Mi?rcoles, 31 de octubre de 2007
VENEZUELA - Comunicado del Consejo Nacional de Laicos ante la reforma constitucional : ?La actual propuesta no es aceptable por contradecir Derechos Humanos ineludibles? (Fides)

COMUNICADO A LA OPINI?N P?BLICA


El Consejo Nacional de Laicos ante el proyecto de Reforma Constitucional

1. El Consejo Nacional de Laicos de Venezuela, movido por la reciente Exhortaci?n Pastoral de la Conferencia Episcopal Venezolana ?Estamos llamados a vivir en Libertad? se dirige a todos los venezolanos para expresar nuestra solidaridad con lo expuesto en dicha Exhortaci?n, brindarles total apoyo a los leg?timos Pastores de la Iglesia y para fijar posici?n sobre el proyecto de Reforma Constitucional. Por ello asumimos la responsabilidad de decir nuestra palabra como venezolanos y como cat?licos, guiados por los principios de la Doctrina Social de la Iglesia y por los valores de verdad, libertad y justicia.

2. La reforma constitucional que se nos propone no es una modificaci?n parcial de nuestra carta fundamental, sino un cambio radical en ella. Lo que se nos pide aprobar son nuevas bases para la vida social, la mayor parte de las cuales contradicen los derechos humanos fundamentales de la convivencia social. Aceptar los contenidos y el procedimiento escogido en este Proyecto ser?a legitimarlos como si no violaran los principios y estructuras fundamentales de la vigente Constituci?n. No se puede ignorar adem?s que ?Todos los hombres deben estar inmunes de coacci?n, tanto por parte de personas particulares como de grupos sociales y de cualquier potestad humana... de tal manera que ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia ni se le impida que act?e conforme a ella...? .

3. El procedimiento mediante el cual se ha tramitado la reforma, adem?s de su car?cter inconstitucional, es un obst?culo para que ella cumpla con los fines de solidaridad democr?tica que le son propios. Al efecto, cabe destacar entre otros, los siguientes aspectos: La elaboraci?n del proyecto en un cen?culo cerrado; su tr?mite apresurado por parte de la Asamblea Nacional as? como, el intento de esta de modificar otras disposiciones constitucionales, violando los procedimientos establecidos en la constituci?n vigente; la manipulaci?n de los recursos financieros y comunicacionales del Estado para conducir a la poblaci?n a un falso dilema plebiscitario. Estos elementos objetivos resultan, por decir lo menos, dif?cilmente conciliables con la naturaleza nacional e incluyente que como pacto de convivencia la Constituci?n debe tener.

4. Aunque reconocemos algunos elementos positivos en el Proyecto, la forma global propuesta para su aprobaci?n impedir?a que estos puedan ser considerados. Con la reforma que se nos propone se decidir?a el marco dentro del cual se desarrollar?a la vida de los venezolanos en el futuro. Decidir?amos sobre la vida de nuestros hijos: las posibilidades del desarrollo de su personalidad, su libertad, sus derechos, su trabajo, sus oportunidades. Es m?s que evidente que ello solo podr?a decidirse en el seno de una Asamblea Nacional Constituyente, sin perjuicio, desde luego, de los derechos inherentes a la dignidad de la persona humana.

5. A lo largo del articulado de la reforma propuesta se advierte un signo colectivista que contradice los valores que inspiran los procedimientos democr?ticos y pluralistas se?alados por la Doctrina Social de la Iglesia: ?... la dignidad de toda persona humana, el respeto de los derechos del hombre, la asunci?n del ?bien com?n? como fin y criterio regulador de la vida pol?tica? .

6. La primac?a del bien com?n es un principio distinto en su ra?z a la subordinaci?n de la persona al colectivo. Por bien com?n se entiende ?el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro m?s pleno y m?s f?cil de su propia perfecci?n? . La vida social es una v?a de realizaci?n de la persona y no una forma de sumisi?n de ?sta.

7. La reforma, redefiniendo la sociedad, nos propone: la sustituci?n de la ?defensa y desarrollo de la persona? por la comuna como ?c?lula geo-humana?; el ?Poder Popular?, con los ?consejos comunales?, lo que evidencia una peligrosa confusi?n entre sociedad pol?tica y sociedad civil, desconociendo la autonom?a de ?stas que es la clave de su di?logo fecundo; el cambio de un ?Estado Democr?tico y Social de Derecho y de Justicia? por un ?Estado Socialista?.

8. Las Disposiciones Fundamentales de la Constituci?n definen al Estado venezolano como ?Democr?tico y Social de Derecho y de Justicia? (Art.2). El proyecto de reforma nos presenta, como un perfeccionamiento del Estado Democr?tico, el ?Estado Socialista Venezolano?, explicitado, en cambio, seg?n la l?nea del castro-comunismo.

9. El proceso de descentralizaci?n, un avance democr?tico, sustentado en el principio de subsidiaridad, es vaciado de contenido al crearse instancias directamente dependientes del poder nacional, con atribuciones y recursos, pero sin control democr?tico por parte de la ciudadan?a. ?Con el principio de subsidiaridad contrastan las formas de centralizaci?n, de burocratizaci?n, de asistencialismo, de presencia injustificada y excesiva del Estado y del aparato p?blico? . Como bien se?ala Benedicto XVI: ?Lo que hace falta no es un Estado que regule y domine todo, sino que generosamente reconozca y apoye, de acuerdo al principio de subsidiaridad, las iniciativas que surgen de las diversas fuerzas sociales y que unen la espontaneidad con la cercan?a a los hombres necesitados de auxilio?.

10. La propiedad, cuya funci?n social est? en la conciencia de la humanidad desde hace tiempo y que no es un fin sino un medio, se diluye en una aparente variedad de ?formas? donde predomina exageradamente el poder econ?mico del Estado, distorsionando las relaciones de ?ste con la sociedad civil, lo que genera situaciones estructurales de injusticia. Adem?s, a la propiedad privada se la pone bajo sospecha de ilegitimidad y se la asocia en el discurso con el ego?smo, cuando en realidad es ?absolutamente necesaria para la autonom?a personal y familiar? y una ?ampliaci?n de la libertad humana? y se olvida que la libertad econ?mica y la iniciativa privada (Art.112) son un derecho inalienable que hay que promover y tutelar. ?La experiencia nos muestra que la negaci?n de tal derecho o su limitaci?n en nombre de una pretendida ?igualdad? de todos en la sociedad reduce o, sin m?s, destruye de hecho el esp?ritu de iniciativa, es decir la subjetividad creativa del ciudadano?.

11. Al apreciar la Democracia no s?lo como un respeto formal a las reglas, sino una aceptaci?n convencida de los valores que la inspiran, Juan Pablo II indicaba: ?Por esto mismo no puede favorecer la formaci?n de grupos dirigentes restringidos que, por intereses particulares o por motivos ideol?gicos, usurpan el poder del Estado.?

12. En la reforma constitucional propuesta se plantea un Estado desproporcionadamente poderoso con relaci?n a la sociedad de la que es servidor. El predominio creciente del Poder Ejecutivo Nacional va en perjuicio de la distribuci?n de los dem?s poderes y de las posibilidades reales de ejercer un control democr?tico por parte de los ciudadanos. Y en la c?spide del gobierno, el Presidente de la Rep?blica, reelegible indefinidamente y con exagerados poderes de disposici?n de todos los recursos del Estado. Ello contrasta con la ense?anza sana y sabia de Juan Pablo II: ?Es preferible que un poder est? equilibrado por otros poderes y otras esferas de competencia, que lo mantengan en su justo l?mite. Es ?ste el principio del ?Estado de derecho?, en el cual es soberana la ley y no la voluntad arbitraria de los hombres? .

13. Los cat?licos no podemos desatender el reclamo que hacen a nuestra conciencia los graves sufrimientos a causa de la injusticia de numerosos seres humanos. Nuestro deber es contribuir no a su acentuaci?n o agravamiento, sino a reemplazarla con la justicia, m?s a?n, ?una justicia abierta al horizonte de la solidaridad y el amor? . No es verdad que haya un camino ?nico y obligatorio, y menos si ?ste es uno comprobadamente ineficaz, y radicalmente injusto e inhumano. Al efecto, es oportuno recordar las palabras de un noble y valiente pastor de nuestro pueblo, Monse?or Rafael Arias Blanco, en su hist?rica carta de hace ya 50 a?os: ?Entre el socialismo materialista y estat?latra, que considera al individuo como una mera pieza en la gran maquinaria del Estado, y el materializado capitalismo liberal, que no ve en el obrero sino un instrumento de producci?n, una m?quina valiosa, productora de nuevas m?quinas en su prole, est? la doctrina eterna del Evangelio, que considera a cada uno de nosotros, sin distinci?n de clases ni de razas, como persona humana, como hijos de Dios, como base y fuente de los derechos humanos.?

14. Por todo lo expuesto, concluimos que la actual propuesta no es aceptable por contradecir Derechos Humanos ineludibles. Invitamos a los cat?licos y a todas las personas de buena voluntad a orar, a reflexionar sobre el actual proyecto y a tomar posici?n, a la luz de los principios fundamentales para toda persona y para la sociedad. Sin menoscabo del deber insoslayable que tenemos de ser promotores de justicia, de reconciliaci?n y de paz.

15. La Iglesia aprecia el sistema de la democracia en la medida en que asegura la participaci?n de los ciudadanos en las opciones pol?ticas . Es fundamental, por lo tanto, que se creen las condiciones para que la poblaci?n pueda participar y decidir:
No por prejuicios, sino en nombre de principios.
No por defender intereses, sino para defender valores.
No a favor o en contra de un gobierno, sino por un pa?s.
?Es nuestro derecho como venezolanos! ?Es nuestro deber con Venezuela!

Caracas 30 de Octubre de 2007
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