Lunes, 30 abril 2007 (
ZENIT.org).- Desciende la pobreza en el mundo, seg?n los datos publicados por el Banco Mundial. Las nuevas estimaciones de los Indicadores de Desarrollo Mundial 2007 muestran que la proporci?n de personas que viven que viven con menos de un d?lar al d?a descendi? hasta el 18,4% en el 2004, explicaba una nota de prensa del Banco Mundial el 15 de abril.
En n?meros concretos esto significa que se estima que hay 985 millones de personas viviendo en extrema pobreza. A pesar de ser todav?a un n?mero muy grande, se trata de una mejor?a. En 1990 la cifra era de 1.250 millones.
A pesar del progreso realizado, la pobreza todav?a es un problema enorme. Si se sube el porcentaje diario a dos d?lares o menos al d?a, la cifra estimada de personas en esta situaci?n sube hasta los 2.600 millones de personas.
No obstante, el Banco Mundial informaba que los pa?ses en desarrollo han tenido una media anual de crecimiento del producto interior bruto per capita del 3,9% desde el a?o 2000. Otro factor importante en el descenso de las cifras de pobreza ha sido el fuerte crecimiento econ?mico de China.
El ?frica sub-sahariana sigue siendo una zona problem?tica. En el 2004, hab?a en ella 298 millones de personas viviendo en extrema pobreza. Esta cifra, observaba el Banco Mundial, es pr?cticamente la misma de 1999.
El Banco Mundial comentaba tambi?n que el crecimiento no siempre es suficiente para reducir la pobreza, dado que en algunos pa?ses han empeorado las desigualdades, dejando a los pobres sin los beneficios del progreso econ?mico.
Tambi?n se han criticado los propios programas contra la pobreza del Banco Mundial. Un informe interno publicado el a?o pasado por el Independent Evaluation Group de la organizaci?n, observaba que s?lo 2 de cada cinco pa?ses que solicitaron cr?ditos han registrado un crecimiento sostenido en los ingresos per c?pita durante los cinco a?os que finalizaron en el 2005.
Seg?n el ?Annual Review of Development Effectiveness 2006?, la ayuda del Banco Mundial suele contribuir a mejorar el crecimiento econ?mico de los pa?ses, pero tiene menos ?xito a la hora de crear puestos de trabajo. El informe tambi?n comentaba el problema del empeoramiento en las desigualdades de ingresos, que puede reducir la aportaci?n hecha por el crecimiento econ?mico a la reducci?n de la pobreza.
Compromisos de ayuda incumplidos
Los datos publicados este mes por la Organizaci?n para la Cooperaci?n y el Desarrollo Econ?mico (OCDE) revelan que los pa?ses m?s ricos no han cumplido con sus ayudas al Tercer Mundo.
Los 22 pa?ses miembro del Comit? de Ayuda al Desarrollo de la OCDE, los principales donantes del mundo, proporcionaron 103.900 millones de d?lares en ayudas en el 2006, indicaba la organizaci?n en los datos sobre niveles de ayudas publicados el 3 de abril. Esta cifra est? un 5,1% por debajo de la del 2005, en d?lares del 2005. Los 103.900 millones representan el 0,3% del producto interior bruto de los pa?ses implicados.
Los ?nicos pa?ses que han alcanzado o superado el objetivo de la ONU del 0,7% del PIB han sido Suecia, Luxemburgo, Noruega, Holanda y Dinamarca. En t?rminos de sumas en met?lico donadas, el mayor donante en el 2006 fue Estados Unidos, seguido del Reino Unido, Jap?n, Francia y Alemania.
En parte, el descenso de ha debido a los inusualmente altos niveles de ayuda en el 20005, como consecuencia principalmente de operaciones de remisi?n de deuda en Irak y Nigeria. Si se excluyeran estas condonaciones, el descenso de ayudas en el 2006 se reducir?a hasta un 1,8% menos.
En su nota de prensa la OCDE tambi?n indicaba que las ayudas al ?frica sub-sahariana, excluyendo las condonaciones de deuda, ha permanecido igual en el 2006. Esto ha ocurrido a pesar del compromiso alcanzado por los pa?ses del G8 en la cumbre de Gleneagles de julio de 2005 de doblar las ayudas a ?frica para el 2010.
La OCDE hab?a advertido ya de la ca?da de ayudas en su Informe de Cooperaci?n al Desarrollo. Una nota de prensa de la organizaci?n el 22 de febrero explicaba que si los pa?ses quieren cumplir los compromisos hechos a los pa?ses en desarrollo para el 2010, los fondos de ayudas deber?an aumentar dr?sticamente.
Adem?s, para doblar las ayudas a ?frica, las naciones m?s ricas han de aumentar sus ayudas hasta los 130.000 millones de d?lares para el 2010.
Tambi?n se han ralentizado los progresos en la resoluci?n de los problemas del comercio internacional. El observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, monse?or Celestino Migliore llamaba la atenci?n sobre este punto.
En su discurso ante el comit? de Naciones Unidas el pasado 17 de octubre, indicaba que no se han dado progresos significativos para cumplir los compromisos asumidos en el 2001 en la IV Conferencia Ministerial de la Organizaci?n Mundial de Comercio.
El comercio, observaba monse?or Migliore, no es simplemente un complemento de las ayudas y de las condonaciones de la deuda. ?El comercio es m?s bien una prioridad para el crecimiento general y sostenible de las econom?as de muchos pa?ses en desarrollo?, afirmaba.
Responsabilidad moral
El Papa ha hablado en varias ocasiones de temas relacionados con la pobreza y el desarrollo econ?mico. ?Invito de nuevo a los Responsables de las Naciones m?s ricas a tomar las iniciativas necesarias para que los pa?ses pobres, que a menudo poseen muchas riquezas naturales, puedan beneficiarse de los frutos de sus propios bienes?, afirmaba el 8 de enero en su discurso anual al cuerpo diplom?tico acreditado ante la Santa Sede.
El Catecismo de la Iglesia cat?lica tambi?n habla claramente sobre el tema: ?Las naciones ricas tienen una responsabilidad moral grave respecto a las que no pueden por s? mismas asegurar los medios de su desarrollo, o han sido impedidas de realizarlo por tr?gicos acontecimientos hist?ricos? (No. 2439).
Para quienes sostienen se mezcla en asuntos que no son de su competencia, el Catecismo apunta que la Iglesia deja en los files lacios la tarea de trabajar interviniendo directamente en estos temas (No. 2442).
Adem?s, la Iglesia no propone un programa espec?fico, puesto que la actuaci?n en esta ?rea puede leg?timamente tomar diversas formas. Lo importante, contin?a el Catecismo, es que se lleven a cabo actuaciones inspiradas en el mensaje del Evangelio, el bien com?n y las ense?anzas de la Iglesia.
Benedicto XVI ha desarrollado de forma m?s profunda la aportaci?n de la Iglesia en su mensaje para la Cuaresma del 2006. La aportaci?n primaria de la Iglesia no consiste en soluciones t?cnicas, sino en proclamar la verdad de Cristo, explicaba. Es Cristo, A?ad?a el Papa, quien ?forma las conciencias y muestra la aut?ntica dignidad de la persona y del trabajo?.
El Catecismo tambi?n establece que la responsabilidad de ayudar a las naciones m?s pobres no es s?lo una cuesti?n de justicia, sino tambi?n un deber de caridad (No. 2439). El mensaje del Papa para la Cuaresma del 2006 hablaba del papel de la caridad, observando que ?ning?n proyecto econ?mico, social o pol?tico puede sustituir el don de uno mismo a los dem?s en el que se expresa la caridad?.
La peor pobreza es no conocer a Cristo, a?ad?a el Papa, citando a la beata Teresa de Calcuta. Por ello, continuaba, ?es preciso ayudar a descubrir a Dios en el rostro misericordioso de Cristo: sin esta perspectiva, no se construye una civilizaci?n sobre bases s?lidas?.
En esta dimensi?n moral del desarrollo, la familia juega un importante papel, como explicaba el Pont?fice en su mensaje al director general de la Organizaci?n de las Naciones Unidas para la Alimentaci?n y la Agricultura (FAO), Jacques Diouf, con motivo de la Jornada Mundial de la Alimentaci?n, el 16 de octubre de 2006.
Tratando la cuesti?n del desarrollo rural, el Pont?fice sosten?a que es necesario dar prioridad a la familia. Es necesario dar prioridad, a los principios y valores morales que gobiernan la familia, explicaba el Papa. Es necesario proteger temas como las relaciones entre marido y mujer y la solidaridad familiar. ?La inversi?n en el sector agr?cola debe permitir a la familia asumir su propio lugar y funci?n, evitando las consecuencias da?inas del hedonismo y del materialismo que pueden poner en peligro el matrimonio y la vida familiar?, indicaba.
El Papa tambi?n ped?a un compromiso renovado por la solidaridad y la cooperaci?n entre estados. Para lograrlo se debe construir un esp?ritu de justicia, de paz y de armon?a entre los pueblos.
Por el padre John Flynn