Domingo, 25 de noviembre de 2007
Comentario al evangelio (Lc 21, 1-4) del lunes de la trig?sima cuarta semana del Tiempo Ordinario sacado del libro "Ens??ame tus caminos" de Guillermo Guti?rrez.


Confrontaci?n

Jes?s fue un cr?tico de la sociedad de su tiempo. Entre las muchas confrontaciones con los l?deres del pueblo hay dos que tienen relaci?n con el dinero y el templo. La primera es un ataque de dial?ctica y de l?tigo contra los adoradores del dinero que convert?an el templo, casa de oraci?n, en ?guarida de ladrones?. La segunda es la observaci?n complacida en la modesta aportaci?n de la viuda pobre para el sustento del pueblo. ?Esa mujer ha echado m?s que los otros?, advierte. Y justifica: ?los otros han dado un poco de lo que les sobra, ?sta ha dado todo lo que ten?a?. Sus palabras son un elogio de la generosidad del coraz?n que se desprende de todo lo que tiene aunque tenga poco. En adelante tendr? derecho esa mujer a esperarlo todo de Dios. ?Podr? el Padre celestial negar nada a quien por amor suyo se ha desprendido de todo? La valoraci?n hecha por Jes?s descalifica las valoraciones cuantificantes de los donativos en beneficio de algo.

Esa pobre viuda puede convertirse en ejemplo paradigm?tico de una confianza ilimitada en la Providencia que no abandona a su suerte a los p?jaros del campo. La existencia toda de la pobre viuda cae con su moneda en el tronco del templo como en las manos del Padre providente. En su pobreza es ella mucho m?s que los p?jaros y los lirios. Y queda incluida en la promesa hecha a los pobres de esp?ritu a los que pertenece el Reino de los Cielos. O tambi?n: donde est? tu tesoro all? est? tu coraz?n. El tesoro de esta mujer es Dios.

Devoci?n y exhibicionismo frente a frente; mediocridad calculada y generosidad total. En las iglesias de todo el mundo se organizan casi ininterrumpidas colectas en favor de esta o aquella necesidad. Es toma de conciencia agradecida de lo que se posee y de solidaridad compasiva por lo que no tienen otros. Pero la devoci?n aut?ntica no puede concebirse sin una participaci?n activa en los movimientos de inspiraci?n cristiana en busca de soluci?n a los problemas sociales. La gran verdad es que la genuina y devota generosidad consiste m?s en darse a s? mismo que en dar algo de las cosas.
Publicado por verdenaranja @ 18:55  | Espiritualidad
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