Martes, 28 de agosto de 2007
Carta a mi querido Te?filo del Padre Antonio Mar?a Hern?nde, publicada en la revista del hogar SAnta rita "Como las Abelas"
n?mero 34, Julio-Agosto.



Mi buen amigo Te?filo. Hoy te has despachado a gusto, y comprendo el drama tan duro por el que est?s pasando. Lo mejor que he podido observar en ti, es que en medio de este Mundo un tanto descre?do en el que t? te desenvuelves, a?n me escribas, y est?s preocupado, precisamente, por un tema clave. como es la fe. No es tan sencillo, darte un consejo que sea efectivo, o recomendarte una medicina que te devuelva la fe perdida. La fe no viene as? como as?, no depende sencillamente de puro pedirla a Dios. En el momento del Bautismo, se nos da la fe. Precisamente se llama el sacramento donde recibe la fe el ni?o. Te dar?s cuenta que en el momento de recibir la fe por medio del Bautismo se borran todos los pecados personales cometidos, estando arrepentidos de ellos, incluyendo. por supuesto el perd?n del pecado original.

0 s?ase. que parece un condicionante para que funcione la fe. el que estemos limpios de todo pecado, incluso el pecado original. En consecuencia una de las causas principales de la p?rdida de la fe es la vida de pecado. Luego, para recobrar la fe hemos de arrepentirnos, de nuestros pecados y convertirnos o s?ase, dar un cambio radical en nuestra vida moral y despejar el principal obst?culo que impide el recobrar la fe perdida.

Te est? tocando vivir, amigo Te?filo, unos tiempos muy dif?ciles en el aspecto moral. Hay una enorme confusi?n en la distinci?n entre el bien y el mal. Se ha quitado tanto la culpabilidad que se ha perdido el sentido del pecado. Y aunque parezca que me estoy descarriando del tema. la experiencia me ense?a, que hemos de ir a la ra?z. ala causa que produce esta situaci?n de desorden.

Antes que nada, mi buen Te?filo, tienes que agradecer al Padre Dios que est? golpeando en tu puerta de una manera tan continua y tan fuerte. Da la impresi?n que Dios te quiere tanto que casi ha iniciado una persecuci?n para recobrar tu Alma; pero no te olvides que tambi?n el Diablo existe y no se va a quedar tan tranquilo, con los brazos cruzados, viendo c?mo se le escapa una presa que ya cre?a tener cazada.
Por eso no te extra?es el que te sientas deprimido.

derrumbado, seco espiritualmente. fr?o. Que est?s como un "espantap?jaros", o como una momia ante acontecimientos tan fuertes como son la "Semana Santa", como me contaste un d?a en una carta anterior, o ahora, en la "Procesi?n del Corpus" de La Orotava.

Has hecho bien en trasladarte a ese pueblo donde se celebra tan solemnemente el paseo por las calles del Sacramento del Amor, y que te hayas quedado all?, confundido entre la gente hasta o?r hablar al se?or Obispo y recibir la bendici?n solemne desde el balc?n del Ayuntamiento.

Sigue luchando. No pierdas la Santa Misa, aunque no tengas tantas ganas, hasta que hayas recuperado el apetito. Tienes que pararte a reflexionar sobre tu vida de pecado. Has de tomarlo en serio. Tienes que seguir pidiendo la fe al Se?or; pero por tu parte haz, de preparar el camino al Se?or, quitar los obst?culos que dificultan la amistad con Dios. No te enga?es a ti mismo y no te subas por las paredes. Vete al grano. No te olvides de que Dios perdona siempre, lo que te pide es que hagas una buena confesi?n, para poder romper tu ficha.

Recuerda el papel de Juan Bautista: "preparar los caminos del Se?or", allanar las sendas. Repet?a una y otra vez: arrepi?ntanse, convi?rtanse cada uno de su mala vida, para poder ser bautizados.

Quiero hacer hincapi? en que no se puede pedir la fe a Dios por una parte y por la otra seguir con la vida de pecado. Esto es sencillamente contradictorio. No se puede encender a un tiempo una vela a Dios y otra al Diablo.

Hay una bienaventuranza que dice: "dichosos los limpios de coraz?n, porque ellos ver?n a Dios". Una condici?n, pues, para ver a Dios es, el estar limpios. No hay varitas m?gicas que nos traigan por "arte de magia", la fe. Est? clar?simo que la fe, es una virtud teologal, y por tanto un regalo de Dios. Ser personas de fe es lo m?s grande que nos puede ocurrir; pero la fe nos introduce en la misma vida de Dios. Entramos a vivir en la "zona de Dios" y, por supuesto, para estar en contacto con la divinidad, hemos de quitarnos "las sandalias", porque el lugar por donde hemos de pasar es "un lugar sagrado".

Dice el refr?n: "a Dios rogando y con el mazo dando". Dios te est? dando un mont?n de oportunidades. Quiere que, por encima de todo, te salves. Te golpea una y otra vez, por medio de todos estos acontecimientos. Pero t? tienes que pisar tierra y poner todo lo que est? de tu mano. Tienes que acabar de ra?z, con los pecados que han sido los principales culpables de tu p?rdida de fe y han ido minando, como unas termitas, tu vida espiritual.

Es posible que ya tengas adquirida una serie de malos h?bitos, o costumbres, que pueden oscurecer tu conciencia y deformarla. No te enga?es a ti mismo. Revisa bien tu vida de pecado. No andes con enredos, ni tapujos. Lo que no te dio verg?enza cometer, no te de verg?enza confesar. Tienes que luchar de frente e ir a la ra?z y destapar la llaga aunque te duela, y si hay que cortar, se corta, y no estar con "pa?os calientes", o remedios caseros.

Vete al fondo del problema, a cara descubierta. No lo vas a tener tan f?cil, porque quiz? algunos de los pecados que cometes casi los cometes por inercia, y la confesi?n te dura muy poco, porque vuelves a caer en los mismos pecados.

Tienes que huir radicalmente de toda ocasi?n que te lleve a caer en pecado y as? como un clavo quita otro, a medida que vaya disminuyendo tu relaci?n con los pecados, ir? aumentando dentro de ti, la vida de la fe, y de la gracia. Y a medida que vaya aumentando en ti la fe, se encender? en ti una potente luz que te ayudar? a caminar por el camino de Dios.
Luego empezar?s a sentir una asombrosa paz y felicidad, que no cambiar?s, ni por el mayor placer que exista.

La verdad es que si largo fuiste t?, largo he sido yo y a?n, no s? si he podido ayudarte en este problema que, por otra parte, si te descuidas y no pones el remedio, te llevar? con toda seguridad al Infierno. As?, como suena, aunque el t?rmino est? un tanto en desuso.

Ese es uno de las grandes ?xitos que ha tenido el Diablo en la actualidad. Conseguir que la gente no crea en El, y que no tengan miedo al Infierno, como si tampoco existiera.
Enam?rate de Dios e ilusi?nate por el Cielo. Bueno, vale la pena. El Cielo es el lugar donde s?lo hay amor, el Infierno, es el lugar donde s?lo hay odio. Cambia y reacciona. Elegir depende de ti. Por parte de Dios est? lista su gracia para ayudarte. Pero si t? no quieres no hay tanto que ruegue. Chao.

Antonio Mar?a Hern?ndez Hern?ndez
Publicado por verdenaranja @ 22:49  | Cartas a Te?filo
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