Los dolores internos
de Jes?s en la Cruz10
Si los tormentos f?sicos de Jes?s en la Cruz fueron sobre toda ponderaci?n espantosos, los dolores morales no les fueron en zaga; antes, cuando el alma supera en nobleza y excelencia al cuerpo, otro tanto superaron los dolores que Jesucristo padeci? en su esp?ritu a los que padeci? en sus miembros.
Recu?rdese que Jesucristo quiso padecer todos los tormentos de la Pasi?n sin consuelo alguno sensible, como claramente lo demuestran las fervientes s?plicas que dirige a su Padre Celestial en el Huerto de los Olivos 11; en la Cruz se lamentar? tambi?n de que ese Divino Padre lo ha desamparado en manos de los verdugos12.
Desde lo alto de la Cruz contempla a sus enemigos envalentonados que le escarnecen, zahieren y calumnian; ve a su Sant?sima Madre que se anega por momentos en un mar de penas14; ve que de la ingente muchedumbre de personas a las que ha favorecido con sus milagros y cari?o, apenas le acompa?a en tan angustiosos momentos un grupito escogido15; ve que de los mismos ap?stoles s?lo uno ha tenido el valor de afrontar los peligros y presentarse en el Calvariol6. Ve, por encima de todo, esto, el tremendo castigo que va a recaer sobre la ciudad deicida, castigo que no hace todav?a muchos d?as arrancara a sus ojos compasivas l?grimasl7.
Las miradas de Jes?s en la Cruz abarcan todos los tiempos y acontecimientos futuros. Es el Redentor universal, y, por consiguiente, todo cuanto habr? de tender a trav?s de los siglos a enervar o inutilizar18 los frutos de esa redenci?n, tortura en aquellos supremos momentos su tierno coraz?n.
Santo Tom?s de Aquino describe los sufrimientos humanos que Cristo padeci? en la Cruz:
"1. Por parte de los hombres que le hicieron padecer, pues padeci? de los gentiles, y de los jud?os; de los hombres y de las mujeres, como se ve en las criadas que acusaron a Pedro; de los pr?ncipes, de sus ministros, y de la plebe, e incluso de los familiares y amigos, pues padeci? de Judas, que le traicion?, y de Pedro, que le neg?.
2. Por parte de aquello en que padeci?, que fue en todo cuanto el hombre puede padecer. Pues padeci? en sus amigos, que le abandonaron; en la fama, por las blasfemias proferidas contra El; en el honor y la gloria, por las burlas e injurias que le hicieron; en los bienes, pues fue despojado hasta de los vestidos; en el alma, por la tristeza, el tedio, y el temor; en el cuerpo, por las heridas y los azotes.
3. Por parte de los miembros de su cuerpo sant?simo, ya que padeci? en la cabeza, por la corona de espinas; en las manos y pies, por los clavos que los atravesaron; en el rostro, por las bofetadas y salivazos, y en todo el cuerpo, por los azotes. Padeci? en todos los sentidos del cuerpo: en el tacto, por los azotes y la crucifixi?n; en el gusto, por la hiel y vinagre; en el olfato, por la fetidez de los cad?veres existentes en aquel lugar, llamado Calvario (lugar de las calaveras); donde fue crucificado; en el o?do, por las voces de los que le blasfemaban y escarnec?an; en la vista, viendo c?mo lloraba la Madre y el disc?pulo amado"19.
Notas 10 Cf. Ver Ap?ndice N? 2.
11 " Padre, si quieres, aparta de M? este c?liz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya (Le 22,42). Cf. Mt 26,39.42; Mc 14,36.
12 Elo?, Elo?, ?Lama sabactan??: ?Dios m?o, Dios m?o!. ?Por qu? me has abandonado? (Mc 15,34). Dios m?o!. ?Por qu? me has abandonado?? (Mt 27,46).
Elo?, Elo?, ?Lam? sabactan??: ?Dios m?o, Dios m?o!. ?Por qu? me has abandonado?? (Mc 15,34).
13 Entre aquellos que le calumniaban, escarnec?an estaban los miembros del Sanedr?n (Cf. Mt 27,42-43); el mismo Pueblo de Israel, a quien Jes?s les hab?a favorecido con milagros (Cf. Mt 27,40); los soldados romanos (Cf. Lc 23,37); y uno de los ladrones (Cf. Lc 23,39).
14 Junto a la Cruz de Jes?s estaba de pie su madre,... (Jn 19,25).
L5 S?lo estaban al pie de la Cruz: ?la hermana de su Madre, Mar?a, mujer de Cleof?s, y Mar?a Magdalena? (Jn 19,25); Cf. Mt 27,55-56; Cf. Mc 15,40-41; Cf. Lc 23,49.
16 Jes?s viendo... al disc?pulo que amaba... (Jn 19,26).
17 Cf. Lc 19,41-44.
18 " Simplemente enumeremos las persecuciones durante los tres primeros siglos por el s?lo hecho de ser cristianos realizando de ellos m?rtires de Jesucristo, las herej?as brotadas del mismo seno de la Iglesia, las guerras, los males causados por los hombres, los pecados de cada uno de los hombres, las almas que se condenar?an a pesar de la Pasi?n de Nuestro Se?or.
19 SANTO TOM?S DE AQUINO, Suma Teol?gica, III, 46,5.