Jueves, 22 de noviembre de 2007
Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El Santo Padre Benedicto XVI recibi? en audiencia el 16 de noviembre a los participantes del Encuentro de Superiores Generales de las Sociedades Misioneras de Vida Apost?lica, promovido por la Congregaci?n para la Evangelizaci?n de los Pueblos, acompa?ados por el Prefecto del Dicasterio Misionero, el Card. Ivan Dias. Participaron los Superiores Generales (o sus Delegados) de quince Sociedades Misioneras de derecho pontificio y seis de derecho diocesano.

DISCURSO DEL PAPA A LAS SOCIEDADES DE VIDA APOST?LICA QUE DEPENDEN DE PROPAGANDA FIDEI


Eminencia,
Excelencias,
Queridos hermanos,

Es de particular agrado para m? saludarles a ustedes, los Superiores Generales de las Sociedades Misioneras de Vida Apost?lica, reunidos aqu? en Roma a la invitaci?n de la Congregaci?n para la Evangelizaci?n de los Pueblos. Vuestra Asamblea, que re?ne juntamente a los Superiores de las quince Sociedades Misioneras de derecho pontificio y las sies de derecho diocesano, conlleva testimonio elocuente de la vitalidad continua del impulso misionero en la Iglesia y el esp?ritu de comuni?n uniendo a vuestros miembros y sus m?ltiples actividades al sucesor de Pedro y a su ministerio universal.

Vuestro encuentro es tambi?n un signo concreto de la hist?rica relaci?n entre las diversas Sociedades Misioneras de vida apost?lica y la Congregaci?n para la Evangelizaci?n de los Pueblos. En estos d?as hab?is buscado examinar nuevos caminos de consolidar y de fortalecer esta relaci?n privilegiada. Como observ? el Concilio Vaticano Segundo, el mandato de Cristo de predicar el Evangelio a toda criatura implica primeramente e inmediatamente al Colegio de los Obispos, cum et sub Petro (cf. Ad Gentes, 38). Dentro de la unidad jer?rquica del Cuerpo de Cristo, enriquecido por la diversidad de dones y carismas dados por el Esp?ritu, la comuni?n con los sucesores de los ap?stoles mantiene el criterio y la garant?a del aprovechamiento espiritual de la toda la actividad misionera. Porque la comuni?n en la fe, esperanza y amor es en s? misma signo y muestra de la unidad y paz aque es el plan de Dios en Cristo por toda la familia humana.

Uno de los indicios prometedores de una renovaci?n en la conciencia misionera de la Iglesia en d?cadas recientes ha sido el deseo creciente de muchos hombres y mujeres laicos, ya solteros o casados, de cooperar generosamente en la missio ad gentes. Como el Concilio acentu?, el trabajo de la evangelizaci?n es un deber fundamental que incumbe sobre todo el pueblo de Dios, y todos los bautizados est?n llamados a una ?conciencia viva de su responsabilidad de extender el Evangelio? (Ad Gentes, 36). Mientras algunas sociedades misioneras han tenido una larga historia e ?ntima colaboraci?n con hombres y mujeres laicos, otras han desarrollado solo recientemente formas de asociaci?n de laicos con su apostolado. Dada la extensi?n y la importancia de la contribuci?n hecha por estas asociaciones al trabajo de las diversas Sociedades, la forma propia de su cooperaci?n deber?a ser regida naturalmente por estatutos y claras directivas respetuosas de la propia identidad can?nica de cada instituto.

Queridos amigos, nuestro encuentro hoy me da una oportunidad grata para expresarles mi gratitud a ustedes y a todos los miembros de vuestras Sociedades, pasados y presentes, por vuestro compromiso constante a la misi?n de ls Iglesia. Hoy, como en el pasado, los misioneros contin?an dejando sus familias y casas muchas veces con gran sacrificio, con el solo prop?sito de proclamar la Buena Nueva de Cristo y servirle en sus hermanos y hermanas. Muchos de ellos, tambi?n en nuestro tiempo, han confirmado heroicamente su predicaci?n por el derramamiento de su sangre, y han contribuido a establecer la Iglesia en tierras lejanas. Hoy, las circunstancias cambiadas han conducido en muchos casos a una disminuci?n en el n?mero de j?venes que son atraidos a las Sociedades misioneras, y a un consecuente declive en la extensi?n misionera. Todo lo mismo, como el anterior Papa Juan Pablo II insiti?, la missio ad gentes est? todav?a solo empezando, y el Se?or est? convoc?ndonos, a todos nosotros, a comprometernos de todo coraz?n a su servicio (cf. Redemptoris Missio, 1). ?La mies es mucha? (Mt 9, 37). Conscientes de los retos que ten?is enfrente, os animo a seguir fielmente en los pasos de vuestros fundadores, y a estimular con amor los charismas y el celo apost?lico que hab?is heredado de ellos, confiando que contin?a trabajando con ustedes y que confirma vuestra predicaci?n con signos de su presencia y poder (cf. Mc 16, 20).
Con gran afecto, les encomiendo, juntamente con los miembros y socios de vuestras diversas Sociedades, a la protecci?n amorosa de Mar?a, Madre de la Iglesia. A todos ustedes gustosamente les imparto mi Bendici?n Apost?lica como un compromise de sabidur?a, fortaleza y paz en el Se?or.

(Traducci?n particular no oficial desde el Ingl?s)

Publicado por verdenaranja @ 0:08  | Habla el Papa
Comentarios (0)  | Enviar
Comentarios