Mi?rcoles, 29 de agosto de 2007
29 Agosto (ACI).- Al abordar la vida de San Gregorio de Niza durante la Audiencia General del d?a mi?rcoles, el Papa Benedicto XVI se?al? que la plena realizaci?n del hombre consiste en la santidad, en una vida vivida en amistad con Dios.

El Pont?fice se?al? que luego de hablar anteriormente de dos grandes doctores de la Iglesia del siglo IV, Basilio y Gregorio Nacianceno, dedica esta catequesis al hermano de San Basilio, Gregorio de Niza, ?un hombre de car?cter meditativo, con gran capacidad de reflexi?n y de una vivaz inteligencia? que naci? alrededor de 335.

Tras relatar los largos estudios del santo bajo el auspicio de su hermano Basilio, el Santo Padre record? que Gregorio fue nombrado Obispo de Niza, desde donde combati?, como sus coet?neos, las herej?as del momento.

?Como ?columna de la ortodoxia?, fue un protagonista del Concilio de Constantinopla del 381, que defini? la divinidad del Esp?ritu Santo?, explic? el Papa.

?Gregorio expresa con claridad la finalidad de sus estudios, el fin supremo al que mira en su labor de te?logo: no emplear la vida en cosas vanas, sino encontrar la luz que permita discernir aquello que es verdaderamente ?til. Encontr? este bien supremo en el cristianismo, gracias al cual es posible ?la imitaci?n de la naturaleza divina??.

Benedicto XVI destac? adem?s que Gregorio de Niza ?coment? la Sagrada Escritura, deteni?ndose en la creaci?n del hombre. Esto era para ?l el tema central: la creaci?n. ?l ve?a en la creatura el reflejo del Creador y encontraba en ella el camino hacia Dios?.

Gregorio escribi? tambi?n un libro sobre Mois?s ?a quien presenta como hombre en camino hacia Dios: este ascenso al Monte Sina? se convierte para ?l en una imagen de nuestro ascenso en la vida humana hacia la verdadera vida, hacia el encuentro con Dios?, explic? el Papa.

El Santo Padre se?al? que toda la teolog?a de Gregorio de Niza ?no era una reflexi?n acad?mica, sino expresi?n de una vida espiritual, de una vida de fe vivida.... Comentando la creaci?n del hombre, Gregorio pone en evidencia que Dios, ?el mejor de los artistas, forja nuestra naturaleza de manera de hacerla para el ejercicio de la realiza. A trav?s de la superioridad establecida del alma, y por medio de la misma conformaci?n del cuerpo, ?l dispone las cosas de modo que el hombre sea realmente id?neo para el poder real??.

Y el Papa sugiere: ?meditemos este elogio del hombre. Veamos tambi?n c?mo el hombre es degradado por el pecado. Y busquemos retornar a la grandeza original: solo si Dios est? presente, el hombre alcanza su verdadera grandeza?.

?Por tanto ?prosigui? lavar las fealdades que se han depositado en nuestro coraz?n es reencontrar en nosotros mismos la luz de Dios?.

?El hombre tiene como fin de la contemplaci?n de Dios. S?lo en ella podr? encontrar su plenitud. Para anticipar de alguna manera tal objetivo ya en esta vida, debe progresar incesantemente hacia una vida espiritual, una vida en di?logo con Dios. En otras palabras, la plena realizaci?n del hombre consiste en la santidad, en una vida vivida en el encuentro con Dios, que as? se vuelve luminosa incluso para los otros, y tambi?n para el mundo?, concluy? el Papa.
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