Estudio cient?fico
sobre los tormentos
de los crucificados
"Sobre las indecibles torturas experimentadas por los crucificados encontramos relaciones y descripciones verdaderamente espeluznantes. El m?dico Chr. Gottieb Richter, citado por Friedlieb, las describe con las siguientes palabras:
1.1. La posici?n anormal y violenta del cuerpo, con los brazos extendidos en alto por espacio de tanto tiempo, deb?a constituir una tortura inexplicable, principalmente que el crucificado no pod?a hacer el m?s ligero movimiento sin ocasionar dolores inaguantables a todo el cuerpo, singularmente en los miembros traspasados por los clavos y en las espaldas desgarradas por los azotes.
1.2. Los clavos atravesaron los miembros y ?rganos donde se reconcentran multitud de nervios y tendones muy sensibles, de los cuales los unos se ve?an magullados y los otros violentamente comprimidos, de donde proven?an dolores siempre nuevos y cada vez m?s intensos.
1.3. Las partes heridas, al verse expuestas al aire libre, se inflamaban horriblemente, pasando sucesivamente de amorotonadas a negras. El mismo fen?meno se produc?a en otras distintas partes. principalmente en aquellas en que detenidos los humores por la violenta tensi?n de todo el cuerpo perd?an su circulaci?n. La inflamaci?n de todas estas partes y el dolor a ellas consiguiente tambi?n crec?a por momentos.
1.4. La sangre que conducen las arterias del ventr?culo izquierdo a todas las partes del cuerpo, no encontrando su adecuada expansi?n, sub?a de ordinario a la cabeza, que encontraba libre, ejerciendo sobre las arter?as de ella una dilataci?n y presi?n anormales, que produc?an dolor de cabeza siempre creciente. Esta detenci?n de la sangre en las extremidades no permit?a a la arteria aorta descargarse completamente de la que ella conten?a, ni recibir toda la que aflu?a de la arteria pulmonar, priv?ndose a la sangre de su libre circulaci?n por los pulmones. Hasta el cuello quedaba cohibido, sufriendo todas las venas una presi?n en extremo angustiosa.
1.5. El crucificado sol?a vivir sobre el infamante pat?bulo en este espantoso martirio ordinariamente unos tres d?as, siempre que se tratase de naturalezas robustas y que hubiesen padecido poco antes de la
crucifixi?n"9.
BASILIO DE SAN PABLO, CP.. Manual de Historia de la Pasion de Cristo, Ediciones Studiurn, Madrid, 1968.