Lunes, 19 de marzo de 2007
Lectura de la Palabra de Dios proponiendo dos textos para la reflexi?n, seg?n viene en los materiales del campa?a de 2007 del D?a del Seminario.

LECTIO DIVINA

I
Lc 15, 1-3. 11-32: "Lo abraz? y lo cubri? de besos"

II
Lc 4, 14-21: "Para anunciar la Buene Noticia"


I. LO ABRAZ? Y LO CUBRI? DE BESOS

Lc 15,1-3.11-32

Ambientaci?n

El evangelio de Lucases conocido corno el "Evangelio de la Misericordia". Todo ?l puede ser le?do como un gran relato que nos sumerge en el amor entra?able del Padre. Jes?s es el gran protagonista: a trav?s de sus palabras y sus acciones se revela el rostro misericordioso de Dios. Hace dos mil a?os, sus disc?pulos fueron testigos privilegiados de ello. Hoy nosotros, disc?pulos atentos a su Palabra, nos disponemos a contemplar el evangelio como verdadera buena noticia del amor de Dios.

Lectura atenta del texto (Lectio)

El cap?tulo 15 del evangelio de Lucas es un magn?fico retablo formado por tres par?bolas en el que podemos contemplar el rostro misericordioso de Dios. Vamos a leer la tercera de ellas, la del "Hijo pr?digo", que hemos rebautizado con un nuevo nombre: la par?bola del "Padre misericordioso".

Proclamaci?n de Lc 15,1-3.11-32.

En un momento de silencio volvemos a leer el pasaje, despacio, fij?ndonos bien en [o que dice. Podemos ayudarnos de las notas de nuestra Biblia. Despu?s, juntos, leemos las siguientes orientaciones e intentamos responder a las sencillas preguntas que se proponen.

Los dos primeros vers?culos del texto nos presentan la escena. Unos fariseos y maestros de la ley, que se consideran justos, se indignan y murmuran porque Jes?s acoge a los pecadores y come con ellos. Jes?s les responde con esta par?bola. Con ella justifica su comportamiento y revela el rostro misericordioso de Dios. En su nodo de actuar con los pecadores y publicanos se aprecia en Jes?s la forma de ser del Padre.

La historia comienza presentando a unos personajes: un padre y sus dos hijos. El peque?o de ellos no se comporta correctamente. En la sociedad de aquella ?poca, emanciparse del padre era un atentado contra su autoridad, deshonr?ndole y manchando su reputaci?n. El padre muere en vida.Y el hijo tambi?n: abandona la protecci?n y el amor de la casa y derrocha lejos su fortuna, llega al l?mite de cuidar cerdos (impuros para los jud?os) y de querer comer lo que a ellos les daban. Cuando se encuentra en un callej?n sin salida, el hijo menor calcula la posibilidad de volver a casa para saciar su hambre. Es f?cil reconocer en este hijo la vida de los pecadores y publicanos a quienes simboliza. Vamos a fijarnos un momento en su hermano. ? Qu? actitudes muestra el hijo mayor? ?A qui?nes simboliza?

Aunque el hijo mayor no ha abandonado la casa tambi?n vive alejado del padre. En su dureza de coraz?n, en su incapacidad de perdonar y acoger a su hermano, descubrimos a los fariseos y maestros de la ley. Jam?s han desobedecido una orden de Dios, pero en su
experimentado el perd?n del Padre, y por eso no comprenden la alegr?a y la fiesta en la reconciliaci?n. En la rigidez de su comporta-miento marginan de la salvaci?n a los que no son como ellos. Son incapaces de entender la inesperada actitud de Dios. ?Cu?l es el comportamiento del padre ante estos dos hijos?

La reacci?n del padre desborda todas las expectativas. Cuando el hijo a?n est? lejos el padre se adelanta. El verdadero acercamien?to es el del padre; ?l es quien toma la iniciativa. "Profundamente conmovido, sali? corriendo a su encuentro, lo abraz? y lo cubri? de besos". No importa la ambig?edad de las motivaciones del hijo: mediante el vestido, el anillo y las sandalias el padre le dice que sigue siendo hijo suyo. Sin una recriminaci?n ni un reproche. El desprestigio sufrido por el padre no importa. Este padre, que simbo?liza a Dios, quiere hacer fiesta porque el hijo que hab?a muerto ha vuelto a la vida, porque el perd?n conduce siempre a la alegr?a. Y el padre sale tambi?n a buscar al hijo mayor, al que no quiere unirse a esta fiesta. Con ?l desea reconstruir la filiaci?n y la fraternidad perdidas.

Tambi?n nosotros estamos llamados a participar con alegr?a en la fiesta del perd?n que nace del amor de un Dios que es corno el padre de la par?bola.

Nos dejamos interpelar por la Palabra (Meditatio)

El texto que hemos le?do es para nosotros una nueva ocasi?n para saborear el perd?n de Dios que surge de un coraz?n misericordioso como el suyo.

"Cuando a?n estaba lejos, su padre lo vio, y lo abraz? y lo cubri? de besos": ?Cu?l es el rostro de Dios que manifiesta esta par?bola? ?De qu? formas concretas podemos ser testigos de este rostro de Dios?

 "Tenemos que alegrarnos y hacer fiesta". ?C?mo es la acogida que puedo esperar de Dios a partir de la ense?anza que transmite esta par?bola? ?Qu? esperanza habr?a para nuestro mundo con unas relaciones as??


La Palabra nos pide una respuesta (Oratio)

Dios sale a nuestro encuentro como un Padre lleno de misericordia. Acoger su amor entra?able nos abre a la alabanza y a la acci?n de gracias, nos viste de fiesta. Celebramos el triunfo de la vida, la alegr?a del reencuentro y del perd?n.

Proclamaci?n de Lc 15,1-3.11-32.

Compartimos lo que la palabra de Dios nos ha sugerido.

Terminamos recitando el Salmo 33 ("Gustad y ved qu? bueno es el Se?or") al Dios de la misericordia, reconoci?ndonos testigos de su amor.


II. PARA ANUNCIAR LA BUENA NOTICIA

Lc 4,14-21

Ambientaci?n

Jes?s, lleno del Esp?ritu Santo, comunica su proyecto de liberaci?n para todo el mundo: La misericordia de Dios va a abrirse camino en la historia a trav?s de su vida y-su palabra. Pedimos para nosotros el mismo Esp?ritu: que ilumine nuestro conocimiento y nuestro coraz?n a la Palabra que viene hasta nosotros.

Lectura atenta del texto (Lectio)

Tras la presentaci?n de Jes?s y de Juan el Bautista en el "evangelio de la infancia", Lucas contin?a su obra con una gran secci?n en la que describe la actividad de Jes?s en Galilea. El evangelista presenta el comienzo del ministerio p?blico de jes?s mediante una escena en la que plantea su programa de actuaci?n. Adem?s de justificar la honorabilidad y credibilidad de Jes?s, Lucas tiene inter?s en proponer a su iglesia un modelo de evangelizaci?n.

Proclamaci?n de Lc 4,14-21.

Leemos de nuevo detenidamente el pasaje, fij?ndonos en algunos detalles importantes que encontramos en ?l. Nos pueden ayudar las siguientes orientaciones.

Los dos primeros vers?culos (Lc 4,14-15) son un breve resumen de la actividad de Jes?s en Galilea que sirve de introducci?n ala esce?na de la sinagoga de Nazaret. Adem?s de la doble alusi?n al buen nombre de Jes?s ("su fama se extendi?", "todo el mundo hablaba bien de ?l"), en estos vers?culos el evangelista apunta dos elementos realmente importantes. ?Ln qu? consiste la actividad de Jes?s? ?Qui?n le irnpulsa en ella?

Tras relatar su bautismo en el jord?n y las tentaciones en el desierto, el evangelista sit?a a Jes?s ense?ando en las sinagogas de Galilea. En el bautismo ha recibido el Esp?ritu y est? lleno de ?l. El Esp?ritu es quien lo conduce al desierto. Y ahora su ense?anza est? inspirada por este mismo Esp?ritu. A partir del vers?culo 16 el relato nos acerca a Nazaret, donde Jes?s se hab?a criado. ?Qu? hace y dice Jes?s en la sinagoga de su pueblo?

Si bien el Templo de Jerusal?n constitu?a el centro del culto jud?o, en tiempos de Jes?s se hab?a extendido un nuevo lugar de reuni?n en el que se le?a, comentaba y oraba la palabra de Dios: la sinago?ga. En la liturgia sinagogal se le?a un pasaje del Pentateuco y alguna p?gina de los profetas. Acabada la lectura se hac?a un comentario u homil?a que intentaba actualizar el sentido de la Escritura a la vida cotidiana de los fieles. Jes?s, como todo jud?o practicante, se dirige el s?bado a la sinagoga. Le entregan el rollo de Isa?as y lee un pasaje del profeta que encontramos en el cap?tulo 61. Si lees con atenci?n el pasaje del evangelio y el texto de Isa?as, apreciar?s enseguida algunas diferencias.

Aunque sustancialmente dicen lo mismo, en el pasaje de Lucas el texto de Isa?as se transcribe con un par de modificaciones. Donde Isa?as dice "para vendar los corazones desgarrados", Jes?s lee "y dar vista a los ciegos", sustituyendo lo que aparece en Is 61,1 por Is 42,7, del primero de los cantos del siervo de Yav?. Por otra parte, las palabras finales de Isa?as ("el d?a del desquite de nuestro Dios") no aparecen en el texto de Lucas, porque para el evangelista en la misi?n de Jes?s no cabe la venganza. F?jate otra vez en el evangelio. ?En qu? consiste la misi?n de Jes?s? ?A qui?n y a qu? situaciones va dirigida su misi?n?

La homil?a de Jes?s es muy breve: "Hoy se ha cumplido el pasaje de la Escritura que acab?is de escuchar." Jes?s es el Mes?as, el liberador anunciado por el AT pero cuya manifestaci?n no tendr? lugar median-te un paseo triunfal sino a trav?s del rechazo y de la muerte, como el siervo de Yav?. Su proyecto es el cumplimiento del plan de Dios. Con Jes?s se inaugura un a?o de gracia del Se?or. El reinado de Dios se anuncia a los pobres, a los cautivos, a los que sufren la opresi?n. Adem?s, en su programa no trae condena sino liberaci?n y misericordiaa: no ha lugar para la venganza y el desquite.

Nos dejamos interpelar por la Palabra (Meditatio)

En el episodio de la sinagoga de Nazaret hemos descubierto el proyecto de Jes?s. Nuestro proyecto, como disc?pulos, debe de coincidir con el de aquel a quien seguimos. Como ?l, llenos del Esp?ritu Santo anunciamos la misericordia de Dios, la liberaci?n de todo ser humano que sufre opresi?n. Y como Jes?s, nuestro anuncio no es un discurso te?rico: nos jugamos la vida en ello.

Jes?s presenta su programa en la sinagoga de Nazaret. ?Qu? aprendemos de Jes?s a trav?s de su proyecto de vida? Mi vida y mi compromiso cristiano, ?est?n en consonancia con la misi?n de Jes?s?
?Qui?nes son hoy, en nuestro entorno, los hombres y mujeres que necesitan experimentar la misericordia de Dios? ? Qu? podemos hacer nosotros al respecto?

La Palabra nos pide una respuesta (Orat?o)

El Esp?ritu que llenaba la vida de Jes?s nos mueve al compromiso y a la oraci?n. Le pedimos fuerza y sabidur?a para ser testigos de la misericordia de Dios en el "hoy" de las vidas de nuestros hermanos.

Proclamaci?n de Lc 4,14-21.
Compartimos lo que la palabra de Dios nos ha sugerido.
Terminamos cantando la "Canci?n del testigo" ("Por ti, mi Dios...") u otro canto adecuado.
Publicado por verdenaranja @ 23:21  | Espiritualidad
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