Jueves, 15 de marzo de 2007
CONCLUSI?N




94. Queridos hermanos y hermanas, la Eucarist?a es el origen de toda forma de santidad, y todos nosotros estamos llamados a la plenitud de vida en el Esp?ritu Santo. ?Cu?ntos santos han hecho aut?ntica la propia vida gracias a su piedad eucar?stica! Desde san Ignacio de Antioqu?a a san Agust?n, de san Antonio Abad a san Benito, de san Francisco de As?s a santo Tom?s de Aquino, de santa Clara de As?s a santa Catalina de Siena, de san Pascual Bail?n a san Pedro Juli?n Eymard, de san Alfonso Mar?a de Ligorio al beato Carlos de Foucauld, de san Juan Mar?a Vianney a santa Teresa de Lisieux, de san P?o de Pietrelcina a la beata Teresa de Calcuta, del beato Piergiorgio Frassati al beato Iv?n Mertz, s?lo por citar algunos de los numerosos nombres. La santidad ha tenido siempre su centro en el sacramento de la Eucarist?a.

Por eso, es necesario que en la Iglesia se crea realmente, se celebre con devoci?n y se viva intensamente este santo Misterio. El don de s? mismo que Jes?s hace en el Sacramento memorial de su pasi?n, nos asegura que el culmen de nuestra vida est? en la participaci?n en la vida trinitaria, que en ?l se nos ofrece de manera definitiva y eficaz. La celebraci?n y adoraci?n de la Eucarist?a nos permiten acercarnos al amor de Dios y adherirnos personalmente a ?l hasta unirnos con el Se?or amado. El ofrecimiento de nuestra vida, la comuni?n con toda la comunidad de los creyentes y la solidaridad con cada hombre, son aspectos imprescindibles de la logik? latre?a, del culto espiritual, santo y agradable a Dios (cf. Rm 12,1), en el que toda nuestra realidad humana concreta se transforma para su gloria. Invito, pues, a todos los pastores a poner la m?xima atenci?n en la promoci?n de una espiritualidad cristiana aut?nticamente eucar?stica. Que los presb?teros, los di?conos y todos los que desempe?an un ministerio eucar?stico, reciban siempre de estos mismos servicios, realizados con esmero y preparaci?n constante, fuerza y est?mulo para el propio camino personal y comunitario de santificaci?n. Exhorto a todos los laicos, en particular a las familias, a encontrar continuamente en el Sacramento del amor de Cristo la fuerza para transformar la propia vida en un signo aut?ntico de la presencia del Se?or resucitado. Pido a todos los consagrados y consagradas que manifiesten con su propia vida eucar?stica el esplendor y la belleza de pertenecer totalmente al Se?or.

95. A principios del s. IV, el culto cristiano estaba todav?a prohibido por las autoridades imperiales. Algunos cristianos del Norte de ?frica, que se sent?an en la obligaci?n de celebrar el d?a del Se?or, desafiaron la prohibici?n. Fueron martirizados mientras declaraban que no les era posible vivir sin la Eucarist?a, alimento del Se?or: sine dominico non possumus.[252] Que estos m?rtires de Abitinia, junto con muchos santos y beatos que han hecho de la Eucarist?a el centro de su vida, intercedan por nosotros y nos ense?en la fidelidad al encuentro con Cristo resucitado. Nosotros tampoco podemos vivir sin participar en el Sacramento de nuestra salvaci?n y deseamos ser iuxta dominicam viventes, es decir, llevar a la vida lo que celebramos en el d?a del Se?or. En efecto, este es el d?a de nuestra liberaci?n definitiva. ?Qu? tiene de extra?o que deseemos vivir cada d?a seg?n la novedad introducida por Cristo con el misterio de la Eucarist?a?

96. Que Mar?a Sant?sima, Virgen inmaculada, arca de la nueva y eterna alianza, nos acompa?e en este camino al encuentro del Se?or que viene. En Ella encontramos la esencia de la Iglesia realizada del modo m?s perfecto. La Iglesia ve en Mar?a, ? Mujer eucar?stica ? ?como la ha llamado el Siervo de Dios Juan Pablo II [253]?, su icono m?s logrado, y la contempla como modelo insustituible de vida eucar?stica. Por eso, en presencia del ? verum Corpus natum de Maria Virgine ? sobre el altar, el sacerdote, en nombre de la asamblea lit?rgica, afirma con las palabras del canon: ? Veneramos la memoria, ante todo, de la gloriosa siempre Virgen Mar?a, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Se?or ?.[254] Su santo nombre se invoca y venera tambi?n en los c?nones de las tradiciones cristianas orientales. Los fieles, por su parte, ? encomiendan a Mar?a, Madre de la Iglesia, su vida y su trabajo. Esforz?ndose por tener los mismos sentimientos de Mar?a, ayudan a toda la comunidad a vivir como ofrenda viva, agradable al Padre ?.[255] Ella es la Tota pulchra, Toda hermosa, ya que en Ella brilla el resplandor de la gloria de Dios. La belleza de la liturgia celestial, que debe reflejarse tambi?n en nuestras asambleas, tiene un fiel espejo en Ella. De Ella hemos de aprender a convertirnos en personas eucar?sticas y eclesiales para poder presentarnos tambi?n nosotros, seg?n la expresi?n de san Pablo, ? inmaculados ? ante el Se?or, tal como ?l nos ha querido desde el principio (cf. Col 1,21; Ef 1,4).[256]

97. Que el Esp?ritu Santo, por intercesi?n de la Sant?sima Virgen Mar?a, encienda en nosotros el mismo ardor que sintieron los disc?pulos de Ema?s (cf. Lc 24,13-35), y renueve en nuestra vida el asombro eucar?stico por el resplandor y la belleza que brillan en el rito lit?rgico, signo eficaz de la belleza infinita propia del misterio santo de Dios. Aquellos disc?pulos se levantaron y volvieron de prisa a Jerusal?n para compartir la alegr?a con los hermanos y hermanas en la fe. En efecto, la verdadera alegr?a est? en reconocer que el Se?or se queda entre nosotros, compa?ero fiel de nuestro camino. La Eucarist?a nos hace descubrir que Cristo muerto y resucitado, se hace contempor?neo nuestro en el misterio de la Iglesia, su Cuerpo. Hemos sido hechos testigos de este misterio de amor. Deseemos ir llenos de alegr?a y admiraci?n al encuentro de la santa Eucarist?a, para experimentar y anunciar a los dem?s la verdad de la palabra con la que Jes?s se despidi? de sus disc?pulos: ? Yo estoy con vosotros todos los d?as, hasta al fin del mundo ? (Mt 28,20).

En Roma, junto a san Pedro, el 22 de Febrero, fiesta de la C?tedra del Ap?stol san Pedro, del a?o 2007, segundo de mi Pontificado.








Notas

[1] Cf. Sto. Tom?s de Aquino, Summa Theologiae, III, q. 73, a. 3.

[2] In Iohannis Evangelium Tractatus, 26,5: PL 35, 1609.

[3] A los participantes en la Asamblea Plenaria de la Congregaci?n para la Doctrina de la Fe (10 febrero 2006): AAS 98 (2006), 255.

[4] Discurso a los participantes en la III reuni?n del XI Consejo Ordinario del S?nodo de los Obispos (1 junio 2006): L'Osservatore Romano, ed. en lengua espa?ola (9 junio 2006), p. 18.

[5] Cf. Propositio 2.

[6] Me refiero a la necesidad de una hermen?utica de la continuidad con referencia tambi?n a una correcta lectura del desarrollo lit?rgico despu?s del Concilio Vaticano II: cf. Discurso a la Curia Romana (22 diciembre 2005): AAS 98 (2006), 44-45.

[7] Cf. AAS 97(2005), 337-352.

[8] Cf. A?o de la Eucarist?a. Sugerencias y propuestas (14 octubre 2004): L'Osservatore Romano (15 octubre 2004), Suplemento.

[9] Cf. AAS 95(2003), 433-475. Recu?rdese tambi?n la Instrucci?n de la Congregaci?n para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Redemptionis Sacramentum (25 marzo 2004): AAS 96 (2004), 549-601, querida expresamente por Juan Pablo II.

[10] Por recordar s?lo los principales: Conc. Ecum. de Trento, Doctrina et canones de ss. Missae sacrificio, DS 1738-1759; Le?n XIII, Carta enc. Mirae Caritatis (28 mayo 1902): ASS (1903), 115- 136, 115-136; P?o XII, Carta enc. Mediator Dei (20 noviembre 1947): AAS 39 (1947), 521-595; Pablo VI, Carta enc. Mysterium Fidei (3 septiembre 1965): AAS 57 (1965), 753-774; Juan Pablo II, Carta enc. Ecclesia de Eucharistia (17 abril 2003): AAS 95(2003), 433-475; Congregaci?n para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Instr. Eucharisticum mysterium (25 mayo 1967): AAS 59 (1967), 539-573; Instr. Liturgiam authenticam (28 marzo 2001): AAS 93 (2001), 685-726.

[11] Cf. Propositio 1.

[12] N. 14: AAS 98 (2006), 229.

[13] Catecismo de la Iglesia Cat?lica, 1327.

[14] Propositio 16.

[15] Homil?a en la Misa de toma de posesi?n de la C?tedra de Roma (7 mayo 2005): AAS 97 (2005), 752.

[16] Cf. Propositio 4.

[17] De Trinitate, VIII, 8, 12: CCL 50, 287.

[18] Carta enc. Deus caritas est (25 diciembre 2005), 12: AAS 98 (2006), 228.

[19] Cf. Propositio 3.

[20] Breviario Romano, Himno en el Oficio de lectura de la solemnidad del Sant?simo Cuerpo y Sangre de Cristo.

[21] Carta enc. Deus caritas est (25 diciembre 2005), 13: AAS 98 (2006), 228.

[22] Homil?a en la explanada de Marienfeld (21 agosto 2005): AAS 97 (2005), 891-892.

[23] Cf. Propositio 3.

[24] Cf. Misal Romano, Plegaria Eucar?stica IV.

[25] Catequesis XXIII, 7: PG 33, 1114s.

[26] Cf. Sobre el sacerdocio, VI, 4: PG 48, 681.

[27] Ib?d., III, 4: PG 48, 642.

[28] Propositio 22.

[29] Cf. Propositio 42: ? Este encuentro eucar?stico se realiza en el Esp?ritu Santo que nos transforma y santifica. ?l despierta en el disc?pulo la decidida voluntad de anunciar con audacia a los dem?s lo que se ha escuchado y vivido, para acompa?arlos al mismo encuentro con Cristo. De este modo, el disc?pulo, enviado por la Iglesia, se abre a una misi?n sin fronteras ?.

[30] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, sobre la Iglesia, 3; v?ase, por ejemplo, S. Juan Cris?stomo, Catequesis 3,13-19: SC 50,174-177.

[31] Juan Pablo II, Carta enc. Ecclesia de Eucharistia (17 abril 2003), 1: AAS 95(2003) 433.

[32] Ib?d., 21: AAS 95 (2003), 447.

[33] Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Redemptor hominis (4 marzo 1979), 20: AAS 71 (1979), 309-316; Carta ap. Dominicae Cenae (24 febrero 1980), 4: AAS 72 (1980), 119-121.

[34] Cf. Propositio 5.

[35] Cf. Sto. Tom?s de Aquino, Summa Theologiae, III, q. 80, a. 4.

[36] N. 38: AAS 95 (2003), 458.

[37] Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, sobre la Iglesia, 23.

[38] Congregaci?n para la Doctrina de la Fe, Carta Communionis notio, sobre algunos aspectos de la Iglesia como comuni?n (28 mayo 1992), 11: AAS 85 (1993), 844-845.

[39] Propositio 5: ? El t?rmino ?cat?lico? expresa la universalidad que proviene de la unidad que la Eucarist?a, que se celebra en cada Iglesia, favorece y edifica. En la Eucarist?a, las Iglesias particulares tienen el papel de hacer visible en la Iglesia universal su propia unidad y su diversidad. Esta relaci?n de amor fraterno deja entrever la comuni?n trinitaria. Los concilios y los s?nodos expresan en la historia este aspecto fraterno de la Iglesia ?.

[40] Cf. ib?d.

[41] Decr. Presbyterorum Ordinis, sobre el ministerio y vida de los presb?teros, 5.

[42] Cf. Propositio 14.

[43] Const. dogm. Lumen gentium, sobre la Iglesia, 1.

[44] De Orat. Dom., 23: PL 4, 553.

[45] Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, sobre la Iglesia, 48; cf. tambi?n ib?d., 9.

[46] Cf. Propositio 13.

[47] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, sobre la Iglesia, 7.

[48] Cf. ib?d., 11; Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Ad gentes, sobre la actividad misionera de la Iglesia, 9.13.

[49] Cf. Juan Pablo II, Carta ap. Dominicae Cenae (24 febrero 1980), 7: AAS 72 (1980), 124-127; Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Presbyterorum Ordinis, sobre el ministerio y vida de los presb?teros, 5.

[50] Cf. C?digo de los C?nones de las Iglesias Orientales, can. 710.

[51] Cf. Rito de la iniciaci?n cristiana de los adultos, Introd. gen., nn. 34-36.

[52] Cf. Rito del Bautismo de los ni?os, Introd. nn. 18-19.

[53] Cf. Propositio 15.

[54] Cf. Propositio 7. Juan Pablo II, Carta enc. Ecclesia de Eucharistia (17 abril 2003), 36: AAS 95 (2003), 457-458.

[55] Cf. Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal Reconciliatio et paenitentia (2 diciembre 1984), 18: AAS 77 (1985), 224-228.

[56] Cf. Catecismo de la Iglesia Cat?lica, 1385.

[57] A este respecto, se puede pensar en el Confiteor o en las palabras del sacerdote y de la asamblea antes de acercarse al altar: ? Se?or, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastar? para sanarme ?. La liturgia prev? justamente algunas oraciones muy bellas para el sacerdote, transmitidas por la tradici?n y que le recuerdan la necesidad de ser perdonado, como, por ejemplo, las que se pronuncian en voz baja antes de invitar a los fieles a la comuni?n sacramental: ? l?brame, por la recepci?n de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal. Conc?deme cumplir siempre tus mandamientos y jam?s permitas que me separe de ti ?.

[58] Cf. S. Juan Damasceno, Sobre la recta fe, IV, 9: PG 94, 1124C; S. Gregorio Nacianceno, Discurso 39, 17: PG 36, 356A; Conc. Ecum. de Trento, Doctrina de sacramento paenitentiae, cap. 2: DS 1672.

[59] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Cost. dogm. Lumen gentium, sobre la Iglesia, 11; Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal Reconciliatio et paenitentia (2 diciembre 1984), 30: AAS 77 (1985), 256-257.

[60] Cf. Propositio 7.

[61]Cf. Juan Pablo II, Motu proprio Misericordia Dei (7 abril 2002): AAS 94 (2002), 452-459.

[62] Junto con los Padres sinodales, recuerdo que las celebraciones penitenciales no sacramentales, mencionadas en el ritual del sacramento de la Reconciliaci?n, pueden ser ?tiles para aumentar el esp?ritu de conversi?n y de comuni?n en las comunidades cristianas, preparando as? los corazones a la celebraci?n del sacramento: cf. Propositio 7.

[63] Cf. C?digo de Derecho Can?nico, can. 508.

[64] Pablo VI, Const. ap. Indulgentiarum doctrina (1 enero 1967), Normae, n. 1: AAS 59 (1967), 21.

[65] Ib?d., 9: AAS 59 (1967), 18-19.

[66] Cf. Catecismo de la Iglesia Cat?lica, 1499-1531.

[67] Ib?d., 1524.

[68] Cf. Propositio 44.

[69] Cf. S?nodo de los Obispos, II Asamblea General, Documento sobre el sacerdocio ministerial Ultimis temporibus (30 noviembre 1971): AAS 63 (1971), 898-942.

[70] Cf. Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal Pastores dabo vobis (25 marzo 1992), 42-69: AAS 84 (1992), 729-778.

[71] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, sobre la Iglesia, 10; Congregaci?n para la Doctrina de la Fe, Carta sobre algunas cuestiones concernientes al ministro de la Eucarist?a Sacerdotium ministeriale (6 agosto 1983): AAS 75 (1983), 1001-1009.

[72] Catecismo de la Iglesia Cat?lica, 1548.

[73] Ib?d., 1552.

[74] Cf. In Iohannis Evangelium Tractatus 123, 5: PL 35, 1967.

[75] Cf. Propositio 11.

[76] Cf. Decr. Presbyterorum Ordinis, sobre el ministerio y vida de los presb?teros, 16.

[77] Cf. Juan XXIII, Carta enc. Sacerdotii nostri primordia (1 agosto 1959): AAS 51 (1959), 545-579; Pablo VI, Carta enc. Sacerdotalis coelibatus (24 junio 1967): AAS 59 (1967), 657-697; Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal Pastores dabo vobis (25 marzo 1992), 29: AAS 84 (1992), 703-705; Benedicto XVI, Discurso a la Curia Romana ( 22 diciembre 2006): L'Osservatore Romano, ed. en lengua espa?ola (29 diciembre 2006), p. 7.

[78] Cf. Propositio 11.

[79] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Optatam totius, sobre la formaci?n sacerdotal, 6; C?digo de Derecho Can?nico, can. 241, ? 1 y can. 1029; C?digo de los C?nones de las Iglesias Orientales, can. 342, ? 1 y can. 758; Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal Pastores dabo vobis (25 marzo 1992) 11.34.50: AAS 84 (1992), 673-675; 712-714; 746-748; Congregaci?n para el Clero, Directorio para el ministerio y la vida de los presb?teros Dives Ecclesiae (31 marzo 1994), 58: LEV, 1994, pp. 56-58; Congregaci?n para la Educaci?n Cat?lica, Instrucci?n sobre los criterios de discernimiento vocacional sobre las personas con tendencias homosexuales con vistas a su admisi?n al Seminario y a las ?rdenes sagradas (4 noviembre 2005): AAS 97 (2005), 1007-1013.

[80] Cf. Propositio 12; Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal Pastores dabo vobis (25 marzo 1992) 41: AAS 84 (1992), 726-729.

[81] Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, sobre la Iglesia, 29.

[82] Cf. Propositio 38.

[83] Cf. Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal Familiaris consortio (22 noviembre 1981), 57: AAS 74 (1982), 149-150.

[84] Carta ap. Mulieris dignitatem (15 agosto 1988), 26: AAS 80 (1988), 1715-1716.

[85] Catecismo de la Iglesia Cat?lica, 1617.

[86] Cf. Propositio 8.

[87] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, sobre la Iglesia, 11.

[88]Cf. Propositio 8.

[89] Cf. Juan Pablo II, Carta ap. Mulieris dignitatem (15 agosto 1988): AAS 80 (1988), 1653-1729; Congregaci?n para la Doctrina de la Fe, Carta a los Obispos de la Iglesia Cat?lica sobre la colaboraci?n del hombre y de la mujer en la Iglesia y en el mundo (31 mayo 2004): AAS 96 (2004), 671-687.

[90] Cf. Propositio 9.

[91] Cf. Catecismo de la Iglesia Cat?lica, 1640.

[92] Cf. Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal Familiaris consortio (22 noviembre 1981), 84: AAS 74 (1982), 184-186; Congregaci?n para la Doctrina de la Fe, Carta a los Obispos de la Iglesia Cat?lica sobre la recepci?n de la comuni?n eucar?stica por parte de los fieles divorciados y vueltos a casar Annus Internationalis Familiae (14 septiembre 1994): AAS 86 (1994), 974-979.

[93] Cf. Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, Instrucci?n sobre las normas que han de observarse en los tribunales eclesi?sticos en las causas matrimoniales Dignitas connubii (25 enero 2005), Ciudad del Vaticano, 2005.

[94] Cf. Propositio 40.

[95] Discurso al Tribunal de la Rota Romana con ocasi?n de la inauguraci?n del a?o judicial (28 enero 2006): AAS 98 (2006), 138.

[96] Cf. Propositio 40.

[97] Cf. ib?d.

[98] Cf. ib?d.

[99] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, sobre la Iglesia, 48.

[100] Cf. Propositio 3.

[101] A este prop?sito, quisiera recordar las palabras llenas de esperanza y de consuelo de la Plegaria eucar?stica II: ? Acu?rdate tambi?n de nuestros hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrecci?n, y de todos los que han muerto en tu misericordia; adm?telos a contemplar la luz de tu rostro ?.

[102] Cf. Homil?a (8 diciembre 2005): AAS 98 (2006), 15-16.

[103] Const. dogm. Lumen gentium, sobre la Iglesia, 58.

[104] Propositio 4.

[105] Relatio post disceptationem, 4: L'Osservatore Romano (14 octubre 2005), p. 5.

[106] Cf. Serm. 1, 7; 11, 10; 22, 7; 29, 76: Sermones dominicales ad fidem codicum nunc denuo editi, Grottaferrata, 1977, pp.135, 209 s., 292 s., 337; Benedicto XVI, Mensaje a los Movimientos Eclesiales y a las Nuevas Comunidades (22 mayo 2006): AAS 98 (2006), 463.

[107] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, 22.

[108] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Dei Verbum, sobre la divina revelaci?n, 2.4.

[109] Propositio 33.

[110] Sermo 227, 1: PL 38, 1099.

[111] S. Agust?n, In Iohannis Evangelium Tractatus, 21, 8: PL 35, 1568.

[112] Ib?d., 28,1: PL 35, 1622.

[113] Cf. Propositio 30. La santa Misa que la Iglesia celebra durante la semana, y a la que se invita a los fieles a participar, tiene tambi?n su paradigma en el d?a del Se?or, el d?a de la resurrecci?n de Cristo; Propositio 43.

[114] Cf. Propositio 2.

[115] Cf. Propositio 25.

[116] Cf. Propositio 19. La Propositio 25 especifica: ? Una aut?ntica acci?n lit?rgica expresa la sacralidad del Misterio eucar?stico. ?sta deber?a reflejarse en las palabras y las acciones del sacerdote celebrante mientras intercede ante Dios, tanto con los fieles como por ellos ?.

[117] Ordenaci?n General del Misal Romano, 22; cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, 41; Congregaci?n para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Instr. Redemptionis Sacramentum (25 marzo 2004), 19-25: AAS 96 (2004), 555-557.

[118] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Christus Dominus, sobre la funci?n pastoral de los obispos, 14; Const. Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, 41.

[119] Ordenaci?n General del Misal Romano, 22.

[120] Cf. ib?d.

[121] Cf. Propositio 25.

[122] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, 112-130.

[123] Cf. Propositio 27.

[124] Cf. ib?d.

[125] Con referencia a estos aspectos, es necesario atenerse fielmente a lo establecido en la Ordenaci?n General del Misal Romano, 319-351.

[126] Cf. Ordenaci?n General del Misal Romano, 39-41; Conc. Ecum. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, 112-118.

[127] Sermo 34, 1: PL 38, 210.

[128] Cf. Propositio 25: ? Como todas las expresiones art?sticas, tambi?n el canto debe armonizarse ?ntimamente con la liturgia y contribuir eficazmente a su finalidad, es decir, ha de expresar la fe, la oraci?n, la admiraci?n y el amor a Jes?s presente en la Eucarist?a ?.

[129] Cf. Propositio 29.

[130] Cf. Propositio 36.

[131] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, 116; Ordenaci?n General del Misal Romano, 41.

[132] Ordenaci?n General del Misal Romano, 28; cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, 56; Sagrada Congregaci?n de Ritos, Instr. Eucharisticum Mysterium (25 mayo 1967), 3: AAS 57 (1967), 540-543.

[133] Cf. Propositio 18.

[134] Ib?d.

[135] Ordenaci?n General del Misal Romano, 29.

[136] Cf. Juan Pablo II, Carta. enc. Fides et ratio (14 septiembre 1998), 13: AAS 91 (1999), 15-16.

[137] S. Jer?nimo, Comm. in Is., Prol.: PL 24, 17; cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Dei Verbum, sobre la divina revelaci?n, 25.

[138] Cf. Propositio 31.

[139] Cf. Ordenaci?n General del Misal Romano, 29; Conc. Ecum. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, 7.33.52.

[140] Propositio 19.

[141] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, 52.

[142] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Dei Verbum, sobre la divina revelaci?n, 21.

[143] Para este fin, el S?nodo ha exhortado a elaborar elementos pastorales basados en el leccionario trienal, que ayuden a unir intr?nsecamente la proclamaci?n de las lecturas previstas con la doctrina de la fe: cf. Propositio 19.

[144] Cf. Propositio 20.

[145] Ordenaci?n General del Misal Romano, 78.

[146] Cf. ib?d. 78-79.

[147] Cf. Propositio 22.

[148] Ordenaci?n General del Misal Romano, 79d.

[149] Ib?d. 79c.

[150] Teniendo en cuenta costumbres antiguas y venerables, as? como los deseos manifestados por los Padres sinodales, he pedido a los Dicasterios competentes que estudien la posibilidad de colocar el rito de la paz en otro momento, por ejemplo, antes de la presentaci?n de las ofrendas en el altar. Por lo dem?s, dicha opci?n recordar?a de manera significativa la amonestaci?n del Se?or sobre la necesidad de reconciliarse antes de presentar cualquier ofrenda a Dios (cf. Mt 5,23 s.): cf. Propositio 23.

[151] Cf. Congregaci?n para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Instr. Redemptionis Sacramentum (25 marzo 2004), 80-96: AAS 96 (2004), 574-577.

[152] Cf. Propositio 34.

[153] Cf. Propositio 35.

[154] Cf. Propositio 24.

[155] Cf. Const. Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, 14-20; 30 s.; 48 s.; Congregaci?n para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Instr. Redemptionis Sacramentum (25 marzo 2004), 36-42: AAS 96 (2004), 561-564.

[156] N. 48.

[157] Ib?d.

[158] Cf. Congregaci?n para el Clero y otros Dicasterios de la Curia Romana, Instr. Sobre algunas cuestiones acerca de la colaboraci?n de los fieles laicos en el sagrado ministerio de los sacerdotes, Ecclesiae de mysterio (15 agosto 1997): AAS 89 (1997), 852-877.

[159] Cf. Propositio 33.

[160] Ordenaci?n General del Misal Romano, 92.

[161] Cf. ib?d., 94.

[162] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Apostolicam actuositatem, sobre el apostolado de los laicos, 24; Ordenaci?n General del Misal Romano, nn. 95-111; Congregaci?n para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Instr. Redemptionis Sacramentum (25 marzo 2004), 43-47: AAS 96 (2004), 564-566; Propositio 33: ? Se han de introducir estos ministerios de acuerdo con un mandato espec?fico y las exigencias reales de la comunidad que celebra. Las personas encargadas de estos servicios lit?rgicos laicales han de ser elegidas con mucha atenci?n, bien preparadas y acompa?adas con una formaci?n permanente. Su nombramiento ha de ser temporal. Dichas personas deben ser conocidas por la comunidad y recibir de ella el debido reconocimiento ?.

[163] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, 37-42.

[164] Cf. nn. 386-399.

[165] AAS 87 (1995), 288-314.

[166] Cf. Exhort. ap. postsinodal Ecclesia in Africa (14 septiembre 1995), 55-71; Exhort. ap. postsinodal Ecclesia in America (22 enero 1999), 16.40.64.70-72: AAS 91 (1999), 752-753; 775-776; 799; 805-809; Exhort. ap. postsinodal Ecclesia in Asia (6 noviembre 1999), 21s.: AAS 92 (2000), 482-487; Exhort. ap. postsinodal Ecclesia in Oceania (22 noviembre 2001), 16: AAS 94 (2002), 382- 384; Exhort. ap. postsinodal Ecclesia in Europa (28 junio 2003), 58- 60: AAS 95 (2003), 685-686.

[167] Cf. Propositio 26.

[168] Cf. Propositio 35; Conc. Ecum. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, 11.

[169] Cf. Catecismo de la Iglesia Cat?lica, 1388; Conc. Ecum. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, 55.

[170] Cf. Carta enc. Ecclesia de Eucharistia (17 abril 2003), 34: AAS 95 (2003), 456.

[171] As?, por ejemplo, Sto. Tom?s de Aquino, Summa Theologiae, III, q. 80, a. 1,2; Sta. Teresa de Jes?s, Camino de perfecci?n, cap. 35. La doctrina ha sido confirmada con autoridad por el Concilio de Trento, sess. XIII, c. VIII.

[172] Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Ut unum sint (25 mayo 1995), 8: AAS 87 (1995), 925-926.

[173] Cf. Propositio 41; Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Unitatis redintegratio, sobre el ecumenismo, 8,15; Juan Pablo II, Carta enc. Ut unum sint (25 mayo 1995), 46: AAS 87 (1995), 948; Carta enc. Ecclesia de Eucharistia (17 abril 2003), 45-46: AAS 95 (2003), 463- 464; C?digo de Derecho Can?nico, can. 844 ?? 3-4; C?digo de los C?nones de las Iglesias Orientales, can. 671 ?? 3-4; Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, Directoire pour l'application des principes et des normes sur l'?cum?nisme (25 marzo 1993), 125, 129-131: AAS 85 (1993), 1087, 1088-1089.

[174] Cf. nn. 1398-1401.

[175] Cf. n. 293.

[176]Cf. Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales, Instr. past. sobre las Comunicaciones Sociales en el 20? aniversario de la ? Communio et progressio ?, Aetatis novae (22 febrero 1992): AAS 84 (1992), 447-468.

[177] Cf. Propositio 29.

[178] Cf. Propositio 44.

[179] Cf. Propositio 48.

[180] Este conocimiento se puede adquirir tambi?n en los a?os de formaci?n de los candidatos al sacerdocio en el seminario mediante iniciativas apropiadas: cf. Propositio 45.

[181] Cf. Propositio 37.

[182] Cf. Const. Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, 36 y 54.

[183] Propositio 36.

[184] Cf. ib?d.

[185] Cf. Propositio 32.

[186]Cf. Propositio 14.

[187] Propositio 19.

[188] Cf. Propositio 14.

[180] Cf. Homil?a en las primeras V?speras de Pentecost?s (3 junio 2006): AAS 98 (2006), 509.

[190] Cf. Propositio 34.

[191] Enarrationes in Psalmos 98,9 CCL XXXIX 1385; cf. Discurso a la Curia Romana (22 diciembre 2005): AAS 98 (2006), 44-45.

[192] Cf. Propositio 6.

[193] Discurso a la Curia Romana (22 diciembre 2005): AAS 98 (2006), 45.

[194] Cf. Propositio 6; Congregaci?n para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Directorio sobre la piedad popular y liturgia (17 diciembre 2001), nn. 164-165, Ciudad del Vaticano 2002; Sagrada Congregaci?n de Ritos, Instr. Eucharisticum Mysterium (25 mayo 1967): AAS 57 (1967), 539-573.

[195] Cf. Relatio post disceptationem, 11: L'Osservatore Romano (14 octubre 2005), p. 5.

[196]Cf. Propositio 28.

[197] Cf. n. 314.

[198] VII, 10, 16: PL 32, 742.

[199] Homil?a en la Explanada de Marienfeld, (21 agosto 2005): AAS 97 (2005), 892; cf. Homil?a en la Vigilia de Pentecost?s (3 junio 2006): AAS 98 (2006), 505.

[200] Cf. Relatio post disceptationem, 6,47: L'Osservatore Romano (14 octubre 2005), pp. 5. 6; Propositio 43.

[201] De civitate Dei, X, 6: PL 41, 284.

[202] Cf. Catecismo de la Iglesia Cat?lica, 1368.

[203] Cf. S. Ireneo, Contra las herej?as IV, 20, 7: PG 7, 1037.

[204] A los Magnesios, 9,1-2: PG 5, 670.

[205] Cf. I Apolog?a 67, 1-6; 66: PG 6, 430 s. 427. 430.

[206] Cf. Propositio 30.

[207] Cf. AAS 90 (1998), 713-766.

[208] Propositio 30.

[209] Homil?a (19 marzo 2006): AAS 98 (2006), 324.

[210] Se?ala a este respecto el Compendio de la doctrina social de la Iglesia, 258: ? El descanso abre al hombre, sujeto a la necesidad del trabajo, la perspectiva de una libertad m?s plena, la del S?bado eterno (cf. Hb 4,9-10). El descanso permite a los hombres recordar y revivir las obras de Dios, desde la Creaci?n hasta la Redenci?n, reconocerse a s? mismos como obra suya (cf. Ef 2,10), y dar gracias por su vida y su subsistencia a ?l, que de ellas es el Autor ?.

[211] Cf. Propositio 10.

[212] Cf. ib?d..

[213] Cf. Discurso a los obispos de la conferencia episcopal de Canad? ? Quebec en visita ad limina Apostolorum (11 mayo 2006): L'Osservatore Romano (12 mayo 2006), p. 5.

[214] N. 10: AAS 71(1979), 414-415.

[215] Audiencia general del 29 marzo 2006: L'Osservatore Romano, ed. en lengua espa?ola (31 marzo 2006), p. 16.

[216] Propositio 39.

[217] Cf. Relatio post disceptationem, 30: L'Osservatore Romano (14 octubre 2005), p. 6.

[218] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium sobre la Iglesia, 39-42.

[219] Cf. Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal Christifideles laici (30 diciembre 1988), 14.16: AAS 81 (1989), 409-413; 416-418.

[220] Cf. Propositio 39.

[221] Cf. ib?d.

[222] Pontifical Romano. Ordenaci?n del Obispo, de Presb?teros y de Di?conos, Rito de la ordenaci?n del presb?tero, n. 150.

[223] Cf. Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal Pastores dabo vobis (25 marzo 1992),19-33; 70-81: AAS 84 (1992), 686-712; 778-800.

[224] Propositio 38.

[225] Propositio 39. Cf. Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal Vita consecrata (25 marzo 1996), 95: AAS 88 (1996), 470-471.

[226] C?digo de Derecho Can?nico, can. 663, ? 1.

[227] Cf. Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal Vita consecrata (25 marzo 1996), 34: AAS 88 (1996), 407-408.

[228] Carta enc. Veritatis splendor (6 agosto 1993), 107: AAS 85 (1993), 1216-1217.

[229] Carta enc. Deus caritas est (25 diciembre 2005), 14: AAS 98 (2006), 229.

[230] Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Evangelium vitae (25 marzo 1995): AAS 87 (1995), 401-522; Benedicto XVI, Discurso a un congreso organizado por la Academia Pontificia para la vida (27 febrero 2006): AAS 98 (2006), 264-265.

[231] Cf. Congregaci?n para la Doctrina de la Fe, Nota doctrinal acerca de algunas cuestiones con respecto al comportamiento de los cat?licos en la vida pol?tica (24 noviembre 2002): AAS 95 (2004), 359-370.

[232] Cf. Propositio 46.

[233] AAS (2005), 711.

[234] Propositio 42.

[235] Cf. Martirio de Policarpo, XV, 1: PG 5, 1039. 1042.

[236] A los Romanos, IV,1: PG 5, 690.

[237]Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium sobre la Iglesia, 42.

[238] Cf. Propositio 42; Congregaci?n para la Doctrina de la Fe, Decl. sobre la unicidad y la universalidad salv?fica de Jesucristo y de la Iglesia Dominus Iesus (6 agosto 2000), 13-15: AAS 92 (2000), 754-755.

[239] Cf. Propositio 42.

[240]Carta enc. Deus caritas est (25 diciembre 2005), 18: AAS 98 (2006), 232.

[241] Ib?d., n. 14.

[242] Durante la asamblea sinodal hemos escuchado conmovidos testimonios muy significativos acerca de la eficacia del sacramento en la obra de pacificaci?n. Se afirma al respecto en la Propositio 49: ? Gracias a las celebraciones eucar?sticas, pueblos en conflicto se han podido reunir alrededor de la Palabra de Dios, escuchar su anuncio prof?tico de reconciliaci?n a trav?s del perd?n gratuito, recibir la gracia de la conversi?n que permite la comuni?n en el mismo pan y en el mismo c?liz ?.

[243] Cf. Propositio 48.

[244] Carta enc. Deus caritas est (25 diciembre 2005), 28: AAS 98 (2006), 239.

[245] Propositio 48.

[246] Discurso al Cuerpo Diplom?tico acreditado ante la Santa Sede (9 enero 2006), 28: AAS 98 (2006), 127.

[247] Ib?d.

[248] Cf. Propositio 48. A este respecto es muy ?til el Compendio de la doctrina social de la Iglesia.

[249] Cf. Propositio 43.

[250] Cf. Propositio 47.

[251] Cf. Propositio 17.

[252] Acta SS. Saturnini, Dativi et aliorum plurimorum martyrum in Africa, 7. 9. 10: PL 8, 707.709-710.

[253] Cf. Carta enc. Ecclesia de Eucharistia (17 abril 2003), 53: AAS 95 (2003), 469.

[254] Plegaria Eucar?stica I (Canon Romano).

[255] Propositio 50.

[256] Cf. Homil?a (8 diciembre 2005): AAS 98 (2006), 15.
Publicado por verdenaranja @ 13:48  | Habla el Papa
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