Art?culo que ha escrito monse?or Ra?l Berzosa Mart?nez, obispo auxiliar de Oviedo, despu?s de que se haya anunciado que en el pr?ximo oto?o ser?n beatificados en Roma 498 fieles.
S? que en estos momentos de recuperaci?n de la llamada memoria hist?rica, todo lo que afecte al periodo de la historia espa?ola de los a?os 30-40 se puede, y de hecho se tiende, a interpretar en clave pol?tica. Por esta raz?n, conviene puntualizar al menos tres claves pa
ra comprender lo que son, y lo que no son, los m?rtires asturianos y el sentido que tiene su posible beatificaci?n y canonizaci?n.
Lo primero, y lo m?s importante, que es necesario subrayar es que dichos m?rtires son eso: ?m?rtires?, es decir, v?ctimas totalmente inocentes en una persecuci?n religiosa. Ellos no eran soldados, ni sindicalistas, ni pol?ticos, ni intelectuales, ni representaban una ideolog?a beligerante definida. No se los persigui? ni martiriz? por haber iniciado ellos una pol?mica o batalla alguna. Sencillamente, fueron asesinados por ser lo que eran: creyentes coherentes hasta estar dispuestos a dar la vida por lo que cre?an.
En segundo lugar, la Iglesia ha venido beatificando y canonizando m?rtires desde hace veinte siglos; desde el inicio del cristianismo. Por esta raz?n a la Iglesia nadie, desde fuera, le impone un calendario de beatificaciones o canonizaciones. El ritmo que lleva es doble: por un lado, si el declarar beatos o santos a dichos m?rtires viene reclamado por el pueblo que les honra devoci?n. Y, por otro lado, tras una rigurosa investigaci?n si la Iglesia llega al convencimiento de que dichos m?rtires merecen tal categor?a. Si estas dos dimensiones (devoci?n popular e investigaci?n hist?rica rigurosa) reclaman la declaraci?n positiva del martirio entonces, en la fecha m?s adecuada, se da el paso p?blico y solemne, convirtiendo a los m?rtires en ejemplos, intercesores y hermanos mayores en la Fe para los creyentes de todas la ?pocas. La Iglesia, puede, como parece el caso presente, beatificar y canonizar varios m?rtires a la vez, como ejemplo colectivo. Con una certeza: para nosotros, los cristianos, no hay muertos. S?lo vivos: peregrinando, en la tierra y los que ya han llegado a la Jerusal?n celeste. Entre unos y otros hay comunicaci?n: es la comuni?n de los santos.
Y, tercera clave, en el caso que nos ocupa, la Iglesia en Espa?a no desea que los m?rtires, anteriores a la guerra civil y concomitantes a la misma, sean utilizados como arma arrojadiza contra nadie ni como bandera o ense?a pol?tica de nadie. La Iglesia desea que, social y culturalmente, dichos m?rtires contribuyan a la reconciliaci?n y al recuerdo y memoria de algo dram?tico que no debe volver a repetirse. Su ejemplo de hero?smo y generosidad, como v?ctimas inocentes del ayer y est?mulo de las v?ctimas que siguen gener?ndose en otros campos, nos desaf?a con un mensaje claro y punzante: el mal nunca se vence con el mal, sino con el bien. La violencia genera m?s violencia. S?lo el amor y el perd?n son creativos y capaces de renovar personas y sociedades.
+ Raul Berzosa Mart?nez