Informaci?n sacada de folleto publicado con motivo de 50 aniversario de presencia de las Misioneras Seculares en Tenerife. PRIMEROS TIEMPOS DEL INSTITUTO
En la ?poca inicial, la misi?n del Instituto se efect?a principalmente a trav?s de Casas de Ejercicios, con la modalidad de obras propias. Aunque siempre hubo miembros del IMS que no salieron de su casa y de su ambiente.
Se trabaja mucho en obras sociales, en los Movimientos de Acci?n Cat?lica, con emigrantes en diferentes pa?ses europeos... Y la expansi?n misionera llega a Am?rica del Norte y del Sur, Europa, ?frica...
Cuando muere Don Rufino, el Instituto s?lo tiene cinco a?os y medio, apenas pudo ?l ver sus frutos. En ese momento, el grupo hace suyas las palabras que le ha o?do a ?l muchas veces: "Si la obra es de Dios seguir? adelante, y si no ?para qu? la queremos?".
CAMBIOS INSTITUCIONALES, A RAIZ DEL CONCILIO
El Concilio Vaticano II, que coincide con los 25 a?os de la fundaci?n del Instituto, supone para ?ste un enorme revulsivo.
Por fidelidad a la Iglesia, que insiste en la autonom?a de lo secular y en la tarea espec?fica de los laicos en la transformaci?n del mundo, el Instituto realiza un profundo extenso debate interno. Reflexiona sobre el "ser" de los institutos Seculares, al considerar que esta forma de consagraci?n es la que mejor responde a la idea inicial de Don Rufino.
Y todo lo anterior desemboca en la 1? Asamblea General del IMS, en 1968, con importantes consecuencias en su estructura organizativa y en la vida personal de sus miembros. Esto afecta:
- A la misi?n y compromiso. Se dejan progresivamente las obras propias institucionales, asumiendo cada persona su compromiso individual como "levadura en la masa? y "presencia de Iglesia" en medio de la realidad. El campo de misi?n de cada una se discierne comunitariamente desde la Palabra y orientaciones de la Iglesia, las posibilidades personales y las necesidades sociales. Se hace an?lisis de la realidad y se profundiza en la opci?n por los pobres, lo que hace al IMS replantearse lugares y formas de evangelizaci?n. Cada una asume su riesgo econ?mico y vive de su propio trabajo, como cualquier seglar.
- A la vida comunitaria. Se establecen los Equipos y la ayuda personal, como medios cercanos para vivir el Carisma. Se profundiza en la consagraci?n secular. El lugar de residencia de cada una est? condicionado por la misi?n y el trabajo que se realice. Y para potenciar la unidad de criterios y la comuni?n: un Plan de Formaci?n Permanente para todo el IMS, susceptible de adaptarse a la realidad de cada Zona y cultura; y un Plan de Formaci?n de Nuevos Miembros, que se lleva a cabo en las Zonas, con actividades comunes para todo el Instituto. Y adem?s, jornadas de Estudio, Convivencias Interzonas, Ejercicios Espirituales, organizados para todo el IMS yen el ?mbito de cada Zona.
- A la estructural. Se aligera la trama institucional. La organizaci?n se hace por Zonas territoriales, con su Coordinadora. El Gobierno Central se configura a trav?s de la Asamblea General representativa, y de la Comisi?n Central con una Directora General.