Domingo, 25 de noviembre de 2007
Exhortaci?n pastoral que ha publicado la Conferencia EpiscopalPopulorum Progressio? de Pablo VI y en el vig?simo aniversario de la enc?clica ?Sollicitudo Rei Socialis? de Juan Pablo II. Espa?ola con motivo del cuadrag?simo aniversario de la enc?clica ?

?Para que tengan vida en abundancia? (Jn 10,10)



I.- GOZOSO ANIVERSARIO
1.- Celebramos con gozo, en este a?o 2007, el 40 aniversario de la publicaci?n de la Enc?clica ?Populorum Progressio? de Pablo VI (26 de marzo de 1967), que coincide con el 20 aniversario de la Enc?clica ?Sollicitudo Rei Socialis? de Juan Pablo II (30 de diciembre de 1987). Se trata de dos documentos relevantes del Magisterio social de la Iglesia.

Efectivamente, la Enc?clica ?Populorum Progressio? sigue sorprendi?ndonos por su gran actualidad. Los temas vertebradores de su ense?anza giran alrededor del desarrollo integral del ser humano y de los pueblos de la tierra; la llamada a dar respuesta a los retos que desaf?an a la justicia internacional y el compromiso de la Iglesia ante este desarrollo ejerciendo como abogada de los pobres; y que las personas sean art?fices de su propio desarrollo. Las directrices de acci?n encaminadas a resolverlos contin?an siendo hoy los grandes temas de la justicia social internacional. Su luminosa directriz ?El desarrollo es el nuevo nombre de la paz?[1] es de plena vigencia. Siguiendo en la misma l?nea, la Enc?clica ?Sollicitudo Rei Socialis? destaca el car?cter moral del verdadero desarrollo y afirma que la paz es fruto de la solidaridad[2].

Por esta raz?n queremos conmemorar y celebrar este aniversario, de manera que pueda contribuir a subrayar algunas de sus ense?anzas que nos parecen m?s necesarias en el momento actual. Siguiendo a Benedicto XVI, destacamos como prioridades la vivencia de la comuni?n eclesial y la misi?n evangelizadora en el mundo. As? lo ha subrayado el actual Papa en su primera Carta enc?clica ?Deus Caritas est?, al indicar que la misi?n de la Iglesia en el mundo consiste en mostrar el amor de Dios a la humanidad a trav?s del amor de los cristianos en la vida diaria.

2.- La proclamaci?n del Evangelio, que es parte esencial de la misi?n eclesial, se realiza mediante el ?testimonio y la palabra?. La celebraci?n del 40 aniversario nos permite unir la palabra de la ense?anza social de la Iglesia y el testimonio de las comunidades e instituciones eclesiales al servicio de la acci?n caritativa y social.

No queremos que pase este acontecimiento sin manifestar a las comunidades cristianas y, tambi?n a toda la sociedad, nuestra memoria agradecida del pasado, nuestro compromiso decidido ante los retos del presente y nuestra mirada serena hacia el futuro.

II.- CONOCIMIENTO Y RECONOCIMIENTO POR LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

3.- Sentimos un agradecimiento por el pasado. La Iglesia, ya desde sus or?genes, siguiendo la ense?anza de la Palabra de Dios y, despu?s, de los Santos Padres, desarroll? y puso en pr?ctica su doctrina social. Tambi?n en nuestros d?as anticip? su mirada hacia la globalizaci?n del mundo contempor?neo, mucho antes de que gran parte de la sociedad tomara conciencia de la magnitud del fen?meno de la mundializaci?n y la globalizaci?n, fruto de los movimientos econ?micos, sociales, pol?ticos y culturales de la humanidad.

4.- ?C?mo no recordar de manera agradecida la preciosa definici?n de Pablo VI sobre el ?verdadero desarrollo?? ?Es el paso, para cada uno y para todos de condiciones de vida menos humanas, a condiciones m?s humanas?[3]. Pero el desarrollo ?a?ade el Papa? no se reduce a un simple crecimiento econ?mico. Para ser aut?ntico debe ser integral, es decir, que debe promover a todos los hombres y a todo el hombre; debe ayudar a pasar de situaciones menos humanas (como son) las carencias materiales de los que est?n privados del m?nimo vital y las carencias morales de los que est?n mutilados por el ego?smo. Menos humanas: las estructuras opresoras que provienen del abuso del tener o del abuso del poder, de las explotaciones de los trabajadores o de la injusticia de las transacciones. M?s humanas: el remontarse de la miseria a la posesi?n de lo necesario, la victoria sobre las calamidades sociales, la ampliaci?n de los conocimientos, la adquisici?n de la cultura. M?s humanas tambi?n: el aumento en la consideraci?n de la dignidad de los dem?s, la orientaci?n hacia el esp?ritu de pobreza (cf. Mt 5, 3), la cooperaci?n en el bien com?n, la voluntad de paz. M?s humanas todav?a: el reconocimiento, por parte del hombre, de los valores supremos, y de Dios, que de ellos es la fuente y el fin. M?s humanas, por fin y especialmente: la fe, don de Dios acogido por la buena voluntad de los hombres, y la unidad de la caridad de Cristo, que nos llama a todos a participar, como hijos, en la vida de Dios vivo, Padre de todos los hombres[4].

5.- La Ense?anza Social de la Iglesia, desde la publicaci?n de la Enc?clica Rerum Novarum de Le?n XIII (1891) hasta la publicaci?n de Deus Caritas est de nuestros d?as, ha seguido un proceso de evoluci?n significativo y esperanzador: si el punto de partida fue la cuesti?n obrera, luego se pas? a la cuesti?n social y ahora se aborda la cuesti?n mundial. El Concilio Vaticano II asumi? esta ense?anza social y la situ? en el conjunto de la doctrina y de la acci?n pastoral de la Iglesia en el mundo, justamente en uno de sus documentos m?s emblem?ticos como es la Constituci?n pastoral ?Gaudium et Spes? (1965). Los documentos posteriores al Concilio han elaborado una doctrina social encaminada a dar respuesta a la complejidad de la cuesti?n mundial[5].

6.- El conjunto de esta doctrina social constituye un patrimonio de gran valor para la Iglesia y su misi?n en el mundo y, a la vez, ofrece una esperanza para toda la sociedad. Como dijo Juan Pablo II:

es un corpus doctrinal renovado, que se va articulando a medida que la Iglesia, en la plenitud de la Palabra revelada por Jesucristo y mediante la asistencia del Esp?ritu Santo (cf. Jn 14, 16.26; 16, 13-15), lee los hechos seg?n se desenvuelven en el curso de la historia[6].

Por este motivo, hacemos una llamada a cada uno de los cristianos y a todas las comunidades de la Iglesia que peregrina en Espa?a, para que sean altavoces vivos que den a conocer los principios, criterios y directrices de la ense?anza social de la Iglesia. Urgimos tambi?n a que los estudiantes de Teolog?a y los candidatos al sacerdocio conozcan bien esta Doctrina[7], y a que las Facultades de Teolog?a y los Institutos Superiores de Ciencias Religiosas act?en espec?ficamente en su estudio y difusi?n. El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia[8] puede ser un excelente instrumento para ello.

III.- COMUNICACI?N Y EVANGELIZACI?N

7.- Sin embargo, la mejor manera de mostrar nuestro agradecimiento hacia el pasado es el compromiso decidido ante los desaf?os de manera que podamos crecer, especialmente, en la comuni?n eclesial y en el dinamismo de la misi?n evangelizadora.

En efecto, la Iglesia en Espa?a tiene una gran vitalidad en su acci?n caritativa y social. Es una vitalidad que se manifiesta en los compromisos diarios de muchos cristianos que viven la fe en su vida matrimonial y familiar[9], profesional, social, cultural, sindical, pol?tica y religiosa. Tambi?n se manifiesta esta vitalidad, en el compromiso de las comunidades parroquiales, las congregaciones religiosas, las asociaciones de los laicos y, en definitiva, en las numerosas iniciativas socio-caritativas de cada Iglesia diocesana.

8.- Adem?s, esta vitalidad de la Iglesia emerge, de una manera especial, en la existencia de algunas instituciones eclesiales con presencia p?blica destacada, significativa y reconocida en nuestra sociedad como, por ejemplo, C?ritas, Manos Unidas, Misiones, Pastoral Penitenciaria, Justicia y Paz, Pastoral de la Salud, as? como la ingente labor de los misioneros (sacerdotes, religiosos y laicos) apoyados en su labor por tantas asociaciones y ONGs cat?licas, y tantas personas de buena voluntad.

Tanto la vida de las comunidades cristianas como la acci?n eclesial de estas instituciones citadas, realizan la llamada permanente de la Iglesia a dar respuesta a los problemas sociales de la comunidad humana mediante el desarrollo integral, y a ser testigos del amor de Dios. La necesidad de reivindicar el desarrollo integral, la visi?n trascendente de la persona humana, abierta al misterio de Dios, viene urgida por los prejuicios secularistas y laicistas de nuestra ?poca:

?Qu? ha tra?do Jes?s realmente, si no ha tra?do la paz al mundo, el bienestar para todos, un mundo mejor? ?Qu? ha tra?do? La respuesta es muy sencilla: a Dios, ha tra?do a Dios? y, con ?l, la verdad sobre nuestro origen y nuestro destino; la fe, la esperanza y el amor. S?lo nuestra dureza de coraz?n nos hace pensar que esto es poco[10].

La propuesta coherente y tenaz de una visi?n del ser humano abierta a Dios y la confesi?n p?blica de la verdad de la fe a este respecto, es urgente e insustituible en nuestra ?poca para la causa del desarrollo de nuestra sociedad y de todos los pueblos.

9.- La celebraci?n del 40 aniversario de ?Populorum Progressio? es una gran oportunidad para potenciar la cooperaci?n y la comuni?n de todos los bautizados y, al mismo tiempo, estimular la comuni?n entre las diversas instituciones eclesiales, que manifiestan la acci?n caritativa y social de la comunidad cristiana al servicio de toda la sociedad y, en especial, de los pueblos que sufren las consecuencias del subdesarrollo. Nos comprometemos a acompa?ar el crecimiento de estas instituciones, a cuidar su identidad eclesial[11], a potenciar la coordinaci?n y a estimular la acci?n decidida mediante programas dirigidos a los pa?ses pobres. Para ello es necesario vivir la espiritualidad de comuni?n con las caracter?sticas que se?alaba el papa Juan Pablo II: mirar el misterio de la Trinidad que habita en nosotros y en los dem?s; sentir al hermano como ?uno que me pertenece?; ver lo positivo en el otro y considerarlo un regalo de Dios para m?; saber ?dar espacio? al hermano, evitando desconfianza y envidias[12].

A la vez no podemos desentendernos de la pobreza que azota a grandes regiones y naciones de nuestro planeta, especialmente en los pa?ses del Sur.

10.- Hoy en d?a siguen teniendo gran actualidad las palabras del papa Pablo VI:

Enti?ndasenos bien: la situaci?n presente tiene que afrontarse valerosamente y combatirse y vencerse las injusticias que trae consigo. El desarrollo exige transformaciones audaces, profundamente innovadoras. Hay que emprender, sin esperar m?s, reformas urgentes. Cada uno debe aceptar generosamente su papel, sobre todo los que por su educaci?n, su situaci?n y su poder tienen grandes posibilidades de acci?n[13].

Y esta llamada se dirige a todas las comunidades cristianas, pero tambi?n a los responsables de las naciones: ?Toca a los poderes p?blicos escoger y ver el modo de imponer los objetivos que proponerse, las metas que hay que fijar, los medios para llegar a ella, estimulando al mismo tiempo todas las fuerzas, agrupadas en esta acci?n com?n?[14].

11.- De modo inseparable a la comuni?n y a la caridad, afrontamos el gran reto de la evangelizaci?n. La Iglesia que nace de la Pascua y Pentecost?s tiene la misi?n de anunciar a Cristo Resucitado a todas las generaciones hasta el fin de los tiempos. Cristo anunci? el Reino de Dios proclamando el Evangelio y curando a los enfermos. La novedad del mensaje evang?lico de las ?bienaventuranzas? la hac?a real mediante la pr?ctica de las ?obras de misericordia?[15].

De igual forma, nosotros podremos evangelizar la sociedad y la cultura de hoy, a condici?n de que demos testimonio a la vez de Jesucristo y del compromiso por la justicia y el amor que brota de la fe.

La doctrina social es parte integrante del ministerio de evangelizaci?n de la Iglesia. Todo lo que ata?e a la comunidad de los hombres ?situaciones y problemas relacionados con la justicia, la liberaci?n, el desarrollo, las relaciones entre los pueblos, la paz? no es ajeno a la evangelizaci?n. Esta no ser?a completa si no tuviese en cuenta la mutua conexi?n que se presenta constantemente entre el Evangelio y la vida concreta, personal y social del hombre[16].

La mentalidad actual de nuestra sociedad secular, antes que plantearse la credibilidad de un mensaje, observa y exige la credibilidad del mensajero. La celebraci?n del aniversario de las enc?clicas citadas es una buena oportunidad para manifestar la credibilidad de la Iglesia y del mensaje evang?lico que proclama.

12.- El 40 Aniversario de ?Populorum Progressio? es, por tanto, una nueva llamada que nos impulsa a mostrar el amor de la Iglesia frente a los conflictos e injusticias del mundo globalizado. La comunidad cat?lica, al mismo tiempo que proclama la Palabra y celebra la Eucarist?a, da testimonio de la fe que se manifiesta en la esperanza y se realiza en el amor.

De esta manera, la Iglesia mediante sus instituciones caritativas y sociales, al mismo tiempo que coopera con todas las personas y grupos que trabajan al servicio de la justicia y la paz, manifiesta el amor entra?able de Dios hacia todos los hombres de la tierra, desde una opci?n preferencial por los pobres y los excluidos. El mismo Pablo VI destac? el nexo intr?nseco e inseparable entre evangelizaci?n y promoci?n humana ?desarrollo, liberaci?n? en la Exhortaci?n apost?lica ?Evangelii Nuntiandi? (1975), publicada despu?s del S?nodo de los Obispos sobre la evangelizaci?n de los pueblos[17].

IV.- ESPIRITUALIDAD ENCARNADA

13.- Teniendo en cuenta la ense?anza de la Doctrina Social de la Iglesia, y de modo especial ?Populorum Progressio? y ?Sollicitudo Rei Socialis? , queremos seguir siendo ?voz de los que no tienen voz? y ?signo y salvaguardia de la trascendencia de la persona? y contribuir a su dignidad ayud?ndole en sus necesidades, f?sicas, ps?quicas, sociales y espirituales[18]. Cuando los cristianos intentamos vivir como Cristo vivi? y amar como ?l am?, somos un signo viviente del amor de Dios y, adem?s, una fuente de esperanza para la humanidad. Esta es la aportaci?n espec?fica de la Iglesia al bien com?n de la sociedad.

14.- Frente a los desaf?os de la secularizaci?n y la urgencia del di?logo intercultural e interreligioso, queremos dar testimonio de que la espiritualidad cristiana no se confunde con el subjetivismo superficial de una espiritualidad intrascendente, sino que intenta vivir una espiritualidad encarnada, al estilo del Evangelio, que une profundamente la profesi?n personal de fe (creer), con la vivencia comunitaria de la fe (vivir y celebrar) y con la profesi?n p?blica de la misma. La conmemoraci?n de la Enc?clica ?Populorum Progressio? nos ofrece una buena oportunidad para cultivar esta esperanza y comprometernos en la transformaci?n de lasociedad seg?n el proyecto de Dios sobre la historia.

15.- ?Populorum Progressio? expresa muy bien la relaci?n de la Teolog?a con la espiritualidad y la acci?n pastoral, porque unifica la profesi?n y la celebraci?n de la fe con la vivencia de la caridad. Adem?s, relaciona ?ntimamente la caridad que brota del amor de Dios, con la edificaci?n de la comunidad cristiana (comuni?n) y con el anuncio del evangelio a la sociedad de nuestro tiempo con hechos y palabras (misi?n). As?, la celebraci?n del 40 aniversario de ?Populorum Progressio? puede contribuir a la maduraci?n de un modelo de ser cristiano que une la profesi?n de fe, fruto de acoger la Palabra, con la vivencia de la caridad y del compromiso social, que nacen de la Eucarist?a, el ?sacramento de la caridad?, tal como nos ha recordado Benedicto XVI:

No podemos permanecer pasivos ante ciertos procesos de globalizaci?n que con frecuencia hacen crecer desmesuradamente en todo el mundo la diferencia entre ricos y pobres... El Se?or Jes?s, Pan de vida eterna, nos apremia y nos hace estar atentos a las situaciones de pobreza en que se halla todav?a gran parte de la humanidad[19].

Se tratar?a de ?humanizar la globalizaci?n y globalizar la solidaridad?[20].

16.- El Plan de Pastoral de la Conferencia Episcopal para el quinquenio 2006-2010 lo hemos vertebrado en torno a la Eucarist?a. En ?l subrayamos la vinculaci?n necesaria entre la comuni?n eucar?stica y el servicio de la caridad[21]. En esa l?nea deseamos tambi?n que la conmemoraci?n de las Enc?clicas ?Populorum Progressio? y ?Sollicitudo Rei Socialis? , as?como la aplicaci?n de sus orientaciones a los problemas actuales, se entronquen en la Eucarist?a, fuente, centro y cumbre de la vida cristiana y de toda la Evangelizaci?n.

17.- Mar?a en Can? de Galilea es un ejemplo de solicitud y preocupaci?n por los problemas de los dem?s. Que ella nos ayude a crecer en sensibilidad hacia los temas sociales, en fraternidad y solidaridad, de modo que ?los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, sean a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los disc?pulos de Cristo?[22]. Que fortalezca a los misioneros en su hermosa labor de anunciar la Buena Nueva de la Salvaci?n en todos los rincones de la tierra y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que trabajan por la paz y el desarrollo de los pueblos; que interceda para que nuestro mundo alcance un progreso justo y fraterno y para que cada uno se realice como persona humana y, as?, se alcance la igualdad y la paz.


NOTAS

[1] Pablo VI, ?Populorum Progressio?, 76.
[2] Juan Pablo II, ?Sollicitudo Rei Socialis? , 39.
[3] Pablo VI, ?Populorum Progressio?, 20.
[4] Pablo VI, ?Populorum Progressio?, 21.
[5] Entre los documentos clave podemos recordar: Quadragesimo anno (1931); ?Populorum Progressio? (1967); Octogessima Adveniens de Pablo VI (1971); La Justicia en el Mundo del S?nodo de los Obispos (1971); Laborem Exercens (1981); ?Sollicitudo Rei Socialis? (1987); Centesimus Annus de Juan Pablo II (1991) y Deus caritas est (2005).
[6] Juan Pablo II, ?Sollicitudo Rei Socialis? , 1.
[7] cf. Congregaci?n para la Educaci?n Cat?lica, Orientaciones para el estudio y ense?anza de la Doctrina Social de la Iglesia en la formaci?n de los sacerdotes (1988).
[8] Pontificio Consejo ?Justicia y Paz?, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (2004).
[9] cf. Juan Pablo II, Familiaris consortio (1981) y Evangelium vitae (1995).
[10] J. Ratzinger (Benedicto XVI), Jes?s de Nazaret,69-70.
[11] cf. Conferencia Episcopal Espa?ola, La Caridad de Cristo nos apremia. Reflexiones en torno a la ?eclesialidad? de la acci?n caritativa y social de la Iglesia (2004).
[12] cf. Juan Pablo II, Novo Millennio Ineunte, 43.
[13] Pablo VI, ?Populorum Progressio?, 32.
[14] Pablo VI, ?Populorum Progressio?, 33.
[15] cf. Lc 10; Mt 5, 1-12; Mt 25, 31-46; Jn 13, 1-17.
[16] Pontificio Consejo ?Justicia y Paz?, Compendio de la doctrina social de la Iglesia, 66.
[17] cf. Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, 31.
[18] cf. Conferencia Episcopal Espa?ola, La caridad en la vida de la Iglesia. Propuestas de acci?n pastoral (1993); Comisi?n Episcopal de Pastoral Social, La Iglesia y los pobres (1994).
[19] Benedicto XVI, Sacramentum Caritatis, 90.
[20] Juan Pablo II, Discurso a la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales (27-IV-2001).
[21] cf. Conferencia Episcopal Espa?ola, Plan Pastoral 2006-2010. ?Yo soy el pan de vida? (Jn 6, 35). Vivir de la Eucarist?a, esp., 32-41.
[22] Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, 1.
Publicado por verdenaranja @ 20:26  | Hablan los obispos
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