Domingo, 01 de abril de 2007
Consejos para tener encuenta, publicados en la HOJA DE DIFUSI?N PARROQUIAL DE SANTA RITA DE CASIA DE PUNTA BRAVA en el Puerto de la Cruz, n?mero 91


ALQUNOS CONSEJOS PARA PONER EN PR?CTICA


Aparta, Se?or, de mi lo que me aparte de ti. Que no se meta entre t? y yo, el horrible pecado. Que el diablo, Se?or, no me tape tu rostro, que no me acostumbre, Se?or a llevar una vida mediocre, mezclada de cosas buenas, regulares y malas. Que no me acomode, Se?or, que no me conforme con una vida espiritual de baja calidad. Yo s?, Se?or, que tampoco t? quieres corazones partidos. Quieres mi coraz?n entero. Toda la gente espera de m? una coherencia entre lo que digo y lo que hago. Que no me adapte a convivir con una vida de pecado, como el cochino que se habit?a a estar sucio. La gente quedaba asombrada escuchando las ense?anzas tuyas, Se?or; porque ense?abas lo que antes ha-c?as, y por eso exclamaban, "este ense?ar con autoridad es nuevo" porque ya aceptaban, resignados, a que lo que les ense?aban los escribas y fariseos era una hipocres?a. Predicaban una cosa y hac?an otra. Sus vidas no concordaban con su doctrina. Jesucristo ense?a con el ejemplo, con el respaldo de su propia conducta. Siempre se ha dicho que "el ejemplo grita mucho m?s fuerte que los mejores discursos". No nos cansemos, pues, de caminar hacia la santidad. No es cuesti?n de estancarse, de pararse y dar por finalizado el proceso de la perfecci?n, como si ya hubiera terminado una carrera universitaria.

Desde luego, mira que sabes. Mira que tienes experiencia y nunca escarmientas. Dices que quieres cambiar. Te ilusionas, haces unos prop?sitos que piensas que son serios; pero qu? poco tiempo te dura la cuerda, qu? pronto te cansas y vuelves a las andadas. Siempre est?s empezando. Te falta constancia. Te falta aplicar lo que sabes. Dejas pasar una y otra vez tantas oportunidades. Has o?do hasta la saciedad aquel viejo dicho de "no dejes para ma?ana lo que puedas hacer hoy" y t? lo dejas todo para ma?ana, para la semana siguiente, para el mes que viene, y as?, vas prolongando un d?a y otro tambi?n tu cambio radical. Te he o?do decir m?s de una vez: "a partir de hoy va a haber un antes y un despu?s" y luego todo sigue igual. Aprovecha esta ocasi?n en que de nuevo Dios te llama a grandes cosas. No te quedes parado, conforme con lo poco que has hecho, o por el poco camino recorrido. No mires para atr?s. No te recrees en lo que has he-cho. Cu?ntos con muchos menos a?os que t? han llegado a una santidad extraordinaria. Lee vidas de Santos y recobra el ?nimo y di en serio como San Ignacio de Loyola: ?Lo que pudo San Francisco por qu? no puedo yo? Lo que pudo el hermanito Pedro, ?Por qu? no lo puedo yo? Proponte de una vez y en serio el ser santo. Encima, no es un lujo, sino una obligaci?n.

Orar siempre ser? bueno, orar cuando uno no sienta nada f?sicamente, aunque a uno le parezca que Dios est? muy lejano o que no le est? oyendo. Dios est? cerca, tan cerca que lo llevamos siempre dentro. El d?a que se te pare el coraz?n entonces podr?s decir: ya se march? Dios. Nunca es tiempo malgastado, el dedicado a hablar con Dios. Dios es alguien que vale la pena y, pienso yo, que se me-rece que le demos un tiempito del mismo que El nos da. Es cuesti?n de fidelidad diaria, hacer siempre ejercicios de la presencia de Dios dentro de nosotros y buscar agradar a Dios y ser muy delicados y respetuosos con el Se?or, evitando todo cuanto le desagrada. Haz las cosas bien hechas. No te enga?es a ti mismo, ni seas tan blando contigo. iCuidado! El pecado es el pecado. No te escondas, ni te pongas nervioso si te ven o no te ven. Busca un sitio donde t? puedas esconderte a hacer algo que est? mal o que ofenda a Dios y que el mismo Dios, no este personalmente presente. No ofendas, pues al Se?or, ni poco, ni mucho.

Que en las palabras, en los gestos, en el modo de saludar, de escuchar y a?n en el modo de decir un no, est? todo lleno de suavidad y dulzura. Hay muchas maneras de decir y hacer las cosas. T?, contr?late, lucha por tener un semblante dulce y sonriente, aunque est?s lleno de sufrimiento por dentro, aunque de tanto luchar te caigan hasta las l?grimas ?Por qu? cautivaba el Se?or Jes?s? ?Por qu? seduc?a? ?Por qu? la gente se sent?a atra?da por El y corr?a tras El? Por la serenidad y ternura de su rostro, por su dulce estilo de conversar, lleno de amor y dulzura. Por eso hemos de cambiar nuestro humor, a veces seco y antip?tico, en un humor dulce "siempre de buen humor". Entr?nate delante de un espejo, hasta que los m?sculos de tu cara, den a tu aspecto exterior un rostro bonach?n, sencillo y que despida ternura y delicadeza. Que tu "mala cara", nunca espante. Imag?nate c?mo ser?a el aspecto exterior del rostro del Se?or e im?talo.
Publicado por verdenaranja @ 0:15  | Art?culos de inter?s
Comentarios (0)  | Enviar
Comentarios