S?bado, 02 de junio de 2007
ZENIT publica el comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap. -predicador de la Casa Pontificia- a la liturgia del domingo, 3 de Junio de 2007, solemnidad de la Sant?sima Trinidad.

Iguales y diversos


Domingo de la Sant?sima Trinidad
Proverbios 8, 22-31; Romanos 5,1-5; Juan 16, 12-15


En el Evangelio, procedente de los discursos de despedida de Jes?s, se perfilan en el fondo tres misteriosos sujetos inexplicablemente unidos entre s?. ?Cuando venga ?l, el Esp?ritu de la verdad, os guiar? hasta la verdad completa... Todo lo que tiene el Padre es m?o [?del Hijo !]?. Reflexionando sobre estos y otros textos del mismo tenor, la Iglesia ha llegado a su fe en el Dios uno y trino.

Muchos dicen: ?qu? enigma es ?ste de tres que son uno y de uno que son tres? ?No ser?a m?s sencillo creer en un Dios ?nico, y punto, como hacen los jud?os y los musulmanes? La respuesta es f?cil. La Iglesia cree en la Trinidad no porque le guste complicar las cosas, sino porque esta verdad le ha sido revelada por Cristo. La dificultad de comprender el misterio de la Trinidad es un argumento a favor, no en contra, de su verdad. Ning?n hombre, dejado a s? mismo, habr?a ideado jam?s un misterio tal.

Despu?s de que el misterio nos ha sido revelado, intuimos que, si Dios existe, no puede m?s que ser as?: uno y trino al mismo tiempo. No puede haber amor m?s que entre dos o m?s personas; si, por lo tanto, ?Dios es amor?, debe haber en ?l uno que ama, uno que es amado y el amor que les une. Tambi?n los cristianos son monote?stas; creen en un Dios que es ?nico , pero no solitario. ?A qui?n amar?a Dios si estuviera absolutamente solo? ?Tal vez a s? mismo? Pero entonces el suyo no ser?a amor, sino ego?smo, o narcisismo.

Desear?a recoger la gran y formidable ense?anza de vida que nos llega de la Trinidad. Este misterio es la m?xima afirmaci?n de que se puede ser iguales y diversos: iguales en dignidad y diversos en caracter?sticas. ?Y no es esto de lo que tenemos la necesidad m?s urgente de aprender, para vivir adecuadamente en este mundo? ?O sea, que se puede ser diversos en color de la piel, cultura, sexo, raza y religi?n, y en cambio gozar de igual dignidad, como personas humanas?

Esta ense?anza encuentra su primer y m?s natural campo de aplicaci?n en la familia. La familia deber?a ser un reflejo terreno de la Trinidad. Est? formada por personas diversas por sexo (hombre y mujer) y por edad (padres e hijos), con todas las consecuencias que se derivan de estas diversidades: distintos sentimientos, diversas actitudes y gustos. El ?xito de un matrimonio y de una familia depende de la medida con la que esta diversidad sepa tender a una unidad superior: unidad de amor, de intenciones, de colaboraci?n.

No es verdad que un hombre y una mujer deban ser a la fuerza afines en temperamento y dotes; que, para ponerse de acuerdo, tengan que ser los dos alegres, vivaces, extrovertidos e instintivos, o los dos introvertidos, tranquilos, reflexivos. Es m?s, sabemos qu? consecuencias negativas pueden derivarse, ya en el plano f?sico, de matrimonios realizados entre parientes, dentro de un c?rculo estrecho. Esposo y esposa no tienen que ser ?la media naranja? uno del otro, en el sentido de dos mitades perfectamente iguales, sino en el sentido de que cada uno es la mitad que le falta al otro y el complemento del otro. Es lo que pretend?a Dios cuando dijo: ?No es bueno que el hombre est? solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada? (Gn 2,18). Todo esto supone el esfuerzo de aceptar la diversidad del otro, que es para nosotros lo m?s dif?cil y aquello que s?lo los m?s maduros consiguen.

Vemos tambi?n de aqu? c?mo es err?neo considerar a la Trinidad como un misterio remoto de la vida, que hay que dejar a la especulaci?n de los te?logos. Al contrario: es un misterio cercan?simo. El motivo es muy sencillo: hemos sido creados a imagen del Dios uno y trino, llevamos su huella y estamos llamados a realizar la misma s?ntesis sublime de unidad y diversidad.
Publicado por verdenaranja @ 22:50  | Espiritualidad
Comentarios (0)  | Enviar
Comentarios