Alocuci?n a los peregrinos en la Bas?lica de San Pablo con motivo de la Beatificaci?n de M?rtires del Siglo XX en Espa?a, 27 de octubre de 2007. CARDENAL CARLOS AMIGO VALLEJO
ARZOBISPO DE SEVILLA
Roma (San Pablo extramuros), 27 de octubre de 2007
Hemos venido a Roma para visitar la tumba de los m?rtires y para escuchar las maravillas que Dios Padre hace con el testimonio de sus hijos, pues los m?rtires, con la fuerza del Esp?ritu Santo, proclaman, con el precio de su vida, que nada se puede anteponer al amor de Cristo.
Los m?rtires son patrimonio ejemplar de la Iglesia. Su testimonio conmueve y arrastra al conocimiento de Cristo, el testigo fiel, por el que ofrecieron su vida. Dieron testimonio del Hijo de Dios y Dios Padre da ahora testimonio de ellos glorificando su memoria y poni?ndolos como ejemplo para el pueblo cristiano.
Razones que avalan su muerte santa. Murieron por su fe en el Dios que se hab?a revelado en Jesucristo y por la libertad de conciencia de llevar la fidelidad a Jesucristo hasta las ?ltimas consecuencias.
Estuvieron firmes en la confesi?n del nombre de Cristo y pagaron con su vida el precio de la paz para su conciencia. Eran testigos de la verdad y la verdad les hace hombres y mujeres libres, con la mejor libertad: la del Esp?ritu que vive en nosotros.
La ejemplaridad de su testimonio. Desvelan la belleza de la fe cristiana y demuestran, con la evidencia del amor, que es posible vencer el mal con la fuerza del bien. Eran sufridos en la tribulaci?n, porque se alegraban en la esperanza.
?Qu? esperamos de estas beatificaciones? La sangre de los m?rtires es semilla de nuevos cristianos. Con ellos compartimos la misma esperanza que obliga a la Iglesia a ir peregrinando entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios.
En los m?rtires se ilumina el misterio de la cruz. Ellos y su testimonio es causa de nuestra alegr?a. El Se?or ha estado grande con nosotros al ofrecernos la vida y el ejemplo de estos m?rtires.
Despu?s de atroces torturas, confirmaron su fe. Murieron pero vencieron; ahora los recordamos en la gloria de Cristo resucitado (Benedicto XVI). En ellos nos habla el Esp?ritu de Dios.
Jesucristo ayer con estos 498 m?rtires. Jesucristo hoy, que nos llama a ser testigos suyos en el mundo. Jesucristo, siempre. ?l es el m?s santo entre nuestros m?rtires. El Testigo fiel.