S?bado, 17 de noviembre de 2007
CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 16 noviembre 2007 (ZENIT.org).- El subsecretario del Pontificio Consejo para la Promoci?n de la Unidad de los Cristianos, monse?or Eleuterio Fortino, acaba de publicar un art?culo explicativo sobre el quinto documento del dialogo teol?gico cat?lico-ortodoxo o ?Documento de R?vena?.

Difundido por el citado dicasterio y aprobado por la Comisi?n mixta internacional para el di?logo teol?gico entre la Iglesia cat?lica romana y la Iglesia ortodoxa, tal documento est? encabezado por una nota que recalca su procedencia de una Comisi?n; por lo tanto no debe entenderse como una declaraci?n magisterial.

?L'Osservatore Romano? (edici?n en italiano del 17 de noviembre de 2007, distribuida la tarde anterior, como es habitual) se hace veh?culo de la aclaraci?n de monse?or Fortino. Por su inter?s, ofrecemos ?ntegro su contenido.

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Quinto documento del dialogo teol?gico cat?lico-ortodoxo

Comienza la reflexi?n sobre el papel del obispo de Roma

Eleuterio F. Fortino

La X sesi?n plenaria de la Comisi?n mixta del di?logo teol?gico entre la Iglesia cat?lica y la Iglesia ortodoxa en su conjunto, que tuvo lugar en R?vena (8-15 de octubre de 2007), concord? e hizo p?blico un documento titulado ?Consecuencias eclesiol?gicas de la naturaleza sacramental de la Iglesia: comuni?n eclesial, conciliaridad y autoridad?. El documento es complejo y denso en aspectos hist?ricos, eclesiol?gicos, can?nicos. Como conclusi?n de la sesi?n se ley?, p?rrafo a p?rrafo, y se aprob? por todos los miembros presentes antes de que los dos co-presidentes lo declararan aprobado y publicable con un embargo de un mes.

El ?ltimo n?mero del documento expresa la convicci?n de la importancia del resultado alcanzado en estos t?rminos: ?Nosotros, miembros de la Comisi?n internacional [...] estamos convencidos de que la declaraci?n arriba citada representa un progreso positivo y significativo en nuestro di?logo y proporciona una s?lida base para la discusi?n futura sobre la cuesti?n del primado en la Iglesia a un nivel universal?. El documento expresa una etapa en el di?logo que vislumbra ante s? un camino a?n largo. El documento se sit?a en la perspectiva de la visi?n de la comuni?n eclesial (koinon?a, communio) as? como ha surgido de los primeros cuatro documentos publicados por esta Comisi?n. En el intento de describir la naturaleza de la comuni?n eclesial se hab?a afirmado que ella se funda en la unidad de fe, de sacramentos y de ministerio. ?Sobre la base de tales afirmaciones comunes de nuestra fe ?se declara en el presente documento? debemos ahora sacar las consecuencias eclesiol?gicas y can?nicas derivadas de la naturaleza sacramental de la Iglesia?. El documento parte de un doble interrogante: ?de qu? modo la vida de la Iglesia manifiesta su estructura sacramental? ?Cu?l es la relaci?n entre la autoridad inherente a toda instituci?n eclesial y la conciliaridad que deriva del misterio de la Iglesia como comuni?n?

El documento se articula en dos partes. En la primera se presentan los fundamentos de la conciliaridad y de la autoridad en la Iglesia, dos dimensiones trenzadas entre s? para sustentar la comuni?n eclesial y hacerla arm?nicamente activa. En la comuni?n eclesial ?se afirma? todos los fieles son responsables de la vida de la Iglesia, y no s?lo los obispos, si bien estos tienen un carisma y un papel propio. Al proclamar la fe de la Iglesia y al aclarar las normas del comportamiento cristiano, los obispos por instituci?n divina tienen una tarea espec?fica, cuya autoridad (exous?a) no es ?algo que la comunidad delega?, sino al contrario, ?es un don del Esp?ritu Santo destinado al servicio (diakon?a) de la comunidad y jam?s ejercido fuera de ella?. En este punto se cita a San Cipriano, seg?n el cual el obispo est? en la Iglesia y la Iglesia en el obispo. Un modo particular con el que se expresa la autoridad y la conciliaridad en la vida de la Iglesia son los concilios locales, regionales y ecum?nicos. La dimensi?n conciliar de la vida de la Iglesia pertenece a su naturaleza m?s profunda. En el documento se recalca que ?los concilios constituyen el principal modo de ejercicio de la comuni?n entre los obispos?, pero en la historia se indican otras expresiones, como cartas de comuni?n, consultas, recursos a ayudas en tiempos dif?ciles, en momentos de crisis, de cismas o de herej?as.

La segunda parte del documento trata de modo espec?fico de la ?triple actualizaci?n de la conciliaridad y de la autoridad?. Esta perspectiva se introduce con la afirmaci?n de que ?la dimensi?n conciliar de la Iglesia debe estar presente en los tres niveles de la comuni?n eclesial: local, regional y universal?. A nivel local se entiende la di?cesis confiada al obispo. A nivel regional se entiende un conjunto de Iglesias locales (metr?polis, patriarcado) con sus obispos que reconocen a aqu?l que es el primero entre ellos. Para el nivel universal se afirma en el documento que ?aquellos que son los primeros (pr?toi) en las diversas regiones, junto a todos los obispos, colaboran en lo que respecta a la totalidad de la Iglesia. A este nivel los pr?toi deben reconocer a qui?n es el primero entre ellos?.

Cuanto es afirmado para este tercer nivel contiene la novedad del documento porque introduce la visi?n de la catolicidad de la Iglesia y el papel del obispo de Roma en ella, del que, en la pr?xima fase de di?logo, se deber?n precisar de com?n acuerdo sus prerrogativas. En esta visi?n el documento trata el papel de los concilios ecum?nicos en la historia, instrumentos privilegiados de conciliaridad y de autoridad. El documento afirma: ?La conciliaridad a nivel universal, ejercida en los concilios ecum?nicos, implica un papel activo del obispo de Roma, como pr?tos entre los obispos en las sedes mayores, en el consenso de la asamblea de los obispos. Aunque el obispo de Roma no haya convocado los concilios ecum?nicos de los primeros siglos, y no los haya presidido nunca, ?l estuvo sin embargo involucrado en el proceso decisional de tales concilios?. Primado y conciliaridad son ?rec?procamente interdependientes?. El documento aqu? observa que en los distintos niveles de la vida de la Iglesia ?local, regional, universal-- ?el primado debe ser siempre considerado en el contexto de la conciliaridad y, an?logamente, la conciliaridad en el contexto del primado?. El documento entra m?s directamente en el problema del pr?tos a nivel universal. Recuerda ante todo que ?ambas partes (cat?licos y ortodoxos) concuerdan sobre el hecho de que Roma, en cuanto Iglesia que preside en la caridad, ocupaba el primer puesto de la t?xis y que el obispo de Roma era por lo tanto el pr?tos entre los patriarcas?.

Por lo que respecta al primado en los diversos niveles, el documento afirma dos puntos:

a) Se trata de una pr?ctica firmemente fundada en la tradici?n can?nica de la Iglesia.

b) Mientras el hecho del primado a nivel universal es aceptado por Oriente y por Occidente, existen diferencias tanto acerca del modo seg?n el cual debe ser ejercido como acerca de sus fundamentos escritur?sticos y teol?gicos.

El documento se?ala varios caminos de investigaci?n.

Ante todo uno de car?cter hist?rico; las dos partes en di?logo ?no est?n de acuerdo en la interpretaci?n de los testimonios hist?ricos en lo relativo a las prerrogativas del obispo de Roma en cuanto pr?tos, cuesti?n incluida en diversas formas ya en el primer milenio?.

En perspectiva plantea la siguiente cuesti?n: ??Cu?l es la funci?n espec?fica del obispo de la primera sede en una eclesiolog?a de koinon?a??.

Este interrogante coincide con la petici?n que hizo el Papa Juan Pablo II de un di?logo fraterno a fin de ?encontrar una forma de ejercicio del primado que, sin renunciar a lo esencial de su misi?n, se abra a una situaci?n nueva. (...) Que el Esp?ritu Santo nos d? su luz e ilumine a todos los Pastores y te?logos de nuestras Iglesias para que busquemos, por supuesto juntos, las formas con las que este ministerio pueda realizar un servicio de fe y de amor reconocido por unos y otros? (Ut unum sint, 95).

Tal vez el di?logo cat?lico-ortodoxo es la respuesta m?s comprometida a la petici?n del Papa Juan Pablo II.

El presente documento de la Comisi?n mixta internacional ha concordado una base s?lida para el di?logo sobre la cuesti?n crucial y ha proyectado un plan concreto para la continuaci?n del estudio ulterior. Por ahora, ha decidido el tema para la pr?xima sesi?n plenaria que tendr? lugar en el mes de octubre de 2009. El tema ser? la continuaci?n de aqu?l concluido en R?vena y su profundizaci?n: ?El papel del obispo de Roma en la comuni?n eclesial en el primer milenio?. El di?logo, bien orientado, queda positivamente abierto.

[Traducci?n del original italiano realizada por Zenit]
Publicado por verdenaranja @ 0:16  | Art?culos de inter?s
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