Domingo, 30 de septiembre de 2007
ZENIT publica la carta que ha escrito monse?or ?scar Domingo Sarlinga, obispo de Z?rate-Campana, en la celebraci?n de la festividad de la Sant?sima Virgen Mar?a en su advocaci?n de ?Nuestra Se?ora del Pozo? (septiembre de 2007) dirigida a quienes ?sufren depresi?n, angustia y situaciones de grave necesidad?.

I
DEPRESI?N Y ANGUSTIA, MALES COMPLEJOS
DENTRO DEL MISTERIO DEL SUFRIMIENTO


En el pasado a?o de 2006 tuve la ocasi?n de declarar a la Sant?sima Virgen, en su advocaci?n de Ntra. Sra. del Pozo, o ?Madonna del Pozzo?, como Patrona para quienes sufren depresi?n y estados de angustia y situaciones de grave necesidad, en esta di?cesis de Z?rate-Campana. Entronizada su imagen en la parroquia de Santa Rosa de Lima, en Villa Rosa (Pilar) y en otras capillas de la di?cesis (como Santa Teresita, en Manuel Alberti, y Mar?a de Nazaret, en Z?rate) (1), all? han acudido miles de fieles a lo largo de este a?o, con el maravilloso don de la Fe, o bien pidiendo al Se?or ese don, junto con las gracias que necesitan, tambi?n el don de la salud, viendo como del todo natural que el cristiano enfermo o deprimido vuelva sus ojos a la Sant?sima Virgen Maria, ?Causa de nuestra alegr?a y Salud de los enfermos? (2). Nada hay de especial?simo en dicha advocaci?n: ?Casa de Mar?a? son todas las iglesias donde se encuentra Jes?s Eucar?stico y la presencia espiritual de la Madre. El tema s? es especial; me mueve a dirigirles ?sta sobre todo la necesidad pastoral que veo de afrontar con Fe y Esperanza el panorama de angustia y depresi?n en que viven no pocos hermanos y hermanas nuestros.

Nos mueve la Fe, que es un magn?fico don de gracia; es la Fe en Jesucristo, Hijo del Dios Vivo, a quien Su Madre, la Sant?sima Virgen, nos atrae a todos con singular predilecci?n, especialmente a quienes m?s lo necesitan, abri?ndonos caminos de alegr?a y paz. Es por ello que la Iglesia siempre ha tenido tan en alto la preocupaci?n por los enfermos y sufrientes, a imitaci?n del propio Jes?s, como lo refer?a el Papa Benedicto XVI en una reciente visita pastoral a una cl?nica: ?Encontr?ndome entre vosotros, pienso de modo espont?neo en Jes?s, que durante su existencia terrena siempre mostr? una particular atenci?n a los que sufr?an, cur?ndolos y d?ndoles la posibilidad de volver a la vida de relaci?n familiar y social, que la enfermedad hab?a impedido. Pienso tambi?n en la primera comunidad cristiana, donde, (?) muchas curaciones y prodigios acompa?aban la predicaci?n de los Ap?stoles. La Iglesia, siguiendo el ejemplo de su Se?or, manifiesta siempre una predilecci?n especial por quienes sufren y (?) ve en el que sufre a Cristo mismo, y no cesa de prestar a los enfermos la ayuda necesaria, la ayuda t?cnica y el amor humano, consciente de que est? llamada a manifestar el amor y la solicitud de Cristo a ellos y a quienes los atienden (?)? (3). As? tambi?n nosotros debemos tener una especial solicitud para con los enfermos y los que sufren, y en especial para con los deprimidos y angustiados; m?s a?n, en nuestras parroquias, movimientos y asociaciones de fieles, todo ello debiera ser un aspecto m?s que destacado de la pastoral.

S? sabemos que se sufre como persona, con las caracter?sticas f?sicas, psicol?gicas y espirituales que cada persona posee. Tiene mucho, much?simo que ver con el sentido de la vida que cada uno tenga, como afirma Cassell (4). As?, la esencia del sufrimiento consiste en cierta desintegraci?n del ser, incluyendo el pasado, el futuro, el sentido de la vida de alguien, sus intenciones y proyectos, sus ideas de fuerza y sus creencias. El sufrimiento se da, pues, en una cultura, que es propia del ser humano. A este respecto, un valioso Documento del Pontificio Consejo para la Cultura, llamado ?Para una pastoral de la cultura?, recuerda que esta ?ltima ? (?) es tan connatural en el ser humano que la naturaleza de ?ste no posee rostro sino cuando se realiza en su cultura? (5) . As? tambi?n se realiza el rostro del sufrimiento, y por ende, de la depresi?n, la angustia, el sentimiento del estado de grave necesidad.

Ahora bien, la depresi?n y la angustia son siempre manifestaciones de sufrimiento. Pero la inversa no es igualmente cierta. Nos preguntamos, pues: ?Qu? es el sufrimiento?; ?por qu? el sufrimiento?. Y, todav?a mejor, ?para qu? el sufrimiento?. ?Existe un sentido de ?l?. Expongo estas preguntas (los cristianos tenemos una Respuesta, con may?scula), pero, creo, no ser?a el momento de intentar dilucidar aqu? cuestiones tan cruciales para el ser humano, y tampoco de establecer distinciones entre dolor y sufrimiento, y dentro de ?stos, de profundizar en las causas ps?quicas de la depresi?n y la angustia. M?s que al sufrimiento en general, esta carta desea estar referida sobre todo a estas dos ?ltimas, con una mirada pastoral.

Para introducirnos en tema, algo importante es no confundir el estado de ?nimo triste, que constituye un malestar psicol?gico frecuente (y que conlleva el sentirse triste o deprimido) pero que no configura el padecimiento de una depresi?n en s?, puesto que ?sta indica signos, s?ntomas, s?ndromes, un estado emocional permanente, una reacci?n cl?nica bien definida. En la depresi?n como estado pato-l?gico se pierde la alegr?a y satisfacci?n de vivir, la capacidad de actuar y obrar, y la esperanza de recobrar el bienestar, cayendo en un sombr?o ?nimo. Precisamente, aqu?lla se acompa?a de manifestaciones evaluables cl?nicamente en la esfera del estado de ?nimo (6) del pensamiento (7), de la actividad psico-motriz (8) y de las manifestaciones som?ticas (9) .

Siempre considerando el no ser especialistas, podemos tambi?n afirmar, lato sensu, que el fen?meno de la depresi?n es complejo y multicausal (10). En ese sentido, el Papa Juan Pablo II, quien trat? en distintas ocasiones el tema de la depresi?n desde una perspectiva humana amplia, hac?a referencia a ? (?) los diferentes aspectos de la depresi?n en su complejidad: van desde la enfermedad profunda, m?s o menos duradera, hasta un estado pasajero, ligado a acontecimientos dif?ciles ?conflictos conyugales y familiares, graves problemas laborales, estados de soledad...?, que comportan una fisura o una ruptura en las relaciones sociales, profesionales, familiares. La enfermedad es acompa?ada con frecuencia por una crisis existencial y espiritual, que lleva a dejar de percibir el sentido de la vida? (11). Se encuentran all? mencionados los diversos aspectos y causas de la depresi?n, difusos hoy como nunca, tal como se ha expresado m?s arriba, en la cultura moderna.

Sin entrar en especializaciones, podemos gen?ricamente constatar, esto s?, es que la depresi?n es un mal particularmente complejo y presente en nuestra ?poca contempor?nea (12), caracterizada ?como ninguna otra ?poca- por el avance de los conocimientos cient?ficos y del dominio del hombre sobre el planeta, pero tambi?n signada por el abandono, la soledad, la incertidumbre y las mil y una posibilidades de frustraci?n, tantas veces originadas en el sinsentido de la vida, esto es, en que la vida humana aparece para muchos desprovista de sentido, o bien en factores externos, como graves injusticias infligidas, injusta miseria, desenga?os, calumnias, estafas, tr?gica p?rdida de seres queridos, p?rdida de fe y esperanza por esc?ndalo o pereza o malevolencia de quienes deb?an ayudar.

En general, queridos hermanos y hermanas, hay a nuestro alrededor todo un mundo del dolor del que nos compadecer?amos mucho m?s, si mir?ramos aunque m?s no fuera un poco, saliendo de nuestro propio mundo ?o mundillo- de auto-suficiencia y auto-miramiento, o del f?rrago de nuestros propios problemas. ?Si aunque sea siempre rez?ramos un Padrenuestro por los que m?s sufren!. ?O los incluy?ramos siempre en las intenciones de la Santa Misa!. Puestos en el Coraz?n de Cristo, ya ser?a much?simo, y tambi?n mucho es lo que podemos hacer, en Cristo, conforme a las exigencias de la vida cristiana, en la ?eucarist?a vivida? de nuestra vida diaria.


II
ACTOS DEL DRAMA INTERIOR



?Es un drama la vida?. En el ?mbito de la filosof?a, no pocos consideran que el grito de Friedrich Nietzche, acerca de ?la muerte de Dios? plantea en realidad la tr?gica cuesti?n de ?la muerte del ser humano?. El declive postmoderno desde Michel Foucault a Claude Levi-Straus, desde el ?sue?o antropol?gico? del primero, que deviene en ?muerte del hombre? hasta la mitol?gica tetralog?a del segundo, con su ?crep?sculo de los hombres?, caracterizado por la ?nada? (13).

No son ?stas, pienso, consideraciones exquisitas y desprovistas de sentido. Nosotros, personas religiosas, tenemos mucho que orar y mucho que obrar por el bien; sin creernos m?s que nadie sino partiendo de las energ?as de Amor del ?homo religiosus?, energ?as que el Esp?ritu del Se?or ha puesto para bien de los que lo aman. Frente al drama del vac?o existencial, pongamos Amor, y all? donde haya odio, envidia, paranoia consentida, tambi?n. Como en la oraci?n de San Francisco de As?s. Incluso frente al horror del campo de concentraci?n, expresi?n sin par del vac?o existencial al que nos refer?amos, y de la ominosa Shoah, el gran neur?logo Viktor Frankl, vien?s, hebreo, luego profesor de Harvard, Stanford, Pittsburgh e Dallas, fallecido a los 92 a?os en 1997, encontr? el sentido de la vida y el sentido del Amor. En su obra, ?Le dieu inconscient?, nos habla del ?poder de contestaci?n del esp?ritu?. Y parte del principio que ?la exigencia fundamental del hombre ?es- (?) la plenitud de sentido? (14).

He aqu? un gran remedio a la tristeza y depresi?n. Aparece aqu? el tema de la ?voluntad de sentido?, que abren v?as de salida al ser frustrado, presa del v?rtigo del vac?o existencial, que puede caracterizarse como p?rdida de la capacidad para interesarse, ilusionarse y disfrutar de todas o casi todas las cosas y circunstancias de la vida, disminuci?n general de la vitalidad, p?rdida de la confianza en s? mismo, con sentimientos de inutilidad, inferioridad o de culpabilizaci?n excesiva, perspectiva negra del futuro, ideas de muerte e incluso de suicidio. Este v?rtigo en el que el ser humano puede caer se manifiesta como rampante tristeza, ideas negras, repliegue sobre s? mismo con obsesi?n de muerte, y ca?da en el vac?o. Presas del miedo, tantos hermanos y hermanas nuestros ven todo con temor, hast?o de vivir, voluntad abandonada. Es la n?usea y la desesperaci?n. Es el drama interior, que necesita de un profesional especializado, y tambi?n de atenci?n pastoral.

A nivel humano en general, sin embargo, pienso que en el drama de la depresi?n pueden existir algunos factores de predisposici?n, pero aqu? s?, m?s que nunca, no se debe generalizar, teniendo en cuenta, sobre todo, la multicausalidad a la que hemos hecho alusi?n m?s arriba.

Sin entrar ahora en estas l?neas en el plano de la responsabilidad moral, creo que para nada menor puede constituir un factor a considerar como desencadenante de la depresi?n (m?s all? de todas las predisposiciones gen?ticas y otras causales), el excesivo perfeccionismo de la persona (?es ?sta una manifestaci?n obsesiva?), es decir, el ansia desmesurada de obtener resultados ?perfectos?, que nadie pueda atacar o criticar (lo cual esto ?ltimo, curiosamente, hace a la persona muy vulnerable a la frustraci?n). El perfeccionismo podr?a ser confundido con el sentido gen?rico de la ?responsabilidad?, pero en realidad denota cierto sentimiento de omnipotencia y, dir?amos, de ?irrealismo?, en el sentido de rehusar admitir las propias limitaciones. No es el caso la mayor?a de las veces, pero puede ocurrir que dicho perfeccionismo hiperintencional (utilizando un lenguaje m?s o menos frankliano) se vea teledirigido a logros de anti-valores, como tantas veces son pregonados por algunos medios masivos de comunicaci?n (15).

Ya m?s en el orden ps?quico y psicol?gico, otro factor importante puede constituir la psico-estructura del sujeto con caracteres paranoicos o paranoides, factor que adquiere repercusi?n sobre el tema pues quien adolece de una tendencia paranoica es, en cierta medida, impermeable a la experiencia ?f?ctica? (16) teniendo, como lo tiene, afectado el sentido del discernimiento de sus propias limitaciones o responsabilidades y culpando a los dem?s (como normalmente su trastorno de personalidad lo lleva a hacerlo) de sus fracasos y frustraciones, los cuales ser?an otros tantos complots en su contra. Dicha actitud le hace ver a muchos de los que lo rodean (o a todos) como un conjunto de adversarios y enemigos conjurados. Ello le ocasiona aislamiento y rechazo, y, quiz?, depresi?n. Reitero que no estamos tratando aqu? de la falta moral (no hay que confundir esto, sin tampoco escindir).

En el mismo orden, tampoco podr?amos dejar de mencionar como factores depresivos a la agobiante ?soledad? (no la fecunda, sino esa soledad destructiva, que frustra, algunas veces causada por la desconfianza sistem?tica) y a la par?lisis o atrofia de la actividad (mencionada magistralmente por Frankl como hiperintenci?n paralizante) (17), en la cual la persona deprimida experimenta una exacerbaci?n de su sentido de autocr?tica y tiende a te?ir de negativo sus posibilidades de actuaci?n.

La actitud pastoral: desde un punto de vista psicol?gico, y humano, dir?amos, una persona que ha ca?do en depresi?n necesita compa??a y ayuda a fines de superar la soledad y aislamiento, necesita que alguien le abra camino a la luz en su vida, necesita ejercitar alguna actividad satisfactoria que le resulte exitosa, abrirse al Bien y a la Verdad, y para ello es preciso que descubra cu?les son las fisuras y grietas de su personalidad por d?nde se han filtrado las aguas negras de la depresi?n. Para esto puede ayudar grandemente una perspectiva espiritual profunda, que redimensione enteramente los actos del drama, para transformarlos en una nueva actuaci?n de vida.


III
UNA RECUPERACI?N DESDE LA FUENTE DE LA DIMENSI?N ESPIRITUAL



Lo primero es la aceptaci?n de la propia realidad, la cual, en la medida en que Dios la quiso, o permiti? por lo menos, llega a ser ?historia sagrada? en el sentido en que ni un cabello cae de nuestra cabeza sin que el Padre celestial lo sepa. En la vida no estamos dejados ?A la deriva?, como dram?tica y genialmente lo narra el cuento de Horacio Quiroga? (lo recuerdo de la escuela primaria?) Porque para quienes tienen Fe, ? (?) todo coopera al bien de los que aman a Dios? (Rm 8, 28); tambi?n la autoestima coopera, y en grande, porque no puede amar a los otros quien no se ama (no ?m?s all? del Sol y de las estrellas?, en el decir de Dante Alighieri, sino en la justa medida), por debajo de Dios y amando al pr?jimo como a s? mismo.

Es claro que si la persona que sufre depresi?n es creyente, m?s a?n, un cristiano, un cat?lico con claro conocimiento de su fe y de la doctrina sobre Dios Providente y Misericordioso, que puede ? (?) hacer de las mismas piedras hijos de Abrah?m? (Mt 3, 9), hay elementos muy s?lidos para superar el mundo de oscuridad y frustraci?n y de par?lisis ps?quica.

Por ello, en la atenci?n pastoral de quien padece angustia y depresi?n ocupa un lugar de primer plano todo lo que pueda robustecer la Fe, comprendiendo por ?sta las certezas acerca de la bondad y sabidur?a de Dios (en quien ?vivimos, nos movemos y existimos? como reza Hch 17, 28), acerca de su presencia y su amoroso poder, acerca del destino de felicidad que Dios quiere para todos los seres humanos, al punto que nos dio a su propio Hijo (cf. Jn 3, 16). Tambi?n acerca del recibimiento tierno que Dios prodiga a sus hijos descarriados (cf. Lc 15, 11-24), aun sabiendo perfectamente acerca de nuestras limitaciones, flaquezas, astucias y ?agachadas? (cf. Salmo 103, 14).

La depresi?n y la angustia, en lo espiritual, constituyen una dura prueba. El papel de los que cuidan de la persona deprimida, y no tienen una tarea terap?utica espec?fica (por ejemplo quienes atienden a nivel pastoral a quienes m?s sufren), consiste sobre todo en ayudarle a recuperar la estima de s? misma, la confianza en sus capacidades, el inter?s por el futuro y el deseo de vivir (18). Por eso, es importante tender la mano a todos los enfermos, ayudarles a percibir el Amor y la ternura de Dios, integrarlos en una comunidad de fe y de vida donde puedan sentirse acogidos, comprendidos, sostenidos, en una palabra, dignos de amar y de ser amados. Para ellos, como para cualquier otro, contemplar a Cristo y dejarse "mirar" por ?l es una experiencia que los abre a la esperanza y los impulsa a abrirse a la vida en abundancia (cf. Dt 30, 19).

Algo muy importante en la b?squeda de sentido, para un creyente, es asumir el sufrimiento (y por ende la depresi?n y la angustia), sin quedantismo ni ?ciertamente- como forma de tr?gico masoquismo sino como forma de ?participaci?n en la pasi?n y en la cruz de Cristo? y como una realidad dolorosa que nos habilita, en el decir de San Pablo, para ? (?) completar lo que falta a la pasi?n de Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia? (Col 1, 24).

Esto es causa de esperanza y de apertura de una gran ventana de luz, que da a la comprensi?n del destino de bienaventuranza de la persona humana, al punto que se haga pr?cticamente manifiesto c?mo el camino hacia la vida eterna puede tener que atravesar por una prueba, casi como, en cierto sentido, un propio aniquilamiento y sentimiento de abandono, a imitaci?n de Cristo (19). La oraci?n (?qu? maravilloso es abrirnos a orar!), la participaci?n fructuosa en los sacramentos de la Iglesia ser?n entonces de inmensa ayuda, en especial la Eucarist?a, la Penitencia y la Unci?n de los enfermos.

Una recuperaci?n espiritual ser? de invalorable ayuda para quien sufre angustia, depresi?n y estados de urgente necesidad, porque lo ayudar? a amarse m?s, a valorarse m?s, y a recobrar el sentido de la justa lucha, de la esperanza y de la salida a la oscuridad de la desesperaci?n. Entonces la gracia y la paz se podr?n derramarse como una fuente de bendici?n, porque siempre podemos salir para ayudar a otros que sufren, y esto trae bendici?n, porque lo dijo Jes?s: ?Cuanto ustedes hicieron a uno de estos hermanos m?os m?s peque?os, a mi me lo hicieron? (Mt. 25,40-45).

As? es para con los enfermos, los m?s pobres, los que sufren, los abandonados, angustiados y deprimidos.

V
CONCLUSI?N


La alegr?a pascual refulge siempre magn?fica en la Iglesia y para la humanidad, pues el gozo es el don de Dios del cual, aqu?lla, la Iglesia, es portadora, en tanto portadora del Evangelio. ?La alegr?a ?escrib?a el converso Paul Claudel, convertido por intercesi?n de la Virgen durante el c?ntico del Magn?ficat en la catedral de Notre Dame? es la primera y la ?ltima palabra del Evangelio? (20).

Tanto el anticuerpo como el ant?doto para la enfermedad de la oscuridad del coraz?n es la Fe en Aqu?l que nos dijo: ?Yo soy el camino, la verdad y la vida?. Entonces nuestra vida se transforma en una Eucarist?a vivida, aun con sufrimiento y dolor (de los cuales, cuanto m?s aborrecimiento tengamos, m?s expuestos al sufrimiento estaremos). La alegr?a cristiana, en cambio, proviene de la esperanza que no defrauda, ese ?ya pero todav?a no? que es anticipaci?n de la Gloria del Cielo. El Nuevo Testamento est? todo penetrado de la Vida que Jes?s nos transmite y comunica, y Vida en abundancia (cf Mt 25,21-23; Lc 1,14; 2,10). Nos la comunica a todos sus disc?pulos; por ello el Evangelio de Juan afirma que la alegr?a de Jes?s vive en el disc?pulo (Cf Jn 17,13; 1 Jn 1,4; 2 Jn 12), podemos decir, es una ?alegr?a discipular?, la cual no cesa incluso coexistiendo con el sufrimiento (Cf Jn 16,20-24; 14,28). El gran Obispo y Doctor de la Iglesia, San Agust?n, tiene unas estupendas meditaciones sobre la alegr?a del disc?pulo (21), que tantas veces los cristianos tendr?amos que poner m?s en pr?ctica, tambi?n los pastores del Pueblo de Dios; y me incluyo el primero.

Porque esa realidad de Fe y de Esperanza en nuestra vida hace irradiar de luz a todo nuestro ser, y se transforma en fuente de bendici?n y alegr?a para los dem?s, alentando el esp?ritu y el rostro feliz de cuantos entren en contacto con nosotros, como dice el Libro de los Proverbios sobre el ?coraz?n? (en sentido b?blico: ?Lev?): ?Coraz?n contento, cara feliz, coraz?n abatido, desalienta el esp?ritu? (Prov. 15, 13).

Pedimos al Se?or, por intercesi?n de la Sant?sima Virgen Mar?a, en su advocaci?n de ?Nuestra Se?ora del Pozo?, que saque a nuestros hermanos ca?dos en el pozo de oscuridad y angustia y nos haga ver su Luz ?tambi?n a trav?s de las causas segundas de la ciencia-, un Camino de Luz, para pasar ?haciendo el bien?. En la Fiesta de Nuestra Se?ora de la Merced, la Libertadora de los cautivos, 24 de septiembre de 2007


Mons. Oscar D. Sarlinga, obispo de Z?rate-Campana

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Notas:
(1) La homil?a completa de quien suscribe con ocasi?n de la entronizaci?n de la ?Madonna del Pozzo?, con el significado b?blico y existencial del ?pozo?, puede encontrarse, entre otros sitios de la web, en: http://www.aica.org/index2.php?pag=sarlinga070318 o bien en la p?gina web del Obispado (obzaratecampana.com.ar) o bien en Camineo.info: http://www.camineo.info/news/190/ARTICLE/2235/2007-03-22.html
(2) La Virgen tuvo durante su vida terrena (y esto est? constatado en la Sagrada Escritura) muchos momentos de dolor espiritual, aunque no pudi?ramos hablar propiamente de depresi?n psicol?gica: la profec?a de la espada de dolor que atravesar?a su alma (cf. Lc 2, 35); la huida y el exilio en Egipto (cf. Mt 2, 13-15); la p?rdida del Ni?o Jes?s, al que encontr? luego ense?ando en el Templo (cf. Lc 2, 41-50) y su angustiosa presencia al pie de la Cruz (cf. Jn 19, 25-27). Esa experiencia de dolor le brind?, sin embargo, una capacidad especial para compadecer a los miembros de su Hijo sumidos en la aflicci?n y para interceder por ellos, pidiendo el don del consuelo, la alegr?a y la fortaleza.
(3) BENEDICTO XVI, Discurso a los enfermos, a los m?dicos y al personal del Hospital Policl?nico San Mateo, de Pav?a, en la Visita pastoral a Vig?vano y Pav?a, Domingo 22 de abril de 2007.
(4) E. CASSELL, "Recognizing Suffering", Hasings Center Report 21 (1991): 24-31, p. 25.
(5) La vida humana no se realiza sino en las diversas y concretas modalidades de la actividad humana, que configura el ?existir?. Esta ?ltima constituye una realidad compleja, la de ser, a la vez, ?homo faber? y ?homo amicus?, ?homo politicus? e ?homo sapiens?, sin olvidar el ser ?homo religiosus?. (Cf PONTIFICIO CONSEJO PARA LA CULTURA, Per una pastorale della cultura, Pentecoste 1999, n. 2).
(6) Tales como la tristeza, p?rdida de inter?s, apat?a, falta del sentido de esperanza.
(7) Como la capacidad de concentraci?n disminuida, indecisi?n, pesimismo, deseo de muerte.
(8) Manifestada, por ejemplo, a trav?s de la inhibici?n, lentitud, falta de comunicaci?n o inquietud, impaciencia e hiperactividad.
(9) Es decir, corporales, tales como el insomnio, alteraciones no provocadas por otras causas del apetito y peso, disminuci?n del deseo, p?rdida de energ?a.
(10) Muchos estudiosos de la psicolog?a y de la psiquiatr?a diferencian entre tres grandes grupos o tipos de depresi?n: las depresiones ?end?genas? (en su origen etimol?gico: ?generadas desde dentro?), que son aquellas no ocasionadas ?al menos seg?n lo que se ve cl?nicamente- por cosa alguna externa, esto es, factor alguno de sufrimiento psicol?gico. Aqu? puede incidir de modo importante la matriz gen?tica. Una segunda especie la constituyen las depresiones llamadas ?dist?micas?, relacionadas con ?trastornos? (en el lenguaje moderno, puesto que ya casi no se habla de neurosis) de la personalidad. La frustraci?n, el descontento y la desafecci?n de s? mismas y de lo que las rodean, caracterizan a estas personalidades. Revisten la cl?sica ?amargura? y ?frustraci?n? y generalmente hacen episodios depresivos, de mayor o menor intensidad, con car?cter cr?nico. Por ?ltimo, el tercer grupo, llamado de las ?depresiones reactivas?, o tambi?n conocidas como ?trastornos adaptativos depresivos?, configura un cuadro depresivo que aparece, precisamente, por motivos ?reactivos?, o ?de reacci?n a? acontecimientos disparadores, tales como separaciones matrimoniales, problemas familiares, p?rdida de un ser querido, dificultades de autoestima, enfermedades f?sicas, problemas de relaci?n. Son frecuentes en adolescentes y j?venes, e incluso, con distinta sintomatolog?a e intensidad, en ni?os.
(11) JUAN PABLO II, Discurso a los participantes en la XVIII Conferencia Internacional sobre ?La depresi?n?, promovida por el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, Ciudad el Vaticano, 14 noviembre 2003, n. 2.
(12) En cuanto a la historia antigua, la primera manifestaci?n acerca de lo que hoy llamar?amos depresi?n que conocemos, se halla en Hip?crates, quien en su obra ?Las epidemias de la bilis negra?, hace referencia a ella, y pone como su s?ntoma m?s importante la tristeza. M?s adelante se refirieron a la actualmente denominada depresi?n el gran Celso (del siglo I) y posteriormente Galeno, en el siglo II, quien describe tres modalidades de la llamada ?melancol?a?.
(13) C. L?VI-STRAUSS, L?homme nu, Plon, 1971.
(14) V. FRANKL, Le dieu inconscient, Coll. Religion et sciences de l?homme, Edition du Centurion, 1975, p. 92-93.
(15) ?Es importante ser conscientes de las repercusiones que tienen los mensajes transmitidos por los medios de comunicaci?n sobre las personas, al exaltar el consumismo, la satisfacci?n inmediata de los deseos, la carrera a un bienestar material cada vez mayor. Es necesario proponer nuevos caminos para que cada uno pueda construir la propia personalidad, cultivando la vida espiritual, fundamento de una existencia madura? (Juan Pablo II, Discurso a los participantes en la XVIII Conferencia Internacional sobre ?La depresi?n?, promovida por el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, Ciudad el Vaticano, 14 noviembre 2003, n. 2).
(16) Es decir, no es la realidad f?ctica lo que le interesa sino c?mo la ve desde su psico-estructura, por ejemplo, con sospecha.
(17) En ?El hombre doliente?, Herder, Barcelona, 1987.
(18) ?El papel de quienes atienden a una persona deprimida sin una funci?n espec?ficamente terap?utica consiste sobre todo en ayudarla a recuperar la propia estima, la confianza en sus capacidades, el inter?s por el futuro, las ganas de vivir. Por eso, es importante tender la mano a los enfermos, hacerles percibir la ternura de Dios, integrarlos en una comunidad de fe y de vida en la que se sientan acogidos, comprendidos, sostenidos, en una palabra, dignos de amar y de ser amados. Para ellos, al igual que para cualquier otra persona, contemplar a Cristo y dejarse ?guiar? por ?l es la experiencia que les abre a la esperanza y les lleva a optar por la vida? (Juan Pablo II, Discurso a los participantes en la XVIII Conferencia Internacional sobre ?La depresi?n?, promovida por el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, Ciudad el Vaticano, 14 noviembre 2003, n. 2).
(19) Cuya angustia se tradujo en copioso sudor de sangre (cf. Lc 22, 44), y especialmente, cuando ?l en la cruz pronunci? el grito desgarrador de ?Dios m?o, Dios m?o, por qu? me has abandonado? (Mt 27, 46; Mc 15, 34). Creer en el poder de la gracia es la condici?n necesaria para rechazar la tentaci?n de la desesperaci?n, y tiene su base en creer en la ?kenosis?, el anonadamiento de Cristo (cf. Flp 2, 6-9).
(20) Cf. P. POUPARD (Card.), Le christianisme ? l?aube du III?me mill?naire, III, L?avenir est ? l?esp?rance, Plon-Mame, 1999, p. 248.
(21) San Agust?n, Obispo y Doctor de la Iglesia, profundo conocedor del alma (y de la ?psykh?) humana, comenta, respecto a lo que hemos llamado la ?alegr?a discipular?: ?Dado que Jes?s mismo es la alegr?a de sus disc?pulos, esta afirmaci?n del Se?or se halla en perfecta armon?a con lo que dice San Pablo: ?Una vez resucitado de entre los muertos, Cristo no muere m?s, y la muerte ya no tiene poder sobre ?l?? (SAN AGUST?N, In Joannem, 101,3). El desaf?o, sin embargo, radica en entrar cada d?a m?s en contacto existencial con Jes?s Resucitado, a trav?s de la vida del disc?pulo, la oraci?n, los sacramentos y la pr?ctica de la virtud teologal de la caridad.

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Art?culo escrito por monse?or Juan del R?o Mart?n, obispo de Jerez y presidente de la Comisi?n de la Conferencia Episcopal Espa?ola para los Medios de Comunicaci?n.

LA CUESTI?N DE FONDO


El mundo virtual lo invade todo. La ideolog?a laicista con su correlativo, la ?dictadura del relativismo? ha dise?ado un ?tipo de persona?, cerrada en si misma, que se siente arrojada entre las cosas, dominada por lo puramente subjetivo y sentimental, que ha renunciado a todo pretensi?n de verdad, que reniega de su ser religado y olvida que la religi?n es un elemento estructural de la conciencia humana, una categor?a universal indispensable. Pues bien, este es el planteamiento que subyace en el fondo de los contenidos de la asignatura Educaci?n para la ciudadan?a. Aunque todo ello, lleve el gran envoltorio del estudio de los Derechos Humanos, de la Constituci?n Espa?ola y de normas para un vivir c?vico?etc., que por lo dem?s, todo el mundo est? de acuerdo. Pero ?no se puede dar gato por liebre?, al final el pueblo no es tonto y sabe que aqu? nos encontramos ante un proyecto ideol?gico de alto calado. Por eso mismo hay que imponerlo, porque hay sus intereses. No se olvide, que el crear un nuevo paradigma de la persona ha sido la tentaci?n de todos los sistemas totalitarios.

Sin embargo, por mucho aparato medi?tico que se tenga para expandir esa ?nueva imagen?, la realidad de la naturaleza humana es tozuda y la historia de las culturas y de los pueblos nos hablan c?mo el misterio de la persona reclama un Misterio superior que d? sentido y fundamento a la existencia. Adem?s, esta ideolog?a muestra sus propios l?mites porque lo que parec?a un lenguaje comprendido y compartido por todos acerca del hombre y sus derechos universales, cambia. Ahora ya la dignidad de la persona es algo voluble, debido a que los derechos son negociables, en los contenidos, en el tiempo y en el espacio. En cierto modo, se trata de una caja vac?a. El relativismo moral y religioso siempre es una fuga hacia delante, una b?squeda continua de novedad. Esto lleva a un desasosiego a la sociedad que ya no sabe lo que es bueno o malo, lo que est? bien y aquello que se ha de evitar. As?, todo ello revela una falta de sentido de la vida, una perdida de entusiasmo, una nostalgia de lo sagrado.

No es posible un aut?ntico debate con juicios previos ni con cartas en la manga. Por eso, hay que desenmascarar los prejuicios anticat?licos que encierra el laicismo. En primer lugar no es cierto que la religi?n sea algo propio de una mente primitiva, poco racional y poco cient?fica e inclinada a la intolerancia y al fundamentalismo. Segundo, en una sociedad democr?tica y plural nadie se debe atribuir qui?n tiene protagonismo y qui?n no tiene en la vida p?blica. La religi?n no es una ?molestia p?blica?, como el humo, que se tolera en privado, pero en p?blico debe someterse a estrechas limitaciones. Tercero, el ordenamiento civil, para que sea aut?nticamente democr?tico, necesita valores, y la religi?n fomenta e inspira valores id?neos para una convivencia pac?fica y aut?nticamente humana. Cuarto, la Iglesia respeta la sana laicidad del Estado y la autonom?a de las realidades terrenas (cf. GS, 76).Quinto, la aportaci?n del cristianismo no es solamente un hecho del pasado, sino que encierra en s? una fuerza generadora que se hace presente en cada momento hist?rico suscitando los elementos que la democracia necesita. Ser cat?lico no es impedimento para ser un ciudadano democr?tico, es m?s, los elementos claves que sustentan las democracias modernas tienen su origen en el hecho cristiano. Por ?ltimo, el cristianismo ha colaborado de muchas maneras, en la formaci?n de la cultura humana, y por lo tanto no ha de sorprender que la laicidad, correctamente entendida, pueda y deba conjugarse con la cultura cristiana.

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La Oficina de Prensa del Obispado de Tenerife nos ha remitido la entrevista al obispo diocesano publicada en "La opini?n de Tenerife" DON BERNARDO ?LVAREZ el 30 de Septiembre de 2007.

La Opini?n de Tenerife, domingo 30 de septiembre


Despu?s de un a?o fat?dico, tras el incendio del Obispado y los problemas de la Catedral de La Laguna, afronta con optimismo la remodelaci?n de ambas infraestructuras. Adem?s, se muestra muy cr?tico con la asignatura de Educaci?n para la Ciudadan?a, de la que asegura "se entromete en cuestiones ?ticas", y por otra parte reconoce el da?o que los casos de pederastia generan en la imagen de la Iglesia.

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DAVID CUESTA / SANTA CRUZ DE TENERIFE

-?Satisfecho de c?mo se est?n llevando a cabo las obras de remodelaci?n del Obispado?

-La verdad que s?, porque van a buen ritmo y el equipo multifuncional (que cuenta con arquitectos, profesores de historia y arque?logos) lo est? supervisando todo muy satisfactoriamente.

-?Ha existido alg?n tipo de problema con la financiaci?n?

-Hasta ahora no, ya que con lo que hemos recogido de las donaciones de la gente, el seguro y el acuerdo al que hemos llegado con las instituciones hemos podido desarrollar la reforma. A?n as?, es cierto que todav?a nos falta un mill?n de euros que esperamos recaudar con colectas en la Di?cesis y a trav?s de colaboraciones de otros obispados de la Pen?nsula. En los dos a?os que dura la obra creo que no habr? problemas para conseguir el dinero.

-?C?mo ve el futuro de la Catedral de La Laguna?

-Es muy incierto. Ahora se ha adjudicado la colocaci?n de los andamios para la c?pula, y tambi?n al Instituto Torroja un estudio m?s detallado a ver si se puede salvar la c?pula de la Catedral. Todo ello necesitar? un trabajo de seis meses, para luego tomar una decisi?n.

-?En qu? perjudica la asignatura de Educaci?n para la Ciudadan?a a la formaci?n de los ni?os?

-Educar siempre es bueno. Por eso, si la asignatura se dedicara a explicar la Constituci?n Espa?ola, ense?ar los derechos humanos o a educar en las leyes c?vicas no habr?a problema ninguno. El problema es que la asignatura se entromete en cuestiones ?ticas, orientando a los alumnos en asuntos como la religi?n o la moralidad. No se puede ense?ar a los menores que la sexualidad es libre, hay que inculcarles un modo de comportamiento sexual. A?n as?, si no fuera obligatoria no existir?a ning?n conflicto.

-La Iglesia ha intentado adaptarse, algunas veces con m?s ?xito que otras, a la realidad de la ?poca en la que pervive. ?Por qu? ese empe?o de flexibilizar los ideales y adaptarse a la sociedad?

-Lo que caracteriza al cristianismo es la palabra encarnaci?n. Dios se encarn? en una cultura concreta y lo manifest? con una forma de hablar y de vestir determinadas. La Iglesia lo que hace es encarnarse en la sociedad, pero siempre respetando algunas pautas morales. Por ejemplo, pretender que la Iglesia acepte el aborto es contrario al mensaje del evangelio porque va contra un mandamiento que dice que no se puede matar. De todas formas, la religi?n no se puede adaptar a una sola cultura determinada, de ah? la flexibilidad de la Iglesia. La religi?n cristiana no es una religi?n fundamentalista.

-Hace dos a?os, el anterior obispo orden? al p?rroco Evans David, un ex ministro anglicano que est? casado. ?C?mo vio usted esa medida?

-Para m? eso es un dato anecd?tico. Evans hombre crey? conveniente dar de lado al anglicanismo porque hab?a apreciado que muchas cosas no eran correctas. La Iglesia permite ordenar a personas casadas, lo que no permite es que los p?rrocos se casen. Entonces, aunque entiendo que la noticia haya despertado la curiosidad de la gente, no es un hecho tan destacable como para tener la repercusi?n que se le ha dado.

-Es muy grande el n?mero de personas que han sido bautizadas por costumbre pero que, con el paso del tiempo, no quieren profesar el catolicismo. Estas personas se quejan de la lentitud de los tr?mites de la apostataci?n. ?Por qu? no se agiliza el proceso para desvincularse de la Iglesia?

-Actualmente la cosa ha cambiado. Hay cauces muy directos. Si la persona interesada se personifica en el Obispado con la copia de la partida de bautismo y el carn? de identidad se puede procesar en un d?a. Lo que la gente tiene que entender es que no se puede arrancar la p?gina del bautismo. Eso no se puede obviar, aunque no se est? de acuerdo no se puede eliminar. Se puede borrar a la gente de todas partes menos de la partida de bautismo, porque es un hecho que ocurri?. La gente piensa que tenemos un control riguroso de las personas pero eso no es cierto. Es muy dif?cil contabilizar a todos los bautizados. No hay una fiscalizaci?n permanente de las personas. Eso s?, la apostataci?n tiene sus consecuencias porque despu?s no podr? ser padrino o casarse por la Iglesia. Todo viene por la libertad que tiene el individuo. No se puede dejar tanta responsabilidad a la individualidad. Cada uno ya puede optar por su nombre o su apellido. Hasta el sexo se ha convertido en una opci?n. El hombre es v?ctima de su propia debilidad. La persona tiene que ser libre pero de forma razonable ya que si no cae en los vicios del alcohol o las drogas.

"La pederastia afecta mucho a la Iglesia"

En los ?ltimos a?os se han destapado una serie de casos que han relacionado a miembros de la Iglesia con esc?ndalos de pederastia. ?C?mo ha afectado todo esto a la imagen de la instituci?n cat?lica?

-La pederastia afecta much?simo a la imagen de la Iglesia. Primero porque los sacerdotes representan a la Iglesia, son la imagen de la Instituci?n, por eso cualquier acto que ellos realicen repercute enormemente en la sociedad. M?s a?n si tenemos en cuenta que vivimos en un mundo en el que la imagen es fundamental. La Iglesia siempre es santa, pero al mismo tiempo necesita de purificaci?n constante, al igual que le ocurre a las grandes familias. En la Iglesia a veces se cuelan personas con problemas, porque no podemos olvidar que toda esta gente padece una enfermedad, aunque puede que haya alguno que lo haga por vicio o por malicia. De todas formas, son situaciones que se producen en todos los ?mbitos, porque la pederastia tambi?n afecta a gente de altos niveles (abogados, m?dicos o pol?ticos) que ocupan cargos de gran responsabilidad. Esto pone de manifiesto la maldad humana. Por ello, el problema del ser humano est? en su coraz?n.

-?Cree usted que le da m?s importancia la gente que no es creyente?

-Lo que s? es cierto es que repercute m?s en la gente que no cree porque hay muchas personas que, pese a no ser cat?licos, colaboran con la Instituci?n. De todas formas, me gustar?a recalcar que este problema afecta a un n?mero peque?o de personas, lo que pasa es que los medios de comunicaci?n se encargan de hacer grandes las im?genes que en realidad son peque?as. Yo me pregunto por qu? no salen a relucir las grandes obras que realiza la Iglesia, como el centro que tenemos en Finca de Espa?a dedicado a la acogida de enfermos de sida. La explicaci?n es que el mal siempre se extiende mucho m?s f?cil y r?pido que las buenas acciones. De hecho, lo vemos en los medios de comunicaci?n todos los d?as, las noticias negativas son las que abren los peri?dicos.

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VIVA MAR?A


Viva Mar?a, viva el Rosario
viva Santo Domingo que lo ha fundado.


El demonio a la oreja
te est? diciendo
no reces el Rosario
sigue durmiendo.
Viva Mar?a, viva el Rosario
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

Quien quiera bendiciones,
paz y alegr?a,
rezar debe el Rosario
todos los d?as.
Viva Mar?a, viva el Rosario
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

Los dieces del Rosario
son escalera
para subir al cielo
las almas buenas.
Viva Mar?a, viva el Rosario
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

Devoto de Mar?a
si gracias quieres,
rezar?s el Rosario
y nunca peques.
Viva Mar?a, viva el Rosario
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

El Rosario a Mar?a
todos debemos
rezarle cada d?a
para ir al cielo.
Viva Mar?a, viva el Rosario
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

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Programa de actos a celebrar con motivo e la celebraci?n de las Fiestas del Rosario 2007 en la Parroquia de Ntra. Sra. de la Concepci?n de Los Realejos.

Actos a celebrar en honor de

NUESTRA SE?ORA DEL ROSARIO



VIERNES, D?A 05:

A las 07:00 horas. Apertura Exposici?n Fotogr?fica Hist?rica del Retablo, que tendr? lugar en el Casino San Agust?n (Los Realejos).


SABADO, D?A 06:

A las 19:00 horas. Solemne Celebraci?n de la Eucarist?a con homil?a a cargo del Iltmo. Sr. Rvdo. Don Carlos Gonz?lez Quintero (Vicario Episcopal de la Vicar?a Territorial "Norte de Tenerife"). La parte coral estar? a cargo del Coro "San Andr?s y Santa M?nica", bajo la direcci?n de Don Carmelo Hern?ndez Hern?ndez.

A continuaci?n, Solemne Bendici?n del Retablo de Ntra. Sra. la Virgen del Rosario. (Ver programa de mano).


DOMINGO, D?A 07: FESTIVIDAD DE NTRA. SRA. DEL ROSARIO

A las 07:00 horas. Repique de campanas y lluvia de cohetes.

A las 19:00 horas. Solemne Celebraci?n de la Eucarist?a con bendici?n e imposici?n de medallas a los nuevos miembros de la Cofrad?a y homil?a a cargo del Rvdo. Sr. Don Jes?s Mendoza Gonz?lez, Prior de la Bas?lica de Ntra. Sra. de la Candelaria. La parte coral estar? a cargo del Coro "Ntra. Sra. del Carmen", bajo la direcci?n de Do?a Mar?a Auxiliadora Plasencia P?rez.

A continuaci?n, Procesi?n de la Venerada Imagen de Nuestra Se?ora del Rosario, acompa?ada del Clero Parroquial, Cofrad?a, y Banda de M?sica "Filarm?nica" de Los Realejos, hasta la Cruz del Cantillo. Durante el recorrido tendr? lugar la tradicional exhibici?n de fuegos artificiales a cargo de la Pirotecnia "Hermanos Toste, S. L." de esta Villa.


NOTA: Durante el mes de Octubre habr? rezo del Santo Rosario antes de la misa diaria. Se agradece tambi?n el engalanarniento de las fachadas y calles por el recorrido procesional, as? corno la asistencia de los vecinos a los actos programados por esta Cofrad?a.

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Art?culo publicado en el programa de actos a realizar con motivo de la fiesta del Rosario en Octubre de 2007.

LA DEVOCI?N A LA VIRGEN DEL ROSARIO>

En este a?o de 2.007 se culmina casi ya el Retablo, de estilo barroco, a excepci?n de algunos detalles, y los dorados del techo mud?jar de la capilla de Nuestra Se?ora del Rosario.

Si hacemos un recorrido por este tiempo transcurrido, nos quedar?n muchas cosas sin decir, aqu? en este espacio de lo que ha pasado. Pues desde el incendio de la iglesia de la Concepci?n, el 3 de noviembre de 1.978, en la que se quem? todo, a excepci?n de la Virgen del Rosario, que fue salvada por don Antonio Hern?ndez Betancor (q.e.p.d) y don Francisco Garrido Albelo; hasta este mes de agosto de 2.007, que se quitan los andamiajes donde trabajaban los carpinteros y ha dejado despejado todo el lugar, para poder ver el esplendor del Retablo con sus techos pintados, es para los realejeros un motivo m?s de esperanza y de gozo.

Es lo que dijeron en ese tiempo de tristeza, despu?s de ese fat?dico a?o, don Jos? Hern?ndez Siverio y don Hern?n J. Gonz?lez Gonz?lez (q.e.p.d.), hablaban de buscar las fotos del Retablo, luego de comprar madera, ilusionaban a todos, para volver a construir el Retablo, pues la Virgen hab?a que ponerla de nuevo en su lugar. Se cerraron los ojos y dicen que vieron el Retablo terminado, he aqu?, que esa visi?n se ha convertido en realidad y nosotros todos les hemos ayudado.

Por eso todos los cofrades de la Virgen y vecinos de Los Realejos, nos tendremos que sentir en este a?o, quiz?s m?s agraciados de nuestro patrimonio, de nuestra fe, de nuestra lucha, ante las dificultades, y seguir arrimando el hombro para vencer los ?ltimos eslabones de un sue?o que se est? haciendo realidad. Muchos han sido los que se han quedado sin poder verlo, pero nosotros s? lo estamos viendo, y por ello debemos quiz?s coronar todas las ilusiones en situaciones a favor de Ella y de todos los que no han podido gozar de ver de nuevo su capilla radiante.

Lo que es cierto, que desde que se abre al culto de nuevo la iglesia de la Concepci?n, el 27 de junio de 1.993, la Virgen en emotiva y solemne procesi?n regresa desde la Parroquia del Carmen y se vuelve a instalar en su Capilla, en la que ya se estaba construyendo el Retablo y donde hab?a ya la mesa, el sagrario y las bases de columnas sin tallar; se ha pasado muchas vicisitudes y se ha recaudado muchas pesetas y euros y todos los que hemos participado en esta iniciativa hemos ayudado de acuerdo a nuestras posibilidades.

Por ello esta Junta de Gobierno quiere agradecer a todos los que han contribuido en dicha construcci?n, pues hay o habemos tantos, que es imposible nombrar a todos: carpinteros, tallista, artistas, cofrades, vecinos, autoridades, lo que s? es cierto, "es que Dios y la Virgen siempre los tendr? a todos en su coraz?n". Esta Cofrad?a se merece ese reconocimiento y por ello todos debemos participar y enorgullecernos de haber seguido con la ilusi?n que nos infundieron, y de acabar haciendo realidad todos los proyectos que quedan a?n por concluir.

La Junta de Gobierno de la Venerable Cofrad?a de Nuestra Sra. del Rosario

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En el cap?tulo "DESDE LA MISI?N" se encuentra el interesante art?culo EL CENTRO SHINMEIZAN publicado por el Bolet?n "Misioneros Javerianos", n?mero 435 AGOSTO-SEPTIEMBRE 2007.

EL CENTRO SHINMEIZAN


El di?logo entre las religiones tiene un papel central en la actividad misio?nera, en la reflexi?n misionol?gica y en los tiempos actuales. Entre las diversas formas de di?logo se encuentran El di?logo de la vida, El di?logo de las obras y El di?logo de la experiencia religiosa. Di?logos y encuentro por el cual, personas de diferentes creencias viven una vecindad cordial, comparten esperanzas y preocupaciones, colaboran en proyectos comunes frente a las amenazas a la dignidad del hombre, se sienten convocadas por el Amor de Dios ?en quien creen? a favor de la persona humana que es hija de Dios, comparten la profundidad de su vida de oraci?n, la hondura de su contemplaci?n, la alegr?a y las dificultades en la b?squeda y el encuentro con Dios y con los hermanos y hermanas.
De una modesta experiencia en este campo del di?logo, desde el Centro de oraci?n SHINMEIZAN-Monta?a de la Vida, en Jap?n, nos habla el javeriano P. Sottocornola.


Cuando llegu? a Jap?n, hace 28 a?os, como misionero me sent?a ?enviado? y el enviado, el misionero no inventa el mensaje, lo porta. Todo esto es justo y es verdad. Por otra parte, El Concilio Vaticano II pon?a de manifiesto que es la Iglesia Local la responsable y la primera maestra en el arte de anunciar y pasar a otros el mensaje.

Yo me pregunt?: ?qu? me pide la Iglesia Local como misionero? No he encontrado muchas respuestas o indicaciones por parte del episcopado japon?s, pero las encontr? a nivel continental asi?tico.

El di?logo

En 1978 hab?a nacido la FABC (Federaci?n de los Episcopados Asi?ticos) y, leyendo con avidez los primeros mensajes de las asambleas plenarias, Taipei 1974 y Barrackpore 1978, he acogido la petici?n-invitaci?n de que la Iglesia de Asia se pusiera en di?logo con las religiones, para que el anuncio se realizara en el di?logo, un di?logo no s?lo de palabras, sino un di?logo basado en la experiencia de vida. Tambi?n se ped?a que la vida cristiana, rara que fuera mejor com prendida por personas de otra religi?n, estuviera ?inculturada?, encarnada. El di?logo deb?a realizarse no tanto entre occidentales y orientales, sino en el interior de la cultura. El lenguaje com?n deb?a ser el cultural.

Casa de oraci?n

Esta fue la idea que me empuj? a poner en marcha una casa de oraci?n ?inculturada?. Nuestro intento es el de inspirarnos en la cultura japonesa para dar forma a la manera de vivir nuestra espiritualidad cristiana y, al mismo tiempo, crear un centro de di?logo religioso. Por ejemplo, el primer ?mbito de nuestro di?logo, precisamente en cuanto di?logo de vida, es la convivencia con la gente de la localidad en la que vivimos, un peque?o pueblo rural: 50 familias en medio de campos de arroz. Somos los primeros cristianos que han visto en su vida. En todo el ayuntamiento de Nagomi (que es donde vivimos), que cuenta con 16.000 habitantes, hay una familia cat?lica y unos pocos cristianos protestantes.

Relaciones armoniosas

Tenemos relaciones armoniosas con la gente: participamos a sus fiestas, a sus reuniones, al trabajo. Una modesta contribuci?n, por nuestra parte, es el intentar hacer de tal forma que las religiones sean un motivo de empe?o en la convivencia armoniosa. Ellos saben que nosotros somos cristianos, los ?nicos del pueblo. Nosotros sabemos bien que ellos no lo son, son budistas, casi todos, de ?La Tierra pura?, esto es parte de su pueblo y de sus vidas, de un modo de ser sereno y rec?procamente acogedor, es una forma de vivir el di?logo de vida.

Acogida rec?proca

El hecho de que esta localidad nos haya acogido y considere al centro de oraci?n, el CENTRO SHINMEIZAN?Monta?a de la vida, un poco como ?su templo?; que muchos de ellos vengan al cen?tro, a la monta?a, para hacer la oraci?n del inicio del a?o; que el grupo de ancianos venga, cada a?o, a pasar un d?a con nosotros en el centro; que los j?venes nos hayan pedido ellos mismos, desde el inicio de nuestra presencia, organizar con ellos la fiesta de Navidad; es una peque?a experiencia de di?logo, de di?logo de vida.

El a?o pasado los visitantes han sido un millar algunos se quedan con nosotros unos d?as, o alguna semana. La mayor?a viene por una visita de un d?a, para conocernos, para saludarnos. Muchas, la mayor?a, de estas personas que nos encuentran y que encontramos en este centro no son cristianas. Organizamos un retiro espiritual mensual al cual puede asistir el que quiera y participan un buen n?mero de no cristianos.

P. Franco Sottocornola s.x.

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El p?rroco de La Guancha ha estado enviando el siguiente comunicado a los miembros de los consejos parroquiales y agentes de pastoral.


PARROQUIA EL DULCE NOMBRE DE JES?S
LA GUANCHA. TENERIFE
www.fuentedelaguancha.org


22 de Septiembre de 2007


Estimado/a en Cristo:

Con el lema ?Haz memoria de Jesucristo Resucitado? se est? comenzando a presentar a toda la Di?cesis de Tenerife el nuevo Plan Diocesano de Pastoral para el cuatrienio 2007-2011.

El Vicario General Don Domingo Navarro en carta dirigida a los sacerdotes afirma: ?Nuestro Plan Diocesano de Pastoral busca, sobre todo, propiciar en toda la Di?cesis un esfuerzo humilde, paciente y perseverante para conocer con mayor profundidad el Misterio de Cristo y para dar testimonio de ?l?.

Con este motivo se han organizado a nivel de vicar?as reuniones, presididas por el Obispo Diocesano Don Bernardo, para darlo a conocer.

Nuestra Vicar?a del Norte est? convocada a asistir a una reuni?n el s?bado d?a 6 de Octubre, de 10,OO a 13,OO horas, en el Colegio de ?La Pureza de Mar?a? en la Monta?a de Los Realejos.

Deben asistir todos los miembros de los consejos parroquiales, arciprestales y miembros activos de las diversas ?reas parroquiales.

Como Usted es miembro de alguna de las instituciones se?aladas ruego haga lo posible para no dejar de asistir. Todos estamos llamados a descubrir el querer de Dios sobre nuestra Iglesia Nivariense teniendo en cuenta que nunca nos faltar? la ayuda de Dios.

Un saludo en Cristo,


Sebasti?n Garc?a Mart?n
P?rroco

Art?culo que ha escrito monse?or Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de la di?cesis mexicana de San Crist?bal de Las Casas, con el t?tulo ?El Evangelio dignifica a los ind?genas?.

San Crist?bal de las Casas, Chis a 26 de septiembre de 2007



EL EVANGELIO DIGNIFICA A LOS INDIGENAS


VER

En Tekax, Yucat?n, llevamos a cabo el VII Encuentro Nacional de Laicos Ind?genas, con la participaci?n de un centenar de ellos, provenientes de diversas etnias del pa?s. El tema fue: Cristo y las culturas ind?genas. El objetivo, elaborado por ellos: Profundizar y compartir la presencia de Cristo en la diversidad cultural para que, como pueblos ind?genas, vivamos en el lugar que nos corresponde en la Iglesia universal y en la sociedad.

En mi ponencia, expuse algo que dijimos en el Documento de Aparecida, y que complementa lo que compart? en mi art?culo anterior: ?El Evangelio lleg? a nuestras tierras en medio de un dram?tico y desigual encuentro de pueblos y culturas. Las ?semillas del Verbo?, presentes en las culturas aut?ctonas, facilitaron a nuestros hermanos ind?genas encontrar en el Evangelio respuestas vitales a sus aspiraciones m?s hondas: Cristo era el Salvador que anhelaban silenciosamente. La visitaci?n de Nuestra Se?ora de Guadalupe fue acontecimiento decisivo para el anuncio y reconocimiento de su Hijo, pedagog?a y signo de inculturaci?n de la fe, manifestaci?n y renovado ?mpetu misionero de propagaci?n del Evangelio? (No. 4).

Salvo algunos casos como en Panam? y en la regi?n amaz?nica, todos los ind?genas de Am?rica Latina han aceptado el mensaje liberador de Cristo Jes?s y cada d?a asumen m?s su lugar en la Iglesia; sin embargo, ?en algunos casos, permanece una mentalidad y una cierta mirada de menor respeto acerca de los ind?genas. De modo que, descolonizar las mentes, el conocimiento, recuperar la memoria hist?rica, fortalecer espacios y relaciones interculturales, son condiciones para la afirmaci?n de la plena ciudadan?a de estos pueblos? (No. 96).

JUZGAR

Como lo hab?amos dicho desde 1992, en Santo Domingo, los Pastores reconocemos que ?los pueblos ind?genas cultivan valores humanos de gran significaci?n; valores que la Iglesia defiende... ante la fuerza arrolladora de las estructuras de pecado manifiestas en la sociedad moderna; son poseedores de innumerables riquezas culturales, que est?n en la base de nuestra identidad actual; y, desde la perspectiva de la fe, estos valores y convicciones son fruto de ?las semillas del Verbo?, que estaban ya presentes y obraban en sus antepasados? (No. 92). ?Actualmente, el pueblo ha enriquecido estos valores ampliamente por la evangelizaci?n, y los ha desarrollado en m?ltiples formas de aut?ntica religiosidad popular? (No. 93).

?Como disc?pulos de Jesucristo, encarnado en la vida de todos los pueblos descubrimos y reconocemos desde la fe las ?semillas del Verbo? presentes en las tradiciones y culturas de los pueblos ind?genas de Am?rica Latina. De ellos valoramos su profundo aprecio comunitario por la vida, presente en toda la creaci?n, en la existencia cotidiana y en la milenaria experiencia religiosa, que dinamiza sus culturas, la que llega a su plenitud en la revelaci?n del verdadero rostro de Dios por Jesucristo? (No. 529).

ACTUAR

?Como disc?pulos y misioneros al servicio de la vida, acompa?amos a los pueblos ind?genas y originarios en el fortalecimiento de sus identidades y organizaciones propias, la defensa del territorio, una educaci?n intercultural biling?e y la defensa de sus derechos. Nos comprometemos tambi?n a crear conciencia en la sociedad acerca de la realidad ind?gena y sus valores, a trav?s de los medios de comunicaci?n social y otros espacios de opini?n. A partir de los principios del Evangelio apoyamos la denuncia de actitudes contrarias a la vida plena en nuestros pueblos originarios, y nos comprometemos a proseguir la obra de evangelizaci?n de los ind?genas, as? como a procurar los aprendizajes educativos y laborales con las transformaciones culturales que ello implica? (No. 530).

?La Iglesia estar? atenta ante los intentos de desarraigar la fe cat?lica de las comunidades ind?genas, con lo cual se las dejar?a en situaci?n de indefensi?n y confusi?n ante los embates de las ideolog?as y de algunos grupos alienantes, lo que atentar?a contra el bien de las mismas comunidades? (No. 531).

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo de San Crist?bal de Las Casas


? 2007 CEM :: CONFERENCIA DEL EPISCOPADO MEXICANO

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S?bado, 29 de septiembre de 2007
Trabajo sobre la presencia de la Virgen Mar?a en Europa publicado en DOSSIER FIDES de Agencia Fides.

MARIA Y EUROPA
(Segunda Parte)

A cargo de N. Bux y S. Vitiello

(Ver Mar?a en Holanda)

REP?BLICA CHECA Y ESLOVAQUIA


Convertidos en dos estados independientes reci?n en 1993, la Rep?blica Checa y Eslovaquia presentan sin embargo los mismos or?genes cristianos.
La cristianizaci?n de estos territorios se debe en particular al testimonio eficaz de los santos Cirilo y Metodio, que pusieron las bases, no solo de la fe, sino tambi?n de una caracter?stica piedad mariana, que se convirti? en parte de la vida espiritual y lit?rgica, as? como intelectual y cultural de ambos pa?ses.
Las culturas cristianas de ambos pa?ses fueron golpeadas por dos graves heridas a la fe cat?lica, la que se debi? a la predicaci?n de Hus en el siglo XV y la de la Reforma Luterana del XVI, que comprometieron por largo tiempo su peculiar catolicidad.
Sin embargo, varios prodigios que se verificaron en ermitas campestres o en bosques, el redescubrimiento de un n?mero considerable de im?genes, as? como la protecci?n milagrosa durante las incursiones enemigas, permitieron el continuo surgir de santuarios y de lugares de culto, gracias, sobre todo, al desarrollo de ?rdenes religiosas. Es necesaria una particular atenci?n a los jesuitas, que bajo la protecci?n de los Habsburgo, restauraron el catolicismo romano, que se fortaleci? con la gran devoci?n mariana propia de ellos.
A ellos se debe la reapertura de muchos santuarios suprimidos o abandonados, estimulando, de esa manera, el antiguo entusiasmo popular por la Madre de Dios, declarada ?Protectora? de sus territorios, que as? se convirtieron en el ?Jard?n de Mar?a?: esta devoci?n se documenta en largas procesiones animadas de oraciones y cantos y de banderas y estatuas evocadoras de los misterios de la fe, tanto en el mes de mayo como en el de octubre, con la recitaci?n del santo Rosario, sea en las v?speras de las fiestas marianas con el ayuno, sea en las peregrinaciones.

SANTUARIO DE NUESTRA SE?ORA DE STAR? BOLESLAV - STAR? BOLESLAV.

Probablemente el m?s antiguo de Bohemia, fue dedicado inicialmente a los santos Cosme y Dami?n. La devoci?n mariana se desarroll? en torno al siglo XVII, luego del redescubrimineto de una placa de metal dorado, sobre la cual estaba grabada una figura mariana. Esta imagen, puesto que fue robada y vuelta a encontrar tres veces durante la guerra de los treinta a?os, fue denominada ?Paladio de Bohemia?. Seg?n la tradici?n fue donada por san Metodio a santa Ludmila y hasta ahora est? expuesta a la devoci?n del pueblo.

SANTUARIO DE NUESTRA SE?ORA DE LOS SIETE DOLORES ? ?A?TIN.

En 1927 el Santo Padre Pio XI proclam? a la Dolorosa como patrona de Eslovaquia. Este santuario tiene su origen en el voto que una noble mujer h?ngara, abandonada por su esposo, hizo a la Virgen Dolorosa, por medio del cual se compromet?a a construir una ermita en Su honor a cambio del retorno del marido.
Escuchada la petici?n en poco tiempo, hasta hoy el santuario permanece abierto al culto, si bien el monasterio salesiano anexo fue empleado como cuartel en 1927 para obstaculizar la piedad.

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Trabajo sobre la presencia de la Virgen mar?a en Europa publicado en DOSSIER FIDES de Agencia Fides.

MARIA Y EUROPA
(Segunda Parte)

A cargo de N. Bux y S. Vitiello

(Ver Mar?a en Holanda)

POLONIA


?Madre de Dios, Virgen, glorificada por el Se?or, Mar?a, haznos gracia, Kyrie eleison?, entre las composiciones po?ticas m?s antiguas de la lengua polaca, as? reza un himno mariano, cantado hasta el presente como clara expresi?n de la gran devoci?n de este pueblo a la Madre de la Iglesia, la ?Begurodzica? (Madre de Dios).

En la tierra polaca, caracterizada por una identidad fuertemente cat?lica, que se remonta cerca al a?o mil, las expresiones de devoci?n a la Virgen asumen una intensidad y una cordialidad que dif?cilmente se encuentra en otras partes. La Madre de Dios es parte integrante de la vida p?blica, social, y ante todo familiar de este pueblo; basta recordar, por ejemplo, que la actividad del campesino o del constructor se iniciaba solo despu?s de haber pedido, por medio de una bendici?n, la intercesi?n de la Virgen, sin la cual no habr?a sido posible el inicio del trabajo.

La primera iglesia construida en Polonia fue consagrada a la Asunta, cuyo culto nunca ha faltado en la devoci?n popular y fue difundido sobre todo gracias a la orden cisterciense. Un grupo de monjes paulinos, invitados por Luis de Anjou, entonces rey de Hungr?a y Polonia, a finales del siglo XIV, dio inicio a la construcci?n del santuario de Jasna Gora, cerca a Częstochowa.

Hacia la mitad del sigo XVI, caracterizado por la influencia de la reforma protestante, se asisti? a la reafirmaci?n de la Iglesia cat?lica, sobre todo por obra de los jesuitas y por medio de una fuerte devoci?n mariana, desde el momento en que la tierra polaca, circundada de poblaciones paganas, tom? conciencia de s? misma como baluarte del catolicismo y proclam? a Mar?a ?Reina de Polonia?.

SANTUARIO DE LA MADRE DE DIOS JASNA GORA ? CZĘSTOCHOWA.

Un episodio significativo de intercesi?n mariana en la historia polaca se hace remontar a los a?os del dominio del rey Juan Casimiro (1648-1668), cuando la expansi?n hacia los territorios del este se convirti? en causa de aquello que se define como el periodo del ?diluvio?. El ej?rcito polaco en efecto, sufri? una seria derrota por parte del imperio zarista y contempor?neamente a esta, fue atacado por los suecos. En diciembre de 1655, y precisamente la noche despu?s de Navidad, la marcha imparable de estos al interior de Polonia se detuvo exactamente debajo de los muros del monasterio de Jasna Gora, presentado precedentemente. Mar?a, protectora de los d?biles, no hab?a permitido que el ?palacio? de su reino cayese en manos enemigas. A la luz de ello el rey Casimiro consagr? toda la naci?n a la Virgen, el 1 de abril del a?o siguiente.

El santuario polaco por excelencia ha sido objeto de numerosas vicisitudes, entre las cuales, en 1430, el saqueo por parte de una banda de husitas provenientes de Bohemia que redujeron a pedazos el ?cono all? venerado, el cual tuvo que ser pintado de nuevo. Este sacrilegio aliment? a?n m?s el movimiento de peregrinaci?n y consagr? a Jasna Gora como el santuario nacional. La iglesia original de madera constituy? el lugar para una iglesia en mamposter?a de estilo g?tico; esta iglesia permanece hasta ahora como capilla de la imagen, y constituye el coraz?n de un vasto complejo sagrado. Al siglo XVII se remontan el espl?ndido monasterio y el muro circundante, construido para la defensa del santuario-castillo.

SANTUARIO DE NUESTRA SE?ORA DE WARMIA ? GIETRZWALD.

Merece particular menci?n tambi?n la aparici?n de la Madre Santa en Gietrzwald, el a?o 1877, durante el cual la zona polaca se encontr? sujeta a la ?germanizaci?n? impuesta por el Canciller Bismarck, hasta el punto que se prohibi? incluso el uso de la lengua polaca en toda la zona puesta bajo su dominio. All? se encontraba una iglesia, en la cual se expon?a al culto del pueblo una imagen que reproduc?a con bastante libertad la de Częstochowa.

Ese a?o, dos ni?as, Jacinta y Barbara, fueron protagonistas de una majestuosa aparici?n de la Inmaculada Concepci?n, que, transgrediendo la dura ley del ?Canciller de Hierro?, se confi? a ellas hablando precisamente en polaco, pidiendo que se recitase el rosario y anunciando el final de la larga persecuci?n religiosa.

Es debida la menci?n de los santuarios de la Madre de Dios Zebrzydow en Kalwaria Zebrzydowska, de la Inmaculada Concepci?n de Niepokalan?w, de la Sant?sima Madre de Piekary en Piekary Slaskie, de Nuestra Se?ora de las Gracias en Varsovia (en la cual se venera una copia de la imagen de Faenza -Italia- cuya devoci?n fue difundida por el padre Giacinto Orselli).

De particular relevancia es tambi?n el:

SANTUARIO DE LA REINA DE POLONIA DOLOROSA ? LICHEN.

Nace de la aparici?n que se verific? ante un soldado polaco, Tom?s Klossowski, que yac?a gravemente herido en el campo de batalla de Lipsia (1813), al cual la Virgen concedi? la curaci?n y le pidi? el hallazgo de un ?cono, que ?l pudo encontrar solo veintitr?s a?os m?s tarde y que hasta ahora se venera en la capilla del santuario.

SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA ? CZĘSTOCHOWA (VIRGEN NEGRA).

?ltimo en este recuento y el m?s evidente emblema, no s?lo polaco sino enteramente cat?lico, del total y ejemplar seguimiento de Cristo en la consagraci?n a Mar?a Virgen, el Siervo de Dios Juan Pablo II tuvo un rol fundamental en el reconocimiento de la veracidad del mensaje de la Divina Misericorida, cuya difusi?n se encarg? a la humilde sierva, ahora santa, Faustina Kowalska, de la Congregaci?n de las Hermanas de Nuestra Se?ora de la Misericordia.

Ella transcurri? los ?ltimos dos a?os de su vida terrena, para luego nacer al Cielo a la edad de treinta y tres a?os luego de agudos sufrimientos causados por la tuberculosis, contra?da sobre una colina del barrio Lagiewniki, donde se yergue actualmente el santuario de la Divina Misericordia, quiz?s el m?s conocido de toda Polonia.

La santidad siempre fecunda de la Kowalska, que, sufriendo y adorando, opt? por donarse por completo cotidianamente a Dios, hace de esta colina y de este Santuario el foco de la oraci?n y de la b?squeda del Amor infinito de la Misericordia de Jesucristo, que brota, siempre renovador, de los dos rayos luminosos de Su coraz?n, como se representa en la imagen aqu? custodiada.

El mismo Juan Pablo II renov? el mensaje de la Divina Misericordia, y puso la primera piedra del nuevo Santuario, ubicado exactamente encima del original.
El nuevo proyecto arquitect?nico, si bien se caracteriza por la b?squeda de la luminosidad por medio de espacios amplios y majestuosos de concreto armado, no satisface desde el punto de vista lit?rgico, pues est? privado casi por completo de puntos de referencia religiosos, salvo por la gran imagen que representa la pintura de sor Faustina.

El principal efecto de estas construcciones es la secundariedad del Sant?simo Sacramento con respecto a la ?funcionalidad?, a la limpieza o a la ac?stica del espacio religioso. Ocurre por lo tanto, como en este caso, que el Tabern?culo se ve desplazado de Su aut?ntica centralidad, con la consiguiente e inmediata desorientaci?n de los fieles.

De un impacto mucho mayor es en cambio la antigua capilla interna donde la Kowalska se retiraba a rezar en recogimiento espiritual. Al interior de ella los peregrinos tienen la posibilidad de rezar ante el Sant?simo, acompa?ado de una efigie de la maravillosa Virgen Negra.

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ZENITPublicamos el comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap. -predicador de la Casa Pontificia- a la liturgia domingo,30 de Septiembre, XXVI del tiempo ordinario.


XXVI Domingo del tiempo ordinario [C]
Am?s 6, 1. 4-7; I Timoteo 6, 11-16; Lucas 16, 19-31


Un hombre rico vest?a de p?rpura y lino


El tema principal que hay que sacar a la luz, a prop?sito de la par?bola del rico epul?n que se lee en el Evangelio del pr?ximo domingo, es su actualidad, esto es, c?mo la situaci?n se repite hoy, entre nosotros, tanto a nivel mundial como a nivel local. A nivel mundial los dos personajes son los dos hemisferios: el rico epul?n representa el hemisferio norte (Europa occidental, Am?rica, Jap?n); el pobre L?zaro, con pocas excepciones, el hemisferio sur. Dos personajes, dos mundos: el primer mundo y el ?tercer mundo?. Dos mundos de desigual tama?o: el que llamamos ?tercer mundo? representa de hecho ?dos tercios del mundo?. Se est? afirmando la costumbre de llamarlo precisamente as?: no ?tercer mundo? (third world), sino ?dos tercios del mundo? (two-third world).

El mismo contraste entre el rico epul?n y el pobre L?zaro se repite dentro de cada una de las dos agrupaciones. Hay ricos epulones que viven codo a codo con pobres L?zaros en los pa?ses del tercer mundo (aqu?, de hecho, su lujo solitario resulta todav?a m?s estridente en medio de la miseria general de las masas), y hay pobres L?zaros que viven codo a codo con ricos epulones en los pa?ses del primer mundo. En todas las sociedades llamadas ?del bienestar? algunas personas del espect?culo, del deporte, del sector financiero, de la industria, del comercio, cuentan sus ingresos y sus contratos de trabajo s?lo en miles de millones (hoy en millones de euros), y todo esto ante la mirada de millones de personas que no saben c?mo llegar con su escu?lido sueldo o subsidio de desempleo a pagar el alquiler, las medicinas, los estudios de sus hijos.

La cosa m?s odiosa, en la historia relatada por Jes?s, es la ostentaci?n del rico, que ?ste haga alarde de su riqueza sin miramiento hacia el pobre. Su lujo se manifestaba sobre todo en dos ?mbitos, la comida y la ropa: el rico celebraba op?paros banquetes y vest?a de p?rpura y lino, que eran, en aquel tiempo, telas de rey. El contraste no existe s?lo entre quien revienta de comida y quien muere de hambre, sino tambi?n entre quien cambia de ropa a diario y quien no tiene un harapo que ponerse. Aqu?, en un desfile de modas, se present? una vez un vestido hecho de l?minas de oro; costaba mil millones de las antiguas liras. Tenemos que decirlo sin reticencias: el ?xito mundial de la moda italiana y el negocio que determina nos han afectado; ya no prestamos atenci?n a nada. Todo lo que se hace en este sector, tambi?n los excesos m?s evidentes, gozan de una especie de trato especial. Los desfiles de moda que en ciertos per?odos llenan los telediarios vespertinos a costa de noticias mucho m?s importantes, son como representaciones esc?nicas de la par?bola del rico epul?n.

Pero hasta aqu? no hay, en el fondo, nada de nuevo. La novedad y aspecto ?nico de la denuncia evang?lica depende del todo desde el punto de vista de observaci?n del suceso. Todo, en la par?bola del rico epul?n, se contempla retrospectivamente, desde el ep?logo de la historia: ?Un d?a el pobre muri? y fue llevado por los ?ngeles al seno de Abrah?n. Muri? tambi?n el rico y fue sepultado?. Si se quisiera llevar la historia a la pantalla, bien se podr?a partir (como se hace frecuentemente en las pel?culas) de este final de ultratumba y mostrar toda la historia en flashback.

Se han hecho muchas denuncias similares de la riqueza y del lujo a lo largo de los siglos, pero hoy todas suenan ret?ricas o superficiales, pietistas o anacr?nicas. Esta denuncia, despu?s de dos mil a?os, conserva intacta su carga negativa. El motivo es que quien la pronuncia no es un hombre que est? de parte de ricos o pobres, sino uno que est? por encima de las partes y se preocupa tanto de los ricos como de los pobres, incluso tal vez m?s de los primeros que de los segundos (?a estos les sabe menos expuestos al peligro!). La par?bola del rico epul?n no se sugiere por el hast?o hacia los ricos o por el deseo de ocupar su lugar, como tantas denuncias humanas, sino por una preocupaci?n sincera de su salvaci?n. Dios quiere salvar a los ricos de su riqueza.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit]

Publicado por verdenaranja @ 23:35  | Espiritualidad
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Día 29 de Septiembre
Fiesta: Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael



Los ángeles ministros de Dios




En estos días en que vivimos tan dependientes de lo inmediato y tangible, tan condicionados por lo práctico a corto plazo, tan predispuestos a no aceptar sino lo que podemos directamente comprobar, pues la mentira se ha establecido entre los hombres, podría parecer de ilusos hablar de ángeles; sino fuera porque se refiere Jesús a ellos en distintos momentos y porque la Iglesia los describe como seres espirituales, no corporales, según enseña unánimemente la Sagrada Escritura y la Tradición. Son criaturas personales e inmortales, dotadas de inteligencia y voluntad, que superan en perfección a todos los seres visibles.

La fe católica y la aceptación de la Biblia conducen de modo necesario a considerar a las criaturas angélicas como otra más de las obras de Dios. Los ángeles se encuentran presentes de tal modo en la historia de la relación de los hombres con Dios, que si negáramos su existencia nada de esa relación se podría sostener. Aparecen, de hecho, junto al hombre con toda naturalidad, como un elemento más de esa existencia sobrenatural y trascendente que nos ha sido revelada. Y su presencia es habitual: unos personajes espirituales, según se desprende de su comportamiento –no están sujetos a las leyes físicas como el hombre– que, en ocasiones, se designan por su nombre propio, como es el caso de Miguel, Gabriel y Rafael. Los vemos al comienzo de la historia de la salvación, en el Paraíso, y en otros numerosos momentos de esa historia, casi siempre como mensajeros de Dios. Especialmente significativo, en este sentido, es el anuncio de la Encarnación del Hijo de Dios a María, por medio del arcángel Gabriel, con lo que dio comienzo la singular y salvadora presencia de Dios en el mundo.

El mismo Jesucristo habla de ellos varias veces. Por ejemplo, cuando se refiere al fin del mundo: Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles... Pero antes habían aparecido ya en gran número con ocasión de su nacimiento, anunciando el hecho a los pastores de Belén; le sirvieron en el desierto después de su ayuno y de haber sido tentado por el diablo; un ángel le confotará en la agonía de Getsemaní; están presentes junto al sepulcro de Cristo resucitado; cuando ascendió finalmente a los cielos, hacen caer a sus discípulos en la cuenta de la realidad que vivían, para que comenzarán sin más dilación la extensión del Evangelio.

Los ángeles son criaturas espirituales que glorifican a Dios sin cesar y que sirven a sus designios salvíficos con las otras criaturas, declara el "Catecismo de la Iglesia Católica". Los ángeles cooperan en toda obra buena que hacemos, afirma santo Tomás de Aquino. Y en el propio "Catecismo" leemos: Los ángeles rodean a Cristo, su Señor. Le sirven particularmente en el cumplimiento de su misión salvífica para con los hombres y la Iglesia venera a los ángeles que la ayudan en su peregrinar terrestre y protegen a todo ser humano. Respetar las leyes inscritas en la creación y las relaciones que derivan de la naturaleza de las cosas es un principio de sabiduría y un fundamento de la moral. Si no mantuviéramos con segura certeza la existencia de los ángeles, ya que aparecen como otra más de las verdades reveladas, estaríamos negando la razón de credibilidad en la fe, que no es verdadera y cierta por ser razonable, sino por la autoridad infalible de Dios que revela.

La Iglesia habla asimismo de la existencia de los demonios, que son ángeles caídos por haber rechazado libremente servir a Dios y su designio. Su opción contra Dios es definitiva. Intentan asociar al hombre en su rebelión contra Dios. Así lo afirma también el "Catecismo de la Iglesia Católica". Y la misma idea, de modo repetido, han recordado los últimos Romanos Pontífices: que el diablo es un ser personal que induce a los hombres a separarse de Dios.

La fiesta de los tres arcángeles que hoy celebramos, debe ser una buena ocasión para que fomentemos más el trato con estos espíritu celestiales. Los ángeles custodios están junto cada uno para asistirnos en nuestro camino hasta la casa del Cielo. No queramos menospreciar a ese príncipe del Paraíso, que desea colaborar con nuestras fuerzas, mientras deseamos ser cada día más agradables a Dios. San Josemaría nos recuerda uno de tantos detalles, recogidos en la Escritura, de natural familiaridad de los primeros fieles con sus ángeles:

Bebe en la fuente clara de los "Hechos de los Apóstoles": en el capítulo XII, Pedro, por ministerio de Angeles libre de la cárcel, se encamina a casa de la madre de Marcos. —No quieren creer a la criadita, que afirma que está Pedro a la puerta. "Angelus ejus est!" —¡será su Angel!, decían.
—Mira con qué confianza trataban a sus Custodios los primeros cristianos.
—¿Y tú?


Entre muchos otros piropos, dedicamos a nuestra Madre del Cielo el de Reina de los Ángeles. A Ella suplicamos confiadamente que nos recuerde, siempre que sea preciso, que contamos para nuestro bien con la poderosa y amable asistencia de nuestro ángel.


Publicado por verdenaranja @ 15:51  | Espiritualidad
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D?a 30 de Septiembre
XXVI Domingo del Tiempo Ordinario - c


La virtud de la pobreza



Entre los varios detalles que podr?an ser objeto de nuestra meditaci?n en este domingo, a partir del fragmento del evangelio seg?n San Lucas que hoy nos ofrece la Iglesia, nos fijaremos esta vez, de modo particular, en la virtud humana y cristiana de la pobreza. Conviene declararlo de este modo, desde el comienzo de nuestras consideraciones, precisamente porque est? muy extendida la convicci?n de que pobreza es ?nicamente sin?nimo de lamentable desgracia. Se tratar?a, de acuerdo con esa mentalidad, muy presente en los medios de comunicaci?n y en el hablar cotidiano, de uno de tantos males como pueden pesar sobre los hombres: como la enfermedad, el deshonor, la opresi?n injustala o la guerra. La pobreza, en fin, ser?a una lacra que condiciona decisivamente a la existencia de algunas personas o de ciertos pueblos, y que afecta de modo m?s particular a amplias regiones del planeta. La pobreza reclama, en consecuencia, la solidaridad de la comunidad internacional, por una parte; y tambi?n de cada uno en concreto, pues cada uno somos responsables de que nuestros semejantes, los dem?s hombres ?esos que est?n al alcance de las propias posibilidades de ayuda?, tengan una vida digna. As? entendida, la pobreza es una lesi?n a la dignidad de la persona que reclama la generosidad de todos.

L?zaro, el hombre pobre y enfermo que pasaba la vida junto a la opulencia del rico, se nos presenta como paradigma de bastantes situaciones actuales. A la vuelta de veinte siglos, las palabras que hoy consideramos, nos recuerdan situaciones actuales de id?ntica desigualdad. De hecho, no pocas veces, es adem?s una clamorosa injusticia lo que propicia tal estado de cosas. Es dif?cil que se pueda exagerar en esta cuesti?n sobradamente conocida por todos que, a pesar de ser divulgada de modo continuo por los medios de comunicaci?n, bastantes veces se conoce, sin embargo, s?lo muy parcialmente y sin el dramatismo que le es propio. Recordemos que los medios difusores de noticias y de informaci?n, est?n habitualmente en poder de los ricos-poderosos y a ellos sirven.

?Qu? pretenden los que desean ser ricos seg?n el mundo? Parece que sus objetivos acaban precisamente ah?: en el logro de esas riquezas y el bienestar consiguiente. Adem?s, la experiencia antigua ?seg?n nos muestra la par?bola del pobre L?zaro que padece a la puerta del rico? y actual ?que cada d?a contemplamos en tantas desigualdades vergonzosas e injustas? nos demuestra que esa riqueza es apetecida sin control, sin medida alguna; y se desea ego?stamente, m?s y m?s, sin que importe la situaci?n de los que padecen necesidad. Tambi?n es conocido el caso de algunos ricos que buscan de intento la pobreza, el subdesarrollo, la miseria, de los dem?s, para no perder as? su hegemon?a.

No se puede servir a Dios y a las riquezas, declar? Jes?s de modo tajante. Los que se preocupan por los bienes materiales consider?ndolos lo definitivo, lo necesario para que su vida est? colmada de sentido, el remedio suficiente para la soluci?n de eventuales problemas..., esos han errado en el sentido de su existencia. El dinero, la t?cnica, el desarrollo, la cultura, la salud, el progreso en general, la capacidad de influir o de dominio..., no pueden pasar de ser medios instrumentales. Nada de eso es malo de suyo, pero se vuelve en verdad nefasto si se lo coloca como objetivo, si no se contempla m?s all? otra cosa que el bienestar material y la seguridad terrena que puedan proporcionar esos medios; porque, de hecho, son s?lo eso: medios. Y el que confunde los medios con el fin de su vida, ha confundido el sentido de su vida. Su existencia est? destinada al fracaso, como la del pez que se empe?ar? en volar: no conseguir? su plenitud en absoluto, por m?s que se le antoje fascinante el vuelo de las aves y por volar escape del agua.

La tan conocida insatisfacci?n que producen en el hombre los bienes de este mundo ?aunque, desde luego, alguna satisfacci?n producen, y por eso arrastran a muchos?, deber?a ser motivo, m?s que suficiente, para que bastantes dieran un giro decisivo a sus planteamientos, tal vez no comprometidos lo suficiente, por el momento, con la b?squeda decidida de Dios mismo. La pobreza, entendida como desapego intencionado de las cosas, para que sea Dios el fin ?ltimo del hombre, pasa a ser as? una virtud. En este contexto se entienden bien las palabras Jesucristo, alabando a los pobres: Bienaventurados los pobres de esp?ritu, porque suyo es el Reino de los Cielos. De "esp?ritu", dice el Se?or. No ser?a pues obst?culo para la pobreza cristiana tanto la materialidad de poseer, cuanto el apego a lo que se tiene. Por eso, no ser?a pobre en el sentido evang?lico de la palabra, el que teniendo poco est?, sin embargo, obsesionado con lograr m?s como objetivo ?ltimo o decisivo de su existencia.

As? lo explica san Josemar?a: No consiste la verdadera pobreza en no tener, sino en estar desprendido: en renunciar voluntariamente al dominio sobre las cosas.
?Por eso hay pobres que realmente son ricos. Y al rev?s.


Y a prop?sito de tantas cosas buenas y apetecibles, a?ade: Desp?gate de los bienes del mundo. ?Ama y practica la pobreza de esp?ritu: cont?ntate con lo que basta para pasar la vida sobria y templadamente.
?Si no, nunca ser?s ap?stol
.

?Qu? tendr?a Santa Mar?a para s?? Ante todo ?como deseamos cada uno?, ten?a a Dios. ?Para qu? m?s? Nos ponemos bajo su protecci?n, pidi?ndole nos recuerde, cuantas veces sea preciso, que s?lo ?l deber es nuestro Tesoro.


Publicado por verdenaranja @ 15:44  | Espiritualidad
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22 de Septiembre

Los j?venes Alejandro Amador Luis, natural y vecino de La Guancha, y Jessica Mesa Hern?ndez, natural de San Juan de la Rambla y vecina de la parroquia de San Jos?, contrajeron matrimonio can?nico acompa?ados de un grupo numeroso de familiares y amigos. Fueron sus padrinos Juan Antonio Hern?ndez Hern?ndez.

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Mensaje que, con ocasi?n del final del Ramad?n ('Id al-Fitr 1428 H./ 2007 A.D.), el Pontificio Consejo para el Di?logo Interreligioso env?a a los musulmanes el viernes 28 de Septiembre de 2007.


PONTIFICIO CONSEJO PARA EL DI?LOGO INTERRELIGIOSO
MENSAJE EN LA CONCLUSI?N DEL RAMAD?N


"Id al-Fitr 1428 H./ 2007 A.D.
Cristianos y musulmanes:
llamados a promover una cultura de la paz



Queridos amigos musulmanes:

1. Me es particularmente grato presentaros las felicitaciones amistosas y c?lidas del Pontificio Consejo para el Di?logo Interreligioso en vuestra gozosa fiesta de "Id al-Fitr, con la que se concluye el camino recorrido durante el mes de ayuno y oraci?n del Ramad?n. Es ?ste un tiempo fuerte para la vida de la comunidad musulmana, que da a cada uno de los creyentes una fuerza nueva para su existencia personal, familiar y social. Es importante, efectivamente, que cada uno testimonie el mensaje religioso con una vida m?s ?ntegra y m?s conforme al plan del Creador, preocup?ndose del servicio a los hermanos, y en un clima de solidaridad y fraternidad siempre creciente para con los miembros de otras religiones y para con todos los hombres de buena voluntad dispuestos todos a trabajar conjuntamente para la consecuci?n del bien com?n.

2. En el dif?cil momento hist?rico que atravesamos, los miembros de las diversas religiones tienen sobre todo el deber de actuar, como servidores del Todopoderoso, en favor de la paz, que se alcance mediante el respecto a las propias convicciones personales y comunitarias, as? como tambi?n con la libertad de la pr?ctica religiosa. La libertad de religi?n, que no puede quedar reducida a la simple libertad de culto, es ciertamente uno de los aspectos esenciales de la libertad de conciencia, derecho fundamental de toda persona y piedra angular de los derechos humanos. Solamente as? se podr? edificar una cultura de la paz y de la solidaridad entre los hombres, implic?ndose todos en la construcci?n de una sociedad cada vez m?s fraterna, haciendo todo lo posible para rechazar todo tipo de violencia, denunciando y repudiando cualquier recurso a la misma, que nunca podr? tener una motivaci?n religiosa, puesto que ella hiere en el hombre la imagen de Dios. Sabemos perfectamente que la violencia, particularmente el terrorismo, que golpea ciegamente causando numerosas v?ctimas, sobre todo entre los m?s inocentes, es incapaz de resolver los conflictos, y que no hace m?s que suscitar el engranaje mort?fero del odio destructor, en detrimento del hombre y de las sociedades.

3. Como personas religiosas, tenemos que ser antes de todo educadores de la paz, de los derechos humanos, de una libertad respetuosa para cada uno, as? como tambi?n de una vida social cada vez m?s fuerte, porque el hombre debe preocuparse de sus hermanos y hermanas sin discriminaci?n ninguna. Nadie puede ser excluido de la comunidad nacional en raz?n de su raza, de su religi?n, ni por ning?n otro motivo personal. Todos juntos, miembros de tradiciones religiosas diferentes, estamos llamados a difundir una ense?anza que respete la dignidad de cada persona humana, a difundir un mensaje de amor entre las personas y los pueblos. Tenemos que formar en este esp?ritu especialmente a las j?venes generaciones, que tendr?n la responsabilidad del mundo de ma?ana. Es deber de las familias ante todo, luego de las personas con responsabilidades en el mundo educativo, de las Autoridades civiles y religiosas estar muy atentos para prodigar una ense?anza justa y dar a cada uno una educaci?n apropiada en los diversos aspectos se?alados, particularmente proporcionando una educaci?n c?vica que invite a cada joven a respetar a los que le rodean y a considerarlos como hermanos y hermanas, con los que est?n llamados a convivir cotidianamente, y no en la indiferencia sino con una atenci?n verdaderamente fraternal. Es m?s urgente que nunca educar a las j?venes generaciones en los valores humanos, morales y c?vicos fundamentales, imprescindibles tanto para la vida personal, como para la vida com?n. Toda falta de urbanidad debe ser ocasi?n para recordar a los j?venes lo que se espera de ellos en la vida social. Es el bien com?n de cada sociedad y del mundo en su conjunto lo que est? hoy en juego.

4. Es en este esp?ritu hay que continuar e intensificar el di?logo entre Cristianos y Musulmanes, en su dimensi?n educadora y cultural, para que se movilicen todas las fuerzas al servicio del hombre y de la humanidad, para que las j?venes generaciones no se constituyan en bloques culturales o religiosos, unos contra otros, sino como aut?nticos hermanos y hermanas. El di?logo es un instrumento que nos puede ayudar para salir de esta espiral sin termino de los m?ltiples conflictos y tensiones que atraviesan nuestras sociedades, para que todos los pueblos puedan vivir en la serenidad y en la paz, en el respeto mutuo y en el buen entendimiento entre todos.

Al fin de alcanzar esto, hago votos para que a trav?s de encuentros e intercambios, Cristianos y Musulmanes trabajen conjuntamente en la estima rec?proca para promover la paz y procurar un mejor porvenir para todos los hombres; ser?n un ejemplo a seguir y a imitar para la juventud de hoy. As? los j?venes tendr?n nueva confianza en la vida social, se comprometer?n m?s y se insertar?n en la tarea de su transformaci?n. La educaci?n y el ejemplo ser?n de este modo para ellos fuente de esperanza para el futuro.

5. Este es el ardiente deseo que quiero poner en com?n con vosotros: que Cristianos y Musulmanes incrementen m?s y m?s sus relaciones amistosas y constructivas para compartir sus espec?ficas riquezas y cuiden particularmente a la cualidad de su testimonio de creyentes.

Os reitero, queridos Amigos Musulmanes, mi m?s calurosa felicitaci?n por vuestra fiesta y pido al Dios de la paz y de la misericordia que os conceda a todos salud, serenidad y prosperidad.

Cardenal Jean-Louis Tauran
Presidente

Arzobispo Pier Luigi Celata
Secretario

28 de Septiembre

? El Consejo Superior de Investigaciones Cient?ficas (Instituto de Ciencias de la Construcci?n Eduardo Torroja) y el Ministerio de Cultura (Direcci?n General de Bellas Artes y Bienes Culturales e Instituto del Patrimonio Hist?rico Espa?ol) firmaron un convenio de colaboraci?n para la investigaci?n sobre an?lisis del estado actual y procesos de deterioro de la c?pula principal de la catedral de La Laguna, con una cuant?a de 233.948 euros. Previamente, el 18 de septiembre, se hab?a aprobado la adjudicaci?n de los andamios exteriores de la c?pula por una cuant?a de 145.451 euros. Por tanto, se comenzar? en breve la colocaci?n de los mismos para la realizaci?n del estudio. Con la colocaci?n de los andamios por fuera de la catedral se podr? analizar trozo por trozo de la c?pula y saber as? qu? parte se puede salvar y cu?l no, siempre con el criterio de intentar conservarla, procurando s?lo demoliciones parciales.

ZENIT publica la carta que en nombre de Benedicto XVI ha enviado el secretario de Estado del Papa, el cardenal Tarcisio Bertone, al secretario general de la Organizaci?n Mundial del Turismo, Francesco Frangialli, con ocasi?n de la Jornada Mundial del Turismo, promovida por tal organismo el jueves, 27 de Septiembre e 2007.


Ilmo. Sr. D. Francesco Frangialli
Secretario General de la O.M.T.

Ilustr?simo se?or:

El pr?ximo 27 de septiembre se celebrar? la Jornada Mundial del Turismo. Por la circunstancia el Santo Padre desea hacerle llegar, a trav?s de m?, su cordial saludo junto con el deseo de que esta fecha sirva para potenciar el fen?meno del turismo en sus valores positivos.

Uno de los fen?menos socio-culturales m?s caracter?sticos que el siglo XX ha confiado al XXI es la progresiva afirmaci?n de la mujer como sujeto creativo en la historia humana. Ya el Beato Juan XXIII, en la Enc?clica Pacem in terris, se?alaba ?la presencia de la mujer en la vida p?blica? como signo caracter?stico de los tiempos modernos, y observaba: ?La mujer ha adquirido una conciencia cada d?a m?s clara de su propia dignidad humana. Por ello no tolera que se la trate como una cosa inanimada o un mero instrumento; exige, por el contrario, que, tanto en el ?mbito de la vida dom?stica como en el de la vida p?blica, se le reconozcan los derechos y obligaciones propios de la persona humana? (n. 39). Oportunamente la Organizaci?n Mundial del Turismo propone este a?o como tema de reflexi?n: ?El turismo: puerta abierta para las mujeres?. Esta representa una feliz e importante ocasi?n para reflexionar sobre varios aspectos del problema, no s?lo en lo relativo a la compleja realidad del turismo contempor?neo, sino tambi?n para la consideraci?n m?s general acerca de la concreta acogida de las instancias derivadas de la dignidad propia de la mujer.

Los datos estad?sticos m?s recientes difundidos por la Organizaci?n Mundial del Turismo dicen que, si bien con diferencias de pa?s a pa?s y de un ?rea geogr?fica a la otra, cerca del 46% de la fuerza laboral de la industria tur?stica mundial es femenina. Var?an sin embargo las modalidades de empleo, dada la fort?sima incidencia de los factores culturales, sociales y religiosos sobre la situaci?n hist?rica de la mujer. El positivo logro de los resultados econ?mico-financieros, p?blicos y privados, y la enorme flexibilidad del sector tur?stico son la causa de tal crecimiento r?pido y universal. Por esta raz?n el turismo, a?n estando a?n muy necesitado de garant?as legislativas, culturales y morales, es en cambio una puerta abierta y con oportunidades propicias para la afirmaci?n de las mujeres en todo lugar del mundo.

Todos los que afrontan un viaje por razones de turismo, de trabajo o de vacaciones, conservan en la memoria la imagen de mujeres que, en distintos momentos del viaje, han intervenido para desempe?ar alguna tarea espec?fica. Puede haber sido una empleada de agencia, la azafata del avi?n, la acompa?ante del tour, la camarera del restaurante, la gobernanta de las habitaciones, la directora del hotel, la gu?a del museo, la pobre repartidora de productos y artesan?as locales: se trata de presencias con papeles diversos que sin embargo jam?s deben entrar en contradicci?n con la dignidad propia de cada mujer. Es necesario lamentablemente reconocer que, a pesar de esta masiva y funcional presencia femenina, persiste en muchos caso la segregaci?n vertical de la mujer de la gesti?n directiva y de la responsabilidad organizativa del turismo. La causa de tal fen?meno negativo hay que buscarla en los fuertes prejuicios que permiten todav?a que persistan estereotipos y atribuciones tradicionales de papeles subalternos seg?n el g?nero. Y esto sucede en todas partes, pero particularmente en esos lugares del mundo donde la consideraci?n moral, cultural y civil de la mujer la sit?a en condici?n de minor?a y de fuerte injusticia. Con todo, la gran cantidad de hombres y de mujeres que tur?sticamente est?n viajando por el mundo crea afrontamientos de mentalidades, internacionaliza cada vez m?s modelos de vida, abre a costumbres distintas. Todo esto pone los presupuestos de posibles desarrollos positivos. Para que ello se realice los responsables de la Organizaci?n Mundial del Turismo, los Estados nacionales con las agencias regionales, las grandes empresas del sector, los sindicatos, las asociaciones de turismo, deben crear estructuras y dedicar recursos econ?micos para proteger, para desarrollar y para mantener viva la instancia moral, cultural y social del respeto de la mujer y de su efectivo crecimiento en este sector.

Por este responsable compromiso de tutela y de promoci?n de la mujer tambi?n todo turista, sea cual sea la religi?n, clase social o continente al que pertenezca, deben sentirse en conciencia interpelado: ?nadie puede considerarse exonerado! A tal fin, hay que actuar una efectiva igualdad de los derechos de las mujeres, garantiz?ndoles la paridad en el trabajo, la libertad religiosa, el respeto de las exigencias relacionadas con la maternidad, la correspondencia de un salario equitativamente percibido. Es necesario favorecer concretamente el derecho al estudio y a la cualificaci?n profesional de la joven y de la mujer, combatiendo con una legislaci?n positiva y conforme toda forma de injusta explotaci?n de su g?nero y de indigno mercantilismo de su cuerpo. Hay que denunciar, de hecho, el intolerable esc?ndalo de cierto turismo sexual que humilla a las mujeres reduci?ndolas a una situaci?n de pr?ctica esclavitud. Hay que hacer lo que sea necesario a fin de que el turismo no ceda a una deriva similar, sino que se oriente siempre a ser ocasi?n de provechoso di?logo entre civilizaciones distintas, que pueden, gracias a este afrontamiento, ennoblecerse y enriquecerse rec?procamente.

Obviamente la Iglesia, en su visi?n articulada y multipolar, siempre se orienta a tener abierto y cr?tico el horizonte de la humanizaci?n del turismo por las oportunidades que ofrece de crecimiento, de desarrollo y de perfeccionamiento de la persona. Tambi?n en lo que respecta a la mujer en cuanto tal, el turismo, ?tica y antropol?gicamente bien entendido, puede contribuir eficazmente a su elevaci?n en las potencialidades, en la naturaleza relacional, en sentir en femenino el valor de la vida y del esp?ritu, en el replanteamiento del trabajo y de su beneficio. En este prop?sito no hay que olvidar que, en el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de este a?o, el Santo Padre ha denunciado la insuficiente consideraci?n de la condici?n femenina ?en las concepciones antropol?gicas persistentes en algunas culturas, que todav?a asignan a la mujer un papel de gran sumisi?n al arbitrio del hombre, con consecuencias ofensivas a su dignidad de persona y al ejercicio de las libertades fundamentales mismas? (n.7). S?lo superando estas formas de discriminaci?n ser? posible hacer del turismo una carta ganadora para conjugar oportunamente la gesti?n de la vida del turista con la garant?a de la calidad de vida para los residentes. De tal forma el turismo puede convertirse en disfrute aut?ntico y compartido del tiempo libre y de la naturaleza, experiencia y pr?ctica de una hospitalidad id?nea para crear una cultura de la acogida, b?squeda de lo bello y de la sabidur?a de la que es rica la tradici?n b?blica y cristiana.

Desde esta perspectiva, el Santo Padre, mientras desea abundantes dones de sabidur?a, de generosidad y de valor para cuantos est?n comprometidos en un sector tan importante de la vida moderna, invoca sobre usted, se?or Secretario General, y sobre sus colaboradores las bendiciones de Dios, ?Padre de la luz, en quien no hay variaci?n ni sombra de cambio? (St 1,17).

Uniendo mis deseos por el ?xito de la Jornada, aprovecho la ocasi?n para enviarle mis m?s cordiales saludos.

Tarcisio Card. Bertone
Secretario de Estado

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit]

Viernes, 28 de septiembre de 2007
Carta semanal del arzobispo de Valencia Don Agust?n Garc?a-Gasco Vicente.

Domingo 23 de Septiembre de 2007


La dignidad humana, clave de la educaci?n cat?lica


Las escuelas y las universidades cat?licas incorporan con decisi?n a su proyecto educativo el reconocimiento de que en Dios se encuentra la fuente de la dignidad humana. Esta verdad fundamental genera un estilo de educar propio, animado por el esp?ritu evang?lico de libertad y de amor.

Desde el m?s exquisito respeto a la libertad de las personas, las escuelas y las universidades cat?licas pretenden servir a la configuraci?n, en cada alumno o estudiante, del hombre nuevo que surge de Jesucristo, con la imitaci?n de sus obras, con el ejemplo y la ayuda de la comunidad educativa concreta y de la Iglesia que se hace presente en la educaci?n.

La educaci?n cat?lica entiende que la calidad de la ense?anza est? vinculada a la visi?n cristiana del hombre y del mundo, que le aporta la fe. No se reduce ni a un tiempo ni a una actividad especializada: est? presente en todo el quehacer educativo del colegio o de la universidad, de tal manera que el alumno adquiera una verdadera s?ntesis de fe, cultura y vida.

El elemento primordial, la clave de toda la educaci?n, est? en la concepci?n de la persona que se pretende formar y que subyace a todo proyecto educativo, tanto en la escuela estatal como en cualquier otro tipo de educaci?n.

La fe suministra un aliento de alma para reconocer mejor el valor del ser humano. El hombre, creado a imagen de Dios, tiene dignidad de persona. No es algo, sino alguien; un sujeto personal capaz de conocerse, de darse libremente y de entrar en comuni?n con Dios y con las otras personas. Ha sido creado para conocer, amar y servir a Dios, para ofrecer en este mundo toda la creaci?n a Dios y para ser elevado a la vida de Dios en el cielo.

La dignidad del ser humano es robustecida con el concurso de la fe. La filiaci?n divina dota de ra?ces inconmovibles a la dignidad humana, fundamenta la fraternidad universal por la que ha de trabajar todo ser humano y da pleno sentido a su vida. El ser humano es una persona con un destino trascendente e inmortal, libre y responsable ante esta vida y ante la eterna. Este proyecto tiene su realizaci?n plena en Jesucristo y el que sigue a Cristo, hombre perfecto, tambi?n perfecciona su humanidad.

La esperanza cristiana de que todo proyecto humano camine hacia su plenitud se basa en Cristo, camino, verdad y vida. Cristo asume lo mejor del deseo humano de progreso social, y lo purifica de la malicia y de la tentaci?n de conseguirlo por medio de la explotaci?n de la dignidad de los d?biles o por medio de la violencia y de la confrontaci?n social.

En Jesucristo, los alumnos no solamente tienen un ejemplo que imitar en su crecimiento, sino tambi?n el amor que no defrauda y en el que se puede confiar absolutamente, la esperanza plena para su vida, la verdadera raz?n de su esfuerzo, y el aut?ntico sentido de su vivir. El coraz?n del humanismo cristiano es el proyecto divino, la concepci?n de la vida abierta a Dios, que ama a cada persona y la invita a hacerse cada vez m?s seg?n la imagen de su Hijo.

La escuela y la universidad cat?licas emplazan a nuestra cultura a que reemprenda una y otra vez su compromiso con la dignidad humana. Una generaci?n no puede dedicarse a relativizar los valores, a problematizar las virtudes humanas y a hacer o?dos sordos a las exigencias del amor sin crear un grave da?o social, decadencia humana y moral. Toda escuela y toda universidad est?n llamadas a ir en otra direcci?n y a ser las expresiones m?s claras del compromiso con la dignidad humana de los alumnos, como servicio esencial a las familias y a la sociedad.

Con mi bendici?n y afecto,

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AMERICA/ESTADOS UNIDOS - Los Obispos piden realizar todos los esfuerzos posibles para terminar con el tr?fico de seres humanos "un horrible crimen contra la dignidad y los derechos de las personas".


USCCB Comisi?n sobre Migraci?n
Declaraci?n de Monse?or Reverendo Gerald R. Barnes
Obispo de San Bernardino, California
Presidente, USCCB Comisi?n sobre Migraci?n
Sobre Tr?fico Humano
12 de Septiembre de 2007


El movimiento de los pueblos a todos los niveles es parte de una experiencia del colectivo humano. Hay un elemento de esta experiencia que debe ser erradicado: el comercio de seres humanos a trav?s de uso del fraude, fuerza, y coerci?n con el prop?sito de prostituci?n forzada o trabajo forzado.

Ahora, en el siglo 21, esta pr?ctica alcanza todos los rincones del globo, desde Asia y ?frica a Europa y las Am?ricas. Est? tambi?n presente en los Estados Unidos, as? se trafica a vulnerables hombres, mujeres y ni?os dentro de nuestro pa?s desde otras tierras. Es m?s, ciudadanos de U.S. y residentes son traficados dentro de nuestro pa?s.

Nosotros, La Comisi?n sobre la Migraci?n de la Conferencia de Obispo Cat?licos de Estados Unidos, llamamos la atenci?n sobre esta tr?gica realidad para tomar conciencia entre los cat?licos y otros de Buena voluntad sobre su impacto devastador sobre vulnerables personas. Urgimos a los cat?licos a trabajar juntamente para identificar a los supervivientes del tr?fico humano y ayudar a rescatarlos de su esclavitud.

La Ense?anza Cat?lica y el Tr?fico Humano

La Iglesia Cat?lica ha condenado el tr?fico humano y ha desarrollado programas de servicio social para ayudar y proteger a los supervivientes.

Durante el Concilio Vaticano II la Iglesia Cat?lica reafirm? su compromiso hist?rico acerca del trabajo forzado estableciendo que ?la esclavitud, prostituci?n, la venta de mujeres y ni?os y las condiciones vergonzosas de trabajo donde las personas son tratadas como instrumentos de ganancia antes que personas libres y responsables? son ?infamias? y ?una afrenta a los valores fundamentales? valores enraizados en la verdadera naturaleza de la persona humana?. 1

En la declaraci?n anual de 2006 sobre la Migraci?n, titulada ?Migraciones: Un signo de los Tiempos?, el Papa Benedicto XVI deplor? el ?el tr?fico de seres humanos ? especialmente mujeres ? que prosperan donde las oportunidades para mejorar su nivel de vida o incluso para sobrevivir son limitados?. Igualmente la Santa Sede acentu? preocupaciones relacionadas en una carta reciente a las Naciones Unidas, diciendo, ?(El trato de la mujer), no como una persona humana con derechos sobre unas bases iguales con los dem?s, sino como un objeto para ser explotado, much?simas veces sirve de base a la violencia contra las mujeres?? (un contexto en el que) una plaga creciente es el comercio de las mujeres y muchachas, as? como diversas formas de prostituci?n?. 2

El Papa Juan Pablo II, en una carta con ocasi?n de la Conferencia Internacional sobre ?la esclavitud del siglo 21 - la Dimensi?n de los Derechos Humanos al traficar en Seres Humanos?, estableci? que el comercio humano ?constituye una ofensa horrorosa contra la dignidad humana y una violaci?n grave de los derechos fundamentales. Particularmente repugnante de este comercio, y se debe reconocer como una violaci?n intr?nseca de la dignidad humana y de los derechos humanos?. 3

Los obispos cat?licos de los Estados Unidos y M?xico han hablado tambi?n sobre el tema, llamando a los gobernantes de Estados Unidos y M?xico a trabajar juntos para coger a los traficantes y destruir la red del comercio: ?Uno y otro gobierno deben buscar con diligencia terminar el comercio en personas humanas : Ambos, uno y otro gobierno deber?an conseguir m?s efectivamente informaci?n sobre las operaciones del comercio y deber?an comprometerse en acci?n conjunta en apresar y perseguir a los traficantes? 4

La Comisi?n de Obispos Cat?licos de Estados Unidos sobre Migraci?n reafirm? el compromiso de los Obispos Cat?licos de Estados Unidos de terminar con esta pr?ctica abominable: ?la Iglesia Cat?lica? en los Estados Unidos permanece preparada para trabajar con nuestro gobierno a terminar esta plaga. No podemos descansar hasta que el comercio de personas humanas sea eliminado del globo? 5

La realidad del tr?fico humano

Tanto como unas 700.000 personas son objeto de comercio globalmente cada a?o ? hombres, mujeres y ni?os. Los supervivientes del comercio humano est?n com?nmente cogidos por la pobreza y la carencia de oportunidad. Est?n tambi?n enganchados por su desesperaci?n y su percepci?n de la migraci?n como una ruta de escape accesible. Muchas veces buscan escapar la vida en una agobiante barriada, con la esperanza de encontrar la oportunidad y un futuro m?s brillante en cualquier lugar.

Mezclada con estas causas de ra?z econ?mica est? la demanda en naciones desarrolladas por los servicios del comercio sexual y trabajo forzado. El tr?fico humano nunca ser? verdaderamente vencido sin eliminar el consumismo que lo alimenta y sin procesar a aquellos actores en los pa?ses receptores, incluyendo el nuestro, que se benefician por la explotaci?n de seres humanos vulnerables.

Es en esto de ?la oferta y la demanda? el entorno global donde florecen los traficantes humanos, prometiendo a v?ctimas desprevenidas una oportunidad de viajar a una tierra extranjera por empleo y sueldo. Al final del viaje, encuentran coerci?n, abuso, incitaci?n al delito, y explotaci?n en un burdel, una sala de masaje, una f?brica il?cita, o una avanzada agricultura. Con el tiempo son descubiertos, si alguna vez, son traumatizados por abuso f?sico, mental y psicol?gico en papeles de prostituci?n, sirvientes dom?sticos, o trabajos manuales. Muchos llegan a una desgracia con enfermedad o llegan a infestarse con HIV. Algunos pierden sus vidas.

Este no es un problema que existe meramente lejos y en pa?ses en desarrollo. Existe tambi?n aqu? en los Estados Unidos, donde miles de personas han traficado cada a?o con prop?sito de prostituci?n forzada o trabajo forzado.

Se estima que tanto como 17.500 seres humanos cada a?o son objeto del tr?fico dentro de los Estados Unidos. Hombres, mujeres y ni?os han sido forzados a trabajar en la prostituci?n y han sido forzados en diferentes tipos de trabajo Manuel, sin pago o protecci?n.

Traficar con personas es una forma moderna de hoy de esclavitud, y es la m?s grande manifestaci?n de esclavitud hoy d?a.

La respuesta al tr?fico humano

La comunidad global, incluyendo los Estados Unidos est? solamente empezando a comprender el campo y el impacto de la venta de personas humanas en el mundo. Como resultado, la respuesta humana a este fen?meno ha sido lenta. Nuevos esfuerzos que involucren a toda la comunidad internacional son necesarios para eliminar las causas de la ra?z de esto, para ofrecer cuidado y atenci?n propios para las supervivientes, y para traer a los culpables a la justicia.

En los Estados Unidos, la Obra de Protecci?n de las Victimas del Tr?fico de 2000 provee una importante armaz?n para responder al tr?fico humano. Sin embargo, tristemente no ha sido cumplida en una manera que efectivamente proteja a los supervivientes o reprima a las naciones responsables que no cogen o persiguen a los traficantes. Esta legislaci?n deber?a ser reautorizada, adecuadamente fundamentada, y cumplida agresivamente. 6

El gobierno federal, en cooperaci?n con el estado y gobiernos locales, deber?an incrementar los esfuerzos educacionales de tal manera que todos los americanos lleguen a ser m?s concientes de este problema. De modo parecido, se deber?a poner ?nfasis sobre el descubrimiento y cuidado de las v?ctimas y proveerlas con protecci?n legal y servicios sociales tan pronto como sea posible. Esto es particularmente verdad para las v?ctimas del tr?fico infantil, que son m?s susceptibles a los horrores de la largo tiempo de este crimen.

Llamamos al Congreso que legisle una extensa reforma de la inmigraci?n que provea v?as legales para hombres, mujeres, y sus familias para entrar al pa?s y trabajo legal y seguro. Las personas indocumentadas deseosas de encontrar trabajo son f?cil presa de los traficantes humanos.

El gobierno de los Estados Unidos debe tambi?n trabajar con los gobiernos extranjeros para erradicar las redes del tr?fico humano. A largo plazo, la comunidad global debe trabajar juntamente para reducir los factores que hacen a las personas vulnerables a los traficantes, tal como la carencia de oportunidad econ?mica en los pa?ses de env?o, especialmente para las mujeres.

Llamada a la acci?n

Como instituci?n global que est? presente en las naciones de origen como en las naciones que sirven como mercados para el tr?fico humano, la Iglesia Cat?lica est? bien colocada para identificar y rescatar a los supervivientes del tr?fico humano. De hecho, La Iglesia Cat?lica provee importantes servicios sociales para los supervivientes en los Estados Unidos y en todo el mundo.

Mucho m?s se debe hacer y los cat?licos en nuestro pa?s pueden ayudar, particularmente educando a compa?eros cat?licos y a otros acerca de la realidad de este crimen. Las Parroquias pueden servir como lugar de encuentro para discutir este tema y como un centro de acci?n para ayudar a identificar la los supervivientes y proveerles ayuda.

Llamamos a todos los cat?licos a buscar caminos para asistir a las di?cesis y a los gobiernos locales en la b?squeda de supervivientes. Los Cat?licos tambi?n `pueden ayudar a educar a los campaneros cat?licos y a otros acerca de las consecuencias de este crimen.

Conclusi?n

Es duro imaginar que, en el siglo 21, pr?jimos puedan ser explotados y forzados a trabajar en la industria del sexo y en otras industrias contra de su voluntad.

Como obispos cat?licos, nos comprometemos a usar los recursos de la iglesia para ayudar a acabar esta aflicci?n. Nos comprometemos tambi?n a usar la autoridad de nuestra ense?anza a educar a los cat?licos y a otros acerca del tr?fico humano.

El tr?fico humano es un crimen horrible contra la dignidad b?sica y los derechos de la persona humana y se deben gastar todos los esfuerzos para terminarlo. Finalmente, debemos trabajar juntamente ? la iglesia, el estado y la comunidad ? para eliminar las causas y mercados de ra?z que permiten que los traficantes prosperen; ayudar a los supervivientes de este crimen; y asegurar que un d?a pronto el tr?fico de seres humanos desaparezca de la faz de la tierra.

Miembros

Arzobispo Gerald Barnes, Presidente
Arzobispo Sean O?Malley
Arzobispo Kevin Farrell
Arzobispo Curtis John Guillory
Arzobispo Gerald Kicanas
Arzobispo Dominic Luong
Arzobispo Armando Ochoa

Consultores
Su Eminencia Francis Cardinal George, O.M.I.
Su Eminencia Adam Cardinal Maida
Su Eminencia Theodore Cardinal McCarrick
Arzobispo J. Kevin Boland
Arzobispo Edgar da Cunha, SDV
Arzobispo Nicholas DiMarzio
Arzobispo John Kinney
Arzobispo John Manz
Arzobispo Joseph Perry
Arzobispo Thomas Wenski
Most Reverend John Wester
Reverendo Jerry Brown
Hermana RayMonda Du Vall
Sr. Robert Gilligan
Sr. Ken Hackett
Sr. Don Kerwin



1 Guadium et Spes, 27 ?Concilio Vaticano Segundo

2. Rescatando mujeres de los malos tratos: Declaraci?n al tercer Comit? de la Sesi?n sesenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el art?culo: ?Implementaci?n del resultado de la Cuarta Conferencia Mundial sobre mujeres y de la Sesi?n Especial de la Asamblea General titulada: ?Mujeres 2000: Igualdad de g?nero, desarrollo y paz en el siglo 21?. Arzobispo Migliore 17 de Octubre de 2005.

3. Papa Juan Pablo II, carta al Arzobispo Jean Luois Tauran con ocasi?n de la Conferencia Internacional sobre la esclavitud del siglo 21 ? la Dimensi?n de los derechos humanos al traficar en los seres humanos, 15 de Mayo de 2002.

4. Obispos Cat?licos de Estados Unidos y de M?xico, Forasteros ya no: Juntos en viaje de esperanza, Enero de 2004, n. 191.

5. Declaraci?n del Obispo Thomas Wenski, Conferencia de Prensa sobre lanzamiento de Iniciativa anti-tr?fico en Florida Central, 9 de Junio de 2004.

6. La Conferencia de Obispos Cat?licos de Estados Unidos (USCCB) ha recomendado consistentemente por cambios a la Acci?n de Protecci?n de las V?ctimas del Tr?fico Humano del 2000 para mejor proteger a las v?ctimas de ni?os del tr?fico y a asegurar que todas las v?ctimas sean m?s f?cilmente m?s identificadas y provistas de cuidado.

(Traducci?n del ingl?s particular no oficial)

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Jueves, 27 de septiembre de 2007
Secretariado Nacional para la Familia, de la Conferencia Episcopal Argentina, ha emitido un comunicado oficial en el que aludiendo a las autoridades p?blicas nacionales y provinciales que intervinieron en el asesinato de un ni?o por nacer, expresa que ?matar es inhumano, y cuando quien mata es el gobierno, pierde toda credibilidad y tambi?n muere la democracia?.

Los medios de comunicaci?n informaron ampliamente sobre un nuevo homicidio intrauterino. La madre de una joven discapacitada de Paran? -embarazada de 4 meses-, pidi? que eliminaran a su nieto, porque no pod?a hacerse cargo de su crianza. El padre de la joven embarazada, se ofreci? a adoptarlo y hacerse cargo de ?l. Ins?litamente, el tribunal superior de Entre R?os conden? a muerte a la persona por nacer, en lugar de aceptar el pedido de su abuelo. Los m?dicos del paranaense Hospital Materno Infantil San Roque, se negaron a ejecutar la sentencia, por razones cl?nicas y de conciencia. Antes que quedara firme la sentencia, la menor fue llevada a escondidas a Mar del Plata, y en un hospital p?blico de dicha ciudad, se cometi? el homicidio prenatal. El ministro de salud (sic) entrerriano declar? a la prensa que, ni bien cometido el aborto, habl? telef?nicamente con el ministro de salud (sic) de la Naci?n, quien "en todo momento estuvo a nuestra disposici?n". Es la cultura de la muerte, en su versi?n m?s hip?crita y cruel. Hay muchos elementos para analizar, entre otros:

a) La corte entrerriana sostuvo que en el caso "Tan?s", la Corte Suprema hab?a autorizado un aborto, declarando constitucional el art. 86 del C?digo Penal. En verdad dicho fallo dej? expresamente aclarado, que el caso fue un adelantamiento del parto, pues el feto era viable y, por tanto quedaba excluido el aborto. Fundar un fallo en una falsedad es un delito. Se llama prevaricato (art. 269 del C?digo Penal). A?n no se inici? el proceso de destituci?n de los firmantes de ese fallo inicuo.

b) Con el aborto sin control judicial se podr?a eliminar o sustituir la prueba para descubrir al autor de la violaci?n. Al respecto vale recordar el caso de la ni?a "Rosa", nicarag?ense de 10 a?os, a quien en el a?o 2.003 le fue realizado un aborto "terap?utico", a pedido de su madre. En julio de este a?o, el supuesto violador fue liberado al haberse demostrado su inocencia. El verdadero abusador sigui? someti?ndola, y tiene con ella un hijo ya de 19 meses. El violador es el antiguo y actual concubino de su madre. Cuando "El Nuevo Diario" encontr? a "Rosa", en un albergue de la Red de Mujeres de Nicaragua, se supo la verdadera historia de esta ni?a. El pueblo y el gobierno nicarag?ense reaccionaron acertadamente. El 17 de septiembre pasado, por 63 votos a 3, la Legislatura Nacional elimin? del C?digo Penal, la no punibilidad del aborto terap?utico.

c) Todo problema humano tiene una soluci?n humana. La adopci?n es la respuesta a la pobreza, la incapacidad o la imposibilidad de criar un ni?o. Matar es inhumano. Cuando quien mata es el gobierno, pierde toda credibilidad y tambi?n muere la democracia.

Buenos Aires, 26 de septiembre de 2007

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El Secretariado Nacional para la Familia, de la Conferencia Episcopal Argentina, ha emitido un comunicado oficial en el que afirman que ?todo problema humano tiene una soluci?n humana.

LA SOMBRA DE HERODES


Una vez m?s, la provincia de Buenos Aires ha ofrecido un quir?fano, lugar donde habitualmente se procura sanar y salvar vidas- para consumar el, crimen abominable: matar a un ni?o, al que se le conculc? el derecho a nacer.

Repasemos el caso: En Entre R?os, una joven discapacitada concibi?, como resultado de una violaci?n. La abuela de la criatura solicit? la realizaci?n de un aborto, que finalmente fue autorizado por el Supremo Tribunal de Justicia. ?Tendremos que acostumbrarnos a que los encargados de administrar justicia la violen, ignorando derechos fundamentales que gozan de tutela constitucional? Los m?dicos del Hospital San Roque, de Paran?, en una decisi?n que los honra, se negaron por razones de conciencia a suprimir una vida inocente; estimaron, adem?s, razonablemente, que la salud de la joven mam? que merece todo nuestro respeto y nuestro afecto corr?a riesgos con la operaci?n, y no con el avance de su embarazo y con el parto. El ministro de Salud de la Naci?n, a?adiendo un nuevo m?rito a su curr?culo de promotor de la cultura de la muerte, consigui? que la joven fuera derivada al Hospital Interzonal Especializado Materno Infantil de Mar del Plata. Le ayud? en su prop?sito el ministro de Salud bonaerense, el mismo que ha dado permiso para practicar abortos mediante un ins?lito acto administrativo. Con cobertura ?legal? y con medios oficiales se priv? del derecho a nacer a un ni?o que llevaba varios meses de vida.
Deliberadamente lo llamo ni?o, porque as? corresponde seg?n el ordenamiento jur?dico argentino. Al adherir a la Convenci?n de los Derechos del Ni?o, nuestro pa?s estableci? que debe considerarse tal a todo ser humano desde el momento de la concepci?n y hasta los 18 a?os de edad. Esta declaraci?n tiene valor constitucional. Vale la pena subrayar que el reconocimiento del embri?n humano como sujeto de derechos se apoya en certezas cient?ficas y no en creencias religiosas. Causa admiraci?n que el gobernador de la provincia de Buenos Aires incurra, sobre este punto, en un grueso error. En efecto, acaba de afirmar, respecto del caso que comentamos: creo que cada uno tiene derecho a tener su creencia religiosa, pero no obligarle a los dem?s a tener las conductas que su religi?n le indica; as? ha dicho al avalar a los m?dicos que ?seg?n ?l? ?han cumplido con su responsabilidad?. Ahora bien, ?no se trata de creencias religiosas, sino de certezas proporcionadas por la biolog?a, la gen?tica, la embriolog?a y el derecho!

La confusi?n y los prejuicios ideol?gicos impiden aceptar una verdad que es de orden meramente racional, no de fe; natural, cient?fica, no religiosa. Un periodista, al informar sobre el caso desliza su opini?n y habla del ?interminable calvario judicial? que habr?a sufrido la joven discapacitada hasta que el Tribunal Superior autorizara la operaci?n abortiva. ?Calvario es el que le impusieron al pobre ni?o, y no judicial sino sangriento, mortal! Un corresponsal en Mar del Plata anuncia: ?se le practic? aqu? un aborto terap?utico?, y repite ?se concret? el aborto terap?utico?. ?Terap?utico! ?A qui?n se cur? con el aborto, y de qu? enfermedad? ?Eugen?sico, habr?a que decir en todo caso, y discriminatorio! ?Se trata de ignorancia o de mala fe?

Pero la ideolog?a abortista va mucho m?s all?; no acepta l?mites a su intolerancia y a su prepotencia, sobre todo cuando se apoya en el poder pol?tico. Una diputada de Entre R?os, que dice identificarse ?con las organizaciones de mujeres y de derechos humanos?, est? analizando la posibilidad de pedir un jury por mal desempe?o a la defensora de Pobres y Menores y a la jueza de Familia, simplemente porque intervinieron cumpliendo con su deber de tutelar el derecho a la vida del ni?o por nacer. Insiste la legisladora: ?vamos a analizar cada hecho de este caso, porque hubo violaciones a los derechos humanos sobre esta joven y su familia?.

Del ni?o no se habla. Claro, no hemos visto su rostro; no hubo tiempo de llamarlo con su nombre. No mereci? la protecci?n del INADI. Como si no hubiera existido. Pero lo cierto es que viv?a, y lo han matado.
El totalitarismo de los abortistas se cierne sobre la Argentina como una siniestra amenaza. Como la sombra de Herodes. ?Recuerda el lector a Herodes el Grande, aquel tirano que en su obsesi?n de eliminar al Mes?as masacr? a los inocentes de Bel?n y sus alrededores?

+ H?ctor Aguer, Arzobispo de La Plata

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VATICANO - AVE MARIA por don Luciano Alimandi - ?Se debe tomar en serio al Se?or!

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - No nos enga?emos: ?la experiencia del Se?or Jes?s en la vida, el gusto de su presencia pacificadora y sanante debe ser tomada en serio! Acoger a Jes?s significa siempre darle m?s espacio en nuestra existencia mediante la fe verdadera, que hace que nos comprometamos completamente, y no s?lo parcialmente, en el camino de la conversi?n personal, en cada estado de vida. Si el compromiso de conversi?n es s?lo parcial significa que Jes?s no es considerado el Se?or de la vida, pero alguien que se merece s?lo la mitad, s?lo una parte de nuestro coraz?n y no la totalidad de todo nuestro ser.

Frecuentemente el compromiso de amar y de servir al Se?or lo reducimos y lo fragmentamos en el tiempo y, no d?ndonos cuenta, se hace imposible el admirable intercambio entre su Santo Esp?ritu y el nuestro, desde el momento en que se obstaculiza la acci?n constante y maravillosa de la gracia santificante, que no admite estorbos pecaminosos.
Dios quisiera transformar nuestra existencia, la quisiera irradiar toda con su Luz, y en cambio? ?los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malvadas? (Jn 3,19). El Evangelio nos muestra claramente que no est? permitido seguir al Se?or en otro modo que en el que ?l ha mandado. Por esto la necesidad de la presencia de la santa Tradici?n en la Iglesia, para que aquello que es verdadero, santo, sagrado, no sea arrastrado por el tiempo que corre y por los hombres que corren en el tiempo. Las verdades de fe, las exigencias de la ?sequela Christi?, permanecen las mismas durante los siglos, como la Palabra de Dios; por lo tanto no pueden existir caminos facilitados, descontados, abreviados hacia la santidad. El Se?or no ha venido para enga?ar a los hombres, ni tanto menos para vender una mercader?a al mejor comprador.

El Se?or, a diferencia de nosotros, no es un oportunista. Los hombres, no pudiendo soportar m?s la fuerza invencible de la Verdad que emanaba de toda su Persona, de cada una de sus palabras, de cada una de sus acciones - signo indeleble de que Dios hab?a bajado a la tierra y caminaba en medio de ellos -, ?lo crucificaron!

El Se?or Jes?s, en fuerza del mandamiento divino, no viene a negociar la salvaci?n, sino que ?l es la salvaci?n, no viene a traernos un poco de luz, sino que ?l es la Luz; no viene a decirnos algunas verdades m?s, sino que ?l es la Verdad, ?toda la Verdad! Por esto no deja espacios de incertidumbre sobre lo que pide: ?si uno me ama, observar? mi palabra y mi Padre lo amar? y nosotros vendremos a ?l y pondremos nuestra morada con ?l? (Jn 14,23).

El Se?or Resucitado, justamente porque lo es, es digno de recibir toda nuestra atenci?n y todo nuestro compromiso, como reza aquel hermos?simo pasaje del Apocalipsis: ?Tu eres digno, oh Se?or y Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque t? has creado todas las cosas, y por tu voluntad fueron creadas y subsisten? (Ap 4,1).
A la luz de la Verdad que es el Se?or Jes?s, tambi?n las pruebas de la vida, sean estas peque?as o grandes, adquieren un significado nuevo, que es tambi?n una prueba concreta y puntual de cuanto nuestro coraz?n est? verdaderamente dirigido hacia el Reino de Dios. Cuando nos cae encima una cruz, en cualquier situaci?n nos encontremos, debemos decir con San Pablo: ?todo concurre para el bien de aquello que aman a Dios? (Rm 8,28). ?Todo! Tambi?n en las pruebas m?s duras, si son vividas con el Se?or - adhiri?ndonos a su palabra, creyendo sin peros ni condiciones a las promesas de las bienaventuranzas -, experimentaremos que el cielo oscuro se abrir? y ante la mente aparecer?n horizontes mejores y m?s altos, bienes inmensamente m?s grandes de aquellos que la prueba misma nos quita ac? abajo: la salud, los afectos, las seguridades, los sue?os de realizaci?n humana, la fama, los honores?

Tomar al Se?or en serio, a lo largo de esta breve vida sobre la tierra, significa poderse unir en el Cielo al n?mero de todos aquellos ?que han pasado a trav?s de la gran tribulaci?n y han lavado y blanqueado sus vestidos con la sangre del Cordero. Por eso, est?n delante del trono de Dios, y d?a y noche le sirven en su templo; y el que est? sentado en el trono les dar? refugio en su santuario. Ya no sufrir?n hambre ni sed. No los abatir? el sol ni ning?n calor abrasador. Porque el Cordero que est? en el trono los pastorear? y los guiar? a fuentes de agua viva; y Dios les enjugar? toda l?grima de sus ojos? (Ap 7,14-17). A la cabeza de este ej?rcito de luz est? la Reina de los Santos que, en su ?testamento? ac? abajo, nos ha dejado una sola consigna: tomad en serio a mi Hijo, ?haced lo que ?l os diga? (Jn 2,5). (Agencia Fides 26/9/2007; l?neas 51, palabras 848)

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ZENIT publica la intervenci?n de Benedicto XVI en la audiencia general del mi?rcoles, 25 de Septiembre de 2007, dedicada a presentar los ?ltimos momentos de vida de san Juan Cris?stomo y su ense?anza social.


Queridos hermanos y hermanas:
Continuamos nuestra reflexi?n sobre san Juan Cris?stomo. Tras el per?odo pasado en Antioqu?a, en el a?o 397, fue nombrado obispo de Constantinopla, capital del Imperio romano de Oriente. Desde el inicio, Juan proyect? la reforma de su Iglesia: la austeridad del palacio episcopal ten?a que ser un ejemplo para todos: clero, viudas, monjes, personas de la corte y ricos.

Por desgracia no pocos de ellos, tocados por sus juicios, se alejaron de ?l. Sol?cito con los pobres, Juan fue llamado tambi?n ?el limosnero?. Como administrador atento logr? crear instituciones caritativas muy apreciadas. Su capacidad emprendedora en los diferentes campos hizo que algunos le vieran como un peligroso rival. Sin embargo, como aut?ntico pastor, trataba a todos de manera cordial y paterna. En particular, siempre ten?a gestos de ternura especial por la mujer y dedicaba una atenci?n particular al matrimonio y a la familia. Invitaba a los fieles a participar en la vida lit?rgica, que hizo espl?ndida y atractiva con creatividad genial.

A pesar de su bondad, no tuvo una vida tranquila. Pastor de la capital del Imperio, se vio envuelto a menudo en intrigas pol?ticas por sus continuas relaciones con las autoridades y las instituciones civiles. A nivel eclesi?stico, dado que hab?a depuesto en Asia, en el a?o 401 a seis obispos indignamente elegidos, fue acusado de haber superado los l?mites de su jurisdicci?n, convirti?ndose en diana de acusaciones f?ciles. Otro pretexto de ataques contra ?l fue la presencia de algunos monjes egipcios, excomulgados por el patriarca Te?filo de Alejandr?a, que se refugiaron en Constantinopla. Despu?s se cre? una fuerte pol?mica causada por las cr?ticas de Cris?stomo a la emperatriz Eudoxia y a sus cortesanas, que reaccionaron desacredit?ndolo e insult?ndolo. De este modo, fue depuesto, en el s?nodo organizado por el mismo patriarca Te?filo, en el a?o 403, y condenado a un primer exilio breve. Tras regresar, la hostilidad que suscit? a causa de sus protestas contra las fiestas en honor de la emperatriz, que el obispo consideraba como fiestas paganas, lujosas, y la expulsi?n de los presb?teros encargados de los bautismos en la Vigilia Pascual del a?o 404 marcaron el inicio de la persecuci?n contra Juan Cris?stomo y sus seguidores, llamados ?juanistas?.

Entonces, Juan denunci? con una carta los hechos al obispo de Roma, Inocencio I. Pero ya era demasiado tarde. En el a?o 406 fue exiliado nuevamente, esta vez en Cucusa, Armenia. El Papa estaba convencido de su inocencia, pero no ten?a poder para ayudarle. No se pudo celebrar un concilio, promovido por Roma para lograr la pacificaci?n entre las dos partes del Imperio y entre sus Iglesias. El duro viaje de Cucusa a Pitionte, destino al que nunca lleg?, deb?a impedir las visitas de los fieles y romper la resistencia del prelado agotado: ?la condena al exilio fue una aut?ntica condena a muerte! Son conmovedoras las numerosas cartas del exilio, en las que Juan manifiesta sus preocupaciones pastorales con tonos de dolor por las persecuciones contra los suyos. La marcha hacia la muerte se detuvo en Comana Pontica. All? Juan fue llevado a la capilla del m?rtir san Basilisco, donde entrego el esp?ritu a Dios y fue sepultado, como m?rtir junto al m?rtir (Paladio, ?Vida? 119). Era el 14 de septiembre de 407, fiesta de la Exaltaci?n de la santa Cruz. La rehabilitaci?n tuvo lugar en el a?o 438 con Teodosio II. Las reliquias del santo obispo, colocadas en la iglesia de los Ap?stoles, en Constantinopla, fueron transportadas en el a?o 1204 a Roma, en la primitiva Bas?lica de Constantino, y yacen en ahora en la capilla del Coro de los Can?nigos de la Bas?lica de San Pedro.

El 24 de agosto de 2004 una parte importante de las misma fue entregada por el Papa Juan Pablo II al patriarca Bartolom? I de Constantinopla. La memoria lit?rgica del santo se celebra el 13 de septiembre. El beato Juan XXIII le proclam? patr?n del Concilio Vaticano II.

De Juan Cris?stomo se dijo que, cuando se sent? en el trono de la Nueva Roma, es decir, Constantinopla, Dios hizo ver en ?l un segundo Pablo, un doctor del universo. En realidad, en Cris?stomo se da una unidad esencial de pensamiento y de acci?n tanto en Antioqu?a como en Constantinopla. S?lo cambian su papel y las situaciones. Al meditar en las ocho obras realizadas por Dios en la secuencia de los seis d?as, en el comentario del G?nesis, Juan Cris?stomo quiere hacer que los fieles se remonten de la creaci?n al Creador: ?Es de gran ayuda saber qu? es la criatura y qu? es el Creador?, dice. Nos muestra la belleza de la creaci?n y la transparencia de Dios en su creaci?n, que se convierte de este modo en una especie de ?escalera? para ascender a Dios, para conocerle.

Pero a este primer paso le sigue otro: este Dios, creador, es tambi?n el Dios de la condescendencia (?synkatabasis?). Nosotros somos d?biles para ?ascender?, nuestros ojos son d?biles. De este modo, Dios se convierte en el Dios de la condescendencia, que env?a al hombre ca?do y extranjero una carta, la Sagrada Escritura. De este modo, la creaci?n y la escritura se completan. A la luz de la Escritura, de la carta que Dios nos ha dado, podemos descifrar la creaci?n. Dios es llamado ?padre tierno? (?philostorgios?) (ib?dem), m?dico de las almas (Homil?a 40,3 sobre el G?nesis), madre (ib?dem) y amigo cari?oso (?Sobre la Providencia? 8,11-12).

Pero al primer paso de la creaci?n como ?escalera? hacia Dios y al segundo de la condescendencia de Dios, a trav?s de la carta que nos ha dado, la Sagrada Escritura, se le a?ade un tercer paso: Dios no s?lo nos transmite una carta, en definitiva, ?l mismo baja, se encarna, se convierte realmente en ?Dios con nosotros?, nuestro hermano hasta la muerte en la Cruz.

Y a estos tres pasos --Dios que se hace visible en la creaci?n, Dios que nos env?a una carta, Dios que desciende y se convierte en uno de nosotros-- se llega al final a un cuarto paso: en la vida y acci?n del cristiano, el principio vital y din?mico es el Esp?ritu Santo (?Pneuma?), que transforma la realidad del mundo. Dios entra en nuestra misma existencia a trav?s del Esp?ritu Santo y nos transforma desde dentro de nuestro coraz?n.

Con este tel?n de fondo, precisamente en Constantinopla, Juan, al comentar los Hechos de los Ap?stoles, propone el modelo de la Iglesia primitiva (Hechos 4, 32-37) como modelo para la sociedad, desarrollando una ?utop?a? social (como una ?ciudad ideal?). Se trataba, de hecho, de dar un alma y un rostro cristiano a la ciudad. En otras palabras, Cris?stomo comprendi? que no es suficiente hacer limosna, ayudar a los pobres de vez en cuando, sino que es necesario crear una nueva estructura, un nuevo modelo de sociedad; un modelo basado en la perspectiva del Nuevo Testamento. Es la nueva sociedad que se revela en la Iglesia naciente. Por tanto, Juan Cris?stomo se convierte de este modo en uno de los grandes padres de la Doctrina Social de la Iglesia: la vieja idea de la ?polis? griega es sustituida por una nueva idea de ciudad inspirada en la fe cristiana. Cris?stomo defendi? como Pablo (Cf. 1 Corintios 8, 11) el primado de cada cristiano, de la persona en cuanto tal, incluso del esclavo y del pobre. Su proyecto corrige de este modo la tradicional visi?n de la ?polis? griega, de la ciudad, en la que amplias capas de la poblaci?n quedaban excluidas de los derechos de ciudadan?a, mientras en la ciudad cristiana todos son hermanos y hermanas con los mismos derechos. El primado de la persona es tambi?n la consecuencia del hecho de que bas?ndose en ella se construye la ciudad, mientras que en la ?polis? griega la patria se pon?a por encima del individuo, que quedaba totalmente subordinado a la ciudad en su conjunto. De este modo, con Cris?stomo comienza la visi?n de una sociedad construida con la conciencia cristiana. Y nos dice que nuestra ?polis? es otra, ?nuestra patria est? en los cielos? (Filipenses 3, 20) y esta patria nuestra, incluso en esta tierra, nos hace a todos iguales, hermanos y hermanas, y nos obliga a la solidaridad.

Al final de su vida, desde el exilio en las fronteras de Armenia, ?el lugar m?s remoto del mundo?, Juan, enlazando con su primera predicaci?n del a?o 386, retom? el tema que tanto le gustaba del plan que Dios tiene para la humanidad: es un plan ?inefable e incomprensible?, pero seguramente guiado por ?l con amor (Cf. ?Sobre la providencia? 2, 6). Esta es nuestra certeza. Aunque no podamos descifrar los detalles de la historia personal y colectiva, sabemos que el plan de Dios est? siempre inspirado por su amor. De este modo, a pesar de sus sufrimientos, Juan Cris?stomo reafirmaba el descubrimiento de que Dios ama a cada uno de nosotros con un amor infinito, y por este motivo quiere la salvaci?n de todos. Por su parte, el santo obispo, cooper? con esta salvaci?n con generosidad, sin ahorrar nada, durante todo su vida. De hecho, consideraba como ?ltimo fin de su existencia esa gloria de Dios que, ya moribundo, dej? como ?ltimo testamento: ??Gloria a Dios por todo!? (Paladio, ?Vida? 11).

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit. Al final de la audiencia, el Papa salud? a los peregrinos en varios idiomas. En espa?ol, dijo:]

Queridos hermanos y hermanas:
Continuamos hoy la catequesis sobre san Juan Cris?stomo. Nombrado obispo de Constantinopla proyect? la reforma de su Iglesia. La austeridad del palacio episcopal deb?a ser ejemplo para todos. Por su solicitud con los pobres fue llamado el ?limosnero?. Trataba a todos paternalmente, especialmente a las familias. No obstante su bondad, fue v?ctima de intrigas pol?ticas, siendo condenado al exilio, desde el cual escribi? numerosas cartas pastorales.

Meditando el libro del G?nesis, gu?a a los fieles de la creaci?n al Creador, que es el Dios de la condescendencia, y por eso llamado tambi?n ?padre tierno?, m?dico de las almas, madre y amigo afectuoso. Une a Dios Creador y Dios Salvador, ya que Dios dese? tanto la salvaci?n del hombre que no se reserv? a su ?nico Hijo. Comentando los Hechos de los Ap?stoles propone el modelo de la Iglesia primitiva, desarrollando una utop?a social, casi una ?ciudad ideal?. Trataba de dar un rostro cristiano a la ciudad, afrontando los principales problemas, especialmente las relaciones entre ricos y pobres, a trav?s de una in?dita solidaridad.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua espa?ola, especialmente a los sacerdotes del Pontificio Colegio Mexicano, a los diversos grupos parroquiales, al Centro de Capacitaci?n de Toledo, as? como a los dem?s peregrinos venidos de Espa?a, M?xico, Chile, Argentina y de otros pa?ses latinoamericanos. Que las ense?anzas de san Juan Cris?stomo nos ayuden a descubrir el amor infinito con que Dios nos ama y que quiere la Salvaci?n de todos los hombres. Muchas gracias.

[? Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana]

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Mi?rcoles, 26 de septiembre de 2007
26 Septiembre (ACI).- Al proseguir durante la Audiencia General de hoy su catequesis sobre San Juan Cris?stomo, el Papa Benedicto XVI afirm? este gran padre de la Doctrina Social de la Iglesia ?entendi? que no era suficiente dar limosnas? y ?ayudar a los pobres?, sino que se necesitaba ?crear una nueva estructura, un nuevo modelo de la sociedad basado en la visi?n del Nuevo Testamento?.

Ante m?s de 20 mil feligreses presentes en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre continu? esta ma?ana el ciclo de catequesis sobre los Padres Apost?licos, esta vez sobre algunos aspectos del pensamiento de San Juan Cris?stomo, nombrado en el 397 obispo de Constantinopla, capital del imperio romano de Oriente.

Al comentar los Hechos de los Ap?stoles, se?al? el Pont?fice, este Padre de la Iglesia propone "el modelo de la Iglesia primitiva, como modelo de la sociedad, desarrollando una ?utop?a social?, la idea de una ciudad ideal, tratando de dar un alma y un rostro cristiano a la ciudad?.

Es decir, Cris?stomo ?llamado ?el Limosnero? por su solicitud con los pobres y por haber creado apreciadas instituciones caritativas, record? el Papa? ?entendi? que no era suficiente dar limosnas, ayudar a los pobres, caso por caso, sino que era necesario crear una nueva estructura, un nuevo modelo de la sociedad basado en la visi?n del Nuevo Testamento. Por eso, podemos considerarle uno de los grandes padres de la Doctrina Social de la Iglesia?, se?al? Benedicto XVI.

Con Pablo, continu?, ?sosten?a el primado de la persona, incluido el esclavo y el pobre?, contrastando con la estructura de la polis griega donde ?vastos sectores de la poblaci?n estaban excluidos del derecho de ciudadan?a?, mientras ?en la ciudad cristiana todos son hermanos y hermanas con los mismos derechos?.

Sagradas Escrituras, carta de Dios al hombre

Tras anotar en su alocuci?n que de este Padre ?se dice que Dios hizo ver en ?l un segundo Pablo, un doctor del Universo?, el Pont?fice se?al? los cuatro pasos que, seg?n Cris?stomo, Dios da en su obra de salvaci?n.

Para el ?Boca de Oro?, el relato creacional del G?nesis ?gu?a a los fieles de la creaci?n al Creador" que es, adem?s, "el Dios de la condescendencia que env?a al ser humano ca?do y ajeno una carta, las Sagradas Escrituras". Al final, "es Dios mismo quien baja hacia nosotros, se encarna, muere en la Cruz, se transforma realmente en Dios con nosotros, en hermano nuestro".

"A estos tres pasos: Dios visible en la creaci?n, Dios nos escribe una carta y Dios baja y se convierte en uno de nosotros, se une al final un cuarto, dentro de la vida y la acci?n del cristiano, el principio vital y din?mico del Esp?ritu Santo, que transforma la realidad del mundo. Dios entra en nuestra existencia y nos transforma desde dentro".

En su catequesis, Benedicto XVI anot? que "a pesar de su bondad?, San Juan Cris?stomo ?se vio envuelto a menudo en intrigas pol?ticas, por sus continuas relaciones con las autoridades y las instituciones civiles y fue condenado al exilio", muriendo en el 407.

Concluida la audiencia, Benedicto XVI retorn? a su residencia en Castelgandolfo.

EUROPA/ESLOVAQUIA - Congreso promovido por las Pontificias Obras Misioneras sobre los ?Fidei donum?, para ayudar a los sacerdotes ?a descubrir la dimensi?n misionera de la vida cotidiana de la Iglesia?

Bratislava (Agencia Fides) - A la vigilia de la Jornada Misionera Mundial, que se celebra este a?o el domingo 21 de octubre, y en el a?o conmemorativo del 50? de la publicaci?n de la enc?clica ?Fidei donum? del Papa P?o XII, las Pontificias Obras Misioneras de Eslovaquia est?n promoviendo un Congreso para todos los sacerdotes de la naci?n, que se celebrar? del 17 al 19 de octubre sobre el tema de los Fidei donum. Relator principal ser? el Card. Jozef Tomko, actual Presidente del Pontificio Comit? para los Congresos Eucar?sticos Internacionales, originario de la Eslovaquia y Prefecto Em?rito de la Congregaci?n para la Evangelizaci?n de los Pueblos. Otros relatores ser?n Su Exc. Mons Viliam Judak, Obispo de Nitra, y Mons. Frantisek Kapusnak, Director Nacional de las POM en Eslovaquia. Entre los invitados est? el P. Jan Piotrowski, Director nacional de las POM en Polonia. Como explica a la Agencia Fides Mons. Kapusnak, ?el Congreso est? dirigido a todos los sacerdotes de Eslovaquia, para ayudarlos a descubrir la dimensi?n misionera de la vida cotidiana de la Iglesia?. Seg?n los datos ofrecidos por las POM en Eslovaquia, son alrededor de 200 los Fidei donum eslovacos que trabajan en el extranjero, y unos veinte los que trabajan en Eslovaquia. (S.L.) (Agencia Fides 25/9/2007; l?neas 14, palabras 214)

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COMUNICADO DE PRENSA


Buenos Aires, 25 de Septiembre de 2007


Frente a los acontecimientos que son de p?blico conocimiento, la Comisi?n Nacional de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Argentina quiere manifestar:

1. su solidaridad con el dolor humano que seguramente est?n padeciendo la joven a la que se le practic? el aborto, como tambi?n sus familiares,

2. expresar la necesidad de respetar el derecho a la vida bajo cualquier circunstancia.

En nuestro compromiso para convertirnos de habitantes a ciudadanos, no es posible pensar un pa?s que incluya a todos, si no es respetado el primero de los derechos humanos.
Pedimos al Se?or por el alma de este ni?o y para que, como argentinos y frente a estos problemas complejos, podamos encontrar soluciones alternativas a la violencia y a la cultura de la muerte.

COMISI?N NACIONAL JUSTICIA Y PAZ
CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA



Para m?s informaci?n:
Marina de Estrada - 154.060.3928

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Dios quiere nuestra salvaci?n



No puede sino asombrarnos la escena evang?lica que nos presenta la Iglesia en la fiesta de San Mateo. Se trata precisamente de las circunstancias que rodearon a la llamada a seguirle, que Jes?s dirigi? al que ser?a el ap?stol y evangelista del primer evangelio, cuando pasaba junto a donde recaudaba impuestos. Mateo se ocupaba, como publicano, de cobrar el tributo que la autoridad romana exig?a al pueblo de Israel. Entre otras, era ?sta una de las obligaciones que pesaba sobre el pueblo elegido, como consecuencia de haber sido dominados pol?tica y militarmente por los romanos.

Podr?amos detenernos en bastantes detalles del relato, que no deben pasarnos inadvertidos: la majestad de Jes?s que, sin m?s, llama mientras va pasando a seguirle de por vida; lo que descubrir?a Mateo: hombre pr?ctico como pocos, sin duda, dif?cil de enga?ar, para que una sola palabra de Jes?s le bastara para comprender n?tidamente que val?a la pena cambiar su vida actual por el seguimiento de Cristo; el entusiasmo suyo tras la decisi?n, que le lleva a organizar una fiesta invitando a sus amigos; la actitud, en cambio, de los fariseos, que parecen incapaces de ver con buenos ojos algo de lo que el Se?or realiza; el af?n salvador, en fin, de Jesucristo: no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores, concluye.

Podemos, esta vez, detenernos precisamente en esto ?ltimo, que parece inundar el alma del Se?or, y as? lo manifiesta en bastantes momentos de su paso por la tierra: Al ver a las multitudes se llen? de compasi?n por ellas, porque estaban maltratadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor...; tanto am? Dios al mundo que le entreg? a su Hijo Unig?nito, para que todo el que cree en ?l no perezca, sino que tenga vida eterna. Pues Dios no envi? a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por ?l...; no tem?is, peque?o reba?o, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino. En muchos m?s momentos manifiesta Jes?s el cari?o divino a los hombres. En la conversi?n con Zaqueo, otro colega de Mateo, que era jefe de publicanos y lo hospeda en su casa, Jes?s manifiesta: Hoy ha llegado la salvaci?n a esta casa, pues tambi?n ?ste es hijo de Abrah?n; porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.

Parece necesario, con una necesidad gozosamente imprescindible, que nos sintamos muy queridos por Dios. Conviene que meditemos hasta el fondo, en la medida de nuestras fuerzas humanas ?aunque siempre sean peque?as, de pobre criatura? que un gran Amor nos quiere, y ha pensado para los hombres la mayor de las felicidades posibles. Aunque no sea f?cil de entender, porque habitualmente pensamos en t?rminos de derechos y de obligaciones ?seg?n una l?gica humana?, el plan creador de Dios, que hace posible nuestra existencia, nos conduce ?si libremente somos d?ciles a ?l? al inimaginable deleite de su intimidad. No cabe pensar en mayor bien que aqu?l que de suyo satisface cada potencia de nuestra carne y nuestro esp?ritu.

No se trata, desde luego, de una cuesti?n de derechos adquiridos, que logremos en virtud de unos ciertos m?ritos. Dir?amos ?para entendernos? en una cuesti?n en la que las palabras resultar?n siempre pobres, que as? ha sido el plan de Dios Gratuitamente nos ha amado, sin iniciativa alguna de nuestra parte; y no tenemos, al respecto, nada que decir, nada que objetar que sea razonable. Lo cual ser?a tan absurdo como plantear objeciones a que las personas en este mundo sean hombres o mujeres, o que caminamos habitualmente sobre nuestros pies. Se trata, en efecto, de un convencimiento primario, b?sico de la fe cristiana: la vida del hombre ?nicamente se consuma en Dios; y en ?l y s?lo en ?l, compartiendo su Vida Eterna, logra el hombre su plenitud.

La llamada al apostolado de Mateo, disc?pulo del Se?or y, como ve?amos, autor del primer evangelio; por las circunstancias que la rodearon, es una manifestaci?n pr?ctica y eficaz del deseo salvador universal divino, concretado por Jesucristo al llegar a la plenitud de los tiempos, en palabras de San Pablo. Cabr?a pensar que los justos, por su justicia, ya caminan con sus pasos orientados hacia Dios. Se apoyan en la Gracia ?efecto primario de la Redenci?n? en su progreso hacia la santidad. Pero los pecadores, los que viven de modo habitual en la injusticia, en franca oposici?n a los preceptos divinos, esos precisan m?s; esos s? que necesitan una asistencia m?s espec?fica, que los anime a retirarse de sus desv?os, cuando ejercitan su libertad. Les es tanto m?s necesaria esa ayuda, cuanto menos la echan en falta, porque, siendo imprescindible para la salvaci?n, para la felicidad completa, no la quieren. Son, evidentemente ?aunque no sepan? los m?s necesitados de auxilio divino.

No he venido a llamar a los justos sino a los pecadores. Parece la declaraci?n m?s sencilla y sincera que se podr?a hacer acerca del amor de Dios, y as? se expresaba Jesucristo, Dios mismo encarnado. Dios, que quiere que todos los hombres se salven, como manifiesta el Ap?stol a su disc?pulo Timoteo, no se comporta, en Jes?s como tantas veces los humanos, que excluimos de nuestro trato ?casi sistem?ticamente? a quienes nos ofenden. Nuestro Se?or vino al mundo porque los hombres ?simplificando? somos malos, pecadores. He ah? la raz?n de su venida, tomando carne humana de Santa Mar?a. Su vida de infancia y de trabajo en este mundo nuestro, su predicaci?n y su Pasi?n, muerte y Resurrecci?n, han sido s?lo por amor al g?nero humano: para que podamos alcanzar aquella Gloria a la que el hombre fue destinado. Pero siempre en raz?n del pecado y de los pecadores: los pecados y nuestra maldad, atraen el amor de Dios.

Que el entusiasmo agradecido de Mateo, en su nueva vida con Cristo, nos contagie tambi?n a cada uno, y nos ayude a contemplar a Nuestro Se?or, como el amigo incondicional que nunca se desdice de su amistad, aunque no seamos merecedores de ella. Sin duda, con esa actitud nos sentiremos m?s dispuestos a evitar lo que ofende a Dios; m?s a?n, desearemos agradarle con amor en nuestro comportamiento de cada d?a.

La Madre de Dios, Madre nuestra, aliente esos deseos.


Publicado por verdenaranja @ 23:15  | Espiritualidad
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Ilusi?n por la santidad


Nos podr?a sorprender, en una primera apreciaci?n, el fragmento evang?lico que hoy consideramos. Ese hombre, mal trabajador, que no es honrado con el dinero que administra, recibe, sin embargo, por su h?bil estratagema ?especialmente injusta, por otra parte? la alabanza de su se?or. El hombre rico, el se?or, como siempre representa a Dios. Y, en este caso, declara admirable la actitud final de su criado, aunque hubiera sido asimismo digno de condena, por su injusticia y falta de lealtad. Existe, pues, algo en el comportamiento del administrador infiel que debemos los cristianos aprender.

Naturalmente, en ning?n momento dice Jes?s que la conducta del administrador deba tomarse, en su conjunto, como ejemplo. M?s a?n, aprueba la actitud del hombre rico, que despide al administrador por su mala gesti?n que, de hecho, en absoluto se revela o protesta por la decisi?n de su amo. La vida del empleado es, pues, una vida delictuosa, aunque, bien es cierto, con alg?n rasgo decididamente admirable.

La vida de los hombres nunca es, como es sabido, del todo buena o mala. Pero no es infrecuente, sin embargo, encontrar personas a las que nada les parece que deben mejorar. A efectos pr?cticos, su comportamiento cotidiano concreto y su vida en general estar?an ya suficientemente bien. No necesitan, por consiguiente, complicarse con hipot?ticas posibilidades de rectificar para bi?n. Para otro tipo de personas, por el contrario, las cosas son bien diferentes. Tienen una impresi?n tan negativa de s? mismos, que se consideran incapaces de lo bueno: en toda su conducta les parece observar aspectos negativos; lo que, tal vez, les induce a desistir de mejorar, pues, en cualquier caso, siempre arrastrar?n de un modo u otro defectos.

La realidad franca y desapasionada de cada uno nos manifiesta, m?s bien, que el comportamiento diario es consecuencia de una serie de virtudes y defectos. Esos h?bitos de la conducta, que a todos nos afectan, acaban teniendo en ocasiones manifestaciones pr?cticas muy patentes. As? sucede, por ejemplo, con el administrador de la par?bola. De tal modo parece que proced?a dolosamente en su trabajo, que hasta lleg? a o?dos de su se?or. Tal vez su avaricia, su comodidad, su ego?smo, o cualquier otro de sus defectos, resultaban ya patentes a los ojos de los dem?s. Pero no era, sin embargo, todo negativo en aquel hombre. Su sagacidad y astucia, su h?bil inteligencia..., pero puesta al servicio del bien, podr?an ser buenas armas para trabajar por su se?or; una vez corregidos, naturalmente, los vicios que hac?an intolerable por m?s tiempo espacio su permanencia al frente de la administraci?n.

Siendo sinceros con nosotros mismos, contempl?ndonos con la franqueza de sabernos conocidos a la perfecci?n por Dios, Se?or y Padre nuestro, advertimos en nosotros conductas en parte buenas y malas. En el origen de cada acci?n nuestra ?que es en la pr?ctica un acto de amor o de desamor con Dios? existe un rasgo de nuestro car?cter que condiciona ese comportamiento y que convendr? alentar o, por el contrario, corregir. Es preciso, por tanto, poner inter?s en ello, pues est? en juego nuestro amor a Dios.

Al hilo de esta par?bola que hoy nos ofrece la Iglesia, fij?monos en si nos esmeramos, como el administrador infiel, en emplear nuestros mejores recursos de tes?n, de amistades, de inteligencia..., de ingenio humano en una palabra, pero al servicio de nuestra santidad y de la extensi?n del Reino de los Cielos. Pues, parece Jes?s manifestar, para verg?enza no pocas veces de los que desean serle fieles, que los hijos de este mundo son m?s sagaces en lo suyo que los hijos de la luz. Nos vendr? muy bien, en efecto, sentirnos avergonzados, y reconocer que bastantes se mueven ?y mucho? buscando lo suyo, ego?stamente incluso, sin un ideal sobrenatural, pero con gran eficacia. Dir?amos que hacen muy bien el mal; que de hecho se desviven por ideales en el fondo peque?os y rid?culos, vistas las cosas, como debe ser, con ojos sobrenaturales, con los ojos de la fe. Los hijos de Dios, en cambio, parecemos est?ticos frente a ellos: como si no estuvi?ramos bastante convencidos de lo que ganamos sirviendo a Dios. Como si no am?ramos a Dios lo bastante; como si no nos valiera la pena.

Santa Mar?a, nuestra Madre, nos abrir? como a ni?os los ojos de la ilusi?n, para ver m?s y m?s claro cada d?a el brillo inigualable del ideal de Jesucristo.


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Alfonso Aguil?
www.interrogantes.net


El ser humano ha buscado siempre actuar sobre su estado de ?nimo. Desde ni?os hemos observado que unos sentimientos nos sumergen en la desdicha y nos gustar?a librarnos de ellos, y para eso hemos ido ensayando unas t?cnicas sencillas, v?lidas para los casos m?s simples. Si estoy irritado por culpa del cansancio, me basta con descansar para ver las cosas ya de otro modo. Si estoy aburrido, busco compa??a y entretenimiento. Si siento miedo, pruebo a considerar la poca gravedad de su causa, o a re?rme de ella, o a distraerme con otra cosa para ver si el miedo se desvanece.

Pero sabemos que estas estrategias tienen serias limitaciones ante estados sentimentales m?s complejos, sobre todo cuando se trata de sentimientos ya bastante incorporados a nuestras vidas y que forman parte de nuestro estilo sentimental.

Unas veces, la soluci?n ser? actuar sobre las causas de aquello que nos est? afectando negativamente. Otras, esto no ser? posible, y tendremos que esforzarnos por cambiar nuestra respuesta sentimental ante cosas inevitables que nos suceden. Como se?alaba aquella vieja sentencia, hemos de tener valent?a para cambiar lo que se puede cambiar, serenidad para aceptar lo que no se puede cambiar, y sabidur?a para distinguir lo uno de lo otro.

?Lo malo es que a veces hay cosas que podr?an cambiarse, pero no queremos enfrentarnos a ellas de verdad.

Son fen?menos de escapismo en los que, de forma m?s o menos consciente, eludimos o ignoramos la realidad y buscamos refugio en otras cosas. En sus grados m?s elevados, es lo que sucede con el recurso al alcohol, el juego, los estimulantes o la droga. Son fugas que pretenden mejorar el resultado del balance sentimental, pero sin cambiar las partidas (en esto, act?an igual que hacen los malos contables). En vez de asumir lo que les sucede, intentan escapar, y por mal camino.

No son las cosas que nos pasan
lo que nos hace
felices o desdichados,
sino el modo
en que las asumimos.


Las estructuras sentimentales forman parte del car?cter. A una persona cobarde o pesimista suelen faltarle fuerzas para enfrentarse a las diferentes situaciones que le depara la vida. En cambio, una persona decidida y optimista superar? con buen ?nimo las dificultades que se le presenten. Y una persona agresiva puede arruinar su familia o el ambiente de su lugar de trabajo con sus intemperancias.

?Pero todo el mundo prefiere tener un car?cter optimista y alegre, por ejemplo; lo que pasa es que no es f?cil lograrlo.

Efectivamente, todo el mundo prefiere la alegr?a a la tristeza, la serenidad a la angustia, el ?nimo a la depresi?n, el amor al odio, y la generosidad a la envidia. Lo malo es que, como dices, al llegar a la edad adulta nos encontramos con que no somos como nos gustar?a ser, y vemos que tenemos un estilo sentimental ya muy hecho, que es como un n?cleo duro dentro de nosotros, muy resistente al cambio. Por eso, acometer cuanto antes la educaci?n del car?cter ?y con ella, la educaci?n de los sentimientos?, es tan decisivo para lograr una vida feliz.

?Eso est? claro, pero ?c?mo se pueden corregir esas diferencias en el tono afectivo personal?

Las personas tendemos a buscar refugio en lo que nos resulta menos costoso (eso no siempre es malo, pero bastantes veces s?). Por eso debemos procurar no encerrarnos en esas zonas de comodidad que todos tenemos: soledad, retraimiento, inhibici?n, falta de autoridad, resistencia a expresar lo que pensamos o sentimos, etc. Hemos de poner esfuerzo para salir de esos c?lidos refugios y as? modelar poco a poco nuestro estilo sentimental. Naturalmente, ese esfuerzo ha de mantenerse durante largos periodos de tiempo, hasta que se asuman como rasgos ordinarios de nuestro car?cter.

??Y piensas que puede llegarse a un estado sentimental en el que apenas haya sentimientos desagradables?

Es una pregunta interesante. Los sentimientos suelen revelar significados reales, y por eso resulta muy peligroso pretender aniquilarlos sistem?ticamente.

Por ejemplo, si jam?s tuvi?ramos sentimientos de culpa o de verg?enza, ser?amos unos sinverg?enzas, o al menos unos frescos, puesto que todos hacemos cosas mal (al menos de vez en cuando). Si jam?s tuvi?ramos sentimientos de miedo, ser?amos unos temerarios peligros?simos. Y si jam?s sinti?ramos ira, es posible que fu?ramos unos pasotas impresentables.

O sea, hay muchos sentimientos desagradables que son positivos y necesarios. Para modelar el propio estilo sentimental que compone nuestro car?cter, lo que necesitamos es saber qu? conviene cambiar, y c?mo.

Pero no pensemos que es cuesti?n
simplemente de eliminar
los sentimientos desagradables.


Porque eso tambi?n conducir?a a la ruina personal. Educar los sentimientos es algo m?s complejo que eso.


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ZENIT publica la intervenci?n que pronunci? en nombre de la Santa Sede el lunes, 24 de Septiembre de 2007, monse?or Pietro Parolin, subsecretario para las Relaciones con los Estados, en la sesi?n de la Asamblea General de Naciones Unidas dedicada al cambio clim?tico que llevaba por t?tulo: ?El futuro est? en nuestras manos: c?mo afrontar el reto del cambio clim?tico?.



Se?or presidente:
Gracias por darme la oportunidad de expresar algunas consideraciones de la Santa Sede a la luz de lo que hoy hemos escuchado de labios de las distinguidas personas que precedentemente han tomado la palabra.

El cambio clim?tico es una seria preocupaci?n y una responsabilidad ineludible para cient?ficos y otros expertos, para l?deres pol?ticos y gubernamentales, para administradores locales y organizaciones internacionales, as? como para todo sector de la sociedad humana y para cada persona. Mi delegaci?n desea subrayar el imperativo moral, seg?n el cual, todos, sin excepci?n, tienen la grave responsabilidad de proteger el ambiente.

Ante las diferentes reacciones e interpretaciones de los informes del Panel Internacional sobre Cambio Clim?tico (IPCC por sus siglas en ingles, ndr.), las mejores evaluaciones cient?ficas han establecido una relaci?n entre la actividad humana y el cambio clim?tico. De todos modos, los resultados de estas valoraciones cient?ficas, y las incertidumbres que permanecen, no deber?an ser exageradas ni minimizadas en nombre de la pol?tica, de ideolog?as o del inter?s personal.

M?s bien, ahora, necesitan ser estudiadas m?s a fondo para dar una base seria a la creciente preocupaci?n y para tomar decisiones efectivas.

Recientemente ha sido desestabilizador constatar c?mo algunos comentaristas han dicho que nosotros deber?amos explotar nuestro mundo hasta el final, sin tener en cuenta las consecuencias, utilizando una visi?n del mundo supuestamente basada en la fe. Creemos firmemente que se trata de una actitud fundamentalmente imprudente. En el extremo opuesto est?n quienes consideran que la tierra es el ?nico bien, y que ven a la humanidad como una amenaza irredimible para la tierra, cuya poblaci?n y actividad tienen que ser controladas con medios dr?sticos.

Nosotros creemos firmemente que estas afirmaciones ponen a los seres humanos y sus necesidades al servicio de una ecolog?a inhumana. He expuesto estas dos posiciones extremas para ilustrar lo que quiero decir: algunas actitudes semejantes, aunque sean menos extremas, podr?an tambi?n impedir claramente todo intento profundo global de promover la mitigaci?n, adaptaci?n y resistencia [ante los efectos del cambio clim?tico, ndr.], as? como la salvaguarda de nuestro futuro com?n.

Se?or presidente:

Dado que ning?n pa?s puede resolver por s? mismo los problemas relacionados con nuestro medio ambiente debemos anteponer la acci?n colectiva al inter?s personal. Para la comunidad internacional esto supone la adopci?n de una estrategia pol?tica coordinada y eficaz capaz de responder a esta compleja cuesti?n. Deber?a encontrar los caminos y los medios de mitigaci?n y adaptaci?n que son econ?micamente posibles para la mayor?a, valorizar?a el desarrollo sostenible y promover?a un ambiente sano. El aspecto econ?mico de estos caminos y medios deber?a ser seriamente tenido en cuenta, considerando que las naciones pobres y sectores de la sociedad son particularmente vulnerables a las consecuencias adversas del cambio clim?tico, ya que sus recursos y su capacidad para adaptarse a este cambio y mitigar sus repercusiones son muy limitados.

Es previsible que estos programas de mitigaci?n y de adaptaci?n encuentren una serie de barreras y obst?culos, no tanto de car?cter tecnol?gico natural, sino m?s bien de car?cter social, como el comportamiento y las preferencias de los consumidores, y de naturaleza pol?tica, como las pol?ticas gubernamentales.

Tenemos que prestar atenci?n a la educaci?n, en especial a la de los j?venes, para cambiar actitudes innatas y ego?stas de consumo y abuso de los recursos naturales. Al mismo tiempo, pol?ticas gubernamentales que ofrezcan incentivos econ?micos y ayudas financieras a tecnolog?as m?s adaptadas al ambiente dar?n al sector privado la se?al positiva que necesita para programar su desarrollo en esta direcci?n. Por ejemplo, en estos momentos, la investigaci?n en recursos energ?ticos y en la mejora de la eficacia energ?tica ser?a m?s atractiva si estuviera acompa?ada por fondos p?blicos y por otros incentivos financieros.

Se?or presidente:

Con frecuencia escuchamos en las salas de las Naciones Unidas que ?la protecci?n es una responsabilidad?. La Santa Sede cree que esto se aplica tambi?n al contexto del cambio clim?tico.

Los estados tienen la responsabilidad compartida de defender el clima mundial a trav?s de la mitigaci?n y de la adaptaci?n, y sobre todo tienen la responsabilidad compartida de defender nuestro planeta y de asegurar que las generaciones presentes y futuras puedan vivir en un ambiente sano y seguro.

El camino hacia el logro de un nuevo acuerdo internacional sobre el cambio clim?tico no siempre est? acompa?ado por una singladura igualmente r?pida y eficaz para poner en pr?ctica esos acuerdos. Los Estados pueden adoptar libremente convenciones y tratados internacionales, pero si las palabras no son acompa?adas por una acci?n eficaz, haremos muy poco para impedir un mundo inh?spito y acabaremos reuni?ndonos dentro de poco tiempo para lamentar otro fracaso colectivo.

Deseamos sinceramente que los Estados aprovechen la oportunidad que se les presenta dentro de poco con la pr?xima Conferencia sobre el Cambio Clim?tico que se celebrar? en Bali.

Gracias, se?or presidente.

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Art?culo publicado en Bolet?n "Misoneros Javerianos" n?mero 435, AGOSTO-SEPTIEMBRE 2007.


?FRICA SIGUE CRECIENDO


A los doce a?os de la primera Asamblea sinodal de los obispos de ?frica, nuestra iglesia est? dando los primeros pasos hacia la celebraci?n de un segundo s?nodo para Africa. Para ayudarnos a examinar mejor los lineamenta, es ?til reflexionar brevemente sobre unos signos alentadores presentes en la iglesia de Africa, ver los problemas y los retos para la reconciliaci?n, la justicia y la paz en las sociedades africanas y, por ?ltimo, lo que la iglesia cat?lica ha hecho o puede hacer en este sentido.

Hay muchas diferencias en la situaci?n de cada iglesia de los 53 pa?ses que forman el continente africano. Por lo tanto no podemos generalizar. Las indicaciones que siguen miran a la vida interna de la iglesia en los pa?ses africanos.

Signos alentadores

Nadie duda que ?frica sea una iglesia en crecimiento. Los expertos dicen que, para la cristiandad mundial, Africa es el continente que m?s crece anualmente. Todos los a?os hay muchos africanos-as que reciben el bautismo. En algunos pa?ses los seminarios y los noviciados femeninos tienen m?s solicitudes de ingresos de los que, humanamente, puedan acoger. Adem?s, en Africa, se crean continuamente nuevas di?cesis y nuevas parroquias.

Pero Africa no se conforma s?lo con los n?meros. Podemos encontrar indicios de un crecimiento de la fe en el creciente n?mero de monasterios y de instituciones eclesiales presentes en Africa, en los retiros que las parroquias ofrecen a sus fieles a lo largo de todo el a?o, en tantas parroquias que funcionan sin sacerdote residente, en el crecimiento de centros diocesanos de pastoral y de catequesis, en las numerosas reuniones organizadas en las di?cesis para reflexionar y actualizar la Exhortaci?n apost?lica post-sinodal Ecclesia in Africa.

No falta tampoco el carisma de la santidad en Africa. Se est?n examinando muchas causas de beatificaci?n. Entre las m?s recientes la del que fue presidente de Tanzania Julius Nyerere. Los africanos buscan la manera de vivir su fe de forma cada vez m?s profunda. Los laicos se muestran muy activos. Los sacerdotes y los religiosos desarrollan actividades misioneras dentro y fuera de Africa.

Problemas y retos

Por otra parte, la iglesia en ?frica no est? encerrada en s? misma. Comparte los gozos y las esperanzas, los problemas y los retos de toda la sociedad africana. La dolorosa situaci?n de violencia y de guerra en Somalia, la tragedia de Darfur, las situaciones a?n sin soluci?n en Costa de Marfil y en la regi?n de los Gran-es Lagos, son siempre motivos de seria preocupaci?n.

Pobreza y miseria, enfermedades y ?sobre todo? el SIDA, son problemas concretos que han hecho mella en un amplio sector de la poblaci?n o lo tienen esclavizado.

Al mismo tiempo, en los ?ltimos 12 a?os, ?frica ha celebrado acontecimientos positivos, como el paso del apartheid a la democracia en la Rep?blica de Sud?frica; partidos hasta ayer de la oposici?n han ganado las elecciones en Senegal, Ghana, Malawi y Zambia; y los significativos adelantos hacia una mayor democratizaci?n en muchos pa?ses.

Papel de la Iglesia

La iglesia cat?lica, sin pretender entrar en campo pol?tico o econ?mico, sabe que puede contribuir, con la predicaci?n del evangelio, a la conversi?n de los corazones, al respeto de los derechos de los pueblos, al reconocimiento de las culpas y a la reconciliaci?n, a la clemencia y a la armon?a. A los fieles laicos se les invita continuamente a tomar conciencia y a hacerse cargo de su propia misi?n de llevar el esp?ritu de Cristo a los diferentes sectores de la vida social.

Las di?cesis de Africa emprenden iniciativas concretas de solidaridad cristiana hacia los pobres y necesitados. Muchas conferencias episcopales tienen su ?Comisi?n para la justicia y la paz? que ayuda tambi?n a la educaci?n de los ciudadanos en sus derechos y sus deberes de voto.

Los obispos, reunidos en conferencias, discuten sobre los problemas nacionales con valent?a y amor. Los desplaza-dos y los pr?fugos encuentran en la iglesia una instituci?n que se preocupa por ellos y quiere hacer nacer en su rostro una sonrisa.

La discusi?n sobre los ?Lineamenta? (para el pr?ximo S?nodo africano) ayudar? a enfocar las diferentes maneras con que la iglesia en Africa puede trabajar por la reconciliaci?n, la justicia y la paz en este gran continente. ■

Cardenal Francis Arinze
Nigeria

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HIMNO AL SANTO HERMANO PEDRO

?OH, PEDRO DE
VILAFLOR,
PRIMER SANTO DE
CANARIAS!
DIOS HIZO TU CORAZ?N
CANARIO DE GUATEMALA.


1. Llevaste pan a los pobres
en tu mano solidaria
y fue antorcha en tu camino
la Virgen de Candelaria.
As? hiciste universal
tu cuna de bruma y lava
y has llevado al santoral
olor de alisio y retama.

2. En la tierra peregrino
de Fe, de Amor y Esperanza.
Consuelo de desvalidos, A
p?stol de Guatemala.

Tu sue?o, tu Fundaci?n;
tu Patria, la Patria hermana;
dos orillas y una voz,
Hermano Pedro, te aclaman.

3. Excelso por ser humilde,
por ser pastor de las almas.
Comparten tu misma historia
dos tierras que a ti te cantan.
Tu entrega a los marginados
y tu vida consagrada,
han pintado los altares
con bandera azul y blanca.



Espacio religioso ?Cueva del-Santo Hermano Pedro?.
12r o12cfrAqJo
Tfno: 922-176-505 (El M?dano, Granadilla de Abona)

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AMERICA/HONDURAS - El X Encuentro Continental de la Red Inform?tica de la Iglesia en Am?rica Latina (RIIAL) concluye con el compromiso de crear nuevas formas de presencia y servicios a la luz de la Gran Misi?n continental (Fides)

ENCUENTRO CONTINENTAL DE LA RED INFORM?TICA
PARA AM?RICA LATINA ? RIIAL

(Tegucigalpa, 17 ? 21 de septiembre de 2007)

CONCLUSIONES


AN?LISIS

En el esp?ritu de Aparecida, vivimos un kair?s que nos lleva a asumir comprometidamente como RIIAL este tiempo en la vitalidad del Esp?ritu que se expresa en diversos dones, carismas y variados oficios (DA 150):

1. Se constata la madurez de la RIIAL evidenciada por la calidad de las experiencias y proyectos en curso.

2. La RIIAL es una red multimedi?tica que ofrece servicios de comuni?n eclesial en AL mediante el intercambio de conocimientos y experiencias acorde con el avance de las Tecnolog?as de Informaci?n y Comunicaci?n (TICs)

3. La RIIAL es respuesta a las exigencias socioculturales y evangelizadoras de cada contexto y momento hist?rico. Como red est? en permanente movimiento,
construcci?n y usa del Internet (DA 129, 130, 25)
4. La RIIAL como diakon?a de car?cter transversal: La RIIAL como servicio, medio y soporte de medios para optimizar la comunicaci?n al interior de todas las pastorales y, desde su experiencia, tendiendo vectores de cambio en el panorama de los medios de Am?rica Latina. La RIIAL como formadora y facilitadora de la cultura digital en la Iglesia en orden a la misi?n y a la construcci?n de disc?pulos permanentes DA 486.

5. Tarea cultural de la RIIAL: En un ambiente de relativismo se ha de abrir la tarea comunicativa RIIAL irradiando a la construcci?n de cultura, en respeto a la pluralidad y ?envolviendo la variedad de sentidos, sea capaz de proyectarla en un sentido hist?rico com?n? (DA 43 ? 46)

6. Cultura digital: La RIIAL tiene que evidenciar a la Iglesia como significativa en este contexto y ser agencia de sentido en medio de ?l. Ella hace discernimiento sobre el significado y consecuencias para el hombre, para la sociedad y para la Iglesia en las relaciones y formas intraeclesiales nuevas que emergen de su implantaci?n; comprende, decanta y proyecta nuevos servicios pastorales desde esta cultura propiciando el encuentro con la fe para llegar a la verdad que es Cristo (DA 477-479, 484).

7. Cultura RIIAL de trabajo en red: La preeminencia de los ?ltimos, la comuni?n eclesial a partir de redes y el trabajo en red como servicio a la pastoral de la Iglesia (DA 172, 522), esforz?ndonos por mantener el contacto personal cara a cara.

8. La RIIAL, en tanto m?stica, Mantiene unidas la formaci?n y la conversi?n. El horizonte de nuestra presencia en los medios es la verdad de Jesucristo y su evangelio del reino del amor, la justicia , la paz y la alegr?a (DA 522).

9. La RIIAL como ?Tejedora de redes? en la Iglesia: Esta tarea la desarrolla en esp?ritu de subsidiaridad y solidaridad en orden a crear sinton?as entre t?cnicos, agentes de pastoral y pastores, de manera que todas las realidades eclesiales puedan servirse de la RIIAL (DA 406e).

10. Servicio universal de la RIIAL: La RIIAL es un organismo de la Iglesia latinoamericana con vocaci?n de servicio a la Iglesia Universal.

11. La RIIAL es testimonio del uso evangelizador de las tecnolog?as de comunicaci?n en la Iglesia y procura tambi?n avanzar eclesialmente hacia el aprovechamiento de las tecnolog?as de Informaci?n y el uso de las diversas tecnolog?as del Conocimiento.


PROSPECTIVA

Desde una perspectiva de futuro encontramos como retos en la RIIAL:

12. La Comunicaci?n para la comuni?n en orden a la misi?n: Dentro del ?mbito de la cultura digital y la pastoral de conjunto la RIIAL, en su din?mica de red de redes, ha de ser facilitadora para crear comunidad en comuni?n para la misi?n ?que nos permita superar el ego?smo para encontrarnos plenamente en el servicio al otro?(DA 132-133, 240).

13. La inclusi?n digital y social como tarea RIIAL: Vista en un sentido integral e integrador (acceso, oportunidades, formaci?n para la conciencia cr?tica, m?stica y alfabetizaci?n digital DA 65, 486f, 490).

14. Sistematizar la experiencia eclesiol?gica subyacente a la vida de la RIIAL para ofrecerla como testimonio de vida de fe y aporte al PCCS en la construcci?n de una teolog?a de la comunicaci?n.

15. Construir como RIIAL, sin perder la din?mica procesual, un plan de comunicaciones en la perspectiva de Aparecida que se pueda monitorear y evaluar en cada encuentro seg?n objetivos, indicadores y metas propuestas, definiendo en ?l prioridades relacionadas con formaci?n, investigaci?n, incidencia, espiritualidad, pastoral y gesti?n.

16. La RIIAL debe dar un salto cualitativo para favorecer m?s decididamente la edici?n, producci?n y publicaci?n de unidades did?cticas en lenguaje y formatos digitales como servicio para otras pastorales (familiar, catequesis, juvenil, cultura, etc.).

17. Apoyar la reflexi?n y construcci?n de modelos y experiencias de formaci?n en pastoral de la comunicaci?n y cultura digital dentro de los seminarios mayores.

18. Desarrollar alianzas estrat?gicas con organizaciones y entidades sociales afines a la labor de la RIIAL

19. Plantear estrategias de encuentro virtual que nos permita revisar, debatir las l?neas y acciones dirigidas a continuar lo establecido en cada encuentro RIIAL, planteando con mayor claridad el dise?o pedag?gico y metodol?gico de los espacios ya dispuestos para ello (foros, ?gora y aula virtual).

20. Recuperar iniciativas RIIAL y hacerlas operativas.

21. Temas pendientes: brecha digital y alfabetizaci?n inform?tica, videoconferencias internacionales, apertura de espacios de di?logo intraeclesial en Internet, convergencia digital.

ACCIONES DE FUTURO

Vemos como tareas pendientes para la RIIAL:

22. Prever procesos de capacitaci?n en periodismo digital, edu-comunicaci?n, redes sociales, gesti?n del conocimiento en red y catequesis virtual, aprovechando los proyectos que las entidades RIIAL ya vienen trabajando.

23. Directorio de recursos: Documentos, talleres, pel?culas, conferencias, banco de programas, comunidad de p?ginas web, recursos humanos, etc.

24. Grupo interdisciplinar de investigaci?n y reflexi?n que trabaje los retos antropol?gicos y pastorales que supone la cultura digital empleando las diversas modalidades (presencial, a distancia) y el proyecto ?gora.

25. Propiciar otros colectivos virtuales que asociados al Centro Guadalupe ofrezcan espacios de formaci?n y producci?n acordes con las necesidades RIIAL del continente dentro del contexto de la Cultura digital (vg. Grupo de investigaci?n y desarrollo).

26. Apoyar la comuni?n entre los presbiterios y sus respectivos obispos aportando estrategias y herramientas RIIAL para tal fin.

27. Preparar la sostenibilidad econ?mica de los proyectos RIIAL a trav?s de una Fundaci?n.

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AMERICA/COSTA RICA - Los Obispos piden votar seg?n principios ?ticos en el refer?ndum sobre el TLC; llamamientos, iniciativas de oraci?n por la paz social y la comuni?n (Fides)

Comunicado de la Conferencia Episcopal de Costa Rica
en relaci?n con el referendo sobre el TLC


Por un voto ?ticamente responsable.

1. Los costarricense estamos a las puertas de una importante efem?ride nacional y desde nuestra misi?n de pastores somos conscientes que no debemos quedar ?al margen en la lucha por la justicia? (S.S. Benedicto XVI, Deus Caritas est 28). Pues la Iglesia ?colabora purificando la raz?n de todos aquellos elementos que la ofuscan e impiden la realizaci?n de una liberaci?n integral. Tambi?n es tarea de la Iglesia ayudar con la predicaci?n, la catequesis, la denuncia, y el testimonio del amor y de justicia, para que se despierten en la sociedad las fuerzas espirituales necesarias y se desarrollen los valores sociales. S?lo as? las estructuras ser?n realmente m?s justas, podr?n ser eficaces y sostenerse en el tiempo? (Aparecida 385).

2. Desde esta perspectiva, consideramos necesario invitar a todos los y las costarricenses a participar en el referendo del pr?ximo 7 de octubre, y as? cumplir con el deber c?vico de ejercer nuestra voluntad y libertad de voto, conforme a la propia conciencia, iluminada por los principios ?ticos propuestos por el Magisterio de la Iglesia.

3. Tenemos claro que todo Tratado de Libre Comercio, aunque sea tan solo un instrumento de pol?ticas comerciales, debe enmarcarse dentro de la concepci?n de desarrollo ?que es el paso, para cada uno y para todos, de condiciones de vida menos humanas, a condiciones m?s humanas? (S.S. Pablo VI, Populorum Progressio 20). Es decir, no puede justificarse s?lo como el beneficio de unos pocos, sino el de todos los grupos ciudadanos. Por eso, su calidad ?tica est? definida por su contribuci?n al bien com?n de la sociedad, es decir, de todos los que la integran, no s?lo el de algunos, y ni siquiera ?nicamente el de la mayor?a.

4. En esta concepci?n de desarrollo, que es la que la Iglesia ha venido proponiendo en su Magisterio Social, son elementales no s?lo los principios de eficiencia, competitividad y productividad, sino tambi?n, y de manera prioritaria, los principios de justicia, equidad, solidaridad, opci?n preferencial por los pobres, libertad, autonom?a, participaci?n, di?logo y respeto por el ambiente.

5. Para discernir si estos principios est?n presentes en cualquier Tratado de Libre Comercio es necesario preguntarse:
a. ?Corrige o aumenta la creciente brecha social y econ?mica interna?
b. ?Ayuda a eliminar o deja inalterables las ra?ces de la pobreza?
c. ?Fortalece o debilita la capacidad nacional para decidir con autonom?a sobre el propio desarrollo?
d. ?Quedan los productores costarricenses m?s fortalecidos o m?s vulnerables frente al socio comercial?
e. ?Respeta la vida humana tal como se estipula en nuestro ordenamiento jur?dico?

6. Con estas orientaciones, que resumen las que hemos venido proponiendo desde el a?o 2005, reafirmamos nuestro compromiso de iluminar desde el Evangelio y la Ense?anza Social de la Iglesia el ser y el quehacer de la comunidad nacional. No nos corresponde decir si hay que votar s? o no en el referendo, porque ?incumbe a las comunidades cristianas analizar con objetividad la situaci?n propia de su pa?s, esclarecerla mediante la luz de la palabra inalterable del Evangelio, deducir principios de reflexi?n, normas de juicio y directrices de acci?n seg?n las ense?anzas sociales de la Iglesia? (S.S. Pablo VI, Octogesima Adveniens 4).
7. Una vez realizado el referendo, exhortamos a todos los sectores a respetar nuestro estado social de derecho y a aceptar el resultado con madurez y serenidad, de tal manera que se evite todo aquello que pueda amenazar la paz social. Corresponder? a todas las fuerzas vivas de la Naci?n, unirnos en un di?logo transparente y abierto, para consolidar la paz que tiene como nombre el desarrollo. Un desarrollo humano, integral y solidario que propicie el bien com?n y una sociedad m?s justa, equitativa e inclusiva.

8. Ponemos en manos de Nuestro Se?or Jesucristo, Pr?ncipe de la paz, y bajo la protecci?n de Nuestra Se?ora de los ?ngeles, patrona y Madre de los costarricenses, este referendo que por primera vez celebramos en nuestra querida Costa Rica.

Dios bendiga a nuestra Patria.

Dado en la Sede de la Conferencia Episcopal, el d?a 20 de setiembre del 2007.

Comisi?n permanente de la Conferencia Episcopal.
+Jos? Francisco Ulloa Rojas.
Obispo diocesano de Cartago.
Presidente de la Conferencia Episcopal.


+Hugo Barrantes Ure?a.
Arzobispo Metropolitano de San Jos?.
Vicepresidente.

+?scar Fern?ndez Guill?n.
Obispo diocesano de Puntarenas.
Secretario General.

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Martes, 25 de septiembre de 2007
Discurso que entreg? Benedicto XVI el lunes, 24 de Septiembre de 2007, al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de Nicaragua ante la Santa Sede, Jos? Cuadra Chamorro.


Se?or Embajador:

1. Recibo complacido de sus manos las Cartas que lo acreditan como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la Rep?blica de Nicaragua ante la Santa Sede y, a la vez que le agradezco las amables palabras que ha tenido a bien dirigirme, le doy mi m?s cordial bienvenida en este solemne acto con el que inicia la misi?n encomendada por su Gobierno, la cual ya ejerci? entre 1997 y 1998.

Le ruego que haga llegar al Se?or Daniel Ortega Saavedra, Presidente de la Rep?blica, mis mejores deseos de paz, bienestar y prosperidad para su querida Naci?n, tan duramente probada por el reciente hurac?n "F?lix". Como ya hice en su momento, elevo de nuevo mi oraci?n al Todopoderoso por las v?ctimas humanas y expreso mi cercan?a espiritual a los numerosos damnificados que han perdido su vivienda o sus instrumentos de trabajo. Es de esperar que, adem?s de la ayuda interna, reciban generosas aportaciones por parte de la comunidad internacional.

2. Nicaragua, como tantos otros Pa?ses, tiene que afrontar diversos problemas de orden econ?mico, social y pol?tico. Encontrar los medios para resolverlos no es tarea f?cil, ya que se ha de contar siempre no s?lo con la buena disposici?n y colaboraci?n de los ciudadanos, sino sobre todo con la de los responsables de las diferentes instancias pol?ticas y empresariales. Es indispensable, pues, la uni?n de esfuerzos y voluntades para hacer posible una decidida acci?n de los gobernantes ante los retos de un mundo globalizado, los cuales hay que acometer con esp?ritu de aut?ntica solidaridad.

Esta virtud cristiana y tambi?n humana -dec?a mi predecesor Juan Pablo II- ha de inspirar la acci?n de los individuos, de los gobiernos, de los organismos e instituciones internacionales, as? como de todos los miembros de la sociedad civil, que se han de sentir comprometidos a trabajar por un aut?ntico desarrollo de los pueblos y de las naciones, teniendo como objetivo el bien de todos y de cada uno, como ense?a la doctrina social cat?lica (cf. ?Sollicitudo rei socialis?, 40-41).

3. En sus palabras, Se?or Embajador, se ha referido a las prioridades se?aladas por su Gobierno, como son lograr la llamada "Hambre cero", combatir el problema de las drogas, incrementar la alfabetizaci?n y eliminar la pobreza. Para alcanzar estos objetivos y reducir as? la desigualdad entre quienes lo tienen todo y quienes carecen de bienes b?sicos como la educaci?n, la salud y la vivienda, es fundamental la transparencia y honradez en la gesti?n p?blica que, frente a cualquier forma de corrupci?n, favorecen la credibilidad de las autoridades ante los ciudadanos y son determinantes para un justo desarrollo.

Ante estos objetivos, los responsables de las entidades civiles encontrar?n en la Iglesia en Nicaragua, a pesar de la escasez de sus recursos pero con la firmeza de los principios inspirados en el Evangelio, una colaboraci?n sincera para la b?squeda de soluciones justas. Se han de reconocer tambi?n sus esfuerzos por hacer crecer la conciencia y responsabilidad de los ciudadanos fomentando su participaci?n y su empe?o por atender las necesidades de quienes a menudo est?n sumidos en la pobreza y la marginaci?n.

Los Obispos en su Pa?s, desde las estructuras nacionales y diocesanas, y fieles a su misi?n estrictamente pastoral, ofrecen su disponibilidad a mantener un di?logo y una comunicaci?n constante y sincera con el Gobierno, contribuyendo a que se den las condiciones esenciales que favorezcan una verdadera reconciliaci?n, instaurando un clima de paz y de aut?ntica justicia social. Sin embargo, "el deber inmediato de actuar en favor de un orden justo en la sociedad es m?s bien propio de los laicos" (?Deus caritas est?, 28), los cuales deben desarrollar su actividad pol?tica como "caridad social". En este sentido me dirig?a a los Nuncios Apost?licos en Am?rica Latina, durante el encuentro con ellos, el 17 de febrero pasado (cf. ?L?Osservatore Romano?, edic. en lengua espa?ola, 23 febrero 2007, p. 10).

4. La Santa Sede quiere tambi?n expresar su reconocimiento a Nicaragua por su posici?n en los foros multilaterales sobre temas sociales, especialmente el respeto a la vida, frente a no pocas presiones internas e internacionales. En este sentido cabe considerar muy positivo que, el a?o pasado, la Asamblea Nacional aprobase la derogaci?n del aborto terap?utico. A este respecto, es imprescindible incrementar la ayuda del Estado y de la sociedad misma a las mujeres que tienen graves problemas con su embarazo.

Junto con el insoslayable tema de la vida, se percibe una urgente necesidad de rescatar y promover los valores humanos y morales, ante tantas formas de violencia, incluso en los hogares, a menudo fruto de la desintegraci?n de la familia o de la degradaci?n de las costumbres. La Iglesia en Nicaragua es bien consciente de esta triste realidad y trata de afrontarla con sus ense?anzas y programas pastorales, pero tambi?n es necesaria la intervenci?n de las instituciones p?blicas con programas educativos apropiados en lo que se refiere a la organizaci?n de la vida social.

5. Se?or Embajador, al final de este acto quiero formularle mis mejores deseos por el feliz desempe?o de sus funciones, que ayuden a fortalecer los tradicionales lazos de buena avenencia y cooperaci?n entre Nicaragua y la Santa Sede. Le ruego que transmita mi saludo al Se?or Presidente de la Rep?blica, a la vez que tengo presente en mi plegaria, por intercesi?n de Sor Mar?a Romero, la primera y tan querida Beata de su Pa?s, a todo el pueblo nicarag?ense. Pido al Alt?simo que lo asista siempre en la misi?n que hoy comienza, a la vez que invoco abundantes bendiciones sobre usted y sus colaboradores, as? como sobre los gobernantes y ciudadanos de Nicaragua.

[Texto original en espa?ol
? Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana]

Publicado por verdenaranja @ 23:53  | Habla el Papa
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Art?culo publicado en Bolet?n "Misioneros Javerianos" AGOSTO-SEPTIEMBRE 2007, N?mero 435.


LA INCULTURACI?N EN EUROPA (IV)

P. Carlos Collantes

(Ver primera parte aqu?)
(Ver segunda parte aqu?)
(Ver tercera parte aqu?)



Vivimos tiempos de ?ticas sin compromiso, sin esfuerzo; se lleva un estilo de vida ?descomprometido?, ligero. ?Para qu? entregarse a una causa noble con decisi?n, con tes?n, con esperanza? Ni las grandes verdades, ni las causas exigentes, ni los nobles ideales interesan, interesa el disfrutar porque todo es ef?mero, pasajero. Lo nuestro son los peque?os compromisos ?indoloros?, que no incomoden, que no desestabilicen, que no vayan a las ra?ces ni de la conciencia ni de la situaci?n, que no toquen las causas.

En la sensibilidad actual posmoderna se acent?a de manera exagerada el valor del presente que se convierte en tiempo ?nico; un presente ef?mero y fugaz que hay que disfrutar a tope, en detrimento del pasado y del futuro que se silencian y ocultan. Y una buena manera de disfrutar del presente es consumir. ?Posponer la felicidad a un futuro ilusorio o irreal? ?Por qu? sacrificar un disfrute inmediato, concreto por un futuro incierto, nebuloso? Al proponer como objetivo el disfrute ?compulsivo? del presente, se eliminan de la conciencia exigencias fuertes, arriesgadas, compromisos duraderos, generosos. Se elimina el pasado con su huella, su recuerdo, su ?peso?. Podemos recordarlo mediante celebraciones siempre y cuando no se hable demasiado de la historia de las v?ctimas, de los que cayeron en el camino en aras del ?progreso>, victimas de intereses, de ideolog?as o de pretendidas ?verdades?.

Ocultamiento interesado

Desde otras posiciones interesadas se difumina y oscurece el futuro, que es lo que queda a quienes est?n oprimidos y luchan con esperanza contra la injusticia en pos de un futuro m?s humano. La fuerza que sostiene a tantos hermanos de pie y les ofrece razones para seguir viviendo y luchando es el anhelo de un futuro mejor. Querer ocultar el futuro intentando que desaparezca del horizonte es una estrategia sutil para desalentar a unos y adormecer a otros. Pretenden anestesiar ideales, sue?os de un mundo mejor, la utop?a de la transformaci?n social, robarnos las ganas de luchar por un mundo m?s justo. Cuando se oculta el futuro, la salvaci?n acontece en el presente: disfruta, si puedes ?y si no? res?gnate, te ha tocado estar en el campo de los fracasados. Y si la niebla oculta el futuro, si borran el horizonte hacia el que caminar como hermanos de un mismo pueblo ?d?nde que-da la lucha com?n, el compartir, la solidaridad, la esperanza? Nos invitan a instalarnos en la desgana y la apat?a, en el conformismo y la resignaci?n.

Pero nosotros los cristianos somos un pueblo de peregrinos, tenemos una tradici?n viva, y el pasado tiene un nombre bonito: la fidelidad de Dios. Y ese pasado es memoria que ilumina, ayuda a comprender y sostiene. ?C?mo insertar a los j?venes en esa tradici?n cuando no existe el pasado? Y el futuro tiene tambi?n un hermoso rostro: las promesas de Dios, de un Dios fiel. Una promesa que motiva, despierta energ?as, entusiasma, moviliza. Cuando s?lo existe el presente fugaz, ef?mero que hay que disfrutar ?si puedes y tienes suerte porque has nacido en el Norte rico? ?c?mo podemos educar a los j?venes en valores como la solidaridad, la justicia para todos, la esperanza, la utop?a? ?D?nde que-dan los sue?os que alimentan la esperanza, d?nde el amor que sostiene la esperanza? Y ?d?nde queda el Dios de la fidelidad y de la promesa?


Disfruta, no pienses

Esta concentraci?n del tiempo en el presente no es ingenua, el materialismo del que a veces nos quejamos tiene mu-
cho que ver con esta concepci?n; puesto que s?lo existe el presente, disfruta al m?ximo sin hacerte demasiadas preguntas. ?Si me va bien, ?por qu? necesito pensar en el futuro??, me dec?a un joven. No quieren que pensemos que todo est? conectado: el Norte ?la riqueza de unos? y el Sur, ?el empobrecimiento de una gran mayor?a?. Y si nos ?arrebatan? el futuro y anestesian los sue?os de fraternidad universal ?qu? es lo que queda entonces? El pragmatismo materialista. El aire cultural que respiramos, impregnado fuertemente de individualismo y subjetivismo con tintes hedonistas, penetra las decisiones ?peque?as y gran-des? de tanta gente. Cuando ?desaparece? el futuro y la esperanza se debilita, surgen por doquier suced?neos, futuros de sustituci?n: el auge
de la ?futurolog?a?. Hor?scopos, adivinos, vendedores de humo, explotadores de la credulidad o de los miedos, de la curiosidad o de la ansiedad. Otros buscan por doquier energ?as positivas... ola imposible eterna juventud.

Claro que hay que vivir en el presente ?es lo ?nico que tenemos? sin evasiones ni escapismos, transform?ndolo. Nuestra fe en un m?s all? feliz no puede ni debe enfriar nuestro compromiso por hacer la tierra m?s habitable, justa y humana para todos. Por ello tenemos que pensar y construir juntos un futuro com?n de manera justa y solidaria.
Y aunque el compromiso militante, responsable, exigente parece retroceder, para construirlo podemos aprovechar el potencial ?tico y de solidaridad que existe entre nosotros en tantas personas, grupos, asociaciones. Ocuparse de lo justo es necesario, y la justicia ?la b?blica? comienza en ese Dios que escucha el grito de los oprimidos. La opci?n preferencial por los pobres supone una gran dosis de esperanza, fe en el futuro, fe en un Dios amante de la vida, defensor de los oprimidos.

Nuestro Dios es el Dios de la esperanza, de los ?cielos nuevos y la tierra nueva? que conf?a a los creyentes el presente para transformarlo conforme a sus sue?os: "Que todos sean uno"; el Dios que quiere que una vida m?s digna y humana para todos sus hijos e hijas, vida que se transforma en una convivencia m?s fraterna y justa, m?s compasiva y solidaria; el Dios que despierta confianza y gozo. El Dios de Jesucristo que nos invita a trabajar en su vi?a, en la acogida y construcci?n de su Reino.

Testigos del Evangelio

La poderosa y fr?gil sociedad de nuestros d?as no parece ejarse seducir por el evangelio, al contrario pretende erigirse en ?dolo seductor que inocula sutilmente en nuestros corazones su escala de valores, sus criterios de juicio, su
estilo de vida que se infiltra en nuestras decisiones y actitudes, aparentemente espont?neas o reflexivas, pero tal vez interiorizadas sin demasiada cr?tica. La desilusi?n, la anemia espiritual, la flojera apost?lica debilitan el empuje misionero de nuestras comunidades cristianas. El entusiasmo no es hoy el rasgo distintivo de nuestra fe-esperanza. Esta debilidad-flojera est? causada, en parte, por el enorme influjo seductor de la cultura que nos envuelve.

?De tales obst?culos, que perduran en nuestro tiempo, nos limitaremos a citar la falta defervor, tanto m?s grave cuanto que viene de adentro. Dicha falta de fervor se man?fiiesta en la fatiga y desilusi?n, en la acomodaci?n al ambiente y en el desinter?s, y sobre todo en la falta de alegr?a y de esperanza... Por ello, a todos aquellos que por cualquier t?tulo o en cualquier grado tienen la obligaci?n de evangelizan Nos los exhortamos a alimentar siempre el fervor del esp?ritu... Conservemos, pues, el fervor espiritual. Conservemos la dulce y confortadora alegr?a de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre l?grimas...? (Pablo VI Evangelii Nuntiandi, 80)

S?lo en parte, hay otras causas que de-penden de nuestra pobre experiencia de Dios, de nuestra relaci?n superficial, intermitente, mediocre con El. Faltan profetas. La misi?n es manifestaci?n y fruto de una vida cristiana s?lida, convencida, entusiasta, y si ?sta se resiente, la misi?n se debilita. La inculturaci?n del evangelio en nuestra sociedad pasa por el testimonio de vida de nuestras comunidades cristianas. ■

?El hombre, por muy aut?nomo que sea, y la pol?tica, por muy democr?tica que quiera ser, tienen carencias tan importantes como no poder fabricar valores sino s?lo recibirlos... La autonom?a es la fabricaci?n de leyes que est?n al servicio de los valores, pero no crea valores tan democr?ticos como la libertad, la igualdad o la fraternidad. Esos estaban ya all? y de ellos hablaban las religiones. Atr?s queda la ingenuidad de tantos laicistas que ven la soluci?n del problema de la religi?n en su relegaci?n a la sacrist?a... pero la religi?n tiene algo que decir en dos puntos cruciales del hombre moderno: en el tipo de hombre que queremos ser y si es posible construir otro mundo?. (Reyes Mate)

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Art?culo publicado en Bolet?n Informativo de la obra "Mater Christi", n?mero 66, Septiembre-Diciembre 2007.


Qu? f?cil es encontrar al culpable, y no precisamente uno mismo, cuando una situaci?n se torna negativa o es an?mala.
Es algo que se puede comprobar con gran facilidad y sin necesidad de ir muy lejos.

Cualquiera sabe que le resulta muy dif?cil reconocer los propios errores, tanto para s? como ante los dem?s, aunque esto ?ltimo sea a?n m?s complicado, porque el res-peto humano, la falta de sencillez o de humildad, el orgullo, la vanidad... llevan a la persona a no mostrarse con la transparencia deseada y necesaria.

Pero estos motivos no parece que sean los que realmente hagan que la persona reaccione con un comportamiento, social, comunitario o personal, poco defendible, y tantas veces injustificable.

Mas bien habr? que encontrar la respuesta en el escaso sentido de la responsabilidad con el que se vive.
Echar la culpa al otro por sistema, o querer justificar la situaci?n incorrecta, con todos los perjuicios que ello acarrea, sin aceptar lo que puede ser m?s que probable: que alguna responsabilidad tiene uno mismo en el hecho o situaci?n negativa surgida, no deja de ser algo, cuando menos, bochornoso.

Parece que estos tiempos no se caracterizan, precisamente, por encontrar en la sociedad personas capaces de un compromiso coherente con el lugar que les ocupa o la responsabilidad que les corresponde. Se prefiere pasar sin significarse, y poder, as?, marchar subidos al tren de la vida sin complicaciones.

Estimulados por la sociedad de consumo y apegados a todo lo que ella ofrece, se va dando de lado a valores importantes para la persona y el entorno vital que la acompa?a.

No se quiere atender a las condiciones y consecuencias que impone este "tren de la vida sin complicaciones", a las "exigencias" que va imponiendo progresivamente y que terminar?n condicion?ndolo todo, de tal forma, que puede llevar a la persona a situaciones definitivas y sin retorno.

Se puede llegar a verdaderas esclavitudes sutiles, que, sin tal apariencia, hacen que las personas vivan inmersas en unos roles impropios de su situaci?n personal y social real, o lejos de unos principios morales que recibi? en su momento; que cultiv? y que, de una forma bastarda y enga?osa, abandon? en un momento dado, ante cualquier se?uelo de bienestar: dinero, parcelas de influencia y de poder, vanidades del mundo, etc.

Y a cambio de todo esto, la persona, que aparentar? felicidad, en el fondo ser? una felicidad ficticia, porque realmente no est? viviendo como sus principios marcaban y exig?an. Disfrutar? de un bienestar exterior, que no pocas veces se le har? cuesta arriba, porque tambi?n ?ste pedir? unas compensaciones duras de satisfacer. Bienestar material que quisiera cambiar por la paz de su con-ciencia, que, con alguna frecuencia, se ve violentada al tener que aceptar y secundar pensamientos y acciones que la repugnan, o simplemente contrarios a sus principios morales.

L?gicamente toda esta situaci?n no termina en la persona individual, sujeto de un comportamiento responsable o irresponsable, sino que por derivaci?n l?gica afecta e influye en su entorno de influencia: familiar, laboral, social, etc.

Y lo hace de una forma tan determinante, que sin poder evitarlo ejerce unas con-secuencias ben?ficas o negativas, seg?n la realidad y el desarrollo del comportamiento en cuesti?n.

Sin duda que est? bien que la persona se esfuerce por conseguir un bienestar familiar, laboral y social adecuado, y lo m?s beneficioso posible para s? y los suyos, pero lo que nunca debe hacer es hipotecar los valores esenciales, que han de ser el motor de la vida, por realidades terrenales que son tan superfluas como transitorias.

Es una verdadera l?stima que el hombre, ser trascendente en su esencia misma, se comporte tantas veces como algo exclusivo de este mundo terrenal, con la paradoja de que, como interiormente siente su trascendencia, reduzca esta vida trascendente a la misma materialidad, y pretenda que lo transitorio y caduco sea como si fuera a durar siempre, aunque en el fondo sepa que no es as?, pero todas sus respuestas a la vida pretenden que testimonien lo contrario.

A la base de toda esta realidad est? el sentido de la responsabilidad, de la que lamentablemente se abdica con alguna frecuencia, sin reparar en que al vivir sin este sentido de la responsabilidad, lo que termina logr?ndose es, de alguna manera, la degradaci?n misma de la persona, porque entre las p?rdidas m?s sensibles estar? la p?rdida de su aut?ntica la libertad.

Se quiera o no, la persona tiene una capacidad de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de lo que hace libremente. Y esta capacidad se llama responsabilidad.

Cuando la persona se comporta responsablemente quiere decir que para ella no cabe el "todo vale", que se ejercita con demasiada frecuencia en nuestra sociedad contempor?nea, porque priman los ego?smos y deseos de cualquier tipo, que han de conseguirse "como sea". Se dice que no, porque la justicia y los derechos humanos prevalecen por encima de todo, pero al fin, en la brega diaria de la vida, se comprueba infinidad de veces que el comportamiento personal no es as?.

Los medios de comunicaci?n, particularmente los denominados 'de masas', hacen un muy mal servicio a las personas y a la sociedad cuando no fomentan este sentido de la responsabilidad, mostrando modelos de comportamiento que para nada est?n determinados por los principios de la libertad interior aut?ntica, que ha de llevar a la exigencia personal del reconocimiento y asunci?n de las consecuencias en todas sus dimensiones y las respuestas que ?stas demanden.

No valen los modelos de vida que aparecen como unos adalides de la libertad, porque pueden hacer lo que quieren en muchos aspectos de la vida, pero en el fondo no viven responsablemente al no aceptar y asumir las verdaderas consecuencias de sus actos.

Vivir con un verdadero sentido de la responsabilidad, exige mucho a la persona, porque a todo lo que es importante y trascendente en la vida ha de tener y d?rsele una respuesta adecuada.

Se puede decir, finalmente, que una persona, cuando quiere ser responsable y vivir como tal, ha de reflexionar mucho sobre sus opciones y sus comportamientos, as? como en las consecuencias que tendr?n, por-que no puede aceptar cualquier cosa para conseguir un fin, ya que ni "todo vale", ni "el fin justifica los medios".

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Se ha recibido en la parroquia invitaci?n a la participaci?n en las celebraciones de la consagraci?n de dos nuevos miembros al Ordo Virginum.

Que en ti, Se?or, lo encuentre todo
y sepa preferirte sobre todas las cosas.

De la Oraci?n Consecratoria


La Laguna, 15 de septiembre de 2007


Estimado hermano en Cristo:

Con la celebraci?n del Concilio Vaticano II se produjo la recuperaci?n del Ordo Virginum, tan antiguo como la propia Iglesia.

En nuestra Di?cesis, con gozo, nos sentimos queridas por Dios. Dios est? grande con nosotros, se nos regala y este a?o lo hace con la llamada de Chary y de Toy, que ser?n consagradas en el Orden de Las V?rgenes por nuestro obispo, Don Bernardo.

Mar?a del Rosario Santos Ramos, Chary, ser? consagrada el 21 de octubre, en la Parroquia de Nuestra Se?ora de La Concepci?n de La Laguna, a las 19'30 horas.

Rosario Mendoza M?ndez, Toy, ser? consagrada en La Gomera, concretamente en la Parroquia de Nuestra Se?ora de la Encarnaci?n, en Hermigua, el domingo 11 de noviembre, a las 11'30 horas.

Con alegr?a le invitamos a participar en estas celebraciones. Asimismo, agradecemos que, con sus oraciones, nos siga ayudando a ser signo visible del amor de Dios.
Cuente con nuestras oraciones.

Orden de las V?rgenes Consagradas Di?cesis de San Crist?bal de La Laguna

Lunes, 24 de septiembre de 2007
Trabajo sobre la presencia de la Virgen Mar?a en Europa publicado en DOSSIER FIDES de agencia Fides.

MARIA Y EUROPA
(Segunda Parte)

A cargo de N. Bux y S. Vitiello



HOLANDA


Los Pa?ses Bajos conocieron por primera vez el Acontecimiento cristiano en 384, gracias a la evangelizaci?n de san Servacio, primer ap?stol de esas regiones; desarroll? su ministerio en Maastricht (en el sur, en el l?mite con B?lgica). Se relata que aqu? habr?a construido una capilla dedicada a la Virgen Madre, a partir de la cual se habr?a luego desarrollado el actual majestuoso santuario.

La necesaria reevangelizaci?n de esas tierras, despu?s de las invasiones de las poblaciones b?rbaras en el siglo VII, fue obra de los monjes itinerantes irlandeses, entre los cuales recordamos a san Wilfrido y a san Wilibrordo (657-738), que se convirti? despu?s en el santo m?s popular de los Pa?ses Bajos. Ejerci? su propio ministerio principalmente en Utrecht, donde fund? una iglesia mariana.

El pueblo cat?lico holand?s floreci? en medio de las ?competencias ciudadanas? del a?o Mil, en las cuales todas las instituciones de la sociedad de entonces se empe?aban en procurar para la propia ciudad la protecci?n de la Virgen, sobre todo por medio de la adopci?n de una imagen milagrosa, frecuentemente de dimensiones reducidas y sin particulares pretensiones est?tico-art?sticas; un pueblo que conoci? la involucraci?n humana de las peregrinaciones, que, m?s que cualquier otra cosa, sancion? la uni?n hist?rica entre los Pa?ses Bajos y la vecina B?lgica, rica en numerosos destinos de culto.

Tampoco a este pa?s le fue ahorrado el golpe protestante, que se concret?, sobre todo en la persecuci?n calvinista a los cat?licos. Estos, objetivamente en minor?a, se vieron privados de sus propios derechos fundamentales, entre ellos los derechos pol?ticos, y se les impidi? ejercer p?blicamente el culto, asistiendo indefensos a la equiparaci?n de la expresi?n de la propia fe con un mero delito sancionable a veces penalmente.

Suprimido todo lo que llamara a la oraci?n, de modo particular los santuarios, m?s all? de la evidente furia iconoclasta, fue suprimida toda fiesta, peregrinaci?n o procesi?n. De esa manera s?lo fue posible para los cat?licos holandeses, continuar las pr?cticas religiosas camufl?ndolas bajo otras formas, con el fin de preservar y custodiar la propia identidad cristiana y, por lo tanto, tambi?n nacional.

Es el caso de ?s-Hertogenbosch, en el cual la antigua procesi?n que se realizaba durante siete tardes consecutivas, se convirti? en un recatado y silencioso paseo.

Los cat?licos pudieron ver nuevamente reconocida su propia identidad, dignidad y libertad s?lo hacia el final del siglo XVIII con la ocupaci?n napole?nica y la expulsi?n de los Orange. En este periodo el Pueblo de Dios recuper? las catedrales previamente confiscadas, entre las cuales amerita una menci?n particular la de ?Nuestra Se?ora del Bosque de ?s-Hertogenbosh?.

SANTUARIO DE NUESTRA SE?ORA DEL BOSQUE ? ?S-HERTOGENBOSH.

La construcci?n tardo-g?tica tiene su origen en el culto de una estatua milagrosa, custodiada actualmente en la capilla de esta grandiosa y estupenda catedral.

Dicha estatua, removida inicialmente por su poco valor y colocada en un dep?sito, atrajo todo el culto popular, cuando en el vano intento por volverla a trasladar, desde el momento en que hab?a sido reubicada en la catedral luego de numerosas insistencias de un obrero, se verificaron numerosas curaciones prodigiosas, documentadas con precisi?n.

SANTUARIO DE NUESTRA SE?ORA ESTRELLA DEL MAR ? MAASTRICHT.

En Maastricht, cuna del cristianismo holand?s, el culto mariano es antiqu?simo y con ra?ces profundas. La iglesia actual se remonta al siglo XII y tiene el aspecto de una fortaleza, con torres de defensa y aspilleras. La estatua que se custodia actualmente all? se remonta al siglo XV y probablemente sustituy? una imagen m?s antigua.

La poblaci?n conoci? la peregrinaci?n a la Virgen Estrella del Mar a inicios del siglo XVI, y su culto se prolong? hasta 1639, cuando la ciudad fue sometida por los protestantes. En este a?o la estatua experiment? un periodo de complejas peregrinaciones entre B?lgica y Holanda, que concluyeron solo hacia la mitad del siglo pasado, cuando la imagen fue vuelta a ubicar en su lugar.

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Mons. Juan Carlos Roman?n, Obispo de R?o Gallegos (Argentina) en una Carta Pastoral sobre el compromiso ciudadano ante las pr?ximas elecciones presidenciales del 28 de octubre. R?o Gallego (Agencia Fides)

SOBRE EL COMPROMISO CIUDADANO
Y LAS PR?XIMAS ELECCIONES


Carta pastoral de monse?or Juan Carlos Roman?n SDB, obispo de R?o Gallegos (19 de setiembre de 2007)


Queridos hermanos y hermanas:

En este tiempo que nos acercan a las pr?ximas elecciones, quiero recordarles lo que los Obispos de Argentina hemos reflexionado y compartido para ?los hijos de la Iglesia y para todos los hombres y mujeres de buena voluntad? en el pasado mes de abril.

Descubrir nuestra vocaci?n por el bien com?n es hacernos corresponsables de la vida social y pol?tica de nuestra Provincia y de la Naci?n.


All? hemos dicho:

1. ?Este a?o, marcado de manera particular por las elecciones, es una ocasi?n propicia para que hagamos un examen serio de nuestro comportamiento social, y analicemos c?mo es el cumplimiento de nuestros deberes y la exigencia de nuestros derechos, sea como simples ciudadanos, sea como autoridades llamadas a ejercer la funci?n para la que son elegidas.

2. El acto eleccionario requiere el conocimiento de las propuestas y el pleno ejercicio de la libertad del ciudadano. Esto compromete al que se postula, quien debe definir claramente su programa de acci?n pol?tica, y al que debe votar, a informarse debidamente de la probidad de los candidatos y de la dimensi?n ?tica de sus propuestas.

3. La trascendencia del acto eleccionario exige una gran transparencia, que lo aleje de pr?cticas demag?gicas y presiones indebidas, como el clientelismo y la d?diva, que desvirt?an su profundo significado y degradan la cultura c?vica. Por otra parte, es obligaci?n del ciudadano controlar la gesti?n del gobernante.


Algunos desaf?os a tener presentes

4. Son muchos los desaf?os que debemos enfrentar. Se?alamos algunos que nos parecen m?s significativos y nos comprometen como ciudadanos:

a. la vida: es un don de Dios y el primero de los derechos humanos que debemos respetar. Corresponde que la preservemos desde el momento de la concepci?n y cuidemos su existencia y dignidad hasta su fin natural;
b. la familia: fundada en el matrimonio entre var?n y mujer, es la c?lula b?sica de la sociedad y la primera responsable de la educaci?n de los hijos. Debemos fortalecer sus derechos y promover la educaci?n de los j?venes en el verdadero sentido del amor y en el compromiso social;
c. el bien com?n: es el bien de todos los hombres y de todo el hombre. Debemos ponerlo por sobre los bienes particulares y sectoriales. Su primac?a sustenta y fortalece los tres poderes del Estado, cuya autonom?a, real y aut?ntica, se hace imprescindible para el ejercicio de la democracia. Dicho bien com?n se afianza cuando la autoridad sanciona leyes justas y vela por su acatamiento. Tambi?n el ciudadano est? obligado en conciencia a cumplirlas, salvo que se opongan a la ley natural;
d. la inclusi?n: debemos priorizar medidas que garanticen y aceleren la inclusi?n de todos los ciudadanos. La pobreza y la inequidad, no obstante el crecimiento econ?mico y los esfuerzos realizados, siguen siendo problemas fundamentales. Toda gesti?n social, pol?tica y econ?mica debe estar orientada al logro de una mayor equidad, que permita a todos la participaci?n en los bienes espirituales, culturales y materiales;
e. el federalismo: tenemos que promover el verdadero federalismo, que supone el fortalecimiento institucional de las Provincias, con su necesaria y justa autonom?a respecto del poder central. Los poderes del Estado se ennoblecen cuando consolidan la estructura federal y republicana del Pa?s;
f. pol?ticas de Estado: la experiencia nos ha ense?ado que una sociedad no crece necesariamente cuando lo hace su econom?a, sino sobre todo cuando madura en su capacidad de di?logo y en su habilidad para gestar consensos que se traduzcan en pol?ticas de Estado, que orienten hacia un proyecto com?n de Naci?n. Este sigue siendo un fuerte desaf?o para nuestra democracia.

5. Nuestro pa?s sufre todav?a fragmentaci?n y enfrentamientos, que se manifiestan tanto en la impunidad, como en desencuentros y resentimientos. Nos queda pendiente la deuda de la reconciliaci?n. En este sentido, el Papa nos recuerda que ?las condiciones para establecer una paz verdadera son la restauraci?n de la justicia, la reconciliaci?n y el perd?n?.
Como Equipo de Pastoral Social Diocesano, entendemos que los criterios y orientaciones pastorales presentados como fruto de la reflexi?n de los Obispos argentinos aportan claridad y horizonte al conjunto Nacional.
Creemos conveniente hacer algunas precisiones en lo que ata?e a nuestra realidad local (Santa Cruz y Tierra del Fuego) es por esto que sumamos algunos p?rrafos de los mensajes y comunicados de prensa realizados a lo largo del presente a?o:
- ?Todo reclamo debe ser escuchado, recibido y gestionado por las autoridades competentes en un estado democr?tico? (21 de marzo 2007).
- ?Ya es tiempo que la justicia en Santa Cruz pueda independizarse del poder pol?tico?Porque s?lo la justicia puede ser garante de la paz social, s?lo la justicia aleja la violencia, la prepotencia, el encubrimiento, la impunidad, y s?lo la justicia nos permitir? vincularnos de una manera m?s democr?tica y m?s humana ? (18 de agosto de 2007)
- ?Que la concreci?n de contextos de di?logo faciliten nuestra convivencia democr?tica y recuperen la paz social desde la garant?a de la justicia?. (31 de mayo de 2007).

Que estas acentuaciones: la ESCUCHA, el DI?LOGO, la JUSTICIA, iluminen el horizonte de convivencia social que necesitamos en nuestras Provincias diocesanas de la mano de quienes est?n y quienes asuman la responsabilidad de gobernar para todos.

Que la Virgen Mar?a, nuestra Se?ora de Luj?n, nos acompa?e con su intercesi?n en este camino del pueblo que peregrina en la Di?cesis de R?o Gallegos.

Mons. Juan Carlos Roman?n SDB, obispo de R?o Gallegos

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Discurso que pronunci? Benedicto XVI el 9 de septiembre, al t?rmino de su viaje apost?lico a Austria ?con ocasi?n del 850? aniversario de la fundaci?n del Santuario de Mariazell--, a representantes del mundo del voluntariado austriaco que se dieron cita en la ?Konzerthaus?, el famoso palacio de los conciertos de Viena.


VIAJE APOST?LICO
DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI
A AUSTRIA
CON OCASI?N DEL 850 ANIVERSARIO
DE LA FUNDACI?N DEL SANTUARIO DE MARIAZELL


DISCURSO DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
A LOS COLABORADORES VOLUNTARIOS
DE LOS ORGANISMOS DE AYUDA


Domingo 9 de septiembre de 2007


Honorable se?or presidente federal;
reverend?simo monse?or arzobispo Kothgasser;
queridos colaboradores y colaboradoras voluntarios y honorarios de los diversos organismos de ayuda de Austria;
ilustres se?oras y se?ores;
y, sobre todo, queridos j?venes amigos:

He esperado con particular alegr?a este encuentro con vosotros, que se realiza al final de mi visita a Austria. Y, naturalmente, se suma tambi?n la alegr?a de haber podido escuchar no s?lo una admirable interpretaci?n de Mozart, sino inesperadamente tambi?n a los Ni?os cantores de Viena. Os doy las gracias de todo coraz?n. Es hermoso encontrarse con personas que en nuestra sociedad tratan de dar un rostro al mensaje del Evangelio; ver personas, ancianas y j?venes, que hacen experimentar de forma concreta en la Iglesia y en la sociedad el amor que nos debe conquistar a los cristianos: el amor de Dios es lo que nos hace reconocer en el otro al pr?jimo, al hermano o a la hermana.

Expreso mi gratitud y mi admiraci?n por el generoso compromiso de tantas personas de diferentes edades en el voluntariado en este pa?s; a todos vosotros y a los que desempe?an de forma gratuita un encargo en Austria quisiera expresarles hoy mi particular reconocimiento. Le doy las gracias de coraz?n a usted, estimado se?or presidente; a usted, querido arzobispo de Salzburgo; y sobre todo a vosotros, j?venes representantes de los voluntarios de Austria, por las hermosas y profundas palabras que me hab?is dirigido.

Gracias a Dios, para muchos es una cuesti?n de honor comprometerse voluntariamente en favor de los dem?s, de una asociaci?n, de una uni?n o de determinadas situaciones de bien com?n. Ese compromiso significa ante todo una ocasi?n para formar la personalidad y para insertarse en la vida social con una contribuci?n activa y responsable. Sin embargo, la disponibilidad a una actividad de voluntariado se basa a veces en muchas y diversas motivaciones. A menudo en el origen existe simplemente el deseo de hacer algo que tenga sentido y sea ?til, y de abrir nuevos campos de experiencia. Naturalmente, de esa forma los j?venes tambi?n buscan, con raz?n, la alegr?a y actividades gratificantes, una experiencia de aut?ntica camarader?a en una actividad com?n llena de sentido. Con frecuencia, las ideas y las iniciativas personales van acompa?adas de un amor efectivo al pr?jimo; as?, la persona se integra en una comunidad que lo sostiene.

En este momento, quiero expresar mi gratitud m?s sincera por la marcada "cultura del voluntariado" en Austria. Quiero dar las gracias a todas las mujeres, a todos los hombres, a todos los j?venes y a todos los ni?os. En efecto, a menudo es notable el compromiso de los ni?os en el voluntariado; basta pensar s?lo en la acci?n de los "Cantores de la estrella" durante el tiempo navide?o. Usted, querido arzobispo, ya lo ha mencionado. Sobre todo, quisiera dar las gracias tambi?n por los servicios peque?os y grandes, y por los esfuerzos que no siempre llaman la atenci?n.

Muchas gracias, y que Dios os recompense por vuestra contribuci?n a la edificaci?n de una "civilizaci?n del amor", que se pone al servicio de todos y construye la patria. El amor al pr?jimo no se puede delegar; el Estado y la pol?tica, con la solicitud, por lo dem?s necesaria, por la situaci?n social ?como usted, se?or presidente, ha afirmado?, no pueden sustituirlo. El amor al pr?jimo requiere siempre el compromiso personal y voluntario, para el cual ciertamente el Estado puede y debe crear condiciones generales favorables. Gracias a este compromiso, la ayuda mantiene su dimensi?n humana y no se despersonaliza. Y precisamente por eso vosotros, los voluntarios, no sois "tapagujeros" en la red social, sino personas que de verdad contribuyen a dar un rostro humano y cristiano a nuestra sociedad.

Precisamente los j?venes desean que su capacidad y sus talentos sean "suscitados y descubiertos". Los voluntarios quieren ser interpelados personalmente: "Te necesito", "t? eres capaz". ?Cu?nto bien nos hace una petici?n de este tipo! Precisamente en su sencillez humana, nos remite de modo indirecto al Dios que nos ha querido a cada uno de nosotros y que a cada uno ha dado su tarea personal, m?s a?n, que necesita de cada uno de nosotros y espera nuestro compromiso.

As?, Jes?s ha llamado a los hombres y les ha dado la valent?a para llevar a cabo cosas grandes, que por s? mismos no se sentir?an capaces de hacer. Dejarse llamar, decidirse y despu?s emprender un camino sin la acostumbrada pregunta sobre la utilidad y los beneficios: esta actitud dejar? huellas sanadoras. Los santos han indicado este camino con su vida. Es un camino interesante y apasionante, un camino generoso y muy actual. El "s?" a un compromiso de voluntariado y solidaridad es una decisi?n que nos hace libres y nos abre a las necesidades de los dem?s; a las exigencias de la justicia, de la defensa de la vida y de la salvaguardia de la creaci?n. En los compromisos de voluntariado entra en juego la dimensi?n clave de la imagen cristiana de Dios y del hombre: el amor a Dios y el amor al pr?jimo.

Queridos voluntarios, se?oras y se?ores, comprometerse en el voluntariado constituye un eco de la gratitud y es la transmisi?n del amor recibido. "Deus vult condiligentes", "Dios quiere personas que amen con ?l", afirm? el te?logo Duns Escoto en el siglo XIV (Opus Oxoniense III, d. 32, q. 1, n. 6). Visto as?, el compromiso gratuito tiene mucho que ver con la gracia. Una cultura que quiere contabilizarlo todo y pagarlo todo, que sit?a la relaci?n entre los hombres en una especie de cors? de derechos y deberes, experimenta gracias a las innumerables personas comprometidas gratuitamente que la vida misma es un don inmerecido.

Aunque las motivaciones y tambi?n los caminos del compromiso del voluntariado puedan ser diversos, m?ltiples e incluso contradictorios, en resumidas cuentas todos se basan en la profunda comuni?n que brota de la "gratuidad". Hemos recibido gratuitamente de nuestro Creador la vida; hemos sido liberados gratuitamente del callej?n sin salida del pecado y del mal; nos ha sido dado gratuitamente el Esp?ritu, con sus m?ltiples dones. En mi enc?clica escrib?: "El amor es gratuito; no se practica para obtener otros objetivos" (Deus caritas est, 31). "Quien es capaz de ayudar reconoce que, precisamente de este modo, tambi?n ?l es ayudado; el poder ayudar no es m?rito suyo ni motivo de orgullo. Es gracia" (ib., 35). Transmitamos gratuitamente, con nuestro compromiso, con nuestra actividad de voluntariado, lo que hemos recibido. Esta l?gica de la gratuidad est? por encima del simple deber y poder moral.

Sin el compromiso del voluntariado, el bien com?n y la sociedad no pod?an, no pueden y no podr?n perdurar. La disponibilidad espont?nea vive y se demuestra m?s all? del c?lculo y de la compensaci?n esperada; rompe las reglas de la econom?a de mercado. En efecto, el hombre es mucho m?s que un simple factor econ?mico, que se valora seg?n criterios econ?micos. El progreso y la dignidad de una sociedad dependen siempre precisamente de las personas que hacen m?s de lo que constituye su deber estricto.

Se?oras y se?ores, el compromiso del voluntariado es un servicio a la dignidad del hombre, que se fundamenta en el hecho de haber sido creado a imagen y semejanza de Dios. San Ireneo de Lyon, en el siglo II, dijo: "La gloria de Dios es el hombre que vive, y la vida del hombre es la visi?n de Dios" (Adversus haereses IV, 20, 7). Y Nicol?s de Cusa, en su obra sobre la visi?n de Dios, desarroll? este pensamiento as?: "Puesto que el ojo est? all? donde se encuentra el amor, siento que t? me amas. (...) Tu mirar, Se?or, es amar. (...) Al mirarme, t?, Dios escondido, me permites descubrirte. (...) Tu mirar vivifica. (...) Tu mirar significa obrar" (De visione Dei, Die Gottesschau, en: Philosophisch-Theologische Schriften, hg. und eingef. von Leo Gabriel, ?bersetzt von Dietlind und Wilhelm Dupr?, Viena 1967, Bd. III, 105-111). La mirada de Dios, la mirada de Jes?s, nos trasmite el amor de Dios. Hay miradas que pueden caer en el vac?o o incluso despreciar. Y miradas que pueden conferir aprecio y expresar amor. Las personas comprometidas gratuitamente confieren aprecio al pr?jimo, recuerdan la dignidad del hombre y suscitan alegr?a de vida y esperanza. Los exponentes del voluntariado son custodios y abogados de los derechos del hombre y de su dignidad.

Con la mirada de Jes?s va unida tambi?n otra forma de mirar. "Lo vio y dio un rodeo", se lee en el evangelio acerca del sacerdote y del levita que ven al hombre medio muerto a la vera del camino, pero no intervienen (cf. Lc 10, 31-32). Hay quien ve y finge no ver; tiene la necesidad ante los ojos y, sin embargo, permanece indiferente; esto forma parte de las corrientes fr?as de nuestro tiempo. En la mirada de los dem?s, precisamente en la mirada de quien necesita nuestra ayuda, experimentamos la exigencia concreta del amor cristiano.

Jesucristo no nos ense?a una m?stica "de ojos cerrados", sino una m?stica "de mirada abierta", es decir, del deber absoluto de percibir la condici?n de los dem?s, la situaci?n en la que se encuentra el hombre que, seg?n el evangelio, es nuestro pr?jimo. La mirada de Jes?s, la escuela de los ojos de Jes?s, nos lleva a una cercan?a humana, a la solidaridad, a compartir nuestro tiempo, a compartir nuestras cualidades y tambi?n nuestros bienes materiales. Por eso, "cuantos trabajan en las instituciones caritativas de la Iglesia deben distinguirse por el hecho de que no se limitan a realizar con destreza lo m?s conveniente en cada momento ?tambi?n esto es importante?, sino por su dedicaci?n al otro con atenciones que brotan del coraz?n. (...) Este coraz?n ve d?nde se necesita amor y act?a en consecuencia" (Deus caritas est, 31). S?, "tengo que llegar a ser una persona que ama, una persona de coraz?n abierto, que se conmueve ante la necesidad del otro. Entonces encontrar? a mi pr?jimo, o mejor dicho, ser? ?l quien me encuentre" (Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, Jes?s de Nazaret, Madrid 2007, p. 238).

Por ?ltimo, el mandamiento del amor a Dios y al pr?jimo (cf. Mt 22, 37-40; Lc 10, 27) nos recuerda que es a Dios mismo, mediante el amor al pr?jimo, a quien los cristianos honramos. El arzobispo Kothgasser ha citado ya las palabras de Jes?s: "Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos m?os m?s peque?os, a m? me lo hicisteis" (Mt 25, 40). Si en el hombre concreto que encontramos est? presente Jes?s, entonces la actividad gratuita puede convertirse en una experiencia de Dios. La participaci?n en las situaciones y en las necesidades de los hombres lleva a un "nuevo" estar juntos y act?a "dando sentido". As?, el servicio gratuito puede ayudar a sacar a las personas del aislamiento e integrarlas en la comunidad.

Por ?ltimo, quisiera recordar la fuerza y la importancia de la oraci?n para quienes est?n comprometidos en la actividad caritativa. La oraci?n a Dios es camino para salir de la ideolog?a o de la resignaci?n ante la magnitud de la necesidad. "Los cristianos, a pesar de todas las incomprensiones y confusiones del mundo que les rodea, siguen creyendo en la "bondad de Dios y su amor al hombre" (Tt 3, 4). Aunque est?n inmersos, como los dem?s hombres, en las dram?ticas y complejas vicisitudes de la historia, permanecen firmes en la certeza de que Dios es Padre y nos ama, aunque su silencio siga siendo incomprensible para nosotros" (Deus caritas est, 38).

Queridos colaboradores voluntarios y honorarios de las obras de ayuda en Austria, se?oras y se?ores, cuando uno no s?lo cumple su deber en la profesi?n o en la familia ?y para cumplirlo bien se requiere ya mucha fuerza y un gran amor?, sino que tambi?n se compromete en favor de los dem?s, poniendo su valioso tiempo libre al servicio del hombre y de su dignidad, su coraz?n se dilata. Los voluntarios no comprenden de modo estrecho el concepto de pr?jimo; reconocen tambi?n en el "lejano" al pr?jimo que es aceptado por Dios y al que, con nuestra ayuda, debe llegar la obra de redenci?n realizada por Cristo. El otro, el pr?jimo en el sentido del Evangelio, se convierte para nosotros en un interlocutor privilegiado ante las presiones y las constricciones del mundo en el que vivimos. Quien respeta la "prioridad del pr?jimo" vive y act?a seg?n el Evangelio y participa tambi?n en la misi?n de la Iglesia, que siempre mira a todo el hombre y quiere hacerle sentir el amor de Dios.

Queridos voluntarios, la Iglesia sostiene plenamente vuestro servicio. Estoy convencido de que, tambi?n en el futuro, los voluntarios de Austria ser?n fuente de grandes bendiciones; os acompa?o a todos con mi oraci?n. Imploro para todos la alegr?a del Se?or (cf. Ne 8, 10), que es nuestra fortaleza. Que Dios est? siempre cerca de vosotros y os gu?e continuamente con la ayuda de su gracia.

[Traducci?n distribuida por la Santa Sede
? Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana]

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ZENIT publica la intervenci?n de Benedicto XVI al introducir el domingo, 23 de Septiembre de 2007, la oraci?n mariana del ?ngelus, que rez? junto a varios miles de peregrinos en el patio de la residencia pontificia de Castel Gandolfo.


?Queridos hermanos y hermanas!

Esta ma?ana he visitado la di?cesis de Velletri, de la que fui Cardenal titular durante varios a?os. Ha sido un encuentro familiar que me ha permitido revivir momentos del pasado ricos de experiencias espirituales y pastorales. En el curso de la solemne celebraci?n eucar?stica, comentando los textos lit?rgicos, me he detenido a reflexionar sobre el recto uso de los bienes terrenos, un tema que este domingo el evangelista Lucas, de varios modos, vuelve a proponer a nuestra atenci?n. Contando la par?bola de un administrador deshonesto, pero m?s bien astuto, Cristo ense?a a sus disc?pulos cu?l es la mejor manera de utilizar el dinero y las riquezas materiales, esto es, compartirlas con los pobres procur?ndose as? su amistad, en vista del Reino de los cielos. ?Haceos amigos con el dinero injusto ?dice Jes?s--, para que, cuando llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas? (Lc 16,9). El dinero no es ?deshonesto? en s? mismo, pero m?s que cualquier otra cosa puede cerrar al hombre en un ciego ego?smo. Se trata por lo tanto de realizar una especie de ?conversi?n? de los bienes econ?micos: en lugar de usarlos s?lo por inter?s propio, hay que pensar tambi?n en la necesidad de los pobres, imitando a Cristo mismo, el cual ?escribe Pablo-- ?siendo rico se hizo pobre para enriquecernos a nosotros con su pobreza? (2 Co 8,9). Parece una paradoja: Cristo no nos ha enriquecido con su riqueza, sino con su pobreza, esto es, con su amor que le empuj? a darse totalmente a nosotros.

Aqu? podr?a abrirse un vasto y complejo campo de reflexi?n sobre el tema de la riqueza y de la pobreza, tambi?n a nivel mundial, donde se confrontan dos l?gicas econ?micas: la l?gica del beneficio y la de la equitativa distribuci?n de los bienes, que no est?n en contradicci?n una con otra, con tal de que su relaci?n est? bien ordenada. La doctrina social cat?lica siempre ha sostenido que la distribuci?n equitativa de los bienes es prioritaria. El beneficio es naturalmente leg?timo y, en la justa medida, necesario para el desarrollo econ?mico. Juan Pablo II escribi? en la Enc?clica Centesimus annus: ?La moderna econom?a de empresa comporta aspectos positivos, cuya ra?z es la libertad de la persona, que se expresa en el campo econ?mico y en otros campos? (n. 32). Sin embargo, a?ade, el capitalismo no hay que considerarlo como el ?nico modelo v?lido de organizaci?n econ?mica (n. 35). La emergencia del hambre y la ecol?gica denuncian, con creciente evidencia, que la l?gica del beneficio, si es predominante, incrementa la desproporci?n entre ricos y pobres y una ruinosa explotaci?n del planeta. Cuando, en cambio, prevalece la l?gica de compartir y de la solidaridad, es posible enderezar la ruta y orientarla hacia un desarrollo equitativo y sostenible.

Que Mar?a Sant?sima, que en el Magnificat proclama: el Se?or ?a los hambrientos colma de bienes, a los ricos los despide vac?os? (Lc 1,53), ayude a los cristianos a usar con sabidur?a evang?lica, esto es, con generosa solidaridad, los bienes terrenos, e inspire a los gobiernos y a los economistas estrategias de miras amplias que favorezcan el aut?ntico progreso de los pueblos.

[Traducci?n realizada por Zenit. Tras rezar el ?ngelus, el Papa salud? a los peregrinos en varios idiomas. En espa?ol dijo:]

Saludo a los peregrinos de lengua espa?ola, particularmente a los fieles de San Justo de Argentina y a los alumnos de la Academia de Guerra y Academia Polit?cnica del Ej?rcito de Chile.

Siguiendo las ense?anzas del evangelio de hoy usad adecuadamente los bienes terrenos y humanizad las estructuras econ?micas a fin de que todos puedan llevar una vida m?s digna y acorde con los planes del Dios. ?Feliz domingo!

[? Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana]

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Artículo publicado en Boletín mensual de información misionera de "Misioneros Javerianos", número 435 AGOSTO-SEPTIEMBRE.

ENTRE NOSOTROS


compartiendo una ilusión


LA MISION EN CHINA


Desde que el Beato Conforti, en su juventud, piensa en «las misiones» su anhelo más profundo es seguir los pasos de San Francisco Javier, por lo tanto piensa en Asia y, sobre todo, en China, donde Javier se quedó a las puertas.

Conforti, en sus cartas al cardenal Ledochoswski, Prefecto de «Propaganda Fide», le escribe: «Por otra parte, si se me permite expresar humildemente un deseo, pediría, preferentemente, una misión en Asia ya que esa tierra cuenta con el mayor número de infieles y fue el campo del sublime apostolado de San Francisco Javier»; «Le ex-preso mi más vivo agradecimiento por la bondad con que se ha dignado
acoger las primicias de este seminario (los dos primeros javerianos) y destinarlos al Vicariato de Chansi en China.

Gozo y amargura

El 3 de marzo de 1899, Mons. Confeti experimentó una de las mayores alegrías de su vida: poder enviar a China a los dos primeros Javerianos, se trataba del P. Caio Rastelli y del diácono Odoardo Manini; los dos trabajarían con Mons. Fogolla, un obispo franciscano.

La alegría de Mons. Conforti pronto se transformó en amargura: Rastelli murió en China, dos años después, de tifus; Manini, que se había quedado solo y enfermo, tuvo que regresar a Italia. La realización del sueño de Conforti había durado poco, más aún, parecía que empezaba con un fracaso.

Nuevo comienzo

El fracaso no fue tal, Mons. Conforti seguía trabajando por realizar su sueño; tres años después mandaba a China cuatro
nuevos misioneros. Durante su vida, Mons. Conforti, envío 22 expediciones de javerianos a China, por un total de más de
50 misioneros: la presencia javeriana en China duró 50 años, hasta que todos los misioneros fueron expulsados de China
por el nuevo régimen de Mao-tse-tung.

Presencia javeriana

Durante los primeros años, los javerianos trabajaron en Vicariatos encomendados a otras congregaciones; con el pasar del tiempo, su inmersión en la realidad China y el crecimiento de número de javerianos, a la familia de Mons. Conforti le fueron confiados dos vicariatos: En 1906 nació el vicariato de Honan Occidental, con ocho millones de habitantes, el obispo fue el javeriano P. Luigi Calza. En 1929 se creó el vicariato de Loyang cuyo primer obispo fue el javeriano P. Assuero Bassi.

Actividad misionera

La actividad de los misioneros, en los años de la llegada de los javerianos, encontró muchas dificultades a causa de la sucesión de diversas guerras: la guerra civil, la invasión japonesa, la segunda guerra mundial. Cuando Italia se alió con Japón los italianos fueron considerados enemigos de China, sus actividades prohibidas, sus estructuras demolidas: escuelas, iglesias, hospitales...

Terminada la segunda guerra mundial las actividades pastorales, educativas y sanitarias se reemprendieron y tomaron un nuevo vigor; se funda una nueva misión en Ichun en Kiang-si; se abrieron una casa en Pekín para el estudio
del idioma y otra para el noviciado javeriano, en 1949 los jóvenes chinos Luis Wang, Agustín Yang y Simón Liu ingresaron en la familia javeriana.

Conforti en China

El deseo de Conforti de visitar China se hizo realidad en septiembre de 1928. Permaneció allí casi dos meses visitando a los javerianos y a las comunidades cristianas. La impresión que Conforti tuvo de China fue la de un «pueblo con un futuro prometedor y que en un tiempo no muy lejano tendrá una influencia decisiva en el equilibrio mundial». «Durante mi permanencia en China —escribió después— he podido darme cuenta de las numerosas cualidades de sus gentes...Se nota por todas par-tes que, donde llega el trabajo del misionero, florece la vida cristiana y social. iSi fuese mayor el número de misioneros y catequistas!»

El final de un sueño

Como consecuencia de «la gran mar-cha» emprendida por Maotse-tung (1947) las diversas confesiones religiosas padecieron persecuciones, procesos populares, cárceles, torturas y, finalmente, fueron toda,-expulsados. El último javeriano expulsado, en 1954, fue e Obispo de Loyang Mons. As suero Bassi.

Fue el fin de un sueño y e comienzo de una expansión los javerianos se dispersaron por otras partes del mundo.

P. Luis Pérez Hernández s.x

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DOMINGO 26 DEL TIEMPO ORDINARIO / C
30 de septiembre de 2007



Jes?s, el Se?or, que un domingo m?s nos re?ne en torno a su mesa, est? con todos vosotros.

Nuestra reuni?n dominical tiene su origen -lo sabemos muy bien- en aquel d?a en que Jes?s reuni? a sus ap?stoles en el cen?culo, antes de su muerte en cruz. El quiso que repiti?ramos sus gestos y sus palabras de aquella noche "en memoria suya".
- Muchos p?rrafos de la Biblia describen el trato de Dios con la humanidad en forma de banquete. Porque compartir una mesa festiva es una de las mejores experiencias de buena relaci?n entre las personas.

A. penitencial: Ahora, antes de participar de la mesa del Se?or, pidamos ser limpios de pecado.

- T?, que haces justicia a los oprimidos. SE?OR, TEN PIEDAD.
T?, que das pan a los hambrientos. CRISTO, TEN PIEDAD. T?, que libertas a los cautivos. SE?OR, TEN PIEDAD.

Dios Padre, rico en misericordia, perdone nuestros pecados...

1. lectura (Am?s 6,la.4-7): Como el domingo pasado, tambi?n hoy la primera lectura es del profeta Am?s. Son palabras duras, fuertes, claras. Que nos dicen sin rodeos lo que piensa nuestro Dios sobre los pobres y los ricos.

Salmo (145): Cantemos ahora a nuestro Dios, que est? a favor de los pobres y quiere salvarlos.

2. lectura (1 Timoteo 6,11-16): Al t?rmino de su vida, Pablo escribe a su querido disc?pulo Timoteo. Escuchemos su exhortaci?n como una llamada dirigida tambi?n a nosotros.

Oraci?n universal: Oremos con fe a Dios nuestro Padre, antes de participar de la mesa que ?l nos prepara. Oremos diciendo: PADRE, ESC?CHANOS.

1. Por la iglesia entera, por el papa y nuestro obispo, por los sacerdotes y di?conos, y por todos los responsables de nuestras comunidades. OREMOS:

2. Por los misioneros y misioneras, y por todos los que han dejado su tierra para trabajar al servicio de los pa?ses pobres. OREMOS:

3. Por nuestra ciudad (Por nuestro pueblo) de por el ayuntamiento, por el alcalde y los concejales, y por todos nuestros conciudadanos. OREMOS:

4. Por los funcionarios y t?cnicos de la administraci?n p?blica, por todos los que tienen como misi?n hacer que funcione la vida colectiva. OREMOS:

5. Por los j?venes que viven en la inseguridad de no encontrar trabajo estable, por las parejas que no pueden casarse por problemas econ?micos.
OREMOS:

6. Por nosotros, y por nuestras familias, y por nuestros amigos, y por toda la gente que conocemos.
OREMOS:

Escucha, Padre, la oraci?n de tus hijos. Haznos generosos en el compartir nuestros bienes, para que as? seamos dignos del banquete del cielo. Por Jesucristo, nuestro Se?or.

Prefacio: La mesa de aquel hombre rico del evangelio de hoy era una mesa de mal y de pecado. Ahora, como todos los domingos, Jes?s nos invita a una mesa muy distinta: la mesa de su amor, la mesa de los pobres, la mesa de la vida.

Padrenuestro: Pidamos que a nadie falte el pan de cada d?a, tanto ?ste que alimenta el esp?ritu, como aquel que alimenta el cuerpo. Juntos, nos atrevemos a decir:

CPL

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Domingo, 23 de septiembre de 2007
Discurso pronunciado por el arzobispo Dominique Mamberti, secretario vaticano para las relaciones con los Estados, en el Congreso internacional sobre "Secularizaci?n y cristianismo en Europa", organizado por la Universidad Europea de Roma y el Consejo superior de investigaciones cient?ficas italiano el 29 de mayo de 2007.



Eminencias;
excelencias;
distinguidas autoridades;
ilustres se?oras y se?ores:

Es para m? motivo de alegr?a participar en este congreso, y deseo enmarcar mi reflexi?n en el ?mbito del que me ocupo m?s directamente, o sea, la relaci?n entre la Iglesia y la comunidad pol?tica.

Para la Iglesia cat?lica, el concilio Vaticano II expresa claramente la l?gica de esta relaci?n. La constituci?n Gaudium et spes afirma: "La comunidad pol?tica y la Iglesia son entre s? independientes y aut?nomas en su propio campo. Sin embargo, ambas, aunque por diverso t?tulo, est?n al servicio de la vocaci?n personal y social de los mismos hombres. Este servicio lo realizar?n tanto m?s eficazmente en bien de todos cuanto procuren mejor una sana cooperaci?n entre ambas, teniendo en cuenta tambi?n las circunstancias de lugar y tiempo" (n. 76).

Esta relaci?n de colaboraci?n, en el respeto de las diferentes identidades, tiende hoy a sustituirse con un "modelo de indiferencia", si no de exclusi?n, en cuanto que niega el papel p?blico de la religi?n. Al respecto, puede ser emblem?tico un episodio relacionado con la reciente campa?a para las elecciones presidenciales en Francia, durante la cual uno de los candidatos declar?, en una entrevista, que el cristianismo es parte determinante de la identidad nacional. Al d?a siguiente, el primer secretario de un partido pol?tico critic? dicha toma de posici?n, declarando: "No hay lugar para la religi?n en la Rep?blica que queremos, (...) lo cual no impide aceptar la libertad de conciencia".

Por desgracia, no he le?do ni reacciones ni desmentidos a esa afirmaci?n perentoria. Se trata de una concepci?n de la laicidad que ya no caracteriza al poder secular en cuanto distinto del religioso, sino que tiende a presentarse como una filosof?a de vida, una concepci?n nueva e integral del mundo que excluye, por principio, que las visiones religiosas del mundo tengan un influjo racional y p?blico.

Seg?n muchos de sus defensores, esa laicidad ser?a una manera de liberarse, sobre todo, de la religi?n. En consecuencia, el cristianismo deber?a quedar confinado al ?ltimo rinc?n que la ideolog?a secularista le asigna: la conciencia individual. Ante algunas actitudes o incluso ante algunas leyes, se tiene la impresi?n de que la religi?n es una "molestia p?blica", como el humo, por ejemplo, que se puede tolerar en privado, pero que en p?blico debe someterse a estrechas limitaciones.

Sin embargo, si se mira bien, tambi?n la ideolog?a secularista, con su correlativo, el relativismo moral, muestra sus l?mites, y los observadores m?s agudos se han dado cuenta de ello. Por ejemplo, parec?a que los derechos humanos constitu?an un lenguaje comprendido y compartido, pero ahora palabras como dignidad humana, persona y libertad expresan significados diversos y, a menudo, divergentes. Para algunos, dichos valores se refieren a la persona humana, caracterizada por una dignidad permanente y por unos derechos v?lidos siempre, en todas partes y para todos; para otros, en cambio, se refieren a una persona cuya dignidad va cambiando y cuyos derechos son siempre negociables, en los contenidos, en el tiempo y en el espacio. En cierto modo, se trata de una caja vac?a. As? se corre el riesgo de que los derechos humanos, sobre los que se construye la legitimidad de la modernidad pol?tica, faciliten indirectamente la inestabilidad. El relativismo moral, por su parte, provoca una fuga hacia adelante, una b?squeda continua de novedad, que impulsa al legislador a escuchar a grupos minoritarios, en perjuicio de las preocupaciones de la mayor?a de la gente.

Por tanto, se nota un vac?o de sentido y una p?rdida de entusiasmo. Al respecto, la actual situaci?n de estancamiento de la Uni?n europea es muy significativa. En consecuencia, surge la exigencia de colmar ese vac?o con una reflexi?n cultural y ?tica m?s profunda, y se comprende que la sociedad secularizada no pueda privarse de la reserva de sentido contenida en la religi?n.

Para mantener vivos los valores seculares sobre los que se funda, la democracia tiene necesidad de la religi?n, de la que, por lo dem?s, muchos de ellos han surgido. Basta pensar, por ejemplo, en la noci?n de "persona", que se fue formando durante los debates sobre la teolog?a trinitaria de los tres primeros siglos de la era cristiana; en la idea de autonom?a de las realidades naturales; o en el principio de subsidiariedad. As? pues, el cristianismo ha colaborado, de muchas maneras, en la formaci?n de la cultura humana, y por tanto no ha de sorprender que la laicidad, correctamente entendida, pueda y deba conjugarse con la cultura cristiana.

As? se ponen las premisas para un di?logo fecundo entre cristianismo y cultura contempor?nea, incluso a nivel p?blico. La aportaci?n del cristianismo no es solamente un hecho del pasado: la fuerza generadora que ha tenido a lo largo de la historia sigue actuando hoy, engendrando los elementos que la democracia necesita.

Con frecuencia se repite que la democracia se rige por la regla de la mayor?a. Pero es necesario tener en cuenta que la democracia no puede entenderse s?lo en el sentido de un procedimiento. Como recuerda el Compendio de la doctrina social de la Iglesia, "una aut?ntica democracia no es s?lo el resultado de un respeto formal de las reglas, sino que es el fruto de la aceptaci?n convencida de los valores que inspiran los procedimientos democr?ticos: la dignidad de toda persona humana, el respeto de los derechos del hombre, la asunci?n del "bien com?n" como fin y criterio regulador de la vida pol?tica. Si no existe un consenso general sobre estos valores, se pierde el significado de la democracia y se compromete su estabilidad" (n. 407).

Por tanto, el ordenamiento civil, para ser aut?nticamente democr?tico, necesita valores, y la religi?n es capaz de inspirar valores id?neos para una convivencia pac?fica y aut?nticamente respetuosa del hombre. La verdadera democracia solamente puede edificarse sobre una base firme y s?lida, constituida ante todo por la plena verdad del hombre. Y la Iglesia tiene el deber de elevar su voz all? donde la verdad fundamental del hombre comienza a ser manipulada o negada, donde se violan los derechos inalienables de la persona.

La Iglesia, por consiguiente, no pretende sustituir a los Estados, sino contribuir a iluminar los principios universales que constituyen la base de las democracias y que algunas decisiones pol?ticas pueden ofuscar o descuidar. Por eso, si las autoridades eclesi?sticas formulan propuestas o manifiestan reservas con respecto a leyes o disposiciones de las instituciones civiles, no se trata de injerencia, sino m?s bien de libre manifestaci?n de sus opiniones -la cual compete a todo ciudadano- y tambi?n de una forma de ejercicio de la misi?n propia de la Iglesia de iluminar las conciencias para el bien com?n. En cambio, ser?a una manifestaci?n de intolerancia de la sociedad o de las autoridades civiles tratar de impedir que la Iglesia cumpla esa misi?n espec?fica, o denigrarla porque no comparte ciertas opciones.

Asimismo, en Europa el cristianismo ofrece un conjunto original e insustituible de ideas y de experiencias concretas, de las que es hist?ricamente portador, y revitaliza el patrimonio que ha forjado la identidad del continente.

Hoy en d?a este continente se debe considerar tambi?n en el ?mbito m?s vasto y articulado de la realidad mundial. Por eso, el di?logo entre secularizaci?n y cristianismo no puede prescindir de esta especificidad global. Desde esta perspectiva, la fe cristiana y la racionalidad secular, conscientes de que son dos protagonistas de la cultura occidental, deber?an relacionarse con las otras grandes culturas, con las que se identifican poblaciones incluso m?s numerosas que la poblaci?n europea. Esta relaci?n, polif?nica y abierta a la raz?n, tambi?n podr?a ayudar a redescubrir o profundizar valores y normas deseados por todos los hombres, permiti?ndoles obtener nueva fuerza de iluminaci?n y mayor fuerza operativa.

Por ?ltimo, como cristianos debemos esforzarnos por transformar las dificultades en oportunidades y, en consecuencia, tambi?n convertir en ocasiones los desaf?os planteados por la secularizaci?n. En este sentido, estamos llamados a mostrar que la fe cristiana desarrollada en Europa es tambi?n un medio para hacer confluir raz?n y cultura, y para mantenerlas juntas, en una unidad que incluya la acci?n.

Adem?s, y concluyo, la secularizaci?n puede estimularnos a redescubrir el cristianismo en su esencialidad y a dar raz?n de ?l en un mundo que a menudo lo rechaza. A este mundo podemos y debemos mostrarle que nuestra fe no es una reliquia del pasado, sino un tesoro del presente y una inversi?n para el futuro; m?s a?n, es la mejor inversi?n, porque es la m?s fecunda y la que da frutos para la eternidad.

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Art?culo ?Cristo Jes?s, el mejor regalo de nuestra vida? escrito por monse?or Rodrigo Aguilar Mart?nez, obispo de Tehuacan (M?xico), a la luz del Documento de Aparecida.



Vuelvo al Documento de Aparecida, el cual es fruto de la V Conferencia General de los Obispos de Latinoam?rica y el Caribe, que tuvo lugar en Aparecida, Brasil, el pasado mes de mayo.

El tema central del Documento es que por el bautismo estamos llamados a ser disc?pulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en ?l tengan vida.

Entresaco y comento algunos n?meros del Documento, que sirva como una motivaci?n para que usted acuda a dicho documento y lo lea de manera ?ntegra, con mucho provecho.

?Conocer a Jes?s es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo.? (DA 29).

?En el encuentro con Cristo queremos expresar la alegr?a de ser disc?pulos del Se?or y de haber sido enviados con el tesoro del Evangelio. Ser cristiano no es una carga sino un don: Dios Padre nos ha bendecido en Jesucristo su Hijo, Salvador del mundo.? (DA 28).

?La alegr?a que hemos recibido en el encuentro con Jesucristo, a quien reconocemos como el Hijo de Dios encarnado y redentor, deseamos que llegue a todos los hombres y mujeres heridos por las adversidades; deseamos que la alegr?a de la buena noticia del Reino de Dios, de Jesucristo vencedor del pecado y de la muerte, llegue a todos cuantos yacen al borde del camino, pidiendo limosna y compasi?n (cf. Lc 10,29-37; 18,25-43). La alegr?a del disc?pulo es ant?doto frente a un mundo atemorizado por el futuro y agobiado por la violencia y el odio. La alegr?a del disc?pulo no es un sentimiento de bienestar ego?sta sino una certeza que brota de la fe, que serena el coraz?n y capacita para anunciar la buena noticia del amor de Dios.? (DA 29).

?Creemos y anunciamos ?la buena noticia de Jes?s, Mes?as, Hijo de Dios?(Mc 1,1). Como hijos obedientes a la voz del Padre, queremos escuchar a Jes?s (cf. Lc 9,35) porque ?l es el ?nico Maestro (cf. Mt 23,8). Como disc?pulos suyos, sabemos que sus palabras son Esp?ritu y Vida (cf. Jn 6,63.68). Con la alegr?a de la fe, somos misioneros para proclamar el Evangelio de Jesucristo y, en ?l, la buena nueva de la dignidad humana, de la vida, de la familia, del trabajo, de la ciencia y de la solidaridad con la creaci?n.? (DA 103)

Si nos hemos encontrado verdaderamente con Cristo Jes?s, no podemos quedar indiferentes ante su presencia. Por principio de cuentas, eso nos lleva a dejarnos amar, porque ?l nos ha amado aun siendo nosotros pecadores. Reconoci?ndonos amados por Cristo Jes?s, Quien nos trae el amor de Dios Padre, nos sentimos impulsados a amarle de la misma manera. Esto es la conversi?n: dejarnos amar y amar, cambiando nuestra forma de pensar y de vivir, aceptando a Cristo totalmente, de manera especial su cruz y su resurrecci?n.

Por lo mismo, nos vemos motivados a cultivar nuestra relaci?n con Cristo Jes?s como disc?pulos y misioneros. El Papa Benedicto XVI ha dicho, gr?ficamente, que ?discipulado y misi?n son como las dos caras de una misma medalla: cuando el disc?pulo est? enamorado de Cristo, no puede dejar de anunciar al mundo que s?lo ?l nos salva.? (Discurso inaugural a la V conferencia)

Nos ayuda a crecer como disc?pulos misioneros la preparaci?n y la celebraci?n de los sacramentos. Las pl?ticas que se dan en este sentido, no son como una camisa de fuerza que se tenga que poner para poder recibir el sacramento, sino una magn?fica oportunidad para incrementar nuestra conciencia y vivencia de disc?pulos misioneros. Lo mismo podemos decir de la catequesis permanente, que no ha de estar reducida a la edad infantil, sino que debe prolongarse toda la vida. Lo digo pensando especialmente en los j?venes y los adultos.

Por otro lado, esta formaci?n constante o permanente como disc?pulos misioneros, que no sea s?lo de manera individual, sino en comuni?n, puesto que los disc?pulos misioneros de Cristo Jes?s somos hijos del mismo Padre Dios, por lo mismo hermanos entre nosotros. Al respecto, recordamos lo que nos dec?a el Papa Juan Pablo II al inicio de este milenio sobre la espiritualidad de la comuni?n, que es:

? ?Una mirada del coraz?n sobre todo hacia el misterio de la Trinidad que habita en nosotros, y cuya luz ha de ser reconocida tambi?n en el rostro de los hermanos que est?n a nuestro lado?.

? ?Capacidad de sentir al hermano de fe en la unidad profunda del Cuerpo m?stico y, por tanto, como ?uno que me pertenece??.

? ?Capacidad de ver ante todo lo que hay de positivo en el otro, para acogerlo y valorarlo como regalo de Dios: ?un don para m풔.

? ?Saber ?dar espacio? al hermano, llevando mutuamente la carga de los otros (cfr. Ga 6,2). (NMI 43).

Que la vivencia, la relaci?n y las actividades de que usted tenga este d?a, sean disfrutando y compartiendo el m?ximo regalo de Cristo Jes?s en nuestra vida.

+ Rodrigo Aguilar Mart?nez
Obispo de Tehuac?n

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El Esclavo Mayor del Sant?simo Cristo de La Laguna relata sus vivencias ante la figura de la imagen del Cristo, publicadas en el porgrama de la Fiestas de Septiembre 007.


EL RECUERDO DE SU MIRADA

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Quisiera recordar corno homenaje a mi padre Ildefonso La-Boche Lecuona, quien fue Esclavo Mayor en el a?o 1955, que en una reuni?n informal celebrada en casa un mes de agosto para comentar las fiestas que se avecinaban, y en la que se encontraban el Sr. Obispo de la Di?cesis, don Domingo P?rez C?ceres, y los miembros de la Junta de Gobierno ?don Antonio Izquierdo, don Juan y don Luis Marrero, don Jos? Valc?rcel, don Agust?n Guerra, don Domingo Mart?n, don Rafael Delgado y don Alberto Delgado?le pregunt? a don Domingo: ?Sr. Obispo, ?cree Vd. que mis hijos estar?n en disposici?n de recibir la medalla de la Esclavitud??. Don Domingo, sin vacilar y mir?ndonos, le respondi?: ?que sigan el designio que les tiene encomendado el Sant?simo Cristo?. Fue entonces, y tras esa pregun?ta, cuando poco tiempo despu?s tuvo lugar mi inicio en la Esclavitud al tomar la medalla y hacer el juramento un nueve de septiembre.

Pasan los a?os y en mi memoria se aglutinan innumerables recuerdos de aquellas fiestas de sep?tiembre: lo trascendente y relevante de las procesiones del d?a 14, la banda militar de cornetas y tam?bores y los jinetes a caballo con un realce espectacular abriendo la solemne comitiva procesional, las aceras rebosantes de fieles llegados de m?ltiples pueblos de la isla que contemplan en respetuoso silen?cio la Sagrada Imagen, o las largas filas de Esclavos que con gran recogimiento y fervor acompa?aban al Cristo Crucificado. En aquella ?poca a?n no ten?a claro el Misterio de su muerte; sin embargo, mi mirada, a?n infantil, se quedaba fija en la belleza de aquella Imagen, y sobre todo, embargado por la emoci?n, no pod?a dejar de mirarla prendado de la serenidad y humildad que exhalaba,... A?n recuerdo su mirada.

Entresaco unos versos del c?lebre poeta canario Juan P?rez Delgado Nijota, de 1951.

Hay mucha gente en Santa Cruz
y en los pueblos del interior
que asiste a la entrada del Cristo
con un criterio encantador.
Est?n todo el d?a 14
entregados a sus quehaceres;
resolviendo asuntos los hombres
y terminando el traje las mujeres.

El Cristo llega ya. ?Cuidado!
Ya est? debajo del templete.
Empieza el mot?n de la traca
y la revoluci?n del cohete.
Y aquella gente que ha venido
tan solamente a ver la Entrada,
se agacha. se tapa, se esconde,
y; naturalmente, no ve nada.

All? a la ca?da de la tarde,
toman el auto o el tranv?a
entre apretones y codazos,
tan peculiares de ese d?a.
Llegan de noche a La Laguna.
Empujando entran en la plaza,
se acercan a Capitan?a
o se pierden en la masa.

A?n sin terminar los fuegos,
corren todos cogidos de la mano
a coger. sitio en el tranv?a
o el autob?s interurbano.

De cualquier modo tornan
a casa contentos y d?ndose pisto
y diciendo a sus amistades:
iHemos visto la Entrada del Cristo!


Transcurre el tiempo, vienen nuevas generaciones, se suceden acontecimientos, pero esos versos a?n tienen sentido en nuestro contexto actual. Los sentimientos contin?an siendo los mismos, y ?stos, a?n hoy, son transmitidos de padres a hijos como a mime sucedi?, y ya sea el d?a grande de la Exaltaci?n de la Santa Cruz o en cualquier otro momento, seguro que todos seguimos recordando su mirada, la mirada de El Moreno, el cari?oso nombre con el que los hijos devotos lo llaman en sus oraciones. Y a todo esto, se une el sentimiento de devoci?n que los laguneros y todos los canarios que alguna vez han ido a rezar postrados en el Santuario, guardan en sus corazones.

Pero queridos Esclavos, ese sentimiento de devoci?n y culto a la Sagrada Imagen no es suficiente. Nuestros Estatutos, a los que el d?a de la toma de la medalla juramos acatar, nos indican que hay que fomentar la pr?ctica de las virtudes cristianas y la aceptaci?n del mensaje evang?lico; requerir en la vida personal y familiar, perseverar el testimonio de espiritualidad con la oraci?n, el ejercicio de la caridad y la frecuencia de los Sacramentos, y una ejemplar imagen de comportamiento p?blico aut?nticamente cristiano.'Podo esto es el esp?ritu que la Esclavitud nos exige a sus miembros.

Disfrutemos de estas Fiestas pero tengamos presente que, aunque su sagrada faz tenga bajados los p?rpados, El nos ve, por lo que recuerdo, y termino con la frase del comienzo... A?N RECUERDO SU MIRADA

Como acontecimiento para cerrar el a?o de la concesi?n a la Esclavitud del t?tulo de Real por S. M. el rey don Alfonso XIII, he recurrido al alcalde de la Villa orotavense, don Isaac Valencia Dom?nguez, a requerimiento m?o, permitiese que los miembros de la Asociaci?n de Alfombristas de La Orotava rea?lizasen, como cari?oso homenaje al Sant?simo Cristo lagunero, la confecci?n de un tapiz con tierras de Las Ca?adas para que el d?a 9, a la salida de la procesi?n del traslado a la Catedral, sirviese de alfom?bra al paso del trono del Sant?simo Cristo de La Laguna.


Emilio La Roche Machado
Esclavo Mayor

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Bajo el t?tulo ?Qu? buenos son los santos! Algunos consejos para poner en pr?ctica, el padre Antonio Mar?a Hern?ndez, de Hogar Santa Rita en el Puerto de la Cruz, Tenerife nos habla sobre la obediencia.
Publicado en la revista "Como las Abejas", n?mero 34, JULIO-AGOSTO.


Es la obediencia la virtud m?s recomendada por el Se?or y en el vocabulario de la vida religiosa se dice que el que manda puede equivocarse; pero el que obedece nunca se equivoca. A Santa Rita para probar su obediencia le mandaron que regar? un palo seco de una vi?a y Ella lo cumpli? a rajatabla y Dios premi? su obediencia haciendo que brotara de ese palo seco un hermoso parral que todav?a despu?s de m?s de 500 a?os sigue dando uvas. La Virgen despu?s de que el Angel San Gabriel le aclar? que iba a ser Virgen, como Ella quer?a y madre, como Dios quer?a, dijo sin m?s: Okey, "Fiat", "H?gase como T? has dicho". "He aqu? la esclava del Se?or". Dec?a un santo, que el amor propio, el amor a hacer lo que queremos, muere un cuarto de hora despu?s de morir nosotros. Hemos de tener mucha humildad y pedir a Dios mucha fe, para ver en todo la voluntad de Dios y decir cada d?a. Lo que T? quieras Se?or y no lo que yo quiera.

Las personas consagradas en la vida religiosa, hacen promesas ojuramentos de practicarlos tres conocidos votos de obediencia, pobreza y castidad; Algunas comunidades hacen un cuarto voto, pero el m?s dif?cil de cumplir es el voto de obediencia; porque es poner a disposici?n de otra persona tambi?n humana la voluntad propia y la libertad que es como la principal caracter?stica del ser humano. Los que viven en un convento ven con m?s claridad a quien tienen que obedecer y las normas, constituciones o reglas que deben de obedecer; pero en la calle, y hablo de una manera especial para la gente del pueblo, que no tienen ni voto ni constituciones, solamente las normas generales emitidas por Dios, para toda la humanidad que son los "10 mandamientos". Por eso debemos estar siempre despiertos y abiertos a cumplir el querer de Dios, manifestado a trav?s de las diferentes circunstancias de la vida. Debemos repetir cada d?a "h?gase Se?or tu voluntad y no la m?a".

Todos vivimos en una sociedad, en una familia y uno cumple la voluntad de Dios obedeciendo las leyes justas de la sociedad en la que vivimos. Cumplir las leyes de tr?fico en todos sus detalles; un stop, un ceda el paso, una direcci?n prohibida, aparcar donde s?lo se puede. Pagar los tributos legalmente
aprobados: luz, agua, tel?fono, basura, contribuci?n. Dec?a el Se?or, "p?guenle al C?sar lo que es del C?sar". Seguir las normas de una comunidad de viviendas, o el reglamento de un deporte concreto, el respeto y consideraci?n hacia nuestros padres, o superiores, o el jefe correspondiente de cada uno. Aceptar el fr?o o el calor, la lluvia, o el sol, todo querido o permitido por Dios. Saber que nuestra libertad est? limitada y condicionada. No solamente t? eres libre, todos somos libres y mi libertad termina donde comienza tu libertad. Dios que es el director de toda la humanidad no lo tiene nada f?cil.

Qu? f?cil ser?a dirigir este Mundo si cada uno cumpliera con su finalidad, el papel que le toca en este complicado puzzle de la humanidad, un d?a grit? el Se?or: "mi libertad les har? libre" y no hay nadie que haya sido m?s libre que el Se?or y que todos los Santos y Santas que han pasado por nuestro planeta Tierra con los ojos puestos en Dios, s?lo preocupados por cumplir su voluntad. Ver en la autoridad civil, tambi?n la voluntad de Dios, en todo aquello que no sea pecado ni vaya contra los mandamientos de Dios. Le dijo el Se?or a Pilatos; t? no me mandar?as, si no hubieras recibido de lo alto la autoridad. A la hora de obedecer o hacerle caso a alguien siempre miramos quien nos manda y no lo que manda, y seg?n qu? persona est? detr?s de esa autoridad le hacemos caso o no. Qu? poca fe tenemos. Se dice en San Lucas que Jes?s estaba sujeto a la Virgen y a San Jos? y ?l era Dios.

Una manera de obedecer y hacer la voluntad de Dios, es el estar siempre dispuesto a colaborar, a que cuenten con nosotros sin tener que ped?rnoslo por favor. El estar muy atentos escuchando el parecer de los dem?s, el admitir ideas de los dem?s, que reconozcamos que son superiores a las nuestras. El estar disponible a compartir proyectos, aunque uno se lleve la fama y otro el provecho, o que t? hagas algo y no te lo reconozcan y que encima otro se apropi? como suyo, lo que un d?a tu hiciste o dijiste. iQu? m?s da! Dios est? arriba. El lo sabe todo y la verdad al final se sabe, aunque t? hagas las cosas y otro se anote los puntos. Trabaja a fondo perdido, no pasa nada. Sencillamente coopera para que todo marche mejor, no te importe que a ti te anulen. Dios sabe y basta.

Publicado por verdenaranja @ 20:30  | Espiritualidad
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Comentario a las lecturas del Domingo XXV del Tiempo Ordinario publicado en "Diario de Avisos" el 23 de Septiembre de 2007 bajo el ep?grafe general "el domingo, fiesta de los cristianos".

La grandeza de lo
peque?o


DANIEL PADILLA


Por encima de la an?cdota de la par?bola del mayordomo infiel, lo que se me queda grabado es la sentencia final de Jes?s, la moraleja: "El que es de fiar en lo menudo, tambi?n en lo importante es de fiar". Y me parece que, con esto de "lo grande" y de "lo peque?o", pueden darse diferentes posturas.Cuatro concretamente.

Hay quienes se preocupan de las cosas grandes, las cosas de cierta entidad y volumen, pero descuidan las menudas, no les dan importancia. As?, ese padre, gerente de una gran empresa, que mueve los hilos de muchos negocios florecientes. Pero que descuida esta "cosa m?nima" que es dialogar con sus hijos, jugar con ellos, escuchar sus "peque?eces". As? tambi?n, ese ap?stol imprescindible de todas las reuniones de pastoral y de trabajo, pero que olvida esa minucia - "el alma de todo apostolado"-: la oraci?n.

Otros. Los que, al rev?s, est?n obsesionados por los detalles, pero dejan a un lado el tema principal, el tema
grande. Hay hijos, muy educados, que todav?a dan un beso a sus padres antes de retirarse a dormir. Pero que han levantado una muralla de secretos y silencio entre su mundo y el de esos padres. Algo parecido ocurr?a con aquellos fariseos -de ayer y de hoy- a los que Jes?s advirti?: "Ustedes limpian muy bien la copa por fuera, pero por dentro est?n llenos de podredumbre.

Asimismo, es de triste y alarmante actualidad. Los que "pasan" de todo: de lo divino y de lo humano, de lo grande y de lo peque?o. Si les hablas de lo trascendente, te cortan con displicencia: "D?jate de rollos...". Y si les hablas de los buenos modales, la carcajada es may?scula.

Finalmente, gracias a Dios, se dan tambi?n en la vida seres admirables y ?nicos que se aventuran hacia "lo grande" y cuidan de "lo peque?o". Pienso en el Santo Hermano Pedro o en el Beato Jos? de Anchieta o en Ignacio de Acevedo y los m?rtires de Taza-corte, colosos de mil caminos y ap?stoles de mil aventuras. Pero que cuidaban de su "volc?n interior" con la oraci?n de sus noches escondidas. Pienso en Teresa de Jes?s, que viv?a la alta m?stica escalonando las "moradas" de su "castillo interior". Pero que sab?a descender, casi sin transici?n, de sus ?xtasis y arrobamientos, a lo m?s infantil y humano: a hacer sonar el tambor y las casta?uelas para alegrar a sus monjas. Pienso, en fin, en el bendito Juan XXIII, que era capaz de lanzarnos, en pleno siglo XX, a la revoluci?n de un concilio ecum?nico. Pero que, al mismo tiempo, en un gesto di-minuto y sencillo, regalaba a los presos de la c?rcel romana su presencia y cercan?a.

Ya comprender?n que esta ?ltima postura es la postura a conseguir: "Cuidar lo grande y lo peque?o". Pero, haci?ndolo, adem?s, con la t?ctica que parece indicar Jes?s: "Por lo peque?o a lo grande".

?Qu? claro est?, en ese aspecto, el camino de Mar?a!: "Porque ha visto Dios la humillaci?n de su esclava, desde ahora me Ilam?r?n dichosa todas las generaciones". All? estaba ella, silenciosa y disimulada, en Nazaret, haciendo esas peque?as "soser?as" de la casa: la limpieza, la comida, el vestido, el cuidado de Jes?s...Es decir, lo "poco". Y Dios le confi? el cuidado de lo "mucho". De "se?ora de la casa de Nazaret" pas? a ser "Se?ora de la Casa del Cielo" y "Madre de la Iglesia". De esclava, a Reina. ?"Salto a fama?! ?Cosas de Dios!

Publicado por verdenaranja @ 20:21  | Espiritualidad
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23 Septiembre (ACI).- El Papa Benedicto XVI visit? esta ma?ana la di?cesis de Velletri, al sur de Roma, donde tras haber rezado ante el ?cono Crux Veliterna, celebr? la Santa Eucarist?a en la Plaza de San Clemente recordando en su homil?a que los bienes terrenos deben ser medios que nos lleven a ganar las riquezas verdaderas y eternas del cielo.

?La vida del cristiano exige el valor de ir contra la corriente, de amar como Jes?s, que lleg? al sacrificio de s? mismo en la cruz. Por medio de las riquezas terrenas debemos procurarnos aquellas verdaderas y eternas: si en efecto se encuentra gente lista a todo tipo de deshonestidad con tal de asegurarse un bienestar material siempre aleatorio, cu?nto m?s nosotros cristianos deber?amos preocuparnos de prever a nuestra eterna felicidad por medio de los bienes de esta tierra?, dijo el Pont?fice.

Asimismo destac? la oraci?n en cuanto ?gran gesto de caridad?, sobre todo cuando se reza por las otras personas. La defini? tambi?n como gran ?aporte espiritual para la edificaci?n de una Comunidad eclesial fiel a Cristo y a la construcci?n de una sociedad m?s justa y solidaria?.

En esa misma l?nea, el Pont?fice record? la centralidad del amor, afirmando que se trata de ?la esencia del cristianismo, que hace al creyente y a la comunidad cristiana un fermento de esperanza y de paz en todo ambiente, atentos especialmente a las necesidades de los pobres y de los necesitados?.

Benedicto XVI enfatiz? que la misi?n com?n del cristiano es la de ?ser fermento de esperanza y de paz porque creemos en el amor. El amor hace vivir la Iglesia, y porque el amor es eterno la hace vivir para siempre?.

Retomando su reflexi?n sobre el recto uso de los bienes, el Papa dijo que ?en el fondo se trata de la decisi?n entre el ego?smo y el amor, entre la justicia y la deshonestidad, en definitiva entre Dios y Satan?s?.

Terminada la Eucarist?a el Papa bendijo una columna conmemorativa de bronze que le fue regalada en ocasi?n de su viaje apost?lico a Alemania y del cumplimiento de sus 80 a?os de edad. Seguidamente el Santo Padre se dirigi? a la catedral, desde donde regres? a su residencia en Castelgandolfo.

19 de Septiembre

(Fuente de la Guancha) Entre las diversas actividades programadas para este a?o por la Esclavitud del Cristo de La Laguna est? realizar una peregrinaci?n a la iglesia de la Guancha. Acto que no es nuevo al venir haci?ndolo desde hace varios a?os a diversas parroquias de la isla. Tendr? lugar el 7 de Octubre, en el que nuestra parroquia celebra con toda solemnidad a Ntra. Sra. del Rosario en su d?a lit?rgico. Se realizar? conforme al siguiente programa: A las once de la ma?ana partir? la comitiva desde la Ermita del Calvario recorriendo las calles de Domingo Hern?ndez y del V?nculo hasta llegar al templo parroquial donde ser? recibida por el p?rroco, mayordomo del Rosario y hermana mayor de la Cofrad?a de la Santa Pasi?n para proceder a la celebraci?n de la Santa Misa. Al concluir ?sta se procesionar? acompa?ando a la centenaria y venerada imagen del Rosario.


Trabajo sobre la presencia de Mar?a en Europa publicado en DOSSIER FIDES de Agencia Fides.

MARIA Y EUROPA
(Segunda Parte)

A cargo de N. Bux y S. Vitiello




MALTA


La Polonia del Mediterr?neo, la isla de Malta asisti?, gracias a la conquista normanda, al florecimiento del culto mariano, cuyas oraciones tuvieron un rol determinante durante la resistencia de los cat?licos malteses al incesante asedio de 1565, por obra de doscientas naves provenientes de la isl?mica Estambul, con vistas a ejercer el control del Mediterr?neo. En la v?spera de la Natividad de Mar?a, el inesperado retiro de la flota turca fue interpretado como un signo claro de la protecci?n de la Sant?sima Virgen. As?, el 7 de septiembre se celebra desde entonces como el d?a de la Virgen de las Victorias, adem?s de ser fiesta nacional. Perdida la libertad de autodeterminaci?n por la conquista napole?nica de 1798, hecha posible por el debilitamiento de la Soberana Orden de Malta, la isla pas? en 1814 a la soberan?a de Gran Breta?a. Malta se convirti? en estado independiente del Commonwealth reci?n en 1964.

IGLESIA DE LA ASUNTA ? MOSTA.

Destacada entre las empresas m?s grandiosas de la arquitectura mundial, la Iglesia de la Asunta de Mosta, construida a finales del siglo XIX, constituye una copia casi perfecta y de dimensiones insignificantemente menores, del Pante?n de Roma, a tal punto que ha merecido el t?tulo de la ?tercera c?pula? del mundo, despu?s de San Pedro en el Vaticano y del mismo Pante?n. El glorioso edificio, extremadamente exigente desde el punto de vista arquitect?nico, fue realizado por un maestro de obras casi analfabeto, pero heredero del arte secular de los malteses para trabajar la piedra local.
Durante la gran guerra, las mismas bombas italianas que semidestruyeron la Polonia del Mediterr?neo, cayeron varias veces sobre la gran c?pula, pero inexplicablemente rodaron sin explotar y cayeron de ella. Tambi?n en ello la poblaci?n reconoci? un signo de protecci?n por parte de la Reina de los Ap?stoles.

SANTUARIO DE TA? PINU ? ISLA DE GOZO.

Una de las im?genes marianas m?s queridas por los malteses fue custodiada en la zona noroccidental de la isla de Gozo, en una iglesita, en lugar de la cual hoy se alza el santuario de Ta?Pinu. La imagen fue colocada por un tal Filippo Guaci (cuyo sobrenombre era Pino, de donde el nombre del santuario) en 1619, en la que en ese entonces era una simple capilla campestre, presente en el lugar desde el tardo Medioevo; el pintor italiano Amedeo Perugino hab?a pintado all? una imagen de la Virgen Asunta al Cielo. La edificaci?n del santuario se remonta al reciente 1883, luego de una aparici?n de la Virgen a una campesina del lugar, Carmni Grima. Ella, al pasar al lado de la iglesita, sinti? que la llamaba una voz femenina y, luego de haberse asomado esa voz le dijo: ?Recita tres Ave Marias en honor de los tres d?as en los cuales mi cuerpo yaci? en la tumba?. Habiendo confiado lo sucedido a un piadoso joven del lugar, la mujer descubri? que tambi?n este, de manera semejante, hab?a sido invitado a rezar por la ?llaga escondida? de Jes?s, es decir, por la que el peso de la Cruz le hab?a producido en el hombro.
El obispo local, luego de haber interrogado a los dos videntes, autoriz? el ejercicio del culto, que se volvi? a difundir renovado cuando, en 1887, los habitantes de la isla superaron milagrosamente inmunes una epidemia de c?lera.
El nuevo santuario, de estilo rom?nico-bizantino, fue consagrado en 1931, y la imagen fue coronada por el Cap?tulo Vaticano en 1935.

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S?bado, 22 de septiembre de 2007
Santo Domingo (Agencia Fides). La Conferencia del Episcopado Dominicano ha convocado una rueda de prensa para dar a conocer el documento publicado por los Obispos al termino de su Asamblea Plenaria celebrada a finales del mes de agosto 2007.

NOTA SOBRE LA DESPENALIZACI?N DEL ABORTO


CONFERENCIA DEL EPISCOPADO DOMINICANO


La Conferencia del Episcopado Dominicano, en su reciente Asamblea Plenaria, celebrada desde el domingo 26 al viernes 31 de Agosto del 2007, ha decidido dirigir una breve Nota al pueblo dominicano, ante la amenaza que se cierne frente a la eventual despenalizaci?n del aborto.

Nosotros los Obispos de las 12 Di?cesis de la Republica Dominicana, queremos reafirmar lo siguiente:

(1) El c?digo gen?tico de cada vida humana concebida en el vientre materno es ?nico, original e irrepetible. La ciencia asegura que la fecundaci?n del ovulo y el espermatozoide produce una nueva criatura humana, que tiene un c?digo gen?tico distinto al de su madre, que no es parte del cuerpo de ella y tiene la misma dignidad que sus progenitores, por tanto, sus padres no pueden disponer de esa nueva vida que tiene su desarrollo aut?nomo, continuo y progresivo. Destruir el desarrollo de esta vida constituye un crimen jam?s justificable.

(2) La defensa de los derechos humanos fundamentales, es precisamente el Derecho a la Vida, que ha de ser protegida desde su concepci?n hasta su muerte natural. Es un imperativo ?tico para la Iglesia, el Gobierno, los Legisladores, las Organizaciones Nacionales e Internacionales y para todo ciudadano asumir la defensa de la vida humana, por encima de cualquier circunstancia. ?Ninguna circunstancia, ninguna finalidad, ninguna ley en el mundo, podr? jam?s hacer l?cito un acto que es intr?nsecamente il?cito, porque es contrario a la ley de Dios, escrita en el coraz?n de todo hombre, reconocible por la raz?n misma y proclamada por la Iglesia? (Juan Pablo II ? Evangelium Vitae. 25.03.95).

(3) La Constituci?n de la Republica Dominicana que es nuestra ley sustantiva, fundamenta claramente el derecho a la Vida y considera el aborto como un delito. (cfr Constituci?n de la Rep?blica, Art. 8. Ley 2501: la ley del Ni?o por nacer, Gaceta Oficial 1072, 2001 y el C?digo Penal dominicano Art. 317).

(4) Llamamos la atenci?n sobre las presiones que ejercen Organismos Internacionales y algunas ONGS sobre nuestro Gobierno y los Legisladores. ?No vendamos nuestra independencia, tan dolorosamente conquistada! Sabemos de estas presiones que son inaceptables, pero les pedimos que no claudiquen ante el valor fundamental de la vida, ya que lo fundamental es permanente y lo contingente es pasajero. Recordemos que la ?Interrupci?n Voluntaria del Embarazo? (IVE), no es m?s que un mentiroso, malicioso e irresponsable eufemismo para disimular el crimen del aborto.

(5) Hacemos un llamado a m?dicos, juristas, legisladores, artistas, grupos profesionales, sindicales y madres, que tienen clara conciencia del valor inviolable de la vida y que sienten el imperativo moral de defenderla, cuidarla y protegerla, a que se pronuncien a favor de la Vida y en contra de la pretendida despenalizaci?n del aborto.

(6) Compartimos con las personas que tristemente defienden el aborto en circunstancias especiales como violaci?n o incesto, amenaza de muerte de la madre y deformaci?n del feto; todo lo doloroso de estas situaciones y les pedimos tomar conciencia de que la soluci?n a estos casos, no es el aborto; sino la b?squeda de soluciones responsables desde el punto de vista m?dico, jur?dico, familiar y social, que somos los responsables de crear las condiciones de atenci?n digna a las madres con embarazos no deseados y a las criaturas que de ellas van a nacer.
(7) Recordemos que lo legal no suplanta lo moral, ni mucho menos suprime el sufrimiento f?sico y sicol?gico, ni el sentimiento de culpabilidad de quien aborta o colabora, a?n cuando sea en casos especiales.

(8) Dirigimos una palabra a las madres que han abortado y a los que experimentan la culpa de haber colaborado con abortos. Sabemos que han sufrido profundamente. Confiamos su arrepentimiento a la misericordia de Dios. Sean ustedes ahora testigos de excepci?n, haciendo un llamado a la defensa de la Vida Humana siempre y en cualquier circunstancia.

(9) Invitamos a todos los defensores de la Vida Humana, sean cat?licos o no, y a los hermanos de denominaciones cristianas y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a que hagamos causa com?n de defensa y protecci?n del valor supremo de cada Vida Humana.

(10) Recordamos a todos los dominicanos, que la Iglesia, con sus obispos, sacerdotes, di?conos y fieles, ha sido y ser? siempre coherente con los principios ?ticos y morales y de manera particular con la defensa de la Vida Humana. Fray Ant?n de Montesinos defendi? la vida y la dignidad de los ind?genas y recibi? el rechazo de las autoridades de su tiempo. El Episcopado Dominicano, sali? a la defensa de la Vida Humana en la famosa Carta Pastoral del 25 de enero del 1960: ?Cada ser humano, aun antes de su nacimiento ostenta un c?mulo de derechos anteriores y superiores a los de cualquier Estado?. Con esta posici?n defend?a la vida de tantos dominicanos que eran acribillados durante la dictadura de Trujillo. Naturalmente, tambi?n recibi? el rechazo de las autoridades del momento.

(11) No corresponde al Estado, ni a Legisladores, ni a grupo humano alguno, atribuirse la potestad de decidir sobre un derecho individual, singular y original, que no puede ni debe ser violado. Es inconcebible que la capacidad intelectual de los legisladores y pol?ticos se vuelque contra la misma Vida Humana y quiera justificar err?neamente la legalizaci?n y despenalizaci?n del crimen del aborto. La defensa de la Vida Humana es un imperativo ?tico que hunde sus ra?ces en la ley natural, que no puede ni debe ser manipulada por ning?n poder, ni por ninguna legislaci?n que condena a muerte a un ser humano absolutamente indefenso.

(12) Invitamos a todas las parroquias del pa?s, de cada di?cesis, con sus sacerdotes, consagrados y fieles, a hacer una demostraci?n p?blica en defensa de la Vida Humana, organizando el rezo del Santo Rosario y promoviendo otras celebraciones que contribuyan a la toma de conciencia para defender la misma Vida Humana.

Esta Nota ha de ser le?da, en todas las comunidades donde se celebre la Eucarist?a, el 1er Domingo despu?s de recibida y darla a conocer a trav?s de los medios de comunicaci?n social, particularmente, los que son propiedad de la Iglesia..


Les bendecimos de Coraz?n.

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Discurso que dirigi? Benedicto XVI a los pol?ticos y al Cuerpo Diplom?tico el 7 de septiembre en la residencia imperial de Hofburg, durante su visita pastoral a Viena


Estimado se?or presidente federal;
estimado se?or canciller federal;
ilustres miembros del Gobierno federal;
honorables diputados del Parlamento nacional y miembros del Senado federal;
ilustres presidentes regionales;
estimados representantes del Cuerpo diplom?tico;
ilustres se?oras y se?ores:

Introducci?n
Es para m? una gran alegr?a y un honor encontrarme hoy con usted, se?or presidente federal, y con los miembros del Gobierno federal, as? como con los representantes de la vida pol?tica y p?blica de la Rep?blica de Austria. Este encuentro en la residencia de Hofburg refleja las buenas relaciones, marcadas por la confianza rec?proca, que existen entre su pa?s y la Santa Sede, de las que ha hablado usted, se?or presidente. Por eso me alegro vivamente.

Las relaciones entre la Santa Sede y Austria forman parte de la vasta red de relaciones diplom?ticas, en las que Viena constituye una importante encrucijada, pues aqu? tienen su sede tambi?n numerosas organizaciones internacionales. Me complace la presencia de tantos representantes diplom?ticos, a quienes saludo cordialmente. Os agradezco, se?oras y se?ores embajadores, vuestro compromiso no s?lo al servicio de los pa?ses que represent?is y de sus intereses, sino tambi?n al servicio de la causa com?n de la paz y el entendimiento entre los pueblos.
Austria

Esta es mi primera visita como Obispo de Roma y Pastor supremo de la Iglesia cat?lica universal a este pa?s, que, sin embargo, ya conozco desde hace mucho tiempo por mis numerosas visitas anteriores. Para m? ?permitidme decirlo? es realmente una gran alegr?a estar aqu?. Tengo aqu? muchos amigos y, como vecino b?varo, el estilo de vida de Austria y sus tradiciones me son familiares. Mi gran predecesor, de venerada memoria, el Papa Juan Pablo II visit? Austria tres veces. Cada vez fue recibido muy cordialmente por los habitantes de este pa?s, sus palabras fueron escuchadas con atenci?n y sus viajes apost?licos han dejado huellas imborrables.

En los ?ltimos a?os y d?cadas, Austria ha logrado grandes ?xitos, que incluso hace dos generaciones nadie hubiera so?ado. Vuestro pa?s no s?lo ha experimentado un notable progreso econ?mico, sino que tambi?n ha desarrollado una convivencia social ejemplar, que se puede resumir con la expresi?n "solidaridad social". Los austriacos, con raz?n, se sienten agradecidos por ello, y no s?lo lo manifiestan abriendo su coraz?n a los pobres y necesitados de su pa?s, sino tambi?n siendo generosos al mostrar solidaridad con ocasi?n de cat?strofes y desastres en el mundo. Las grandes iniciativas de Licht ins Dunkel ("Luz en la oscuridad") antes de Navidad, y Nachbar in Not ("Vecino necesitado") constituyen un elocuente testimonio de esos sentimientos.

Austria y la ampliaci?n de la Uni?n europea
Nos encontramos en un lugar hist?rico, que durante siglos fue sede del gobierno de un Imperio que abarcaba vastas ?reas de Europa central y oriental. Este lugar y este momento nos brindan una ocasi?n providencial para dirigir nuestra mirada a toda la Europa actual. Tras los horrores de la guerra y las traum?ticas experiencias del totalitarismo y la dictadura, Europa emprendi? el camino hacia una unidad del continente capaz de asegurar un orden duradero de paz y justo desarrollo. La dolorosa divisi?n que parti? el continente durante d?cadas ha sido superada pol?ticamente, pero la unidad est? a?n, en gran parte, por realizar en la mente y en el coraz?n de las personas. Aunque despu?s de la ca?da del tel?n de acero, en 1989, algunas esperanzas excesivas quedaron defraudadas, y en algunos aspectos se pueden formular cr?ticas justificadas contra algunas instituciones europeas, el proceso de unificaci?n se puede considerar un logro de gran alcance, que ha tra?do un per?odo de paz, desde hac?a mucho tiempo desconocido, a este continente, antes desgarrado por continuos conflictos y fatales guerras fratricidas.

Para los pa?ses de Europa central y oriental, en particular, la participaci?n en ese proceso es un incentivo ulterior para consolidar dentro de sus fronteras la libertad, el estado de derecho y la democracia. A este respecto, quiero recordar la contribuci?n que dio mi predecesor el Papa Juan Pablo II a este proceso hist?rico. Tambi?n Austria, como pa?s puente, al encontrarse en el conf?n entre Occidente y Oriente, ha contribuido en gran medida a esta uni?n y adem?s ?no debemos olvidarlo? se ha beneficiado mucho de ella.
Europa

La "casa europea", como solemos llamar a la comunidad de este continente, s?lo ser? para todos un buen lugar para vivir si se construye sobre un s?lido fundamento cultural y moral de valores comunes tomados de nuestra historia y de nuestras tradiciones. Europa no puede y no debe renegar de sus ra?ces cristianas, que representan un componente din?mico de nuestra civilizaci?n mientras avanzamos por el tercer milenio. El cristianismo ha modelado profundamente este continente, como lo atestiguan en todos los pa?ses, particularmente en Austria, no s?lo las numerosas iglesias y los importantes monasterios. La fe se manifiesta sobre todo en las innumerables personas a las que, a lo largo de la historia hasta hoy, ha impulsado a una vida de esperanza, amor y misericordia. Mariazell, el gran santuario nacional de Austria, es tambi?n un lugar de encuentro para varios pueblos de Europa. Es uno de los lugares en donde los hombres han encontrado, y siguen encontrando, la "fuerza de lo alto" para una vida recta.

En estos d?as, el testimonio de la fe cristiana en el centro de Europa se manifiesta tambi?n en la "III Asamblea ecum?nica europea" que se est? celebrando en Sibiu-Hermannstadt (Rumania), cuyo lema es: "La luz de Cristo ilumina a todos los hombres. Esperanza de renovaci?n y unidad en Europa". Viene espont?neamente a la memoria el recuerdo del Katholikentag centro-europeo, que en el a?o 2004, con el tema: "Cristo, esperanza de Europa", congreg? a numerosos creyentes en Mariazell.

Hoy se habla a menudo del modelo de vida europeo. Con esa expresi?n se alude a un orden social que combina eficacia econ?mica con justicia social, pluralismo pol?tico con tolerancia, liberalidad con apertura; pero tambi?n significa conservaci?n de valores que otorgan a este continente su caracter?stica peculiar. Este modelo, con los condicionamientos de la econom?a moderna, afronta un gran desaf?o. La ?a menudo citada? globalizaci?n no se puede detener, pero la pol?tica tiene la tarea urgente y la gran responsabilidad de regularla y limitarla para evitar que se realice a expensas de los pa?ses m?s pobres y, en los pa?ses ricos, de las personas pobres, y que vaya en detrimento de las futuras generaciones.

Ciertamente, como sabemos, Europa tambi?n ha vivido y sufrido terribles caminos equivocados. Entre ellos: restricciones ideol?gicas de la filosof?a, de la ciencia y tambi?n de la fe; el abuso de la religi?n y la raz?n con fines imperialistas; la degradaci?n del hombre mediante un materialismo te?rico y pr?ctico; y, por ?ltimo, la degeneraci?n de la tolerancia en una indiferencia sin referencias a valores permanentes. Pero Europa tambi?n se ha caracterizado por una capacidad de autocr?tica que la distingue y cualifica en el vasto panorama de las culturas del mundo.

La vida
Fue en Europa donde se formul? por primera vez la noci?n de derechos humanos. El derecho humano fundamental, el presupuesto de todos los dem?s derechos, es el derecho a la vida misma. Esto vale para la vida desde el momento de la concepci?n hasta la muerte natural. En consecuencia, el aborto no puede ser un derecho humano; es exactamente lo opuesto. Es una "profunda herida social", como destacaba continuamente nuestro difunto hermano el cardenal Franz K?nig.

Al afirmar esto, no expreso solamente una preocupaci?n de la Iglesia. M?s bien, quiero actuar como abogado de una petici?n profundamente humana y portavoz de los ni?os por nacer, que no tienen voz. No cierro los ojos ante los problemas y los conflictos que experimentan muchas mujeres, y soy consciente de que la credibilidad de mis palabras depende tambi?n de lo que la Iglesia misma hace para ayudar a las mujeres que atraviesan dificultades.

En este contexto, hago un llamamiento a los l?deres pol?ticos para que no permitan que los hijos sean considerados una especie de enfermedad, y para que en vuestro ordenamiento jur?dico no sea abolida, en la pr?ctica, la calificaci?n de injusticia atribuida al aborto. Lo digo impulsado por la preocupaci?n por los valores humanos. Pero este es s?lo un aspecto de lo que nos preocupa. El otro es la necesidad de hacer todo lo posible para que los pa?ses europeos est?n nuevamente dispuestos a acoger a los ni?os. Impulsad a los j?venes a fundar nuevas familias en el matrimonio y a convertirse en madres y padres. De este modo, no s?lo les har?is un bien a ellos mismos, sino tambi?n a toda la sociedad. Tambi?n apoyo decididamente vuestros esfuerzos pol?ticos por fomentar condiciones que permitan a las parejas j?venes criar a sus hijos. Pero todo ello no servir?a de nada si no logramos crear nuevamente en nuestros pa?ses un clima de alegr?a y confianza en la vida, en el que los ni?os no sean considerados una carga, sino un don para todos.

Otra gran preocupaci?n que tengo es el debate sobre lo que se ha llamado "ayuda activa a morir". Existe el temor de que, alg?n d?a, sobre las personas gravemente enfermas se ejerza una presi?n t?cita o incluso expl?cita para que soliciten la muerte o se la procuren ellos mismos. La respuesta adecuada al sufrimiento del final de la vida es una atenci?n amorosa y el acompa?amiento hacia la muerte ?especialmente con la ayuda de los cuidados paliativos? y no la "ayuda activa a morir".

Sin embargo, para realizar un acompa?amiento humano hacia la muerte hacen falta reformas estructurales en todos los campos del sistema sanitario y social, y la organizaci?n de estructuras para los cuidados paliativos. Tambi?n se deben tomar medidas concretas para el acompa?amiento psicol?gico y pastoral de las personas gravemente enfermas y de los moribundos, de sus parientes, de los m?dicos y del personal sanitario. En este campo el "Hospizbewegung" est? realizando una buena labor. Sin embargo, la totalidad de esas tareas no puede delegarse solamente a ellos. Muchas otras personas deben estar dispuestas ?o ser impulsadas a esa disponibilidad? a dedicar tiempo e incluso recursos a la asistencia amorosa de los enfermos graves y de los moribundos.

El di?logo de la raz?n
Por ?ltimo, tambi?n forma parte de la herencia europea una tradici?n de pensamiento que considera esencial una correspondencia sustancial entre fe, verdad y raz?n. Aqu?, en definitiva, se trata de ver si la raz?n est? al principio de todas las cosas y en su fundamento, o si no es as?. Se trata de ver si la realidad tiene su origen en la casualidad y la necesidad y, por tanto, si la raz?n es un producto casual secundario de lo irracional y si, en el oc?ano de la irracionalidad, se convierte, en fin de cuentas, en algo sin sentido; o si es verdad, en cambio, lo que constituye la convicci?n de fondo de la fe cristiana: "In principio erat Verbum", "En el principio era la Palabra", es decir, en el origen de todas las cosas est? la Raz?n creadora de Dios, que decidi? comunicarse a nosotros, los seres humanos.

Permitidme citar, en este contexto, a J?rgen Habermas, un fil?sofo que no profesa la fe cristiana, el cual afirma: "Para la auto-conciencia normativa del tiempo moderno, el cristianismo no ha sido solamente un catalizador. El universalismo igualitario, del que brotaron las ideas de libertad y de convivencia solidaria, es una herencia directa de la justicia jud?a y de la ?tica cristiana del amor. Esta herencia, sustancialmente inalterada, ha sido siempre hecha propia de modo cr?tico y nuevamente interpretada. Hasta hoy no existe una alternativa a ella".

Las tareas de Europa en el mundo
Sin embargo, por el car?cter ?nico de su vocaci?n, Europa tiene tambi?n una responsabilidad ?nica en el mundo. A este respecto, ante todo no debe renunciar a s? misma. Europa, que desde el punto de vista demogr?fico est? envejeciendo r?pidamente, no debe convertirse en un continente viejo espiritualmente. Adem?s, ser? cada vez m?s consciente de s? misma si asume la responsabilidad que le corresponde en el mundo por su singular tradici?n espiritual, por sus extraordinarios recursos y por su gran poder econ?mico. Por tanto, la Uni?n europea debe desempe?ar un papel destacado en la lucha contra la pobreza en el mundo y en el compromiso en favor de la paz.

Con gratitud podemos constatar que los pa?ses de Europa y la Uni?n europea son de los que m?s contribuyen al desarrollo internacional, pero tambi?n deber?an hacer sentir su importancia pol?tica, por ejemplo, ante los urgent?simos desaf?os que plantea ?frica, las inmensas tragedias de ese continente, como el flagelo del sida, la situaci?n en Darfur, la injusta explotaci?n de los recursos naturales y el preocupante tr?fico de armas.

Asimismo, los esfuerzos diplom?ticos o pol?ticos de Europa y de los pa?ses que la integran no pueden descuidar la situaci?n siempre grave de Oriente Pr?ximo, en donde resulta necesaria la contribuci?n de todos para promover la renuncia a la violencia, el di?logo rec?proco y una aut?ntica coexistencia pac?fica. Tambi?n deben seguir mejorando las relaciones de Europa con las naciones de Am?rica Latina y con las del continente asi?tico, mediante oportunos v?nculos de intercambio.

Conclusi?n
Estimado se?or presidente federal; ilustres se?oras y se?ores, Austria es un pa?s colmado de bendiciones: una gran belleza natural que, a?o tras a?o, atrae a millones de personas para sus vacaciones; una extraordinaria riqueza cultural, creada y acumulada por muchas generaciones; y numerosas personas dotadas de talento art?stico y de gran capacidad creativa. Por doquier se pueden ver los frutos de la diligencia y de las habilidades de la poblaci?n que trabaja. Este es un motivo de gratitud y de sano orgullo. Pero, ciertamente, Austria no es una "isla feliz", y no se considera as?. La autocr?tica siempre es ?til y, desde luego, es muy com?n en Austria. Un pa?s que ha recibido mucho, tambi?n debe dar mucho. Puede contar en gran medida con sus propios recursos, pero tambi?n debe exigirse a s? mismo cierta responsabilidad con respecto a los pa?ses vecinos, a Europa y al mundo.

Mucho de lo que Austria es y posee, se lo debe a la fe cristiana y a su beneficiosa eficacia sobre las personas. La fe ha modelado profundamente el car?cter de este pa?s y a su gente. Por eso, todos deben tener la preocupaci?n de no permitir que un d?a en este pa?s s?lo las piedras hablen del cristianismo. Sin una intensa fe cristiana, Austria ya no ser?a Austria.

A vosotros y a todos los austriacos, especialmente a los ancianos y los enfermos, as? como a los j?venes, que tienen a?n la vida por delante, deseo la esperanza, la confianza, la alegr?a y la bendici?n de Dios. Muchas gracias.

[Traducci?n distribuida por la Santa Sede
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ZENITPublicamos el discurso que en la ma?ana del viernes, 21 de Septiembre, dirigi? Benedicto XVI en Castel Gandolfo a los participantes en el encuentro promovido por la Intencional Democr?tica de Centro y Dem?crata Cristiana (IDC), a quienes recibi? en audiencia.


Se?or presidente,
honorables parlamentarios,
distinguidos se?ores y se?oras:

Me alegra recibirles durante los trabajos del Comit? Ejecutivo de la Internacional Democr?tica de Centro y Dem?crata Cristiana, y deseo, ante todo, dirigir un cordial saludo a las numerosas delegaciones presentes, que proceden de muchas naciones del mundo. Dirijo un saludo especial al presidente, el honorable Pier Ferdinando Casini, y le agradezco las corteses palabras que me ha dirigido en nombre de los presentes. Vuestra visita me da la oportunidad de ofrecer a vuestra atenci?n algunas consideraciones sobre valores e ideales que han sido forjados o profundizados de manera decisiva por la tradici?n cristiana en Europa y en el mundo entero.

S? que vosotros, a?n en la variedad de vuestras procedencias, compart?s no pocos de sus principios, como por ejemplo la centralidad de la persona y el respeto de los derechos humanos, el compromiso por la paz y la promoci?n de la justicia para todos. Hac?is por lo tanto referencia a principios fundamentales, que est?n relacionados entre s?, como demuestra la experiencia de la historia. Cuando, en efecto, los derechos humanos son violados, es la propia dignidad de la persona la que es herida; si la justicia vacila, la paz est? en peligro. Por otro lado, la justicia, por su parte, puede decirse verdaderamente humana s?lo si la visi?n ?tica y moral sobre la que se funda se centra en la persona y en su inalienable dignidad.

Honorables se?ores y se?oras: vuestra actividad, que se inspira en tales principios, se hace hoy m?s dif?cil todav?a por el clima de profundos cambios que viven nuestras comunidades. Por esto desear?a alentaros a?n m?s a proseguir en el esfuerzo de servir el bien com?n, actuando para que no se difundan ni se refuercen ideolog?as que pueden oscurecer o confundir las conciencias y transmitir una ilusoria visi?n de la verdad y del bien. Existe, por ejemplo, en el campo econ?mico una tendencia que identifica el bien con el beneficio y de tal forma disuelve la fuerza del ethos desde el interior, acabando por amenazar el beneficio mismo. Algunos sostienen que la raz?n humana es incapaz de captar la verdad y, por lo tanto, de perseguir el bien que corresponde a la dignidad de la persona. Hay tambi?n quien considera leg?tima la eliminaci?n de la vida humana en su fase prenatal o en la terminal. Preocupante es adem?s la crisis de la familia, c?lula fundamental de la sociedad fundada en el matrimonio indisoluble de un hombre y de una mujer. La experiencia demuestra que cuando la verdad del hombre es ultrajada, cuando la familia se mina en sus fundamentos, la paz misma est? amenazada, el derecho corre peligro de verse comprometido y, como consecuencia l?gica, se va hacia injusticias y violencias.

Existe otro ?mbito que os interesa mucho, y es el de la defensa de la libertad religiosa, derecho fundamental insuprimible, inalienable e inviolable, enraizado en la dignidad de todo ser humano y reconocido por varios documentos internacionales, entre ellos, sobre todo, la Declaraci?n Universal de los Derechos del Hombre. El ejercicio de tal libertad comprende tambi?n el derecho a cambiar de religi?n, que hay que garantir no s?lo jur?dicamente, sino tambi?n en la pr?ctica diaria. La libertad religiosa responde, en efecto, a la intr?nseca apertura de la criatura humana a Dios, Verdad plena y sumo Bien, y su valoraci?n constituye una expresi?n fundamental de respeto de la raz?n humana y de su capacidad de verdad. La apertura a la trascendencia constituye una garant?a indispensable para la dignidad humana porque existen anhelos y exigencias del coraz?n de cada persona que s?lo en Dios encuentran compresi?n y respuesta. ?No se puede por lo tanto excluir a Dios del horizonte del hombre y de la historia! He aqu? por qu? hay que acoger el deseo com?n a todas las tradiciones aut?nticamente religiosas de mostrar p?blicamente la propia identidad, sin estar obligados a esconderla o mimetizarla.

El respeto de la religi?n contribuye, adem?s, a desmentir el repetido reproche de haber olvidado a Dios, con el que algunas redes terroristas intentan justificar sus amenazas a la seguridad de las sociedades occidentales. El terrorismo representa un fen?meno grav?simo que frecuentemente llega a instrumentalizar a Dios y desprecia de manera injustificable la vida humana. La sociedad tiene ciertamente el derecho de defenderse, pero este derecho, como cualquier otro, hay que ejercerlo siempre en el pleno respeto de las reglas morales y jur?dicas tambi?n en lo relativo a la elecci?n de los objetivos y de los medios. En los sistemas democr?ticos el uso de la fuerza no justifica jam?s la renuncia a los principios del Estado de Derecho. ?Es que se puede proteger la democracia amenazando sus fundamentos? Por lo tanto es necesario tutelar incansablemente la seguridad de la sociedad y de sus miembros, salvaguardando en cambio los derechos inalienables de toda persona. El terrorismo hay que combatirlo con determinaci?n y eficacia en la conciencia de que, si el mal es un misterio difundido, la solidaridad de los hombres en el bien es un misterio a?n m?s extendido.

La doctrina social de la Iglesia cat?lica ofrece, al respecto, elementos de reflexi?n ?tiles para promover la seguridad y la justicia, tanto a nivel nacional como internacional, a partir de la raz?n, del derecho natural y tambi?n del Evangelio, esto es, a partir de cuanto es conforme a la naturaleza de todo ser humano y tambi?n la trasciende. La Iglesia sabe que no es su tarea hacer valer ella misma pol?ticamente esta doctrina suya: su objetivo es servir a la formaci?n de la conciencia en la pol?tica y contribuir para que crezca la percepci?n de las verdaderas exigencias de la justicia y, a la vez, la disponibilidad para actuar de acuerdo con ellas, tambi?n cuando ello estuviera en contraste con situaciones de inter?s personal (Deus caritas est, 28). En esta misi?n, la Iglesia se conduce por el amor por Dios y por el hombre, y por el deseo de colaborar con todas las personas de buena voluntad para construir un mundo donde se salvaguarden la dignidad y los derechos inalienables de todas las personas. A cuantos comparten la fe en Cristo, la Iglesia pide testimoniarla hoy, con mayor valor y generosidad. La coherencia de los cristianos es de hecho indispensable tambi?n en la vida pol?tica, para que la ?sal? del compromiso apost?lico no pierda su ?sabor?, y la ?luz? de los ideales evang?licos no sea oscurecida en su acci?n cotidiana.

Honorables se?ores y se?oras: gracias otra vez por esta grata visita. Mientras hago fervientes votos por vuestro trabajo, aseguro un recuerdo en la oraci?n para que Dios os bendiga a vosotros, a vuestras familias, y os obtenga sabidur?a, coherencia y vigor moral para servir a la grande y noble causa del hombre y del bien com?n.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit
? Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana]

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ZENIT publica el comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap. -predicador de la Casa Pontificia- a la liturgia del domingo, XXV del tiempo ordinario, 23 Septiembre.

XXV Domingo del tiempo ordinario [C]
Am?s 8, 4-6; I Timoteo 2, 1-8; Lucas 16,1-13


Haceos amigos con el dinero



El Evangelio de este domingo nos presenta una par?bola en cierto modo bastante actual, la del administrador infiel. El personaje central es el administrador de un propietario de tierras, figura muy popular tambi?n en nuestros campos, cuando reg?an sistemas usufructuarios.

Como las mejores par?bolas, ?sta es como un drama en miniatura, lleno de movimiento y de cambios de escena. La primera tiene como actores al administrador y a su se?or y concluye con un despido tajante: ?Ya no puedes ser administrador?. ?ste no esboza siquiera una autodefensa. Tiene la conciencia sucia y sabe perfectamente que de lo que se ha enterado el patr?n es cierto. La segunda escena es un soliloquio del administrador que se acaba de quedar solo. No se da por vencido; piensa enseguida en soluciones para garantizarse un futuro. La tercera escena ?el administrador y los campesinos? revela el fraude que ha ideado con ese fin: ???T? cu?nto debes?? Respondi?: ?Cien cargas de trigo?. Le dijo: ?Toma tu recibo y escribe ochenta??. Un caso cl?sico de corrupci?n y de falsa contabilidad que nos hace pensar en frecuentes episodios parecidos en nuestra sociedad, si bien a escala mucho mayor.

La conclusi?n es desconcertante: ?El se?or alab? al administrador injusto porque hab?a obrado astutamente?. ?Es que Jes?s aprueba o alienta la corrupci?n? Es necesario recordar la naturaleza del todo especial de la ense?anza en par?bolas. La par?bola no hay que trasladarla en bloque y con todos sus detalles en el plano de la ense?anza moral, sino s?lo en aquel aspecto que el narrador quiere valorar. Y est? claro cu?l es la idea que Jes?s ha querido inculcar con esta par?bola. El se?or alaba al administrador por su sagacidad, no por otra cosa. No se afirma que se vuelva atr?s en su decisi?n de despedir a este hombre. Es m?s, visto su rigor inicial y la prontitud con la que descubri? la nueva estafa, podemos imaginar f?cilmente la continuaci?n, no relatada, de la historia. Tras haber alabado al administrador por su astucia, el se?or debe haberle ordenado que devolviera inmediatamente el fruto de sus transacciones deshonestas, o pagarlas con la c?rcel si no pod?a saldar la deuda. Esto, o sea, la astucia, es tambi?n lo que alaba Jes?s, fuera de par?bolas. A?ade, de hecho, casi como comentario a las palabras de ese se?or: ?Los hijos de este mundo son m?s astutos con los de su generaci?n que los hijos de la luz?.

Aquel hombre, frente a una situaci?n de emergencia, cuando estaba en juego su porvenir, dio prueba de dos cosas: de extrema decisi?n y de gran astucia. Actu? pronta e inteligentemente (si bien no honestamente) para ponerse a salvo. Esto ?viene a decir Jes?s a sus disc?pulos? es lo que deb?is hacer tambi?n vosotros para poner a salvo no el futuro terreno, que dura algunos a?os, sino el futuro eterno. ?La vida ?dec?a un fil?sofo antiguo? a nadie se le da en propiedad, sino a todos en administraci?n? (S?neca). Somos todos los ?administradores?; por ello debemos hacer como el hombre de la par?bola. ?l no dej? las cosas para ma?ana, no se durmi?. Est? en juego algo m?s importante como para confiarlo al azar.

El Evangelio a menudo hace diversas aplicaciones pr?cticas de esta ense?anza de Cristo. En la que se insiste m?s tiene que ver con el uso de la riqueza y del dinero: ?Yo os digo: haceos amigos con el dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas?. Es como decir: haced como aquel administrador; haceos amigos de quienes un d?a, cuando os encontr?is en necesidad, puedan acogeros. Estos amigos poderosos, se sabe, son los pobres, puesto que Cristo considera dado a ?l en persona lo que se da al pobre. Los pobres, dec?a San Agust?n, son, si lo deseamos, nuestros correos y porteadores: nos permiten transferir, desde ahora, nuestros bienes en la morada que se est? construyendo para nosotros en el m?s all?.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit]

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Viernes, 21 de septiembre de 2007
Comunicado que ha emitido la presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana con el t?tulo ?Para un rostro humano de la miner?a?.


?Los pueblos de Am?rica Latina tienen derecho a una vida plena, propia de los hijos de Dios, con condiciones m?s humanas; libres de amenazas del hambre, y de toda forma de violencia? (N? 4 Mensaje inaugural de S.S. Benedicto XVI - V Conferencia del Episcopado Latinoamericano - Aparecida ? Brasil)


Nuestro pa?s ha sido ampliamente bendecido por Dios al dotarnos de diversas fuentes de vida y riqueza natural. El Per? es considerado uno de los principales pa?ses del mundo depositario de una gran diversidad de plantas, animales, peces, bosques y riqueza minera. En la historia de nuestros pueblos se han desarrollado grandes culturas que aprendieron a aprovechar esas riquezas en comuni?n con la creaci?n de Dios.

Estas diversas fuentes de riqueza material, bien utilizadas, permiten un significativo crecimiento de las actividades econ?micas, de la recaudaci?n fiscal, y de las inversiones en desarrollo social en las regiones del pa?s. De esta manera, pueden colaborar al progreso de la naci?n y al bien com?n de todos los peruanos.

En este contexto, la Iglesia no puede ser contraria a que se aprovechen debidamente los recursos naturales del pa?s, incluida la riqueza minera y alienta que se avance en aquellos aspectos que permitan lograr ?esas condiciones de vida m?s humanas?, -un rostro humano de la miner?a- que Su Santidad, el Papa Benedicto XVI, solicitara recientemente en Aparecida, Brasil.

No obstante, constatamos que en el Per? continuamos teniendo un alto porcentaje de pobladores en condici?n de pobreza. Esperamos que con el esfuerzo de todos se siga disminuyendo este porcentaje, para lo cual es fundamental una aut?ntica y plural participaci?n en la soluci?n de las dificultades que puedan surgir a la hora de promover inversiones, tanto en lo referente a la protecci?n ambiental como en el desarrollo social, de modo que se pueda alcanzar consensos perdurables para el bien com?n de la Naci?n.

Como Pastores del Pueblo de Dios, alentamos que se hagan todos los esfuerzos para construir una cultura de paz, mediante un di?logo justo, equitativo, constructivo, de tolerancia de las opiniones diversas, y que se fundamente en la defensa irrenunciable de la dignidad de la persona humana y del bien com?n.

Recordamos que cuando la Iglesia quiere expresarse institucionalmente, lo hace s?lo a trav?s de sus Pastores reunidos en la Conferencia Episcopal.

El progreso del Per? nos exige a todos di?logo, formar bien las conciencias, dar y tener acceso a informaci?n plena y adecuada, escucha y apertura generosa para alcanzar juntos la verdad, m?s aun en momentos en que se hace necesario revestirnos de confianza y esperanza para construir juntos un pa?s en el que todos tengamos espacio y posibilidad de desarrollo.

Lima, 19 de Septiembre de 2007

+ H?ctor Miguel Cabrejos Vidarte OFM
+ Javier Del R?o Alba
+ Juan Luis Cardenal Cipriani Thorne
+ Juan Jos? Larra?eta Olleta O.P.

PRESIDENCIA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL PERUANA

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ORACI?N A MAR?A,
NUESTRA MADRE Y
NUESTRA GU?A.


Mar?a, nuestra Madre y nuestra Gu?a,
acoge con maternal solicitud nuestra s?plica
y gu?a todos nuestros pensamientos,
deseos, palabras y obras,
para que siempre cumpl?mos
la voluntad de Dios Padre, Hijo y Esp?ritu Santo.
Am?n.

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ESCUELA DIOCESANA DE AGENTES
DE PASTORAL


Instituto Superior de Teolog?a de las Islas Canarias
Sede de Tenerife

Curso acad?mico 2007/2008


Cursos abiertos en el presente a?o:

1? Curso
2? Curso
Y
Especialidad de
Catequesis
Liturgia
Matrimonio y Familia
Y Pastoral Juvenil


(Jueves de 8'OOh. a 9'30h pm.)

INFORMACI?N Y MATR?CULA:

ISTIC-Tenerife, Edificio del Seminario Diocesano.
La Verdellada, s/n. 38207 ? La Laguna
922 252540 1 922 259721
Fax: 922 252067

[email protected]

Fecha de inicio de las clases:
18 de octubre de 2007

Instituto Superior de Teolog?a de las Islas Canarias
"Virgen de Candelaria"
SEDE DE TENERIFE


Edificio del Seminario Diocesano, La Verdellada, sin ? Apdo. 19, 38207 - La Laguna ? Tenerife. Tfno. 922252540 - Fax. 922252067; www.cettenerife.org ? [email protected] SEDE DE GRAN CANARIA Campus Universitario de Tafira, Apdo. 75 - Tafira Afta, 35017 ? Las Palmas de Gran Canaria Tfno. 928452946 ? Fax. 928452947; [email protected]

La Laguna, Tenerife, a 15 de septiembre de 2007.


A la atenci?n de los P?rrocos y Responsables de movimientos apost?licos de la Di?cesis de San Crist?bal de La Laguna, Tenerife.

Estimado en Cristo, el Se?or:

Recibe un cordial saludo en este inicio del curso pastoral.

Puede que le interese esta informaci?n para los agentes de pastoral de su Parroquia.

Como sabe, desde hace a?os funciona en nuestra Di?cesis, vinculada al Instituto Superior de Teolog?a y a la Vicar?a General, en su secci?n Pastoral, la ESCUELA DIOCESANA DE AGENTES DE PASTORAL. El Objetivo de la Escuela de Agentes de Pastoral es ofrecer una formaci?n completa sobre la doctrina de la fe cristiana y una formaci?n especifica en alg?n ?mbito particular (Catequesis, Liturgia, Matrimonio y Familia, Pastoral Juvenil...)

La formaci?n se imparte de tal manera que s?lo hay que acudir al ISTIC un d?a a la semana, en horario de tarde, de 8'00 a 9'30. El resto es estudio personal y trabajo del alumno en su casa.

Estamos seguros que a los catequistas, a los responsables de liturgia, a los monitores de prebautismal o prematrimonial, a los responsables de la pastoral juvenil, a los miembros de hermandades y cofrad?as, etc. les pudiera venir muy bien. Pero para ello, la labor del p?rroco es fundamental a la hora de entusiasmarles con este proyecto. Incluso no estar?a mal que la misma parroquia les subvencionara esta formaci?n a quienes colaboran de manera desinteresada con ella.

En la ?ltima reuni?n de los responsables de la Escuela Diocesana de Agentes de Pastoral surgi? una idea muy interesante. Se comentaba que siempre cargamos pastoralmente a los mismos agentes de pastoral y encima les exig?amos formaci?n. Y surgi? la idea de tener en cuenta a aquellas personas que son cercanas, que acuden a las celebraciones de la misa, que tienen tiempo libre, que las conocemos y que tal vez podr?an iniciar este tipo de formaci?n y, llegado el caso, incorporarse luego en una colaboraci?n m?s profunda con la parroquia. ?Por qu? no invitarles o propon?rselo? Incorporar nuevos agentes de pastoral era un objetivo del Plan Pastoral. Podr?amos tenerlo en cuenta.

En estos primeros momentos del curso estar?s recibiendo mucha informaci?n, cartas; ...soy consciente. No eches ?sta en saco roto. Ayudar que nuestros f?ele sepan dar mejor raz?n de su fe es una tarea que repercutir luego en bien de parroquiales. La matr?cula de un curso completo es de 80 ?. Existe un fondo d ser?a un buen detalle o regalo del p?rroco.

Quedo a tu disposici?n.

Juan Pedro Rivero Gonz?lez

Historia del escapulario verde y la hermana Justina Bisqueyburu, publicada en Boletin Informativo "al margen" de la obra Mter Chisti, númeo 66, Septiembre-Diciembre 2007.

"EL ESCAPULARIO VERDE"


Esta vez no traemos una
Advocación, propiamente
dicha, de la Santísima Virgen,
sino una intervención
de su inmenso Amor maternal a
todos los hombres.



En una agitada calle de París, se encuentra el Convento de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Es un convento muy activo, porque las personas vienen de todo el mundo para orar en la Capilla y pedir la intercesión de la Virgen Inmaculada, Madre de Dios.

Vienen aquí porque la Capilla es un lugar sagrado, un lugar donde el Cielo se une a la tierra de una manera especial. Esta unión de Cielo y tierra comenzó en 1830, cuando Santa Catalina Labouré experimentaba las visiones de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Durante el curso de estas visiones, la Virgen prometió que todos los que vinieran aquí con Fe recibirían inmensas gracias a través de su intercesión, a través de su Divino Hijo, Jesús.

La historia del Escapulario Verde empieza en esta misma Capilla, pero nueve años después, y con otra Hermana, Justina Bisqueyburu. Es a ella a quien Nuestra Señora del Escapulario de Verde se le aparecía.
La Hermana Justina Bisqueyburu nació el 11 de noviembre de 1817, en el pueblo de Mauleon, en los bajos Pirineos de Francia. Pasó sus primeros años con la hermana de su madre. Su vida en ese momento era simple, como la de cualquier niña de su edad. Cuando cumplió los 22 años, Justina se unió a las Hermanas de Caridad de San Vicente de Paúl, una Congregación muy popular y extendida en Francia, y fundada en los grandes principios de espiritualidad y caridad del gran `Monseñor Vicente', que era como a él se le refería. El Convento de la Congregación estaba en la Rue du Bac, en París, una calle bulliciosa en el corazón del sector comercial de la ciudad.

Brevemente después de su llegada al Convento, Justina comenzó a experimentar gracias místicas y manifestaciones sobrenaturales.

El 28 de enero de 1840, durante su retiro de noviciado, estando orando en silencio en la Capilla del convento, se le apareció, sobresaltándola, la Santísima Virgen María. La Madre de Dios tenía un vestido largo de seda blanca dejando al descubierto sus pies. Encima del vestido tenía un manto del más pálido azul. Su cabello caía suavemente sobre sus hombros y no estaba cubierto por un velo. La Hermana observó que las manos de la Santísima Virgen estaban dobladas hacia su pecho y sosteniendo el Inmaculado Corazón, del cual salían llamas resplandecientes. La Madre de Dios no dijo nada.

Esta visión se repitió al final del retiro de la Hermana Justina y en otras cinco ocasiones durante el curso de su noviciado. En cada ocasión, la Santísima Virgen no decía nada y los detalles de cada visión eran idénticos.

Después de hacer sus primeros votos, Sor Justina fue enviada al pueblo de Blangy, para trabajar allí con las Hermanas de su Congregación. Al poco tiempo de su llegada, las Hermanas se reunieron para celebrar la fiesta del Nacimiento de la Santísima Virgen María. Sor Justina se encontraba en oración meditando en esta celebración. De pronto tuvo una nueva visión, esta vez diferente a la de ocasiones anteriores.

La Santísima Virgen se le aparece vestida igual que en las otras ocasiones: con un vestido de seda blanca cubierto por el manto azul pálido, yen sus manos sosteniendo el Inmaculado Corazón, resplandeciente con las más intensas y deslumbrantes llamas que salían de él. Pero, tenía algo diferente: en su mano izquierda sostenía lo que parecía ser un Escapulario o insignia de alguna clase. A diferencia de otros Escapularios, éste tenía un sólo cuadrado de tela en lugar de dos. El cuadrado de tela estaba atado con cordones verdes. En él estaba una imagen de la Virgen de la misma forma en que se la había aparecido a Sor Justina en sus anterio¬res visiones, sosteniendo en su mano dere¬cha su Inmaculado Corazón.

Al voltear la imagen, la religiosa vio "un Corazón ardiendo con rayos más deslumbrantes que el sol y tan transparente como el cristal." El Corazón fue perforado por una espada y rodeado por una oración en forma oval, y en la parte superior de óvalo, una Cruz de oro. En la oración se lee: "Inmaculado Corazón de María, ruega por nosotros, ahora y en la hora de nuestra muerte."

Durante esta visión se le dio a conocer por una revelación interior el significado de esta aparición. Se le reveló que este el Escapulario del Inmaculado Corazón sería un poderoso instrumento para la conversión de
almas, particularmente aquellas que no tienen Fe, y que por medio de él, la Santísima Virgen obtendría para ellos, mediante su Hijo, la gracia de una muerte en 'gracia de Dios'. Se le hizo también saber a la religiosa el
deseo de la Madre de Dios de que el escapulario fuese propagado por todas partes para que estas gracias particulares, lleguen a todas las almas que abracen esta devoción.

Siempre humilde y prudente, y desconfiada de ella misma, la Hermana Justina temía que lo que ella había experimentado fuera sólo el producto de su imaginación. Le contó estas experiencias a su Superiora, y le pidió que no dijera nada. Sin embargo, también le pidió que si ella consideraba necesario, le contaría todo lo ocurrido al Director Espiritual.

En apariciones subsiguientes la Virgen se apareció de la misma forma, insistiendo en que se propagara la devoción a este escapulario. Finalmente, los Escapularios se empezaron a fabricar y a ser distribuidos por las Hermanas en París, luego por toda Francia y fuera de ella. Con este fin, las Hermanas habían recibido la aprobación formal y el impulso necesario de Su Santidad, Papa Pío IX, en 1870.

La Hermana Justina mantuvo un velo de silencio sobre estas manifestaciones y sólo hablo de ellas con aquéllas personas directamente responsables de su preparación espiritual. Y así, la Hermana Justina era vista únicamente como una Hermana religiosa humilde y fiel, como tantas otras, fiel a la Regla, obediente a aquéllos cuya autoridad estaba por encima de ella, y compasiva con aquéllos que necesitaran de su ayuda. Al finalizar su formación religiosa, la Sor Justina dedicó calladamente la mayoría de sus años en varios hospitales de la Congregación en Francia, y se le recordó después como una Hermana diligente, capaz, compasiva y gentil.

El Escapulario Verde no requiere ninguna fórmula particular de investidura sino una simple bendición de cualquier Sacerdote católico. A diferencia de otros Escapularios que hacen necesario llevarlos puestos, el Escapulario Verde puede llevarse puesto o estar con uno, e incluso tenerlo entre las pertenencias de uno. La oración encontrada en el Escapulario debe orarse al menos diariamente. Si la persona para quien estas gracias se buscan no dice la oración, entonces debe hacerla la persona que le haya entrega-do el Escapulario o se lo haya puesto en su alcance.

Las gracias particulares de este Sacramental son para inducir y ahondar en la devoción al Inmaculado Corazón de María, y para la conversión de corazones y almas.

También, este Escapulario ha sido dado por Nuestra Señora, particularmente como un don para los enfermos. Se le puede poner en sus ropas, en su cama o en su habitación. Si la persona a quien se le aplica no dijera la jaculatoria, el que le haya proporcionado el escapulario, debe decirla por el enfermo.
Los prodigios que ha producido este escapulario atestiguan la bendición y el cumplimiento de la promesa de la Virgen a todos los que lo lleven y digan la jaculatoria: "Hará grandes conversiones, particularmente para alcanzar la buena muerte a los pecadores y a los que no tienen fe".


Publicado por verdenaranja @ 23:06
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Informaci?n sobre la instituci?n MATER CHRISTI PUBLICADA en bolet?n informativo "al margen", n?mero 66 Septiembre-Diciembre 2007.

MATER CHRISTI


Es una Instituci?n de Vida Consagrada con una vocaci?n definida por la entrega a la evangelizaci?n en sectores marginales de la sociedad.

Esto quiere decir que los miembros de ATER CHRISTI viven como opci?n de vida, 3 consagraci?n a Dios en pobreza, castidad obediencia en medio del mundo.

La actividad evangelizadora se realiza a partir del encuentro personal y directo con las personas en sus propios lugares de ambiente?, aquellos que frecuentan un determinado tipo de personas.
Son ambientes de marginaci?n de diferente tipo, que en nuestra sociedad actual, tan orgullosa de s? misma, siguen estando ah? ofreciendo diferentes formas de esclavit?ud y dependencia.

Desde el encuentro personal y el establecimiento de una relaci?n individualizada, se ofrece a la persona la ayuda necesaria para que pueda romper con todo aquello que la tiene atrapada, esclavizada, dir?amos, y aunque est? claro que ser? principalmente desde un encuentro personal e ?ntimo con Jesucristo, el camino que se abre ser? largo duro, porque ha de superarse junto con la dependencia" que sea, otras repercusiones que se manifiestan tanto en lo f?sico como en psicol?gico.

Se trata sencillamente de `tenderle una mano', y si la acepta, comenzar una nueva a que exige la ruptura con la que lleva, que '?, como se ha dicho, larga en la recuperaci?n y rehabilitaci?n del sujeto humano, de su dignidad como persona, para, a la vez, ir con?siguiendo la libertad total.

Hay que aceptar que es una tarea costosa en primer lugar para el propio afectado, que ha de poner toda su voluntad, por muy escasa que ?sta sea, ya que ha de superar infinidad de luchas y combates interiores. Por parte de MATER CHRISTI tendr? toda la ayuda que necesite, tanto humana y moral, como personal y material, para poder llegar a la meta, que es, Ser persona en su digni?dad. Ser hijo de Dios.

Esto hace que los miembros Consagrados de MATER CHRISTI, tanto en su rama femenina como masculina, tengan muy presente y vivo que la llamada a la que han respondido les ha pedido TODO: en tiempo, entrega, dedicaci?n, bienes materia-les, perseverancia?

Y es posible hacerlo porque caminan de la mano de Mar?a la Virgen, la que sienten y tie?nen como Madre y Gu?a, y, tambi?n, abiertos siempre al Esp?ritu Santo, que, con sus Dones, orienta y marca los caminos que han de recorrer. Todo esto, l?gicamente exige una vida intensa en Dios por la oraci?n, tanto comunitaria como personal, por los sacra?mentos, por la vida de piedad, etc.

Adem?s, MATER CHRISTI cuenta con una rama de Colaboradores, a la que puede pertenecer cualquier persona que, no pudien?do acceder por su estado de vida o porque no se sienta llamada a la consagraci?n, se sien-te, en cambio, identificada con el carisma y la espiritualidad de la Instituci?n.

Los Colaboradores viven vinculados a MATER CHRISTI y se re?nen semanalmente para orar, reflexionar y prestar su ayuda y colaboraci?n en la misi?n evangelizadora de la Instituci?n.

Por otra parte, hay otro grupo de perso?nas e instituciones que igualmente son muy cercanos a la Obra de MATER CHRISTI: son los Bienhechores. Ellos, con su apoyo eco?n?mico hacen posible que toda la actividad de MATER CHRISTI se pueda realizar, pues es una tarea con alto coste econ?mico que la propia Instituci?n no puede generar por s? misma en el volumen necesario.

Para aquellas personas que leyendo esta breve rese?a, pueda interesarles conocer mejor MATER CHRISTI o compartir su expe?riencia de vida, con sumo gusto se les ofrece la siguiente informaci?n.

- Se publica el Bolet?n informativo: ?al margen?, que se distribuye gratuitamente a quien lo quiera. S?lo basta pedirlo telef?nica-mente al n?mero (34) 915 329 192, o por carta a: MATER CHRISTI - Apartado de Correos n?m. 50073 - 28080 Madrid.

- Semanalmente hay reuniones de las Comunidades de Colaboradores.

- Mensualmente hay Retiros Espirituales, abiertos a todo el Pueblo de Dios, en diferen?tes localidades.
- Tanto para informarse de cualquiera de las dos actividades anteriores, como para otro tipo de consulta o informaci?n, se pue?den dirigir al tel?fono o direcci?n postal se?alados m?s arriba.

Deseamos que ?sta, quiz?s y casi seguro, primera aproximaci?n a esta Obra apost?lica y evangelizadora de la Iglesia, que es MATER CHRISTI, sea el comienzo, por lo menos, de una relaci?n de fraternidad y Caridad en esa UNIDAD que Cristo pidi? al Padre para su Iglesia (Jn. 17, 21-22).

A su disposici?n quedamos y hasta pronto.

Publicado por verdenaranja @ 22:54  | Misiones
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Jueves, 20 de septiembre de 2007
VATICANO - AVE MARIA a cargo de don Luciano Alimandi - ?La conversi?n no acepta demoras?

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Una de las tentaciones m?s frecuentes para quien est? encaminado en el camino del Se?or, es aquella de rendirse frente al pecado, frente a las propias tendencias pecaminosas y convencerse que es necesario integrarlas en la propia vida en vez de combatirlas. Pero el plan de Dios para el hombre, as? como ha sido revelado por Jesucristo, es el que los Padres griegos llaman ?la divinizaci?n de la criatura?, es decir la transformaci?n en Cristo: ?y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en m? (Gal 2, 20).

Un falso concepto de misericordia es con frecuencia la causa de la ca?da en el camino de la conversi?n. En efecto, si bien es verdad que la misericordia divina perdona todo pecado al pecador que lo confiesa, es tambi?n verdadero que Esta es un fuego que quiere quemar todo aquello que se opone a la santidad de Dios. ?Sed perfectos como vuestro Padre que est? en los cielos es perfecto? (Mt 5, 48). La Palabra de Dios no deja espacio a malentendidos o a compensaciones.
El Se?or Jes?s ha venido a vencer el pecado y a traer al hombre la inocencia original, llam?ndolo a una continua conversi?n. La conversi?n es aut?ntica cuando es cotidiana y no es reenviada al ma?ana. ?A nosotros solo nos pertenece el hoy, porque el ma?ana podr?a no existir m?s! En el lenguaje de Dios no existe la palabra ?ma?ana? cuando se hace referencia a la conversi?n: ?no endurezc?is hoy vuestro coraz?n, escuchad la voz del Se?or? (cf. Sal 94, 8). Jes?s quiere entrar ?hoy? en nuestra vida: ?Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa? (Lc 19, 5).
Es cierto, mientras permanezcamos en la tierra seremos pecadores, pero pecadores que no aman el pecado sino que lo odian; pecadores que se dejan purificar continuamente por la Sangre de Cristo y hacen penitencia para reparar las consecuencias de sus pecados. Los Santos se renegaron cada d?a a s? mismos, como Jes?s pide a cada uno: ?Dec?a a todos: ?Si alguno quiere venir en pos de m?, ni?guese a s? mismo, tome su cruz cada d?a, y s?game?? (Lc 9, 23).
Es necesario negar nuestras tendencias pecaminosas cada d?a; si no las renegamos estas nos vencer?n y seremos r?pidamente sus s?bditos, perdiendo nuestra verdadera libertad. El pecado no nos hace m?s fuertes: el prepotente, el arrogante, el envidioso, el malhablado, el ambicioso? no es un fuerte sino un d?bil, que no se ha liberado sino que es prisionero de s? mismo y de sus pasiones.

Los Santos han sido las criaturas m?s libres porque han donado todo a Cristo-Verdad, ?tambi?n sus pecados! No han dado tregua al propio ego?smo en sus numerosas manifestaciones y, reconociendo su fuerza brutal, se han dispuesto contra ellos sin ninguna compasi?n. No se puede tener piedad con el pecado, pero se la debe tener siempre con los pecadores. Como Jes?s nos muestra en el encuentro con la p?blica pecadora, que los jud?os quer?a lapidar: ?Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques m?s? (Jn 8, 11).
Los Santos, en medio a sus fragilidades y a sus luchas, han aprendido a no secundar los deseos pecaminosos y no se han hecho la ilusi?n de que basta confesarlos para vencerlos. La confesi?n es el primer paso, es pedir la gracia vital y necesaria, pero el paso sucesivo es el ?huir de las ocasiones pr?ximas de pecado?, como rezamos en el acto de dolor antes de la absoluci?n. Los Santos siempre han denunciado la irreconciabilidad entre el deseo de Dios y el deseo del mundo. Estos han vivido la compasi?n m?xima por el pecador, y la tolerancia cero hacia el pecado; ?nunca lo han pintado con colores hermosos!

El poder del pecado sobre el alma no debe ser menospreciado y la Iglesia nos pide renunciar totalmente, como lo hacemos al renovar las promesas del bautismo: ??Renunci?is al pecado, para vivir en la libertad de los hijos de Dios? ?Renuncio! ?Renunci?is a las seducciones del mal, para no dejaros dominar por el pecado? ?Renuncio! ?Renunci?is a Satan?s, origen y causa de todo pecado? ?Renuncio!?

El pecado, a pesar de parecer a veces rid?culo, no debe ser ridiculizado, de otro modo ridiculizar? a quien no lo toma en serio. ?Somos nosotros los que nos convertimos en sus instrumentos sino lo renegamos! El pecado grave parece a veces como algo inconsistente, pero en realidad tiene un poder tremendo sobre el hombre que se deja aplastar por este. El pecado, en efecto, aprisiona al hombre en el propio ego?smo, nutriendo la concupiscencia lo hace concentrarse y dar vueltas en el vaci? de s? mismo: como un molino de agua que arrastra todo aquello que se encuentra en su rayo de acci?n.

Los Santos han buscado con todas sus fuerzas el huir de la fuerza de atracci?n del pecado, en miles modos han sido tentados por el Maligno, es cierto, tambi?n han ca?do pero se han levantado porque eran aleados con la potencia invencible del Se?or Jes?s y de su Sant?sima Madre, ?que siempre los ha sostenido! Pero, ?en qu? consiste en el fondo la santidad? ?En no anteponer nada al amor de Cristo. En esto consiste la santidad, propuesta v?lida para cada cristiano y que se ha convertido en verdadera urgencia pastoral en nuestra ?poca?? (Benedicto XVI, ?ngelus del 10 de julio del 2005). (Agencia Fides 19/9/2007; l?neas 61, palabras 911)

Publicado por verdenaranja @ 23:19  | Espiritualidad
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Cienfuegos (Agencia Fides) - En este a?o 2007 en que se celebran los 50 a?os de la publicaci?n de la Enc?clica ?Fidei Donum? del Papa P?o XII, el s?bado 15 de septiembre, festividad de la Virgen de los Dolores, fue ordenado Obispo de Cienfuegos (Cuba) un sacerdote espa?ol Fidei Donum, el P. Domingo Oropesa Lorente originario de la di?cesis de Toledo (Espa?a).


ALOCUCI?N DE MONS. DOMINGO OROPESA LORENTE,
OBISPO DE CIENFUEGOS-CUBA


1. Saludos:
Saludo, en primer lugar, y de forma muy entra?able a mis hermanos en el Episcopado, a los Eminent?simos y Reverend?simos Se?ores Cardenales, a los Excelent?simos y Reverend?simos Se?ores Arzobispos, al Excelent?simo Se?or Nuncio Apost?lico, a los Excelent?simos y Reverend?simos Obispos de Cuba y de Espa?a aqu? presentes, y con un fuerte abrazo para los obispos Em?ritos.
Mons. Domingo Oropesa
Agradezco a los hermanos en el Episcopado en Cuba su acogida desde el primer momento. Agradezco a la Nunciatura, a la Conferencia, y a las Di?cesis de Cienfuegos y Camag?ey todas las gestiones que han realizado. Me ofrezco, desde ahora mismo, a mis hermanos en el episcopado en Cuba para lo que necesiten de m?.
Saludo con afecto sincero a la Se?ora Caridad Diego, Encargada de la Oficina de Asuntos Religiosos del CCPCC. y otros colaboradores. De igual forma saludo a las autoridades de Cienfuegos, Sancti Spiritu y Camag?ey. Y les agradezco que nos hayan facilitado transporte y otros medios necesarios para que todo pudiera desarrollarse de la forma m?s digna.
Saludo a las autoridades de Espa?a aqu? presentes. Con un sincero afecto al Excmo. Sr. Embajador de Espa?a en Cuba, al Excmo. Sr. Vicepresidente Primero de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y con el deseo de que le haga llegar mis saludos al Excmo. Sr. Presidente y a su antecesor en el cargo. De igual forma saludo y al Excmo. Sr. C?nsul General de Espa?a. Al representante del Ayuntamiento de Alc?zar de San Juan.
Saludo de coraz?n a todos los sacerdotes: los que hab?is venido de Espa?a, de Camag?ey, de otras di?cesis de Cuba y muy especialmente a los de mi presbiterio de Cienfuegos.
Saludo a los di?conos y a sus esposas e hijos. Que vuestro testimonio haga que otros deseen servir as? en la Iglesia.
Saludo a los religiosos y religiosas. Que vuestros carismas llegados de distantes y distintos lugares del mundo nos sigan enriqueciendo y que vuestro obrar como consagrados anime a muchos a ser s?lo para el Se?or.
Saludo a los queridos seminaristas, pido a Dios por vuestra perseverancia, y que un d?a os consagr?is para un santo servicio a los hermanos y hermanas de nuestra querida Cuba. Esto mismo deseo para los que se est?n preparando al diaconado permanente o viven etapas de noviciado.
Saludo a los laicos, los hermanos y hermanas en el Se?or, que han venido de Espa?a, de la Parroquia de Santa Mar?a la Mayor de Alc?zar de San Juan, de El Puente del Arzobispo de Toledo; a los que han llegado de Camag?ey, y de all?, a los de C?spedes y Florida, y a los del resto de Cuba. En un n?mero superior a los seiscientos. Saludo a los hermanos y hermanas de distintas partes de Cienfuegos que han querido estar aqu? hoy. Otros m?s de ochocientos. Y saludo a los hermanos de la ciudad de Cienfuegos. ?Qu? trabajo tan inmenso hab?is realizado! Ten?ais preparado hospedaje en la noche pasada para m?s de ciento ochenta personas; hab?is ofrecido desayuno a m?s de quinientas y ofrecer?is almuerzo a m?s de dos mil. Y hab?is trabajado con esfuerzo y dedicaci?n en la preparaci?n de esta celebraci?n lit?rgica para sus diversas formas de participar: celebrando, leyendo, escuchando, comulgando, cantando, acolitando, viendo.., y todo para gloria de Dios.
Saludo a todos los que en muchas partes han rezado y est?n rezando en este momento.

2. Ahora, quiero darme a conocer a ustedes.

Me llamo Domingo Oropesa Lorente, tengo 56 a?os y nac? el 10 de octubre de 1950 en un pueblo de La Mancha, o mejor, en el Coraz?n de La Mancha, como as? se le llama a Alc?zar de San Juan.
Me cri? en el seno de una familia sencilla y no con muchos recursos. econ?micos. Mi padre, Gabriel, sab?a un poco leer y escribir; mi madre, Marcela, era analfabeta. Hijo solo. Hubo una hermana mayor que yo, pero falleci? antes de aparecer yo en el mundo. Vivimos los tres de los ingresos por el trabajo de mi padre, que durante algunos a?os fue de doce horas diarias para comprar la casa y que yo estudiara. Me alegra y enorgullece deberle todo y s?lo a mis padres cuento recib? en esa etapa de mi vida. S? que para mi padre y mi madre, su hijo era su ?nica y gran ilusi?n y s? que desde el cielo lo seguir? siendo para ellos. Tuve el gozo como hijo sacerdote de confesarlos y darles la comuni?n y el sacramento de la unci?n antes de la muerte de cada uno. Esto ni lo he olvidado ni lo olvidar? jam?s. Y no dudo que estar?n a mi lado para que a la hora de mi muerte el Se?or me prepare como a ellos.
En mi ni?ez y adolescencia viv? algo de vida cristiana: catequesis, misas, confesiones, sacramentos y naci? en m? un especial amor a la Virgen. M?s tarde vinieron a?os de alejamiento total de la pr?ctica religiosa. Abandonados los estudios trabaj? en mi pueblo en una f?brica de refrescos, iba a vendimiar (cortar las uvas), a coger lentejas y sarmientos (ramas de la mata de la uva).
Despu?s de cumplido el servicio militar me fui a Barcelona solo y con una maleta. Antes me hab?a apuntado en la Embajada de Canad? para cortar ?rboles en aquel pa?s, pero, no me mandaron ni el hacha; me inscrib? a un llamado: ?Muchacho la marina te llama?, pero no me llamaron, y tambi?n pens? en ir a trabajar a Alemania, pero no fui. Mi desorientaci?n era asombrosa.
En Barcelona encontr? una comunidad de Cursillos de Cristiandad para J?venes. Al frente de todos, un sacerdote ejemplar: el P. Gin?s. All? me ense?aron a amar y a vivir la doctrina que emana del magisterio de la Iglesia. All? me rehice en lo cristiano y en lo humano. ?Qu? comunidad aquella! ?Cu?ntas vocaciones sacerdotales! De aquella comunidad estamos aqu? dos obispos y dos sacerdotes, tres de los cuales entramos juntos en el Seminario: Mons. Jos? Angel S?iz Meneses, Obispo de Tarrasa y P. Miguel Sebasti?n Romero y un servidor. El cuarto, que ingres? despu?s, es el P. Manel Homar Toboso. Tambi?n hay aqu? dos laicos. Uno de ellos tiene nueve hijos.
Me reincorpor? a los estudios y empec? a entregarle mi vida al Se?or. All? trabaj? primero en un supermercado de origen franc?s y m?s tarde en un laboratorio farmac?utico.
Despu?s de cuatro a?os, march? al Seminario Mayor de Toledo y me encontr? con el Cardenal Arzobispo de Toledo D. Marcelo Gonz?lez Mart?n del que aprend? a amar la Iglesia Santa. Y tambi?n conoc? al sacerdote diocesano D. Jos? Rivera Ram?rez, ya muerto, y, con el proceso de beatificaci?n esperando el milagro. De ?ste recib? la fuerza de la esperanza cristiana: Dios lo que promete lo da; Dios lo puede todo. Dios siempre nos espera y ama para transformar nuestra vida y, por lo tanto, no hay motivos, sabiendo lo que puede obrar Jesucristo, para el des?nimo ni en lo personal ni en lo eclesial. Y tambi?n algo para vivir en la Iglesia, dec?a ?l, con sus tres fundamentos: los obispos, la eucarist?a y los pobres.
Ordenado de sacerdote en 1984, estuve quince a?os en diferentes parroquias de Toledo, all? aprend? a ser sacerdote. All? pude recoger el testimonio de m?s de trescientos sacerdotes asesinados en la pasada guerra civil espa?ola. Algunos de estos sacerdotes ser?n beatificados el pr?ximo d?a 28 de octubre en Roma. Entre ellos el P. Domingo S?nchez L?zaro, p?rroco de El Puente del Arzobispo, donde yo tuve el mismo cargo durante ocho a?os. Viv? en la misma casa y utilic? su mismo despacho y pasaba mis manos, en algunos momentos, hojeando sus libros parroquiales. C?mo pude escuchar lo bien que hablaban de ?l las personas mayores que lo conocieron. Otro intercesor m?s. Y de El Puente del Arzobispo hay un Obispo aqu? presente: Mons. Demetrio Fern?ndez Gonz?lez, hijo de padres santos y buen amigo.
Y en 1999 por medio del llamado a los sacerdotes para las misiones hecha por el entonces Arzobispo de Toledo, y m?s tarde Cardenal, D. Francisco ?lvarez Mart?nez, despertando el esp?ritu misionero en la Di?cesis, me ofrec? con otros sacerdotes diocesanos primero para ir a Per? y despu?s para venir a Cuba. Lo segundo se realiz?.
Y con todo esto vivido llegu? a Cuba. No vine porque era espa?ol sino porque era sacerdote de la Iglesia, raz?n por la que estoy ahora en Cienfuegos.
Durante mi primera visita a Espa?a, estando ya en Cuba, fue nombrado como Arzobispo de Toledo, Don Antonio Ca?izares Llovera, ahora Cardenal. Pude estar en su toma de posesi?n y al d?a siguiente hablar con ?l. Me anim? en mi labor misionera. Y hoy ?l est? aqu? con sus dos obispos auxiliares, Mons. Angel Rubio Castro y Mons. Carmelo Borobia Isasa, en mi toma de posesi?n como obispo de Cienfuegos. He le?do y meditado sus pastorales cargadas de sabia y abundante doctrina y de ?mpetu apost?lico. Me anim? con entusiasmo a prepararme para este momento y los que vengan.
Aqu?, en Cuba, he estado ocho a?os en la Arquidi?cesis de Camag?ey, al principio con Mons. Adolfo Rodr?guez Herrera, un gigante inmenso de la Iglesia Cat?lica en Cuba. C?mo recuerdo esos deseos que un d?a manifest? de no importarle repetir su vida con la misma situaci?n que vivi? la Iglesia y ?l vivi? en la Iglesia. Qu? hombre tocado del Esp?ritu Santo para vivir en su iglesia cubana. Siempre que hablaba con ?l se incrementaban mis deseos de entregarme m?s y mejor.
Y hasta hace unos d?as con Mons. Juan Garc?a Rodr?guez. Hombre de misi?n apost?lica y de atenci?n a los pobres. Supliendo la falta de sacerdotes por distintas partes de Camag?ey un d?a y otro d?a. Cuando la tarea hay que hacerla ?l se pone r?pidamente manos a la obra. Hermoso testimonio de pastor. Tambi?n le debo mucho a la di?cesis camag?eyana. Ah? conoc? el coraz?n inmenso del pueblo cubano.
He vivido ocho a?os en el presbiterio camag?eyano. ?Muy buena gente! Los hay m?s viejitos y m?s j?venes, los hay diocesanos y religiosos, los hay cubanos y de otras partes. Pero, todos grandes trabajadores en la vi?a del Se?or. Me han dado el hermoso testimonio de trabajar estando cansados. Tambi?n les debo mucho. Deseo recordar al entonces P. Wily, que me rod? en mi cuarentena para el aplatanamiento y al P. Pacheco que me acogi? en la Parroquia de Florida.
En mi tiempo entre los camag?eyanos, ni un solo rechazo, ni de creyentes ni de no creyentes, y un trato delicado por parte de los sacerdotes, di?conos, religiosas y laicos m?s comprometidos. Inolvidable mi comunidad de C?spedes y ?ltimamente la de Florida. He sido muy feliz en ambos sitios.
Y ahora en Cienfuegos: ?La Perla del Sur?. ?Se cumplir? la par?bola? ?Ser? ?sta mi gran perla? Si. Pero, no porque hasta ahora hubiera tenido ?otras perlas? escasas de valor, sino porque en plan de Dios estaba, que en la Iglesia Cat?lica, en Cienfuegos, recibiera la plenitud del sacerdocio de Cristo y El que es la gran perla, el gran tesoro, ha a?adido, hoy, m?s riquezas a mi coraz?n para todos ustedes.
Un tesoro que incluye otro: el presbiterio. Quisiera vivir como obispo en mi nuevo presbiterio de las palabras del Papa Pablo VI al inaugurar la Asamblea de Medell?n en la catedral de Bogot?: ?Si un obispo concentrase sus cuidados m?s asiduos, m?s inteligentes, m?s pacientes, m?s cordiales, en formar, en asistir, en escuchar, en guiar, en instruir, en amonestar, en confortar a su clero, habr?a empleado bien su tiempo, su coraz?n y su actividad? (24 de agosto de 1968), y de lo que se dice en el n? 111 del Directorio ?Ecclesiae Imago? sobre el ministerio pastoral de los obispo: ?El Obispo considera como un sacrosanto deber conocer a sus presb?teros diocesanos, sus caracteres y capacidades, sus aspiraciones y tenor de vida espiritual, su celo e ideales, su estado de salud y sus condiciones econ?micas, su familia y todo lo que diga relaci?n a ellos?. Pidan al Se?or que act?e de este modo.
Pero hay m?s tesoros en m? gran perla: la vida consagrada. ?El valor eminente de la vida consagrada por la profesi?n de los consejos evang?licos (pobreza, castidad y obediencia) y su funci?n tan necesaria en el momento actual, tienen que contribuir al mayor bien de la Iglesia.? (Decreto ?Perfectae caritatis, 1? del CV II). Sois un bien inmenso en nuestra Di?cesis de Cienfuegos. Vuestros diversos carismas enriquecen la vida de cada fiel de esta Iglesia particular. Le pido a Dios que me ponga a vuestro lado como quiere la Iglesia: ?En el ejercicio de su funci?n de padre y pastor, los obispos han de ser servidores de los suyos.? (Decreto ?Christus Dominus, 16? del CV II). En mi deseo de servir incluyo tambi?n a nuestro di?cono permanente.
Y otra riqueza en la gran perla: Los laicos. ?Cristo, el gran Profeta, que proclam? el Reino del Padre con el testimonio de su vida y con la fuerza de su palabra, realiza su funci?n prof?tica hasta la plena manifestaci?n de su gloria. Lo hace no s?lo a trav?s de la Jerarqu?a, que ense?a en su nombre y con su poder, sino tambi?n por medio de los laicos? (Constituci?n ?Lumen gentium ?, na 35 dei CV II). Sois testigos del Se?or en medio del mundo. Y quiero ser un obispo que siempre os acompa?e en vuestra dimensi?n apost?lica para dar a conocer a Cristo Jes?s.
He querido decirles que lo que s? y lo que vivo se lo debo a la Iglesia, y deseo que siga siendo as? ahora en Cienfuegos. Siempre en la Iglesia y donde ella quiera.

3. Y quisiera a continuaci?n decirles algo con un sentido m?s doctrinal:

3.1. Vivir en el Se?or y para el Se?or en la Iglesia Cat?lica.
?Porque ninguno de nosotros vive para s? mismo, como tampoco muere nadie para s? mismo. Si vivimos, para el Se?or vivimos; y si morimos, para el Se?or morimos. As? que, en la vida y en ?a muerte, somos dei Se?or. Porque Cristo muri? y volvi? a la vida para eso, para ser Se?or de vivos y muertos? (Rm 14, 7-9).
Nosotros como cat?licos no somos seguidores de las ideas de un hombre muerto ni de nadie que vaya a morirse. Somos seguidores de Cristo resucitado. Esto nos diferencia esencialmente de aquellos que siguen ideas, objetivos o planes que resultan a veces ca?ticos u otros pensamientos que incluso pudieran ser buenos para una sociedad o para un tiempo corto o largo de la historia, porque Jesucristo no es uno m?s de la amplia lista de pensadores, es el Hijo de Dios hecho hombre, que por todos muri? y para todos resucit?. Su palabra no es que contiene algunas verdades, es que es la Verdad, porque es la palabra de Dios mismo. Y la Iglesia no es una instituci?n humana m?s, entre muchas otras, la Iglesia es el Cuerpo Cristo que vive en la historia, con su Cabeza viva, Cristo resucitado, en ella siempre presente. Por lo tanto, la Iglesia no es un grupo de personas que vive del recuerdo de la vida y de las ense?anzas de Cristo, como alguien o algo del pasado, sino la Esposa del Se?or que vive de su presencia salvadora de forma constante. Si alguien quisiera vernos como una mera asociaci?n estatuaria es que no sabe lo que ve o, lo que ser?a peor, es que no nos estamos mostrando bien.
Fuera de Dios siempre aparecen males, incluso, han aparecido males por parte de hombres y mujeres de Iglesia. De ah? que el Papa Juan Pablo II hablara de ?Perdonamos y pedimos perd?n?, en el entorno del Jubileo del A?o 2000. Esto siempre ser? una constante a nivel personal y a nivel comunitario.
Debemos seguir viviendo y anunciando a Jesucristo y su doctrina recogida en su Iglesia. Dios es necesario para el hombre y, es m?s, no lo da?a sino que lo sana como nadie lo podr? hacer jam?s. Y no dejando de afirmar: ?Lo que vivo en lo humano lo vivo con la fe en el Hijo de Dios, que me am? y se entreg? por m? (Gal 2, 29). No es que fuera de la Iglesia no pueda haber bondades, claro que las hay, pero a ellas nos acercamos con Cristo. Pero nunca debemos ir ni a nada ni a nadie si se nos alejara del Se?or, pues nos quedar?amos vac?os y muertos, ?en comparaci?n con eso tan extraordinario que es conocer a Cristo Jes?s? (Flp 3, 7). Debemos seguir diciendo siempre como el ap?stol Pablo: Cristo es mi vida? Flp 1, 21).

3.2. Edificar la propia vida para la eternidad mejorando nuestro mundo.
El cristiano es el hombre de la esperanza, aunque a su alrededor todo se derrumbe: estructuras, planes, vidas..., porque, ?Dios no nos ha destinado para c?lera, sino para obtener la salvaci?n por nuestro Se?or Jesucristo? (1 Tes 5, 9). Cristo puede salvar al hombre siempre: con riqueza o con pobreza, con libertad o sin ella, con amores o con odios, en el norte o en el sur... Pero, la eternidad hay que buscarla y hay que comenzar a degustarla en este mundo, aqu? y ahora. ?Entiendan lo que esperamos a ra?z del llamado de Dios, qu? herencia tan grande y gloriosa reserva Dios a sus santos? (Ef 1, 18). Esto que el hombre de fe espera: la eternidad, no significa, por anhelar el cielo, viva como en otro planeta, aislado, mirando a las nubes. Su compromiso con Cristo, su Salvador, lo sit?a en medio del mundo como luz y como sal. Y el cristiano debe desear y buscar el progreso de la sociedad donde vive y el mayor bienestar para los hombres y mujeres de su tiempo y del futuro, y que los nietos vivan mejor que los abuelos y no al rev?s. Por eso un pol?tico puede ser cat?lico, o un gran cient?fico, o un campesino. La historia est? llena de estos testimonios. Pero el cristiano sabe que despu?s de este mundo y habi?ndose desgastado en el mundo y por los hombres y mujeres que en ?l viven, le ?espera la corona de gloria que no se marchita? (II Tm 4, 7). Todo debe hacerse para ser glorificados con Cristo, para caminar y llegar a la eternidad.

3.3. Manifestar la aut?ntica caridad cristiana con los m?s necesitados.
La caridad, el amor de Dios en el cristiano, es el m?vil para estar en este mundo. Debemos ser inmensamente caritativos desde nuestras comunidades cristianas como en los primeros tiempos: ?Al que ten?a mucho no le sobraba y al que ten?a poco no le faltaba? (II Cor 8, 15).
Cito la Enc?clica del Papa Benedicto XVI ?Deus caritas est? (Dios es amor): ?La Iglesia no puede ni debe pretender por cuenta propia la empresa pol?tica de realizar la sociedad m?s justa posible. No puede ni debe sustituir al Estado. Pero tampoco puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia? (n? 28a). Por esto, podemos urgir y orientar a cualquier pais del mundo para que el salario de sus trabajadores sea tal que les permita a estos vivir dignamente en la alimentaci?n, en el vestido, en la vivienda, en el ocio y en el ahorro.
Afirma el Papa: ?Desde el siglo XIX se ha planteado una objeci?n contra la actividad caritativa de la Iglesia... Los pobres, se dice, no necesitan obras de caridad, sino de justicia? (n? 26). Pero, a?ade: ?El amor -la caridad- siempre ser? necesario, incluso en la sociedad m?s justa? (n? 28b). Pregunt?monos: ?Se regular? por medio de leyes que unos cristianos animen a un joven a que deje la droga? o, ?qu? a unas personas necesitadas de medicamentos, otras se les consigan de donde sea? o, ?qu? unos padres que han perdido un hijo sean visitados y animados por otros desde la fe en el Se?or? o, ?qu? alguien que ha perdido todo en un incendio sea socorrido de manera urgente por los m?s cercanos? o, ?qu? a alguien que necesita cierta cantidad de dinero se le preste sin intereses y sin prisas de devoluci?n? Est? claro que no.
Pero, adem?s, ante nuevas necesidades, sigue diciendo el Papa: ?Han surgido numerosas formas nuevas de colaboraci?n entre entidades estatales y eclesiales, que se han demostrado ser fruct?feras? (n? 30b). Y cito de Cuba un hermoso ejemplo: el asilo que se est? construyendo en Camag?ey. Colaboran entidades estatales y eclesiales. ?Cu?l es el fin de la obra? ?Es para las entidades estatales o eclesiales? Es para ofrecer a las personas mayores un final de la vida lo m?s digno posible. Un buen objetivo com?n. Para la tercera edad todo trabajo, esfuerzo y desgaste siempre ser? poco. Qu? injusticia imperdonable cometer?amos si no ayud?ramos a quienes han desgastado su vida de forma sacrificada por nosotros. En este campo no hay tiempo que perder pues el anciano cada d?a lo es m?s y sus necesidades aumentan. Vamos contrarreloj. En este terreno, como en tantos otros, hag?monos ricos en buenas obras y demos a todos de buen coraz?n (cf. 1 Tm 6, 18).

3.4. ?Qu? voy hacer como obispo?
Comenzar a sentirme hermano de mis hermanos obispos cubanos. Ponerme a su dispocici?n. Para m? est?n priorizados. Deseo uninne a vuestro trabajos en favor de este bendito pueblo cubano. Vuestras vidas siempre las he considerado un gran testimonio para m?. Agradezco a Mons. Emilio Aranguren Echeverr?a las deferencias fraternales que ha tenido conmigo desde mi nombramiento y para preparar las diversas celebraciones que hemos vivido y comeremos. Y a Mons. Juan Garc?a Rodr?guez sus ayudas para vivir este d?a y el don de mi consagraci?n episcopal.


Y en esta Di?cesis de Cienfuegos lo primero conocerles a ustedes como hermanos en la fe. Deseo visitar una por una todas las parroquias y all? estar con los sacerdotes, di?cono, religiosos, religiosas y laicos. Escucharles y que me escuchen. Discernir juntos lo que el Se?or nos ofrece para despu?s obrar. El debe llevar y llevar? siempre la iniciativa. No nos fallar? jam?s. Y contamos tambi?n con la ayuda de Mar?a Inmaculada.
?nimo, hermanos: ??l nos mantendr? firmes hasta el fin, para que estemos sin tacha el d?a que venga Cristo Jes?s, nuestro Se?or? (1 Cor 1, 8), y, juntos, sigamos ?luchando con la fuerza de Cristo? (Col 1,29). Am?n. As? sea.

Publicado por verdenaranja @ 23:17  | Hablan los obispos
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El Instrumento del CAM 3 est? articulado en cinco cap?tulos que llevan por t?tulo: ?La Iglesia en discipulado misionero?, ?Nuestra vida misionera en Am?rica desde los CAMS-COMLAS?, ?Discipulado: Comunidad disc?pula de Jes?s?, ?Pentecost?s: Comunidad llevada por el Esp?ritu? y por ?ltimo, ?Evangelizaci?n: Comunidad misionera para la humanidad?.



SINTESIS DEL INSTRUMENTUM DE TRABAJO


Cap?tulo 1
La Iglesia en discipulado misionero
Contiene una mirada inicial al Instrumento de Trabajo y la presentaci?n de los ejes tem?ticos: Discipulado, Pentecost?s y Evangelizaci?n. Adem?s nos habla de Mar?a como modelo de disc?pula y misionera.

Cap?tulo 2
Nuestra vida misionera en Am?rica desde los CAMS-COMLAS
Proceso hist?rico que ha ido marcando la identidad y el compromiso misioneros de la Iglesia en Am?rica.
- Las preguntas de este cap?tulo quieren ser una provocaci?n para ayudarnos a descubrir en qu? punto estamos, a darnos cuenta cu?l es el sentido misionero que tiene nuestra Iglesia.

Cap?tulo 3
Discipulado : Comunidad disc?pula de Jes?s

1. Jes?s es el enviado del Padre a la humanidad y por la humanidad.
Jes?s entra y vive el proceso infinito del discipulado tanto referido al Padre como a la humanidad. Esto es, Escucha y Aprende del Padre; y, tambi?n Anuncia qui?n es el Padre a la humanidad. Por otro lado, Escucha a la humanidad y aprende de ella; anuncia a la humanidad a trav?s de la encarnaci?n. Jes?s siendo Dios respeta lo humano en lo cotidiano, le da importancia; permaneci? 30 a?os compartiendo la vida cotidiana de la humanidad. Estas actitudes tanto hacia el Padre como hacia la humanidad van marcando las diferentes opciones que toma.



2. La misi?n de Jes?s: hacia la conformaci?n y formaci?n de disc?pulos?participes de su misi?n.
La primera etapa de la misi?n de Jes?s ? su vida publica, inicia con el ENCUENTRO (el encuentro de Jes?s con sus primeros disc?pulos). Vemos como en su primer encuentro llama a pescadores a ser sus disc?pulos?los llama y los invita para luego enviarlos a la humanidad. Y esto se sigue repitiendo a lo largo de la historia, ya que el discipulado lleva siempre al discipulado.
Lo mas lindo de todo ese encuentro y conformaci?n de sus disc?pulos es como se va entablando una profunda intimidad y amistad. ?Ya no los llamo siervos sino AMIGOS?. JESUS llama ? invita para que estuvieran con EL.

3. El discipulado se da siempre en comunidad.
Los disc?pulos est?n en comuni?n con Jes?s y con los dem?s disc?pulos y as? forman la comunidad de disc?pulos de Jes?s. Adem?s el disc?pulo va form?ndose en la comunidad.

4. Los procesos de formaci?n de los disc?pulos y las actitudes del disc?pulo en la misi?n.

?Sobre las preguntas:
- Las tres primeras preguntas nos invitan y cuestionan para volver al discipulado de Jes?s, para recuperar nuestra identidad de disc?pulos. Nos provocan a Escuchar, Aprender y Anunciar al Jes?s hist?rico de ayer, hoy y siempre.
- Las dos ?ltimas preguntas nos llevan a examinar c?mo hemos asumido este discipulado en nuestra vida y a descubrir las se?ales o signos del discipulado que los dem?s pueden ver en nuestra vida.

Cap?tulo 4
Pentecost?s: Comunidad llevada por el Esp?ritu

Una Iglesia llevada a presenciar el Dios de la VIDA y propiciar la BONDAD de DIOS en la humanidad ?entre dones y carismas

1. En Pentecost?s es el Esp?ritu Santo quien convoca y llama al discipulado para formar la comunidad, para comprometerse con la humanidad. Es un llamado a una pertenencia a Jes?s, a la comunidad y a la humanidad.
PENTECOSTES?
? el ESPIRITU SANTO nos impregna y nos impulsa a redescubrir el verdadero sentido de nuestra FE y el sentido de nuestra COMUNIDAD.
? El ESPIRITU consagra en nosotros la MISION encomendada por Jes?s.

2. Llevados por el Esp?ritu nos encontramos en la misi?n.
La misi?n es un punto de encuentro para ser disc?pulos (Escuchar, Aprender y Anunciar) y para ser Iglesia. El Esp?ritu garantiza la continuidad del proyecto realizado por Jes?s. El Esp?ritu hace que el discipulado lleve dentro de s? el ?Mittere?, el ser enviado a la misi?n.

3. La Iglesia en estado siempre de misi?n?
ESCUCHA PERMANENTEMENTE al ESPIRITU. La Iglesia se interpela y se compromete seg?n los signos de los tiempos.

4. La Espiritualidad misionera es aquella de los llamados, convocados para seguir Jes?s y para ser enviados (Iglesia). Estamos llamados a vivir un estado permanente de Pentecost?s no s?lo para sentirnos enviados sino para llenarnos del Esp?ritu, de su gozo por el anuncio a fin de poder vencer el miedo. (Lc 4).



Pentecost?s es la celebraci?n del gozo de haber sido llamados con la ?nueva alianza? desde la resurrecci?n de Jes?s, del gozo de ser ?aliados de Jes?s?

Sobre las preguntas:
- La primera pregunta se refiere a la dimensi?n Trinitaria de la misi?n. Se subraya la obra del Padre en la creaci?n (pro-vida), la del Hijo en la salvaci?n (evangelizaci?n, renovaci?n, transformaci?n ? el mensaje de Jes?s), y la del Esp?ritu que es la santificaci?n.
- La segunda se refiere a las caracter?sticas que debe tener la tarea misionera del siglo XXI para responder a los diferentes desaf?os y signos de los tiempos. Sin duda el discipulado es una de ellas, con sus actitudes de: Escuchar, Aprender y Anunciar, de estar atentos a las semillas del verbo y a ser disc?pulos humanistas.
- La tercera pregunta enfoca las caracter?sticas de la espiritualidad misionera del mundo de hoy. Existen tres que no pueden faltar: el encuentro con Dios, el env?o y la fidelidad.

Cap?tulo 5
Evangelizaci?n: Comunidad misionera para la humanidad
El EVANGELIO?en pro-a la vida, en pro-al ser humano, en pro-a la humanidad

1. Ser una Iglesia en discipulado misionero para la humanidad, nos hace encontrarnos en torno de la humanidad, estar a la escucha de la humanidad. Este tema se reflexion? en Aparecida en los n?meros 169. 170 y 171.
La misi?n no se significa ?llevar?, sino responder a lo que la humanidad espera, a las provocaciones que nos llegan de ella. Para ello la Iglesia necesita sensibilidad para percibir las necesidades, humildad para saber que no tiene todas las respuestas y generosidad para entregarse sin reservas. Todo esto teniendo presente que la misi?n es la clave de la humanidad y la humanidad es la clave de la misi?n.

2. La misi?n se la realiza siempre en fidelidad a Jes?s (por nuestra identidad de disc?pulos) y en fidelidad a la humanidad (por la misi?n misma). Viviendo siempre las actitudes de : Escuchar, Aprender y Anunciar.

3. La misionalizaci?n de la Iglesia se da cuando ?sta vive en estado permanente de misi?n y de evangelizaci?n. Lo cual se da si ella vive tambi?n un estado permanente de Discipulado y de Pentecost?s.

Sobre las preguntas:
- La primera pregunta nos lleva a reflexionar que la misi?n es de Dios, es el proyecto de amor y de vida que Dios tiene para la humanidad. Dios es la fuente de la misi?n.
- La segunda pregunta nos invita a reflexionar sobre el discipulado para la humanidad (discipulado misionero) como identidad de la misi?n hoy. Algunas caracter?sticas de este discipulado misionero son: la comunidad, la comuni?n, la experiencia fecunda de Dios, el dejarse llevar por el Esp?ritu Santo, el ir al encuentro de los individuos y de los pueblo, el salir a los lugares donde m?s se necesita, la pasi?n por anunciar el Evangelio, etc.
- Las dos ?ltimas preguntas nos invitan a tratar de identificar hasta que punto la dimensi?n misionera est? integrada en nuestros planes pastorales, a darnos cuenta si la misi?n ha llegado a ser su eje transversal, su fuente de inspiraci?n.

Publicado por verdenaranja @ 23:04  | Misiones
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Presentaci?n del Instrumento de Trabajo realizada por el Cardenal Antonio Gonz?lez Zum?rraga, Arzobispo em?rito de Quito y Presidente de la Comisi?n Central del CAM 3


LA IGLESIA EN DISCIPULADO MISIONERO



PRESENTACI?N

Nuestra reflexi?n acerca del camino de la Iglesia misionera en Am?rica tiene lugar en medio de luces y sombras de nuestro tiempo. Nos afligen, pero no nos desconciertan, algunos de los grandes cambios que experimentamos. Hemos recibido dones inapreciables, que nos ayudan a mirar la realidad como disc?pulos misioneros de Jesucristo.
Con esta mirada inicial podemos decir que el camino que han realizado los Congresos Misioneros, Latinoamericanos primero y Americanos luego, han sido decisivos para la animaci?n, formaci?n y concientizaci?n misionera de nuestro continente. Inclusive han servido de inspiraci?n para que se impulsen y realicen congresos similares en otros Continentes.

Nuestros congresos han sido preparados por sendos Instrumentos de Trabajo. ?stos se han convertido en la ?carta de navegaci?n misionera? de Am?rica, ya que han marcado la reflexi?n y el an?lisis misionol?gico y, por otra parte, han proyectado la realidad y los desaf?os misioneros de nuestro continente.

En la elaboraci?n del presente Instrumento ha trabajado intensamente la Comisi?n Teol?gica del CAM 3, nombrada por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana y presidida por Mons. Julio Ter?n Dutari, Obispo de Ibarra, e integrada tambi?n por Mons. Luis S?nchez, Obispo de Tulc?n y Secretario de la misma Conferencia Episcopal, junto con otros sacerdotes, religiosas y laicos. Han transcurrido casi tres a?os de estudio de fuentes, reflexi?n y an?lisis detenido de la realidad continental, y proyecci?n misionera de nuestras Iglesias Particulares. Se han recabado sugerencias de los directores nacionales de Obras Misionales Pontificias y se ha trabajado en coordinaci?n con el CELAM, sobre todo considerando la preparaci?n y realizaci?n del V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Todo esto ha permitido que se determinara el tema del Congreso: ?La Iglesia en discipulado misionero?, en plena concordancia con el tema de la V Conferencia: ?Disc?pulos y Misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en ?l tengan vida?.

Definido el tema del CAM3 comla8, se estructur? la tem?tica alrededor de tres palabras claves, que determinan los tres ejes centrales del documento:

Discipulado: Nuestra Iglesia como comunidad disc?pula de Jes?s Pentecost?s: Nuestra Iglesia como comunidad llevada por el Esp?ritu. Evangelizaci?n: Nuestra Iglesia como comunidad misionera para la humanidad.

Para profundizar esta tem?tica, realizamos en agosto de 2006 el primer Simposio Internacional de Misionologia, con delegados de 16 pa?ses, donde logramos, gracias al aporte de los participantes, delinear el lema del Congreso, que la Comisi?n Teol?gica afin? en estos t?rminos: ?Am?rica con Cristo: escucha, aprende y anuncia?.

Con el tema, los ejes centrales y el lema as? establecidos, la Comisi?n Teol?gica llev? adelante la elaboraci?n del Instrumento de Trabajo, con un cronograma que permiti? tomar en cuenta, para la redacci?n final, el documento conclusivo de Aparecida, por considerarlo de inmensa importancia para la vida y proyecci?n misionera de Am?rica.

En este caminar preparatorio se proyect? tambi?n, junto con el CELAM, el segundo Simposio internacional de Misionologia (agosto de 2007), para reflexionar sobre la antropolog?a y la pastoral de la misi?n, como un aporte al CAM 3 y a la gran misi?n continental que ha propuesto la V Conferencia en Aparecida.

Esperamos que el Instrumento de Trabajo provoque en todo el continente un proceso de reflexi?n y an?lisis misionero que responda a esta ?poca de cambio de paradigmas, en que la misi?n ?ad gentes? es la ?misi?n para la humanidad?: ?El campo de la misi?n ad gentes se ha ampliado notablemente y no se puede definir solo bas?ndose en consideraciones geogr?ficas o jur?dicas. En efecto, los verdaderos destinatarios de la actividad misionera del pueblo de Dios no son solo los pueblos no cristianos y las tierras lejanas sino tambi?n los ?mbitos socioculturales y, sobre todo, los corazones?. De esta manera, se vive la fe cat?lica ?con los pies en la tierra y los ojos dirigidos al cielo?, de ah? que una buena pastoral ?ayuda a ver la belleza de todos los dones? para ponerlos al servicio del Evangelio a fin de que llegue hasta los confines de la tierra.


Antonio Cardenal Gonz?lez Zum?rraga
ARZOBISPO EMERITO DE QUITO
Presidente de Honor de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana
Presidente de la Comisi?n Central del CAM 3

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EUROPA/ALEMANIA - Los "Cantores de la Estrella - Sternsinger" de la Infancia Misionera alemana ayudan a m?s de 1,6 millones de ni?os en el mundo: comienza la 50 colecta sobre el tema "Sternsinger por un mundo unido"

Aachen (Agencia Fides) - Los cerca de 500.000 chicos "Sternsinger" ("Cantores de la Estrella?) alemanes tienen un motivo m?s para estar orgullosos de su labor a favor de sus coet?neos m?s necesitados: con su 49? campa?a, que concluy? a principios de este a?o 2007, han recogido en 38,8 millones de Euros. Han participado en la iniciativa 12.223 parroquias alemanas. Con el resultado de este a?o (exactamente 38.808.602 Euros) han superado la colecta del a?o anterior de 155.688 Euros, consiguiendo el segundo resultado m?s alto desde que comenz? esta iniciativa en 1959. En el 2005, bajo la impresi?n de la tragedia del Tsunami en el sudeste asi?tico, el resultado de la colecta fue de 47,6 millones de Euros.

Vistiendo los tradicionales vestidos de los Reyes Magos, con su estrella y sus cantos, los "Cantores de la Estrella? llaman a las puertas de las casas alemanas durante las Navidades y los primeros d?as del a?o. Cerca de medio mill?n de ni?os en las 12.500 parroquias cat?licas de Alemania llevan as? la bendici?n "C+M+B" ("Christus mansionem benedicat - Cristo bendiga esta casa") a las familias, recogiendo ofertas para sus coet?neos que sufren en todo el mundo. La colecta de los "Cantores de la Estrella? alemanes tambi?n se ha difundido por otros pa?ses colindantes, y se ha convertido en la mayor iniciativa de solidaridad en todo el mundo, que ve a los ni?os trabajar a favor de sus coet?neos pobres.

Con ocasi?n de su reciente viaje a Austria, en el encuentro del Papa Benedicto XVI con los miembros de las organizaciones de voluntariado de la Iglesia y de la sociedad civil, la tarde del domingo 9 de septiembre, ha recordado la iniciativa de los Cantores de la Estrella, que tambi?n en tierra austriaca tiene una gran tradici?n: "el trabajo voluntario de los ni?os es, en efecto, imponente; basta pensar s?lo en la acci?n de los "Sternsinger" durante el tiempo navide?o"? (ver Fides 11/9/2007).

Los organizadores de la iniciativa - la Infancia Misionera alemana y la Uni?n de la Juventud Cat?lica alemana (BDKJ) - podr?n sustentar con el dinero recogido este a?o unos 3.000 proyectos para ni?os que sufren en ?frica, Am?rica Latina, Asia, Ocean?a y Europa del este. Ser?n m?s de 1,6 millones los ni?os en las regiones pobres del mundo que podr?n gozar de la ayuda de los "Sternsiger."

El Presidente de la Infancia Misionera alemana, Mons. Winfried Pilz, ha expresado su gratitud hacia los donantes y los ni?os, j?venes y adultos, que han participado en la iniciativa: "Es sencillamente estupendo, que el resultado de nuestra maravillosa iniciativa alcance cada vez mayores resultada. No se da por supuesto que deba ser as?. Por ello, nos anima para comenzar nuestra 50 colecta". La colecta de los "Sternsinger 2008?, que tendr? por lema "Sternsinger por un mundo unido", ser? presentada en el saloncillo de la catedral de Colonia el 21 de septiembre. Unos 100 ni?os representar?n en directo la representaci?n del cartel, d?nde se ven muchos ni?os alrededor de un globo. (MS) (Agencia Fides, 19/09/2007 - L?neas: 39 Palabras: 532)

La oficina de prensa del obispado de Tenefie nos remite la siguiente informaci?n.

- El pr?ximo lunes 24 de septiembre, a las 18:30 horas tendr? lugar le Eucarist?a de acci?n de gracias por el 60 aniversario de la bendici?n del templo de San Jos?, en Santa Cruz de Tenerife. La misa estar? presidida por el obispo em?rito, Dami?n Iguacen Borau. La bendici?n de esta iglesia la realiz? Domingo P?rez C?ceres a los tres d?as de su consagraci?n como obispo, concretamente, el 21 de septiembre de 1947.

ZENITPublicamos la intervenci?n de Benedicto XVI durante la audiencia general del mi?rcoles, 19 de Septiembre de 2007, celebrada en la plaza de San Pedro en el Vaticano, dedicada a presentar las claves de la doctrina de San Juan Cris?stomo.



?Queridos hermanos y hermanas!

Este a?o se cumple el decimosexto centenario de la muerte de San Juan Cris?stomo (407-2007). Juan de Antioqu?a, llamado Cris?stomo, esto es, ?Boca de oro? por su elocuencia, puede decirse que sigue vivo hoy, tambi?n por sus obras. Un an?nimo copista dej? escrito que ?stas ?atraviesan todo el orbe como rayos fulminantes?. Sus escritos tambi?n nos permiten a nosotros, como a los fieles de su tiempo, que repetidamente se vieron privados de ?l a causa de sus exilios, vivir con sus libros, a pesar de su ausencia. Es cuanto ?l mismo suger?a desde el exilio en una carta (Cf. A Olimpiade, Carta 8,45).

Nacido en torno al a?o 349 en Antioqu?a de Siria (actualmente Antakya, en el sur de Turqu?a), desarroll? all? el ministerio presbiteral durante cerca de once a?os, hasta el a?o 397, cuando, nombrado obispo de Constantinopla, ejerci? en la capital del Imperio el ministerio episcopal antes de los dos exilios, seguidos en breve distancia uno del otro, entre el a?o 403 y el 407. Nos limitamos hoy a considerar los a?os antioquenos del Cris?stomo.

Hu?rfano de padre en tierna edad, vivi? con su madre, Antusa, quien le transmiti? una exquisita sensibilidad humana y una profunda fe cristiana. Frecuentados los estudios inferiores y superiores, coronados por los cursos de filosof?a y de ret?rica, tuvo como maestro a Libanio, pagano, el m?s c?lebre r?tor del tiempo. En su escuela, Juan se convirti? en el m?s grande orador de la antig?edad tard?a griega. Bautizado en el a?o 368 y formado en la vida eclesi?stica por el obispo Melecio, fue por ?l instituido lector en 371. Este hecho marc? la entrada oficial de Cris?stomo en el cursus eclesi?stico. Frecuent?, de 367 a 372, el Asceterio, un tipo de seminario de Antioqu?a, junto a un grupo de j?venes, algunos de los cuales fueron despu?s obispos, bajo la gu?a del famoso ex?geta Diodoro de Tarso, que encamin? a Juan a la ex?gesis hist?rico-literal, caracter?stica de la tradici?n antioquena.

Se retir? despu?s durante cuatro a?os entre los eremitas del cercano monte Silpio. Prosigui? aquel retiro otros dos a?os que vivi? solo en una gruta bajo la gu?a de un ?anciano?. En ese per?odo se dedic? totalmente a meditar ?las leyes de Cristo?, los Evangelios y especialmente las Cartas de Pablo. Enferm?ndose, se encontr? en la imposibilidad de cuidar de s? mismo y por ello tuvo que regresar a la comunidad cristiana de Antioquia (Cf. Palladio, Vita, 5). El Se?or ?explica el bi?grafo? intervino con la enfermedad en el momento justo para permitir a Juan seguir su verdadera vocaci?n. En efecto, escribir? ?l mismo que, puesto en la alternativa de elegir entre el gobierno de la Iglesia y la tranquilidad de la vida mon?stica, habr?a preferido mil veces el servicio pastoral (Cf. Sobre el sacerdocio, 6,7): precisamente a ?ste se sent?a llamado el Cris?stomo. Y aqu? se realiz? el giro decisivo de su historia vocacional: ?pastor de almas a tiempo completo! La intimidad con la Palabra de Dios, cultivada durante los a?os del eremitismo, hab?a madurado en ?l la urgencia de predicar el Evangelio, de dar a los dem?s cuanto ?l hab?a recibido en los a?os de meditaci?n. El ideal misionero le lanz? as?, alma de fuego, a la atenci?n pastoral.

Entre el a?o 378 y el 379 regres? a la ciudad. Di?cono en 381 y presb?tero en 386, se convirti? en c?lebre predicador en las iglesias de su ciudad. Pronunci? homil?as contra los arrianos, seguidas de aquellas conmemorativas de los m?rtires antioquenos y de otras sobre las principales festividades lit?rgicas: se trata de una gran ense?anza de la fe en Cristo, tambi?n a la luz de sus Santos. El a?o 387 fue el ?a?o heroico? de Juan, el de la llamada ?revuelta de las estatuas?. El pueblo derrib? las estatuas imperiales en se?al de protesta contra el aumento de los impuestos. En aquellos d?as de Cuaresma y de angustia con motivo de los inminentes castigos por parte del emperador, pronunci? sus veintid?s vibrantes Homil?as de las estatuas, orientadas a la penitencia y a la conversi?n. Le sigui? el per?odo de serena atenci?n pastoral (387-397).

El Cris?stomo se sit?a entre los Padres m?s prol?ficos: de ?l nos han llegado 17 tratados, m?s de 700 homil?as aut?nticas, los comentarios a Mateo y a Pablo (Cartas a los Romanos, a los Corintios, a los Efesios y a los Hebreos) y 241 cartas. No fue un te?logo especulativo. Transmiti?, en cambio, la doctrina tradicional y segura de la Iglesia en una ?poca de controversias teol?gicas suscitadas sobre todo por el arrianismo, esto es, por la negaci?n de la divinidad de Cristo. Es por lo tanto un testigo fiable del desarrollo dogm?tico alcanzado por la Iglesia en el siglo IV-V. Su teolog?a es exquisitamente pastoral; en ella es constante la preocupaci?n de la coherencia entre el pensamiento expresado por la palabra y la vivencia existencial. Es ?ste, en particular, el hilo conductor de las espl?ndidas catequesis con las que preparaba a los catec?menos a recibir el Bautismo. Pr?ximo a la muerte, escribi? que el valor del hombre est? en el ?conocimiento exacto de la verdad y rectitud en la vida? (Carta desde el exilio). Las dos cosas, conocimiento de la verdad y rectitud de vida, van juntas: el conocimiento debe traducirse en vida. Toda intervenci?n suya se orient? siempre a desarrollar en los fieles el ejercicio de la inteligencia, de la verdadera raz?n, para comprender y traducir en la pr?ctica las exigencias morales y espirituales de la fe.

Juan Cris?stomo se preocupa de acompa?ar con sus escritos el desarrollo integral de la persona, en las dimensiones f?sica, intelectual y religiosa. Las diversas etapas del crecimiento son comparadas a otros tantos mares de un inmenso oc?ano: ?El primero de estos mares es la infancia? (Homil?a 81,5 sobre el Evangelio de Mateo). En efecto ?precisamente en esta primera edad se manifiestan las inclinaciones al vicio y a la virtud?. Por ello la ley de Dios debe ser desde el principio impresa en el alma ?como en una tablilla de cera? (Homil?a 3,1 sobre el Evangelio de Juan): de hecho es ?sta la edad m?s importante. Debemos tener presente cu?n fundamental es que en esta primera fase de la vida entren realmente en el hombre las grandes orientaciones que dan la perspectiva justa a la existencia. Cris?stomo por ello recomienda: ?Desde la m?s tierna edad abasteced a los ni?os de armas espirituales y ense?adles a persignar la frente con la mano? (Homil?a 12,7 sobre la Primera Carta a los Corintios). Llegan despu?s la adolescencia y la juventud: ?A la infancia le sigue el mar de la adolescencia, donde los vientos soplan violentos..., porque en nosotros crece... la concupiscencia? (Homil?a 81,5 sobre el Evangelio de Mateo). Llegan finalmente el noviazgo y el matrimonio: ?A la juventud le sucede la edad de la persona madura, en la que sobrevienen los compromisos de familia: es el tiempo de buscar esposa? (Ib?d. ). Del matrimonio ?l recuerda los fines, enriqueci?ndolos ?con la alusi?n a la virtud de la templanza-- de una rica trama de relaciones personalizadas. Los esposos bien preparados cortan as? el camino al divorcio: todo se desarrolla con gozo y se pueden educar a los hijos en la virtud. Cuando nace el primer hijo, ?ste es ?como un puente; los tres se convierten en una sola carne, dado que el hijo re?ne a las dos partes? (Homil?a 12,5 sobre la Carta a los Colosenses), y los tres constituyen ?una familia, peque?a Iglesia? (Homil?a 20,6 sobre la Carta a los Efesios).

La predicaci?n del Cris?stomo ten?a lugar habitualmente en el curso de la liturgia, ?lugar? en el que la comunidad se construye con la Palabra y la Eucarist?a. Aqu? la asamblea reunida expresa la ?nica Iglesia (Homil?a 8,7 sobre la Carta a los Romanos), la misma palabra se dirige en todo lugar a todos (Homil?a 24,2 sobre la Primera Carta a los Corintios) y la comuni?n eucar?stica se hace signo eficaz de unidad (Homil?a 32,7 sobre el Evangelio de Mateo). Su proyecto pastoral se insertaba en la vida de la Iglesia, en la que los fieles laicos con el Bautismo asumen el oficio sacerdotal, real y prof?tico. Al fiel laico ?l dice: ?Tambi?n a ti el Bautismo te hace rey, sacerdote y profeta? (Homil?a 3,5 sobre la Segunda Carta a los Corintios). Surge de aqu? el deber fundamental de la misi?n, porque cada uno en alguna medida es responsable de la salvaci?n de los dem?s: ??ste es el principio de nuestra vida social... ?no interesarnos s?lo en nosotros!? (Homil?a 9,2 sobre el G?nesis). Todo se desenvuelve entre dos polos: la gran Iglesia y la ?peque?a Iglesia?, la familia, en rec?proca relaci?n.

Como pod?is ver, queridos hermanos y hermanas, esta lecci?n del Cris?stomo sobre la presencia aut?nticamente cristiana de los fieles laicos en la familia y en la sociedad, es hoy m?s actual que nunca. Roguemos al Se?or para que nos haga d?ciles a las ense?anzas de este gran Maestro de la fe.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit. Al final de la audiencia, el Papa salud? a los peregrinos en varios idiomas. En espa?ol, dijo:]

Queridos hermanos y hermanas:

Este a?o se cumple el decimosexto centenario de la muerte de san Juan Cris?stomo, llamado ?Boca de oro? por su elocuencia, que le convirti? en el m?s grande orador del cristianismo griego antiguo. Nacido en Antioqu?a, al sur de la actual Turqu?a, vivi? retirado como eremita en una gruta durante cuatro a?os, hasta que la enfermedad le hizo volver a su ciudad donde comenz? a dedicarse a su aut?ntica vocaci?n: ser maestro de almas, predicador y Pastor de la Iglesia.

Es uno de los Padres de la Iglesia m?s prol?ficos. Fue un te?logo pastoral m?s que especulativo, preocupado sobre todo por la coherencia entre lo que se profesa con las palabras y lo que se vive, sintiendo la necesidad de poner pr?ctica las exigencias morales y espirituales de la fe. Por eso son famosas su catequesis, orientadas a forjar en todas las etapas de la vida una personalidad integral, f?sica, intelectual y religiosa. Su predicaci?n ten?a lugar habitualmente en las celebraciones lit?rgicas, donde la comunidad se edifica con la Palabra y la Eucarist?a, y donde la asamblea es expresi?n de la ?nica Iglesia y la Eucarist?a es signo eficaz de unidad.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua espa?ola, en particular al grupo de la di?cesis de Tudela, Navarra, al del Colegio Francisco de As?s, de Santiago de Chile, a los provenientes de la Arquidi?cesis de Salta y a los miembros de la Obra Hogares Nuevos. Invito a todos a acoger con gozo la lecci?n de san Juan Cris?stomo sobre la presencia y testimonio aut?nticamente cristiano de los fieles en la familia y en la sociedad.
Muchas gracias.

[? Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana]

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Carta semanal del Arzobispo de Valencia Don Agust?n Garc?a-Gasco Vicente. (archivalencia.org)

Domingo 16 de Septiembre de 2007


Una educaci?n de calidad accesible a todos


Las escuelas y universidades cat?licas est?n llamadas a contribuir con alegr?a y convicci?n a que se difunda cada vez m?s el compromiso con la dignidad de todo ser humano.

Todo tipo de escuela recibe en nuestro texto constitucional un claro cometido: tiene que estar al servicio del pleno desarrollo de la personalidad humana. As? lo determina el art?culo 27.2 de la Constituci?n Espa?ola. La escuela cat?lica responde a la finalidad misma de la educaci?n que nuestra Constituci?n reconoce y as? comparte objetivos similares con la escuela estatal y con los distintos tipos de escuela de iniciativa social.

El modelo educativo que recoge la Constituci?n se?ala que la educaci?n tiene una finalidad que puede ser alcanzada por distintos medios. El verdadero ?xito de la educaci?n est? en que dichos medios cumplan los fines de la educaci?n: que se consiga desarrollar cada vez mejor las potencialidades de los ni?os, de los j?venes y de todos los ciudadanos, que siempre nos encontraremos en condiciones de crecer y superarnos.

Resulta imprescindible que la familia y los educadores reclamemos nuestro derecho a que se extienda una educaci?n de calidad, accesible a todos. Mejorar la calidad de la ense?anza es el objetivo. El debate entre lo p?blico y lo privado est? superado en una sociedad moderna que se articula en torno a la libertad.

Toda obra educativa, privada o p?blica, tiene un significado social y su idoneidad vendr? marcada por el cumplimiento de sus fines, por el desarrollo de una ense?anza que haga posible el ?ptimo desarrollo del alumno y de sus capacidades intelectuales, sociales, afectivas, morales y religiosas. As? lo hemos recordado los Obispos espa?oles en el documento sobre la escuela cat?lica.

El Concilio Vaticano II precis? con claridad en qu? consiste hoy la misi?n de la escuela cat?lica y de toda escuela, con una clara sinton?a con nuestro texto constitucional: cultivar con cuidado las facultades intelectuales; desarrollar la capacidad de recto juicio; introducir en el patrimonio de la cultura conquistado por generaciones pasadas; promover el sentido de los valores; preparar a la vida profesional; fomentar el trato amistoso entre los alumnos de diversa ?ndole, contribuyendo a la mutua comprensi?n.

Para cumplir con esta misi?n, la escuela cat?lica debe ser una verdadera comunidad educativa, un centro en el que participan conjuntamente en los trabajos y en los beneficios tanto las familias, como los maestros, las diversas asociaciones de la vida cultural, c?vica y religiosa, as? como la sociedad civil y toda la comunidad humana.

Las escuelas y las universidades cat?licas est?n hoy en d?a especialmente llamadas a recordar ese car?cter inherente de ?comunidad educativa? que reclama su misi?n. Sin la colaboraci?n mutua de todos los agentes implicados en la educaci?n no se distingue su finalidad.

Las escuelas y las universidades cat?licas expresan la acci?n educativa de la Iglesia y no se limitan a a?adir algo al desarrollo de la personalidad del alumno o del estudiante. La Iglesia, como especialista en humanidad, hunde las ra?ces de su acci?n en la naturaleza misma del hombre, y en la dignidad de la persona que esta realidad conlleva. Todo hombre y mujer como imagen de Dios se encuentra con una dignidad trascendente y superior al fruto irracional del azar. Esta sabidur?a educativa es decisiva en tiempos en los que una parte de los creadores de la cultura parecen militar en el relativismo, en el desconcierto, en el pesimismo antropol?gico o en el nihilismo con respecto a los valores y las virtudes humanas.

La Iglesia, convencida de que su mensaje conecta con los deseos m?s profundos del coraz?n humano, reivindica la dignidad de la vocaci?n humana, devolviendo la esperanza a quienes desesperan de su destino m?s alto. El gran tema de la educaci?n hoy es reconocer cu?l es la fuente de la dignidad de todo ser humano. El progreso cient?fico-t?cnico es algo muy positivo e irrenunciable y que adquiere toda su grandeza cuando se concilia con la dignidad superior del ser humano.

La cultura que pretende expulsar a Dios, que intenta impedir que se divulgue la posibilidad trascendente del hombre deja m?s expuestos a los seres humanos a las arbitrariedades del poder pol?tico, econ?mico o social que acaban siendo la ?nica instancia superior.

Las escuelas y universidades cat?licas est?n llamadas a contribuir con alegr?a y convicci?n a que se difunda cada vez m?s el compromiso con la dignidad de todo ser humano por medio de la educaci?n integral.

Con mi bendici?n y afecto,

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19 Septiembre (ACI).- Al presentar durante la Audiencia General celebrada esta ma?ana en la Plaza de San Pedro la figura y pensamiento de San Juan Cris?stomo, el Papa Benedicto XVI destac? que al referirse al noviazgo y al matrimonio, este ?Maestro de la fe? aseguraba que "los esposos bien preparados cierran el camino al divorcio?.

Tras su llegada en helic?ptero al Vaticano desde su residencia estival de Castelgandolfo, a unos 20 kil?metros de Roma, el Santo Padre presidi? en recinto vaticano ante miles de feligreses el acostumbrado encuentro de los mi?rcoles en el que prosigui? con el ciclo de catequesis sobre los Padres Apost?licos.

El Pont?fice record? que este a?o se cumple el decimosexto centenario de la muerte de San Juan Cris?stomo, nacido en el 349 en Antioqu?a de Siria, al sur de la actual Turqu?a. ?Llamado Cris?stomo, es decir, ?Boca de oro? por su elocuencia, se puede decir que vive todav?a hoy a trav?s de sus obras?.

Este santo presb?tero, c?lebre predicador en las iglesias de su ciudad, se?al? el Papa, es ?uno de los Padres m?s prol?ficos? por sus numerosos tratados, homil?as ?m?s de 700? , comentarios y cartas.

?No fue un te?logo especulativo. Transmiti? la doctrina tradicional y segura de la Iglesia en una ?poca de controversias teol?gicas suscitadas sobre todo por el arrianismo, es decir, la negaci?n de la divinidad de Cristo", explic? el Pont?fice.

Tras destacar que "su teolog?a era exquisitamente pastoral?, pues en ella era constante ?la preocupaci?n por la coherencia entre el pensamiento expresado por la palabra y lo que se vive?, el Santo Padre afirm? este santo se preocup? asimismo de ?acompa?ar con sus escritos el desarrollo integral de la persona, en las dimensiones f?sica, intelectual y religiosa?.

Ant?doto contra el divorcio

M?s adelante, el Papa destac? el pensamiento del Cris?stomo respecto a las etapas de la vida del ser humano, resaltando la vigencia y actualidad de sus ideas.

San Juan destacaba la importancia de la infancia, "porque es cuando se manifiestan las inclinaciones al vicio y a la virtud y, por ello, es en esta edad cuando la ley de Dios tiene que ser grabada desde el inicio en el alma ?como sobre una tabla de cera??. A esta etapa ?sigue el mar de la adolescencia, donde los vientos soplan violentos, porque es cuando crece la concupiscencia?.

En sus escritos, este Padre de la Iglesia aborda el periodo del noviazgo y el matrimonio y afirma que ?los esposos bien preparados cierran el camino al divorcio. Todo se desarrolla con alegr?a y se puede educar a los hijos en la virtud. Despu?s, cuando nace el primer ni?o se forma un puente; los tres se convierten en una sola carne, porque el hijo une las dos partes y los tres constituyen ?una familia, una peque?a Iglesia??.

Al final de la catequesis, Benedicto XVI record? que San Juan Cris?stomo tambi?n se dirige en sus escritos a los fieles laicos, que ?con el Bautismo asumen el oficio sacerdotal, real y prof?tico. Esta lecci?n del Cris?stomo sobre la presencia aut?nticamente cristiana de los fieles laicos en la familia y en la sociedad sigue siendo todav?a hoy m?s actual que nunca?.

Concluida la audiencia, el Santo Padre retorn? a Castelgandolfo.

Conversaci?n que mantuvo Benedicto XVI el 7 de septiembre de 2007 en el avi?n que le llevaba a Austria para realizar su s?ptimo viaje internacional.



--Santo Padre, en este viaje vuelve usted a un pa?s que conoce desde su infancia. ?Qu? importancia concede a este regreso a Austria?

--Benedicto XVI: Mi viaje quiere ser sobre todo una peregrinaci?n. Quiero insertarme en la larga fila de los peregrinos a lo largo de los siglos ?son 850 a?os? y as?, como peregrino con los peregrinos, orar con los que oran. Me parece importante este signo de la unidad que crea la fe: unidad entre los pueblos, porque es una peregrinaci?n de muchos pueblos, y unidad entre los tiempos; por tanto, es un signo de la fuerza unificadora, de la fuerza de reconciliaci?n que entra?a la fe. En este sentido, quiere ser un signo de la universalidad de la comunidad de fe de la Iglesia y tambi?n un signo de humildad y, sobre todo, de la confianza que tenemos en Dios, de la prioridad de Dios; Dios existe, necesitamos la ayuda de Dios. Y, naturalmente, tambi?n es expresi?n de amor a la Virgen. As? pues, solamente quiero confirmar estos elementos esenciales de la fe en este momento de la historia.

--La Iglesia austriaca en los a?os 90 atraves? un per?odo dif?cil e inquieto, con tensiones pastorales y contestaciones. Santo Padre, ?cree usted que estas dificultades ya se han superado? ?Piensa ayudar con esta visita a sanar las heridas y a promover la unidad en la Iglesia, tambi?n entre los que se sienten al margen de la Iglesia?

--Benedicto XVI: Ante todo quisiera dar las gracias a todos los que han sufrido en estos ?ltimos a?os. S? que la Iglesia en Austria ha vivido tiempos dif?ciles; por eso, expreso mi agradecimiento a todos ?laicos, religiosos y sacerdotes? los que en medio de esas dificultades han permanecido fieles a la Iglesia, dando testimonio de Jes?s, y han sabido reconocer el rostro de Cristo en una Iglesia de pecadores. No creo que hayan quedado totalmente superadas esas dificultades. La vida en este siglo ?aunque esto vale en cierto sentido para todos los siglos? sigue siendo dif?cil. Tambi?n la fe se vive siempre en contextos dif?ciles. Pero espero ayudar un poco a la curaci?n de esas heridas, y veo que hay una nueva alegr?a de la fe, hay un nuevo impulso en la Iglesia. En la medida de mis posibilidades quiero confirmar esta disponibilidad a seguir adelante con el Se?or, a confiar en que el Se?or permanece presente en su Iglesia y que as?, precisamente viviendo la fe en la Iglesia, podemos llegar tambi?n nosotros a la meta de nuestra vida y contribuir a un mundo mejor.

--Austria es un pa?s de tradici?n profundamente cat?lica y, a pesar de ello, tambi?n muestra signos de secularizaci?n. Santo Padre, ?con qu? mensaje de est?mulo espiritual se va a dirigir a la sociedad austriaca?

--Benedicto XVI: Yo s?lo quiero confirmar a la gente en la fe, pues precisamente tambi?n hoy necesitamos a Dios, necesitamos una orientaci?n que d? una direcci?n a nuestra vida. Una vida sin orientaci?n, sin Dios, no tiene sentido; queda vac?a. El relativismo lo relativiza todo y, al final, ya no se puede distinguir el bien del mal. Por tanto, s?lo quiero confirmar en esta convicci?n, que resulta cada vez m?s evidente, de nuestra necesidad de Dios, de Cristo, y de la gran comuni?n de la Iglesia, que une a los pueblos y los reconcilia.

--Viena es sede de muchas organizaciones internacionales, entre las que se halla la Agencia internacional de la energ?a at?mica, y es lugar tradicional de encuentro entre Oriente y Occidente. Santo Padre, ?piensa enviar mensajes tambi?n sobre la pol?tica internacional, sobre la paz o sobre las relaciones con la ortodoxia y con el islam, para superar divergencias y pol?micas?

--Benedicto XVI: Mi viaje no es pol?tico; como he dicho, es una peregrinaci?n. Son s?lo dos d?as. Al principio s?lo estaba prevista la peregrinaci?n a Mariazell; ahora, justamente, tenemos m?s tiempo para estar tambi?n en Viena, para estar con diversos componentes de la sociedad austriaca. En este tiempo tan breve no est?n previstos inmediatamente encuentros con otras confesiones o religiones: s?lo un momento ante el monumento de la Shoah, para mostrar nuestra tristeza, nuestro arrepentimiento y tambi?n nuestra amistad con nuestros hermanos jud?os, para seguir adelante en esta gran uni?n que Dios ha creado con su pueblo. As? pues, inmediatamente no est?n previstos esos mensajes. S?lo al inicio, en el encuentro con el mundo pol?tico, quiero hablar un poco de esta realidad que es Europa, de las ra?ces cristianas de Europa, del camino que conviene tomar. Pero es obvio que hacemos todo siempre bas?ndonos en el di?logo tanto con los dem?s cristianos como con los musulmanes y con las dem?s religiones. El di?logo est? siempre presente: es una dimensi?n de nuestra actividad, aunque en esta circunstancia no se har? tan expl?cito a causa del car?cter espec?fico de esta peregrinaci?n.

[Traducci?n distribuida por la Santa Sede
? Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana]

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Nociones acerca de la planificación pastoral y catequética puesta en nuestras manos por la Delegación Diocesana de Catequesis de la Diócesis de Tenerife.

PLANIFICACIÓN Y ACCIÓN PASTORAL Y CATEQUÉTICA




1. La planificación, expresión de la racionalidad humana.

La planificación forma parte de la conducta humana ordinaria. El hombre, en cuanto ser racional, se define en su acción por la relación coherente entre el objetivo que se propone y la elección, organización y utilización de los medios y métodos más aptos para conseguirlo. Es por ello que, de una buena, mediocre o improvisada planificación puede depender la mayor o menor eficacia de la acción, incluso el éxito o fracaso de la misma.

Y es que planificar y programar es necesario. Una comunidad cristiana o un grupo de catequistas no pueden trabajar de un modo eficaz sin explicitar lo que pretenden con su acción, y los medios y métodos más aptos que van a emplear para lograrlo. El mismo Jesús da por supuesto ese planteamiento previo a la acción con imágenes muy gráficas: "¿Quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero para calcular los gastos y ver si tiene para terminarla? ¿Qué Rey, si va a ir a la guerra contra otro, no se sienta a considerar si puede enfrentarse con diez mil al que viene contra él con veinte mil?" (Le 14, 28.31). Ni en la acción evangelizadora ni en la acción catequética se puede actuar ciega e irracionalmente: "El apóstol no es uno que corre sin rumbo fijo o alguien que da golpes al aire" (cf 1Cor 9, 26-27).


II. Planificación pastoral y acción catequética.

Los obispos latinoamericanos, en su III Conferencia general celebrada en Puebla (Méjico) en 1969, describían así fa acción pastoral planificada: "Es la respuesta específica, consciente e intencional a las necesidades de evangelización. Deberá realizarse en un proceso de participación, en todos los niveles, de las comunidades y personas interesadas, educándolas en la metodología de análisis de la realidad, para la reflexión sobre dicha realidad a partir del evangelio, la opción por los objetivos y los medios más aptos y su uso más racional para la acción evangelizadora" (n. 1307).


Los elementos que definen más exactamente dicha planificación son estos:


a) La planificación parte de la realidad. Esto es, conocer la situación social, cultural y religiosa del ambiente o contexto humano en el que la comunidad cristiana realiza su acción, e interpretar esa situación a luz del evangelio.

b) Es un proceso educativo, que comprende:

1) Análisis de la realidad;
2) Reflexión sobre la realidad a partir del evangelio.
3) Opción por los objetivos a conseguir en la acción evangelizadora, y
4) Elección de los medios más aptos y su uso más racional para alcanzar los objetivos prefijados.

c) Es un proceso dinámico y flexible y, por ello, simultáneamente provisional.

d) Implica a toda la comunidad, grupo o institución eclesial. Que el proceso de planificación pida la más amplia participación, no es sólo un modo de hacer eficazmente, sino también un modo de "hacer Iglesia".

e) Debe realizarse en todos los niveles de la comunidad. Centrándonos en la catequesis, es fácil distinguir en la comunidad cristiana inmediata tres niveles fundamentales:

1. El nivel básico de los catequistas de los grupos de adultos, de jóvenes, de niños...;

2. El nivel intermedio del equipo responsable de coordinar la catequesis de una determinada edad o etapa catequética, y

3. El nivel último del equipo responsable de la totalidad de la acción catequética de la comunidad.

Esos tres niveles fundamentales de actuación y responsabilidad pueden distinguirse también en la Iglesia particular:

1. El nivel básico de los responsables de la acción catequética en las comunidades cristianas inmediatas (parroquiales o no);
2. El nivel intermedio de los responsables de la acción catequética en las zonas pastorales o vicariales, y...
3. El nivel último de responsables de la acción catequética de la Diócesis.

III. Proceso metodológico.

1. Análisis de la situación.

a). Análisis de la situación del contexto social. Los grados de estudio y las técnicas para conocer y analizar esa realidad pueden ser muy variadas, y van desde el conocimiento inmediato reflexionado en grupo, al estudio sociológico científicamente elaborado. De cualquier modo, al término del análisis deberán aparecer claramente expresados:

1) Los problemas sociales y humanos más importantes;
2) Las mentalidades y estilos e vida dominantes, con sus valores y contravalores en relación al Reino de Dios;
3) Los diferentes modos de situarse ante el hecho cristiano.


b) Análisis de la situación de la acción evangelizadora. Esto es:

1. Las actividades, personas y tiempo que se dedican a la acción misionera con los no creyentes y alejados, a la acción catecumenal con los convertidos y a la acción pastoral con los fieles;
2. El equilibrio y dinamismo interno entre las diferentes acciones eclesiales: la acción misionera, la catequesis y otras formas de educación de la fe, la acción litúrgica, la vida comunitaria, la pastoral social y caritativa de la comunidad, la presencia evangelizadora en los ambientes;
3. La coordinación, de hecho entre los distintos agentes de pastoral.


c) Análisis de la situación de la acción catequética: "Cómo está ubicada de hecho la catequesis, en proceso evangelizador; el equilibrio y la articulación entre los diferentes sectores catequéticos (niños, adolescentes, jóvenes, adultos...); la coordinación de la catequesis con ls educación cristiana familiar, con la educación escolar, con la enseñanza religiosa escolar y con las otras formas de educación de la fe; la calidad interna; los contenidos que se están impartiendo y la metodología que se utiliza; las características de los catequistas y su formación" (DGC 279).


2. Interpretación teológico-pastoral y catequética de la situación. Conviene explicitar este paso en el proceso de la planificación. La interpretación supone un marco criteriológico, formado por los documentos orientadores del magisterio y la reflexión sistemática ofrecida por las ciencias catequéticas, a partir del cual, la comunidad cristiana, la institución o la Iglesia particular, se pregunta acerca de si la situación catequizadora que actualmente se realiza responde a las necesidades de catequización descubiertas; o más concretamente: ¿qué habría que hacer?, ¿qué tareas faltan?, ¿cómo mejorar las acciones que se realizan?.


3. Formulación de las acciones preferenciales. Fruto de la interpretación teológico-pastoral y catequética, y como expresión de la situación deseada, deben formularse las opciones preferenciales o prioridades en la acción catequética. Estas señalan unas metas a conseguir a largo plazo, un ideal posible.


4. Balance de los recursos actuales y previsibles. Este balance es lo que permite hacer una programación realista. Indicadores para ese balance pueden ser los siguientes: 1). Personas con las que cuento 2). Tiempo de que disponen 3). Espacio y medios materiales. 4). Recursos económicos. 5). Otras condiciones que ayudarán o dificultarán en la acción.


5. Programación de la acción catequética. Que supone:

a) Formulación de los objetivos. Los objetivos son resultados preestablecidos, más o menos alejados en el tiempo, que se pretenden alcanzar con la propia acción. Constituyen, por tanto, resultados evaluables y no meras finalidades. Mientras que las finalidades expresan propósitos, aspiraciones o ideales que estimulan la acción de un grupo, los objetivos, precisión suficiente para guiar la programación, la conducción y la evaluación de la acción.

b) Preparación de los programas de acción. Para que un programa lleve una acción eficaz, debe constar de los siguientes elementos: objetivos; lo que hay que hacer (actividades), quién o quiénes son los responsables de hacerlo; cuándo se va a hacer (fechas); cómo (modalidad o método a seguir); con qué medíos o recursos materiales. En él se ha prever también la evaluación: cuándo y cómo.

c) Organización y coordinación de los recursos. Una vez establecidos los programas, es necesario organizar y coordinar los recursos humanos —personas, grupos, instituciones- y los recursos materiales que exigen los programas de acción, de modo que lo planificado se desarrolle de una manera orgánica y puedan lograrse finalmente los objetivos propuestos.


6. Realización de los programas de acción. El proceso ha de estar desarrollado de tal modo que la realización esté asegurada y responda a los objetivos formulados. Esto será posible si cuantos intervienen en ta acción han hecho propias la programación, la organización y la coordinación previstas.


7. Evaluación. Tanto cuando la evaluación es periódica como cuando se hace al final del programa de acción, consiste en verificar o comprobar si los resultados que se están obteniendo o se han obtenido corresponden a los objetivos formulados y en qué grado se han conseguido, y asimismo si los elementos de la programación son o han sido adecuados para la consecución de (os mismos.


Cuestionario para trabajar por grupos:


1. En una frase, cuál es la conclusión que saco yo de este documento.

2. Qué no he entendido, o no ha quedado suficientemente claro de este documento (señalar máximo dos cosas).

3. ¿Conozco, existe planificación anual en mi grupo de referencia más cercano (parroquia, movimiento, delegación diocesana, etc)? ¿Conozco el Plan Diocesano de Pastoral de la Diócesis?

4. A la luz de lo leído, ¿Qué puedo yo hacer para que en mi grupo de referencia más cercano:

a. Se lleve una pastoral planificada si sé que no existe?
b. Se mejore la "calidad" de los planes anuales si sé que ya se elaboran?

5. ¿Qué aspecto de la acción evangelizadora de la Iglesia crees que precisa de una más urgente atención, y por tanto de una más cuidadosa y mejor "planificación? En tu ámbito eclesial concreto, eso a qué se correspondería y cómo?


Mi?rcoles, 19 de septiembre de 2007
En vistas a la programaci?n pastoral 2007-2008 de la catequesis, la Delegaci?n Diocesana propone:

Planificaci?n de la catequesis parroquial


Para planificar la acci?n catequ?tica dirigida a los miembros de la comunidad cristiana, la parroquia deber? tener en cuenta lo siguiente:

a) Reconocer la importancia prioritaria de la catequesis de adultos, tanto la de aquellos que ya han recibido los sacramentos de la iniciaci?n cristiana como de los no bautizados que se muestren dispuestos a recibir y acoger el mensaje evang?lico.

b) Plantearse el anuncio del evangelio a los alejados y a los que viven en situaci?n de indiferencia religiosa. Los encuentros de preparaci?n para el Matrimonio y para la celebraci?n del Bautismo de hijos y la recepci?n del sacramento de la Eucarist?a pueden ser ocasiones propicias para este anuncio.

c) Construir un n?cleo comunitario formado por los cristianos maduros, ya iniciados en la fe y con una formaci?n s?lida, que sea el referente de la catequesis parroquial.
Si en la planificaci?n de la catequesis parroquial se tienen en cuenta estos criterios referentes a la catequesis de adultos, la catequesis destinada a los ni?os, adolescentes y j?venes se beneficiar? enormemente.

Explicaci?n del lema escogido para este a?o de 2007-2008 para la catequesis en la di?cesis de Tenerife.

La parroquia, hogar de la Catequesis


A pesar de la nueva realidad, la parroquia sigue siendo el lugar m?s significativo donde se forma y manifiesta la comunidad cristiana y donde los cristianos toman conciencia de ser Pueblo de Dios, sobre todo por el hecho de que la parroquia es el lugar visible donde se expresa de manera particular la vitalidad de la Iglesia diocesana.

Por eso, la parroquia es el lugar privilegiado de la catequesis, y debe ser la animadora del conjunto de la acci?n catequ?tica de la Iglesia diocesana en la zona respectiva. Es decir, debe impulsar y coordinar la catequesis que se realiza, procurando asegurar la debida complementariedad entre todas las instituciones y comunidades cristianas que colaboren en esta tarea.

En particular, la parroquia es la instituci?n eclesial m?s id?nea para programar y llevar a cabo procesos de catequesis de adultos dirigidos a los creyentes que acuden con ocasi?n de la recepci?n de alg?n sacramento, como son el Bautismo, la Eucarist?a, el Matrimonio, etc., y tambi?n es el lugar id?neo para la catequesis dirigida a la tercera edad, que encuentra un ambiente de acogida y de servicio a la comunidad.

En la actual situaci?n de nuestra di?cesis, todas las comunidades parroquiales se deben sentir llamadas a dar un renovado impulso a su acci?n misionera, para hacer llegar el mensaje salvador de Jesucristo a los ciudadanos con los cuales puedan entrar en relaci?n, aprovechando todas las ocasiones posibles. A menudo esta acci?n misionera requerir? una buena dosis de creatividad y de esp?ritu de renovaci?n de la pastoral tradicional. 96

Entre los materiales enviados por la Delegación diocesana de Catequesis de la Diócesis de Tenerife se enuentra la carta del Cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires. A continuación podemos leerla.

CARTA A LOS CATEQUISTAS


Carta del cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, a los catequistas (21 de agosto de 2007)

"El llama a cada una por su nombre,
y las hace salir..."

(Jn 10, 3)




Queridos Catequistas:

Como todos los años la Fiesta de San Pío X es ocasión para que juntos demos gracias a Dios por este hermoso ministerio eclesial en el que la Palabra se vuelve comprensible y significativa para la vida de tantos niños, jóvenes y adultos. Lo hago en el marco siempre actual del camino que estamos recorriendo como Iglesia diocesana en estado de asamblea, a fin de encontrar las actitudes propias que hagan posible una evangelización orientada hacia las periferias para que todos y no simplemente algunos tengan vida en plenitud.

Les escribo consciente de las enormes dificultades que presenta la tarea de ustedes. La transmisión de la fe nunca ha sido labor sencilla pero en estos tiempos de cambios epocales el desafío todavía es mayor: "... Nuestras tradiciones culturales ya no se transmiten de una generación a otra con la misma fluidez que en el pasado. Ello afecta, incluso, a ese núcleo más profundo de cada cultura, constituido por la experiencia religiosa, que resulta ahora igualmente difícil de transmitir a través de la educación y de la belleza de las expresiones culturales, alcanzando aun hasta la misma familia que, como lugar del diálogo y de la solidaridad intergeneracional, había sido uno de los vehículos más importantes de la transmisión de la fe" (Aparecida, 39). De ahí que necesitamos "...recomenzar desde Cristo, desde la contemplación de quien nos ha revelado en su misterio la plenitud del cumplimiento de la vocación humana y de su sentido" (Aparecida, 41). Sólo poniendo la mirada en el Señor podremos cumplir su misión y adoptar sus actitudes.

Uno de los aportes más lúcidos de la reciente Asamblea de Aparecida ha sido tomar conciencia de que quizás el peligro mayor de la Iglesia no haya que buscarlo afuera sino dentro mismo de sus hijos; en la eterna y sutil tentación del abroquelamiento y encierro para estar protegidos y seguros:

La Iglesia"... no puede replegarse frente a quienes sólo ven confusión, peligros y amenazas o de quienes pretenden cubrir la variedad y complejidad de situaciones con una capa de ideologismos gastados o de agresiones irresponsables. Se trata de confirmar, renovar y revitalizar la novedad del Evangelio arraigada en nuestra historia, desde un encuentro personal y comunitario con Jesucristo que suscite discípulos y misioneros. Ello no depende tanto de grandes programas y estructuras, sino de hombres y mujeres nuevos que encarnen dicha tradición y novedad, como discípulos de Jesucristo y misioneros de su Reino, protagonistas de vida nueva para una América Latina que quiere reconocerse con la luz y la fuerza del Espíritu.

No resistiría a los embates del tiempo una fe católica reducida a bagaje, a elenco de normas y prohibiciones, a prácticas de devoción fragmentadas, a adhesiones selectivas y parciales de las verdades de la fe, a una participación ocasional en algunos sacramentos, a la repetición de principios doctrinales, a moralismos blandos o crispados que no convierten la vida de los bautizados. Nuestra mayor amenaza "es el gris pragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia en el cual aparentemente todo procede con normalidad, pero en realidad la fe se va desgastando y degenerando en mezquindad"(1). A todos nos toca "recomenzar desde Cristo"(2), reconociendo que "no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva"3). (Aparecida, 11-12)

Este centrarnos en Cristo paradójicamente nos tiene que descentralizar. Porque donde hay verdadera vida en Cristo hay salida en nombre de Cristo. iEsto es auténticamente recomenzar en Cristo? Es reconocernos llamados por El a estar con El, a ser sus discípulos pero para experimentar la gracia del envío, para salir a anunciar, para ir al encuentro del otro (Cf. Mc 3, 14). Recomenzar desde Cristo es mirar al Maestro Bueno que nos invita a salirnos de nuestro camino habitual para hacer de lo que acontece junto al camino, al borde, en la periferia, experiencia de projimidad y verdadero encuentro con el amor que nos hace libres y plenos.

Recuerdo lo que compartía con ustedes en el uno de los primeros EAC, hace muchos años atrás: "...Una cosa que hay que tener en cuenta para orientar la catequesis es que lo recibido debe ser anunciado (cf.1 Cor, 15:3). El corazón del catequista se somete a este doble movimiento: centrípeto y centrífugo (recibir y dar). Centrípeto en cuanto "recibe" el kerigma como don, lo acoge en el centro de su corazón. Centrífugo, en cuanto lo anuncia con una necesidad existencial ("ay de mí si no evangelizo"). El regalo del kerigma es misionante: en esta tensión se mueve el corazón del catequista. Se trata de un corazón eclesial que "escucha religiosamente la Palabra de Dios y la proclama con coraje" (VAT II, Dei Verbum), 3.

Permítanme que insista sobre esto con ustedes quienes, por ser catequistas, por acompañar el proceso de crecimiento de la fe, por estar comprometidos en la enseñanza, puede el "tentador" hacerles creer que su ámbito de acción se reduce a lo intraeclesial, y íos lleve a estar demasiado en torno al templo y al atrio. Eso suele acontecer... Cuando nuestras palabras, nuestro horizonte, tienen la perspectiva del encierro y del pequeño mundo, no ha de asombrarnos que nuestra catequesis pierda la fuerza de? Kerigma y se trasforme en enseñanza insípida de doctrina, en transmisión frustrante de normas morales, en experiencia agotadora de estar sembrando inutilmente,
Por eso, "recomenzar desde Cristo" es concretamente imitar al Maestro Bueno, al único que tiene Palabra de Vida Eterna y salir una y mil veces a los caminos, en busca de la persona en sus más diversas situaciones.

"Recomenzar desde Cristo" es mirar al Maestro Bueno; al que supo diferenciarse de los rabinos de su tiempo porque su enseñanza y su ministerio no quedaban localizados en la explanada del templo sino que fue capaz de "hacerse camino", porque salió al encuentro de la vida de su pueblo para hacerlos partícipes de las primicias del Reino. (Lc 9, 57, 62).

"Recomenzar desde Cristo" es cuidar la oración en medio de una cultura agresivamente pagana, para que el alma no se arrugue, el corazón no pierda su calor y la acción no se deje invadir por la pusilanimidad.
"Recomenzar desde Cristo" es sentirse interpelados por su palabra, por su envío y no ceder a la tentación minimalista de contentarse con sólo conservar la fe, y darse por satisfecho de que alguno siga viniendo a la catequesis.

"Recomenzar desde Cristo" entraña emprender continuamente la peregrinación hacia la periferia. Como Abraham, modelo del peregrino incansable, lleno de libertad, sin miedo, porque confiaba en Señor. El era su fuerza y su seguridad, por eso supo no detenerse en su caminar, porque lo hacía en la presencia del Señor (Cf. Gn 17, 1).
Además en la vida de todo cristiano de todo discípulo, de todo catequista, no falta la experiencia del desierto, de la purificación interior, de la noche oscura, de la obediencia de la fe, como la que vivió nuestro padre Abraham. Pero ahí también está la raíz deildiscipulado. Los cansancios del camino no pueden acobardar y detener nuestros pasos porque equivaldría a paralizar la vida. Recomenzar desde Cristo es dejarse desinstalar para no aferrarse a lo ya adquirido, a lo seguro, a lo de siempre. Y porque sólo en Dios descansa mi alma, por eso salgo al encuentro de las almas.

"Recomenzar desde Cristo" supone no tenerle miedo a la periferia. Aprendamos de Jonás a quien hemos mirado en más de una oportunidad en este año. Su figura es paradigmática en este tiempo de tantos cambios e incertidumbre. Es un hombre piadoso, que tiene una vida tranquila y ordenada. Pero justamente, como a veces este tipo de espiritualidad puede traernos tanto orden, tanta claridad en el modo de vivir la religión, lo lleva a encuadrar rígidamente los lugares de su misión, a dejarse tentar por la seguridad de lo que "siempre se había hecho". Y para el asustadizo Jonás el envío a Nínive trajo crisis, desconcierto, miedo. Resultaba una invitación a asomarse a lo desconocido, a lo que no tiene respuesta, a la periferia de su mundo eclesial. Y por eso el discípulo quiso escapar de la misión, prefirió huir...

Las huidas no son buenas. Muchas esconden traiciones, renuncias. Y suelen tener semblantes tristes y conversaciones amargas (Cf. Lc 24, 17-18). En la vida de todo cristiano; de todo discípulo, de todo catequista tendrá que estar el animarse a la periferia, el salir de sus esquemas; de lo contrario no podrá hoy ser testigo del Maestro; es más, seguramente se convertirá en piedra y escándalo para los demás (Cf. Mt 16,23).
"Recomenzar desde Cristo" es tener en todo momento la experiencia de que Él es nuestro único pastor, nuestro único centro. Por eso centrarnos en Cristo significa "salir con Cristo". Y así, nuestra salida a la periferia no será alejarnos del centro, sino permanecer en la vid y dar de esta manera verdadero fruto en su amor (Jn 15, 4). La paradoja cristiana exige que el itinerario del corazón del discípulo necesite salir para poder permanecer, cambiar para poder ser fiel.

Por ello, desde aquella bendita madrugada del domingo de la historia, resuenan en el tiempo y el espacio las palabras del ángel que acompaña el anuncio de la resurrección: "Vayan, digan a sus discípulos y a Pedro, que él irá antes que ustedes a Galilea; allí lo verán" (Mc 16, 7). El Maestro siempre nos precede, El va adelante (Lc 19,28) y, por eso, nos pone en camino, nos enseña a no quedarnos quietos, Si hay algo más opuesto al acontecimiento pascual es el decir: «estamos aquí, que vengan». El verdadero discípulo sabe y cuida un mandato que le da identidad, sentido y belleza a su creer:

"Vayan..."(Mt, 28,19). Entonces sí el anuncio será kerygma; la religión, vida plena; el discípulo, auténtico cristiano.

Sin embargo la tentación del encierro, del miedo paralizante acompañó también los primeros pasos de los seguidores de Jesús: "... estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos por temor..." (Jn 20, 19-20). Hoy como ayer podemos tener miedo. Hoy también muchas veces estamos con las puertas cerradas. Reconozcamos que estamos en deuda.

Hoy, al darte gracias por toda tu entrega, querido catequista, me animo una vez más a pedirte: salí, dejá la cueva, abrí puertas, anímate a transitar caminos nuevos. La fidelidad no es repetición. Buenos Aires necesita que no dejes de pedir al Señor la creatividad y audacia para atravesar murallas y esquemas que posibiliten, como en aquella gesta de Pablo y Bernabé, la alegría de muchos hermanos (Cf. Hc 15.3).
Te invito a que una vez más volvamos nuestra mirada y oración a la Virgen de Luján. Pidámosle que transforme nuestro corazón vacilante y temeroso para que como San Pablo hagamos realidad una Iglesia fiel, que conoce de heridas, peligros y sufrimientos por haber descubierto que, cuando el amor nos apremia, todo es poco para que suene en la periferia la Buena Noticia de Jesús (Cf. 2 Co 11,26).

Te pido, por favor, que reces por mí para que sea un buen catequista. Que Jesús te bendiga y la Virgen Santa te cuide.

Afectuosamente,

Buenos Aires, 21 de agosto de 2007

Card. Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos Aires


Notas:

RATZINGER, J., Situación actual de la fe y la teología, Conferencia pronunciada en el encuentro de Presidentes de Comisiones Episcopales de América Latina para la Doctrina de la fe, celebrado en Guadalajara, México (1996), Publicado en L'Osservatore Romano, el 1 de noviembre de 1996.
Cf. NMI 28-29.
DCE 1.


Publicado por verdenaranja @ 23:44  | Hablan los obispos
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Guión litúrgico propuesto por la Delegación Diocesana de Catequesis para la celebración del DÍA DEL CATEQUISTA EN LA DIÓCESIS DE TENERIFE.


MONICIÓN DE ENTRADA

Queremos hoy celebrar comunitariamente la grandeza y la belleza de la vocación del catequista. Los catequistas constituyen un gran regalo para toda la Iglesia. Son un verdadero don para esta Diócesis y para esta comunidad parroquial. Todos los bautizados hemos recibido la misión de evangelizar, y todos debemos ser corresponsables en esta tarea. Hoy queremos tomar conciencia de esta misión que es de todos, pero que algunos, los catequistas, asumimos de forma particular. Somos enviados por la Iglesia para anunciar la Buena Nueva, y así ser partícipes de la misión de Jesús Maestro.

Hoy toda la Comunidad Diocesana celebra el Día de la Catequesis bajo el lema "LA PARROQUIA: HOGAR DE LA CATEQUESIS" Es la aportación que la Catequesis quiere hacer al nuevo plan diocesano que este año está dedicado a la parroquia como lugar privilegiado del anuncio de la Palabra a niños, jóvenes y adultos.

ORACIÓN COLECTA

Dios Padre, que has confiado a tu Iglesia la misión de anunciar el evangelio de Jesucristo a todos los hombres de todos los tiempos, envía tu Espíritu sobre estos catequistas, a fin de que todos ellos sean fieles dispensadores de la Palabra de la verdad, desempeñando a la perfección su ministerio.
Infunde en sus corazones el amor y el celo de tu reino, pon en sus labios tu Palabra de salvación y concédeles la alegría de poder colaborar al crecimiento de tu Iglesia. Por Jesucristo nuestro Señor. AMÉN.

MONICIÓN LECTURAS

Dios a lo largo de toda la historia siempre ha salido al encuentro del hombre. Hoy sale a tu encuentro, quiere comunicarte su Palabra de amor como Padre que ama a sus hijos. Por eso, preparemos el corazón para escucharle.

PROPUESTA DE LECTURAS Y REFLEXIÓN

Primera Lectura

Naamán, sirio, un extranjero, también recibe la graci regeneradora del Señor, según el segundo libro de los Reyes, que E nuestra primera lectura de hoy. Y guarda evidente relación con Evangelio de este domingo. Parece que son más agradecidos Ic extraños que los hijos del Pueblo de Dios. ¿Nos ocurre esto a nosotros ¿Somos agradecidos con el Señor Nuestro Dios?

Salmo

Este salmo 97 era una pieza importante para el pueblo judíi Pues en su texto se dice que el "Señor es el Juez de toda la tierra". Y s hacía una invitación a todas las criaturas —judíos y gentiles—a que alaben a Dios, Rey del Universo. Y para nosotros, hoy, esa invitación E más que suficiente. Hemos de agradecer todo al Señor.

Segunda Lectura

Continuamos con la lectura de la Carta de Pablo a Tímoteo que es una de las piezas pastorales más importantes del apóstol de los gentiles. Y hoy nos dice de manera clara que si perseveramos. Es nuestra fe, reinaremos con Cristo. Es una gran oferta, ¿no es parece?

Evangelio,

Cuándo el Señor se refiere a que sólo un extranjero ha venido agradecer la curación, debemos de preguntarnos cada uno de nosotros ¿Somos agradecidos con nuestro Señor Jesucristo que sale a nuestro encuentro y nos salva? Este es el mensaje fundamental del evangelio c Lucas que oiremos ahora. Hoy, en el que celebramos el día de Catequesis debemos de revisar si realmente nos apasiona encontrarnos con Jesús que se manifiesta a través de su Palabra.

PRESENTACION DE CATEQUISTAS

(Un padre o madre de familia llama a cada uno de ellos por su nombre y salen de sus sitios para ocupar un lugar visible en el presbiterio y luego continúa diciendo)

Una de las actividades más importantes de nuestra comunidad es la catequesis, donde los catequizandos reciben los fundamentos de la fe y la formación suficiente para vivir la fe cristiana. Cada día se hace más difícil esta labor. Nosotros, los padres y madres, les agradecemos a los catequistas su dedicación y les pedimos que sigan en este empeño, por difícil que sea, porque necesitamos de su ayuda.

Sacerdote:

Queridos hermanos: En primer lugar, me dirijo a ustedes, madres y padres, que tienen a sus hijos en catequesis. Son muchas las dificultades que lleva consigo esta labor. Y mucho más cuando nos olvidamos de nuestras responsabilidades. Por eso, les pido que acompañen a los catequistas en la formación cristiana de sus hijos y ayuden a sus hijos a dar los primeros pasos en la vida de la fe.

En segundo lugar, ustedes, catequistas, alégrense de la tarea que les ha encomendado la Iglesia. Los catequizandos les necesitan, pero nosotros también. Por eso, les agradecemos vuestra generosidad y vuestro trabajo.

Somos conscientes de las dificultades que van a tener, pero saben que Dios no les abandona y que la parroquia pone a su disposición todo lo que necesitan para realizar lo mejor posible vuestra labor.

Desde aquí, y en nombre de toda la comunidad, pedimos la gracia y la bendición de Dios para todos ustedes y para los adultos, niños y jóvenes que van a educar en la fe durante este curso que ahora comienza. Amén.

Todos juntos vamos a proclamar el Credo. Es la fe de la Iglesia en la que todos hemos nacido. Pero hoy, vamos a proclamar nuestra fe con la fórmula que usamos en el bautismo:

-Les pregunto a todos

¿Creen en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra?
Si, creo¿Creen en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de SantE María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y est1 sentado a la derecha del Padre?
Sí, creo
¿Creen en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comuniór de los Santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de lo: muertos y en la vida eterna?
Sí. creo

Esta es nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro. Amén

*Les pregunto a los catequistas

¿Quieren, por tanto, ser testigos de esta fe de la Iglesia que todos har recibido?
Sí, quiero
¿Se comprometen a transmitir la fe de la Iglesia, que hemos proclamadc juntos, y a educarla en los miembros de nuestra comunidad?
Si, me comprometo

Que el Espíritu de Dios Padre y de Jesucristo, el Señor, les fortalezca y les guíe en el ejercicio de esta tarea y de esta responsabilidad que han contraído ante la Iglesia. Amén

SÍMBOLO QUE SE ENTREGA

(se acerca de uno en uno y le entrega el material, mientras le dice)

Sacerdote:

Recibe el material de la formación, profundiza lo que en él se enseñe, para que puedas vivir aquello que luego inicies con tus catequizandos.

Hay un power point titulado: "Quién..." que se puede proyectar ahora y
terminar los catequistas recitando la oración que se encuentra al final del
mismo (la van leyendo desde la pantalla)
Aquellos que no lo proyecten, pueden escuchar la canción del mismo y al
final, alguien de la comunidad lee: GRACIAS CATEQUISTA
O, solamente alguien de la comunidad lee: GRACIAS CATEQUISTA



ORACIÓN DE LOS FIELES

• Por la Iglesia, presente en todo el mundo, para que no cese en su empeño por anunciar el Evangelio a todos los hombres, roguemos al Señor.

Por el Papa, los Obispos, los Presbíteros, los Diáconos y demás ministros de la Palabra, para que sean fieles transmisores de la misma y testigos de su fuerza salvadora, roguemos al Señor.

• Por todos los que trabajan en la obra de la evangelización y la catequesis, para que ni el fracaso los desanime, ni el éxito les envanezca, roguemos al Señor.

• Por todos los que han de ser catequizados, para que el Espíritu Santo los ilumine y los asista, roguemos al Señor.

• Por todos los que nos hemos reunido, para que el Señor despierte y sostenga en nosotros el sentirnos Iglesia y la conciencia de la propia responsabilidad en la obra de la evangelización y de la catequesis, roguemos al Señor.
Escucha, Padre de todos los hombres, nuestra oración esperanzada. Te pedimos que todos seamos, cada vez más, servidores de la vida que tú has sembrado en nosotros. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

PRESENTACIÓN OFRENDAS

(Dos catequistas presentan una libreta y unos rotuladores de colores)

Ofrecemos esta libreta y estos colores, ayúdanos a pintar de color nuestras reuniones de catequesis Señor y que éstas sean iluminadas con tu luz, que es Luz verdadera.

(Dos catequistas presentan el pan y el vino)

Ofrecemos ante el altar el pan y vino. Es el alimento del ser humano, sacado de la tierra, con su trabajo y con su sudor. Que este pan y este vino se conviertan para nosotros en vida y en salvación.

SUGERENCIAS DE CANTOS

ENTRADA:

"Iglesia Peregrina" (C. Gabaráin); "Vamos cantando al Señor" (Espinosa); "Juntos como hermanos" (C. Gabaráin); "Somos un pueblo que camina" (Vicente Mateu); "En el nombre del Señor, nos hemos reunidos" (Salmo de la Comunidad).

CANTO INTERLECCIONAL:

"Anunciaremos tu Reino, Señor" (Halffter); "Tu palabra me da vida" (Espinosa); "Siempre confío en mi Dios" (Espinosa).

CANCIÓN DEL ENVIO:

"Id y enseñad" ("Sois la semilla...": Gabaráin); "Canción del Testigo" (Espinosa).

OFERTORIO:

(Espinosa); "Este pan y vino" (Erdorzain). "Te presentamos el vino y el pan" (Espiosa); "Te ofrecemos, Señor".

COMUNIÓN:

"Te conocimos, Señor, al partir el pan" (Madurga); "Quédate con nosotros" (Teulé); "Arriésgate" (Erdozaín); "¿Le conocéis?" (Olivar-Manzano); "Cerca está el Señor" (Erdozaín).

DESPEDIDA:

"Demos gracias" (Pentecostales"; Gracias, Señor" (Gabaráin);"Himno de la alegría" (M. Ríos- Beethoven).

CANTO A MARÍA :

"Madre de nuestra alegría" "Madre de los jóvenes" (Gabaráin).


La Delegaci?n Diocesana de Catequesis ha puesto en nuestras manos unos materiales para la celebraci?n del "d?a del Catequista" en la di?cesis e Tenerife.

GRACIAS CATEQUISTA


Gracias catequista, por responder a la llamada gratuita de Dios que te constituy? en educador de la fe de tus hermanos.
Gracias catequista, porque con tu alegr?a, disponibilidad, amor y paciencia me ayudas a descubrir la presencia amorosa de Jes?s.

Gracias catequista, porque con tu vida sencilla y comprometida me ense?as que el cristianismo vivido al servicio de los hermanos es fuente de felicidad.

Gracias catequista, porque a trav?s del estudio asiduo de la Palabra y de la doctrina de la Iglesia para compartirlo conmigo me liberas, ahora entiendo porque dec?a Jes?s, ?la verdad os har? libre?.

Gracias catequista, porque lo que me ense?as no es solo el fruto del estudio de grandes vol?menes de doctrina sino tu simple y bella experiencia de fe.

Gracias catequista, porque me anunciaste a Jes?s no solo con las palabras, sino, tambi?n con los gestos, la mirada y el silencio.

Gracias catequista, porque no respondiste a mis preguntas haci?ndome creer que sab?as mucho, sino, que me ayudaste a entrar en m? permiti?ndome escuchar el esp?ritu que habla dentro de m?.

Gracias catequista, porque me ense?aste a percibir a Dios como Padre y me ense?aste a dirigirme a ?l como una hija.
Gracias catequista, porque al tener tanta paciencia conmigo me ense?aste a respetar el ritmo de los otros as? como Dios hace con cada uno de nosotros.

Gracias catequista, porque me haces vivir el d?a del catecismo como d?a de encuentro, de fiesta, de comunidad, de reflexi?n, un d?a diferente a los otros.

Gracias catequista, por aceptar las cr?ticas y correcciones sin desanimarte, y por estar siempre en b?squeda de nuevos m?todos y experiencias.

Gracias catequista, por escucharme, animarme, exigirme, guiarme a Jes?s y hacerme sentir miembro vivo de mi comunidad parroquial,

Gracias por ser compa?ero en el camino de mi fe.

Martes, 18 de septiembre de 2007
Trabajo sobre la Virgen Mar?a en Europa, publicado por DOSSIER FIDES de Agencia http://www.fides.org.

MARIA Y EUROPA
(Segunda Parte)

A cargo de N. Bux y S. Vitiello




LITUANIA, LETONIA, ESTONIA

Las ?ltimas en ser evangelizadas, en torno al siglo XIII, ?poca puesta bajo la protecci?n de la Sant?sima Virgen, las poblaciones b?lticas conquistaron la independencia s?lo a finales de 1991, despu?s del sometimiento a la Uni?n Sovi?tica durante el segundo conflicto mundial.
La ola reformadora protestante del siglo XVI, luterana y calvinista, golpe? las tres naciones, que hasta ese momento estaban bajo el control de la Orden Teut?nica, cuyo mismo gran maestro, Alberto Hohenzollern, se adhiri? al luteranismo en 1525.

SANTUARIO DE LA NATIVIDAD DE MAR?A ? SILUVA (LITUANIA)

Apoyo indispensable de la ?reforma cat?lica?, con la consiguiente reevangelizaci?n de aquellas tierras, fue constituido en el lugar del santuario entonces destruido de Siluva, adem?s de por la indispensable obra de los padres jesuitas, por la aparici?n de Mar?a, en 1612. All?, dos pastorcillos fueron testigos de la visi?n de una joven mujer que lloraba irrefrenablemente con un ni?o en brazos; la imagen se desvaneci? pronto. El pastor calvinista local, despu?s de haber reprendido severamente a los ni?os, se dirigi? al lugar para desmentir aquellas voces y disolver la multitud que se hab?a reunido all?, pero, estupefacto, vio en persona lo que se le hab?a narrado. A la pregunta del pastor acerca de los motivos de su llanto, la Virgen respondi?: ?Hubo un tiempo en que mi Hijo era adorado aqu? por mi pueblo. Pero este terreno sagrado ha sido abandonado ahora al hierro del arado y a los pastizales?. La resonancia de lo acontecido lleg? tambi?n al sacrist?n de la antigua iglesia, el cual, ciego desde hac?a varios a?os, cuando lleg? al lugar, recuper? milagrosamente la vista, de modo que pudo indicar el lugar en el cual el p?rroco cat?lico hab?a sepultado el ?cono de la Virgen, para salvaguardarla de la furia iconoclasta calvinista, durante la cual fue arrasado hasta el suelo el santuario primitivo. El acontecimiento, que tuvo de inmediato una importante resonancia, llam? a muchos a a la conversi?n.
El principal obst?culo al intento reiterado e insistente de ?rusificaci?n? de aquellas tierras, en particular luego de las insurrecciones anti-zaristas de 1831, fue precisamente la renovada fe cat?lica. All? donde en la historia, para afirmar un ideal cualquiera, se ha considerado necesaria la eliminaci?n de algunos elementos de la realidad, no se ha gozado nunca de una posici?n libre frente a ella, de un primado del amor por la verdad. La fe en Jes?s de Nazaret, Verdad suma, es la ?nica en la historia que conserva y ha conservado la raz?n humana, en su dimensi?n m?s aut?ntica, y la plena conciencia de s? mismos y de la propia identidad. La violencia de la ideolog?a intent? de hecho destruir las realidades que constitu?an los s?mbolos mismos de las naciones: la Iglesia de San Casimiro de Vilnius, coraz?n de la Lituania cat?lica y m?xima expresi?n arquitect?nica del pa?s, fue confiscada por el ej?rcito ruso; la comunidad carmelita del santuario de la Puerta del Aurora, siempre en Vilnius, fue expulsada; en 1866 se prohibieron mediante disposiciones legislativas las peregrinaciones.
El pueblo, fortalecido por la propia fe y por la protecci?n mariana, se opuso siempre un?nime a esta invasi?n ideol?gica, tanto que el general ruso Mura??v, l?der principal de la feroz represi?n, escribi? en el informe enviado al zar Alejandro II: ?Es necesario no enga?arse y es necesario saber que mientras exista el catolicismo en el pa?s, el gobierno no lograr? someterlo?.
La devoci?n mariana experiment? una importante expansi?n en estas tierras en los a?os que van de 1917, con la ca?da del zarismo por obra de la revoluci?n comunista, hasta 1940, a?o en el cual Rusia ocup? estos territorios. Se recuper? la tradici?n de las peregrinaciones que encontraron su expresi?n m?s elevada en la peregrinaci?n a Siluva. Fue tal la vitalidad mariana b?ltica que suscit? la admiraci?n del entonces nuncio apost?lico en Polonia, monse?or Achille Ratti, que luego ser?a Papa con el nombre de Pio XI, el cual defini? a Lituania como ?Tierra de Mar?a?. La definici?n agrad? tanto a la poblaci?n lituana, que la hizo propia.
Tambi?n bajo la dictadura comunista las peregrinaciones siguieron constituyendo, para la poblaci?n, un momento fundamental de expresi?n de la propia fidelidad a Cristo y a la Iglesia, al igual que de la identidad nacional. La majestuosidad de los acontecimientos marianos fue tal, que redujo a la impotencia a las autoridades pol?ticas.

SANTUARIO DE LA VIRGEN NEGRA ? AGLONA (LETONIA)

Entre los principales lugares b?lticos de culto, merece nuestra atenci?n el santuario de la Virgen Negra de Aglona en Letonia. Surgida en el a?o 1699 como simple iglesita de madera, anexa a un convento de dominicos y ubicada en medio de un espeso bosque de abetos, su construcci?n conoci? una notable ampliaci?n en 1768, luego de los prodigios que se verificaron en la veneraci?n de la imagen de madera que representa el santuario mariano de Torki, la cual, por el color que fue tomando con el tiempo, es llamada ?Virgen Negra?, y de la creciente predilecci?n que adquiri? como meta de peregrinaciones.

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Trabajo sobre la presencia de la Virgen Mar?a en Europa, ?publicado por DOSSIER FIDES de Agencia Fides.


MARIA Y EUROPA
(Segunda Parte)

A cargo de N. Bux y S. Vitiello




IRLANDA

Los santuarios irlandeses visibles actualmente se remontan al siglo XI, puesto que las tierras irlandesas --las cuales, si bien situadas en los l?mites del mundo conocido, fueron de las m?s f?rtiles para la conversi?n luego de la evangelizaci?n iniciada el a?o 432 por san Patricio, originario de Breta?a--, sufrieron en el siglo VIII las incursiones de las poblaciones vikingas, que saquearon y destruyeron los monasterios de todo el norte de Europa.

El reflorecimiento de la fe cat?lica y, por lo tanto, de la devoci?n mariana, se debe al establecimiento en la isla de poblaciones normandas, a partir del siglo XI, las cuales volvieron a dedicar a la Sant?sima Virgen muchos lugares que hab?an estado precedentemente dedicados a los santos locales.

NUESTRA SE?ORA DE LA ISLA ? LADY?S ISLAND

Es este el caso de Nuestra Se?ora de la isla, localidad dedicada previamente a san Barry. La peregrinaci?n a este lugar sigui? siendo practicada incluso durante los per?odos de mayor persecuci?n por parte de los ingleses, durante el reino de Enrique VIII, con caracter?sticas fuertemente penitenciales: se recorr?a el per?metro de la isla varias veces, caminando descalzo por el agua. En estos periodos, el fervor cat?lico irland?s se convirti? tambi?n en s?mbolo de la identidad nacional y cultural negada por mucho tiempo por la opresi?n inglesa. En los momentos de mayor persecuci?n siempre la conciencia de la pertenencia a Cristo y el consecuente confiarse del hombre a su Creador se hacen m?s intensos y evidentes, no como consecuencia de la necesidad de una toma de posici?n en el conflicto, sino como un anhelo irreprimible de la verdad por parte del hombre ante la injustificable negaci?n de la misma.
En 1647 la primera asamblea nacional del nuevo reino proclam? a Mar?a como su protectora. En 1641 el pueblo irland?s, guiado por el comandante Owen Roe O?Neill, adopt? como grito de guerra ?Santa Mar?a? y como estandarte del ej?rcito la figura de la Virgen con el Ni?o. Pero la resistencia fue vencida pronto por las tropas de Oliver Cromwell, el cual, habiendo recorrido toda la isla, destruy? todo vestigio de culto cat?lico y demoli? todas las iglesias y conventos.
Lo que permiti? a los irlandeses custodiar su identidad cat?lica y alimentar eficazmente la fe fue la recitaci?n, personal o en el hogar dom?stico, del Santo Rosario, el cual tuvo un papel tan importante que se convirti? en una caracter?stica nacional.
Las leyes penales contra los cat?licos fueron abolidas reci?n en 1828 y la rehabilitaci?n social y econ?mica tuvo que esperar un tiempo mayor. Los antiguos santuarios y conventos no fueron reedificados y hasta ahora las ruinas yacen solitarias en medio del campo. Por ello en Irlanda no es posible divisar la presencia de ning?n santuario, a excepci?n del de Knock.

NUESTRA SE?ORA REINA DE IRLANDA ? KNOCK

Santuario mariano nacional, constituye meta obligada para todo buen cat?lico irland?s.
Este lugar se origina en una aparici?n de la Virgen acompa?ada de San Jos? y de san Juan Evangelista, completada por un altar que tiene encima al Cordero Divino y la Cruz. La aparici?n se remonta al 21 de agosto de 1879 y se verific? en presencia de quince personas de diversas edades. El santuario goza de la presencia anual de cerca de un mill?n de peregrinos. El acontecimiento contribuy? a reducir la tensi?n social y el odio hacia los ingleses y fue interpretado como un signo de la ayuda celestial y un llamado a permanecer fieles a la Iglesia Cat?lica y en particular a la Divina Eucarist?a y al culto mariano. El mismo obispo del lugar, Monse?or John McHale, coment? con las siguientes palabras la respuesta favorable de la comisi?n que estudi? los hechos de Knock: ?Es un privilegio para la pobre gente del oeste, en su miseria y en su sufrimiento, que la Virgen se haya aparecido a ellos?.
A 1976 se remonta la construcci?n de una gran iglesia, que se uni? al templo parroquial, y la localidad fue honrada con la visita del Siervo de Dios Juan Pablo II el 30 de setiembre de 1979, aniversario de la aparici?n.

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ZENIT publica la intervenci?n del arzobispo Claudio Mar?a Celli, nuevo presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, al inaugurar el lunes, 17 de Septiembre de 2007, la d?cima reuni?n continental de la Red Inform?tica de la Iglesia en Am?rica Latina (RIIAL).


Es una gran alegr?a encontrarme de nuevo en estas tierras hondure?as a las que me unen profundos lazos de historia compartida, de amistad y de hermandad en la fe. Aqu? me siento realmente en mi casa, y lo mismo podr?n decir todos los participantes en el encuentro ahora que pueden gustar la hospitalidad de este pueblo tan generoso y lleno de calor humano. Gracias, Se?or Cardenal, por su apertura en acoger esta Reuni?n, y por su constante apoyo a todo lo que signifique buena comunicaci?n en la Iglesia. El Pontificio Consejo se beneficia constantemente de su amplitud de miras y su grandeza de coraz?n.

Me hace a?n m?s grata esta visita el acompa?ar por primera vez una Reuni?n Continental de la RIIAL, que adem?s es ya la d?cima celebrada. Este n?mero redondo de alg?n modo expresa un punto de llegada, un estado de madurez de la Red, tras un proceso largo y esforzado de quienes la fundaron: el Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales en la persona de Mons. Enrique Planas, y el CELAM, cuyo entonces Obispo Secretario General era Mons. Dar?o Castrill?n. Puede decirse que la RIIAL es resultado de la comuni?n eclesial y de la amplitud de miras de estas dos instituciones. Hoy es una realidad presente en pr?cticamente todos los Episcopados de Am?rica Latina, es parte org?nica en la estructura el CELAM, cuenta con una enorme cantidad de servicios muy pr?cticos y ?tiles par la pastoral. M?s a?n, la RIIAL se ha convertido ya en una ?cultura eclesial? de uso de las nuevas tecnolog?as, insistiendo en la primac?a de la comuni?n y la misi?n, y no cediendo en el esfuerzo de llegar hasta los m?s necesitados.

Pero esta madurez alcanza en este encuentro un punto de inflexi?n hacia nuevos derroteros. Una serie de circunstancias importantes han cambiado desde la ?ltima vez que ustedes se reunieron en Cochabamba en el a?o 2005 y marcan fuertemente la nueva fase que ahora iniciamos. Se ha celebrado la Va. Conferencia General del Episcopado en Aparecida, que da un decidido impulso a la dimensi?n misionera de la Iglesia en el continente; se han renovado las autoridades del Pontificio Consejo y tambi?n las del CELAM. Asistimos a un panorama tecnol?gico en plena aceleraci?n, que no puede dejarnos indiferentes y nos interpela directamente. Adem?s, la Iglesia est? prepar?ndose para el pr?ximo S?nodo de los Obispos, que ser? nada menos que sobre la Palabra de Dios en la vida de la Iglesia. La comunicaci?n de Dios a los seres humanos ser? el centro de nuestra atenci?n y hemos de estar preparados con amor y disponibilidad, con apertura para dejarnos vivificar por ella y para servirla sin reservas.

Ahora bien. En estas nuevas circunstancias, ?d?nde encontramos la br?jula adecuada que nos oriente en el camino a seguir? Creo que una vez m?s hay que acercarnos al faro luminoso que es el Concilio Vaticano II y que debe seguir orientando nuestos pasos: ?La Iglesia s?lo desea una cosa: continuar, bajo la gu?a del Esp?ritu, la obra misma de Cristo, quien vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar, para servir y no para ser servido. (...) Para cumplir esta misi?n es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio, de forma que, acomod?ndose a cada generaci?n, pueda la Iglesia responder a los perennes interrogantes de la humanidad sobre el sentido de la vida presente y de la vida futura y sobre la mutua relaci?n de ambas.? (Gaudium et spes, 3 y 4).

El Concilio abri? un cauce muy importante en la historia de la Iglesia, record?ndonos que nuestra tarea es siempre la misma y a la vez es nueva cada d?a; que sigue el paso de los tiempos pero tiene su norte en la Eternidad y en el Amor Misericordioso que ha irrumpido en nuestra Historia con la Encarnaci?n del Verbo de Dios.

?El ser humano es para la comunicaci?n y para la comuni?n?, dice el Documento de Aparecida (n. 130).

El mundo contempor?neo es hoy m?s que nunca ejemplo de ello. O al menos, de su b?squeda. Nos encontramos en una sociedad marcada precisamente por la comunicaci?n, en intensidad y en extensi?n, por la cantidad de mensajes que recibimos y emitimos diariamente. Muchos millones de seres humanos hoy est?n ?hiper-comunicados?, al menos con tel?fonos m?viles y con Internet, buscando relaciones humanas m?s gratificantes, discutiendo temas, encontr?ndose en el contexto del ciberespacio. Como bien se?ala el Documento de Aparecida, viven sumergidos en esa atm?sfera de significados, tantas veces inconexos y hasta opuestos entre s?.

Pero hay algo nuevo dentro de lo nuevo. Las noticias ya no las dan s?lo los peri?dicos o la televisi?n. Cada persona puede ser emisora, cada grupo puede crear sus propios ?rganos de informaci?n. La noticia puede salir de los vecinos de un barrio a trav?s de sms o enviando fotos y filmaciones a You-Tube. La informaci?n la crean y la difunden los j?venes a trav?s de blogs y wikis. Las nuevas generaciones comparten m?sica, fotograf?as, videos, textos, de manera inmediata y casi sin percibir la complejidad de la tecnolog?a que les permite este modo de vida. Para ellos su h?bitat normal, es el clima en el que se mueven, el lenguaje que hablan, el marco cultural en que piensan y deciden. El Cardenal Martini lo anticipaba en su famosa Carta Pastoral de los primeros a?os 90 ?La orla del manto?: ?Los medios ya no son s?lo una pantalla que se mira o una radio que se escucha. M?s bien son una atm?sfera, un ambiente en el que estamos inmersos, algo que nos rodea y nos invade por todas partes. Estamos sumergidos en este mundo de sonidos, im?genes, colores, impulsos y vibraciones, como el hombre primitivo estaba inmerso en la selva o el pez en el agua. Es nuestro entorno. Los medios son una nueva forma de estar vivos.? (p. 11).

Este es el nuevo Are?pago donde se dialoga, y donde muchos van a la b?squeda de usuarios, vistos como posibles compradores en un gran mercado de cosas, de im?genes, de ideas.

A la vez este are?pago, en la medida en que se vehicula a trav?s de medios tecnol?gicos, deja fuera del di?logo a millones de personas que no pueden acceder a ?l, tanto por falta de medios como de cultura de uso. La info-pobreza es mucho mayor cuanto m?s avanzan los sectores m?s pudientes de la sociedad y se hacen info-ricos.

El Santo Padre Benedicto XVI est? impulsando a los creyentes a vivir una mayor adultez en la fe, una verdadera entrega al Se?or, que haga fecunda la acci?n evangelizadora, en particular en las Iglesias que peregrinan en Am?rica Latina. Los Obispos en Aparecida, recogiendo esa indicaci?n, animan a los creyentes a un encuentro personal con Cristo, a tener una aut?ntica vida comunitaria, y a sentirse misioneros en el mundo que les ha tocado vivir. Pues bien, parte importante de este mundo es la sociedad medi?tica de hoy. El anuncio de Cristo resucitado y vivo, que obra en los bautizados, no puede aceptar pasivamente las radicales transformaciones socioculturales en acto, sino m?s bien ofrecer al mundo contempor?neo y futuro la Palabra salvadora.

No olvidemos que ?la comuni?n y el progreso en la convivencia humana son los fines principales de la comunicaci?n social y de sus instrumentos? (Communio et progressio, 1); ?stos tambi?n ?potencian toda colaboraci?n? (Ib., n. 7).

Todo esto nos interpela, nos hace preguntarnos qu? trayecto hemos recorrido y c?mo debemos emprender los caminos del futuro. Durante los cuarenta a?os que han pasado desde el Concilio, la Iglesia ha caminado mucho en el campo de la comunicaci?n. En este momento en que Aparecida plantea una nueva fase de la Iglesia en Am?rica Latina, recojo algunos de los desaf?os del momento actual:

1. El desaf?o de la inculturaci?n del Evangelio.
La comunicaci?n aut?ntica nunca es unidireccional, pues quedar?a pobre e incompleta. La comunicaci?n que transforma y une es la que acoge la realidad del otro.

?El mismo Cristo en su vida se present? como el perfecto ?Comunicador?. Por la encarnaci?n se revisti? de la semejanza de aquellos que despu?s iban a recibir su mensaje, proclamado tanto con palabras como con su vida entera, con fuerza y constancia, desde dentro, es decir, desde en medio de su pueblo. Sin embargo, se acomodaba a su forma y modo de hablar y pensar ya que lo hac?a desde su misma situaci?n y condici?n? (?Communio et progressio?, n. 11). Hoy ese clima y condici?n est?n marcados por las comunicaciones.

Pensemos tambi?n en Mar?a de Guadalupe, se?alada por Juan Pablo II como ?modelo de una evangelizaci?n perfectamente inculturada?. Tal como hizo el Verbo Encarnado, Ella misma se adapta a la mentalidad de su interlocutor, a su cultura, a su ritmo. Es portadora de un mensaje que no est? hecho s?lo de palabras. Es gesto, es forma, es imagen, es lenguaje, es idioma. Es una comunicaci?n amorosa y llena de aceptaci?n por el mundo del otro, a la vez que ejerce un efecto dinamizador que cambia para siempre al interlocutor. Juan Diego se ve reconocido en su profunda dignidad de ser humano, y m?s a?n, elevado a una alta tarea: es enviado en misi?n para ser portador de un mensaje que le supera.

As?, la Iglesia y la sociedad est?n en comunicaci?n. La Iglesia Madre y Maestra, como madre escucha, comprende, acompa?a. Ha de escuchar en profundidad qu? dice, qu? busca esta sociedad con sus diversos ?mbitos culturales, cu?les son los lenguajes que comprende y en los que se expresa, cu?les las categor?as de su pensamiento. Como maestra ense?a el Evangelio, instruye en la Palabra de Dios, se pone al servicio de las personas para que crezcan y se desarrollen plenamente de manera arm?nica seg?n el plan de Dios.

Por su parte, la sociedad es invitada tambi?n a escuchar en profundidad para comprender el mensaje de Cristo sin reducirlo ni manipularlo, acogerlo en su integridad, transmitido por una Iglesia que necesariamente es hist?rica y se expresa en las categor?as de su tiempo.

Este encuentro s?lo ser? posible si el Evangelio es inculturado, y alcanza todos los ?mbitos de la cultura.

2. El desaf?o de la armonizaci?n
Como bien se?ala el documento de Aparecida, ?la Iglesia cuenta con m?s medios que nunca para la evangelizaci?n de la cultura (...). Tenemos radios, televisi?n, cine, prensa, Internet, p?ginas web y la RIIAL, que nos llenan de esperanza?. (D. Ap 99 f). Todos estos medios, que el Papa Pio XII llamaba ?dones de Dios? (Miranda prorsus, ) han ido surgiendo como flores en un campo, animados por un gran entusiasmo evangelizador y esp?ritu de servicio. Pero a?n queda el desaf?o de sintonizarnos en un acorde com?n que no distraiga, sino facilite a los diversos p?blicos la comprensi?n del mensaje del Evangelio de Cristo vivo. Los medios y pueden ayudar a las personas a ?alcanzar un mayor sentido comunitario? (C.p. n. 8); ?Cu?nto m?s debe suceder eso en el seno de la Iglesia! El desaf?o puede tambi?n llamarse coordinaci?n o sintonizaci?n ?que no uniformidad- de los medios eclesiales.

Esta armonizaci?n expresa nuestro esp?ritu de pueblo de Dios, y de alg?n modo contrasta con la tendencia individualista en la que es f?cil caer cuando uno est? absorto en realizar la propia tarea. La eclesiolog?a de comuni?n que el Concilio impuls? se expresa, m?s que en las palabras, en la vivencia de hecho y en el testimonio de las tareas cotidianas.

3. El desaf?o de la formaci?n
En una sociedad como la nuestra no podemos permitirnos ser ?analfabetos medi?ticos?, es decir, ignorar el abecedario del lenguaje de hoy, que en cambio ni?os y j?venes manejan perfectamente. A ellos hemos de ofrecerles marcos de referencia para que puedan seleccionar y asimilar esos mensajes de manera que adquieran significado; a los Agentes de Pastoral, empezando por los Obispos, sacerdotes, formadores, religiosos y religiosas, padres de familia, etc., los elementos de la cultura digital para que comprendan desde sus ra?ces los dinamismos de la sociedad actual.

El propio medio inform?tico ofrece enormes potencialidades, como nunca antes, para la formaci?n interactiva, para el di?logo fructuoso y la construcci?n grupal de contenidos. La Iglesia ha saltado r?pidamente a este campo y existen hermosas experiencias, pero a?n tenemos mucho tramo por recorrer.

4. El desaf?o del sentido
El Documento de Aparecida describe muy bien esos sectores de la sociedad que dan la impresi?n de estar confusos y no saber a d?nde van. Ha detectado la crisis del significado: la carencia de criterios para seleccionar la informaci?n, puntos de referencia sobre la importancia de los temas, jerarqu?as de valores para orientarse en ese bombardeo de mensajes.

La Iglesia tiene el tesoro del Evangelio. A partir de ?l puede, de manera inculturada, ofrecer claves de comprensi?n, criterios para seleccionar los mensajes, espacios de reflexi?n y silencio para que Cristo pueda hacerse presente con su paz en medio del bullicio. S?lo as? las personas podr?n crecer en libertad y responsabilidad para llevar su vida adelante en la sociedad de hoy. La llamada ?sociedad de la informaci?n? ha de pasar a ser, como se ha dicho muchas veces, ?sociedad del conocimiento?, y mejor a?n, ?civilizaci?n del Amor?.

El gran impulso del Concilio apuntaba ya en esa direcci?n, y la Communio et progressio sigue esa trayectoria: ?Los medios crean un lenguaje nuevo que permite a los hombres conocerse mejor y acercarse m?s f?cilmente los unos a los otros. Y cuanto m?s libremente se comprenden y m?s cordialmente se vuelven hacia los dem?s, tanto m?s caminan hacia la justicia y la paz, la benevolencia y la mutua ayuda, el amor y, consiguientemente, hacia la comuni?n? (n. 12).

5. El desaf?o de la informaci?n
En una de las ?pocas sociales con mayores facilidades para la comunicaci?n, siguen siendo millones de personas las que est?n poco informadas o peor a?n, desinformadas sobre la Iglesia y su mensaje. Los cauces que difunden las noticias sobre ella suelen ser las grandes agencias informativas comerciales, afanadas por abreviar y vender las noticias. Ello muchas veces reduce o incluso desvirt?a los mensajes que desear?amos comunicar.

La Iglesia ha avanzado mucho en el campo informativo; en los ?ltimos diez a?os ha habido una floraci?n de iniciativas radiof?nicas, digitales, televisivas; pero tenemos a?n el gran desaf?o de perfeccionar los lenguajes, los formatos, las estrategias de difusi?n y la capilaridad de nuestra presencia en los medios. Es necesario que las noticias cat?licas alcancen en directo a un p?blico mucho mayor, que pueda acceder a ellas en su integridad, sin deformaciones o manipulaciones.

6. El desaf?o de la inclusi?n.
No podemos contentarnos con avivar el di?logo y la presencia entre quienes ya participan de esta cultura. Nos compete esforzarnos d?a a d?a en la inclusi?n de los menos favorecidos, de los olvidados, para que la sociedad no se pierda la enorme riqueza humana que ellos poseen, y para que ellos no queden ignorados y sin oportunidades de desarrollarse y crecer en igualdad de dignidad con el resto de sus contempor?neos. En esto la RIIAL realiza una tarea muy importante que ha de ser ampliada y puesta en relaci?n con otras entidades sensibles a esta realidad. Que nadie quede excluido del banquete de la cultura y del di?logo social.

Si el Documento de Puebla se?al? que la Evangelizaci?n es comunicaci?n, los Obispos en Santo Domingo recordaron que la Evangelizaci?n, anuncio del Reino, es ?para que vivamos en comuni?n? (n. 279). El Documento de Aparecida es todo ?l un impulso a la comunicaci?n misionera. En Aparecida los Obispos ven ya a la sociedad y a la Iglesia en clave comunicativa para el encuentro con Dios y para la experiencia de la comuni?n. Esta es nuestra tarea porque es el modo como Dios mismo act?a: se revela para incorporarnos a su Vida, que es Amor y Unidad. El pr?ximo S?nodo sobre la Palabra de Dios en la vida de la Iglesia ha de encontrarnos dispuestos, vigilantes, articulados, ?giles para ponernos al servicio de esa Palabra.

La RIIAL ha sido desde sus inicios mucho m?s que tecnolog?a. Es esp?ritu de servicio a la comuni?n en el campo de las nuevas tecnolog?as. Pues sigamos juntos en esa l?nea, realizando una aut?ntica diakonia de la cultura digital. Mantengamos un di?logo constante entre el Pontificio Consejo y el CELAM, con los Episcopados del continente, con religiosos y religiosas, con los movimientos laicos, las iniciativas de formaci?n, con el pueblo de Dios activo y entusiasta, discerniendo los modos concretos como hemos de servir a la comunicaci?n y la comuni?n en esta sociedad y a las personas realmente existentes que hoy la conforman.

Publicado por verdenaranja @ 23:28  | Hablan los obispos
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VATICANO - "El luminoso testimonio de fe" dejado por el heroico Pastor, el Card. Van Thu?n, ha sido recordado por el Santo Padre Benedicto XVI

Castel Gandolfo (Agencia Fides) - Han transcurrido cinco a?os, pero todav?a est? viva en la mente y en el coraz?n de cu?ntos lo conocieron la noble figura de este fiel siervo del Se?or. Tambi?n yo conservo no pocos recuerdos personales de los encuentros que tuve con ?l aqu? durante los a?os de su servicio, en la Curia Romana." Con estas palabras el Santo Padre Benedicto XVI ha iniciado su discurso durante la audiencia concedida esta ma?ana en el Palacio Apost?lico de Castel Ganbdolfo a los Oficiales y Colaboradores del Consejo Pontificio Justicia y Paz, con ocasi?n del quinto aniversario de la muerte del Cardenal Fran?ois-Xavier Nguy?n Van Thu?n.
"Aprovecho con gusto la ocasi?n para subrayar, una vez m?s, el luminoso testimonio de fe que este heroico Pastor nos ha dejado - ha dicho el Santo Padre -. ?C?mo olvidar los sobresalientes rasgos de su sencilla e inmediata cordialidad? ?C?mo no destacar la capacidad que ten?a para dialogar y hacerse cercano a todos? Lo recordamos con mucha admiraci?n, mientras vuelven a nuestra mente las grandes visiones, colmadas de esperanza, que lo animaron y que ?l supo proponer de modo f?cil y cautivador; su fervoroso compromiso en la difusi?n de la doctrina social de la Iglesia entre los pobres del mundo, el anhelo por la evangelizaci?n en su continente, Asia, la capacidad que ten?a de coordinar las actividades de caridad y de promoci?n humana que promov?a y sosten?a en los lugares m?s rec?nditos de la tierra
En particular el Papa ha destacado como el Cardenal Van Thu?n era "un hombre de esperanza", "viv?a de esperanza y la difund?a entre todos los que encontraba. Gracias a esta energ?a espiritual resisti? a todas las dificultades f?sicas y morales". Benedicto XVI ha dicho por ?ltimo que acoge con alegr?a la noticia de la apertura de la Causa de beatificaci?n "de este singular profeta de la esperanza cristiana", y ha invitado a rezar "para que su ejemplo sea por nosotros una v?lida ense?anza". (S.L) (Agencia Fides 15/9/2007; L?neas: 25 Palabras: 351)

Links:
Texto completo del discurso del Santo Padre, en italiano
http://www.evangelizatio.org/portale/adgentes/pontefici/pontefice.php?id=887

La oficina de prensa del Obispado de Tenerife nos ha remitido el siguiente articulo de Agencia EFE - Madrid

Un "plan de comunicaci?n" de los obispos informar? sobre la realidad de la Iglesia


EFE
Madrid



La Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE), que preside Ricardo Bl?zquez , ha puesto en marcha un "plan de comunicaci?n" para informar a la sociedad sobre la realidad de la Iglesia, sobre el nuevo sistema de asignaci?n tributaria y sobre la labor pastoral y social que desarrollan obispos, sacerdotes, religiosos, misioneros y seglares.

La CEE persigue mostrar a la sociedad la tarea que realiza la Iglesia cat?lica en Espa?a y recuerdan en un comunicado difundido ayer por su gabinete de prensa, que "forma parte de la vida cotidiana de nuestro pa?s" y que su labor contribuye "de manera decisiva al crecimiento y desarrollo de la sociedad".

Los obispos intentan informar sobre los retos del nuevo sistema de asignaci?n tributaria tras el Acuerdo alcanzado entre la Iglesia y el Gobierno espa?ol en diciembre de 2006, y en el que se establece un nuevo modelo que, desde enero de este a?o, ha dejado de ser un sistema mixto de dotaci?n directa con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, para ser un sistema exclusivo de asignaci?n tributaria del IRPF. Por tanto, recuerda el comunicado, "a partir de ahora, el sostenimiento econ?mico de la Iglesia Cat?lica en Espa?a pasa a depender, ?nica y exclusivamente, de los cat?licos y de quienes valoran la labor que ?sta desarrolla en nuestro pa?s". Y sus "fuentes principales de financiaci?n ser?n las aportaciones peri?dicas y donaciones que realizan los fieles y el 0,7% de la cuota ?ntegra de los contribuyentes que marquen en su declaraci?n de IRPF la casilla correspondiente".

Conscientes del riesgo que conlleva esta modificaci?n en el sistema de financiaci?n, la CEE "ha decidido abordar un completo plan para el que ha seleccionado, mediante concurso, a Advise, consultora estrat?gica especializada en marketing, publicidad y comunicaci?n, con el fin de que desarrolle el proyecto", inform? ayer su departamento de comunicaci?n. El equipo de profesionales de Advise "asesorar? en la estrategia de actuaci?n y seleccionar? a los colaboradores para las diferentes ?reas: publicidad, planificaci?n y compra de medios, relaciones p?blicas, BTL, formaci?n e Internet". Por parte de la CEE, los trabajos ser?n coordinados por la Oficina para el Sostenimiento de la Iglesia Cat?lica, compuesta por Antonio Algora, Obispo de Ciudad Real y Obispo Responsable de la Oficina y Juan Jos? Beltr?n, director del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia.

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La oficina de prensa del Obispado de Tenerife nos ha remitido el siguiente art?culo publicado en EL D?A

"Ahora importa m?s marcar la X de la Iglesia en la Renta"


El obispo de Ciudad Real y responsable del Secretariado para el Sostenimiento Econ?mico de la Iglesia de la Conferencia Episcopal, Antonio Algora, adelant? a EL D?A la campa?a que se difundir? en Espa?a para que los contribuyentes conozcan el nuevo modelo de financiaci?n, que elimina la asignaci?n del Estado.

DORY MERINO, El D?a, Tenerife

El obispo de Ciudad Real y responsable del Secretariado para el Sostenimiento Econ?mico de la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE), Antonio Algora Hernando, adelant? a EL D?A la campa?a que se difundir? en nuestro pa?s para que los ciudadanos conozcan el nuevo modelo de financiaci?n de la Iglesia, que elimina la asignaci?n presupuestaria por parte del Estado y recalc? que, a partir de ahora, "importa mucho m?s marcar la X en la declaraci?n de la Renta".
As? lo manifest? monse?or Algora, que se encuentra en Tenerife por ser el predicador del Quinario del Cristo de La Laguna. Entre las novedades que relat? el prelado, destaca que la campa?a informativa surge a ra?z del cambio en el modelo de financiaci?n de la Iglesia en Espa?a, que queda exclusivamente en manos de los fieles y simpatizantes. Ahora se destinar? a la Iglesia el 0,7% del IRPF (impuesto sobre la renta de las personas f?sicas). Es decir, el Estado dar? 70 c?ntimos de cada cien euros que se paguen a Hacienda si se marca la X. Algora recalc? que al marcar la casilla, el contribuyente no tiene que pagar m?s, sino que el Estado lo saca de los impuestos.
Con la campa?a, seg?n manifest? Algora, se busca informar a la poblaci?n de que poner la X "no cuesta nada al contribuyente". Dijo que la recaudaci?n que obtiene la Iglesia de la Renta rondaba el 20% de los costes de las actividades que realiza.
Desaparecen exenciones
El nuevo modelo de financiaci?n tambi?n elimina la dotaci?n presupuestaria del Estado y desaparece la exenci?n del IVA y del IGIC para los objetos de culto. El prelado aclar? que es compatible marcar la casilla de la Iglesia y la de otras actividades sociales.
Indic? que hasta ahora, el 35% de los contribuyentes marcan la casilla de la Iglesia, pero, en su opini?n, se prev? un aumento. Se?al? que en Espa?a son 12 millones de personas las que practican la religi?n cat?lica de forma permanente.
Adem?s, el obispo precis? que la modificaci?n conlleva que la Iglesia tiene la obligaci?n de justificar en qu? invierte el dinero. Este es el objetivo de la campa?a informativa que se desarrollar?, tanto en la Di?cesis Nivariense, como en el resto de las del pa?s, para que los ciudadanos conozcan las actividades que lleva a cabo la Iglesia, "muchas m?s que celebrar bodas y bautizos", indic?.
Por ejemplo, algo que no conocen en profundidad los ciudadanos es la tarea asistencial que desarrolla la Iglesia, que supone un "ahorro" de costes para el Estado de "varios miles de millones de euros". Explic? que su departamento desea transmitir a los ciudadanos c?mo redunda en el bien de la sociedad la tarea entregada de los cristianos, "basada en el amor gratuito, como ense?? Jesucristo, modelo de la caridad, que es entregar la vida a los semejantes".
Algora, tambi?n vocal de la Comisi?n Episcopal del Apostolado Seglar y responsable de Pastoral Obrera, que lleva como lema episcopal "Pro eis", cuya traducci?n podr?a ser "consagrar la vida en favor de los dem?s", manifest? que dedica gran parte de su tiempo al ?mbito de la doctrina social del trabajador, "porque me preocupa que se cumplan los derechos del mundo laboral en esta sociedad", afirm?.

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Trabajo sobre la presencia de la Virgen Mar?a en Europa, publicado por DOSSIER FIDES de Agencia Fides.


MAR?A Y EUROPA
(Primera Parte)

Por N. Bux y S. Vitiello



GRECIA

La gloriosa H?lade, cuna de la expresi?n m?s po?tica de la infinita pregunta del hombre, encontr? hist?ricamente as? como culturalmente respuesta en el Cristianismo. A trav?s de Constantino lleg? a ser parte del Imperio Bizantino. Un grande y amplio desarrollo del culto de la Virgen se realiz? despu?s del Concilio de ?feso (431), que se celebr? en una iglesia mariana y que tuvo como lema ?Mar?a Theotokos? (Mar?a Madre de Dios). Muchos templos paganos fueron transformados en iglesias cristianas y fueron frecuentemente dedicados a Mar?a; entre ellos de fundamental importancia para la ?conversi?n? del Parten?n de Atenas, intitulado, en el a?o 432, a la Aghia Sofia (Santa Sabidur?a: El Verbo, Cristo) y luego, en el a?o 662, a la Paniaghia Ateniotissa (la Toda Santa de Atenas) que se impuso definitivamente al culto de la diosa pagana Atenas. La historia de este pa?s se une inseparablemente a la del Imperio romano de Oriente, catalizador, en lo que fue su capital, Bisanzio, de todo el prestigio cultural y pol?tico griego. Nos dispensamos del profundizar dicho aspecto, ateni?ndonos a tratar de los principales lugares de culto mariano de la pen?nsula hel?nica.


NUESTRA SE?ORA DE LA ANUNCIACI?N ? ISLA DE TINOS

El santuario m?s c?lebre y frecuentado de Grecia, situado en esta isla de las C?clades, tiene su origen en el descubrimiento, que se remonta al 1823 despu?s de una indicaci?n recibida en sue?os por una religiosa, del antiguo icono de la Evengherestia (Anunciada). Inicialmente se excav? en el lugar indicado pero no se encontr? nada aparte de los restos de una antigua iglesia dedicada a San Juan Bautista. Con las piedras que fueron recuperadas de esta iglesia los obreros dedicaron en el lugar una peque?a capilla dedicada a la Virgen y, justo al final de los trabajos, un pich?n se estrell? contra una vieja mesa, revelando de este modo el icono que estaban buscando desde el inicio. La emoci?n suscitada fue tal que involucr? y fortaleci? a toda la poblaci?n que estaba viviendo la espera de la inminente liberaci?n de la secular dominaci?n turca iniciada el 29 de mayo de 1453. El momento central de las celebraciones est? representado por la procesi?n del 15 de agosto de cada a?o, en la cual el espl?ndido icono, revestido de oro y de gemas, y protegida por un precioso BALDACCHINO, es llevada a trav?s de la isla entre cantos e invocaciones.
Una menci?n particular lo ameritan los santuarios de la Toda Santa del escal?n de oro (Crissoscalitissa), la Toda Santa de la gruta (Nisiros) y en particular el santuario de la Toda Santa ?Portatissa?.

SANTUARIO DE LA TODA SANTA PORTATISSA ?
IVIRON ? MONTE ATOS


El icono, entre los m?s venerados del Monte Atos, seg?n la tradici?n, pertenece a una viuda de Nicea, la cual lo cuid? protegi?ndolo contra la furia iconoclasta; sin embargo en el a?o 829 un soldado lo descubri? y, en el tentativo de destruirla, le dio a la imagen un golpe de espada. Golpeada en donde se encontraba el rostro, de la herida sali? sangre. El soldado impresionado por el prodigio se convirti?, sin embargo la buena viuda confi? el icono a las aguas del mar, para evitar que fuese sometida a ulteriores peligros, y as? la imagen lleg?, despu?s de alg?n tiempo, a una playa cerca del monasterio georgiano de Iviron, uno de los veinte grandes monasterios del Atos. El nombre de ?Portatissa? se debe al continuo descubrimiento de la imagen mariana en la puerta de ingreso del monasterio, a pesar de los repetidos intentos de colocarla al interno de la iglesia. Por esto los monjes se vieron obligados a edificar la capilla, en la que a?n hoy el icono es venerado, justamente al ingreso del monasterio. En el d?a de la fiesta, con una solemne procesi?n hasta el altar, se conmemora su descubrimiento.

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Trabajo sobre la presencia de la Virgen Mar?a en Europa publicado en DOSSIER FIDES de Agencia Fides.


MAR?A Y EUROPA
(Primera Parte)

Por N. Bux y S. Vitiello




GRAN BRETA?A

La inseparabilidad de las dimensiones petrina y mariana de la Iglesia de Cristo, garantes de unidad para la Iglesia misma y de aut?ntica custodia de la Verdad toda entera, ha sido varias veces testimoniada en la historia, ya que cada vez que se falt? a la fidelidad al ministerio de los sucesores de Pedro, se verific? tambi?n un inexplicable y obstinado rechazo hacia el culto a Mar?a Virgen.

As? sucedi? con el cisma de 1534 que se realiz? bajo Enrique VIII, tambi?n en tierra brit?nica, donde la devoci?n mariana, transmitida por la evangelizaci?n de los pueblos anglos y sajones, que encontr? su primera expresi?n en San Agust?n de Canterbury, enviado por el Papa Gregorio Magno en el 597, fue gravemente minada por la supresi?n de monasterios y santuarios, los cuales fueron confiscados por la corona inglesa, por consejo de los ministros filoprotestantes Thomas Cromwell y Thomas Cranmer.

SANTUARIO DE NUESTRA SE?ORA DE LA SANTA CASA ? WALSINGHAM

Reci?n a inicios de 1800 fue posible asistir a una recuperaci?n del culto a Mar?a, tanto por parte de los cat?licos, despu?s de la abolici?n de las leyes contra ellos, cuanto por una gran parte de la realidad anglicana, que justamente en la devoci?n mariana parece que redescubre la nostalgia de dicha belleza, que constituye a?n hoy un punto de acercamiento a la Iglesia cat?lica.

Entre los primeros de Europa, el santuario de Walsingham constituye el m?s excelente lugar de culto mariano en tierras brit?nicas. Seg?n la tradici?n, fue fundado en el a?o 1061 por una cierta Richeldis, quien recibi? en sue?os la orden de erigir una capilla a imitaci?n de la Santa Casa de Nazareth. Esta capilla, dado el desarrollo del culto, fue encerrada en una suntuosa iglesia g?tica. Despu?s de su destrucci?n, en 1538, Walsingham pudo ver de nuevo reci?n en 1934 la reconstrucci?n de un santuario en cuyo interior fue colocada la Santa Casa. El mismo a?o fue inaugurado el santuario cat?lico en la antigua Slipper Chapel, la Capilla de las Sandalias, llamada de este modo porque los peregrinos normalmente se quitaban el calzado la ?ltima milla para seguirla a pie desnudo.

SANTUARIO DE NUESTRA SE?ORA DEL CONSUELO - WEST GRINSTEAD

En Sussex, al sur de Londres, el santuario de Nuestra Se?ora del Consuelo, gracias a la protecci?n de los cat?licos Lord Carylls, sobrevivi? a la tempestad reformadora, convirti?ndose as?, adem?s de en centro de culto para los fieles cat?licos, en refugio para el irreducible clero cat?lico clandestino, fervoroso guardi?n de la ortodoxia en tierras ingleses.

Con el intensificarse de las persecuciones religiosas, la iglesia fue demolida y reconstruida en otro lugar para evitar la violencia iconoclasta. En 1863, despu?s de haber recogido ayudas en toda Europa, el nuevo capell?n Jean Marie, proveniente de Francia, erigi? una iglesia m?s grande y, como imagen para la veneraci?n trajo de Tur?n (Italia) una copia del cuadro de la Virgen de la Consolaci?n. Cada a?o desde Westminster se organiza una peregrinaci?n de agradecimiento al Se?or y a Su Madre Misericordiosa por haber conservado en Inglaterra la fe cat?lica.

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(16 septiembre 2007) ZENIT publica la declaraci?n final del congreso celebrado en Roma por la Comisi?n Internacional para la Pastoral Penitenciaria Cat?lica celebrado en d?as pasados.


Los miembros de la Comisi?n Internacional de la Pastoral Penitenciaria Cat?lica (ICCPPC), obispos, presb?teros, di?conos, religiosas, religiosos, personas consagradas y laicos de 62 pa?ses de todo el mundo, enviados por nuestras respectivas Conferencias Episcopales para participar en el XII Congreso Mundial de la ICCPPC tenido en Casa La Salle de Roma, del 5 al 12 de septiembre de 2007, con el lema ?Descubriendo el rostro de Cristo en cada persona presa?, hemos tratado de hacer nuestras las palabras de la Carta a los Hebreos: ?Acordaos de los presos como si estuvierais con ellos encarcelados? (Heb 13, 3).

Hemos tenido muy presente el c?lebre Mensaje del Papa Juan Pablo II para el Jubileo en las c?rceles: ?Jes?s es compa?ero de viaje paciente, que sabe respetar los tiempos y los ritmos del coraz?n humano?. Tambi?n hemos evocado las valiosas aportaciones del Papa Benedicto XVI en su Discurso durante nuestra audiencia privada record?ndonos que somos ?llamados a ser heraldos de la infinita compasi?n y del perd?n de Dios?.

Proclamamos que el ministerio penitenciario forma parte ineludible del ministerio pastoral de la Iglesia desde sus or?genes.

Somos conscientes de que visitar y liberar a los presos (Mt 25, 36; Lc 4,18) es expresi?n del amor de Dios y clara manifestaci?n de su propia esencia (Deus caritas est 25). Por consiguiente, declaramos:

1-. Que ?el ser humano es el camino de la Iglesia? (Redemptor hominis 14; Centesimus annus 53) y su rostro evoca el rostro mismo de Cristo. Su dignidad inalienable y los derechos fundamentales que le son inherentes devienen de ser ?imagen y semejanza? (Gn 1,26) de su divino Creador. A?n privado de libertad, por las razones que fueren, nada ensombrece esta imagen.

2-. Que en bastantes pa?ses no se garantizan los derechos humanos de las personas presas; tampoco se asegura su libertad religiosa y se obstaculiza a la Iglesia en la atenci?n a las necesidades espirituales y materiales de las personas encarceladas. Muchas c?rceles est?n superpobladas, se cometen abusos contra los encarcelados y no se satisfacen sus necesidades b?sicas. En numerosas legislaciones a?n subsiste la pena de muerte y otras condenas desmesuradas incompatibles con la dignidad humana. Estas expresiones inhumanas de crueldad institucional deben de ser rectificadas. Exigimos la abolici?n de la pena de muerte, el fin de toda forma de tortura y la observancia de las Reglas y Normas de las Naciones Unidas en la esfera de la prevenci?n del delito y la justicia penal.

3-. Que el vigente sistema de justicia criminal en muchos pa?ses fracasa en la satisfacci?n de las necesidades de la infancia en conflicto con la ley, as? como de los grupos de poblaci?n especialmente vulnerable como las personas con enfermedades mentales, drogodependientes, extranjeras o ancianas. Solicitamos que las leyes, los programas y los sistemas se pongan al servicio de la atenci?n de las necesidades de estos colectivos.

4-. Que las leyes penales y de extranjer?a son abusivas. Nos identificamos con las palabras del Papa Juan Pablo II: ?el mundo no necesita muros sino puentes? (16 de noviembre de 2003). Apostamos firmemente por una justicia que reconstruya, que proteja y que repare; una justicia que responsabilice a los infractores de sus hechos; una justicia que repare a las v?ctimas, tan frecuentemente ignoradas y olvidadas por el vigente sistema penal; una justicia que implique a la propia comunidad para facilitar el proceso de rehabilitaci?n y, consiguientemente, reintegrar a la v?ctima y al infractor en su seno.

5-. Que reconocemos y agradecemos la destacable tarea del ministerio de la Pastoral Penitenciaria en muchos pa?ses del mundo que, a pesar de las limitaciones e innumerables dificultades, est?n haciendo de ella una aut?ntica Pastoral de justicia, libertad, misericordia, reconciliaci?n y esperanza que visibiliza el amor de Dios. Ofreciendo ayuda espiritual, nutriendo la fe de las personas encarceladas con el Evangelio y los sacramentos de la Iglesia, respondiendo a necesidades materiales y prestando asistencia legal para salvaguardar sus derechos fundamentales est?n ayudando a convertir ?el tiempo en prisi?n en tiempo de Dios?.

6-. Que podr?amos atender mejor a las necesidades de las personas privadas de libertad si fu?semos integrados formalmente en la estructura can?nica de la Iglesia.

7-. Que somos conscientes de que ?queda mucho por hacer? y de que todav?a ?nuestra conciencia no puede permanecer tranquila? (Mensaje Jubilar).
Confiados en la bondad del Amor de Dios, capaz de ?hacer nuevas todas las cosas? (Ap 21,5), encomendamos en sus manos a nuestros hermanos y hermanas encarcelados y todas nuestras aspiraciones. Sabemos bien que su paciencia nos acompa?a y que amorosamente nos presiona para ?descubrir el rostro de Cristo en cada preso?.

Con la ayuda de Dios, a ello seguiremos consagrando nuestros esfuerzos.
Roma, a 11 de septiembre de 2007.

VATICANO - Benedicto XVI a las Clarisas: ?No siempre tiene eco en la opini?n p?blica el compromiso silencioso de quienes buscan poner en pr?ctica con simplicidad y alegr?a el Evangelio? pero es verdaderamente extraordinario el aporte que vosotros dais a la obra apost?lica y misionera de la Iglesia en el mundo?

Castelgandolfo (Agencia Fides) - ?Esto es, queridas Hermanas, aquello que el Papa espera de vosotras: que se?is antorchas ardientes de amor, ?manos juntas? que velan en oraci?n incesante, separadas totalmente del mundo, para sostener el ministerio de aquel que Jes?s ha llamado a guiar su Iglesia. ?Hermanas pobres? que, siguiendo el ejemplo de san Francisco y de santa Clara, observan ?el santo Evangelio de nuestro Se?or Jesucristo, viviendo en obediencia, sin nada propio que les pertenezca y en castidad?.? Es cuanto pidi? el Santo Padre Benedicto XVI a las Religiosas Clarisas del Monasterio ?Inmaculada Concepci?n? de Albano Laziale, recibidas en audiencia el s?bado 15 de septiembre en el Palacio Apost?lico de Castelgandolfo.
El Santo Padre destac?: ?No siempre tiene eco en la opini?n p?blica el compromiso silencioso de quienes buscan poner en pr?ctica con simplicidad y alegr?a el Evangelio ?sine glossa?, pero -tengan la certeza- que es verdaderamente extraordinario el aporte que vosotros dais a la obra apost?lica y misionera de la Iglesia en el mundo, y Dios continuar? bendici?ndoos con el don de tantas vocaciones como ha hecho hasta ahora?.
La comunidad se encuentra en el territorio de las Villas Pontificias, y el Papa agradeci? a las religiosas ?por el apoyo cotidiano de la oraci?n y por la intensa participaci?n espiritual en la misi?n del Pastor de la Iglesia universal?. ?En el silencio de la clausura y en el don total y exclusivo de vosotras mismas a Cristo seg?n el carisma franciscano, vosotras dais a la Iglesia un servicio precioso?.
Recorriendo la historia del Monasterio, Benedicto XVI destac? que tantos de sus Predecesores se han encontrado con la Fraternidad de las Clarisas, reafirmando siempre ?la importancia de vuestro testimonio de contemplativas?. Finalmente el Santo Padre confi? las Clarisas a la intercesi?n de san Francisco, santa Clara y de tantos santos y santas de su Orden, para que las ayuden a ?perseverar fielmente hasta el final? en su vocaci?n. (S.L.) (Agencia Fides 15/9/2007; l?neas 27, palabras 368)

Links:
El texto completo del discurso del Santo Padre, en italiano
http://www.evangelizatio.org/portale/adgentes/pontefici/pontefice.php?id=884

Lunes, 17 de septiembre de 2007
Intervenci?n de Benedicto XVI al rezar el domingo, 16 de Septiembre de 2007, la oraci?n mariana del ?ngelus junto a varios miles de peregrinos congregados en el patio de la residencia pontificia de Castel Gandolfo.


Queridos hermanos y hermanas:

La liturgia nos vuelve a presentar hoy a nuestra meditaci?n el cap?tulo XV del Evangelio de Lucas, una de las p?ginas m?s sublimes y conmovedoras de la Sagrada Escritura. Es bello pensar que en el mundo entero, all? donde la comunidad cristiana se re?na para celebrar la eucarist?a dominical, resuena en este d?a esta Buena Noticia de verdad y salvaci?n: Dios es amor misericordioso.

El Evangelista Lucas ha recogido en este cap?tulo tres par?bolas sobre la misericordia divina: las dos m?s breves, comunes a Mateo y Marcos, son la de la oveja perdida y la de la moneda perdida; la tercera, larga, articulada y que s?lo presenta este evangelista, es la famosa par?bola del Padre misericordioso, conocida normalmente como el ?hijo pr?digo?. En esta p?gina evang?lica parece que casi se puede escuchar la voz de Jes?s, que se revela en el rostro de su Padre y de nuestro Padre.

En el fondo, para esto vino al mundo: para hablarnos del Padre, para d?rnoslo a conocer, hijos perdidos, y resucitar en nuestros corazones la alegr?a de pertenecer a ?l, la esperanza de ser perdonados y restituidos a nuestra plena dignidad, el deseo de vivir para siempre en su casa, que es tambi?n nuestra casa.

Jes?s cont? las tres par?bolas de la misericordia porque los fariseos y los escribas hablaban mal de ?l, al ver que recib?a a pecadores e incluso que com?a con ellos (Cf. Lucas 15, 1-3). Entonces ?l explic? con su t?pico lenguaje que Dios no quiere que se pierda ni siquiera uno de sus hijos y su esp?ritu desborda de alegr?a cuando un pecador se convierte. La verdadera religi?n consiste entonces en entrar en sinton?a con este Coraz?n ?rico en misericordia?, que nos exige que amemos a todos, incluso a los alejados y a los enemigos, imitando al Padre celestial que respeta la libertad de cada uno y que atrae a todos hacia s? con la fuerza invencible de su fidelidad. Este es el camino que Jes?s muestra a quienes quieren ser sus disc?pulos: ?No juzgu?is? no conden?is? perdonad y se os perdonar?; dad y se os dar? Sed misericordiosos como es misericordioso vuestro Padre? (Lucas 6, 36-38). En estas palabras encontramos indicaciones sumamente concretas para nuestro comportamiento diario de creyentes.

En nuestro tiempo, la humanidad tiene necesidad de que se proclame y testimonie con vigor la misericordia de Dios. Intuy? esta urgencia pastoral, de manera prof?tica, el querido Juan Pablo II, quien fue un gran ap?stol de la divina Misericordia. Al Padre misericordioso dedic? su segunda enc?clica y durante todo su pontificado se convirti? en misionero del amor de Dios a todas las personas. Tras los tr?gicos acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, que ensombrecieron el alba del tercer milenio, invit? a los cristianos y a los hombres de buena voluntad a creer que la Misericordia de Dios es m?s fuerte que todo mal, y que s?lo en la Cruz de Cristo se encuentra la salvaci?n del mundo.

Que Mar?a, Madre de Misericordia, a quien ayer contemplamos como Virgen de los Dolores a los pies de la Cruz, nos alcance el don de confiar siempre en el amor de Dios y nos ayude a ser misericordiosos como nuestro Padre que est? en los cielos.

[Tras rezar el ?ngelus, el Papa salud? a los peregrinos en varios idiomas. En italiano, dijo:]

Esta ma?ana, en Polonia, en el santuario de Lichen, el cardenal Tarcisio Bertone, mi secretario de Estado, ha proclamado en mi nombre beato al padre Stanislaw Papczynski, fundador de la Congregaci?n de los Cl?rigos Marianos. Saludo cordialmente a los fieles reunidos con esta feliz circunstancia y a los numerosos devotos del nuevo beato, que veneran en ?l a un sacerdote ejemplar en la predicaci?n, en la formaci?n de los laicos, padre de los pobres y ap?stol de la oraci?n de sufragio por los difuntos.

Del mismo modo, esta ma?ana, en Burdeos, el cardenal Jos? Saraiva Martins, prefecto de la Congregaci?n de las Causas de los Santos, ha proclamado en mi nombre a sor Marie Celine de la Presentaci?n de la Virgen Mar?a, monja profesa de la Segunda Orden de san Francisco. Su vida, marcada por la cruz, quiso ser un signo de amor, como ella misma dec?a: ?Tengo sed de ser una rosa de caridad?.

Deseo tambi?n recordar al padre Basilio Antonio Maria Moreau, fundador de la Congregaci?n de la Santa Cruz, beatificado ayer en Le Mans por el cardenal prefecto de la Congregaci?n de las Causas de los Santos.

Encomiendo a la intercesi?n de estos nuevos beatos de manera especial a sus hijos espirituales para que sigan con ardor el luminoso testimonio de profetas de Dios, Se?or de toda vida.

Se celebra hoy el vig?simo aniversario de la adopci?n del ?Protocolo de Montreal? sobre las sustancias que empobrecen la capa de ozono provocando graves da?os al ser humano y al ecosistema. En las ?ltimas d?cadas, gracias a una ejemplar colaboraci?n con la comunidad internacional entre pol?tica, ciencia y econom?a, se han alcanzado importantes resultados, con positivas repercusiones para las generaciones presentes y futuras. Espero que por parte de todos se intensifique la cooperaci?n para promover el bien com?n, el desarrollo y la salvaguardia de la creaci?n, reforzando la alianza entre el hombre y el ambiente, que tiene que ser espejo del amor creador de Dios, de quien provenimos y hacia quien nos encaminamos.

[En espa?ol, dijo:]

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua espa?ola. Os invito a cultivar sentimientos de reconciliaci?n y perd?n, como nos indica el Evangelio que hemos le?do hoy, para fortalecer nuestra condici?n de hijos de Dios y la fraternidad entre los hombres. ?Feliz domingo!

[Hablando nuevamente en italiano, a?adi?]
Con alegr?a doy la bienvenida al prior general y a los hermanos de la Orden de San Agust?n, que est?n celebrando en estos d?as el cap?tulo general. Les aseguro un recuerdo en la oraci?n para que el Se?or favorezca con abundantes gracias los trabajos capitulares y la vida de toda la Orden en los diferentes pa?ses del mundo donde est? presente.

[? Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana]

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EL CARTEL DEL PLAN DE PASTORAL
Nota aclaratoria del autor del cartel



383x564px - 45.1 KB Con la portada del Plan de Pastoral se ha buscado resumir el espíritu que lo impregna. Es cierto que, aparentemente, puede chocar puesto que no responde a los cánones a los que estamos acostumbrados en el estilo de los documentos eclesiales, pero creemos que eso mismo forma parte de la idea central que vertebra todo el nuevo Plan. Por todo ello pasarnos a explicar el cartel que trata de dar respuesta, en imagen, a lo que sugiere el lema: "Haz memoria de Jesucristo Resucitado":

a. Se ha elegido una expresión de arte el "Pop Art" muy recurrente en los años 60 de los cuales tenemos muestras muy famosas como las de Andy Warhol buscando la lectura inequívoca de las obras creadas. Un arte que en la actualidad agrada mucho y que está volviendo a ponerse de moda sobre todo en decoración.

b. Partiendo del lema, la elección de la forma del cartel nos recuerda que el mensaje de Jesucristo se mantiene en el tiempo pero que, como diría Juan Pablo II, hay que volver a decirlo a la gente de hoy con nuevo ardor y con nuevos métodos.

c. De forma rectangular y sobre fondo negro para destacar toda la luminosidad, el cartel se divide en tres grupos de tres fotografías. Cada una de esas fotografías muestran rostros de personas de todas las edades sonriendo. Los destinatarios del plan son las personas, sin límite de edad, porque todos formamos parte de la Iglesia y entre todos, llevamos adelante el proyecto del Reino, cada uno en su situación y en su lugar concreto. Sonríen porque la acogida de Jesucristo y su mensaje siempre produce alegría. Una alegría necesariamente crucificada. Una alegría que brota de la capacidad de hacer memoria, no como un mero ejercicio de repasar historias aprendidas, sino de revivir en el corazón, aquello que ha vertebrado y vertebra toda una existencia. Un hombre que pierde la memoria se pierde a si mismo. Cada rostro cuenta una historia y cada historia, es historia de salvación.

d. En el centro Jesucristo. El rostro de la Sábana San-ta. Es un guiño al tiempo, y a la memoria. Un rostro que ha pennanecido inalterable durante los siglos como su mensaje, que ocupa el centro de la composición como el deseo de colocarle a El como centro de la vida y utilizando la misma técnica que la aplicada al resto de la imágenes para simbolizar la Encarnación que asume todo lo humano.

e. La contraportada, basada en la misma técnica, está dividida en cuatro por cuatro. En horizontal y vertical las imágenes hacen referencia a los cuatro años del plan y representan las realidades a las que se dirige cada año. Horizontal, símbolo de la duración del plan (cuatro años) y vertical, símbolo de la continuidad de las acciones durante ese tiempo. No se agotan anualmente sino que se prolongan y se comienzan. En el centro el rostro de Cristo dividido en cuatro para remarcar quien es el centro y el motivo del Plan

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Comentario al evangelio del mi?rcoles de la vig?simo cuarta semana del tiempo ordinario, cogido del libro "Ens??ame tus caminos" de Guillermo Guti?rrez.

Los hombres de esta generaci?n


Describe Jes?s la irracionalidad de los eternos insatisfechos que reaccionan a bandazos en funci?n del buen o mal humor. El no sintonizar con sus gustos hace a uno sencillamente inaceptable. Surge aqu? inmediatamente una pregunta: ??Dependen mis relaciones con Dios del pie con el que me levanto??. Si me relaciono con ?l s?lo cuando ?lo siento? puede suceder que mi humor no me lo aconseje nunca o, en el mejor de los casos, hago de-pender a Dios de una buena digesti?n. Pero ?sentirlo? suele depender m?s de la intensidad con que se le busca que de los sentimientos que me invaden.

En la par?bola del sembrador se habla de disparidad en la acogida de la semilla (Mt 13,1-9) y los invitados a las bodas encontraron diferentes pretextos para no asistir (Mt 22,1-14). Hay corazones eternamente insatisfechos, negativamente cr?ticos... donde tampoco la palabra de Dios fructifica porque no es aceptada. El que no quiere aceptar una invitaci?n puede siempre encontrar f?ciles disculpas. Y como Dios no llama por tel?fono, basta con hacerse el sordo y ya tenemos la negativa dada. Jes?s condena esta forma de conducta con el rid?culo de los ni?os en la calle.
Los hombres de aquella generaci?n rechazaron la predicaci?n de Juan. Vino detr?s de ?l Jes?s con una asc?tica y un humanismo diferentes y le rechazaron tambi?n. Los publicanos, por el contrario, aceptaron primero la predicaci?n de Juan y luego las ense?anzas de Jes?s. Son dos conductas opuestas y dos distintos juicios de valor.

Existen corrientes cr?ticas empe?adas en no aceptar lo que no encaja en sus sentimientos y cuando no encuentran nada real se complacen en hacer futurismo sobre la Iglesia del a?o 2000. Los sencillos alabados en el evangelio empiezan por aceptar su condici?n de pecadores y luego la necesidad de Dios. Es la suprema sabidur?a.

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Comentario al evangelio del martes de la vig?simo cuarta semana del tiempo ordinario, publicado en el libro "Ens??ame tus caminos" de Guillermo Guti?rrez.

?No llores m?s!


El episodio de Na?n es m?s que una tr?gica historia con final feliz. Se trata de una garant?a de la fe y de una pre?gunta sobre la confianza. El pasaje viene a ense?ar: nadie queda exento de la muerte pero la fe en Jes?s quita a la muerte su m?scara de terror y su poder de destrucci?n.

El cortejo de la vida y el cortejo de la muerte se enfrentan en Na?n, localidad de Galilea, cercana a Nazaret. El difunto joven, su madre viuda. Esa mujer carecer? en adelante de la protecci?n de un hombre en el ?mbito de lo afectivo, econ?mico y jur?dico. El comentario de Lucas es el mejor comentario y desvela lo que va a pasar: ?Jes?s tuvo compasi?n al ver a la madre?. Lo dem?s se intuye.

Lucas es el evangelista de la misericordia y el cronista de Mar?a. La viuda de Na?n ante su hijo muerto le lleva a pensar en la soledad de Mar?a junto a la cruz. ?Pensaba Jes?s en su propia muerte y en la desolaci?n de su madre? Dirigi?ndose al muerto le orden?: ??Muchacho, lev?ntate!?. Y se lo entreg? a su madre. Desde la cruz se dirigir? a Juan para entreg?rselo a Mar?a. En este milagro se revela el aspecto maternal del amor de Dios.

Al ver al muerto resucitado creyeron muchos en ?l. Nuevas, insospechadas perspectivas se abr?an ante sus ojos. La muerte no era ya el silencio definitivo. Exist?a Alguien cercano a nosotros capaz de trastornar las leyes f?sicas y poner lenitivo en las morales. La existencia de otro mundo hac?a de repente irrupci?n en ?ste en el que nada es definitivo: todo puede cambiar, se puede pedir todo, incluso la vuelta a la vida. Hay un Dios que resucita a los muertos. La vieja alquimia para trasformar la vida decadente en eterna juventud se hace realidad por la fe en la palabra y la confianza en el amor de Jes?s. En una perspectiva espiritual, cada encuentro con Dios en la conversi?n es un milagro de su poder de de-volver a la vida. La reconciliaci?n sacramental es un encuentro con el poder perdonador. De all? surge un hombre resucitado a la vida, que es entregado a la Madre Iglesia.

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DOMINGO 25 DEL TIEMPO ORDINARIO / C
23 de septiembre de 2007


La paz y la bondad de Dios, nuestro Padre, est?n con todos vosotros.

- Hoy, en este d?a de m?s tranquilidad y descanso, los cristianos nos reunimos para celebrar lo que es el fundamento de nuestra fe: que Jes?s est? en medio de nosotros, que ?l acompa?a nuestras vidas, que vale la pena seguirle, porque su camino nos conduce a la vida m?s plena.
- Con alegr?a, unidos con todos los hermanos y hermanas del mundo entero, comencemos esta Eucarist?a.

A. penitencial: En silencio, pidamos perd?n por nuestras infidelidades al camino de Jes?s (Silencio)

- T?, que levantas del polvo al desvalido. SE?OR, TEN PIEDAD.
- T?, que siendo rico te hiciste pobre por nosotros, CRISTO, TEN PIEDAD.
- T?, que eres nuestro camino y nuestra vida, SE?OR, TEN PIEDAD.

1. lectura (Am?s 8,4-7): Dios no soporta a los que se aprovechan de los pobres. El profeta, en esta primera lectura, amenaza a los ricos y les dice que Dios no olvidar? la injusticia que cometen.

Salmo (112): Un?monos ahora en la alabanza a nuestro Dios, porque ?l est? a favor de los pobres.


2. lectura (1 Timoteo 2,1-8): Continuamos hoy la lectura de la primera carta de san Pablo a Timoteo, que empezamos el domingo pasado. Escuchemos las exhortaciones que hoy nos hace el ap?stol.

Antes del aleluya (Ev : Lucas 16,1-13): Hay gente que en la vida s?lo busca su propio inter?s, y para conseguirlo es capaz de hacer lo que sea, como el administrador del que nos hablar? hoy el evangelio. Nosotros, que seguimos a Jes?s y buscamos el Reino de Dios, debemos hacer tambi?n todo lo que sea necesario para conseguirlo. Escuchemos ahora esta palabra de vida. Pong?monos de pie.

Oraci?n universal: Nosotros no buscamos nuestro propio inter?s por encima de todo sino que buscamos el bien de toda persona. Por eso en nuestra oraci?n nos abrimos a toda la humanidad, diciendo: PADRE, ESC?CHANOS:

1. Por la humanidad entera: que Dios infunda en los corazones de todos un firme deseo de justicia y de fraternidad. OREMOS:

2. Por la Iglesia, por todos los cristianos: que seamos en el mundo un testimonio de servicio a los pobres; que nos alejemos siempre del af?n de riqueza. OREMOS:

3. Por los pa?ses que viven sometidos a la pobreza y al hambre: que su dolor conmueva los corazones de nuestros pa?ses ricos. OREMOS:

4. Por los que est?n en la c?rcel: que encuentren ayuda para iniciar una vida m?s humana y m?s digna. OREMOS:

5. Por los ni?os y los j?venes que han empezado el curso: que puedan crecer sanos de cuerpo y de esp?ritu. OREMOS:

6. Por los maestros y profesores: que quieran mucho a los chicos y chicas que quieren educar. OREMOS:

7. Por nosotros: que esta Eucarist?a nos lleve a seguir m?s de cerca el Evangelio de Jes?s. OREMOS:

Escucha, Padre, las oraciones que te presenta tu pueblo, y conc?denos los dones de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Se?or.

Padrenuestro: Como Jes?s nos ense??, ahora, antes de participar de su mesa, nos atrevemos a decir:

CPL

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Lecturas.- la 1 Cor 15, 15 ? 57
Evangelio.- (A elegir )


Hace X a?os nac?a a la vida en este pueblo nuestro/a hermano/a N. que a lo largo de su dilatada historia ha ido conociendo tambi?n la evoluci?n y el cambio realizado en este pueblo durante todos estos a?os.
El creci? en este pueblo.

Pero para ?l ya ha terminado el camino. Para ?l ha terminado una ?poca de la vida. Y al cerrarse una etapa en la historia de una persona puede suscitar en los que quedamos como tres actitudes importantes:

En primer lugar, sabemos que el final de una vida de cualquier ser querido produce dolor, tristeza, pena, sobre todo cuando se produce de una manera un tanto inesperada, como ha sido el caso de N. En toda persona existe la esperanza de seguir disfrutando, la esperanza de seguir realizando proyectos, esperanzas.

Por ello, el final de la vida de una persona produce tristeza para las personas que han recorrido junto a esa persona una misma trayectoria. D?a a d?a han ido escribiendo una historia mezclada de acontecimientos gozosos junto a otros en los que ha podido aparecer el dolor y la cruz.

1?.- La primera actitud que produce la muerte es la de la SOLIDARIDAD con los que viven estos momentos de dolor y de tristeza. En este caso, de solidaridad con la esposa y con la hija de N. Naturalmente, los cristianos participamos de esta solidaridad adem?s de con la presencia f?sica, con la oraci?n, como estamos haciendo ahora.

2?.- La segunda actitud debe ser la del AGRADECIMIENTO. El hecho de llegar una persona al final de un camino vivido con honradez, debe servir para dar gracias a Dios por todo lo bueno que pudo haber a lo largo de su vida, por la capacidad de sacrificio, de entrega, de amor derramado a lo largo de todos estos a?os. Por lo que desde su sencillez, desde su trabajo an?nimo, contribuy? al bienestar de su familia, como tambi?n del pueblo en general.

Damos gracias tambi?n porque desde esa misma sencillez, ?l supo disfrutar la vida. Supo disfrutar del campo, de la naturaleza, de ese paseo al que era tan aficionado. Estoy seguro de que al contemplar la belleza del campo, la belleza de la naturaleza habr? disfrutado, y ello le habr? llevado tambi?n a Dios. Desde la con?templaci?n de la naturaleza podemos llegar a Dios.

Por ello podemos decir con Jes?s, como escuch?bamos en el Evangelio: "Te doy gracias, Padre, porque has escondido estas cosas a los humildes y sencillos y se las has ocultado a la gente importante"

Damos, pues, gracias a Dios porque para ser felices en la vida, para ser feliz N. no ha necesitado tener muchas cosas, mucho dinero, muchos objetos. Podemos ser felices disfrutando de lo que tenemos a nuestro alcance, aunque sean cosas sencillas y peque?as.

Una tercera actitud que no debe alta en la muerte de una persona es la de la ESPERANZA.
Aunque es cierto que nuestro hermano N. ha terminado un camino, sabemos que ese final no es de destrucci?n total. Como nos dec?a San Pablo en la 1-a lectura "la muerte ha sido absorbida en la Vida".
La muerte de nuestro hermano N. ha sido absorbida en la Resurrecci?n de Jes?s. Y es que, desde la fe en la Palabra de Jes?s y desde nuestro propio testimonio, tenemos la garant?a de que la muerte es semilla de vida, semilla de Resurrecci?n.
Por ello, podemos estar seguros de que todos los esfuerzos, sacrificios, en?trega que ha demostrado y ha repartido nuestro hermano N. no s?lo han tenido su recompensa en este mundo, sino que tendr?n tambi?n su premio all? junto a Dios.

Vamos a pedir al Se?or que todo el bien realizado por nuestro hermano N. a lo largo de su vida sea recompensado por el amor de Dios. Y ya desde las alturas pueda contemplar esa gran belleza de la bondad y de la inmensidad de Dios. Y que el Padre, que es amor y misericordia, perdone tambi?n los desfallecimientos que haya podido tener en su caminar.

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Domingo, 16 de septiembre de 2007
Ante la violencia, los obispos consideran que el desaf?o de Chile es ?educar en la paz?

EDUCAR PARA LA PAZ, DESAF?O PARA CHILE


1. Los chilenos nos aprestamos a iniciar la celebraci?n de Fiestas Patrias. En los principales templos cristianos daremos gracias a Dios por el regalo de Chile. Para algunas familias ser? adem?s, ocasi?n de merecido descanso. Y para muchos ser?, sin duda, una oportunidad de relevar los valores y tradiciones de nuestra cultura nacional y popular. Lamentablemente, los violentos episodios ocurridos en Santiago la noche del pasado martes 11 de septiembre, estremecen nuestra memoria, y producen sentimientos encontrados en este tiempo de fiesta, en el mes de Chile.

2. Nos duele la muerte injusta de un carabinero, hombre querido por su familia y sus compa?eros, servidor de su patria y de su gente. Nos inquieta la violencia irracional de personas que se amparan en la oscuridad y en el tumulto para herir, agredir y saquear. Nos asombra ver a ni?os peque?os manipulando armas. Nos conmueve que se ataque a las escuelas donde se educan los pobres para que tengan mejores oportunidades, o que se destruya y robe los modestos bienes de los propios vecinos.

3. Nos preocupa esta colusi?n peligrosa en que la delincuencia y el narcotr?fico se apoderan de muchas poblaciones, barrios y v?as p?blicas. La violencia irracional todo lo desnaturaliza y corrompe. De un modo muy particular, nos preocupa la magnitud de las agresiones y de la violencia, como tambi?n la aparici?n de armas en manos irresponsables, que impulsan al caos. Creemos que estos s?ntomas son una luz poderosa y urgente de alerta sobre nuestra convivencia.

4. Si miramos nuestra convivencia social, constatamos c?mo la violencia se va enquistando en distintos ?mbitos de nuestra vida: al interior del hogar y la familia, con episodios tambi?n fatales que nos han conmovido; en los colegios, incluso en los cursos b?sicos; en la vida laboral; en el desenvolvimiento cotidiano de nuestras ciudades, en el tr?nsito y en el transporte p?blico. Hay una predisposici?n a la agresividad y la violencia que es sumamente preocupante.

5. Necesitamos redoblar esfuerzos en el desaf?o de educar para la paz. Educar para la paz no es s?lo una tarea de autoridades. Urge conversar el tema en el hogar, en los colegios, organizaciones comunitarias y sociales. A los medios de comunicaci?n tambi?n corresponde reflexionar sobre las maneras directas e indirectas en que se exacerba la violencia. Pero, ante todo, necesitamos apreciar m?s el testimonio coherente de la gente de paz, de las instituciones encargadas de proteger el orden y la seguridad, como Carabineros de Chile, y de las personas de buena voluntad que enfrentan las agresiones con di?logo y con amor. Esos gestos convencen m?s que cualquier discurso.

6. En este mes de la patria, en que celebramos el centenario del natalicio del Cardenal Ra?l Silva Henr?quez, hacemos nuestras sus palabras, pronunciadas en otro contexto hist?rico, pero que adquieren tambi?n hoy una dram?tica actualidad: ?Tenemos que matar el odio, antes de que el odio envenene y mate el alma de Chile?.

7. Al Se?or pedimos que nos regale una cultura de la paz. Encomendamos esta intenci?n a la Virgen del Carmen, Madre de nuestro Chile.



+ Alejandro Goic Karmelic
Obispo de Rancagua
Presidente de la CECh

+ Gonzalo Duarte Garc?a de Cort?zar
Obispo de Valpara?so
Vicepresidente

+ Cardenal Francisco Javier Err?zuriz Ossa
Arzobispo de Santiago

+ Ricardo Ezzati Andrello
Arzobispo de Concepci?n

+Cristi?n Contreras Villarroel
Obispo Auxiliar de Santiago
Secretario General


Santiago de Chile, 14 de septiembre de 2007

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ZENIT publica la intervenci?n que pronunci? el cardenal Renato R. Martino, presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz el 7 de septiembre en el XII Congreso Internacional de la Comisi?n Internacional de Pastoral Penitenciaria Cat?lica ?Pastoral Penitenciaria ? La misi?n de la Iglesia?.


Deseo, en primer lugar, saludar respetuosamente a todos los participantes en este XII Congreso Mundial de Pastoral Penitenciaria Cat?lica. Les expreso igualmente mi alegr?a por encontrarme aqu?, en medio de todos Ustedes, Obispos, Sacerdotes, Religiosos, Religiosas y Fieles cristianos laicos que hacen concreta y tangible la misericordia y la compasi?n del Buen Samaritano entre todos aquellos que componen el mundo penitenciario. S?, Ustedes con su compromiso cristiano representan el rostro de la Iglesia, una Iglesia que quiere ser madre y servidora de todos, especialmente de los m?s d?biles. Una Iglesia samaritana que se acerca a sus hijos heridos por el dolor y la necesidad, hambrientos de justicia, de paz y de misericordia.

La misi?n de la Iglesia y el mundo penitenciario.

El mayor servicio que la Iglesia ofrece a los hombres y mujeres de todos los tiempos, de todas las latitudes y en todas las circunstancias, es el de evangelizarlos. La Exhortaci?n apost?lica Evangelii nuntiandi, afirma que la evangelizaci?n es para la Iglesia su ?dicha y vocaci?n propia... su identidad m?s profunda. Ella existe para evangelizar? [1], para provocar el encuentro del hombre con Cristo, su cometido fundamental es, en efecto, ?dirigir la mirada del hombre, orientar la conciencia y la experiencia de toda la humanidad hacia el misterio de Cristo, ayudar a todos los hombres a tener familiaridad con la profundidad de la Redenci?n, que se realiza en Cristo Jes?s? [2].

Evangelizar es la prioridad suprema de la Iglesia. La necesidad m?s profunda del alma humana es buscar a Dios. Ustedes en las c?rceles, en primera l?nea, han palpado esta urgente necesidad, quieren despertarla y proponer caminos para satisfacerla, convencidos de que no es algo imposible de lograr, porque Dios se ha hecho hombre, ha venido al mundo para que los hombres que lo buscan lo puedan encontrar. Porque Jesucristo, como ha afirmado Juan Pablo II en el Jubileo del a?o 2000, sale siempre al encuentro del hombre, de todo hombre, cualquiera que sea su situaci?n.

Los agentes de pastoral penitenciaria tienen la gran misi?n de ser instrumentos que preparen el terreno para que se d? este encuentro. A ello est?n dirigidas todas sus actividades pastorales, porque ser y vivir como cristianos no nace de una buena intenci?n o de una gran idea, sino del encuentro con una Persona, Jesucristo, encuentro que a todos, particularmente a quienes se encuentran en situaciones de dificultad, conduce a creer en el amor [3]. Es ?sta la inspiraci?n de fondo, el mandamiento nuevo del amor, la que debe motivar toda acci?n al servicio de los dem?s, es esta experiencia la que representar? la prueba fehaciente de que los agentes pastorales han tenido una verdadera experiencia de encuentro con Dios, en Jesucristo [4]. S?lo as? no se perder? la ruta hacia la cual deben dirigirse todas sus actividades en las prisiones, es decir, a provocar el encuentro personal de cada prisionero con Jesucristo, camino de libertad plena para todos. Junto con esta alt?sima misi?n de hacer que los hombres y mujeres en las c?rceles se encuentren con Dios, Ustedes tienen a la vez la oportunidad y la gracia de encontrar a Dios en los hombres y mujeres de las c?rceles, de evangelizar y de ser evangelizados.

El eje central de la evangelizaci?n: la fidelidad.

La evangelizaci?n tiene un eje central: la fidelidad. Fidelidad al mensaje de salvaci?n que se anuncia y fidelidad a los hombres y mujeres a los que se ha de transmitir intacto y vivo; no manipulado, no desgastado, no reducido, a nada ni a nadie sometido [5]. Manteniendo esta fidelidad, los agentes de la pastoral penitenciaria deber?n buscar y encontrar los medios para transmitir el Mensaje de salvaci?n a quienes viven en las prisiones.

El primero de estos medios ser? el del testimonio [6]. Un testimonio de vida coherente con el mensaje de Cristo que se predica en las prisiones, debe acompa?ar siempre el anuncio expl?cito, para despertar la inquietud por Cristo de quienes ven y escuchan, porque ?la caridad de las obras corrobora la caridad de las palabras? [7].

Tengan la certeza de que su labor pastoral entre los encarcelados es important?sima para la vida y misi?n de la Iglesia, porque ?el testimonio evang?lico, al que el mundo es m?s sensible, es el de la atenci?n a las personas y el de la caridad para con los pobres y los peque?os, con los que sufren. La gratuidad de esta actitud y de estas acciones, que contrastan profundamente con el ego?smo presente en el hombre, hace surgir unas preguntas precisas que orientan hacia Dios y el Evangelio? [8]. El lenguaje que mejor entiende y motiva m?s al hombre de hoy es el del servicio, especialmente el que se ofrece a los m?s d?biles. La opci?n preferencial por los pobres ha sido y contin?a siendo vital para la misi?n de la Iglesia, porque la pone a prueba y la fortalece, y tambi?n porque servir y promover a los pobres significa crecer en humanidad. La predicaci?n evang?lica, acompa?ada de su testimonio, es semilla de justicia, de paz y de misericordia, que con la gracia de Dios, germina siempre, produciendo frutos de verdadera liberaci?n, no obstante la maleza que la rodea.

Evangelizar indica un proceso, un camino ininterrumpido por recorrer, camino de renovaci?n interior, de continua conversi?n personal, de liberaci?n aut?ntica, camino que necesariamente evita las ideolog?as y las alianzas pol?ticas de parte. El evangelizador de las prisiones debe ser un ferviente cultivador de la verdad, porque es la verdad la que hace libres. La ideolog?a es contraria a la verdad, de aqu? un punto de vital importancia para el agente de pastoral, para el disc?pulo de Aquel que se nos revel? como Camino, Verdad y Vida. El evangelizador del mundo penitenciario, por fidelidad a la verdad del mensaje que anuncia y por fidelidad a quienes lo anuncia, debe estar libre de ideolog?as de cualquier color, de izquierdas o de derechas, de las que quieren callar la denuncia o de las que buscan silenciar el anuncio; las ideolog?as siempre fomentan el odio y la divisi?n, enconan las heridas en lugar de sanarlas. La sabidur?a evang?lica ense?a claramente lo que la experiencia humana comprueba siempre, que la violencia no puede sino generar violencia, nunca justicia, ni paz, ni reconciliaci?n. Ser?a una grave contradicci?n combatir las situaciones injustas que denunciamos con las mismas armas que utilizan quienes las provocan, ser?a desastroso que aquellos que son identificados como instrumentos de paz, predicadores de reconciliaci?n, quisieran vencer la violencia recurriendo a ella, acabar con la marginaci?n marginando, luchar contra la corrupci?n corrompiendo.

La pastoral penitenciaria, pastoral de la misericordia.
Las Sagradas Escrituras, especialmente los Evangelios, nos confirman que la Misericordia es absolutamente necesaria para ser seguidores de Jes?s, porque el Se?or no la recomienda o aconseja. El Se?or la manda: ?Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso? (Lc, 6,36). Para que sea autentica misericordia ha de practicarse sin distinci?n de personas, a semejanza del Padre celestial. Esta virtud debe estar particularmente presente entre los miembros de la pastoral penitenciaria, como un signo de contradicci?n en una sociedad que ve a la misericordia como una debilidad, que busca expulsar de su vida la benevolencia y la compasi?n, que excluye y se olvida de quienes han fallado y los considera indignos de seguir formando parte de ella. Una sociedad que, sin embargo, no est? carente de responsabilidad frente a quienes han cometido un delito. Quien se encuentra en prisi?n descontando una pena ?ha nacido y crecido en una sociedad, en la que se ha formado y de la cual ha tenido las posibilidades concretas para su vivir y actuar. Su comportamiento es tambi?n un fracaso de la sociedad, no sin responsabilidades compartidas, en el generar o conservar l?gicas y estructuras insolidarias o inadecuadas para el bien com?n, en el consentir de hecho modelos y estilos de vida que facilitan o al menos consienten profundas deformaciones interiores y comportamientos desviados? [9]. S?lo por citar un ejemplo, una de las causas por las que muchos hombres y mujeres j?venes se encuentran en prisi?n es el comercio y consumo de drogas. Esto tiene otras causas de fondo, entre ellas la pobreza, la disgregaci?n de la familia, la cultura hedonista que nos rodea, el fomento del culto al poder y al aparecer Muchos de los hombres y mujeres que viven privados de libertad han tenido menos oportunidades en la vida, carentes de educaci?n, de una familia integrada, de medios econ?micos suficientes para una vida digna, circunstancias que no cancelan su responsabilidad personal, pero s? la disminuyen.

El Rostro de Cristo, luz que ilumina el servicio de la Pastoral Penitenciaria
S?lo con la luz de la fe cristiana podemos descubrir al Dios escondido en la carne maltratada y en el coraz?n contrito de los hombres y mujeres que sufren en las prisiones y contemplar el Rostro de Cristo en cada uno de los encarcelados. Es a la luz de este Rostro que surgen nuevos horizontes y se fortalece la esperanza para quienes est?n comprometidos en servir a la gente del mundo penitenciario, en las m?ltiples y complejas ?reas que abarca este servicio pastoral:

- En la defensa de los derechos humanos de los encarcelados [10]
Uno de los desaf?os m?s urgentes de la pastoral penitenciaria es la defensa de los derechos humanos de las personas privadas de su libertad, ?sta es una obra de misericordia de vital importancia. La violaci?n de los derechos humanos en las prisiones provoca mayor marginaci?n, exclusi?n y sufrimiento. La primera pobreza es cuando los derechos humanos no son respetados. Uno de los casos m?s evidentes de pobreza, en este sentido, es cuando la vida de una persona humana es suprimida. La Iglesia cree y proclama que los derechos humanos son universales, inviolables e inalienables, que deben ser protegidos, no individualmente sino en su totalidad, que debemos de trabajar para superar la distancia entre la letra y el esp?ritu de los derechos humanos.

La defensa y promoci?n de los derechos fundamentales de la persona humana forma parte de la misi?n pastoral de la Iglesia, comenzando por el derecho a la vida. Reitero aqu?, una vez m?s, la posici?n de rechazo a la pena de muerte y el apoyo a las iniciativas que tienen como objetivo defender la vida, desde la concepci?n hasta la muerte natural. La pena de muerte empobrece a la sociedad que la leg?tima y comete, porque corre graves peligros, como el de castigar a personas inocentes, fomentar la venganza antes que la aut?ntica justicia social. La pena de muerte es una ofensa clara de la inviolabilidad de la vida humana y, para quienes creemos en el Dios de la vida y de la misericordia, representa un desprecio de la ense?anza evang?lica del perd?n [11]. No se puede castigar un crimen con otro crimen, la pena de muerte no hace justicia a las v?ctimas, y afirma un principio grav?simo, es decir, que ?en ciertos casos la vida humana puede ser deliberadamente suprimida, a juicio de quien tiene el poder pol?tico necesario para decidir cuando y por qu? la vida de una persona se conf?a al juicio y a la decisi?n de alguien. La pena de muerte se quiere justificar en nombre del bien com?n, un bien que no ha sido tutelado. Y precisamente quien no ha sabido o no ha podido tutelarlo, declara querer hacerlo suprimiendo la vida de una persona culpable (declar?ndose as? inocente), y renunciando, precisamente, con esa decisi?n a perseguir el bien com?n, que necesariamente incluye el bien de la persona condenada. Se quiere resolver la peligrosidad social del culpable suprimiendo su vida, sin prever a ello con otras medidas posibles. Debemos preguntarnos: ?existe un peligro social mayor que el de poder suprimir la vida de una persona?? [12].

- En la b?squeda de alternativas
La Iglesia con su servicio pastoral al mundo, del que la realidad carcelaria forma parte, ofrece un punto de referencia moral para la formaci?n de las conciencias, para la renovaci?n moral de la sociedad y de sus estructuras. El cristiano, a la luz del Rostro de Cristo, confinado en las prisiones, debe sentirse impulsado por la misericordia a trabajar en su servicio, haciendo todo lo que deba y pueda para cambiar la situaci?n inhumana en que viven la mayor?a de los encarcelados.

Los agentes que evangelizan el mundo de las c?rceles deben impulsar y colaborar en todas aquellas iniciativas que favorezcan la renovaci?n del sistema penitenciario, con creatividad y esperanza impulsarlo para que ?ste busque alternativas a la reclusi?n, evite que las penas sean desproporcionadas al delito cometido y a las circunstancias del encarcelado o detenido. Por otra parte, si bien es cierto que a la pastoral penitenciaria como instituci?n de la Iglesia no le compete declarar culpables o inocentes, formular las leyes, administrar la justicia en una sociedad, s? tiene el derecho y el deber de denunciar todas aquellas situaciones que lesionan la dignidad de la persona humana, de proponer el Evangelio y los principios de su doctrina social para colaborar en la formaci?n de las conciencias de quienes tienen la obligaci?n de administrar la justicia, incluidas las autoridades y guardias carcelarios, promover la reflexi?n sobre el sentido de las penas, abrir horizontes a iniciativas que vuelvan m?s humano el sistema penitenciario, apelar a la conciencia de la sociedad y de sus instituciones. La Iglesia debe unir fuerzas con las dem?s instituciones de la sociedad para fomentar y fortalecer medidas para la prevenci?n del delito y para la reinserci?n en la sociedad de quienes salen de las prisiones. Los agentes de la pastoral penitenciaria pueden realizar y realizan en este campo una labor encomiable;

- En todas las situaciones que encuentran.
Existen situaciones que requieren una mayor reflexi?n, y que se han tratado ampliamente y deber?n seguirse tratando, siempre a la luz del Evangelio. Me refiero brevemente a algunas de estas situaciones:
- La atenci?n y cuidado de las v?ctimas del delito. ?stas han sufrido a causa de los errores de otros, una especial atenci?n se les debe brindar tambi?n a ellas, para evitar que se hundan en la tristeza, la desesperanza o el deseo de venganza. Cuando han sido objeto de un mal reparable, en justicia se debe reparar, pero siempre a la luz de la misericordia de Dios que abre horizontes para el perd?n, la reconciliaci?n y la pacificaci?n. En el compromiso de la pastoral penitenciaria no deben ser olvidadas.
- La denuncia prof?tica de toda clase de tortura en las prisiones. Una sociedad que se considere civilizada, democr?tica y moderna debe hacer todo lo posible por cancelar todo tipo de pr?cticas que degradan f?sica y moralmente a las personas en prisi?n.
- El cuidado de las familias de los detenidos, porque ?stas generalmente se convierten en otras personas castigadas, y con frecuencia soportan un peso mayor que la condena que sus familiares cumplen privados de su libertad f?sica. Las mujeres, especialmente las madres de familia deben solas velar por el sustento y la educaci?n de los hijos. Ellos son, con mucha frecuencia, los miembros m?s vulnerables en el amplio espectro del mundo penitenciario. La pastoral penitenciaria cat?lica, y la Iglesia toda, tiene un desaf?o muy importante en implementar una pastoral familiar para los miembros de las familias en condiciones particularmente vulnerables. Las comunidades parroquiales, particularmente aquellas a las que pertenecen estas familias, deben implicarse para aliviar, con la caridad de los miembros de la comunidad, las necesidades de las familias de los prisioneros. La primera acci?n ser? la de evitar cualquier marginaci?n.
- La concienciaci?n de la sociedad. La sociedad no puede cerrar los ojos, no puede ser indiferente ante la realidad penitenciaria, si bien es cierto que cada uno es responsable de sus actos, es tambi?n cierto que a la sociedad le corresponde parte de la responsabilidad, y en base a esa responsabilidad ella debe ponerse en movimiento para remediar o prevenir el delito. Una sociedad que simplemente identifica al culpable y lo condena, evita cuestionarse a s? misma, sus criterios, estilos de vida, opciones y estructuras.

La Pastoral Penitenciaria, una misi?n eclesial.

Soy consciente de que el servicio pastoral de la Iglesia en las prisiones es muy amplio y abarca diversas ?reas y sectores, me he limitado a mencionar s?lo algunos. Quiero ahora, antes de terminar, subrayar algo que me parece muy importante, basado en lo que hasta aqu? he propuesto para la reflexi?n sobre el tema que me han asignado. Se trata de la identidad de la Comisi?n Internacional y de las Comisiones Nacionales de Pastoral Penitenciaria Cat?licas.

Cada Comisi?n de pastoral se organiza y estructura de acuerdo a su realidad concreta, lo importante es no olvidar que el servicio en las c?rceles es un trabajo de Iglesia. La Comisi?n Internacional de Pastoral Penitenciaria Cat?lica es una ONG oficialmente reconocida, pero su identidad eclesial es important?sima, a partir de ella se entiende lo que hace, c?mo lo hace y por qu? lo hace. A partir de su identidad eclesial se formulan los programas, los medios y los tiempos de sus actividades. A partir de su identidad eclesial entiende y realiza mejor tambi?n la colaboraci?n con otras organizaciones de otras religiones que trabajan a favor de los encarcelados. El ecumenismo en el marco del servicio a los encarcelados es un tema que requiere una reflexi?n amplia y profunda.

La identidad eclesial de la pastoral penitenciaria requiere la fidelidad a Dios y al hombre en la Iglesia. La comuni?n es a la vez el horizonte y la fuente de energ?a para realizar los planes de Dios a favor del hombre, la restauraci?n de su dise?o de amor por los hombres en los ambientes carcelarios. El principal servicio es anunciar el evangelio de la dignidad del hombre, revelar el hombre al hombre mismo, esto se realiza s?lo a la luz de Cristo en la Iglesia. El lema de la Comisi?n Internacional de Pastoral Penitenciaria Cat?lica, habla por s? solo: Vinculum unitatis. Todas las actividades y servicios que se realizan en este campo, y en todos los campos de la pastoral de la Iglesia, ser?n fecundos si se hacen en unidad, si se realizan en comuni?n. As?, el sacerdote que sirve a sus hermanos y hermanas en dificultad, no las sirve a titulo personal, es un ap?stol, un enviado por su Obispo, y el Obispo, como primer responsable de su comunidad, quiere con la colaboraci?n de sus sacerdotes, cuidar de quienes Dios le ha confiado. Entre quienes le ha confiado no exclusiva, pero s? preferencialmente est?n los pobres, los m?s d?biles, y entre estos se encuentran los encarcelados.

El trabajo que Ustedes realizan en las prisiones es de los m?s exigentes, cada uno de los agentes pastorales penitenciarios se enfrenta a retos y desaf?os enormes que no deben ni pueden afrontar solos y desarmados, de aqu? que es necesario estar insertados en una comunidad eclesial y en un proceso de formaci?n integral permanente.

Les deseo un fecundo trabajo de oraci?n, estudio y convivencia en estos d?as del Congreso, a la vez que les expreso mi admiraci?n y agradecimiento por su compromiso de servir a Cristo en las prisiones. -------------------------NOTAS
[1] Evangelii nuntiandi, 14.

[2] Redemptor hominis, 10.

[3] Cf. Deus caritas est, 1.

[4] Cf. Novo Millennio Ineunte, 42.

[5] Cf. Evangelii nuntiandi, 4.

[6] Cf. Id., 41.

[7] Novo millennio ineunte, 50.

[8] Redemptoris missio, 42.

[9] S. Bastianel: ?Pena di morte. Considerazioni etiche?: AA.VV. Chi ? senza peccato scagli la prima pietra. La pena di morte in discussione, PUG, Roma 2007, p. 81.

[10] Remito para la ampliaci?n del argumento, a las actas del Seminario Internacional sobre los Derechos Humanos de los Presos, organizado conjuntamente por el Pontificio Consejo ?Justicia y Paz? y la Comisi?n Internacional de la Pastoral Penitenciaria Cat?lica, Roma, 1 ? 2 de marzo de 2005.

[11] Cf. Evangelium vitae, 56: Santa Sede, Declaraci?n con motivo del congreso mundial sobre la pena de muerte celebrado en Par?s, 7 de febrero de 2007.

[12] S. Bastianel, op. cit., pp. 86 ? 87.

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Art?culo del obispo diocesano de Tenerife, publicado en programa de Fiestas de Septiembre, del Cristo de La Laguna.

LA "HORA NONA" AYER Y HOY



Cada a?o, cuando llega septiembre, en la ciudad de San Crist?bal de La Laguna, celebramos ?por todo lo alto? las Fiestas del Cristo. El centro de atenci?n es la singular imagen de Cristo Crucificado que se venera en el Santuario del antiguo Convento de San Miguel de las Victorias, bajo el cuidado de los Padres Franciscanos y de la centenaria Pontificia, Real y Venerable Esclavitud del Sant?simo Cristo de La Laguna.

El 14 de septiembre es el d?a en que la Iglesia celebra en todo el mundo la Fiesta de la Exaltaci?n de la Santa Cruz, como homenaje de fe y gratitud a Cristo que por ?la Santa Cruz redimi? al mundo?. En nuestras islas, la Fiesta de la Cruz la celebramos en mayo y dejamos para septiembre la fiestas de Cristo Crucificado, como es caso del Cristo de La Laguna.

En uno y otro caso traemos a la memoria que ?por nosotros y por nuestra salvaci?n? Cristo muri? crucificado. Por nosotros y para nuestro beneficio Jesucristo acept? morir como un criminal, aunque era totalmente inocente. Esta es la raz?n fundamental para hacer las fiestas ?en honor del Cristo crucifica-do?, tan magn?ficamente representado en la atrayente y venerada imagen del Cristo lagunero; en ella contemplamos el amor de Dios que tanto am? al mundo que entreg? a su propio Hijo para que nos salvemos por medio de El.

El propio Cristo se present? a s? mismo como aqu?l que no ha venido a ser servido, sino a servir v a dar su vida como rescate por muchos (Mc. 10, 15). Al decir que vino para dar su vida en rescate por muchos, jes?s alude a la entrega de la propia vida en la Cruz, hecha ?en rescate por muchos?, es decir, por la inmensa multitud humana, por ?todos?, tambi?n por nosotros hombres y mujeres del siglo XXI. Y por eso, porque nos reconocemos destinatarios de su sacrificio redentor, es por lo que celebramos estas ?fiestas en su honor?, mediante la veneraci?n de la Sagrada Imagen del Sant?simo Cristo de La Laguna.

Y tal como la Iglesia nos ense?a, esta veneraci?n no significa que la imagen reciba reverencia en s? misma, sino que la reverencia se dirige a la persona de Cristo a quien la imagen representa. S?, a trav?s de la imagen del Cristo de La Laguna queremos encontrarnos con Cristo vivo y presente en la Palabra de la Biblia y en los Sacramentos de la Iglesia, porque creemos que jesucristo es el al?a y la omega, el principio y el fin de todo. ?l es el ?nico maestro que debe instruimos el ?nico Se?or del que dependemos, la ?nica cabeza a la que debemos estar unidos, el c?nico modelo al que debernos asemejamos. el ?nico m?dico que nos debe curar el ?nico pastor que nos debe alimentar; el ?nico camino que debemos seguir; la ?nica verdad que debemos creer; la ?nica vida que debe vivificamos, lo ?nico que nos debe bastar en todo. Todo fiel que no est? unido a Cristo como el sarmiento a la vid se cae, se seca y s?lo sirve para ser arrojado al fuego. En cambio, si estamos en jesucristo yJesucr-isto est? en nosotros, no debernos temer ninguna condena (San Lu?s Mar?a Grignon de >Montfort, Tratado sobre la verdadera devoci?n a Mar?a, n. 61).

Con ocasi?n de las fiestas de este a?o 2007, al participar y contemplar al Sant?simo Cristo Crucificado en las distintas celebraciones (descendimiento v veneraci?n, procesiones, quinario, etc.), les invito a considerar el significado profundo de ?la hora de nona?. es decir, la hora en que muri? Jes?s, como nos indica el evangelio de San Marcos. Jesucristo muri? en la Cruz a la ?hora nona? (tres de la tarde). Como reza un himno de la liturgia:

Se cubrieron de luto los montes
a la hora de nona.
El Se?or rasg? el velo del templo
a la hora de nona.
Dieron gritos las piedras en duelo
a la hora de nona.
Y Jes?s inclin? la cabeza
a la hora de nona.

Hora de gracia
en que Dios de su paz a la tierra
por la sangre de Cristo.

Levantaron los ojos los pueblos
a la hora de nona.
Contemplaron al que traspasaron
a la hora de nona.
Del costado man? sangre y agua
a la hora de nona.
Quien lo vio es quien da testimonio
a la hora de nona.

Hora de gracia
en que Dios de su paz a la tierra
por la sangre de Cristo.

[]os? Lu?s Blanco Vega]

Pero, adem?s, la ?hora de nona?, que en los misteriosos designios de Dios fue la ?hora de la salvaci?n?, es tambi?n la hora en que se consum? la injusticia de quienes rechazaron aJes?s y, al mismo tiempo, en aquella ?hora nona?, en la Cruz de Cristo estaban concentradas todas las cruces de todos los hombres de la historia que como El han sido, son v ser?n v?ctimas de la maldad de los seres humanos (hombres v mujeres) respecto a sus semejantes. Por eso, la ?hora nona? de Cristo nos remite a la ?hora nona? de los que hoy ?en cualquier parte del mundo? sufren en su cuerpo y en su esp?ritu. As? lo expresa magn?ficamente un canto lit?rgico:

Planearon su muerte en silencio,
asustaron con gritos al pueblo
y en un le?o colgaron su cuerpo
a la hora de nona, a la hora de nona
el Se?or, el Se?or muri?.
el Se?or muri?.


Es la hora de nona en mi pueblo,
las sirenas de alarma han sonado
y mi pueblo se queda dormido
y mi hermano llora y mi hermano muere
y el clamor de su voz no nos duele,
y mi hermano muere.
Es la hora de nona en la tierra,
es la hora del hambre y la muerte
es la hora del odio y la guerra.

es la hora de nona, cuando sufre mi pueblo
cuando crece el dolor e el enga?o,
cuando falla el amor:
Por nuestro amor muri? el Se?or
en la cruz. muri? el Se?or;
?l nos mand?
dar la vida como hermanos
en se?al de amor
[Carmelo Erdozain]

Ojal? que todos los actos de estas Fiestas del Cristo sean expresi?n de nuestra voluntad de no hacer sufrir a nadie con nuestra conducta y al mismo tiempo? compromiso de ayudar a llevar ?su cruz? a quienes nos necesitan. De poco servir?n las Fiestas en honor del Sant?simo Cristo de La Laguna si a nuestro lado se sigue repitiendo ?la hora de nona?.

+ Bernardo ?lvarez Afonso
OBISPO NIVARIENSE

El Esclavo Mayor de la Real esclavitud del Cristo de La Laguna anuncia peregrinaci?n para el d?a 7 de octubre a la iglesia parroquial de La Guancha.


PONTIFICIA, REAL Y VENERABLE ESGLAVITUD
DEL SANT?SIMO CRISTO DE LA LAGUNA


Rvdo. Sr. Cura P?rroco del Dulce Nombre de Jes?s

Me dirijo a Vd. como Esclavo Mayor de la Pontificia Real y Venerable Esclavitud del Cristo de La Laguna, para ponerle es su conocimiento que es costumbre, al finalizar las Fiestas que se celebran en su honor en el presente mes de septiembre, realizar una Peregrinaci?n a un Pueblo de la Isla que se designe, habiendo pensado que en este a?o en que conmemoramos la concesi?n a la Esclavitud del t?tulo de Real, que se realizase, al Municipio de La Guancha.

Corno en la visita que le efectu? en su Parroquia y, dada las fechas que se propusieron, Vd. indicaba que el 7 de Octubre era el d?a mas conveniente, dado que ese d?a se celebraba la fiesta lit?rgica de Ntra. Sra. del Rosario en su Parroquia de ese Municipio, por lo que ya he enviado tambi?n carta solicitando fuese recibido por la Sra. Alcaldesa para exponerle el programa de actos a celebrar.

Como Vd. me indicaba, tambi?n me he reunido con miembros de la Cofrad?a de la Santa Pasi?n a los efectos de que nos acompa?asen en la celebraci?n de la Eucarist?a y a continuaci?n en la procesi?n con la venerada imagen de la Stma. Virgen del Rosario

Agradeciendo de antemano su inestimable colaboraci?n, reciba un cordial saludo.

San Crist?bal de La Laguna, 11 de Septiembre de 2007

Fdo. Emilio La Roche machado
ESCLAVO MAYOR


RVDO. SR. CURA PARROCO DEL DULCE NOMBRE DE JESUS

Comentario a las lecturas del Domingo XXIV del Tiempo Ordinario - C, publicado en el Diario de Avisos, bajo el ep?grafe general "el domingo, fiesta de los cristianos"

Jugando a profesor


DANIEL PADILLA



Siempre que leo las tres par?bolas de esta fecha, me vienen deseos de adoptar una actitud decididamente calificadora, como de profesor de colegio, y siento impulsos de poner "notas" a los personajes que en ella intervienen. Sobre todo, al leer la ?ltima, la del Hijo Pr?digo. Es m?s: la simple exposici?n de los hechos que hizo Jes?s lo est? pidiendo.

Pues, bien, jugando a las calificaciones, mis "notas" ser?an ?stas. Al hijo pr?digo -el que se fue de casa- le pondr?a un "5", un "suficiente". Al hijo mayor, un "0", un "muy deficiente". Y al padre, por supuesto, un "10". Un "10" porque no hay un "11". Una puntuaci?n tan alta y sobresalida, que desbordara todos los inventos de los profesores para dar una "matr?cula de honor". Y si hubiera que dar explicaciones evaluando, lo razonar?a, m?s o menos, as?. Al pr?digo, un "5", porque representa al tipo normal y mediocre que somos la mayor?a de los hombres. Y no se me escandalice nadie, por favor. ?Qui?n no se ha escapado alguna vez de casa? ?Qui?n no ha desertado de la fidelidad jurada o del cumplimiento del deber? ?Qui?n no ha dilapidado alegremente los dones que le ha dado el Padre?

Somos as?. Nos gusta la aventura. Queremos probarlo todo. Especialmente lo m?s novedoso, lo m?s llamativo, aunque para ello haya que despilfarrar la herencia. El lado ligeramente encomiable del pr?digo est?, naturalmente, en su vuelta a casa. Pero ya digo que "ligeramente encomiable". Porque es claro que, si volvi?, no era por un amor desinteresado o por la pena que le produjo la herida causada al padre. Era, simplemente, por hambre, por fr?o, por necesidad de un cobijo medianamente c?lido. Parece ser que toda su "sed de novedades" se torn?, poco a poco, en "sed de seguridad".

Un "5", por lo tanto.

El hijo mayor, -?qu? quieren!- a?n reconociendo que puede ser mi propio retrato mil veces, no me gusta. Su estilo es deplorable. Aquella resistencia a participar en la alegr?a paterna, aquel modo tan grosero y ruin de pasar la factura a su padre: -"yo siempre he estado contigo y nunca me has dado un cabrito..."- , aquel oponerse a dar la bienvenida a su hermano, es...muy triste.

Y sin embargo, parece que as? suele ser: las personas somos mucho m?s capaces de "llorar con el que llora" que de alegrarnos con la suerte de los dem?s. Asistimos a funerales y mostramos condolencia ante el dolor que llega a los amigos. Pero algo se nos rebela dentro cuando al vecino le toca la loter?a y no a nosotros. De ah? ha salido, creo, ese refr?n que dice: "Todos los feos tienen suerte". S?, al hijo mayor, con permiso de ustedes, le pongo un "0". Y no lo echo de clase, porque ya "no se lleva".

En cuanto al padre... Bueno, est? claro que ese padre pertenece a otra esfera. M?s a?n, creo que lo ?nico que Jes?s quer?a es que nos fij?ramos bien en ?l. En esa alegr?a infantil y desbordada que muestra ante la vuelta del pr?digo. En ese amor, falto de orgullo y dispuesto a la humillaci?n, que le hace salir de casa, tanto para abrazar a quien llega tan maltrecho, como para rogar al "nuevo rebelde", por favor y casi de rodillas, que entre en casa y abrace a su hermano. Lo que Jes?s quer?a es que lleguemos a calibrar esa incapacidad del padre para el rencor, y lo triste que resulta abandonarlo, como el pr?digo, o enfrentarse a ?l, como el mayor. S?, yo a este padre le pongo un "10", porque no hay un "11". Un sobresaliente que rebase todas las matr?culas de honor. A veces leemos o vemos que la esposa de tal v?ctima del terrorismo ha perdonado a los asesinos. Y, se nos hace un nudo en la garganta y el alma se nos llena de ternura. ?Saben por qu?? Porque, desde ese momento, esa madre, salvadas todas las distancias, empieza a parecerse mucho al padre de la par?bola. Es decir, al Dios-Padre que nos revel? Jes?s.
Para terminar estas l?neas, no encuentro otra cosa mejor que ponerme a rezar la vieja oraci?n, subrayando bien las siguientes frases:

- Padre nuestro del cielo, perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
- Que se haga verdad en m?, Se?or, esta segunda parte.

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16 de Septiembre

(Fuente de la Guancha) Dentro de la misa dominical de la ma?ana contrajeron matrimonio los j?venes Jes?s Manuel Luis Rodr?guez, natural y vecino de Garachico, y Yurena Luis D?az, natural y vecina de nuestra parroquia. Fueron sus padrinos Jairo Luis D?az y Candelaria D?az Socas.


15 de Septiembre

(Fuente de la Guancha) Contrajeron matrimonio can?nico dentro de la misa de v?speras los j?venes V?ctor Hugo Medina padilla y Mar?a Onelia Luis Rodr?guez, ambos vecinos de nuestra parroquia de La Guancha. Fueron sus padrinos Antonio Luis Rodr?guez y Esther Gonz?lez Hern?ndez.


9 y 10 de Septiembre

(Fuente de la Guancha) Dos procesiones, una el domingo segundo del mes de Septiembre y otra al d?a siguiente, junto con la misa del lunes al mediod?a, constituyen los actos principales religiosos de las Fiestas Patronales en honor de San Jos?. La predicaci?n estuvo a cargo del M. I. Sr. Don Clemente P?rez Garc?a, doctoral de la Santa Iglesia Catedral de La Laguna. Las partes cantadas fueron llevadas por la Coral ?Santa Cecilia? de Tacoronte.
Asisti? el Ayuntamiento de San Juan de la Rambla en pleno, acompa?ado por alcaldes de los pueblos vecinos de La Guancha, Icod, Los Realejos y La Orotava.


14 de Septiembre

(Fuente de la Guancha) Los vecinos de la Calle Calvario de La Guancha estuvieron de fiesta. Desde la ma?ana los cohetes, la m?sica y los adornos en torno a la ermita anunciaban que se trataba de un d?a especial para ellos, vivido con ilusi?n y alegr?a. El acto principal fue la celebraci?n de la Santa Misa en la tarde del d?a lit?rgico de la Exaltaci?n de la Cruz. El p?rroco en su homil?a coment? las palabras de la liturgia del Viernes Santo: ?Mirad el ?rbol de la Cruz, done colg? el Salvador del mundo: ved y ador?mosle?.


12 de Septiembre

(Fuente de la Guancha) Un n?mero considerable de vecinos, amigos y sacerdotes se reuni? en la tarde del 12 de Septiembre en el templo parroquial de Ntra. Sra. del Carmen en Llanito Perera en el municipio de Icod de los Vinos para asistir a la toma de posesi?n de la parroquia del sacerdote Don Jorge Concepci?n Feliciano. Don Jorge cesa en la parroquia de Ntra. Sra. de Buen Paso y es destinado por razones pastorales a Ntra. Sra. del Carmen en el mismo municipio de Icod de los Vinos, permaneciendo como p?rroco tambi?n de la parroquia de Santa B?rbara. Actualmente lleva la responsabilidad de Caritas Arciprestal.


13 y 14 de Septiembre

http://www.fuentedelaguancha.org El sacerdote Silvestre Gorr?n Rivero, hasta ahora p?rroco de San Juan Bautista de Puntallana en la isla de La palma, tom? posesi?n de las parroquias de San Isidro y de Ntra. Ntra. De Buen Paso, ambas en el municipio de Icod de los Vinos, los d?as 13 y 14 de Septiembre respectivamente. Don Silvestre es natural de Arico y lleva ejerciendo el ministerio sacerdotal ocho a?os. A trav?s de unos signos realizados en la liturgia como la entrega de la Palabra y las llaves del sagrario, el sentarse en la sede y la renovaci?n de las promesas sacerdotales se expres? su dedicaci?n a la comunidad y a su ministerio. Sea Bienvenido al arciprestazgo.


16 Septiembre (ACI).- A las doce horas de hoy, miles de peregrinos se dieron cita en el Palacio Apost?lico de Castelgandolfo para rezar el ?ngelus Dominical con el Papa Benedicto XVI, quien afirm? que la verdadera religi?n es aquella en la que la persona entra en sinton?a con el coraz?n rico de misericordia de Dios haci?ndose capaz de amar a todos a imitaci?n del Padre.

?Dios es amor misericordioso?, fueron las palabras con las que el Santo Padre dio inicio a su reflexi?n en base a cap?tulo 15 del Evangelio seg?n san Lucas.

El Papa apunt? que ?casi pareciera escuchar la voz de Jes?s que nos revela el rostro del Padre, suyo y nuestro?, y es que en efecto ??l ha venido al mundo? para ?hablarnos del Padre; para hac?rnoslo conocer, hijos perdidos, y resucitar en nuestros corazones el gozo de pertenecerle, la esperanza de ser perdonado y restituidos a nuestra plena dignidad, el deseo de habitar por siempre en su casa, que es tambi?n nuestra casa?.

?Dios no quiere que se pierda ni siquiera uno solo de sus hijos, y su alma desborda en alegr?a cuando un pecador se convierte?, agreg? el Pont?fice.

Asimismo defini? la verdadera religi?n como aquella que ?consiste en entrar en sinton?a con este Coraz?n ?rico de misericordia?, que nos pide amar a todos, imitando al Padre celeste que respeta la libertad de cada uno y nos atrae a s? con la fuerza invencible de su fidelidad?.

Citando tambi?n el cap?tulo seis del mismo Evangelio, el Papa anot? que cuantos quieren ser disc?pulos de Jes?s deben seguir el camino que ?l muestra: ?No juzgu?is... no conden?is... perdonad y ser?is perdonados; dad y recibir?is... sed misericordiosos como es misericordioso vuestro Padre?.

Hacia el final de su alocuci?n, el Santo Padre record? al Siervo de Dios Juan Pablo II, quien ?dedic? su segunda Enc?clica al Padre misericordioso? y quien ?a lo largo de todo su pontificado se hizo misionero del amor de Dios y de todas las gentes?, recordando que ?la Misericordia de Dios es m?s fuerte que todo mal, y que solo en la Cruz de Cristo se encuentra la salvaci?n del mundo?.

El obispo Don Felipe Fer?ndez Garc?a presenta el Plan Diocesano de pastoral para los a?os 2003-2007. Dejamos constancia cuando ya est? en comienzo otro plan y por otro obispo.

PRESENTACI?N DEL PLAN PASTORAL 2003-2007 POR EL OBISPO DIOCESANO


Queridos diocesanos:

Quiero presentaros personalmente el PLAN DIOCESANO DE PASTORAL para los a?os 2003-2007. Con unas l?neas sencillas, pero hondas. Con sentido de fe y de esperanza. Cumpliendo, en el fondo, lo que me indica en el Directorio del Ministerio Pastoral de los Obispos:

"Para que aproveche m?s cada d?a al cuidado pastoral de la di?cesis, es necesario que el- Obispo proponga un Plan General o l?neas de acci?n - Tener una cierta obligatoriedad apost?lica para toda la di?cesis. Este Plan debe:

-Tener una cierta obligatoriedad

- Al mismo tiempo debe tener flexibilidad para que pueda adaptarse a las necesidades de la di?cesis siempre variables, dejando tambi?n lugar a otras tareas e iniciativas ".

Lo hago tambi?n en cumplimiento de las orientaciones de nuestro S?nodo Diocesano. No podemos olvidar que el Plan anterior, con sus sombras y luces, como acabamos de revisar, quiso ser aplicaci?n d S?nodo Diocesano. No pod?a ser de otra manera. Porque en el S?nodo Diocesano tenemos, como se?al? en no pocos momentos, lo que el Se?or nos dice ahora a nuestra Iglesia Diocesana, lo que Dios espera de nosotros. De ah? que el nuevo Plan 2003-2007 nazca igualmente en esta onda de continuar aplicando nuestro Primer S?nodo Diocesano.

Es curioso, a este respecto, que el Papa, en su reciente Exhortaci?n Apost?lica Ecclesia in Europa recogiendo las reflexiones de los Padres sinodales, entre otras muchas consideraciones, dignas todas de mayor atenci?n, haya escrito un largo p?rrafo que vale perfectamente para nosotros y nuestro Plan Diocesano de Pastoral:

?Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha, el que camina entre los siete candeleros de oro [...], el Primero y el Ultimo, el que estuvo muerto y revivi? [...], el Hijo Dios? (Ap 2, 1.8.18). Jes?s mismo es el que habla a su Iglesia. Su mensaje se dirige a cada u de las Iglesias particulares y concierne su vida interna, caracterizada a veces por la presencia de concepciones y mentalidades incompatibles con la tradici?n evang?lica, v?ctima a menudo de diversas formas de persecuci?n y, lo que es m?s peligroso a?n, afectada por s?ntomas preocupantes de mundanizaci?n, p?rdida de la fe primigenia y connivencia con la l?gica del mundo. No es raro que las comunidades ya no tengan el amor que antes ten?an (cf. Ap 2, 4)
.
Se observa c?mo nuestras comunidades eclesiales tienen que forcejear con debilidades, fatigas, contradicciones. Necesitan escuchar tambi?n de nuevo la voz del Esposo que las invita la conversi?n, las incita a actuar con entusiasmo en las nuevas situaciones y las llama a comprometerse en la gran obra de la ? nueva evangelizaci?n ?. La Iglesia tiene -que someter constantemente al juicio de la palabra de Cristo y vivir su dimensi?n humana con una actitud de purificaci?n para ser cada vez m?s y mejor la Esposa sin mancha ni arruga, engalanada c un vestido de lino puro resplandeciente (cf. Ef 5, 27; Ap 19, 7-8).
De este modo, Jesucristo llama a nuestras Iglesias en Europa a la conversi?n, y ellas, con Se?or y gracias a su presencia, se hacen portadoras de esperanza para la humanidad? (EiE 23).

Tampoco podemos olvidar, como horizonte, otros escritos del Magisterio de la Iglesia como son Carta Apost?lica "Novo Millenio Ineunte" o el mismo Plan de la Conferencia Episcopal Espa?ola para 1 a?os 2002-2005. En la Exhortaci?n del Papa mencionada, se nos invita a los "Pastores de las Iglesias particulares a que, ayudados por la participaci?n de los diversos sectores del Pueblo de Dios, se?alen las etapas del camino futuro, sintonizando la opciones de cada Comunidad con las iglesias colindantes y con las de Iglesia universal" (NMI 29). Eso, y ninguna otra cosa, es lo que se ha hecho entre nosotros y eso, y ninguna otra cosa, quiere ser el presente Plan Diocesano de Pastoral.

De ah? que, antes de seguir adelante, no estar?a de m?s que nos par?semos y nos pregunt?semos:

?C?mo reacciono yo ante un nuevo Plan Diocesano de Pastoral? ?Lo veo m?s que conveniente? ?lo veo necesario? ?Lo valoro como un camino por el que el Se?or quiere conducirnos?

?Me dejo yo conducir? ?Estoy dispuesto a cooperar desde dentro, con toda honradez, con toda el alma? ?Orar? y trabajar? por su cumplimiento?

Nuestro Plan Diocesano de Pastoral 2003-2007 se centra en un objetivo general: "Hacia una Iglesia Diocesana que acoge y anuncia a Jesucristo y su Evangelio".

Est? aqu?, ciertamente, todo lo que tiene que hacer la Iglesia de todos los tiempos, y que hoy menos que ayer, no puede dejar de hacer. El "hacia..." ya indica un proceso, un camino, algo que no est? del todo alcanzando ni lo estar? nunca, pero que siempre conviene tener en cuenta.

Si comenzamos por la primera parte se?alada: "acoger a Jesucristo", os confieso que a m? me pare la m?s importante. Y nada f?cil, por supuesto. Porque acoger hoy a Jesucristo, creer -de verdad- en ?l, dejarnos conducir por ?l, descansar en ?l... en ning?n tiempo, y tampoco hoy, ha sido f?cil. Y ah? tenemos una tarea preciosa con cuantos ya se confiesan creyentes pero que pueden -y podemos- serlo muy a medias viviendo dependientes, excesivamente dependientes, en no pocas ocasiones, de otras motivaciones. Nada tiene, pues, de extra?o que el Papa nos haya dicho en la Carta Apost?lica NMI:

"Recordar esta verdad elemental -la necesidad de la santidad-, poni?ndola como fundamento de la programaci?n pastoral que nos ata?e al inicio del nuevo milenio, podr?a parecer, en un primer momento, algo poco pr?ctico. ?Acaso se puede "programar" la santidad? ?Qu? puede significar esta palabra en la l?gica de una plan pastoral?
En realidad, poner la programaci?n pastoral bajo el signo de la santidad es una opci?n llena de consecuencias. Significa expresar la convicci?n de que, si el Bautismo es una verdadera entrada en la santidad de Dios por medio de la inserci?n en Cristo y la in-habitaci?n de su Esp?ritu ser?a un contrasentido contentarse con una vida mediocre, vivida seg?n una ?tica minimalista una religiosidad superficial" (NMI 31)

Y aqu? brotan de nuevo un buen pu?ado de preguntas que no estar?a de m?s que todos nos hici?semos individualmente. ?He acogido yo de verdad a Jesucristo en mi vida? ?Qu? trato y qu? intimidad tengo con ?l? ?C?mo cultivo esta intimidad? ?Vivo y act?o atento a ?l por encima de todo? ?Me dejo guiar por El? ?Intento, por encima de todo, ser santo?

Si de acoger a Jesucristo pasamos al "anuncio de Jesucristo y de su Evangelio", es decir, al anuncio de Jesucristo con todas las consecuencias que tiene en el orden personal, familiar, social, cultural, econ?mico y pol?tico, entramos en otro cap?tulo del que hoy, en nuestra di?cesis, no menos que en Europa entera, estamos m?s que necesitados. De ah? que el Papa haya podido escribir en "LA IGLESIA EN EUROPA":

"En la Asamblea sinodal se ha consolidado la certeza, clara y apasionada, de que la Iglesia ha de ofrecer a Europa el bien m?s precioso y que nadie m?s puede darle: la fe en Jesucristo fuente de la esperanza que no defrauda, don que est? en el origen de la unidad espiritual y cultural de los pueblos europeos, y que todav?a hoy y en el futuro puede ser una aportaci?n esencial a su desarrollo e integraci?n. S?, despu?s de veinte siglos, la Iglesia se presenta al principio del tercer milenio con el mismo anuncio de siempre, que es su ?nico tesoro: Jesucristo el Se?or; en ?l, y en ning?n otro, podemos salvarnos (cf. Hch 4, 12). La fuente de la esperanza para Europa y el mundo entero, es Cristo, y ? la Iglesia es el canal a trav?s del cual pasa y difunde la ola de gracia que fluye del Coraz?n traspasado del Redentor?.

En base a esta confesi?n de fe brota de nuestro coraz?n y de nuestros labios ? una alegre confesi?n de esperanza: ?T?, Se?or, resucitado y vivo, eres la esperanza siempre nueva de la Iglesia y de la humanidad; T? eres la ?nica y verdadera esperanza del hombre y de la historia; eres entre nosotros "la esperanza de la gloria" (Col 1, 27) ya en esta vida y tambi?n m?s all? la muerte! En Ti y contigo podemos alcanzar la verdad, nuestra existencia tiene un sentido comuni?n es posible, la diversidad puede transformarse en riqueza, la fuerza del Reino ya est? actuando en la historia y contribuye a la edificaci?n de la ciudad del hombre, la caridad da valor perenne a los esfuerzos de la humanidad, el dolor puede hacerse salv?fico, la vida vencer? a la muerte y lo creado participar? de la gloria de los hijos de Dios" (EiE 18).

Es m?s: El Papa, pensando en Europa, es decir, en nosotros, los canarios, que formamos parte de Europa s?lo pol?ticamente, sino tambi?n culturalmente, y que a tantos europeos recibimos en nuestras tierras, habla no s?lo de nueva evangelizaci?n o nuevo anuncio, sino de un primer anuncio:

"En varias partes de Europa se necesita un primer anuncio del Evangelio: crece el n?mero de personas no bautizadas, sea por la notable presencia de emigrantes pertenecientes a otras religiones, sea porque tambi?n los hijos de familias de tradici?n cristiana no han recibido el Bautismo, unas veces por la dominaci?n comunista y otras por una indiferencia religiosa generalizada. De hecho, Europa ha pasado a formar parte de aquellos lugares tradicionalmente cristianos en los adem?s de una nueva evangelizaci?n, se impone en ciertos casos una primera evangelizaci?n.

La Iglesia no puede eludir el deber de un diagn?stico claro que permita preparar los remedios oportunos. En el ?viejo? Continente existen tambi?n amplios sectores sociales y culturales en los que se necesita una verdadera y aut?ntica misi?n ad gentes" (EiE 46)

En definitiva, lo que se intenta con el Plan Diocesano de Pastoral es promover una generaci?n de cristianos adultos en la fe que puedan enfrentarse con libertad cr?tica a la situaci?n cultural en que nos encontramos y anunciar a Jesucristo y su Evangelio a los hombres y mujeres de nuestro tiempo con todo el ardor y la creatividad del Esp?ritu Santo. Es en el fondo lo que pide el Papa en su reciente Exhortaci?n Apost?lica EiE:

"La actual situaci?n cultural y religiosa de Europa exige la presencia de cat?licos adultos fe y de comunidades cristianas misioneras que testimonien la caridad de Dios a todos los hombres. El anuncio del Evangelio de la esperanza comporta, por tanto, que se promueva el paso de una fe sustentada por costumbres sociales, aunque sean apreciables, a una fe m?s personal y madura, iluminada y convencida.
Los cristianos, pues, han de tener una fe que les permita enfrentarse cr?ticamente con la cultura actual, resistiendo a sus seducciones; incidir eficazmente en los ?mbitos culturales, econ?micos, sociales y pol?ticos; manifestar que la comuni?n entre los miembros de la Iglesia cat?lica y con los otros cristianos es m?s fuerte que cualquier vinculaci?n ?tnica; transmitir con al la fe a las nuevas generaciones; construir una cultura cristiana capaz de evangelizar la cu m?s amplia en que vivimos" (EiE 50)

Y siguen surgiendo preguntas: Desde la experiencia de Jesucristo, ?tengo sensibilidad por anunciarlo a los hombres y mujeres de nuestro tiempo? ?Estoy plenamente convencido de que el anuncio de Jesucristo no ha perdido vigencia alguna en nuestro tiempo porque "no se nos ha dado otro nombre -tampoco hoy- en el que el hombre pueda encontrar la salvaci?n" (Hch 4,12), la respuesta a sus preguntas y a sus anhelos? ?Soy consciente de las coordenadas culturales en que nos encontramos? ?Me siento abierto no s?lo nueva evangelizaci?n sino tambi?n, y en no pocos casos, a un primer anuncio? ?Lo vivo as? desde dentro? ?Lo vivo con esperanza, confiando no en m?, sino en la fuerza del Esp?ritu?

Muchas otras consideraciones se me ocurrir?a hacer a prop?sito de nuestro Plan. Pero vayan solamente tres breves indicaciones:

1. El Plan debe ser acogido por todos. Por las llamadas "estructuras verticales", las Delegaciones Diocesanas, por ejemplo, y por las as? llamadas "estructuras pastorales horizontales" como las parroquias, muy en primer lugar, y los arciprestazgos. Si el Plan, de una manera u otra, no llega a las parroquias y a los feligreses, puede quedarse, en gran medida, en el aire. De ah? que pida, por amor de Dios, -nunca mejor dicho- que el p?rroco y los Consejos pastorales parroquiales estudien y acojan el Plan en su conjunto. Nadie, en principio, debe situarse al margen del Plan.

2. El Plan est? abierto a las adaptaciones que en cada caso se estimen razonablemente necesarias. No es un Plan r?gido. Es un camino. Seguro en su formulaci?n general, abierto en los m?todos y flexible en las circunstancias que as? lo pidan.

3. Finalmente, no conviene olvidar, por volver al punto de partida, que "no ser? una f?rmula la que nos salve, pero s? una Persona y la certeza que ella nos infunde: ?Yo estoy con vosotros! No se trata, pues, de inventar un nuevo programa. El programa ya existe. Es el de siempre, recogido por el Evangelio y la Tradici?n viva. Se centra en Cristo. Sin embargo, es necesario que programa formule orientaciones pastorales adecuadas a las condiciones de cada comunidad" (NMI 29).

No voy a extenderme m?s... Ni voy, por supuesto, a intentar comentar los distintos objetivos espec?ficos con las l?neas que los hacen asequibles y viables.

Lo que deseo subrayar, por encima de todo, es c?mo estamos en sinton?a con la Iglesia Universal, con el Obispo de Roma, que acaba de hablamos a trav?s de la Exhortaci?n del Papa Juan Pablo II, Ecclesia in Europa, con la que nuestro Plan tiene tantas afinidades.

Y lo que he querido poner tambi?n de relieve es la importancia de la actitud personal con que me sit?o ante el Plan. Un Plan, por cierto, sugerido, trabajado y formulado por los m?s diversos sectores del Pueblo de Dios y, en ?ltimo t?rmino, por los organismos m?s representativos de la Di?cesis, como han sido el Consejo Diocesano de Pastoral y el Consejo Presbiteral. De ah? que, reconociendo la importancia de la actitud personal con que cada uno nos situemos ante el Plan, me atreva a concluir estas l?neas con nuevas preguntas: ?C?mo me sit?o a la hora de la verdad ante el Plan que el Se?or nos presenta a trav?s de su Iglesia?
?Estoy abierto? ?Lo acojo? ?Estoy abierto a intentar hacerlo vida all? donde Dios me ha puesto, sea sacerdote, consagrado, fiel cristiano laico?

?Me veo profundamente necesitado de acoger yo mismo a Jesucristo vivo, resucitado, cada d?a? ?Siento deseos de anunciarlo y facilitar el encuentro con ?l a quienes no lo conocen y no se han encontrado con ?l? ?Me doy cuenta del cambio cultural que se ha dado entre nosotros, en Europa, y, en cierto sen en el mundo entero? ?C?mo vivo yo mi fe y c?mo vivo mi apostolado en medio de este cambio? ?Desde la necesidad de la comuni?n eclesial y veo el sentido y el valor de un Plan Diocesano de Pastoral a este fin?

Quiz? todas las preguntas que podamos hacernos las encontramos ya en aquellas famosas y conocidas palabras de Pablo VI: "?Cre?is verdaderamente lo que anunci?is? ?Viv?s lo que cre?is? ?Predic?is verdaderamente lo que viv?s? Sin esta marca de santidad nuestra palabra dif?cilmente abrir? brecha en el coraz?n del hombre de nuestro tiempo" (EN 76).

En manos de Santa Mar?a, de San Jos?, y de nuestro primer santo canario, el Santo Hermano Pedro -?l s? que supo acoger y anunciar a Jesucristo y su Evangelio- quiero poner la acogida y la realizaci?n del ni Plan Diocesano de Pastoral, 2003-2007, plenamente confiado en que en la di?cesis, todos los cristianos, conscientes de nuestra fe, sabremos cooperar, cada uno desde la vocaci?n a la que Dios nos ha llamado y la misi?n que ?l mismo nos ha confiado, a la realizaci?n del Plan Diocesano de Pastoral 2003-2007. ?As? sea!

Dado en San Crist?bal de La Laguna, a 16 de Julio de 2003. Fiesta de la Virgen del Candelaria.

Felipe Fern?ndez Garc?a

Trabajo sobre la presencia de Mar?a en Europa, publicado en DOSSIER FIDES de Agencia Fides.

MAR?A Y EUROPA
(Primera Parte)

Por N. Bux y S. Vitiello



ALEMANIA

Durante el reino del emperador cristiano del Sacro Imperio Romano, Carlomagno, vinculado tanto a Alemania cuanto a Francia, el culto mariano conoci? un momento de gran esplendor en el pueblo alem?n, esplendor que todav?a hoy se dirige a la Santa Madre de Dios llam?ndola con el t?tulo de ?Unsere Liebe Frau? (Nuestra amada Se?ora).

CAPILLA PALATINA ? AQUISGR?N

A este per?odo pertenece, por encargo del emperador mismo, la edificaci?n de la Capilla Palatina en la ciudad de Aachen (Aquisgr?n), sede perif?rica del imperio, en la cual se conserva el sepulcro del emperador del Sacro Imperio Romano, y donde por setecientos a?os recibieron la corona los emperadores germanos. All? fueron colocadas importantes reliquias marianas provenientes de Constantinopla que inmediatamente atrajeron un notable n?mero de peregrinos. Entre estos, una particular menci?n debe ser hecha, m?s all? del problema de su autenticidad, que no es f?cil solucionar, del vestido que us? la Virgen durante la Navidad y los pa?ales del Ni?o Jes?s. La exposici?n de las reliquias se realiza a?n cada siete a?os y el evento hace que muchedumbres de todas partes se dirijan al lugar.
La arquitectura mariana alemana se expresa notablemente en el estilo rom?nico durante los siglos X y XI, con la edificaci?n de las mayores catedrales del pa?s, entre las cuales la catedral de Spira y de Maguncia, as? como la edificaci?n de muchos monasterios que fueron siempre meta de peregrinaciones: Santa Mar?a en Capitolio en Colonia, el monasterio de Treviri, de Reichenau, de Ratisbona, y sobre todo el de Maria Laach, grandiosa construcci?n, c?lebre por su ininterrumpida tradici?n de estudios teol?gicos. A fines del 1200, la llegada del estilo g?tico estimul? fuertemente la producci?n de obras maestras arquitect?nicas dedicadas a Mar?a.
La orden de los capuchinos y la de los jesuitas fueron de importancia fundamental en la defensa de la aut?ntica y sana devoci?n mariana, sobre todo durante la iconoclast?a suscitada por la influencia luterana. Dichas ?rdenes tuvieron el m?rito de purificar al pueblo alem?n de las tendencias devocional?sticas. Una menci?n particular la merece el padre jesuita San Pedro Canisio.

NUESTRA SE?ORA DE LAS VERDES PRADERAS ? ALT?TTING

?Nuestra Se?ora de las verdes praderas?, en Alt?tting, principal santuario del Sur de Alemania y en particular de la cat?lica Baviera, tiene su origen en la obra de San Ruperto, ap?stol de la regi?n, quien transform? un templo pagano en un oratorio mariano. All? Carlomagno hizo edificar sucesivamente la Capilla de las Gracias, con planta octagonal, y un monasterio. Este ?ltimo fue devastado por las incursiones de los h?ngaros todav?a paganos, quienes dejaron sin embargo la iglesia intacta. En 1228 el santuario, abandonado por largo tiempo, fue restituido a su antiguo esplendor por obra de los duques de Baviera, en particular por los de la familia Wittelsbach. Los corazones de los reyes de esta dinast?a se conservan todav?a en las urnas situadas en la Capilla de las Gracias. La imagen que se venera hoy en Alt?tting se remonta al 1300 y es una peque?a estatua de tilo que representa a la Virgen sentada con el Ni?o, normalmente revestida por un grandioso vestido y colocada al centro de un altar riqu?simo.

SANTUARIO DE MARIA HILF ? PASSAU

El manto de la Reina del Cielo se extienda asimismo sobre numerosos Sancti Locii de la tierra alemana; entre estos recordamos en modo especial el primer santuario dedicado a ?Maria Hilf?, erigido en la ciudad de Passau a inicios del 1600, cuando el decano de la catedral de la ciudad, despu?s de haber mandado hacer, para su devoci?n, una copia del cuadro del famoso pintor Lucas Cranach, en el que el Ni?o parece casi refugiarse en los brazos de la Madre (de donde el t?tulo de Mar?a Ayuda), la expuso en una peque?a capilla que, despu?s de la enorme llegada de fieles peregrinos, tuvo que ser sustituida tempranamente por un santuario; cinco buenos vol?menes de grandes dimensiones recogen el testimonio de gracias y curaciones recibidas, por intercesi?n de la Bienaventurada Virgen, en este lugar.

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Trabajo sobre la presencia de mar?a en Europa, publicado en DOSSIER FIDES de Agencia Fides.

MAR?A Y EUROPA
(Primera Parte)

Por N. Bux y S. Vitiello




FRANCIA

?El reino de Francia es el reino de Mar?a?. Estas fueron las palabras con las que el entonces Pont?fice Urbano II, a fines del a?o 1000, expres? su asombro cuando, a trav?s de la tierra francesa por la predicaci?n de la primera cruzada, asisti? a los numerosos testimonios de la devoci?n mariana con la que este pueblo hab?a adornado todo el pa?s.
Francia tiene santuarios marianos que se remontan al siglo VI, ?poca de la evangelizaci?n de las poblaciones celtas.
La aut?ntica majestad francesa se le debe atribuir al soberano Carlomagno, autor del Sacro Imperio Romano. ?l mismo se preocup? de edificar numerosos santuarios y nutri? una sincera y profunda veneraci?n por la Virgen, tanto que orden? ser sepultado con una estatua de Ella apoyada en el pecho. Bajo su reinado surgi?, en la ciudad de Par?s, junto a la antigua catedral del patrono de la ciudad, San Esteban, una iglesia dedicada a la Santa Madre de Dios, cuyo culto r?pidamente se hizo prevalente respecto al culto del protom?rtir. Naci? as? la catedral de ?Notre Dame?. En los dos siglos siguientes se sucedieron emperadores y reyes profundamente vinculados al culto de la Bienaventurada Virgen y el mismo estilo g?tico, que se afirm? en este per?odo, tuvo un v?nculo estrecho a la devoci?n mariana: las primeras ocho catedrales g?ticas edificadas en el Norte de Francia - Chartres, Par?s, Reims, Laon, Rouen, Bayeux, Erveux, Amiens - est?n todas dedicadas a Ella.
Las tierras francas vieron el continuo crecimiento del amor por la Santa Madre de Dios durante el regreso de las cruzadas llegando al reino de Luis XIII, cuyas acciones pol?ticas estuvieron marcadas, cada una, por un gesto de piedad. Memorable en 1635, durante la guerra contra Espa?a, la consagraci?n del reino a la Virgen realizada por ?l: arrodillado en una peque?a iglesia destruida, cerca del campo de batalla. Este gesto, conocido como ?el voto de Luis XIII?, tuvo una profunda resonancia que dur? mucho en el alma de los franceses.
Asimismo, en la ?poca en que m?s se trat? de minar la devoci?n a Mar?a, por parte de la herej?a jansenista y la corriente de pensamiento ilustrado, el Se?or don? a la Iglesia Cat?lica la bella figura de Luis Grignon de Montfort. La grandeza de este palad?n del amor de la Santa Virgen Madre, despreciado cuando no desconocido por sus contempor?neos, resplandece en su pleno fulgor a?n hoy.
Medio siempre privilegiado para la custodia y la transmisi?n de la fe, la devoci?n mariana jug? un papel fundamental durante y despu?s de la invasi?n ideol?gica realizada por la Revoluci?n francesa, durante la cual Notre Dame fue reducida a templo de la diosa raz?n.
Despu?s de la ca?da de Napole?n, fueron las apariciones marianas que caracterizaron la vida espiritual del pueblo franc?s, y por intercesi?n de la Santa Virgen, algunos hombres de prestigio de la sociedad de entonces se dejaron fascinar por el Se?or y, con la propia vida, dieron testimonio de ?l, dando nueva vida al catolicismo de este pa?s: Estrade, Carrel, Huismans, Bloy, Claudel y Maritain.

El testimonio y el entusiasmo que acompa?aron a la primera peregrinatio Mariae, durante la cual la Virgen de Boulogne atraves? todo Francia para luego llegar a Lourdes el 7 de septiembre de 1942, fueron tales que suscitaron el 23 de mayo del a?o sucesivo, con ocasi?n de la consagraci?n por parte del episcopado franc?s de la naci?n al Coraz?n Inmaculado de Mar?a, una nueva peregrinaci?n que con estas palabras fue acogida con el asombro de Robert d?Aucort, acad?mico de Francia: ?Treinta mil kil?metros han sido recorridos, a pie, por los ?siervos? de nuestra Se?ora del Gran Regreso... Sobre sus rostros, en sus miradas, brillaba la fe de las grandes multitudes en oraci?n del siglo XIII?. Las innumerables peregrinationes Mariae que se han realizado en todo el mundo despu?s de la guerra han tenido como modelo y est?mulo la de Notre Dame du grand r?tour.
La primera aparici?n se realiz? en la noche del 18 de julio de 1930, en la casa madre de los hijos de la caridad de Par?s, ante Santa Catalina Labour?. La Mater Ecclesiae le encarg? a la entonces joven novicia que hiciera acu?ar y que difundiera una medalla seg?n el modelo que le era mostrado: sobre la parte posterior la figura de l Virgen con los brazos abiertos de los cuales parten rayos, con los pies aplastando la cabeza de la serpiente tentadora. Alrededor del borde se lee la invocaci?n: ?Oh Mar?a concebida sin pecado, reza por nosotros que recurrimos a Ti?. Quien usase la medalla habr?a obtenido gracias particulares por intercesi?n de la Bienaventurada Virgen.
La religiosa permanecer? en el anonimato por toda la vida y ser? entonces el padre jesuita Aladel, a quien ella se hab?a confiado, quien la difundir?. La difusi?n de la ?Medalla milagrosa? suscit? un gran movimiento de apostolado, a?n hoy bastante vivo.

NUESTRA SE?ORA DE LA SALETTE ? LA SALETTE

Con la aparici?n mariana que se realiz? en 1846 ante dos muchachos, Maximino, de once a?os, y Melania, de catorce, dedicados al pastoreo para sus patrones, tuvo su origen el santuario de ?Nuestra Se?ora de La Salette?, que se eleva a 1800 metros sobre el nivel del mar. En la aparici?n la Virgen Madre pidi?, con l?grimas en los ojos, que el pueblo franc?s se convirtiese para evitar el castigo de Su Hijo, enojado con ellos.
Dicha aparici?n, r?pidamente reconocida por la autoridad episcopal del lugar, marc? el ya casi inesperado regreso de la poblaci?n francesa a la fe cat?lica.
Siempre la Inmaculada Virgen invita al hombre a la conversi?n, generando a Cristo en el coraz?n de cada uno e intercediendo ante el Padre para que a cada uno se le conceda el tiempo necesario para la conversi?n a la Verdad.

NUESTRA SE?ORA DE LOURDES ? LOURDES

En la gruta de Massabielle, donde el 11 de febrero de 1858, a la ni?a Bernadette Soubirous, de catorce a?os, hija de un pobre ganadero, se le apareci? una Se?ora que dec?a ser la Inmaculada Concepci?n, hoy millones de fieles se dirigen cada a?o en peregrinaci?n para pedir gracias, haciendo de este santuario la principal meta de peregrinaci?n mariana en Europa, el santuario de ?Nuestra Se?ora de Lourdes?.
Entre el 11 de febrero y el 16 de julio la aparici?n se repiti? dieciocho veces, muchas de las cuales se caracterizaron por la simple presencia silenciosa de la Virgen. En la octava aparici?n Ella le pidi? a Bernadette que rece por los pecadores y que bese la tierra en signo de penitencia; en la siguiente aparici?n le pidi? que bebiese y se lavase en el charco de fango al ingreso de la gruta, que despu?s de pocas horas se transform? en la actual fuente de agua abundante; en la decimotercera aparici?n le pidi? que transmita a los sacerdotes Su deseo de que las personas se dirigiesen all? en procesi?n y que se construya una capilla.
En 1862 el obispo de Tarbes, monse?or Laurence, reconoci? la autenticidad de las apariciones. La joven Bernadette en 1866 entr? al convento de Nevers, donde naci? al cielo en 1879 a la edad de treinta y seis a?os. El Santo Padre P?o XI la incluy? entre las huestes de los santos en 1925.
La interminable resonancia que la verdad siempre tiene en el coraz?n del hombre, as? como el eco que suscitaron las apariciones en la opini?n p?blica francesa, permitieron el desarrollo inmediato del santuario. El clima espiritual que suscit? el Locus Mariae, la solemnidad de las celebraciones, as? como la dignidad y el recogimiento que lo caracterizan, hicieron de ?l un modelo de inspiraci?n para todos los sucesivos santuarios marianos. La primera iglesia, la iglesia superior en estilo neog?tico construida sobre el espol?n que se eleva por encima de la gruta, fue inaugurada en 1871. La iglesia inferior, llamada iglesia del Rosario, en estilo rom?nico-bizantino, surgi? en 1889. En 1958 se a?adi? a ellas una tercera iglesia en cemento armado, destinada a la acogida de m?s de veinte mil personas.

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S?bado, 15 de septiembre de 2007
Nota de comentario de la Congregaci?n para la Doctrina de la Fe a las respuestas a preguntas de la Conferencia Episcopal Estadounidense sobre la alimentaci?n e hidrataci?n artificiales.


La Congregaci?n para la Doctrina de la Fe ha respondido a algunas preguntas presentadas el 11 de julio de 2005, por S. E. R. Mons. William S. Skylstad, Presidente de la Conferencia Episcopal Estadounidense, sobre la alimentaci?n e hidrataci?n de los pacientes que se encuentran en la condici?n com?nmente denominada "estado vegetativo". El objeto de las preguntas es si la alimentaci?n e hidrataci?n de estos pacientes, sobre todo cuando son suministradas por v?a artificial, no constituye una carga excesivamente pesada para ellos, sus familiares y para el sistema sanitario, hasta el punto de poder ser consideradas, tambi?n a la luz de la doctrina moral de la Iglesia, un medio extraordinario o desproporcionado, y, por lo tanto, moralmente no obligatorio.

A favor de la posibilidad de renunciar a la alimentaci?n e hidrataci?n de estos pacientes se invoca frecuentemente el Discurso del Papa P?o XII a los participantes en un Congreso de Anestesiolog?a el 24 de noviembre de 1957. All? el Pont?fice confirmaba dos principios ?ticos generales. Por una parte, la raz?n natural y la moral cristiana ense?an que, en caso de enfermedad grave, el paciente y los que lo atienden tienen el derecho y el deber de aplicar los cuidados m?dicos necesarios para conservar la salud y la vida. Por otra parte, ese deber comprende generalmente el uso de medios que, consideradas todas las circunstancias, son ordinarios, o sea, que no constituyen una carga extraordinaria para el paciente o para los dem?s. Una obligaci?n m?s r?gida ser?a demasiado gravosa para la mayor?a de las personas y har?a demasiado dif?cil la consecuci?n de bienes m?s importantes. La vida, la salud y todas las actividades temporales est?n subordinadas los fines espirituales. Naturalmente esto no impide que se haga m?s de lo que sea estrictamente obligatorio para conservar la vida y la salud, con tal de no faltar a deberes m?s graves.

Hay que notar, ante todo, que las respuestas dadas por P?o XII se refer?an al uso e interrupci?n de las t?cnicas de reanimaci?n. Pero el caso en cuesti?n nada tiene que ver con esas t?cnicas. Los pacientes en "estado vegetativo" respiran espont?neamente, digieren naturalmente los alimentos, realizan otras funciones metab?licas y se encuentran en una situaci?n estable. No pueden, sin embargo, alimentarse por s? mismos. Si no se les suministra artificialmente alimento y l?quido mueren, y la causa de la muerte no es una enfermedad o el "estado vegetativo", sino ?nicamente inanici?n y deshidrataci?n. Por otra parte, la suministraci?n artificial de agua y alimento generalmente no impone una carga pesada ni al paciente ni a sus familiares. No conlleva gastos excesivos, est? al alcance de cualquier sistema sanitario medio, no requiere de por s? hospitalizaci?n y es proporcionada a su finalidad: impedir que el paciente muera por inanici?n y deshidrataci?n. No es ni tiene la intenci?n de ser una terapia resolutiva, sino un cuidado ordinario para conservar la vida.

Lo que, por el contrario, puede constituir una carga notable es el hecho de tener un pariente en "estado vegetativo", si ese estado se prolonga en el tiempo. Es una carga semejante a la de atender a un tetrapl?jico, a un enfermo mental grave, a un paciente con Alzheimer avanzado, etc. Son personas que necesitan asistencia continua por espacio de meses e incluso a?os. Pero el principio formulado por P?o XII no puede ser interpretado, por razones obvias, como si fuera l?cito abandonar a su propia suerte a los pacientes cuya atenci?n ordinaria imponga una carga considerable para la familia, dej?ndolos morir. Este no es el sentido en el que P?o XII hablaba de medios extraordinarios.

Todo hace pensar que a los pacientes en "estado vegetativo" se les debe aplicar la primera parte del principio formulado por P?o XII: en caso de enfermedad grave, hay derecho y deber de aplicar los cuidados m?dicos necesarios para conservar la salud y la vida. El desarrollo del Magisterio de la Iglesia, que ha seguido de cerca los progresos de la medicina y los interrogantes que estos suscitan, lo confirma plenamente.

La Declaraci?n sobre la eutanasia, publicada por la Congregaci?n para la Doctrina de la Fe el 5 de mayo de 1980, explica la distinci?n entre medios proporcionados y desproporcionados, y entre tratamientos terap?uticos y cuidados normales que se deben prestar al enfermo: ?Ante la inminencia de una muerte inevitable, a pesar de los medios empleados, es l?cito en conciencia tomar la decisi?n de renunciar a unos tratamientos que procurar?an ?nicamente una prolongaci?n precaria y penosa de la existencia, sin interrumpir sin embargo los cuidados normales debidos al enfermo en casos similares? (parte IV). Menos a?n se pueden interrumpir los cuidados ordinarios para los pacientes que no se encuentran ante la muerte inminente, como lo es generalmente el caso de los que entran en "estado vegetativo", para quienes la causa de la muerte ser?a precisamente la interrupci?n de los cuidados ordinarios.

El 27 de junio de 1981 el Pontificio Consejo Cor Unum public? un documento titulado Algunas cuestiones de ?tica relativas a los enfermos graves y a los moribundos, en que se afirma, entre otras cosas: ?Pero permanece la obligaci?n estricta de procurar a toda costa la aplicaci?n de los medios llamados "m?nimos", los que est?n destinados normalmente y en las condiciones habituales a mantener la vida (alimentaci?n, transfusi?n de sangre, inyecciones, etc.). Interrumpir su administraci?n constituir? pr?cticamente querer poner fin a la vida del paciente? (n. 2.4.4).

En un discurso dirigido a los participantes de un Curso internacional de actualizaci?n sobre las preleucemias humanas, del 15 de noviembre de 1985, el Papa Juan Pablo II, haciendo referencia a la Declaraci?n sobre la eutanasia, afirm? claramente que, en virtud del principio de la proporcionalidad de los cuidados m?dicos, no nos podemos eximir ?del esfuerzo m?dico necesario para sostener la vida ni de la atenci?n con medios normales de mantenimiento vital?, entre los cuales est? ciertamente la suministraci?n de alimento y l?quidos, y advierte que no son l?citas las omisiones que tienen la finalidad ?de acortar la vida para mitigar el sufrimiento al paciente o a los familiares?.

En 1995 el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Asistentes Sanitarios public? la Carta de los agentes sanitarios. En el n. 120 se afirma expl?citamente: ?La alimentaci?n y la hidrataci?n, aun artificialmente administradas, son parte de los cuidados normales que siempre se le han de proporcionar al enfermo cuando no resultan gravosos para ?l: su indebida suspensi?n significa una verdadera y propia eutanasia?.

El Discurso de Juan Pablo II a un grupo de Obispos de los Estados Unidos de Am?rica en visita ad limina, del 2 de octubre de 1998, es expl?cito al respecto: la alimentaci?n y la hidrataci?n son consideradas como cuidados m?dicos normales y medios ordinarios para la conservaci?n de la vida. Es inaceptable interrumpirlos o no administrarlos si la muerte del paciente es la consecuencia de esa decisi?n. Estar?amos ante una eutanasia por omisi?n (cf. n.4).

En el Discurso del 20 de marzo de 2004, dirigido a los participantes en un congreso internacional sobre "tratamientos de mantenimiento vital y estado vegetativo. Progresos cient?ficos y dilemas ?ticos", Juan Pablo II confirm? en t?rminos muy claros lo que ya se hab?a dicho en los documentos antes citados, y ofreci? tambi?n la interpretaci?n de los mismos apropiada a las circunstancias. El pont?fice subray? los siguientes puntos:

1) ?Para indicar la condici?n de aquellos cuyo "estado vegetativo" se prolonga m?s de un a?o, se ha acu?ado la expresi?n estado vegetativo permanente. En realidad, a esta definici?n no corresponde un diagn?stico diverso, sino s?lo un juicio de previsi?n convencional, que se refiere al hecho de que, desde el punto de vista estad?stico, cuanto m?s se prolonga en el tiempo la condici?n de estado vegetativo, tanto m?s improbable es la recuperaci?n del paciente? (n. 2).1

2) Frente a quienes ponen en duda la misma "cualidad humana" de los pacientes en "estado vegetativo permanente", es necesario reafirmar ?que el valor intr?nseco y la dignidad personal de todo ser humano no cambian, cualesquiera que sean las circunstancias concretas de su vida. Un hombre, aunque est? gravemente enfermo o impedido en el ejercicio de sus funciones superiores, es y ser? siempre un hombre; jam?s se convertir? en un "vegetal" o en un "animal"? (n. 3).

3) ?El enfermo en estado vegetativo, en espera de su recuperaci?n o de su fin natural, tiene derecho a una asistencia sanitaria b?sica (alimentaci?n, hidrataci?n, higiene, calefacci?n, etc.), y a la prevenci?n de las complicaciones que se derivan del hecho de estar en cama. Tiene derecho tambi?n a una intervenci?n espec?fica de rehabilitaci?n y a la monitorizaci?n de los signos cl?nicos de su eventual recuperaci?n. En particular, quisiera poner de relieve que la administraci?n de agua y alimento, aunque se lleve a cabo por v?as artificiales, constituye siempre un medio natural de conservaci?n de la vida, no un acto m?dico. Por tanto, su uso se debe considerar, en principio, ordinario y proporcionado, y como tal moralmente obligatorio, en la medida y mientras se demuestre alcanzar su finalidad propia, que en este caso consiste en proporcionar alimento al paciente y alivio a sus sufrimientos? (n. 4).

4) Los documentos precedentes son asumidos e interpretados en ese sentido: ?la obligaci?n de proporcionar "los cuidados normales debidos al enfermo en esos casos" (Congregaci?n para la Doctrina de la Fe, Declaraci?n sobre la eutanasia, parte IV), incluye tambi?n el empleo de la alimentaci?n y la hidrataci?n (cf. Pontificio Consejo Cor unum, Algunas cuestiones de ?tica relativas a los enfermos graves y a los moribundos, n. 2.4.4; Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, Carta de los agentes sanitarios, n. 120). La valoraci?n de las probabilidades, fundada en las escasas esperanzas de recuperaci?n cuando el estado vegetativo se prolonga m?s de un a?o, no puede justificar ?ticamente el abandono o la interrupci?n de los cuidados m?nimos al paciente, incluidas la alimentaci?n y la hidrataci?n. En efecto, el ?nico resultado posible de su suspensi?n es la muerte por hambre y sed. En este sentido, si se efect?a consciente y deliberadamente, termina siendo una verdadera eutanasia por omisi?n? (n. 4).

Por lo tanto, las Respuestas que la Congregaci?n para la Doctrina de la Fe da ahora, est?n en l?nea con los documentos de la Santa Sede apenas citados y, en particular, con el Discurso de Juan Pablo II del 20 de marzo de 2004. Los contenidos fundamentales son dos. Se afirma, en primer lugar, que la suministraci?n de agua y alimento, incluso por v?a artificial, es, en principio, un medio ordinario y proporcionado para la conservaci?n de la vida para los pacientes en "estado vegetativo". ?Por lo tanto es obligatorio en la medida y mientras se demuestre que cumple su propia finalidad, que consiste en procurar la hidrataci?n y la nutrici?n del paciente?. En segundo, lugar se precisa que ese medio ordinario de mantenimiento vital se debe asegurar incluso a los que caen en "estado vegetativo permanente", porque se trata de personas, con su dignidad humana fundamental.

Al afirmar que suministrar alimento y agua es, en principio, moralmente obligatoria, la Congregaci?n para la Doctrina de la Fe no excluye que, en alguna regi?n muy aislada o extremamente pobre, la alimentaci?n e hidrataci?n artificiales puede que no sean f?sicamente posibles, entonces ad impossibilia nemo tenetur, aunque permanece la obligaci?n de ofrecer los cuidados m?nimos disponibles y de buscar, si es posible, los medios necesarios para un adecuado mantenimiento vital. Tampoco se excluye que, debido a complicaciones sobrevenidas, el paciente no pueda asimilar alimentos y l?quidos, resultando totalmente in?til suministr?rselos. Finalmente, no se descarta la posibilidad de que, en alg?n caso raro, la alimentaci?n e hidrataci?n artificiales puedan implicar para el paciente una carga excesiva o una notable molestia f?sica vinculada, por ejemplo, a complicaciones en el uso del instrumental empleado.

Estos casos excepcionales nada quitan, sin embargo, al criterio ?tico general, seg?n el cual la suministraci?n de agua y alimento, incluso cuando hay que hacerlo por v?as artificiales, representa siempre un medio natural de conservaci?n de la vida y no un tratamiento terap?utico. Por lo tanto, hay que considerarlo ordinario y proporcionado, incluso cuando el "estado vegetativo" se prolongue.

______________________

1 La terminolog?a que se refiere a las diferentes fases y formas del "estado vegetativo" es objeto de controversia, pero para el juicio moral eso es irrelevante.

[Traducci?n del original italiano distribuida por la Santa Sede]

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ZENIT publica el comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap. -predicador de la Casa Pontificia- a la liturgia del domingo XXIV del tiempo ordinario, 16 de Septiembre del Tiempo Ordinario - C.

XXIV Domingo del tiempo ordinario [C]
Exodo 32, 7-11.13-14; I Timoteo 1, 12-17; Lucas 15, 1-32


El padre corri? a su encuentro



En la liturgia de este domingo se lee ?ntegramente el cap?tulo decimoquinto del Evangelio de Lucas, que contiene las tres par?bolas llamadas ?de la misericordia?: la oveja perdida, la dracma perdida y el hijo pr?digo. ?Un padre ten?a dos hijos...?. Basta con o?r estas palabras para que quien tenga una m?nima familiaridad con el Evangelio exclame enseguida: ?la par?bola del hijo pr?digo! En otras ocasiones he subrayado el significado espiritual de par?bola: esta vez desear?a subrayar en ella un aspecto poco desarrollado, pero extremadamente actual y cercano a la vida. En su fondo la par?bola no es sino la historia de una reconciliaci?n entre padre e hijo, y todos sabemos qu? vital es una reconciliaci?n as? para la felicidad tanto de padres como de hijos.

Qui?n sabe por qu? la literatura, el arte, el espect?culo, la publicidad, se aprovechan de una sola relaci?n humana: la de trasfondo er?tico entre el hombre y la mujer, entre esposo y esposa. Publicidad y espect?culo no hacen m?s que cocinar este plato de mil maneras. Dejamos en cambio sin explorar otra relaci?n humana igualmente universal y vital, otra de las grandes fuentes de alegr?a de la vida: la relaci?n padre-hijo, el gozo de la paternidad. En literatura la ?nica obra que trata de verdad este tema es la ?Carta al padre?, de F. Kafka (la famosa novela ?Padres e hijos? de Turgenev no trata en realidad de la relaci?n entre padres e hijos, sino entre generaciones distintas).

Si en cambio se ahonda con serenidad y objetividad en el coraz?n del hombre se descubre que, en la mayor?a de los casos, una relaci?n conseguida, intensa y serena con los hijos es, para un hombre adulto y maduro, no menos importante y satisfactoria que la relaci?n hombre-mujer. Sabemos cu?n importante es esta relaci?n tambi?n para el hijo o la hija y el tremendo vac?o que deja su ruptura.

Igual que el c?ncer ataca, habitualmente, los ?rganos m?s delicados del hombre y de la mujer, la potencia destructora del pecado y del mal ataca los n?cleos vitales de la existencia humana. No hay nada que se someta al abuso, a la explotaci?n y a la violencia como la relaci?n hombre-mujer, y no hay nada que est? tan expuesto a la deformaci?n como la relaci?n padre-hijo: autoritarismo, paternalismo, rebeli?n, rechazo, incomunicaci?n.

No hay que generalizar. Existen casos de relaciones bell?simas entre padre e hijo y yo mismo he conocido varias de ellas. Pero sabemos que hay tambi?n, y m?s numerosos, casos negativos de relaciones dif?ciles entre padres e hijos. En el profeta Isa?as se lee esta exclamaci?n de Dios: ?Hijos cri? y saqu? adelante, y ellos se rebelaron contra m?? (Is 1, 2). Creo que muchos padres hoy en d?a saben, por experiencia, qu? quieren decir estas palabras.

El sufrimiento es rec?proco; no es como en la par?bola, donde la culpa es ?nica y exclusivamente del hijo... Hay padres cuyo sufrimiento m?s profundo en la vida es ser rechazados o hasta despreciados por los hijos. Y hay hijos cuyo sufrimiento m?s profundo e inconfesado es sentirse incomprendidos, no estimados o incluso rechazados por el padre.

He insistido en el aspecto humano y existencial de la par?bola del hijo pr?digo. Pero no se trata s?lo de esto, o sea, de mejorar la calidad de vida en este mundo. Entra en el esfuerzo de una nueva evangelizaci?n la iniciativa de una gran reconciliaci?n entre padres e hijos y la necesidad de una sanaci?n profunda de su relaci?n. Se sabe lo mucho que la relaci?n con el padre terreno puede influir, positiva o negativamente, en la propia relaci?n con el Padre celestial y por lo tanto la misma vida cristiana. Cuando naci? el precursor Juan Bautista el ?ngel dijo que una de sus tareas ser?a la de ?hacer volver los corazones de los padres a los hijos y los corazones de los hijos hacia los padres? [Cf. Lc 1,17. Ndr], una misi?n m?s actual que nunca.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit]

Publicado por verdenaranja @ 23:53  | Espiritualidad
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Miles de personas y numerosas autoridades acompa?an a la venerada imagen en su regreso al Real Santuario


(Diario de Avisos, 15 - IX, J.F.J., La Laguna) Las fiestas del Cristo de La Laguna vivieron ayer su jornada grande con la celebraci?n de la Exaltaci?n de la Santa Cruz y la procesi?n de regreso de la venerada imagen a su Real Santuario, en presencia de miles de personas y con la participaci?n de una nutrida representaci?n de autoridades civiles y militares. La jornada m?s multitudinaria de las fiestas patronales se complet? con la tradicional exhibici?n pirot?cnica, que tuvo lugar al filo de la medianoche.

La alcaldesa Ana Oramas ostent? por tercera vez la representaci?n del Rey, por lo que ocup? un papel destacado entre las autoridades en la procesi?n matinal. Tambi?n estuvieron presentes, entre otros, el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, as? como sus consejeros Jos? Miguel Ruano y Mercedes Rold?s; el presidente del Parlamento, Antonio Castro Cordobez; el presidente del Cabildo Insular, Ricardo Melchior, el consejero socialista Santiago P?rez; y los ediles del Ayuntamiento de Santa Cruz Hilario Rodr?guez, Jaime Hern?ndez-Abad, Juan Manuel Brito Arceo y Manuel Parejo.

Los actos comenzaron con la salida del Pend?n Real desde el Ayuntamiento. El estandarte fue portado en esta ocasi?n por Jaime Hern?ndez Abad y el concejal lagunero Javier ?lvarez. Detr?s los acompa?aba una bater?a de honores. Ya en el exterior de la iglesia de La Concepci?n, Ana Oramas, como representante real, pas? revista a las tropas y salud? a todas las autoridades y a los miembros de la Esclavitud del Cristo.

Acto seguido, dio comienzo la solemne celebraci?n eucar?stica, presidida por el obispo de Tenerife, Bernardo ?lvarez Afonso, y el de Ciudad Real, Antonio ?ngel Algora Hernando. La misa fue cantada por los coros del Orfe?n La Paz y Epifan?a, dirigidos, respectivamente, por Juan Ram?n Vinagre Delgado y Mar?a Vianney Contreras D?az.

Finalizada la eucarist?a, tuvo lugar la procesi?n de retorno del Cristo a su santuario en la plaza San Francisco, acompa?ado de autoridades civiles, militares y eclesi?sticas. Una vez en la plaza, la venerada imagen fue colocada bajo un arco especial para que el Ej?rcito desfilase ante ella, con el consiguiente aplauso de los presentes.

Ya por la noche, dio comienzo la celebraci?n del Octavario en el Santuario del Cristo, con una misa predicada por Francisco Gonz?lez Ferrera, padre guardi?n rector de la Comunidad Franciscana de La Laguna. Acto seguido, tuvo lugar una nueva procesi?n del Cristo por las principales calles de la ciudad, visitando los conventos de Santa Clara y Santa Catalina. Al regreso del Sant?simo Cristo a la plaza tuvo lugar la esperada exhibici?n pirot?cnica del d?a grande de las fiestas, con los fuegos lanzados desde el risco de San Roque y, a continuaci?n, la quema de la tradicional traca en la plaza.

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J?venes laguneros: con Cristo, ?remad mar adentro!


HA LLEGADO tu hora Cristo de La Laguna, de cruzar el dintel de San Miguel de las Victorias, y pisar el Atrio Ser?fico, que sabe a sacrificios, misericordia y alabanzas..., que esa tarde del 9 de septiembre se llena de "himnos", jubilosos, y de alfombra de la maestr?a de La Orotava. Te sigo y pregunto: "Se?or, ?qu? quieres que haga?". La pregunta es acuciante, cuando tu venerable imagen toca la plaza, en estos d?as no desangelada, sino engalanada. La pregunta es inquietante al mirar los rostros de los j?venes de Aguere, muchos bautizados, son Iglesia, pero no vienen, no participan, o tambi?n porque no les hemos dejado ser..., pero te miran, Se?or, y pregunto: ?ser? que tendremos que ir con ellos y hacia ellos en la realidad pura de la vida e invitarles a seguirte, y ah? hablarles de t?; ser? que no te hablamos de ellos..., ser? que estamos lejos...? No s?.

Ha llegado la hora de las exigencias de ser cristianos, algo que no resulta aceptable hoy, en que somos m?s sensibles al influjo del ambiente; vivimos bajo el signo de lo emocional y lo provisorio, dominados por la dictadura del relativismo, que en muchos corazones acrecienta sentimientos de incertidumbre, inseguridad, inestabilidad. V?ctimas de la duda, refugiados en la simple emotividad. Seducidos por la pseudocultura del "part time", del "zapping", de lo "light", que no deja espacio para la utop?a; atrapados por el materialismo, que genera una personalidad difusa, que imposibilita para vivir las exigencias del cristianismo.

Ha llegado la hora de ver que los j?venes s?is v?ctimas de todo, tambi?n de nuestras estructuras, heridos por el subjetivismo exagerado, con "pactos a la baja", la generaci?n del "ya", que dej? de so?ar con el futuro, atra?da por el eterno presente, con dificultades para asumir compromisos de vida; hab?is perdido la ilusi?n, o hemos hecho que la perd?is; tal vez, porque nosotros la hemos perdido, y sin ilusi?n es imposible vivir; j?venes cansados, resignados, que van sin saber por qu?; o m?s bien, ?no somos nosotros los cansados, resignados? Sin embargo, la realidad cristiana es que todos estamos llamados a ser y vivir en Cristo. Os veo m?s dispuestos a asumir con gozo, prontitud y radicalidad la forma de vida del Crucificado; veo que intent?is buscar nuevos cauces para vivir el Evangelio de forma aut?ntica y creativa; veo que si confi?is en la Palabra del Se?or (cf. Lc 5,5), pod?is abrazar con ilusi?n el futuro para vivir con valent?a la pasi?n por Cristo y por la humanidad.

Ha llegado la hora de descubrir que el mar en el que os ha tocado vivir est? agitado, o nosotros os hemos situado en un mar muy agitado (cf. Lc 8.23). Para ser cristiano ten?is que confrontaros con un contexto complejo y ambiguo, con una cultura en la que el cambio cotiza al alza, como expresi?n de dinamismo, avance y capacidad creadora, y que, por el contrario, desvaloriza, que sacraliza el desorden del esp?ritu, que arrastra hacia un abismo, y aleja de la convicci?n y la firmeza de lo esencial. Una cultural que genera y comercializa el ser e interrumpe la esperanza y el amor de Dios, y se hunde en el m?s atroz egocentrismo; con una cultura saturada de "saberes", pero que ignora la sabidur?a de lo fundamental, y al ignorar somos muchedumbre solitaria, tentada por un individualismo que apaga la alegr?a, erosiona la identidad e incuba una existencia blanda; con una cultura cuyo lema: "nada a largo plazo", que corroe la confianza, la lealtad, la vida; que potencia el narcisismo; cultura que tiende a la colonizaci?n del esp?ritu, meti?ndoos en un narc?tico mundo artificial, de apariencias, de enga?os, mentiras, falsedades, hipocres?as... que se guardan en el "estuche del protocolo".

Es la hora, j?venes laguneros, vuestra hora de ?remar mar adentro! (cf. Lc. 5.4). "?Sed robustos en la fe!" (cf. I Cor 16,13). Si quer?is seguir a Jes?s, ten?is que estar preparados para ir contracorriente. Seguir a Cristo supone asumir un proyecto contracultural basado en una s?lida y profunda experiencia de Dios y en la radicalidad evang?lica. La vida cristiana no es para mediocres, ni admite rebajas. Jes?s lo pide todo, el Se?or te quiere, porque antes ?l lo dio todo y nos am? primero. Ser de Cristo es una alternativa de vida al modelo que nos presenta la posmodernidad, una alternativa generadora de felicidad, frente al hedonismo, el consumismo, la degradaci?n de las relaciones humanas y a la erotizaci?n; al individualismo y a las ansias de poder, ser y apostar por Cristo es apostar por la libertad, la verdad, la fraternidad. Vosotros, como el Teide, s?is patrimonio de Cristo. Aspirad m?s alto, pues con y por vosotros merece la pena luchar.

Es la hora de remar mar adentro y si os sent?s llamados para seguir a Cristo os digo: confiad en el Se?or y ser?is dichosos, proclamad las maravillas que ?l hace en vosotros y decid: "Grande es el Se?or" (cf. Sal 39); que sus mandatos sean vuestra delicia, gozad con su palabra y vivid su voluntad (cf. Sal 118,41-48). No os cans?is de hacer el bien. La Laguna os necesita, os necesitamos todos (a?n m?s, me atrevo a ser osado y deciros: ?os queremos!) porque todos juntos y con Cristo haremos de La Laguna lo que es: Patrimonio de Fraternidad.

Es la hora, y el "Moreno", el Cristo de La Laguna, se encuentra en la puerta de la Concepci?n. Me vuelvo hacia vosotros y franciscanamente os invito: venid y entremos juntos a la casa del Se?or, porque juntos, como Iglesia, viviremos la paz y el bien de Cristo.

Laguneros: ?felices fiestas!

* Rector del Real Santuario

del Sant?simo Cristo de La Laguna. Publicado en el D?a

Trabajo sobre la presencia de Mar?a en Europa, publicado en DOSSIER FIDES de Agencia Fides.

MAR?A Y EUROPA
(Primera Parte)
Por N. Bux y S. Vitiello




BULGARIA

La opci?n del Rey Boris (882-889) de adherir definitivamente al Patriarcado de Oriente en el a?o 885, cuyo centro era entonces Constantinopla, hoy Estambul, ciertamente determin? la orientaci?n religiosa de la historia de la poblaci?n b?lgara hacia la confesi?n ortodoxa.

En este pa?s el culto mariano, de fundamental importancia para la liturgia eslava, introducida en el mismo per?odo por los disc?pulos de San Cirilo y Metodio, fue el veh?culo privilegiado para la transmisi?n de la fe y piedra fundamental de la espiritualidad popular, particularmente en el per?odo de la ocupaci?n turca, iniciada en 1393 y llevada adelante hasta la independencia del pa?s en 1878.

La invasi?n turca fue de tal dimensi?n que determin? el abandono de la lengua b?lgara y, por lo tanto, la cultura nacional as? como el mismo idioma fueron conservadas solamente en los monasterios del pa?s, a trav?s de la fidelidad a la celebraci?n lit?rgica en eslavo y a la edificaci?n de importantes bibliotecas, en particular en los monasterios de Rila y Trojan y en los de Zograf y sobre el Monte Atos. Las escuelas de estos monasterios, a las que fueron admitidos tambi?n laicos, mostraron plenamente la propia riqueza ya que fueron las ?nicas que ofrecieron una respuesta a la necesidad de aprendizaje dictado por el resurgimiento de la conciencia popular nacional en el siglo XIX.

Bulgaria conoci? entonces el tentativo ideol?gico de hacer de la propia Iglesia una sierva del poder pol?tico, cuando entr? en la ?rbita del r?gimen comunista sovi?tico. Pero tambi?n entonces el profundo sentido popular de pertenencia fue tal que no permiti? su destrucci?n.


SANTUARIO DE LA MADRE DE DIOS PROTECTORA ? RILI
A comienzos del siglo X surge el primer monasterio b?lgaro fundado en Rila por el santo eremita Juan Rilski, a quien se le atribuye el t?tulo de patrono de la naci?n b?lgara y cuyo cuerpo todav?a es custodiada en este lugar. El monasterio, dedicado a la Madre de Dios Protectora, representa el coraz?n no s?lo del cristianismo sino de toda la cultura de este pa?s. El Cristianismo, en efecto, ha revelado y revela as? al mundo su ser el ?nico aut?ntico guardi?n de la verdad del hombre, de su aut?ntica dimensi?n personal, de su misma historia, ya que nunca, respondiendo a su necesidad infinita, ha debido censurar alg?n aspecto de la existencia humana, sino que cada detalle y cada instante de ella ha encontrado y encuentra su realizaci?n plena en el Se?or Jes?s.

El monasterio de Rila, al que el pueblo est? particularmente vinculado debido a su funci?n fundamental de salvaguarda de la cultura nacional durante la dominaci?n turca, fue destruido en un incendio en 1833. Inmediatamente tuvo lugar un concurso nacional para su reedificaci?n restituyendo as? su antiguo esplendor. El icono de la Bienaventurada Virgen Mar?a, que all? se venera, don del emperador bizantino Miguel Commeno en el siglo XIII fue denominada con raz?n ?Protectora?.

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La ciudad celebra hoy el d?a grande de las fiestas del Cristo con la procesi?n, al mediod?a, de la venerada imagen hacia su santuario, el traslado del Estandarte Real, los honores a la alcaldesa, Ana Oramas, como representante del Rey, y la exhibici?n de fuegos.


(EL D?A, 14 - IX, D. BARBUZANO, La Laguna) Las fiestas del Cristo, que cumplen este a?o el cuarto centenario de su institucionalizaci?n, llegan hoy a su mayor cota de devoci?n y solemnidad con la procesi?n de la venerada imagen al mediod?a y monumental exhibici?n de fuegos artificiales por la noche, como actos m?s sobresalientes.

El Cristo de La Laguna da hoy m?s que nunca un abrazo a la ciudad porque es su d?a grande, y ello, a lo largo de la historia, lo han reflejado los afamados poetas. Domingo J. Manrique emociona al decir que "entre nubes de p?rpura, coronado de espinas,/surge Jes?s, abriendo sus brazos redentores/a todas las angustias, a todos los corazones". Antonio Zerolo habla de "los brazos extendidos que a todos nos bendice y nos abraza", mientras que Emeterio Guti?rrez Albelo destaca el "abrazo en que se funde la humanidad entera". Y como remate, Ram?n Cu? dijo en el pasado lo que siempre sucede tal que hoy, ya que "Tenerife es s?lo un trono/para llevar por los mares,/ con los dos brazos abiertos,/en procesi?n de milagros,/ a su Cristo lagunero".

Pero antes de que el Cristo abra sus brazos al pueblo, muchos ser?n los que primero acudan a ?l para brindarle los suyos, empezando los actos, a las 10:00 horas, con la procesi?n c?vico-militar del traslado del Estandarte Real desde las Casas Consistoriales hasta la iglesia de la Concepci?n, con la asistencia de las primeras autoridades civiles y militares.

A las 11:00 horas, con todas las autoridades en formaci?n protocolaria y fuerzas militares, llegar? el representante del Rey de Espa?a, que este a?o ha reca?do en la alcaldesa de La Laguna, Ana Oramas, quien pasar? revista a las tropas, acompa?ada del teniente general jefe del Mando de Canarias, Jos? Luis Vega Alba. La alcaldesa, despu?s de saludar a las diferentes autoridades, entrar? en la Concepci?n, una vez que el Esclavo Mayor del Cristo, Emilio La Roche Machado, le entregue el bast?n de plata de la Esclavitud.

Acto seguido, dar? comienzo la solemne celebraci?n eucar?stica, presidida por el obispo de Tenerife, Bernardo ?lvarez Afonso, y el de Ciudad Real, Antonio ?ngel Algora Hernando. La misa ser? cantada por los coros del Orfe?n La Paz y Epifan?a, dirigidos, respectivamente, por Juan Ram?n Vinagre Delgado y Mar?a Vianney Contreras D?az.

A su t?rmino tendr? lugar la procesi?n de retorno del Cristo a su santuario, acompa?ado de autoridades civiles, militares y eclesi?sticas presentes. Cuando el Crucificado moreno llegue a la plaza de San Francisco, ser? colocado bajo un arco especial para que el Ej?rcito desfile ante dicha imagen, lo cual siempre es objeto de grandes aplausos por parte del p?blico.

Por la noche, el Cristo volver? a salir en procesi?n de su santuario con direcci?n a la Concepci?n, donde habr? una ofrenda pirot?cnica para luego regresar a la plaza de San Francisco, desde donde presidir? los fuegos del Risco de San Roque, donde varias pirotecnias quemar?n sus mejores fuegos, concluyendo todo con la tradicional traca que elevar? al cielo m?s de 20.000 voladores.

El tranv?a, con el Cristo

En previsi?n de la gran afluencia de p?blico que se espera para hoy, Metropolitano ha decidido poner un servicio especial de refuerzo del tranv?a para hoy desde las 21:00 horas hasta las 2 de la madrugada. Hasta las 24:00 horas, pasar?n cada 10 minutos por parada y sentido, y a partir de dicha hora, el servicio ser? cada 20 minutos. El resto de la noche, los tranv?as operar?n en su horario nocturno habitual.

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Viernes, 14 septiembre 2007 ZENIT publica las respuestas de la Congregaci?n para la Doctrina de la Fe a preguntas de la Conferencia Episcopal Estadounidense sobre la alimentaci?n e hidrataci?n artificiales.


Primera pregunta: ?Es moralmente obligatorio suministrar alimento y agua (por v?as naturales o artificiales) al paciente en ?estado vegetativo?, a menos que estos alimentos no puedan ser asimilados por el cuerpo del paciente o no se le puedan suministrar sin causar una notable molestia f?sica?

Respuesta: S?. Suministrar alimento y agua, incluso por v?a artificial, es, en principio, un medio ordinario y proporcionado para la conservaci?n de la vida. Por lo tanto es obligatorio en la medida y mientras se demuestre que cumple su propia finalidad, que consiste en procurar la hidrataci?n y la nutrici?n del paciente. De ese modo se evita el sufrimiento y la muerte deivados de la inanici?n y la deshidrataci?n.

Segunda pregunta: ?Si la nutrici?n y la hidrataci?n se suministran por v?as artificiales a un paciente en "estado vegetativo permanente", pueden ser interrumpidos cuando los m?dicos competentes juzgan con certeza moral que el paciente jam?s recuperar? la consciencia?

Respuesta: No. Un paciente en "estado vegetativo permanente" es una persona, con su dignidad humana fundamental, por lo cual se le deben los cuidados ordinarios y proporcionados que incluyen, en principio, la suministraci?n de agua y alimentos, incluso por v?as artificiales.


El Sumo Pont?fice Benedicto XVI, en la audiencia concedida al infrascrito Cardenal Prefecto, ha aprobado las presentes Respuestas, decididas en la Sesi?n Ordinaria de la Congregaci?n, y ha ordenado que sean publicadas.

Dado en Roma, en la sede de la Congregaci?n para la Doctrina de la Fe, el 1 de agosto de 2007.

William Cardenal Levada
Prefecto
Angelo Amato, S.D.B.
Arzobispo titular de Sila
Secretario

[Traducci?n del original en lat?n distribuida por la Santa Sede]

Madrid (Agencia Fides) - Ante la inminencia del inicio del curso escolar, las 31 asociaciones y plataformas civiles promotoras de la objeci?n de conciencia, han elaborado un dec?logo con el fin de dar criterios pr?cticos a los padres que se vean afectados por la Educaci?n para la Ciudadan?a durante el curso 2007-2008.



DEC?LOGO PARA LOS PADRES OBJETORES FRENTE A EDUCACI?N
PARA LA CIUDADAN?A CON HIJOS EN 3? DE LA ESO A LOS QUE AFECTA
LA ASIGNATURA EN EL CURSO 2007- 2008


1. LIBERTAD DE EDUCACI?N.- La actuaci?n de los padres se ampara en la libertad ideol?gica y religiosa (art. 16.1 de la Constituci?n) y en la libertad de educaci?n. Los poderes p?blicos est?n constitucionalmente obligados a garantizar ?el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formaci?n religiosa y moral que est? de acuerdo con sus
propias convicciones? (art. 27. 3 de la Constituci?n espa?ola).

2. DERECHO CONSTITUCIONAL A LA OBJECI?N DE CONCIENCIA.- La
objeci?n de conciencia es, seg?n la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, un derecho reconocido expl?cita e impl?citamente en la Constituci?n Espa?ola (art. 16.1 sobre la libertad ideol?gica y religiosa), para cuya aplicaci?n no es necesario un desarrollo legal espec?fico para cada materia o caso. Los padres objetores ejercen un derecho constitucional y por tanto es inadmisible en nuestro Estado de Derecho ning?n tipo de sanci?n, perjuicio o represalia por parte de la Administraci?n.

3. PRESENTACI?N DE LA OBJECI?N.- Para ejercer la objeci?n de conciencia basta con presentar, en cualquier momento -antes o despu?s del inicio del curso-, un escrito en la Direcci?n del Colegio comunicando esta opci?n. Se trata de una comunicaci?n (no de una ?solicitud?) que el centro tiene obligaci?n de recibir. Si hubiera alguna dificultad al respecto, puede enviarse un burofax desde una oficina de
Correos o desde el ordenador a trav?s de la p?gina web
www.correos.es o bien presentarse el escrito en el registro general de la Subdelegaci?n o Delegaci?n del Gobierno en nuestra provincia.

4. COPIA SELLADA DEL ESCRITO.- Es fundamental pedir y conservar una copia sellada del mencionado escrito de objeci?n de conciencia o, en su caso, del correspondiente resguardo del burofax, pues esta copia o resguardo es la prueba de nuestra objeci?n y la base para cualquier
reclamaci?n o recurso posterior.

5. ASISTENCIA DEL ALUMNO AL CENTRO.- En ning?n caso la presentaci?n de la objeci?n de conciencia justifica la inasistencia del alumno al Colegio, aunque la clase de Educaci?n para la Ciudadan?a y los Derechos Humanos coincida con el principio o el final de la jornadaescolar. En horario escolar, el alumno debe estar SIEMPRE en el colegio, salvo que concurran otro tipo de causas ajenas a la asignatura o la
objeci?n de conciencia. En otro caso, podr?a producirse una falta de absentismo escolar no justificable y por ello no hay que atender las ?rdenes verbales de que el ni?o se marche a casa, salvo que expresamente y por escrito se le dispense de su obligaci?n de estar en el centro.

6. NO ASISTENCIA A LAS CLASES DE EDUCACI?N PARA LA CIUDADAN?A.-Desde el momento de la presentaci?n del escrito de objeci?n de conciencia, el alumno no debe asistir NUNCA a las clases de Educaci?n para la Ciudadan?a. Si el centro escolar organiza clases alternativas comunic?ndoselo as? a la Administraci?n, el alumno podr? asistir a estas
clases si respetan la elecci?n de los padres.

7. ACTIVIDADES ALTERNATIVAS A EDUCACI?N PARA LA CIUDADAN?A.- La Direcci?n del Colegio es responsable del menor mientras ?ste permanezca en el centro, por lo que a aquella corresponde dar la debida atenci?n educativa al alumno durante el tiempo de no asistencia a las clases de Educaci?n para la Ciudadan?a y los Derechos Humanos.
Los padres prestar?n la m?xima colaboraci?n a la Direcci?n del centro para el buen desarrollo de dicha atenci?n, siempre y cuando no se realice con criterios contrarios a sus convicciones. En ese tiempo el alumno podr? realizar, por ejemplo, estudio en la biblioteca, asistir a clase de otra asignatura normal, realizar trabajos sobre la Constituci?n u
otras materias, realizar deporte, etc.

8. COMUNICACIONES POR ESCRITO DEL COLEGIO O LA ADMINISTRACI?N
CONTRARIAS AL RECONOCIMIENTO DEL DERECHO A LA OBJECI?N.-
Ante cualquier comunicaci?n de la Direcci?n del Colegio o de la Administraci?n que pueda significar un perjuicio presente o futuro para los padres o el alumno (como pueden ser la denegaci?n del derecho a la objeci?n, el recordatorio del car?cter obligatorio de la asignatura o la amenaza de consecuencias negativas, incluidas el suspenso en la
asignatura, la no promoci?n o la no obtenci?n del t?tulo
correspondiente) los padres iniciar?n el tr?mite de asesoramiento al que se refiere el apartado 10 siguiente.

9. COMUNICACIONES MERAMENTE VERBALES DEL COLEGIO O LA
ADMINISTRACI?N QUE PUEDAN SER GRAVES.-
Aun trat?ndose de una comunicaci?n meramente verbal del Colegio o la Administraci?n, si por las circunstancias en que aquella se produce o por su gravedad, se plantean dudas sobre sus posibles consecuencias, es conveniente pedir asesoramiento cuanto antes.

10. ASESORAMIENTO E INICIO Y TRAMITACI?N DE ACCIONES LEGALES.- El
Servicio de Asistencia Jur?dica al Objetor (contacto a trav?s de los tel?fonos 914132957, 915325865 y 690780616) presta a los padres asesoramiento y, si as? lo desean ?stos, se encargar? de iniciar y tramitar las acciones legales oportunas -tanto administrativas como judicialespara
la defensa de sus derechos. Este Servicio tiene car?cter
estrictamente gratuito y est? formado por una red de abogados y procuradores que colaboran desinteresadamente con la causa de la libertad de ense?anza y de conciencia.
Los plazos para los recursos son muy breves (en el supuesto m?s normal, 10 d?as) por lo que el contacto con el servicio de asesoramiento debe ser lo m?s inmediato posible.

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Viernes, 14 de septiembre de 2007
ASIA/INDONESIA - ?Flores, isla feliz para la convivencia isl?mico-cristiana en las familias, en las escuelas, en la sociedad?: es el testimonio de Sor Daniela Martinello, misionera en Indonesia desde hace 13 a?os.

Ende (Agencia Fides) - ?La isla de flores es un feliz ejemplo de armon?a isl?mico-cristiana. Cristianismo e Islam conviven pac?ficamente en las familias, en las escuelas, en la sociedad. Esto sucede cuando existe respeto, reciprocidad absoluta, convergencia hacia el objetivo del bien com?n para la sociedad?: es lo que explica en un coloquio con la Agencia Fides Sor Daniela Martinello, de las hermanas de la Sagrada Faz, misionera italiana en Indonesia desde hace 13 a?os.

La Isla de Flores (que los lugare?os llaman Pulau Bunga, es decir ?isla de las flores?) se encuentra en el archipi?lago indonesio, al este de Bali, y es el ?nico lugar de Indonesia - pa?s de gran mayor?a musulmana, con cerca de 200 millones de fieles - donde la religi?n cristiana es mayoritaria respecto del Islam, por herencia de la colonizaci?n portuguesa: de una poblaci?n de cerca de 1,5 millones de personas, los cat?licos son el 60% y los musulmanes el 40%.

Sor Daniela nos cuenta que desde el inicio de la misi?n de las Hermanas de la Sagrada Faz, congregaci?n fundada por la Beata Mar?a P?a Mastena con el carisma de ?propagar, repara, reestablecer la Sagrada Faz del dulce Jes?s en las almas?: ?En 1991, recibimos una invitaci?n en Asia y partimos para Indonesia, donde actualmente residimos en Flores y en Timor. En este pueblo del extremo oriente asi?tico el carisma ha sido acogida, encarnado y enriquecido en el estilo sobrio y meditativo propio de esta gente que sabe interiorizar el valor del silencio, de la serenidad, de la justa medida de todas las cosas. Nosotras, religiosas italianas e indonesias, vivimos con simplicidad el Evangelio con las personas entre las que trabajamos: los ni?os de las escuelas, aquellos de la catequesis, los j?venes universitarios y aquellos representantes de diversos grupos parroquiales, adultos de diversas asociaciones comprometidas en la pastoral parroquial. Adem?s, nos ocupamos de los pobres que vienen a nuestras casas y de aquellos necesitados que vamos a buscar: enfermos, encarcelados, y todos aquellos que se dirigen a nosotros, sean cat?licos, musulmanes, hind?es, protestantes, con los que vivimos serenamente, alimentando el di?logo y el ecumenismo?.

Hoy, las religiosas de la Sagrada Faz trabajan en la Arquidi?cesis de Ende, y tambi?n en los pueblos de Maumere, Kupang, en Timor, otra isla indonesia, comprometidas a desarrollar un servicio pastoral de base: ?Hemos encontrado un contexto en el que hay mucho entusiasmo hacia la fe, pero las ra?ces son poco profundas, ya que persiste un fondo de creencias animistas. Existe una realidad laical muy fuerte y desarrollada, pero se nota una carencia en la formaci?n: en esto es sumamente ?til nuestro trabajo. Hemos iniciado el trabajo con los ni?os, desarrollando una Infancia Misionera, y hemos abierto una escuela materna, en la que damos una educaci?n humana y religiosa a los ni?os, siempre en di?logo y en acuerdo con la autoridad gobernativa?.

Es extraordinaria en Flores, observa Sor Daniela, la experiencia de las relaciones isl?mico-cristianas: ?Hay una armoniosa convivencia isl?mico-cristiana tambi?n en las familias, las cuales con frecuencia tienen hijos de diversas religiones. Recuerdo la historia de dos gemelos, uno cat?lico, el otro musulm?n, ejemplo de armon?a. El hecho es que existe todav?a en Flores una instituci?n familiar con una s?lida tradici?n cultural, y prevalece el legamen de sangre. Adem?s, en Flores funciona muy bien el Forum para el di?logo Cultural, que frecuentemente interviene para dirimir los conflictos ligados a cuestiones de diversa ?ndole, que son resueltas por un equipo mixto, sin dejar que se introduzcan enemistades en dichas comunidades?.

Adem?s, las dos comunidades est?n siempre atentas a la eventual presencia de extremismos: ?En los periodos de las fiestas cat?licas e isl?micas se presta mucha atenci?n a las nuevas caras. Los habitantes locales mantienen lejos a eventuales exponentes radicales que vienen de afuera (recordemos el caso de la guerra en las islas Molucche). Frecuentemente los j?venes isl?micos hacen ronde en torno a Iglesias Cat?licas y los Cat?licos en torno a las mezquitas para evitar infiltraciones de extremistas. Y la polic?a misma est? muy atenta. Hay plena reciprocidad: se busca evitar que las peque?as tensiones se conviertan en grandes, tambi?n porque existe una situaci?n de pobreza que puede ser terreno f?rtil para los radicalismos?.

Tambi?n en las escuelas existe una ?smosis entre cat?licos y musulmanes: ?Las escuelas isl?micas no est?n cerradas r?gidamente, sino que est?n abiertas a la presencia de alumnos cat?licos, y viceversa, ni?os musulmanes frecuentan nuestras escuelas. En ambas, en acuerdo con las autoridades civiles locales, existe el permiso para la respectiva hora de religi?n: nosotras, las hermanas, hemos podido acudir a las escuelas musulmanas a realizar pastoral vocacional entre el alumnado cat?lico?.

Se debe notar que el de Flores es un Islam abierto y tolerante, profundamente influenciado por la m?stica isl?mica suf?. Y debemos recordar, dice Sor Daniela, ?que tambi?n el primer presidente indonesio Sukarno, que fue exiliado a Flores, tuvo modo de entrar en di?logo y en relaci?n con la comunidad cat?lica y recibi? algunos valores en la elaboraci?n de la ?Pancasila?, documento de los cinco principios fundamentales que inspiran la vida social indonesia?.

?Entre las comunidades -concluye la religiosa- hay pleno respeto y acuerdo, existen ?ptimas relaciones, ya que ambas comunidades tienen en mucho el bien com?n?. Un ejemplo que se espera pueda contagiar otras ?reas de tensi?n del archipi?lago indonesio y pueda llegar m?s all? de los confines de Flores, para la convivencia isl?mico cristiana en todo el mundo. (PA) (Agencia Fides 12/9/2007; l?neas 66, palabras 923)

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VATICANO - AVE MARIA por don Luciano Alimandi - ??Mira a la estrella, llama a Mar?a!?

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El amor de Dios se derrama en nuestro corazones cuando nos encuentra abiertos en la fe al amor verdadero, que consiste en amar a Dios por Dios y a los hermanos por los hermanos. En otras palabras el amor es aut?ntico cuando es gratuito, desinteresado, cuando se olvida de s? mismo y se dirige al otro: el Otro que es Dios, el otro que es el pr?jimo. ?El amor exige siempre salir de s? mismos, exige siempre dejarse a s? mismos? (Benedicto XVI, 9 de septiembre de 2007). El amor verdadero es exactamente lo opuesto del amor propio que se cierra sobre s? mismo y no se abre y no se dona.

Esta es la condici?n del hombre sin la gracia: no puede donar lo que no ha recibido. Para poder amar con amor aut?ntico el hombre tiene necesidad por lo tanto de la Verdad-Amor que es el Se?or Jes?s. ?Sin m? no pod?is hacer nada? dice Jes?s en el Evangelio; todo cristiano, de todo tiempo, se encuentra a s? mismo en estas palabras del Maestro porque las experimenta en su carne misma, a lo largo de la existencia humana. ?l conf?a plenamente en Jes?s, lo sigue cada d?a tomando la propia Cruz y se pierde a s? mismo para encontrarlo a ?l: ?Quien quiera salvar la propia vida, la perder?, pero quien pierda la propia vida por m?, la salvar?. S?lo as? nos hacemos capaces de un nuevo y misterioso amor, que supero toda expectativa nuestra y nos hace personas nuevas en lo ?ntimo, justamente porque ya no somos nosotros sino el Amor de Dios en nosotros.

Cuantas veces, en la vida, el cristiano tiene la experiencia de este maravilloso intercambio entre su miseria y la riqueza de la gracia de Dios, viviendo as? aquella extraordinaria aventura realizada por todos aquellos que se han perdido a s? mismos por el Se?or y que han recibido a cambio su coraz?n, su pensamiento, sus intenciones y su amor. Primera entre todos fue Mar?a, que es para nosotros Madre y modelo de total donaci?n y plena acogida de Dios, como el Santo Padre record? recientemente: ?el amor de Dios, que ?se perdi? a s? mismo? por nosotros entreg?ndose a nosotros, nos dona la libertad interior para ?perder? nuestra vida, para encontrar as? la vida verdadera. La participaci?n a este amor dio a Mar?a la fuerza para decir su ?s? sin reservas (?). Plenamente disponible, totalmente abierta en su intimidad y libre de s?, dio a Dios la posibilidad de colmarla con su Amor, con el Esp?ritu Santo. As? Mar?a, la mujer simple, pudo recibir en s? misma al Hijo de Dios y donar al mundo el Salvador que se hab?a donado a Ella? (Benedicto XVI, 9 de septiembre de 2007).
La Virgen, desde la Anunciaci?n hasta la Cruz, est? a nuestro lado para hacernos comprender el misterio de este amor crucificado, de este amor lleno de sufrimiento, que, si es acogido en uni?n con Cristo, no representa ya una amenaza, ni una derrota, sino, con la gracia redentora, se convierte para nosotros y para los dem?s en camino que conduce a Dios.
En este d?a dedicado al Sant?simo Nombre de Mar?a repetimos la estupenda oraci?n de San Bernardo, siguiendo al Santo Padre que invit? a todos a ?hacerse ?ni?o? confiadamente ante Mar?a, como lo hizo el Hijo mismo de Dios. San Bernardo dice, y nosotros decimos con ?l: ?Mira a la estrella, llama a Mar?a? En los peligros, en las angustias, en las incertidumbres, piensa en Mar?a, llama a Mar?a. No se aleje tu su nombre de tu boca, no se aleje de tu coraz?n? Sigui?ndola no te pierdes, rez?ndole no desesperas, pensando en ella no te equivocas. Si ella te sostiene, no caes; si ella te protege, no temes; si ella te gu?a, no te cansas, si ella te concede su favor, llegar?s a tu meta?? (Benedicto XVI, 9 de septiembre de 2007). (Agencia Fides 12/9/2007; l?neas 40, palabras 665)

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Caritas diocesana de Tenerife informa sobre grupo de voluntariado de nominado "Ser joven te enreda".


Buenos d?as!!!

Les mando informaci?n sobre el grupo de voluntariado joven de C?ritas denominado "Ser joven te enreda".

Lo forman j?venes de entre 17 y 25 a?os, con ganas de divertirse, reflexionar, aprender, y sobre todo actuar.
En este grupo tienen la oportunidad de conocer gente, pasarselo bien, y en especial transformar la realidad ayudando a quienes m?s lo necesitan.

Este grupo no pretende suplantar los grupos de fe, sino ser un complemento a estos, ofreciendo esa parte m?s de acci?n al servicio del reino.

Tambi?n pretende ser una alternativa para esos j?venes que no se acercan a nuestras iglesias, pero que tienen una motivaci?n por ayudar a los dem?s.

?Donde y cuando nos reunimos?

La primera reuni?n de este curso ser? el Domingo 7 de Octubre a las 18:30 en la Plaza de la Cruz del Se?or N? 1, entrada por Santiago Beyro.

Sin J?venes este proyecto no tiene sentido. Por lo que rogamos que transmitan la informaci?n y sobre todo motiven a los j?venes de su alrededor para que se animen a colaborar con nosotros.

Les mando la imagen del cartel y del folleto informativo, esperando que me llamen para llevarles impresos todos los que necesiten.

Los telefonos de contacto son:
- Irene: 619 626 496
- Tere: 670 806 998.

Correo electr?nico: [email protected]

Oraci?n distribuida entre los miembros del grupo arciprestal de profesores de Religi?n de Icod en su primera reuni?n de curso.

ORACI?N PARA EL NUEVO CURSO


Se?or del Tiempo y de la Vida:
Gracias por esta nueva oportunidad de ?empezar y seguir? preguntando, buscando, aprendiendo, construyendo.

Para que algo sea nuevo quiero pedirte que mi mirada gane en hondura y detalle
para que vea m?s claramente el discurrir de mis d?as
junto a mis compa?eros, amigos y la humanidad entera
como una traves?a hacia el crecimiento, la entrega,
el amor y la lucha por un mundo m?s humano y m?s justo para todos.

Hazme caminar consciente y atento a todos los lugares y personas con los que me ir? cruzando en este tiempo, y que conozca, por experiencia,
qu? bellos son los pies del mensajero que anuncia tu Buena Noticia.

Qu?tame el miedo a los cambios y a las preguntas que me oprimen el coraz?n y la mente
para que los acoja serenamente y aprenda a vivir con ellos
hasta el d?a en que sea posible una decisi?n, una respuesta.
Que d? la bienvenida con una sonrisa
a todos los que me ofrezcan su mano
y sepa crear con ellos una red de acogida, de presencia, de implicaci?n y solidaridad
de modo que cada nombre y cada historia me sean importantes.

Que reciba como un regalo tuyo personal
cada una de las cosas creadas y sepa disfrutarlas,
pero tambi?n cuidarlas y compartirlas no s?lo con los m?os.
Que el manantial de la ternura y la compasi?n,
que brotan de tus entra?as de misericordia,
manen sin cesar dentro de m?, d?a y noche
y comprenda y acoja los gozos y las l?grimas
de cada uno de tus hijos, mis hermanos.

Que cada ma?ana despierte sereno y con br?os,
con la acci?n de gracias en mis labios y en mi coraz?n y que mis palabras y mis hechos, peque?os o grandes, proclamen que todo es gracia, oportunidad y don.

Que mi esp?ritu est? abierto para descubrir lo que de m? quieres en cada momento
y que mi oraci?n sea un tiempo de amor y de vida,
de sabidur?a y docilidad a tu Palabra y a tus palabras de valent?a y fortaleza, de generosidad y reconciliaci?n de paz y de permitirte sembrar en m? mil inquietudes, que me hagan madurar como persona y mejorar
el peque?o rinc?n de la tierra en el que me has puesto.

Te ofrezco todas las horas de este nuevo curso
para que, como levadura evang?lica,
sin miedos ni falsas excusas,
sea capaz de fermentar este mundo en tu Nombre, haci?ndolo nuevo, tierno, ?m?s tuyo!

Y que t? me salgas continuamente al encuentro
con tu bendici?n, siendo mi Roca, mi Fuerza,
mi Consuelo y mi Apoyo...
aunque yo me olvidara de ti
y gu?rdame de todo mal. Am?n.

Enrique Mart?nez, cmf

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Jueves, 13 de septiembre de 2007
DOSSIER FIDES sobre la presencia de Mar?a en Europa

MAR?A Y EUROPA
(Primera Parte)

Por N. Bux y S. Vitiello




B?LGICA


Pa?s entre aquellos en que la devoci?n a la Santa Madre de Dios ha encontrado los corazones m?s f?rtiles, B?lgica vivi? con asombro, alrededor de los siglos III y IV, la cristianizaci?n de las fiestas paganas como consecuencia de la evangelizaci?n de los pueblos b?rbaros.

Gratia non tollit naturam sed eam perficit. La Cristianizaci?n no apunt? a eliminar la celebraci?n de las fiestas que ya exist?an sino a darles un nuevo significado, realizando exactamente lo que Cristo realiza en el coraz?n de cada uno. ?l ?no nos salva de nuestra humanidad sino a trav?s de ella? (Benedicto XVI, Mensaje Urbi et Orbi, Navidad 2005).
La fiesta de mayo fue dedicada as? a la Bienaventurada Virgen, quien, a trav?s de la edificaci?n de capillas e im?genes marianas al interno de los pueblos y sobre todo de los bosques, purific? pr?cticas supersticiosas y creencias paganas aut?ctonas.

Entre el 625 y el 750 surgieron a lo largo de las tierras de la antigua B?lgica cuarenta y cinco monasterios benedictinos, fuentes visibles del inacabable amor por Cristo y por Su Santa Madre.

Entre las muchas hermandades que, despu?s del a?o Mil, enriquecieron la vida religiosa del pa?s, vinculando su nacimiento a algunos santuarios marianos, tres ameritan una atenci?n particular. Parece que la m?s antigua es la hermandad de Nuestra Se?ora de Tongres, surgida junto al santuario del mismo nombre en 1093. Alrededor de tres siglos despu?s, en la Fiandre, vieron la luz las hermandades del Rosario y de la Bienaventurada Virgen de los Siete Dolores.

NUESTRA SE?ORA DE BEAURING ? BEAURING

En Beauring, provincia de Namur, ante cuatro muchachas y un ni?o, desde el 2 de diciembre de 1932 hasta el 3 de enero de 1933, la Virgen se apareci? sobre un majuelo en el jard?n de una casa de descanso para monjas, present?ndose como ?Madre de Dios? y ?Reina del Cielo? y prometiendo de convertir a los pecadores a cambio de oraciones, de la edificaci?n de una capilla y de una peregrinaci?n a ella. Como antes en F?tima, la Dulce Virgen mostr? el propio coraz?n, no coronado de espinas sino recubierto de oro y por lo tanto glorificado y esplendoroso de amor por Dios y por el hombre. Los efectos de esta manifestaci?n fueron inmediatamente visibles: decenas de miles de personas participaron a las ?ltimas apariciones, haciendo de esta casa de descanso una importante meta de peregrinaci?n.

Como muchas veces sucede, despu?s de tal llamada del Sensus Fidei, fue dado reconocimiento efectivo a la dulce aparici?n: el jard?n con el majuelo fue transformado en un santuario al abierto, extendi?ndose en un segundo tiempo por las tierras del antiguo castillo de Beauraing, con su respectivo parque, y cubriendo parte de la plaza con un edificio destinado a reparar a los peregrinos enfermos de la intemperie.

El Obispo de Namur permiti? el culto p?blico en 1943 y en 1948 reconoci? la autenticidad de las apariciones y de dos curaciones realizadas en los primeros tiempos.

NUESTRA SE?ORA DE LOS POBRES ? BANNEUX

Como testimonio de la eficacia hist?rica de la acci?n divina en el espacio y en el tiempo, seg?n el m?todo de la Encarnaci?n de Nuestro Se?or Jesucristo, en los a?os despu?s de la primera guerra mundial surgi? y se desarroll? una gran ciudad, Banneux, poco lejos de Liegi, al Oeste del Pa?s, cuyo origen est? vinculado inseparablemente a las apariciones de la Reina del Cielo, tanto que a?n hoy es llamada com?nmente con el t?tulo de ?ciudad mariana?.

Aqu? la Virgen, por ocho veces desde el 15 de enero al 2 de marzo de 1933, inmediatamente despu?s de la ?ltima manifestaci?n en Beauraing, se apareci?, circundada y coronada de luz, a Mariette Beco, de once a?os, hija de padres pobres y honestos pero religiosamente no practicantes. Esa tarde de enero, mientras esperaba en la ventana el regreso de su hermano Julien, la muchacha vio por primera vez a la Santa Madre Celeste, vestida como una mujer que con su luminosidad contrastaba la oscuridad del invierno.

La Dulce Se?ora, en las apariciones que siguieron, la invit? a sumergir las manos en una peque?a fuente de agua helada, para dar alivio a los enfermos.

Despu?s de las celestes apariciones se edific?, justamente en el jard?n de la familia Beco, en breve tiempo, el principal santuario mariano belga, dedicado a Nuestra Se?ora de los Pobres; constituido no por una bas?lica sino por una capilla, por expl?cita indicaci?n de la Virgen, junto a algunos edificios en cuyo centro se reserv? una gran explanada para acoger las celebraciones con participaci?n de un gran n?mero de fieles. desde 1933, en efecto, a pesar de las difundidas desconfianzas locales por las peregrinaciones, Banneux fue testigo de al menos unos cien provenientes de toda Europa.
El t?tulo de santuario nacional de B?lgica es atribuido en cambio a la iglesia de ?Nuestra Se?ora de Hal?, situada en el camino que lleva de Mons a Bruxelles. Lo que le dio el m?rito de obtener este t?tulo es el haber asistido, a los pies de sus muros y bajo la protecci?n de la Virgen Madre, a muchas batallas determinantes para la independencia del pa?s. La estatua que representa a la Santa Madre sentada en un trono mientras da de lactar al Ni?o Jes?s, imagen donada por la reina de Hungr?a Santa Isabel a su hija Sof?a, que se cas? en B?lgica, fue expuesta para la veneraci?n en el siglo XIII y m?s precisamente en el a?o 1257. En los siglos XIV y XV se erigieron la magn?fica iglesia g?tica y la capilla en la que se venera la santa imagen. La fama de los milagros, escrupulosamente documentados, obtenidos por intercesi?n de Nuestra Se?ora de Hal fue tal, que muchas ciudades, incluso en Francia, fueron a Ella dedicadas.

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DOSSIER FIDES sobre Mar?a en Europa. Colocamos Mar??a en Austria.

MAR?A Y EUROPA
(Primera Parte)

Por N. Bux y S. Vitiello




AUSTRIA


La Santa Madre de Dios, a Quien el pueblo austriaco asign? el t?tulo de ?Magna Mater Austriae?, ha siempre acompa?ado a la historia de estas tierras, invocada como ?Maria Hilf?, Ayuda de los Cristianos. La poblaci?n de aquellas tierras fue educada en la devoci?n mariana por los primeros cristianos de Italia del Norte. Posteriormente se enriqueci? con las ense?anzas del Santo Obispo Ambrosio, quien mand? sus propios misioneros, capaces de mostrar a Mar?a como Madre tierna y afectuosa con sus hijos, s?lido baluarte contra las huestes de Satan?s.

La milagrosa liberaci?n de la ciudad de Viena del asedio de doscientos mil soldados turcos, en el verano de 1683, es atribuida a la intercesi?n de la Bienaventurada Virgen. Para agradecer a la Divina Auxiliadora fueron enviados los trofeos de guerra al santuario de Passou, ahora ciudad alemana, y con ocasi?n de tal evento el Santo Padre Inocencio XI instituy? la fiesta del Santo Nombre de Mar?a, que se celebra en toda la Iglesia el 12 de septiembre de cada a?o.

El m?rito del notable desarrollo del culto mariano se deve a las ?rdenes regulares, primero la benedictina y luego la cisterciense, premonstratense, franciscana y dominica, las cuales difundieron por todas partes im?genes, capillas, iglesias y santuarios dedicados a la Santa Madre de Dios.

En la abad?a benedictina de Lambach, edificada en el 1032 por San Adalberto, aparece entre los frescos la Bienaventurada Virgen entronizada, como la Nicopeia bizantina. En la iglesia conventual de Seckau domina desde el siglo XII, una milagrosa imagen de Mar?a. En Rein, en la m?s antigua abad?a cisterciense de Austria, construida en 1129 por Leopoldo I, marqu?s de Estiria, sonr?e la Virgen coronada de espigas, parecida a Santa Mar?a de las Gracias de Mil?n. En la iglesia de los Escoceses, en Viena, desde 1158 atrae a los fieles la Domina en piedra, llevada por los monjes benedictinos escoceses e irlandeses desde Regensburg.

SANTUARIO DE MARIAZELL ? ESTIRIA
Considerado el m?s famoso de Europa central, as? como el lugar religioso y espiritual predilecto de las poblaciones cat?licas del ?rea del Danubio, el santuario mariano de ?Mariazell?, colocado entre las monta?as de la Estiria, se origina en la celda del monje Magnus. ?l, proveniente del monasterio benedictino de Sant Lambert, alrededor de 1157, se establece entre aquellos montes llevando consigo una estatua mariana de madera de tilo, que seg?n la tradici?n fue esculpida por ?l mismo. La santidad de vida del monje as? como la notoriedad de los milagros que all? se realizaron, condujeron a un movimiento de numerosos peregrinos y adem?s, en el 1200, el Pr?ncipe Enrique Vladislav de Moravia, como agradecimiento por la curaci?n de una grave enfermedad, hizo edificar la primera iglesia intitulada a Mariazell, ?Madre de la gente eslava?.

Dos siglos m?s tarde, en 1370 fue meta de otro importante benefactor del santuario, el rey de Hungr?a Luis de Angio, quien, en agradecimiento por una inesperada victoria militar, como ex-voto mand? erigir la suntuosa capilla en la que hasta hoy se venera a la antigua imagen, colocada al centro de la iglesia como en la Santa Casa de Loreto. La notoriedad del Locus Sanctus entre las monta?as de Estiria y el sucesivo mayor flujo del Pueblo de Dios tienen un importante desarrollo alrededor del siglo XVII, cuando la misma corte imperial organizaba la gran peregrinaci?n anual de Viena. Al mismo periodo se remontan el aspecto actual del santuario y la riqu?sima decoraci?n interna: de la iglesia g?tica precedente se conserva el portal con la torre que sobresale y la capilla del rey Luis. Bajo el emperador Jos? II y con las guerras napole?nicas que siguieron, la peregrinaci?n a Mariazell fue frecuentemente impedida y el santuario sufri? varias veces saqueos, pero siempre volvi? a florecer.
El importante reconocimiento y la devoci?n por Mar?a Madre de las gentes eslavas por parte de tantos peregrinos, y en particular por parte de ciertas autoridades temporales, y el consiguiente compromiso de estas ?ltimas en la progresiva edificaci?n del santuario, testimonian la universalidad de la necesidad infinita del hombre mendigo de Cristo y la ?nica plena correspondencia a esta necesidad en Cristo mendigo del coraz?n del hombre, siempre a trav?s de la intercesi?n continua de Su Santa Madre ya que, como escribi? Dante Alighieri: ?qual vuol grazia ed a te non ricorre, sua disianza vuol volar sanz?ali?.

Todo hombre est? llamado a encontrar a Jesucristo y en ?l a realizarse a s? mismo a trav?s de Su santa voluntad. El Se?or act?a en la historia saliendo al encuentro del coraz?n del hombre sin exigir nada que no sea la misma naturaleza humana. ?Me dej? encontrar por quien no Me buscaba, le dije ?aqu? estoy? a quien no invocaba Mi Nombre? (Is 65, 1). Tambi?n una cierta conciencia de la propia necesidad infinita es sucesiva a la misma respuesta de Cristo, quien es el ?nico que ?revela el hombre al hombre?. Por lo tanto, como no se necesita, para el encuentro con la Persona de Jes?s de Nazareth, ninguna predisposici?n moral, no se necesita tampoco la condici?n social, sino que ?l se manifiesta gestis verbisque, a trav?s de los rostros de quienes Lo aman. Inter?s ?ltimo, en efecto, del Cuerpo M?stico de Cristo en la historia, la Santa Madre Iglesia, es la Salus animarum.
C?mo es grande el alma del hombre, m?s grande es s?lo Dios (Santa Teresa de ?vila).

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Trabajo sobre el papel y presencia de Mar?a en el continente europeo, contenido en DOSSIER FIDES de Agencia Fides.

MAR?A Y EUROPA
(Primera Parte)
Por N. Bux y S. Vitiello




INTRODUCCI?N


Con el presente trabajo se busca mostrar algunos elementos hist?ricos respecto al origen y al desarrollo de los principales santuarios de Europa dedicados a la Bienaventurada Virgen Mar?a. Por una opci?n precisa, as? como por el inseparable v?nculo que siempre une el crecimiento y la visibilidad de estos Sancti Loci con el sobresalto del coraz?n del Pueblo de Dios, ser? evidenciado aquello que la adhesi?n libre y aut?ntica por parte del Sensus Fidei, con el inmediato movimiento ?peregrino? que siempre lo acompa?a, haya mostrado y muestre a todo el mundo.

Desde el momento en que no es posible indicar una preeminencia de un Locus Mariae con respecto a otro, siendo Ella la que solicita, con Sus milagrosas apariciones o indicaciones, el surgir de cada santuario, se analizar?n los principales entre estos procediendo seg?n el criterio de la ubicaci?n geogr?fica en el territorio europeo, en base al orden alfab?tico de los pa?ses e individuando aquellos hacia los cuales el Pueblo Santo de Dios m?s se ha puesto en marcha.
La peregrinaci?n, inseparable de la existencia del santuario y expl?cito reconocimiento de este mismo como lugar privilegiado de encuentro con el Misterio, expresa, en su mismo ser, el grito del hombre, enraizado en su necesidad de que la respuesta que s?lo la relaci?n con Dios da al coraz?n del hombre, pueda abrazar toda la propia existencia, toda la propia vida, la propia cotidianeidad. La peregrinaci?n hace de lo cotidiano un movimiento hacia Cristo.

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Subsidios lit?rgicos para la celebraci?n de presentaci?n de el plan Diocesano de pastoral para el cuatrienio 2007-2011.


CELEBRACI?N DE PRESENTACI?N DEL
PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2007 ? 2011
EN LAS EUCARIST?AS PARROQUIALES DEL 6 Y 7 DE OCTUBRE


MONICI?N DE ENTRADA

Con gozo ponemos en marcha el nuevo Plan Diocesano de Pastoral. Han pasado m?s dos mil a?os desde que Jes?s dijo: ?Id al mundo entero y haced disc?pulos a todas las gentes bautiz?ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp?ritu Santo, y ense??ndoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aqu? que yo estoy con vosotros todos los d?as hasta el fin del mundo? Todo lo que la Iglesia ha sido, es y ser? es fruto del cumplimiento de esas palabras. El Se?or Jes?s fiel a su promesa, ha estado, est? y estar? siempre presente. Tambi?n nosotros, hombres y mujeres del Tercer Milenio, que hemos conocido y cre?do en Jesucristo, animados por la certeza de su presencia, estamos llamados a anunciar aqu? y ahora-con renovado impulso- ?lo que hemos visto y o?do acerca de la Palabra de la Vida? para hacer a otros part?cipes de nuestra ?comuni?n con el Padre y con su Hijo Jesucristo?. Hacer y ayudar a ?Hacer memoria de Jesucristo Resucitado? es el reto y la invitaci?n que se nos hace para este cuatrienio en nuestra Di?cesis. Todos estamos llamados, desde la fe, a arrimar el hombro, a trabajar codo con codo, a descubrir el querer de Dios sobre nuestra Iglesia Nivariense. Por eso, ponemos en marcha el nuevo Plan Diocesano de Pastoral con el triple prop?sito de afianzar nuestra fe y adhesi?n personal a Jesucristo, de participar m?s plenamente en su vida celebrando los misterios de la salvaci?n, y de anunciarlo con la ?parres?a? y el ardor que nos da el Esp?ritu Santo.
Pidamos al Se?or que alimentados por ?l en esta celebraci?n, nos conduzca en esta etapa que comenzamos para que nunca nos falte su aliento.

CANTO DE ENTRADA: ?IGLESIA PEREGRINA?

ORACI?N COLECTA

Se?or, maestro y guardi?n de tu Iglesia, infunde en tus siervos el esp?ritu de inteligencia, de verdad y de paz, para que conozcan de veras tu voluntad divina, y una vez conocida, la cumplan con total fidelidad. Por nuestro Se?or Jesucristo... Am?n.

MONICI?N A LAS LECTURAS

?Cuando San Pablo le dice a Timoteo ?haz memoria de Jesucristo Resucitado?, conf?a que es as? como su disc?pulo podr? superar los temores y afrontar las dificultades por las que est? pasando en ese momento. Por eso, ?hacer memoria de Jesucristo?, tener presente su vida y su palabra, ?traerlo de nuevo al coraz?n?, es la tarea que nos proponemos realizar con nuestro Plan Diocesano de Pastoral?(De la presentaci?n del Obispo del PDP).
Al prestar atenci?n a la Palabra de Dios, nos sentimos llamados a la tarea por el mismo Se?or.

Para la SEGUNDA LECTURA: 2 Tm 2, 8-13

HOMIL?A

(Tener presente la introducci?n que hace el Obispo del PDP,
haciendo especial incidencia en las p?ginas 13, 14, 15, 16 y 17)

ENTREGA DEL PDP (Al Consejo Parroquial, en una de las eucarist?as dominicales)

MONICI?N A LA ENTREGA

Nuestra Di?cesis desea comenzar el nuevo Plan Diocesano de Pastoral pero para ello, adem?s de la ayuda de Dios, motor primero de todo, es necesaria la colaboraci?n de cuantos formamos la Iglesia, que se hace presente en nuestra parroquia, para que la letra se concrete y se haga realidad. El Consejo Parroquial, como ?rgano permanente, colegiado, de car?cter consultivo, en el que est? representado las distintas realidades parroquiales, tiene la misi?n de promover, potenciar, dinamizar y coordinar las tareas pastorales. Acoger, trabajar, concretar y difundir el plan, es el cometido fundamental que se les encomienda. Como signo de ello, el P?rroco que nos pone en comuni?n con la Iglesia Diocesana, entregar? a cada uno de sus miembros el nuevo Plan Diocesano. Y ellos distribuir?n entre todos el tr?ptico explicativo. Que en este gesto vaya el deseo de acogida y apertura a la voluntad de Dios por parte de todos los que formamos esta comunidad parroquial.

(Mientras se van acercando al que preside, se canta)


ORACI?N DE LOS FIELES

1. Por la Iglesia, por el Papa Benedicto XVI, por nuestro Obispo Bernardo y por todo el colegio Episcopal, para que sigan siendo testigos del evangelio en medio del mundo. R/S.

2. Por los gobernantes, para que en sus decisiones se dejen guiar por la luz del Esp?ritu y busquen, por encima de cualquier otro inter?s, el bien com?n. R/S.

3. Por la paz, la de las armas y la de las almas, por todas las situaciones de conflicto en nuestro mundo, por las guerras olvidadas, por cuantos las padecen, para que en medio de tanta divisi?n siga resonando la invitaci?n de Jes?s: dichosos los pac?ficos. R/S.

4. Por los sacerdotes, las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa, por nuestros seminaristas, para que nunca falten en la Iglesia quienes distribuyan el Pan de la Vida a los hermanos. R/S.

5. Por los frutos del nuevo Plan Diocesano de Pastoral, por cada uno de nosotros, para que haciendo memoria de Jesucristo Resucitado seamos sus testigos en medio del mundo. R/S.

NOTA: *En lugar visible debe estar el cartel
*Es conveniente, que al finalizar la Eucarist?a, los miembros del Consejo Parroquial, distribuyan el tr?ptico entre todos los asistentes.
*Tambi?n, como se indica, puede hacerse la entrega del PDP despu?s de la lectura del Evangelio, en una de las eucarist?as dominicales al Consejo Parroquial. El Consejo Parroquial puede distribuir el ?tr?ptico? entre la asamblea. Y hacer, por parte del p?rroco, una breve explicaci?n sobre el mismo.


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LIMA, 13 Sep. 07 / 05:14 am (ACI).- El Arzobispo de Piura y Tumbes, Mons. Jos? Antonio Eguren, invit? a los m?s de 600 ni?os reunidos en el Primer Encuentro Arquidiocesano de Monaguillos, a ser amigos y testigos de Cristo en el servicio del altar, "animando a los dem?s a que participen en la Misa con mucho fervor y con mucho amor".

"No se olviden, ustedes son los amigos que Jes?s ha escogido para que sean sus testigos. Este amor que reciben en la Eucarist?a, ll?venlo tambi?n a sus familias, y a todas aquellas personas que m?s necesitan amor o sufren soledad", expres? el Prelado durante la Eucarist?a celebrada en la parroquia San Jos? Obrero.

Durante su homil?a, Mons. Eguren record? sus a?os de monaguillo y c?mo fue descubriendo y confirmando su vocaci?n al sacerdocio. "Escuchen la voz de Jes?s cada vez que se acercan a servirlo en la Misa. La Eucarist?a es el lugar privilegiado para escuchar su voz, de repente a m?s de uno de ustedes lo llama a ser sacerdote, a prestarle su voz y sus manos para que a trav?s tuyo" pueda dar los sacramentos.

Asimismo, los exhort? a acrecentar su devoci?n a Santa Mar?a, "rez?ndole todos los d?as, no s?lo porque es nuestra Madre y la Madre de Dios, sino porque sin ella, en cierto sentido, no hubiese sido posible el misterio de la Eucarist?a. Y de San Tarcisio, patrono de los monaguillos que entreg? hasta su propia vida por amor a la Eucarist?a".

Finalmente, el Arzobispo dej? a los ni?os la tarea de hacer crecer el n?mero de monaguillos en sus parroquias, siendo los mejores ap?stoles de sus amigos.

ZENITPublicamos la intervenci?n de Benedicto XVI en la audiencia general del mi?rcoles, 12 de Septiembre de 2007, dedicada a comentar su s?ptimo viaje internacional realizado a Austria del 7 al 9 de septiembre.

Queridos hermanos:

Quiero detenerme a reflexionar sobre la visita pastoral que he tenido la alegr?a de realizar en d?as pasados a Austria, pa?s que me es particularmente familiar, tanto porque es vecino de mi tierra natal como por los numerosos contactos que siempre he tenido con ?l. El motivo espec?fico de esta visita eran los 850 a?os del santuario de Mariazell, el m?s importante de Austria, predilecto tambi?n de los fieles h?ngaros y muy visitado por peregrinos de otras naciones vecinas.

Por tanto, ante todo ha sido una peregrinaci?n que ha tenido como lema ?Mirar a Cristo?: encontrar a Mar?a que nos muestra a Jes?s. Doy las gracias de coraz?n al cardenal
Sch?nborn, arzobispo de Viena, y a todo el episcopado del pa?s por el gran empe?o con que han preparado mi visita. Doy las gracias al gobierno austriaco y a todas las autoridades civiles y militares que han prestado su colaboraci?n; en particular, doy las gracias al se?or presidente federal por la cordialidad con la que me ha acogido y acompa?ado en los diferentes momentos de la visita.

La primera etapa fue la ?Mariens?ule?, hist?rica columna en la que est? colocada la Virgen Inmaculada: all? tuve un encuentro con miles de j?venes y comenc? mi peregrinaci?n. Despu?s me dirig? a la Judenplatz para rendir homenaje al monumento que recuerda a la Shoah.

Teniendo en cuenta la historia de Austria y de sus cercanas relaciones con la Santa Sede, as? como la importancia de Viena en la pol?tica internacional, el programa de este viaje pastoral comprendi? los encuentros con el presidente de la Rep?blica y con el Cuerpo Diplom?tico. Se trata de oportunidades preciosas en las que el sucesor de Pedro tiene la posibilidad de exhortar a los responsables de las naciones para que favorezcan siempre la causa de la paz y del aut?ntico desarrollo econ?mico y social.

Pensando especialmente en Europa, renov? mi aliento a continuar con el actual proceso de unificaci?n bas?ndose en los valores inspirados en el patrimonio com?n cristiano. Mariazell, de hecho, es uno de los s?mbolos del encuentro de los pueblos europeos en torno a la fe cristiana. ?C?mo olvidar que Europa es portadora de una tradici?n de pensamiento que une fe, raz?n y sentimiento? Ilustres fil?sofos, independientemente de su fe, han reconocido el papel central del cristianismo para preservar la conciencia moderna de desviaciones nihilistas o fundamentalistas. El encuentro con la autoridades pol?ticas y diplom?ticas de Viena fue, por tanto, sumamente propicio para introducir mi viaje apost?lico en el contexto actual del continente europeo.

La peregrinaci?n propiamente hablando la realic? en la jornada del s?bado 8 de septiembre, fiesta de la Natividad de Mar?a, a la que est? dedicado el Santuario de Mariazell. Tuvo su origen en el a?o 1157, cuando un monje benedictino de la cercana abad?a de San Lambrecht, enviado a predicar a ese lugar, experiment? la prodigiosa ayuda de Mar?a, de quien llevaba una peque?a estatua de madera. La celda (?Zell?) en la que el monje coloc? la estatuilla se convirti? despu?s en meta de peregrinaciones y, con el pasar de los siglos, se le dedic? un importante santuario, donde todav?a hoy se venera a la Virgen de las Gracias, llamada ?Magna Mater Austriae?.

Para m? ha sido una gran alegr?a regresar como sucesor de Pedro a ese lugar santo y tan querido para los pueblos de Europa centro-oriental. All? pude admirar la ejemplar valent?a de miles y miles de peregrinos que, a pesar de la lluvia y el fr?o, quisieron estar presentes en esta celebraci?n, con gran alegr?a y fe, y donde ilustr? el tema central de mi visita: ?Mirar a Cristo?, tema que los obispos de Austria hab?an profundizado sabiamente en el camino de preparaci?n que dur? nueve meses. Pero s?lo al llegar al Santuario comprendimos plenamente este lema: mirar a Cristo. Ante nosotros se encontraban la estatua de la Virgen, que con una mano indica a Jes?s Ni?o y, en lo alto, encima del altar de la bas?lica, el crucifijo. All? alcanz? su meta nuestra peregrinaci?n: contemplamos el rostro de Dios en ese Ni?o en brazos de la Madre y en ese Hombre con los brazos abiertos. Mirar a Jes?s con los ojos de Mar?a significa encontrar a Dios Amor, que por nosotros se hizo hombre y muri? en la cruz.

Al final de la misa en Mariazell confer? el ?mandato? a los componentes de los Consejos pastorales parroquiales, que acaban de ser renovados en toda Austria. Un elocuente gesto eclesial con el que puse bajo la protecci?n de Mar?a a la gran ?red? de las parroquias al servicio de la comuni?n y de la misi?n. En el Santuario viv? despu?s momentos de gozosa fraternidad con los obispos del pa?s y la comunidad benedictina. Encontr? a los sacerdotes, los religiosos, los di?conos y seminaristas y con ellos celebr? las v?speras. Espiritualmente unidos a Mar?a, ensalzamos al Se?or por la humilde entrega de tantos hombres y mujeres que se encomiendan a su protecci?n y se consagran al servicio de Dios. Estas personas, a pesar de sus l?mites humanos, es m?s, precisamente en la sencillez y en la humildad de su humanidad, se esfuerzan por ofrecer a todos un reflejo de la bondad y de la belleza de Dios, siguiendo a Jes?s por el camino de la pobreza, la castidad y la obediencia, los tres votos que deben ser comprendido en su aut?ntico significado cristol?gico, no individualista, sino relacional y eclesial.

En la ma?ana del domingo celebr? la solemne eucarist?a en la catedral de San Esteban, en Viena. En la homil?a, quise profundizar de manera particular en el significado y el valor del domingo, en apoyo del movimiento ?Alianza en defensa del domingo libre?. Adhieren a este movimiento personas y grupos que no son cristianos. Como creyentes, obviamente, tenemos motivaciones profundas para vivir el d?a del Se?or, tal y como la Iglesia nos ha ense?ado. ?Sine dominico non possumus!?: sin el Se?or y su d?a no podemos vivir, declararon los m?rtires de Abitinia (actual T?nez) en el a?o 304. Tampoco nosotros, cristianos del a?o 2000, podemos vivir sin el domingo: un d?a que da sentido al trabajo y al descanso, que actualiza el significado de la creaci?n y de la redenci?n, que expresa el valor de la libertad y del servicio al pr?jimo? Todo esto es el domingo: ?mucho m?s que un precepto! Si las poblaciones herederas de una antigua civilizaci?n cristina abandonan este significado y dejan que el domingo quede reducido al fin de semana o a un tiempo para dedicarse a intereses mundanos y comerciales, quiere decir que han decidido renunciar a la propia cultura.

No lejos de Viena se encuentra la abad?a de Heiligenkreuz, de la Santa Cruz, y ha sido para m? una alegr?a visitar esa floreciente comunidad de monjes cistercienses, ?que existe sin interrupci?n desde hace 874 a?os! Unida a la abad?a se encuentra una Facultad de Filosof?a y Teolog?a, que desde hace poco tiempo ha alcanzado el t?tulo de ?pontificia?. Al dirigirme en particular a los monjes, record? la gran ense?anza de san Bernardo sobre el Oficio Divino, subrayando el valor de la oraci?n como servicio de alabanza y de adoraci?n debido a Dios por su infinita belleza y bondad. No debe anteponerse nada a este servicio sagrado, dice la Regla benedictina (43,3), de manera que toda la vida, con sus tiempos de trabajo y de descanso, sea recapitulada en la liturgia y orientada a Dios. Tampoco puede quedar separado de la vida espiritual y de la oraci?n el estudio teol?gico, como afirm? con fuerza el propio san Bernardo de Claraval, padre de la Orden del C?ster. La presencia de la Academia de Teolog?a junto a la abad?a testimonia esta uni?n entre fe y raz?n, entre coraz?n y mente.

El ?ltimo encuentro de mi viaje fue con el mundo del voluntariado. Quise as? manifestar mi aprecio a las muchas personas, de diferentes edades, que se comprometen gratuitamente al servicio del pr?jimo, tanto en la comunidad eclesial como en la civil. El voluntariado no es s?lo ?hacer?: es ante todo una manera de ser, que comienza con el coraz?n, con una actitud de agradecimiento por la vida, y lleva a ?restituir? y compartir con el pr?jimo los bienes recibidos. En esta perspectiva, quise alentar nuevamente la cultura del voluntariado. La acci?n del voluntariado no debe ser vista como una intervenci?n para ?tapar agujeros? del Estado o de las instituciones p?blicas, sino m?s bien como una presencia complementaria y siempre necesaria para mantener viva la atenci?n por los ?ltimos y promover un estilo personalizado de asistencia. Por tanto, no hay nadie que no pueda ser voluntario: incluso la persona mas pobre y desaventajada tiene seguramente mucho que compartir con los dem?s, ofreciendo su propia contribuci?n para construir la civilizaci?n del amor.

Concluyendo, renuevo mi acci?n de gracias al Se?or por esta visita-peregrinaci?n a Austria. Meta central ha sido una vez m?s un santuario mariano, en torno al cual e ha podido vivir una intensa experiencia eclesial, como una semana antes hab?a sucedido en Loreto, con los j?venes italianos. Adem?s, en Viena y en Mariazell se ha podido ver, en particular, a la realidad viva, fiel y variada, de la Iglesia cat?lica presente tan numerosa en las citas previstas. Ha sido una presencia gozosa y contagiante de una Iglesia que, como Mar?a, est? llamada a ?mirar a Cristo? siempre para poderle mostrar y ofrecer a todos; una Iglesia maestra y testigo de un ?s?? generoso a la vida en todas sus dimensiones; una Iglesia que actualiza su tradici?n de dos mil a?os al servicio de un futuro de paz y de aut?ntico progreso social para toda la familia humana.

[Al final de la audiencia, el Papa salud? a los peregrinos en varios idiomas. En espa?ol, dijo:]

Queridos hermanos y hermanas:
Mi reciente visita pastoral a Austria ha sido para conmemorar el 850 (ochocientos cincuenta) aniversario del Santuario de Mariazell, s?mbolo del encuentro entre los pueblos europeos y la fe cristiana. All? hice un nuevo llamamiento a continuar el proceso de unificaci?n europea sobre la base del patrimonio com?n de los valores cristianos. Siguiendo el tema central de la visita, exhort? a los fieles a mirar a Cristo con los ojos de Mar?a, para descubrir en ?l a Dios Amor, que por nosotros se hizo hombre y muri? en la cruz. Durante la Misa en la Catedral habl? sobre la importancia del domingo como el d?a que da sentido al trabajo y al descanso. En la Abad?a Benedictina de la Santa Cruz subray? el valor de la oraci?n como alabanza y adoraci?n a Dios. Por ?ltimo, manifest? mi aprecio hacia las personas del voluntariado, que se entregan al servicio del pr?jimo, contribuyendo as? a la construcci?n de la civilizaci?n del amor. En Viena y en Mariazell se hizo presente la realidad viva de la Iglesia en la Europa actual: una Iglesia que defiende la vida en todas sus dimensiones y etapas, y que contin?a trabajando por la paz y por el verdadero progreso de la humanidad.

Saludo cordialmente a los visitantes de lengua espa?ola. En particular, a las Servidoras del Se?or y de la Virgen de Matar?, a los peregrinos de la di?cesis de C?diz y de Quer?taro, as? como a los distintos grupos venidos de Espa?a, Argentina, Ecuador y de otros pa?ses latinoamericanos. Que vuestra visita a las tumbas de los Ap?stoles Pedro y Pablo renueve vuestra fe en Dios y acreciente vuestro amor hacia la Iglesia fundada por Cristo. Muchas gracias.

[? Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana]

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EUROPA/FRANCIA - ?Peregrinos y Santuarios, caminos de paz, espacios de misericordia?: se abri? en Lourdes el V Congreso Europeo de la Pastoral de Peregrinaciones y Santuarios, durante la vigilia de la apertura del a?o jubilar por el 150? aniversario de las apariciones de la Virgen

Lourdes (Agencia Fides) - Con la presencia de unas cien personas entre Directores de peregrinos y Rectores de santuarios de 20 pa?ses de Europa, se abri? el 10 de septiembre, en Lourdes, el V Congreso Europeo de Pastoral de los Peregrinos y Santuarios, promovido por el Pontificio Consejo de la Pastoral para los Inmigrantes e Itinerantes en colaboraci?n con el Santuario de Lourdes. Durante la apertura de los trabajos se dio lectura al mensaje con el que el Santo Padre Benedicto XVI envi? su bendici?n a los participantes, firmado por el Cardenal Tarcisio Bertone. El Papa expres? su deseo de que el encuentro favorezca una siempre m?s viva contemplaci?n de Cristo, Verbo del Padre, para suscitar un testimonio evang?lico creciente y generoso.
El alcalde de Lourdes, Jean-Pierre Artiganave, dirigi? luego un saludo de bienvenida. Los trabajos del congreso fueron introducidos por el Card. Renato Raffaele Martino, Presidente del Pontificio Consejo de la Pastoral para los Migrantes e Itinerantes, quien se dirigi? a los participantes considerando dos caracter?sticas fundamentales del Continente Europeo: las comunes ra?ces cristianas y la creciente mobilidad de personas e ideas. La Iglesia ha sido llamada a interpretarlas -afirm? el Cardenal- promoviendo la fraternidad y la solidaridad.
Seguidamente el Purpurado, con vistas al evento que se celebrar? en Lourdes a partir del 8 de diciembre pr?ximo, es decir el 150? aniversario de las apariciones de la Virgen a Bernardita, subray? la importancia de invocar como don del Padre un coraz?n de ni?o, abierto para acoger la Buena Nueva y, por lo tanto, abierto a la conversi?n, primera gracia de toda peregrinaci?n. Tambi?n el tema pastoral del Santuario de Lourdes de este a?o exhorta de esta manera: ?Dejaos reconciliar con Dios?. En el camino espiritual de la peregrinaci?n cada uno est? llamado a experimentar el amor y particularmente el perd?n de Cristo. Es necesario, por ello, ayudar a los peregrinos a encontrar un verdadero recogimiento para que en el silencio y en la comuni?n entre ellos, descubran a Dios que habla en la paz del coraz?n, siguiendo el ejemplo de San Francisco de As?s, el cual se dej? guiar hacia la experiencia de Dios-Amor, convirti?ndose en hombre de paz, tolerancia y di?logo.
En un mundo -continu? el Card. Martino- que relega la enfermedad y la debilidad a los marginados de la sociedad, los Directores de Peregrinaciones y los Rectores de Santuarios dan testimonio de que el coraz?n de Dios es ante todo misericordia. Pero su ejercicio debe superar los confines de aquellas fuentes de espiritualidad que son los Santuarios y las Peregrinaciones mismas, a fin de que la dignidad de cada persona humana sea el centro de nuestras preocupaciones, frente a los problemas que presenta la sociedad de nuestro tiempo.
El Obispo de Lourdes, Mons. Jacques Terrier, dirigi? sucesivamente su saludo a los participantes centrando su discurso en torno al 150? aniversario de las apariciones de la Virgen, para el cual el Santuario se est? preparando. Efectivamente, en el 2008 Lourdes celebrar? dicha fiesta jubilar. Un jubileo, seg?n la Biblia, es un ?a?o de gracia?, de alegr?a, de liberaci?n y de nuevo comienzo. La Iglesia retoma dicha tradici?n b?blica, y los Pont?fices han proclamado peri?dicamente un a?o santo, as? como jubileos extraordinarios. Las apariciones tuvieron lugar en 1858, que era precisamente un a?o jubilar extraordinario. En ?l encontramos los elementos que el Papa y el Obispo de aquel entonces deseaban para tal evento: catequesis, oraci?n y penitencia. No obstante la joven Bernardita no goz? de una buena salud, ni de bienestar material, emanaba una inmensa alegr?a. Desde entonces se cumple cada d?a en Lourdes, en cierto sentido, la gracia del jubileo: ?anunciar a los pobres una alegre noticia? proclamar a los prisioneros la liberaci?n y a los ciegos la vista? (Lc 4,18-19). Lourdes es un ?jubileo permanente?. (S.L.) (Agencia Fides 11/9/2007; l?neas 48, palabras 671)

Mi?rcoles, 12 de septiembre de 2007
Mons. Jes?s Ju?rez, Obispo de la di?cesis de El Alto y secretario General de la Conferencia Episcopal boliviana ha realizado tambi?n un nuevo llamamiento a la responsabilidad y la paz.


LLAMADO A LA RESPONSABILIDAD Y A LA PAZ


La situaci?n general del pa?s y los acontecimientos de las ?ltimas horas muestran una creciente escalada de confrontaci?n y violencia que no nos hace ning?n bien.

Percibimos que no se trata ya de un problema entre departamentos sino de un problema nacional que afecta a todos, puesto que est? en juego la convivencia pac?fica y el proceso democr?tico.

Lecciones aprendidas de nuestra reciente historia advierten que no podemos dejar que las cosas lleguen a un punto de descontrol. Pedimos al Gobierno asumir su responsabilidad, no como ?mediador? sino como principal responsable y garante de las libertades ciudadanas y de la paz social para todos los bolivianos.

A los l?deres sociales y pol?ticos en conflicto, les instamos a deponer actitudes intransigentes, medidas de presi?n y recursos violentos, a fin de viabilizar ?nicamente a trav?s del di?logo la soluci?n a la crisis. Exhortamos a todos a no instrumentalizar a sectores de la poblaci?n como medios de presi?n que pueden terminar en enfrentamientos, incluso con p?rdidas humanas.

Un di?logo aut?ntico debe tomar en cuenta el respeto a las diferencias, la libertad de expresi?n leg?tima de las demandas de la poblaci?n y la aceptaci?n del debate como medio de soluci?n.

Siguiendo el mensaje de Jesucristo hacemos un llamado a la paz, a la serenidad y a la oraci?n a todos los bolivianos, y que, como dice el salmo 28, el Se?or bendiga a su pueblo con el don de la paz.

Mons. Jes?s Ju?rez SDB
Obispo de la Di?cesis de El Alto
Secretario General de la
Conferencia Episcopal Boliviana

La Paz, 6 de septiembre de 2007

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El Alto (Agencia Fides) - Los Obispos de Bolivia, reunidos en Trinidad, con ocasi?n de la Consagraci?n Episcopal de Mons. Francisco Focardi o.f.m., Obispo Auxiliar del Beni, han publicado un comunicado ante la situaci?n general del pa?s, titulado ?Dialogo y bien com?n?.


DI?LOGO Y BIEN COM?N


?Les ruego, hermanos, en el nombre de Cristo Jes?s, nuestro Se?or, que se pongan de acuerdo y superen sus divisiones??. (I Cor 1, 10)

Los Obispos de Bolivia, reunidos en Trinidad, en ocasi?n de la Consagraci?n Episcopal de nuestro hermano Mons. Francisco Focardi o.f.m., Obispo Auxiliar del Beni, ante la situaci?n general del pa?s, en actitud de pastores y en sinton?a con las preocupaciones de nuestro pueblo, exhortamos a los hombres y mujeres de buena voluntad, a redoblar esfuerzos para encontrar espacios de pac?fica convivencia, desarrollo y justicia, en un marco de libertad y democracia.

Asamblea Constituyente
El pa?s ha depositado sus esperanzas en el proceso de cambio que vivimos: esto requiere capacidad de di?logo y concertaci?n entre todos. Sin embargo, escenarios como el de la Asamblea Constituyente, nos expresan una permanente confrontaci?n, radicalismos e intereses de grupo, elementos que la obstaculizan y la ponen en riesgo de fracasar. Reafirmamos nuestra esperanza de que este proceso culmine en resultados que permitan recobrar una vida con certeza de futuro y bienestar.

Conflicto por la sede de poderes
El sensible asunto de la sede de los poderes Legislativo y Ejecutivo, m?s all? de la legitimidad en su consideraci?n, amenaza seriamente la unidad entre bolivianos. Es tiempo de recuperar la serenidad y debatir el tema con otros ?nimos, levantar medidas radicales y condicionamientos, con el objetivo de buscar, ante todo, el bien com?n, el inter?s nacional y de las regiones.

Tribunal Constitucional
Otro factor de confrontaci?n es el proceso que se sigue a cuatro magistrados del Tribunal Constitucional. Exhortamos a que se respete el debido proceso en el marco netamente jur?dico.
La construcci?n de la institucionalidad es un objetivo ineludible del Estado. ?sta debe estar al servicio de la gente y de la vida en plenitud, y ser el refugio de los m?s d?biles, tarea fundamental de la democracia que vivimos en Bolivia desde 1982.

Vida cotidiana
El pa?s vive un clima de enfrentamiento de fuerzas que lo ?nico que buscan es prevalecer, sin importarles el bien com?n. Mientras tanto, problemas que impactan la vida cotidiana de la ciudadan?a, como el incremento del costo de vida, la falta de empleo, la creciente inseguridad ciudadana, no son debidamente atendidos por la comunidad pol?tica nacional, cuya confrontaci?n e intolerancia provoca desorientaci?n e incertidumbre en la poblaci?n.

Interculturalidad y racismos
Bolivia ha tenido avances en el reconocimiento y valoraci?n de su interculturalidad, proceso que puede verse afectado por actitudes radicales y racistas, impulsadas por intereses personales, de grupo o regionalistas que podr?an conducir al pa?s a divisiones profundas.

Exhortaci?n y oraci?n.
Invocando al Dios de la vida, los Obispos de la Iglesia Cat?lica, acompa?amos el caminar del pueblo y exhortamos a quienes tienen en sus manos, desde el Estado y desde la sociedad, la direcci?n del pa?s, a despojarse de actitudes de confrontaci?n, y en aras de construir una sociedad democr?tica con justicia social, inclusiva y participativa, recuperar el di?logo como el mejor instrumento para la convivencia pac?fica y democr?tica de nuestro pueblo.

Invitamos a todas las personas de fe a unirse en oraci?n ferviente para superar estos momentos dif?ciles y encontrar el camino de la reconciliaci?n y unidad.

Mons. Jes?s Ju?rez P. s.d.b.
Obispo de la Di?cesis de El Alto,
Secretario General
Conferencia Episcopal Boliviana

La Paz, 4 de septiembre de 2007

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ZENIT publica el Mensaje Final de la III Asamblea Ecum?nica Europea (www.eea3.org), celebrada en Sibiu (Ruman?a) del 4 al 9 de septiembre, con la participaci?n de 2.500 delegados cat?licos, ortodoxos y protestantes en torno al lema ??La luz de Cristo ilumina a todos!?.


III ASAMBLEA ECUM?NICA EUROPEA
Sibiu, Ruman?a
4 ? 9 septiembre 2007

MENSAJE FINAL DE LA ASAMBLEA
S?BADO, 8 DE SEPTIEMBRE DE 2007
FESTIVIDAD DE LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN MAR?A

?La luz de Cristo ilumina a todos!



Nosotros, peregrinos cristianos de toda Europa y m?s all?, damos testimonio del poder transformador de esta luz, que es m?s poderosa que las tinieblas, y la proclamamos como esperanza que abraza todos los aspectos para nuestras Iglesias, para toda Europa y para el mundo entero.

En el nombre del Dios Trino, Padre, Hijo y Esp?ritu Santo, nos hemos reunido en la ciudad de Sibiu, Ruman?a (4-9 de septiembre de 2007). Esta Tercera Asamblea Ecum?nica Europea se ha caracterizado por la riqueza de la espiritualidad y de la tradici?n ortodoxa. Recalcamos y renovamos los serios compromisos que ya hemos asumido en Basilea y en Graz y lamentamos que, hasta ahora, no hemos conseguido tener fe en algunos de ellos. Con todo, nuestra confianza en el poder transformador de la luz de Cristo es m?s fuerte que la oscuridad de la resignaci?n, del fatalismo, del temor y de la indiferencia.

Nuestra Tercera Asamblea Ecum?nica comenz? en 2006 en Roma y prosigui? en 2007 en Wittemberg. En el marco de esta peregrinaci?n ecum?nica se han organizado numerosos encuentros regionales, adem?s del de las Iglesias ortodoxas en Rodas y el de j?venes en St. Maurice. Acogemos con alegr?a el empe?o de los j?venes y la contribuci?n que han ofrecido a la Asamblea. Asistida y motivada por la Charta Oecumenica, nuestra Asamblea ha llevado adelante el trabajo iniciado en las asambleas precedentes y han representado una ocasi?n para un intercambio de dones y de enriquecimiento rec?proco.

No estamos solos en esta peregrinaci?n. Cristo est? con nosotros y en la gran nube de los testigos (Hb 12,1), los m?rtires contempor?neos nos acompa?an: el testimonio de sus vidas y de sus muertes nos inspira a nivel individual y como cuerpo. En comuni?n con ellos, nos comprometemos a actuar de manera que la luz de Cristo transfigurado resplandezca por medio de nuestros testimonios, profundamente arraigados en la oraci?n y en el amor. Esta es nuestra humilde repuesta al sacrificio de sus vidas.

LA LUZ DE CRISTO EN LA IGLESIA

La luz de Cristo nos lleva a vivir para los dem?s y en comuni?n entre nosotros. Nuestro testimonio a favor de la esperanza y de la unidad por Europa y por el mundo ser? cre?ble s?lo si proseguimos nuestro camino hacia la unidad visible. Unidad no significa uniformidad. Existe un enorme valor al volver a experimentar esa koinonia y en el intercambio de esos dones espirituales que han dado fuerza al movimiento ecum?nico desde el principio.

En Sibiu hemos sentido de nuevo la dolorosa herida de la divisi?n entre nuestras Iglesias. Esto afecta tambi?n a nuestra compresi?n de su unidad. Los evidentes desarrollos hist?ricos y culturales en el cristianismo oriental y occidental han contribuido a estas diferencias, y su comprensi?n exige nuestra urgente atenci?n y un di?logo permanente.

Estamos convencidos de que la familia cristiana ampliada debe afrontar las cuestiones doctrinales y debe tambi?n buscar un consenso m?s amplio respecto a los valores morales derivados del Evangelio y un estilo de vida cre?ble que testimonie en el gozo la luz de Cristo en nuestro exigente mundo laico moderno, en la esfera privada as? como en la p?blica.

Nuestra espiritualidad cristiana constituye un tesoro precioso: una vez abierto, revela la variedad de sus riquezas y abre nuestros corazones a la belleza del rostro de Jes?s y al poder de la oraci?n. S?lo si estamos m?s cerca de nuestro Se?or Jesucristo nos podemos acercar m?s entre nosotros y experimentar la verdadera koinonia. No podemos dejar de compartir estas riquezas con todos los hombres y las mujeres que buscan la luz en este continente. Los hombres y las mujeres espirituales comienzan con la propia conversi?n y esto lleva a la transformaci?n del mundo. Nuestro testimonio ante la luz de Cristo se corresponde a un empe?o fiel a escuchar, vivir y compartir nuestras historias de vida y de esperanza que nos han modelado como disc?pulos de Cristo.

Primera recomendaci?n: Recomendamos renovar nuestra misi?n como individuos creyentes y como Iglesias para proclamar a Cristo como la Luz y el Salvador del mundo.

Segunda recomendaci?n: Recomendamos proseguir el debate sobre el reconocimiento rec?proco del bautismo, teniendo en cuenta los importantes resultados sobre este tema en diversos pa?ses y siendo conscientes de que la cuesti?n est? profundamente conectada con una comprensi?n de la Eucarist?a, del ministerio y de la eclesiolog?a en general.

Tercera recomendaci?n: Recomendamos encontrar los modos de experimentar las actividades que nos unan: la oraci?n del uno por el otro y por la unidad, peregrinaciones ecum?nicas, formaci?n teol?gica y estudio en com?n, iniciativas sociales y diaconales, proyectos culturales, sostener la vida de la sociedad basada en los valores cristianos.

Cuarta recomendaci?n: Recomendamos la participaci?n completa de todo el pueblo de Dios y, en esta Asamblea en particular, a prestar atenci?n al llamamiento de los j?venes, de los ancianos, de las minor?as ?tnicas, de los discapacitados.

LA LUZ DE CRISTO PARA EUROPA

Sostenemos que todo ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios (Gn 1,27) y merece el mismo grado de respeto y amor aunque haya diferencias de credo, cultura, edad, g?nero, origen ?tnico, desde el inicio de la vida hasta la muerte natural. En la conciencia de que nuestras ra?ces comunes son mucho m?s profundas que nuestras divisiones, mientras buscamos la renovaci?n y la unidad y entender el papel de las Iglesia en la sociedad europea de hoy, nos hemos concentrado en el encuentro con las personas de otras religiones. Conscientes, en particular, de la relaci?n ?nica que tenemos con el pueblo jud?o en cuanto pueblo de la Alianza, rechazamos todas las formas contempor?neas de antisemitismo y, junto a ellas, queremos promover Europa como un continente libre de toda forma de violencia. En nuestra historia europea ha habido per?odos de duros conflictos, pero tambi?n ha habido etapas de coexistencia pac?fica entre las personas de todas las religiones. Hoy no existe otra alternativa al di?logo: no una componenda, sino un di?logo de la vida en el que podamos decir al verdad en el amor. Necesitamos todos aprender m?s sobre todas las religiones, y las recomendaciones de la Carta Ecum?nica habr?a que desarrollarlas ulteriormente. Dirigimos un llamamiento a nuestros hermanos cristianos y a todos cuantos creen en Dios para que respeten el derecho de las dem?s personas a la libertad religiosa, y expresamos nuestra solidaridad respecto a las comunidades cristianas que viven en Oriente Medio, en Irak o en otras partes del mundo como minor?as religiosas y sienten que su existencia est? amenazada.

Encontrado a Cristo en nuestros hermanos y en nuestras hermanas en la necesidad (Mt 25, 44-45), iluminados a la vez por la luz de Cristo, nosotros, cristianos, de acuerdo con los mandamientos de la Biblia por la unidad de la humanidad (Gn 1, 26-27), nos comprometemos: a arrepentirnos del pecado de la exclusi?n, a profundizar en nuestra comprensi?n de la ?alteridad?, a defender la dignidad y los derechos de cada ser humano, a asegurar la tutela de quienes m?s la necesitan, a compartir la luz de Cristo que otros trajeron a Europa. Hacemos un llamamiento a los Estados europeos a fin de que pongan fin a la injustificable detenci?n administrativa ilegal de los migrantes, realicen todo esfuerzo para asegurar la inmigraci?n regular, la integraci?n de los migrantes, de los refugiados y de quienes piden asilo, apoyen el valor de la unidad de la familia y combatan el tr?fico de seres humanos y su explotaci?n. Dirigimos un llamamiento a las Iglesias para que intensifiquen su atenci?n pastoral de los inmigrantes vulnerables.

Quinta recomendaci?n: Recomendamos que nuestras iglesia reconozcan que los inmigrantes cristianos no son simples destinatarios de atenci?n religiosa, sino que pueden desempe?ar un papel completo y activo en la vida de la Iglesia y de la sociedad; que ofrezcan una mejor atenci?n pastoral para los migrantes, los demandantes de asilo y los refugiados; que promuevan los derechos de las minor?as ?tnicas en Europa, en particular del pueblo gitano.

Muchos de nosotros estamos agradecidos por haber podido experimentar profundos cambios en Europa en las ?ltimas d?cadas. Europa es m?s de la Uni?n Europea. Como cristianos compartimos la responsabilidad de plasmar Europa como un continente de paz, solidaridad, participaci?n y sostenibilidad. Apreciamos el empe?o de las instituciones europeas: la UE, el Consejo de Europa y la OSCE por un di?logo abierto, transparente y regular con las Iglesias de Europa. Los m?s altos representantes nos han honrado con su presencia y han expresado en tal modo un fuerte inter?s en nuestro trabajo. Debemos afrontar el desaf?o de llevar energ?a espiritual a este di?logo. Europa naci? como un proyecto pol?tico para garantizar la paz y ahora debe transformarse en una Europa de los pueblos, m?s que en un espacio econ?mico.

Sexta recomendaci?n: Recomendamos desarrollar la Carta Ecum?nica como directriz capaz de estimular nuestro camino ecum?nico en Europa.

LA LUZ DE CRISTO PARA EL MUNDO ENTERO

La Palabra de Dios nos interpela a nosotros y a nuestra cultura europea: ?los que viven ya no deber?an vivir para s? mismos, sino por aqu?l que ha muerto por ellos y ha resucitado! Los cristianos deben estar libres del temor y de la insaciable avaricia que nos empuja a vivir para nosotros mismos, impotentes, prevenidos y cerrados. La Palabra de Dios nos invita a no desperdiciar el precioso patrimonio de aquellos que en los ?ltimos 60 a?os han trabajado por la paz y la unidad en Europa. La paz es un don extraordinario y precioso. Pa?ses enteros aspiran a la paz. Pueblos enteros esperan ser liberados de la violencia y del terror. Nos comprometemos con apremio a renovar nuestros esfuerzos por estos objetivos. Rechazamos la guerra como instrumento para la resoluci?n de los conflictos, para los cuales promovemos los medios no violentos, y expresamos nuestra viva preocupaci?n por el rearme militar. ?La violencia y el terrorismo en nombre de la religi?n son una negaci?n de la religi?n!

La luz de Cristo resplandece en el t?rmino ?justicia?, uni?ndola con la misericordia divina. As? iluminada, escapa a cualquier pretensi?n ambigua. En todo el mundo ?tambi?n en Europa? el actual proceso de la radical globalizaci?n del mercado est? profundizando la divisi?n de la sociedad humana entre vencedores y vencidos, disminuye el valor de innumerable personas, tiene implicaciones catastr?ficas en t?rminos ambientales y, de forma espec?fica en lo relativo a los cambios clim?ticos, no es compatible con un futuro sostenible de nuestro planeta.

S?ptima recomendaci?n: Exhortamos a todos los cristianos europeos a sostener firmemente los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas como medida pr?ctica urgente para aliviar la pobreza.

Octava recomendaci?n: Recomendamos que, por parte del CCEE y de la CEC, junto a las Iglesias de Europa y a las Iglesias de los dem?s continentes, se ponga en marcha un proyecto consultivo que afronte las problem?ticas de la responsabilidad europea respecto a la justicia ecol?gica, ante la amenaza de los cambios clim?ticos; la responsabilidad europea en relaci?n con un adecuado planteamiento de la globalizaci?n, as? como respecto al pueblo gitano y las dem?s minor?as ?tnicas europeas.

Hoy m?s que nunca reconocemos que ?frica, un continente ya ?ntimamente unido con nuestra historia y con nuestro futuro, experimenta niveles de pobreza ante los cuales no podemos permanecer indiferentes e inactivos. Las heridas de ?frica han conmovido el coraz?n de nuestra Asamblea.

Novena recomendaci?n: Recomendamos sostener las iniciativas para la cancelaci?n de la deuda y la promoci?n del comercio equitativo y solidario.

A trav?s de un di?logo sincero y objetivo, contribuyamos y promovamos la creaci?n de una Europa renovada en la que los inmutables principios y valores morales cristianos, obtenidos directamente del Evangelio, sirven de testimonio y nos impulsan a un compromiso activo en la sociedad europea. Nuestra tarea consiste en promover estos principios y valores, no s?lo en la vida privada, sino tambi?n en la esfera p?blica. Deseamos cooperar con las personas de las dem?s religiones que comparten nuestra preocupaci?n por crear una Europa de los valores que prospere tambi?n pol?tica y econ?micamente.

Preocupados por la creaci?n de Dios, rogamos una mayor sensibilidad y respeto por su maravillosa diversidad. Trabajemos para contrarrestar su vergonzosa explotaci?n a causa de la cual toda la creaci?n gime esperando la redenci?n (Rm 8, 22-23) y compromet?monos por emplearnos en la reconciliaci?n entre la humanidad y la naturaleza.

D?cima recomendaci?n: Recomendamos que el per?odo entre el 1 de septiembre y el 4 de octubre se dedique a orar por la protecci?n de la creaci?n y a la promoci?n de estilos de vida sostenibles para contribuir a invertir la tendencia del cambio clim?tico.

Rendimos homenaje a cuantos han contribuido a este camino, en particular a los j?venes de Young Oikumene, que han exhortado a los participantes de esta Asamblea a ser valientes en vivir el Evangelio, nos unimos en la oraci?n.

Oh Cristo, Verdadera Luz que ilumina y santifica a cada ser humano que viene a este mundo : haz que brille sobre nosotros la luz de tu presencia, para que en ella podamos contemplar la luz inaccesible, y gu?a nuestros senderos para poner por obra tus mandamientos. Danos la salvaci?n y ll?vanos a tu reino eterno, porque T? eres nuestro Creador y Dador de todo lo que es bueno. Nuestra esperanza descansa en Ti y te damos gloria, ahora por siempre. Amen.

[Traducci?n realizada por Zenit]

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Discuros que pronunci? Benedicto XVI en el aeropuerto de Viena el 7 de Septiembre de 2007.

Austria, 7-IX- 2007
Ceremonia de Bienvenida en el aeropuerto internacional de Viena, Schwechat



Se?or Presidente
Se?or Canciller
Eminencia
Querido hermanos Obispos
Se?oras y Se?ores
Queridos amigos j?venes

Con gran alegr?a estoy ahora poniendo mis pies por vez primera desde el principio de mi pontificado en la tierra de Austria, un pa?s que conozco bien, no s?lo por su cercan?a geogr?fica a mi lugar de nacimiento. Le doy las gracias, Sr. Presidente, por las cordiales palabras con las que Usted me ha dado la bienvenida en el nombre de todo el pueblo austriaco. Usted sabe cu?n cercano me siento a su tierra nativa y a muchas gentes y lugares de su pa?s. Este espacio cultural en el coraz?n de Europa transciende las fronteras y trae juntamente ideas y energ?as desde diversas partes del continente. La cultura de este pa?s est? profundamente imbuida con el mensaje de Cristo y la actividad que la Iglesia ha llevado en su nombre. Todo esto, y mucho m?s, me da una sensaci?n intensa, queridos amigos austriacos, de estar ?en casa? aqu? en medio de ustedes.

La raz?n de mi venida a Austria es el 850 aniversario del santuario de Mariazell. Este santuario mariano de alguna manera representa el coraz?n maternal de Austria, y ha tenido siempre importancia particular tambi?n para los h?ngaros y los pueblos eslavos. Simboliza una apertura que no s?lo transciende las fronteras f?sicas y nacionales sino, en la persona de Mar?a, nos recuerda una dimensi?n esencial de los seres humanos: su capacidad de apertura a Dios y a su palabra de verdad.

En este sentido, desear?a, durante estos tres d?as aqu? en Austria, ir como peregrino a Mariazell. En los a?os recientes, me ha agradado notar entre mucha gente un inter?s creciente por la idea de peregrinaci?n.
Viajando como peregrinos, los j?venes en particular han encontrado un nuevo camino para reflexionar y meditar; llegan a conocerse uno a otro y juntos encuentran la creaci?n y la historia de fe que, muchas veces y quiz?s inesperadamente, experimentan como una fuente de fortaleza para el presente. Pretendo que mi peregrinaci?n a Mariazell sea un viaje hecho en compa??a de todos los peregrinos de nuestro tiempo. Con este esp?ritu dentro de poco presidir? al pueblo en la oraci?n en el centro de Viena, oraci?n que, como una peregrinaci?n espiritual, acompa?ar? estos d?as por vuestro pa?s.

Mariazell no s?lo representa 850 a?os de historia, sino nos ense?a sobre la base de esta historia ? como reflejada en la estatua de la Madre bendita se?alando a Cristo su hijo ? el camino hacia el futuro. En vista de esto, hoy desear?a, junto con las autoridades pol?ticas de Austria y los representantes de organizaciones internacionales, mirar tambi?n a nuestro presente y a nuestro futuro.

Ma?ana, la fiesta de la Natividad de mar?a, la fiesta patronal de Mariaell, me llevar? a ese santo lugar. En la celebraci?n de la Eucarist?a en el frente de la Bas?lica, nos reuniremos como Mar?a nos ha ense?ado, alrededor de Cristo, que viene en medio de nosotros .Le pediremos que nos ayude para mejor contemplarle, para verle en nuestros hermanos y hermanas, para servirle en ellos, y para caminar con ?l en el camino que conduce al padre. Como peregrinos al santuario, estaremos unidos en la oraci?n y, gracias a los medios de comunicaci?n, unidos tambi?n con los fieles y todos los hombres y mujeres de buena voluntad desde este pa?s y lejos fuera de sus fronteras.

Peregrinaci?n significa m?s que un viajar al santuario. El viaje de vuelta hacia la vida de cada d?a es fundamental. Cada semana de nuestra vida ordinaria empieza con el Domingo, con este don liberador de Dios que deseamos recibir y atesorar. Y as? celebraremos la Misa este domingo en la Catedral de San Esteban ? en comuni?n con todos aquellos congregados para la santa Misa en las iglesias parroquiales de Austria y de todo el mundo.

Se?oras y se?ores, s? que en Austria mucha gente, el domingo, el d?a de descanso del trabajo, y durante su tiempo libre en otros d?as de la semana, se compromete en el trabajo voluntario y el servicio a los dem?s. Tal compromiso, ofrecido generosa y desinteresadamente en beneficio de los dem?s, tambi?n marca la peregrinaci?n de nuestra vida. Quien quiera que ?cuide? a su pr?jimo comprendi?ndole y ayud?ndole, cuida a Cristo y le sirve. Guiados y animados por Mar?a, que desea aguzar nuestra mirada como cristianos, en orden a ver los desaf?os que necesitan ser encontrados en el esp?ritu del Evangelio y, llenos de gratitud y esperanza, a caminar desde el pasado que ha sido a veces dif?cil, auque siempre lleno de gracia, hacia un futuro de promesa.

(Traducci?n del ingl?s, particular-no oficial)

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Martes, 11 de septiembre de 2007
Colocamos a continuaci?n el Plan Diocesano de Pastoral de la Di?cesis de Tenerife, islas canarias, para el cuatrienio 2007-2011. (Ver presentaci?n del obispo)

PLAN DIOCESANO DE ACCI?N PASTORAL

"Haz memoria de Jesucristo Resucitado"


El ocho de diciembre de dos mil ocho celebraremos el d?cimo aniversario de la solemne clausura de nuestro primer S?nodo Diocesano. Hemos recorrido las etapas programadas bajo el lema general de Renovaci?n, Comuni?n y Misi?n. Una d?cada despu?s, damos gracias a Dios por los frutos de aquel verdadero acontecimiento del Esp?ritu y proseguimos la aplicaci?n de sus Constituciones Sinodales en el tercer Plan Diocesano de Pastoral que asume sus directrices y orientaciones.

Nuestra realidad socio-cultural, a diez a?os vista de aquel 1998, podemos afirmar que es sustancialmente parecida y mantiene algunas de sus constantes. Sin embargo, como se ha venido manifestando, conviene advertir en nuestro tiempo una profundizaci?n en los retos que se plantean a la misi?n evangelizadora de la Iglesia Diocesana y al fortalecimiento de la fe de los creyentes. Ahora, corno dijera entonces nuestro actual Obispo Em?rito don Felipe, es importante ponernos en actitud de conversi?n personal y de renovaci?n espiritual, "a fin de escuchar los gemidos del Esp?ritu y saber discernir sus deseos"; para ello, el gran misionero de la predicaci?n Apost?lica nos leg? una regla de oro:

"Transformaos por la renovaci?n de la mente para que sep?is discernir lo que es voluntad de Dios, lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto" (Rom, 12,2).

Siguiendo la estela del Papa Juan Pablo II pensarnos que "todo lo que nos propongamos, con la ayuda de Dios, debe de estar fundado en la oraci?n y en la contemplaci?n para no caer en el activismo, con el riesgo f?cil de hacer por hacer"1 Mantengamos, por ello, la convicci?n de que el Evangelio es un manantial de verdad y vida tan precioso en nuestro aqu? y en nuestro ahora, como en tiempos de Jes?s; un tesoro sin igual para nosotros y para el mundo. Quien lo vive de verdad experimenta la salvaci?n, siente el impulso irresistible de comunicarlo a los dem?s y su testimonio se hace cre?ble y eficaz. Para vivirlo se nos abre un camino seguro: seguir a Jes?s, cada cual seg?n su propia vocaci?n, bajo la gu?a del Esp?ritu2.

Damos gracias por el empe?o con que se trabaja en los distintos ?mbitos de nuestra Iglesia Diocesana y por los frutos que est?n dando muchos proyectos y acciones eclesiales, al tiempo que, en comuni?n con el vigente Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal, llevamos tambi?n las preocupaciones ya apuntadas desde hace tiempo:

* Las que tienen su origen en una cultura p?blica que se aleja decididamente de la fe cristiana y camina hacia un humanismo inmanentista. Esto se manifiesta en diversas formas mentales o actitudes vitales: las tendencias laicistas en la organizaci?n de la sociedad, la desidentificaci?n de la realidad misma del matrimonio y la familia, los atentados contra la vida del concebido no nacido, el recorte de libertades en materia educativa, la deriva de una parte de la juventud, sometida a nuevas formas de esclavitud.

* Las que surgen en la misma vida interna de la Iglesia: la d?bil transmisi?n de la fe a las generaciones j?venes; la desorientaci?n que afecta a un buen n?mero de sacerdotes, religiosos y laicos; la disminuci?n de vocaciones para el sacerdocio y para los institutos de vida consagrada; la pobreza de vida lit?rgica y sacramental de no pocas comunidades cristianas; la aparici?n de nuevas formas de disenso teol?gico y eclesial, y la escasa presencia p?blica de los cat?licos. El problema de fondo, al que una pastoral de futuro tiene que prestar la m?xima atenci?n, es la secularizaci?n interna. La cuesti?n principal a la que la Iglesia ha de hacer frente hoy en Espa?a se encuentra tanto en la sociedad (lo que llamamos la cultura ambiente) como en su propio interior; es un problema de casa y no s?lo de fuera.3


Los cat?licos de estas islas tenemos que asumir plenamente que nuestra situaci?n, en este inicio del siglo XXI, contin?a siendo de misi?n. Misi?n que ha de apoyarse y llevarse adelante desde el encuentro gozoso con Jes?s vivo que nos invita a comunicar, con humildad, pero con firmeza, el tesoro hallado. Llevarnos este tesoro de la fe en vasijas de barro (2 Cor 4,7) Pero sigue siendo un tesoro y, por ello, resuena en nosotros la Buena Noticia de la salvaci?n. ?Conocer y anunciar a Jes?s! Si a nosotros esto no nos hiciese felices ?c?mo podr?amos hacer llegar a los dem?s su encanto? Nos urge, pues, tener coraje misionero, priorizar el objetivo de la evangeli?zaci?n, dejarnos evangelizar m?s plenamente tambi?n nosotros, devolver el atractivo que conserva nuestra fe y nuestra Iglesia, "casa y escuela de comuni?n, (...) si queremos ser fieles al designio de Dios y responder tambi?n a las esperanzas profundas de las mujeres y hombres", este es el reto, que tiene la Iglesia en el inicio del nuevo milenio4.

Un impulso que Benedicto XVI expresa de m?ltiples formas y que se concentra en el anuncio del Dios Amor como centro de todo el mensaje cristiano. En realidad, "el amor de Dios por nosotros es una cuesti?n fundamental para la vida y plantea preguntas decisivas sobre qui?n es Dios y qui?nes somos nosotros"<sup>5.

Somos requeridos a un trabajo cordial y entusiasta de renovaci?n de lo que hemos heredado y quiz? ha perdido vigor o ha desvirtuado su fundamento y, al mismo tiempo, se nos llama para la edificaci?n de obra nueva y para la propuesta valiente y generosa de la fe a los hombres y mujeres de hoy.

Por consiguiente, consideramos que la atenci?n decidida por una pastoral misionera, con todas las consecuencias que esto conlleva, se constituye en la tarea prioritaria de nuestra Iglesia diocesana. Optar por una m?s apasionada evangelizaci?n nos pide, por una parte, prestar atenci?n al ser humano de hoy, mirarlo con los ojos de Dios, es decir, con amor, tomando en consideraci?n su cultura, lo que vive, sien-te y piensa, conociendo a fondo sus aspiraciones y sus heridas, sus limitaciones y sus posibilidades. En una palabra, integramos en la gran corriente de en-carnaci?n que arranca de Jes?s, hecho en todo igual a los hombres, excepto en el pecado, y que vino al mundo para salvarlo. Y nos reclama, por otra parte, tener siempre activada nuestra vivencia de Jesucristo y de su Evangelio, de manera que aflore f?cilmente a nuestros labios y que en todo momento estemos siempre a dispuestos ofrecer una respuesta a quien nos pida dar raz?n de nuestra esperanza.6

Por otro lado, como ped?a Juan Pablo TI, es preciso: "Que toda la Iglesia en Europa sienta como dirigida a ella la exhortaci?n y la invitaci?n del Se?or: arrepi?ntete, convi?rtete, ?ponte en vela, reanima lo que te queda y est? a punto de morir? (Ap 3, 2) "7, y citaba unas palabras del Mensaje final del S?nodo de 1999 dedicado a Europa: "el secularismo que contagia a un amplio sector de cristianos que normalmente piensan, deciden y viven ?como si Cristo no existiera?, lejos de apagar nuestra esperanza, la hace m?s humilde y capaz de confiar s?lo en Dios. De su misericordia recibimos la gracia y el compromiso de la conversi?n"8

Nuestra Planificaci?n Pastoral quiere propiciar en toda la di?cesis un esfuerzo ?humilde, paciente y perseverante? para ?conocer con mayor profundidad el misterio de Cristo? y ?para dar testimonio de El?.9 Por ello el nombre en el que somos salvados: Jesucristo, aparece tanto en el Objetivo General que fija la gran direcci?n de marcha, como en los tres objetivos espec?ficos, que en realidad son dimensiones con un mismo objetivo que han de guiar todas las acciones que los concreten en los distintos ?mbitos y con referencia a las distintas personas y situaciones.

Conscientes del momento en que vivimos, debemos centrarnos en lo fundamental del cristianismo, en los contenidos esenciales de la fe. El viaje del cristiano de hoy pasa por ir al coraz?n de la fe. Es por ello necesario que sepamos afianzar el eje central de la vida y obra de Jes?s y que nuestras acciones se encaminen a lo nuclear de la fe y la experiencia de la misma. Se trata de adentrarse en el coraz?n de la fe para vivirla gozosamente, celebrarla y transmitirla con esperanza. Encaminar todo el Plan Pastoral y, consecuentemente, orientar toda la acci?n de la Iglesia diocesana en orden a suscitar, cuidar y ayudar a madurar la experiencia de la fe es nuestro gran reto.

Nos recuerda Benedicto XVI que: "No se comienza a ser cristiano por una decisi?n ?tica o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientaci?n decisiva" 10. Por tanto, hemos de ayudar a los agentes de pastoral a ser m?s conscientes y desplegar las actitudes y competencias necesarias, no tanto para hacer "programas nuevos", sino vivir la novedad permanente del evangelio y orientar nuestros esfuerzos a lo nuclear de la vida cristiana: el encuentro con Cristo.11

En orden a esto ?ltimo, los criterios de discernimiento para ver si cada elecci?n es la mejor opci?n posible a la hora de la programaci?n de una actividad pastoral concreta tendr?an que ser:

- avivar la fe de quienes participen en ella,

- convocar a otros para que se abran y acojan la fe,

- transmitirla tal como la vivimos gozosamente en la Iglesia.

Se trata, por tanto, de focalizar nuestras op?ciones de fondo y los criterios pastorales para afrontar de manera fecunda la evangelizaci?n. Opciones y criterios que concretamos en la perseverancia creativa de las acciones concretas de la pastoral ordinaria, la acogida cordial y la renovaci?n en santidad por parte de las comunidades parroquiales, grupos, movimientos, agentes en general. Todo ello unido a la s?lida formaci?n cristiana y pastoral de todos y cada uno, como ya se dijera en nuestra Asamblea Diocesana.

En base a todo ello, nuestro Plan Diocesano de Pastoral 2007-2011, bajo el objetivo fundamental "haz memoria de Jesucristo Resucitado", quiere impulsar en toda la Di?cesis el conocimiento, la adhesi?n y el seguimiento de Jesucristo. Para ello centraremos nuestra atenci?n en el desarrollo de estas tres dimensiones: en El creernos, a El celebramos y a El anunciamos.

CREER


"El secularismo contagia a un amplio sector de cristianos que piensan, deciden y viven, como si Dios no existiera"12. S?lo desde una acogida m?s plena, m?s consecuente, m?s gozosa de Jesucristo por nuestra parte, podemos pensar esperanzadamente en una misi?n m?s apasionada y significativa de la Iglesia en y para el mundo de hoy, y al servicio del Reino de Dios. Aunque uno "est? muerto" (desani?mado, incoherente, vac?o...) si cree en Cristo vivir? (cf. Jn. 11,24). La obra que Dios quiere es que crea?mos en quien El envi? (cf. Jn. 6,29). "El que cree en el Hijo tiene vida eterna" (Jn. 3,36). Urge, por tanto, suscitar, cultivar y fortalecer una fe viva (una fe consciente, libre y responsable).

No podemos quedarnos en los medios o sim?plemente en hacer cosas. No se puede perder de vista lo esencial, hacia lo que tiende todo: "Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el ?nico Dios verdadero, y al que t? has enviado, Jesucristo" (Jn. 17,3). Por eso, m?s all? de planes y de programaciones que son muy convenientes y necesarios pastoralmente para orientar y aunar esfuerzos? es momento de comunicar y fortalecer decididamente la espiritualidad de adhesi?n y seguimiento de Jes?s, en las personas que formarnos la di?cesis y los distintos ?mbitos comunitarios, con acentos espec?ficos, necesarios para estos momentos. Se trata de dise?ar una pastoral en el horizonte de la santidad, centr?ndola en las personas.

Es esencial para ser buenos disc?pulos, estar bien alimentados por su Palabra y bien unidos a El en la oraci?n constante y los Sacramentos, especialmente la Eucarist?a, ya que en ella, "Dios nos llega corporalmente para seguir actuando en nosotros y por nosotros"13

CELEBRAR

El Papa Benedicto XVI, en La Exhortaci?n Apost?lica "Sacramentum Caritatis", pone de manifiesto que la participaci?n activa en la liturgia -que tanto urge el Concilio? parte de una mayor toma de conciencia del misterio que se celebra y de su relaci?n con la vida cotidiana. Durante estos a?os hemos de implementar acciones que ayuden a los fieles a la participaci?n consciente, piadosa y activa en la celebraci?n lit?rgica. No en vano la liturgia es fuente y culmen de la vida de la Iglesia.

Por ello, es preciso impulsar nuestra vida cristiana y la de las comunidades y grupos, emprender acciones y preguntarnos: "?Se vive la liturgia como fuente y cumbre de la vida eclesial, seg?n las ense?anzas de la Iglesia? El redescubrimiento del valor de la palabra de Dios, que la reforma lit?rgica ha realizado, ?ha encontrado un eco positivo en nuestras celebraciones? ?Hasta qu? punto la liturgia ha entrado en la vida concreta de los fieles y marca el ritmo de cada comunidad? ?Se entiende como camino de santidad, fuerza interior del dinamismo apost?lico y del esp?ritu misionero eclesial?"14


ANUNCIAR con palabras y obras

Parece existir un consenso amplio en torno a cinco criterios inspiradores en la pastoral de la transmisi?n de la fe hoy. Como se?ala Ra?l Berzosa, obispo auxiliar de Oviedo, en su libro "La parroquia en la cibercultura: retos y posibilidades", se trata de abrir cauces para ir pasando:

1. De una pastoral de cristiandad a una pastoral misionera. Lo que supone el primer anuncio, valorar la religiosidad popular, saber acoger y salir a la plaza p?blica, etc.


2. Del "hacer por hacer" a una acci?n coordinada que cultive todas las dimensiones de la vida cristiana (formativa, celebrativa y misionera).

3. De respuestas puntuales a verdaderos itinerarios de fe, que nos permitan ir pasando de una pastoral de la respuesta a otra de la propuesta audaz y creativa.

4. De respuestas ?nicas a respuestas diversificadas, seg?n contextos pastorales y teniendo en cuenta la necesaria pastoral de conjunto a implementar desde los arciprestazgos u otras unidades pastorales.

5. De la tarea exclusiva de unos agentes de pastoral aislados a la implicaci?n de toda la comunidad. El desaf?o comunitario es b?sico para la evangelizaci?n.

Posiblemente convenga, por lo tanto, cuidar una pastoral personalizada y diversificada, valorar el contacto personal, como lo hac?a Jes?s con Mar?a, Marta, la Samaritana o Nicodemo.

Es muy importante favorecer procesos de conversi?n que nos lleven a descubrir con alegr?a la acci?n del Esp?ritu entre nosotros y nos estimu?len a colaborar con El, edificando, avanzando en nuevas posibilidades pastorales, sintiendo, desde la caridad con nuestros semejantes, la urgencia de evangelizar. Desde la confianza en la semilla de Dios que estamos llamados a sembrar de modo generoso e incansable, recordando que, en ella, "por d?bil y peque?a que parezca ante el surco de la realidad hist?rica, est? presente el futuro, pues cada semilla lleva en s? el pan del ma?ana, la vida de ma?ana"15

Estamos en tiempos de fidelidad, amasados con una cierta dosis de audacia y modestia, de paciente responsabilidad y aprecio a lo peque?o de la vida ordinaria. Vivimos tiempos de siembra, de caridad, en los que la mejor medicina es ofrecer la Palabra del amor de Dios como sentido de la vida y esperanza cierta para el ser humano de hoy, de modo que nuestra manera de vivir y anunciar el evangelio sea un testimonio del amor preferencial de Dios por los m?s pobres y heridos por la vida. Que este Plan Diocesano de Pastoral nos ayude en este empe?o necesario, y en la tarea de edificar, desde el amor del Se?or que act?a en nosotros, una Iglesia samaritana, para estos tiempos de postmodcrnidad.


Objetivo General y Lema:

"Haz memoria de Jesucristo Resucitado

Dimensi?n 1: Jesucristo en quien Creemos
Dimensi?n 2: Jesucristo al que Celebramos
Dimensi?n 3: Jesucristo a quien Anunciamos




OBJETIVO ESPEC?FICO PRIMERO:

JESUCRISTO EN QUIEN CREEMOS


ACCIONES:

1. Realizar una Asamblea Diocesana con participaci?n de representantes de todos los grupos que trabajan en la Pastoral Juvenil - despu?s de un proceso de revisi?n interna- a fin de elaborar un espec?fico proyecto pastoral con este sector. Iniciando un trabajo en las parroquias, arciprestazgos y di?cesis

2. Intensificar e impulsar, si es el caso, los procesos encaminados a la mejor cualificaci?n cristiana y pastoral de los agentes que se est?n formando en las parroquias, grupos, movimientos, tratando de seguir unos criterios comunes diocesanos que potencien una espiritualidad laical y el compromiso asociado y p?blico.16

3. Impulsar la implantaci?n de nuevos cauces en la pastoral vocacional, desde los que ya existen y mejorar la coordinaci?n entre la pastoral juvenil, de ense?anza y la de vocaciones.17

4. Promover en nuestras comunidades, grupos, movimientos, etc. una experiencia de Dios que nos ayude a entender la vida como respuesta a la llamada de Dios y consecuentemente a vivir corno disc?pulos y testigos de Cristo Re?sucitado, potenciando as? una espiritualidad laical y el compromiso asociado y p?blico de los cristianos al servicio del Reino de Dios.

5. Culminar el proceso de elaboraci?n de un Directorio Diocesano de Iniciaci?n Cristiana y evaluar c?mo se est? llevando este proceso en la di?cesis18

OBJETIVO ESPEC?FICO SEGUNDO:


JESUCRISTO AL QUE CELEBRAMOS


ACCIONES:

1. Promover en todas las parroquias y ?mbitos pastorales la oraci?n personal y comunitaria, subrayando en la formaci?n la necesidad de una espiritualidad de adhesi?n y seguimiento, al tiempo que se creen cauces que favorezcan la acogida, el acompa?amiento, espiritual y pastoral, a fin de "cuidar a los cuidadores"19.

2. Elaborar un instrumento pastoral que realce y ayude a una mejor vivencia y celebraci?n de los Sacramentos de la Iniciaci?n Cristiana y de la Penitencia, siguiendo las indicaciones del Papa en torno al Misterio que se ha de creer, celebrar y vivir20.

3. Educar en la dimensi?n celebrativa en todos los procesos catequ?ticos y formativos.

4. Ofertar instrumentos para educar a los cristianos de cara una activa, consciente y fructuosa participaci?n en el misterio Eucar?stico que impulse a trabajar por un mundo m?s justo y fraterno"21.

5. Revisar e impulsar el trabajo que se realiza en orden a la atenci?n de las manifestaciones de piedad popular, con el fin de ?stas sean un medio cada vez m?s apto para el acercamiento a Jesucristo y a los sacramentos, as? como un adecuado cauce muy aprovechable para la evangelizaci?n (cf. SC 13), facilitando la armonizaci?n con la Liturgia y la fecundaci?n creativa mediante elementos lit?rgicos adecuados.

OBJETIVO ESPEC?FICO TERCERO:

JESUCRISTO A QUIEN ANUNCIAMOS



ACCIONES:

1. Realizar un concreto plan para sensibilizar a la comunidad diocesana sobre la importancia que tiene la "realidad de los adultos y de la familia" para la vida de la Iglesia, con el fin de impulsar, con ellos, procesos catecumenales en las distintas comunidades parroquiales y en otros ?mbitos.22

2. Realizar una Jornada Diocesana con profeso-res de Ense?anza Religiosa Escolar y agentes de otros ?mbitos educativos, de cara al estudio y proposici?n de acciones concretas que afron?ten el reto de la nueva realidad de este sector y su incidencia en la pastoral diocesana23.

3. Preparar y realizar una Asamblea sobre la Escuela Cat?lica y los centros de inspiraci?n cristiana presentes en la Di?cesis.

4. Promover cauces que ayuden a sensibilizar a la Iglesia y la sociedad sobre el desaf?o de la in-migraci?n en sus aspectos sociales y pastora-les, ofertando medios para capacitarnos en laatenci?n, acogida, integraci?n y di?logo ecu?m?nico e interreligioso, en los niveles parroquiales, arciprestales y diocesanos.

5. Proseguir la capacitaci?n de los agentes de pastoral para el primer anuncio y la propuesta expl?cita de Jesucristo en la situaci?n actual, ofertando instrumentos para el mismo, priori?zando la catequesis de adultos.

6. Potenciar los medios existentes y establecer cauces nuevos que incidan en la familia como transmisora de la fe y como espacio natural donde se vive y descubre la vocaci?n.

7. Adecuar, en clave misionera, la acci?n pastoral de las parroquias y arciprestazgos, con el fin de adaptarlas a los nuevos tiempos mediante acciones concretas que favorezcan la creaci?n de comunidades cristianas m?s vivas24.

8. Mejorar la presencia de la Iglesia en los Me-dios de Comunicaci?n Social y en el uso de las Nuevas Tecnolog?as de la Informaci?n, formando a agentes de pastoral, para la integraci?n en estos ?mbitos, del mensaje del Evange?lio y de la vida de la Iglesia.25

9. Intensificar la dimensi?n evangelizadora y acogedora de la acci?n socio-caritativa.

10. Mejorar la atenci?n pastoral con ocasi?n de las manifestaciones de religiosidad popular, las catequesis ocasionales, los espacios de presencia p?blica de la Iglesia y la acogida en los distintos servicios pastorales.

11. Impulsar los movimientos apost?licos y otros medios concretos para el acompa?amiento, la presencia activa y la formaci?n de los laicos en la vida p?blica, as? como emprender iniciativas que favorezcan el apostolado asociado.


TEMPORALIZACI?N ANUAL

Desde los criterios inspiradores se?alados anteriormente y, a la luz de lo aportado por los distintos ?mbitos pastorales, vamos a dedicar nuestras accio?nes preferentes y transversales en los pr?ximos cuatro a?os, pivotando sobre las tres dimensiones del ?nico objetivo: Creer, Celebrar y Anunciar que mantengan la unidad de la Planificaci?n Pastoral durante el cuatrienio. Para ello, marcamos unos centros de atenci?n y de inter?s preferente:

2007/2008 A?o de la parroquia.

Para alcanzar los objetivos propuestos parece necesario valorar el papel de las parroquias y propiciar su renovaci?n a fin de que sea cada vez m?s, casa y escuela de oraci?n, comuni?n y misi?n, abierta y coordinada con otros ?mbitos y espacios evangelizadores. La parroquia est? llamada a cambiar y a abrirse a nuevas realidades, es cierto, pero tambi?n lo es que sigue siendo una realidad insustituible para, entre otras cosas, vivir la dimensi?n comunitaria constitutiva del seguimiento de Jes?s.

2008/2009 A?o de los j?venes y de las vocaciones.

La Juventud aparece como un gran desaf?o en nuestra evaluaci?n pastoral. Es conveniente, por tanto, partir de la realidad existente entre nosotros para implantar nuevas ofertas y modos de presencia en el mundo juvenil, desde la perspectiva de fortalecer la fe en Jesucristo y su anuncio. As? mismo es necesario evaluar la formaci?n en el Seminario y la pastoral vocacional de cara a responder a la realidad de la so?ciedad actual y a las necesidades pastorales.

2009/2010 A?o de la iniciaci?n cristiana, con especial atenci?n en la Eucarist?a.

La iniciaci?n cristiana es el gran desaf?o de esta hora. Su culmen es la Eucarist?a. "Desde ella brota la transmisi?n de la fe, la celebraci?n del misterio cristiano, y el servicio al mundo en caridad. Al hablar de transmisi?n de la fe nos ce?iremos a la tarea educadora de la Iglesia que comprende la catequesis de iniciaci?n, la ense?anza religiosa y teol?gica, as? como la integraci?n del mensaje cristiano en la nueva cultura de la comunicaci?n. La consideraci?n de la celebraci?n del misterio cristiano, nos llevar? a ocuparnos de la celebraci?n lit?rgica de la Iglesia y de la vida de oraci?n y, por ?ltimo, el servicio al mundo en caridad nos situar? ante los nuevos retos que plantean la misi?n evangelizadora y la transformaci?n de la sociedad'.26

2010-2011. A?o de los adultos, con especial incidencia en la familia.

La familia y el mundo de los adultos aparec?an como una opci?n destacada en las propuestas realizadas para el Plan. Por ello, hemos de promover, re-visar y renovar las acciones pastorales que tengan como objeto y sujeto a los adultos y la familia, impulsando su compromiso en la transformaci?n de la sociedad, siendo semillas del Reino de Dios.


1. NMI 15.
2. Cf. Introducci?n del documento de los obispos de las Di?cesis de Pamplona y Tudela, Bilbao. S. Sebasti?n y Vitoria. "Vivir y co?municar el Evangelio hoy". Cuaresma- Pascua 2007. Tambi?n hemos recogido algunas afirmaciones de la Carta Pastoral de los obispos de las di?cesis de Catalu?a, "Creer en el evangelio y anunciarlo con nuevo ardor", 2007.
3. Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal Espa?ola, 2006-2010, "Yo soy el Pan de Vida", 4 (En adelante Plan CEE).
4. Cf. NMI 43.
5. Benedicto XVI, Dios es amor, 2. (En adelante DCS)
6. Cf.1Pe3,15.
7. Ei E 26.
8. Mensaje final del s?nodo de 1999, n? 4.
9. Cf.CT72.
10. DCS 1.
11. Cf. NMI, 29: Plan CEE, 3.
12. EiE 26.
13. Benedicto XVI Exhortaci?n Apost?lica Postsinodal " Sacramen?tum Caritatis" 5 (en Adelante SC).
14. Cf. Carta Apost?lica "Spiritus et Sponsa" de Juan Pablo II, en el XL Aniversario de la Sacrosantum Concilium, 6.
15. BENEDICTO XVI, "Discurso a los sacerdotes de la di?cesis de Aosta ", 25 de julio de 2005.
16. Cf. Constituciones Sinodales (En adelante CS). 227-237.
17. Cf. CS. 55-59. 826.
18. Cf. CS; SC 17-19.
19. Cf. Constituciones Sinodales (en adelante CS) 41. 42; 825.
20. CC. SC en sus diversos cap?tulos; Plan CEE 20-23; CS 815.
21. Cf. SC 88.
22. Cf. CS 185. 187. 199.
23. Cf. Plan CEE, 15.
24. Cf. CS 832. 835. 838
25. Cf. Plan CEE, 16.
26. Plan CEE, 6.7.

El Departamento de Justicia y Paz de la Vicar?a de Solidaridad del Obispado de Quilmes da a conocer la declaraci?n: "Abrazar a las v?ctimas" (CEA)


ABRAZAR A LAS VICTIMAS


?Dos jud?os y un ni?o acaban de ser ahorcados en
Auschwitz, delante de todos los presos. Los dos jud?os
murieron r?pidamente, mientras que al ni?o le costaba
morir. Entonces uno grit? detr?s de mi: "?D?nde est?
Dios?". Yo calle. Unos momentos despu?s volvi? a gritar:
?Pero bueno, ?d?nde est? Dios?" Y una voz dentro de m?
respondi?: -?D?nde est? Dios?
?Ah?, colgado en la horca!?

(Cfr. Moltmann J. Selecciones de Teolog?a, 12 {1973}, 6)



Eran tiempos donde la mano de obra de la muerte avanzaba sobre miles de vidas. Dolorosos tiempos de Guerra Mundial. Horrores. Un ni?o en la horca, nos cuenta Moltmann. Nuestro psiquismo no puede mucho m?s que guardar silencio. Sin embargo hay que recomponerse del horror y hablar, expresar, llenar nuestros espacios, charlas, reuniones, eventos, de palabras de vida. El silencio ayuda a recomponernos para luego decir con autoridad la palabra que todos y todas debemos decir: Basta de muerte. Basta de instituciones que configuran seres humanos en m?quinas de matar a su pr?jimo. Basta de instituciones que callan haci?ndose c?mplices de estos cr?menes y de los criminales. Basta de ideolog?as que reivindican al hombre como lobo del hombre.

Los horrores de las guerras mundiales parec?an lejos en la medida en que los Estados a trav?s de organismos internacionales pensaban, consensuaban, elaboraban, planificaban, y hasta declaraban los Derechos Humanos.
Lejos cronol?gicamente de los sucesos b?licos que sacudieron el siglo XX, no podemos decir que hayamos aprendido de tales hechos monstruosos. En nuestra historia nacional particular, algunos hechos aberrantes vividos en los campos de concentraci?n nazis han sido tristemente repetidos en formas de torturas f?sicas y psicol?gicas, en metodolog?a de muerte refinada hasta encontrar una forma distintiva para nuestro pa?s: desapariciones forzadas de personas.

Todas las dictaduras que se desarrollaron en nuestro pa?s entre 1930 y 1980 fueron aportando su "granito de arena", sumando formas aberrantes y despreciables de violaci?n a la dignidad humana. Pero sin dudarlo, la dictadura c?vico militar que se inicio el 24 de marzo de 1976 destroz? a miles de personas, familias, y en definitiva a nuestra sociedad que a?n "sangra por la herida".

Por supuesto la Iglesia estuvo presente, como en tiempos de Jes?s, defendiendo y dando la vida. La lista de hombres y mujeres, defensores y v?ctimas es muy larga. Los iremos recordando lentamente en otras cartas para tomarnos el tiempo respetuoso que exigen estas vidas extraordinarias. En este tiempo no podemos dejar de mencionar a Carlos M?gica (asesinado en mayo de 1974), a los Padres Palotinos, a los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, y el catequista laico Wenceslao Pedernera, asesinados en julio de 1976 en La Rioja. Y por ?ltimo no podemos dejar de mencionar a ese gran Pastor Monse?or Enrique Angelelli.

Sin embargo, se acusa a otros miembros de la Iglesia, de haber estado en los centros clandestinos de detenci?n, del lado de los torturadores, asesinos y violadores, participando en sesiones de torturas y vejaciones, abusando de la confianza sacerdotal para interrogar, y tantas otras aberraciones.

En estos d?as se lleva adelante el juicio al sacerdote Cristian Von Wernich. Un profundo dolor mezclado con indignaci?n e impotencia nos inunda como seguidores de Jes?s. Somos respetuosos de las leyes, por lo tanto, esperamos que el poder judicial, como instituci?n republicana, juzgue sus actos y decida sobre el futuro de este sacerdote. Futuro que, por cierto, no tuvieron los desaparecidos.

Mientras pedimos y esperamos justicia, hoy como ayer, desde el Departamento Justicia y Paz de esta Di?cesis, seguimos solidariz?ndonos con las v?ctimas y sus familias, siguiendo el ejemplo de nuestro primer padre obispo Jorge Novak, que en aquellos a?os del Terrorismo de Estado, sin callar nada y con plena conciencia, defendi? la vida.

As? hoy con toda claridad, afirmamos que Dios no est? del lado de los victimarios. Est?, sin duda, del lado de las v?ctimas. ?l mismo lo experiment? en la cruz. En la cruz de Jes?s est?n las victimas, los crucificados de la historia. No hay alternativa para los que creemos en Jes?s: nuestro lugar es desde y con las v?ctimas.

Por eso queremos decirles, desde nuestro compromiso con la vida, a las familias y allegados de estas v?ctimas que buscan justicia: Sientan nuestro abrazo de hermanos y hermanas, y en el reciban el amor del Resucitado que tambi?n fue v?ctima en la cruz, de la injusticia de los poderosos y los venci?. Reciban en ese abrazo la esperanza, la calidez y la ternura del Esp?ritu Santo. Alentamos y acompa?amos a los testigos que con coraje dan cuenta del horror sufrido en los tribunales. Creemos que solo con la verdad lograremos que un d?a brille para todos y todas, el sol de la justicia.
Mientras luchamos para que ese d?a sea posible, sepan que hay lugar para sus dolores en nuestros corazones, brazos y manos de hermanos y hermanos de la Iglesia de Quilmes, que queremos ser fieles al proyecto de Jes?s que ha venido para que todos y todas "tengamos vida en abundancia".

DEPARTAMENTO JUSTICIA Y PAZ
VICARIA DE SOLIDARIDAD
OBISPADO DE QUILMES

Av. Calchaqu? 1371

(B1879ETA) Quilmes Oeste

E-Mail: [email protected]

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Viena (Agencia Fides) - En la tarde del 7 de septiembre, el Santo Padre Benedicto XVI se dirigi? al Hofburg de Viena para la visita de cortes?a al Presidente de la Rep?blica de Austria, Heinz Fischer y, sucesivamente, para el encuentro con las Autoridades y con el Cuerpo Diplom?tico, en el que estaban presentes tambi?n exponentes del mundo de la Cultura, entre los cuales los Rectores de las Universidades austriacas. Despu?s de una breve introducci?n musical a la que sigui? el discurso del Presidente de la Rep?blica, el Santo Padre Benedicto XVI pronunci? un articulado discurso del cual presentamos algunas partes.

Austria
Austria en los ?ltimos a?os y decenios ha registrado ?xitos, que todav?a hace dos generaciones nadie habr?a osado so?ar. Vuestro pa?s no s?lo ha vivido un notable progreso econ?mico, sino que ha desarrollado tambi?n una ejemplar convivencia social, de la que la expresi?n ?solidaridad social? se ha convertido en un sin?nimo? Nos encontramos aqu? en un lugar hist?rico, desde el cual por siglos ha sido gobernado un imperio que uni? vastas partes de Europa central y oriental. Este lugar y esta hora ofrecen, por lo tanto, una ocasi?n providencial para colocar la mirada sobre toda la Europa actual. Despu?s de los horrores de la guerra y de las experiencias traum?ticas del totalitarismo y de la dictadura, Europa emprendi? el camino hacia la unidad del Continente, unidad que tiende a asegurar un orden duradero de paz y de desarrollo justo. La divisi?n que por d?cadas dividi? al Continente en modo doloroso se super?, efectivamente, en modo pol?tico, pero la unidad debe realizarse todav?a en la mente y en el coraz?n de las personas? En particular, para los pa?ses de Europa central y oriental la participaci?n a tal proceso es un ulterior est?mulo para consolidar en su interior la libertad, el estado de derecho y la democracia. Quisiera recordar, a tal prop?sito, el aporte que mi predecesor el Papa Juan Pablo II dio a este proceso hist?rico?

Europa
La "casa Europa", como amamos llamar la comunidad de este Continente, ser? para todos un lugar agradable de habitar solamente si se reconstruye sobre un s?lido fundamento cultural y moral de valores comunes que sacamos de nuestra historia y de nuestras tradiciones. Europa no puede y no debe renegar sus ra?ces cristianas. Ellas son un componente din?mico de nuestra civilizaci?n para el caminar en el tercer milenio. El cristianismo model? profundamente a este Continente: de ello dan testimonio en todos los pa?ses y particularmente en Austria no s?lo las numerosas iglesias y los importantes monasterios. La fe tiene su manifestaci?n sobre todo en las innumerables personas que ella, a lo largo de la historia hasta nuestros d?as ha llevado a una vida de esperanza, de amor y de misericordia? La tantas veces citada globalizaci?n no puede ser detenida, pero es una tarea urgente y una gran responsabilidad de la pol?tica la de dar a la globalizaci?n el orden y los l?mites adecuados para evitar que se realice a costas de los pa?ses m?s pobres y de las personas pobres en los pa?ses ricos, y para evitar tambi?n que se realice a costa de las generaciones futuras. Ciertamente - lo sabemos - Europa ha vivido y sufrido tambi?n caminos terriblemente equivocados? Forma parte, sin embargo, de las caracter?sticas de Europa su capacidad de autocr?tica que, en el vasto panorama de las culturas del mundo, la distingue y la califica.

La vida
Fue en Europa donde, por vez primera, se formul? el concepto de los derechos humanos. El derecho humano fundamental, presupuesto de todos los dem?s derechos, es el derecho a la vida misma. Esto vale para la vida desde la concepci?n hasta su fin natural. El aborto, por lo tanto, no puede ser un derecho humano, sino que es su contrario. Es una ?profunda herida social?, como subrayaba incansablemente nuestro difunto Hermano, el Card. Fraz K?nig? Quisiera m?s bien hacerme abogado de un pedido profundamente humano y portavoz de los nascituros que no tienen voz. Con esto no cierro los ojos a los problemas y a los conflictos de muchas mujeres y me doy cuenta que la credibilidad de nuestro discurso depende tambi?n de lo que la Iglesia misma hace para salir en ayuda de las mujeres en dificultad. Apelo en este contexto a los responsables de la pol?tica, para que no permitan que los hijos sean considerados casos de enfermedad ni permitan tampoco que la calificaci?n de injusticia que vuestra ordenaci?n jur?dica atribuye al aborto sea abolida de hecho. Lo digo movido por la preocupaci?n por los valores humanos. Pero esto no es sino un lado de lo que nos preocupa. El otro es el de hacer todo lo posible para hacer que los pa?ses europeos est?n de nuevo abiertos a acoger a los ni?os? Una gran preocupaci?n la constituye para m? tambi?n el debate sobre la as? llamada ?ayuda activa para morir?? La respuesta correcta al sufrimiento y al fin de la vida es una atenci?n amorosa, el acompa?amiento hacia la muerte - en particular modo con la ayuda de la medicina paliativa - y no una ?ayuda activa para morir?.

El di?logo de la raz?n
Forma parte de la heredad europea, finalmente, una tradici?n de pensamiento, para la cual es esencial una correspondencia sustancial entre fe, verdad y raz?n. Se trata aqu?, en definitiva, de la cuesti?n si la realidad tenga en su origen la casualidad y la necesidad, si por lo tanto la raz?n sea un casual producto secundario de lo irracional y en el oc?ano de la irracionalidad, a fin de cuentas, no tenga tampoco sentido alguno, o si m?s bien es todav?a verdadero aquello que constituye la convicci?n de fondo de la fe cristiana: In principio erat Verbum - Al principio era el Verbo - al origen de todas las cosas est? la Raz?n creadora de Dios que ha decidido de participarse a nosotros seres humanos.
Las tareas de Europa en el mundo
El continente que, demogr?ficamente, envejece en modo m?s r?pido no tiene que convertirse en un continente espiritualmente viejo. Europa adquirir? adem?s una mejor conciencia de s? misma si asume una responsabilidad en el mundo que corresponda a su singular tradici?n espiritual, a sus extraordinarias capacidades y a su gran fuerza econ?mica. La Uni?n Europea deber?a por lo tanto asumir un papel de gu?a en la lucha contra la pobreza en el mundo y en el compromiso a favor de la paz. Con agradecimiento podemos constatar que los pa?ses europeos y la Uni?n Europea se encuentran entre aquellos que m?s contribuyen al desarrollo internacional, pero deber?an tambi?n hacer valer su relevancia pol?tica frente a, por ejemplo, los desaf?os muy urgentes en ?frica, a las inmensas tragedias de este Continente, como el flagelo del SIDA, la situaci?n en el Darfur, la injusta explotaci?n de los recursos naturales y el preocupante tr?fico de armas. Asimismo el compromiso pol?tico y diplom?tico de Europa y de sus pa?ses no puede olvidar la situaci?n permanentemente grave del Oriente Medio, donde es necesario el aporte de todos para favorecer la renuncia a la violencia, el di?logo rec?proco y una convivencia verdaderamente pac?fica. Debe continuar creciendo tambi?n la relaci?n con las naciones de Am?rica Latina y con las del Continente asi?tico, mediante oportunos v?nculos de intercambio.

Conclusi?n
Austria es un pa?s rico de tantas bendiciones? Mucho de lo que Austria es y tiene se lo debe a la fe cristiana y a su rica eficacia sobre las personas. La fe ha formado profundamente el car?cter de este pa?s y de su gente. ?Debe por lo tanto interesar a todos no permitir que un d?a en este pa?s quiz?s s?lo las piedras hablen de cristianismo! Una Austria sin una viva fe cristiana ya no ser?a Austria.
Al final del encuentro el Papa regres? a la Nunciatura Apost?lica y, despu?s de la cena, se asom? por el balc?n para bendecir a los j?venes reunidos fuera de la Nunciatura. (S.L.) (Agencia Fides 8/9/2007; l?neas 91, palabras 1322)

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Roma (Agencia Fides) - Sierra Leona tiene una extensi?n de 71.740 km2 y limita al oeste con el Oc?ano Atl?ntico, al noroeste con Guinea y al sudeste con Liberia. La poblaci?n es de 5 millones 700 mil habitantes.

Historia. En 1462 el explorador portugu?s Pedro da Cinta le dio el nombre de Sierra Lioa, luego transformado en el actual del espa?ol, a la cadena monta?osa que se encuentra frente a una larga parte de la costa del pa?s, no tanto por la presencia de leones, sino por su aspecto salvaje e impenetrable. Los primeros asentamientos europeos se remontan al siglo XVII, cuando se establecieron algunas estaciones comerciales brit?nicas. La presencia inglesa se reforz? en el siglo XVIII con la creaci?n de la compa??a Sierra Leona Company, que asumi? el control de la costa. Hacia fines del ?700, gracias a la iniciativa del fil?ntropo ingl?s Granville Sharp, se asentaron los primeros esclavos liberados. El territorio fue bautizado de nuevo por Sharp como ?The Province of Freedom?, la provincia de la libertad. En 1807 el Parlamento brit?nico consider? fuera de la ley el comercio de esclavos y Freetown (la actual capital del pa?s) se convirti? en una base naval y en el lugar de acci?n judiciaria contra los esclavistas. En 1808 la pen?nsula comprendida entre la bah?a de Sierra Leona y la Yawry Bay se convirti? en colonia de la Corona brit?nica, a donde fueron enviados los esclavos liberados, que dieron vida a la actual etnia de los krios. En 1898 el protectorado brit?nico se extendi? al resto del pa?s. En 1951 Gran Breta?a acord? a Sierra Leona una Constituci?n que le permit?a la elecci?n de un gobierno local, que actuaba dentro de los l?mites concedidos por el protectorado ingl?s. El 27 de abril de 1961 Sierra Leona obtuvo la independencia en el ?mbito de la Commonwealth. El pa?s cay? en manos de una elite restringida dedicada solamente a la explotaci?n de las riquezas nacionales, en particular a la extracci?n y comercializaci?n de los diamantes. Inici? un per?odo de inestabilidad pol?tica con los gobiernos que se suced?an unos a otros continuamente, junto con golpes de estado militares. El 19 de abril de 1971 fue proclamada la Rep?blica (el Jefe de Estado ya no era la Reina de Inglaterra) y el poder se consolid? en las manos del All People?s Congreso, que asegur? un largo per?odo de estabilidad pol?tica contrastado sin embargo por una gesti?n autoritaria del Estado. En los a?os ?80 la gran deuda del pa?s oblig? al gobierno a adoptar medidas severas de austeridad econ?mica que provocaron fuertes protestas populares y una progresiva erosi?n del consenso del gobierno. En 1991 el Frente Revolucionario Unido (RUF) inici? una rebeli?n que desencaden? una guerra civil de diez a?os (1991-2002). En 1992 se estableci? una junta militar, pero en 1996, despu?s de presiones internacionales, se realizaron elecciones libres, ganadas por Ahmad Tejan Kabbah, un ex diplom?tico que trabaj? en la ONU por m?s de 20 a?os. En mayo de 1997 Kabbah fue derrocado por un golpe militar. La nueva junta se ali? con los rebeldes del RUF. Kabbah fue establecido de nuevo en el poder por intervenci?n de una fuerza de paz africana guiada por Nigeria. Despu?s de eventos varios, marcados por la intervenci?n consistente de las fuerzas ONU y brit?nicas, el RUF depuso las armas y en enero de 2002 el Presidente Kabbah declar? oficialmente acabada la guerra. En las elecciones de mayo 2002 Kabbah fue reelegido para un segundo mandato.

Econom?a. La econom?a nacional depende fuertemente del sector extractivo. Sierra Leona es uno de los mayores productores de diamantes y dispone de una de las mayores reservas mundiales de rutilo, del cual se saca el titanio, estrat?gico para la industria aeron?utica y armament?stica.

Religi?n. La mayor parte de la poblaci?n practica la religi?n tradicional africana; alrededor de una tercera parte son musulmanes. La minor?a cat?lica se concentra sobre todo en la capital.

La Iglesia cat?lica: Los cat?licos son 258 mil distribuidos en 3 di?cesis con 60 parroquias. Hay 4 Obispos, 79 sacerdotes diocesanos, 55 sacerdotes religiosos, 38 religiosos profesos y 47 religiosas. Los catequistas son 486. La Iglesia administra 56 escuelas maternas con 5.858 ni?os; 554 escuelas primarias con 112.579 alumnos; 54 escuelas secundarias con 31.068 estudiantes, 4 hospitales y 7 dispensarios. (L.M.) (Agencia Fides 7/9/2007 l?neas 47 palabras 718)

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Lunes, 10 de septiembre de 2007
ZENIT publica la homil?a que pronunci? Benedicto XVI en la ma?ana del s?bado, 8 de Septiembre de 2007, al visitar el santuario mariano de Mariazell, el m?s importante de Austria, al celebrarse los 850 a?os de su fundaci?n.


Queridos hermanos y hermanas:

Con nuestra gran peregrinaci?n a Mariazell celebramos la fiesta patronal de este Santuario, la fiesta de la Natividad de Mar?a. Hasta aqu?, desde hace 850 a?os, acuden personas de diferentes pueblos y naciones, que rezan llevando consigo los deseos de sus corazones y de sus pa?ses, las preocupaciones y las esperanzas m?s ?ntimas. De este modo, Mariazell se ha convertido para Austria, y mucho m?s all? de sus fronteras, en un lugar de paz y de unidad reconciliada. Aqu? experimentamos la bondad consoladora de la Madre; aqu? encontramos a Jesucristo, en el cual Dios est? con nosotros como afirma el pasaje evang?lico de hoy - Jes?s, de quien la lectura del profeta Miqueas dice ?y ?l ser? la Paz? (Cf. 5,4). Hoy nos unimos a esta gran peregrinaci?n de muchos siglos. Nos detenemos ante la Madre del Se?or y le imploramos ?Mu?stranos a Jes?s. Mu?stranos a nosotros, peregrinos, a quien es al mismo tiempo el camino y la meta: la verdad y la vida.

El pasaje evang?lico, que acabamos de escuchar, ampl?a nuestros horizontes. Presenta la historia de Israel a partir de Abraham como una peregrinaci?n que, con subidas y bajadas, por caminos breves y por caminos largos, al final conduce a Cristo. La genealog?a con sus figuras luminosas y oscuras, con sus ?xitos y sus fracasos, nos demuestra que Dios tambi?n escribe derecho en los renglones torcidos de nuestra historia humana. Dios nos deja nuestra libertad y, sin embargo, sabe encontrar en nuestro fracaso nuevos caminos para su amor. Dios no fracasa. As? esta genealog?a es una garant?a de la fidelidad de Dios; una garant?a de que Dios no nos deja caer, es una invitaci?n a orientar nuestra vida nuevamente hacia ?l, a caminar siempre de de nuevo hacia Cristo.

Peregrinar significa estar orientados hacia una cierta direcci?n, caminar hacia una meta. Esto atribuye tambi?n al camino y a su cansancio una belleza propia. Entre los peregrinos de la genealog?a de Jes?s algunos se hab?an olvidado de la meta y quer?an ponerse a s? mismos como meta. Pero el Se?or hab?a suscitado de nuevo a personas que se hab?an dejado impulsar por la nostalgia de la meta, orientando su vida. El impulso hacia la fe cristiana y el inicio de la Iglesia de Jesucristo ha sido posible, porque exist?an en Israel personas con un coraz?n en b?squeda --personas que no se acomodaron a la rutina, sino que escrutaron a lo lejos en b?squeda de algo m?s grande: Zacar?as, Isabel, Sime?n, Ana, Mar?a y Jos?, los Doce y muchos otros. Dado que sus corazones estaban en actitud de espera, pod?an reconocer en Jesucristo a quien Dios hab?a mandado y ser as? el inicio de su familia universal. La Iglesia de las gentes pudo realizarse porque tanto en el ?rea del Mediterr?neo como en Asia, a donde llegaban los mensajeros de Jesucristo, hab?a personas a la espera que no se conformaban con lo que hac?an y pensaban todos, sino que buscaban la estrella que pod?a indicarles el camino hacia la Verdad misma, hacia el Dios vivo.

Necesitamos este coraz?n inquieto y abierto. Es el centro de una peregrinaci?n. Tambi?n hoy no basta ser y pensar como todos los dem?s. El proyecto de nuestra vida va m?s all?. Nosotros tenemos necesidad de Dios, de ese Dios que nos ha mostrado su rostro y abierto su coraz?n, Jesucristo. Juan, con raz?n, afirma que ??l es el Hijo ?nico, que est? en el seno del Padre? (Juan 1,18); as? s?lo ?l, desde lo ?ntimo de Dios mismo, pod?a revelarnos a Dios, y revelarnos qui?nes somos nosotros, de d?nde venimos y hacia d?nde vamos. Ciertamente existen numerosas grandes personalidades en la historia que han hecho bellas y conmovedoras experiencias de Dios. Se quedan, sin embargo, en experiencias humanas con su l?mite humano. S?lo ?l es Dios y por ello s?lo ?l es el puente, que pone en contacto inmediato a Dios con el hombre. Ahora bien, si nosotros le consideramos como el ?nico Mediador de la salvaci?n v?lido para todos, que afecta a todos y del cual, en definitiva, todos tienen necesidad, esto no significa de ninguna manera que despreciemos a las otras religiones ni que seamos soberbios de pensamiento, sino ?nicamente que hemos sido conquistados por quien interiormente nos ha tocado y nos ha colmado de dones para que a la vez podamos entregarlos a los dem?s. De hecho, nuestra fe se opone decididamente a la resignaci?n que considera al hombre incapaz de la verdad, como si ?sta fuera demasiado grande para ?l.

Seg?n mi convicci?n, esta resignaci?n ante la verdad es el origen de la crisis de occidente, de Europa. Si para el hombre no existe una verdad, en el fondo, no puede ni siquiera distinguir entre el bien y el mal. Entonces los grandes y maravillosos conocimientos de la ciencia se hacen ambiguos: pueden abrir perspectivas importantes para el bien, para la salvaci?n del hombre, pero tambi?n --y lo vemos-- pueden convertirse en una terrible amenaza, en la destrucci?n del hombre y del mundo.

Necesitamos la verdad. Pero claro, a causa de nuestra historia, tenemos miedo de que la fe en la verdad comporte intolerancia. Si este miedo, que tiene sus buenas razones hist?ricas, nos asalta, es tiempo de contemplar a Jes?s como lo vemos aqu?, en el santuario de Mariazell. Lo vemos en dos im?genes: como ni?o en brazos de su Madre y sobre el altar principal de la bas?lica, crucificado. Estas dos im?genes nos dicen: la verdad no se afirma mediante un poder externo sino que es humilde y s?lo es aceptada por el hombre a trav?s de su fuerza interior: el hecho de ser verdadera. La verdad se demuestra a s? misma en el amor. Nunca es propiedad nuestra, no es un producto nuestro, como tampoco es posible producir el amor, sino que s?lo se puede recibir y transmitir como don. Necesitamos esta fuerza interior de la verdad. Como cristianos, nos fiamos de esta fuerza de la verdad. Somos testigos de ella. Tenemos que entregarla como la hemos recibido, tal y como se nos ha entregado.

?Mirar a Cristo? es el lema de este d?a. Esta invitaci?n, para el hombre que busca, se transforma siempre en una espont?nea petici?n, una petici?n dirigida en particular a Mar?a, que nos ha dado a Cristo como Hijo suyo: ??Mu?stranos a Jes?s!?. Rezamos hoy as? con todo el coraz?n; rezamos as? tambi?n no s?lo en este momento, interiormente, en la b?squeda del Rostro de Redentor. ??Mu?stranos a Jes?s!?. Mar?a responde, present?ndonoslo ante todo como ni?o. Dios se ha hecho peque?o por nosotros. Dios no viene con una fuerza exterior, sino que viene con la impotencia de su amor, que es lo que constituye su fuerza. Se pone en nuestras manos. Pide nuestro amor. Nos invita a hacernos peque?os, a descender de nuestros altos tronos y aprender a ser ni?os ante Dios. Nos ofrece el T?. Nos pide que nos fiemos de ?l y que aprendamos de ese modo a vivir en la verdad y en el amor. El ni?o Jes?s nos recuerda naturalmente tambi?n a todos los ni?os del mundo, a trav?s de los cuales quiere salir al paso: los ni?os que viven en la pobreza; que son explotados como soldados; que no han podido experimentar nunca el amor de sus padres; los ni?os enfermos y los que sufren, pero tambi?n en aquellos alegres y sanos. Europa se ha empobrecido de ni?os: queremos todo para nosotros mismos, y tal vez no nos fiamos demasiado del futuro. Pero la tierra carecer? de futuro si se apagan las fuerzas del coraz?n humano y de la raz?n iluminada por el coraz?n, cuando el rostro de Dios deje de lucir sobre la tierra. All? donde est? Dios, all? hay futuro.

?Mirar a Cristo?: volvamos a dirigir brevemente la mirada al Crucificado sobre el altar mayor. Dios no ha redimido al mundo con la espada, sino con la Cruz. Muriendo, Jes?s extiende los brazos. Este es ante todo el gesto de la Pasi?n, en la que se deja clavar por nosotros, para darnos su vida. Pero los brazos extendidos son al mismo tiempo la actitud del orante, una posici?n que el sacerdote asume cuando, en la oraci?n, extiende los brazos: Jes?s ha transformado la pasi?n --su sufrimiento y su muerte-- en oraci?n, en un acto de amor a Dios y a los hombres. Por este motivo, los brazos extendidos son tambi?n un gesto de abrazo, con el que quiere atraernos hacia s?, abrazarnos en su amor. De este modo, es imagen del Dios vivo, es Dios mismo, y a ?l podemos encomendarnos.

?Mirar a Cristo?. Si lo hacemos, nos damos cuenta de que el cristianismo es m?s y algo distinto que un sistema moral, una serie de preceptos y leyes. Es el don de una amistad que perdura en la vida y en la muerte: ?No os llamo siervos sino amigos? (Juan 15,15) dice el Se?or a los suyos. Nos encomendamos a esta amistad. Pero, precisamente por el hecho de que el cristianismo es m?s que una moral, al ser el don de la amistad, implica una gran fuerza moral que tanto necesitamos, ante los desaf?os de nuestro tiempo. Si con Jesucristo y con su Iglesia volvemos a leer de manera siempre nueva el Dec?logo del Sina?, penetrando en sus profundidades, entonces ?ste se nos revela como una gran ense?anza. Es ante todo un ?s?? a Dios, a un Dios que nos ama y nos gu?a, que nos apoya y que adem?s nos deja nuestra libertad, es m?s, la transforma en verdadera libertad (los primeros tres mandamientos). Es un ?s?? a la familia (cuarto mandamiento), un ?s?? a la vida (quinto mandamiento), un ?s?? a un amor responsable (sexto mandamiento), un ?s?? a la solidaridad, a la responsabilidad social y a la justicia (s?ptimo mandamiento) un ?s?? a la verdad (octavo mandamiento), y un ?s?? al respeto del pr?jimo y a aquello que le pertenece (noveno y d?cimo mandamiento). En virtud de la fuerza de nuestra amistad con el Dios viviente, nosotros vivimos este m?ltiple ?s??, y al mismo tiempo lo llevamos como indicador del recorrido por nuestro mundo en esta hora.

??Mu?stranos a Jes?s!?. Con esta petici?n a la Madre del Se?or nos hemos puesto en camino hacia este lugar. Esta misma petici?n nos acompa?ar? en nuestra vida cotidiana. Y sabemos que Mar?a escucha nuestra oraci?n: s?, en cualquier momento, cuando miramos a Mar?a, nos muestra a Jes?s. De este modo podemos encontrar el camino justo, seguirlo paso a paso, con la gozosa confianza de que ese camino lleva a la luz , a la alegr?a gozo del Amor eterno. Am?n.

[Traducci?n del original alem?n realizada por Zenit.
? Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana]

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DOMINGO 24 DEL TIEMPO ORDINARIO / C
16 de setiembre de 2007


La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Se?or y hermano nuestro, est?n con todos vosotros.


Hermanas y hermanos. Sed bienvenidos un domingo m?s a la casa del Padre, nuestro Dios. Tanto nos ama, que envi? a su hijo ?nico para salvar, no s?lo a los hombres y mujeres de hace dos mil a?os, sino a la humanidad de todos los tiempos. Y con la humanidad, todo el mundo creado. Hoy, Jes?s, el Se?or, nos acoge, a nosotros y a todos los que se acercan a escucharle; nos acoge y nos sienta a su mesa. Por ?l yen el Esp?ritu Santo, Dios, nuestro Padre, lo celebra con gran alegr?a.

A. penitencial: Somos la familia de los hijos de Dios, pero tambi?n somos pobres pecadores. Nuestra vida es d?bil. Nuestro coraz?n se cierra a la Palabra de Dios. No hemos vivido amando como Jesucristo nos ama. Por eso, al empezar esta celebraci?n, pedimos perd?n por nuestros pecados.

- T? que has venido a buscar al que estaba perdido: SE?OR, TEN PIEDAD.
- T? que has querido dar la vida en rescate por todos: CRISTO, TEN PIEDAD.
- T? que re?nes a tus hijos dispersos: SE?OR, TEN PIEDAD.

Dios todopoderoso, lento a la ira y rico en clemencia, tenga misericordia de nosotros...


El evangelio de hoy nos hace escuchar tres par?bolas muy conocidas: la oveja perdida, la moneda perdida, el hijo pr?digo. Las tres muestran la compasi?n de Dios Padre por nosotros. Por eso tiene sentido leerlas seguidas. Sin embargo, puesto que la par?bola del hijo pr?digo ya fue proclamada el domingo 4 de Cuaresma, hoy se podr?a optar por leer la versi?n breve que el mismo leccionar?o propone, y terminar la lectura con: ?... la misma alegr?a habr? entre los ?ngeles de Dios por un solo pecador que se convierta?. No obstante, la siguiente monici?n presupone la lectura evang?lica entera.

Antes de las lecturas: ?Cristo Jes?s vino al mundo para salvar a los pecadores?. En la segunda lectura oiremos esta afirmaci?n de san Pablo, y ?l se situar? como el primero de los pecadores necesitado de la gracia de Dios. Esta compasi?n, la lectura del libro del ?xodo nos dice que Dios ya la tuvo con el pueblo de Israel cuando, en el desierto, se desviaron pronto de los mandamientos del Se?or. La misma compasi?n que Dios muestra cuando se afana por ?r a encontrar la oveja perdida, o cuando se pone a barrer febrilmente para encontrar una moneda, o cuando sale cada d?a por si, en la lejan?a, puede entrever la figura del hijo perdido que vuelve. Siempre tenemos sitio en la mesa de la Palabra y del Cuerpo y la Sangre del Se?or. Y tanto en el cielo como en la tierra, entre los ?ngeles y los hombres de buena voluntad, hay una gran alegr?a cada vez que, arrepentidos, nos dejamos acoger por el amor del Padre.


Oraci?n universal: Oremos confiados a Dios Padre, sabiendo que escuchar? lo que le pidamos. Un?monos a las peticiones diciendo: PADRE, ESC?CHANOS.

1. Por toda la Iglesia: que sea una presencia viva del Se?or en el mundo. OREMOS.

2. Por los pastores de la Iglesia: que sean signo de la misericordia de Dios. OREMOS.

3. Por los que sufren en su coraz?n, por los enfermos, por los que han perdido toda esperanza, por los que no tienen recursos econ?micos: que encuentren junto a ellos gestos de ayuda y de solidaridad. OREMOS.

4. Por el curso que estamos comenzando: que sea provechoso para todos. OREMOS.

5. Por todos nosotros: que sepamos compartir lo que somos y lo que tenemos. OREMOS.

Dios, t? que eres amigo de los hombres, conc?denos lo que humildemente te hemos pedido. Por... ***


Padrenuestro: Dispuestos a perdonar a quienes nos han ofendido, para obtener el perd?n que Dios nos ofrece, nos atrevemos a decir al Padre que nos ama:

CPL

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Lecturas
Sb. 2,1- 4 3 - 9
Evangelio.- Jn. 6,37- 40


Hemos escuchado en la la Lectura un di?logo entre creyentes e increyentes. Los unos piensan que nuestro esp?ritu, como la bruma de la ma?ana, se desvanece con la ruina de nuestro cuerpo. Los otros creen en Dios y que El cuida de nosotros, incluso y sobre todo, en el momento de nuestra muerte. Ah? descubriremos su amor y su misericordia.
Yo tengo la impresi?n de que este di?logo tiene lugar ahora en el interior de cada uno de nosotros, porque todos nosotros, somos a la vez, creyentes e increyentes. ?C?mo mantener esta esperanza de una vida eterna? ?Es una verdad inventada por el miedo a la muerte, para consolarnos? Muchos hombres y muchas mujeres de numerosas religiones creen en la vida eterna. ?Se han equivocado todos?

Mi deseo de vivir, mi deseo de amar, incluso m?s all? de la muerte,?es una pura ilusi?n??Somos tan poca cosa como un rel?mpago en medio de la noche? ?Hay en nosotros algo inmortal? No os voy a dar pruebas a favor o en contra. Nadie puede probarnos cient?ficamente nada.

Nosotros somos hombres limitados y no conocemos m?s que una peque?a parte de las cosas. Conocemos s?lo un lado de la realidad.

Ante la muerte somos quiz? como el ni?o peque?o en el vientre de su madre al t?rmino de la gestaci?n. ?C?mo experimenta el beb? su salida del seno materno? ?Como salida a la vida o como salida a la muerte? Quienes est?n all? para acogerlo saben que es un nacimiento al d?a, a la luz, a la vida. Pero y ?l ?qu? sabe?, ?qu? siente?

As? somos nosotros, me parece, al final de nuestra vida terrestre. Salimos de aqu? abajo y ?llegamos a alguna parte? A esta pregunta no puede haber m?s que una respuesta de fe, como a todas las grandes preguntas que nos presenta la vida.

Yo no he tenido ocasi?n de conocer a N. pero supongo que, muchas veces en su vida, se habr? esforzado por creer. Habr? apostado por la confianza para vivir en el amor, en la amistad; para comprender lo que ha ido realizando. Vivimos de con-fianza. Sin ella no hay vida posible.
Para saber si alguien nos ama, si la vida vale la pena de ser vivida, si la amistad, la generosidad, la belleza merecen la pena, y es preciso creer en ello! Esa es la primera condici?n. Si uno no cree en nada, si no se lanza nunca, si no tiene confianza en nadie, eso no es vida.
Hoy, ante el misterio de la muerte alguien os pide un acto de fe. Alguien que merece toda nuestra confianza.
Jes?s nos ha hablado hace unos instantes."Dios Padre me ha encargado que os reciba. No, yo no os echar? fuera. Os abrir? la puerta y os introducir? en la Vida Eterna". El secreto de Jesucristo es sencillo: la muerte es una puerta y El est? ah? en nuestra muerte, para abrirnos.
El secreto de la Vida Eterna y de la fe cristiana es parecido: la muerte no es un callej?n sin salida, sino un pasaje en el que al final est? Dios.

Estamos acostumbrados a ver la cruz sobre el f?retro de nuestros difuntos. Quiere decir que Jesucristo, ?l en persona, nos acompa?a en el oscuro pasaje de la muerte. No me pregunten c?mo. Se trata de confiar en la Palabra de Jes?s para pensar al mismo tiempo:

"S?, algo ha terminado hoy para N., pero algo tambi?n comienza. Dios me lo promete. Yo conf?o en El. Y creo".

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Rese?a hist?rica del la Esclavitud del Cristo de la La Laguna seg?n aparece en web oficial http://www.cristodelalaguna.com


La Esclavitud tiene su origen en la primitiva Cofrad?a del Stmo. Cristo de La Laguna, creada desde la llegada a la Ciudad del Santo Crucifijo, mucho antes de 1545 -fecha de apertura del Concilio de Trento-, y compuesta por hombres y mujeres.

Esta Cofrad?a fue absorbida por la Venerable Esclavitud que fundaron el 6 de septiembre de 1659 los m?s distinguidos de la Isla, a iniciativa de Fray Juan de San Francisco, siendo su primer Esclavo Mayor D. Fernando Arias de Saavedra. Compuesta inicialmente por treinta y tres caballeros seglares ? en memoria de los a?os que Jesucristo estuvo entre los hombres vestido de su sant?sima humanidad ?, el n?mero de sus componentes se ampl?a a setenta y dos con las adiciones que en 1884 se hacen a las Constituciones de 1863. Por Decreto de 9 de septiembre de 1889 el Obispo Ram?n Torrijos, a solicitud de la Esclavitud, convierte en ilimitado el n?mero de miembros, lo que se recoge en las nuevas Constituciones de 1892.

Desde las Constituciones de 1659 se establecen como cultos p?blicos principales el acompa?amiento a la Santa Imagen el Viernes Santo de madrugada y la celebraci?n de la fiesta principal en el mes de septiembre, en conmemoraci?n de la exaltaci?n de la Santa Cruz.

Hasta el a?o 1930 se encarg? de la organizaci?n de los festejos religiosos y populares que la Ciudad celebraba en honor del Sant?simo Cristo en el mes de septiembre, fecha en la que se acuerda desentenderse en lo sucesivo de las fiestas populares, pasando a ser de responsabilidad municipal.

La Esclavitud ostenta desde su fundaci?n en 1659 el t?tulo de ?Venerable?, al que se le adiciona el de ?Real? -con autorizaci?n para el uso del escudo de las Armas Reales- por Real Orden de S.M. Don Alfonso XIII de fecha 29 de diciembre de 1906, y el de ?Pontificia?, concedido por S.S. P?o X el 15 de febrero de 1908.

El Escudo de la Corporaci?n tiene su origen en la S roja y el clavo del mismo color que ostentaban en sus t?nicas a ambos lados del pecho los primeros esclavos en la procesi?n de Semana Santa. El d?a que se celebraba la fiesta principal en septiembre correspond?a ir en traje ordinario.

En las medallas se entrelazaron estos s?mbolos, los cuales m?s tarde formaron el escudo de la Esclavitud con las armas Pontificias y Reales.

La medalla actual, ovalada y de plata sobredorada, est? compuesta por la S y el clavo entrelazados orlados por una corona de espinas y timbrada por corona real como fiador del cord?n de seda roja del que pende.

En sus actos corporativos los miembros de la Esclavitud visten traje negro, con guantes de piel del mismo color.

Nuestra Esclavitud es una asociaci?n p?blica de fieles sometida a las normas del derecho can?nico, constituida para promover entre sus miembros una vida cristiana m?s perfecta, el ejercicio de las obras de piedad evang?lica y el incremento de la devoci?n y culto al Sant?simo Cristo de La Laguna.

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Homil?a que pronunci? Benedicto XVI el domingo, 9 de Septiembre de 2007, en la ma?ana en la celebraci?n eucar?stica que presidi? en la catedral San Esteban de Viena.


Queridos hermanos y hermanas
?Sine dominico non possumus!? Sin el don del Se?or, sin el D?a del Se?or no podemos vivir: as? respondieron en el a?o 304 algunos cristianos de Abitinia en la actual T?nez cuando, sorprendidos en la Celebraci?n eucar?stica dominical, que estaba prohibida, fueron conducidos ante el juez y se les pregunt? por qu?, de Domingo, hab?an celebrado la funci?n religiosa cristiana, a sabiendas que esto era castigado con la muerte. ?Sine dominico non possumus?. En la palabra dominico est?n enlazados indisolublemente dos significados, cuya unidad debemos de nuevo aprender a percibir. Se encuentra sobretodo el don del Se?or ? este don es El mismo: el Resucitado, de cuyo contacto y cercan?a los cristianos tienen necesidad para ser ellos mismos. Esto, sin embargo, no es s?lo un contacto espiritual, interno, subjetivo: el encuentro con el Se?or se inscribe en el tiempo a trav?s de un d?a preciso. Y de esta manera se inscribe en nuestra existencia concreta, corp?rea y comunitaria, que es temporalidad. Da a nuestro tiempo, y por tanto a nuestra vida en su conjunto, un centro, un orden interior. Para aquellos cristianos la Celebraci?n eucar?stica dominical no era un precepto, sino una necesidad interior. Sin Aquel que sostiene nuestra vida con su amor, la vida misma es vac?a. Abandonar o traicionar este centro quitar?a a la misma vida su fundamento, su dignidad interior y su belleza.

?Tiene relevancia esta actitud de los cristianos de entonces tambi?n para nosotros cristianos de hoy? S?, es v?lida tambi?n para nosotros, que tenemos necesidad de una relaci?n que nos sostenga y de orientaci?n y contenido a nuestra vida. Tambi?n nosotros tenemos necesidad del contacto con el Resucitado, que nos sostiene m?s all? de la muerte. Tenemos necesidad de este encuentro que nos re?ne, que nos dona un espacio de libertad, que nos hace mirar m?s all? del activismo de la vida diaria hacia el amor creador de Dios, del cual provenimos y hacia el cual vamos en camino.

Si volvemos con atenci?n al pasaje evang?lico de hoy, y escuchamos al Se?or que en ?l nos habla, nos asustamos. ?Quien no renuncia a toda su propiedad y no busca tambi?n todos los lazos familiares, no puede ser mi disc?pulo?. ?Quisi?ramos objetar: ?pero qu? cosa estas diciendo, Se?or? ?Acaso el mundo no tiene necesidad justamente de la familia? ?Acaso no tiene necesidad del amor paterno y materno, del amor entre padres e hijos, entre el hombre y la mujer? ?Acaso no tenemos necesidad del amor de la vida, necesidad de la alegr?a de vivir? ?Acaso no son necesarias tambi?n personas que inviertan en los bienes de este mundo y construyan la tierra que nos ha sido dada, de modo que todos puedan participar de sus dones? ?Acaso no nos ha sido confiada tambi?n la tarea de proveer al desarrollo de la tierra y de sus bienes? Si escuchamos mejor al Se?or y lo escuchamos en el conjunto de todo aquello que El nos dice, entonces comprendemos que Jes?s no exige de todos la misma cosa. Cada uno tiene su tarea personal y el tipo de seguimiento proyectado para ?l. En el Evangelio de hoy, Jes?s habla directamente de aquello que no es tarea de los muchos que se hab?an unido a El durante la peregrinaci?n hacia Jerusal?n, sino que es una llamada particular para los Doce (ap?stoles). Ellos, antes que nada, deben superar el esc?ndalo de la Cruz y luego deben estar preparados para dejar verdaderamente todo y aceptar la misi?n aparentemente absurda de ir hasta los confines de la tierra y, con su escasa cultura, anunciar a un mundo lleno de presunta erudici?n y de formaci?n ficticia o verdadera ? y en particular tambi?n a los pobres y a los sencillos- el Evangelio de Jesucristo. Deben estar preparados, sobre su camino en la vastedad del mundo, para sufrir en primera persona el martirio, y as? dar testimonio del Evangelio del Se?or crucificado y resucitado. Si la palabra de Jes?s esta dirigida principalmente a los Doce, su llamada naturalmente alcanza, m?s all? del momento hist?rico, todos los siglos. En todos los tiempos El llama a las personas a contar exclusivamente con El, a dejar todo lo dem?s y a estar totalmente a su disposici?n y de este modo a disposici?n de los dem?s: a crear oasis de amor desinteresado en un mundo, en el cual tantas veces parecen contar solamente el poder y el dinero. ?Agradecemos al Se?or, porque en todos los siglos nos ha donado hombres y mujeres que por amor suyo han dejado todo lo dem?s, haci?ndose signos luminosos de su amor! ?Basta pensar en personas como San Benito y Escol?stica, como Francisco y Clara, Isabel de Hungr?a y Eduviges de Polonia, como Ignacio de Loyola, Teresa de ?vila hasta Madre Teresa de Calcuta y Padre P?o! Estas personas, con toda su vida, se han convertido en una interpretaci?n de la palabra de Jes?s, que en ellos se hace cercana y comprensiva para nosotros. Oremos al Se?or, para que tambi?n en nuestro tiempo done a tantas personas el valor de dejarlo todo, para as? estar a disposici?n de todos.

Pero si ahora volvemos al Evangelio, podemos percatarnos de que el Se?or no habla solamente de algunos pocos y de su tarea particular; el sentido de aquello que El dice vale para todos. De qu? cosa se trata en ?ltima instancia, lo expresa una vez m?s de la siguiente manera: ?quien quiera salvar su vida, la perder?; pero quien pierda su vida por m?, ?se la salvar?. Pues, ?de qu? le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si ?l mismo se pierde o se arruina?? (Lc 9, 24s). Quien quiere solamente poseer la propia vida, tomarla solo para s? mismo, la perder?. Solo quien se entrega recibe su vida. Con otras palabras: solo aquel que ama encuentra la vida. Y el amor requiere siempre el salir de si mismo, requiere abandonarse a s? mismo. Quien mira hacia atr?s para buscarse y quiere tener al otro solamente para s?, justamente de este modo pierde a s? mismo y al otro. Sin ?ste m?s profundo perderse a s? mismo no hay vida. El inquieto anhelo de vida que hoy no da paz a los hombres acaba en el vac?o de la vida perdida. ?quien pierda su vida por m텻, dice el Se?or: un dejar a s? mismo, en modo m?s radical, es posible solo si con ello al final no se cae en el vac?o, sino en las manos del Amor eterno. Solo el amor de Dios, que ha perdido a s? mismo por nosotros entreg?ndose a nosotros, hace posible tambi?n para nosotros el ser libres, de dejar perder y as? encontrar verdaderamente la vida. Este es el concepto que el Se?or quiere comunicarnos en el pasaje evang?lico tan aparentemente duro de este Domingo. Con su palabra El nos dona la certeza de que podemos contar con su amor, con el amor de Dios hecho hombre. Reconocer esto es la sabidur?a de la cual habla la lectura de hoy. Aqu? tambi?n vale la afirmaci?n de que de nada sirve todo el saber del mundo, si no aprendemos a vivir, si no aprendemos qu? cosa verdaderamente es importante en la vida.

?Sine dominico non possumus!?. Sin el Se?or y el d?a que Le pertenece no se realiza una vida bien lograda. El Domingo, en nuestras sociedades occidentales, se ha transformado en un fin de semana, en tiempo libre. El tiempo libre, especialmente en la prisa del mundo moderno, ciertamente es una cosa bella y necesaria. Pero si el tiempo libre no tiene un centro interior, del cual proviene una orientaci?n en su conjunto, acaba por ser tiempo vac?o que no nos fortalece y recrea. El tiempo libre necesita de un centro ?el encuentro con Aquel que es nuestro origen y nuestra meta. Mi gran predecesor en la sede episcopal de Munich y Freising, el Cardenal Faulhaber, lo expres? una vez de la siguiente manera: ?Da al alma su Domingo, da al Domingo su alma?.

Precisamente porque en el Domingo se trata en profundidad el encuentro, en la Palabra y en el Sacramento, con el Cristo resucitado, el alcance de este d?a abraza la realidad entera. Los primeros cristianos han celebrado el primer d?a de la semana como D?a del Se?or, porque era el d?a de la resurrecci?n. Sin embargo muy pronto la Iglesia tom? conciencia tambi?n del hecho de que el primer d?a de la semana es el d?a de la ma?ana de la creaci?n, el d?a en el que Dios dijo ?Haya luz? (Gn 1,3). Por esto el Domingo es para la Iglesia tambi?n la fiesta semanal de la creaci?n ?la fiesta del agradecimiento y de la alegr?a por la creaci?n de Dios. En una ?poca, en la cual, a causa de nuestras intervenciones humanas, la creaci?n parece expuesta a m?ltiples peligros, tendr?amos que acoger conscientemente inclusive esta dimensi?n del Domingo. Para la Iglesia primitiva, el primer d?a, despu?s, ha asimilado progresivamente tambi?n la herencia del s?ptimo d?a, el ?abbat. Participamos en el reposo de Dios, un reposo que abraza a todos los hombres. As? percibimos en este d?a un poco de la libertad y de la igualdad de todas las creaturas de Dios.

En la oraci?n de este Domingo recordamos principalmente que Dios, mediante su Hijo, nos ha redimido y adoptado como hijos amados. Luego le pedimos que mire con benevolencia a los creyentes en Cristo y que nos done la verdadera libertad y la vida eterna. Rezamos por la mirada de bondad de Dios. Nosotros mismos tenemos necesidad de esta mirada de bondad, m?s all? del Domingo, hasta la vida de cada d?a. Al orar sabemos que esta mirada ya nos ha sido donada, es m?s, sabemos que Dios nos ha adoptado como hijos, nos ha acogido verdaderamente en la comuni?n consigo mismo. Ser hijo significa ? lo sab?a muy bien la Iglesia primitiva- ser una persona libre, no un siervo, sino uno que pertenece personalmente a la familia. Y significa ser heredero. Si nosotros pertenecemos a aqu?l Dios que es el poder sobre todo poder, entonces no tememos y somos libres. Y somos herederos. La herencia que El nos ha dejado es El mismo, su Amor. S?, Se?or, haz que este conocimiento nos penetre profundamente en el alma y que as? aprendamos el gozo de los redimidos. Am?n.

[Traducci?n realizada por ?Radio Vaticano?
? Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana]

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09 Sep. Terminado el ?ngelus Dominical en Viena el Papa Benedicto XVI entreg? una carta dirigida a los ni?os, que colocamos a continuaci?n:

??Queridos ni?os!

Con ocasi?n de mi visita apost?lica a Austria, estoy feliz por poder dirigirme particularmente a vosotros, que particip?is activamente en las iniciativas de la Obra Pontificia de la Infancia Misionera. Os agradezco de coraz?n por las cartitas y por los dibujos que hab?is querido regalarme como signos de vuestro afecto y de vuestra cercan?a a mi misi?n. En ellos se expresan aquellos sentimientos de fe y de amor por los cuales Jes?s amaba tanto a los m?s peque?os y los acog?a con los brazos abiertos, poni?ndolos como ejemplo a sus disc?pulos: ?A quien es como ellos ?dec?a- pertenece el Reino de Dios?.

Deseo deciros que aprecio mucho vuestro compromiso en la Infancia Misionera. Veo en vosotros peque?os colaboradores al servicio que el Papa realiza a la Iglesia y al mundo: vosotros me sosten?is con vuestra oraci?n y tambi?n con vuestro compromiso de difundir el Evangelio. Existen en efecto tantos ni?os que a?n no conocen a Jes?s. Y lamentablemente existen tambi?n muchos otros privados de lo necesario para vivir: de comida, de cuidados sanitarios, de instrucci?n; a muchos falta la paz y la serenidad. La Iglesia les reserva una atenci?n especial, especialmente mediante los misioneros; y tambi?n vosotros os sent?s llamados a ofrecer vuestro aporte, tanto personalmente como en grupo. ?La amistad con Jes?s es un don tan bello que no se puede tener para uno mismo! Quien recibe este don siente la necesidad de transmitirlo a los otros; y en este modo el don, compartido, ?no disminuye mas se multiplica! ?Contin?en as?! Vosotros est?is creciendo y pronto os convertir?is en adolescentes y j?venes: ?no perd?is vuestro esp?ritu misionero! Mantened una fe siempre l?mpida y genuina, como la de san Pedro.

Queridos peque?os amigos, os conf?o todos a la protecci?n de la Virgen. Rezo por vosotros, por vuestros padres y hermanos. Rezo por vuestros grupos misioneros y vuestros educadores, y a todos imparto de coraz?n la Bendici?n Apost?lica.

Desde Castelgandolfo, 3 de septiembre del 2007

BENEDICTUS PP XVI?

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09 Septiembre (ACI).- Concluida la Santa Misa en la Catedral de San Esteban en Viena, el Papa Benedicto XVI rez? con los presentes en la plaza central el ?ngelus Dominical, invitando a contemplar el don que Dios nos hace en la Eucarist?a y ver en la respuesta disponible de la Virgen Mar?a un modelo para todos los cristianos.

?El Rito eucar?stico realizado con el debido cuidado nos ayuda a tomar conciencia de la inmensa grandeza del don que Dios nos hace en la Santa Misa, y nos colma de un gozo profundo?, dijo el Pont?fice.

Invitando a tener a Mar?a como modelo de respuesta, el Santo Padre record? que ?frente al amor respetuoso y delicado de Dios, que por la realizaci?n de su proyecto de salvaci?n espera la libre colaboraci?n de su criatura, la Virgen pudo hacer caer toda duda y entregarse confiadamente en sus manos?.

?Plenamente disponible, totalmente abierta en su interioridad y libre, dio a Dios la posibilidad de colmarla con su Amor, con el Esp?ritu Santo?, agreg?.

Finalmente exhort? a los fieles presentes a ??Amar a Jes?s como lo am? Mar?a, a llevarlo a los hombres como Mar?a lo llev? a Isabel, suscitando gozo y alegr?a! La Virgen ha donado al Verbo de Dios un cuerpo humano, para que pudiese entrar en el mundo. Donad tambi?n vosotros vuestro cuerpo al Se?or, haci?ndoos cada vez m?s un instrumento del amor de Dios, un templo del Esp?ritu Santo?.

2 y 4 de Septiembre

(Fuente de la Guancha) El barrio de Las Rosas en San Juan de la Rambla celebr? solemnemente tambi?n este a?o de 2007 la Fiesta de Santa Rosal?a.
El d?a central y m?s importante lo constituy? el domingo, 2 de Septiembre, que congreg? varios cientos de vecinos para participar de la Misa y de la procesi?n. La Eucarist?a , presidida por el p?rroco, fue celebrada por primera vez en la gran plaza que rodea la Ermita.
Es un deber agradecer a la Comisi?n los arreglos de restauraci?n en la Ermita.


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8 de Septiembre

(Fuente de la Guancha) Los j?venes Johnny Quintero Yumar y Elisa Isabel Lorenzo L?pez, vecinos de nuestra parroquia de San Jos? contrajeron matrimonio en la tarde del d?a 8 de Septiembre. Nuestra iglesia, como suele suceder siempre en tales celebraciones, se hizo peque?a para este acontecimiento. Fueron sus padrinos Pedro Lorenzo Reyes, padre de la contrayente, y Rosario Yumar Fern?ndez, madre del contrayente.


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Domingo, 09 de septiembre de 2007
Comentario a las lecturas del Domingo XXIII del Tiempo Ordinario, publicado en el "Diario de Avisos" del Domingo, 9 de Septiembre de 2007, bajo el ep?grafe "el domingo, fiesta de los cristianos".


Sin pa?os calientes


DANIEL PADILLA



"Si alguno se viene conmigo y no abandona a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, incluso a s? mismo, no puede ser disc?pulo m?o". As?, sin paliativos. Sin pa?os calientes. Derechito y al grano. Ese era el estilo de Jes?s. Y esa es la p?gina con que me topo cuando declina el verano. Y es necesario meditarlo bien. Porque esas palabras no fueron dirigidas a un grupito de selectos, sino a "todos": "Jes?s, volvi?ndose a muchos que le segu?an, dijo".

Y esa es la cuesti?n. Resulta que la mayor?a de nosotros somos cristianos por un fen?meno sociol?gico. Con toda la honradez del mundo, pero tambi?n con toda la fuerza de un pa?s cat?lico, nuestros padres, a los pocos d?as de nacer, como la cosa m?s natural del mundo, nos llevaron "a cristianar". Como la cosa m?s natural del mundo tambi?n, hemos crecido en el seno de la Iglesia. ?Ben?dito sea Dios! Porque "m?s vale estar un d?a en tus atrios, etc...". Pero esa misma "facilidad" de nuestro cristianismo heredado, ese "ser cristianos" tan "por gracia de Dios", nos lleva a un gran riesgo: el de "dejarnos llevar por la corriente"; hacer que nuestro seguimiento de Cristo sea rutinario e impersonal, poco consciente. Como todo lo "masivo" e impuesto por la costumbre. "?A d?nde va Vicente? ?A donde va la gente!".
Contra eso luchaba Jes?s. Contra la posible inmadurez de nuestro seguimiento. Seguir a Jes?s no puede ser, solamente, cosa de cultura heredada, praxis adquirida de unas masas que, en un entusiasmo coyuntural y contagioso, dijeron: "?Dios lo quiere!". El privilegio de haber nacido "en la Casa del Padre", sin prisas, pero sin pausas, debe convertirse en una decidida y cada vez m?s consciente opci?n personal.

Por eso Jes?s, despu?s de manifestar su propuesta, puso dos ejemplos: el de "quien quiere construir una torre" y el de "quien va a entrar en batalla". Ambas empresas requieren "sentarse a de-liberar". Hace falta "calcular los gastos" y hacer recuento de "los efectivos". "?No sea que, despu?s de echar los cimientos, no se pueda terminar!".

Ese es nuestro caso. El cristiano "tiene que construir una torre": la de su propia santificaci?n y la de "la ciudad de Dios". Tiene tambi?n que "entrar en batalla". San Pablo dice que "hay que revestirse con el cintur?n de la verdad, la coraza de la justicia, el calzado de anunciar el Evangelio, el escudo de la fe, el casco de la salvaci?n...".

Es decir, todos los materiales son pocos y todas las armas, necesarias. Incluso, puede presentarse una fort?sima "colisi?n de derechos", la necesidad de una elecci?n: por una parte, nuestros seres m?s queridos, o nuestro propio "yo"; y, por otra, Jes?s. No es que Dios ande ah?, poni?ndonos situaciones "l?mite": "Abandona a tu padre y a tu madre". ?Bien clara qued?, por otro lado, su dedicaci?n de 30 a?os a los suyos de Nazaret! Lo que pasa es que el cristiano ha de estar siempre preparando para "amar a Dios antes que a los hombres".

Por ah? andaba Pablo cuando se cuestionaba: "?Qui?n me apartar? del amor de Cristo? ?La aflicci?n? ?La angustia? ?El hambre? ?La desnudez? ?El peligro? ?La espada?". El mismo se contestaba: "Ni muerte ni vida, ni ?ngeles ni principados, ni presente ni futuro, ni criatura alguna, podr? apartamos del amor de Dios manifestado en Cristo".

Publicado por verdenaranja @ 19:36  | Espiritualidad
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S?bado, 08 de septiembre de 2007
ZENIT publica el mensaje de monse?or Wilfredo Pino Est?vez, obispo de de Guant?namo-Baracoa, con motivo de este 8 de septiembre de 2007, fiesta de la Virgen de la Caridad del Cobre


Queridos hijos e hijas de nuestra provincia:

La historia nos ense?a que hace poco m?s de dos mil a?os, y en un peque?o pa?s del Medio Oriente, vivi? una mujer, de carne y hueso como nosotros, a quien se conoce como la Virgen Mar?a, y los cristianos del mundo entero veneramos como "la llena de gracia" y "bendita entre todas las mujeres". La grandeza de esta mujer se debe al hecho de haber sido escogida por Dios para ser la Madre de Jesucristo. ?A qu? criatura, despu?s de Jesucristo, han elevado los hombres m?s oraciones, m?s cantos, m?s iglesias? ?Qu? criatura humana ha sido m?s amada e invocada, en la alegr?a, en el dolor y el llanto? ?Qu? nombre ha sido mencionado, despu?s del de Jesucristo, con m?s frecuencia que el suyo?

Con el correr de los a?os, cada pa?s ha querido tener a la ?nica Virgen Mar?a como algo propio: para los mejicanos, por ejemplo, ella es la Virgen de Guadalupe; para los franceses es la Virgen de Lourdes; para los portugueses, la Virgen de F?tima; para los brasile?os es La Aparecida; para los venezolanos, Nuestra Se?ora de Coromoto; para los cubanos, ella es la Virgen de la Caridad del Cobre. Tambi?n ella es conocida con diversos t?tulos como Mar?a Auxiliadora, Mar?a Inmaculada, la Virgen Milagrosa, etc. A ella, adem?s, la invocamos como "consuelo de los afligidos", "refugio de los pecadores", "salud de los enfermos", auxilio de los cristianos", "madre del buen consejo" y otros preciosos t?tulos m?s.

La Biblia nos dice c?mo la Virgen Mar?a, al enterarse de que su prima Isabel estaba embarazada, fue "aprisa" a la monta?a donde ?sta viv?a para ayudarla en su maternidad. Si Mar?a camin? "aprisa" los 150 kil?metros que la separaban de Isabel, tambi?n lleg? "aprisa" a esta tierra cubana. Ya en 1492, hace 515 a?os, arribaba a Cuba el gran almirante Crist?bal Col?n capitaneando una nave con el admirable nombre de "Santa Mar?a". Y en 1612 (?pronto har? 400 a?os!), un ni?o negro de 10 a?os de edad nombrado Juan Moreno, y dos hermanos cubanos blancos, Juan y Rodrigo de Hoyos, encontraron flotando, en la Bah?a de Nipe, una peque?a imagen de la Virgen Mar?a. En la tabla que la sosten?a pod?a leerse: "Yo soy la Virgen de la Caridad". "Aprisa" tambi?n la llevaron ellos a El Cobre, donde ha quedado para siempre. Uno se pregunta qui?nes fueron los protagonistas de este hecho, si los cubanos o la Virgen... porque podr?amos preguntarnos qui?n encontr? a qui?n: ?Fueron los cubanos quienes encontraron a la Virgen de la Caridad o fue la Virgen de la Caridad quien vino al encuentro de su pueblo cubano?

A la Virgen Mar?a de la Caridad le han brindado su arte, su escultura, su pintura, su m?sica, su m?rmol, su oratoria, cubanos de la talla del Padre F?lix Varela, Gertrudis G?mez de Avellaneda, Jos? Mart?, Fina Garc?a, Lezama Lima, Luisa P?rez de Zambrana, Emilio Ballagas, Ernesto Lecuona, Dulce Mar?a Loinaz, Nicol?s Guill?n, Juan Manuel N?poles Fajardo, Rita Longa, Jos? Mar?a Vitier, Amaury P?rez, Rosita Forn?s y tantos otros. ?Cu?ntos pueblos, repartos y calles, cu?ntas tiendas llevan el nombre de la Virgen Mar?a o de alguna de sus advocaciones! No nos extra?e que el primer lugar donde fueron liberados los esclavos en nuestra patria haya sido El Cobre. No nos extra?e que nuestra Mariana Grajales bautizara a su hijo con el nombre de Antonio de la Caridad Maceo y Grajales, ni que los Veteranos de la Independencia la llamaran "Virgen mambisa". No nos extra?e que una persona devota llevara al Santuario del Cobre tierra de Guant?namo con motivo del viaje al cosmos de Arnaldo Tamayo, hijo de esta provincia. Y no olvidemos a los soldados rebeldes bajando victoriosos de la Sierra Maestra con sus rosarios al cuello.

En El Cobre, ante la peque?a pero poderosa imagen de la Virgen de la Caridad, rez? de rodillas Carlos Manuel de C?spedes, y Ernest Hemingway dej? su medalla de Premio Nobel. En el Santuario del Cobre, en 1898, se celebr? una misa, ordenada por el General Calixto Garc?a, y con su Estado Mayor presente, para celebrar "el triunfo de Cuba sobre Espa?a". All?, junto a la Madre de todos los cubanos, y cuando a?n no hab?an terminado los recientes Juegos Panamericanos de R?o de Janeiro, una de las primeras deportistas en regresar a la patria ya dejaba su medalla de oro a la Virgen de la Caridad con esta sincera dedicatoria: "Con gran j?bilo, emoci?n y sentimiento dedico esta medalla a quien ha sido mi fuente de inspiraci?n en mis mayores resultados deportivos: la Virgen de la Caridad del Cobre".

Un santo obispo de Cuba, ya fallecido, afirmaba que ir al Cobre y visitar a la Virgen de la Caridad "ha sido y es para los cubanos una dicha, una experiencia ?nica y una gracia que no se olvida nunca, porque del Cobre nadie regresa nunca con las manos vac?as. No se podr?an calcular los millones de cubanos que, en estos casi cuatro siglos han ido al Cobre para llevarle siempre a la Virgen algo de su vida profunda". ?Habr? alguien en Cuba que no conozca la letra y la m?sica de ese canto tan popular que dice: "Y si vas al Cobre quiero que me traigas una Virgencita de la Caridad"?

Muchos de ustedes recordar?n c?mo una imagen misionera de La Virgen de la Caridad peregrin?, entre los a?os 1951 y 1952, por las seis provincias cubanas de entonces, visitando 684 pueblos: 116 de Oriente, 67 de Camag?ey, 169 de Las Villas, 123 de Matanzas, 70 de Pinar del R?o y 139 de La Habana. Las cr?nicas de la ?poca reflejan que a nuestra provincia lleg?, a las 11 de la noche del 30 de junio de 1951, por el Central Baltony (Los Reinaldo). De all? la Virgen visitar?a: Ermita (Costa Rica), Soledad (El Salvador), Esperanza (Argeo Mart?nez), La Isabel (Honduras), Santa Cecilia, Romeli? (H?ctor Infante), San Antonio (Manuel Tames), Belona, Marianal, Tiguabos, Cuneira, Carrera Larga, Sempr?, Jamaica, Boquer?n, Caimanera, Baracoa, Guant?namo y otras localidades m?s.

La Virgen Mar?a actualmente pasa su cielo haciendo el bien en la tierra, y nosotros somos testigos de ello. Ella est? tan cerca de Dios, que conviene que acudamos a ella en nuestras necesidades. Hace 20 siglos ella le pidi? a su hijo Jes?s un milagro para unos j?venes que se casaban en un pueblo llamado Can? de Galilea. Se les acababa el vino de su fiesta. S?lo hizo falta que ella, sin que nadie se lo pidiera, tomara la iniciativa e intercediera ante Jesucristo: "Hijo, no tienen vino". Y Jesucristo hizo el milagro de convertir el agua en vino. Ella tambi?n hoy sigue intercediendo por nosotros y nuestras necesidades: "mira, Se?or, que su matrimonio est? en peligro" o "no tienen salud" o "les falta la alegr?a de vivir", o "mira que les hacen falta m?s sacerdotes y religiosas"... Y as? muchas necesidades m?s.

Hace unos a?os, un joven universitario cat?lico me cont? la conversaci?n que hab?a tenido con un amigo y compa?ero de estudios que ten?a otra religi?n. Este ?ltimo un d?a le pregunt?: "?Por qu? t? le rezas y le pides a la Virgen si puedes rezarle y pedirle directamente a Dios?". Y fue genial la respuesta de su amigo cat?lico: "Por la misma raz?n por la que t? me pediste hace unos d?as que rezara por ti porque ten?as un examen muy dif?cil. ?Por qu? no le rezaste directamente a Dios? ?O es que t? quer?as hacer m?s fuerte tu oraci?n rezando juntos, t? y yo, por lo mismo? ?Por qu?, entonces, no vamos a poder hacer lo mismo con la Virgen para que ella rece a Dios junto con nosotros?".

A la Virgen de la Caridad le rezamos con la oraci?n del rosario, donde cincuenta veces la saludamos y le pedimos que "ruegue por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte". ?Qu? maravilloso ser?a rezar cada d?a el rosario y as? pedirle a la Virgen en cada avemar?a que est? presente a nuestro lado no s?lo cuando nos llegue ese momento impresionante de nuestra muerte, sino tambi?n ahora, en este mismo momento, cuando quiz?s estemos pasando por un momento malo, o nos han dado una noticia desagradable, o vamos de viaje por la carretera, o no nos alcanza el salario del mes o se nos dificulta la comida de cada d?a! Imitemos al eminente sabio cubano Carlos J. Finlay quien afirm? que un d?a, "mientras rezaba el rosario", tuvo la inspiraci?n de que un tipo de mosquito (el Aedes aegipty) pod?a ser el causante de la transmisi?n de la fiebre amarilla.

Queridos todos: Los cubanos necesitamos de la Virgen de la Caridad para recordar nuestras ra?ces y para que no nos avergoncemos de nuestra fe en Dios y de nuestra historia cristiana. Cuba necesita de la Virgen de la Caridad para no olvidar c?mo debe ser un pueblo de sencillo, humilde, cordial, cort?s, nada rencoroso, hospitalario y apegado a la familia. Y de c?mo un pueblo debe saber sobreponerse a las mil vicisitudes por las que ha pasado en su larga historia. Cuba necesita de la Virgen de la Caridad, la Virgen del Amor, para saber buscar lo que une y no lo que divide; para saber perdonar y buscar la reconciliaci?n; para eliminar las rencillas y sanar nuestra memoria enferma. Cuba necesita de la Virgen de la Caridad para que ella nos lleve a conocer a Jesucristo, amarlo y seguirlo.

S?lo me resta invitarlos a las celebraciones que habr? en cada iglesia el 8 de septiembre o en los d?as cercanos. Este a?o tendremos en la provincia, Dios mediante, cuatro Procesiones en honor de la Virgen de la Caridad. En la ciudad de Guant?namo ser? el viernes 7 de septiembre, a las 7 de la noche, saliendo de la Iglesia de la Milagrosa, en la calle Paseo, hasta la Iglesia Catedral, en el Parque Mart?. Y en Baracoa, Im?as y San Antonio del Sur ser? el s?bado 8 de septiembre, a las 7 de la noche. ?Pres?ntenle a la Virgencita en esas Procesiones a sus hijos y nietos y pidan para ellos su protecci?n! ?Lleven una flor para dedic?rsela a ella en el d?a de su fiesta! ?Una velita encendida en sus manos ser? signo de su oraci?n para que Dios nos conceda la paz y la felicidad de cada familia! ?Ella esperar? por todos nosotros!

Aprovecho la ocasi?n para sugerirles que, si alguna familia guantanamera no tiene en su casa una estampa de la Virgen de la Caridad y desea tenerla, puede dirigirse a la Iglesia de La Milagrosa, en la calle Paseo, este mi?rcoles 5 de septiembre, de 8 a l2 del d?a y de 2 a 6 de la tarde, y se la podremos regalar.

Pido a la Virgen de la Caridad que cuide celosamente de cada uno de sus hijos cubanos, los que estamos aqu? y los que viven o trabajan en otros pa?ses. Que la Virgen de la Caridad inspire a las autoridades del pa?s para que todas sus decisiones tengan la bendici?n de Dios y sean siempre para el bien de nuestro pueblo. Que la Virgen de la Caridad proteja a los ni?os, ancianos, presos, enfermos, a los que viven solos, y a los que se sienten tristes o abandonados. Y que la bendici?n de Dios Todopoderoso: Padre, Hijo y Esp?ritu Santo, descienda sobre cada uno de ustedes y los acompa?e hoy y siempre.

AM?N

Publicado por verdenaranja @ 23:23  | Hablan los obispos
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Discurso que dirigi? en Chimbote el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, a los miembros de la Conferencia Episcopal peruana con motivo de su visita oficial a Per?, el 25 de agosto de 2007.


Se?or cardenal;
queridos hermanos obispos:

Antes de iniciar mi discurso, deseo recordar a las v?ctimas, a los heridos y a cuantos se encuentran en situaciones de gran dificultad por el terremoto que recientemente ha afectado a su pa?s. S? que ha causado ingentes da?os y que muchas familias se encuentran en condiciones muy precarias. El Santo Padre, que ya desde las primeras noticias llegadas a Castelgandolfo ha seguido continuamente el desarrollo de la situaci?n, me ha pedido expresamente que me haga int?rprete de sus sentimientos de espiritual y material solidaridad. A ustedes, queridos pastores de una porci?n del reba?o del Se?or tan duramente probado, el Sucesor de Pedro manifiesta su cordial cercan?a para que, a su vez, ustedes la transmitan a todos los que sufren en este momento, invit?ndoles a confiar siempre en el Se?or. Dios, tambi?n cuando nos prueba, nunca deja de manifestarnos su amor, as? como su paternal y amorosa providencia.

Les agradezco de coraz?n su cordial acogida; con afecto les saludo a todos. Con gran alegr?a he querido corresponder a la invitaci?n que se me hizo para transcurrir algunos d?as en su hermoso pa?s, y vengo movido por el deseo de poder conocer a?n mejor su realidad espiritual y social. En los pr?ximos d?as tendr? ocasi?n de participar en acontecimientos lit?rgicos de gran relevancia eclesial como son el Congreso eucar?stico nacional y la ordenaci?n episcopal de don Gaetano Galbusera. Adem?s, podr? visitar las obras humanitarias que se realizan gracias a la colaboraci?n de voluntarios de otros pa?ses, de modo particular italianos, los cuales vienen a ofrecer su profesionalidad al servicio de las comunidades locales en el ?mbito de la operaci?n Mato Grosso, impulsada por mis hermanos salesianos.

Agradezco al Se?or la posibilidad que me ofrece hoy de reunirme con ustedes, queridos hermanos en el episcopado, responsables del pueblo de Dios que vive y trabaja en esta regi?n del continente latinoamericano. A cada uno de ustedes manifiesto mis m?s sinceros sentimientos de fraternidad; sobre todo me hago int?rprete de los sentimientos del Santo Padre. Hace algunos d?as, al recibirme para informarlo de mi viaje al Per?, me encarg? transmitirles a ustedes su afectuoso saludo y su cercan?a espiritual, as? como a sus comunidades. ?l conoce bien la situaci?n de la Iglesia en el Per? y les anima, pastores de esta escogida porci?n del reba?o del Se?or, a continuar con entusiasmo en su misi?n al servicio del Evangelio, esforz?ndose por ser gu?as firmes y padres afectuosos de las comunidades confiadas a sus cuidados, custodios de la doctrina y promotores incansables de obras de justicia y caridad. Su Santidad les apoya siempre y les acompa?a con la oraci?n, y les recuerda especialmente en la celebraci?n cotidiana de la santa misa. ?l sigue con particular atenci?n la vida de la Iglesia en el continente latinoamericano donde vive una gran parte de los cat?licos, con una importante presencia de j?venes.

La visita que realiz? al Brasil el pasado mes de mayo, durante la que inaugur? la V Conferencia general del Episcopado latinoamericano y del Caribe, ha dejado un eco profundo en su coraz?n. Hace dos meses precisamente, y mirando con esperanza a sus Iglesias j?venes y prometedoras, ha escrito una carta a los hermanos en el episcopado de Am?rica Latina y el Caribe, con la que aprobaba la publicaci?n del Documento final, que recoge las reflexiones y las directrices pr?cticas fruto del encuentro de Aparecida. Yo tambi?n tuve la dicha de poder participar en la sesi?n inaugural de dicha Conferencia general, lo que represent? una experiencia extraordinariamente ?til para m?. Ya de vuelta en el Vaticano, he seguido con inter?s los trabajos de la Asamblea a trav?s de las informaciones de la Comisi?n pontificia para Am?rica Latina, las relaciones del nuncio apost?lico y las noticias de los medios de comunicaci?n. Despu?s he le?do con atenci?n el documento que se ha elaborado; un texto program?tico, que mira al futuro de la Iglesia, y deja traslucir claramente una preocupaci?n compartida, la de que todos los miembros de la Iglesia se sientan llamados a ser disc?pulos y misioneros de Jesucristo. En efecto, este fue precisamente el tema del encuentro de Aparecida: "Disc?pulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en ?l tengan vida. "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Jn 14, 6)". Partiendo del impulso prof?tico del concilio Vaticano II y en "continuidad creativa" con las anteriores Conferencias de R?o de Janeiro (1955), Medell?n (1968), Puebla (1979) y Santo Domingo (1992), el Episcopado latinoamericano en su conjunto ha querido trazar unas l?neas comunes para dar un renovado impulso a la nueva evangelizaci?n en cada regi?n del continente. Se trata ciertamente de un gran desaf?o pastoral, que llama a cada bautizado a dar un testimonio coherente de la propia fe, as? como de la propia pertenencia al ?nico pueblo de Dios. Esto presupone, como condici?n indispensable, una permanente conversi?n interior a Cristo, un encuentro personal y comunitario con ?l, ?nico Redentor nuestro.

En verdad, el Documento final de Aparecida va dirigido en primer lugar a suscitar en los cristianos una renovada fidelidad a Cristo, con el objetivo de promover y apoyar una vasta "misi?n" continental. En efecto, es indispensable que cada creyente acoja personalmente a Cristo, que ha venido al mundo para que los hombres "tengan vida y la tengan en abundancia" (Jn 10, 10). ?Que Cristo, s?lo Cristo, sea pues el coraz?n y el centro de la tan deseada y aut?ntica renovaci?n pastoral y misionera de la Iglesia en Am?rica Latina! Con raz?n este importante texto program?tico, que traza las l?neas pastorales para los pr?ximos diez a?os en Am?rica Latina, presenta ante todo una amplia visi?n cristol?gica, que parte de una profunda reflexi?n sobre la vida de Cristo, el Hijo unig?nito que ha recibido del Padre la misi?n de ser Sumo Sacerdote, Maestro y Pastor. La Iglesia, consciente de la promesa de su Esposo y Se?or: "He aqu? que yo estoy con ustedes todos los d?as, hasta el fin del mundo" (Mt 28, 20), desde el d?a de Pentecost?s no deja de cumplir su misi?n entre los pueblos, fiel a sus ense?anzas y d?cil a la acci?n de su Esp?ritu, el Esp?ritu de la verdad y del amor.

Queridos hermanos en el episcopado, este impulso de una renovada evangelizaci?n debe tener en cuenta los grandes desaf?os que caracterizan el mundo moderno y que afectan tambi?n a su pa?s. Aqu? me limitar? tan s?lo a se?alar algunos de ellos: por ejemplo, la tendencia a la globalizaci?n, que es una caracter?stica del mundo contempor?neo. Este complejo fen?meno afecta al campo de la econom?a con vastas repercusiones sociales, pero afecta tambi?n al ?mbito cultural donde los medios de comunicaci?n social "imponen nuevas escalas de valores por doquier, a menudo arbitrarias y en el fondo materialistas, frente a las cuales es muy dif?cil mantener viva la adhesi?n a los valores del Evangelio" (cf. ?Ecclesia in America", 20). Est? luego la creciente tendencia a la urbanizaci?n, que establece nuevas fronteras a la acci?n pastoral de la Iglesia, ya que ella tiene que hacer frente al desarraigo cultural de la gente, al deterioro de las costumbres familiares, al alejamiento de las propias tradiciones religiosas, lo que frecuentemente conlleva la p?rdida de la fe, privada de aquellas manifestaciones que contribuyen a sustentarla. Y tambi?n la corrupci?n, un grave problema que se debe considerar con atenci?n porque "favorece la impunidad y el enriquecimiento il?cito, la falta de confianza con respecto a las instituciones pol?ticas, sobre todo en la administraci?n de la justicia y en la inversi?n p?blica, no siempre clara, igual y eficaz para todos" (ib., 23). Una seria amenaza para las estructuras sociales de los pa?ses latinoamericanos es el comercio y el consumo de sustancias estupefacientes. Se advierte adem?s una seria preocupaci?n por la ecolog?a, el respeto y la conservaci?n de la creaci?n. A este prop?sito se debe pensar en la devastaci?n de la selva amaz?nica, inmenso territorio que, junto con las dem?s naciones, afecta tambi?n al Per?. Y, adem?s, la crisis de la familia, contagiada por modas culturales de Occidente, los j?venes que han de enfrentarse a no pocas dificultades para construir su futuro debido a la crisis del trabajo, la desigualdad entre grupos sociales, el peligro de la violencia, la aparici?n de sociedades en que los poderosos se ense?orean, marginando y hasta eliminando a los d?biles. Me refiero aqu? "a los ni?os no nacidos, v?ctimas indefensas del aborto; a los ancianos y enfermos incurables, objeto a veces de la eutanasia; y a tantos otros seres humanos marginados por el consumismo y el materialismo" (ib., 63). S? tambi?n que en su pa?s la actividad de las sectas y nuevos grupos religiosos constituye un grave obst?culo para la evangelizaci?n. A este respecto, el venerado Papa Juan Pablo II, en la citada exhortaci?n post-sinodal ?Ecclesia in America", del 12 de enero de 1999, afirmaba: "A nadie se le oculta la urgencia de una acci?n evangelizadora apropiada en relaci?n con aquellos sectores del pueblo de Dios que est?n m?s expuestos al proselitismo de las sectas" (n. 73).

No quiero extenderme en un an?lisis de la situaci?n, que por lo dem?s la reciente Conferencia general del Episcopado latinoamericano ha desarrollado ampliamente. Sin embargo, se puede observar c?mo a veces un difuso secularismo cerrado a la trascendencia parece transformar nuestro mundo en un desierto "grande y espantoso" (Dt 8, 15), donde se reduce, hasta casi desaparecer, el espacio entre las personas para la atenci?n a las necesidades espirituales y hasta materiales. En otras palabras, la humanidad parece rechazar el proyecto de Dios para construir con sus propias manos un mundo sin, o incluso, contra Dios. Los efectos de esta dram?tica opci?n saltan a la vista. Es como si el hombre rechazara "el pan" de Dios para llenarse con otro alimento, que nos recuerda aquel del que Jes?s habla en el Evangelio: "Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron" (Jn 6, 58). La verdad es que solamente la Iglesia, tanto hoy como hace 2000 a?os, puede ofrecer a los hombres el pan de la salvaci?n; s?lo la Iglesia es portadora de un proyecto de salvaci?n que no es simplemente humano. La Iglesia anuncia y ofrece a Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, Redentor del hombre y de todo el hombre. En la larga controversia con los jud?os en la sinagoga de Cafarna?m, despu?s de la multiplicaci?n de los panes, Jes?s afirma: "Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el man? y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de ?l y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que coma de este pan vivir? para siempre. Y el pan que yo dar? es mi carne para la vida del mundo" (Jn 6, 48-51). Al final de esta larga disputa, con un tono incluso hasta dram?tico, y cuando no pocos disc?pulos lo abandonan porque su lenguaje es "duro", el evangelista narra la profesi?n de fe de Pedro. A la provocaci?n que Jes?s dirige a los Doce: "?Quieren marcharse tambi?n ustedes?", este ap?stol contesta: "Se?or, ?a qui?n vamos a acudir? T? tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que t? eres el Santo de Dios" (Jn 6, 67-69). Las palabras de Jes?s y la respuesta de Pedro nos permiten entender que la adhesi?n a Cristo exige siempre una elecci?n, elecci?n a veces dram?tica pero indispensable. Esta p?gina del evangelio nos presenta efectivamente una escisi?n entre los disc?pulos del Se?or: algunos se van; otros, en cambio, permanecen y siguen con ?l. La Iglesia es estar en "compa??a" de Cristo: ella no se puede entender a s? misma si no es a partir de Cristo, con el que est? ?ntimamente unida. La Eucarist?a es icono y realidad de esa ?ntima uni?n entre la Cabeza y el Cuerpo.

El Papa Juan Pablo II, en su ?ltima enc?clica, ?Ecclesia de Eucharistia", escrib?a: "La Iglesia vive de la Eucarist?a. Esta verdad no expresa solamente una experiencia cotidiana de fe, sino que encierra en s?ntesis el n?cleo del misterio de la Iglesia. Esta experimenta con alegr?a, de m?ltiples formas, c?mo se realiza continuamente la promesa del Se?or: "He aqu? que yo estoy con vosotros todos los d?as hasta el fin del mundo" (Mt 28, 20); pero en la sagrada Eucarist?a, por la conversi?n del pan y el vino en el cuerpo y en la sangre del Se?or, se alegra de esta presencia con una intensidad ?nica (...). Con raz?n proclam? el concilio Vaticano II que el sacrificio eucar?stico es "fuente y cima de toda la vida cristiana" (Lumen gentium, 11)... Por tanto, la mirada de la Iglesia se dirige continuamente a su Se?or, presente en el Sacramento del altar, en el cual descubre la plena manifestaci?n de su inmenso amor" (n. 1). Toda comunidad cristiana crece alrededor de la Eucarist?a y experimenta su acci?n eficaz y santificadora, especialmente cuando se re?ne en el d?a del Se?or, el domingo, Pascua semanal. Parece oportuno subrayar aqu? que, desde los primeros tiempos de la Iglesia, los pastores han recordado continuamente a los fieles la importancia de santificar el d?a del Se?or, as? como la necesidad de participar en la asamblea lit?rgica. "D?jenlo todo en el d?a del Se?or y corran con diligencia a su asamblea, porque se trata de vuestra alabanza a Dios. De otro modo, ?qu? justificaci?n tendr?n ante Dios los que no se re?nen en el d?a del Se?or para escuchar la palabra de vida y nutrirse con el alimento divino que es eterno?" (Doctrina de los Ap?stoles, II, 59, 23). El llamado de los pastores ha encontrado generalmente la adhesi?n convencida y cordial de los fieles que, en muchas situaciones de peligro, afrontaron incluso la persecuci?n con verdadero hero?smo. Baste recordar, entre otros muchos, a aquellos cristianos que, en tiempos del emperador Diocleciano, desafiaron el edicto imperial que prohib?a las asambleas cristianas y aceptaron la muerte con tal de no faltar a la Eucarist?a dominical. Es c?lebre la respuesta que una m?rtir de Abitina, en ?frica proconsular, dio delante de sus acusadores: "Nosotros no podemos estar sin la cena del Se?or. (...) S?, he ido con mis hermanos a la asamblea y a la cena del Se?or porque soy cristiana" (?Acta SS. Saturnini, Dativi et aliorum plurimorum martyrum in Africa?, 9, 10).

Habr?a que preguntarse si hoy nuestras comunidades viven con la misma intensidad el sentido de la celebraci?n eucar?stica dominical. Frecuentemente se advierte la exigencia pastoral de recobrar la conciencia gozosa de una celebraci?n sin la cual se debilita la identidad cristiana. Y esto no deja de suponer un compromiso nuevo por parte de todos, empezando por los presb?teros, para hacer que las celebraciones de la Eucarist?a sean cada vez m?s transparencia fiel de aquel misterio de la fe en que "anunciamos la muerte del Se?or, proclamamos su resurrecci?n, esperando su venida". Esto conlleva que se preste atenci?n a la acogida cordial de las personas en las iglesias, al cuidado y la belleza del canto sagrado, a la valorizaci?n de los gestos lit?rgicos y de la oraci?n de los fieles. A los sacerdotes, en particular, se les pide que cuiden el arte de la celebraci?n con religiosa dignidad, y una catequesis m?s profunda sobre el misterio eucar?stico, incluso con la preparaci?n atenta de la homil?a dominical. En la misma enc?clica ?Ecclesia de Eucharistia", Juan Pablo II exhorta a toda la Iglesia a vivir un verdadero y real "asombro eucar?stico". Todos tenemos una gran necesidad de este asombro. El asombro ante el don de Dios, que se ofrece a s? mismo por la vida del mundo. Un don del que somos no solamente destinatarios maravillados y felices, sino en el que tambi?n estamos implicados para convertirnos en sus testigos por los caminos de nuestro mundo. Hacer esta experiencia en la misa dominical significa experimentar la comuni?n que nos une a todos ?ntimamente con Jesucristo y alimentar en nosotros el deseo de la misi?n, para que el mundo crea y pueda compartir con nosotros la alegr?a de la salvaci?n.

Pero esto exige por parte de todos conversi?n y renovaci?n. Si la misi?n es parte esencial de la Eucarist?a y si la Eucarist?a es vivida en su "verdad", quien participa en la misa tiene que salir de la iglesia con una renovada pasi?n misionera. En mi primera carta pastoral como arzobispo de G?nova, retomando una expresi?n de mi predecesor, el cardenal Dionigi Tettamanzi, actualmente pastor de la gran arquidi?cesis de Mil?n, escrib? que el entusiasmo y la eficacia del "pod?is ir", o sea de la misi?n, son directamente proporcionales a la "calidad" personal de la misa, a la intensidad de la participaci?n espiritual y lit?rgica con que los fieles individualmente y las comunidades cristianas celebran la Eucarist?a. Est? claro, pues, que para una participaci?n fructuosa en la celebraci?n eucar?stica dominical se requiere una intimidad cada vez m?s profunda con la palabra de Dios, la cual constituye un momento insustituible de la celebraci?n. En efecto, en la asamblea eucar?stica el encuentro con el Se?or resucitado tiene lugar a trav?s de la doble participaci?n en la mesa de la Palabra y del Pan de vida. La escucha de la Palabra es la que introduce a la comprensi?n del misterio del Pan de vida y, m?s profundamente, a la comprensi?n de la historia de la salvaci?n que el mismo Jes?s, resucitado de la muerte, concedi? a sus disc?pulos. No se debe olvidar que es ?l quien habla cuando en la Iglesia se escucha y se lee la sagrada Escritura. De aqu? se deriva un serio empe?o para una escucha atenta de la Palabra y una educaci?n para comprenderla y vivirla de manera cada vez m?s profunda.

Volviendo de nuevo al documento de Aparecida, me parece que en ?l se subraya bien la centralidad de la Eucarist?a en la vida de la Iglesia, al mismo tiempo que indica oportunamente c?mo la dimensi?n eucar?stica es el elemento central en la misi?n de cada comunidad eclesial en todo el continente americano. Eucarist?a, celebraci?n y misi?n son tres objetivos unidos entre s?, y especialmente concretos para una acci?n evangelizadora que quiera poner en el centro de todo proyecto a Cristo, realmente presente en el Sacramento del altar. La celebraci?n del Congreso eucar?stico nacional de estos d?as ser? ciertamente una ocasi?n propicia para la Iglesia que est? en el Per?, para reafirmar esta fe en Cristo Eucarist?a, centro y cumbre de la vida de cada creyente y de todo el pueblo de Dios. Tambi?n ser? una oportunidad para consolidar la comuni?n entre todos sus miembros, pastores, sacerdotes, di?conos, religiosos y religiosas, fieles, familias. En efecto, la Eucarist?a es el sacramento de la unidad. Como dijo el Santo Padre Benedicto XVI, hace dos a?os, en la homil?a para la clausura del Congreso eucar?stico italiano: "Aqu? tocamos una dimensi?n ulterior de la Eucarist?a (...). El Cristo que encontramos en el Sacramento es el mismo aqu?, en Bari, y en Roma; en Europa y en Am?rica, en ?frica, en Asia y en Ocean?a. El ?nico y el mismo Cristo est? presente en el pan eucar?stico de todos los lugares de la tierra. Esto significa que s?lo podemos encontrarlo junto con todos los dem?s. S?lo podemos recibirlo en la unidad. (...) Escribiendo a los Corintios san Pablo afirma: "El pan es uno, y as? nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan" (1 Co 10, 17). La consecuencia es clara: no podemos comulgar con el Se?or si no comulgamos entre nosotros. Si queremos presentarnos ante ?l, tambi?n debemos ponernos en camino para ir al encuentro unos de otros. Por eso, es necesario aprender la gran lecci?n del perd?n: no dejar que se insin?e en el coraz?n la polilla del resentimiento, sino abrir el coraz?n a la magnanimidad de la escucha del otro, abrir el coraz?n a la comprensi?n, a la posible aceptaci?n de sus disculpas y al generoso ofrecimiento de las propias. La Eucarist?a ?repit?moslo? es sacramento de la unidad" (L'Osservatore Romano, edici?n en lengua espa?ola, 3 de junio de 2005, p. 7). Y de nuevo, en la homil?a de la fiesta del Corpus Christi del a?o pasado afirm?: "La Iglesia primitiva tambi?n encontr? en el pan otro simbolismo. La "Doctrina de los Doce Ap?stoles", un libro escrito en torno al a?o 100, refiere en sus oraciones la afirmaci?n: "Como este fragmento de pan estaba disperso sobre los montes y reunido se hizo uno, as? sea reunida tu Iglesia de los confines de la tierra en tu reino". El pan, hecho de muchos granos de trigo, encierra tambi?n un acontecimiento de uni?n: el proceso por el cual muchos granos molidos se convierten en pan es un proceso de unificaci?n. Como nos dice san Pablo, nosotros mismos, que somos muchos, debemos llegar a ser un solo pan, un solo cuerpo. As?, el signo del pan se convierte a la vez en esperanza y tarea" (L'Osservatore Romano, edici?n en lengua espa?ola, 23 de junio de 2006, p. 7). Queridos hermanos obispos, que su compromiso sea siempre el de construir la comuni?n y conservarla, en primer lugar, entre ustedes mismos y luego entre sus comunidades. En algunos casos, esto exigir? de nosotros, pastores, ?nimo y firmeza; otras veces ser? necesario recurrir a la paciencia y a la indulgencia; siempre tenemos que revestirnos de mansedumbre y de paciencia. Sobre todo tenemos que estar unidos a Cristo y aprender de ?l, el buen Pastor, a ser buenos pastores del reba?o que ?l mismo nos conf?a.

He querido extenderme un poco hablando sobre la Eucarist?a porque efectivamente para nosotros los cristianos, tanto en la vida y en la misi?n de la Iglesia, como tambi?n en las vicisitudes del mundo, todo converge y encuentra su sentido m?s verdadero en el Cristo eucar?stico. Por consiguiente, todo el desarrollo de la pastoral ha de estar orientado hacia ?l y ha de partir de ?l. Alrededor de Jes?s, Pan de vida, herencia de eternidad para cuantos se acercan a ?l, se realiza la verdadera identidad del pueblo nuevo, aquel que Dios se ha escogido: quien se acerca a esta mesa realiza la Iglesia, la "familia" del Redentor del hombre. Y esta familia tiene que crecer en la conciencia de su propia identidad, de sus propias responsabilidades y de su misi?n en el mundo a trav?s de una intensa vida lit?rgica, sacramental y caritativa. La Iglesia en el Per?, por cuanto he podido conocer, es muy activa en este esfuerzo a trav?s de un constante compromiso de anuncio del Evangelio y catequesis, as? como de formaci?n permanente del clero y dem?s operadores pastorales. La formaci?n, que incluye en primer lugar una educaci