Viernes, 31 de agosto de 2007
Se reproducen las reflexiones de Mons. Wolfgang Sauer, Can?nigo de Friburgo/Alemania ante la cat?strofe s?smica del Per?.(CEP)

Pensamientos sobre la cat?strofe s?smica en Ica, Pisco y Chincha


Nuestro pa?s hermano, que ya tiene suficiente sufrimiento por los m?ltiples problemas sociales y econ?micos, ha sido nuevamente v?ctima de su ubicaci?n geogr?fica en el lado
este del Oc?ano Pac?fico. A pesar de que no hab?a ninguna advertencia de expertos, el riesgo del peligro a causa de los terremotos es un acompa?ante permanente en el subconsciente de nuestras hermanas y nuestros hermanos en el Per?. Los padres ense?an a sus hijos desde chicos de c?mo se deben comportar cuando sucede un movimiento. Que la ?pacha mama?, la madre tierra, siempre se manifiesta de nuevo y llama la atenci?n con su fuerza natural, saben hasta los turistas que visitan el pa?s de los Andes. No transcurre ning?n d?a donde no tiemble la tierra en alguna parte del Per?.

Esta vez el Per? ha sido tocado muy fuerte por un terremoto frente a las costas de Ica. En verano ocurrieron las fuertes inundaciones en el Norte y hace poco se sufri? por el
friaje con una fuerza inesperada, sobre todo en los Andes, es ahora el amargo destino de las casas desplomadas, parte de la Panamericana Sur destrozada, de los sistemas de
comunicaci?n interrumpidos y ? peor todav?a que todo lo dem?s ? cientos de muertos, miles de damnificados y su existencia pr?cticamente destruida. El llanto desconsolado
del Alcalde de Pisco, quien ve su ciudad casi totalmente destruida, los lamentos y gritos de los sobrevivientes, que est?n buscando a sus parientes debajo de los escombros de
sus casas de adobe: ahora tambi?n nuestro pa?s hermano ha vivido su tsunami, y como siempre, despu?s de los da?os materiales, las heridas incurables que quedan en el alma,
que nos tocan y nos dejan tristemente sin palabras.
Siete parroquias en la Di?cesis de Ica, que tienen parroquias hermanas en nuestra Arquidi?cesis, han sido afectadas directamente por el sismo. Aqu? est? llamada la solidaridad, ya que tambi?n esto es Partnerschaft. El D?a de Oraci?n para la Partnerschaft, que ten?amos planificado para fines de a?o, puede y ser? adelantado en algunas parroquias. Si las circunstancias lo permiten, haremos llegar a nuestras
hermanas y a nuestros hermanos en Ica - que se unen alrededor de su Obispo, Mons. Guido Bre?a ? nuestras condolencias, nuestra simpat?a (en el verdadero sentido de la
palabra) y nuestra cercana solidaridad canalizada a trav?s del apoyo de emergencia de Caritas Internacional, que incluir? tambi?n nuestro apoyo material. En este caso se debe
evitar los errores que se cometieron durante la ya mencionada cat?strofe del tsunami: no al activismo agitado de ayudantes autonombrados y denominados expertos; se requiere una colaboraci?n segura con las instancias locales. No debemos quitarle su dignidad al golpeado pueblo peruano cuando lo tratamos como si no fuera capaz de organizar por si mismo la ayuda y la reconstrucci?n. Esto tambi?n es Partnerschaft.
Mientras hablamos de ?solidaridad? y ?comunicaci?n? no debemos olvidar de mencionar la palabra ?Espiritualidad?. Esta es, frente a la cat?strofe actual, de repente el mayor
desaf?o all? en el Per? y aqu? en Alemania. La pregunta que surge en nuestros corazones del ??por qu??!? no puede ser dejada de lado tan simplemente o hacerla sin ser
escuchada.

En la Iglesia principal de Pisco fueron sorprendidos por el terremoto m?s de 200 seres humanos mientras escuchaban la Misa y fueron sepultados por el techo de la iglesia y las
campanas. Ha habido muchos muertos. La Madre de Dios no quiere a los peruanos, podr?a decir un c?nico. Reci?n hace pocos a?os ca?a un poste de luz el?ctrica ? tambi?n el 15 de
agosto ? all? en Arequipa durante el Aniversario de la ciudad en homenaje a la Virgen Asunta y mat? a muchos seres humanos. Y ?ahora ? en la costa ? en el departamento de Ica! ? A pesar de conocer a nuestras hermanas y a nuestros hermanos del Per? como un pueblo con capacidad para soportar el sufrimiento, su valent?a y su cada vez nueva esperanza de sobrevivencia a partir de su profunda fe bajo la protecci?n de la Madre de
Dios, no puede ser tomado a mal, cuando ellos -a parte de las manos plegadas- levantan tambi?n el pu?o de la desesperaci?n hacia el cielo. No podemos dejar de lado la pregunta
de por qu? permite Dios este sufrimiento; esto tambi?n es Partnerschaft.

No sabemos ninguna respuesta a esta pregunta. El libro de Job nos ense?a que todos los intentos de explicaciones bien intencionadas, fallan y lo hacen todo s?lo mucho peor.
Cuando en la ?poca de Jes?s la Torre de Silo?, cerca a Jerusal?n, cay? y caus? muchos muertos, algunos opinaban que se debe ver este hecho como un castigo de Dios. Con la
autoridad teol?gica que se conoc?a del ?rabino de Nazaret?, Jes?s rechaza esta interpretaci?n. Dios no es un vengador. Pero queda un secreto. ?l, a qui?n en ocasiones felices lo llamamos el Dios del amor, no nos libra del examen amargo de enfrentarnos tambi?n con el sufrimiento actual de nuestros hermanos en el Per? y justamente con la fe. Esta no es la hora de frases de consuelo superficiales, sino una exigencia hacia la compasi?n y a cuestionarse en la meditaci?n tranquila de una fe fuertemente examinada.

Las palabras que el Hijo de Dios dijo en la Cruz: ?Dios m?o, Dios m?o, ?por qu? me has abandonado?!? es de una manera oculta tambi?n parte de la buena nueva. El cuestionamiento y los gritos, re?ir con Dios y la oraci?n que se ahoga en las lagrimas tambi?n forman parte. Lo que difiere la Fe de un cristiano del ?dolor del mundo? es la visi?n hacia el Crucificado y escuchar sus palabras: ?Madre, he ah? a tu hijo ? Hijo, he ah? a tu madre.? En los momentos de la cat?strofe que supuestamente estamos alejados de
Dios abrac?monos mutuamente y acept?monos los unos a los otros: esto es Partnerschaft.

Mons. Wolfgang Sauer, Can?nigo de Friburgo/Alemania
Agosto 2007
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