Martes, 28 de agosto de 2007
Art?culo publicado en la Revista del Hogar Santa Rita "Como las Abejas", n?mero 33, Mayo-Junio.


"DAR ROPA A QUIEN NO TIENE"


Hoy vamos a contar un trocito de la historia de un ni?o llamado Adri?n y nadie mejor que su Angel de la Guarda puede contarla. Pero ni yo ni su Angel de la Guarda podernos hacer creer a nadie, que Adrianito sea un ni?o extraordinario. Es m?s bien un ni?o muy noble; pero un poco bruto, sobre todo cuando juega al f?tbol. Juega de defensa y todos dicen de ?l que si pasa el bal?n entonces no pasa el jugador que dio el taponazo al bal?n. Cuando lo ven correr los jugadores, se echan a temblar, o s?ase, nos cuenta el Angel de la Guarda de Adri?n, que adem?s de proteger a su ni?o tiene que proteger todo lo que est? a su alrededor, cristales, los adornos que est?n encima de los muebles de la casa, etc. porque es muy nervioso y sino tiene cuidado lo tira todo al suelo.
Pero a pesar de todo eso, su Angel le quiere mucho porque Adrianito tiene un coraz?n de oro y unos gestos maravillosos de generosidad. Da hasta su propia camisa, si lo dejan. Por eso el Angel de la Guarda de Adrianito nos va a contar una de las tantas historias bonitas que tiene su Adrianito.

Una noche regresaba Adrianito con un poco de miedo de haber visitado a su t?o Jos? Antonio, que le encanta contar cuentos de miedo que asustan a los ni?os. Entiendo que no es bueno, ni justo contar a los ni?os cuentos de miedo. Hab?a que decirle al Angel de la Guarda de tal t?o Jos? Antonio, que le ponga un candado en la boca para que no diga esos cuentos. Adrianito caminaba muy callado cogido de la mano de su padre; pero Adrianito le daba vueltas y m?s vueltas a aquellas escenas de terror que le hab?a contado su T?o. Sus padres que caminaban con ?l, iban hablando de otros asuntos y ni siquiera pensaban, en lo que le ven?a a la imaginaci?n de su hijito. Ellos cre?an que todo estaba olvidado y no le daban ni la menor importancia. De pronto empieza a caer nieve. Adrianito sinti? una gran alegr?a al ver la nieve y se le olvidaron de momento los cuentos de terror; sin embargo al padre no le hac?a tanta gracia la nieve, y agarr? fuertemente la mano de Adrianito para ir m?s deprisa y as? llegar cuanto antes a la casa.

El ni?o iba bien abrigadito, zapatos calentitos, un abrigo y empez? Adrianito a hacerle preguntas a su padre. ?Pap? por qu? es blanca la nieve? Porque nadie la ha ensuciado ?Por qu? hace fr?o cuando nieva? Porque la nieve es como pedacitos de helado que caen del cielo ?Por qu? no caen helados de vainilla o de chocolate? Porque son helados de agua ?Por qu? caen ahora esos helados de agua? Porque los ?ngeles se han dejado abiertas las puertas de las neveras del cielo.

Y Adrianito segu?a haciendo m?s y m?s preguntas. De pronto se tropiezan dos ni?os muy pobres con los vestidos pobres y rotos, tiritando de fr?o y con la cara amoratada. Entonces a Adrianito se le enternece el coraz?n y sinti? una profunda pena al ver aquellos ni?os pobres y le pregunta a su padre ?Por qu? esos ni?os tienen tanto fr?o, pap?? Porque son muy pobres y no tienen con que comprar ropita para vestirse, y ?por qu? la gente pasa por ellos y no sienten pena? Por que la gente pasa de todo hijo m?o y cada uno va a lo suyo, y a nadie le duele el fr?o que pasan los dem?s. Entonces Adrianito no pudo m?s. iMira pap?! yo tengo en casa mucha ropa y muchos jerseys y abrigos, yo tengo suficiente con uno para m?, ?por qu? no les decimos que vayan con nosotros a casa, para que se aguarezcan del fr?o y yo les doy de mi ropa. A m? no me falta nada y a ellos les falta todo? Y sin m?s, se solt? de la mano de su padre y se ech? a correr para buscar aquellos ni?os que casi ya no los ve?a. Por fin los encontr? y los invit? a ir a su casa. Ya en su casa le dijo a su mam? que le diera una toalla seca y luego ponerle la ropa nueva y eligi? la mejor que ten?a sin importarle dejar para ?l la peor. De todos modos su padre era muy rico y pod?a comprarle otra y pens? que a los pobres no se debe dar cosas que no sirven y que no se trataba de hacer limpieza en el armario, y dar la ropa que s?lo serv?a para tirarla.

Luego le dijo a su madre que calentara un poco de chocolate y ?l mismo le hizo un buen bocadillo de jam?n. iQu? contentos estaban aquellos ni?os pobres! Tan bien tratados, acogidos y vestidos por Adrianito. Parece mentira, ?verdad?, aquel ni?o tan duro jugando al f?tbol y tan travieso y revoltoso por donde quiera que estaba. F?jense, qu? coraz?n tan blando y tan generoso.

Sus padres estaban alucinados de la bondad de su hijito Adrianito y por eso le complacieron en todo. Ya a Adrianito se le hab?an olvidado las historias de terror que le hab?a contado su t?o Jos? Antonio. Se hab?a olvidado tambi?n de la nieve. Claro que es muy f?cil decir que la nieve es bonita cuando se est? bien abrigado; pero cuando un ni?o est? casi desnudo y pasando tanto fr?o: qu? ni?o juega as? con la nieve y desde entonces Adrianito comenz? a pensar y a darse cuenta qu? ?l tiene de todo; pero que hay muchos ni?os en el Mundo, que se mueren de fr?o por no tener una casa donde vivir y una ropa que ponerse.

Contaba el Angel de Adrianito que era esa una de las noches m?s bonitas que hab?a tenido acompa?ando a su Adrianito y estaba muy orgulloso de ?l porque le hac?a caso a las buenas inspiraciones y buenas ideas que siempre quiere ponerle; pero que, claro est?, los ?ngeles tienen ordenado por el Padre Dios. que tienen que respetar la libertad de los ni?os que acompa?an; para que los ni?os elijan libremente el bien que deben hacer, porque como les he contado, hay muchas cosas en que Adrianito no me hace caso, y mira que le aconsejo que sea menos duro y menos agresivo jugando al f?tbol y en los juegos, y todav?a no lo he conseguido.

Tambi?n le he dicho a mi Adrianito que no vaya a la casa del t?o Jos? Antonio, y si va que le diga que no le cuente m?s cuentos de terror, que le cuente cuentos bonitos y alegres que eduquen el coraz?n de los ni?os; para que vean todas las cosas buenas que se pueden hacer en este planeta Tierra, de un modo desinteresado por los dem?s. Y que tengan as? oportunidad de ser generosos, dar de comer al que tiene hambre, dar de beber al que tiene sed y darle ropa al que tiene fr?o y no tiene ropa que ponerse. Un d?a dijo el Se?or: los pobres los tendr?n siempre y a los pobres nunca se debe darlo estropeado ni lo que no sirve. Lo que t? no quieras para ti no se lo des a nadie.

Antonio Mar?a Hern?ndez Hern?ndez
Publicado por verdenaranja @ 22:56  | Espiritualidad
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Comentarios
Publicado por Imationeti
Lunes, 12 de octubre de 2009 | 13:18
Supongo que Dios dijera que no deis a los dem?s lo que no quereis para vosotros mismos.. pero olvidamos que lo importante no es lo que se da..sino porque se da..y el sentimiento por el que se hace..y conforme se evoluciona y uno tiene dinero podra dar mas