Informaci?n cogida de
DOSSIER FIDES de Agencia
FIDES ? 13 agosto 2007.
LA PENA DE MUERTE: ?Amad a vuestros enemigos?.
Como el Estado quita la vida. Decapitaci?n. Fusilamiento. Ahorcamiento. Inyecci?n letal. Lapidaci?n. Silla el?ctrica. Pu?al. Son algunos de los m?todos con los cuales ?seg?n datos elaborados por todas las organizaciones que se ocupan del tema de la pena de muerte- han sido asesinadas miles de personas por los Estados a lo largo del a?o 2006: han sido justiciadas ?como sostienen los reportes oficiales, considerando que de mucho pa?ses los datos no son ciertos- al menos 1.591 personas en 25 pa?ses (otras fuente sindican al menos 5.000 ejecuciones efectuadas en el a?o 2006) y han sido condenadas a muerte al menos 3.861 personas en 55 pa?ses.
Se cree que por lo menos son veinte mil los prisioneros detenidos en los brazos de la muerte, a la espera de ser ejecutados por los Estados.
?Las piedras? Grandes, pero no demasiado. Tambi?n las piedras, especialmente las grandes ?no aquellas peque?as que no pueden ser definidas tales- pueden tener una utilidad. Basta que no sean tan grandes al punto de hacer morir al condenado con una o dos de estas. El condenado, de ser var?n, es enterrado en el terreno hasta la cintura; si es mujer, hasta el cuello. Se puede ser golpeado varias veces ?siempre y cuando las piedras no sean demasiado grandes como para provocar una muerte instant?nea- sin perder el conocimiento, lentamente, usualmente despu?s de algunas horas. Se muere por da?os al cerebro, por asfixia, por una combinaci?n de heridas, con la comunidad que asiste el suplicio o participa directamente en la lapidaci?n. La lapidaci?n ha sido usada en los ?ltimos dos a?os en algunos pa?ses musulmanes.
Por lo menos han sido 302 las ejecuciones efectuadas en el 2005 en 14 pa?ses de mayor?a musulmana, muchas de ellas ordenadas por tribunales isl?micos en base a una estrecha aplicaci?n de la Sharia, el t?rmino ?rabe que indica la ley de origen divina contenida en el Cor?n, texto sagrado de la religi?n musulmana, as? como en la Sunna, el conjunto de normas de comportamiento que llega desde el mismo Mahoma, y que es causa de la divisi?n entre las principales corrientes del Islam: sciitas y sunnitas. Un sistema jur?dico basado en la Sharia por lo general prev? la pena capital solamente en tres casos: homicidio de un isl?mico, adulterio realizado por parte de una mujer casada, blasfemia contra Ala. El problema es la interpretaci?n del Cor?n: con frecuencia se revela como un arma contra los m?s d?biles, como mujeres y homosexuales.
En ?frica existen diversos estados que hacen de la Sharia, o de los h?bitos de origen musulm?n, la base de la propia constituci?n. Pero no todas las constituciones de las naciones isl?micas, sin embargo, realizan sentencias capitales.
Seg?n la ley isl?mica, los parientes de la v?ctima de un delito pueden exigir una compensaci?n en dinero, llamado ?precio de sangre?, salvando al autor del crimen o permitiendo que la ejecuci?n de la pena tenga lugar. Se han verificado casos de perd?n por compensaci?n en dinero en el 2005 y el 2006 en Arabia Saudita, Ir?n y los Emiratos ?rabes Unidos.
El tiempo estimado de muerte con la soga al cuello var?a entre los 8 y los 13 minutos. En Kuwait, Pakist?n y Sud?n, para realizar la pena capital se prefiere el uso de la horca (en Sud?n tambi?n se aplica la crucifixi?n), con frecuencia realizada en p?blico y combinada con penas suplementarias como los azotes y la amputaci?n de las extremidades antes de la ejecuci?n. El tiempo de espera de muerte se estima entre los 8 y los 13 minutos. El condenado es suspendido de una cuerda alrededor del cuello y es asesinado por la presi?n ejercitada por la cuerda misma contra el cuerpo, tirado hacia abajo por la fuerza de gravedad. El estado de inconsciencia y la muerte son provocados por lesiones a la columna vertebral o por asfixia. A?n privado de los sentidos, el cuerpo puede tener espasmos y el coraz?n puede continuar latiendo por algunos minutos. El condenado se vuelve cian?tico, la lengua sale, los bulbos oculares se salen de las ?rbitas, se provoca una marca en el cuello; hay lesiones vertebrales y fracturas internas.
En Kuwait, Sanjaya Rowan Kumara, original de Sri Lanka, fue ejecutado en noviembre del 2005. Declarado muerto tras el ahorcamiento, fue llevado al obitorio, donde los m?dicos se dieron cuenta que a?n se mov?a. Ulteriores ex?menes m?dicos descubrieron un d?bil latido cardiaco. Fue declarado muerto cinco horas despu?s del inicio de la ejecuci?n.
Con la espada puede bastar un solo golpe para cortar la cabeza. La decapitaci?n como m?todo para realizar sentencias basadas en la Sharia, es exclusiva de Arabia Saudita, el pa?s isl?mico que sigue la interpretaci?n m?s r?gida de la ley isl?mica y que registra un n?mero de ejecuciones entre los m?s altos del mundo, tanto en t?rminos absolutos como en porcentajes sobre la poblaci?n. El record fue establecido en 1995 con 191 ejecuciones. En este caso es la espada la que separa la cabeza del cuerpo del condenado; pueden ser necesarios varios golpes para provocar la separaci?n total. En los casos m?s severos, las autoridades prev?n tras la decapitaci?n, la crucifixi?n.
?Cu?nto se espera para recibir el golpe de gracia? No es propiamente un castigo isl?mico, el fusilamiento ?que es practicado en muchos pa?ses, tambi?n ha sido aplicado en el 2005 y en el 2006 para condenas basadas en la Sharia en Pakist?n, Yem?n y Somalia. La sentencia es realizada por un fusilero o por un pelot?n, cuyo n?mero var?a de un pa?s a otro (el algunos pa?ses est? previsto que entre las armas de los fusileros haya una cargada con balas de salve). El oficial que ordena el disparo, se acerca al condenado para disparar el golpe de gracia, en la sien o en la nuca. El tiempo de espera para morir es incierto.
Inyecci?n letal: la manera en que vienen practicadas las inyecciones no est?n conformes ni siquiera con los est?ndares utilizados por los veterinarios para la supresi?n de los animales.
La inyecci?n letal (tiempo de sobrevivencia estimado entre los 6 y los 15 minutos), fue introducido en Oklahoma y Texas en 1977. La primera ejecuci?n fue en Texas en diciembre de 1982. Fue introducida por v?a venosa una cantidad qu?mica letal de un barbit?rico de acci?n veloz combinado con un agente paralizador. El coraz?n contin?a latiendo por un periodo que puede variar entre los 6 y los 15 minutos; el condenado cae primero en un estado de inconsciencia y despu?s es matado lentamente por par?lisis respiratoria y sucesivamente por par?lisis cardiaca. En Texas es usada una combinaci?n de tres sustancias: un barbit?rico que deja al prisionero inconsciente, una sustancia que relaja los m?sculos y paraliza el diafragma para bloquear el movimiento de los pulmones, y otra que provoca el paro cardiaco. Se considera que este es el m?todo de ejecuci?n m?s humano, sin embargo pueden existir graves complicaciones: el uso prolongado de drogas por v?a venosa por parte del prisionero puede implicar la necesidad de buscar una vena m?s profunda por v?a quir?rgica; si el prisionero se agita, el veneno puede penetrar en una arteria o en una parte del tejido muscular y provocar dolor; si las componentes no est?n bien medidas o si se combinan entre ellas con anticipaci?n al tiempo previsto, la mezcla puede hacerse m?s densa, obstruir las venas y hacer m?s lento el proceso; si el barbit?rico anest?sico no act?a r?pidamente el prisionero puede estar consciente mientras se asfixia o mientras sus pulmones se paralizan.
El 15 de abril del 2005, la competente revista cient?fica The Lancet divulg? una investigaci?n de la Universidad de Miami seg?n la cual el procedimiento que se sigue en los institutos penitenciarios de los Estados Unidos que aplican la pena de muerte por inyecci?n letal inflige sufrimientos y dolores atroces a los condenados. Seg?n el grupo de investigadores del Instituto de Medicina Miller de la Universidad de Miami, la manera en la que son practicadas las inyecciones no est? conforme ni siquiera a los est?ndares utilizados por los veterinarios para la supresi?n de los animales. Antes de la inyecci?n del veneno que provocar? la muerte por asfixia, al condenado se le practica una anestesia para reducir al m?nimo el dolor f?sico que de otro modo resultar?a particularmente devastador. Examinando los datos de los ex?menes post-mortem realizados en la sangre de 49 presos matados en Arizona, Georgia y en Carolina del Norte y del Sur, los investigadores han encontrado en 43 casos una dosis de anestesia inferior a la usada normalmente para las intervenciones quir?rgicas. En 21 casos, la concentraci?n era tal que se podr?a afirmar que los prisioneros pudieron estar conscientes cuando se les inyect? el veneno. Es posibles que algunos estuviesen totalmente despiertos y por lo tanto hayan tenido que soportar impotentes, sin moverse ni respirar, mientras el cianuro de potasio ard?a en las venas.
El pasado 3 de mayo, desde la ventana que mira a la c?mara de la muerte, los testigos asistieron horrorizados al sufrimiento de Joseph Clark, sufrimiento que dur? noventa minutos. Al final, los guardias tuvieron que cerrar las persianas para evitar que alguien se desmayase. El pobre Clark continuaba lament?ndose del dolor sin que ninguno moviera un dedo para evitar ulteriores dolores. Tambi?n la muerte de Ray Clarence Allen, el 13 de enero en California, fue una horrible secuencia de torturas para el condenado que, con sus 76 a?os, ha sido uno de los individuos m?s ancianos que haya sido condenado a muerte en los Estados Unidos. En 1988 fueron necesarios 40 minutos para justiciar a Raymond Landry en Texas. Los que fueron encargados de administrar las sustancias letales a Ricky Ray Rector en Arkansas en 1992 permanecieron desconcertados de su reacci?n. Rector, enfermo mental en la etapa final, ten?a las c?lulas cerebrales da?adas. Para matarlo se convoc? a un equipo de diez personas. En diciembre del a?o pasado, el gobernador de Florida suspendi? todas las ejecuciones en el Estado e instituy? una comisi?n para ?evaluar la humanidad y la constitucionalidad de las inyecciones letales?. La decisi?n fue tomada tras la ejecuci?n de ?ngel Diaz, que sufri? durante 34 minutos antes que fuese declarado muerto. Despu?s se descubri? que la aguja con la que le ven?a suministrada la inyecci?n con el veneno le hab?a atravesado la vena, dando como resultado las sustancias letales inyectadas en los tejidos.
El olor de carne quemada. La silla el?ctrica (tiempo estimado de sobrevivencia 10 minutos) fue introducida en los Estados Unidos en 1888. El condenado es amarrado a una silla de madera fijada al suelo y aislada el?ctricamente. El proceso inicia tres d?as antes, encerrando al prisionero en una celda especial que mira a la c?mara donde est? situado el instrumento de muerte. Un cara a cara corrosivo que conduce al prisionero a morir antes de morir f?sicamente: se llega a la anulaci?n de la persona. Electrodos h?medos son fijados a la cabeza, con un caso de cuero, y a una pierna (que han sido rasuradas para asegurar una buena adherencia). Son transmitidas por breves intervalos potentes descartas el?ctricas: un electricista, siguiendo las ?rdenes del verdugo, procede con la corriente durante dos minutos y dieciocho segundos variando el voltaje entre 500 y 2000 voltios, de lo contrario el condenado arder?a (2000 voltios). La muerte es causada por el paro cardiaco y la par?lisis respiratoria. El procedimiento procura efectos visibles devastadores: el prisionero salta a veces hacia adelante detenidos por los lazos, orina, defeca o vomita sangre, los ?rganos internos son quemados, se siente el olor de carne quemada. Si bien el estado de inconsciencia deber?a darse tras la primera descarga, en algunos casos esto no sucede: a veces el condenado solo queda inconsciente por la primera descarga, pero los ?rganos internos contin?an funcionando, al punto de hacer necesarias ulteriores descargas. Han sido numerosos y documentados los casos de condenados para los que las descargas el?ctricas previstas no han sido suficientes para hacerlos morir y que por lo tanto han tenido que sufrir atroces torturas antes de morir definitivamente por ulteriores y m?s potentes descargas.
Si el verdugo no est?. Tambi?n en el 2005, se dio en algunos Estados, que la ausencia del verdugo impidi? o atras? la ejecuci?n de las condenas a muerte.
En Bangladesh, ante la ausencia de los verdugos oficiales, se pens? en recurrir a detenidos ?confiables?. El 6 de mayo del 2005 fue colgado Kamal Hossain Hawlader, de 26 a?os. La ejecuci?n fue confiada a cuatro detenidos de otra prisi?n, adecuadamente preparados.
En otro Estado de Asia, el verdugo no pudo pensionarse por la falta de sustitutos. El 28 de octubre del 2005, Darshan Singh, hombre de 73 a?os encargado de la ejecuci?n del traficante australiano Nguyen Tuong Van y que ha colgado a m?s de 850 prisioneros en sus 46 a?os de servicio, dijo haber intentado ense?ar su trabajo a dos personas, pero cuando lleg? el momento de actuar, ambos se hab?an paralizados y no pudieron hacerlo. Un funcionario de la c?rcel estaba tan desconcertado que se fue inmediatamente y renunci? a su trabajo.
En Asia, en otro Estado, se pens? en un incentivo econ?mico. En marzo del 2005, los funcionarios de las prisiones de Mal? a cargo de los ahorcamientos y las flagelaciones recibieron un aumento de sueldo. Por cada ahorcamiento, el verdugo recibir? alrededor de 100 euros en vez de los 60 euros acostumbrados. Por cada golpe con ca?a de bamb? recibir?n 2 euros en vez de los 60 cent?simos acostumbrados.