Carta semanal del arzobispo de Valencia Don Agust?n Garc?a-Gasco Vicente. Domingo 23 de Septiembre de 2007
La dignidad humana, clave de la educaci?n cat?lica
Las escuelas y las universidades cat?licas incorporan con decisi?n a su proyecto educativo el reconocimiento de que en Dios se encuentra la fuente de la dignidad humana. Esta verdad fundamental genera un estilo de educar propio, animado por el esp?ritu evang?lico de libertad y de amor.
Desde el m?s exquisito respeto a la libertad de las personas, las escuelas y las universidades cat?licas pretenden servir a la configuraci?n, en cada alumno o estudiante, del hombre nuevo que surge de Jesucristo, con la imitaci?n de sus obras, con el ejemplo y la ayuda de la comunidad educativa concreta y de la Iglesia que se hace presente en la educaci?n.
La educaci?n cat?lica entiende que la calidad de la ense?anza est? vinculada a la visi?n cristiana del hombre y del mundo, que le aporta la fe. No se reduce ni a un tiempo ni a una actividad especializada: est? presente en todo el quehacer educativo del colegio o de la universidad, de tal manera que el alumno adquiera una verdadera s?ntesis de fe, cultura y vida.
El elemento primordial, la clave de toda la educaci?n, est? en la concepci?n de la persona que se pretende formar y que subyace a todo proyecto educativo, tanto en la escuela estatal como en cualquier otro tipo de educaci?n.
La fe suministra un aliento de alma para reconocer mejor el valor del ser humano. El hombre, creado a imagen de Dios, tiene dignidad de persona. No es algo, sino alguien; un sujeto personal capaz de conocerse, de darse libremente y de entrar en comuni?n con Dios y con las otras personas. Ha sido creado para conocer, amar y servir a Dios, para ofrecer en este mundo toda la creaci?n a Dios y para ser elevado a la vida de Dios en el cielo.
La dignidad del ser humano es robustecida con el concurso de la fe. La filiaci?n divina dota de ra?ces inconmovibles a la dignidad humana, fundamenta la fraternidad universal por la que ha de trabajar todo ser humano y da pleno sentido a su vida. El ser humano es una persona con un destino trascendente e inmortal, libre y responsable ante esta vida y ante la eterna. Este proyecto tiene su realizaci?n plena en Jesucristo y el que sigue a Cristo, hombre perfecto, tambi?n perfecciona su humanidad.
La esperanza cristiana de que todo proyecto humano camine hacia su plenitud se basa en Cristo, camino, verdad y vida. Cristo asume lo mejor del deseo humano de progreso social, y lo purifica de la malicia y de la tentaci?n de conseguirlo por medio de la explotaci?n de la dignidad de los d?biles o por medio de la violencia y de la confrontaci?n social.
En Jesucristo, los alumnos no solamente tienen un ejemplo que imitar en su crecimiento, sino tambi?n el amor que no defrauda y en el que se puede confiar absolutamente, la esperanza plena para su vida, la verdadera raz?n de su esfuerzo, y el aut?ntico sentido de su vivir. El coraz?n del humanismo cristiano es el proyecto divino, la concepci?n de la vida abierta a Dios, que ama a cada persona y la invita a hacerse cada vez m?s seg?n la imagen de su Hijo.
La escuela y la universidad cat?licas emplazan a nuestra cultura a que reemprenda una y otra vez su compromiso con la dignidad humana. Una generaci?n no puede dedicarse a relativizar los valores, a problematizar las virtudes humanas y a hacer o?dos sordos a las exigencias del amor sin crear un grave da?o social, decadencia humana y moral. Toda escuela y toda universidad est?n llamadas a ir en otra direcci?n y a ser las expresiones m?s claras del compromiso con la dignidad humana de los alumnos, como servicio esencial a las familias y a la sociedad.
Con mi bendici?n y afecto,