Viernes, 01 de junio de 2007
El pr?ximo domingo 3 de junio festividad de la Sant?sima Trinidad, se celebrar? en Madrid la jornada "Madrid con sus misioneros" que este a?o lleva por lema "Iglesia diocesana... sal de tu tierra", Con motivo de esta celebraci?n, el Cardenal Rouco ha escrito una Carta Pastoral dirigida a todos los fieles de la di?cesis. (Fides)


Carta Pastoral del Cardenal-Arzobispo de Madrid
para la Jornada "Madrid con sus misioneros '2007"

Domingo 3 de junio de 2007

"Iglesia diocesana... sal de tu tierra"


Mis queridos diocesanos:

Centrados en el Misterio Trinitario, el Misterio por excelencia, que se nos ha manifestado en Jesucristo, el Misterio de Dios, Uno y Trino, que ilumina y llena de sentido el misterio del hombre y del universo entero, nos disponemos a celebrar, como ya es tradici?n, la Jornada "Madrid con sus misioneros", el pr?ximo domingo 3 de junio, solemnidad de la Sant?sima Trinidad.

Permitidme comenzar con una rendida y honda acci?n de gracias al Se?or por toda una serie de acontecimientos de gracia con los que ha bendecido, sin duda, a nuestra Iglesia diocesana. Y, en primer lugar, he de destacar el don inestimable para la archidi?cesis de Madrid, y aun para toda la Iglesia -como lo ha hecho constar nuestro Santo Padre Benedicto XVI-, de la vida, la enfermedad y la muerte del que ha sido nuestro querido Obispo Auxiliar, Monse?or Eugenio Romero Pose, a quien el Padre ha querido llamar a su Casa, a los 58 a?os de edad y tras diez fecundos a?os de ministerio episcopal. El testimonio de su entrega fiel y total, que me atrever?a a calificar de martirial tras la dureza de su prolongada dolencia, vivida en todo momento, hasta el final, como una bendici?n de lo Alto, es sin duda un precioso tesoro que nos ha dejado como herencia, especialmente a la hora de vivir esa dimensi?n esencial de la Iglesia que es la tarea misionera. Uno de los campos pastorales confiados a Don Eugenio era, precisamente, este de la acci?n misionera, que integra el Consejo Diocesano de Misiones, y he decir que se entreg? a servirlo con todo el amor de Dios que rebosaba su coraz?n. Su recuerdo aqu?, en esta Jornada de nuestros misioneros madrile?os, resulta, pues, obligado, y muy gozoso lo traigo a la memoria de todos.

Con este mismo esp?ritu misionero hemos vivido, este ?ltimo a?o, de modo muy especial la "Misi?n Joven", desarrollada conjuntamente en las tres di?cesis de nuestra Provincia Eclesi?stica, Madrid, Alcal? de Henares y Getafe, desde las respectivas Delegaciones diocesanas de Infancia y Juventud. Esta hermosa iniciativa, ardua, sin duda, y valiente, ha hecho posible que los corazones de millares de j?venes, de adolescentes, e incluso de ni?os, se hayan abierto a la gran misi?n de la Iglesia: llevar la salvaci?n de Jesucristo, seg?n el mandato que ?l mismo nos dej? al subir a los cielos, a todos los hombres, desde el entorno m?s cercano hasta los ?ltimos confines de la tierra, de modo que el signo inequ?voco de la fecundidad de la nueva evangelizaci?n en Madrid son nuestros misioneros, enviados a lo largo y ancho del mundo. La Iglesia en Madrid vive con gozo este don de Dios que es la "Misi?n Joven", cuya vitalidad no puede detenerse, ya que surge del centro mismo del ser de la Iglesia, como subraya el propio lema de nuestra Jornada diocesana misionera de este a?o: "Sal de tu tierra".

"Sal de tu tierra" es el imperativo apremiante que Yahv? dirige a Abraham: "Sal de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre hacia la tierra que te mostrar?" (Gn 12, 1). En el paso -de la primitiva Alianza a la definitiva y eterna, la llamada de Dios adquiere su resonancia m?s plena en el "Id por todo el mundo" con que comienza el mandato misionero (cf. Mc 16, 15) de Jes?s a sus ap?stoles y, en ellos, a toda su Iglesia, enclave de expansi?n de la Buena Noticia de la salvaci?n que ?l ha conquistado, para la Humanidad entera, con su muerte y resurrecci?n. Nuestros misioneros y misioneras han respondido de la manera m?s radical, y su precioso testimonio es aliento y est?mulo para que toda la comunidad diocesana de Madrid se haga cada d?a m?s y m?s misionera, saliendo de s? misma con la fuerza renovada del amor, que abraza a todos los hombres. Justamente, el "mandato misionero" de llevar a Cristo a todo el mundo no es otro que su "mandato nuevo del amor", revelaci?n maravillosa del misterio de Dios, y asimismo del misterio del hombre, creado a su imagen. Retornamos, pues, la mirada al Misterio por excelencia que celebramos en este Domingo de la Sant?sima Trinidad.

"Ves la Trinidad si ves el amor", escribi? san Agust?n y lo recoge Benedicto XVI en su enc?clica "Deis caritas ese", en la que, de un modo bell?simo, expresa el Misterio fijando la mirada en Cristo crucificado, y reconociendo as? "el designio del Padre que, movido por el amor, ha enviado el Hijo unig?nito al mundo para redimir al hombre. Al morir en la cruz -contin?a el Papa-, Jes?s 'entreg? el esp?ritu', preludio del don del Esp?ritu Santo que otorgar?a despu?s de su resurrecci?n" (n.19). De este env?o amoroso del Hijo y de la entrega del Esp?ritu de amor surge la "salida" al mundo entero de la Iglesia, siendo as?, toda ella, misionera, haci?ndose realidad visible, en forma particularmente cualificada, a trav?s de sus misioneros y misioneras, que merecen, por parte de cuantos componemos el cuerpo eclesial, el m?s c?lido homenaje, tanto m?s cuanto menos lo buscan ellos, que en el servicio de su Se?or tienen ya cumplida paga. Por ello, el homenaje de esta Jornada misionera ha de ser, ante todo, el de nuestra oraci?n por ellos y por el fruto de sus trabajos, y en comuni?n de amor tambi?n el de la ayuda econ?mica para las tareas de la evangelizaci?n y las obras sociales que nacen de ella.

Termino poniendo la Jornada "Madrid con sus misioneros" de este a?o 2007 en manos de Mar?a, Reina de las Misiones, bajo la advocaci?n, que la hace tan especialmente nuestra, de la Almudena, para que bajo su intercesi?n de Madre se multipliquen sus frutos, en especial el de numerosas nuevas vocaciones misioneras para "salir al mundo entero" surgidas entre nuestros j?venes y nuestros ni?os. Ser? el signo m?s inequ?voco de la vitalidad de nuestra Iglesia diocesana.

Con mi afecto y bendici?n para todos.
+ Antonio M? Rouco Varela
Cardenal-Arzobispo de Madrid
Publicado por verdenaranja @ 22:56  | Hablan los obispos
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