Viernes, 30 de marzo de 2007
Testimonio de David L?pez Corrales publicado en carpeta de Jornada del "D?a del Seminario 2007", en la secci?n TESTIMONIOS.


A la pregunta de ?Por qu? ser sacerdote?, s?lo puedo contestar comparti?ndoos mi historia, ya que no podemos entender una vocaci?n sin su relaci?n con una historia personal, que Dios ha hecho por su Amor y Gracia Historia de Salvaci?n.

Por lo tanto presentado el protagonista principal de esta historia, que no puede ser otro que Dios, queda concretar c?mo ha ido ?l concretando en mi vida ese plan salvador, qu? pens? y quiso para m?, qu? tiene y quiere para cada uno de nosotros desde siempre. Este plan que no es otro que el desarrollo de nuestro ser 'Imagen y Semejanza" suya, a imagen de Cristo hombre perfecto, en el proyecto que ?l tiene para cada uno y que en nuestro encuentro amoroso con ?l nos va desvelando.

Para este camino, Dios me regal? una familia, donde me dieron la vida y con su amor me hicieron persona, dando respuesta en ese encuentro personal a m? ?Qui?n soy yo?

A esta pregunta mi padre y mi madre con su amor, me hicieron hijo, mi hermano con su amor fraternal me hizo hermano, y mis abuelos, t?os y primos con su amor, me hicieron miembro de una familia, donde poder crecer, donde poder ser hombre con la dignidad que ello supone. Me acompa?aron para salir al encuentro de ese Dios, al que aprend? a adorar y amar a su lado. En este punto recuerdo como fundamental para descubrir el amor de Dios, la compa??a de mi abuelo, con el que empec? a ser monaguillo y a descubrir la importancia de la celebraci?n de la Eucarist?a.

Tambi?n puso personas en el colegio de Franciscanos de Usera donde estudi?, que me fueron mostrando una vocaci?n, a la que el Se?or por medio de ellos me fue llamando. Recuerdo con emoci?n lo que me cuestion? de peque?o, la primera vez que escuch? a un sacerdote hablar de su vocaci?n. Recuerdo c?mo ardi? mi coraz?n, en 3? de BUP, cuando en una Semana Santa pude profundizar, en ese Amor apasionado que Dios nos tiene, y como ese amor que subi? a la cruz por m?, fue trasform?ndome.

Al a?o siguiente me confirm? en mi parroquia, y los sacramentos especialmente de la Eucarist?a y Penitencia, afianzaron su compa??a en mi camino mucho m?s asiduamente.

C?mo recuerdo el bien que me hizo la compa??a del Padre Marcelino, con su paciencia y fidelidad en la confesi?n, mostr?ndome que el amor de Dios estaba por encima de mis pecados y dificultades. En cu?ntos momentos la fidelidad del amor de Dios celebrado en la Eucarist?a sostuvo mi humilde ser. C?mo me evangeliz? la vivencia de la amistad, cu?nto aprend? lo bello que es amar al lado de los amigos y amigas que Dios me regal?.

Y en este fervor?n de emociones, me toc? vivir COU. Y con ello afrontar el futuro de mi vocaci?n, y al deseo de responder a ese amor de Dios se uni? el miedo a dejar en sus manos mi vida, por lo que la presi?n venci?, me deje llevar por los consejos de posponer la decisi?n, y empec? a estudiar qu?micas en la facultad.

Esta nueva decisi?n supuso una oportunidad para crecer, ya que Dios me sigui? trasformando por su amor, y el amor de tantos testigos suyos que puso en mi camino, que hicieron que su llamada a entregar la vida como respuesta a su amor, no dejara de resonar en mi coraz?n.

Pero tambi?n supuso un acomodarme, un buscarme m?s a m? mismo, haciendo yo los planes de mi vida, en lugar de dejar que Dios hiciera su plan de salvaci?n en mi vida. As? os confieso tanto tiempo perdido, tantas relaciones no aprovechadas y vividas solo en superficialidad, tantos pecados que me separaron de Dios y de mis hermanos, haciendo angustioso a veces mi caminar, donde parec?a imposible volver a experimentar ese amor de Dios.

En este marco recuerdo el primer d?a que decid?, en la tibieza de la vida, hablar con un sacerdote del seminario, para afrontar en el marco de la Iglesia, la respuesta de este amor de Dios, que en el fondo de mi coraz?n no dejaba de llamarme a responderle, ya que nadie hab?a satisfecho mi deseo de felicidad como su amor.

As? afront? mi ?ltimo a?o de carrera, en el que Dios me regal? experiencias inolvidables. C?mo me trasformo el verano que pas? en Inglaterra, las amistades que all? me regal? Dios, y especialmente la que viv? con Raquel, por la que Dios me mostr? la posibilidad de vivir relaciones afectivas plenas en el camino al que ?l me llamaba.

As? que a pesar de que me asustaba el reto, me costaba abandonarme en manos de Dios y abandonar los proyectos que ya me hab?a construido. Con la ?nica certeza de esa mirada amorosa de Dios, decid? confiar en el que me hab?a cautivado, ya que la corta experiencia de la vida que tenia, me hab?a mostrado que era all? donde Dios hac?a saltar mi coraz?n. As? pronuncie el "S?" a la voluntad de Dios, m?s relevante de mi vida, ya que esta decisi?n te engloba en un camino determinado, para decir "S?" a su voluntad todos los d?as, en las peque?as decisiones de cada d?a. Buscaba as? que Dios siguiera en m? su obra, respondiendo al deseo de felicidad, que ?l hab?a puesto en mi coraz?n y al que solo su amor es capaz de satisfacer.

De mi vida en el seminario, comentaros que el Se?or ha puesto gente que me ha ayudado a mirar mi historia con ojos nuevos, que me ha ayudado a poner con m?s certeza cada d?a mi vida en manos de Dios, para que ?l siga sorprendi?ndome en lo cotidiano de la vida con su salvaci?n.

De manera que la certeza que tengo es que el Se?or camina a mi lado, va trasformando mi vida, va convirti?ndome de mis pecados, de los que no estoy libre, pero de los que cada d?a voy siendo m?s consciente del mal que me hacen, e intento con m?s fuerza abrirme a su Gracia, para que su amor me trasforme cada d?a un poco m?s, en esa din?mica del amor que en Dios llega a plenitud.

Dios ha iluminado la realidad para que la pueda ver con ojos nuevos, haciendo como dice S. Pablo "tiempo favorable, d?a de salvaci?n" lo cotidiano de mi vida diaria en la que buscamos, como dice la "ratio" (documento eclesial que reflexiona sobre la formaci?n sacerdotal), crecer en la dimensi?n espiritual, intelectual, humana y pastoral, si bien es cierto que a veces con m?s o menos acierto, queriendo dejar que Dios ensanche mi coraz?n a la medida del coraz?n de Cristo Buen Pastor, que entreg? la vida por nosotros sus ovejas, ya que es a ?l al que tenemos que remitir a todo hombre.

En esta tarea cotidiana reconozco el grand?simo bien que me hace compartir mi vida coro sacerdotes, que me han hecho participes de su paternidad sacerdotal, en la que he crecido, y que son modelo para la paternidad que un d?a, si Dios quiere, espero en su nombre ejercer. Cu?nto bien me hace participar de la direcci?n espiritual y del sacramento de la Penitencia, como lugares privilegiados para experimentar el amor de Dios. C?mo me sostiene la vivencia de la Eucarist?a, como lugar en el que sostener la comuni?n con Dios y con la Iglesia. Comuni?n necesaria para que Dios siga haciendo de la historia del hombre Historia de Salvaci?n, y que tantas veces esquivo porque me cuesta obedecer, me cuesta amar al que opina distinto y tantas cosa m?s que me cuestan y que Dios va purificando. Tambi?n compartiros, el bien que me hace la fraternidad que Dios me ha regalado con hermanos/as m?os, con los que me han hecho crecer hacia una afectividad madura,
capaz de disfrutar mucho m?s de lo sencillo de la vida, haci?ndome participe del amor humano, como veh?culo indispensable para participar del amor de Dios.

Por todo esto, quiero invitaros a vivir dejando que en vuestra vida se haga la voluntad de Dios, que es en lo que se resume la vocaci?n que tenemos todos los cristianos a la santidad. Ya que la voluntad de Dios para nuestra vida, colma nuestro deseo de felicidad, que s?lo en su amor es satisfecho, ya que como dice S. Agust?n "Nos has hecho Se?or para Ti y s?lo descansaremos cuando descansemos en Ti".

Terminar? ofreci?ndoos mi oraci?n y encomend?ndome a la vuestra, para que el sue?o de Dios para la vida de todos los hombres se cumpla en nosotros y en todos los hombres. Muchas gracias.

David L?pez Corrales


Publicado por verdenaranja @ 23:49  | Misiones
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