Comentario a las lecturas del domingo, solemnidad de Cristo, Rey, publicado en Diario de Avisos, el d?a 25 de Noviembre de 2007 bajo el epigrafe "el domingo, fiesta de los cristianos". Cristo Rey: INRI
DANIEL PADILLA
Al leer ese letrero que colocaron sobre tu cabeza, en la cruz, -"Jes?s Nazareno Rey de los Jud?os"-, me doy cuenta, Se?or, de que toda tu vida estuvo marcada entre dos acusaciones contradictorias. Unos, te rechazaron por "demasiado divino". Otros, por "demasiado humano". Unos, por demasiado "religioso". Otros, por demasiado "pol?tico y temporalista". An?s y Caif?s representan el primer sector. Ellos, como jefes religiosos del pueblo, te hicieron una pregunta concreta: "?Eres el Hijo de Dios?". Y, cuando asentiste, se rasgaron las vestiduras dram?ticamente y dijeron que "blasfemabas", que eras demasiado "celeste y espiritual". Pensaron, por tanto, que no pod?an contar contigo para ning?n movimiento liberador del poder romano. La alternativa de gobierno, por otra parte, que T? ofrec?as - "un reino de verdad y vida, de santidad y gracia, de justicia, amor y paz"- les debi? sonar a algo "fantasmal y ang?lico". Por eso, te condenaron.
Pilato, al rev?s, te consider? demasiado "pol?tico". A Pilato, adorador de muchos dioses, no le quitaba el sue?o que t? te proclamaras "Hijo de Dios". Lo que le preocup? fue o?rte decir que "eras Rey y que para eso hab?as venido al mundo". Eso s? pod?a dar al traste con sus planes de mando. Por eso, te hizo aclarar las cosas. No fuera a ser que tuviera raz?n la chusma cuando dec?a que "te hab?an visto pervirtiendo al pueblo, prohibiendo pagar tributo al C?sar y asegurando que eras el Mes?as-Rey". S?. Pilato representa a quienes te acusaban de demasiado "pol?tico y temporalista" con esa idea de tu "reino".
Pues, bien. Desde entonces, Se?or, esas dos acusaciones han ca?do siempre sobre tu Iglesia. Unos, la han tachado de "ang?lica y espiritual", desencarnada, desinteresada de los problemas humanos, sociales y pol?ticos. Otros, al rev?s, la han tildado de "meterse mucho en pol?tica", "encarnarse peligrosamente". Cada vez que el Papa Juan Pablo II hablaba sobre la "vida de la gracia o los sacramentos"; sobre "valores espirituales", sobre "Dios" -Dives in misericordia-, han dicho que "se evad?a", que se trasladaba a un mundo muy "espiritual". Cada vez que los obispos han hablado de derechos humanos, condenando la opresi?n o la injusticia, tomando postura hacia los pobres o marginados, han dicho que "se sal?a de su ?mbito", que se compromet?a demasiado "en lo temporal".
Es posible, claro, dada su condici?n de "pueblo peregrinante y en marcha", que, seg?n los tiempos y las circunstancias, haya puesto el acento unas veces m?s en una vertiente y otras en otra. Pero hoy d?a, quienes pertenecemos a la Iglesia sabemos muy claro que no podemos renunciar a ninguno de los dos costados a los que T? no renunciaste. T? eras Dios y hombre. Hijo de Dios y Rey del Universo. Y como tal te presentaste. Pues nosotros, seguidores tuyos, somos "ciudadanos del cielo" y "peregrinos de la tierra". Tenemos un fin sobre-natural hacia el que se encaminan nuestros pasos y para ello contamos con todo el mundo de "gracia" que T? nos mereciste. Pero, en ning?n caso, ese fin sobrenatural permite inhibimos de la problem?tica del "hombre total", ya que "la gracia se edifica sobre la naturaleza, pero sin destruirla".
Por todo lo cual, tambi?n nosotros, como T?, necesitamos "rebajamos y sometemos" hasta conseguir todos los nobles intereses del hombre. Ya, al decir "nobles", est? claro que excluimos al "pecado". Nosotros, al reconocerte hoy "Dios y Rey", estamos contigo. Y por eso precisamente nos reconocemos a nosotros mismos como "hijos de Dios" y "pueblo de reyes".