Martes, 27 de noviembre de 2007
Declaraci?n de los Obispos de Chile al termino de la Asamblea Plenaria celebrada del 19 al 22 de noviembre

QUE EL DI?LOGO SE ABRA PASO ENTRE NOSOTROS


Declaraci?n al t?rmino de la 94? Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile


?Ma?ana tras ma?ana el Se?or despierta mi o?do
para escuchar como los disc?pulos? (Isa?as 50,4)


1. En v?speras del tiempo de Adviento que nos prepara a la Navidad, nuestra mirada de fe se vuelve hacia Jesucristo, el Pr?ncipe de la Paz y Se?or de la Vida; y desde ?l a la Iglesia y al pueblo de Chile. Con nuestra oraci?n y pensamiento cercano a los pueblos del Norte Grande que se han visto remecidos por el terremoto, y con nuestro coraz?n unido a las familias que mucho han perdido, hemos vivido la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile.

2. Tuvimos en estos d?as la oportunidad de despedirnos de Monse?or Aldo Cavalli, quien durante seis a?os ha servido como Nuncio Apost?lico de Su Santidad Benedicto XVI en Chile, y que ahora parte a tierras colombianas. Le hemos expresado nuestra gratitud por su misi?n pastoral y por la cercan?a que ha mostrado hacia las comunidades y sus pastores en las di?cesis. Que el Se?or retribuya copiosamente su servicio y le bendiga en sus nuevas tareas. Tambi?n hemos elegido a los Obispos del Comit? Permanente, de la Comisi?n Pastoral y de otros organismos de servicio eclesial.

3. La tarea fundamental que nos ha congregado en esta Asamblea es la preparaci?n de las pr?ximas Orientaciones Pastorales que conducir?n a la Iglesia en Chile durante los cinco a?os venideros. Y lo hemos hecho a partir del impulso prof?tico de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano de Aparecida, y de la Primera Asamblea Eclesial, que vivimos recientemente en nuestra patria. Ambos acontecimientos han sido una experiencia muy valiosa de comuni?n y participaci?n que ocurre providencialmente el a?o en que celebramos el centenario del natalicio del cardenal Ra?l Silva Henr?quez y los 50 a?os de la Conferencia Episcopal.

4. A partir de Jesucristo y su Evangelio, creyendo en ?l como ?Camino Verdad y Vida? (Jn 14,6) y considerando los acontecimientos de la realidad nacional, nos ha parecido conveniente decir una palabra al pa?s con relaci?n a algunas situaciones de la hora presente.

5. En el ?ltimo tiempo, peque?os y grandes acuerdos en distintos planos de la vida social nos han confirmado que el di?logo es el principal camino para la soluci?n de conflictos y para fortalecer los liderazgos en la participaci?n y corresponsabilidad social. Los consensos alcanzados en materia de reforma educacional, con el respaldo de un abanico amplio de miradas, lo mismo que los esfuerzos desplegados para solucionar de modo pac?fico conflictos internacionales, laborales y pol?ticos, son logros que nos confirman esa convicci?n. Por el contrario, cada vez que se imponen medidas unilaterales frente a asuntos de inter?s p?blico, como por ejemplo algunas pol?ticas emanadas de la autoridad de salud, resultan contra la ciudadan?a, que es la principal perjudicada por atentar en contra de la sexualidad humana y la familia.

6. Afirmamos con el Santo Padre que m?s all? del di?logo ?las estructuras justas son? una condici?n indispensable para una sociedad justa, pero no nacen ni funcionan sin un consenso moral de la sociedad sobre los valores fundamentales y sobre la necesidad de vivir esos valores con las necesarias renuncias, incluso contra el inter?s personal?. En particular esperamos que el Consejo Asesor Presidencial para la Equidad y el Trabajo, llegue a proponer soluciones que vayan en beneficio de los m?s pobres. Es un deber moral de nuestro pa?s aproximarnos al Bicentenario con avances concretos hacia una mayor justicia social.

7. Animamos a todas las personas de buena voluntad que buscan acuerdos, que promueven el di?logo y que se declaran abiertas a ?l, m?s all? de sus leg?timas opciones ideol?gicas o de los intereses que representan. Creemos que la disposici?n a escuchar a quienes piensan distinto y a sentarse a la mesa con ellos es un rasgo indispensable de los l?deres que el pa?s necesita. En cambio, el fracaso del di?logo posterga soluciones urgentes para los m?s necesitados. El di?logo parece ser, en definitiva, la v?a obligada para enfrentar y superar un deterioro en nuestra convivencia diaria, que miramos con preocupaci?n.

8. De un modo especial nos duele y alarma las situaciones de violencia que se generan al interior del hogar y otras expresiones de violencia que conmueven y desestabiliza nuestra convivencia cotidiana. No podemos resignarnos a que los golpes resuelvan lo que el di?logo no puede zanjar. Las historias de mujeres golpeadas por aquellos que les han jurado amor son una luz de alerta para los indicadores de nuestro ?desarrollo?. Esta salvaje agresi?n, que muchas veces se oculta o minimiza, no nos puede dejar indiferentes.

9. Examinemos con qu? testimonio estamos ense?ando a las nuevas generaciones a resolver conflictos por la v?a del di?logo. La educaci?n para una aut?ntica cultura de la paz es una tarea urgente para la felicidad de las familias, y el crecimiento integral de j?venes y ni?os. ?ste es uno de los desaf?os m?s urgentes que nuestro pa?s tiene por delante, en la perspectiva del pr?ximo Bicentenario.

10. No podemos celebrar el nacimiento del Se?or de la Vida, sin manifestar la profunda tristeza que nos embarga al constatar una persistente actitud atentatoria contra la vida humana. Reiteramos nuestro insistente y respetuoso llamado a las autoridades gubernamentales y parlamentarias para que acojan y protejan la vida desde su concepci?n hasta su muerte natural.

11. En el esp?ritu de Navidad, tiempo de esperanza manifestamos la convicci?n de que ?la presencia de Dios, la amistad con el Hijo de Dios encarnado, la luz de su Palabra, son siempre condiciones fundamentales para la presencia y eficiencia de la justicia y del amor en nuestras sociedades? (Benedicto XVI). Acogiendo la invitaci?n de Aparecida a ser disc?pulos misioneros, nos comprometemos en esta tarea y confiamos a nuestra Madre, la Sant?sima Virgen Mar?a cuyo mes celebramos en este tiempo, que interceda por el bien de esta Patria que tanto amamos.


LA ASAMBLEA PLENARIA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE


Punta de Tralca, 23 de noviembre de 2007
Publicado por verdenaranja @ 0:09  | Hablan los obispos
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