Jueves, 13 de septiembre de 2007
DOSSIER FIDES sobre la presencia de Mar?a en Europa

MAR?A Y EUROPA
(Primera Parte)

Por N. Bux y S. Vitiello




B?LGICA


Pa?s entre aquellos en que la devoci?n a la Santa Madre de Dios ha encontrado los corazones m?s f?rtiles, B?lgica vivi? con asombro, alrededor de los siglos III y IV, la cristianizaci?n de las fiestas paganas como consecuencia de la evangelizaci?n de los pueblos b?rbaros.

Gratia non tollit naturam sed eam perficit. La Cristianizaci?n no apunt? a eliminar la celebraci?n de las fiestas que ya exist?an sino a darles un nuevo significado, realizando exactamente lo que Cristo realiza en el coraz?n de cada uno. ?l ?no nos salva de nuestra humanidad sino a trav?s de ella? (Benedicto XVI, Mensaje Urbi et Orbi, Navidad 2005).
La fiesta de mayo fue dedicada as? a la Bienaventurada Virgen, quien, a trav?s de la edificaci?n de capillas e im?genes marianas al interno de los pueblos y sobre todo de los bosques, purific? pr?cticas supersticiosas y creencias paganas aut?ctonas.

Entre el 625 y el 750 surgieron a lo largo de las tierras de la antigua B?lgica cuarenta y cinco monasterios benedictinos, fuentes visibles del inacabable amor por Cristo y por Su Santa Madre.

Entre las muchas hermandades que, despu?s del a?o Mil, enriquecieron la vida religiosa del pa?s, vinculando su nacimiento a algunos santuarios marianos, tres ameritan una atenci?n particular. Parece que la m?s antigua es la hermandad de Nuestra Se?ora de Tongres, surgida junto al santuario del mismo nombre en 1093. Alrededor de tres siglos despu?s, en la Fiandre, vieron la luz las hermandades del Rosario y de la Bienaventurada Virgen de los Siete Dolores.

NUESTRA SE?ORA DE BEAURING ? BEAURING

En Beauring, provincia de Namur, ante cuatro muchachas y un ni?o, desde el 2 de diciembre de 1932 hasta el 3 de enero de 1933, la Virgen se apareci? sobre un majuelo en el jard?n de una casa de descanso para monjas, present?ndose como ?Madre de Dios? y ?Reina del Cielo? y prometiendo de convertir a los pecadores a cambio de oraciones, de la edificaci?n de una capilla y de una peregrinaci?n a ella. Como antes en F?tima, la Dulce Virgen mostr? el propio coraz?n, no coronado de espinas sino recubierto de oro y por lo tanto glorificado y esplendoroso de amor por Dios y por el hombre. Los efectos de esta manifestaci?n fueron inmediatamente visibles: decenas de miles de personas participaron a las ?ltimas apariciones, haciendo de esta casa de descanso una importante meta de peregrinaci?n.

Como muchas veces sucede, despu?s de tal llamada del Sensus Fidei, fue dado reconocimiento efectivo a la dulce aparici?n: el jard?n con el majuelo fue transformado en un santuario al abierto, extendi?ndose en un segundo tiempo por las tierras del antiguo castillo de Beauraing, con su respectivo parque, y cubriendo parte de la plaza con un edificio destinado a reparar a los peregrinos enfermos de la intemperie.

El Obispo de Namur permiti? el culto p?blico en 1943 y en 1948 reconoci? la autenticidad de las apariciones y de dos curaciones realizadas en los primeros tiempos.

NUESTRA SE?ORA DE LOS POBRES ? BANNEUX

Como testimonio de la eficacia hist?rica de la acci?n divina en el espacio y en el tiempo, seg?n el m?todo de la Encarnaci?n de Nuestro Se?or Jesucristo, en los a?os despu?s de la primera guerra mundial surgi? y se desarroll? una gran ciudad, Banneux, poco lejos de Liegi, al Oeste del Pa?s, cuyo origen est? vinculado inseparablemente a las apariciones de la Reina del Cielo, tanto que a?n hoy es llamada com?nmente con el t?tulo de ?ciudad mariana?.

Aqu? la Virgen, por ocho veces desde el 15 de enero al 2 de marzo de 1933, inmediatamente despu?s de la ?ltima manifestaci?n en Beauraing, se apareci?, circundada y coronada de luz, a Mariette Beco, de once a?os, hija de padres pobres y honestos pero religiosamente no practicantes. Esa tarde de enero, mientras esperaba en la ventana el regreso de su hermano Julien, la muchacha vio por primera vez a la Santa Madre Celeste, vestida como una mujer que con su luminosidad contrastaba la oscuridad del invierno.

La Dulce Se?ora, en las apariciones que siguieron, la invit? a sumergir las manos en una peque?a fuente de agua helada, para dar alivio a los enfermos.

Despu?s de las celestes apariciones se edific?, justamente en el jard?n de la familia Beco, en breve tiempo, el principal santuario mariano belga, dedicado a Nuestra Se?ora de los Pobres; constituido no por una bas?lica sino por una capilla, por expl?cita indicaci?n de la Virgen, junto a algunos edificios en cuyo centro se reserv? una gran explanada para acoger las celebraciones con participaci?n de un gran n?mero de fieles. desde 1933, en efecto, a pesar de las difundidas desconfianzas locales por las peregrinaciones, Banneux fue testigo de al menos unos cien provenientes de toda Europa.
El t?tulo de santuario nacional de B?lgica es atribuido en cambio a la iglesia de ?Nuestra Se?ora de Hal?, situada en el camino que lleva de Mons a Bruxelles. Lo que le dio el m?rito de obtener este t?tulo es el haber asistido, a los pies de sus muros y bajo la protecci?n de la Virgen Madre, a muchas batallas determinantes para la independencia del pa?s. La estatua que representa a la Santa Madre sentada en un trono mientras da de lactar al Ni?o Jes?s, imagen donada por la reina de Hungr?a Santa Isabel a su hija Sof?a, que se cas? en B?lgica, fue expuesta para la veneraci?n en el siglo XIII y m?s precisamente en el a?o 1257. En los siglos XIV y XV se erigieron la magn?fica iglesia g?tica y la capilla en la que se venera la santa imagen. La fama de los milagros, escrupulosamente documentados, obtenidos por intercesi?n de Nuestra Se?ora de Hal fue tal, que muchas ciudades, incluso en Francia, fueron a Ella dedicadas.
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