S?bado, 22 de septiembre de 2007
ZENIT publica el comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap. -predicador de la Casa Pontificia- a la liturgia del domingo, XXV del tiempo ordinario, 23 Septiembre.

XXV Domingo del tiempo ordinario [C]
Am?s 8, 4-6; I Timoteo 2, 1-8; Lucas 16,1-13


Haceos amigos con el dinero



El Evangelio de este domingo nos presenta una par?bola en cierto modo bastante actual, la del administrador infiel. El personaje central es el administrador de un propietario de tierras, figura muy popular tambi?n en nuestros campos, cuando reg?an sistemas usufructuarios.

Como las mejores par?bolas, ?sta es como un drama en miniatura, lleno de movimiento y de cambios de escena. La primera tiene como actores al administrador y a su se?or y concluye con un despido tajante: ?Ya no puedes ser administrador?. ?ste no esboza siquiera una autodefensa. Tiene la conciencia sucia y sabe perfectamente que de lo que se ha enterado el patr?n es cierto. La segunda escena es un soliloquio del administrador que se acaba de quedar solo. No se da por vencido; piensa enseguida en soluciones para garantizarse un futuro. La tercera escena ?el administrador y los campesinos? revela el fraude que ha ideado con ese fin: ???T? cu?nto debes?? Respondi?: ?Cien cargas de trigo?. Le dijo: ?Toma tu recibo y escribe ochenta??. Un caso cl?sico de corrupci?n y de falsa contabilidad que nos hace pensar en frecuentes episodios parecidos en nuestra sociedad, si bien a escala mucho mayor.

La conclusi?n es desconcertante: ?El se?or alab? al administrador injusto porque hab?a obrado astutamente?. ?Es que Jes?s aprueba o alienta la corrupci?n? Es necesario recordar la naturaleza del todo especial de la ense?anza en par?bolas. La par?bola no hay que trasladarla en bloque y con todos sus detalles en el plano de la ense?anza moral, sino s?lo en aquel aspecto que el narrador quiere valorar. Y est? claro cu?l es la idea que Jes?s ha querido inculcar con esta par?bola. El se?or alaba al administrador por su sagacidad, no por otra cosa. No se afirma que se vuelva atr?s en su decisi?n de despedir a este hombre. Es m?s, visto su rigor inicial y la prontitud con la que descubri? la nueva estafa, podemos imaginar f?cilmente la continuaci?n, no relatada, de la historia. Tras haber alabado al administrador por su astucia, el se?or debe haberle ordenado que devolviera inmediatamente el fruto de sus transacciones deshonestas, o pagarlas con la c?rcel si no pod?a saldar la deuda. Esto, o sea, la astucia, es tambi?n lo que alaba Jes?s, fuera de par?bolas. A?ade, de hecho, casi como comentario a las palabras de ese se?or: ?Los hijos de este mundo son m?s astutos con los de su generaci?n que los hijos de la luz?.

Aquel hombre, frente a una situaci?n de emergencia, cuando estaba en juego su porvenir, dio prueba de dos cosas: de extrema decisi?n y de gran astucia. Actu? pronta e inteligentemente (si bien no honestamente) para ponerse a salvo. Esto ?viene a decir Jes?s a sus disc?pulos? es lo que deb?is hacer tambi?n vosotros para poner a salvo no el futuro terreno, que dura algunos a?os, sino el futuro eterno. ?La vida ?dec?a un fil?sofo antiguo? a nadie se le da en propiedad, sino a todos en administraci?n? (S?neca). Somos todos los ?administradores?; por ello debemos hacer como el hombre de la par?bola. ?l no dej? las cosas para ma?ana, no se durmi?. Est? en juego algo m?s importante como para confiarlo al azar.

El Evangelio a menudo hace diversas aplicaciones pr?cticas de esta ense?anza de Cristo. En la que se insiste m?s tiene que ver con el uso de la riqueza y del dinero: ?Yo os digo: haceos amigos con el dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas?. Es como decir: haced como aquel administrador; haceos amigos de quienes un d?a, cuando os encontr?is en necesidad, puedan acogeros. Estos amigos poderosos, se sabe, son los pobres, puesto que Cristo considera dado a ?l en persona lo que se da al pobre. Los pobres, dec?a San Agust?n, son, si lo deseamos, nuestros correos y porteadores: nos permiten transferir, desde ahora, nuestros bienes en la morada que se est? construyendo para nosotros en el m?s all?.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit]
Publicado por verdenaranja @ 15:32  | Espiritualidad
Comentarios (0)  | Enviar
Comentarios