, el justo instante en el que Cristo, con apasionado giro de la cabeza hacia la altura, llena sus pulmones de aire antes de exilar su postrer suspiro, antes de expirar. Aspecto magistralmente conseguido por su creador, advertible en lo inflado de su t?rax, lo que le procura esa admirable sensaci?n ascendente a toda la composici?n (28).

Denominaci?n originaria de la que dan raz?n tambi?n los propios patronos en su documento de fundaci?n de v?nculo, con fuerza de mayorazgo, que instituyeron en el a?o 1665 por ante el escribano Don Carlos de Montiano, en el cual no dudan en poner la capilla como pieza principal y joya mas pressiosa, especificando en su relaci?n de pertenencias: y en el altar del entierro una ymaxen de talla de la ynspiracion de xpto. Redentor nuestro (29),

La integraci?n procesional de la imagen en las celebraciones de la Pasi?n tuvo inicio en fecha anterior al a?o 1656, seg?n se infiere de una declaraci?n posterior en la que dice su comitente, el nombrado Capit?n Marcos Est?vez Borges que io he tenido devocion de hacer como con efecto lo e hecho machos a?os ha la prosesion de la espiracion dexpto nuestro Redentor y Se?or el Viernes Santo al amanecer de cada un a?o por el claustr? y el compas del convento, declarando m?s adelante que el patr?n o patronos que nombrase en su ?ltima disposici?n por escritura de donaci?n irrevocable, tendr?an obligacion de tener las insignias del Santo xpto y la Virgen Nuestra Se?era de la Soledad (30). Dando a entender que desde sus primeras procesiones claustrales sal?a ya el Cristo acompa?ado de la imagen de la Virgen de los Dolores, por ?l nombrada Nuestra Se?ora de la Soledad, a la que los frailes daban culto en su iglesia. A ella debi? estar destinada la manda p?a de siete misas al Destierro de Nuestra Se?ora que junto a las cinco antes mencionadas destinadas a la Inspiracion de jesuxpto dej? instituidas perpetuamente la viuda de Andr?s de Carminatis. Misas al Destierro de la Sant?sima Virgen en su Dolor para cuya celebraci?n se exig?a un determinado n?mero de velas. Antigua devoci?n, cupo origen se remonta al siglo XV, que para Manuel Trens ten?a un cierto sabor supersticioso, no obstante lo cual se les dio entrada en nuestros misales (31).

Para ampliar el recorrido procesional de ambas im?genes por las calles elev? solicitud el licenciado B?ez Borges al Obispo de Canaria Rodrigo Guti?rrez de Rozas el d?a 9 de agosto de 1659, aprovechando su visita a Tenerife, lo que confirma que las procesiones por el claustro y comp?s del convento se realizaban desde fecha anterior. En dicha solicitud le notificaba tambi?n al obispo la voluntad que un devoto ten?a de ampliar su recorrido por las calles que les beneficiados se?alaren, d?ndole adem?s a conocer, para que no pusiese obst?culo alguno al deseo de su pariente el devoto capit?n instituidos de la misma, que para dicha procesion no se a de pedir limosna a el pueblo ni causarle costo alguno a el comun por que el devoto que hace esta procesion ofrece los costos necesarios a el convento y pagar los derechos a la parroquia (32).

La iglesia del convento fue pues desde un principio el recinto que acogi? las esculturas de la Virgen de los Dolores y del Santo Cristo Inspirante, ?sta, al menos, por los d?as de sus celebraciones anuales. En dicho templo se las celebraron hasta el a?o 1665, en el que se concluy? la capilla de la Magdalena y su sala de entierros, a la que fue trasladado ocupando en ella sitio preferente con altar y retablo. Ello motiv? que pasara a protagonizar cada Viernes Santo una de las m?s solemnes funciones de las anualmente celebradas en el espl?ndido recinto, el cual quedaba enteramente cubierto de damasco carmes? por esos d?as de la Semana de Pasi?n.

LA IMAGENDELA VIRGEN DE LOS DOLORES

La imagen de la Virgen deb?a ser en ocasiones trasladada tambi?n a la capilla, seg?n lo da a entender la gran devoci?n que le profesaba Est?vez Borges. Sin embargo, aunque pudiera ser anterior, su definitiva entronizaci?n en su sala de entierros, en la que lleg? a tener altar propio, no la hallamos registrada hasta el mes ele enero del a?o 175D en una manda de misas que determina se oficiasen en su altar de la capilla de la Magdalena (33). Dos d?cadas antes, aunque sin hacerse menci?n expresa de la capilla de los Evora, ya el capit?n Silvestre P?rez Ag?in hab?a dL1ado instituidas seis misas cantadas que habr?an de decirse los Viernes de Cuaresma en el altar y capilla de Nuestra Se?ora de los Dolores, a lo cual le mov?a su profunda devocion ala imagen.

Otra serie de mandas de misas que se le destinan ponen en evidencia la gran atracci?n devocional que por esta imagen de la Virgen Dolorosa tuvieron tambi?n los ycodenses. Arraigado fervor por la Se?ora en su Dolor iniciado apenas superada la etapa poblacional con el culto que dieron a la Virgen titular de la fundaci?n hospitalaria del lugar, advocada de los Dolores, potenciado luego en la iglesia del convento de bernardas donde la imagen qued? depositada. Servicio consolidado durante la mitad primera del Seiscientos, como en su momento comentamos, con el ofrecido a la Virgen de la Soledad en el templo agustino y, algo despu?s, con el dado a Nuestra Se?ora de la Pasi?n, imagen tallada por Mart?n de And?jar para la procesi?n penitencial del Via Crucis de la parroquial de San Marcos, cuyo culto , con la dotaci?n del nombrado palio a la primera, y la integraci?n de la segunda en los populares ceremoniales y encuentro del Viernes Santo, qued? plenamente inmerso en la actividad barroca que en la poblaci?n se impon?a. Prolongada devoci?n al dolor de Mar?a que vincula tambi?n como hemos visto a la Virgen del convento franciscano, en ocasiones nombrada de los Dolores y en otra de la Soledad, veneraci?n que, intuimos, super? incluso a la dedicada al propio Cristo Inspirante. De la misma hallamos expresiones tan significativas como la contenida en el testamento del cl?rigo presb?tero Don Joseph Garc?a de Le?n, en el a?o 1746, al imponer una limosna perpetua, para que despu?s de su fallecimiento el S?ndico Apost?lico del convento francisco de Ycod, donde mand? ser enterrado, tuviese obligaci?n de sacar por la calle por la ma?ana como a sido y es costunbre en el dicho lugar para el mayor culto de la Sant?sima Virgen y devosion de todos los fieles por la grande y firme devosion que e tenido y tengo de la saneta ymagen en el tiern?simo passo del christo vivo (34). Sembrando en la ?ltima frase la duda de si ambas im?genes se hab?an integrado en un solo paso, siguiendo los h?bitos barrocos, o la expresi?n alude al pasaje de la Pasi?n que la procesi?n rememoraba.

Por la repercusi?n devocional que en el siglo XVIII tendr?, no nos resistimos a dar noticia aqu? de la voluntad de Don Gabriel Hurtado de Mendoza, cuando impone a sus herederos, en su testamento, ser obligados perpetuamente mandar a desir los d?as en que se celebran los dolores ale Mar?a Sant?sima que se venera en el convento del Se?or San Francisco (...) una misa cantada con responso que se ha de desir descubierta dicha Sant?sima Imagen aplicada por mi alma y la de mi mujer y nuestros difuntos (..) en atencion a que dicha Sant?sima Imagen como propia del convento me la sedio e yso data (35).

La cesi?n a Don Gabriel debi? venir motivada por su demostrada voluntad de fabricar capilla en el convento y colocar la imagen de la Virgen como titular de ella. Sin embargo, desavenencias surgidas entre el convento y la casa de Evora por el derecho de posesi?n de la escultura prolongaron en demas?a la intenci?n del promotor cuyo fallecimiento enfri? temporalmente la tensa situaci?n. De las posteriores actuaciones de los herederos de Don Gabriel, intentando cumplir con lo dispuesto en su ?ltima voluntad, trataremos en su momento, b?stenos saber ahora que, pese a su insistencia, la imagen permaneci? recibiendo anual culto en la capilla de los Evora.

La exclaustraci?n de los frailes acab? definitivamente con su culto en la capilla y con su procesi?n por el claustro y el comp?s del convento. A?os despu?s, en noviembre de 1839, el beneficiado rector de la iglesia de San Marcos, Don Jos? Mar?a Ferrer G?mez, le extendi? al por entonces heredero del vinculo Don Jos? Fern?ndez Linch, un recibo de recepci?n en el que reconoce que como due?o de las imagenes de! Se?or Crucificado, conocido con el nombre rae Cristo Vivo, y la Magdalena que ten?a en su capilla del estinguido convento de San Francisco (le este Pueblo, las ha puesto en la Iglesia de mi cargo con objeto de que se les de culto (36).

A diferencia de las del Cristo y la Magdalena la imagen de la Virgen de los Dolores no fue entregada en dep?sito a la parroquial, Don Jos? Fern?ndez Linh decidi? traspasarla al templo a perpetuidad, decisi?n influida quiz?s por la dudosa pertenencia de la efigie, segun consta en informe remitido en el a?o 1870 por el beneficiado de San Marcos, Don Jos? Ana Jimenes, al Muy Ilustre Se?or Gobernador Eclesi?stico, d?ndole cuenta de la justa reclamaci?n que hac?a Don Eugenio Linch Delahanty, hijo leg?timo de Don Jos?, de la mayordom?a de las dos im?genes del Cristo y la Magdalena., exponi?ndole que tuviese a bien acceder a la peticion que considera justa precis?ndole que esta es tanto mas aceptable, cuanto que Don Eugenio no trata de separar las mencionadas im?genes ale la parroquia de mi cargo, sino colocarlas en el mismo altar en que se halla la virgen de los Dolores, que dono a la misma parroquia su difunto padre (37). El altar que menciona debe ser con toda certeza el construido por ese tiempo en la antigua capilla de San Francisco, la primera de la nave del Evangelio, la cual , por haberse colocado en ella la Virgen pas? a ser conocida como Capilla de los Dolores.
La noticia del beneficiado Ana Jimenes al Gobernador Eclesi?stico, es tambi?n el ?ltimo registro, hasta el presente conocido, en el que se menciona la Virgen Dolorosa del convento francisco.

EL PASO DE LA CENA DE NUESTRO SE?OR JESUCRISTO

La hermandad del Sant?simo Sacramento debi? ser fundada en el templo de San ;Marcos en fecha cercana al a?o 1515 en el que la todav?a peque?a capilla dedicada al Evangelista fue elevada a la categoria de parroquia y la inquietud socio-religiosa de sus fieles se ve respaldada por un aceptable desarrollo econ?mico. El primer registro que la nombra, suscrito en el a?o 1540, corresponde a una limosna de dos reales que el tonelero Juan Dom?nguez le destina en su testamento (38), adquiriendo cierto impulso en la segunda mitad de ese siglo XVI en el que los dictados consiliares de Trento comenzaban a introducirse en las comunidades parroquiales de nuestras islas, aspecto significado en el amplio n?mero de mandas que recibe y en la notable serie de tributos que se le destinan, puntualmente anotados en el libro derelaciones de la iglesia(39) .

Consecuencia l?gica es la pronta e intensa integraci?n de la Hermandad Sacramental en el rosario devocional del lugar, procediendo cada Jueves Santo en la solemne funci?n del d?a, participando en el simb?lico lavatorio de los pies a uno de los Hermanos y en la procesi?n bajo palio de la Forma consagrada hasta dejarla depositada en la urna del Monumento que anualmente en la parroquial hac?an (40). Sin embargo, no llegan a materializar su deseo de extender al exterior del templo dicho culto. Va a ser tambi?n en este caso la devoci?n de un particular la que finalmente har? realidad la aspiraci?n de la Hermendad de disponer de imaginer?a de culto propia con la que prolongar a las calles su fervor por la Eucarist?a. La personal atracci?n que por la Sagrada Forma sent?a Do?a Magdalena de Evora y Pineda (41) la llev? a encargar un grupo de la Santa Cena de Cristo, para cuya procesi?n por las calles hab?a obtenido licencia del prelado de las islas Su Se?or?a Ilustr?sima Fray Juan de Toledo. En fecha anterior al a?o 1662 se inici? el traslado del paso desde su casa al templo de San Marcos donde la Hermandad participaba en la solemne funci?n del Jueves Santo y por la noche en su recorrido callejero (42). La inquietud religiosa de Do?a Magdalena la hab?a llevado tambi?n a solicitar del Obispo licencia para hacer y fabricar una ermita dentro del lugar (...) a devocion de la gloriosa martir Santa Lucia (43), la cual empez? a construir frente a su morada, situada en la esquina de las calles de San Antonio y del Hect), en un solar cedido gratuitamente por sus primas Do?a Ana y Do?a Mar?a Aguiar Borges, junto a ella, tambi?n graciosamente, le cedieron algo m?s tarde otro pedacillo destinado a huerto y a una dependencia que har?a las funciones de sacrist?a y camar?n. F?brica que se hallaba ya acabada en el a?o 1665, seg?n la propia fundadora hace constar en la escritura de su dotaci?n (44).

Desde la Semana Santa del siguiente a?o dio comienzo el anual traslado procesional del paso desde la ermita a la parroquial por la calle de San Antonio y la Plaza Real. Do?a Magdalena, en el mandato de cesi?n del trono a la Hermandad, suscrito en el a?o 1674, as? lo hace constar: ahora quiero y es mi voluntad que despu?s de mi fallecimiento hago grassia y limosna del dicho passo a la ermandad riel Sant?simo Sacramento deste lugar y al prioste y maiordomos que sonyfueren della para que lo rijan gobiernen v administren como cossa suya (...)Yen el interin que dicha ernumdad no aze su sala se a de guardar el passo en las cassas de mi morada y a de salir de mi ermita de Santa Lucia como asta aqu? (45).

Con la Santa Cena, grupo esculpido por alguno o algunos de los seguidores insulares de Mart?n de And?jar, se introdujo en la jornada pasional del Jueves Santo de Ycod el modelo de paso compuesto por varias figuras. En ?l, la linea vertical que domina en los de los Crucificados y en los de una o dos figuras, queda sustituida por la horizontal que impone el grupo de trece esculturas distribuidas en torno a la mesa rectangular, utiliz?ndose como fondo una sencilla escenograf?a compuesta por cortinajes que cuelgan desde un baldaquino y se recogen a los lados, dejando visible, tras la figura de Cristo, un Agnus Dei de madera tallada y policromada, centrando un c?rculo formado por rayos plateados dispuestos a modo de sol. Elegante soluci?n, imitada en otros pasos, que le procurar? mayor altura y lo har? m?s visible y atractivo.

LA PROCESI?N DE LOS SE?ORES CL?RIGOS

El otro tema carism?tico del culto al arrepentimiento, que tambi?n quedar? integrado en la parcela devocional de los ycodenses en la segunda mitad del Seiscientos, fue el propalado por la Iglesia con la denominaci?n de L?grimas de San Pedro, pasaje de su predilecci?n que se sabe introducido ya en Tenerife antes de la mitad del siglo XVII, seg?n se supone, por la Confraternidad de las L?grimas de San Pedro constituida hacia el a?o 1644 en la iglesia de la Concepci?n de La Laguna, con indudables reminiscencias de la cofrad?as gremiales, desde cuyo templo se extender?a a otras comunidades parroquiales de la isla que, como la de Ycod, asimilaban con prontitud dictados de la Contrarreforma (47).

El grupo esta integrado por las figuras de Cristo Preso y San Pedro, la primera de pie, sujetos sus pies por grilletes y amarradas sus manos con soga que desciende desde el cuello. La segunda arrodillada a su izquierda. Equilibrando el conjunto, posado sobre un tronco de ?rbol situado en el lado opuesto, la simb?lica figura de un gallo como alusi?n a las negaciones del ap?stol. Conjunto que no queda tampoco excento de la com?n teatralidad barroca que venirnos se?alando como expresi?n clara de influencias andalucistas que a la isla llegan.

La fecha de fundaci?n de la Confraternidad de sacerdotes en la iglesia de San Marcos o, por lo menos, su actuar como colectivo, se sabe anterior al a?o 1655. En ?l, Don Gaspar P?rez de Macla, Vicario y Comisario del Santo Oficio, instituye a perpetuidad una misa cantada al Se?or San Pedro en la iglesia de San Marcos leste lugar en su capilla y se pague de limosna (48). Algunos de sus miembros, vinculados directamente al templo, una vez concluidas sus obras de ampliaci?n, procedieron a acondicionar como capilla una amplia dependencia rectangular situada bajo el coro para en ella acoger la insignia del Nazareno y las otras tres de la procesi?n del Via Crucis y procurarles adecuado culto por los dias de la Cuaresma y de la Semana Santa. Grupo de licenciados en Sagrada Teolog?a cuya estancia peninsular, principalmente en la ciudad b?lica, como en su momento y lugar expusimos, en absoluto debi? ser ajena a la introducci?n del ideario barroco costumbrista en el lugar (49). Indic?bamos asimismo que la demostrada predilecci?n de sus miembros por esa su capilla del Nazareno era advertihle tambi?n en el hecho de haber colocado en ella la efigie de su amant?simo padre San Pedro, dato constatado en el codicilo de Gonzalo Baez Borges, el nombrado licenciado cuya continuada inquietud por el devenir piadoso de la localidad queda tambi?n aqu? confirmada cuando dispone que se de a laymagen de nuestro padre San Pedro una sotana de tafetan suya y una sobrepelliz y bonete para lar imazen ques la que esta en JesusNazareno (50).

En fecha cercana debi? producirse la adquisici?n de las im?genes del grupo destinado al culto de las L?grimas de San Pedro en el Martes Santo de cada un a?o. Las analog?as t?cnicas y morfol?gicas de la escultura de su Cristo con las del Se?or sedante que acompa?a a la Magdalena en el paso de su conversi?n, parecen fijar su ejecuci?n hacia los a?os sesenta de ese siglo XVII en los que ?ste fue tallado. El inventario del templo realizado en el a?o 1680, el m?s cercano conservado, nos sirve para confirmar la existencia desde ?poca anterior de las insignias de Nuestro Se?or preso, de San Pedro y de otra imagen de las lagrimas de San Pedro (51).

Por las ?ltimas voluntades que en su testamento del a?o 1735 expresa el licenciado Don Manuel P?rez Dominguez Rijo, tambi?n llegamos al conocimiento ele que fue la Confraternidad de Sacerdotes la encargada de cuidar el paso desde su fundaci?n dado que declara que desde ese entonces era hermano de la misma. Su entrega a la dotaci?n y cuidado de las insignias, queda asimismo reflejada en el documento, siendo todav?a por esa fecha custodio de la t?nica que mand? a buscar a Espa?a para el Se?or de la soga al cuelo que sale en el paso del Martes Santo en las l?grimas de mi amantisimo Padre San Pedro, a quien tambi?n le compre tunica y capa de raso como las ca?das y sitial de damasco morado con los demos aparatos de la parihuela en que sale dicho Se?or ele la soga al cuello (52).

Las pertenencias del paso adquiridas por el licenciado P?rez Rijo, guardadas durante el a?o en un ba?l que adquiri? para ello, fueron entregadas a la confraternidad por voluntad suya. Cuando finalizaban los solemnes cultos del Martes Santo el mayordomo, elegido anualmente por los hermanos eclesi?sticos, estaba obligado a guardar las vestiduras en el ba?l y entregar la llave a uno de los beneficiados del templo, con objeto de que no se prestaran (53). La costumbre se mantuvo hasta la extinci?n de la confraternidad, haci?ndose cargo la parroquia de seguir celebrando su funci?n y procesi?n cada Martes Santo. Solemnidades que se han ejecutando sin interrupci?n hasta el presente, a tenor de lo reflejado en los libros de gastos de la iglesia, en los que los de la procesi?n de las l?grimas y lo abonado al predicador encargado de su serm?n anual, quedan recogidos desde el a?o 1845 (54).

El escudo de armas del ap?stol ha venido siendo utilizado en distinto tiempo para decorar diferentes elementos funcionales o meramente decorativos en la parroquial de San Marcos. Todav?a hoy podemos hallarlo centrando la barroca decoraci?n de un juego de atriles de mesa de plata repujada, labrados en el Setecientos: en el coronamiento central de la siller?a del coro donde se sit?a el sill?n episcopal: y dando remate a los tambi?n neocl?sicos canceles de las dos portadas del templo. En todos ellos las dos llaves cruzadas a manera de aspas bajo la tiara papal que lo componen, testimonian la continuada entrega que los cl?rigos de la confraternidad tuvieron a su santo patrono.

Desde un principio la procesi?n de los se?ores cl?rigos entraba en el convento de las monjas de San Bernardo donde era homenajeado el paso con el canto de un villancico, momento de recogimiento, solemnizado por los cantos monjiles, escandalosamente alterado en su estaci?n procesional del a?o 1752, al repetirse en la iglesia del convento el incidente acaecido el d?a anterior, Lunes Santo, cuando en ella se entr? la procesi?n de L?grimas de la Magdalena, el que ya en su lugar comentamos. Las declaraciones de testigos recogidas en los autos de este otro suceso van a permitirnos conocer aspectos del incidente y de la propia procesi?n, siendo tambi?n ahora el notario del obispado quien nos de cuenta de ello, absteni?ndonos de recoger los proleg?menos por su similitud con los del d?a anterior. D? a conocer como el d?a dieciocho de marzo por la tarde aviendo salido de la parroquial (..) la procesion de lagrimas del Se?or San Pedro y entrado en la iglesia y convento de Relixiosas del Se?or San Bernardo que dista de la parroquia a este como de veinte a trenta pasos mas a menos y haciendo alto en ella mientras por las monjas se proced?a al canto de un villancico, corno en el d?a precedente volvi? a sentarse el beneficiado Don Joseph Antonio de Le?n sin que se sentase persona alguna mas -aclesiastica, secular ni regular - mand?ndole por tres veces recado el vicario al ver esta aci?n tan menos preciativa para que abandonase dicho puesto de Preste que no le correspond?a por serlo en dicho d?a el Vble, Beneficiado Rector, quien, por la intromisi?n del dicho, hab?a quedado en la parroquia. Desoyendo tales recados, a la tercera vez Su Merced en alta voz se lo intimo y no moviendose y qued?ndose en su contumasia le protezto se portase como tal v dando de mano a todo se levanto el dicho Beneficiado y le dijo a Su Merced: no savia lo que mandaba, por lo cual visto lo contenido me mando hiciese tocar las campanas Ysaliendo yo el dicho a ejecutar lo que se me mando me volv? sin ejecutarlo por no hallar pronto al sacristan ale dicha Parroquia y viendo Su Merced que el dicho Beneficiado segu?a en la procesion y que las dos Relixiones francisca y agustina la quer?an desamparar y todo el mas del concurso, por evitar mayor tropel?a dijo en alta voz al Reverendo Padre Guardian que le dava su facultad para que le absolviese, a que respondio dicho Beneficiado que no tenia ale que y luego prosiguiendo dicha procesion se separo Y volvio a la dichaparroquial (55).

En su declaraci?n el preb?tero Don Francisco de C?ceres, despu?s de testificar el hecho de similar manera , a?adi? que el beneficiado prosiguio en toda la procesion con grandisimo esc?ndalo de todo el pueblo. En la versi?n de lo acontecido coinciden todos los testigos, pese a ello queremos dejar constancia de un aspecto de la hecha por el tambi?n presb?tero Don Nicol?s Duamel Borges en el punto que precisa que la procesion de lagrimas ale mi Padre San Pedro con la insinia r?e Christo...transita por dentro del monasterio de mi Padre San Bernardo , insistiendo, como vemos, en lo manifestado por el vicario cuando dice que entraba la procesi?n en la iglesia y convento de Relixiosas, lo cual hace pensar que la misma deb?a recomer parte del claustro o del jard?n, adem?s de su templo.

El trayecto que la procesi?n realizaba por ese entonces, como era frecuente, inclu?a la parte alta de la poblaci?n, discurriendo por delante del convento franciscano. A partir del a?o 1775 comienza a hacer estaci?n en la capilla de los Dolores, engalanada al efecto con id?ntico aparato y cera que c1 d?a de la Virgen, lo cual inclu?a infinidad de candeleros, buj?as, velas y hachas cn los altares, el arco y la ara?a, seg?n disposici?n expresa de los patronos fundadores de dicho templo (56). Privilegio que la familia Hurtado de Mendoza concedi? a la Confraternidad de L?grimas de San Pedro por la excelente recepci?n que anualmente le hac?an a su procesi?n de los Azotes en su estaci?n en la parroquial, donde era recibida y homenajeada con el adecuado ornato y luminarias, super?ndose los cl?rigos en su dedicaci?n al emotivo acto que all? le celebraban.

Ycod, febrero ele 2002

NOTAS:

(1) Fray Andr?s de Abreu: Vida del Venerable Fray Juan de Jes?s, religioso lego de la Orden de N. P, San Francisco de la provincia de San Diego ale Canarias, Madrid, 1701.

(2) De ello hemos tratado en. Celebraciones del Jueves Santo en Ycod en los siglos XVI v XVII. Las primeras congregaciones y su imaginer?a de culto. En el numero de esta colecci?n correspondiente al a?o 1999,p.8.

(3) Fray Andr?s de Abreu. Obra citada, p. 59.

(4) Pedro los? I'radillo y Esteban: Arte y Religiosidad Popular en la Contrarreforma. Guadalajara, 1996, p. 47.

(5) Archivo Hist?rico Provincial ale Santa Cruz de Tenerife (A.H.P.S.C.T.). PN. 2515, f273. Escribania de Francisco de Rojas Monticl, 5 de mayo de 1642. Vid. Domingo Martinez de la Pe?a. El convento del Esp?ritu Santo del cod. Ycod de los Vinos, 1997, p.76.

(6) Archivo Hist?rico Municipal de Ycod (A.H.M.Y.) Protocolo tic Francisco de Rojas Monticl, f. 724v. Ycod, 21 de septiembre de 1647.

(7) Ibiden, f. 725.

(8) Emeterio Guti?rrez L?pez, La procesi?n de la Magdalena. La Comarca. Semanario de Intereses Generales, N' 1. Villa de Iood, domingo 20 de abril de 1919.

(9) Aunque no hemos hallado l os correspondientes autos en el protocolo del escribano de Ycod que certific? los incidentes, no nos ofrece duda alguna la veracidad de los mismos. En otro documento, fechado en el mes de mayo de ese a?o, apenas un mes despucs de ocurridos, se incluye un listado de personas que prestan ayuda para cierta obra del convento de bernardas, entre los cuales aparecen incluidos la mayor parte de los personajes que Guti?rrez L?pez cita, ocupando los cargos, titulos o profesiones que el autor transcribe. A.H.P.S.C.T. I'N.2521, 9 de mayo de 1652.

(10) Emeteri o Guti?rrez L?pez. Articulo citado.

(11) Opini?n contenida en testificaci?n que prest? el Doctor Amoral en pleito promovido contra el inmediato sucesor del vinculo. A.H.P.S.C.T. PN. 2690, s/f. Cuaderno del a?o 1680. Cit. Domingo Martinez. de la Pe?a. Obra citada, p.80, nota 1.

(12) A.H.P.S.C.T. Escribania de Don Carlos de Monliano. PN.2528. Escritura de fundaci?n de vinculo, con fuerza r?e mayorazgo, suscrita por Maria Magdalena de Evora, viuda r?e Melchor D?az Delgado, y el licenciado Gonzalo Baez de Evora, su hijo legitimo, el d?a 26 de febrero de 1665.

(13) Archivo Diocesano de Tenerife (A.D.T.) Documentos sin clasificar.
Documento fechado el 28 de marzo de 1752, relativo a incidente
ocurrido en ha iglesia del convento de monjas de San Bernardo.

(14) D.R.A.E.L. Decimonovena edici?n (1970) P?g, 1350_

(15) Entre las mandas del mismo, hallarnos la m?s antigua referencia que conocemos de tal costumbre cn Ycod, cuando destina una tic sus prensas de vestir a una imagen de nuestru se?ora que esta en la iglesia de Sed ar San Marcos una suya de ruso colorado guarnecida con terciopelo verde quetengo.

(16) A.H.P.S.C.T. Escriban?a de Agust?n Gonz?lez Yanes y Sopranis: Inventario realizado el d?a 15 de febrero de 1799., en presencia del Se?or Alcalde Real del lugar, cl Se?or Don Agustin Jorge Rodr?guez, y la hijas de la difunta, Do?a Mar?a y Do?a Leonor Fern?ndez, Linch.

(17) A.H.P.S.C.T. Escriban?a de Don Carlos de Monti ano, PN.253 1. Codicilo de Maria Magdalena de Evora, 13 de mayo de 1674.

(18) A.D.T. Documentos sin clasificar. Autos promovidos por motivo de un incidente acaecido en la iglesia de monjas bernardas durante la estaci?n de la procesi?n de la Magdalena. Declaraci?n de testigos y certificaciones de los Notarios p?blicos Joseph Antonio Afonso yMarcos Mederos Padr?n, efectuadas en Ycode los dias 27 y 28 de marzo de 1752.

(19) Ibiden. Certificaci?n hecha por el expresado Notario P?blico, en la noche del 27 de marzo de 1752, dando fe de lo acontecido seg?n le demand? el Venerable Vicario del lugar.

(20) Ibiden. Declaraci?n practicada por el Vicario de Ycod
el dia 28 de marzo de 1752 ante el N otario Marcos M cdcros Padr?n.

(21) Ibiden. Testificaci?n juramentada prestada por Juan Oliva, sacrist?n del covento del Se?or San Bernardo.

(22) Ibiden. Auto dictado por el Vicario el d?a 28 de Marzo de 1752. A continuaci?n del mismo queda constancia de habersele comunicado, ese mismo dia, la resoluci?n al Beneficiado Vergara.

(23) Frecuentes fueron a lo largo del Antiguo R?gimen los conflictos ocasionados por caprichosas alteraciones de las normas protocolarias como la comentada. Sonados fueron tambi?n, en diferentes ?pocas y lugares, los surgidos entre instituciones civiles y religiosas por entender que se alteraba el orden de su colocaci?n en ceremonias. Hechos que hallamos documentados en nuestras islas a partir del a?o 1581. Al respecto vease Fernando Gabriel Mart?n: La fiesta de la muerte. El t?mulo de Ana de Austria en la catedral de Lus Palmas 1581. XL coloquios de Historia Canario Americana. 1994 .T.1, p.391. Las Palmas, 1996.

(24) A . H.P.S. C. T. Legajo 585. Fundaciones y Mandatos. Bernardas de Ycod. Mandatos del obispo Don Bernardo de Vicu?a y Zuazo, dictados en Ycod el 16 de noviembre del 601.

(25) A.D.T. Caja delnventarios, Ill. Cit. Domingo Mart?nez de la Pe?a: El convento ... p. 90.

(26) A.H.PS.C.T. PN. 2520. f. 675v. F.scrib?nia de F. de Rojas Montiel, Ycod, 22 de mayo de 1651.

(27) Ejemplo tambi?n significativo lo hallamos en el documento de la instituci?n, en el a?o 1661, de la festividad del Triunfo de la Cruz por Baca Borges en su capilla. En ?l se recoge que dicho dia 16 de julio los religiosos quedaban tambi?n obligados de hazer prasesion por el claustro y en ella un de llehur el santo Christo de la Inspiracion. A. H. P S. C.T. Conventos C-25-2.

(28) Aspectos historicos y crtisticos de esta escultura los tratamos ampliamente, en el n?mero del a?o 1991 de esta revista, en el estudio que titulamos. El Cristo de la Expiracirin...posible obra del flamenco Jos? de Arce. En el, cl interesado podr? hallar las correspondientes citas documentales y bibliogrficas.

(29) A.H.P.S.C.T. PN 2528. Eso. de IJ.C:rlos de Montiano, Ycod, 26 de febrero de 1665.

(30) A.H.P.S.C.T. Conventos 25-2. Ese. de Juan Machado, declaraci?n hecha en Ycod cl dia 4 deenero de 1684,
(31) Manuel Ticas: Iconograf?a de la Virgen en cl Arte Espa?ol. Madrid, 1996, p.20S.

(32) Archivo Morales Montesdeoca. Ycod. Fondos de la Casa de Aguiar. Documentos, sin ordenar, suscritos por el licenciado Gonzalo B?ez Borges.

(33) A.H.P.S.C.T. PN.2591. Ese. de Juan Jos? Sopranis, 1763. Test. de Francisco Glez. Luis.

(34) A.H.P.S.C.T. PN.2351. Ese. de Luis de San Juan ?'inelo, Ycod, 31 de enero de 1746.

(35) A.H.P.S.C.T. PN.2592, f. 675. Escriban?a de. Juan Jos? Sopranis Montesdeoca Testamento de Don Gabriel Hurtado de Mendoza, Ycod, 20 de noviembre de 1764.

(36) A.D.T. Caja 541, doc.2. Texto contenido en petici?n elevada por Don Eugenio L?nch al Gobernador Eclesi?stico, fechado en la Villa de Ycod e121 de febrero de 1870.

(37) A.D.T. Caja 5,11, doc 2. Petici?n remitida desde Ycod el 22 de febrero de 1870.

(38) A.H.P.S.C.T. PN. 2463, f. 495. Testamento efectuado el 18 de abril ante Gaspar Mart?n.

(39) Archivo Parroquial de San Marcos de Ycod (AP.S.M.Y). Libro de Relaciones de Memorias y Tributos. Relaci?n de tributos de la Cofradia del

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Jueves, 22 de febrero de 2007
23 de Febrero

El d?a 11 de Marzo se celebrar? en nuestra Di?cesis de Tenerife la Jornada de Hispanoam?rica, que cada a?o dedica en la Iglesia de Espa?a a hacer memoria e impulsar los v?nculos de fraternidad y comuni?n con las iglesias del continente hermano. Con ese motivo ya llegado a nuestras parroquias el material informativo.
Este a?o concurren dos importantes eventos para recordar. Por un lado la celebraci?n de los cincuenta a?os de la ordenaci?n de los primeros sacerdotes de la OCSHA en el seminario Hispanoamericano y, por otro, la preparaci?n de l V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, convocada por el Papa Benedicto XVI en el Santuario de la Aparecida, Brasil, y que inaugurar? su primera visita a Am?rica Latina. Del lema de la Conferencia se ha tomado el lema para la Jornada: ?Llamados a ser disc?pulos y misioneros en Am?rica?.

AMERICA/ESTADOS UNIDOS - ?El amor es la ?nica luz? lema de la Colecta que se realiza al inicio de la Cuaresma a favor de las Iglesias de Europa Central y Oriental, para sostener seminarios, iglesias, proyectos de evangelizaci?n

Washington (Agencia Fides) - ?El amor es la ?nica luz? es el tema de la Colecta del 2007 que realiza la Iglesia en Estados Unidos para ayudar a las Iglesias de Europa Central y Oriental. El tema de esta a?o est? sacado de la Enc?clica del Santo Padre ?Deus Caritas est?: El amor es una luz - en el fondo la ?nica - que ilumina constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y actuar? (n.39).
?Cuando los cat?licos de Estados Unidos contribuyan en la Colecta del 2007 a favor de las Iglesias de Europa Central y Oriental - se lee en la nota de presentaci?n - estar?n contribuyendo a construir parroquias en lugares muy distantes, desconocidos, como Magadan o Rusia, lugares donde los prisioneros de los campos de trabajo, realizaban rosarios con la miga de pan?. Gracias a esta colecta se apoyan seminarios, servicios sociales, centros pastorales, se construyen o se renuevan iglesias y se ayuda a la propagaci?n del Evangelio a trav?s de los medios de comunicaci?n social.
La Campa?a se realizar? en todas las parroquias hoy Mi?rcoles de Ceniza o bien el pr?ximo domingo 25 de febrero, primer Domingo de Cuaresma.
Esta colecta comenz? en Estados unidos en 1991, poco despu?s de la ca?da del comunismo en Europa Oriental, con el fin de ayudar a las reconstrucci?n de estas Iglesias que durante mucho tiempo sufrieron persecuci?n. Desde entonces se han apoyado m?s de 3.500 proyectos de la Iglesia en 25 pa?ses. Pero muchos de estos pa?ses contin?an experimentando problemas econ?micos. Por ello, si bien se ha hecho ya mucho, queda todav?a mucho por hacer, afirman los organizadores de la Colecta. (RG) (Agencia Fides 21/2/2007 L?neas: 23 Palabras: 312)

Links:
Para mayor informaci?n sobre la colecta
http://www.usccb.org/aee/index.shtml

Con el lema ?Cuando nos tocar? a nosotros? fue lanzada ayer la Campa?a de Fraternidad 2007 en Chile, durante una conferencia de prensa ofrecida por Mons. Cristian Contreras Villaroel, Obispo Auxiliar de Santiago junto con Roberto Urbina, coordinador general de la Campa?a


200 mil ni?os esperan su ayuda en esta Cuaresma 2007

Con el lema ?Cu?ndo nos tocar? a nosotros? parti? campa?a Cuaresma de Fraternidad 2007. As? lo dio a conocer Monse?or Cristian Contreras Villarroel, Obispo Auxiliar de Santiago y Secretario General de la Conferencia Episcopal. Este a?o se apoyar? a ni?os menores de 6 a?os y en situaci?n de extrema pobreza.

En la terraza Caupolic?n del cerro Santa Lucia, en Santiago, se dio el vamos en la ma?ana del martes 20 de febrero, en v?speras de Mi?rcoles de Ceniza, a la Campa?a de Cuaresma de Fraternidad 2007, durante una conferencia de prensa ofrecida por Monse?or Cristian Contreras Villarroel, Obispo Auxiliar de Santiago, acompa?ado de Roberto Urbina, coordinador general de esta cruzada solidaria, y de unos veinte ni?os de un Jard?n Infantil de Malloco, quienes pusieron la nota de alegr?a y colorido al encuentro con la prensa.

Cuaresma de Fraternidad es una campa?a que se viene realizando desde hace 24 a?os, record? Monse?or Contreras, y tiene por finalidad motivar a los cat?licos y personas de buena voluntad a solidarizar, en este tiempo de Cuaresma, con los m?s necesitados. ?Cuaresma es un tiempo de preparaci?n para vivir Semana Santa en un esp?ritu de fe y de oraci?n. La Iglesia nos invita a llevar una vida de mucha austeridad compartiendo lo que tenemos con los m?s pobres, incluso m?s, nos pide dar con sacrificio?, se?al? el Obispo Auxiliar de Santiago.

Ni?os en riesgo social

Monse?or Contreras destac? que este a?o, al igual que el 2006, los recursos que se re?nan en esta campa?a estar?n destinados a favorecer programas de ayuda a ni?os menores de seis a?os y en riesgo social. ?Por eso llamo a las familias cat?licas, y a toda persona de buena voluntad, a ser muy generosos en esta ocasi?n. Son m?s de 200 mil ni?os y ni?as en el pa?s que esperan nuestra ayuda. La invitaci?n va tambi?n a los j?venes y a los ni?os para que en sus colegios participen de esta campa?a, con la ayuda de todos seremos capaces de superar lo reunido en el 2006 que llrg? a los 720 millones de pesos?, dijo.

Alcanc?as en parroquias y colegios

Con la finalidad de que las familias participen de esta campa?a, Roberto Urbina inform? que se han distribuido un mill?n de peque?as alcanc?as, las que se pueden retirar en parroquias y capillas; y a contar de marzo en los colegios cat?licos. Tambi?n los aportes se pueden entregar en la cuenta corriente N? 187.593 del Banco del Estado. Esta campa?a se extiende desde Mi?rcoles de Ceniza y hasta Domingo de Resurrecci?n, d?a en que las alcanc?as con lo recaudado deben llevarse a las parroquias.

?Cuando nos tocar? a nosotros?

Desde el a?o 2006 y hasta el 2008 la Cuaresma de Fraternidad est? dirigida a apoyar programas para ni?os y ni?as, menores de 6 a?os, en situaci?n de vulnerabilidad y/o riesgo social, en todo el pa?s.

Hasta esa edad, los ni?os y ni?as est?n en un proceso de desarrollo muy determinante para su futuro; cambian y progresan a gran velocidad acogiendo est?mulos principalmente en sus familias o entornos m?s cercanos. La calidad de esos est?mulos es fundamental para la calidad del desarrollo de esos ni?os. Ni?os amenazados, reprochados, violentados, coartados, tendr?n menos posibilidades de desarrollar habilidades que quienes no sufran esas situaciones.

Actualmente, hay m?s de 200.000 ni?os y ni?as que viven en condiciones de muchas privaciones que afectan, a veces severamente, su desarrollo. Unos viven encerrados mientras sus madres trabajan; otros son dejados al cuidado de hermanos mayores o ancianos. Muchos de ellos sufren las pobres condiciones culturales, sociales y de desarrollo personal que tienen las personas de su entorno inmediato.

A trav?s de los recursos recaudados en Cuaresma de Fraternidad, la Iglesia en todo el pa?s fomentar? actividades que ofrezcan mejores y positivas oportunidades a ni?os y ni?as que vivan en esas condiciones, con est?mulos que les abran nuevas posibilidades para su futuro. Estas actividades son organizadas y planificadas, a fin de asegurar la mayor permanencia posible. Muchas de ellas son realizadas por adultos que se asocian y organizan, participando como protagonistas, para ofrecer estas oportunidades y estimulaciones a los ni?os.

Antecedentes

Poblaci?n menor de 6 a?os, total, seg?n el Censo 2002:

Edad en a?os cumplidos
0 a?o: 214.705
1 a?o: 221.900
2 a?os: 227.041
3 a?os: 239.463
4 a?os: 247.967
5 a?os: 250.591
Total poblaci?n 0 a 6 a?os: 1.401.667

El an?lisis que Mideplan hace de la encuesta CASEN indica que hay un 9,3% de menores de 2 a?os y un 8,8% de ni?os entre 2 y 5 a?os en situaci?n de indigencia. Esto es 37.814 menores de dos a?os y 84.926 ni?os y ni?as entre 2 y 5 a?os, lo que da un total de 122.740 menores de 6 a?os que viven en condiciones inapropiadas para su desarrollo, en familias que tienen menos de lo que necesitan para vivir.

En situaci?n de pobreza viven casi 400 mil ni?os y ni?as menores de 6 a?os (22,6% de los menores de 2 a?os y 31,9% de los que tienen entre 2 y 5 a?os). Podemos considerar que un 20% de esos ni?os tampoco tienen condiciones apropiadas para su desarrollo debido a la estrechez econ?mica, baja escolaridad, inestabilidad laboral y otros rasgos de la situaci?n de vida de sus padres.

Por tanto, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que hay unos 200.000 ni?os y ni?as menores de 6 a?os que viven en condiciones de vulnerabilidad y riesgo social. A ellos no s?lo les afecta la situaci?n en que vive su familia inmediata, sino tambi?n el entorno muchas veces marcado por el alcoholismo, la droga, el abandono, la violencia y otras experiencias que pronto les incitar?n y afectar?n.

?Qu? se hace con el dinero recaudado?

Con la recaudaci?n obtenida en la Cuaresma 2006 se est?n desarrollando programas orientados al desarrollo integral de unos 32.000 ni?os y ni?as, menores de 6 a?os que viven en condiciones de pobreza y riesgo social, en todo el pa?s:

o Ampliaci?n, reparaci?n y equipamiento de salas cunas y jardines infantiles
o Talleres para madres y padres sobre estimulaci?n temprana para sus hijos
o Talleres formativos para ni?os despertando sus habilidades
o Programas recreativo/formativos orientados a desarrollarles a trav?s de la interacci?n grupal
o Atenci?n a madres adolescentes con programas formativos de estimulaci?n temprana orientados al desarrollo integral de sus hijos
o Apoyo a grupos de madres que trabajan en sus iniciativas para el cuidado y la atenci?n de sus hijos mientras ellas est?n ausentes
o Prevenci?n del maltrato a los ni?os a trav?s de difusi?n de materiales y realizaci?n de talleres formativos para adultos.

Desaf?os

? Educar un coraz?n compasivo.
? No es una colecta m?s, sino el fruto de vivir la espiritualidad cuaresmal expresada en la pr?ctica del amor generoso.
? Es m?s que una Campa?a para recaudar fondos para una buena causa.
? Es m?s que privarse de gustos por puro martirio.
? Incentivar la Campa?a en los Colegios de la Arquidi?cesis.
? Aumentar la Recaudaci?n.
? Ofrecer mejores y positivas oportunidades de educaci?n preescolar a estos ni?os/as, con el objetivo de estimular y fortalecer el cimiento en sus vidas que abran nuevas posibilidades para su futuro.

Ver Especial de Cuaresma de Fraternidad 2007

Fuente: DOP y Cuaresma de Fraternidad www.iglesiadesantiago.cl

Desde la oficina de prensa del obispado de Tenerife se nos remite la siguiente nota:

El Tribunal Constitucional confirma la constitucionalidad de los acuerdos con la Santa Sede sobre la elecci?n de los profesores de religi?n

El Alto Tribunal se?ala que para la elecci?n de los docentes de esa materia puede tenerse en cuenta tambi?n la conducta personal

EFE - Madrid - 22/02/2007

El Tribunal Constitucional (TC) ha resuelto no admitir la cuesti?n de inconstitucionalidad de un conjunto de art?culos sobre la designaci?n de los profesores de Religi?n y el contenido de esta asignatura del Acuerdo de Ense?anza que el Gobierno y la Santa Sede suscribieron en 1979. Asimismo, el alto tribunal ha decidido desestimar la inconstitucionalidad del resto del contenido de dicho Acuerdo. El fallo del TC se produce a ra?z de la remisi?n, por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, del caso de una profesora de Religi?n a quien las autoridades eclesi?sticas de las islas no renovaron el contrato por mantener una relaci?n sentimental con un hombre que no era su marido, del que se hab?a separado previamente.

La docente, una vez desestim? su demanda el juzgado pertinente, recurri? al Tribunal Superior de Justicia de Canarias, que a su vez, antes de pronunciarse, elev? el caso al TC para que determinara si se ajustan a la Carta Magna los contenidos del Acuerdo sobre Ense?anza y Asuntos Culturales que el Gobierno y la Santa Sede firmaron en 1979.
Los preceptos y art?culos de ese acuerdo cuya inconstitucionalidad no ha admitido el TC son los p?rrafos tercero y cuarto del art?culo III y los art?culos IV y VII. Tambi?n analiz? la constitucionalidad del primer p?rrafo de la Disposici?n Adicional Segunda de la Ley Org?nica de Ordenaci?n General del Sistema Educativo, de diciembre de 1998.

Los apartados citados del art?culo III del Acuerdo con la Santa Sede se refieren a la designaci?n por las autoridades eclesi?sticas del personal que impartir? la ense?anza religiosa, y el art?culo IV prescribe que a la jerarqu?a de la Iglesia corresponde se?alar los contenidos de la ense?anza religiosa cat?lica, as? como proponer los libros de texto y el material did?ctico. El art?culo VII indica que la situaci?n econ?mica de los profesores de Religi?n se concertar? entre la Administraci?n central y la Conferencia Episcopal Espa?ola, mientras que la Disposici?n Adicional Segunda antes citada alude al r?gimen de contrataci?n laboral, que durar? lo que el curso escolar, "a tiempo completo o parcial".

El TC resuelve, respecto a estos aspectos, que "ha de corresponder a las confesiones la competencia para el juicio sobre la idoneidad de las personas que hayan de impartir la ense?anza de su respectivo credo". El alto tribunal considera, adem?s, que esta elecci?n no tiene por qu? ce?irse a "los conocimientos dogm?ticos o las aptitudes pedag?gicas", sino que puede extenderse a la conducta de los profesores "en la medida en que el testimonio personal" supone para la comunidad religiosa "un componente definitorio de su credo", hasta el extremo de que este supuesto es "determinante" en la cualificaci?n para la docencia.

AMERICA/PERU - El Arzobispo de Piura ofrece un conjunto de reflexiones, sugerencias y recomendaciones para que los fieles puedan vivir la Cuaresma como un tiempo de gracia y de renovaci?n de la fe

Piura (Agencia Fides) - Al inicio de la Cuaresma, el Arzobispo de Piura, Mons. Jos? Antonio Eguren Anselmi, SCV, ha presentado un trabajo que contiene un conjunto de reflexiones, sugerencias y recomendaciones para que los fieles puedan preparase a vivir este tiempo de gracia y puedan renovar su fe en Cristo. En la carta de presentaci?n enviada a todos los p?rrocos, rectores, capellanes y superiores de comunidades consagradas, el Obispo recuerda que la Cuaresma ? es un tiempo de gracia para renovar la propia adhesi?n al Se?or Jes?s y anunciar, con renovado ardor, su misterio de salvaci?n?. Siendo adem?s un tiempo penitencial por excelencia, ?nos exige acoger con mayor generosidad en nuestras vidas la Palabra de Dios para as? conocer la verdad de qui?nes somos, de d?nde venimos, a d?nde debemos ir, y qu? es lo que tenemos que hacer para ser felices y alcanzar la salvaci?n?.
El trabajo contiene en primer lugar una explicaci?n del tiempo de Cuaresma: caracter?sticas del mismo, sentido que tiene este tiempo lit?rgico, estructuras del tiempo de Cuaresma, Solemnidades, fiestas y memorias durante la Cuaresma. Ofrece a continuaci?n una reflexi?n sobre las lecturas b?blicas de la Cuaresma y las normas lit?rgicas especiales para este tiempo fuerte adem?s de otras normas complementarias. Por ?ltimo da algunas recomendaciones y sugerencias en primer lugar en cuanto a las celebraciones lit?rgicas en este tiempo y en segundo lugar en cuanto a los actos propios que realizan los fieles como son la Oraci?n, mortificaci?n y caridad, La abstinencia y el ayuno, la Piedad Popular
?Que la Cuaresma sea un tiempo propicio para que, a trav?s de su itinerario asc?tico y lit?rgico, le abramos el coraz?n al amor misericordioso del Se?or Jes?s que todo lo perdona, reconcilia, embellece y dignifica?, concluye Mons. Jos? Antonio Eguren. (RG) (Agencia Fides 20/2/2007 L?neas: 25 Palabras: 326)

Links:
Para acceder al trabajo del Tiempo de Cuaresma
http://www.arzobispadodepiura.org/content/view/167/

ASIA/NEPAL - La primavera de la Iglesia en el Reino de Nepal, esperanza de un futuro prometedor: entrevista a Mons. Anthony Sharma, nuevo Vicario Apost?lico

Katmand? (Agencia Fides) - La Iglesia en Nepal continua desarrollando su misi?n de servicio al pueblo de Nepal, empe??ndose en la instrucci?n y en obras sociales. Pero tambi?n animando la llegada de nuevas congregaciones religiosas, masculinas y femeninas, y dando importancia a la formaci?n de los laicos y j?venes. Despu?s de la reciente elevaci?n de la Prefectura Apost?lica de Nepal a Vicariato Apost?lico, ha sido nombrado Mons. Anthony Sharma como Vicario Apost?lico y recibir? la ordenaci?n episcopal a principios de mayo. Mons. Sharma, Jesuita, naci? en Katmand? hace 70 a?os, y sigui? desde los primordios el desarrollo de la Iglesia en Nepal. En una entrevista a la Agencia Fides, Mons. Sharma habla del pasado, del presente y del futuro de la comunidad cat?lica en el reino del subcontinente indiano.

Mons. Sharma, ?podr?a recordar brevemente el nacimiento de la Iglesia en Nepal?

En el 1951 los Jesuitas de Patna, en India nororiental, aceptaron la invitaci?n del rey Tribuhuvan, entonces soberano de Nepal, de extender sus servicios educativos en territorio nepal?s. Su entrada en el reino nepal?s fue la primera presencia cristiana en el siglo XX. Esta es la fecha del nacimiento de la Iglesia en Nepal: a partir de aquel peque?o n?cleo se fue desarrollando la misi?n, paso a paso, hasta hoy.

?Qu? congregaciones religiosas han contribuido al crecimiento de la comunidad cat?lica?

En los principios fueron sobre todo los Jesuitas (entre las ordenes religiosos masculinas) y las Hermanas del instituto de la Beata Virgen Maria, que ten?an el permiso de entrar en el pa?s a mediados de los a?os 50. Los misioneros trabajaron con paciencia y dedicaci?n, aunque en los principios las condiciones no eran favorables: aunque la gente parec?a agradecer la presencia de los misioneros cristianos, se prohibi? a los sacerdotes y religiosos predicar abiertamente (ya que el Reino ten?a como religi?n de estado el hinduismo, ndr) y s?lo se les permiti? realizar actividades educativas en un territorio delimitado, el valle de Katmand?. Era l?cita la asistencia espiritual a las misiones diplom?ticas o de los organismos internacionales, pero quien predicara corr?a peligro de ir a la prisi?n o la expulsi?n del pa?s.

?Por tanto, en los principios la misi?n tuvo muchas dificultades?

La situaci?n de "destierro de las actividades educativas" duro un treinteno, del 1951 a 1982. Los fieles laicos no eran libres de profesar su fe, y no pod?an ni siquiera ser llamados con su nombre de bautismo, en cu?nto eso habr?a significado sufrir pesadas discriminaciones sociales. El cristianismo era todav?a considerado como una religi?n extranjera y malmirada. Pero precisamente estas persecuciones han sido los "momentos de gracia" que nos han llevado a testimoniar el Evangelio y sus valores con las obras, con la vida, sobre todo por medio de la instrucci?n y los servicios sociales estando cerca de los marginados, los pobres, los que sufren.

?Cu?ntos fieles son en la actualidad? ?C?mo procede la evangelizaci?n?

Seg?n nuestros datos del 2006, tenemos actualmente 6.226 cat?licos. La poblaci?n de cristianos ha crecido mucho en Nepal desde principios de los a?os 90, en que tambi?n las condiciones socio-pol?ticas vieron el desarrollo del movimiento democr?tico. Hoy se cuentan m?s de 1.500 comunidades de diversas confesiones cristianas. Pensamos que en total el n?mero de cristianos llegue al mill?n. Desde la promulgaci?n de la nueva Constituci?n de Nepal, en 1991, son reconocidas las libertades individuales, y tambi?n libertad a cada ciudadano de elegir su propia religi?n.
Por lo que concierne a la Iglesia cat?lica, tenemos entre 250 y 300 bautismos cada a?o. Hemos instituido escuelas cat?licas y seminarios menores para chicos, pero tambi?n seminarios mayores d?nde los j?venes que quieren profundizar su fe cristiana pueden completar la instrucci?n secundaria. Tambi?n hay muchas congregaciones religiosas femeninas, con una cierta floraci?n de vocaciones. Realizamos la evangelizaci?n especialmente por medio de las obras sociales: as? la gente nos conoce y nos interroga sobre nuestra fe. Para los que piden convertirse al catolicismo, tenemos en marcha un programa bienal de catecumenato.

?C?mo vive la Iglesia la actual fase de transformaci?n social y pol?tica de la naci?n?

Nuestra comunidad sigue sirviendo el pueblo nepal?s, como ha hecho desde el principio, con celo y dedicaci?n. Continuaremos en el futuro en este camino tanto si Nepal se convierte en un estado secular, como si permanece siendo un reino hind?. Recientemente, organizaciones y ciudadanos privados no cristianos nos han ofrecido terrenos para crear nuevos institutos de instrucci?n, hospitales y obras sociales. Valoraremos: estamos tratando de hacer desarrollar la presencia cat?lica en las partes m?s remotas del pa?s, en el este y oeste.

?Qu? piensan las autoridades y la gente com?n de la Iglesia?

La Iglesia goza de una ?ptima imagen en el pa?s, tanto por parte de los l?deres pol?ticos, como entre la gente. Nuestros servicios sociales son muy estimados y a veces expresamente requeridos. Los esfuerzos que realizamos para mejorar la vida de las mujeres y su alfabetizaci?n, por medio de programas educativos y sociales, han tenido un fuerte impacto. La asistencia que ofrecemos de forma gratuita a los minusv?lidos f?sicos y mentales, que son m?s de 1,5 millones en el pa?s, es muy estimada. Los servicios sanitarios, fijos y m?viles, atienden a muchas personas. Por ello, la Iglesia es querida por todos.

?Qu? esperan los cat?licos para el futuro del pa?s?

Esperamos que el pa?s pueda continuar adelante unido y en paz. Esperamos que se eliminen completamente las discriminaciones de casta, fe, raza o condici?n social. Deseamos que los habitantes de los llanos y los de las zonas monta?osas (los dos grupos principales de la poblaci?n nepalesa) puedan vivir juntos como una ?nica familia. Sobre todo esperamos en el crecimiento de una clase pol?tica que sepa conducir el pa?s hacia el desarrollo y la prosperidad, no atendiendo s?lo a intereses particulares o a ambiciones personales.

?Cu?les son los programas pastorales para el futuro?

La elevaci?n a Vicariato Apost?lico es para nosotros un importante signo de reconocimiento de la gradual maduraci?n de nuestra peque?a comunidad. Estamos felices de ello. Ahora querr?a invitar al pa?s a otras congregaciones religiosas, masculinas y femeninas, para ayudar al crecimiento cultural espiritual de esta comunidad. Adem?s debemos trabajar para hacer surgir vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa. Es importante tambi?n poner en marcha nuevos movimientos y agrupaciones laicales para dar nuevo fermento a la pastoral de la Iglesia, y tambi?n para animar a hombres concienzudos, con un patrimonio de valores cristianos, a asumir responsabilidad en papeles sociales y civiles. Adem?s creo mucho en la pastoral dirigida a los j?venes, que constituyen la esperanza del pa?s y de nuestra comunidad.
(PA) (Agencia Fides 20/2/2007 L?neas: 91 Palabras: 1111)

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EUROPA/PORTUGAL - "Con las renuncias de la Cuaresma ayudemos a construir un seminario en Guinea Bissau" propone el Obispo de Portalegre-Castelo Branco

Portalegre (Agencia Fides) - Ayudar, con las renuncias cuaresmales, en dos importantes obras eclesiales, una de ellas en ?frica, Guinea Bissau. Es lo que propone S.E Mons. Jos? Francisco Sanchez Alves, Obispo de Portalegre-Castelo Branco en Portugal.
En su mensaje para la Cuaresma, Mons Alvez exhorta a los fieles a vivir con "particular intensidad este momento lit?rgico" y recuerda que la Iglesia cuenta con "muchos recursos espirituales": participaci?n en las celebraciones, en las devociones populares, en las oraciones individuales y colectivas, en la lectura de la Biblia, en la penitencia y en la renuncia de algunos bienes materiales.
"Quien contempla a Cristo en la cruz no puede no sentirse interpelado por este acto de amor infinito respecto a la humanidad" afirma en su mensaje cuaresmal el Obispo de Portalegre-Castelo Branco. Esta contemplaci?n "provoca un proceso din?mico de amor y servicio a los hermanos."
Un amor que se concreta en la propuesta de ayudar a un seminario en Guinea Bissau y un centro pastoral en la di?cesis de Portalegre-Castelo Branco. En Guinea Bissau, d?nde ir? a desarrollar su servicio un misionero de la Preciosa Sangre, originario de la di?cesis portuguesa, "ayudaremos - recuerda el Obispo - a construir un seminario destinado a la formaci?n de los futuros sacerdotes en un Pa?s donde los portugueses llevaron la fe y d?nde la inestabilidad pol?tica sigue dejando detr?s de si una estela de pobreza."
En el Barrio dos Assentos, en la ciudad de Portalegre, con las renuncias de la Cuaresma los fieles cat?licos ayudar?n a construir una iglesia, un centro parroquial y un centro social". Se trata de obras "esperadas desde hace 20 a?os por la poblaci?n del principal barrio de la ciudad" en continuo crecimiento. (L.M) (Agencia Fides 20/2/2007 L?neas: 24 Palabras: 304)

ZENIT publica la carta, difundida este mi?rcoles por la Sala de Prensa de la Santa Sede, que Benedicto XVI escribi? a monse?or Stanislaw Wielgus tras su dimisi?n como arzobispo de Varsovia.

Nombrado al frente de la archidi?cesis primada de Polonia, monse?or Wielgus, acusado de haber colaborado con los servicios secretos del pasado r?gimen comunista del pa?s, acept? tal implicaci?n y renunci? a la sede arzobispal.

El d?a previsto para su solemne ingreso en la catedral de Varsovia como arzobispo metropolita ?el pasado 7 de enero-, se confirm? que el Papa aceptaba la renuncia de monse?or Stanislaw Wielgus a la citada sede.

La Eucarist?a de ese d?a la presidi? entonces el cardenal Jozef Glemp ?administrador apost?lico de Varsovia-, cuya homil?a traz? una fuerte acusaci?n a los servicios comunistas de su pa?s. Al lado del purpurado, durante la Misa, lloraba monse?or Wielgus.


Carta de Benedicto XVI a monse?or Wielgus, arzobispo em?rito de Varsovia

Al amad?simo hermano
Arzobispo Stanislaw Wielgus

He le?do con atenci?n la preciosa carta de Vuestra Excelencia, del pasado 8 de enero, y calurosamente le doy las gracias por la confianza con la que usted ha abierto su alma ante m?, mostrando el doloroso sufrimiento de su coraz?n durante toda su vida de sacerdote y obispo, hasta la renuncia del encargo como Arzobispo de Varsovia.

En este ?ltimo per?odo he participado en sus sufrimientos y deseo asegurarle mi espiritual cercan?a y fraterna comprensi?n.

En lo relativo al pasado, soy plenamente consciente de las excepcionales circunstancias en las que usted desarrollaba su servicio, cuando el r?gimen comunista en Polonia usaba todos los medios para sofocar las libertades de los ciudadanos y de manera especial del clero.

Como Rector de la Universidad en Lublin, y como Obispo de Plock, usted ha dado prueba de la gran piedad y del profundo amor por Jesucristo y por la Iglesia.

Cuando hace un mes usted present? su dimisi?n, consciente de que la situaci?n creada no le permite iniciar el servicio episcopal con la indispensable autoridad, vi claramente en este acto una profunda sensibilidad por el bien de la Iglesia de Varsovia y de la de Polonia, y tambi?n su humildad y desapego de los cargos.

Desear?a sobre todo alentarle a proseguir con confianza y serenidad en el coraz?n. Expreso el deseo de que usted reanude de nuevo su actividad al servicio de Cristo, en la forma en que sea posible, a fin de que utilice el vasto y profundo conocimiento y piedad sacerdotal por el bien de la amada Iglesia en Polonia.

La misi?n episcopal, hoy, como en el pasado, est? marcada por el sufrimiento. Que Nuestro Se?or no deje de sostenerle con su gracia. De ayuda ser? tambi?n la amistad de los hermanos obispos y de las personas que le han conocido y estimado.

Con vivo sentimiento, record?ndole en la constante oraci?n ante el Altar del Se?or y ante la Sant?sima Virgen Mar?a, de coraz?n le imparto la especial Bendici?n Apost?lica en la esperanza de la abundante gracia del cielo.

Desde el Vaticano, 12 de febrero de 2007

[Traducci?n del texto en italiano distribuido por la sala de Prensa de la Santa Sede.]

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ZENIT publica la intervenci?n de Benedicto XVI en la audiencia general del mi?rcoles, 21 de Febrero de 2007, dedicada al Mi?rcoles de Ceniza.

Queridos hermanos y hermanas:

El Mi?rcoles de Ceniza que hoy celebramos, es para nosotros, cristianos, un d?a particular, caracterizado por el intenso esp?ritu de recogimiento y reflexi?n. Emprendemos, de hecho, el camino de la Cuaresma, tiempo de escucha de la Palabra de Dios, de oraci?n y de penitencia. Son cuarenta d?as en los que la liturgia nos ayudar? a revivir las fases destacadas del misterio de la salvaci?n.

Como sabemos, el hombre ha sido creado para ser amigo de Dios, pero el pecado de los primeros padres quebr? esta relaci?n de confianza y de amor y, como consecuencia, la humanidad es incapaz de realizar su vocaci?n originaria.

Gracias, sin embargo, al sacrificio redentor de Cristo, hemos sido rescatados por el poder del mal: Cristo, de hecho, escribe el ap?stol Juan, ha sido v?ctima de expiaci?n por nuestros pecados (Cf. 1 Juan 2, 2); y san Pedro a?ade: ?l ha muerto una vez para siempre por los pecados (Cf. 1 Pedro 3,18).

Al morir con Cristo al pecado, el bautizado tambi?n renace a una vida nueva y es restablecido gratuitamente en su dignidad de hijo de Dios. Por este motivo, en la primitiva comunidad cristiana, el Bautismo era considerado como la ?primera resurrecci?n? (Cf. Apocalipsis 20,5; Romanos 6,1?11; Juan 5,25?28).

Desde los or?genes, por tanto, la Cuaresma se vive como ese tiempo de la inmediata preparaci?n al Bautismo, que se administra solemnemente durante la Vigilia Pascual. Toda la Cuaresma era un camino hacia este gran encuentro con Cristo, hacia la inmersi?n en Cristo y la renovaci?n de la vida.

Estamos ya bautizados, pero con frecuencia el Bautismo es muy eficaz en nuestra vida cotidiana. Por este motivo, tambi?n para nosotros la Cuaresma es un ?catecumenado? renovado en el que salimos de nuevo al encuentro de nuestro Bautismo para redescubrirlo y revivirlo en profundidad, para ser de nuevo realmente cristianos.

Por tanto, la Cuaresma es una oportunidad para ?volver a ser? cristianos, a trav?s de un proceso constante de cambio interior y de avance en el conocimiento y en el amor de Cristo. La conversi?n no tiene lugar nunca una vez para siempre, sino que es un proceso, un camino interior de toda nuestra vida. Ciertamente este itinerario de conversi?n evang?lica no puede limitarse a un per?odo particular del a?o: es un camino de todos los d?as, que tiene que abarcar toda la existencia, cada d?a de nuestra vida.

Desde este punto de vista, para cada cristiano y para todas las comunidades eclesiales, la Cuaresma es la estaci?n espiritual propicia para entrenarse con mayor tenacidad en la b?squeda de Dios, abriendo el coraz?n a Cristo.

San Agust?n dijo en una ocasi?n que nuestra vida es un ejercicio ?nico del deseo de acercarnos a Dios, de ser capaces de dejar entrar a Dios en nuestro ser. ?Toda la vida del cristiano fervoroso --dice-- es un santo deseo?. Si esto es as?, en Cuaresma se nos invita a?n m?s a arrancar ?de nuestros deseos las ra?ces de la vanidad? para educar el coraz?n en el deseo, es decir, en el amor de Dios. ?Dios --dice san Agust?n-- es todo lo que deseamos? (Cf. ?Tract. in Iohn.?, 4). Y esperamos que realmente comencemos a desear a Dios, y de este modo desear la verdadera vida, el amor mismo y la verdad.

Es particularmente oportuna la exhortaci?n de Jes?s, referida por el evangelista Marcos: ?Convert?os y creed en la Buena Nueva? (Cf. Marcos 1, 15). El deseo sincero de Dios nos lleva a rechazar el mal y a realizar el bien. Esta conversi?n del coraz?n es ante todo un don gratuito de Dios, que nos ha creado para s? y en Jesucristo nos ha redimido: nuestra felicidad consiste en permanecer en ?l (Cf. Juan 15, 3). Por este motivo, ?l mismo previene con su gracia nuestro deseo y acompa?a nuestros esfuerzos de conversi?n.

Pero, ?qu? es en realidad convertirse? Convertirse quiere decir buscar a Dios, caminar con Dios, seguir d?cilmente las ense?anzas de su Hijo, Jesucristo; convertirse no es un esfuerzo para realizarse uno mismo, porque el ser humano no es el arquitecto del propio destino. Nosotros no nos hemos hecho a nosotros mismos. Por ello, la autorrealizaci?n es una contradicci?n y es demasiado poco para nosotros. Tenemos un destino m?s alto. Podr?amos decir que la conversi?n consiste precisamente en no considerarse en ?creadores? de s? mismos, descubriendo de este modo la verdad, porque no somos autores de nosotros mismos.

Conversi?n consiste en aceptar libremente y con amor que dependemos totalmente de Dios, nuestro verdadero Creador, que dependemos del amor. Esto no es dependencia, sino libertad. Convertirse significa, por tanto, no perseguir el ?xito personal, que es algo que pasa, sino, abandonando toda seguridad humana, seguir con sencillez y confianza al Se?or para que Jes?s se convierta para cada uno, como le gustaba decir a la beata Teresa de Calcuta, en ?mi todo en todo?. Quien se deja conquistar por ?l no tiene miedo de perder la propia vida, porque en la Cruz ?l nos am? y se entreg? por nosotros. Y precisamente, al perder por amor nuestra vida, la volvemos a encontrar.

He querido subrayar el inmenso amor que Dios tiene por nosotros en el mensaje con motivo de la Cuaresma publicado hace unos d?as para que los cristianos de toda comunidad puedan detenerse espiritualmente durante el tiempo de la Cuaresma, junto a Mar?a y Juan, el disc?pulo predilecto, ante Aquel que en la Cruz consum? por la humanidad el sacrificio de su vida (Cf. Juan 19, 25).

S?, queridos hermanos y hermanas, la Cruz tambi?n es para nosotros, hombres y mujeres de nuestra ?poca que con demasiada frecuencia estamos distra?dos por las preocupaciones y los intereses terrenos y moment?neos, la revelaci?n definitiva del amor y de la misericordia divina. Dios es amor y su amor es el secreto de nuestra felicidad. Ahora bien, para entrar en este misterio de amor no hay otro camino que el de perdernos, entregarnos, el camino de la Cruz. ?Si alguno quiere venir en pos de m?, ni?guese a s? mismo, tome su cruz y s?game? (Marcos 8, 34). Por este motivo, la liturgia cuaresmal, al invitarnos a reflexionar y rezar, nos estimula a valorar m?s la penitencia y el sacrificio para rechazar el pecado y el mal y vencer el ego?smo y la indiferencia. La oraci?n, el ayuno y la penitencia, las obras de caridad hacia los hermanos se convierten de este modo en sendas espirituales que hay que recorrer para regresar a Dios en respuesta a los repetidos llamamientos a la conversi?n que hoy hace la liturgia (Cf. G?latas 2,12-13; Mateo 6,16-18).

Queridos hermanos y hermanas, que el per?odo cuaresmal, que hoy emprendemos con el austero y significativo rito de la imposici?n de las Cenizas, sea para todos una renovada experiencia del amor misericordioso de Cristo, quien en la Cruz derram? su sangre por nosotros.

Pong?monos d?cilmente a su escucha para aprender a ?volver a dar? su amor al pr?jimo, especialmente a los que sufren y atraviesan dificultades. Esta es la misi?n de todo disc?pulo de Cristo, pero para realizarla es necesario permanecer a la escucha de su Palabra y alimentarse asiduamente de su Cuerpo y de su Sangre. Que el itinerario cuaresmal, que en la Iglesia antigua es itinerario hacia la iniciaci?n cristiana, hacia el Bautismo y la Eucarist?a, sea para nosotros, los bautizados, un tiempo ?eucar?stico? en el que participemos con mayor fervor en el sacrificio de la Eucarist?a.

Que la Virgen Mar?a, tras haber compartido la pasi?n dolorosa de su hijo divino, experiment? la alegr?a de la resurrecci?n, nos acompa?e en esta Cuaresma hacia el misterio de la Pascua, revelaci?n suprema del amor de Dios.

?Buena Cuaresma a todos!

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit. Al final de la audiencia, el Papa salud? a los peregrinos en varios idiomas. Estas fueron sus palabras en espa?ol:]

Queridos hermanos y hermanas:
Hoy, Mi?rcoles de Ceniza, es un d?a particular para nosotros cristianos. Emprendemos el camino Cuaresmal. Cuarenta d?as caracterizados por un intenso esp?ritu de oraci?n y penitencia durante los cuales la liturgia nos ayudar? a revivir el misterio de la salvaci?n. Una ocasi?n providencial para convertirnos, para buscar con m?s tes?n a Dios y volver a ?l, abriendo el coraz?n a Cristo.

Cu?n oportuna resuena la exhortaci?n de Jes?s, que leemos en el evangelista san Marcos: "Convert?os y creed en el Evangelio". Convertirse significa buscar a Cristo, seguir d?cilmente sus ense?anzas, amarlo, con sencillez y confianza.

Para entrar en este misterio de amor no hay otro camino que el de la Cruz. La Cruz es la revelaci?n definitiva del amor y de la misericordia divina. La oraci?n, el ayuno, la penitencia y las obras de caridad para con los hermanos son los caminos espirituales para retornar a Dios.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua espa?ola, especialmente a las Siervas del Sagrado Coraz?n de Jes?s, que celebran el Cap?tulo General; a los fieles de Albacete, Tenerife y Toledo; a los estudiantes de C?ceres y San Sebasti?n, as? como a los peregrinos de Argentina, Chile y M?xico. El per?odo cuaresmal, que hoy comenzamos con el austero y significativo rito de la imposici?n de la Ceniza, sea para todos una experiencia renovada del amor misericordioso de Cristo. Aprendamos de ?l a amar al pr?jimo, especialmente a cu?ntos sufren. Que la Virgen Mar?a nos acompa?e en esta Cuaresma para prepararnos a revivir el misterio de la Pascua, revelaci?n suprema del amor de Dios. ?Buena Cuaresma a todos!

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A los Sacerdotes, Consagrados, Consagradas y Fieles Laicos de la Arquidi?cesis

Buenos Aires 21 de febrero de 2007, Mi?rcoles de Ceniza

Queridos hermanos:

Comenzamos el camino hacia la Pascua. Nuestro peregrinar se hace m?s intenso contemplando, desde ahora, el Misterio que nos restaur? la Vida, el Misterio de nuestra reconciliaci?n con Dios por medio de Cristo Jes?s, que padeci?, muri? y resucit? por nuestros pecados.

Nos preparamos andando, y todo andar implica una partida, una salida. Como la de Abraham, como la de los profetas, como la de cualquiera de aquellos que un d?a, all? en Galilea, se pusieron en marcha para seguir a Jes?s. La historia del pueblo de Dios y de la Iglesia est? marcada desde su origen por la ruptura, la partida y los desplazamientos: Abrah?n, Mois?s, El?as, Jon?s, Ruth, San Pablo, Antonio, el gran padre de los monjes, Domingo y Francisco, Ignacio, Teresa de Jes?s y tantos otros. La intuici?n, respuesta a la gracia de estos grandes, hizo fecundas sus vidas y aliment? con su esp?ritu el andar de la Iglesia durante muchos siglos.

Esta caracter?stica, no simplemente geogr?fica, tiene mucho de simb?lico: es una invitaci?n descubrir en el trance de la itinerancia el movimiento del coraz?n que, parad?jicamente, necesita salir para poder permanecer, cambiar para poder ser fiel. En esta tensi?n, sin embargo, nuestro coraz?n no deja de sentir las consecuencias del miedo.

Sin lugar a dudas que los tiempos cambian y las situaciones no se vuelven a repetir, pero los modos de afrontar la vida tienen rasgos muy comunes, y eso puede convertirse, para nosotros, en fuente constante de inspiraci?n y sabidur?a para afrontar nuestro momento.

Quisiera pedirles que vivamos intensamente como Iglesia orante, reflexiva, penitente y adoradora este tiempo de Cuaresma para que la gracia de la Pascua se derrame abundantemente sobre todos nosotros y todo el pueblo santo de Dios. Necesitamos responder con mayor fidelidad evangelizadora al desaf?o que esta ciudad de Buenos Aires y su gente nos presenta. Fidelidad que vamos tratando de descubrir desde lo que se llam? desde hace unos a?os ?Estado de Asamblea?.

En este andar hacia la Pascua pienso ahora en Jon?s; es un ?cono prof?tico pascual que el mismo Jes?s utiliz? para anunciar su muerte y su resurrecci?n. Creo que la figura de este profeta escapista, desconforme, quejumbroso pero finalmente fiel puede ayudarnos en nuestro peregrinar cuaresmal-pascual.

Con el profeta descubrimos dos elementos que est?n presentes en el dinamismo de cada desplazamiento: la ruptura y la vinculaci?n. El libro se abre con un mandato de ?salida? dirigido por Dios a su profeta: ?Lev?ntate y vete a N?nive, la gran ciudad, y proclama en ella que su maldad ha llegado hasta m?.

Jon?s viv?a tranquilo y ordenado, con ideas muy claras sobre el bien y el mal, sobre c?mo act?a Dios y qu? es lo que quiere en cada momento; sobre qui?nes son fieles a la alianza y qui?nes no. Tanto orden lo llev? a encuadrar con demasiada rigidez los lugares donde hab?a que profetizar. Jon?s ten?a la receta y las condiciones para ser un buen profeta y continuar la tradici?n prof?tica en la l?nea de ?lo que siempre se hab?a hecho?.

De pronto, Dios desbarat? su orden irrumpiendo en su vida como un torrente, quit?ndole todo tipo de seguridades y comodidades para enviarlo a la gran ciudad a proclamar lo que El mismo le dir?. Era una invitaci?n a asomarse m?s all? del borde de sus l?mites, ir a la periferia: N?nive, ?la gran ciudad?, era s?mbolo de todos los separados, alejados y perdidos. Jon?s experiment? que se le confiaba la misi?n de recordar a toda aquella gente, tan perdida, que los brazos de Dios estaban abiertos y esperando que volvieran para curarlos con su perd?n y alimentarlos con su ternura. Pero esto casi no entraba en todo lo que Jon?s pod?a comprender, y se escap?. Dios lo mandaba a N?nive, y ?l se march? en direcci?n contraria, a Tarsis, para el lado de Espa?a.

Las huidas nunca son buenas. El apuro nos hace no estar demasiado atentos y todo puede volverse un obst?culo. Embarcado hacia Tarsis se produce una tempestad y los marineros lo tiran al agua porque confiesa que ?l tiene la culpa. Estando en el agua un pez se lo traga. Jon?s, que siempre hab?a sido tan claro, tan cumplidor y ordenado, no hab?a tenido en cuenta que el Dios de la alianza no se retracta de lo que jur?, y es machaconamente insistidor cuando se trata del bien de sus hijos. Por eso, cuando a nosotros se nos acaba la paciencia, ?l comienza a esperar haciendo resonar muy suavemente su palabra entra?able de Padre.

Y por segunda vez, con la misma frescura de la primera, le fue dirigida la palabra del Se?or a Jon?s en estos t?rminos: ?Vete a N?nive, la gran ciudad, y proclama lo que yo te diga?. Jon?s, ahora s?, va a N?nive y all? predica. Cuando N?nive se convierte, Jon?s extra?amente, en lugar de alegrarse, presenta su queja a Dios: ??Ay, Yahv?!... bien sab?a yo que t? eres un Dios entra?able y misericordioso, tardo a la c?lera y rico en amor, que se arrepiente del mal...? Jon?s se resist?a dejar atr?s todas sus ideas sobre Dios, para poder as? revincularse con ?l, que lo conducir?a m?s all? de lo que conoc?a y cre?a que pod?a. Jon?s no le tem?a a N?nive, a quien tem?a era a Dios y a su amor desconcertante y desmesurado.

Jon?s era un testarudo. Hab?a cercado su alma con el alambrado de esas certezas y convicciones que, en vez de dar libertad con Dios y abrir horizontes de mayor servicio a los dem?s, terminan por aprisionar el esp?ritu y ensordecer el coraz?n. Su pertinacia lo hac?a prisionero de s? mismo, de sus puntos de vista, de sus valoraciones y sus m?todos. Le costaba descubrir la voz de Dios. En ese microclima existencial hab?a aislado su conciencia de la marcha del pueblo de Dios. No sab?a de la intervenci?n de Dios en medio de su gente, de la capacidad de conducir a su pueblo con su coraz?n de Padre. Para ?l ya estaba todo dicho y las cosas eran as? y nada m?s. ?C?mo endurece el coraz?n la conciencia aislada! Desconoce la alegr?a, el gozo del Esp?ritu Santo que sostiene la esperanza. La presi?n interior de su aislamiento habitualmente encuentra un camino de salida: la queja. Quien a?sla su conciencia es quejumbroso de alma. Parece que, como los chicos de la par?bola (Lc. 7,32), nada le viene bien. Santa Teresa advert?a de esto a sus monjas: ?Ay de la que dice: hici?ronme sinraz?n?. Los coleccionistas de injusticias, los insatisfechos constantes, los que no saben de la felicidad de abrir su coraz?n al Se?or que siempre est? viniendo (el Erj?menos) suelen ser personas de conciencia aislada.

Ojal? podamos identificarnos con Jon?s en mucho de lo que hoy vivimos en la Iglesia, y muy especialmente en nuestra Iglesia arquidiocesana en este desconcertante ?Estado de Asamblea?. El encuentro con la realidad particular de nuestra ciudad y sus exigencias, con sano inter?s, nos interpel? a buscar ?c?mo ser hoy Iglesia en Buenos Aires?. Pero tambi?n, acudiendo a una memoria repetidora, esper?bamos y busc?bamos en el estado de asamblea un tiempo para decidir y planificar. Sin embargo el Se?or nos pate? el tablero y nos fue llevando con su Esp?ritu a posar nuestra mirada sobre la gente: para no ver lo que queremos ver, sino aquello que es. As? reconocimos experiencialmente las heridas y las fragilidades de nuestro pueblo que tambi?n son las nuestras. Porque, en la medida que nos involucramos con la vida de nuestro pueblo fiel y la sentimos en sus heridas m?s hondas podemos ponernos, a la luz del Evangelio, a pensar y discernir lo que necesita. Un pensar y discernir distinto: no el del que, a modo funcionalista, busca soluciones r?pidas y prearmadas, sino el de aquel que desde la rumia en un coraz?n que busca dejarse iluminar y trasformar por la oraci?n, y desde la confrontaci?n con los otros, permite que sea Dios el que hable y no los viejos conocimientos, las recetas m?gicas o las ma?as bautizadas.

Por las heridas y fragilidades Dios nos habl? pidi?ndonos el b?lsamo de la gracia que cura, la fuerza del Evangelio que se hace Buena Noticia que anima y presencia fraterna que sostiene. El pueblo fiel de Dios nos pidi? la ternura del Padre que s?lo podemos acercarle en la medida en que renovamos nuestro fervor apost?lico siendo osados testigos del amor de Aquel ?que nos am? primero?.

Igual que a Jon?s, la realidad hacia la que somos enviados se nos presenta dif?cil y avasallante. Aparecen nuevas exigencias que nos piden repuestas in?ditas. Mientras antes nos pod?amos arreglar muy bien solos haciendo las cosas a nuestra manera, la fragmentaci?n que vive nuestra sociedad nos pone frente a la exigencia evangelizadora de una identidad eclesial que brote de una mayor comuni?n. Este esp?ritu de comuni?n fortalecer? nuestra unidad con la armon?a del Esp?ritu Santo y tambi?n nos defender? del v?rtigo con que somos tentados al ver que se nos tambaleen las seguridades y que incluso el sistema de trabajo pastoral que hemos probado mucho tiempo y sentimos como inamovible puede tener que adquirir una nueva forma.

En nuestro andar eclesial hemos hecho y seguimos haciendo enormes esfuerzos por distintos caminos, hemos sostenido y sostenemos diversas formas de pastoreo, hemos afrontado y seguimos afrontando crisis y sacudones, vimos y vemos c?mo muchos de los proyectos a los que dedicamos tiempo y esfuerzo se nos revelan incapaces de sostener nuestros anhelos y buenas expectativas evangelizadoras, a medida que mucha gente se nos queda por el camino.

Sin embargo, una y otra vez volvemos a empezar despu?s de cada tormenta. Pero cuando creemos estar tranquilos en el vientre de la ballena nos sorprende la evidencia de que todo lo realizado no ha sido m?s que una etapa, y que ahora la ballena nos ha vomitado en la N?nive de un mundo en el que Dios parece estar m?s ausente que un rato antes y al que nosotros, con las palabras que decimos, no le interesamos y los valores que tratamos de anunciar le resultan sin importancia y pasados de moda. Esta realidad nos llam?, como Iglesia arquidiocesana, a procurar el modo de acoger a todos nuevamente haciendo de nuestras parroquias y geograf?as pastorales santuarios donde se experimente la presencia de Dios que nos ama, nos une y nos salva.

Nuestra identidad y valoraci?n se sienten amenazadas; no ejercemos como antes el liderazgo moral ni tenemos un lugar social de relevancia; se nos presentan problemas para los que aparentemente no tenemos la respuesta. Somos minor?a y nos resistimos a ser uno dentro de tantos. Sigue siempre latente la tentaci?n de huir a una "Tarsis" que puede tener muchos nombres: individualismo, espiritualismo, encerramiento en peque?os mundos, dependencia, instalaci?n, repetici?n de esquemas ya fijados, dogmatismo, nostalgia, pesimismo, refugio en las normas...

Desde la queja por los problemas que tenemos: (faltan laicos comprometidos, la gente no entiende ?el obispo tampoco-, la gente viene a usarnos ?el obispo tambi?n-, no se puede todo, nadie se da cuenta de lo que pasa, nadie se preocupa) tal vez nos estamos resistiendo a salir de un territorio que nos era conocido y manejable. Sin embargo, las mismas dificultades pueden ser como la tormenta, la ballena, el gusano que sec? el ricino de Jon?s o el viento y el sol que le quemaron la cabeza; y lo mismo que para ?l, pueden tener la funci?n de forzarnos a regresar de nuestros evasivos ?Tarsis?, para acercarnos a N?nive y, sobre todo, perderle el miedo a ese Dios que es ternura y viene a nosotros para cercarnos con su gracia y llevarnos a una itinerancia constante y renovadora.

Lo mismo que Jon?s, podemos escuchar una llamada persistente que vuelve a invitarnos a correr la aventura de N?nive, a aceptar el riesgo de protagonizar una nueva evangelizaci?n, fruto del encuentro con Dios que siempre es novedad y que nos empuja a romper, partir y desplazarnos para ir m?s all? de lo conocido, hacia las periferias y las fronteras, all? donde est? la humanidad m?s herida y donde los hombres, por debajo de la apariencia de la superficialidad y conformismo, siguen buscando la repuesta a la pregunta por el sentido de la vida. En la ayuda para que nuestros hermanos encuentren una respuesta tambi?n nosotros encontraremos renovadamente el sentido de toda nuestra acci?n, el lugar de toda nuestra oraci?n y el valor de toda nuestra entrega.

Tratemos de caminar este a?o levantando la mirada para ver bien lejos y despu?s encontrar, bien adentro de nosotros, lo que tenemos que ir dejando para que Jes?s como maestro evangelice; para llegar a d?nde lleg? nuestra mirada desde el Esp?ritu. Desplac?monos sin miedo a toda periferia, a todo borde, unidos en la Iglesia, Asamblea unida y sostenida por el Dios de la Vida. Que este andar sea discernidor de lo que se necesita; y cada paso nuevo, provocador del que tendremos que dar, sin previsibilidades ni recetas m?gicas sino con apertura generosa al Esp?ritu que va conduciendo la historia por los camino de Dios.

Les pido, por favor, que recen por m?. Que Jes?s los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Afectuosamente.

Jorge Mario Bergoglio s.j.


El tiempo de estado de asamblea

Para un examen de conciencia personal y comunitario



1- ?Vivimos este tiempo como un momento eclesial de encuentro con el Se?or? ?Hemos puesto cada d?a en la Eucarist?a nuestra realidad Arquidiocesana? ?Sentimos el llamado a renovar los v?nculos de caridad fraterna? ?hemos hecho el ejercicio de ponerlo en pr?ctica? ?Tratamos de superar el individualismo para crecer en la conciencia de pertenencia al ?nico pueblo de Dios?

2- ?Amasamos el estado de asamblea en oraci?n? ?Le hemos dado lugar en nuestra oraci?n personal o lo asumimos formalmente? ?Hemos puesto a nuestras comunidades en estado de oraci?n? ?Se cruzaron en este tiempo las coordenadas del dialogo con Dios en la oraci?n y con los hermanos en la b?squeda del bien eclesial?

3- ?Supimos recoger las inspiraciones que el Esp?ritu Santo dio a las personas, a los diversos grupos parroquiales, movimientos apost?licos y bautizados que no pertenecen a ninguna instituci?n? ?Nos entregamos a la acci?n del Esp?ritu para que armonice nuestra tarea pastoral? ?Hemos puesto en pr?ctica los medios y la metodolog?a sugerida u otra para escuchar al Pueblo de Dios inspirado por el Esp?ritu?

4- ?Qu? ?esp?ritu? nos anim? durante este tiempo? ?Cu?l fue el movimiento espiritual al que me impulsa el estado de asamblea? ?Nos movimos con la libertad del Esp?ritu? ?Pedimos a Dios la gracia de ser libres en el Esp?ritu? ?Esta libertad estuvo enmarcada en una actitud obediencial a Jesucristo y a su esposa la Madre Iglesia y orientada a la santidad? ?Nos sentimos libres para afrontar purificaciones y correcciones?

5- ?Vivimos nuestras fragilidades como un camino de gracia para crecer en santidad? ?Supimos discernir para encontrar la Voluntad de Dios? ?Ha crecido mi sentimiento de protagonismo frente a este momento hist?rico de nuestra Iglesia? ?Me dej? llevar y arrastrado a otros al pesimismo frente a este nuevo tiempo? ??La queja? me ha defendido de comprometerme en un proyecto com?n? ?Experimento que he aportado positivamente, o me he mantenido al margen o incluso he actuado negativamente?

6- ?En este proceso supimos decir la verdad en la caridad? ?Tuvimos el coraz?n preparado para descubrir la verdad en la caridad en medio de otras ?verdades?? ?Nos esforzamos en superar desencuentros? ?Tratamos de perdonarnos mutuamente? ?Nos abrimos misericordiosamente a las miserias de nuestros hermanos? ?Nos hemos hecho eco de criticas y nos dejamos llevar por el esp?ritu de cr?tica y murmuraci?n? ?Hemos desacreditado las opiniones, opciones y trabajos de otros? ?Fomentamos y trabajamos por la unidad poniendo gestos concretos? ?Nos esforzamos en el buen pensar acerca de las intenciones de los otros? ?Procuramos mirar sin prejuicios las acciones ideas o propuestas de los dem?s? ?Hicimos pasar por el propio tamiz todo lo que no proven?a de nuestra cosecha? ?Buscamos escuchar a los dem?s y expresarnos haci?ndonos cargo en Dios de lo que dijimos o de lo que recibimos?

7- ?Tratamos juntos de encontrar caminos y expresiones de nueva evangelizaci?n para nuestra ciudad? ?Sentimos la tentaci?n de aferrarnos a lo conocido ante la realidad que nos desborda? ?Disimulamos la importancia, la exigencia de este nuevo tiempo con el desinter?s o escepticismo en lugar de descubrir los signos que Dios quiere ir mostrando?

8- ?Procuramos que nuestras comunidades sean un recinto de verdad, de libertad y de amor? ?Nuestra acci?n evangelizadora da motivos y anima a otros a seguir esperando? ?Supimos renunciar al propio parecer, a la propia postura ante la indicaci?n del Se?or? ?Buscamos edificar la Iglesia en el discernimiento personal y comunitario? ?Creci? nuestro ardor apost?lico? ?Nos sentimos motivados a acercarnos a los m?s alejados? ?Nos conformamos derrotistamente a seguir manteniendo aquello en lo que nos sentimos seguros y c?modos?

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A continuaci?n reproducimos la declaraci?n de Mons. Juan Alberto Pu?ggari, Obispo de Mar del Plata, con motivo de la autorizaci?n de un aborto.

La buena noticia de la vida humana


?El Evangelio de la vida est? en el centro del mensaje de Jes?s. Acogido con amor cada d?a por la Iglesia, es anunciado con intr?pida fidelidad como buena noticia a los hombres de todas las ?pocas y culturas.?[1]

Toda persona humana mediante el uso de su inteligencia y no solo por la fe puede llegar a descubrir que la vida humana se inicia en el momento de la concepci?n. Este hecho puede ser, adem?s, constatado cient?ficamente. El valor sagrado de la vida humana desde el momento de la concepci?n hasta su t?rmino y el derecho a la vida que ha de ser respetado para todo ser humano desde el momento del inicio de su existencia son dos aspectos fundamentales de la verdad sobre la persona humana.

Las circunstancias dram?ticas que pueden darse en la vida de las personas y que, en el marco de la concepci?n, pueden afectar particularmente a la mujer, requieren hoy como nunca el compromiso serio de toda la sociedad. Proteger la vida de la mujer y su salud de la violencia requieren una acci?n seria y comprometida de la justicia y de toda la sociedad proveyendo los medios necesarios para cuidar, acompa?ar y sostener a las personas en situaciones que muchas veces son, incluso, dif?ciles de soportar, de asumir y de superar.

No obstante, debemos mirar esta compleja realidad en su totalidad: una vez que una concepci?n se ha producido, por m?s dram?tico que sea el contexto en el que ha tenido lugar, aparece en escena un ser humano d?bil, indefenso y silencioso que nada puede por s? mismo. La dramaticidad de la situaci?n ?puede hacernos olvidar de este ser humano inocente? La gravedad de la situaci?n ?puede justificar la eliminaci?n deliberada de un ser humano inocente en el inicio de su existencia?

A un mal como es el trauma de la violencia y del abuso sufrido por una mujer ?se puede agregar otro drama, m?s tremendo, como es la eliminaci?n deliberada de un ser humano en la fase inicial de su existencia? Por tr?gicas que sean las circunstancias debemos recordar que ning?n mal ser? jam?s solucionado adecuadamente echando mano a un mal mayor.

No debemos juzgar a nadie, y mucho menos desde la fe. Todos estamos llamados a amar y acompa?ar seriamente a quien atraviesa una prueba como la que consideramos. Pero es bueno recordar que la administraci?n de la justicia s?lo es Justa cuando se ejerce al margen de toda compulsi?n pol?tica, medi?tica, social y cuando se ejerce en conformidad con la verdad y el bien moral.

?Habr? realmente alguna circunstancia que justifique que matemos a un ser humano indefenso que ha sido confiado al cuidado de todos? La buena noticia de la vida humana debe llevarnos a tomar conciencia: terminar con una vida humana no puede ser realmente una soluci?n.

Al comenzar esta Cuaresma elevo mi oraci?n a Dios implorando que ilumine las conciencias de quienes tienen la responsabilidad de proteger la vida.

Mar del Plata, 19 de febrero de 2007.-

Juan Alberto PUIGGARI

Obispo de Mar del Plata

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INSTITUTO SUPERIOR DE TEOLOG?A DE LAS ISLAS CANARIAS
SEDE DE TENERIFE en colaboraci?n con la Universidad de La Laguna


C?TEDRA DE ?TICA Y POL?TICA

Del 26 de febrero al 2 de marzo de 2007

PERSONA, RECURSOS, AUTORIDAD?
?EQUILIBRIO IMPOSIBLE?div>

Dirigen las Jornadas:

DR. D. CRIST?BAL D?NIZ HERN?NDEZ
Doctor en Teolog?a Moral. Profesor del Instituto Superior de
Teolog?a de las Islas Canarias ?Virgen de Candelaria?, Sede
de Gran Canaria.

N?cleos tem?ticos:

? El hombre, como persona, sujeto capital de la vida en sociedad.
? La autoridad como sujeto capital de la vida asociada.
? El reto de gestionar recursos limitados y para todos.
? Definici?n completo del bien com?n: definici?n y definiciones.
? El principio del bien com?n y la gesti?n del agua.
? El principio del bien com?n y la gesti?n de los recursos sanitarios.
? El principio del bien com?n y la gesti?n del territorio.

2 cr?ditos (20 horas lectivas) 35?00 ? para los alumnos matriculados que cubran las exigencias acad?micas establecidas por la ULL

ENTRADA LIBRE

Sede de las Jornadas y Matr?cula:

ISTIC, Sede de Tenerife. Edificio Seminario Diocesano.
38207 - La Laguna. Tenerife. Tfno. 922 252540.
E-Mail: [email protected]
www.cettenerife.org

Programa de la Jornada de ?tica y Pol?tica


Del 26 de febrero al 2 de marzo de 2007

PERSONA, RECURSOS, AUTORIDAD? ?EQUILIBRIO IMPOSIBLE?


LUNES 26

18?30 h. Entrega del material.
19?00 h. Palabras de presentaci?n; D. JUAN PEDRO RIVERO
GONZ?LEZ, Director del ISTIC-Tenerife.
19?15 h. Presentaci?n de la Jornada de ?tica y Pol?tica; y la
metodolog?a de las mismas. D. V?CTOR MANUEL OLIVA
GARC?A. Director de la C?tedra de ?tica y Pol?tica del ISTICTenerife.
19?30 h. Ponencia: ?El hombre, como persona, sujeto capital
de la vida en sociedad?. DR. D. CRIST?BAL D?NIZ HERN?NDEZ. Profesor de Teolog?a Moral del ISTIC-Gran Canaria.
20?15 h. Descanso.
21?30 h. 2? Ponencia:.?La evoluci?n del concepto de autoridad
como sujeto capital de la vida asociada?. DR. D. CRIST?BAL D?NIZ HERN?NDEZ.
22?15 h. Di?logo.

MARTES 27

19?00 h. Proyecci?n: ?Pol?tica de reciclaje y bien com?n?.
EL COMPLEJO AMBIENTAL DE ARICO
19?30 h. Ponencia: ?Definici?n completa del bien com?n: definici?n y definiciones?. DR. D. CRIST?BAL D?NIZ HERN?NDEZ . Profesor de Teolog?a Moral del ISTIC Gran Canaria.
20?30 h. Descanso.
21?00 h. Ponencia: ?El reto de gestionar recursos limitados y para todos? DR. D. CRIST?BAL D?NIZ HERN?NDEZ
22?00 h. Di?logo con el ponente.
21?30 h. Fin de la jornada.

MI?RCOLES 28

19?00 h. Ponencia: ?El principio del bien com?n y la gesti?n del agua? DR. D. CRIST?BAL D?NIZ HERN?NDEZ
19?30 h. Descanso.
20?00 h. Mesa Redonda: Intervendr?n, adem?s del ponente, diversos expertos en la materia, entre ellos:
D. WLADIMIRO RODR?GUEZ BRITO, Ge?grafo. Consejero de Medio Ambiente y Paisaje del Cabildo Insular de Tenerife.
D. PEDRO MOLINA RAMOS, Presidente de la Asociaci?n de Ganaderos de Tenerife.
D?A. CARMEN LUISA GONZ?LEZ EXP?SITO. Presidenta de la Comisi?n Justicia y Paz de La Di?cesis de Tenerife
D. V?CTOR MANUEL OLIVA GARC?A, Profesor de Moral
del ISTIC-Tenerife
21?30 h. Fin de la jornada.

JUEVES 1

19?00 h. Ponencia: ?El principio del bien com?n y la gesti?n
de los recursos sanitarios? DR. D. CRIST?BAL D?NIZ HERN?NDEZ
19?15 h. Ponencia: ?Valores, poder y pol?ticas de salud. De las comunidades epist?micos a los lobby? D. OSCAR GARC?A ABOIN. Coordinador de Planificaci?n y Pol?ticas de Salud de SESPAS (Sociedad Espa?ola de Salud P?blica y Administraci?n Sanitaria) y T?cnico de Planificaci?n Sanitaria del Servicio canario de Salud.
19?35 h. Descanso.
20?00 h. Mesa Redonda: Intervendr?n, adem?s del ponente,
diversos expertos en la materia, entre ellos:
D. JOS? D?AZ FLOREZ EST?VEZ. Director General de Salud
P?blica del Gobierno de Canarias.
D?A. PILAR MERCEDES MART?NES PADR?N. Directora de Gesti?n de
Personal del Hospital Universitario Ntra. Sra. de Candelaria
D?A. MAR?A GARBALLO SANDINO. Profesora de La Escuela Universitaria de Enfermer?a. 21?30 h. Fin de la jornada.

VIERNES 2

19?00 h. Ponencia: ?El principio del bien com?n y la gesti?n del territorio? DR. D. CRIST?BAL D?NIZ HERN?NDEZ
19?30 h. Descanso.
20?00 h. Mesa Redonda: Intervendr?n, adem?s del ponente, diversos expertos en la materia, entre ellos:
D?A. MILAGROS LUIS BRITO, Viceconsejera de Medio
Ambiente del Gobierno de Canarias.
D. ADALBERTO DEL PINO, Jefe de Secci?n del Servicio de
Impacto Ambiental de la Viceconsejer?a de Medio
Ambiente del Gobierno de Canarias.
D. FELIPE HERN?NDEZ LUIS, Gestor Ambiental de la Fundaci?n Canaria Ataretaco.
D. ?SCAR IZQUIERDO, Gerente de FEPECO (Federaci?n de Empresas de la Construcci?n de Tenerife)
21?30 h. Fin de la jornada.

SABADO 3

10?00 h. CONCLUSIONES, revisi?n de la C?tedra y presentaci?n del Curso de ?tica y Pol?tica?.
D. V?CTOR OLIVA GARC?A.
Profesor de Teolog?a Moral del ISTIC-Tenerife y Director de la C?tedra.

12?00 h. Final de la Semana.
****
Informaci?n y Matr?cula:
Secretar?a General del ISTICTenerife
Seminario Diocesano
La Verdellada s/n
38207 ? La Laguna.
922 252540 / 922 259721
Fax: 922 252067
E-Mail:
[email protected]
***

Mi?rcoles, 21 de febrero de 2007
DOMINGO I DE CUARESMA./ B
25 de febrero de 2007


La Cuaresma, a diferencia del Adviento, es un tiempo pr?cticamente sin resonancia social. Por eso tiene especial importancia asegurar en las celebraciones los signos que ayudan a tomar conciencia de que nos encontramos en un tiempo importante: un canto de entrada muy propio y repetido todos los domingos, una ornamentaci?n austera, un cartel bien visible y con una frase que recuerde lo que celebramos...

El Dios de la paz, el Dios que nos ama, nos invita, en este tiempo de Cuaresma, a convertirnos y a reconciliarnos con ?l. Que su amor y su gracia est?n siempre con todos vosotros.

A. penitencial:
En silencio, pong?monos ahora ante Dios. Somos pecadores. En nuestra vida, a menudo nos alejamos del camino de amor que Jes?s nos ha mostrado. Vivimos sin pensar, rezamos poco, tenemos el coraz?n poco abierto a los dem?s, no damos buen testimonio de nuestra fe. Por eso ahora, al empezar estos cuarenta d?as que nos llevar?n hasta la Pascua, queremos pedir perd?n, y queremos suplicarle a nuestro Padre del cielo que nos renueve y nos d? su gracia. Oremos ahora en silencio, en un silencio un poco m?s largo que el que acostumbramos a hacer cada domingo. (Silencio m?s largo).

Confesemos juntos nuestros pecados: Yo confieso ante Dios todopoderoso...

Dios todopoderoso tenga siempre misericordia...

1. lectura (Deuteronomio 26,4-10): Durante los domingos de Cuaresma en la primera lectura recordamos los grandes acontecimientos de la historia del pueblo de Israel. Es una preparaci?n a la venida de Jesucristo, y es tambi?n como un anuncio de nuestro camino. Escuch?moslas uni?ndonos a la historia del pueblo que Dios liber? de la esclavitud.

Salmo (90): El camino de la Cuaresma, y el de toda nuestra vida, se halla bajo la protecci?n de Dios. Cantemos nuestra confianza en ?l.

2. lectura (Romanos 10,8-13): A nosotros, ?de d?nde nos viene la salvaci?n? ?d?nde debe sustentarse nuestra fe? San Pablo nos lo ense?a.

Antes de la aclamaci?n (Ev.: Lucas 4,1-13): La lectura del evangelio nos une con Jes?s al iniciar el camino cuaresmal. Aclam?mosle ahora con gozo, y reconozc?mosle como Se?or.

Durante el tiempo de Cuaresma, se podr?a decir el Credo breve o S?mbolo de los Ap?stoles.

Oraci?n universal: Con fe, pid?mosle a Dios que escuche la oraci?n de su pueblo. Respondamos cantando: KYRIE, ELEISON. R/ KYRIE, ELEISON.

1.- Para que cada vez m?s, en toda partes, en los corazones, triunfe el bien por encima del mal. KYRIE, ELEISON.

2.- Para que la luz de Jesucristo ilumine a los que viven alejados de la fe. KYRIE, ELEISON.

3.- Para que los enfermos alcancen salud y fortaleza y los que viven angustiados encuentren la paz. KYRIE, ELEISON.

4.- Para que este tiempo de Cuaresma sea, para toda la Iglesia, un tiempo de renovaci?n en la fidelidad Evangelio. KYRIE, ELEISON.

5.- Para que cada uno de nosotros seamos siempre levadura y testimonio de amor y de esperanza. KYRIE ELEISON.

Esc?chanos, Padre, y danos la vida nueva c Jesucristo. Que vive y reina por los siglos de...

CPL

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Art?culo publicado en el Bolet?n "Misioneros Javerianos" de FEBRERO 2007, a?o XLIV - N? 430.

EVANGELIO Y TRANSFORMACIONES
SOCIOCULTURALES


P. Carlos Collantes

C/ Landaz?bal, 3 - Entreplanta
31600 - BURLADA (Navarra) Tel.: 948 12 74 34


Escrib?amos en n?meros anteriores que la cultura es la forma de entender, valorar y explicar la vida que comparte una comunidad humana, una manera de estar en el mundo, de interpretarlo, de sentirse en ?l, de vivir, y que cada pueblo tiene su cultura propia. El Evangelio es tambi?n una manera de entender y de vivir la vida, y al ser portador de valores que van a terminar influyendo en la cultura del pueblo y de las personas que lo acogen, se con-vierte en un factor de transformaci?n cultural.

La inculturaci?n, encuentro entre el evangelio y la cultura, proceso nunca acabado, es reflejo de ese otro encuentro universal entre Dios y los distintos pueblos con sus culturas, Dios, en buen pedagogo, se adapta a su interlocutor y porque quiere hacerse entender nos habla un lenguaje comprensible, aunque con frecuencia nos sorprende porque rompe nuestros estrechos esquemas. Se nos acerca de modo admirable en Jes?s, -Verbo Encarnado, por eso decimos que la. Encarnaci?n ?el m?ximo acercamiento de Dios a la humanidad? es el modelo que debe seguir la inculturaci?n. ?La Palabra se hizo carne...? se hizo lenguaje amoroso de Dios Padre, se hizo pueblo, cultura, historia, ?y acamp? entre nosotros?, en nuestros corazones, en nuestras esperanzas, en nuestras b?squedas, en nuestra humanidad creadora.

Redenci?n y transformaci?n

La inculturaci?n sigue el modelo de la Encarnaci?n pero tiene en cuenta tambi?n otros criterios o l?gicas, en concreto la l? gica de la redenci?n o del misterio pascual. La inculturaci?n, necesaria para que el mensaje evang?lico sea bien comprendido, asimilado, vivido y d? frutos abundantes, necesaria para que el evangelio se enra?ce en toda comunidad humana, en sus gentes, en sus culturas, es el camino para que la fe penetre en la vida concreta y cotidiana de los grupos humanos que se abren al evangelio. El esp?ritu que debe inspirar este proceso largo, viene dado por la ?l?gica? propia del misterio de lo r edenci?n?, misterio que indica la necesidad de transformaci?n interna que toda cultura humana tiene, es esta l?gica la que debe animar el discernimiento necesario en este proceso para distinguir y separar lo positivo y lo negativo en cada cultura.

La penetraci?n de los valores evang?licos en las culturas forma parte del proceso de inculturaci?n que no deja ?intacta? la cultura, se producen inevitable-mente cambios y transformaciones. Y de hecho los documentos del magisterio utilizan la expresi?n ?transformaci?n? para hablar de este proceso. ?El proceso de inserci?n de la Iglesia en las culturas de los pueblos requiere largo tiempo: no se trata de una mera adaptaci?n externa, ya que la inculturaci?n ?significa una ?ntima transformaci?n de los aut?nticos valores culturales mediante su integraci?n en el cristianismo y la radicaci?n del cristianismo en las diversas culturas? (RM 52).

Nueva creaci?n
Los primeros javerianos, animados por el Fundador, se empe?aron desde los inicios en recoger y hacer conocer las tradiciones culturales y religiosas de los pueblos entre los que trabajaban. Tambi?n hoy debemos desarrollar un rol activo en este sector, colaborando gustosos con las Iglesias locales y las comunidades humanas en las que operamos. De esta manera facilitamos la relaci?n y el intercambio entre culturas e Iglesias diversas. Adem?s, apoyando las culturas loca-les podemos salvaguardar y desarrollar su identidad, contrarrestando as? los efectos nocivos de la globalizaci?n en acto.

La inculturaci?n es adem?s un proa eso que podr?amos calificar de total porque afecta a todas las dimensiones y sectores de la vida cristiana, a las expresiones de la fe, a la manera de celebrar esta misma fe dentro de la vida en la liturgia y en los sacramentos, tambi?n afecta a la vida interna de la comunidad, a su manera de organizar los diferentes servicios, a sus compromisos sociales, caritativos o de justicia en su ambiente, afecta por su-puesto a las relaciones humanas y a toda la manera de vivir. Abarca, por tanto, a todo el mensaje cristiano no s?lo a la re-flexi?n, a la teolog?a, a las ideas, sino tambi?n a la praxis, al comportamiento. Y no debe ser obra de unos especialistas ?un grupo de te?logos? sino que debe madurar en el seno de toda la comunidad, todo el pueblo cristiano debe sentirse concernido o implicado, porque el Esp?ritu es dado a todos y reparte sus dones y carismas con liberad y generosidad.

Ya hemos citado la c?lebre definici?n del P. Arrupe: la inculturaci?n ?es la en-carnaci?n de la vida y del mensaje cristiano en un determinado contexto cultural, de tal forma que esta experiencia no s?lo encuentra expresi?n a trav?s de los elementos propios de la cultura en cuesti?n, esto ser?a una adaptaci?n superficial, sino que tambi?n se convierte en un principio que anima, dirige y unifica la cultura transform?ndola y rehaci?ndola como si naciese una nueva creaci?n?. El mensaje evang?lico una vez encarnado dentro de una cultura act?a con fuerza y desde dentro transforma y recrea todo dando lugar a una nueva realidad. Es como una semilla poderosa que crece vigorosa, s?lida y por su propia virtualidad y energ?a transforma todo lo que toca (Marcos 4, 26-29), lleva la luz en las entra?as porque es Buena Nueva de un Dios cercano y bueno aun-que siempre envuelta en ropaje humano.

Desde dentro

El Hijo de Dios se encarna en nuestra humanidad y s?lo al final del proceso, tras su muerte y resurrecci?n comienza a existir un hombre nuevo, una humanidad nueva. Al hacerse de verdad uno de nosotros, el Verbo encarnado act?a y transforma desde dentro nuestra condici?n humana, para dar a luz a una nueva humanidad.

?El encuentro entre el Evangelio y una cultura no est? orientado tanto hacia la encarnaci?n del Evangelio en una cultura determinada como hacia la transformaci?n de dicha cultura. Y se puede transformar aut?ntica-mente algo en lo que no se est? presente?, escribe el te?logo indio M. Amaladoss. El anuncio evang?lico encuentra personas, las cuales, una vez convertidas de verdad, se con-vierten en agentes de transformaci?n cultural, personas que previamente se han dejado transformar, que han cambia-do su visi?n del mundo aceptando valores nuevos, que han enriquecido su sistema de valores y que est?n dispuestas a transformar estructuras econ?micas, socioculturales, o pol?ticas injustas. He visto cristianos ?tocados? de verdad en su coraz?n, transformados por el esp?ritu evang?lico y que, con su comportamien?to nuevo, se han convertido en fermento que cuestiona y critica, en levadura que transforma ciertos rasgos culturales poco respetuosos con la dignidad de las personas. Y transformar una cultura significa en el fondo transformar una sociedad para que el Reino de Dios se exprese en ella, se haga m?s presente. Los cristianos a trav?s de su testimonio personal y co?munitario ?levadura en la masa, sal que da sabor a su sociedad? pueden y deben invitar a su propia cultura al cambio, a la conversi?n, a la transformaci?n sin querer imponer al conjunto social la pro?pia visi?n. Porque la invitaci?n a la con-versi?n no se dirige ?nicamente a los in?dividuos sino tambi?n a las colectividades: a los pueblos, y a sus creaciones: las culturas.

Dado que la finalidad ?ltima de la evangelizaci?n es la construcci?n del Reino de Dios, la creaci?n de comunidades que vivan la fraternidad y la justicia, el servicio y el perd?n, la reconciliaci?n y la paz, el evangelio est? llamado a levantar su voz prof?tica, cr?tica y renovadora, ?capaz de hacer nuevas todas las cosas?, desde la plenitud de vida que ofrece.

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Artículo publicado en el Boletín "Misioneros Javerianos", FEBRERO 2007, año XLIV - nº 430.


ENTRE NOSOTROS

compartiendo una ilusión

EL PRIMER ENCUENTRO


En el número anterior habíamos dejado a Guido María Conforti en el seminario de Parma, donde ingresó en noviembre de 1876. En el seminario permaneció estudiando Filosofía y Teología, fue ordenado sacerdote el 22 de septiembre de 1888 y nombrado vicerrector y profesor el mismo año, servicios que prestó hasta 1892.
En el período transcurrido desde su llegada a Parma y la conclusión de sus estudios en el seminario, la vida de Conforti se vio afectada por dos acontecimientos, dos encuentros, que determinarían su vocación sacerdotal y misionera, el primero sería
EL ENCUENTRO CON EL CRUCIFIJO.

Cuando Conforti, todos los días, recorría el camino de la casa donde vivía a la escuela, pasaba por la puerta de la Iglesia de Santa María de la Paz. Entraba en la Iglesia y se recogía unos minutos en oración, lo hacía delante de un crucifijo grande, de tamaño natural, que presidía el altar mayor, eran pocos minutos, los suficientes para entablar un breve diálogo con aquel impresionante crucifijo.

«Yo le miraba...»

Un día entró como de costumbre, se acercó al altar y se sintió envuelto por una mirada particular: «Yo le miraba y El me miraba, y pareció decirme tantas cosas» referiría Conforti más tarde. «Tantas cosas» que fueron labrando en su corazón su respuesta sacerdotal y mi¬sionera, una respuesta a la llamada de Aquel que había dado la vida por todos que «había sufrido por todos» como le decía su madre cuando era niño.
Todas las biografías de Conforti y el testimonio de amigos y confidentes, subrayan como determinante, para la vocación y trayectoria humana y cristiana de Conforti, el encuentro con el Crucifijo de la iglesia de Nuestra Señora de la Paz.

Jesús en la cruz

El encuentro del adolescente Conforti con Jesús en la cruz, con el crucifijo de la Paz, fue su primera y más fuerte experiencia religiosa en ese período de su vida, una experiencia que puso las bases para su futura vocación misionera y para su obra de fundación de un Instituto misionero. La contemplación de Jesús en la cruz, misionero del Padre, constituirá, a su tiempo, una de las características específicas del carisma misionero de Conforti.

La contemplación del crucifijo, «yo le miraba y El me miraba», llevará a Conforti a desarrollar una espiritualidad misionera. En Jesús, clavado en la Cruz, Conforti ve al Señor que ha dado la vida por todos, al Salvador del mundo, un Señor y un Salvador al que hay que dar a conocer a todo el mundo mediante la actividad misionera. Se reproduce en Conforti la experiencia fundamental del verdadero creyente: Conocer a Dios e, impelidos por esta experiencia, darle a conocer para el bien de los demás. Este encuentro de Conforti con Jesús crucificado se irá desarrollando, a lo largo de su vida, en frutos personales y realizaciones concretas que dieron forma a su proyecto de vida y de acción en la Iglesia y en el inundo.

Imagen entrañable

La influencia de Cristo en la vida de Conforti, como en la de todo cristiano-a, sacerdote, religioso-a, misionero-a, es una experiencia espiritual, de encuentro y de comunión con El. En Conforti esta experiencia del encuentro con Cristo en su adolescencia queda acreditada, si así podemos decirlo, por el cariño entrañable que él tuvo siempre a aquel Crucificado que encontró a temprana edad.

La Iglesia de Nuestra Señora de la Paz fue cerrada y el Crucifijo fue a parar a la iglesia de San Francisco donde Conforti, ya obispo de Parma, lo encontró y lo compró, estaba muy deteriorado.

Un día llama a un ex-compañero suyo del colegio de la Salle y enseñándole el crucifijo le dice. «Para mí este crucifijo es milagroso. Tiene su historia. Estaba en la Iglesia de Nuestra Señora de la Paz. A El atribuyo mi vocación. Deseo colocarlo en el altar mayor de nuestra catedral para que siga inspirándome. Te encargo que me lo restaures».

Ya restaurado, al obispo Conforti le gustaba llevar a sus amistades a verlo, un día, a Don Ormisda Pellegri (rector del Instituto Javeriano mientras Conforti fue arzobispo de Rávena), se lo muestra y le pregunta: «¿Qué te parece? ¿te gusta'? Tú no sabes su historia. Cuando yo vivía en Parma, en casa de las Maini, iba cada mañana a rezar delante de él, a él le debo mi vocación».

En la actualidad, esta (para Conforti y para todos los javerianos) entrañable imagen del Crucificado se encuentra en la capilla de nuestra Casa Madre, en Parma-Italia. 

P. Luis Pérez Hernández s.x.

Publicado por verdenaranja @ 23:07  | Espiritualidad
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21 de Febrero

Desde la Delegaci?n de Migraciones se nos participa de la celebraci?n de las III Jornadas de Formaci?n ante la realidad de inmigraci?n bajo el lema ?La parroquia y los inmigrantes? y que tendr?n lugar los d?as 7, 8 y 9 de Marzo en el Seminario Diocesano en horario de 19,00 a 21,30 horas. Ser? el sacerdote Don Braulio Carles Barriopedro quien las dirigir?. Tiene como responsabilidades ser el Delegado Diocesano de Sig?enza-Guadalajara y miembro del Consejo Asesor de la Comisi?n Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal Espa?ola.
La realidad de la inmigraci?n es uno de los ?signos de los tiempos?, en palabras de Benedicto XVI, al que se hace necesario dar una respuesta acertada desde la fe, desde el Evangelio y desde la misma vida de la Iglesia en el aqu? y ahora de nuestras parroquias y de la di?cesis.

21 Febrero (ACI).- Miles de peregrinos se dieron cita en el Aula Pablo VI para participar en la Audiencia General con el Papa Benedicto XVI, quien en el d?a en que la Iglesia inicia la Cuaresma con el Mi?rcoles de Ceniza record? que este tiempo es "un camino hacia el gran encuentro con Cristo".

?La Cuaresma es una renovado catecumenado en el cual vamos nuevamente al encuentro de nuestro Bautismo para redescubrirlo y revivirlo en su profundidad, para ser realmente cristianos?, dijo el Pont?fice durante su catequesis.

El Santo Padre record? a los presentes que ?la Cuaresma es un camino hacia el gran encuentro con Cristo? as? como ?ocasi?n para volver a ser cristianos mediante un constante proceso de conversi?n interior y de avanzar en el conocimiento y en el amor de Cristo?.

Sobre la conversi?n agreg? que ?no puede limitarse a un periodo particular del a?o: es un camino de todos los d?as, que debe abrazar todo el arco de la existencia, cada d?a de nuestra vida?.

?La Cuaresma ?continu? es la estaci?n espiritual propicia para entrenarse con mayor tenacidad para buscar a Dios, abriendo el coraz?n a Cristo?.

M?s adelante afirm? que ?el sincero deseo de Dios nos lleva a rechazar el mal y a realizar el bien. Esta conversi?n del coraz?n es sobre todo don gratuito de Dios que nos ha creado para s? y en Jesucristo nos ha redimido: nuestra verdadera felicidad consiste en permanecer en ?l?.

?Convertirse es buscar a Dios, ir con Dios, seguir dulcemente las ense?anzas de su Hijo, de Jesucristo; no es un esfuerzo para auto realizar uno mismo pues el ser humano no es el arquitecto del propio destino eterno?, dijo Benedicto XVI.

Finalmente el Papa defini? la conversi?n como un ?aceptar libremente y con amor depender en todo de Dios, seguir con simplicidad y confianza al Se?or?.

Tras su catequesis, el Papa salud? a los peregrinos de lengua espa?ola, especialmente a las Siervas del Sagrado Coraz?n de Jes?s; a los fieles de Albacete, Tenerife y Toledo; a los estudiantes de C?ceres y San Sebasti?n, as? como a los peregrinos de Argentina, Chile y M?xico.

"El per?odo cuaresmal, que hoy comenzamos con el austero y significativo rito de la imposici?n de la Ceniza, sea para todos una experiencia renovada del amor misericordioso de Cristo. Aprendamos de ?l a amar al pr?jimo, especialmente a cuantos sufren. Que la Virgen Mar?a nos acompa?e en esta Cuaresma para prepararnos a revivir el misterio de la Pascua, revelaci?n suprema del amor de Dios. ?Buena Cuaresma a todos!", concluy?.

Martes, 20 de febrero de 2007
Art?culo publicado en Revista Semanal de EL D?A, el s?bado 17 de Febrero de 2007, escrito por Mar?a Jes?s Riquelme P?rez.

?Desde el Quisisana?

En el 450 aniversario del nacimiento de un Santo, Jos? de Calasanz y Gasc?n (1557-1648)

UN FIL?MTROPO DEL SIGLO DE ORO. FUNDADOR
DE LAS ESCUELAS P?AS


MAR?A JES?S RIQUELME P?REZ


Al P. Tom?s Santamar?a (rector y director general); a la Comunidad Educativa y a los Ex alumnos de las Escuelas P?as del Quisisana.

"Si desde la infancia, el ni?o es imbuido diligentemente en la Piedad y en las Letras, ha de preverse, con fundamento, un feliz transcurso de su vida entera" (San Jos? de Calasanz).

Introducci?n

"La educaci?n no es una realidad universal y et?rea que prescinde de la historia y del ?mbito donde se realiza" (P. Miguel Angel Asiain).

ESTA afirmaci?n actual tendr?a que matizarse si nos retrotraemos a la escuela de la Edad Moderna, nuestro punto de partida en esta historia. En esta etapa, correspondiente a la Espa?a imperial ?el Siglo de Oro?, s?lo se educaban los hijos de los nobles y de la alta burgues?a. Las escuelas eran escasas y privadas. La mentalidad de las familias en cuanto a la educaci?n de sus hijos no se corresponde con las inquietudes actuales, de ah? que largos planes de estudios como conocemos en la actualidad no existiesen. Era incluso frecuente que los ni?os de las clases altas tuviesen preceptores en sus palacios o villas y no acudiesen a la escuela. No hab?a titulaciones oficiales reconocidas, y s?lo aprend?an a leer y escribir y se preparaban intelectualmente los hijos de las familias pudientes, pues las escuelas, dirigidas funda-mentalmente por jesuitas, dominicos y franciscanos, eran privadas como ya indicamos. Con el paso del tiempo, seg?n nos vamos adentrando en la Edad Moderna, bajo el patronazgo real y el mecenazgo de las ?rdenes religiosas y los nobles, el inter?s por la cultura va en aumento con la creaci?n de las primeras universidades...

Desarrollo:

Biograf?a. Primeras acciones

El 11 de septiembre de 1557, en los inicios de la "Edad de Hierro", t?rmino acu?ado para determinar el per?odo de crisis y estancamiento que sufre Europa, nace en Peralta de la Sal (Huesca) un futuro gran hombre, Jos? de Calasanz, no s?lo por su f?sico sino por su gran misi?n y la magn?fica obra que nos leg?: la cristalizaci?n de un proyecto espiritual y pedag?gico revolucionario en la decadente Roma del siglo XVII.

Su car?cter reflexivo y sosegado y su s?lida formaci?n cultural y cristiana, en 1583 hab?a sido ordenado sacerdote, le trazan una misi?n y un camino ya imparables desde que en el a?o 1592 llegara a la Ciudad Eterna en pro de una canonj?a. El panorama que ofrec?a Roma entonces, con numerosos ni?os hu?rfanos vagando y otros mendigando por las calles, sin oficio ni educaci?n, producto de la crisis econ?mica, la peste y las continuas guerras que aso?laron a Europa, cal? profundamente en el ?nimo del P. Jos? en su deambular como visitador de la Cofrad?a de los Santos Ap?stoles, por los catorce barrios de la antigua capital del Imperio. La pobreza y la prostituci?n aumentaban de forma descontrolada, representando la cuarta parte de la poblaci?n de cada pa?s europeo, a pesar de los programas gubernamentales y acciones privadas de asociaciones ben?ficas por paliar esta cr?tica situaci?n.

Encontramos a Calasanz como preceptor de los sobrinos del cardenal Marco Antonio Colonna (1592-1602) y ayudando los domingos en la catequesis al p?rroco de la iglesia de Santa Dorotea, en el barrio del Trast?vere, de los m?s pobres de Roma. La sacrist?a de esta iglesia ser?a la g?nesis y punto de partida de la primera escuela cristiana, popular y gratuita de Europa desde el a?o 1597. Desde este momento, el cambio de residencia de Calasanz, con el benepl?cito de las autoridades eclesi?sticas, fue continuo. Entre 1602-1605 vive en el Palacio Vestri; de 1 605 a 1612 lo encontramos en el Palacio Manzini y, por ?ltimo, de 1612 a 1648, a?o de su fallecimiento, en el Pala?cio Torres anexo a la iglesia de San Pantale?n, siempre en su af?n de buscar los espacios m?s amplios y adecuados para acoger a sus ni?os.

Pronto empieza a tener seguidores que admiran su filantrop?a y animan su labor. As?, en 1617 se legaliza la Congregaci?n Paulina de las Escuelas P?as, con el nombre oficial de Cl?rigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas P?as. Cuatro a?os m?s tarde, es declarada orden religiosa y en 1 622 se aprueban sus constituciones. Otra novedad respecto a la ense?anza de entonces es la fundaci?n de otros centros de las Escuelas P?as por la propia Italia y en otros pa?ses de Europa, hecho ins?lito en la educaci?n de entonces.

En pleno auge de expansi?n, el papa Urbano VIII suspende al fundador de su cargo de general y, tres a?os despu?s, reduce la Orden a Congregaci?n sin votos. Fue un duro golpe para el P. Jos?, que muere cinco a?os despu?s. En 1650 empieza r?pidamente su beatificaci?n. Seis a?os despu?s, el papa Alejandro VII restablece la congregaci?n de las EE. P?as y, en 1669, el papa Clemente IX restablece a la Orden sus votos solemnes. En 1748, justo cien a?os despu?s de su fallecimiento, el papa Benedicto XIV, por fin, beatifica a Jos? de Calasanz, y en el a?o 1767, el papa Clemente XIII canoniza al beato Jos? de Calasanz en San Pedro del Vaticano, por fin es reconocida internacionalmente la labor espiritual y pedag?gica de este santo.

El carisma calasancio

La filantrop?a de Calasanz tuvo una intenci?n fundamental: fomentar la espiritualidad y conocimiento de Cristo para buscar el bien de la sociedad. En sus constituciones y en un Memorial del a?o 1626 dice textualmente: "Es propio del instituto de las EE. P?as ense?ar a los alumnos y particularmente a los pobres, muchos de los cuales por dejadez o pobreza de sus padres no vienen a la escuela ni aprenden oficio alguno (..) ". Sobre esta misi?n primordial vuelve a insistir al final de su vida en el Memorial de 1645.

Ejes de la espiritualidad y pedagog?a calasancia

Uno de los ejes de la espiritualidad calasancia es el concepto de piedad y del santo temor de Dios. Una misma realidad que transmite a su alumnado. Calasanz llama al educador "Cooperador de la Verdad", es decir, cooperador de Dios en la propagaci?n y difusi?n de la ver-dad. Partiendo de su misma espiritualidad quiere que sus religiosos tengan unas cualidades que les hagan dignos cooperadores de la verdad y servidores de los ni?os, especialmente de los m?s pobres. A?ade a lo anterior que el perfil id?neo del maestro calasancio debe ser: el amor de Dios y del pr?jimo; la paciencia y la caridad en su trabajo diario; la humildad, adapt?ndose al nivel cultural y moral y a las capacidades del educando: un aprendizaje, en definitiva, constructivista. Adem?s, a?ade que el educador calasancio debe transmitir a su alumnado: el fomento y el desarrollo de la libertad humana con la suficiente fuerza para que se consiga la reforma de la sociedad mediante la educaci?n. Para esta profunda labor en su doble vertiente de fe y cultura, era y es nece?sario, si pretendemos seguir humildemente las directrices calasancias y vivir su carisma: un educador creyente cristiano, con rica vida interior para que pueda ofrecer su trabajo de forma desinteresada y generosa para sus educandos, especialmente para los m?s pobres. Enti?ndase hoy d?a pobreza como carencias f?sicas y ps?quicas, no s?lo materiales.

Recordemos que la idea original de Calasanz era la de una escuela gratuita para los m?s pobres, con un plan de estudios articulado en nueve clases con cursos de cuatro a seis meses. En las cuatro clases de Primaria aprend?an a leer y escribir, el ?baco (operaciones matem?ticas b?sicas) y se iniciaban en la Gram?tica. En las clases de Secundaria, se ampliaban los conocimientos gramaticales y aritm?ticos y se a?ad?an otras asignaturas, como Geograf?a, Historia, Griego, etc. En ambas etapas, la formaci?n religiosa tambi?n estaba presente.

Actualmente, las Escuelas Calasancias siguen las normativas que en materia de educaci?n imponen los Estados de los diferentes pa?ses del mundo, pero siempre bajo el prisma de una s?lida formaci?n humana y cristiana: evangelizamos educando; globalizamos para construir un mundo de paz y tolerancia en armon?a y solidaridad con el medio ambiente; implicando a toda la comunidad educativa en el proceso de maduraci?n del hombre y adquirimos instrumentos cr?ticos y eficaces para que los j?venes sean protagonistas en la transformaci?n del mundo.

En definitiva, pretendemos el "sentir de la persona desde el clima escolar"; el respeto a personas y culturas diferentes a la propia; un talante liberal, paciente y respetuoso de los ritmos de crecimiento; una preparaci?n cultural y pedag?gica y, dentro del sentido democr?tico de nuestra escuela, una respuesta a los problemas sociales, en s?ntesis, pastoral y acci?n social, vertebrando y dando las directrices a los dem?s ejes de nuestra escuela, prioridades que diferencian el proyecto calasancio de otros proyectos educativos religiosos.

El mejor modo de hacer eficaz nuestra labor educativa y espiritual desde el carisma calasancio est? en el acogimiento y la escucha, el "acompa?amiento" de ni?os y j?venes con afectividad (fraternidad universal). Es, sin duda, una dimensi?n inherente del carisma escolapio: ayud?ndoles a madurar para que ejerzan con reflexi?n su capacidad de decidir, no podemos olvidar que la transformaci?n del hombre conlleva la transformaci?n de la sociedad.

La Virgen Mar?a en las Escuelas P?as Mar?a fue siempre el referente ideal, v?nculo directo con Dios, la Madre y educadora por excelencia. Por tanto, fue la figura a la que Jos? de Calasanz encomend? su obra y bajo sus auspicios puso primero a su congregaci?n y despu?s a su orden religiosa. En todos los centros o escuelas escolapias, la Virgen Mar?a siempre est? ocupando un lugar privilegiado.

La misi?n calasancia hoy

Para los religiosos, castidad, pobreza, obediencia y consagraci?n especial en la educaci?n de los ni?os. Formaci?n integral para el alumnado. Buena preparaci?n profesional y humana para los profesores laicos. A la comunidad educativa, en general, colaboraci?n y cooperaci?n, misi?n compartida.

Son ya millones los ni?os que desde el siglo XVII hasta el presente se han formado en las Escuela P?as del mundo y que han seguido llevando a sus hijos y nietos a educarse donde a ellos un d?a llevaron sus padres y abuelos. Esa gran "familia" de ex alumnos escolapios son los verdaderos disc?pulos de ese gran humanista espa?ol de nacimiento e italiano de adopci?n, all? donde se dirijan, alimentando la proyec?ci?n calasancia a nivel internacional.

Las Escuelas P?as del Quisisana, Tenerife

Desde las Escuelas P?as de Santa Cruz de Tenerife, ?nicas en toda la comunidad canaria, que-remos sumamos a las celebraciones y actos que en todo el mundo tienen previsto realizarse en honor de este gran hombre, de fe y templaza de car?cter, entregado a la educaci?n, Jos? de Calasanz.

Desde los a?os cuarenta del siglo XX, y con el par?ntesis de 1978-1996, las Escuelas P?as han colaborado a la formaci?n de numerosas generaciones de ni?os canarios; desde el a?o 1996 hasta el presente con car?cter mixto, como demanda la Consejer?a de Educaci?n a las actuales escuelas.

Despu?s de dieciocho largos a?os ausentes de las Islas, el retomar de nuevo las actividades escolares en Tenerife, a partir del curso 1996-1997, obedeci? primordialmente a las gestiones de numerosos ex alumnos que demandaban la ense?anza que ellos recibieron. El Quisisana, ?nico centro donde se imparten hoy las ense?anzas calasancias, ha sufrido una serie de modernas remodelaciones y ampliaciones para adaptarse y dar respuesta a las instalaciones docentes y deportivas de los colegios concertados de las Islas. El colegio est? a pleno rendimiento y las demandas de plazas para el alumnado son constantes. De nuevo, ha tenido la sociedad de Santa Cruz de Tenerife el privilegio de disfrutar de un centro educativo de calidad y prestigio, en el centro de la capital, para la formaci?n de las futuras generaciones, dadas las caracter?sticas materialistas, consumistas y hedonistas de la actual sociedad laicista, cada vez m?s carente de valores e inquietudes.

Conclusiones

El proyecto de Calasanz ha sido difundido y mantenido a lo largo de casi cuatro siglos por todos los continentes, a trav?s de las parroquias y escuelas creadas bajo su ideolog?a y carisma (no cualquier educaci?n transforma al hombre y a la sociedad, sino aquella que abarca la dimensi?n de Piedad y Letras, Fe y Cultura). Pero este proyecto no hubiera podido seguir adelante sin personas capaces y preparadas para continuar con su "testigo". El alto concepto que tiene el fundador del educador calasancio se expresa en la definici?n que le da: "Cooperador de Dios en la difusi?n de la Verdad". De ah? que sea tan importante la selecci?n del profesorado. Quer?a Calasanz que sus maestros gozaran de "buena salud" fisica, ps?quica, espiritual e intelectual. El maestro escolapio debe ser paternal y maternal, atray?ndose a los escolares y ense??ndoles con afecto y paciencia, con verdadera vocaci?n, especialmente a la diversidad (los m?s necesitados intelectual y emocionalmente). La respuesta que quiere dar la Orden en el siglo XX1 es la importancia de incorporar a los laicos al proceso de evangelizaci?n a trav?s de las Escuelas Calasancias (Pedagog?a del Umbral). Y la incorporaci?n de todas las tecnolog?as m?s vanguardistas a sus m?todos de ense?anza.

Calasanz sigue vivo en todas las Comunidades Escolapias, el carisma de un hombre de fe, adelantado a su tiempo en su concepci?n de la vida y la ense?anza, amigo de los intelectuales m?s avanzados y controvertidos de su tiempo, nos perfila su estilo, su personalidad y la vigencia de sus intemporales ense?anzas.
?Feliz 450 aniversario del nacimiento de un Santo!.

Doctora en Historia del Arte.
Del Instituto de Estudios
Canarios. Profesora Escolapia

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Homil?a que pronunci? Benedicto XVI durante la misa de exequias del cardenal Antonio Mar?a Javierre Ortas, en la Bas?lica de San Pedro del Vaticano, el 2 de febrero de 2007.

Salesiano, nacido en Espa?a, el cardenal Javierre hab?a sido prefecto de la Congregaci?n para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.


Queridos hermanos y hermanas:
Ayer, al d?a siguiente de la memoria lit?rgica de san Juan Bosco, parti? hacia el cielo uno de sus hijos espirituales, el querido y venerado cardenal Antonio Mar?a Javierre Ortas. En el momento de su partida, se encontr? rodeado de la oraci?n de sufragio que todos los salesianos suelen elevar por sus hermanos y hermanas difuntos precisamente al d?a siguiente de la fiesta de su fundador.

A su familia religiosa se une hoy la Curia romana; se unen los familiares y los amigos, con esta celebraci?n, en el d?a que la liturgia recuerda la Presentaci?n del Se?or en el templo. Las palabras del anciano Sime?n, que estrecha entre sus brazos al Ni?o Jes?s, resuenan en esta circunstancia con especial emoci?n: ?Nunc dimittis servum tuum Domine, secundum verbum tuum in pace?, ?Ahora, Se?or, seg?n tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz? (Lc 2, 29). Es la oraci?n que la Iglesia eleva a Dios al atardecer, y es muy significativo recordarla hoy cuando este hermano nuestro ha llegado al ocaso de su vida terrena.

?Misericordias Domini in aeternum cantabo?, ?Cantar? eternamente las misericordias del Se?or?. Hagamos nuestras estas palabras, tomadas de su diario espiritual, mientras acompa?amos al cardenal Javierre Ortas en su viaje hacia la casa del Padre.

Nacido en Si?tamo, en la di?cesis de Huesca, el 21 de febrero de 1921, recibi? como don una larga existencia, animada desde su juventud por un marcado esp?ritu misionero. Siguiendo el ejemplo de don Bosco hubiera querido vivir su vocaci?n de salesiano en contacto directo con la juventud, en tierras de misi?n, pero la Providencia lo llam? a otras tareas. As?, fue ap?stol en ambientes universitarios y en la Curia romana, pero sin perder ocasi?n de realizar una intensa actividad espiritual en el ?mbito m?s propiamente teol?gico y en el campo m?s amplio de la cultura, sobre todo animando a grupos de profesores y de religiosos, y como capell?n entre universitarios. Su servicio eclesial fue un servicio fiel y generoso, siempre disponible y cordial. Aunque lleg? a una edad avanzada, nos dej? de modo improviso. Impulsados por la fe, pero tambi?n por el afecto hacia su venerada persona, nos encontramos ahora reunidos en torno al altar del Se?or, y nos disponemos a ofrecer por ?l el sacrificio eucar?stico.

En nuestra alma resuenan las palabras de Cristo que acabamos de escuchar en el evangelio: ?Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivir? para siempre; y el pan que yo le dar?, es mi carne para vida del mundo? (Jn 6, 51). Esta es una de las frases de Jes?s que encierran en s?ntesis todo su misterio. Y es consolador escucharla y meditarla mientras oramos por un alma sacerdotal que puso la Eucarist?a como centro de su vida. La comuni?n sacramental, ?ntima y perseverante, con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, obra una profunda transformaci?n de la persona, y el fruto de este proceso interior, que la envuelve totalmente, es lo que afirma de s? mismo el ap?stol san Pablo en su carta a los Filipenses: ?Mihi vivere Christus est?, ?Mi vida es Cristo? (Flp 1, 21). As? la muerte es una ?ganancia?, porque s?lo muriendo se puede realizar plenamente el ?estar con Cristo? del que la comuni?n eucar?stica es prenda en esta tierra.

Ayer pude tener entre mis manos algunas cartas que el cardenal Javierre dirigi? al amado Juan Pablo II y en las que se pone de manifiesto precisamente esta referencia privilegiada a la Eucarist?a. En 1992, cuando recibi? el nombramiento de prefecto de la Congregaci?n para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, escribi?: ?Huelga repetir en esta ocasi?n mi voluntad incondicionada de servicio. Cuente, Santidad, con mi esfuerzo sincero de conducir a t?rmino el cometido que se me ha encomendado. Lo imagino gravitando por completo en torno a la EUCARIST?A ?escrito as? todo en may?sculas?. Todo gira en torno a ese baricentro?.

Luego, con ocasi?n del 50? aniversario de su ordenaci?n sacerdotal, en la carta de acci?n de gracias al Santo Padre por la felicitaci?n que le hab?a enviado, escribi?: ?En el tiempo de mi ordenaci?n, en Salamanca, el sacerdocio gravitaba ?ntegramente en torno a la Eucarist?a... Es una alegr?a revivir los sentimientos de nuestra ordenaci?n, conscientes de que en la Eucarist?a, sacramento del Sacrificio, Cristo actualiza en plenitud su ?nico sacerdocio?.

El querido cardenal Javierre ya participa con alegr?a en la mesa celestial, en el banquete mesi?nico del que habla Isa?as en la primera lectura, donde la muerte ha sido eliminada para siempre y donde se han enjugado las l?grimas en todos los rostros (cf. Is 25, 8). En espera de compartir tambi?n nosotros, cuando el Se?or lo disponga, ese eterno banquete de amor, ahora nos une a nosotros peregrinos y a ?l, que ya ha llegado a la meta, el canto que resuena en el salmo responsorial: ?Dominus pascit me, et nihil mihi deerit: in loco pascuae, ibi me collocavit?, ?El Se?or es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace recostar? (Sal 22, 1-2). S?, al hombre que vive en Cristo la muerte no le asusta; experimenta en todo momento lo que el salmista afirma con confianza: ?Nam et si ambulavero in valle umbrae mortis, non timebo mala, quoniam tu mecum es?, ?Aunque camine por ca?adas oscuras, nada temo, porque t? vas conmigo? (Sal 22, 4).

?Tu mecum es?, ?T? est?s conmigo?: esta expresi?n remite a otra que Jes?s resucitado dirigi? a los Ap?stoles y que este hermano nuestro eligi? como su lema episcopal: ?Ego vobiscum sum?, ?Yo estoy con vosotros? (Mt 28, 20). En efecto, el cardenal Javierre Ortas quiso que su existencia personal y su misi?n eclesial fueran un mensaje de esperanza; en su apostolado, siguiendo el ejemplo de san Juan Bosco, se esforz? por comunicar a todos que Cristo est? siempre con nosotros.

?l, hijo de la patria de santa Teresa y de san Juan de la Cruz, ?cu?ntas veces rez? en su coraz?n: ?Nada te turbe, nada te espante. Quien a Dios tiene, nada le falta... S?lo Dios basta?! Y precisamente por estar acostumbrado a vivir sostenido por estas convicciones, el cardenal Javierre Ortas, en el momento de despedirse del ministerio activo en la Curia, escribi? de nuevo al Papa estas palabras impregnadas de esperanza: ?No me resta sino impetrar que el Se?or utilice ?en registro divino? la bondad de su Vicario cuando en la tarde de la vida ?no lejana? suene para m? la hora del examen sobre el amor?.

En el escudo de este querido hermano nuestro est? representada una barca unida a dos columnas: la barca es la Iglesia, el timonel es el Papa, y las dos columnas son la Eucarist?a y la Virgen Mar?a. Como digno hijo de don Bosco, ten?a una profunda devoci?n a Mar?a, amada y venerada con el t?tulo de Auxiliadora. De la Virgen, "Ancilla Domini", trat? de imitar el estilo de un servicio discreto y generoso.

Dej? el cargo de prefecto de la Congregaci?n para el culto divino y la disciplina de los sacramentos "de puntillas" para dedicarse al servicio que, en cambio, nunca se debe dejar: la oraci?n. Y ahora que el Padre celestial lo ha llamado a s?, estoy seguro de que en el cielo, donde confiamos en que el Se?or lo haya acogido en su abrazo paternal, sigue rezando por nosotros.

Me complace concluir con una reflexi?n suya que nos lleva al abrazo del Redentor: Es maravilloso ?escrib?a? pensar que no importa la serie de pecados de nuestra vida, que basta elevar los ojos y ver el gesto del Salvador que nos acoge a cada uno con bondad infinita, con suma amabilidad. Desde esta perspectiva, conclu?a, ?la despedida se nimba de esperanza y de gozo?.

[Traducci?n del italiano distribuida por la Santa Sede

Publicado por verdenaranja @ 21:19  | Habla el Papa
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VATICANO - El Papa a los Nuncios Apost?licos en Am?rica Latina: "Ante los desaf?os del actual momento hist?rico nuestras comunidades est?n llamadas a consolidar su adhesi?n a Cristo para testimoniar una fe madura y llena de alegr?a? es realmente enorme la fuerza espiritual que se puede sacar de Am?rica Latina"

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Al t?rmino de la reuni?n que se ha tenido en preparaci?n a la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (ver Agencia Fides 15/2/2007), el Santo Padre Benedicto XVI recibi? en audiencia, el s?bado 17 de febrero, a los Representantes Pontificios en Am?rica latina. "Todo Nuncio Apost?lico est? llamado a consolidar los lazos de comuni?n entre las Iglesias particulares y el sucesor de Pedro- ha dicho el Papa en su discurso -. A ?l se le conf?a la responsabilidad de promover, junto con los Pastores y todo el Pueblo de Dios, el di?logo y la colaboraci?n con la sociedad civil para la realizaci?n del bien com?n. Los Representantes Pontificios son la presencia del Papa, que se hace cercano a ellos, a todos aquellos a los que puede encontrar personalmente y, de modo especial, a quienes viven en condiciones de dificultad y sufrimiento".
Recordando la definici?n acu?ada para Am?rica Latina del Papa Juan Pablo II - "Continente de la esperanza? -, Benedicto XVI ha expresado su alegr?a de poder tomar "personalmente contacto con la realidad de aquellos Pa?ses interviniendo, si Dios quiere, en la apertura del V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano". Dicha Asamblea en cierto sentido "resume y da continuaci?n a las Conferencias Generales precedentes, a la vez que se enriquece con numerosos dones 'post-conciliares' del Magisterio Pontificio - ha continuado el Papa -. Se propone definir las grandes prioridades y suscitar un impulso renovado en la misi?n de la Iglesia al servicio de los pueblos latinoamericanos en las circunstancias concretas de los albores del siglo XXI. Tal resumen liga a la tradici?n de la catolicidad, que, gracias a una extraordinaria epopeya misionera, se ha hecho presente y ha caracterizado con su huella la estructura cultural que distingue hasta hoy la identidad latinoamericana".
Citando los desaf?os que se presentan en el ?rea latino-americana, "integrada en las din?micas mundiales y condicionadas cada vez m?s por los efectos de la globalizaci?n", el Papa Benedicto XVI ha recordado que la Iglesia "ofrece la contribuci?n que le es propia, es decir la del Evangelio", y ha deseado que "en los Pa?ses latino-americanos d?nde las Cartas constitucionales se limitan a "conceder" libertad de credo y de culto pero no reconocen todav?a la libertad religiosa se definan cuanto antes las relaciones rec?procas fundadas sobre los principios de autonom?a y de colaboraci?n sana y respetuosa". El Santo Padre ha recordado despu?s el papel "hist?rico, espiritual, cultural y social" desarrollado siempre por la Iglesia Cat?lica en Am?rica Latina, gracias tambi?n a la fusi?n entre la antigua y rica sensibilidad de los pueblos ind?genas con el cristianismo y la cultura moderna. "Algunos ambientes, lo saben - ha continuado el Papa -, afirman un contraste entre la riqueza y profundidad de las culturas precolombinas y la fe cristiana presentada como una imposici?n exterior o una enajenaci?n de los pueblos de Am?rica Latina. En verdad, el encuentro entre estas culturas y la fe en Cristo fue una respuesta interiormente esperada por tales culturas. No se debe por tanto, renegar de este encuentro, antes bien de profundizar como ha creado la verdadera identidad de los pueblos de Am?rica Latina."
La Iglesia Cat?lica es hoy muy activa en la vida de la gente, estimada por el trabajo en el campo de la educaci?n, la salud y la solidaridad, la ayuda a los pobres y la lucha contra la pobreza, por las intervenciones de mediaci?n que se le piden en el ?mbito de los conflictos interiores. Sin embargo, la Iglesia se enfrenta hoy con el proselitismo de las sectas y la creciente influencia del secularismo hedonista posmoderno. Por ello, las comunidades est?n llamadas a consolidar su adhesi?n a Cristo para testimoniar una fe madura y llena de alegr?a? Y es realmente enorme la fuerza espiritual que se puede sacar de Am?rica Latina, d?nde los misterios de la fe son celebrados con ferviente devoci?n y la confianza en el futuro viene alimentada por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas". El Papa ha exhortado despu?s a seguir con atenci?n a los j?venes en el camino de la vocaci?n y a ayudar sacerdotes, religiosos y religiosas a perseverar en su vocaci?n. Los numerosos j?venes del continente, m?s de dos tercios de la poblaci?n, constituyen ?un inmenso potencial misionero y evangelizador" mientras la familia solicita una atenci?n prioritaria ya que "parece ceder ante las presiones de las lobbies capaces de incidir negativamente en los procesos legislativos. Divorcios y uniones libres est?n en aumento, y el adulterio es mirado con injustificable tolerancia". A este respecto, el Santo Padre ha recordado que "el matrimonio y la familia tienen su fundamento en el n?cleo m?s ?ntimo de la verdad sobre el ser humano y su destino; s?lo sobre la roca del amor conyugal, fiel y estable, entre un hombre y una mujer se puede edificar una comunidad digna del ser humano."
Entre las otras tem?ticas, religiosas y sociales, que afectan a las poblaciones latino-americanas, el Papa ha citado el fen?meno de la migraci?n, la escuela y la atenci?n a los valores y a la conciencia, "para formar laicos maduros capaces de ofrecer una contribuci?n cualificada en la vida social y civil"; la educaci?n de los j?venes con adecuados planes vocacionales; una presencia eficaz en el campo de los medios de comunicaci?n social. "Los movimientos eclesiales constituyen un v?lido recurso para el apostolado, pero a los que hay que ayudar a mantenerse siempre fieles al Evangelio y a las ense?anzas de la Iglesia, tambi?n cuando se mueven en el campo social y pol?tico. En particular - ha concluido el Papa - siento el deber de reafirmar que no son los eclesi?sticos los que deben encabezar agregaciones sociales o pol?ticas, sino los laicos maduros y preparados profesionalmente". (S.L) (Agencia Fides 17/2/2007 - L?neas: 69 Palabras: 1000)

Links:
Texto completo del discurso del Santo Padre, en italiano
http://www.evangelizatio.org/portale/adgentes/pontefici/pontefice.php?id=730

Mensaje de Mons. Rodrigo Aguilar Mart?nez, Obispo de Tehuac?n
en la Cuaresma de 2007

Tehuac?n, Pue., 15 de febrero de 2007

CUARESMA 2007


Hermanas y hermanos en Cristo Jes?s:

El Papa Benedicto XVI nos ha entregado su Mensaje para la Cuaresma de este a?o 2007. As? nos dice: ?La Cuaresma es un tiempo propicio para aprender a permanecer con Mar?a y Juan, el disc?pulo predilecto, junto a Aquel que en la Cruz consuma el sacrificio de su vida para toda la humanidad (cf. Jn 19,25). Por tanto, con una atenci?n m?s viva, dirijamos nuestra mirada, en este tiempo de penitencia y de oraci?n, a Cristo crucificado que, muriendo en el Calvario, nos ha revelado plenamente el amor de Dios.?

?Mirar?n al que traspasaron?, dice san Juan en su Evangelio (19,37), frase que recoge del profeta Zacar?as (12,10) y cuya actitud aplica a Mar?a, Madre de Jes?s, a ?l mismo y a todos los que contemplen a Jes?s en la cruz. Actitud que ahora nos pide el Papa Benedicto XVI para vivir la Cuaresma.

Dicha frase y actitud nos recuerda otra, del autor de la Carta a los Hebreos, el cual, tras haber mencionado muchos modelos de fe que aparecen en la Historia de la Salvaci?n (cf. Heb 11,1-40), nos invita a involucrarnos: ?Tambi?n nosotros, teniendo tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con fortaleza la prueba que se nos propone, fijos los ojos en Jes?s, el que inicia y consuma la fe, el cual, en lugar del gozo que se le propon?a, soport? la cruz sin miedo a la ignominia y est? sentado a la diestra del trono de Dios? (Heb 12,1-2).

?Sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia?


Los testigos de fe presentados en la Carta a los Hebreos ?y muchos otros que han dado testimonio valiente y perseverante de Cristo Jes?s, algunos de ellos muy cercanos a nosotros- nos motivan a sacudir todo lastre y el pecado que nos asedia: Por ejemplo el lastre y el pecado de centrarnos en nosotros mismos y pretender que los dem?s giren en torno nuestro; el af?n de lo material, de las posesiones, de la salud, del placer, de la fama, de la buena imagen, del prestigio. La Cuaresma es tiempo propicio para sacudir todo lastre que nos distrae y nos frena para seguir a Jes?s.

?Corramos con fortaleza la prueba que se nos propone?

La Cuaresma nos presenta un proyecto que no es f?cil ni c?modo, m?s bien se nos antoja evitarlo o suavizarlo, pero hay que asumirlo con fortaleza; las obras de penitencia ?oraci?n, limosna, ayuno- son una verdadera prueba en medio de este mundo que nos invade con sus criterios de placer, de consumo, de relativismo.

? Correr con fortaleza? significa que el esp?ritu cuaresmal no se ha de vivir como a fuerzas y a rega?adientes, sino con actitud positiva, con ligereza, como el atleta que no se centra en las privaciones a que se somete, sino que son disciplina y estrategia para correr y llegar triunfante a la meta.

?Fijos los ojos en Jes?s?

Lo que da sentido a ?correr? en el cumplimiento de las obras de penitencia, es tener ?fijos los ojos en Jes?s?. Las obras de penitencia no tienen una finalidad en s? mismas, sino que son un medio que nos ayuda a contemplar y seguir a Jes?s, Quien es Camino, Verdad y Vida, Quien ?inicia y perfecciona la fe?. Vivir la Cuaresma es dejarnos fascinar por Jes?s, por su amor. ?En la Cruz Dios mismo mendiga el amor de su criatura: ?l tiene sed del amor de cada uno de nosotros?, nos dice el Papa Benedicto XVI.

La Cuaresma es la contemplaci?n asombrada y gozosa de c?mo nuestro pecado provoca en Jes?s su entrega total. Si mantenemos ?fijos los ojos en Jes?s?, ?l nos sostendr? ?para que no desfallezcamos faltos de ?nimo? (cf. Heb 12,3), a fin de no ser mediocres o inestables en nuestra respuesta: Queremos correr, siguiendo a Jes?s como disc?pulos apasionados y perseverantes.

Tambi?n deseamos ser misioneros entusiastas de Jes?s, para contagiar a los dem?s -familiares, amigos, compa?eros de trabajo, vecinos-, a tener fijos los ojos en ?l. Pong?mosle nombre, rostro y situaci?n concreta a nuestros prop?sitos cuaresmales.

El rito del Mi?rcoles de ceniza no es un acto aislado, sino la introducci?n al esp?ritu de la Cuaresma: Cuarenta d?as que culminar?n en el Triduo Pascual, cuando celebramos la Pasi?n, Muerte y Resurrecci?n de Jes?s. De modo que la Cuaresma nos lleva al gozo de la Pascua. Si la Cuaresma es importante, m?s lo es el Tiempo de la Pascua. Si tenemos fijos los ojos en Jes?s crucificado, es para tener tambi?n fijos los ojos en Jes?s resucitado.

Nuestro amor oblativo, a imitaci?n de Jes?s, nos lleva a morir a nosotros mismos, trayendo consigo los frutos de la resurrecci?n, pues nos ayuda a entrar en una vida nueva, en un gozo inefable, que compartiremos jubilosos a los dem?s.

+ Rodrigo Aguilar Mart?nez
Obispo de Tehuac?n

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Carta semanal del Arzobispo de Valladolid en la que comenta algunos de los contenidos del discurso del Papa Benedicto XVI ante el Tribunal de la Rota Romana.

La verdad del matrimonio
18-2-07


Arzobispo



La Delegaci?n diocesana de Familia y Vida ha reunido a un considerable n?mero de personas para reflexionar sobre el tema ?Amar el amor humano. Juan Pablo II, la persona y la familia?. Hemos celebrado as? la XXIII Semana de la Familia. La solidez y la valent?a de Juan Pablo II en torno al tema del amor humano son asombrosas. Ciertamente es ?ste un ?mbito que afecta muy mucho a la felicidad del ser humano, hombre y mujer, que invita una vez m?s a escribir sobre ?l, sin miedo a ser reiterativo.

Hace poco m?s de quince d?as, el papa Benedicto ley? un discurso ante el Tribunal de la Rota Romana. Creo sinceramente que merece la pena glosar algunos de sus contenidos, porque el Papa actual tiene la virtud de convertir en f?cil lo que es dif?cil de exponer. La expresi?n ?verdad del matrimonio? agrada poco al pensamiento relativista imperante en nuestra sociedad: pierde la expresi?n relevancia existencial en un contexto cultural marcado, en efecto, por el relativismo y el positivismo jur?dico, que consideran el matrimonio simplemente como mera formalizaci?n social de v?nculos afectivos en dos personas. Y no van m?s all?.

De resultas de ello, el matrimonio no s?lo se convierte en una realidad blandita a la manera de muchos sentimientos humanos, sino que se presenta como si se tratara de una superestructura legal que la voluntad humana puede manipular a su antojo, priv?ndola, llegado el caso, como ha sucedido en Espa?a, de su car?cter heterosexual. Por desgracia, son muchos los cat?licos que participan de esta forma de pensar. Las consecuencias pr?cticas se perciben de manera particularmente intensa en el ?mbito del matrimonio y la familia.

Estiman algunos, en efecto, que la doctrina conciliar acerca del matrimonio, que describe a ?ste como ??ntima comunidad de vida y amor? (Gaudium et spes, 48), es un ideal al que no pueden verse ?obligados? los cristianos normales, de modo que se llega a negar la existencia de un v?nculo conyugal indisoluble. Tambi?n se ha ido extendiendo en determinados ambientes eclesiales la convicci?n seg?n la cual el bien pastoral de las personas en situaci?n matrimonial irregular exigir?a una especie de regulaci?n can?nica de las mismas, con independencia de la ?verdad? acerca de las condiciones de las personas. Pero el matrimonio tiene una verdad propia, a cuyo descubrimiento contribuyen arm?nicamente raz?n y fe, es decir, el conocimiento humano, iluminado por la Palabra de Dios, acerca de la realidad sexualmente diferenciada de hombre y mujer, con sus profundas exigencias de complementariedad, de entrega definitiva y de exclusividad.

Lo que dice el Papa es que todo matrimonio es, desde luego, fruto del libre consentimiento del hombre y de la mujer; pero la libertad de ?stos lleva a cabo la capacidad natural que contiene su ser hombre y ser mujer. La uni?n entre ambos se realiza en virtud del designio del propio Dios, que los ha hecho var?n y hembra y les da el poder de unir para siempre las dimensiones naturales y complementarias de sus personas. La indisolubilidad del matrimonio no se deriva del compromiso definitivo de los contrayentes, sino que es propio de la naturaleza del ?poderoso v?nculo establecido por el Creador?, que dec?a Juan Pablo II. ?Qu? ley emanada de cualquier parlamento puede quitar fuerza a esta realidad y verdad del matrimonio?

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Carta Pastoral en la Cuaresma de 2007 del Arzobispo de Santiago de Compostela Don Juli?n Barrio Barrio,

Carta Pastoral en la Cuaresma de 2007
?Convert?os a M? de todo coraz?n?? (Joel 2,12)


Queridos diocesanos:

La liturgia cuaresmal se hace revelaci?n y pedagog?a para orientarnos a la Pascua y conmemorar los misterios m?s grandes de nuestra fe: la Pasi?n, Muerte y Resurrecci?n de Cristo. En los primeros pasos de la Iglesia la Cuaresma era un tiempo de preparaci?n para recibir el Bautismo y de arrepentimiento para quienes hab?an fallado a su compromiso cristiano. Ahora ?la Iglesia se une todos los a?os, durante los cuarenta d?as de Cuaresma, al misterio de Jes?s en el desierto? . Tiempo de gracia y de misericordia que Dios nos ofrece para levantar nuestra alma hacia El, recorrer el camino de la propia conversi?n y dar testimonio de la fe y de la vivencia cristiana mediante nuestro empe?o personal y la ayuda de la gracia para morir al pecado (cf. Rom 8,12-14) y alejarnos de todo aquello que nos aparta del plan de Dios y por consiguiente de nuestra felicidad y realizaci?n personal.

Llamada a la conversi?n

La conversi?n pasa por un cambio de mentalidad y por posicionarnos ante la vida desde los valores y las exigencias del Evangelio, significadas de manera especial en las Bienaventuranzas que subrayan la primac?a interior de nuestras actitudes cristianas frente a los convencionalismos de la exterioridad. ?Como ya en los profetas, la llamada de Jes?s a la conversi?n y a la penitencia no mira en primer lugar a las obras exteriores: ?el saco y la ceniza?, los ayunos y las mortificaciones, sino a la conversi?n del coraz?n, la penitencia interior? . La propuesta de la Iglesia es la conversi?n, invit?ndonos a la oraci?n con relaci?n a Dios, al ayuno con relaci?n a nosotros mismos, a la limosna con relaci?n a los dem?s para vivir la din?mica cuaresmal. En este sentido, ?la conversi?n se realiza en la vida cotidiana mediante gestos de reconciliaci?n, la atenci?n a los pobres, el ejercicio y la defensa de la justicia y del derecho, por el reconocimiento de nuestras faltas ante los hermanos, la correcci?n fraterna, la revisi?n de vida, el examen de conciencia, la direcci?n espiritual, la aceptaci?n de los sufrimientos, el padecer persecuci?n a causa de la justicia. Tomar la cruz cada d?a y seguir a Jes?s es el camino m?s seguro de la penitencia? . Se nos llama a vencer el ego?smo con el ejercicio solidario del amor. ?No os olvid?is de hacer el bien y de ayudaros mutuamente; ?sos son los sacrificios que agradan a Dios? (Heb 13,16). Comenta san Le?n Magno que ?estos d?as cuaresmales nos invitan de manera apremiante al ejercicio de la caridad; si deseamos llegar a la Pascua santificados en nuestro ser, debemos poner un inter?s especial?simo en la adquisici?n de esta virtud, que contiene en s? a las dem?s y cubre multitud de pecados?.

En la Cuaresma, de manera especial, se nos llama a vivir confiadamente el misterio de Dios, asegur?ndonos que en el desierto de nuestra vida, podemos encontrarle en el oasis de la misericordia. Es tiempo propicio para reafirmar el seguimiento de Cristo, nuestra vocaci?n cristiana y nuestra identidad enraizada en Jesucristo, el hombre nuevo (Ef 2,15). La esperanza es la propuesta de Dios al hombre en estos tiempos de des?nimo e increencia. ?Para muchos cristianos, la desesperanza es una verdadera tentaci?n, una aut?ntica amenaza?. En medio de las dificultades, en la Iglesia y en el mundo, ?es cierto que Dios nos ama irrevocablemente; que Jes?s nos ha prometido su presencia y su asistencia hasta el fin del mundo; que Dios, en su providencia, de los males saca bienes para sus hijos? .

Es la hora de abrirnos a la gracia, responder a la llamada a la penitencia y vivir la experiencia del amor de Dios. El prefacio cuarto de Cuaresma nos pregona que la verdadera mortificaci?n ?refrena nuestras pasiones, eleva nuestro esp?ritu, nos da fuerza y recompensa?. El amor gratuito de Dios para con nosotros, d?ciles a la acci?n del Esp?ritu, ha de encontrar respuesta en nuestro amor paciente y misericordioso frente al odio y a la injusticia, y en un coraz?n abierto a la caridad como superaci?n de todo ego?smo. Los ?ndices de la conversi?n cristiana son la apertura a la bondad fraterna universal, comprometi?ndonos a hacer a los dem?s lo que desear?amos que los dem?s hicieran con nosotros (Lc 6, 31), y la imitaci?n filial de la perfecci?n del Padre celestial, recordando que estamos llamados a ser perfectos como ?l es perfecto (Mt 5, 48). Y todo ello en esp?ritu de oraci?n que nos ayuda a descubrir y cumplir su voluntad con la actitud obediencial de Cristo en el amor al plan divino. ?A la luz del amor tratamos los cristianos de comprender la verdad profunda de las personas, de la familia, de la vida social en toda su complejidad y en toda su amplitud? y ?al ver a los dem?s con los ojos de Cristo podremos darles mucho m?s que la ayuda de cosas materiales, tan necesarias: podremos ofrecerles la mirada de amor que todo hombre necesita? .

La Cuaresma, ?evangelio de la reconciliaci?n?

Vivimos un momento desasosegado en nuestra convivencia y ser?a lamentable perder lo que con tanto esfuerzo y tenacidad se ha ido consiguiendo en estos a?os pasados. ?Perd?n, reconciliaci?n, paz y convivencia, fueron los grandes valores morales que la Iglesia proclam? y que la mayor?a de los cat?licos y de los espa?oles en general vivieron intensamente en aquellos momentos?. Reconciliarse con Dios conlleva sus exigencias profundas: El pecador reconciliado con Dios no puede tributarle un culto agradable si no va primero a reconciliarse con su hermano (cf. Mt 5,23 ss). En este sentido mas all? de toda reticencia, ?todos debemos procurar que no se deterioren ni se dilapiden los bienes alcanzados. Una sociedad que parec?a haber encontrado el camino de su reconciliaci?n y distensi?n, vuelve a hallarse dividida y enfrentada. Una utilizaci?n de la memoria hist?rica, guiada por una mentalidad selectiva, abre de nuevo viejas heridas de la guerra civil y aviva sentimientos encontrados que parec?an estar superados. Estas medidas no pueden considerarse un verdadero progreso social, sino m?s bien un retroceso hist?rico y c?vico, con un riesgo evidente de tensiones, discriminaciones y alteraciones de una tranquila convivencia? .

Os saluda con todo afecto y bendice en el Se?or,

+Juli?n Barrio Barrio,

Arzobispo de Santiago de Compostela

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Carta pastoral "Cuaresma en tiempos de prueba", del Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela, Mons. Fernando Sebasti?n,

21 de febrero de 2007 - Mi?rcoles de Ceniza

Cuaresma en tiempos de prueba


Vivimos en una sociedad de muchos contrastes, y hay una cierta predisposici?n en favor del rechazo, de la transgresi?n, como si necesit?ramos disfrutar del gusto de lo prohibido, de lo nuevo, de lo diferente. En nuestra sociedad se ha instalado la creencia de que para ser progresista hay que criticar a los Obispos y fastidiar a los cat?licos. Esta situaci?n, poco a poco, debilita las convicciones religiosas de muchas personas, y dificulta la adhesi?n de los j?venes a la fe y a las tradiciones cristianas.

En este contexto puede resultar muy provechoso para los cristianos el esfuerzo de vivir con especial seriedad las semanas de la pr?xima Cuaresma. El mensaje de la Cuaresma est? en el centro de la fe cristiana. Se trata de prepararnos para celebrar adecuadamente las fiestas de la Pascua, para vivir la Resurrecci?n de Cristo como centro de nuestra fe en Dios, apoyo de nuestra esperanza y justificaci?n de nuestra vida.

La primera invitaci?n de la Cuaresma es dedicar algo m?s de atenci?n y de tiempo al cuidado de nuestra fe y nuestra vida cristiana. Con un poco de inter?s todos podemos hacerlo. Podemos, por ejemplo, dedicar unos minutos a leer un pasaje del evangelio, unas p?ginas de un libro espiritual, como el Kempis, o de los escritos de los santos. Podemos tambi?n dedicar unos minutos a rezar, en casa, por la ma?ana o por la noche. Podemos, incluso pasar unos minutos en el silencio de una Iglesia, ante el Sagrario. Por cierto, los responsables tendr?an que estudiar el modo de tener las iglesias abiertas durante m?s tiempo.

Una segunda dimensi?n de la Cuaresma es la invitaci?n al arrepentimiento y la penitencia de nuestros pecados. Cuando nos acercamos a Dios, cuando dejamos que la mirada de Jes?s ilumine nuestra vida, nos damos de nuestros pecados, nuestras faltas de piedad, de diligencia, de amor y misericordia. S?lo reconociendo nuestras deficiencias podremos librarnos de ellas y mejorar espiritualmente. La oraci?n nos ayuda a sentir con fuerza la presencia de Jes?s en nuestro coraz?n y ver en su presencia la verdad de nuestra vida personal y espiritual. Somos pecadores, y s?lo podemos alcanzar la verdad y la paz interior reconociendo nuestras faltas y pidiendo perd?n a Dios por ellas.

Los cristianos contamos con la seguridad del perd?n de Dios anunciado por Jes?s, ofrecido por la Iglesia, en virtud de su pasi?n y muerte, mediante el sacramento de la penitencia y del perd?n de los pecados. La Iglesia ha recibido del Se?or el encargo de anunciar y conceder el perd?n de los pecados en nombre de Dios y de Jesucristo nuestro salvador. En virtud de la misi?n y de la autoridad recibida, ha ordenado el modo de celebrar y alcanzar este perd?n de Dios mediante la celebraci?n del sacramento. Nadie, ning?n sacerdote, ning?n grupo, tiene capacidad para modificar las normas de la Iglesia acerca de c?mo celebrar este sacramento. El desconcierto y los abusos existentes en torno a este sacramento est?n haciendo mucho da?o en la vida de las parroquias y de los cristianos.

Los cristianos tienen que saber que el ordenamiento eclesial para recibir el perd?n de los pecados en el nombre de Dios requiere la confesi?n personal de los pecados a un confesor autorizado por la Iglesia y la manifestaci?n de un verdadero arrepentimiento con sincero deseo de la enmienda que nos prepara para recibir personalmente del confesor la absoluci?n de los pecados por el ministerio de la Iglesia y en nombre del mismo Dios. Esta manera de celebrar el sacramento no se puede modificar ni sustituir por otras formas llamadas comunitarias en las que se suprimen la confesi?n de los pecados y la recepci?n directa y personal de la absoluci?n en nombre de Dios con la f?rmula prevista por la Iglesia.

Cuando celebramos este sacramento, los sacerdotes somos meros ministros de la Iglesia, humildes instrumentos y servidores del Se?or. Los sacramentos son verdaderas acciones de Cristo Salvador por medio de su Cuerpo que es la Iglesia. No tenemos ning?n dominio sobre ellos. Nadie puede modificar a su gusto la manera de celebrarlos sin riesgo de profanarlos y perder su fuerza santificadora. Quien act?a de esta manera comete una grave desobediencia, enga?a a los fieles y hiere la comuni?n eclesial.

Con toda mi autoridad y el mayor empe?o de que soy capaz pido a los sacerdotes que siguen impartiendo estas falsas absoluciones generales que desistan definitivamente de esta pr?ctica abusiva, gravemente il?cita y perjudicial. Los fieles no deben dar cr?dito a quienes les inviten a celebrar el sacramento de la penitencia en contra de las prescripciones de la Iglesia. Hagamos todos un esfuerzo en esta Cuaresma por reconocer al sacramento de la penitencia la dignidad que le corresponde en la vida de la comunidad cristiana y en nuestra propia vida personal. Busquemos en ?l el perd?n de nuestras culpas, facilitemos a los fieles la celebraci?n del sacramento de penitencia de manera personal, con una buena preparaci?n, seg?n el rito previsto por la Iglesia, anunciemos y celebremos el gozo del perd?n y de la paz. Sin esta pr?ctica no puede haber crecimiento espiritual en los cristianos ni conseguiremos nunca promover comunidades parroquiales espiritualmente vigorosas.

El tercer ejercicio de la Cuaresma es la caridad, el amor. La caridad fraterna tiene un reverso que es la sobriedad, la austeridad. Para ser efectivos en la ayuda a los hermanos necesitados, antes tendremos que ser m?s austeros y practicar la sobriedad, resistiendo las llamadas constantes que recibimos a favor del consumismo sin l?mites, del fatigoso tener de todo sin contentarnos nunca con nada. Hagamos un ejercicio consciente de sobriedad para poder ayudar a nuestros hermanos, para dar limosnas importantes en favor de las misiones, de las actividades de Caritas o de Manos Unidas, de las inacabables necesidades de la Iglesia diocesana.

Recorramos con fervor este camino de la nueva Cuaresma. Vivamos estos ejercicios cuaresmales con intensidad en nuestras parroquias y comunidades. Es un tiempo de progreso y de crecimiento, un itinerario de liberaci?n y de fraternidad. Por delante de nosotros se ven ya las luces de la Resurrecci?n, el resplandor del rostro de Jes?s que nos espera con los brazos abiertos en la Casa eterna del Padre com?n. Esta es la peregrinaci?n de la Iglesia, el itinerario de nuestro crecimiento espiritual, el camino indispensable de la verdadera humanidad.

+ Fernando Sebasti?n Aguilar,
Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela

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Lunes, 19 de febrero de 2007
Carta de monse?or Virginio D. Bressanelli, obispo de Comodoro Rivadavia con motivo del comienzo de las celebraciones de los 50 a?os de la creaci?n de la Di?cesis de Comodoro Rivadavia

Hagan todo lo que ?L les diga, Carta del obispo de Comodoro Rivadavia


Queridos hermanos y hermana del Chubut:

Hace 50 a?os, el 11 de febrero de 1957, fiesta de Nuestra Se?ora de Lourdes, nac?a, junto a otras once Di?cesis del pa?s, la de Comodoro Rivadavia. La celebraci?n de este evento, encuentra hoy a toda la Iglesia de Chubut espiritualmente unida en torno a nuestra Madre, en el Santuario Mar?a Auxiliadora de Rawson. Desde aqu?, como Padre y Pastor de esta Iglesia Local me parece oportuno dirigirles un sencillo mensaje.

La Iglesia es la gran familia de los hijos de Dios, una familia universal, formada por creyentes de todos los pueblos, razas y lenguas. Pero es tambi?n familia cercana, integrada por todas aquellas personas que vivimos la fe dentro de un territorio encomendado por el Papa a la atenci?n pastoral de un obispo. Eso es la Di?cesis: Iglesia Local, familia cercana.

En la Iglesia Diocesana, con su historia y sus tradiciones, con las familias que la integran, con sus parroquias, comunidades religiosas, asociaciones y movimientos de apostolado, animados por el Esp?ritu Santo, vivimos la alegr?a de nuestra fe en Cristo Jes?s. En ella acogemos el don de la Palabra de Dios, recibimos la catequesis, celebramos la Eucarist?a y los dem?s sacramentos y crecemos como hijos de Dios. Bajo la gu?a de nuestros sacerdotes y con el testimonio y trabajo de los religiosos/as, consagrados y agentes pastorales laicos, nos vamos constituyendo en una comunidad eclesial viva, eucar?stica, fraterna y misionera.

Sus signos visibles son sus templos, sus capillas, sus colegios, sus obras sociales, y los 64 lugares distribuidos en todo Chubut donde Caritas presta sus servicios e implementa sus proyectos de promoci?n humana, colaborando en la construcci?n de un mundo m?s justo y feliz, socorriendo a los m?s pobres y marginados.

?No son motivos m?s que suficientes para sentirnos a gusto en esta gran familia, apoyar la Iglesia, participar en su vida y en su misi?n? En este d?a en que la Di?cesis peregrina hasta los pies de Mar?a Auxiliadora en su santuario de Rawson quiero que afiancen su sentido de pertenencia a esta Iglesia y oren por ella. Sus Bodas de Oro son ocasi?n de ocuparnos de una manera arm?nica por su crecimiento, por descubrir cada uno su vocaci?n y sus carismas, por hacerla visible de una forma m?s completa aqu? y ahora en su servicio evangelizador, en su apertura a todos los que viven junto a nosotros.

El a?o jubilar es un tiempo de gracia

Este es el tiempo oportuno para experimentar y agradecer la fidelidad del Se?or para con su Iglesia. La Iglesia que El so?? y que fund? sobre el cimiento de Pedro y de los Ap?stoles, y que llega ininterrumpidamente hasta nosotros, a trav?s de muchas vicisitudes hist?ricas, sostenida, purificada y santificada por la gracia de Jesucristo.

Por eso es para nosotros tambi?n un tiempo de renovaci?n interior y de compromiso pastoral, deseosos de ser y de responder a lo que Jes?s quiere de su Iglesia en Chubut.

Todos estamos llamados a profundizar y renovar nuestra fe cat?lica, y a reavivar la alegr?a de ser la Iglesia de Jesucristo.

Nuestro gozo nos estimula a hacer memoria de todos los hermanos, varones y mujeres que, colaborando con Cristo, d?ciles a la acci?n del Esp?ritu, se han involucrado a lo largo de estos a?os para anunciar el Evangelio a todos, y para hacer m?s digna, justa , feliz y humana la vida de todos.

La Iglesia Cat?lica ha escrito muchas p?ginas importantes de la historia de Chubut y quiere seguir siendo en esta realidad signo del amor de Dios, v?nculo de comuni?n e instrumento de salvaci?n, de promoci?n humana y de dignidad para todos los habitantes de este suelo.

Algunos signos convocantes para este a?o

Quisiera proponer a los fieles de la Di?cesis y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad algunas metas que sean hitos o signos de este a?o jubilar. A saber:

- Priorizar la atenci?n pastoral y social de los j?venes y de la familia. Su futuro est? amenazado. Como Iglesia, desde nuestra pobreza de recursos y medios, queremos comprometernos para darles fe, esperanza, sost?n y ayuda para que construyan un futuro digno y feliz.

- Este ha de ser un A?O VOCACIONAL, para que todos encuentren su lugar y su misi?n en la Iglesia, en la sociedad y en la historia. Necesitamos muchos y santos sacerdotes, consagrados/as y laicos entregados generosamente a Dios, al anuncio del Evangelio y al servicio de los hermanos. Hay que orar mucho; pero no basta. Hay que ser capaces de entregar generosamente la vida como la entregaron Jesucristo, Mar?a y los Santos de todos los tiempos. Cada miembro de la Iglesia debe asumir la responsabilidad de la misi?n y tarea que le tocan; y todos juntos hemos de desarrollar la Pastoral Vocacional en todos sus niveles y formas.

- Les propongo tambi?n embellecer, reparar y terminar la Catedral, Templo Madre de la Di?cesis, signo visible de la unidad de nuestra Iglesia de Chubut. Es uno de los lugares m?s visitados de Comodoro Rivadavia y me gustar?a que estuviera m?s linda, mejor conservada. Es un gran desaf?o ya que es la casa de toda la Di?cesis en la que se celebran los grandes acontecimientos de esta familia cercana, la Iglesia Local.

- Asimismo tengo la ilusi?n de que comience la Escuela de Ministerios y Diaconado Permanente. Es otro gran desaf?o para afrontar la misi?n de la Iglesia de un modo m?s pleno. El primer paso ser? implementar el Seminario Catequ?stico Diocesano para dar oportunidad de formarse, de una manera sistem?tica y amplia, a todos los bautizados que lo deseen y puedan hacerlo.

- Tenemos otro desaf?o urgente como Iglesia Diocesana: la acogida cordial de tantos hermanos nuestros que desde otras provincias u otros pa?ses vienen a nuestra provincia por distintos motivos, sobretodo, de trabajo. ?Ser?a posible crear alg?n hogar de tr?nsito, especialmente en las ciudades m?s grandes?. Es una necesidad que hace a la dignidad de las personas. No puede ser que haya hermanos que deban vivir por mucho tiempo en la calle o refugi?ndose en la Terminal de ?mnibus.

Sabemos que hay otros grandes desaf?os tanto a nivel Diocesano como de Decanato o Parroquias. A lo largo del a?o los podemos compartir, evaluar e ir dando respuestas seg?n nuestras posibilidades.

Ahondemos en el sentido de nuestro lema: ?Iglesia de Chubut: Vocaci?n y Futuro?.

Los bendigo de todo coraz?n como Padre y Pastor de esta familia que celebra sus 50 a?os. Escuchemos las palabras de Mar?a: ?Hagan todo lo que El les diga?. Unidos en Cristo movidos por el Esp?ritu cantemos himnos de alabanza a Dios nuestro Padre.

Mons. Virginio D. Bressanelli scj, obispo de Comodoro Rivadavia

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EUROPA/ESPA?A - ?Ecumenismo Espiritual y de la Caridad?, titulo de las XLII Jornadas de Cuestiones Pastorales en camino hacia la III Asamblea Ecum?nica Europea

Barcelona (Agencia Fides) - En el camino de preparaci?n hacia III Asamblea Ecum?nica Europea de Sibiu (Ruman?a) del 4 al 9 de septiembre, se celebrar?n hoy 19 y ma?ana d?a 20 de febrero las XLII Jornadas de Cuestiones Pastorales en Barcelona (Espa?a). Las Jornadas, que contar? con la intervenci?n de representantes de las diferentes confesiones y estar? abierto a la participaci?n de todos, est?n organizadas por la Delegaci?n Diocesana de Ecumenismo del Arzobispado de Barcelona y el Centro Sacerdotal Montalegre. promovido por la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, del Opus Dei. El titulo de las Jornadas es ?Ecumenismo Espiritual y de la Caridad?,
Durante las Jornadas est? previsto un encuentro con Su Em. el Cardenal Walter Kasper, Presidente del Consejo Pontificio para la promoci?n de la Unidad de los Cristianos, y S. E. Jeremie Caligiorgis Metropolitano Ortodoxo Presidente de la Conferencia Europea de las Iglesias, m?ximos representantes del di?logo interconfesional. El Encuentro comenzar? con el saludo y presentaci?n de Mons. Luis Mart?nez Sistach, Arzobispo de Barcelona, S. E. Jeremie Caliorgis, y Mons. Pedro Rodr?guez, Delegado de la Prelatura del Opus Dei en la III Asamblea Ecum?nica Europea.
Entre las ponencias previstas figuran ?Ecumenismo Espiritual? del Cardenal Walter Kasper; ?50 a?os del movimiento ecum?nico en Espa?a?, de S.E. Mons. Jaime Gonz?lez-Ag?pito, Delegado de Ecumenismo de la Archidi?cesis de Barcelona y Delegado en la Asamblea; ?Fundamentos Teol?gicos del Ecumenismo? del Dr. Jos? Ram?n Villar, Decano, Facultad de Teolog?a, Universidad de Navarra; ?Ecumenismo Pastoral? de Carlos de Francisco Vega, Secretario T?cnico de la Comisi?n de Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Espa?ola. Adem?s est?n previstas dos mesas redondas con los temas ?Respuesta de los cristianos ante una sociedad laicista? y ?Ecumenismo de la Caridad?. (RG) (Agencia Fides 19/2/2007 L?neas: 24 Palabras: 306)

Links:
Programa de las Jornadas
http://www.evangelizatio.org/portale/adgentes/chieselocali/chieselocali.php?id=393

Discurso que dirigi? el lunes, 19 de Febrero de 2007, Benedicto XVI al recibir en audiencia al cardenal James F. Stafford, penitenciario mayor de la Penitenciar?a Apost?lica, con los prelados y oficiales de este tribunal, as? como a los padres penitenciarios de las bas?licas papales de Roma.



Queridos hermanos:

Con alegr?a os doy la bienvenida y os saludo con afecto, comenzando por el cardenal James Francis Stafford, penitenciario mayor, a quien doy las gracias por las corteses palabras que me acaba de dirigir. Saludo adem?s al regente, monse?or Gianfranco Girotti, y a los miembros de la Penitenciar?a Apost?lica.

Este encuentro me ofrece la oportunidad de expresar mi profundo aprecio sobre todo a vosotros, queridos padres penitenciarios de las bas?licas papales de la Urbe, por el precioso ministerio pastoral que desempe??is con entrega. Al mismo tiempo, quiero extender mi cordial saludo a todos los sacerdotes del mundo que se dedican con empe?o al ministerio del confesionario.

El sacramento de la penitencia, que tanta importancia tiene para la vida del cristiano, hace actual la eficacia redentora del misterio pascual de Cristo. En el gesto de la absoluci?n, pronunciada en nombre y por cuenta de la Iglesia, el confesor se convierte en el medio consciente de un maravilloso acontecimiento de gracia. Al adherir con docilidad al Magisterio de la Iglesia, se convierte en ministro de la consoladora misericordia de Dios, pone de manifiesto la realidad del pecado y al mismo tiempo la desmesurada potencia renovadora del amor divino, amor que vuelve a dar la vida. La confesi?n se convierte, por tanto, en un renacimiento espiritual, que transforma al penitente en una nueva criatura. Este milagro de gracia s?lo puede realizarlo Dios, y lo cumple a trav?s de las palabras y de los gestos del sacerdote. Al experimentar la ternura y el perd?n del Se?or, el penitente reconoce m?s f?cilmente la gravedad del pecado, y refuerza su decisi?n para evitarlo y para permanecer y crecer en la reanudada amistad con ?l.

En este misterioso proceso de renovaci?n interior, el confesor ya no es espectador pasivo, sino ?persona dramatis?, es decir, instrumento activo de la misericordia divina. Por tanto, es necesario que junto a una buena sensibilidad espiritual y pastoral tenga una seria preparaci?n teol?gica, moral y pedag?gica que le permita comprender lo que vive la persona. Le es sumamente ?til, adem?s, conocer los ambientes sociales, culturales y profesionales de quienes se acercan al confesionario para poder ofrecer consejos adecuados y orientaciones tanto espirituales como pr?cticas. No hay que olvidar que el sacerdote, en este sacramento, est? llamado a desempe?ar el papel de padre, juez espiritual, maestro y educador. Esto exige una actualizaci?n constante, a la que pretenden contribuir tambi?n los cursos sobre el ?foro interno? promovidos por la Penitenciar?a Apost?lica.

Queridos sacerdotes, vuestro ministerio tiene sobre todo un car?cter espiritual. Por tanto, es necesario unir a la sabidur?a humana y a la preparaci?n teol?gica, una profunda espiritualidad, alimentada por el contacto orante con Cristo, Maestro y Redentor. En virtud de la ordenaci?n presbiteral, de hecho, el confesor desempe?a un peculiar servicio ?in persona Christi?, con una plenitud de dotes humanas que son reforzadas por la Gracia. Su modelo es Jes?s, el enviado del Padre, el manantial abundante al que acude es el soplo vivificante del Esp?ritu Santo. Ante una responsabilidad tan elevada las fuerzas humanas son sin duda inadecuadas, pero la humilde y fiel adhesi?n a los designios salv?ficos de Cristo nos hace, queridos hermanos, testigos de la redenci?n universal que ?l act?a, aplicando la admonici?n de san Pablo, quien dice: ?En Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo?, poniendo en nosotros la palabra de la reconciliaci?n? (2 Corintios 5, 19).

Para cumplir con esta tarea tenemos que hacer que penetre en nosotros mismos este mensaje de salvaci?n y dejar que nos transforme profundamente. No podemos predicar el perd?n y la reconciliaci?n a los dem?s, sino no estamos personalmente penetrados por ?l. Si bien es verdad que en nuestro ministerio hay varias maneras y medios de comunicar a los hermanos el amor misericordioso de Dios, en la celebraci?n de este Sacramento podemos hacerlo de la forma m?s completa y eminente. Cristo nos ha escogido, queridos sacerdotes, para ser los ?nicos que pueden perdonar los pecados en su nombre: se trata, por tanto, de un servicio eclesial espec?fico al que tenemos que dar prioridad.

?Cu?ntas personas en dificultad buscan el apoyo y el consuelo de Cristo! ?Cu?ntos penitentes encuentran en la confesi?n la paz y la alegr?a que persegu?an desde hace tiempo! ?C?mo no reconocer que tambi?n en nuestra ?poca, marcada por tantos desaf?os religiosos y sociales, hay que redescubrir y reproponer este sacramento?

Queridos hermanos, sigamos el ejemplo de los santos, en particular de quienes, como vosotros, se dedicaban casi exclusivamente al ministerio del confesionario. Entre otros, san Juan Mar?a Vianney, san Leopoldo Mandic, y m?s recientemente, san P?o de Pietrelcina. Que ellos nos ayuden desde el cielo para que sep?is dispensar con abundancia la misericordia y el perd?n de Cristo Que Mar?a, refugio de los pecadores, os alcance la fuerza, el aliento y la esperanza para continuar generosamente con vuestra indispensable misi?n. Os aseguro de coraz?n mi oraci?n, mientras os bendigo con afecto a todos.

[Traducci?n del italiano distribuida por la Santa Sede

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VATICANO - "La no violencia cristiana no consiste en rendirse al mal sino en responder al mal con el bien, rompiendo de tal forma la cadena de la injusticia" recuerda el Papa Benedicto XVI en el ?ngelus; llamamiento para que la v?a del di?logo lleve a superar la crisis en Guinea

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Comentando "una de las palabras m?s t?picas y fuertes de la predicaci?n de Jes?s: ?Amad a vuestros enemigos? (Lc 6,27)", contenida en el Evangelio del domingo, el Papa Benedicto XVI ha ilustrado, antes del rezo del ?ngelus del 18 de febrero, el sentido profundo de esta petici?n de Jes?s. "?Cu?l es el sentido de esta palabra suya? ?Por qu? Jes?s pide que se ame a los propios enemigos, o sea, un amor que excede las capacidades humanas? se ha preguntado el Santo Padre. "La propuesta de Cristo es realista - ha continuado el Papa -, porque tiene en cuenta que en el mundo existe demasiada violencia, demasiada injusticia, y por lo tanto no se puede superar esta situaci?n m?s que contraponiendo m?s amor, m?s bondad. Este ?m?s? viene de Dios: es su misericordia, que se ha hecho carne en Jes?s y que sola puede ?desequilibrar? el mundo desde el mal hacia el bien, a partir de ese peque?o y decisivo ?mundo? que es el coraz?n del hombre?.
El Santo Padre ha aclarado despu?s el sentido de la "no violencia cristiana", que ?no consiste en rendirse al mal -seg?n una falsa interpretaci?n del ?poner la otra mejilla? (cfr. Lc 6,29)-, sino en responder al mal con el bien (Rm 12,17-21), rompiendo de tal forma la cadena de la injusticia. Se comprende entonces que la no violencia, para los cristianos, no es un mero comportamiento t?ctico, sino un modo de ser de la persona, la actitud de quien est? as? convencido del amor de Dios y de su poder, que no tiene miedo de afrontar el mal con las ?nicas armas del amor y de la verdad". La llamada "revoluci?n cristiana" no est? basada en estrategias de poder econ?mico, pol?tico o medi?tico, sino en el amor al enemigo. "La revoluci?n del amor - ha continuado el Papa -, un amor que? que es don de Dios que se obtiene confiando ?nicamente y sin reservas en su bondad misericordiosa. He aqu? la novedad del Evangelio, que cambia el mundo sin hacer ruido. He aqu? el hero?smo de los ?peque?os?, que creen en el amor de Dios y lo difunden a?n a costa de la vida?. Antes de rezar la oraci?n del ?ngelus, el Papa ha recordado que la Cuaresma, ya pr?xima, es "tiempo favorable en el que todos los cristianos son invitados a convertirse cada vez m?s profundamente al amor de Cristo?.
Despu?s del ?ngelus el Papa Benedicto XVI ha dirigido un augurio de "serenidad y prosperidad" a todos los pueblos que celebran el a?o nuevo lunar en muchos Pa?ses del Oriente, despu?s ha dirigido su pensamiento a ?frica: "Deseo expresar mi cercan?a espiritual con un pa?s africano que est? viviendo momentos de particular dificultad: Guinea. Los obispos de esa naci?n me han expresado su preocupaci?n por la situaci?n de par?lisis social, con huelgas generales y reacciones violentas, que han causado numerosas v?ctimas. Al pedir el respeto de los derechos humanos y civiles -a?adi?-, aseguro mi oraci?n para que el compromiso com?n a recorrer la v?a del di?logo lleve a superar la crisis". (S.L) (Agencia Fides 19/2/2007; L?neas: 37 Palabras: 564)

ZENIT publica las palabras que pronunci? Benedicto XVI el domingo, 18 de Febrero de 2007, antes de dirigir la oraci?n mariana del ?ngelus, ante miles de fieles y peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano.


?Queridos hermanos y hermanas!

El Evangelio de este domingo contiene una de las palabras m?s t?picas y fuertes de la predicaci?n de Jes?s: ?Amad a vuestros enemigos? (Lc 6,27). Est? sacada del Evangelio de Lucas, pero se encuentra tambi?n en el de Mateo (5,44), en el contexto del discurso program?tico que se abre con las famosas ?Bienaventuranzas?. Jes?s lo pronunci? en Galilea, al comienzo de su vida p?blica: casi un ?manifiesto? presentado a todos, sobre el que ?l pide la adhesi?n de sus disc?pulos, proponi?ndoles en t?rminos radicales su modelo de vida. ?Pero cu?l es el sentido de esta palabra suya? ?Por qu? Jes?s pide que se ame a los propios enemigos, o sea, un amor que excede las capacidades humanas? Lo cierto es que la propuesta de Cristo es realista, porque tiene en cuenta que en el mundo existe demasiada violencia, demasiada injusticia, y por lo tanto no se puede superar esta situaci?n m?s que contraponiendo m?s amor, m?s bondad. Este ?m?s? viene de Dios: es su misericordia, que se ha hecho carne en Jes?s y que sola puede ?desequilibrar? el mundo desde el mal hacia el bien, a partir de ese peque?o y decisivo ?mundo? que es el coraz?n del hombre.

Justamente esta p?gina evang?lica est? considerada como la magna charta de la no violencia cristiana, que no consiste en rendirse al mal -seg?n una falsa interpretaci?n del ?poner la otra mejilla? (cfr. Lc 6,29)-, sino en responder al mal con el bien (Rm 12,17-21), rompiendo de tal forma la cadena de la injusticia. Se comprende entonces que la no violencia, para los cristianos, no es un mero comportamiento t?ctico, sino un modo de ser de la persona, la actitud de quien est? as? convencido del amor de Dios y de su poder, que no tiene miedo de afrontar el mal con las ?nicas armas del amor y de la verdad. El amor al enemigo constituye el n?cleo de la ?revoluci?n cristiana?, una revoluci?n no basada en estrategias de poder econ?mico, pol?tico o medi?tico. La revoluci?n del amor, un amor que no se apoya en definitiva en recursos humanos, sino que es don de Dios que se obtiene confiando ?nicamente y sin reservas en su bondad misericordiosa. He aqu? la novedad del Evangelio, que cambia el mundo sin hacer ruido. He aqu? el hero?smo de los ?peque?os?, que creen en el amor de Dios y lo difunden a?n a costa de la vida.

Queridos hermanos y hermanas: la Cuaresma, que empezar? el pr?ximo mi?rcoles con el rito de las Cenizas, es el tiempo favorable en el que todos los cristianos son invitados a convertirse cada vez m?s profundamente al amor de Cristo. Pidamos a la Virgen Mar?a, d?cil disc?pula del Redentor, que nos ayude a dejarnos conquistar sin reservas por ese amor, a aprender a amar como ?l nos ha amado, para ser misericordiosos como nuestro Padre celestial es misericordioso (Lc 6,36).

[Tras rezar el ?ngelus, el Papa hizo la siguiente felicitaci?n:]

En diversos pa?ses de Oriente se celebra hoy el a?o nuevo lunar, con alegr?a y en la intimidad de las familias. A todos aquellos grandes pueblos les deseo de coraz?n serenidad y prosperidad.

[Igualmente, dirigi? saludos en varios idiomas a los peregrinos. Estas fueron sus palabras en espa?ol:]

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua espa?ola, especialmente a los fieles de las parroquias de Santa Eulalia, de Murcia, San Juan y La Pur?sima, de Yecla, a los seminaristas de M?rida y a los marinos de la Armada Espa?ola. En la Misa de hoy hemos escuchado: ?amad a vuestros enemigos, haced el bien y vuestra recompensa ser? grande?. Os deseo que la Cuaresma, que comenzaremos el pr?ximo mi?rcoles, sea un per?odo propicio para testimoniar el Evangelio del amor. ?Feliz domingo!

[Traducci?n de los originales en italiano realizada por Zenit -

Publicado por verdenaranja @ 22:54  | Habla el Papa
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Comentario al evangelio (Mc 9, 14-29) del lunes de la S?ptima Semana Tiempo Ordinario, sacado del libro "Ens??ame tus caminos" de Guillermo Guti?rrez.


Poder de la oraci?n. La enfermedad en cuesti?n se des-cribe en t?rminos de epilepsia. ?Posesi?n diab?lica? La interpretaci?n se inclina por la primera hip?tesis sin excluir la segunda, porque Jes?s se dirige al enfermo increpando ?al mal? con lenguaje directo y en forma personal. Varios elementos quedan fuera de duda. Se trata de una curaci?n prodigiosa que arranca de un sentimiento de compasi?n de Jes?s respecto al padre dolorido por el dolor de su hijo. El prodigio llega previo un test sobre la fe del padre. El poder de Jes?s contrasta violentamente con la impotencia de los disc?pulos.

El mal abunda en el mundo, pero el poder del mal es limitado. Hay Alguien m?s fuerte que el mal. La fe alerta y hace disponible ese poder superior.

En la actualidad sabernos muchas cosas sobre el mundo y sus energ?as cuyo conocimiento no avanza siempre en paralelo con el conocimiento del creador. El hecho incuestionable de la presencia del mal se pueden sacar conclusiones err?neas. Se puede pensar as?: ?Si existe el mal no puede existir Dios, y si Dios existe no se preocupa del mundo?.

M?s coherente es pensar de otra manera: ?Dios existe y entonces ?qu? sentido y explicaci?n tiene la presencia del mal??.

El mal no es criatura de Dios. El mal es producto humano y la causa del mal es algo que pertenece diariamente al hombre. Una fe viva previene muchos males y encuentra explicaci?n para otros. La fe ense?a a orar y la oraci?n aumenta la fe. Ambas juntas son una de las gran-des fuerzas a disposici?n del hombre.

En una ocasi?n contaban los disc?pulos a Jes?s c?mo los esp?ritus se les somet?an (Le 10,17). Aqu? se encuentran con un caso en que los esp?ritus no se les someten. Jes?s explica: ?para ciertos males no hay otra cura que la de la oraci?n?. ?Somos conscientes en nuestra vida pr?ctica del poder de la oraci?n depositado en nuestras manos? La oraci?n de la fe es una fuerza que remueve de su base las monta?as. La fe en ese poder sigue siendo alfa y omega de la vida espiritual. Es tambi?n un ant?doto psicol?gico contra las enfermedades de nervios, contra la angustia y estr?s, y contra todo activismo febril que esteriliza muchas iniciativas y tiende a asfixiar la vida del esp?ritu. Una persona de fe debe ser consciente del poder de la oraci?n.

Publicado por verdenaranja @ 11:42  | Espiritualidad
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Domingo, 18 de febrero de 2007
Alfonso Aguil?





"El ?xito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse", dec?a el conocido estadista e historiador brit?nico Winston Churchill.

Nadie puede decir que no fracasa nunca, o que fracasa pocas veces. El fracaso es algo que va ligado a la limitaci?n de la condici?n humana, y lo normal es que todos los hombres lo constaten con frecuencia cada d?a. Por eso, los que puede decirse que triunfan en la vida no es porque no fracasen nunca, o lo hagan muy pocas veces: si triunfan es porque han aprendido a superar esos peque?os y constantes fracasos que van surgiendo, se quiera o no, en la vida de todo hombre normal. Los que, por el contrario, fracasan en la vida son aquellos que con cada peque?o fracaso, en vez de sacar experiencia, se van hundiendo un poco m?s.

Triunfar es aprender a fracasar. El ?xito en la vida viene de saber afrontar las inevitables faltas de ?xito del vivir de cada d?a. De esta curiosa paradoja depende en mucho el acierto en el vivir. Cada frustraci?n, cada descalabro, cada contrariedad, cada desilusi?n, lleva consigo el germen de una infinidad de capacidades humanas desconocidas, sobre las que los esp?ritus pacientes y decididos han sabido ir edificando lo mejor de sus vidas.

Las dificultades de la vida juegan, en cierta manera, a nuestro favor. El fracaso hace lucir ante uno mismo la propia limitaci?n y, al tiempo, nos brinda la oportunidad de superarnos, de dar lo mejor de nosotros mismos. Es as?, en medio de un entorno en el que no todo nos viene dado, como se como se va curtiendo el car?cter, como va adquiriendo fuerza y autenticidad.

Ser?a una completa ingenuidad dejar que la vida se diluyera en una desesperada b?squeda de algo tan ut?pico como es el deseo de permanecer en un estado de euforia permanente, o de continuos sentimientos agradables. Quien pensara as?, estar?a casi siempre triste, se sentir?a desgraciado, y los que le rodeen probablemente acabar?an est?ndolo tambi?n.

La lecci?n dif?cil que hay que aprender Como dec?a G. von Le Fort, hay una dicha clara y otra oscura, pero el hombre incapaz de saborear la oscura, tampoco es capaz de saborear la clara. O como dec?a Quevedo, el que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendr? muchos disgustos.

Por eso, en la tarea de educar el propio car?cter, o el de los hijos, es muy importante no caer en ninguna especie de neurosis perfeccionista.

No se trata, por ejemplo, de educar a un hijo para que jam?s suspenda o jam?s rompa un plato, sino m?s bien para que se esmere en ser un buen estudiante y procure que no se le caiga el plato; y ?sobre todo? para que sepa sacar fuerza de cada error y sea capaz de volver a estudiar con ilusi?n a pesar de un suspenso, o de recoger los pedazos del plato que se le ha ca?do.

Porque errores los cometemos todos. La diferencia es que unos sacan de ellos ense?anza para el futuro y humildad, mientras que otros s?lo obtienen amargura y pesimismo. El ?xito, volvemos a repetir, est? en la capacidad de superar los tropiezos con deportividad.

Da pena ver a personas inteligentes venirse abajo y abandonar una carrera o una oposici?n al primer suspenso; a chicos o chicas j?venes que fracasan en su primer noviazgo y maldicen contra toda la humanidad; a aquellos otros que no pueden soportar un peque?o batacazo en su brillante carrera triunfadora en la amistad, o en lo afectivo, o en lo profesional, y se hunden miserablemente: el mayor de los fracasos suele ser dejar de hacer las cosas por miedo a fracasar.

NOVEDADES FLUVIUM

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Carta semanal del Arzobispo de Valladolid D. Braulio Rodr?guez Plaza

La verdad del matrimonio
18-2-07


La Delegaci?n diocesana de Familia y Vida ha reunido a un considerable n?mero de personas para reflexionar sobre el tema ?Amar el amor humano. Juan Pablo II, la persona y la familia?. Hemos celebrado as? la XXIII Semana de la Familia. La solidez y la valent?a de Juan Pablo II en torno al tema del amor humano son asombrosas. Ciertamente es ?ste un ?mbito que afecta muy mucho a la felicidad del ser humano, hombre y mujer, que invita una vez m?s a escribir sobre ?l, sin miedo a ser reiterativo.

Hace poco m?s de quince d?as, el papa Benedicto ley? un discurso ante el Tribunal de la Rota Romana. Creo sinceramente que merece la pena glosar algunos de sus contenidos, porque el Papa actual tiene la virtud de convertir en f?cil lo que es dif?cil de exponer. La expresi?n ?verdad del matrimonio? agrada poco al pensamiento relativista imperante en nuestra sociedad: pierde la expresi?n relevancia existencial en un contexto cultural marcado, en efecto, por el relativismo y el positivismo jur?dico, que consideran el matrimonio simplemente como mera formalizaci?n social de v?nculos afectivos en dos personas. Y no van m?s all?.

De resultas de ello, el matrimonio no s?lo se convierte en una realidad blandita a la manera de muchos sentimientos humanos, sino que se presenta como si se tratara de una superestructura legal que la voluntad humana puede manipular a su antojo, priv?ndola, llegado el caso, como ha sucedido en Espa?a, de su car?cter heterosexual. Por desgracia, son muchos los cat?licos que participan de esta forma de pensar. Las consecuencias pr?cticas se perciben de manera particularmente intensa en el ?mbito del matrimonio y la familia.

Estiman algunos, en efecto, que la doctrina conciliar acerca del matrimonio, que describe a ?ste como ??ntima comunidad de vida y amor? (Gaudium et spes, 48), es un ideal al que no pueden verse ?obligados? los cristianos normales, de modo que se llega a negar la existencia de un v?nculo conyugal indisoluble. Tambi?n se ha ido extendiendo en determinados ambientes eclesiales la convicci?n seg?n la cual el bien pastoral de las personas en situaci?n matrimonial irregular exigir?a una especie de regulaci?n can?nica de las mismas, con independencia de la ?verdad? acerca de las condiciones de las personas. Pero el matrimonio tiene una verdad propia, a cuyo descubrimiento contribuyen arm?nicamente raz?n y fe, es decir, el conocimiento humano, iluminado por la Palabra de Dios, acerca de la realidad sexualmente diferenciada de hombre y mujer, con sus profundas exigencias de complementariedad, de entrega definitiva y de exclusividad.

Lo que dice el Papa es que todo matrimonio es, desde luego, fruto del libre consentimiento del hombre y de la mujer; pero la libertad de ?stos lleva a cabo la capacidad natural que contiene su ser hombre y ser mujer. La uni?n entre ambos se realiza en virtud del designio del propio Dios, que los ha hecho var?n y hembra y les da el poder de unir para siempre las dimensiones naturales y complementarias de sus personas. La indisolubilidad del matrimonio no se deriva del compromiso definitivo de los contrayentes, sino que es propio de la naturaleza del ?poderoso v?nculo establecido por el Creador?, que dec?a Juan Pablo II. ?Qu? ley emanada de cualquier parlamento puede quitar fuerza a esta realidad y verdad del matrimonio?

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Melchior y el obispo presidieron ayer la presentaci?n de la reforma ejecutada en el templo


(Diario de Avisos, 18 - II, El Tanque) El municipio de El Tanque acogi? ayer la presentaci?n oficial de la reforma que se ha llevado a cabo en la iglesia de San Antonio de Padua, en un acto multitudinario al que asistieron, entre otras autoridades, el presidente del Cabildo, Ricardo Melchior; el obispo de Tenerife, Bernardo ?lvarez y el alcalde de la localidad, Faustino Alegr?a.


Plan de Patrimonio

El remozamiento integral de este emblem?tico inmueble religioso ha supuesto un desembolso econ?mico de 405.417 euros. Esta actuaci?n se enmarca en el Plan de Patrimonio Hist?rico Art?stico que lleva a cabo el Cabildo de Tenerife para recuperar aquellos bienes muebles e inmuebles que se encuentran en un estado de deterioro. La ejecuci?n de los trabajos, encomendada al Ayuntamiento de El Tanque a trav?s de un convenio de colaboraci?n suscrito entre el Cabildo de Tenerife y el Obispado, comenz? en el mes de junio del a?o 2005.


Fases

Las obras en el templo se han desarrollado en tres fases. La primera y la segunda de ellas contaron con un presupuesto de 391.352,62 euros. En estas etapas, las labores se centraron en la restauraci?n de las cubiertas del edificio. La tercera de las fases, que ha dispuesto de una ficha financiera de 140.264,98 euros, abord? fundamentalmente el acondicionamiento del interior del inmueble. Esta actuaci?n, acometida por la empresa especializada ?V?ctor Rodr?guez e Hijos, S.L.?, supuso la restauraci?n de los elementos da?ados en el templo y la modernizaci?n al completo de las instalaciones.

La iglesia de San Antonio de Padua tiene sus or?genes en una ermita fundada en el siglo XVI. Este antiguo templo fue destruido durante la erupci?n volc?nica que asol? Garachico en 1706. La reconstrucci?n del edificio se inici? en el a?o 1728. En 1960, y bajo la amenaza de ruina, se reform? y ampli? la torre. De concepci?n y construcci?n sencilla, el inmueble consta de una ?nica nave, que alberga el presbiterio, la zona de asamblea y el espacio del coro. La iglesia ha permanecido cerrada al culto seis a?os, seg?n se indica en una nota de prensa del Ayuntamiento tanquero.

La Comisi?n Insular de Patrimonio Hist?rico propuso que se incoara un expediente para declarar monumento a la iglesia el 17 de abril de 2006. De igual modo, el inmueble est? incluido dentro de los bienes protegidos del conjunto hist?rico de El Tanque.

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Es la hora de volver a Dios
Por monse?or Joan Enric Vives Sicilia, obispo de Urgell

17 febrero 2007 Carta que ha escrito monse?or Joan Enric Vives Sicilia, obispo de Urgell y copr?ncipe de Andorra con el t?tulo ?Es la hora de volver a Dios?



El pr?ximo mi?rcoles empieza la Cuaresma, con un rito a simple vista arcaico pero cargado de sentido. Ponerse ceniza en la cabeza o en la frente equivale a reconocer la finitud y la futilidad de la vida cuando no est? centrada Dios, su origen y su t?rmino, y como las cosas materiales que parecen cautivarnos tanto con su brillo, quedar?n reducidas a polvo y ceniza.

Durante el tiempo de Cuaresma estamos invitados a reflexionar a fondo, entrando en nuestro interior, a fin de acoger mejor el sentido de nuestro destino, y aquello que valoramos m?s de todo lo que somos y poseemos. A nadie se le escapa que nuestra mirada, y con ella nuestro pensamiento, se nos escapan hacia las cosas visibles que nos rodean. Y corremos el riesgo de preocuparnos s?lo por las necesidades m?s inmediatas, sin pensar demasiado en el fin ?ltimo del nuestro vivir. Se trata de pensar en las cosas verdaderamente esenciales de nuestra existencia, para verlas bajo la luz nueva de la Pascua de Cristo, que es cruz y resurrecci?n, amor entregado que se transforma en m?ximamente fecundo.

Ya el Antiguo Testamento recomendaba la b?squeda de la Sabidur?a: "La Sabidur?a es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar f?cilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan." (Sav 6,12). Y Jesucristo nos ha hecho entender que es ?l mismo esta Sabidur?a venida para instruir a la humanidad. Esta "sabidur?a" que hay que rebuscar con humildad y conversi?n de coraz?n, tiene que animar el pensamiento de todos los cristianos, y tiene que orientar sus actuaciones. Y es que el cristianismo no ofrece consuelo a bajo precio, sino que es exigente y reclama una fe aut?ntica y una vida moral rigurosa a cada fiel cristiano. A pesar de todo, siempre nos da motivos de esperanza, porque nos une a Dios Pare, que se revela rico en misericordia cu?ndo en la Cruz nos da a su Hijo, el Amado, y nos muestra as? su inmenso amor, que todo lo restaura.

Caminemos hacia la Pascua con esp?ritu de renovaci?n total de nuestra vida. Anim?monos a "volver hacia Dios". Es hora de volver a Dios, con obras y de verdad. ?l no llama ni se impone, sino que pide de cada uno de nosotros el humilde silencio de la escucha. Su infinito respeto por nuestra libertad no es una debilidad, sino que nos trata como hijos. Dejemos en esta Cuaresma que su Palabra, que es Cristo, toque nuestro coraz?n, y le diga al Se?or, con el salmista, "Devu?lveme la alegr?a de tu salvaci?n" (Salmo 50,14).

Asimismo, la Cuaresma, por su ?ntima conexi?n con la Cruz del Se?or, es un tiempo privilegiado para el ejercicio del amor al pr?jimo. Tiempo de caridad activa. Ni un solo vaso de agua ser? olvidado, si se da con amor y en nombre de Cristo (Cf. Mc 9,41). Tenemos que hacer un esfuerzo para transformar el ayuno y la abstinencia en una oportunidad para la comuni?n solidaria, sobre todo con los que pasan hambre y tambi?n con todos los crucificados de la tierra, que tanto nos tienen que interpelar. "Cada hermano que muere de hambre pesa sobre la conciencia de todos" dec?a al querido Papa Juan Pablo II (?ngelus del 17.3.1985). Ayud?monos a vivir una aut?ntica y solidaria "limosna penitencial" en la Cuaresma y "no amemos con frases y palabras, sino con obras y de verdad" (1Jn 3,18).

+ Mons. Joan Enric Vives Sicilia,
Obispo de Urgell
ZS07021703

Publicado por verdenaranja @ 19:58  | Hablan los obispos
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ZENIT publica la homil?a que pronunci? el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, en la concelebraci?n eucar?stica en memoria del cardenal argentino Eduardo Francisco Pironio con ocasi?n de la Jornada de estudio sobre su figura y su obra, celebrada el 6 de febrero de 2007 en el Pontificio Ateneo ?Regina Apostolorum? de Roma.

El cardenal Pironio, art?fice junto a Juan Pablo II de las Jornadas Mundiales de la Juventud, falleci? en Roma el 5 de febrero de 1998 y en el 23 de junio de 2006 se inici? en esta ciudad el proceso de beatificaci?n.

Fue obispo de Mar del Plata, secretario y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), prefecto de la Congregaci?n para los Institutos de Vida Consagrada y presidente del Consejo Pontificio para los Laicos.



La palabra de Dios que hemos escuchado en las tres lecturas reci?n proclamadas nos invita a centrar nuestra atenci?n en algunos aspectos fundamentales del sagrado ministerio seg?n el Antiguo y el Nuevo Testamento, para poderlos descubrir en la figura del siervo de Dios cardenal Eduardo Francisco Pironio, de cuya santa muerte recordamos el noveno aniversario.

La primera lectura, tomada del libro del Deuteronomio (Dt 10, 8-9), alude al oficio particular de los hijos de Lev? en el pueblo de Israel. Este pasaje fue comentado espl?ndidamente por el Santo Padre Benedicto XVI en el discurso que pronunci? con ocasi?n de las felicitaciones navide?as a la Curia romana. Vale la pena citar algunas frases:

"Despu?s de tomar posesi?n de la Tierra, cada tribu obtiene por sorteo su lote de la Tierra santa y as? participa en el gran don prometido al patriarca Abraham. S?lo la tribu de Lev? no recibe ning?n lote: su lote es Dios mismo. Esta afirmaci?n ten?a, ciertamente, un sentido muy pr?ctico. Los sacerdotes no viv?an, como las dem?s tribus, del trabajo de la tierra, sino de las ofertas. Sin embargo, la afirmaci?n es a?n m?s profunda: Dios mismo es el verdadero fundamento de la vida del sacerdote, la base de su existencia, la tierra de su vida. El sacerdote puede y debe decir tambi?n hoy con el levita: "Dominus pars hereditatis meae et calicis mei". Dios mismo es mi lote de tierra, el fundamento externo e interno de mi existencia. Esta visi?n teoc?ntrica de la vida sacerdotal es necesaria precisamente en nuestro mundo totalmente funcionalista, en el que todo se basa en realizaciones calculables y comprobables. El sacerdote debe conocer realmente a Dios desde su interior y as? llevarlo a los hombres: este es el servicio principal que la humanidad necesita hoy" (L'Osservatore Romano, edici?n en lengua espa?ola, 29 de diciembre de 2006, pp. 6-7).

El ap?stol san Pablo, en la segunda lectura, retomando las im?genes presentes en los vaticinios de los profetas Jerem?as y Ezequiel, ve su realizaci?n en el ministerio neotestamentario. "He aqu? que vendr?n d?as ?or?culo de Yahveh? en que yo pactar? con la casa de Israel una nueva alianza; (...) pondr? mi ley en su interior y sobre sus corazones la escribir?" (Jr 31, 31-33). "Os dar? un coraz?n nuevo, infundir? en vosotros un esp?ritu nuevo. (...) Infundir? mi esp?ritu en vosotros" (Ez 36, 26-27). "Sois una carta de Cristo ?dice san Pablo? redactada por ministerio nuestro, escrita no con tinta, sino con el esp?ritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne, en los corazones" (2 Co 3, 3). Y declara que ?l es "ministro de una nueva Alianza, no de la letra, sino del Esp?ritu" (2 Co 3, 6).

Pero el alma, el impulso interior del nuevo ministerio, lo encontramos en el pasaje del evangelio de san Juan: el amor que Dios Padre tiene por Jes?s, su Hijo, ?ste lo comunica a sus disc?pulos: "Como el Padre me am?, yo tambi?n os he amado a vosotros" (Jn 15, 9). Jes?s quiere que sus disc?pulos "permanezcan" en el amor que ?l les tiene; pero esto s?lo es posible si demuestran responder a su amor, cumpliendo todo lo que ?l les ha ense?ado y mandado.

Esta relaci?n mutua de amor es fuente de alegr?a para Jes?s y ?l la transmite con abundancia a sus disc?pulos. La reciprocidad de amor y de alegr?a entre Jes?s y los suyos debe extenderse tambi?n a los disc?pulos entre s?: amarse unos a otros con el mismo amor con que ?l los ha amado. Entonces se llega a ser "amigos de Jes?s", porque a trav?s de la circulaci?n de amor se realiza una profunda experiencia de Dios: es el conocimiento ?en sentido b?blico? fuerte. El amor y el conocimiento experimental de Dios est?n en la base de la misi?n: "No me hab?is elegido vosotros a m?, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vay?is y deis fruto" (Jn 15, 16).

La luz de este nuevo ministerio, guiado por el Esp?ritu Santo y como continuaci?n y expansi?n del amor del Padre y del Se?or Jes?s en el amor a los hermanos, resplandece magn?ficamente en la vida y en la misi?n del cardenal Eduardo Francisco Pironio, que hizo de su vida y de su ministerio un continuo acto de alabanza y de amor a Dios y a los hermanos, sostenido por una fe inquebrantable y una gozosa esperanza.

"Magn?ficat": es la palabra con que resume toda su vida de hombre, de cristiano, de sacerdote, de obispo y de cardenal. Es casi un estribillo de su vida; en su Testamento repite esta palabra trece veces. Le brota de lo m?s profundo de su ser, llena de gratitud, de alegr?a y de misericordia; es una palabra de dolor, de ternura y de esperanza.

"Magn?ficat" por el don de la vida; por el don inestimable del bautismo.

"Magn?ficat" por el sacerdocio, por el episcopado: "Me he sentido extraordinariamente feliz de ser sacerdote y quisiera transmitir esta alegr?a profunda a los j?venes de hoy (...). He querido ser "padre, hermano y amigo" de los sacerdotes, religiosos y religiosas, de todo el pueblo de Dios. He querido ser una simple presencia de "Cristo, esperanza de la gloria". (...) Doy gracias al Se?or por haberme hecho comprender que el cardenalato es una vocaci?n al martirio, un llamado al servicio pastoral y una forma m?s honda de paternidad espiritual. Me siento as? feliz de ser m?rtir, de ser pastor, de ser padre" (Testamento espiritual del cardenal Eduardo Pironio: L'Osservatore Romano, edici?n en lengua espa?ola: 13 de febrero de 1998, p. 7).

El Santo Padre Juan Pablo II, en la homil?a de la misa en sufragio del cardenal, afirm?: "Fue testigo de la fe valiente que sabe fiarse de Dios, incluso cuando, en los designios misteriosos de su Providencia, permite la prueba. (...) Su existencia fue un c?ntico de fe al Dios de la vida. (...) Dio testimonio de su fe en la alegr?a (...), alegr?a de servir al Evangelio en los diversos y arduos encargos que se le confiaron" (L'Osservatore Romano, edici?n en lengua espa?ola, 13 de febrero de 1998, p. 6).

El cardenal Pironio fue para muchos creyentes presencia del Se?or, transparencia del Evangelio, acci?n luminosa del Esp?ritu. Hizo el bien, y la bondad dio fecundidad a su vida. Su presencia estuvo siempre acompa?ada por una gran cordialidad y sencillez. Suscitaba simpat?a y comuni?n espont?nea; transmit?a paz y alegr?a; con la palabra infund?a fuerza y esperanza, sobre todo a los j?venes, de los que era un aut?ntico amigo. Dirigir a ?l la mirada y el recuerdo significa aceptar el desaf?o de ser presencia del Se?or en la sociedad y en la Iglesia. Se trata de hacerlo con mirada serena y con una escucha atenta, comunicativa y humilde. Como lo hizo ?l, que supo estar en el centro sin ser el centro.

"Mi vida sacerdotal estuvo siempre marcada por tres amores y presencias: el Padre, Mar?a sant?sima, la cruz" (Testamento). Y creo que no nos equivocamos si a estos tres amores a?adimos un cuarto: la Iglesia.

El cardenal Pironio am? apasionadamente a la Iglesia, pueblo de Dios, misterio de comuni?n misionera, como habitualmente la defin?a. Dio su vida y trabaj? intensamente por una Iglesia "peregrina, pobre y pascual", una Iglesia de la alegr?a y de la esperanza, solidaria con las tristezas y los sufrimientos de los hombres, como la descubri? desde el Concilio; una Iglesia madre que, como tal, ense?a. Estuvo presente en el coraz?n de la Iglesia con su santidad personal, su ministerio, su prestigio. En un mundo cada vez m?s cerrado por el ego?smo y la violencia que nace del odio, la Iglesia ?dec?a? est? llamada a dar testimonio del amor y a educar nuevamente a los hombres en el amor.

El cardenal Pironio, hombre de Dios, irradiaba la santidad de Dios en la Iglesia. Que la luz de esta santidad, reflejada en el rostro y en la vida de testigos como el cardenal Pironio, siga resplandeciendo e iluminando nuestro camino.

Acogemos con gratitud al Se?or el don que nos hizo a nosotros, a toda la Iglesia, en la persona, en la vida y en el ministerio del siervo de Dios cardenal Pironio, y albergamos la esperanza de que pronto la santa Madre Iglesia reconozca su santidad y lo proponga como ejemplo de vida e intercesor ante Dios por todos nosotros y por la Iglesia entera.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit]

Publicado por verdenaranja @ 19:53  | Homil?as
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Mensaje que ha enviado Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, al Congreso ?Comunicaci?n y relaci?n en la medicina? que se celebra del 16 al 17 de febrero en el Auditorium Policl?nico A. Gemelli de la Universidad Cat?lica de Roma.



Me es grato dirigir un saludo y un auspicio a cuantos est?n reunidos en este Congreso para profundizar en el tema de la ?Comunicaci?n y relaci?n en la medicina?.

Perm?tanme ofrecerles un pensamiento espiritual referente a este tema.

Lo que puedo decirles no nace, ciertamente, de conocimiento m?dicos, sino de la experiencia de m?s de 60 a?os, durante la cual, bajo la acci?n de un don especial de Dios reconocido como ?carisma de la unidad?, he visto componerse una comunidad de personas de las m?s diversas proveniencias, que, de alguna manera, han constituido un peque?o ?pueblo? que vive entre todos los pueblos de la tierra.

Su caracter?stica es haber hecho del amor rec?proco la ley fundamental de la propia vida, testimoniando as? que es posible establecer interrelaciones que encuentran su m?xima expresi?n en la reciprocidad.

Cada ser humano siente la necesidad de ser amado y de derramar sobre los dem?s el amor recibido. De hecho, hemos sido creados como un don los unos hacia los otros, y realizamos nuestro ser comprometi?ndonos a amar a cada hombre sin esperar su respuesta.

Y cuando este amor es vivido por dos o m?s personas, se convierte en amor rec?proco, es decir, un amor capaz de hacer superar cualquier dificultad, cualquier obst?culo; un amor que hace ver al otro como si fuera yo mismo, para comprenderlo profundamente y ayudarlo en lo concreto; un amor capaz de hacernos descubrir hermanos los unos de los otros, y que por lo tanto tiende al bien de la familia humana.

En una palabra: un amor que genera fraternidad y pone en marcha una proceso de renovaci?n en todos los ?mbitos de la sociedad.

Nuestra experiencia nos dice que estas relaciones fraternas vividas en lo cotidiano de la vida personal, familiar y profesional, pueden liberar recursos inesperados. Nacen v?nculos nuevos, llenos de significado, que suscitan las iniciativas m?s diversas en beneficio del individuo y de la comunidad.

Y esto vale tambi?n para el delicado mundo de la medicina.

El trabajo en este ?mbito da la posibilidad de amar al pr?jimo con una medida de caridad creciente que se dirige a todos; una caridad que no es solo sentimentalismo sino acci?n concreta, siempre atenta a las necesidades del momento; una caridad capaz de instaurar un di?logo profundo con todos, y que si es vivida por un grupo genera comuni?n, unidad.


Pero ?c?mo generar la comuni?n en un mundo dominado muchas veces por la dificultad de las relaciones, por la l?gica del conflicto?

?C?mo realizar la unidad, haci?ndola efectiva en lo cotidiano?

Podremos hacerlo viviendo ese mandamiento de Jes?s que ?l mismo defini? ?suyo? y ?nuevo?: ??mense los unos a los otros como yo los he amado? (Jn.13,14;15,12)

Es precisamente este amor rec?proco, vivido con la medida del amor de Jes?s por nosotros, que lleg? hasta el abandono y la muerte en la cruz, que nos garantiza la unidad.

Su abandono fue el v?rtice de su pasi?n, la culminaci?n de sus dolores, el drama de un Dios que se siente abandonado por Dios. All? experimenta la separaci?n m?s abismal que se pueda pensar: experimenta, de alguna manera, la divisi?n del Padre con el cual es y sigue siendo una cosa sola.

Pero es justamente gritando en la cruz ?Dios m?o, Dios m?o, ?por qu? me has abandonado?? (Mt. 27,46; Mc. 15,34 ) y entreg?ndose en las manos del Padre con un acto supremo de amor, que ?l se hace ?medicina? de todos los dolores del alma y alivio de cada dolor del cuerpo. All? ?l dona a los hombres la unidad con Dios y entre ellos, convirti?ndose en el modelo de quien supera toda desunidad.

Y por eso, sigui?ndolo, logramos superar las dificultades y construir relaciones de reciprocidad, de unidad.

Deseo a cada uno de los presentes que sean hombres y mujeres capaces de hacer nacer y crecer una medicina seg?n el coraz?n de Dios, y que este Congreso los estimule y los comprometa nuevamente a trabajar y construir relaciones verdaderas de fraternidad, de manera que el empe?o cultural se vea sostenido por una aut?ntica experiencia de vida comunitaria.

[Traducci?n distribuida por la Oficina de Prensa del Congreso ?Comunicaci?n y relaci?n en la medicina?]

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ZENIT publica el comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap. - predicador de la Casa Pontificia- a la liturgia del domingo, VII del Tiempo Ordinario, 18 de Febrero de 2007.

No juzgu?is



VII Domingo del Tiempo Ordinario [C]
I Samuel 26, 2.7-9.12-13.22-23; I Corintios 15, 45-49; Lucas 6, 27-38

El Evangelio de este domingo contiene una especie de c?digo moral que debe caracterizar la vida del disc?pulo de Cristo. Todo se resume en la llamada ?regla de oro? de la actuaci?n moral: ?Lo que quer?is que los hombres os hagan a vosotros, tambi?n vosotros hac?dselo a ellos?. Esta regla, si se pone en pr?ctica, bastar?a por s? sola para cambiar el rostro de la familia de la sociedad en la que vivimos. El Antiguo Testamento la conoc?a en la forma negativa: ?No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan? (Tb 4, 15); Jes?s la propone en forma positiva: ?Tratad a los dem?s como quer?is que ellos os traten?, que es mucho m?s exigente.

Pero del pasaje del Evangelio brotan tambi?n interrogantes. ?Al que te pegue en la mejilla, pres?ntale la otra; al que te quite la capa, d?jale tambi?n la t?nica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames...?. ?Jes?s manda por lo tanto a sus disc?pulos que no se opongan al mal, que dejen la mano libre a los violentos? ?C?mo se concilia esto con la exigencia de combatir la prepotencia y el crimen, de denunciarlo con energ?a, incluso corriendo riesgos? ?C?mo lo situamos con la ?tolerancia cero?, hoy invocada desde muchas partes ante la difusi?n de la micro criminalidad?

El Evangelio no s?lo no condena esta exigencia de legalidad, sino que la refuerza. Hay situaciones en que la caridad no exige poner la otra mejilla, sino ir directamente a la polic?a y denunciar el hecho. La regla de oro que vale para todos los casos, hemos o?do, es hacer a los dem?s aquello que se querr?a que se le hiciera a uno. Si t?, por ejemplo, eres v?ctima de un robo, de un tir?n, de un chantaje, si alguien te ha chocado y te ha destrozado el coche, estar?as ciertamente contento si quien ha visto los hechos estuviera dispuesto a testimoniar en tu favor. El Evangelio te dice que esto es lo que tambi?n t? debes hacer a los dem?s, sin atrincherarte tras el habitual: ?No he visto nada, no s? nada?. El crimen prospera sobre el miedo y el silencio.

Pero tomemos las palabras en cierto sentido m?s peligrosas del Evangelio del domingo: ?No juzgu?is, y no ser?is juzgados; no conden?is, y no ser?is condenados?. ?Entonces luz verde a la impunidad? ?Y qu? decir de los magistrados que juzgan a tiempo completo, por profesi?n? ?Est?n condenados de partida por el Evangelio? El Evangelio no es tan ingenuo e irrealista como podr?a parecer a primera vista. ?No nos ordena tanto que suprimamos el juicio de nuestra vida, sino suprimir el veneno de nuestro juicio! Esto es, esa parte de hast?o, de rechazo, de venganza que se mezcla frecuentemente con la objetiva valoraci?n del hecho. El mandamiento de Jes?s: ?No juzgu?is y no ser?is juzgados? es seguido inmediatamente, hemos visto, del mandamiento: ?No conden?is y no ser?is condenados? (Lc 6, 37). La segunda frase sirve para explicar el sentido de la primera.

Son los juicios ?despiadados?, sin misericordia, los que est?n prohibidos por la palabra de Dios; aquellos que, junto con el pecado, condenan sin apelaci?n tambi?n al pecador. Justamente la conciencia del mundo civil rechaza hoy, casi un?nimemente, la pena de muerte. En ella, de hecho, el aspecto de la venganza por parte de la sociedad y de aniquilamiento del reo prevalece sobre el de la autodefensa y la disuasi?n del crimen, que podr?an obtenerse de forma no menos eficaz con otros tipos de pena. Entre otras cosas, en estos casos se mata a veces a una persona completamente diferente de la que cometi? el crimen, porque entretanto se ha arrepentido y ha cambiado radicalmente.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit]

Publicado por verdenaranja @ 19:33  | Espiritualidad
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18 Febrero (ACI).- Miles de fieles se reunieron este mediod?a en la Plaza de San Pedro para rezar el ?ngelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien al introducir la oraci?n mariana record? que la revoluci?n cristiana del amor se consigue confiando sin reservas en la bondad misericordiosa de Dios.

?La revoluci?n del amor, un amor que no se basa en definitiva en los recursos humanos, sino don de Dios que se consigue confiando ?nicamente y sin reservas en su bondad misericordiosa?, dijo el Santo Padre al referirse al Evangelio de hoy .

Continu? diciendo que ?el amor por el enemigo constituye el n?cleo de la ?revoluci?n cristiana?, una revoluci?n que no se basa en estrategias de poder econ?mico, pol?tico o medi?tico?.

El Pont?fice hizo notar c?mo ?la propuesta de Cristo es realista, porque considera que en el mundo hay demasiada violencia, demasiada injusticia, y no se puede superar esta situaci?n si no es contraponiendo demasiado amor, demasiada bondad?.

?Este ?demasiado? ?prosigui?- viene de Dios: es su misericordia, que se ha hecho carne en Jes?s y que por s? misma puede vencer el mundo del mal con el bien, partiendo desde aquel peque?o y decisivo ?mundo? que es el coraz?n del hombre?.

Finalmente hizo un llamado a la conversi?n en vistas al tiempo de Cuaresma, pidiendo ?a la Virgen Mar?a, d?cil disc?pula del Redentor, que nos ayude a dejarnos conquistar sin reservas por aquel amor, a aprender y amar como ?l nos ha amado, para ser misericordiosos como es misericordioso nuestro Padre que est? en los cielos?.

S?bado, 17 de febrero de 2007
Discurso que pronunci? Benedicto XVI el 12 de febrero de 2007 a los participantes en un congreso sobre la ley natural organizado por la Pontificia Universidad Lateranense de Roma.


Venerados hermanos en el episcopado y en el sacerdocio;
estimados profesores;
amables se?oras y se?ores:

Me alegra daros la bienvenida al inicio de los trabajos de vuestro congreso, en los que estudiar?is durante los pr?ximos d?as un tema de notable importancia para el actual momento hist?rico: la ley moral natural. Agradezco a monse?or Rino Fisichella, rector magn?fico de la Pontificia Universidad Lateranense, los sentimientos expresados en las palabras con las que ha introducido este encuentro.

No cabe duda de que vivimos un momento de extraordinario desarrollo en la capacidad humana de descifrar las reglas y las estructuras de la materia y en el consiguiente dominio del hombre sobre la naturaleza. Todos vemos las grandes ventajas de este progreso, pero tambi?n vemos las amenazas de una destrucci?n de la naturaleza por la fuerza de nuestra actividad. Hay un peligro menos visible, pero no menos inquietante: el m?todo que nos permite conocer cada vez m?s a fondo las estructuras racionales de la materia nos hace cada vez menos capaces de ver la fuente de esta racionalidad, la Raz?n creadora. La capacidad de ver las leyes del ser material nos incapacita para ver el mensaje ?tico contenido en el ser, un mensaje que la tradici?n ha llamado lex naturalis, ley moral natural. Hoy esta palabra para muchos es casi incomprensible a causa de un concepto de naturaleza que ya no es metaf?sico, sino s?lo emp?rico. El hecho de que la naturaleza, el ser mismo ya no sea transparente para un mensaje moral crea un sentido de desorientaci?n que hace precarias e inciertas las opciones de la vida de cada d?a. El extrav?o, naturalmente, afecta de modo particular a las generaciones m?s j?venes, que en este contexto deben encontrar las opciones fundamentales para su vida.

Precisamente a la luz de estas constataciones aparece en toda su urgencia la necesidad de reflexionar sobre el tema de la ley natural y de redescubrir su verdad com?n a todos los hombres. Esa ley, a la que alude tambi?n el ap?stol san Pablo (cf. Rm 2, 14-15), est? escrita en el coraz?n del hombre y, en consecuencia, tambi?n hoy no resulta simplemente inaccesible. Esta ley tiene como principio primero y general?simo: "hacer el bien y evitar el mal". Esta es una verdad cuya evidencia se impone inmediatamente a cada uno. De ella brotan los dem?s principios m?s particulares, que regulan el juicio ?tico sobre los derechos y los deberes de cada uno.

Uno de esos principios es el del respeto a la vida humana desde su concepci?n hasta su t?rmino natural, pues este bien no es propiedad del hombre sino don gratuito de Dios. Tambi?n lo es el deber de buscar la verdad, presupuesto necesario de toda aut?ntica maduraci?n de la persona. Otra instancia fundamental del sujeto es la libertad. Sin embargo, teniendo en cuenta que la libertad humana siempre es una libertad compartida con los dem?s, es evidente que s?lo se puede lograr la armon?a de las libertades en lo que es com?n a todos: la verdad del ser humano, el mensaje fundamental del ser mismo, o sea, precisamente la lex naturalis.

?Y c?mo no mencionar, por una parte, la exigencia de justicia, que se manifiesta en dar unicuique suum, y, por otra, la expectativa de solidaridad, que en cada uno, especialmente en el necesitado, alimenta la esperanza de ayuda por parte de quienes han tenido mejor suerte que ?l?

En estos valores se expresan normas inderogables y obligatorias, que no dependen de la voluntad del legislador y tampoco del consenso que los Estados pueden darles, pues son normas anteriores a cualquier ley humana y, como tales, no admiten intervenciones de nadie para derogarlas.

La ley natural es la fuente de donde brotan, juntamente con los derechos fundamentales, tambi?n imperativos ?ticos que es preciso cumplir. En una actual ?tica y filosof?a del derecho est?n muy difundidos los postulados del positivismo jur?dico. Como consecuencia, la legislaci?n a veces se convierte s?lo en un compromiso entre intereses diversos: se trata de transformar en derechos intereses privados o deseos que chocan con los deberes derivados de la responsabilidad social. En esta situaci?n, conviene recordar que todo ordenamiento jur?dico, tanto a nivel interno como a nivel internacional, encuentra su legitimidad, en ?ltimo t?rmino, en su arraigo en la ley natural, en el mensaje ?tico inscrito en el mismo ser humano.

La ley natural es, en definitiva, el ?nico baluarte v?lido contra la arbitrariedad del poder o los enga?os de la manipulaci?n ideol?gica. El conocimiento de esta ley inscrita en el coraz?n del hombre aumenta con el crecimiento de la conciencia moral. Por tanto, la primera preocupaci?n para todos, y en especial para los que tienen responsabilidades p?blicas, deber?a consistir en promover la maduraci?n de la conciencia moral. Este es el progreso fundamental sin el cual todos los dem?s progresos no ser?an aut?nticos. La ley inscrita en nuestra naturaleza es la verdadera garant?a ofrecida a cada uno para poder vivir libre y respetado en su dignidad.

Todo lo que he dicho hasta aqu? tiene aplicaciones muy concretas si se hace referencia a la familia, es decir, a la "?ntima comunidad de vida y amor conyugal, fundada por el Creador y provista de leyes propias" (Gaudium et spes, 48). Al respecto, el concilio Vaticano II reafirm? oportunamente que el matrimonio es "una instituci?n estable por ordenaci?n divina" y, por eso, "este v?nculo sagrado, con miras al bien tanto de los c?nyuges y de la prole como de la sociedad, no depende del arbitrio humano" (ib.).

Por tanto, ninguna ley hecha por los hombres puede subvertir la norma escrita por el Creador, sin que la sociedad quede dram?ticamente herida en lo que constituye su mismo fundamento basilar. Olvidarlo significar?a debilitar la familia, perjudicar a los hijos y hacer precario el futuro de la sociedad.

Por ?ltimo, siento el deber de afirmar una vez m?s que no todo lo que es cient?ficamente factible es tambi?n ?ticamente l?cito. La t?cnica, cuando reduce al ser humano a objeto de experimentaci?n, acaba por abandonar al sujeto d?bil al arbitrio del m?s fuerte. Fiarse ciegamente de la t?cnica como ?nica garante de progreso, sin ofrecer al mismo tiempo un c?digo ?tico que hunda sus ra?ces en la misma realidad que se estudia y desarrolla, equivaldr?a a hacer violencia a la naturaleza humana, con consecuencias devastadoras para todos.

La aportaci?n de los hombres de ciencia es de suma importancia. Juntamente con el progreso de nuestras capacidades de dominio sobre la naturaleza, los cient?ficos tambi?n deben ayudarnos a comprender a fondo nuestra responsabilidad con respecto al hombre y a la naturaleza que le ha sido encomendada. Sobre esta base es posible desarrollar un di?logo fecundo entre creyentes y no creyentes; entre te?logos, fil?sofos, juristas y hombres de ciencia, que pueden ofrecer tambi?n al legislador un material valioso para la vida personal y social.

Por tanto, deseo que estas jornadas de estudio no s?lo susciten una mayor sensibilidad de los estudiosos con respecto a la ley moral natural, sino que tambi?n impulsen a crear las condiciones para que sobre este tema se llegue a una conciencia cada vez m?s plena del valor inalienable que la ley natural posee para un progreso real y coherente de la vida personal y del orden social.

Con este deseo, aseguro mi recuerdo en la oraci?n por vosotros y por vuestro compromiso acad?mico de investigaci?n y reflexi?n, e imparto a todos con afecto la bendici?n apost?lica.

[Traducci?n distribuida por la Santa Sede

Publicado por verdenaranja @ 23:11
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EUROPA/PORTUGAL - ?La iglesia continuar? fiel a su misi?n de anuncio del Evangelio de la vida en plenitud y de denuncia de los atentados contra la vida?, afirman los Obispos Portugueses tras la Asamblea extraordinaria para analizar os resultados del refer?ndum sobre el aborto

F?tima (Agencia Fides) - Los Obispos de Portugal se reunieron ayer, 16 de febrero en F?tima en Asamblea extraordinaria para analizar los resultados del refer?ndum del pasado domingo 11 de febrero, que dio el s? a un borrador de ley sobre la legalizaci?n del aborto hasta la d?cima semana de embarazo. A pesar de la elevada abstenci?n que tuvo el refer?ndum, de un resultado no vinculante y de un escaso margen de diferencia entre el si y el no, el Primer Ministro Portugu?s, Jos? S?crates, ha declarado que eliminar? todos los l?mites del aborto durante las diez primeras semanas de gestaci?n y este dejar? de ser un crimen en Portugal. Ante esta reacci?n los Obispos han declarado que ?el hecho de que el aborto vaya a ser ahora legal no lo hace moralmente leg?timo y es un grave pecado?
En la nota pastoral le?da por Mons. Carlos Azebedo, Secretario General de la Conferencia Episcopal Portuguesa al final de la Asamblea los Obispos se congratulan en la nota de la ?gran movilizaci?n que se ha producido en las ?ltimas semanas, para defender el car?cter inviolable de la vida humana y la dignidad de la maternidad?, lo cual constituye un signo positivo de esperanza. Pero advierten los Obispos que es importante que esta movilizaci?n contin?e activa y encuentre una estructura organizativa necesaria para continuar la participaci?n en el debate. ?A partir de ahora- afirman los Obispos - nuestro combate por la vida humana se debe realizar con mayor intensidad, nuevos medios y con los objetivos de siempre: ayudar a las personas, esclarecer las conciencias, crear las condiciones para evitar el recurso al aborto?.
Los Obispos analizan tambi?n el cambio de mentalidad que sufre la sociedad actual debido entre otras cosas a la globalizaci?n de maneras de pensar y de corrientes de opini?n, a las lagunas en la formaci?n de la inteligencia y de las conciencias, a la relativizaci?n de valores y principios que afectan a la vida de las personas y de la sociedad. Consideran a continuaci?n que este cambio de mentalidad interpela la misi?n evangelizadora de la iglesia especialmente con los j?venes y familias. ?Se necesita creatividad y osad?a, en fidelidad a la misi?n de la Iglesia y a las verdades evang?licas?, se lee en la nota.
Recuerdan a continuaci?n que ?todo aborto continua siendo un pecado grave, porque va contra el mandamiento del Se?or: no mataras?. Realizan por ello un llamamiento a los m?dicos y profesionales sanitarios a recurrir a la ?objeci?n de conciencia? y las mujeres embarazadas que se sienten tentadas a recurrir al aborto a que reflexionen y no se precipiten en esa decisi?n ?que en la mayor?a de los casos se toma en medio de una gran soledad y sufrimiento?. En este sentido recuerdan que ?la mayor?a de las mujeres que se encuentran en esas circunstancias si fuesen ayudadas correctamente no recurrir?an al aborto. Es un deber de todos nosotros y de toda la sociedad el crear estas estructuras de apoyo?.
?La lucha por la vida, por la dignidad de toda vida humana, es una de las mas nobles tareas de civilizaci?n - concluye la nota - La iglesia continuar? fiel a su misi?n de anuncio del Evangelio de la vida en plenitud y de denuncia de los atentados contra la vida?. (RG) (Agencia Fides 17/2/2007 L?neas: 41 Palabras: 585)

Links:
Texto completo de la nota en portugu?s
http://www.evangelizatio.org/portale/adgentes/chieselocali/chieselocali.php?id=391

?Verbum Dei, un carisma al servicio de la Palabra?.



Los congresistas que hemos participado en el Tercer Congreso General, realizado en Loeches, desde el 17 de enero hasta el 14 de febrero, queremos comunicaros las maravillas que hemos experimentado. El ?tiempo favorable?, que todos dese?bamos ha superado en mucho nuestras expectativas, y podemos afirmar un?nimemente: ?S?, grandes cosas hizo Dios con nosotros, el gozo nos colmaba!... Los que siembran entre l?grimas cosechan entre cantares. Al ir, iban llorando, llevando la semilla; al volver, vuelven cantando trayendo sus gavillas (Sal 126,3-6).

Reconocemos con gozo la intervenci?n de Dios en la historia de la Fraternidad en los ?ltimos seis a?os de nuestra historia, Dios intervino poderosamente. Ha sido un Congreso para saborear con nuevo gusto el carisma y el sentido de nuestra identidad y pertenencia en torno a lo esencial, y con ?nimo para proyectar en com?n un futuro de expansi?n misionera. Tenemos la certeza de que el Verbum Dei no es obra de hombres, sino obra de Dios; y de un Dios fiel. El ama nuestra historia, tal como es y ha sido, con sus m?s y con sus menos, con sus fracasos y logros; asume nuestro pasado, ilumina nuestros pasos, y nos se?ala un futuro prometedor, confirm?ndonos que nos quiere para el mundo de hoy.

Desde el inicio hasta el final, la presencia del Esp?ritu se hizo patente. Ven?amos con esperanza, pero tambi?n con temores. ?Reinar?a entre nosotros un esp?ritu fraterno, eclesial y un clima de di?logo, transparencia, suma y comuni?n? ?Ser?amos escuchados? ?Tendr?amos luz para esclarecer temas tan neur?lgicos como los que estaban previstos tratar en comisiones? ?Estar?amos a la altura de participar, representar y ostentar el servicio de la autoridad, como corresponde a los congresistas?

Estos y otros temores se disiparon bien pronto. Comprendimos que Dios estaba con nosotros, recreando el Verbum Dei por su Palabra. La oraci?n diaria, en torno al lema ?Verbum Dei, un carisma al servicio de la Palabra?, nos ha reconfortado, unido y unificado. Dios nos ha ido hablando, abriendo nuestros o?dos a su escucha, y prendiendo en nosotros el fuego de la misi?n. Estamos a punto para volver a echar las redes y creer en nuestro carisma y en la eficacia de la oraci?n y predicaci?n.

Ha rebrotado el valor y fuerza de la eclesialidad con una vitalidad sorprendente. Cuerda de tres cabos no es f?cil de romper (Qo 4,12). Estas palabras traducen el sentido de las tres Ramas, unidas fuertemente en la consistente cuerda de la ?eclesialidad?. El compartir, tan cercana y fraternalmente, entre misioneros, misioneras y matrimonios misioneros nos ha llenado de inmenso gozo. Hemos vivido la misma igualdad, pues hemos reconocido, en todos, la misma llamada, identidad y misi?n que unifica a los miembros de la Fraternidad en el mismo carisma.

Hemos asistido a un nuevo Pentecost?s. La presencia del Esp?ritu nos ha renovado la conciencia de ser Iglesia, la necesidad de ser ayudados por ella y la urgencia de vivir y aportar nuestro carisma responsablemente. Agradecemos la Bendici?n del Santo Padre, el mensaje de S. Enrica Rosanna, el retiro predicado por el Sr. Arzobispo, Excmo. D. Francisco P?rez y la participaci?n del Sr. Obispo de Alcal?, Excmo. D. Jes?s Catal?. ?Y c?mo no agradecer la presencia de nuestro Fundador, P. Jaime Bonet! El nos ha remitido continuamente a lo esencial de nuestra vida consagrada misionera: la presencia de la Trinidad y Mar?a, que convierte nuestros corazones en el m?s valioso sagrario.

Nos alegramos por la espiritualidad de comuni?n y el esp?ritu de colegialidad que ha reinado entre nosotros. ?Qu? bueno vivir los hermanos juntos! ?Qu? sano romper barreras y regalarnos confianza! Damos gracias a Dios por la transparencia, la paz y armon?a que hemos vivido. Suplicamos al Se?or, permanecer unidos, teniendo un solo coraz?n y una sola alma, y que este amor fraterno se viva intensamente en las comunidades, identificando en el rostro del hermano el rostro de Cristo. Creemos que es posible la comuni?n en la diversidad, pues a?n en el caso de que ?no pens?ramos igual, amamos igual?. Valoramos inmensamente el trabajo comunitario, y apuntamos a un futuro de colaboraci?n fraterna y eclesial, sea en ?mbito local como universal.

Desde aqu?, saldremos muy pronto para nuestros destinos, con muchas ganas de estar con los hermanos a quienes representamos. Compartiremos con gusto las decisiones tomadas y, m?s que nada, el fruto de la experiencia vivida, ya que no todo qued? concluido, por lo que ser? preciso seguir organiz?ndonos por comisiones. Deseamos fomentar una ?cultura de corresponsabilidad?, con mayor participaci?n, compromiso y conciencia de que pertenecemos a la generaci?n fundacional. Bien vale la pena reflexionar, redactar y transmitir nuestras vivencias del carisma en toda su amplitud. Hemos respirado aires de confianza, que nos hacen mirar al futuro con novedad. Los signos de los tiempos demandan de nosotros fidelidad creativa, para custodiar y transmitir a nuevas generaciones, el carisma de la Palabra de Dios, que tiene poder de hacer nuevas todas las cosas, y recrear hoy una nueva humanidad.

Antes de despedirnos de vosotros, queremos transmitiros el un?nime agradecimiento que los congresistas de las tres Ramas sentimos hacia el P. Miguel Angel Orcasitas, por su asistencia a la Fraternidad en estos a?os pasados, y por su colaboraci?n en el desarrollo y buena marcha de este Congreso. Tambi?n os queremos expresar que nos hemos sentido sustentados, en todo momento, por vuestra oraci?n personal y la de vuestras respectivas comunidades apost?licas. Os alegrar? saber que hemos trabajado, fundamentalmente, sobre vuestros aportes y propuestas. Os expresamos nuestra gratitud por vuestro trabajo, y a la vez, os invitamos a seguir trabajando juntos. Sinceramente, gracias y ?nimo.

Con Mar?a, Madre del Verbum Dei, estamos seguros de poder vivir el post-congreso como un ?tiempo favorable para reavivar la din?mica interior del carisma, verificar nuestra vitalidad contemplativa, fraterna y apost?lica y proyectar la Fraternidad, poniendo al d?a nuestro carisma al servicio de la Palabra?.

Loeches, 14 de febrero de 2007
Fraternit? Missionaria Verbum Dei (2007-02-16)

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VATICANO - Los desaf?os a la fe que experimentan los africanos en su doble pertenencia, a la africanidad y a la cristiandad: Mensaje de la Congregaci?n para la evangelizaci?n de los Pueblos al Coloquio internacional sobre "Evangelizaci?n, teolog?a y salvaci?n en ?frica"

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - En el esp?ritu de la Exhortaci?n apost?lica postsinodal "Ecclesia in ?frica", que subraya el importante papel de las Universidades e institutos cat?licos en la evangelizaci?n, la UCAO/UUA (Universit? Catholique de Afrique del Ouest/Unit? Universitaire de Abidjan) ha promovido un Coloquio internacional, con el patrocinio de la Conferencia Episcopal Regional del ?frica Occidental (CERAO), para celebrar los 50 a?os del hist?rico encuentro desarrollado en Par?s en 1956, titulado "Des pr?tres noirs ?l interrogent", que marc? los or?genes de la teolog?a africana contempor?nea.
El Coloquio, sobre el tema "Evangelizaci?n, teolog?a y salvaci?n en ?frica", se tienen del 15 al 17 de febrero en Abidj?n, Costa de Marfil, y cuenta con la participaci?n de representantes de la Iglesia africana y de las Iglesias de Am?rica, Asia y Europa. El objetivo es trazar un balance de estos 50 a?os pasados y localizar las perspectivas futuras para consolidar las aperturas a la inculturaci?n y a la evangelizaci?n en ?frica y en el mundo.
El Secretario de la Congregaci?n para la evangelizaci?n de los Pueblos, Su Exc. Mons Robert Sarah, en nombre del Cardenal Prefecto Iv?n Dias, actualmente en visita pastoral en Nigeria, ha enviado al Presidente de la UCAO/UUA, P. Rapha?l Tossou, un mensaje en el que expresa los parabienes de la Congregaci?n por la iniciativa, "que testimonia el dinamismo de vuestra Universidad en su voluntad de aportar una contribuci?n de calidad a la vida de la Iglesia en ?frica y Madagascar". El Mensaje subraya como justamente el Coloquio recuerda de nuevo el S?nodo Especial de los Obispos para ?frica de 1994: sus preocupaciones, desaf?os y orientaciones han sido definidas y expresados claramente en la Exhortaci?n "Ecclesia in Africa."
"Los interrogantes de los sacerdotes africanos, ya hace medio siglo, evidencian una toma de conciencia de los desaf?os a la fe que experimentan los africanos en su doble pertenencia, a la africanidad y a la cristiandad - contin?a Mons. Sarah -. El emerger de la Iglesia, en ?frica y en el mundo negro en particular, interpela y compromete a todos los bautizados en el anuncio de la Buena Nueva, e invita a un discurso espec?fico e inculturado para darse cuenta de las razones de la fe y la Salvaci?n para los africanos. Nuestra vocaci?n de bautizados hace de nosotros, misioneros para el mundo en el que vivimos. La llamada a la universalidad nos obliga tambi?n a asumir nuestra responsabilidad en la perspectiva de llevar, por medio de nuestra cultura y nuestros valores africanos, nuestra contribuci?n al tesoro del Evangelio en el patrimonio de la Iglesia y del mundo."
Felicit?ndose por este compromiso renovado que quiere asumir el Coloquio, concluye el Mensaje sugiriendo algunos interrogantes a los que podr?n dar respuesta los participantes "en la oraci?n ruego y el testimonio": "Iglesia de ?frica, ?qu? has hecho de tu bautismo? Iglesia de ?frica, ?qu? haces de la fe en Jesucristo? Iglesia de ?frica, ?cu?l es el nuevo impulso misionero que piensas asumir en el contexto dif?cil de nuestro continente, agotado por numerosas heridas y abandonado al borde del camino de las estructuras de nuestro mundo moderno?". (S.L) (Agencia Fides 16/2/2007; L?neas: 39 Palabras: 556)

17 Febrero (ACI).- El Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de M?xico destac? que el hombre, adem?s de los auxilios de la ciencia, necesita de la cercan?a de la religi?n en la enfermedad.

En su visita a los pacientes del hospital regional del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) "Ignacio Zaragoza", el Purpurado precis? que "el hombre, en el momento de la enfermedad, por su naturaleza, necesita la atenci?n que puede dar la ciencia y la t?cnica que son absolutamente indispensables, pero tambi?n requiere de la cercan?a de la religi?n que la da sentido a su vida".

En la visita, el Purpurado exhort? a vivir la fe con intensidad a los pacientes y familiares de los diab?ticos, hipertensos, personas con problemas cardiovasculares o insuficiencias funcionales de algunos ?rganos.

El director general del ISSSTE, Miguel Angel Yunes Linares, acompa?? al Cardenal Rivera, a quien el Purpurado tambi?n alent? a mantener la apertura a los diversos representantes de las distintas religiones y creencias.

La visita a la Siervita no fue como otros a?os, ya que a las 22:00 horas del mi?rcoles, siete devotos durmieron en un banco para ser los primeros en verla. El templo abri? ayer a las cuatro de la ma?ana, entraron unas 40.000 personas y cada una estuvo una hora en la cola.

(EL D?A, 16 - II, D.BARBUZANO, La Laguna) La visita para ver ayer el cuerpo de Sor Mar?a de Jes?s, que lleva 276 a?os incorrupta en el convento de Santa Catalina, registr? este a?o un hecho especial, caracterizado por un sacrificio y una fe demostrados por personas durante 24 horas como explicaremos.

Este a?o decimos que transcurri? un d?a entero de espera para ver a la Siervita, porque, como cont? el miembro de la cofrad?a de las Insignias de la Pasi?n del referido monasterio Domingo Ramos, sucedi? un hecho sorprendente, pues a las 22:00 horas del d?a 14, vio a 7 personas durmiendo en un banco frente al convento, arropadas con mantas para ver a Sor Mar?a de Jes?s al d?a siguiente.

A las 4 de la madrugada de ayer, Domingo Ramos, uno de los colaboradores de las monjas dominicas, abri? las puertas de la iglesia del convento de Santa Catalina, encontr?ndose un grupo de unas 20 personas que, a lo largo del d?a, se fue incrementando en grosor y extensi?n. A las 12:00 horas llegaba la gente hasta la casa de los Capitanes y por la tarde daba vuelta al monasterio, terminando la visita a las 22:00 horas. Ante el cuerpo incorrupto de la Siervita pasaron unas 40.000 personas y cada una de ellas permaneci? una media de una hora en cola. Los ayuntamientos de La Laguna y El Sauzal hicieron una ofrenda de una corona de flores por la tarde.

Es de destacar que la concejal de Patrimonio del Ayuntamiento de La Laguna, Julia Dorta, tuvo el detalle de repartir vasos de chocolate entre el p?blico que, a las 7 de la ma?ana, hac?a cola, para evitar el fr?o al que estaban sometidos. Hay que destacar que pudimos comprobar los sentimientos que ennoblecen a la concejal, pues al pedirle su opini?n sobre la manifestaci?n de fe que estaba sucediendo en el convento de Santa Catalina, con las l?grimas cayendo por sus mejillas, dijo: "En este monasterio se respira mucho sentimiento. Para m? hay dos cosas muy importantes como lagunera, que me hacen aflorar un gran amor desde lo m?s profundo de mi alma, como cuando, junto con mis hijas, beso los pies del Cristo de La Laguna o admiro el cuerpo incorrupto de la Siervita, en quien creo profundamente y le tengo mucha fe como tantos enfermos que han recuperado su salud. Me gustar?a verla en los altares".

Algo incre?ble

Al realizar una entrevista entre los que hicieron cola para ver a la Siervita, hablamos con Mar?a de los Reyes, que se desplaz? desde Garachico para ver a Sor Mar?a de Jes?s, quien, como dijo, "es algo incre?ble". Tiene 46 a?os y se?al? que ayer cumpl?a 20 a?os de visitar a la Siervita, desde que se enter? de su existencia por un reportaje del peri?dico EL D?A. En una ocasi?n se encomend? a la monja incorrupta porque le sali? un bultito en un pecho y luego result? ser benigno y el pasado a?o la sac? de una depresi?n. "Aunque digan -a?adi?- que son favores yo creo que lo m?o ha sido un milagro". Por ello, Mar?a de los Reyes, cada vez que visita a la Siervita, hace cola durante la hora que se tarda, caminando descalza. Ayer le ofrend? un ramo de rosas amarillas y al decirle qu? sent?a por la ejemplar monja resalt?: "Transmite amor y una paz inexplicable. Hay que vivirlo y tener fe en ella".

Mar?a de los Reyes estaba acompa?ada por su hermana, Agustina, de 54 a?os de edad, con un ramo de flores azules, y su hija, Mar?a de los Reyes, de 23 a?os. La acompa?aron por el favor que concedi? la Siervita a la primera de las entrevistadas y porque tambi?n ellas han sido objeto de gracias.

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Meditaci?n sobre el evangelio del VII Domingo del Tiempo Ordinario, d?a 18 de Febrero de 2007.

El amor a todos que Dios espera



Posiblemente pueda sonarnos muy a sabido lo que hoy nos recuerda la Iglesia con estas palabras de Nuestro Se?or, que recoge el Evangelio seg?n san Lucas de este domingo. El amor?incluso a los enemigos? es, en efecto, una de las ense?anzas m?s significativas del cristianismo. La rotundidad de esta doctrina se muestra en los t?rminos bien precisos de Jes?s cuando la expone. A los que nos odian, hemos de tratarlos bien; y si hablan mal de nosotros, no les responderemos con la misma moneda. El colmo ?bien gr?ficamente lo explica Jes?s? est? en presentar la otra mejilla al que nos pega.

Por m?s conocida que sea esta ense?anza del Se?or, reconocemos que se trata de un deber con frecuencia pendiente. Nos cuesta no quedarnos en la queja interior, en la protesta y en la rebeld?a..., cuando recibimos ofensas. Nos cuesta cambiar ese impulso a la venganza, que puede parecernos natural ?tan espont?neo nos sale?, por ver en quien nos ofende a otro destinatario de nuestro inter?s, de nuestro trabajo, de nuestro cari?o..., aunque haya tal vez que corregirle. No pensamos quiz? que ese que nos molesta es otra criatura muy querida por Dios, por quien Jesucristo dio su vida.

Debemos y queremos aprender de la vida de Nuestro Se?or. Deseamos ir por el mundo, con esa actitud que ?l nos ense?a, mientras nuestra vida discurre entre los hombres ocupados en actividades diversas: familiares, profesionales, sociales de todo tipo. ?Que nos encomendemos, por eso, al Esp?ritu Santo!, para descubrir, con su Luz, en cada persona que de alg?n modo nos molesta, si es tan s?lo distinta, o m?s bien se equivoca o es simplemente ignorante: pero siempre alguien que, en cualquier caso, debe ser objeto de nuestro amor. Con frecuencia se tratar? de un hijo de Dios que, si mejora en su conducta, agradar? m?s a ese Padre que todos tenemos en com?n.

Considerando as? las cosas, de las ofensas que recibimos y nos molestan, queda muy en segundo t?rmino el componente de agravio que pusiera haber. Valoramos primero y ante todo lo que puede haber en esas acciones de pecado, de ofensa a Dios; y luego el defecto de aquel, que desdice de un hijo de Dios, y le impide ser feliz de verdad. Se trata de amar; ante todo a Dios que es nuestro Padre, y no queremos que sea ofendido sino m?s y m?s amado. Amado por muchos buenos cristianos que pueden y deben ser mejores, y tambi?n por otros que no lo son, a juzgar por sus obras. A unos y a otros los amamos de verdad, procurando que vivan m?s seg?n Dios. Pues vivir seg?n Dios, Creador nuestro, es el sentido ?nico de la vida humana: ?que se cumpla en cada uno la voluntad de Dios Creador!

Ciertamente es una dif?cil tarea. Dios nos cre? libres y, por el pecado, tendemos a constituirnos ?prescindiendo de Dios? en centro y criterio de nuestra vida. Es por soberbia, por egoismo, por un af?n desordenado ?sin ?l? de grandeza personal, que es el origen de los dem?s defectos. Pero no es excesiva la dificultad de vivir para Dios, ni un motivo para no proponer a otros la santidad, esa vida que Nuestro Se?or espera de los hombres.

?Que vemos bastantes deficiencias en muchos? Tambi?n ellos contemplan las nuestras, porque tenemos defectos aunque tratemos de superarlos. Esas imperfecciones, que reconocemos bien, no nos quitan, o no nos deben quitar, la ilusi?n por mejorar y por agradar a Dios. Animemos tambi?n a nuestros amigos y conocidos ?que no son peores que nosotros? a encararse ilusionados contra eso que les criticamos. Hemos de dar ese paso m?s en favor de ellos, a costa de olvidar el rechazo interior por el enfado que nos producen, pero que s?lo nos inpulsa a la cr?tica. Como consecuencia, los defectos de los dem?s se convierten as? en ocasi?n de ayudarles a ser mejores y felices verdad.

Queramos ser en esto como Nuestro Padre Dios, que es bueno con los ingratos y con los malos. Como anima el Se?or, amemos a los enemigos y hagamos el bien sin esperar nada a cambio. Con m?s raz?n ayudaremos a los dem?s, si no son propiamente enemigos aunque nos hayan herido, si tal vez s?lo son diferentes y tienen otros puntos de vista.

Mirando a Mar?a, recordamos que para Dios todos somos hermanos, hijos de esa Madre que nos quiere mucho a todos.


Publicado por verdenaranja @ 15:10  | Espiritualidad
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Viernes, 16 de febrero de 2007
MADRID, 16 Febrero (ACI).- El Arzobispo de Valencia, Mons. Agust?n Garc?a-Gasco, advierte en su ?ltima carta semanal que los derechos humanos no pueden "estar a merced de los que detentan el poder" pues tienen su fundamento en la naturaleza misma del ser humano.

En su misiva titulada "El fundamento de los derechos humanos", el Prelado recuerda que los derechos de la Declaraci?n Universal de 1948 "est?n fundados en la naturaleza misma del ser humano y en su dignidad inalienable de persona creada por Dios".

Sin embargo, explica, "si se consideran fundados en la decisi?n de la asamblea que los ha aprobado, se cae en el peligro de una interpretaci?n meramente positivista de los mismos, que los pone a merced de los que detentan el poder".

Por ello, el Arzobispo se?ala que "s?lo si los derechos humanos se basan en el derecho natural los Organismos Internacionales mantienen la justificaci?n principal de su propia existencia y actuaci?n: tener la autoridad necesaria para desempe?ar su papel de defensores de los derechos de la persona y de los pueblos".

Derecho internacional humanitario

Mons. Garc?a-Gasco considera asimismo que "desde la convicci?n de que existen derechos humanos inalienables vinculados a la naturaleza com?n de los hombres se ha elaborado un derecho internacional humanitario".

De hecho, se?ala, los Estados "se han comprometido a observar este derecho, incluso en caso de guerra", aunque "casos dolorosos como los del Sur del L?bano, o las respuestas a formas in?ditas de violencia terrorista, muestran que con frecuencia no se atiende a la obligaci?n de proteger y ayudar a las v?ctimas inocentes y de no implicar a la poblaci?n civil".

Tras reconocer que la guerra "es siempre un fracaso para la comunidad internacional y una gran p?rdida para la humanidad", el Prelado valenciano sostiene que, no obstante, cuando se llega a la guerra, "hay que salvaguardar al menos los principios esenciales de humanidad y los valores que fundamentan toda convivencia civil".

El Arzobispo concluye su carta haciendo un llamado a defender la paz "con una adecuada comprensi?n de lo que exige la dignidad humana y de lo que supone el derecho natural como fundamento de los derechos humanos y origen del derecho internacional humanitario".

Publicado por verdenaranja @ 23:06  | Noticias Nacionales
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?ltimo art?culo dedicado a los pronunciamientos del magisterio universal a la comunicaci?n social bajo el t?tulo "Iglesia y Comunicaci?n" de Silvio Sassi, sacado de la revista COOPERADOR PAULINO, n?mero 137 ENERO - FEBRERO 2007

Silvio Sassi


En este n?mero concluye la rese?a hist?rica de los pronunciamientos del magisterio universal sobre la comunicaci?n social, desde los comienzos del fen?meno comunicativo, pasando por la utilizaci?n de los medios para la evangelizaci?n y la catequesis, hasta llegar a la actual urgencia de ?integrar el mensaje salv?fico en la 'nueva cultura' que precisamente los mismos medios crean y amplifican?, como afirmaba Juan Pablo II en su carta apost?lica ?El r?pido desarrollo? n. 2.

Integrar el mensaje
en la nueva cultura/2


Con ocasi?n de los veinte a?os de la clausura del Vaticano II, el Papa convoca un S?nodo extraordinario del 24 de noviembre al 8 de diciembre de 1985. La relaci?n final de este S?-nodo, en el apartado La misi?n de la Iglesia en el mundo, trata de la inculturaci?n: ?En esta perspectiva est? tambi?n el principio teol?gico para el problema de la inculturaci?n. Dado que la Iglesia es comuni?n, que une diversidad y unidad, estando presente en todo el mundo, toma de cada cultura todo aquello que encuentra positivo. La inculturaci?n, sin embargo, es algo distinto de una simple adaptaci?n exterior, ya que significa la ?ntima transformaci?n de los aut?nticos valores culturales mediante la integraci?n en el cristianismo y la radicaci?n del cristianismo en las diversas culturas humanas?.

Viendo la importancia que el tema de la inculturaci?n asume en la Iglesia, la Comisi?n teol?gica internacional elabora en 1989 un documento titulado Fe e inculturaci?n que contiene una reflexi?n sobre naturaleza, cultura y gracia; la inculturaci?n en la historia de la salvaci?n; la Iglesia apost?lica y el Esp?ritu Santo; problemas actuales de inculturaci?n. El pro-ceso de inculturaci?n frente a la modernidad exigir? un esfuerzo met?dico de b?squeda y de acci?n concertadas ya que ?supondr? en los responsables de la evangelizaci?n: 1) actitud de acogida y discernimiento cr?tico; 2) capacidad de percibir las expectativas espirituales y las aspiraciones humanas de las nuevas culturas; 3) capacidad de an?lisis cultural con vistas a un encuentro efectivo con el mundo moderno?.

En la exhortaci?n posinodal Christifideles iaici (30-12-1988) Juan Pablo II subraya que ?la Iglesia es plenamente consciente de la urgencia pastoral de dedicar a la cultura una especial?sima atenci?n? (n. 44). M?s adelante relaciona la cultura y la comunicaci?n: ?El camino privilegiado para la creaci?n y transmisi?n de la cultura son los instrumentos de comunicaci?n social?; ?el mundo de los mass media ...representa
una nueva frontera de la misi?n de la Iglesia? (n. 44).

Con la enc?clica Redemptoris missio (7-12-1990) Juan Pablo II percibe la urgencia de un relanzamiento misionero para toda la Iglesia: ?Preveo que ha llegado el momento de dedicar todas las fuerzas eclesiales a la nueva evangelizaci?n y a la misi?n ad gentes. Ning?n creyente en Cristo, ninguna instituci?n de la Iglesia puede eludir este deber supremo: anunciar a Cristo a todos los pueblos? (n. 3). ?Al desarrollar su actividad misionera entre las gen-tes, la Iglesia encuentra diversas culturas y se ve comprometida en el proceso de inculturaci?n. Es esta una exigencia que ha marcado todo el camino hist?rico, pero hoy es especiamente aguda y urgente. El proceso de inserci?n de la Iglesia en las culturas de los pueblos requiere largo tiempo, no se trata de una mera adaptaci?n externa... Es, pues, un proceso profundo y global que abarca tanto el mensaje cristiano como la reflexi?n y la praxis de la Iglesia. Pero es tambi?n un proceso dif?cil, porque no debe comprometer en ning?n modo las caracter?sticas y la integridad de la fe cristiana (...). Gracias a esta acci?n en las Iglesias locales, la misma Iglesia universal se enriquece con expre?siones y valores en los diferentes sectores de la vida cristiana, como la evangelizaci?n, el culto, la teo?log?a, la caridad; conoce y expresa mejor el misterio de Cristo, a la vez que es alentada a una continua renovaci?n? (n. 52).

Tambi?n la formaci?n de los sacerdotes, escribe Juan Pablo II en la exhortaci?n Pastores dabo vobis (25-3-1992) debe tener presente la inculturaci?n. ?Un problema ulterior nace de la exigencia, hoy intensamente sentida, de la evangelizaci?n de las culturas y de la inculturaci?n del mensaje de la fe. Es este un problema eminentemente pastoral, que debe ser incluido con mayor amplitud y particular sensibilidad en la formaci?n a los candidatos al sacerdocio? (n. 55).

La aplicaci?n de la inculturaci?n en la b?squeda b?blica se desarrolla en el documento La interpretaci?n de la Biblia en la Iglesia (15-4-1993), preparado por la Pontificia Comisi?n B?blica. La primera etapa de la inculturaci?n ?consiste en traducir a otra lengua la Escritura inspirada (...) A pesar de ser una etapa funda-mental, la traducci?n de los textos b?blicos no basta para garantizar una verdadera inculturaci?n. Esta, por tanto, tiene que continuar con una interpretaci?n que ponga el mensaje b?blico en relaci?n m?s expl?cita con los modos de sentir, de pensar, de vivir y de expresarse t?picos de una cultura local. De la interpretaci?n se pasa despu?s a otras etapas de inculturaci?n que alcanzan a la formaci?n de una cultura local cristiana que se extiende a todas las dimensiones de la existencia (oraci?n, trabajo, vida social, costumbres, legislaci?n, ciencias y artes, reflexi?n filos?fica y teol?gica) (...). No se trata de un proceso ?nico, sino de una "fecundaci?n rec?proca"? (IV, B).

La instrucci?n La liturgia romana y la inculturaci?n (25-1-1994) publicada por la Congregaci?n para el culto divino y la disciplina de los sacramentos trata de es-clarecer que en el ?mbito lit?rgico ?la b?squeda de inculturaci?n no tiene como objeto la creaci?n de nuevas familias rituales; respon?diendo a las necesidades de una determinada cultura esta llega a adaptaciones que siempre forman parte del Rito romano? (n. 36). Entre las cr?ticas que han acogido este texto est? la divergencia en?tre la definici?n te?rica de inculturaci?n y sus aplicaciones efectivas y pr?cticas.

El Directorio general de la catequesis (15-8-1997) publicado por la Congregaci?n para el clero afronta varias veces la relaci?n entre inculturaci?n y catequesis (nn. 109-118, 202-214). Entre los dem?s objetivos es necesario que la inculturaci?n de la catequesis ?estimule nuevas expresiones del Evangelio en la cultura en la que ha sido implantado? (n. 208).

El Pontificio Consejo de la cultura con el documento Para una pastoral de la cultura (23-5-1999) ofrece una serie de soluciones concretas para la relaci?n ?cultura-fe? en perspectiva de inculturaci?n en la vigilia del tercer milenio: ?En la actual pluralidad cultural, es necesario conjugar el anuncio y las condiciones de su recepci?n? (n. 25).

Un punto especial de observaci?n para entender la inculturaci?n es la celebraci?n de los S?nodos continentales. En la exhortaci?n apost?lica Ecclesia in Africa (14-9-1995) Juan Pablo II dedica todo el cap?tulo III al tema ?Evangelizaci?n e inculturaci?n? (nn. 55-71). ?El S?nodo considera la inculturaci?n como una prioridad y una urgencia en la vida de las Iglesias particulares para que el Evangelio arraigue realmente en ?frica? (n. 59).

En la exhortaci?n Ecclesia in America (22-1-1999) se afronta el tema de la inculturaci?n en el cap. VI La misi?n de la Iglesia en Am?rica: la nueva evangelizaci?n. ?Es necesario inculturar la predicaci?n, de modo que el Evangelio sea anunciado en el lenguaje y en la cultura de todos los que lo escuchan? (n. 70); ?El mundo de la educaci?n es un campo privilegiado para promover la inculturaci?n del Evangelio? (n. 71); ?Us?n?dolos (los medios de comunicaci?n social) de un modo correcto y competente, se puede llevar a cabo una aut?ntica inculturaci?n del Evangelio? (n. 72).

En Ecclesia in Asia (6-11-1999) el Papa desarrolla el tema de la inculturaci?n subrayando su importancia: ?Se ve claro c?mo la evangelizaci?n y la inculturaci?n se hallan entre s? en natural e ?ntima relaci?n? (n. 21); y se enumeran despu?s las ?reas clave de la inculturaci?n: teolog?a, liturgia, tradici?n, interpretaci?n y explicaci?n de la Sagrada Escritura y formaci?n de los evangelizadores? (n. 22).

La exhortaci?n Ecclesia in Europa afirma que ?el anuncio de Jesucristo tiene que llegar tambi?n ala cultura europea contempor?nea. La evangelizaci?n de la cultura debe mostrar tambi?n que hoy, en esta Europa, es posible vivir en plenitud el Evangelio como itinerario que da sentido a la existencia? (n. 58). Y recordando la fecundidad cultural del cristianismo a lo largo de la historia, asegura que ?es preciso mostrar el planteamiento evang?lico, te?rico y pr?ctico, de la realidad y del hombre (...), indicando la insuficiencia y el car?cter inadecuado de una concepci?n inspirada en el cientificismo, que pretende reconocer validez objetiva sola-mente al saber experimental, y se?alando asimismo los criterios ?ticos que el hombre lleva inscritos en su propia naturaleza? (n. 58). Adem?s, recuerda la importancia que tienen en la tarea de evangelizaci?n de la cultura el impagable servicio desarrollado por las escuelas cat?licas, las universidades y una adecuada pastoral universitaria que favorezcan una respuesta a las actuales necesidades culturales (cf n. 59). Anima tambi?n a valorar positivamente los bienes culturales de la Iglesia, y las nuevas expresiones art?sticas de la fe (cf n. 60).

Despu?s de explicar el sentido de la inculturaci?n, que tiene su fundamento en el misterio de la Encarnaci?n, la exhortaci?n Ecclesia in Ocean?a recuerda que ?una aut?ntica inculturaci?n del evangelio posee un doble aspecto: de una parte, cada cultura ofrece valores y formas positivas que pueden enriquecer el modo en el cual el evangelio es anunciado, comprendido y vivido; de otra parte, el evangelio desaf?a a las culturas y exige que algunos valores y formas cambien. As? como el Hijo del hombre se ha hecho hombre en todo menos en el pecado, as? la fe cristiana acoge y promueve todo aquello que es genuinamente humano y rechaza todo lo que pueda resultar pecaminoso. El proceso de inculturaci?n coenvuelve el evangelio y la cultura en un di?logo que incluye la identificaci?n de todo lo que es y lo que no es de Cristo? (nn. 16ss).

Entre las prioridades para el tercer milenio enumeradas por la Carta Novo miiiennio ineunte (6-1-2001), Juan Pablo II enumera el anuncio de la Palabra: ?Es necesario un nuevo impulso apost?lico que sea vivido, como compromiso cotidiano de las comunidades y de los grupos cristianos. Sin embargo, esto debe hacerse respetando debidamente el camino siempre distinto de cada persona y atendiendo a las diversas culturas a las que ha de llegar el mensaje cristiano, de tal manera que no se nieguen los valores peculiares de cada pueblo, sino que sean purificados y llevados a su plenitud. El cristianismo del tercer milenio debe responder cada vez mejor a esta exigencia de inculturaci?n? (n. 40).

Finalmente, en la ?ltima carta apost?lica de Juan Pablo II, dirigida a los responsables de las comunicaciones sociales, El r?pido desarrollo, el Papa sostiene que ?la Iglesia no ha de contemplar tan s?lo el uso de estos medios de comunicaci?n para difundir el Evangelio sino, hoy m?s que nunca, para integrar el mensaje salv?fico en la "nueva cultura" que precisamente los mismos medios crean y amplifican. La Iglesia advierte que el uso de las t?cnicas y de las tecnolog?as de la comunicaci?n contempor?nea es parte integrante de su propia misi?n en el tercer milenio? (n. 2) Y afirmando la enorme importancia de los medios, por ser para muchos el principal instrumento de gu?a e inspiraci?n de comportamiento, reconoce que ?se trata de un problema complejo, ya que tal cultura, antes que de "los conte?nidos", nace del hecho mismo de la existencia de nuevos modos de comunicar, dotados de t?cnicas y lenguajes in?ditos? (n. 3).

A partir de este panorama del magisterio universal podemos identificar la primera caracter?stica de la inculturaci?n: la nueva evangelizaci?n y la evangelizaci?n ad gentes necesitan de ella no como un m?todo, sino como una mentalidad nueva, inspira-dora de una misi?n entendida no s?lo como extensi?n geogr?fica, sino como fen?menos y ?mbitos de la vida humana, como es la comunicaci?n.

La inculturaci?n, adem?s, se extiende ? todos los componentes de la fe: ex?gesis, teolog?a, catequesis, liturgia, pastoral, moral, pedagog?a, etc. con relaci?n a la persona, a la sociedad y al fen?meno que reciben y reelaboran el mensaje del Evangelio.

A veces se olvida, aunque tiene una fundamental importancia, la tercera caracter?stica de la inculturaci?n: un proceso de dar y recibir tanto para la fe como para la cultura. La fe asume los valores positivos y purifica los negativos; la cultura estimula a la fe a re-pensar con categor?as diversas y a vivir con formas nuevas la totalidad de la fe.

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VATICANO - "La historia del Cristianismo habr?a tenido un desarrollo bien diferente si no hubiera habido la generosa aportaci?n de muchas mujeres": la catequesis de Papa Benedetto XVI a la audiencia general

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Despu?s de haber encontrado, el mi?rcoles 14 de febrero, a la Conferencia Episcopal y a los fieles de las Marcas en la Bas?lica Vaticana, el Papa Benedicto XVI ha ido al Aula Pablo VI, d?nde le esperaban grupos de peregrinos y fieles procedentes de todas las partes del mundo. En la catequesis el Papa se ha detenido en el tema "Las mujeres al servicio del Evangelio". Al t?rmino del recorrido realizado en las anteriores audiencias generales sobre los testigos del cristianismo naciente, Benedicto XVI ha querido dedicar la ?ltima etapa "a las numerosas figuras femeninas que han desempe?ado un efectivo y precioso papel en la difusi?n del Evangelio. Su testimonio no puede ser olvidado? El Se?or quiere que estos testigos del Evangelio, estas figuras que han dado su contribuci?n para que creciera la fe en ?l, sean conocidas y su memoria permanezca viva en la Iglesia".
Distinguiendo el papel de las mujeres en el Cristianismo primitivo en dos fases, durante la vida terrena de Jes?s y durante los hechos de la primera generaci?n cristiana, el Papa ha subrayado que "adem?s de los Doce, columnas de la Iglesia, padres del nuevo Pueblo de Dios, fueron tambi?n escogidas muchas mujeres en el n?mero de los disc?pulos". A continuaci?n ha nombrado brevemente a las mujeres que se encontraban en el camino de Jes?s: la profetisa Ana, la Samaritana, la mujer siro-fenicia, el hemorroisa, la pecadora perdonada, las protagonista de algunas par?bolas? ?M?s significativas para nuestro argumento son aquellas mujeres que desempe?aron un papel activo en el marco de la misi?n de Jes?s. - ha continuado el Papa -. En primer lugar, el pensamiento se dirige naturalmente a la Virgen Mar?a, que con su fe y su obra maternal colabor? de manera ?nica en nuestra Redenci?n? Hay, adem?s, varias mujeres, que de diferentes maneras gravitaron en torno a la figura de Jes?s con funciones de responsabilidad. Son ejemplo elocuente las mujeres que segu?an a Jes?s para servirle con sus bienes. Lucas nos ofrece algunos nombres: Mar?a de M?gdala, Juana, Susana, y ?otras muchas?. Despu?s, los Evangelios nos dicen que las mujeres, a diferencia de los Doce, no abandonaron a Jes?s en la hora de la Pasi?n. Entre ellas destaca en particular la Magdalena, que no s?lo estuvo presente en la Pasi?n, sino que se convirti? tambi?n en la primera testigo y anunciadora del Resucitado?.
El Ap?stol Pablo admite como algo normal que en la comunidad cristiana la mujer pueda "pronunciarse abiertamente bajo el influjo del Esp?ritu, condici?n de que sea para la edificaci?n de la comunidad y de una manera digna. Por tanto, hay que relativizar la famosa exhortaci?n ?las mujeres c?llense en las asambleas?". El Papa ha recordado a continuaci?n la figura de Prisca o Priscilla, esposa de ?quila, los esposos colaboradores de San Pablo en la evangelizaci?n. Despu?s la Carta a Filem?n, que est? dirigida tambi?n "en realidad por Paolo a una mujer llamada 'Affia'? en la comunidad de Colosas ella deb?a ocupabar un puesto de relieve". En otro lugar el ap?stol menciona a una cierta 'Febe', que revisti? un papel de responsabilidad en la comunidad cristiana de Cencreas, y tambi?n recuerda otros nombres de mujeres: cierta Maria, luego Trifena, Trifosa, y P?rside, adem?s de Julia, subrayando su fuerte compromiso eclesial. En la Iglesia de Filipos se distinguieron tambi?n dos mujeres llamadas Evodia y S?ntique.'
"La historia del cristianismo habr?a tenido un desarrollo bien diferente si no se hubiera dado la aportaci?n generosa de muchas mujeres" ha subrayado el Santo Padre, que recordando de nuevo la alabanza y el agradecimiento a la mujer expresados por Juan Pablo II en la Carta apost?lica Mulieris dignitatem, ha concluido su catequesis: "Nosotros tambi?n nos unimos a este aprecio, dando gracias al Se?or porque ?l conduce a su Iglesia, de generaci?n en generaci?n, sirvi?ndose indistintamente de hombres y mujeres, que saben hacer fecunda su fe y su bautismo para el bien de todo el Cuerpo eclesial para mayor gloria de Dios". (S.L) (Agencia Fides 15/2/2007 - L?neas: 48 Palabras: 693)

Links:
Texto completo de la catequesis del Santo Padre
http://www.evangelizatio.org/portale/adgentes/pontefici/pontefice.php?id=727

VATICANO - LAS PALABRAS DE LA DOCTRINA de don Nicola Bux y don Salvatore Vitiello - Las parejas de hecho y de personas homosexuales (I)

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Algunos cat?licos tienden a considerar el compromiso pol?tico y legislativo como desvinculado de la doctrina moral y social de la Iglesia cat?lica y a?n m?s de su pertenencia a la Iglesia: un dualismo en la conciencia. Es necesario por ello, proponer de nuevo los contenidos esencial de dos documentos de la Congregaci?n para la Doctrina de la Fe publicados respectivamente en el 2002 y 2003: la Nota doctrinal acerca de algunas cuestiones referentes al compromiso y comportamiento de los cat?licos en la vida pol?tica y las Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales.
Qu? es la persona humana en cuanto hombre y mujer y como el estar juntos de hombre y mujer pueda recibir una forma jur?dica no es ya, en la cultura dominante, un dato un?voco. El relativismo gnoseol?gico y moral tambi?n ha mellado la antropolog?a filos?fica y teol?gica y se han perfilado nuevas opiniones, que llevan a una disoluci?n de la imagen del hombre, cuyas consecuencias pueden ser extremadamente graves, m?s bien ya se entreven en el deslizamiento del debate sobre las parejas de hecho, a aquel sobre la fecundaci?n artificial, al llamado "matrimonio" entre homosexuales con posibilidad de adopci?n de ni?os.
En la valoraci?n de tales opiniones err?neas, la doctrina cat?lica reafirma ante todo de forma incondicional, la dignidad humana y los derechos humanos, como valores que preceden a cualquier jurisdicci?n estatal y que llevan, en cu?nto al origen, al Creador (1): viene as? reafirmado el valor permanente del Dec?logo. En tal sentido resulta importante, como hizo Juan Pablo II, el an?lisis de la relaci?n entre libertad y naturaleza del hombre: se debe comprender el verdadero significado de la ley natural, la cual se refiere a la naturaleza propia y originaria del hombre, a la ?naturaleza de la persona humana?, que es la persona misma en la unidad de alma y cuerpo; en la unidad de sus inclinaciones de orden espiritual y biol?gico, as? como de todas las dem?s caracter?sticas espec?ficas, necesarias para alcanzar su fin?. (2).
En segundo lugar, ya que en cierto sentido ha cambiado la fe en la Revelaci?n, en cu?nto que el relativismo lleva a no percibir el orden natural como fuente de racionalidad, la Iglesia est? llamada hoy parad?jicamente a defender la raz?n antes que la fe; por tanto, el nexo entre la raz?n y la fe para sanear la separaci?n mortal entre el pensamiento y la ?tica; como tambi?n a poner de relieve el aspecto racional de la naturaleza humana como hizo Juan Pablo II en su comentario a la Enc?clica Humanae vitae.
Sobre esto, bastar?a con llevar a cu?ntos sustentan la 'naturalidad' de la homosexualidad a plantearse la pregunta: ?por qu? existen en el mundo hombres y mujeres, y no solamente los unos o los otros? Ante esta evidencia, la homosexualidad aparece como una tentativa imposible de homologar con la naturaleza humana sobre uno u otro sexo hasta anular esa diferencia evidente, dispuestos a restablecerla luego en el momento en que se deba reivindicar el "derecho a la diferencia? para conseguir el reconocimiento jur?dico (3).
Conviene en este punto decir lo que significa el t?rmino "derecho": si ello es personal, si se trata de un derecho c?vico, o de un derecho de una minor?a activa y tiende a constituirse en grupo de presi?n no implica necesariamente el reconocimiento del derecho. La reflexi?n se sit?a aqu? sobre el terreno del derecho, de la filosof?a del derecho. Por cu?nto ata?e a la reivindicaci?n gay de una matrimonio homosexual, es ?til saber y decir que se trata de una minor?a que no representa para nada el conjunto de las personas homosexuales, pero que pretende representarlos y encuentra apoyos pol?ticos para imponer sus puntos de vistas. Por tanto, los lideres gay y muchos otros, por absurdo, terminan sin percatarse, por reafirmar la diferencia, en el momento en que solicitan el "matrimonio", la uni?n o el pacto entre ellos. Por tanto, en contradicci?n con cu?nto ellos presuponen, o sea, que el Estado y la sociedad sean incompetentes respecto a su uni?n porque es considerada como perteneciente a la esfera privada de las relaciones interpersonales afectivas, terminan por solicitar precisamente al Estado ese reconocimiento jur?dico publico, tambi?n por conocidos motivos de conveniencia econ?mica. Si se trata de "esfera privada", el Estado deber?a quedar siempre fuera. An?logo discurso vale por las llamadas parejas de hecho. (continua) (Agencia Fides 15/2/2007; L?neas: 53 Palabras: 755)
1. Cfr J.Ratzinger, Europa. Sus fundamentos espirituales ayer, hoy y ma?ana, en M.Pera-J.Ratzinger, Sin ra?ces. Europa, relativismo, cristianismo, islam, Mil?n 2004, p 67.
2. Enc?clica Veritatis splendor, 50.
3. Cfr : Ne deviens pas gay, tu finiras triste, Ed.du Seuil, Paris 2001. El libro es el testimonio violento de un anciano miembro de la comunidad gay, que se rebela ante la idea de un pacto de solidaridad, idea que ?l juzga hip?crita, y da?ina para eventuales ni?os adoptados por las parejas homosexuales

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VATICANO - "Todo cristiano est? llamado a un renovado y valiente compromiso de anuncio y testimonio del Evangelio. Queremos llevar a todos esta luz? ": el Papa Benedicto XVI se re?ne con la Conferencia Episcopal de las Marcas; cita en Loreto para el encuentro de j?venes

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Tambi?n la audiencia general de esta semana, mi?rcoles 14 de febrero, se ha desarrollado en dos momentos: primero el Santo Padre Benedicto XVI se ha encontrado en la Bas?lica Vaticana con la Conferencia Episcopal de las Marcas, con ocasi?n de la Visita "ad Limina Apostolorum", con los fieles de las di?cesis correspondientes; a continuaci?n, en el aula Pablo VI, el Papa ha saludado a los numerosos grupos de peregrinos y fieles.
Despu?s de haber saludado a las Autoridades civiles de las Marcas, a los sacerdotes, seminaristas, personas consagradas, agentes pastorales y a todos los miembros del Pueblo de Dios, el Santo Padre Benedicto XVI ha continuado: "En el actual clima de pluralismo cultural y religioso, nos damos cuenta que el mensaje de Jes?s no es conocido por todos. Por ello, todo cristiano est? llamado a un renovado y valiente compromiso de anuncio y testimonio del Evangelio. Queremos llevar a todos esta luz, que es luz para la vida personal y se?al indicadora de orientaci?n para la vida social."
Dirigiendo despu?s a los Obispos, el Papa los ha animado a seguir ?dedicando todos sus esfuerzos para cuidar la formaci?n cristiana de base tanto en las ciudades como en los centros menores; para que todas las categor?as de fieles est?n preparadas para recibir con fruto los Sacramentos, indispensable nutrimento del crecimiento en la fe; para que con la pr?ctica de los Sacramentos no se omita una instrucci?n religiosa s?lida que resista sin flaquearse ante los desaf?os presentes y las solicitaciones de una sociedad grandemente secularizada."
Al t?rmino de su discurso el Papa ha invitado a todos los presentes a dirigirse a la Virgen Madre de Dios y de la Iglesia, con la oraci?n que el ha preparado con vistas al encuentro de j?venes, que se tendr? en Loreto a principios del pr?ximo mes de septiembre, y ha concluido con una cita: Nos veremos pues en las Marcas, en Loreto". Este el texto de la oraci?n de Benedicto XVI:
"Maria, Madre del s?, T? has escuchado a Jes?s
y conoces el timbre de su voz y el latido de su coraz?n.
Estrella de la ma?ana, h?blanos de ?l
y cu?ntanos tu camino para seguirlo en la v?a de la fe.
Mar?a, que en Nazaret habitaste con Jes?s
imprime en nuestra vida tus sentimientos
tu docilidad, tu silencio que escucha
y haz florecer la Palabra en opciones de verdadera libertad
Mar?a, h?blanos de Jes?s, para que la frescura de nuestra fe
brille en nuestros ojos y caliente el coraz?n de quien nos encuentra:
como hiciste Tu visitando a Isabel
que en su vejez goz? contigo por el don de la vida-
Mar?a, Virgen del Magn?ficat
ay?danos a llevar la alegr?a al mundo, come en Can?,
impulsa a cada joven, comprometido en el servicio a los hermanos,
a hacer s?lo aquellos que Jes?s dice.
Mar?a, pon tu mirada en el Agora de los j?venes,
Para que sea el terreno fecundo de la iglesia italiana.
Mar?a ruega para que Jes?s, muerto y resucitado renazca en nosotros
y nos transforme en una noche plena de luz, llena de ?l:
Mar?a, Virgen de Loreto, puerta del cielo,
ay?danos a levantar la mirada a lo alto.
Queremos ver a Jes?s. Hablar con ?l.
Anunciar a todos su Amor".
(S.L) (Agencia Fides 15/2/2007 - L?neas: 52 Palabras: 591)

Links:
Texto completo de la catequesis del Santo Padre
http://www.evangelizatio.org/portale/adgentes/pontefici/pontefice.php?id=727

ZENIT publica la carta que entreg? Benedicto XVI el jueves, 15 de Febrero de 2007, al presidente de la Rep?blica de Corea, Roh Moo-hyun, al recibirle en audiencia en el Vaticano.


A Su Excelencia el se?or Roh Moo-hyun
Presidente de la Rep?blica de Corea

Con gusto le doy la bienvenida en el Vaticano y le doy las gracias por su visita, que ayuda a fortalecer las buenas relaciones que ya existen entre su pa?s y la Santa Sede. Su presencia es tambi?n un signo claro de su estima por la Iglesia cat?lica. Le pido que transmita mi afectuoso saludo al pueblo de Corea, y que le garantice mis oraciones por la paz y la estabilidad de la pen?nsula corana y de la regi?n.

Durante m?s de cincuenta a?os, el pueblo coreano ha sufrido las consecuencias de la divisi?n. Las familias han quedado separadas, los parientes cercanos alejados los unos de los otros. Por favor, d?gales que me siento espiritualmente cerca de ellos en su sufrimiento. Con compasi?n, rezo por una r?pida soluci?n del problema que impide a tantas personas comunicarse entre s?.

Desgraciadamente el mundo moderno est? marcado por amenazas crecientes contra la dignidad de la vida humana. Por eso, quiero expresar mi reconocimiento a todos aquellos que, en su pa?s, trabajan para mantener y defender el car?cter sagrado de la vida, el matrimonio y la familia, ?mbitos en los que la Iglesia cat?lica en Corea es particularmente activa.

El riesgo de la carrera de armamentos nucleares es un ulterior motivo de preocupaci?n, compartida plenamente por la Santa Sede. Aliento a todas las partes interesadas a esforzarse para resolver las tensiones actuales con medios pac?ficos y a abstenerse de cualquier gesto o iniciativa que pueda poner en peligro las negociaciones, asegurando que se garantice a la parte m?s vulnerable de la poblaci?n norcoreana el acceso a la ayuda humanitaria.

Se?or presidente, su pa?s ha experimentado un extraordinario crecimiento econ?mico en los ?ltimos a?os, por ello doy gracias a Dios. Al mismo tiempo, soy consciente de que no todos los ciudadanos tienen todav?a la posibilidad de beneficiarse plenamente de esta prosperidad. Por este motivo, invito a su gobierno a aunar sus esfuerzos con todos aquellos que trabajan por la promoci?n del bien com?n y de la justicia social.

Mientras tanto, pido a san Andrew Kim Taegon y a los m?rtires coreanos que protejan a los ciudadanos de vuestra querida naci?n, y le aseguro mis oraciones y mejores deseos para todo el pueblo de Corea.

Vaticano, 15 de febrero de 2007

BENEDICTUS PP. XVI

[Traducci?n del original ingles realizada por Zenit

Publicado por verdenaranja @ 22:07  | Habla el Papa
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Jueves, 15 de febrero de 2007
"Elegir la clase de religi?n cat?lica es un reto dif?cil de vencer", constata la CEE


15 Febrero (ACI).- El 77 por ciento del total de alumnos de la escuela espa?ola, tanto p?blica como privada concertada o no concertada, est?n recibiendo formaci?n religiosa y moral cat?lica en el curso 2006-2007, inform? la Comisi?n Episcopal de Ense?anza y Catequesis de la Conferencia Episcopal espa?ola (CEE).

Seg?n el informe de la Comisi?n, "este porcentaje supone que 5.047.279 alumnos reciben ense?anza religiosa en Espa?a" y explica que "con relaci?n al curso pasado la opci?n libre por la religi?n cat?lica ha bajado 0.4 d?cimas".

Sobre esta baja, la Comisi?n se?ala que "por primera vez los descensos porcentuales se reducen a d?cimas lo cual supone una cierta estabilizaci?n de la opci?n con referencia a otros cursos". "En los colegios cat?licos sube 0.4 d?cimas, mientras que en los colegios p?blicos el descenso es de 0.5 d?cimas", precisa.

"Hemos de valorar positivamente la ralentizaci?n de la ca?da progresiva de la opci?n por la ense?anza religiosa en la escuela p?blica que ven?a siendo en los tres ?ltimos cursos de 2 puntos cada a?o. Este curso ha sido de 0.8, 0.7 y 0.9 d?cimas en Primaria, Secundaria y Bachillerato, respectivamente", puntualiza la CEE.

Tras agradecer a los padres de familia el "ejercicio libre y responsable" del derecho que tienen a que sus hijos reciban la formaci?n religiosa y moral que responda a sus convicciones, la Comisi?n Episcopal insiste en denunciar "las condiciones negativas que la ense?anza religiosa cat?lica ha de soportar cada curso".

"En muchos casos, para los alumnos, elegir la clase de religi?n cat?lica es un reto dif?cil de vencer. La propuesta de actividades, a veces l?dicas, para los alumnos que no eligen religi?n, o bien, el repaso sobre materias que los alumnos de religi?n no reciben, constituyen una serie de discriminaciones que imposibilitan el ejercicio libre del derecho a la educaci?n", concluye.

Publicado por verdenaranja @ 23:31  | Noticias Nacionales
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ZENIT publica la intervenci?n de Benedicto XVI en la audiencia general del mi?rcoles, 14 de Febrero de 2007, dedicada a ?Las mujeres al servicio del Evangelio?, con la que ha concluido su ciclo de catequesis sobre los testigos del cristianismo naciente, que hab?a realizado en las semanas anteriores.


Queridos hermanos y hermanas:

Llegamos hoy al final de nuestro recorrido entre los testigos del cristianismo naciente, mencionados en los escritos del Nuevo Testamento. Y aprovechamos la ?ltima etapa de este primer recorrido para centrar nuestra atenci?n en las muchas figuras femeninas que han desempe?ado un efectivo y precioso papel en la difusi?n del Evangelio.

Su testimonio no puede ser olvidado, seg?n lo que el mismo Jes?s dijo sobre la mujer que le ungi? la cabeza poco antes de la Pasi?n: ?Yo os aseguro: dondequiera que se proclame esta Buena Nueva, en el mundo entero, se hablar? tambi?n de lo que ?sta ha hecho para memoria suya? (Mateo 26, 13; Marcos 14, 9).

El Se?or quiere que estos testigos del Evangelio, estas figuras que han dado su contribuci?n para que creciera la fe en ?l, sean conocidas y su memoria permanezca viva en la Iglesia. Hist?ricamente podemos distinguir el papel de las mujeres en el cristianismo primitivo, durante la vida terrena de Jes?s y durante las vicisitudes de la primera generaci?n cristiana.

Ciertamente, como sabemos, Jes?s escogi? entre sus disc?pulos a doce hombres como padres del nuevo Israel, ?para que estuvieran con ?l, y para enviarlos a predicar? (Marcos 3,14-l5). Este hecho es evidente, pero, adem?s de los doce, columnas de la Iglesia, padres del nuevo Pueblo de Dios, fueron tambi?n escogidas muchas mujeres en el n?mero de los disc?pulos.

S?lo puedo mencionar brevemente a aquellas que se encontraron en el camino del mismo Jes?s, comenzando por la profetisa Ana (Cf. Lucas 2, 36-38) hasta llegar a la Samaritana (Cf. Juan 4,1-39), la mujer siro-fenicia (Cf. Marcos 7,24-30), la hemorroisa (Cf. Mateo 9,20-22) y la pecadora perdonada (Cf. Lucas 7, 36-50).

Tampoco mencionar? a las protagonistas de algunas de sus eficaces par?bolas, por ejemplo, a la mujer que hace el pan (Mateo 13, 33), a la mujer que pierde la dracma (Lucas 15, 8-10), a la viuda inoportuna ante el juez (Lucas 18, 1-8).

Para nuestro argumento son m?s significativas las mujeres que desempe?aron un papel activo en el marco de la misi?n de Jes?s. En primer lugar, el pensamiento se dirige naturalmente a la Virgen Mar?a, que con su fe y su obra maternal colabor? de manera ?nica en nuestra Redenci?n, hasta el punto de que Isabel pudo llamarla ?bendita entre las mujeres? (Lucas 1, 42), a?adiendo: ?feliz la que ha cre?do? (Lucas 1, 45). Convertida en disc?pula del Hijo, Mar?a manifest? en Can? la confianza total en ?l (Cf. Juan 2, 5) y le sigui? hasta los pies de la Cruz, donde recibi? de ?l una misi?n maternal para todos sus disc?pulos de todos los tiempos, representados por Juan (Cf. Juan 19, 25-27).

Hay, adem?s, varias mujeres, que de diferentes maneras gravitaron en torno a la figura de Jes?s con funciones de responsabilidad. Son ejemplo elocuente las mujeres que segu?an a Jes?s para servirle con sus bienes. Lucas nos ofrece algunos nombres: Mar?a de M?gdala, Juana, Susana, y ?otras muchas? (Cf. Lucas 8, 2-3). Despu?s, los Evangelios nos dicen que las mujeres, a diferencia de los Doce, no abandonaron a Jes?s en la hora de la Pasi?n (Cf. Mateo 27, 56.61; Marcos 15, 40).

Entre ellas destaca en particular la Magdalena, que no s?lo estuvo presente en la Pasi?n, sino que se convirti? tambi?n en la primera testigo y anunciadora del Resucitado (Cf. Juan 20,1.11-18). Precisamente a Mar?a de M?gdala santo Tom?s de Aquino dedica el singular calificativo de ?ap?stola de los ap?stoles? (?apostolorum apostola?), dedic?ndole un bello comentario: ?As? como una mujer hab?a anunciado al primer hombre palabras de muerte, as? tambi?n una mujer fue la primera en anunciar a los ap?stoles palabras de vida? (?Super Ioannem?, editorial Cai, ? 2519).

Tambi?n en el ?mbito de la Iglesia primitiva la presencia femenina no es ni mucho menos secundaria. Es el caso de las cuatro hijas del ?di?cono? Felipe, cuyo nombre no es mencionado, residentes en Cesarea, dotadas todas ellas, como dice san Lucas, del ?don de profec?a?, es decir, de la facultad de hablar p?blicamente bajo la acci?n del Esp?ritu Santo (Cf. Hechos, 21, 9). La brevedad de la noticia no permite sacar deducciones m?s precisas.

Debemos a san Pablo una documentaci?n m?s amplia sobre la dignidad y el papel eclesial de la mujer. Comienza por el principio fundamental, seg?n el cual, para los bautizados ?ya no hay jud?o ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer?, ?ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jes?s? (G?latas 3, 28), es decir, unidos todos en la misma dignidad de fondo, aunque cada uno con funciones espec?ficas (Cf. 1 Corintios 12,27-30).

El ap?stol admite como algo normal el que en la comunidad cristiana la mujer pueda ?profetizar? (1 Corintios 11, 5), es decir, pronunciarse abiertamente bajo la influencia del Esp?ritu Santo, a condici?n de que sea para la edificaci?n de la comunidad y de una manera digna. Por tanto, hay que relativizar la famosa exhortaci?n ?las mujeres c?llense en las asambleas? (1 Corintios 14, 34).

El problema, sumamente discutido, sobre la relaci?n entre la primera frase --las mujeres pueden profetizar en la asamblea--, y la otra --no pueden hablar--, es decir, la relaci?n entre estas dos indicaciones que aparentemente son contradictorias, se lo dejamos a los exegetas. No es algo que hay que discutir aqu?. El mi?rcoles pasado ya nos hab?amos encontrado con Prisca o Priscila, esposa de ?quila, quien en dos casos es mencionada sorprendentemente antes del marido (Cf. Hechos 18,18; Romanos 16,3): ambos son calificados expl?citamente por Pablo como sus ?sun-ergo?s?, ?colaboradores? (Romanos 16, 3).

Hay otras observaciones que no hay que descuidar. Es necesario constatar, por ejemplo, que la breve Carta a Filem?n es dirigida por Pablo tambi?n a una mujer de nombre ?Apfia? (Cf. Filem?n 2). Traducciones latinas y sirias del texto griego a?aden al nombre ?Apfia? el calificativo de ?soror carissima? (ib?dem), y hay que decir que en la comunidad de Colosas deb?a ocupar un papel de importancia; en todo caso, es la ?nica mujer mencionada por Pablo entre los destinatarios de una carta suya.

En otros pasajes, el ap?stol menciona a una cierta ?Febe?, a la que llama ?di?konos? de la Iglesia en Cencreas, la peque?a ciudad puerto al este de Corinto (Cf. Romanos 16,1-2). Si bien el t?tulo, en aquel tiempo, todav?a no ten?a un valor ministerial espec?fico de car?cter jer?rquico, expresa un aut?ntico ejercicio de responsabilidad por parte de esta mujer a favor de esa comunidad cristiana.

Pablo pide que sea recibida cordialmente y asistida ?en cualquier cosa que necesite de vosotros?, y despu?s a?ade: ?pues ella ha sido protectora de muchos, incluso de m? mismo?. En el mismo contexto epistolar, el ap?stol, con rasgos delicados recuerda otros nombres de mujeres: una cierta Mar?a, y despu?s Trifena, Trifosa, y P?rside, ?amada?, as? como a Julia, de las que escribe abiertamente que ?se han fatigado por vosotros? o ?se han fatigado en el Se?or? (Romanos 16, 6.12a. 12b.15), subrayando de este modo su intenso compromiso eclesial.

En la Iglesia de Filipos se distingu?an, adem?s, dos mujeres de nombre Evodia y S?ntique (Filipenses 4, 2): el llamamiento que Pablo hace a la concordia mutua da a entender que las dos mujeres desempe?aban una funci?n importante dentro de esa comunidad.

En s?ntesis, la historia del cristianismo hubiera tenido un desarrollo muy diferente si no se hubiera dado la aportaci?n generosa de muchas mujeres. Por este motivo, como escribi? mi venerado y querido predecesor, Juan Pablo II, en la carta apost?lica ?Mulieris dignitatem?, ?La Iglesia da gracias por todas las mujeres y por cada una? La Iglesia expresa su agradecimiento por todas las manifestaciones del ?genio? femenino aparecidas a lo largo de la historia, en medio de los pueblos y de las naciones; da gracias por todos los carismas que el Esp?ritu Santo otorga a las mujeres en la historia del Pueblo de Dios, por todas las victorias que debe a su fe, esperanza y caridad; manifiesta su gratitud por todos los frutos de santidad femenina? (n. 31).

Como se ve, el elogio se refiere a las mujeres en al transcurso de la historia de la Iglesia y es expresado en nombre de toda la comunidad eclesial. Nosotros tambi?n nos unimos a este aprecio, dando gracias al Se?or porque ?l conduce a su Iglesia, de generaci?n en generaci?n, sirvi?ndose indistintamente de hombres y mujeres, que saben hacer fecunda su fe y su bautismo para el bien de todo el Cuerpo eclesial para mayor gloria de Dios.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit. Al final de la audiencia el Papa salud? a los peregrinos en varios idiomas. En espa?ol dijo:]


Queridos hermanos y hermanas:
Despu?s de reflexionar sobre los testigos del cristianismo naciente, hoy nos referimos a las mujeres que tuvieron un papel importante en la difusi?n del Evangelio.
En la vida de Jes?s sobresale la Virgen Mar?a que, como madre y disc?pula de su divino Hijo, lo sigui? fielmente hasta la Cruz, colaborando de manera singular en la obra de la Redenci?n. Hubo tambi?n otras mujeres muy cercanas al Maestro en su misi?n terrena, como la Magdalena, que lo sigui? en la pasi?n y fue la primera en anunciar su resurrecci?n a los dem?s Ap?stoles y disc?pulos.

En las primeras comunidades cristianas, destacan algunas otras por la colaboraci?n que prestaron a los Ap?stoles o por los dones que recibieron del Esp?ritu Santo. Como dice San Pablo, en la Iglesia todos tienen la misma dignidad, sean esclavos o libres, hombre o mujer, y contribuyen al bien de la comunidad. Mucho tenemos que agradecer a las mujeres por su valiosa aportaci?n a la vida y la edificaci?n de la Iglesia viva.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua espa?ola, en especial a los ni?os de Irak atendidos en Espa?a por la Asociaci?n Mensajeros de la Paz y a la Delegaci?n de Profesionales Paraguayos, as? como a los dem?s visitantes latinoamericanos. Invito a todos a dar elocuente testimonio de la fe y colaborar activamente en la construcci?n de la Iglesia, a ejemplo de las santas mujeres.

Gracias por vuestra visita.

[? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

Publicado por verdenaranja @ 23:26  | Habla el Papa
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El Compromiso de la Iglesia ante los desaf?os de la Realidad Nacional



Los Obispos de la Iglesia Cat?lica en Colombia, reunidos en la Octog?sima Segunda Asamblea Plenaria, para tratar el tema de la ?Acci?n Misionera de la Iglesia?, nos dirigimos a todos los colombianos para expresarles que habiendo recibido la Palabra de Dios que nos presenta a Jesucristo como el Misionero del Padre, ?l nos env?a al mundo para proclamar con nuestra vida su mensaje de salvaci?n.

Nuestra vocaci?n de disc?pulos de Jes?s se convierte en misi?n de pastorear el reba?o a nosotros encomendado con el compromiso de responder a los desaf?os de la realidad nacional.

Pensando en una Colombia que ha dado positivos pasos en el camino del progreso, que tiene razones objetivas para la esperanza pero que anhela la paz, los Obispos unimos nuestras voces en un solo llamado: ?Reconciliaci?n!, con Dios, con nosotros mismos, con los dem?s y con la creaci?n.

Desde la reconciliaci?n como prop?sito y principio, leemos y acompa?amos el caminar del pueblo colombiano, para que las v?ctimas, los victimarios y la sociedad en general conozcan la experiencia profunda del perd?n, de manera que se instaure un escenario de paz que denote m?s que la simple ausencia de guerra, la ?plenitud de vida?, vida digna y en abundancia para todos (Juan 10,10).

La mentira es una de las causas de todo conflicto y principal obst?culo a cualquier esfuerzo de negociaci?n pol?tica. Es necesario adentrarnos en el camino de la verdad para re-dignificar a las v?ctimas, actores centrales de la reconciliaci?n y poseedoras privilegiadas de la gracia del perd?n, que s?lo puede y debe nacer en ellas si queremos romper el ciclo del rencor, del resentimiento y de la venganza que en ocasiones se convierten en una carga imposible de llevar.

Verdad para cerrar las heridas provocadas por la violencia, de manera que exista en quienes han causado da?o, un reconocimiento sincero del pecado cometido al atentar contra la vida y la libertad de otros hermanos, como paso necesario para el encuentro con la paz.
En estos tiempos en los que unos y otros se acusan por la denominada ?para-pol?tica? y por su pasado violento, nosotros los Obispos pedimos a todos la calma, y sin dejar de buscar y decir la verdad, los llamamos a atender tambi?n otros problemas que afectan a Colombia. Los intereses proselitistas por encima de los del pa?s confunden a la opini?n y conducen al caos.

El pa?s reclama incesantes actos de verdad en las esferas pol?ticas nacionales, departamentales y locales, por encima de los intereses partidistas, con el prop?sito de frenar la corrupci?n y purificar las instituciones democr?ticas, de manera que ?stas sean una respuesta efectiva a las demandas ciudadanas de inclusi?n, participaci?n y justicia social.

Escuchamos un lamento en nuestras comunidades: Las instituciones, el Legislativo, el Ejecutivo, la Administraci?n de Justicia, la Corte Constitucional, las Fuerzas Armadas y los Organismos de control, evidencian una grave crisis. Porque estamos con la institucionalidad, todo ello nos duele y preocupa. Animamos los esfuerzos que se adelantan por develar los hechos que han restado legitimidad a las instituciones del Estado y por dise?ar e implementar los correctivos pertinentes.

Exigimos verdad tambi?n para clarificar los signos de una sistem?tica persecuci?n desde diversos sectores, grupos y personas hacia los valores que la Iglesia defiende, que nacen del Evangelio y tienen sustento en el respeto por la vida, la dignidad humana y la familia.

Llamamos a los medios de comunicaci?n para que aporten a la construcci?n de una sociedad que se precie de la verdad. Ello requiere obrar con honestidad y equidad. Seguiremos nuestro compromiso de valorar a los comunicadores como portadores de noticias que construyan una nueva patria y los acompa?aremos para que utilicen los medios con sentido humano como valor central. Los invitamos a aportarle al pa?s debates serenos, sin encender hogueras.

Reconocemos los esfuerzos gubernamentales por ampliar la cobertura en la educaci?n. Sin embargo, las din?micas globalizadoras imponen superiores niveles de calidad. Animamos la educaci?n para la conciencia y la paz en la familia, en la escuela y en los diversos espacios de la Iglesia y la sociedad.

El llamado a la reconciliaci?n comprende a su vez un esfuerzo nacional por establecer condiciones de justicia, sabiendo que el horizonte est? en la caridad.

Las cifras revelan un crecimiento de la econom?a, sin embargo constatamos con dolor que se agudiza la pobreza. Llamamos a la banca, a la industria y a los gremios, a que no olviden que la econom?a debe estar al servicio del hombre, y orientada a la soluci?n de los problemas del desempleo, a la erradicaci?n del hambre y a la satisfacci?n de las necesidades del pueblo.
Llamamos a todos en el pa?s a no olvidar a los campesinos, que no encuentran suficientes alicientes para permanecer en el campo, y a los desplazados, que no encuentran ni razones ni condiciones para volver a sus tierras.

Las minor?as ?tnicas esperan que su dignidad de personas y sus espacios de autonom?a sean mayormente respetados, y que se les brinde el apoyo requerido para la participaci?n debida en la vida p?blica y para la construcci?n de su propio proyecto de vida.

El conflicto armado, cuyas causas no son enfrentadas en su integralidad, sigue golpeando a amplios sectores de la poblaci?n; sus actores amenazan a la institucionalidad y extorsionan a la sociedad.

Los Obispos en Colombia sentimos que pesa sobre nuestra conciencia la destrucci?n de los hermanos que injustamente permanecen privados de su libertad, sometidos al secuestro. No acallaremos nuestra voz, ni cejaremos en nuestros esfuerzos hasta tanto el Gobierno Nacional y las FARC ? EP posibiliten a trav?s de un acuerdo humanitario la libertad de todos ellos.

Abogaremos por otros acuerdos humanitarios que conduzcan a la erradicaci?n en Colombia del secuestro extorsivo, de las minas antipersonal, de la agresi?n de la sociedad civil, del desplazamiento.

Estamos dispuestos a acompa?ar todos los procesos que conduzcan a la construcci?n de una Colombia reconciliada y en paz. Exhortamos a las FARC a facilitar espacios para la negociaci?n y para el di?logo. Expresamos nuestra voz de ?nimo al proceso que se adelanta entre el Gobierno Nacional y el ELN e invitamos a los desmovilizados de los grupos de autodefensa a proseguir con valent?a y transparencia el proceso iniciado, siendo coherentes con el compromiso de aportar a la verdad, a la justicia y a la reparaci?n. Denunciamos con preocupaci?n y rechazamos la configuraci?n de grupos armados emergentes.

Mantendremos un compromiso de apoyo irrestricto a las v?ctimas y las acompa?aremos en la defensa de sus derechos a la reparaci?n y a la memoria, pero animando a la grandeza del perd?n.

Los que viv?an de los cultivos il?citos son objeto de la persecuci?n del Estado, no obstante, el narcotr?fico sigue siendo el combustible de la corrupci?n y de la confrontaci?n armada y causa de muchos males del pa?s.

La Iglesia, laicos, religiosos, sacerdotes y obispos, reconociendo nuestras limitaciones y falencias, nos comprometemos a hacer sentir nuestra voz prof?tica que denuncia la mentira y la corrupci?n y que anuncia la verdad, que no es otra cosa que la defensa de la vida, desde la concepci?n hasta la muerte natural, la dignidad de las personas, la igualdad de oportunidades y la honestidad para construir entre todos un pa?s en el que todos quepamos y en el que no haya marginados.

La Iglesia seguir? anunciando un mensaje de esperanza y convoca a un acuerdo nacional por la paz y la reconciliaci?n y a que cada uno d? su aporte para implementar un proyecto de naci?n en el que todos tengamos un espacio digno y unas posibilidades de realizaci?n como ciudadanos y como hijos de Dios.

Elevamos nuestra plegaria a Dios para que env?e su esp?ritu y habite en el coraz?n de cada colombiano d?ndonos la fortaleza y la sabidur?a para discernir los signos de vida y de muerte y tomar las decisiones para la construcci?n de una sociedad justa.

Que Mar?a Sant?sima, Reina y madre de Colombia interceda por nosotros ante su Hijo, rico en misericordia y Se?or de la Paz.


Bogot?, D.C., 9 de febrero de 2007

+ Luis Augusto Castro Quiroga
Arzobispo de Tunja
Presidente de la Conferencia Episcopal
Conferencia Episcopal Colombiana (2007-02-14)

Publicado por verdenaranja @ 23:22  | Hablan los obispos
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15 de Febrero


La segunda semana de marzo se celebrar? una nueva edici?n de las Jornadas de Formaci?n que organiza la Delegaci?n Diocesana de Migraciones, en esta ocasi?n bajo el t?tulo ?La Parroquia y los inmigrantes?. Estas Jornadas estar?n dirigidas por Braulio Carles Barriopedro, Delegado Diocesano de Migraciones de Sig?enza-Guadalajara y miembro del Consejo Asesor de la Comisi?n Episcopal de Migraciones de la C.E.E. y van destinadas a sacerdotes, religiosos y religiosas, agentes de pastoral, miembros de Movimientos Apost?licos, voluntariado de C?ritas, profesores de Religi?n y cuantos pueda interesar. Dichas jornadas se desarrollar?n los d?as 7, 8 y 9 de marzo en el Seminario Diocesano, en La Laguna, de 7.00 a 9.30 de la noche.

15 de Febrero

El cantautor cristiano Mart?n Valverde ha confirmado que estar? en Tenerife a finales de abril. El 27 en la clausura del Congreso Internacional. ?Di?logo Fe-Cultura?, el 28 en el Seminario Diocesano en un encuentro con sacerdotes y Agentes de Pastoral, el 29 en las Catalinas de La Laguna, en una hora de exposici?n continua del Sant?simo pidiendo por las vocaciones y el 30 de abril, ?nico concierto en Tenerife, en el Pabell?n Santiago Mart?n (La Hamburguesa).

15 d Febrero

Con el lema ?Sacerdotes, testigos del amor de Dios?, se celebrar? la Campa?a del Seminario con motivo de la fiesta de san Jos?. Los seminaristas visitar?n los arciprestazgos con el siguiente orden: 24 y 25 de febrero: Tegueste, Tacoronte, Orotava y G??mar. 3 y 4 de marzo: Orotava, Icod, Granadilla, Taco y Ofra 10 y 11 de marzo: S/C de La Palma, Los Llanos, El Hierro y La Gomera. 17 y 18 de marzo: La Laguna, Santa Cruz, La Cuesta y La Salud.

15 de Febrero

El s?bado pasado, se reunieron la mayor?a de los educadores del Movimiento Junior de Acci?n Cat?lica con nuestro obispo para reflexionar sobre la realidad e implantaci?n del movimiento en nuestra Di?cesis, buscando cauces para seguir caminando. Asimismo, el obispo se ha comprometido para estar un d?a con los ni?os de dicho movimiento, el pr?ximo d?a 31 de marzo, en la Cueva del Hermano Pedro. Finalmente, en el segundo fin de semana de marzo, los educadores del movimiento de nuestras di?cesis canarias, se reunir?n en el encuentro formativo que organiza el propio movimiento en la Casa de Ejercicios de Santa Cruz de Tenerife.

15 de Febrero

El pasado domingo, en Tacoronte, entr? en funcionamiento una nueva casa de acogida para mayores considerada una de las mejores de Espa?a en cuanto a estructura y equipamiento, seg?n la ha definido el vicario para los asuntos econ?micos, Juli?n De Armas. El centro, que tiene capacidad para 80 ancianos, ser? gestionado por la Fundaci?n Casa de Acogida Madre del Redentor y tiene como objetivo atender a ancianos necesitados naturales o residentes en el municipio tacorontero. En dicha jornada, el Obispo bendijo la capilla del centro.

15 de Febrero

Tambi?n en relaci?n a La Gomera, el Gobierno de Canarias, a trav?s de Plan de Median?as, saca a licitaci?n p?blica las obras de ?Terminaci?n de la Iglesia del Salvador? en el municipio de Alajer?, con un presupuesto de 348.587,01 euros y un plazo de ejecuci?n de diez meses. Se restaurar?n los artesonados, las carpinter?as, la canter?a y el retablo, entre otras actuaciones. Con ello, se dotar? al templo de infraestructuras fundamentales para el desarrollo de su actividad, como la megafon?a, el alumbrado de emergencia y otros elementos necesarios. En una fase anterior y con cargo al Plan de Median?as se sustituyeron las cubiertas de madera de la nave principal, del presb?tero y de la capilla, con un presupuesto de 160.180,12 euros.

15 de Febrero

El 15 de febrero se conmemor? el 276? aniversario del fallecimiento de Sor Mar?a de Jes?s de Le?n Delgado, popularmente conocida como La Siervita. Por tal motivo, en el Convento de Santa Catalina de Siena, se desarroll? una Eucarist?a para pedir por su pronta canonizaci?n. Asimismo, los d?as siguientes 16 y 17 de febrero, el Convento de Las Catalinas celebra dos jornadas especiales, con motivo del VIII centenario de la fundaci?n del primer convento de la orden de monjas dominicas.

15 de Febrero

A pesar de los acontecimientos relacionados con la ense?anza de la religi?n en los ?ltimos a?os y a pesar del debate suscitado, la realidad es que en el presente curso escolar la opci?n por la asignatura en nuestra Di?cesis se ha visto incrementada en un 2,53%, situ?ndose el porcentaje total de los que eligen ense?anza de la religi?n en el 83,63%, datos publicados en el borrador de proyecto para la Comunidad Aut?noma de Canarias.

15 de Febrero

El domingo terminaban de llegar a las islas los miembros de las C?ritas de Canarias que hab?an viajado a Mauritania. Seg?n la responsable internacional de proyectos de C?ritas, Ver?nica Morales, los proyectos en Mauritania siguen cuatro l?neas de actuaci?n: la creaci?n y mantenimiento de unidades sanitarias de atenci?n primaria, seguridad alimentaria y desarrollo de microcr?ditos, acceso al agua y la alfabetizaci?n. Morales record? que ?desde C?ritas Canarias apoyamos con un diez o veinte por ciento del presupuesto en todas las ?reas, salvo en el de la salud que tienen sus fuentes de financiaci?n privada?. Hablando de este viaje, Popular TV-Tenerife emite este domingo un programa especial sobre esta visita.

Mi?rcoles, 14 de febrero de 2007
Director
P. Federico Lombardi, S.I.
Vice Director
P. Ciro Benedittini, C.P.





El 20 de febrero de 1939 se cre? la Oficina de Informaci?n de L?Osservatore Romano y se le confi? la tarea de transmitir informaci?n a los periodistas acreditados (Cfr. O.R. 23 de febrero de 1939).

En 1966 la Oficina de Prensa, que hab?a sido creada como organismo informativo del Concilio Vaticano II, absorbi? la primera oficina y empez? a funcionar como Oficina de Prensa de la Santa Sede a cargo de la Pontificia Comisi?n para las Comunicaciones Sociales.

Seg?n las nuevas directrices aprobadas por Juan Pablo II y comunicadas por carta por la Secretar?a de Estado el 28 de mayo de 1986, la Oficina de Prensa de la Santa Sede "es la oficina de la Santa Sede encargada de difundir las noticias referentes a los documentos del Sumo Pont?fice y a la actividad de la Santa Sede" y, por tanto, "en la realizaci?n de su trabajo goza, al igual que L?Osservatore Romano, la Radio Vaticano y el Centro Televisivo Vaticano, de su propia autonom?a operativa".

La Constituci?n Apost?lica Pastor Bonus sobre la Curia Romana del 28 de junio de 1988, en el n. 43, confirma que la Oficina de Prensa es "la oficina especial" dependiente de la Primera Secci?n de la Secretar?a de Estado que publica y divulga "las informaciones oficiales referentes a los documentos del Sumo Pont?fice y a la actividad de la Santa Sede".

El Vatican Information Service (V.I.S.) fue creado el 28 de marzo de 1990 en el ?mbito de la Oficina de Prensa de la Santa Sede. El V.I.S. es un nuevo sistema informativo de la Santa Sede que proporciona todos los d?as, principalmente a las Representaciones pontificias, a los Obispos de todo el mundo y a otras Instituciones, las oportunas informaciones sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Santa Sede en lengua inglesa, espa?ola, francesa e italiana, por e-mail y por fax, adem?s de estar presente en Internet.


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14 Febrero (ACI).- Esta ma?ana miles de peregrinos se reunieron en el Aula Pablo VI para participar en la Audiencia General con el Papa Benedicto XVI, quien en su catequesis agradeci? por el rol efectivo y precioso de la mujer en la historia de la Salvaci?n.

?La historia del cristianismo hubiera tenido un desarrollo diverso si no hubiera sido por el generoso aporte de muchas mujeres?, dijo el Santo Padre durante su catequesis refiri?ndose a las ?tantas figuras femeninas que han desarrollado un rol efectivo y preciosos en la difusi?n del Evangelio?.

El Pont?fice destac? las figuras de muchas mujeres mencionadas en las escrituras, y en primer lugar record? ?a la Virgen Mar?a, que con su fe y obra maternal colabor? en modo ?nico para nuestra Redenci?n. Convertida en disc?pula del Hijo, Mar?a manifest? en Can? su total confianza en ?l y lo sigui? hasta los pies de la Cruz, donde recibi? de ?l la misi?n maternal para todos sus disc?pulos de todos los tiempo?.

Asimismo record? que ?los Evangelios nos dicen que las mujeres, a diferencia de los Doce, no abandonaron a Jes?s en el momento de la Pasi?n. Entre ellas destaca la Magdalena, que no solo presenci? la Pasi?n, sino que fue tambi?n la primer testimonio y anunciadora del Resucitado?.

M?s adelante hizo notar c?mo San Pablo partiendo ?del principio fundamental seg?n el cual los bautizados?, estando ?unidos en Cristo Jes?s?, ?tienen la misma dignidad, as? como cada uno tiene funciones espec?ficas?.

Finalmente el Pont?fice record? la Carta apost?lica Mulieris dignitatem en que Juan Pablo II afirma: ?La Iglesia da gracias por todas las mujeres y por cada una? La Iglesia expresa su agradecimiento por todas las manifestaciones del ?genio? femenino aparecidas a lo largo de la historia, en medio de los pueblos y de las naciones; da gracias por todos los carismas que el Esp?ritu Santo otorga a las mujeres en la historia del Pueblo de Dios, por todas las victorias que debe a su fe, esperanza y caridad; manifiesta su gratitud por todos los frutos de santidad femenina?.

Al acercarse la Cuaresma de 2007, el mi?rcoles de ceniza nos "ayuda a dar el primer paso de la conversi?n".As? se expresa en art?culo de "Bloc MD - 6, Febrero 2007".

Mi?rcoles de Ceniza


El Mi?rcoles de Ceniza naci? para que los d?as de ayuno cuaresmal llegasen al n?mero de cuarenta, la cifra simb?lica que recuerda los d?as de Jes?s en el desierto y los a?os del ?xodo del pueblo de Israel. Como los domingos no se ayunaba y faltaban d?as para alcanzar esa cifra simb?lica, se decidi? a?adir algunos d?as antes del primer domingo. Y al primero de esos d?as, el mi?rcoles, se le dio un especial relieve.

De modo que, si bien la Cuaresma empieza solemnemente el domingo, que este a?o ser? el d?a 25 de febrero, unos d?as antes, el mi?rcoles 21, somos invitados a participar en esa celebraci?n sin duda importante, pedag?gicamente muy ?til, que nos ayuda a dar el primer paso de la conversi?n, destacando un aspecto que a menudo olvidamos: nuestra debilidad, nuestra peque?ez, nuestra necesidad de perd?n, nuestra necesidad de Dios.

La imposici?n de la ceniza, en efecto, es un magn?fico recuerdo de esa debilidad. No para hundirnos en ning?n sentimiento de depresi?n o de inutilidad, sino para recordar d?nde debemos encontrar la fuerza para vivir una vida valiosa: en el Dios salvador, en Jes?s resucitado, en la Buena Noticia de su Evangelio. Bueno ser? dar todo el relieve que merece ese rito, y celebrarlo incluso, donde no se pueda celebrar el mi?rco?les, en alg?n otro d?a de la misma semana y, tambi?n, en los lugares en que no es posible hacerlo entre semana y se ve pastoralmente ?til, en alguna misa dominical. Destacando siempre, eso s?, que si recordamos nuestra debilidad no es para quedarnos en ella sino para seguir adelante movidos por la gracia salvadora.

Publicado por verdenaranja @ 22:25  | Liturgia
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Algunas sugerencias para la celebraci?n de la Cuaresma 2007, entresacadas de Cuaresma 2007, de Josep Lligadas, de las p?ginas amarillas de Misa Dominical, a?o XXXIX, n?m 3

1. La ambientaci?n de la iglesia. Por una parte, crear un clima de austeridad, sin flores ni adornos (tampoco ante el Sant?simo ni ante la Virgen o los santos). Por otra, alg?n p?ster con alguna frase o un pa?o morado. Por otra, finalmente, destacar la cruz, poniendo una grande en el presbiterio o bus?cando otra forma de destacarla que resulte adecuada.

2. Los cantos. Este es un aspecto b?sico para la creaci?n de clima. Los cantos deben ser muy propios del tiempo. De un modo especial debe serlo el canto de entrada, que se podr?a repetir todos los domingos, para ayudar a vivir este tiempo como una unidad.

3. El acto penitencial. Se le podr?a dar especial relieve haciendo un silencio m?s largo, e invitando a que cada uno se ponga realmente en esp?ritu de oraci?n ante Dios.

4. El aleluya. En tiempo de Cuaresma no se canta el aleluya, en espera de cantarlo gozosamente en la noche de Pascua. Antes del evangelio, en su lugar, se canta una aclamaci?n a Jesucristo, que se hace presente entre nosotros.

5. Otros encuentros lit?rgicos y de oraci?n. Se puede instaurar, por ejemplo, el rezo de laudes o v?speras cada d?a, unidas a la misa o como rezo independiente. O el canto solemne de v?speras cada domingo. O, por ejemplo, cada mi?rcoles v?speras y cada viernes viacrucis o un encuentro semanal de oraci?n con lecturas, cantos y silencios. O un retiro parroquial o arciprestal...

6. El programa cuaresmal personal. Habr? que invitar a que cada cristiano se haga su propio "programa cuaresmal", de conversi?n hacia Dios y hacia los dem?s. Para evitar que el tiempo de Cuaresma "pase de largo" y lleguemos a la Pascua sin que se note en nuestra vida...

7. La conversi?n comunitaria. Tambi?n podr?a pensarse en un programa parroquial de conversi?n, pregunt?ndonos qu? podr?amos cambiar, qu? podr?amos instaurar... a nivel de oraci?n, de solidaridad, de corresponsabilidad.

8. La segunda parte de la Cuaresma. El tercer domingo de Cuaresma, despu?s de los dos primeros centrados cada a?o en las tentaciones y la transfiguraci?n, comienza la segunda parte de la Cuaresma, que en este ciclo C se centra en los temas de la conversi?n y de la misericordia de Dios. Puede ser una buena ocasi?n para dar un nuevo impulso al programa cuaresmal personal, para que no se nos olvide...

Publicado por verdenaranja @ 22:16  | Liturgia
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El templo, cuya restauraci?n la ha sufragado la Fundaci?n Mapfre Guanarteme, ser? puesto al culto y albergar? exposiciones.


(EL D?A, 14 - II, D. BARBUZANO, La Laguna) La hist?rica ermita de San Crist?bal, que est? siendo restaurada por la empresa V?ctor Rodr?guez, ser? inaugurada el d?a 24 de marzo, a las 12:00 horas, devolviendo a la ciudad un templo de inter?s hist?rico cerrado durante 80 a?os.

La historia de esta obra se remonta al d?a en que el presidente de la junta de seguimiento de la Fundaci?n Mapfre Guanarteme en Tenerife, Juan Antonio Ossuna Torres, se reuni? con el de?n de la Catedral Juli?n de Armas, y ?ste le dijo que era conveniente restaurar la ermita de San Crist?bal, lo cual no dud? Mapfre en hacer.

Seg?n inform? Juan Antonio Ossuna, la ermita se pondr? al culto con misas puntuales para los fieles y podr? albergar exposiciones de arte sacro. Se piensa en trasladar a la ermita la imagen de San Crist?bal, patr?n de La Laguna, que se conserva en la iglesia de Santo Domingo de la ciudad de Aguere.

Como se hace constar en la gu?a de arquitectura publicada por el Centro Internacional para la Conservaci?n del Patrimonio (Cicop), la ermita de San Crist?bal se fund? durante los primeros a?os del siglo XVI en el mismo solar donde se libr? la batalla de Aguere en 1495, cuya victoria dio lugar a la fundaci?n de la ciudad de San Crist?bal de La Laguna.

El regidor Ant?n Joven fabric? la ermita, siendo notorio que Bartolom? Joven en su testamento en 1552 se?ala que se instituyese en dicho inmueble una capellan?a de misas y dej? para su altar un retablo de San Gregorio que ten?a en su casa. En 1530 sabemos que amenaza ruina y que las obras las coste? el Cabildo.

La ermita estuvo abandonada en 1552, por lo que fue edificada de nuevo por el hijo del fundador, Crist?bal Joven.

En el siglo XIX, al alinear la calle se derrib? una parte importante de la ermita de su mitad anterior, junto con la fachada, en cuyo arco de canter?a figuraba el escudo de armas del fundador. La fachada actual data de 1922-1923.

En la ermita yacen los restos mortales de Fernando Guanarteme, ?ltimo rey aborigen de G?ldar. La Real Sociedad Econ?mica de Amigos del Pa?s de Tenerife le dedic? una placa en 1923.

Las obras de restauraci?n que se han llevado a cabo han consistido, entre otras, en un piso nuevo de piedra natural, material empleado tambi?n para los escalones del altar; el arco de canter?a roja, que estaba muy deteriorado, ha sido sometido a una labor tan correcta de restauraci?n, que es dif?cil localizar las zonas rotas; asimismo, el artesonado ha sido restaurado en parte y tambi?n reconstruido en otro sector.

Las fiestas del patrono

Es de destacar que desde un principio era obligatoria la asistencia al culto del patrono de La Laguna, San Crist?bal, y a su fiesta, con cruz alzada, de todos los curas del beneficio, que eran los de Santa Cruz, G??mar, El Sauzal y Taganana, y, adem?s, los sacerdotes que ten?an filiaci?n en las matrices de dichos pueblos.

La ermita fue en un tiempo dep?sito provisional de los cad?veres de la feligres?a del Sagrario Catedral. Estuvieron los restos del obispo de Canarias se?or Jim?nez, en su traslado de Santa Cruz al convento de Candelaria en 1691, y los del se?or Bencomo, en el que hizo el Cabildo eclesi?stico desde Sevilla a la Catedral de La Laguna en 1837.

Es de destacar que al lado de la ermita de San Crist?bal hab?a varias casas de los padres de Amaro Rodr?guez Felipe, en una de las cuales naci? dicho lagunero que sobresali? en la historia como comerciante y capit?n de nav?o y en la leyenda como el corsario Amaro Pargo.

Muchos son los que desean que las fiestas de San Crist?bal recuperen la importancia que las caracteriz? en el pasado.

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El convento de Santa Catalina expondr? ma?ana el cuerpo incorrupto de Sor Mar?a de Jes?s, que lleva 276 a?os como sumida en un profundo sue?o y despertando la devoci?n en miles de fieles. A las 7:00 horas habr? una misa y por la tarde una ofrenda floral.


(EL D?A, 14 - II, D. BARBUZANO, La Laguna) La Laguna recibir? ma?ana un peregrinaje de miles de personas que se dirigir?n hacia el convento de Santa Catalina, formando grandes colas y pasando m?s de una hora en pie para admirar el cuerpo incorrupto de Sor Mar?a de Jes?s, m?s cari?osamente conocida como la Siervita, a la que se admira por los gracias concedidas.

El convento abrir? las puertas de su iglesia a las 4 de la madrugada y permanecer? abierto hasta las 22:00 horas. En otras ocasiones se ha contabilizado hasta 40.000 personas que han pasado ante el cuerpo de Sor Mar?a de Jes?s, tirando, a trav?s de la reja de clausura del coro bajo, papeles en los que se piden deseos a la Siervita o se le agradecen los favores concedidos.

A las 7:00 horas se celebrar? una misa y por la tarde, a las 17:00 horas, tendr? lugar la tradicional ofrenda floral a cargo de las corporaciones municipales de La Laguna y El Sauzal, donde profes? y naci? la ejemplar religiosa, respectivamente.

Como de todos es sabido, hace a?os se inici? el proceso de beatificaci?n de Sor Mar?a de Jes?s y muchos quieren verla ya en los altares.

Para todos ellos, hemos podido saber que el proceso ha sido calificado de muy interesante y que se lleva con todo rigor teol?gico e hist?rico, previo a determinaciones de la Santa Sede.

En estos momentos se est? estudiando muy intensamente toda la documentaci?n de la ?poca de la Sierva de Dios, los manuscritos posteriores a Sor Mar?a de Jes?s y las virtudes cristianas ejercidas por dicha monja de modo her?ico, es decir, virtudes cardinales y anejas.

Tambi?n es objeto de estudio la fama de santidad de la Siervita en el momento de su fallecimiento y en la actualidad, con la visita masiva al sarc?fago de multitud de devotos, los numerosos devotos que creen haber recibido un favor de ella y los deseos manifiestos de que sea elevada a los altares.

Lo que hay que hacer es demostrar que la fama de santidad de Sor Mar?a de Jes?s es espont?nea, persistente, muy extendida y basada en la pr?ctica her?ica de las virtudes. Hay que aclarar que por fama se entiende el sentir com?n con fuentes y fundamentos conocidos. La santidad de la fama de la Sierva para quienes llevan el proceso no es un rumor, sino una fama.

Una vida ejemplar

Los documentos antiguos, que los expertos del proceso investigan sobre su veracidad, hablan de que antes de morir la Siervita cay? en un ?xtasis durante m?s de 24 horas, conservando el pulso y las pupilas claras. Se dice que junto al coraz?n ten?a la herida del costado de Cristo y que a los tres a?os de muerta, su cuerpo estaba entero y flexible, el paladar y la lengua frescos y sonrosados y soltaba sangre perfumada a jazm?n.

El cuerpo de Sor Mar?a de Jes?s se ha conservado y se expone en el sarc?fago que le regal? el capit?n Amaro Rodr?guez Felipe, un lagunero que, dadas las riquezas que obtuvo de sus actividades comerciales, contribuy? al enriquecimiento del patrimonio religioso de La Laguna y a que los pobres, incluso los de la C?rcel Real, vivieran mejor con sus ayudas econ?micas. Una labor que ennoblece hoy, de sus ?ltimos descendientes, al abogado Ram?n Gonz?lez de Mesa.

Es de destacar que dicho sarc?fago lo abren las monjas con tres llaves que giran en diferentes sentidos que s?lo ellas conocen, seg?n lo han aprendido a trav?s de generaciones.

Sor Mar?a de Jes?s naci? el 23 de marzo de 1643 con indicios de estar protegida por Dios, seg?n destacan sus bi?grafos, quienes cuentan que fue una mujer de bell?simas facciones, regular estatura, manos delicadas y semblante dulce y atractivo. Durante su vida someti? su cuerpo a grandes sacrificios y un antiguo serm?n hace referencia a que "el coraz?n de la Siervita le ard?a por el amor que sinti? por Jes?s".

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Art?culo semanal de los mi?rcoles del Padre Fernando Lorente o.h. publicado en EL D?A en la secci?n CRITERIOS

Luz en el Camino Fernando Lorente, o.h.*


No bastan las cosas y los acontecimientos


PARA PASARLO BIEN. Desde hace alg?n tiempo, psic?logos y psiquiatras, en sus an?lisis, describen los rasgos que parecen definir cada vez m?s claramente el perfil del ser humano de nuestro tiempo. Por supuesto, no todo es negativo. Pero lo que, de verdad, resulta m?s preocupante es el vaciamiento moral y la degradaci?n de la vida que constatan en muchas personas. En los estudios de estos psic?logos y psiquiatras, el ser humano de hoy es cada vez m?s indiferente a "lo importante" de la vida. Pasa de largo, indiferente ante las grandes verdades de la vida. No tiene certezas firmes ni convicciones profundas. Por otra parte, se preocupa y busca mucha informaci?n para saber lo que est? pasando. Pero esto no le ayuda a formarse ni a ser m?s sabio y profundo. Recoge noticias y m?s noticias, le falta capacidad para hacer una s?ntesis de lo que le llega. A esta situaci?n, hay que a?adir la esclavitud que vive por el hedonismo. Y cada vez en aumento. A estas personas s?lo les interesa, de verdad, organizarse de la manera m?s placentera posible, Aprovecharse, disfrutar de la vida y sacarle jugo. La vida es placer y si no no es vida. S?lo les interesa aquello que les proporcione mayores intereses para su propio bienestar. Otro rasgo que nos destacan en estos estudios es la permisividad. Cada vez es mayor la resistencia a la hora de tener que aceptar c?digos o normas de comportamiento. Su criterio avanza por esta distinci?n: Es bueno lo que nos apetece y malo lo que nos disgusta. Y nada m?s. Eso es todo, a estas personas, no les pidamos m?s. No hay prohibiciones ni terrenos vedados. Tampoco hay objetivos ni ideales mayores; lo importante es el pragmatismo, por eso, s?lo es de valor lo que va bien directamente para ellas.

Estas personas no perciben, m?s bien se alejan de esta realidad: la vida que se va vaciando de verdadero contenido humano, que, vivir esta situaci?n, es quedarse sin metas ni puntos de referencia. Estas personas tienen cada vez m?s fachada y menos vida interior. Los valores humanos son sustituidos por los intereses propios. Al sexo lo llaman amor de puro placer material, y al placer de esta ?ndole felicidad; a la informaci?n -sentida as?- escrita, televisiva y por otros medios, al carnaval actual -cuanto m?s atronador-, cultura.

Pero las personas son demasiado grandes -como im?genes de Dios- para contentarse con cualquier cosa o muchas como ?stas. No pocos analistas vienen tomando nota del n?mero creciente de personas que, actualmente, cansadas y angustiadas de vivir una vida tan "rebajada", buscan algo mejor. El correr de los tiempos hist?ricos tambi?n nos ofrece testimonios extraordinariamente decisivos y convincentes. Y todo porque es dif?cil vivir una vida que no apunta a ninguna meta. No basta tampoco pasarlo bien. Toda persona necesita arriesgarse, crecer y comprometerse en causas nobles y dignas. La vida se hace insoportable cuando todo se reduce a la fachada y la frivolidad. Todas las personas estamos hechas tambi?n para cultivar el esp?ritu y la alegr?a interior. "El ser humano, nos dice S. Agust?n, es la moneda de Cristo; all? est? la imagen de Cristo; all?, el nombre de Cristo; all?, el cargo y el oficio de Cristo". Y otro autor y pensador de nuestros tiempos nos afirma tambi?n: "La naturaleza real del ser humano es divina. El prop?sito de la vida del ser humano es descubrir, vivir y manifestar esa divinidad".

Nuestra sociedad, como la de todas las ?pocas, necesita dar un giro radical de conversi?n, introduciendo valores, actitudes y comportamientos que nos hagan mejores en lo humano y en lo divino, y no esa cultura que, con tanto empe?o, tratan de implantar -comenzando por la ense?anza escolar- el poder pol?tico del Gobierno actual y partidos pol?ticos afines.

* Capell?n de la Cl?nica

S. Juan de Dios

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Martes, 13 de febrero de 2007
13 Febrero (ACI).- Al recibir el lunes por la tarde a los participantes del Congreso Internacional sobre el Derecho Natural promovido por la Pontificia Universidad Lateranense, el Papa Benedicto XVI critic? el llamado ?positivismo jur?dico? y se?al? que las legislaciones que desconocen el derecho natural se vuelven contra el hombre.

El Papa comenz? destacando "las grandes ventajas" del progreso tecnol?gico; pero advirti? del peligro, ?menos visible, pero no menos inquietante: el m?todo que nos permite conocer cada vez con m?s profundidad las estructuras racionales de la materia, nos hace siempre menos capaces de ver la fuente de esta racionalidad, la Raz?n creadora".

Por eso, sigui? el Santo Padre, ?es urgente reflexionar sobre el tema de la ley natural y encontrar su verdad com?n a todos los seres humanos?. ?Esta ley tiene como principio primero y general el de ?hacer el bien y evitar el mal?".

De esa verdad, se?al? el Pont?fice, ?se derivan los otros principios m?s particulares, que regulan el juicio ?tico sobre los derechos y los deberes de cada uno?.

?Este es el principio del respeto por la vida humana, desde su concepci?n hasta su ocaso natural, sin ser este bien de la vida propiedad del hombre, sino don gratuito de Dios?; dijo el Pont?fice; quien explic? que otro principio fundamental es ?el deber de buscar la verdad, presupuesto necesario de toda madurez aut?ntica de la persona?.

Benedicto XVI se?al? luego que en la exigencia de justicia y de solidaridad se expresan ?normas inderogables que no dependen de la voluntad del legislador y ni siquiera del consenso que los estados pueden prestarles. Son normas que preceden a toda ley humana: como tales, nadie las puede derogar?.

Cr?tica al positivismo jur?dico
Al respecto, Benedicto XVI explic? que ?la ley natural es el manantial del que brotan, junto a los derechos fundamentales, los imperativos ?ticos que se deben cumplir. En la actual ?tica y filosof?a del Derecho est?n ampliamente difundidos los postulados del positivismo jur?dico?.

?La consecuencia ?advirti? es que la legislaci?n se transforma a menudo solo en un compromiso entre intereses diversos: se intenta transformar en derechos intereses privados o deseos que contrastan con los deberes que se derivan de la responsabilidad social?.

?En esta situaci?n es oportuno recordar que todo ordenamiento jur?dico, tanto en el ?mbito interno como en el internacional, se funda en ?ltimo t?rmino en la legitimidad de su radicaci?n en la ley natural, en el mensaje ?tico grabado en el ser humano?, agreg?.

Por eso, ?la primera preocupaci?n de todos y, especialmente de aquellos que tienen responsabilidades p?blicas es promover la maduraci?n de la conciencia moral?.

Aplicaciones para la vida y la familia
?Todo lo dicho ?explic? el Papa? tiene aplicaciones muy concretas si se hace referencia a la familia, es decir a esa ?ntima comunidad de vida y de amor conyugal, fundada por el Creador y estructurada con leyes propias?. Ninguna ley hecha por los seres humanos puede por lo tanto subvertir la norma escrita por el Creador sin que la sociedad sufra una herida dram?tica en aquello que constituye su fundamento b?sico".

Luego, el Papa urgi?: ?siento el deber de afirmar una vez m?s que no todo lo que es cient?ficamente factible es ?ticamente l?cito ?agrega el Santo Padre?. La t?cnica, cuando reduce al ser humano a objeto de experimentaci?n, termina por abandonar al sujeto d?bil al arbitrio del m?s fuerte. Confiar ciegamente en la t?cnica como la ?nica garante del progreso, sin ofrecer al mismo tiempo un c?digo ?tico equivaldr?a a hacer violencia a la naturaleza humana con consecuencias devastadoras para todos?.

Benedicto XVI se?al? que los cient?ficos ?tambi?n deben contribuir a ayudarnos a comprender profundamente nuestra responsabilidad hacia el ser humano y hacia la naturaleza que se le ha confiado. Sobre esta base es posible desarrollar un di?logo fecundo entre creyentes y no creyentes, te?logos, fil?sofos, juristas y cient?ficos, que pueden ofrecer al legislador un material precioso para la vida personal y social?.

El Papa concluy? su discurso auspiciando que las jornadas de estudio desemboquen "no solo en una mayor sensibilidad de los expertos con respecto a la ley moral natural, sino que contribuyan a crear las condiciones para que sobre esta tem?tica se llegue a una conciencia cada vez m?s plena del valor inalienable de la ?lex naturalis? para el progreso real y coherente de la vida personal y del orden social?.

Carta semanal del Arzobispo de Valencia Don Agust?n Garc?a-Gasco Vicente.

C?mo no se defienden los Derechos Humanos


Publicada en ?Paraula-Iglesia en Valencia? el 11 de febrero de 2007

Los derechos humanos fueron declarados de un modo solemne en 1948 con la finalidad de que toda la humanidad se viera beneficiada por un c?digo universal de paz. Se buscaba reforzar el sentido moral b?sico para erradicar la barbarie contra el ser humano, tras las horrendas experiencias de las dos guerras mundiales, especialmente la segunda, con los totalitarismos que la generaron, con los genocidios que la hicieron especialmente perversa y con la destrucci?n de ciudades enteras por la acci?n del armamento nuclear con la que se puso fin a la misma en el Pac?fico.
Benedicto XVI, en su Mensaje de la Paz de este a?o recoge la filosof?a que dio nacimiento a dicha Declaraci?n. Una paz estable y duradera presupone el respeto de los derechos humanos. Al mismo tiempo advierte con claridad que si los derechos humanos se basan en una concepci?n d?bil de la persona es imposible evitar que se debiliten como tales derechos. Y diagnostica con claridad la profunda insuficiencia de una concepci?n relativista de la persona cuando se trata de justificar y defender sus derechos.

El Sucesor de Pedro est? levantando acta del fracaso de la estrategia que pretende difundir los derechos humanos a base de aligerar su fundamento, seg?n un falso eslogan muy citado en su momento: lo importante es que los derechos humanos se acepten aunque no se sepa muy bien por qu?, y as? se evitar?n discusiones in?tiles. Por el contrario, son muchos los que piensan con el Papa que si los derechos humanos no se fundamentan s?lidamente no tienen capacidad para cumplir su misi?n.

Es una contradicci?n proclamar unos derechos como absolutos y fundamentarlos de modo relativo, dejando a cada cual para que aporte su propia justificaci?n. No hay que sorprenderse de una pr?ctica que ha sido habitual para evadir las obligaciones por parte de los Estados: ante las exigencias que perjudican sus intereses, resulta f?cil negar o relegar uno de los derechos.

Benedicto XVI propone otro camino: si los derechos humanos importan, se valorar?n muy positivamente aquellas fundamentaciones que sean m?s s?lidas. Tras el fracaso de proponer la fundamentaci?n de los derechos humanos desde la l?gica laicista excluyente del actuar como si Dios no existiera, el Santo Padre propone la l?gica de una laicidad integradora de la sabidur?a religiosa.

Ello ayuda a una correcta relaci?n entre los derechos y los deberes. La m?s s?lida garant?a de los derechos humanos es el cumplimiento de los deberes de justicia de los unos con respecto a los otros. El Papa al respecto recuerda una hermosa expresi?n del Mahatma Gandhi: El Ganges de los derechos desciende del Himalaya de los deberes.

Una cultura meramente reivindicativa de los derechos pone entre par?ntesis la importancia de que todas las personas cumplamos nuestros deberes con el pr?jimo. Y ning?n derecho queda efectivamente garantizado si no se cumplen los correlativos deberes que le dotan de sentido. El derecho a la vida, a la libertad, a la educaci?n y tantos otros solo se garantizan de verdad si todos nos comprometemos en respetar y promover la vida, la libertad, la educaci?n y los dem?s derechos de nuestros semejantes.

El segundo beneficio de su s?lida fundamentaci?n es la defensa de los derechos humanos frente a sus continuos ataques. Las ambig?edades en la interpretaci?n de los derechos tienen su origen en concebir a la persona con unos derechos siempre negociables, tanto en los contenidos como en el espacio y el tiempo de su aplicaci?n. La l?gica de la negociaci?n deja en manos del m?s fuerte, o del mejor situado, decidir qu? derechos va a respetar, hasta qu? punto, con qu? contenidos, para qui?nes, d?nde y cu?ndo. Y este modo de pensar se aleja radicalmente de la m?xima ideal de ?todos los derechos para todos?.

Los derechos s?lo se aplican con eficacia all? donde la persona humana es caracterizada con una dignidad permanente y por derechos siempre v?lidos, para todos y en cualquier lugar. Quien relativiza los fundamentos de los derechos humanos acaba relativizando los mismos derechos, y conceptos como ?proceso de paz?, ?tolerancia? o ?soluciones pol?ticas para los terroristas? se convierten en palabras huecas y tan relativas que s?lo pueden ser consideradas como un billete de viaje falso para intentar llegar a destinos inciertos. La paz, la vida humana y el respeto por las v?ctimas es un compromiso de cada cristiano que no admite relativismos.

Con mi bendici?n y afecto,

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Mensaje de Benedicto XVI para la Cuaresma 2007, distribuido el martes, 13 de Febrero de 2007, por la Santa Sede, con el t?tulo ?Mirar?n al que traspasaron? (Juan 19,37).



?Queridos hermanos y hermanas!
?Mirar?n al que traspasaron? (Jn 19,37). ?ste es el tema b?blico que gu?a este a?o nuestra reflexi?n cuaresmal. La Cuaresma es un tiempo propicio para aprender a permanecer con Mar?a y Juan, el disc?pulo predilecto, junto a Aquel que en la Cruz consuma el sacrificio de su vida para toda la humanidad (cf. Jn 19,25). Por tanto, con una atenci?n m?s viva, dirijamos nuestra mirada, en este tiempo de penitencia y de oraci?n, a Cristo crucificado que, muriendo en el Calvario, nos ha revelado plenamente el amor de Dios. En la Enc?clica Deus caritas est he tratado con detenimiento el tema del amor, destacando sus dos formas fundamentales: el agap? y el eros.

El amor de Dios: agap? y eros
El t?rmino agap? , que aparece muchas veces en el Nuevo Testamento, indica el amor oblativo de quien busca exclusivamente el bien del otro; la palabra eros denota, en cambio, el amor de quien desea poseer lo que le falta y anhela la uni?n con el amado. El amor con el que Dios nos envuelve es sin duda agap? . En efecto, ?acaso puede el hombre dar a Dios algo bueno que ?l no posea ya? Todo lo que la criatura humana es y tiene es don divino: por tanto, es la criatura la que tiene necesidad de Dios en todo. Pero el amor de Dios es tambi?n eros. En el Antiguo Testamento el Creador del universo muestra hacia el pueblo que ha elegido una predilecci?n que trasciende toda motivaci?n humana. El profeta Oseas expresa esta pasi?n divina con im?genes audaces como la del amor de un hombre por una mujer ad?ltera (cf. 3,1-3); Ezequiel, por su parte, hablando de la relaci?n de Dios con el pueblo de Israel, no tiene miedo de usar un lenguaje ardiente y apasionado (cf. 16,1-22). Estos textos b?blicos indican que el eros forma parte del coraz?n de Dios: el Todopoderoso espera el ?s?? de sus criaturas como un joven esposo el de su esposa. Desgraciadamente, desde sus or?genes la humanidad, seducida por las mentiras del Maligno, se ha cerrado al amor de Dios, con la ilusi?n de una autosuficiencia que es imposible (cf. Gn 3,1-7). Repleg?ndose en s? mismo, Ad?n se alej? de la fuente de la vida que es Dios mismo, y se convirti? en el primero de ?los que, por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud? (Hb 2,15). Dios, sin embargo, no se dio por vencido, es m?s, el ?no? del hombre fue como el empuj?n decisivo que le indujo a manifestar su amor en toda su fuerza redentora.

La Cruz revela la plenitud del amor de Dios
En el misterio de la Cruz se revela enteramente el poder irrefrenable de la misericordia del Padre celeste. Para reconquistar el amor de su criatura, ?l acept? pagar un precio muy alto: la sangre de su Hijo Unig?nito. La muerte, que para el primer Ad?n era signo extremo de soledad y de impotencia, se transform? de este modo en el acto supremo de amor y de libertad del nuevo Ad?n. Bien podemos entonces afirmar, con san M?ximo el Confesor, que Cristo ?muri?, si as? puede decirse, divinamente, porque muri? libremente? (Ambigua, 91, 1956). En la Cruz se manifiesta el eros de Dios por nosotros. Efectivamente, eros es ?como expresa Pseudo-Dionisio Areopagita? esa fuerza ?que hace que los amantes no lo sean de s? mismos, sino de aquellos a los que aman? (De divinis nominibus, IV, 13: PG 3, 712). ?Qu? mayor ?eros loco? (N. Cabasilas, Vida en Cristo, 648) que el que trajo el Hijo de Dios al unirse a nosotros hasta tal punto que sufri? las consecuencias de nuestros delitos como si fueran propias?

?Al que traspasaron?
Queridos hermanos y hermanas, ?miremos a Cristo traspasado en la Cruz! ?l es la revelaci?n m?s impresionante del amor de Dios, un amor en el que eros y agap?, lejos de contraponerse, se iluminan mutuamente. En la Cruz Dios mismo mendiga el amor de su criatura: ?l tiene sed del amor de cada uno de nosotros. El ap?stol Tom?s reconoci? a Jes?s como ?Se?or y Dios? cuando puso la mano en la herida de su costado. No es de extra?ar que, entre los santos, muchos hayan encontrado en el Coraz?n de Jes?s la expresi?n m?s conmovedora de este misterio de amor. Se podr?a incluso decir que la revelaci?n del eros de Dios hacia el hombre es, en realidad, la expresi?n suprema de su agap?. En verdad, s?lo el amor en el que se unen el don gratuito de uno mismo y el deseo apasionado de reciprocidad infunde un gozo tan intenso que convierte en leves incluso los sacrificios m?s duros. Jes?s dijo: ?Yo cuando sea elevado de la tierra, atraer? a todos hacia m?? (Jn 12,32). La respuesta que el Se?or desea ardientemente de nosotros es ante todo que aceptemos su amor y nos dejemos atraer por ?l. Aceptar su amor, sin embargo, no es suficiente. Hay que corresponder a ese amor y luego comprometerse a comunicarlo a los dem?s: Cristo ?me atrae hacia s?? para unirse a m?, para que aprenda a amar a los hermanos con su mismo amor.

Sangre y agua
?Mirar?n al que traspasaron?. ?Miremos con confianza el costado traspasado de Jes?s, del que sali? ?sangre y agua? (Jn 19,34)! Los Padres de la Iglesia consideraron estos elementos como s?mbolos de los sacramentos del Bautismo y de la Eucarist?a. Con el agua del Bautismo, gracias a la acci?n del Esp?ritu Santo, se nos revela la intimidad del amor trinitario. En el camino cuaresmal, haciendo memoria de nuestro Bautismo, se nos exhorta a salir de nosotros mismos para abrirnos, con un confiado abandono, al abrazo misericordioso del Padre (cf. S. Juan Cris?stomo, Catequesis, 3,14 ss.). La sangre, s?mbolo del amor del Buen Pastor, llega a nosotros especialmente en el misterio eucar?stico: ?La Eucarist?a nos adentra en el acto oblativo de Jes?s? nos implicamos en la din?mica de su entrega? (Enc. Deus caritas est, 13). Vivamos, pues, la Cuaresma como un tiempo ?eucar?stico?, en el que, aceptando el amor de Jes?s, aprendamos a difundirlo a nuestro alrededor con cada gesto y palabra. De ese modo contemplar ?al que traspasaron? nos llevar? a abrir el coraz?n a los dem?s reconociendo las heridas infligidas a la dignidad del ser humano; nos llevar?, particularmente, a luchar contra toda forma de desprecio de la vida y de explotaci?n de la persona y a aliviar los dramas de la soledad y del abandono de muchas personas. Que la Cuaresma sea para todos los cristianos una experiencia renovada del amor de Dios que se nos ha dado en Cristo, amor que por nuestra parte cada d?a debemos ?volver a dar? al pr?jimo, especialmente al que sufre y al necesitado. S?lo as? podremos participar plenamente de la alegr?a de la Pascua. Que Mar?a, la Madre del Amor Hermoso, nos gu?e en este itinerario cuaresmal, camino de aut?ntica conversi?n al amor de Cristo. A vosotros, queridos hermanos y hermanas, os deseo un provechoso camino cuaresmal y, con afecto, os env?o a todos una especial Bendici?n Apost?lica.

Vaticano, 21 de noviembre de 2006

BENEDICTUS PP. XVI

[Traducci?n distribuida por la Santa Sede
? Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

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REFLEXI?N DE MONS. H?CTOR AGUER,
Arzobispo de La Plata
en el programa ?Claves para un Mundo Mejor? (Canal 9)


LA FAMILIA ES LA
PRIMERA FUENTE DE LA EDUCACI?N



?Desde el 17 al 20 de enero pasado estuve en Roma participando de la reuni?n plenaria de la Pontificia Comisi?n para Am?rica Latina que es un organismo de la Curia Romana creada por el Papa P?o XII para ocuparse de toda la tem?tica relacionada con la evangelizaci?n de Am?rica Latina?.

?La reuni?n plenaria de este a?o ten?a como tem?tica y lema "La Familia y la Educaci?n Cristiana en Nuestro Continente" que es una cuesti?n de m?xima actualidad. No solo eso, sino que permite descubrir problemas fundamentales de la evangelizaci?n y de la cultura de los pueblos americanos. Fueron varios d?as de trabajo que culminaron con un formidable encuentro con el Santo Padre Benedicto XVI?.

?Todos sabemos muy bien que la familia es la primera escuela en la formaci?n integral de la persona humana. Mucho antes de que el ni?o acceda a la primera instrucci?n elemental o incluso a la catequesis en una parroquia o en un colegio cat?lico es en la familia donde debe recibir los fundamentos de la cultura humana y de la fe?.

?Podemos pensar en aquellos valores elementales que hacen a la ubicaci?n del hombre en el mundo: el respeto, el trato con los dem?s, el sentido de la generosidad, la posibilidad de integrarse adecuadamente en una comunidad determinada, los distintos ambientes donde el ni?o empieza a sociabilizarse como se dice habitualmente y luego, tambi?n, es en la familia donde el ni?o recibe los rudimentos de la fe?.

?A veces observamos que cuando inicia un chico de 8, 9 o 10 a?os el proceso catequ?stico para completar la iniciaci?n cristiana ni siquiera sabe hacerse la se?al de la cruz o ignora las oraciones fundamentales?.

??Es en la familia donde se orienta el camino de una persona humana!
Y los expertos aseguran que es en los primeros a?os de vida, incluso antes de los 6 a?os, cuando se configura de un modo casi definitivo esa personalidad. ?C?mo se hace en un contexto social y cultural como el que vivimos para que la familia asuma en plenitud esta misi?n que es un derecho y un deber?

?Nuestra cultura de hoy no ayuda precisamente a eso. Todo lo que hace fortalece al debilitamiento interior de la familia, a la quiebra de la unidad familiar, la preocupaci?n a veces imprescindible por sobrevivir en un contexto econ?mico y social muy negativo, la formaci?n escasa de padres y madres para educar a sus hijos.?

?Todo esto hace necesario una revisi?n de aquellas posibilidades concretas que la familia tenga para llevar adelante, con ?xito, la formaci?n de sus hijos y tambi?n hace que el papel subsidiario del Estado no se entrometa indebidamente sino que custodie con equidad aquella situaci?n para ayudar a la familia a que pueda desarrollarse de un modo adecuado y hacerse cargo ella de esta educaci?n?.

?En los temas mas delicados se da, hoy, una intromisi?n de los medios de comunicaci?n, de otras instituciones y aun del mismo del Estado. Intromisiones indebidas como, por ejemplo, en la intimidad de la formaci?n de la persona, es necesario que la familia redescubra su papel y su misi?n. Tenemos que hacer todo lo posible desde la acci?n pastoral de la Iglesia para ayudar a los padres a que puedan hacerse cargo de esta misma misi?n de un modo adecuado?.

?Hoy habr?a que volver a pensar en Escuelas para Padres, no tratando como si fueran menores de edad a los padres de familia pero si para ayudarles buenamente a que adviertan la seriedad, la gravedad de su papel y puedan cumplirlo como corresponde?.

?Todo esto, detenidamente, lo hemos analizado en esa Pontificia Comisi?n para Am?rica Latina y creo que viene bien pensarlo ahora entre nosotros. Dios mediante, hasta la semana que viene?

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EUROPA/ESPA?A - ?Acoger, comprender, acompa?ar al enfermo?: ecos de la celebraci?n de la Jornada Mundial del Enfermo

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Terminaron ayer, 11 de febrero, en Se?l, las celebraciones por la XV Jornada Mundial del Enfermo, focalizada este a?o en las enfermedades incurables.
En todo el mundo, ya durante la semana, han sido diversas las iniciativas para celebrar la Jornada, y algunas continuar?n todav?a durante los pr?ximos d?as.
En Espa?a, las Delegaciones de la pastoral de la salud de Tarrega han promovido la iniciativa ?La pastoral de la salud en el nuevo contexto socio-sanitario. Acoger, comprender, acompa?ar? para comenzar una reflexi?n sobre los grandes cambios que se han verificado en el ?mbito de la pastoral sanitaria desde que, hace veinte a?os, fue aprobada la Ley Sanitaria (1986) y desde que se celebr? el Congreso ?Iglesia y Salud? (1996).
??Acoger, comprender y acompa?ar? exige que los cristianos nos acerquemos a los enfermos con respeto y amor, superando toda tentaci?n de paternalismo, y dejando que el enfermo sea el protagonista?, dijo Mons. Joan-Enric Vives, Obispo de Urgell. ?La comunidad cristiana siempre ha mostrado una atenci?n particular a los enfermos y al mundo del sufrimiento en sus m?ltiples manifestaciones. En el contexto de tan larga tradici?n, la Iglesia universal celebra esta Jornada con esp?ritu de servicio renovado, convirti?ndola en una ocasi?n peculiar para profundizar en la actitud de acogida y de escucha comprensiva, de reflexi?n y de compromiso real de acompa?amiento y ayuda, ante el gran misterio del dolor y de la enfermedad?, destac? el Obispo.
Mons. Jos? Manuel Lorca Planes, Obispo de Teruel y Albarrac?n, invit? a los fieles a reflexionar sobre lo que dec?a Juan Pablo II, es decir que ?los enfermos podr?an salvar al mundo?. Mons. Lorca Planes record? que el Catecismo de la Iglesia Cat?lica afirma que: ?Con mucha frecuencia, la enfermedad empuja a una b?squeda de Dios, un retorno a ?l? (n. 1501).
La Delegaci?n Diocesana para la Pastoral de la Salud de Zamora, celebr? en Lourdes una Eucarist?a presidida por el Obispo de la misma Di?cesis. Ma?ana, 13 de febrero, el Delegado Episcopal de la Pastoral de la Salud de la Arquidi?cesis de Madrid tendr? una conferencia sobre ?El Hospital de ayer a hoy en la Pastoral de la Salud?.
La di?cesis espa?ola de ?vila ha profundizado sobre problemas de bio?tica de la reproducci?n humana asistida. La directora del secretariado diocesano para la pastoral de la salud, Marisol Carpintero, destac? que ?se debe defender la vida de la persona desde la concepci?n hasta su muerte natural?, y a?adi? que la actitud de la Iglesia Cat?lica ?es un freno a tantas atrocidades que se pueden cometer. Cuando la persona cree tener en las propias manos los instrumentos para manipular al hombre, lo asesina?. ?El enfermo debe saber que tiene el derecho de participar a las decisiones que tocan su propia vida?. (AP) (12/2/2007 Agencia Fides)

VATICANO - Presentado al Santo Padre el Anuario Pontificio 2007: aumentan los cat?licos en ?frica, Asia y Am?rica; m?s sacerdotes en ?frica y Asia

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El Anuario Pontificio 2007 ha sido presentado esta ma?ana al Santo Padre por el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado, y por Su Exc. Mons. Leonardo Sandri, Sustituto de la Secretar?a de Estado para los Asuntos Generales. La redacci?n del nuevo Anuario ha estado a cargo de Mons. Vittorio Formenti, encargado de la Oficina Central de Estad?stica de la Iglesia y del equipo de colaboradores.
Seg?n el comunicado difundido por la Sala de Prensa de la Santa Sede, durante el 2006 han sido erigidas por el Santo Padre 12 nuevas sedes obispales; han sido constituidas 9 sedes Metropolitanas y 1 Administraci?n Apost?lica. En total han sido nombrados 180 nuevos Obispos. Los datos estad?sticos referidos al 2005, permiten sintetizar los aspectos principales de la presencia y de la acci?n pastoral en la Iglesia Cat?lica en las 2915 circunscripciones eclesi?sticas de todo el mundo.
Desde el 2004 al 2005 los cat?licos en el mundo han pasado a ser de 1.098 millones a 1.115 millones, con un aumento del 1,5%. Dado que tal crecimiento relativo resulta cercano al de la poblaci?n mundial (1,2%), la presencia de los cat?licos en mundo resulta sustancialmente invariable (17,20%). El an?lisis geogr?fico de las variaciones en el bienio muestra un aumento del 3,1% de cat?licos en ?frica, cuya poblaci?n ha aumentado en poco menos del 2,5%. Tambi?n en los continentes asi?tico y americano se ha registrado un aumento de cat?licos superior al de la poblaci?n mundial (2,71 % contra el 1,18 % para Asia y 1,2 % contra el 0,9 % para Am?rica). En Europa se asiste a un leve aumento de los cat?licos y a una inmovilidad de la poblaci?n presente.
El n?mero de sacerdotes, tanto diocesanos como religiosos, ha pasado en el bienio 2004-2005 de 405.891 a 406.411, con un aumento relativo del 0,13 %. Mientras que se ha dado un importante incremento para Asia y para ?frica, donde se registra un + 3,80 % y un + 3,55 % respectivamente; Europa y Am?rica presentan una flexi?n de aproximadamente medio punto porcentual, y Ocean?a presenta un calo del 1,8 %. La distribuci?n porcentual de sacerdotes por continente evidencia leves cambiamientos en el bienio considerado. ?frica y Asia contribu?an en el 2004 al 19,58% del total mundial; en el 2005 su cuota ha aumentado al 20,28 %. Am?rica mantiene un porcentaje del 29,8% mientras Ocean?a permanece relativamente estable en su cuota de poco m?s del 1%. El ?nico continente que ha visto disminuir la propia cuota es Europa: en el 2004 los 199.978 sacerdotes europeos representaban casi el 49,3% del total del grupo eclesi?stico, mientras que un a?o m?s tarde han descendido al 48,8 %.
El n?mero de los estudiantes de filosof?a o teolog?a en los seminarios diocesanos o religiosos ha pasado de 113.044 en el 2004 a 114.439 en el 2005. Globalmente, en el bienio, se ha tenido una tasa de crecimiento del 1,23 %. Tal variaci?n relativa ha sido positiva en ?frica (3,46 %), en Asia (2,90 %) y en Am?rica (0,6 %), mientras que Europa ha registrado un decrecimiento del 1,9 %. El n?mero de seminaristas en Ocean?a se ha estabilizado en torno a 950. En el 2005, de 100 candidatos al sacerdocio en todo el mundo, 32 eran americanos, 26 asi?ticos, 221 africanos, 20 europeos y 1 de Ocean?a. (S.L.) (Agencia Fides 12/2/2007)

VATICANO - El Santo Padre a los enfermos reunidos en la Bas?lica Vaticana: ?Que nunca nadie, especialmente quien se encuentra en condiciones de sufrimiento, se sienta solo y abandonado?

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - En la tarde del domingo 11 de febrero, Memoria de la Virgen de Lourdes, el Card. Camillo Ruini, Vicario General de Su Santidad para la Di?cesis de Roma, celebr? en la Bas?lica Vaticana la Santa Misa para los enfermos de la Unitalsi y los peregrinos de la Opera Romana Pellegrinaggi, con ocasi?n de la XV Jornada Mundial del Enfermo, que este a?o tiene por tema: ?El cuidado pastoral y espiritual de los enfermos con enfermedades incurables?. Terminada la Celebraci?n Eucar?stica, el Santo Padre Benedicto XVI se dirigi? a la Bas?lica para bendecir a los enfermos y dirigirles un breve discurso antes de participar en la procesi?n mariana.
Tras haber saludado a los presentes, el Santo Padre se dirigi? a los enfermos, a sus familiares y a los voluntarios, invit?ndolos a unirse junto con ?l ?con aquellos que este mismo d?a participan en la Jornada Mundial del Enfermo que se realiza en la ciudad de Se?l, en Corea?. Recordando la fiesta de Nuestra Se?ora de Lourdes y las apariciones de la Virgen a una simple joven como Santa Bernardetta Soubirous, el Papa resalt? que ?los peque?os, los pobres, son los predilectos de Dios y a ellos les es revelado el misterio del Reino de los cielos?. Prosigui? diciendo: ?Mar?a, que con su fe ha acompa?ado al Hijo hasta la cruz, que fue asociada por un designio misterioso a los sufrimientos de Cristo, su Hijo, jam?s se cansa de exhortarnos a vivir y a compartir con serena confianza la experiencia del dolor y de la enfermedad, ofreci?ndola con fe al Padre, completando as? aquello que falta a los sufrimientos de Cristo en nuestra carne?.
Anticipando la procesi?n que cada a?o hace revivir en la Bas?lica Vaticana el clima que se crea entre peregrinos y devotos en Lourdes, el Papa dijo a los enfermos: ?El cirio, que ten?is encendido entre las manos, sea tambi?n para vosotros, queridos hermanos y hermanas, el signo de un sincero deseo de caminar con Jes?s, fulgor de la paz que esclarece las tinieblas y nos impulsa, a su vez, a ser luz y apoyo para quien vive a nuestro costado. Que nunca nadie, especialmente quien se encuentra en condiciones de sufrimiento, se sienta solo y abandonado. Os encomiendo a todos a la Virgen Mar?a. Ella, tras haber conocido indecibles sufrimientos, ha sido elevada al Cielo, donde nos espera y donde tambi?n nosotros esperamos poder compartir un d?a la gloria de su divino Hijo, la alegr?a sin fin?. (S.L.) (Agencia Fides 12/2/2007)

Lunes, 12 de febrero de 2007
Homil?a de Mons. Luis T. St?ckler,
Obispo de Quilmes (CEA)

Catedral de Quilmes, 4 de febrero del 2007


LOS MEDIOS POBRES



En este a?o leemos en las misas dominicales el Evangelio seg?n San Lucas. Domingo por domingo vamos a seguirle la pista a este autor que proven?a del mundo pagano y que recalca la obra salvadora de Cristo a favor de todos los pueblos. Lo presenta a Cristo como el centro de la historia de la humanidad. La intenci?n del evangelista a lo largo de los 24 cap?tulos de su libro se comprende, cuando se tiene presente el desenlace final, es decir, la resurrecci?n y la ascensi?n del Cristo, que revelan que ?l es el Se?or. Sabiendo esto, nos asombra tanto m?s el modo c?mo Jes?s evangeliza. Pareciera que prefer?a ocultar su poder en vez de manifestarlo. Ten?a una preferencia por lo peque?o y humilde. As?, con San Lucas, vamos descubriendo las consecuencias de la verdad fundamental de nuestra fe cristiana, que Dios se ha hecho hombre.

Los textos b?blicos de hoy nos hacen tomar conciencia de que la Palabra con may?scula, por la cual todo fue creado y cuyo efecto repercute hasta el ?ltimo l?mite del universo, se ha sometido totalmente a las condiciones del ser humano. Para comunicarse, lo hace de manera tan pobre que su voz alcanza apenas a los que est?n cerca de ?l. ?La multitud se amontonaba alrededor de Jes?s para escuchar la Palabra de Dios?. Impresiona esta imagen de la gente que asediaba al Se?or ?vidamente para no perderse ni una palabra que sal?a de su boca. Se daban cuenta de que su ense?anza era importante, y solamente escuch?ndolo a ?l pod?an recibirla. Cristo respond?a a esta necesidad con las posibilidades de su tiempo, habl?ndoles desde una barca y aprovechando el aumento de su voz por el reflejo del agua, para que la multitud lo pudiera o?r. Evidentemente, lo que importa no es el volumen de su voz que se apagaba cuando ?termin? de hablar?, sino la fe con que el oyente guarda la palabra en su coraz?n, y por sobre todo la pone en pr?ctica. El Se?or no impone su voluntad, sino apela a la colaboraci?n. El prefiere la debilidad de la sugerencia, la invitaci?n suave que respeta la libertad del otro. Y es cuando es aceptada su propuesta que la palabra manifiesta su poder.

Lo que puede pasar entonces, lo vemos en el episodio que sigue en el relato de hoy.?Navega mar adentro, y echen las redes?, le dijo Jes?s a Pedro. Un entendido de la pesca como Pedro sabe que a la luz del sol no se echan las redes. Pero Pedro lo hizo igual, porque confiaba en la palabra del Maestro. El resultado impresionante provoc? en ?l y sus compa?eros el santo temor; ellos percib?an que estaban en presencia del Se?or. Pedro se ech? a los pies de Jes?s y le rogaba que se alejara de ?l que era un pecador. Nos asombra la reacci?n de Cristo quien no solo no se alej? de ellos, como lo ped?an, sino los invit? a no temer y ser pescadores de hombres. Y ellos, confiando nuevamente en su palabra, ?abandon?ndolo todo, lo siguieron?. La encarnaci?n de la Palabra llega hasta la consecuencia de abandonarse y esconderse en la palabra de estos hombres pecadores, haci?ndolos participar en su misi?n. Cristo opta aqu? de vuelta por lo peque?o, por lo que aparentemente no tiene valor. Lo que se lee en nuestras asambleas es precisamente la ense?anza de los ap?stoles, redactada bajo la gu?a del Esp?ritu Santo. Y ha sido la voluntad del Se?or que a partir los ap?stoles su palabra fuera trasmitida a trav?s de los tiempos hasta el d?a de hoy por sus sucesores, que son hombres tan d?biles como ellos.

Por eso, cuando nos reunimos en la misa dominical, tenemos la certeza de que la palabra anunciada es ?Palabra de Dios? y ?Palabra del Se?or?. Y tenemos la seguridad que esta palabra manifiesta su poder si es aceptada con fe, como en aquel entonces, cuando Pedro ech? las redes. El Se?or produce portentos llamativos tambi?n hoy, donde hay gente realmente creyente. Las m?ltiples canonizaciones de los tiempos recientes son una prueba fehaciente de ello.

Pidamos a Dios que nos haga d?ciles a su palabra y nos anime a abandonarlo todo lo que impide en nuestra vida el verdadero seguimiento de Jes?s.

Luis T. St?ckler

Obispo de Quilmes

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Colocamos en el blog art?culo publicado en el Bolet?n n?mero 165, Octubre-Diciembre, de Manos Unidas en la secci?n "INFORME".

Cuidadores de toda la creaci?n


Cuidar la vida. Este es el eje de los mensajes de la campa?a XLVII de Manos Unidas, durante el a?o 2006. En este sentido hay un aspecto que merece ser tratado porque est? en el trasfondo de todo lo dem?s. No podemos cuidar la vida de los otros, de todas las personas que nos rodean, si no cuidamos de la vida toda.

Los analistas sist?micos dicen que la mejor manera de tratar de entender el comportamiento de la naturaleza y sus necesidades es abord?ndolo como un sistema vivo, donde todo est? en un orden concreto y las relaciones de dependencia y equilibrio son precisas e imprescindibles para su mantenimiento.

No hace falta, sin embargo, ser sist?mico para darse cuenta de lo verdadero de esa afirmaci?n. Todo a nuestro alrededor se muestra como un conjunto ordenado, al que los malos tratos, la desidia irresponsable en su cuidado o los abusos pueden hacer un da?o irreparable.

Para nosotros, la creaci?n nos remite a Dios y desde las primeras palabras del libro del G?nesis se nos invita a su cuida-do. Pero la naturaleza, nuestro ambiente natural, est? grave-mente da?ada.

UN PROBLEMA PLANETARIO
QUE EXIGE SOLUCIONES GLOBALES


Definir el concepto de vida es dif?cil, pero sabemos que es lo m?s importante para nosotros y para lo que nos rodea. Todo lo que nos permite estar aqu?, haber nacido, crecer, reproducirnos, pensar, amar,... es estar en medio de la vida. Las necesidades de los otros seres vivos son como las nuestras. Necesidad de respirar, de alimentarse, de encontrar cuidado para permanecer y mostrarse cada vez m?s hermoso.

La ecolog?a ha pasado a un primer plano cuando hemos sido conscientes de que algo le estaba pasando al mundo en el que nos movemos. El deterioro de la vida, la extinci?n de las especies, el aumento de las cat?strofes, nos deja a todos con gran incertidumbre sobre nuestro propio futuro en la tierra y sobre el futuro de la tierra misma.

Siempre que ha habido vida, ha habido muerte en el planeta. La alerta salta cuando
nos damos cuenta de que el ritmo de muerte, desa?parici?n o deterioro es mucho m?s r?pido e incontrolado que nunca. Y, sobre todo, cuando caemos en la cuenta de que tenemos algo de responsabilidad en lo que est? ocurriendo y que algo podemos hacer. La cuesti?n eco/?gica es un problema planetario. Aunque los impactos identificados son locales y nacionales, afectan a todo el planeta y deben ser afrontados con soluciones globales.

Los analistas sist?micos mantienen que todo sistema admite un nivel de sobrecarga fruto de la acci?n humana que, si se supera, es pr?cticamente imposible la vuelta atr?s y se va directamente al fin. Con el t?rmino sobrecarga se hace referencia a la superaci?n de los l?mites al crecimiento, que se definen en funci?n de la disponibilidad de los recursos, la capacidad de esos recursos para ser regenerados y la competencia entre las especies. Parece que estamos a punto de sobrepasar esos l?mites, porque hemos concedido prioridad al crecimiento econ?mico, sin tener en cuenta el equilibrio ni el res-peto que se necesita. No queremos decir que el crecimiento sea malo, sino que debe tener l?mites y ser equitativo y sostenible. Todos los seres dependen unos de otros. Por eso, el problema ecol?gico debe ser entendido desde la interdependencia y la interrelaci?n. Las especies que han muerto no van a revivir y lo que se ha destruido no se puede volver a crear; la transformaci?n ambiental que se produce es totalmente irreversible. A pesar de todo, creemos que a?n hay posibilidad de parar el ritmo de deterioro. Creemos que todav?a nuestro mundo es una casa acogedora en la que todas las criaturas vivas pueden desenvolverse. El regalo de la vida todav?a puede abrirse
en medio de este preocupante entorno.

ALGUNOS DATOS PARA PENSAR

Desde hace unos a?os, la comunidad internacional se muestra sensible a la situaci?n que presenta el planeta. Recogemos algunos datos que ejemplifiquen esta situaci?n: Entre 1980 y 2000 se ha perdido el 25% de la superficie de los manglares. Los manglares son bosques costeros que se con?sideran dentro de los ecosistemas m?s valiosos y diversos del planeta porque son fundamentales en la protecci?n de las cos?tas frente a fen?menos clim?ticos, como los tsunamis. Cuando menguan, tambi?n lo hace su capacidad de protec?ci?n. Su destrucci?n o degradaci?n se ha debido sobre todo al cultivo de langostinos, que ha crecido al ritmo de su consumo en los pa?ses desarrollados. Espa?a es el primer importador europeo de este marisco.

La d?cada de los noventa se ha definido como la m?s c?lida del segundo milenio. Esto tiene que ver con el calentamiento global de la tierra y el cambio clim?tico que trae aparejado. El efecto invernadero es un fen?meno atmosf?rico natural que permite mantener la temperatura del planeta, al retener parte de la energ?a proveniente del sol; sin esta capa la temperatura mundial ser?a 30? C m?s baja. En el ?ltimo siglo, la concentraci?n de anh?drido carb?nico y otros gases invernadero en la atm?sfera ha ido creciendo constantemente debido a la actividad humana.

En primer lugar, a comienzos de siglo, por la quema de grandes masas de vegetaci?n para ampliar las tierras de cultivo. Seg?n el Fondo Mundia/ para e/ Medio Ambiente, en los a?os noventa se han destruido 90'4 millones de hect?reas de bosque, casi 25.000 hect?reas por d?a, en el mundo. S?lo en el a?o 2005 se han deforestado m?s de 26 mil kil?metros cua?drados de la amazon?a brasile?a (la superficie de la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares juntas), por ejemplo.

En segundo lugar, en los ?ltimos decenios, por el uso masivo de combustibles f?siles como el petr?leo, el carb?n y el gas natural para obtener energ?a, y por los procesos industriales.

Actualmente, tanto las emisiones de gases como la deforestaci?n se han incrementado hasta tal nivel que parece dif?cil que se reduzcan a corto y medio plazo, por las implicaciones t?cnicas y econ?micas de las actividades involucradas.

Esto ha provocado la intensificaci?n del fen?meno y el con?secuente aumento de la temperatura global, el derretimiento de los hielos polares y el aumento del nivel de los oc?anos. De acuerdo al Panel Intergubernamental sobre Cambio Clim?tico de Naciones Unidas, una duplicaci?n de los gases de efecto invernadero incrementar?a la temperatura terrestre entre 1 y 3,5 grados cent?grados. Aunque no parezca mucho, es equivalente a volver a la ?ltima glaciaci?n pero en la direcci?n inversa. Por otro lado, el aumento de temperatura ser?a el m?s r?pido en los ?ltimos 100.000 a?os, haciendo muy dif?cil que los ecosistemas del mundo se adaptasen. Esto podr?a, en los pr?ximos 45 a?os, aumentar el nivel del mar lo suficiente como para inundar ciudades costeras en zonas bajas y deltas de r?os, o hacer desaparecer islas enteras. Tambi?n alterar?a dr?stica-mente la producci?n agr?cola internacional y los sistemas de intercambio comercial.

El cambio clim?tico, adem?s, podr?a a?adir entre 15 y 37 por ciento de las especies existentes a la ya larga lista de especies en peligro de extinci?n, en los pr?ximos 50 a?os. Los cient?ficos se muestran confiados en que todav?a hay tiempo para revertir la actual situaci?n si se emprenden acciones colectivas. El cambio clim?tico, la alteraci?n de los flujos de los r?os, los desarrollos costeros, la contaminaci?n y otros facto-res est?n contribuyendo a la modificaci?n del h?bitat y a los cambios en las comunidades de agua dulce y costeras.

LO M?S PREOCUPANTE:
LA AGRICULTURA Y EL AGUA


Seg?n el informe final de la Evaluaci?n Mundial de Aguas Internacionales de 2006 (elaborado por un grupo de mil expertos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA) la agricultura en general ocupa el primer puesto dentro de las preocupaciones clave relacionadas con el agua en el mundo. Durante los ?ltimos decenios, el volumen de agua disponible para las personas ha disminuido dr?stica-mente; actualmente la contaminaci?n del agua causa la muerte a 2,2 millones de personas por a?o, en los pa?ses en v?as de desarrollo. Dice el informe antes citado que, a nivel mundial, ha habido un incremento en la demanda de productos agr?colas y una tendencia hacia alimentos que consumen mucha agua, como la carne en lugar de vegetales, y frutas en lugar de cereales. Esta constataci?n resulta de la evaluaci?n de las tendencias actuales y futuras del agua dulce y de las aguas costeras de aproximadamente 66 ?reas h?dricas transfronterizas, asociadas en su mayor?a a pa?ses en v?a de desarrollo.

Otro tema que se destaca es el de los acu?feros, que representan el vac?o de informaci?n m?s grande, lo cual es un obst?culo significativo para una administraci?n efectiva del agua, dada la creciente dependencia mundial del agua subterr?nea. Tambi?n se subraya el da?o a las aguas internacionales como consecuencia de la pesca exce?siva y m?todos de pesca destructivos.

Casi una tercera parte de los equipos regionales mencionaron que la modificaci?n en los flujos de agua es una grave consecuencia de la escasez de la misma. Las modificaciones incluyen la construcci?n de presas, desv?os en los r?os, trasvases de agua y otras estructuras dise?adas para el suministro de agua y energ?a. Estas modificaciones tienen consecuencias muy adversas en los ecosistemas h?dricos y pueden causar m?s escasez.

Seg?n Klaus Toepfer, Director Ejecutivo del PNUMA, "superar la pobreza y lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio acordados internacionalmente requiere que busquemos m?s arduamente la manera de manejar el mundo natural. Exige que le demos m?s valor al capital natural de bosques y pastizales, hasta a los h?bitats de agua dulce y costeros".

PODEMOS CAMBIARLO

La situaci?n, tal como acabamos de describirla, puede cau?sar ciertamente aprensi?n y un sentimiento de que no hay mucho que nosotros podamos hacer. Manos Unidas siempre ha cre?do que el cuidado de la vida es nuestra tarea principal. Lo que nos rodea es vida y es necesario para la vida. Muchos autores, pol?ticos, cient?ficos, responsables de ONG, est?n de acuerdo en que el mayor desastre ecol?gico es la pobreza. La amplitud de la crisis ecol?gica mundial es tan enorme que pone en peligro la propia existencia del ser humano. Sobre todo porque agrava la pobreza de los m?s pobres.

Desde su fundaci?n, en 1960, Manos Unidas ha tenido como objetivo acabar con la pobreza y las causas que la producen. Los pr?ximos ocho a?os, con los Objetivos de Desarrollo del Milenio como tel?n de fondo, tambi?n vamos a seguir trabajando para erradicar la miseria de nuestro mundo. Por eso, el cuidado del entorno est? en nuestro punto de mira. No podemos acabar con la pobreza si no preservamos el lugar donde es posible el desarrollo digno de la vida. La vida debe ser cuidada por todos si queremos caminar hacia un mundo equitativo y donde las personas, todas las personas, puedan vivir con dignidad.

HITOS EN LA FORMACI?N
DE LA CONCIENCIA ECOL?GICA


Existen referentes mundiales que aportan propuestas ?ticas, jur?dicas, pol?ticas y ecol?gicas. Recogemos brevemente algunos de los m?s relevantes.

? En 1970, el Club de Roma, una asociaci?n privada compuesta por empresarios, cient?ficos y pol?ticos, encarg? a un grupo de investigadores, bajo la direcci?n del profesor Dennis L. Meadows, la realizaci?n de un estudio sobre las tendencias y los problemas econ?micos que amenazan a la sociedad global. Los resultados fueron publicados en marzo de 1972 bajo el t?tulo Los L?mites de/ Crecimiento. En ?l se dejaba claro que no puede haber crecimiento infinito, como postulaba el capitalismo, con recursos que son finitos.

? Ese mismo a?o (1972), se celebra en Estocolmo la Conferencia de la Naciones Unidas sobre el Medio Humano. A partir de esta conferencia se cre? el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que tutela el estado de nuestro entorno.

? En el a?o 1983, la Organizaci?n de las Naciones Unidas estableci? la Comisi?n Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo que elabor? el informe Nuestro futuro com?n, que se aprob? finalmente en 1987, tambi?n llamado informe Brundt/and, en virtud de la ministra noruega que presidi? la comisi?n. En ese informe se precisa la globalidad de los problemas vitales a los que se enfrenta hoy la humanidad y se acu?a el t?rmino desarrollo sostenible, que, como sabemos, hace referencia a la necesidad de asegurar un medio ambiente adecuado para nosotros y tambi?n para las generaciones futuras.

? A los veinte a?os de la conferencia de Estocolmo, se celebra La Cumbre de /a Tierra en Brasil (R?o de Janeiro, 1992). El prop?sito era instar a los gobiernos a adoptar medidas para un desarrollo sostenible. De aqu? result? la Carta de /os Derechos de /a Tierra, el Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Clim?tico, y la denominada Agenda 27, o programa de acciones concretas para llegar a ese desarrollo sostenible. Marc? un hito al centrar la atenci?n mundial en la idea de que los problemas medio ambientales del planeta estaban ?ntimamente relacionados con las condiciones econ?micas y los problemas de la justicia social. Demostr? que las necesidades sociales, medioambientales y econ?micas deben equilibrarse unas con otras para obtener resultados sostenibles a largo plazo. Tambi?n de-mostr? que si la gente es pobre y las econom?as nacionales son d?biles, el medio ambiente se resiente; si se abusa del medio ambiente y se consumen en exceso los recursos, la gente se vuelve m?s pobre y las econom?as se debilitan a?n m?s. La conferencia tambi?n se?al? que las acciones o decisiones a nivel local, aunque sean insignificantes, pueden tener repercusiones a escala mundial, por el proceso globalizador en el que estamos inmersos.

? Entre 1971 y 1991, las pol?ticas ambientales empezaron a tener un impacto creciente en el comercio: en la Ronda de Tokio de negociaciones comerciales 11973-1979); en la Ron-da Uruguay (1956-1994), se introdujeron elementos relacionados con el medio ambiente en los Acuerdos sobre Agricultura, Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF), Subven?ciones y Medidas Compensatorias y Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC).

? En diciembre de 1997, en la ciudad japonesa de Kyoto, treinta y nueve pa?ses, adem?s de la Comunidad Europea, firma-ron el Protocolo de Kyoto de /a Convenci?n Marco de /as /Va-clones Unidas sobre el Cambio Clim?tico. Esta Convenci?n entr?, finalmente, en vigor el 16 de febrero de 2005

? Diez a?os despu?s de la Cumbre de R?o, en el a?o 2002, se celebr? en Johannesburgo la Cumbre Mundia/sobre el Desarro/lo Sostenible, en la que se trat? de hacer un balance de la degradaci?n del medio ambiente y del estado de la pobre?za en el mundo. Los acuerdos de la Cumbre de Johannes?burgo se redujeron a una Declaraci?n Pol?tica y a un Plan de Acci?n, llenos de buenas intenciones sobre la reducci?n del n?mero de personas en el mundo que no tienen acceso al agua potable, la biodiversidad y los recursos pesqueros, y sin objetivos para promover las energ?as renovables. El hecho m?s positivo fue el anuncio de la ratificaci?n del Protocolo de Kyoto por varios pa?ses.

? La Comisi?n Europea aprob? en junio de 2005 una Declaraci?n sobre Principios de Desarrollo Sostenible, con la que trata de promover una econom?a din?mica con un nivel alto de empleo y educaci?n, de protecci?n de la salud y de protecci?n del medio ambiente en un mundo seguro y en paz. Cada uno de estos eventos cont? con aportaciones de la Iglesia. Pablo VI abord? la cuesti?n ecol?gica en la exhortaci?n Octogesimaadveniens(1971) y, al a?o siguiente, hizo llegar un mensaje a la Conferencia de Estocolmo. En el momento en que se public? el i n f o r m e B r u n d t / a n d , Juan Pablo II abord? de nuevo este tema en la enc?clica So//icitudo rei socia/is (1987) sobre la preocupaci?n social de la Iglesia.

En el a?o 1989, la Asamblea Ecum?nica Europea "Paz y Justicia" elabor? un importante documento con el t?tulo Paz y Justicia para toda /a Creaci?n, y al a?o siguiente, en enero de 1990, el Papa Juan Pablo II, en su mensaje para el D?a Mundial de la Paz, volvi? al tema del cuidado ecol?gico: Paz con Dios Creador Paz con toda /a creaci?n. Durante la Conferencia de R?o 92, se hizo de nuevo presente la voz de la Santa Sede con el documento La crisis ecol?gica es una crisis moral, en el que abord? el respeto a la integridad de la creaci?n y el respeto a la vida y a la dignidad de la persona.

LA TIERRA Y CUANTO ELLA CONTIENE ES
PARA USO DE TODOS LOS HOMBRES Y PUEBLOS


La relaci?n del ser humano con la tierra, hoy de modo particular la de los pueblos ind?genas, ha sido parte esencial de su identidad y del desarrollo de sus condiciones de vida. "La Sagrada Tierra, a la que por nuestras concepciones culturales siempre hemos dejado descansar para que se reponga y recobre fuerzas y vigor, de manera que nos pueda seguir susten?tando, no es para nosotros objeto de venta o negocio, ni de trabajo continuo que la agote" (Dirigentes Q'eqchis, Guate-mala). Muchos han perdido o corren el riesgo de perder las tierras en las que siempre han encontrado el sustento para sus vidas, a causa de poderosos intereses agr?colas, industriales, energ?ticos y urban?sticos. A pesar de numerosos intentos, el mundo sigue sin implicarse decididamente en la salvaguardia del patrimonio natural que hemos heredado y del que debe?mos dar cuenta a las generaciones posteriores.

La Tierra es un gran regalo que hemos recibido como don de Dios que "confi? a la gu?a responsable y al trabajo del hombre". El Concilio Vaticano II lo dijo de esta manera: "Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todos los hombres y pueblos. En consecuencia, los bienes creados deben llegar a todos en forma equitativa bajo la ?gida de la justicia y con la compa??a de la caridad" (Gaudium et Spes, 69).

Este principio est? en el coraz?n de la m?s antigua tradici?n europea. Para el hombre, como ser de necesidades, este principio rompe el aparente conflicto que se da entre la pro-piedad privada y las necesidades ajenas y, como destino primario de todos los bienes de la tierra, poni?ndolos a disposici?n de todos los hombres para que puedan usarlos y est?n a su alcance disfrutando unas condiciones de vida dignas. As? que el derecho de propiedad, aunque sea leg?timamente ejercido, es secundario y jam?s debe perder de vista este principio primario. La propiedad da cumplimiento al derecho a/ uso de bienes en la medida en que les facilita realizar su finalidad. La propiedad privada no constituye para nadie un derecho in-condicional y absoluto; el bien com?n puede exigir la expropiaci?n o la reforma de la propiedad, que garantice a todo hombre el derecho a proveerse y a utilizar en la tierra los bienes que necesite para subsistir.

El mundo es nuestra casa. Cuidar el entorno no es algo que podemos hacer o no. Es imperativo para todos los que creemos que otro mundo es posible y queremos hacer lo que est? de nuestra parte para conseguirlo.

Departamento de Estudios y Documentaci?n
de Manos Unidas

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La oficina de prensa de la CEA nos participa la publicaci?n de libro "Educaci?n para el Amor".


Se public? el libro Educaci?n para el amor


La Conferencia Episcopal ha publicado el libro Educaci?n para el amor. Se trata de un plan de ense?anza y cartillas de estudio y trabajo que tienen como destinatarios a los directivos, docentes y padres comprometidos en la educaci?n de los ni?os, ni?as y adolescentes en lo relacionado con la sexualidad.

Este trabajo ha sido realizado consultando diversos profesionales y especialistas del pa?s y pretende dar orientaciones b?sicas a los temas vinculados con la afectividad y la sexualidad.

Los obispos invitan ?a los padres, las madres y las familias, a los directivos y docentes y a todos los varones y las mujeres de buena voluntad comprometidos con la educaci?n de nuestra juventud y de la transmisi?n de principios, valores y virtudes, que reciban con aprecio esta contribuci?n, que la lean y estudien tanto de forma personal como grupal?.

Publicado por la Oficina del Libro, Educaci?n para el amor se encuentra disponible en la sede de la Conferencia Episcopal (Suipacha 1034).



Jorge Oesterheld
Oficina de prensa
[email protected]
Para m?s informaci?n, visite nuestro sitio:
Oficina de Prensa de la CEA

Publicado por verdenaranja @ 22:29
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JORNADAS: " RETOS PARA ALCANZAR LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES"
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS 22 Y 23 DE FEBRERO DE 2007



Estimado amigo/amiga:

El 17 de mayo de 2006 el Parlamento Europeo y el Consejo decidieron que el a?o 2007 fuera designado ?A?o Europeo de Igualdad de Oportunidades para Todas las personas?.

El ?rgano Nacional de Ejecuci?n de las Actividades del A?o en Espa?a es la Direcci?n General de Integraci?n de los Inmigrantes de la Secretar?a de Estado de Inmigraci?n y Emigraci?n.

La primera actividad que hemos previsto realizar en Espa?a, es la Inauguraci?n del A?o de Igualdad de Oportunidades para todas las personas en el Congreso de los Diputados el 22 y 23 de febrero. Tras la inauguraci?n del a?o, iniciaremos unas jornadas de trabajo con el eje tem?tico de la discriminaci?n m?ltiple.

Esperando que te sumes al acto de Inauguraci?n te remito el formulario de inscripci?n y el programa de la inauguraci?n. Te invito igualmente a participar en la definici?n de los puntos de partida del debate de las mesas de trabajo. Para facilitarte esta aportaci?n te proponemos una serie de temas de partida, que encontrar?s en la ficha de propuestas que te remito, a los que tu organizaci?n podr? a?adir los que entienda prioritarios.

Recibe un cordial saludo

Estrella Rodr?guez Pardo
Directora General de integraci?n de los inmigrantes

Publicado por verdenaranja @ 22:24
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Discurso que dirigi? Benedicto XVI al recibir en audiencia a miembros de los institutos seculares con motivo del sexag?simo aniversario de la constituci?n apost?lica Provida Mater Ecclesia de P?o XII.


Queridos hermanos y hermanas:
Me alegra estar hoy entre vosotros, miembros de los institutos seculares, con quienes me encuentro por primera vez despu?s de mi elecci?n a la C?tedra del ap?stol san Pedro. Os saludo a todos con afecto. Saludo al cardenal Franc Rod?, prefecto de la Congregaci?n para los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apost?lica, y le agradezco las palabras de filial devoci?n y cercan?a espiritual que me ha dirigido, tambi?n en nombre vuestro.

Saludo al cardenal Cottier y al secretario de vuestra Congregaci?n. Saludo a la presidenta de la Conferencia mundial de institutos seculares, que se ha hecho int?rprete de los sentimientos y de las expectativas de todos vosotros, que hab?is venido de diferentes pa?ses, de todos los continentes, para celebrar un Simposio internacional sobre la constituci?n apost?lica Provida Mater Ecclesia.

Como ya se ha dicho, han pasado sesenta a?os desde aquel 2 de febrero de 1947, cuando mi predecesor P?o XII promulg? esa constituci?n apost?lica, dando as? una configuraci?n teol?gico-jur?dica a una experiencia preparada en los decenios anteriores, y reconociendo que los institutos seculares son uno de los innumerables dones con que el Esp?ritu Santo acompa?a el camino de la Iglesia y la renueva en todos los siglos.

Ese acto jur?dico no represent? el punto de llegada, sino m?s bien el punto de partida de un camino orientado a delinear una nueva forma de consagraci?n: la de fieles laicos y presb?teros diocesanos, llamados a vivir con radicalismo evang?lico precisamente la secularidad en la que est?n inmersos en virtud de la condici?n existencial o del ministerio pastoral.

Os encontr?is hoy aqu? para seguir trazando el recorrido iniciado hace sesenta a?os, en el que sois portadores cada vez m?s apasionados del sentido del mundo y de la historia en Cristo Jes?s. Vuestro celo nace de haber descubierto la belleza de Cristo, de su modo ?nico de amar, encontrar, sanar la vida, alegrarla, confortarla. Y esta belleza es la que vuestra vida quiere cantar, para que vuestro estar en el mundo sea signo de vuestro estar en Cristo.

En efecto, lo que hace que vuestra inserci?n en las vicisitudes humanas constituya un lugar teol?gico es el misterio de la Encarnaci?n: "Tanto am? Dios al mundo que le dio a su Hijo ?nico" (Jn 3, 16). La obra de la salvaci?n no se llev? a cabo en contraposici?n con la historia de los hombres, sino dentro y a trav?s de ella. Al respecto dice la carta a los Hebreos: "Muchas veces y de muchos modos habl? Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas; en estos ?ltimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo" (Hb 1, 1-2). El mismo acto redentor se realiz? en el contexto del tiempo y de la historia, y se caracteriz? como obediencia al plan de Dios inscrito en la obra salida de sus manos.

El mismo texto de la carta a los Hebreos, texto inspirado, explica: "Dice primero: "Sacrificios y oblaciones y holocaustos y sacrificios por el pecado no los quisiste ni te agradaron" ?cosas todas ofrecidas conforme a la Ley?; luego a?ade: "He aqu? que vengo a hacer tu voluntad"" (Hb 10, 8-9). Estas palabras del Salmo, que la carta a los Hebreos ve expresadas en el di?logo intratrinitario, son palabras del Hijo que dice al Padre: "He aqu? que vengo a hacer tu voluntad". As? se realiza la Encarnaci?n: "He aqu? que vengo a hacer tu voluntad". El Se?or nos implica en sus palabras, que se convierten en nuestras: "He aqu? que vengo, con el Se?or, con el Hijo, a hacer tu voluntad".

De este modo se delinea con claridad el camino de vuestra santificaci?n: la adhesi?n oblativa al plan salv?fico manifestado en la Palabra revelada, la solidaridad con la historia, la b?squeda de la voluntad del Se?or inscrita en las vicisitudes humanas gobernadas por su providencia. Y, al mismo tiempo, se descubren los caracteres de la misi?n secular: el testimonio de las virtudes humanas, como "la justicia, la paz y el gozo" (Rm 14, 17), la "conducta ejemplar" de la que habla san Pedro en su primera carta (cf. 1 P 2, 12), haci?ndose eco de las palabras del Maestro: "Brille as? vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que est? en los cielos" (Mt 5, 16).

Adem?s, forma parte de la misi?n secular el esfuerzo por construir una sociedad que reconozca en los diversos ?mbitos la dignidad de la persona y los valores irrenunciables para su plena realizaci?n: la pol?tica, la econom?a, la educaci?n, el compromiso por la salud p?blica, la gesti?n de los servicios, la investigaci?n cient?fica, etc. Toda realidad propia y espec?fica que vive el cristiano, su trabajo y sus intereses concretos, aun conservando su consistencia relativa, tienen como fin ?ltimo ser abrazados por la misma finalidad por la cual el Hijo de Dios entr? en el mundo.

Por consiguiente, sent?os implicados en todo dolor, en toda injusticia, as? como en toda b?squeda de la verdad, de la belleza y de la bondad, no porque teng?is la soluci?n de todos los problemas, sino porque toda circunstancia en la que el hombre vive y muere constituye para vosotros una ocasi?n de testimoniar la obra salv?fica de Dios. Esta es vuestra misi?n. Vuestra consagraci?n pone de manifiesto, por un lado, la gracia particular que os viene del Esp?ritu para la realizaci?n de la vocaci?n; y, por otro, os compromete a una docilidad total de mente, de coraz?n y de voluntad, al proyecto de Dios Padre revelado en Cristo Jes?s, a cuyo seguimiento radical est?is llamados.

Todo encuentro con Cristo exige un profundo cambio de mentalidad, pero para algunos, como es vuestro caso, la petici?n del Se?or es particularmente exigente: dejarlo todo, porque Dios es todo y ser? todo en vuestra vida. No se trata simplemente de un modo diverso de relacionaros con Cristo y de expresar vuestra adhesi?n a ?l, sino de una elecci?n de Dios que, de modo estable, exige de vosotros una confianza absolutamente total en ?l.

Configurar la propia vida a la de Cristo de acuerdo con estas palabras, configurar la propia vida a la de Cristo a trav?s de la pr?ctica de los consejos evang?licos, es una nota fundamental y vinculante que, en su especificidad, exige compromisos y gestos concretos, propios de "alpinistas del esp?ritu", como os llam? el venerado Papa Pablo VI (Discurso a los participantes en el I Congreso internacional de Institutos seculares, 26 de septiembre de 1970: L'Osservatore Romano, edici?n en lengua espa?ola, 18 de octubre de 1970, p. 11).

El car?cter secular de vuestra consagraci?n, por un lado, pone de relieve los medios con los que os esforz?is por realizarla, es decir, los medios propios de todo hombre y mujer que viven en condiciones ordinarias en el mundo; y, por otro, la forma de su desarrollo, es decir, la de una relaci?n profunda con los signos de los tiempos que est?is llamados a discernir, personal y comunitariamente, a la luz del Evangelio.

Personas autorizadas han considerado muchas veces que precisamente este discernimiento es vuestro carisma, para que pod?is ser laboratorio de di?logo con el mundo, "el "laboratorio experimental" en el que la Iglesia verifique las modalidades concretas de sus relaciones con el mundo" (Pablo VI, Discurso a los responsables generales de los institutos seculares, 25 de agosto de 1976: L'Osservatore Romano, edici?n en lengua espa?ola, 5 de septiembre de 1976, p. 1)

De aqu? deriva precisamente la continua actualidad de vuestro carisma, porque este discernimiento no debe realizarse desde fuera de la realidad, sino desde dentro, mediante una plena implicaci?n. Eso se lleva a cabo por medio de las relaciones ordinarias que pod?is entablar en el ?mbito familiar y social, as? como en la actividad profesional, en el entramado de las comunidades civil y eclesial. El encuentro con Cristo, el dedicarse a su seguimiento, abre de par en par e impulsa al encuentro con cualquiera, porque si Dios se realiza s?lo en la comuni?n trinitaria, tambi?n el hombre encontrar? su plenitud s?lo en la comuni?n.

A vosotros no se os pide instituir formas particulares de vida, de compromiso apost?lico, de intervenciones sociales, salvo las que pueden surgir en las relaciones personales, fuentes de riqueza prof?tica. Ojal? que, como la levadura que hace fermentar toda la harina (cf. Mt 13, 33), as? sea vuestra vida, a veces silenciosa y oculta, pero siempre positiva y estimulante, capaz de generar esperanza.

Por tanto, el lugar de vuestro apostolado es todo lo humano, no s?lo dentro de la comunidad cristiana ?donde la relaci?n se entabla con la escucha de la Palabra y con la vida sacramental, de las que os aliment?is para sostener la identidad bautismal?, sino tambi?n dentro de la comunidad civil, donde la relaci?n se realiza en la b?squeda del bien com?n, en di?logo con todos, llamados a testimoniar la antropolog?a cristiana que constituye una propuesta de sentido en una sociedad desorientada y confundida por el clima multicultural y multirreligioso que la caracteriza.

Proven?s de pa?ses diversos; tambi?n son diversas las situaciones culturales, pol?ticas e incluso religiosas en las que viv?s, trabaj?is y envejec?is. En todas buscad la Verdad, la revelaci?n humana de Dios en la vida. Como sabemos, es un camino largo, cuyo presente es inquieto, pero cuya meta es segura.

Anunciad la belleza de Dios y de su creaci?n. A ejemplo de Cristo, sed obedientes por amor, hombres y mujeres de mansedumbre y misericordia, capaces de recorrer los caminos del mundo haciendo s?lo el bien. En el centro de vuestra vida poned las Bienaventuranzas, contradiciendo la l?gica humana, para manifestar una confianza incondicional en Dios, que quiere que el hombre sea feliz.

La Iglesia os necesita tambi?n a vosotros para cumplir plenamente su misi?n. Sed semilla de santidad arrojada a manos llenas en los surcos de la historia. Enraizados en la acci?n gratuita y eficaz con que el Esp?ritu del Se?or est? guiando las vicisitudes humanas, dad frutos de fe aut?ntica, escribiendo con vuestra vida y con vuestro testimonio par?bolas de esperanza, escribi?ndolas con las obras sugeridas por la "creatividad de la caridad" (Novo millennio ineunte, 50).

Con estos deseos, a la vez que os aseguro mi constante oraci?n, para sostener vuestras iniciativas de apostolado y de caridad os imparto una especial bendici?n apost?lica.

[Traducci?n del original italiano distribuida por la Santa Sede

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Discurso que dirigi? Benedicto XVI el s?bado, 10 de Febrero de 2007, al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de Costa Rica ante la Santa Sede, el se?or Luis Par?s Chaverri.



Se?or Embajador:
1. Me es grato recibirlo en esta audiencia en la que me presenta las Cartas Credenciales que lo acreditan como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Costa Rica ante la Santa Sede, y le agradezco sinceramente las amables palabras que me ha dirigido en este solemne acto con el que inicia la misi?n que su Gobierno le ha confiado. Le ruego que haga llegar mi deferente saludo al Se?or Presidente de la Rep?blica, Dr. ?scar Arias, correspondiendo al que usted me ha transmitido, y con el cual expresa la cercan?a y el afecto del pueblo costarricense al Sucesor de Pedro.

2. Costa Rica tiene una fuerte impronta religiosa, que refleja la fe de su pueblo despu?s de m?s de cinco siglos del inicio de la evangelizaci?n. En este sentido, la Iglesia cat?lica, fiel a su misi?n de llevar el mensaje de salvaci?n a todas las gentes, y de acuerdo con su doctrina social, trata de favorecer el desarrollo integral del ser humano y la defensa de su dignidad, ayudando a la consolidaci?n de los valores fundamentales para que la sociedad pueda gozar de estabilidad y armon?a, de acuerdo con su gran aspiraci?n a vivir en paz, libertad y democracia.

Las diversas comunidades eclesiales, movidas por su deseo de mantener vivo el mensaje evang?lico, cooperan en campos tan importantes como la ense?anza, la asistencia a los m?s desfavorecidos, los servicios sanitarios, as? como la promoci?n de la persona en su condici?n de ciudadano e hijo de Dios. Por ello, los Obispos de Costa Rica miran con atenci?n y preocupaci?n las circunstancias sociales que vive el Pa?s, como son el creciente nivel de pobreza, la inseguridad p?blica y la violencia familiar, junto con una fuerte inmigraci?n de pa?ses vecinos. Ante situaciones a veces conflictivas y para defender el bien com?n, ofrecen su colaboraci?n con iniciativas que favorecen el entendimiento y la conciliaci?n, y llevan a la promoci?n de la justicia y la solidaridad, fomentando si es preciso el di?logo nacional entre los responsables de la vida p?blica.

Por otra parte, y como Su Excelencia ha puesto de relieve, dicho di?logo debe excluir toda forma de violencia en sus diversas expresiones y ayudar a construir un futuro m?s humano con la colaboraci?n de todos. A este respecto, es oportuno recordar que las mejoras sociales no se alcanzan aplicando s?lo las medidas t?cnicas necesarias, sino promoviendo tambi?n reformas que tengan presente una consideraci?n ?tica de la persona, de la familia y de la sociedad. Por ello, se han de cultivar los valores morales como la honestidad, la austeridad y la responsabilidad por el bien com?n. De este modo se podr? evitar el ego?smo personal y colectivo, as? como la corrupci?n en cualquier ?mbito, que impiden toda forma de progreso.

3. Es bien sabido que el futuro de una Naci?n se ha de basar en la paz, fruto de la justicia (cf. St 3,18), construyendo un tipo de sociedad que, empezando por los responsables de la vida pol?tica, parlamentaria, administrativa y judicial, favorezca la concordia, la armon?a y el respeto de la persona, as? como la defensa de sus derechos fundamentales. En este sentido, son de alabar las iniciativas que el Gobierno de Costa Rica ha llevado a cabo en el ?mbito internacional para promover en el mundo la paz y los derechos humanos, as? como la tradicional cercan?a con las posiciones mantenidas por la Santa Sede en diversos foros internacionales sobre cuestiones tan importantes como la defensa de la vida humana y la promoci?n del matrimonio y la familia.

Todos los costarricenses, con las cualidades que les distinguen, han de ser protagonistas y art?fices del progreso del Pa?s, cooperando a una estabilidad pol?tica que permita que todos puedan participar en la vida p?blica. Cada uno, seg?n su capacidad y posibilidades personales, est? llamado a dar su propia contribuci?n al bien de la Patria, basado en un orden social m?s justo y participativo. Para ello, las ense?anzas morales de la Iglesia ofrecen unos valores y orientaciones que, tomados en consideraci?n especialmente por quienes trabajan al servicio de la Naci?n, son de gran ayuda para afrontar de manera adecuada las necesidades y aspiraciones de los ciudadanos.

El doloroso y vasto problema de la pobreza, con graves consecuencias en el campo de la educaci?n, de la salud y de la vivienda, es un apremiante desaf?o para los gobernantes y responsables de la administraci?n p?blica de cara al futuro de la Naci?n. Se requiere una toma de conciencia m?s profunda que permita afrontar firmemente la presente situaci?n en todas sus dimensiones, cooperando as? a un verdadero empe?o por el bien de todos. Al igual que en otras partes, los pobres carecen de bienes primarios y no encuentran los medios indispensables que permiten su promoci?n y desarrollo integral. Esto afecta, sobre todo, a los inmigrados en busca de un mejor nivel de vida. Ante ello, la Iglesia, a la luz de su doctrina social, trata de impulsar y favorecer iniciativas encaminadas a superar situaciones de marginaci?n que afectan a tantos hermanos necesitados, pues la preocupaci?n por lo social forma tambi?n parte de su acci?n evangelizadora (cf. Sollicitudo rei socialis, 41).

4. Se?or Embajador, antes de concluir este encuentro deseo expresarle mis mejores deseos para que la misi?n que hoy inicia sea fecunda en frutos y ?xitos. Le ruego, de nuevo, que se haga int?rprete de mis sentimientos y esperanzas ante el Se?or Presidente de la Rep?blica y dem?s Autoridades de su Pa?s, a la vez que invoco la bendici?n de Dios y la protecci?n de su Patrona, Nuestra Se?ora de los ?ngeles, sobre usted, sobre su distinguida familia y colaboradores, y sobre todos los amad?simos hijos e hijas de Costa Rica.

[Texto original en espa?ol]

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Domingo, 11 de febrero de 2007
ZENIT publica las palabras que dirigi? Benedicto XVI el domingo, 11 de Febrero de 2007, al rezar la oraci?n mariana del ?ngelus.


Queridos hermanos y hermanas:
La Iglesia hace memoria hoy de la primera aparici?n de la Virgen Mar?a a santa Bernadette, acaecida el 11 de febrero de 1858, en la gruta de Massabielle, en Lourdes. Un acontecimiento prodigioso que ha hecho de esa localidad, situada en los Pirineos franceses, un centro mundial de peregrinaciones y de intensa espiritualidad mariana.

En aquel lugar, desde hace ya casi 150 a?os, resuena con fuerza el llamamiento de la Virgen a la oraci?n y a la penitencia, eco casi permanente de la invitaci?n con la que Jes?s comenz? su peregrinaci?n en Galilea: ?El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios est? cerca; convert?os y creed en la Buena Nueva? (Marcos 1,15). Ese santuario se ha convertido, adem?s, en meta de numerosos peregrinos enfermos, que al ponerse a la escucha de Mar?a Sant?sima, reciben aliento para aceptar sus sufrimientos y para ofrecerles por la salvaci?n del mundo, uni?ndoles a los de Cristo crucificado.

A causa de este lazo entre Lourdes y el sufrimiento humano, hace quince a?os, el querido Juan Pablo II quiso que, con motivo de la fiesta de la Virgen de Lourdes, se celebrara tambi?n la Jornada Mundial del Enfermo. Este a?o, el coraz?n de esta celebraci?n se encuentra en la ciudad de Se?l, la capital de Corea del Sur, adonde he enviado como representante al cardenal Javier Lozano Barrag?n, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud. A ?l y a cuantos est?n all? congregados les env?o un cordial saludo.

Quisiera extender mi saludo a los agentes sanitarios de todo el mundo, consciente de la importancia que tiene en nuestra sociedad su servicio a los enfermos. Sobre todo deseo manifestar mi cercan?a espiritual y mi afecto a nuestros hermanos y hermanas enfermos, con un particular recuerdo para aquellos que est?n afectados por enfermedades particularmente graves o dolorosas: a ellos se dedica en particular en esta Jornada nuestra atenci?n. Es necesario apoyar el desarrollo de los tratamientos paliativos que ofrezcan una asistencia integral y que dispensen a los enfermos incurables ese apoyo humano y acompa?amiento espiritual que tanto necesitan.

En la tarde de hoy, en la Bas?lica de san Pedro, se congregar?n numerosos enfermos y peregrinos en torno al cardenal Camillo Ruini, quien presidir? la celebraci?n eucar?stica. Al final de la santa misa, tendr? la alegr?a, al igual que el a?o pasado, de mantener un encuentro con ellos, reviviendo el clima espiritual que se experimenta en la Gruta de Massabielle. Quisiera encomendar ahora a la protecci?n de la Virgen Inmaculada, con la oraci?n del ?ngelus, los enfermos y los que sufren en el cuerpo y en el esp?ritu en el mundo entero.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit. Tras rezar el ?ngelus, el Papa dirigi? un saludo a los peregrinos en varios idiomas. Estas fueron sus palabras en espa?ol:]

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua espa?ola. De modo especial, saludo a los grupos parroquiales de Alcorc?n, El Puerto de Santa Mar?a, Olveral, Setenil y Chiclana de la Frontera, venidos de Espa?a. En este domingo en que se celebra la Jornada Mundial del Enfermo, encomendemos a la protecci?n materna de la Virgen Mar?a a cuantos sufren alguna enfermedad y a sus familiares, para que sientan tambi?n en todo momento el consuelo de la ternura y misericordia del Se?or. ?Feliz domingo!

[? Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana]

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ZENITPublicamos las palabras que dirigi? Benedicto XVI el domingo, 11 de Febrero de 2007, al rezar la oraci?n mariana del ?ngelus.


Queridos hermanos y hermanas:
La Iglesia hace memoria hoy de la primera aparici?n de la Virgen Mar?a a santa Bernadette, acaecida el 11 de febrero de 1858, en la gruta de Massabielle, en Lourdes. Un acontecimiento prodigioso que ha hecho de esa localidad, situada en los Pirineos franceses, un centro mundial de peregrinaciones y de intensa espiritualidad mariana.

En aquel lugar, desde hace ya casi 150 a?os, resuena con fuerza el llamamiento de la Virgen a la oraci?n y a la penitencia, eco casi permanente de la invitaci?n con la que Jes?s comenz? su peregrinaci?n en Galilea: ?El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios est? cerca; convert?os y creed en la Buena Nueva? (Marcos 1,15). Ese santuario se ha convertido, adem?s, en meta de numerosos peregrinos enfermos, que al ponerse a la escucha de Mar?a Sant?sima, reciben aliento para aceptar sus sufrimientos y para ofrecerles por la salvaci?n del mundo, uni?ndoles a los de Cristo crucificado.

A causa de este lazo entre Lourdes y el sufrimiento humano, hace quince a?os, el querido Juan Pablo II quiso que, con motivo de la fiesta de la Virgen de Lourdes, se celebrara tambi?n la Jornada Mundial del Enfermo. Este a?o, el coraz?n de esta celebraci?n se encuentra en la ciudad de Se?l, la capital de Corea del Sur, adonde he enviado como representante al cardenal Javier Lozano Barrag?n, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud. A ?l y a cuantos est?n all? congregados les env?o un cordial saludo.

Quisiera extender mi saludo a los agentes sanitarios de todo el mundo, consciente de la importancia que tiene en nuestra sociedad su servicio a los enfermos. Sobre todo deseo manifestar mi cercan?a espiritual y mi afecto a nuestros hermanos y hermanas enfermos, con un particular recuerdo para aquellos que est?n afectados por enfermedades particularmente graves o dolorosas: a ellos se dedica en particular en esta Jornada nuestra atenci?n. Es necesario apoyar el desarrollo de los tratamientos paliativos que ofrezcan una asistencia integral y que dispensen a los enfermos incurables ese apoyo humano y acompa?amiento espiritual que tanto necesitan.

En la tarde de hoy, en la Bas?lica de san Pedro, se congregar?n numerosos enfermos y peregrinos en torno al cardenal Camillo Ruini, quien presidir? la celebraci?n eucar?stica. Al final de la santa misa, tendr? la alegr?a, al igual que el a?o pasado, de mantener un encuentro con ellos, reviviendo el clima espiritual que se experimenta en la Gruta de Massabielle. Quisiera encomendar ahora a la protecci?n de la Virgen Inmaculada, con la oraci?n del ?ngelus, los enfermos y los que sufren en el cuerpo y en el esp?ritu en el mundo entero.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit. Tras rezar el ?ngelus, el Papa dirigi? un saludo a los peregrinos en varios idiomas. Estas fueron sus palabras en espa?ol:]

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua espa?ola. De modo especial, saludo a los grupos parroquiales de Alcorc?n, El Puerto de Santa Mar?a, Olveral, Setenil y Chiclana de la Frontera, venidos de Espa?a. En este domingo en que se celebra la Jornada Mundial del Enfermo, encomendemos a la protecci?n materna de la Virgen Mar?a a cuantos sufren alguna enfermedad y a sus familiares, para que sientan tambi?n en todo momento el consuelo de la ternura y misericordia del Se?or. ?Feliz domingo!

[? Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana]

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11 de Febrero

A los fieles que ordinariamente se reunen los domingos para la Eucarist?a se a?adieron este d?a los familiares y amigos de los padres que pidieron el bautismo. A todos se les invit? a orar por los enfermos en el D?a Mundial del Enfermo y a participar en la Campa?a contra el Hambre.
Los ni?os bautizados fueron tres: David, Alejandro y Luis.

Art?culo que ha escrito monse?or Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Crist?bal de Las Casas, con el t?tulo ?En Chiapas no hay guerra religiosa?.


EN CHIAPAS NO HAY GUERRA RELIGIOSA


VER

Es frecuente la noticia de problemas entre ?evang?licos? y ?cat?licos tradicionalistas? en nuestro Estado, como expulsiones, amenazas, castigos, c?rceles, discriminaciones, quema de templos; en resumen, de intolerancia religiosa.

De ordinario, esto sucede no entre cat?licos diocesanos y protestantes o evang?licos, sino entre ?stos y los llamados tradicionalistas, que no dependen de nuestra di?cesis, que no toman en cuenta la Biblia ni las leyes del pa?s, sino que se rigen por sus propios acuerdos y tradiciones. Con ellos, nosotros tambi?n tenemos diferencias. Por tanto, no es v?lido calificar el conflicto como una guerra entre cat?licos y protestantes, y mucho menos seguir presentando a los cat?licos como intolerantes.

Por otra parte, aunque esto no es noticia, tambi?n los cat?licos sufrimos agresiones e insultos, como si todos fu?ramos borrachos y pecadores irredentos. A diario nos ataca el proselitismo exacerbado, en los domicilios, en las plazas p?blicas, en el culto, en los medios de comunicaci?n. Cuando nos califican de id?latras, queman y destruyen im?genes religiosas, porque dicen que son ?dolos, se demuestra ignorancia del catolicismo y una interpretaci?n parcial de la Biblia.
Informes oficiales indican que, actualmente, aumentan los conflictos internos entre los mismos protestantes, por las constantes subdivisiones internas, que llevan a ?fundar? nuevas iglesias. Estamos cayendo en un supermercado religioso, con m?ltiples ofertas de ?religiones?, que f?cilmente logran su registro constitutivo ante la Secretar?a de Gobernaci?n.

JUZGAR

El Concilio Vaticano II nos ha ense?ado que ?la verdad no se impone de otra manera que por la fuerza de la misma verdad? (Declaraci?n Dignitatis humanae, 1), y que ?nadie debe ser forzado a abrazar la fe contra su voluntad? (Ib, 10).

En la mayor?a de las comunidades de Chiapas hay convivencia pac?fica, tolerancia serena, respeto a la libertad religiosa de unos y otros. S?lo persisten problemas en unos cuatro o cinco municipios de Los Altos, y alguno de la Regi?n Frontriza. En el resto, todo es paz.

Ratifico lo que he dicho en varias ocasiones: En la ley civil y en nuestra legislaci?n cat?lica, todos los seres humanos tienen plena libertad para pertenecer a la religi?n que prefieran, o no tener ninguna. A nadie se puede obligar a cambiar de religi?n, o a practicar un culto contrario a su conciencia. Es ileg?timo obligar a pagar cuotas, a ejercer cargos, a participar en actos de culto que sean de una religi?n diferente a la propia. No se han de exigir aportaciones econ?micas para fiestas religiosas que sean de otra creencia. Mucho menos se ha de permitir que se expulse a quienes deciden practicar una religi?n diferente, ni que se les cause alg?n da?o en sus bienes o en su persona. Quien haga o promueva esto, est? en contra de lo que Dios quiere para su pueblo, y se expone a sanciones de tipo penal, contempladas en las leyes civiles. Aunque se hayan firmado acuerdos previos en las comunidades, o la asamblea ejidal haya tomado esa decisi?n por mayor?a, si ?sta viola derechos humanos, es injusta y ha de rechazarse. Las costumbres no deben ir en contra de la dignidad humana.

Nuestra di?cesis no alienta ni aprueba las expulsiones de quienes deciden profesar otra religi?n diferente a la de la mayor?a, aunque sea un acuerdo tomado en asamblea. Toda expulsi?n o discriminaci?n por motivos religiosos no es acorde con el Evangelio, y por tanto la Iglesia Cat?lica la rechaza y la condena. Los obispos, los sacerdotes, las religiosas y dem?s agentes de pastoral no promovemos esas intolerancias.

Procuramos educar a nuestros feligreses en el respeto a otras religiones, en el aprecio a las diferencias y en la colaboraci?n en asuntos comunes. Sin embargo, esos casos nos rebasan, pues son decisiones que no dependen de la di?cesis, ni de cat?licos cercanos a las parroquias, sino de ?tradicionalistas? que, aunque se dicen cat?licos, no respetan la Constituci?n, ni la Biblia o al obispo, sino s?lo sus normas y costumbres internas.

ACTUAR

Educarnos para que no s?lo haya tolerancia a la diversidad religiosa, sino que nos amemos como hermanos, siguiendo el precepto evang?lico de amar a los dem?s, a pesar de que sean de diferente religi?n, e incluso enemigos.

Que los l?deres religiosos de nuestro Estado sigamos reuni?ndonos en el ?Consejo Interreligioso de Chiapas?, para conocernos, respetarnos, amarnos, orar y meditar juntos la Palabra de Dios, trabajar por la paz y la reconciliaci?n entre nuestros feligreses.

Que los legisladores y las autoridades civiles hagan que se respete el art?culo 24 de la Constituci?n, para tutelar el derecho a la libertad religiosa. Si algunas autoridades impiden esa libertad, deben ser advertidas de que se hacen acreedoras a las sanciones previstas en la ley. Los llamados ?usos y costumbres? deben adecuarse a los derechos fundamentales de toda persona humana; si los lesionan o violan, por eso mismo pierden fuerza y legitimidad.

Que los comunicadores no califiquen como guerra religiosa lo que es desavenencia por problemas pol?ticos, agrarios, sociales o culturales, aunque muchas veces mezclados con asuntos religiosos. En Chiapas no hay guerra religiosa, sino divisiones por la tierra, por los partidos, por las organizaciones y por otras cuestiones ideol?gicas.

Que todos nos esforcemos por cumplir el deseo de Jesucristo de mantenernos unidos, dentro de la leg?tima pluralidad en lo que no es esencial. Pidamos al Esp?ritu Santo que nos conceda su gracia para superar toda divisi?n entre nosotros, pues nuestras divisiones son un impedimento para evangelizar a tanta gente que no tiene fe.

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo de San Crist?bal de Las Casas

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DOMINGO S?PTIMO DEL TIEMPO ORDINARIO - C
18 de febrero de 2007


MONICI?N DE ENTRADA

Escuchar la Palabra de Dios todos los domingos, cuando nos reunimos para la celebraci?n de la Eucarist?a, deber?a ayudarnos para que nuestra forma de ver las cosas, nuestra forma de tratar a los dem?s, nuestra forma de plantearnos la vida, se parezca cada vez m?s a la de Jes?s. Hoy, precisamente, el evangelio nos presentar? una serie de actitudes que Jes?s nos pide que tengamos, y que a menudo no son las que m?s f?cilmente salen de nuestro coraz?n. Jes?s nos pide que nuestro criterio sea siempre buscar el bien de los dem?s, incluso de aquellas personas que hayan podido hacernos da?o.
Que la Palabra que hoy escucharemos, y el Pan de vida que recibiremos, nos acerquen cada d?a m?s a la manera de ser de Jes?s.

A. penitencial: En silencio, pong?monos ante Dios. (Silencio).

T?, que perdonas nuestras culpas. SE?OR, TEN PIEDAD.
T?, que eres compasivo y misericordioso. CRISTO, TEN PIEDAD.
T?, que nos colmas de gracia y de ternura. SE?OR, TEN PIEDAD.

1? lectura (1 Samuel 26,2.7-9.12-13.22-23): En la primera lectura escucharemos una historia de generosidad hacia el enemigo. Una historia que nos prepara para escuchar la palabra de Jes?s en el evangelio.

2? lectura (1 Corintios 15,45-49): Durante estos ?ltimos domingos hemos ido escuchando fragmentos de la primera carta de san Pablo a los cristianos de Corinto. Hoy escuchamos el ?ltimo fragmento, que nos habla de nuestra vida futura.

Antes del aleluya (Ev.: Lucas 6,27-38): Ahora, antes de escuchar el evangelio, vamos a cantar el aleluya. No lo volveremos a cantar hasta la noche de Pascua, porque el pr?ximo mi?rcoles es Mi?rcoles de Ceniza y empezamos la Cuaresma. Que este aleluya que hoy cantamos sea como un deseo de vivir muy intensa-mente el tiempo de conversi?n que vamos a iniciar, para llegar a la Pascua con toda la alegr?a.

Oraci?n universal: Presentemos ahora nuestras plegarias a Dios nuestro Padre, confiando en su amor que no tiene fin. Oremos diciendo: PADRE, ESC?CHANOS.

Para que la Iglesia de nuestro pa?s sea siempre portadora de concordia, de confianza, de esp?ritu de servicio. OREMOS:

Para que los hombres y mujeres de todas las religiones trabajemos unidos por un mundo m?s justo y en paz. OREMOS:

Para que los enfermos tengan el apoyo y la compa??a que necesitan. OREMOS:

Para que los que nos hemos reunido en esta iglesia para celebrar la Eucarist?a vivamos llenos de la alegr?a y la esperanza que Jes?s nos da. OREMOS:

Escucha, Padre, las oraciones que te hemos pre?sentado, y danos tu Esp?ritu Santo. Por Jesucristo, nuestro Se?or.

Publicado por verdenaranja @ 21:02  | Liturgia
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Art?culo publicado en el Bolet?n n?mero 165, Octubre-Diciembre 2006 de Manos Unidas.

Salvaguardar el ambiente es cuidar la vida

Manos Unidas, al final de este a?o, concluye el ciclo de tres campa?as dedicadas a los desaf?os que la globalizaci?n presenta para la vida de las poblaciones del Sur. A lo largo de los tres ?ltimos a?os, hemos reflejado en estas p?ginas lo que consideramos m?s urgente y determinante. Si la globalizaci?n no nos conduce a situaciones de bienestar e igualdad, algo est? fallando y debemos preguntarnos qui?nes son los responsables de que todav?a m?s de 1.200 millones de personas carezcan de las condiciones b?sicas de vida digna.

Y en el a?o 2006, declarado Ario interna-dona/ de /os Desiertos y /a Desertificaci?n, es in-dispensable referirnos al cuidado del ambiente no s?lo como "recurso" sino, y sobre todo, como "casa" de la vida. Nuestra casa com?n, a?o tras a?o, viene perdiendo su verdadero rostro, y se est? llenando de desiertos y de tierras ?ridas y semi?ridas, debido principalmente a la mano di-recta del hombre, al desarrollo desbocado que ha emprendido. El individualismo y el ego?smo campan por sus fueros al amparo de la euforia del progreso, de la prepotencia de los pa?ses industrializados, y de la ?tica de la autosuficiencia capitalista y materialista.

La reducci?n del ambiente al conjunto de recursos f?sicos naturales que el hombre puede explotar y dominar a su antojo, sin referencia a ninguna norma ?tica y jur?dica, s?lo en funci?n del consumo, la rentabilidad y el crecimiento econ?mico, hace que muchas relaciones econ?micas, pol?ticas, culturales y sociales carezcan de la necesaria orientaci?n al bien com?n. Esta concepci?n se manifiesta en tomar la naturaleza como un instrumento en las manos del hombre, capaz de proporcionarle recursos y energ?a ilimitados para gastar de manera ilimitada. Este consumismo destruye la relaci?n correcta del hombre consigo mismo, con los dem?s y con la naturaleza, y pone en peligro el futuro de las condiciones de vida digna para todos.

Cada d?a somos m?s conscientes de que el ambiente no se reduce a los recursos naturales, sino que se extiende a m?ltiples v?nculos entre lo humano y lo social. Todo lo que hacemos, especialmente en el ?mbito de la econom?a, en los lugares de trabajo y en la familia, y en el uso de las materias primas, tiene repercusi?n, para bien y para mal, en el ambiente. La cuesti?n eco/?gica es un problema global que afecta a todo el planeta y debe ser afrontada con soluciones globales. El hombre y la naturaleza est?n unidos en el mismo origen y destino. Pero el ser humano no es como los dem?s seres; es el interlocutor de Dios en la naturaleza. Hemos abusado del ambiente como recurso y hemos descuidado su dimensi?n como "casa" de todos. Trabajar por un desarrollo sostenible y por el uso equilibrado y equitativo de los recursos del planeta es condici?n indispensable para cumplir los Objetivos del Milenio, erradicar la pobreza extrema y el hambre, garantizar la educaci?n universal, mejorar la salud materna y reducir la mortalidad infantil.

En Manos Unidas, nuestra preocupaci?n y compromiso con el medio ambiente se traduce, entre otras cosas, en trabajar activamente por el desarrollo integral y solidario de las poblaciones m?s pobres. Los bienes de este mundo han sido creados por Dios para ser utilizados sabiamente por todos. El principio del destino universal de los bienes ofrece una orientaci?n fundamental para la adopci?n de estilos de vida sobria, sencilla y solidaria, tanto a nivel personal como social; para superar la mentalidad consumista y promover m?to?dos de producci?n que respeten el orden creado y la satisfacci?n de las necesidades de todos. Una mayor conciencia de la interdependencia entre todos los habitantes del Norte y del Sur ayudar?a a este cambio de estilo de vida y de desarrollo.

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Art?culo publicado en Revista Semanal de EL D?A, el s?bado 10 de Febrero de 2007


LA SIERVITA DE DIOS
JOS? GREGORIO GONZ?LEZ



Aunque en Canarias su popularidad es indiscutible, lo cierto es que a nivel nacional son escasas las referencias a Sor Mar?a de Jes?s en los tratados que expl?citamente o a?n de forma superficial abordan el abanico de anomal?as y portentos que rodean a los santos y religiosos. La siervita, como es llamada de forma cari?osa tanto por los creyentes en sus virtudes e intercesi?n que la contemplan como por los como centro de un fen?meno cuando menos curioso, naci? en el municipio tinerfe?o de El Sauzal el 23 de marzo de 1643, falleciendo un 15 de febrero de 1731 cuando contaba con 87 a?os de edad. Desde entonces su cuerpo permanece incorrupto y conservado de una forma que aparentemente raya lo prodigioso, por muy incr?dulos que seamos, en especial si tenemos en cuenta las peculiares condiciones ambientales que rodearon al cuerpo durante los primeros a?os despu?s de la defunci?n, en nada favorables a su preservaci?n. Su espectacular estado, junto a otros fen?menos extra?os igualmente interesantes ligados a ella, hacen de esta monja tinerfe?a un caso de indiscutible inter?s dentro del campo de la fenomenolog?a m?stica y la religiosidad popular.

Misticismo y devoci?n

Al contrario que otros cuerpos incorruptos venerados en un contexto religioso, el de Mar?a de Le?n Bello y Delgado, nombre de nacimiento de nuestra protagonista, no puede ser visitado por los fieles y p?blico en general en cualquier momento del a?o. Con ella ocurre todo lo contrario, de tal manera que si alguien desea ver de cerca este ins?lito fen?meno constituido por su incorruptibilidad debe madrugar y hacer cola un 15 de febrero, fe-cha en la que se conmemora su muerte, y las monjas de clausura del convento de Santa Catalina de La Laguna, enclave en el que se conserva desde hace siglos, exponen su cuerpo. Miles de personas pasan durante toda esa jornada ante el lujoso sarc?fago con cubierta de cristal regalado por Amaro Pargo, amigo de la monja y benefactor del convento que se sinti? bajo la protecci?n de la religiosa, guardando escrupulosamente su turno en las largas colas que circundan el edificio. Esta peregrinaci?n permite que cada a?o se sumen a la causa de su beatificaci?n centenares de nuevas gracias concedidas aparentemente por mediaci?n de la religiosa, incrementando as? la fama milagrera que se inici? cuando a?n viv?a y que ha llevado a situar su devoci?n entre las tres primeras de la isla, tras la que recibe la Virgen de Candelaria y el Hermano Pedro de Betancourt.

Aunque el cuerpo se encuentra situado a una decena de metros del lugar por el que discurren los peregrinos y la iluminaci?n no es demasiado buena, es posible con-templar con cierto detalle el aparente buen estado de conservaci?n de la religiosa a trav?s de las facciones de la monja, que vestida con los h?bitos dominicos parece tan s?lo dormir.

La vida de Sor Mar?a de Jes?s est? llena, como es de esperar, de todo tipo de relatos que ponen de relieve las gracias celestiales con las que al parecer fue bendecida, relatos tradicionales que l?gicamente resultan muy dif?ciles de verificar y que estimulan la devoci?n popular. Se cuenta por ejemplo que de peque?a sent?a una gran devoci?n por una imagen de un Ni?o Jes?s que se encontraba en la Iglesia de San Pedro, en El Sauzal, imagen que supuestamente le habr?a las puertas del templo para recibir su visita, o c?mo un laurel detuvo su crecimiento para poder seguir recibiendo directamente los cuidados de nuestra protagonista. Portentos que m?s bien parecen pertenecer al terreno de las habituales historias piadosas que surgen con el fin de tejer una biograf?a que ponga de manifiesto la presencia de la divinidad desde su infancia.

Fue en febrero de 1668 cuando entr? en el convento, para un a?o despu?s tomar el h?bito y vivir desde entonces fiel a sus votos y en una constante penitencia, en la que no faltaron las flagelaciones, el ayuno o el cargar con una pesada cruz de madera por los jardines. Actitudes de dolorosa entrega dif?cilmente comprensi?bles hoy en d?a, pero moneda com?n en otros tiempos en los que la religiosidad se viv?a de formas muy diferentes. El periodista de esta casa EL D?A y amigo, Domingo Garc?a Barbuzano, escribi? hace varios a?os una completa y devota biografia de la monja, en la que da cuenta de singulares fen?menos y acontecimientos de naturaleza "extra?a". Destaca por ejemplo un episodio de lo que en parapsicolog?a se conoce como telequinesis, en el que una medalla de acero con la imagen de la Soledad, propiedad de la monja, se recompuso espont?neamente tras haberse roto en varias piezas d?as antes, o incluso un episodio de posible levitaci?n descrito por otras monjas. Al igual que ocurre con otros m?sticos, Sor Mar?a de Jes?s entraba en ocasiones en ?xtasis, describi?ndose la emanaci?n de cierta luminosidad de su rostro, as? como una elevaci?n destacable de la temperatura corporal "Cuando comulgaba, describe Barbuzano, su cuerpo era abrazado por un calor divino que le afloraba en el rostro. Era tan grande que, en una ocasi?n, manifest?: aparta de mi Se?or que no puedo sufrir tanta llama. Disimulaba dicho calor diciendo que era por la capa y el velo del h?bito". Hablar?amos en ambos casos de fen?menos parabiol?gicos de singular inter?s.

Incorruptibilidad

La vida de la religiosa cuenta tambi?n con diversos episodios premonitorios, junto a un curioso sue?o tras el cual desarroll? un estigma en el costado y una m?s que posible bilocaci?n atestiguada por el famoso corsario Amaro Pargo, adem?s de algunos escritos m?sticos estudiados por sus bi?grafos y custodiados por las monjas. A pesar de haberse dado episodios de apariencia sobrenatural por s? solos significativos, estos posiblemente no habr?an trascendido de no ser por confluir con el de la incorruptibilidad de su cuerpo, descubierto a los tres a?os de haber sido sepultada. Cuentan los textos que poco antes de morir cay? en ?xtasis, conservando el pulso y las pupilas claras m?s de 24 horas, manando sangre fluida al hacer alg?n corte, y un l?quido transparente que mantuvo su fragancia a jazm?n hasta varios a?os de?pu?s. En enero del a?o 1734, cuando se proced?a al traslado de los restos, se descubri? que permanec?a intacto, con las ropas empapadas, flexible, con su color natural, d?ndose la circunstancia incluso de que un trozo de carne que le quit? una religiosa conservado en un relicario parec?a haber crecido de forma inexplicable. Y as? desde entonces, a pesar de haber transcurrido la friolera de m?s 273 a?os.

Aunque existe una larga tradici?n milagrera, la Iglesia se muestra tan exigente que al menos en estos casos llega a hacer de "abogado del diablo", con tal de certificar fuera de toda duda la naturaleza sobrenatural de los hechos presentados como milagrosos. Y aunque la incorruptibilidad no es un signo de santidad, es evidente que tambi?n en este caso genera una importante devoci?n popular. No obstante, en el expediente de la causa de beatificaci?n de La Siervita existen varios episodios de curaciones que se barajan como candidatos a prodigios, aunque, a fecha de hoy y en un mundo tan expuesto a lo impensable, ninguno de ellos resulta concluyente. Tal vez este a?o nos den a los curiosos y a los que se declaran devotos el milagro esperado.

El sorprendente caso de Sor Mar?a de Jes?s



Este 15 de febrero se repetir? nuevamente el ritual. Miles de personas, en su inmensa mayor?a fieles creyentes, desfilan a escasos metros de distancia del vistoso sarc?fago en el que se conserva el cuerpo incorrupto de la monja Sor Mar?a de Jes?s. Una cubierta de cristal permite contemplar el cuerpo de la religiosa revestida de sus h?bitos, dejando al descubierto las manos y un rostro por el que no parece haber pasado el tiempo. 276 a?os la contemplan.


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11 Febrero 2007 (ACI).- Miles de fieles y peregrinos se dieron cita este medio d?a en la Plaza de San Pedro para rezar el ?ngelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien al introducir la oraci?n mariana record? que el sufrimiento adquiere sentido cuando es unido al sufrimiento de Cristo crucificado.

?Es necesario mantener el desarrollo de los cuidados paliativos que ofrezcan una asistencia integral y concedan a los enfermos incurables el sostenimiento humano y el acompa?amiento espiritual que tanto necesitan?, dijo el Papa a los presentes el d?a en que la Iglesia celebra la Jornada Mundial del Enfermo.

Tambi?n hizo notar que hoy, 11 de febrero, se celebra tambi?n ?la primera aparici?n de la Virgen Mar?a a santa Bernardette en la gruta de Massabielle en Lourdes?, Santuario Mariano que se ha convertido ?en meta de numerosos peregrinos enfermos, que poni?ndose a la escucha de Mar?a Sant?sima, son alentados a aceptar sus sufrimientos y a ofrecerlos para la salvaci?n del mundo, uni?ndolos a los de Cristo crucificado?.

M?s adelante record? que ?esta tarde, en la Bas?lica de San Pedro, se reunir?n numerosos enfermos y peregrinos? para la celebraci?n Eucar?stica con el Cardenal Camilo Ruini.

Seguidamente el Santo Padre rez? el ?ngelus dominical e imparti? su Bendici?n Apost?lica.

S?bado, 10 de febrero de 2007
10 Feb. (ACI).- Esta ma?ana el Papa Benedicto XVI recibi? en el Aula Pablo VI a la Confederaci?n Nacional de las Misericordias de Italia y de los Donadores de sangre ?Fratres?, y exhort? a los participantes a amar con los hechos, en lo concreto, y no en lo abstracto.

?Con vuestra presencia y vuestra acci?n contribu?s a difundir el Evangelio del amor de Dios para todos los hombres? dijo el Pont?fice al iniciar su discurso.

?Las Misericordias ?continu?- son la m?s antigua forma de voluntariado organizado?, cuyos miembros ?desean honrar a Dios con obras de misericordia hacia el pr?jimo, en el m?s absoluto anonimato y en total gratuidad?.

El Papa record? como en el encuentro definitivo con el Se?or, ?se nos preguntar? si a lo largo de nuestra existencia hemos alimentado al hambriento, dado de beber al sediento; si hemos acogido al forastero y abierto las puertas de nuestro coraz?n al necesitado. En una palabra, en el juicio final Dios nos preguntar? si hemos amado no en modo abstracto, sino con los hechos?.

Citando a San Juan de la Cruz record? que ?al final de nuestras vidas seremos juzgados por el amor? y continu? afirmando que ?el amor es un lenguaje que llega directamente al coraz?n y lo abre a la confianza?.

?Os exhorto ?prosigui?- a estar siempre listos a responder a cuantos os pregunten por la raz?n de la esperanza que est? en vosotros?.

Seguidamente reflexion? sobre la importancia ?que tiene el conservar las propias ra?ces cristianas en Italia y en Europa? afirmando que ?las Misericordias no son una agregaci?n eclesial, sino que sus ra?ces hist?ricas son cristianas?.

Para mantener tales ra?ces el Papa destac? la realizaci?n de ?peri?dicos momentos de calificaci?n y formaci?n, para profundizar cada vez m?s las motivaciones humanas y cristianas de vuestras actividades?.

Asimismo hizo notar el ?riesgo que el voluntariado pueda reducirse a un simple activismo. Si permanece vital la carga espiritual, se puede comunicar a los otros muchas m?s cosas que las materialmente necesarias: puede ofrecer al pr?jimo en dificultad la mirada del amor que necesita?.

M?s adelante se refiri? a la ?funci?n educativa? con la que las Misericordias ?contribuye a tener viva la sensibilidad por los valores m?s nobles, como la fraternidad y la ayuda desinteresada a quien se encuentra en dificultades?.

Finalmente el Papa invit? a los j?venes para que ?saquen beneficio de la experiencia del voluntariado, porque correctamente aplicado, se convierte en escuela de vida, que los ayuda a dar a la propia existencia un sentido y un valor m?s alto y fecundo?.

Meditaci?n sobre el Evangelio, Lc 6, 17.20-26, del Domingo VI del Tiempo Ordinario, sacado de NOVEDADES FLUVIUM

Felices en la tierra



Alguno podr?a pensar que estas palabras del Se?or reflejan el estilo de vida de los cristianos, de suyo tristes y sumidos habitualmente en la contrariedad. Frente a esas vidas tan lamentables, discurrir?an el resto de los hombres ?la mayor?a de la gente? gozando, libres de las exigencias de Jesucristo o, al menos, sin complicarse innecesariamente la vida. Es indudable que las palabras del Se?or son de alabanza para los que sufren, para los que sienten necesidades materiales y del esp?ritu; mientras que, por as? decir, amenaza a los que piensan no carecer de nada, a los que se sienten satisfechos por c?mo les van las cosas.

Es ?ste un pasaje, entre otros ?el de las Bienaventuranzas?, cargado de todo el misterio de Dios y, consecuentemente, de toda su grandeza. Nos interesa, por lo tanto, calar en su profundo sentido, para acabar haciendo vida de nuestra vida esos modos de ser que el Se?or aconseja. Porque no son las Bienaventuranzas unos consejos "piadosos" en el sentido flojo de esta expresi?n, sin fuerza para comprometer al cristiano. Se trata, por el contrario, de verdaderos retos que Jesucristo plantea a todos los hombres, reclamando de cada uno, a trav?s de ellos, el asentimiento a su divinidad.

Es preciso ser realistas ante ese modo de vida, que hemos de incorporar si queremos ser consecuentes con nuestra fe. Para ello no hay m?s remedio que reconocer que no se entiende que sean bienaventurados los pobres, y los que padecen hambre, y los que lloran... Como tampoco se entiende que deban lamentarse, en cambio, los ricos y los que son honrados con la gente. No se entiende, al menos desde el punto de vista m?s com?n, exclusivamente humano. No es eso lo que nos entra habitualmente por los ojos: a lo que nos tiene acostumbrados la vida.

No olvidemos que fue voluntad de Dios, Creador del hombre y de cuanto existe, que fu?ramos capaces de ?l y que nuestra plenitud personal consistiera en poseerle. No ha de extra?arnos, entonces, que constituya una verdadera desgracia para el hombre ?capaz de Dios? sentirse ya satisfecho con realidades s?lo temporales. De esos hombres se lamenta el Se?or: ?ay de vosotros los ricos ?dice, por ejemplo?, porque ya hab?is recibido vuestro consuelo! Consuelo, por lo dem?s, en que consist?a su ilusi?n y que buscaban como decisivo objetivo de sus proyectos, por falso que fuera en realidad y desilusionante a la postre. Por eso, cuando no son un medio para amar a Dios, todas las realidades de este mundo no deben ser sino instrumentos con que procuremos agradar a nuestro Creador y Padre.

?D?nde est?n mis ideales, mis ilusiones? ?En qu? tengo puesta mi esperanza y cu?les son mis proyectos? Y recordamos aquellas otras palabras de Cristo, de que ning?n criado puede servir a dos se?ores, pues odiar? a uno y amar? al otro, o preferir? a uno y despreciar? al otro. No pod?is ?concluye? servir a Dios y al dinero. Y otro tanto sucede con los honores, con la salud, con la comodidad y con todo lo que nos atrae en la vida, pero no puede traspasar los l?mites de lo temporal y caduco. No nos dejemos atraer por esos ideales, considerados s?lo "de tejas abajo", como si busc?ramos en ellos lo que no pueden dar. Hagamos un acto expl?cito de fe en que s?lo Dios nos puede colmar, en que son apariencias, ilusiones para nosotros peque?as, esas otras apetencias que nos ofrece este mundo, cada d?a, por cierto, con m?s estudiado atractivo.

Movidos por esa fe, comprendemos que es l?gico que queden insatisfechos seg?n este mundo los realmente felices, los bienaventurados: los que buscando derechamente y s?lo a Dios en la vida ?muy posiblemente, mientras llevan a cabo sus quehaceres ordinarios como los dem?s?, no dejan tiempo ni ilusi?n para poner en lo que no es Dios. Por as? decir, Dios les agota, consume todas sus energ?as y su capacidad de amar, de paso que Nuestro Padre no encuentra obst?culo para mostrarles su amor, puesto que no quieren que nada los distraiga de ?l. Desean positivamente sentirse libres ?y serlo de verdad? de ataduras terrenas por peque?as que sean, que ser?an freno, lastre in?til en su camino hasta el Cielo.

Ciertamente, los bienaventurados de los que habla Jes?s sufren. Es real que notan la ausencia de esos consuelos que ven en otros y, como son gente normal, notan el atractivo de la vida confortable y sin dificultades que podr?an llevar, con s?lo no tomarse la fe tan en serio. El cristiano siente por eso a menudo la tentaci?n de desistir, de ser uno de tantos...; y la tentaci?n de hacer compatible el amor a Dios sobre todas las cosas, con un cierto amor ?pero verdadero amor, al fin y al cabo? a las cosas en s? mismas. Ser?a contemporizar: por ejemplo, dejando a Dios para el fin de semana; o buscando agradarle hasta cierto punto, como la sugerencia que refiere san Josemar?a en aquel punto de Camino:

Me dices que tienes en tu pecho fuego y agua, fr?o y calor, pasioncillas y Dios...: una vela encendida a San Miguel, y otra al diablo.
Tranquil?zate: mientras quieras luchar no hay dos velas encendidas en tu pecho, sino una, la del Arc?ngel.


Pidamos a Nuestra Madre ?maestra de fe? que nos convenza de que, como Ella, s?lo somos felices cuando nada m?s buscamos al Se?or.


Publicado por verdenaranja @ 23:21  | Espiritualidad
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ZENIT publica el documento que ha emitido el presidente de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, monse?or Bernardo Hombach, obispo de Juigalpa, sobre ?La Iglesia y el VIH/Sida?


?La pandemia del VIH/Sida es una de las crisis m?s graves de salud, social, econ?mica, de seguridad y de desarrollo humano con las que el planeta se enfrenta. Mata a millones de adultos en su mayor plenitud. Quiebra y empobrece a las familias, debilita la fuerza laboral, convierte a millones de ni?os en hu?rfanos y pone en riesgo el tejido social y econ?mico de las comunidades y la estabilidad pol?tica de las naciones?. (Carta CELAM Sida)

En el a?o 2005 m?s de 5.5 millones de personas fueron infectadas por VIH/Sida y tres millones murieron.

Tambi?n en Nicaragua esta amenaza tiene un crecimiento silencioso.

Actitud de la iglesia
Nos encontramos con el problema de la estigmatizaci?n, que condena a estas personas a una muerte social, antes que la enfermad haya provocado la muerte f?sica. Muchos infectados viven con el miedo de ser expulsados de sus familias y marginados en la sociedad.

Nos dirigimos a ustedes, familiares y amigos: no los rechacen de sus hogares, haci?ndoles su cruz m?s pesada. Acomp??enlos con comprensi?n y amor. En estos momentos los necesitan m?s que nunca.

Les invitamos a ustedes hermanos y hermanas infectados, a poner toda la confianza en el Dios de la Vida y que recen con el salmista: ?Dios m?o, refugio m?o y fortaleza m?a, en Ti conf?o? (PS. 91,1) Ofrezcan sus dolores y angustias al Se?or y due?o de todo viviente.

Adem?s es exigencia absoluta del amor por parte de ustedes, de llevar una vida disciplinada para no infectar a otros.

Promover Civilizaci?n del amor
La Iglesia muestra su preocupaci?n y compasi?n con hechos concretos, cuya exigencia nos urge a un mayor compromiso cada d?a. A nivel mundial, el 27 por ciento de las casas de atenci?n est?n en manos de la Iglesia y a nivel centroamericano es el 75 por ciento. Agradecemos a las religiosas y todos aqu?llos, que se atiendan con abnegaci?n a estos enfermos.

Para responder mejor a esta problem?tica, Caritas de Nicaragua form? en marzo 2006 una comisi?n integrada por miembros de diferentes partes del pa?s.

Medicamentos para los enfermos
La necesidad imperiosa de tratamiento para estos enfermos puede satisfacerse con los avances de la ciencia m?dica. Desafortunadamente, el costo del tratamiento m?dico es elevado y a menudo est? m?s all? del alcance no s?lo de los pobres sino tambi?n de la clase media. Este problema econ?mico se agrava por cuestiones legales, tales como interpretaciones contenciosas del derecho a la propiedad intelectual.

Como Iglesia nos unimos al clamor de las dem?s organizaciones y pedimos el acceso universal a los medicamentos necesarios para esta enfermedad. Esta exigencia se debe transformar en una pol?tica p?blica para todos los pa?ses. La absolutizaci?n del derecho a la propiedad intelectual, que impide el acceso a los medicamentos necesarios a millones de infectados, es inmoral, as? como el lucro exagerado de los laboratorios farmac?uticos internacionales.

Fidelidad matrimonial
Para la prevenci?n eficaz de esta epidemia es importante enfatizar en el valor de la fidelidad en el matrimonio y del compromiso conyugal como factores fundamentales en la contenci?n de la pandemia del sida. ??la abstinencia y la fidelidad no son s?lo el mejor camino para evitar infectarse por el VIH/Sida o infectar a otros, sino que tambi?n son el mejor camino para lograr una vida larga y feliz?. (Carta CELAM frente al sida).

?Remedio para el sida, uno con una para toda la vida? (Eslogan de la Conferencia Episcopal Argentina).

Para proteger a nuestra juventud es indispensable la educaci?n de valores. Como Iglesia tenemos que anunciar, en contra de una fuerte presi?n p?blica, que la verdadera felicidad no consiste en el libertinaje y hedonismo, sino en una vida, llevada seg?n la voluntad de Dios, donde la abstinencia y el sacrificio son signos de libertad interior que conducen a la verdadera felicidad. Ser libres exige liberarnos de toda esclavitud que nos atrapa.

Educaci?n en Valores
La informaci?n sobre el cond?n es una respuesta simplista a lo que requiere la juventud. No convierte la inmadurez en madurez. La formaci?n, no solamente la informaci?n, es lo que se necesita. M?s que hablar sobre el cond?n, ser? mucho m?s efectivo preparar y equipar a los padres y educadores con los apropiados conocimientos para educar a sus hijos y alumnos sobre el valor de la sexualidad, relaci?n profunda humana, di?logo de personas y no s?lo de cuerpos aunque tambi?n se exprese en la corporeidad. Se ha banalizado la exigencia del amor y de la ternura, reduci?ndolo a la pura genitalidad, a lo puramente biol?gico.

Cambios necesarios
As? como defiende la Iglesia los derechos de los enfermos de esta endemia, tambi?n mira con preocupaci?n el derecho que tienen los dem?s de ser protegidos. Para evitar la estigmatizaci?n del afectado se mantiene en el anonimato completo su situaci?n, fomentando la posibilidad que infecte a muchos otros incontroladamente. Es necesario que se clasifique al HIV/Sida igual que cualquier otra enfermedad infecciosa, como la tuberculosis. Actualmente en los sistemas penitenciarios por ejemplo, donde supuestamente hay internos infectados, se puede exigir un an?lisis de tuberculosis, pero el an?lisis de sida solamente con el permiso expreso del individuo.

Una de las principales causas de esta enfermedad es un concepto inadecuado de ?g?nero? con que organismos nacionales e internacionales, disponiendo de fuertes medios financieros, quieren cambiar valores fundamentales de nuestra gente creyente, como es la familia. La Iglesia permanece fiel al concepto del Creador: ?desde el principio cre? Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios los cre?; var?n y mujer los cre?. (Gn 1,27).

Por lo tanto es mandato ineludible del mandamiento del amor, eliminar, el car?cter discriminatorio a quienes padecen dicha enfermedad, haciendo as? m?s pesada la cruz que llevan. Por otro lado nos preguntamos, si no es tiempo de sacar del secretismo e intento de silenciar las graves causas y consecuencias de esta pandemia y declararla como cualquier otra enfermedad contagiosa por razones elementales de justicia para con el mismo enfermo como para su entorno en sus relaciones, que el sida debe ser tratado con toda responsabilidad. Curiosamente, quienes se oponen a analizar las causas, se oponen a su identificaci?n.

Llamado a la conversi?n
La Iglesia no pretende ser juez de sus hermanos y hermanas pero se siente responsable de se?alar todo aquello que atenta a la verdad original del ser humano.
?Mar?a, Madre de la Iglesia, nos ense?a a estar al lado de quienes sufren con la solicitud y la generosidad que son peculiares de una madre. Su silenciosa proximidad al lado de Jes?s que muere, nos sugiere quiz?s la ?nica presencia pastoral posible frente a la muerte? anticipada. (Carta CELAM).
Managua, 24 de enero 2007

Publicado por verdenaranja @ 23:10  | Hablan los obispos
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Comentario/reflexi?n que ha difundido el Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales para la 41? Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que se celebrar? el 20 de mayo de 2007 con el tema ?Los ni?os y los medios de comunicaci?n social: un reto para la educaci?n?. Este es el tema al que ha dedico en este a?o su mensaje Benedicto XVI con motivo de esta Jornada.


"La educaci?n para los medios, como toda labor educativa, requiere la formaci?n del ejercicio de la libertad. Se trata de una tarea exigente. (...) La verdadera libertad nunca condenar?a a un individuo - especialmente un ni?o - a la b?squeda insaciable de la novedad. A la luz de la verdad, la aut?ntica libertad se experimenta como una respuesta definitiva al "s?" de Dios a la humanidad, que nos llama a elegir lo que es bueno, verdadero y bello (...). Los padres de familia son, pues, los guardianes de la libertad de sus hijos; y en la medida en que les devuelven esa libertad, los conducen a la profunda alegr?a de la vida."

En este Mensaje el Papa Benedicto XVI define toda labor educativa como formaci?n para que los ni?os y ni?as aprendan a ser libres, es decir, vayan ejerciendo cada vez m?s su libertad en el contexto social en el que ha nacido, lo cual les conducir? a una profunda alegr?a de vivir. Este, que ya de por s? es un gran desaf?o, en nuestro tiempo no puede ignorar que los peque?os reciben constantemente el impactante influjo de los mensajes medi?ticos. Por ello el Papa invita de un modo firme a la Iglesia, a la familia y a la escuela a ejercer una positiva educaci?n para los medios.

Es importante notar que, lejos de huir de la realidad medi?tica en que nos encontramos, el Papa Benedicto XVI nos anima a entrar en ella con valent?a, seleccionando lo mejor para nosotros mismos y para las nuevas generaciones."

El Santo Padre recuerda que los ni?os no est?n solos, no deben estar solos ante los est?mulos tan atractivos que reciben de los medios y que a veces les lleva a confundir la realidad con la ficci?n. En primer lugar los padres, pero tambi?n la comunidad parroquial y diocesana, as? como los maestros y profesores, han de comprender los lenguajes medi?ticos para ser ellos mismos selectivos, y poder acompa?ar y ayudar a los ni?os de modo que disciernan y elijan progresivamente con acierto qu? mensajes, qu? programas, qu? videojuegos son ?ptimos para su formaci?n. Ofrece asimismo los grandes criterios para orientarse: la belleza, la bondad, la verdad. El objetivo de todo esto es que los peque?os no sean arrastrados hacia tem?ticas y enfoques empobrecedores y enga?osos que, bajo la aparente bandera de la libertad, los lanzan a una b?squeda insaciable de novedad que a la larga les deteriora y deprime. M?s bien se trata de que aprendan a elegir por s? mismos aquello que les construye y les hace crecer en el bien y la alegr?a: "La belleza, que es como un espejo de lo divino, inspira y vivifica los corazones y mentes j?venes, mientras que la fealdad y la tosquedad tienen un impacto deprimente en las actitudes y comportamientos."

En estas palabras late un mensaje vital para poder desarrollar cualquier labor formativa: la belleza, "espejo de lo divino", orienta y estimula el ejercicio responsable de la libertad.

No falta, adem?s, una fuerte invitaci?n a los responsables de los medios para que pongan en primer lugar el respeto a la persona humana. Comprendiendo que a veces los operadores de los medios se ven sometidos a intensas presiones comerciales, sin embargo exhorta a ellos y a los productores "a salvaguardar el bien com?n, a preservar la verdad, a proteger la dignidad humana individual y a promover el respeto por las necesidades de la familia."

Discurso que dirigi? Benedicto XVI el viernes, 9 de Febrero de 2007, al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de Colombia ante la Santa Sede, el se?or Juan G?mez Mart?nez.


Se?or Embajador:
1. Me complace recibir de sus manos las Cartas que lo acreditan como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la Rep?blica de Colombia ante la Santa Sede. Le doy mi m?s cordial bienvenida a este encuentro con el que inicia su misi?n y le agradezco las amables palabras que me ha dirigido, as? como el deferente saludo que el Se?or Presidente, el Doctor ?lvaro Uribe V?lez, ha querido hacerme llegar por medio de usted, como expresi?n de la cercan?a espiritual del pueblo colombiano al Papa.

Vuestra Excelencia viene a representar ante la Santa Sede a una Naci?n que, a lo largo de su historia, se ha distinguido por su identidad cat?lica. Sus palabras me han recordado, y me han permitido comprobar una vez m?s, el vivo afecto y la filial devoci?n de los colombianos al Sucesor de Pedro, como fruto de una arraigada vivencia de la fe cristiana, y que se manifiesta adem?s en el aprecio de los fieles hacia los Obispos y sus colaboradores, tratando de mantener las tradiciones y las virtudes heredadas de los mayores.

2. No pasan desapercibidos ante el mundo los importantes esfuerzos que su pa?s ha hecho para buscar la paz y la reconciliaci?n, junto con el empe?o por fomentar el progreso y unas instituciones democr?ticas m?s s?lidas. Son de alabar los objetivos alcanzados para una mayor seguridad y estabilidad social, as? como en la lucha contra la pobreza. Tambi?n hay que destacar la constante preocupaci?n en materia de educaci?n, favoreciendo el acceso de todos los ciudadanos a los programas escolares y universitarios, pues la educaci?n es el cimiento de una sociedad m?s humana y solidaria.

No obstante, como usted ha mencionado, en su pa?s se siguen dando complejas situaciones en el campo pol?tico y social. Conozco los desaf?os que entra?a el llevar adelante un di?logo de paz, necesario a pesar de los m?ltiples escollos que surgen en el camino. Persisten, adem?s, otros problemas en la sociedad que atentan contra la dignidad de las personas, la unidad de las familias, un justo desarrollo econ?mico y una conveniente calidad de vida. Teniendo en cuenta tanto los logros como las dificultades, animo a todos los colombianos a continuar en sus esfuerzos para conseguir la concordia y el crecimiento arm?nico de la naci?n. Estas aspiraciones s?lo alcanzan su plena realizaci?n cuando Dios es considerado como el centro de la vida y de la historia humana.

3. Por esto aprecio que Vuestra Excelencia haya subrayado la importante labor de la Iglesia cat?lica para la reconciliaci?n nacional. En efecto, adem?s de la participaci?n directa de algunos Obispos, sacerdotes y religiosos en las acciones encaminadas a construir la paz, su voz ha resonado tambi?n en los momentos decisivos de la vida colombiana, recordando cu?les son las bases insustituibles del verdadero progreso humano y de la convivencia pac?fica, exhortando a los cat?licos y a los hombres de buena voluntad a seguir el camino del perd?n y de la responsabilidad com?n para instaurar la justicia.

4. Como Pastor de la Iglesia Universal, no puedo dejar de expresar a Vuestra Excelencia mi preocupaci?n por las leyes que conciernen a cuestiones muy delicadas como la transmisi?n y defensa de la vida, la enfermedad, la identidad de la familia y el respeto del matrimonio. Sobre estos temas, y a la luz de la raz?n natural y de los principios morales y espirituales que provienen del Evangelio, la Iglesia cat?lica seguir? proclamando sin cesar la inalienable grandeza de la dignidad humana. Es necesario apelar tambi?n a la responsabilidad de los laicos presentes en los ?rganos legislativos, en el Gobierno y en la administraci?n de la justicia, para que las leyes expresen siempre los principios y los valores que sean conformes con el derecho natural y que promuevan el aut?ntico bien com?n.

5. El inicio de su misi?n ante la Santa Sede me ofrece tambi?n la oportunidad de recordar lo que ya dije el mes pasado en mi discurso al Cuerpo Diplom?tico ante la Santa Sede. Al hablar sobre varios pa?ses, me refer? "en particular a Colombia, donde el largo conflicto interno ha provocado una crisis humanitaria, sobre todo por lo que se refiere a las personas desplazadas. Se deben hacer todos los esfuerzos necesarios para pacificar el pa?s, para devolver las personas secuestradas a sus familias, para volver a dar seguridad y una vida normal a millones de personas. Esas se?ales dar?an confianza a todos, incluso a los que han estado implicados en la lucha armada" (8 enero 2007).

Es mi ardiente deseo que en su pa?s se ponga fin a este cruel flagelo de los secuestros, que atentan de manera tan grave a la dignidad y a los derechos de las personas. Acompa?o con mi oraci?n a quienes se hallan injustamente privados de la libertad y expreso mi cercan?a a sus familias, confiando en su pronta liberaci?n.

A este respecto, las numerosas instituciones dedicadas a la caridad, siguiendo los proyectos pastorales de la Conferencia Episcopal y de las di?cesis, est?n llamadas a prestar asistencia humanitaria a los m?s necesitados, especialmente a los desplazados, tan numerosos en Colombia, as? como a las v?ctimas de la violencia. De este modo dan tambi?n testimonio del esfuerzo de la Iglesia que, siempre en el marco de su propia misi?n y en las circunstancias que vive la naci?n, es art?fice de comuni?n y de esperanza.

6. Al terminar este encuentro, deseo manifestarle nuevamente mis anhelos de que en su Patria se consolide la paz tan anhelada, as? como la reconciliaci?n. Ruego a Dios Padre que haga fructificar todos los esfuerzos realizados con este fin. Invoco tambi?n la intercesi?n de Nuestra Se?ora del Rosario de Chiquinquir? sobre el querido pueblo colombiano, sobre el Se?or Presidente y los dem?s gobernantes, y especialmente sobre Vuestra Excelencia y su distinguida familia, dese?ndole un gran acierto en el cumplimiento de la alta misi?n que le ha sido confiada.

[Texto original en espa?ol]

Publicado por verdenaranja @ 22:46  | Habla el Papa
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(Diario de Avisos, 10 - II, Santa Cruz) El presidente del Cabildo, Ricardo Melchior, y el Obispo, Bernardo ?lvarez, firmaron ayer un convenio de colaboraci?n para realizar la instalaci?n el?ctrica y protecci?n contra incendios de la iglesia de San Francisco, de Santa Cruz. La ejecuci?n de estos trabajos supone una inversi?n de 71.012 euros, el 90% aportado por el Cabildo y el 10% restante la Di?cesis Nivariense, que adem?s se encargar? de la contrataci?n de las obras. Este templo form? parte del desaparecido convento franciscano fundado en 1680 por el obispo Bartolom? Garc?a. El techo tiene armaduras de estilo mud?jar, y la portada principal data de 1777. El inmueble est? declarado como Bien de Inter?s Cultural (BIC) con la categor?a de Monumento. / DA

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El Directo del ISTIC con sede en TRenerife nos participa de la jornada Anual de ?tica y Pol?tica.


Instituto Superior de Teolog?a de las Islas Canarias
"Virgen de Candelaria"

SEDE DE TENERIFE
Edificio del Seminario Diocesano, La Verdellada, s/n ? Apdo. 19, 38207 - La Laguna ?
Tenerife.
Tfno. 922252540 - Fax. 922252067; www".cettenerife.org ? [email protected]
SEDE DE GRAN CANARIA
Campus Universilario de Tafira, Apdo. 75 - Tafira Alta, 35017 ? Las Palmas de Gran Canaria
Tfno. 928452946 ? Fax. 928452947; [email protected]


La Laguna, 5 de febrero de 2007 Estimados amigos:


Como pueden ver por la propaganda que se adjunta, estamos a punto de iniciar la edici?n 2007 de la Jornada anual de ?tica y Pol?tica. La ?ltima semana de febrero y los primeros d?as de marzo, del 26 de febrero al 2 de marzo, se desarrollar? el curso "PERSONA, RECURSOS, AUTORIDAD... ?EQUILIBRIO IMPOSIBLE?"

La C?tedra de ?tica y Pol?tica del ISTIC-Tenerife, en colaboraci?n con la Universidad de La Laguna, ofrece una reflexi?n serena y rigurosa sobre las consecuencias derivadas del principio del bien com?n, cuando los recursos que se han de gestionar son limitados, como es el caso del agua, la sanidad y, en nuestras islas, el territorio.

La calidad de los ponentes y de los miembros de las mesas redondas est? sobradamente garantizada. Corresponde al Profesor del ISTIC-Gran Canaria, DR. D. CRIST?BAL D?NIZ HERN?NDEZ la direcci?n de las jornadas.

De sobra es conocido que se trata de un curso que cuenta con el reconocimiento por parte de la Universidad de La Laguna de 2 cr?ditos de libre elecci?n. Pero m?s all? de esto, se trata de un curso importante en el que se pone sobre la reflexi?n ?tica la sostenibilidad y el equilibrio de los recursos que usamos, y se ofrece a la gesti?n pol?tica de los mismos algunos criterios que nacen del sentido cristiano de la existencia, del hombre y del mundo.

Esperamos que les resulte de inter?s y vernos en la presente edici?n de la C?tedra de Etiea y Pol?tica.


Quedo a su disposici?n.
V?ctor Oliva Garc?a
Director de la C?tedra de ?tica y Pol?tica
STIC-Tenerife

(EL D?A, 10 - II, Arafo) La Villa de Arafo presentar? ma?ana el programa de actos conmemorativos del primer centenario de culto a Mar?a Auxiliadora, patrona del municipio. La iglesia parroquial de San Juan Degollado ha preparado un programa de actividades que cuenta con el respaldo del ayuntamiento.

Las actividades ser?n presentadas por el p?rroco, Vicente Jorge Dorta, y el alcalde, Domingo Calzadilla, a las 19:00 horas, en dicho templo.

En el folleto editado con este motivo el alcalde indica que "la comisi?n creada para celebrar el centenario se ha cuidado mucho de confeccionar un programa interesante, donde se refleje la nobleza de un pueblo a la hora de homenajear a su Virgen".

Los actos religiosos que han sido programados se celebrar?n durante los meses de marzo, abril y mayo, entre los que destacan las procesiones, seg?n informa la corporaci?n municipal arafera.

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ZENIT publica el comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap. -predicador de la Casa Pontificia- a la liturgia del domingo, 11 de Febrero de 2007, VI del Tiempo Ordinario.


?Bienaventurados vosotros, los pobres! ?Ay de vosotros, los ricos!



VI Domingo del Tiempo Ordinario [C]
Jerem?as 17, 5-8; I Corintios 15, 12.16-20; Lucas 6, 17.20-26


La p?gina del Evangelio de este domingo, las Bienaventuranzas, nos permite verificar algunas cosas que dijimos, con anterioridad, acerca de la historicidad de los evangelios [Zenit, 19 enero 2007. Ndt]. Dec?amos en aquella ocasi?n que, al referir las palabras de Jes?s, cada uno de los cuatro evangelistas, sin traicionar su sentido fundamental, desarroll? un aspecto en lugar de otro, adapt?ndolas a las exigencias de la comunidad para la que escrib?a.

Mientras Mateo refiere ocho Bienaventuranzas pronunciadas por Jes?s, Lucas refiere s?lo cuatro. En compensaci?n, sin embargo, Lucas refuerza las cuatro Bienaventuranzas, oponiendo a cada una de ellas una maldici?n, introducida por un ??ay!?. M?s a?n: mientras el discurso de Mateo es indirecto: ??Bienaventurados los pobres!?, el de Lucas es directo: ??Bienaventurados vosotros, los pobres!?. Mateo acent?a la pobreza espiritual (?bienaventurados los pobres de esp?ritu?), Lucas acent?a la pobreza material (?bienaventurados vosotros, los pobres?).

Pero son detalles que no cambian en lo m?s m?nimo, como se ve, la sustancia de las cosas. Cada uno de los dos evangelistas, con su modo particular de referir la ense?anza de Jes?s, subraya un aspecto nuevo, que de otra forma habr?a quedado en la sombra. Lucas es menos completo en el n?mero de las Bienaventuranzas, pero recoge perfectamente su significado de fondo.

Cuando se habla de las Bienaventuranzas, el pensamiento va inmediatamente a la primera de ellas: ?Bienaventurados vosotros, los pobres, porque vuestro es el reino de Dios?. Pero en realidad el horizonte es mucho m?s amplio. Jes?s traza, en esta p?gina, dos modos de concebir la vida: o ?por el reino de Dios? o ?por la propia consolaci?n?, esto es, o en funci?n exclusivamente de esta vida o en funci?n de la vida eterna. Esto es lo que evidencia el esquema de Lucas: ?Bienaventurados vosotros ? Ay de vosotros?: ?Bienaventurados vosotros, los pobres, porque vuestro es el reino de Dios... ?Ay de vosotros, los ricos!, porque hab?is recibido vuestro consuelo?.

Dos categor?as, dos mundos. A la categor?a de los bienaventurados pertenecen los pobres, los hambrientos, los que ahora lloran y los que son perseguidos y proscritos a causa del Evangelio. A la categor?a de los desventurados pertenecen los ricos, los saciados, los que ahora r?en y los que son llevados en la palma de la mano por todos.

Jes?s no canoniza sencillamente a todos los pobres, los que padecen hambre, los que lloran y son perseguidos, como no demoniza simplemente a todos los ricos, los saciados, los que r?en y son aplaudidos. La distinci?n es m?s profunda; se trata de saber sobre qu? cosa uno fundamenta su propia seguridad, sobre qu? terreno est? construyendo el edificio de su vida: si sobre aqu?l que pasa o sobre aqu?l que no pasa.

La p?gina de hoy del Evangelio es verdaderamente una espada de doble filo: separa, traza dos destinos diametralmente opuestos. Es como el meridiano de Greenwich que divide el este del oeste del mundo. Pero por fortuna con una diferencia esencial. El meridiano de Greenwich est? fijo: las tierras que est?n al este no pueden pasar al oeste, igual que est? fijo el ecuador que divide el sur pobre del mundo del norte rico y opulento. La l?nea que divide, en nuestro Evangelio, a los ?bienaventurados? de los ?desventurados? no es as?; es una barrera m?vil, absolutamente posible de atravesar. No s?lo se puede pasar de un sector a otro, sino que toda esta p?gina del Evangelio fue pronunciada por Jes?s para invitarnos y animarnos a pasar de una a otra esfera. La suya no es una invitaci?n a hacernos pobres, ?sino a hacernos ricos! ?Bienaventurados vosotros, los pobres, porque vuestro es el reino de Dios?. Pensemos: pobres que poseen un reino, ?y lo poseen ya desde ahora! Aquellos que deciden entrar en este reino son, en efecto, desde ahora hijos de Dios, son libres, son hermanos, est?n llenos de esperanza de inmortalidad. ?Qui?n no desear?a ser pobre de esta forma?

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit]

Publicado por verdenaranja @ 14:15  | Espiritualidad
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ZENIT publica el discurso que pronunci? el viernes, 9 de Febrero de 2007, Benedicto XVI al recibir a ministros de Econom?a de Italia, de Gran Breta?a, de Canad? y de Rusia, junto a otras personalidades, entre las que se encontraba la Reina Rania de Jordania, y el presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, con motivo de la presentaci?n del proyecto ?Advance Market Commitment?.



Damas y caballeros:
Con gusto os doy la bienvenida a vosotros, ministros de Econom?a de Italia, Reino Unido, Canad? y Rusia, as? como a otros ministros, distinguidos l?deres internacionales e importantes figuras internacionales, incluyendo la Reina de Jordania y el presidente del Banco Mundial.

Doy las gracias al ministro Tommaso Padoa Schioppa por sus corteses palabras de saludo pronunciadas en vuestro nombre. Nuestra reuni?n de hoy es sumamente bienvenida, pues forma parte del lanzamiento de un programa piloto orientado a desarrollar y producir vacunas contra pandemias, y a hacer que sean asequibles para los pa?ses m?s pobres.

Esta digna iniciativa, llamada ?Advance Market Commitment?, busca resolver los desaf?os m?s apremiantes de la salud preventiva, que en particular afecta a naciones que a menudo padecen pobreza y serias necesidades. Adem?s, tiene el m?rito de aunar a instituciones p?blicas y sectores privados en un esfuerzo com?n por encontrar el medio m?s eficaz de intervenci?n en esta ?rea.

Nuestro encuentro tiene lugar justo antes de la Jornada Mundial del Enfermo, que se celebra el 11 de febrero, fiesta de Nuestra Se?ora de Lourdes. Es una oportunidad para que la Iglesia llame la atenci?n sobre la situaci?n de los que sufren, y este a?o se concentra en quienes padecen enfermedades incurables, muchos de los cuales se encuentran en un estado terminal.

En este contexto, aliento con entusiasmo este nuevo programa y su objetivo de avanzar en una investigaci?n cient?fica orientada a descubrir nuevas vacunas. Estas vacunas son urgentemente necesarias para prevenir que millones de seres humanos, incluyendo innumerables ni?os, mueran cada a?o a causa de enfermedades contagiosas, especialmente en aquellas ?reas de nuestro mundo a mayor riesgo.

En esta era de mercados globalizados, a todos nos preocupa la creciente brecha entre los niveles de vida de los pa?ses que gozan de una gran riqueza y elevados niveles de desarrollo tecnol?gico, y los de los pa?ses subdesarrollados en los que persiste la pobreza e incluso ?sta sigue en aumento.

La creativa y prometedora iniciativa lanzada hoy busca contrarrestar esta tendencia, pues quiere crear y aspira a la creaci?n de ?futuros? mercados para las vacunas, principalmente aquellas que son capaces de prevenir la mortalidad infantil.

Os aseguro el apoyo total de la Santa Sede a este proyecto humanitario, que se inspira en ese esp?ritu de solidaridad humana que necesita nuestro mundo para superar toda forma de ego?smo y para favorecer la convivencia pac?fica entre los pueblos. Como dije en mi mensaje con motivo de la Jornada Mundial de la Paz, todo servicio ofrecido al pobre es un servicio ofrecido a la paz, pues ?en el origen de frecuentes tensiones que amenazan la paz se encuentran seguramente muchas desigualdades injustas que, tr?gicamente, hay todav?a en el mundo? (n?mero. 6).

Damas y caballeros, rezar? por cada uno de vosotros para que Dios Todopoderoso os asista en vuestras tareas para cumplir con este importante trabajo. Invoco sobre todos vosotros y sobre vuestros seres queridos sus bendiciones de sabidur?a, fuerza y paz.

[Traducci?n del original ingl?s realizada por Zenit]

Publicado por verdenaranja @ 0:01  | Habla el Papa
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Viernes, 09 de febrero de 2007
Publicado en el Bolet?n n?mero 165, Octubre-Diciembre 2006, de Manos Unidas en la secci?n "ecos del sur".

Una argentina
en ?frica


Mar?a Silvia Florentino


Nacida en Argentina, esta religiosa,
Esclava del Sagrado Coraz?n de jes?s,
trabaja en la Misi?n Sagrado Coraz?n
de la ciudad de Parakou, en Benin.


L o m?o nunca fue el equilibrio, siempre busqu? los extremos, en un pa?s y en una ?poca donde cualquier exce?so pod?a convertirse en algo sumamente peligroso. Mis h?roes de la adolescencia fueron Jes?s, Gandhi, Mart?n Luther King y Nelson Mandela. Menos mal que la violencia no me atrajo nunca, aunque supe pelear, y mucho, por lo que quer?a. Me met? en muchos l?os, siempre ten?a una causa perdida entre mis manos, estaba alterada por alguna injusticia que salvar, me pod?an los sufrimientos de los dem?s, y empec? a darme cuenta de que los pol?ticos ment?an y de que no me llenaban las cosas que se pod?an comprar.

El Evangelio apareci? como la ?nica salida v?lida, verdadera, radical, sin violencia y justa; el amor al otro no era cosa de cobardes, pens? que era necesario jugarse la existencia por algo y no vi otra posibilidad que entregar mi vida para salvarla. Es cierto que entrar en una Congregaci?n religiosa parece reducir horizontes, pero yo no lo ve?a as?; quer?a libertad y por eso me hice Esclava.

?frica fue mi sue?o desde chica, primero como exploradora, viajera: descubrir culturas nuevas, horizontes y personas distintas... supon?a para m? un desaf?o especial. Despu?s, esto se ti?? de entrega, de necesidad personal de salir de lo rutinario, de saltar fronteras y de abrir caminos nuevos para la Iglesia y para el mundo. Mi Congregaci?n era inexperta en esto y fue un paso muy valiente la posibilidad que se nos ofre?ci? de abrir una misi?n en Benin.

Cuando se est? en un pa?s extranjero, peque?os detalles nos recuerdan a cada momento que somos de otro lado: un giro en las palabras, una costumbre que no entendemos, una determinada forma de reaccionar frente a las situaciones, puntos de vista... esas peque?as cosas de las que se entreteje toda nuestra vida. Pero cuando pasamos de ser espectadores a ser protagonistas, las cosas cambian.

En ?frica la gente es feliz... y yo quiero aprender a serlo tambi?n. Si nos ponemos a enumerar las dificultades por las que pasan, los problemas que deben sortear para sobrevivir, necesitar?amos muchas hojas y terminar?amos concluyendo que no son felices. Nada m?s lejos de la realidad. Se conforman con poco, son capaces de gozar de los peque?os gestos de todos los d?as; aqu? ver salir el sol es una maravilla, y en el tiempo de sequ?a se convierte en un verdadero espect?culo por los colores del cielo; las puestas del sol superan a las del cine y a los paisajes medi?ticos de los videos. Me pregunto si esto es poco o mucho. Y me respondo que es la vida misma vivida en serio, sin tantos adornos y necesidades creadas por una sociedad que nos impulsa a tener m?s para ser m?s.

Aqu?, la dimensi?n humana es lo primero, el otro es alguien de quien vale la pena ocuparse, la felicidad est? en el dar y el compartir... simplemente un poco de agua, un saludo, mi atenci?n, mi tiempo. Eso es lo que yo buscaba y aqu? lo encontr?.

Conocer y compartir con personas de culturas diferentes a la m?a me hace crecer como ser humano, me ayuda a descubrir valores y posibilidades en todas partes, me demuestra que Dios est? presente en todo y en todos de una forma oculta, silenciosa y permanente, que es posible pensar y ser distintos y, sin embargo, tener muchas cosas en com?n. Ciertamente, no es necesario estar en ?frica para descubrir esto. Simple-mente, este fue mi camino; si lo hubiera visto antes, en Argentina, a lo mejor muchas cosas hubieran sido distintas para m? y para los que me rodeaban. Pero... cada cual hace su camino, y este es el m?o.

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Entrevista a Telesphoro Toppo, arzobispo de Ranchi, publicada en el Bolet?n n?mero 165, Octubre-Diciembre, de Manos Unidas.



"La caridad est?
en la base del
cristianismo"


Telesphoro Toppo



Consolidaci?n
y extensi?n


Nacido el 15 de octubre de 1939, en el mismo estado en el que ahora desempe?a su labor, y perteneciente a la tribu Kurukh (Oraon), fue ordenado sacerdote en Suiza, en el a?o 1969. Tras ser elegido obispo de Dumka en 1978 y nombrado arzobispo de Ranchi 7 a?os despu?s, ha participado en m?ltiples actividades a lo largo del mundo, y ha recibido por ello algunos premios. Conocedor de ocho idiomas, tiene claro cu?les son sus metas: "Desde que me nombraron arzobispo de Ranchi, mi lema ha sido la consolidaci?n y la extensi?n de la fe, causar un cambio total y cualitativo en el campo de la educaci?n, y de la vida econ?mica, social y pol?tica de la gente".



En 2003, Telesphoro Toppo se convirti? en el primer cristiano procedente de la minor?a tribal nombrado cardenal en India. Para ?l, la unidad del pa?s es digna de elogio, m?s de 50 a?os despu?s de su independencia -"con todas sus lenguas y culturas, la India es un mundo en miniatura y un ejemplo de unidad en la diversidad"- nos dice al hablar de su tierra. La modestia le impide reconocer cualquier tipo de m?rito en este hito, -"el llegar a ser cardenal es el reconocimiento dado a la comunidad de cristianos floreciente en el cintur?n central tribal de India por parte de Dios y de la Iglesia Universal"-, y desde la di?cesis de Hanchi, en el estado de Jharkhand, est? trabajando por una uni?n entre las religiones all? presentes.

?Cu?l es la situaci?n de los cat?licos en Jharkhand, donde el cristianismo es una minor?a?

En Jharkhand, gracias a Dios, nuestra situaci?n es mucho mejor que en el resto de India. Nuestra poblaci?n cristiana es del 4%, frente al 2,3% del pa?s. La Iglesia Cat?lica en Jharkhand tiene s?lo ciento treinta y seis a?os y es, definitivamente, una fuerza relativamente nueva y llena de vida. No tenemos la dificultad de vivir y profesar nuestra fe, aunque los grupos fundamentalistas lo hagan cada vez m?s dif?cil.

Y, ?cu?les son los principales retos de los cristianos como minor?a?

La comunidad cristiana es una comunidad con una misi?n confiada por Cristo. Por eso creo que el verdadero reto es que los cristianos muestren la aut?ntica cara de Cristo viviendo fielmente su fe. Pero la misma unidad entre cristianos es un desaf?o. Si ellos permanecen unidos, seguramente se har?n una fuerza viva y jugar?n un papel importante para promover la integraci?n nacional.

Jharkhand es un estado tribal, pero los tribales no tienen voz y sus derechos han sido negados durante a?os. Adem?s, ning?n partido pol?tico se ocupa de ellos, s?lo la Iglesia Cat?lica.

As? es, trabajamos para la unidad entre los tribales en esta regi?n. En julio pasa-do, tuvimos la primera reuni?n de Obispos tribales con algunos l?deres pol?ticos tambi?n tribales. Tratamos de forjar una unidad para enfocar y llegar a un acuerdo general sobre las cuestiones de inter?s. No es f?cil, pero hay signos de esperanza. El papel de la Iglesia es el de forjar una colaboraci?n m?s amplia entre toda la gente de buena voluntad de Jharkhand.

?Cree que los cambios sociales van surgiendo poco a poco en la India actual?

Pol?ticamente podemos vanagloriarnos de India como la democracia m?s grande del mundo, a pesar del analfabetismo y la pobreza. La democracia ha trabajado y seguir? trabajando. Los cambios han ocurrido ya, pol?ticos y sociales. La Iglesia Cat?lica quiere seguir animando a la gente a causar un cambio cualitativo y un cambio de actitud. Pero esto lleva tiempo. El cambio social siempre lleva tiempo. Cambiar una sociedad multicultural y multireligiosa nunca va a ser f?cil. Pero con la educaci?n constante y pro?gresiva y la alfabetizaci?n, el cambio llegar?.

El sistema de castas fue abolido tras la independencia india, pero en realidad no ha desaparecido. ?Qu? se puede hacer para eliminarlo?

La integraci?n nacional y el sentido de pertenencia erradicar?n o derrotar?n el sistema de castas. Esta es mi creencia. Y para eso necesitamos la educaci?n apropiada, necesitamos "la educaci?n de la fe", fe en ellos y fe en la naci?n. La educaci?n nos llevar? a la verdad y, en ?ltima instancia, a la fe. Y este tipo de educaci?n puede derrotar el sistema de castas.

El trabajo social y de caridad de los cristianos en India y en todo el mundo est? en la base de su fe. ?Cu?l deber?a ser el sentido de la caridad para aquellos que creen en un mundo mejor?

La caridad va m?s all? de la justicia. Nuestro Dios, que es justo, es el Amor. Y ese es el sentido de la enc?clica del Santo Padre, "Deus Caritas Est". Por lo tanto es cierto que el trabajo de caridad hecho por los cristianos en India y en el mundo entero est? en la base de su esencia. No puedo pensar que el mundo puede ser mejor si no existe la caridad, sin Dios. Los esfuerzos de la historia para construir un mundo mejor sin Dios fallaron. ?Qu? ser?a del mundo si Cristo no hubiera venido hace 2000 a?os? ?Ser?a un lugar mejor?

Pilar Seidel
Departamento de Comunicaci?n

Publicado por verdenaranja @ 23:43  | Entrevistas
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ZENIT publica el discurso que pronunci? Benedicto XVI el jueves, 8 de Febrero de 2007, al recibir en audiencia a los obispos amigos del Movimiento de los Focolares y a los obispos amigos de la Comunidad de San Egidio.


Venerados hermanos en el episcopado:

Os doy la bienvenida con gusto en esta audiencia especial y os saludo cordialmente a todos vosotros, que ven?s de diferentes pa?ses del mundo. Dirijo tambi?n un particular saludo a todos los que est?n aqu? con nosotros y que pertenecen a otras Iglesias.

Algunos de vosotros participan en la anual cita de los obispos amigos del Movimiento de los Focolares, que tiene por tema: ?Cristo crucificado y abandonado, luz en la noche cultural?. Aprovecho con gusto esta ocasi?n para enviar a Chiara Lubich mis mejores deseos y mi bendici?n, que extiendo a todos los miembros del Movimiento que ella ha fundado.

Otros participan en el IX Congreso de obispos amigos de la Comunidad de San Egidio, que afronta un argumento particularmente actual: ?La globalizaci?n del amor?. Saludo a monse?or Vincenzo Paglia, y con ?l al profesor Andrea Riccardi y a toda la Comunidad, que en el aniversario de su fundaci?n se reunir? esta noche en la Bas?lica de San Juan de Letr?n para participar en una celebraci?n eucar?stica solemne.

No tengo aqu? todos los nombres, pero saludo tambi?n a todos los queridos hermanos, obispos, cardenales, y de todo coraz?n a los queridos hermanos de la Iglesia ortodoxa.

Queridos hermanos en el episcopado, quisiera deciros ante todo que vuestra cercan?a a los dos movimientos subraya la vitalidad de estas nuevas agregaciones de fieles y manifiesta al mismo tiempo esa comuni?n entre los carismas que constituye un t?pico ?signo de los tiempos?.

Me parece que estos encuentros de carismas de la unidad de la Iglesia en la diversidad de los dones son un signo muy alentador e importante. La exhortaci?n postsinodal ?Pastores gregis? recuerda que ?las relaciones rec?procas entre los obispos van mucho m?s all? de sus encuentros institucionales? (n. 59). Es lo que sucede tambi?n en congresos como los vuestros, en los que se experimenta no s?lo la colegialidad, sino una fraternidad episcopal que encuentra en los ideales compartidos y promovidos por los movimientos un est?mulo para hacer m?s intensa la comuni?n de los corazones, m?s fuerte el rec?proco apoyo y m?s compartido el compromiso de mostrar la Iglesia como lugar de oraci?n y de caridad, como casa de misericordia y de paz.

Mi venerado predecesor, Juan Pablo II, ha presentado a los Movimientos y a las nuevas comunidades surgidas en estos a?os como un don providencial del Esp?ritu Santo a la Iglesia para responder de manera eficaz a los desaf?os de nuestro tiempo. Y vosotros sab?is que esta es tambi?n mi convicci?n. Cuando era profesor y despu?s cardenal tuve la oportunidad de expresar mi convicci?n: los movimientos son un don del Esp?ritu a la Iglesia. Y precisamente en el encuentro de los carismas muestran