Mi?rcoles, 14 de noviembre de 2007
Art?culo semanal del Padre Fernando Lorente, o. h. publicado en EL D?A, el mi?rcoles 14 de Noviembre de 2007, en la secci?n CRITERIOS bajo el ep?grafe "Luz en el Camino".

Luz en el Camino Fernando Lorente, o.h. *


El cristianismo


EL PAPA actual, unos a?os antes de ser elegido Pont?fice, en la residencia de los jesuitas en Frascati, bastante cerca de Roma, explicaba lo que era el Cristianismo, su situaci?n actual y sus desaf?os. Resumimos esta comunicaci?n tan admirable y oportuna para los tiempos que vivimos en lo religioso y en lo pol?tico:

"No he pretendido nunca imponer determinada direcci?n al tim?n de la historia. Y si Nuestro Se?or mismo termina en la cruz, est? claro que no se llega r?pidamente a obtener resultados. Por eso me parece que no hay que preocuparse por criterios cuantitativos de ?xito. No somos una empresa comercial que se gu?a por las cifras y puede decir nuestra pol?tica ha tenido ?xito porque las ventas han crecido. Quiz?s debamos abandonar la idea de Iglesia nacional o de masas. Es probable que venga una ?poca distinta en la historia de la Iglesia, una ?poca nueva en la cual el Cristianismo vendr? a encontrarse en la situaci?n del grano de mostaza, formando grupos de peque?as dimensiones, aparentemente carentes de influencia que, sin embargo, vivan intensamente contra el mal y traigan bien al mundo.

Se cree conocer la Iglesia tach?ndola de sistema anticuado y esclerotizado, muchas personas tienen esa impresi?n. No son muchos, por el contrario, los que la creen capaz de ofrecer un nuevo punto de partida respecto a los habituales modos de vida. S?lo lo ven as? los que han conseguido superar la experiencia de la modernidad.

La sustancia de esta fe es que reconocemos en Cristo al Hijo de Dios, vivo, encarnado y convertido en hombre; que por medio suyo creemos en Dios, en el Dios Trino, creador del cielo y de la tierra; que creemos que este Dios, en cierta medida, se adapta tanto, puede llegar a ser tan peque?o, como para preocuparse de los hombres y haber comenzado una historia con el hombre, cuyo veh?culo principal, cuyo lugar de expresi?n privilegiado, es la Iglesia

Es fascinante que una instituci?n con tantas debilidades humanas, y a pesar de tantos fallos, se mantenga intacta en su continuidad, y que yo, viviendo en esta gran comunidad, pueda sentirme en comuni?n con todos los vivos y muertos; y que yo encuentre en ella incluso una certeza en todo aquello que es esencial para mi vida, una certeza sobre la que puedo fundar mi vida, con la que puedo vivir y morir.

Los cat?licos son hombres como los otros, con todos los grados de bondad y de maldad, pero quien vive con paciencia la fe y se deja modelar por ella, a trav?s de muchas derrotas y debilidades, es purificado y se hace bueno. Quiero decir que hay dos cosas evidentes: que el hombre es un ser moral, responsable de s? mismo y del conjunto de la humanidad, y que tambi?n es un ser que s?lo de Dios puede recibir los recursos que necesita para seguir avanzando. Si no existiese esta barca, habr?a que inventarla. Corresponde a deseos humanos tan profundos, y tan profundamente intr?nsecos a la naturaleza humana si no quiere perder sus energ?as esenciales, que esta barca no debe hundirse".

Con esta sencilla forma del Santo Padre, nos explica qu? es el Catolicismo, su situaci?n y sus desaf?os. Nos dice que:

-La historia est? demostrando que el poder de la fe es superior a todos los poderes de la incredulidad y de la impiedad. Con el solo poder de su fe en Jes?s, la Iglesia sigue superviviendo mientras sus sucesivos enemigos van muriendo sin conseguir matarla.

-La Iglesia evidencia su condici?n sobrehumana ense?ando, mandando y obrando con arreglo al Evangelio, en contradicci?n con los criterios, los intereses y las pretensiones mundanales humanas.

-El Cristianismo, por su indefectible perennidad, es coet?neo de todas las generaciones humanas. Es, pues, siempre nuevo y actual, porque son siempre nuevos y actuales los hombre que lo encarnan.

?Qu? realidad tan divina y humana. Y cuyas huellas son tan claras y abundantes, a niveles hist?ricos -eclesi?sticos y civiles-, particularmente en todo el continente europeo! ?Qu? contraste por ese empe?o terco de no reconocer, al menos, sus ra?ces cristianas por parte de algunos gobiernos y pol?ticos en sus respectivos Estados, como lo est? intentando actualmente el de Espa?a.


* Capell?n de la Cl?nica S. Juan de Dios
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