Viernes, 30 de marzo de 2007
Testimonio de un di?cono sobre su vocaci?n seg?n viene en el folleto TESTIMONIOS de la carpeta del D?a del Seminario 2007.


Pedro Jos? acaba de ordenarse di?cono, tiene 24 a?os, y cuando era muy peque?o quer?a ser misionero, pero... lee, lee:

Siempre me he considerado un apasionado por la vida. Nac? en Madrid el 19 de febrero de 1982, poco antes que Naranjito, y en tres a?os era ya el mayor de cuatro hermanos. Los recuerdos de mi infancia son de una casa de locos porque los cuatro hermanos lo pon?amos todo patas arriba, y creo que mi madre se gan? la santidad ya en esa ?poca.

De siempre me encant? la m?sica, el cine, tener amigos, aprend? a tocar un poco el piano y otro poco la guitarra. Viv?a con emoci?n los partidos de f?tbol, sobre todo los derbies porque mis padres son del Real Madrid y yo del Atleti.

Pero lo que m?s me llamaba la atenci?n era que las familias que conoc?a en la parroquia ten?an una alegr?a especial. Las personas mayores, ancianitos muchas veces enfermos o con dolor a la espalda, me daban lecciones de alegr?a, incluso m?s que mis amigos. El modo como trataban los pap?s a los otros ni?os no era igual, y me encantaba el sacerdote mayor de la misa de ni?os.

As? fue como tom? la decisi?n de irme de misionero. Ten?a que contar a todas las perso?nas del mundo c?mo Jes?s hac?a felices a todas las familias de mi parroquia. Contaba 11 ? 12 a?os y sent? a mi madre en mi cama para prevenirla: "Mam?, quiero que sepas que un d?a me ir? de misiones a un pa?s muy lejano, y ya no nos veremos m?s'.

Mi madre no se tir? de los pelos ni se desesper?, sino que me acarici? y me dijo que no deb?a esperar m?s, sino que empezase a anunciar a Jes?s por mi barrio (el Parque de las Avenidas), a mis amigos del colegio. Que ser miembro de la Iglesia era ser misionero.

Mi adolescencia fue muy dif?cil, mis amigos no estaban por la labor de dejarme hablarles de Jes?s y casi renunci? a mis proyectos, salvo cuando los domingos iba a misa. Es una etapa de crisis en mi vida.

Todo cambi? cuando el sacerdote mayor de mi parroquia me pidi? que empe?zara a dar catequesis. Apenas con 15 ? 16 a?os ya daba catequesis a ni?os, y esto
me volvi? a mostrar que yo deb?a transmitir tantos milagros de los que hab?a sido testigo en mi casa y en mi parroquia.
Cambi? de amigos, pues hice muchos amigos entre los catequistas j?venes de mi parroquia. Me dej? acompa?ar por el sacerdote. Comenc? a experimentar cu?nto bien hace el sacramento del perd?n. Encontr? en la Eucarist?a un encuentro precioso con Jes?s que viene a nosotros con todo su amor.

Y as?, en mitad de algunas movidas (pues en mi cabeza estaba hecho un l?o) de pronto quiso Jes?s hacerme entender que me estaba enamorando. Mi vocaci?n estaba sirviendo a su Iglesia. Am?ndola como la ama ?l: "Celebra los sacramentos para mi Iglesia", "acompa?a a tus hermanos en su experiencia cotidiana de Dios", "anuncia mi Resurrecci?n a todos los hombres"...

... me cost? reconocerlo, pas? por algunos miedos, por discusiones con ?l... pero su llamada era clara y tremendamente atractiva. Por eso entr? al seminario. Quer?a seguirle fuese donde fuese.

Y cada d?a desde aquel domingo de octubre en el que comenc? a intuir que me llamaba a ser sacerdote me acuesto m?s emocionado por los milagros que voy viendo, me levanto m?s feliz de estar pudiendo responder a su llamada, vivo m?s ilusionado por ser suyo, y, por ?l, de todas las personas, hombres, mujeres, ni?os o ancianos, por las que ?l ya ha dado la vida.

Pedro Jos? Lamata Molina


Publicado por verdenaranja @ 0:19  | Misiones
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