Art?culo semanal del Padre Fernando Lorente, o.p., publicado en EL D?A, el mi?rcoles 1 de Agosto de 2007 en la secci?n "CRITERIOS" bajo el ep?grafe general "Luz en el Camino". Luz en el Camino Fernando Lorente, o.h. *
Reflexi?n veraniega: el tesoro
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"El mayor gozo es el descanso (las vacaciones) despu?s del trabajo". "El descanso pertenece al trabajo como los p?rpados a los ojos". Con este esp?ritu deseo gozosas vacaciones a quienes lean estas reflexiones veraniegas.
LA HORA de la conversi?n cristiana puede no ser el resultado de una lenta elaboraci?n. La hora de esta conversi?n puede sorprender, s?bitamente, en el camino del esp?ritu como un "tesoro escondido" o una "perla preciosa" que asaltan, inesperadamente, los ojos del buscador o del traficante. La Historia de la Iglesia ha sido y seguir? siendo pr?diga en casos de conversi?n famosos que iniciaron su andadura hacia Dios desde una s?bita irrupci?n de lo divino en sus caminos humanos. Pero aqu? no basta que nos quedemos s?lo admirando -y menos bobaliconamente- la hora afortunada de los conversos insignes, como S. Pablo, S. Agust?n, S. Ignacio de Loyola, S. Juan de Dios, sino pensar que hoy o en cualquier momento puede ser tu hora y t? el convertido an?nimo para quien Dios comienza a ser el "?nico necesario". Lo t?pico de estas par?bolas est? en el tesoro obtenido que no va a ser veh?culo para traficar y acumular nuevas ganancias. Nada de eso. La felicidad y la dicha completa estriban en la sola posesi?n del tesoro logrado. Para el que ha encontrado a Dios en plenitud ya no quedan m?s apetencias por llenar porque la plenitud es ?l mismo. Por eso, estas personas, por m?s que las consideren raras y hasta tontas y hasta serlo, sin embargo, se trata en el fondo de algo muy sencillo de comprender: que estas personas han encontrado "un tesoro" y esto les hace plantearse la vida de otra manera. Han encontrado el amor. Han descubierto a Jesucristo; y su modo de hablar y de vivir les ha resultado de tanto valor que han decidido seguirlo cueste lo que cueste. Comenzando por no seguir los dictados de la moda, ni les preocupa lo que de ellas puedan pensar por esta decisi?n. Renuncian a sus derechos con tal de que haya paz, ven lo bueno de las otras personas y siempre encuentran razones para no creerse mejores que nadie. Se preocupan de la felicidad del pr?jimo m?s que de la suya. Saben perdonar con sencillez. Son capaces de sonre?r en medio del dolor. Prefieren perder el mejor negocio a traicionar a un amigo. Estas personas, tan aut?nticamente cristianas, han vivido la hora de Damasco en que la Gracia forceje? por entrar. Nosotros, amigos lectores, esta hora de tal "tesoro" ?la estamos viviendo ahora? Porque este es el tesoro verdadero, no hay otro. Pero hay que creer en ?l, buscarlo y conservarlo a toda prueba de fe y amor durante toda nuestra existencia.
* Capell?n de la Cl?nica S. Juan de Dios