Viernes, 30 de noviembre de 2007
El Presidente de la Comisi?n Episcopal de Fe y Cultura, Mons. Guillermo Rodr?guez-Melgarejo, present? la nueva Enc?clica de Benedicto XVI "Spe salvi"


A CARGO DEL PRESIDENTE DE LA COMISI?N EPISCOPAL DE FE Y CULTURA



?Qu? es una Enc?clica?
Una Enc?clica es una carta circular escrita por el Obispo de Roma, a quien reconocemos como el sucesor del ap?stol Pedro, y dirigida a los Obispos, a los presb?teros y di?conos, a las personas consagradas y a todos los fieles laicos. Es una carta mediante la cual el Papa procura comunicarse con cada bautizado, dado que ha recibido de Jes?s la misi?n de confirmar a sus hermanos (cf. Lc 22,35).
Esta es la segunda carta que Benedicto XVI escribe a los cristianos. La primera, dedicada al amor de caridad (?Deus charitas est?), del 25 de diciembre de 2005, fue hecha p?blica el 25 de enero de 2006. La de hoy lleva como t?tulo ?En esperanza estamos salvados? y lo ha tomado de la Carta a los Romanos (?Spe salvi facti sumus? Rm 8,24). Esta nueva carta tiene como tema central la esperanza cristiana.
En la anterior nos se?ala que ?no se comienza a ser cristiano por una decisi?n ?tica o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientaci?n decisiva?. Ahora, nos recuerda ?que el Evangelio no es solamente una comunicaci?n de cosas que se pueden saber, sino una comunicaci?n que comporta hechos y cambia la vida. La puerta oscura del tiempo, del futuro, ha sido abierta de par en par. Quien tiene esperanza vive de otra manera; se le ha dado una vida nueva?.

?Qu? decir para presentarla?
Afloran tres adjetivos: vigoroso, audaz y vital.
Es una carta de vigoroso pensamiento. Contrasta con el pensamiento d?bil y la informaci?n fugaz. No ha de extra?arnos que, por ello, necesitemos ejercer la paciencia de sucesivas, reiteradas lecturas, hasta alcanzar la sinton?a profunda, fina, de alta fidelidad.
Audaz porque aborda realidades fundamentales de las que no se habla, que habitualmente silenciamos. Sea por las urgencias cotidianas que atolondran, la natural elusi?n al escozor que suscitan o el espont?neo temor ante lo todav?a no conocido.
Vital porque la escribe un hombre que busca. Un no instalado en sus ocho d?cadas ya vividas. Con la sobriedad del que procura no auto exhibirse y la autenticidad de quien se cuestiona e interroga, incluso frontalmente. Nos encontramos con que la persona que nos escribe es un Benedicto, mayor y vital, que formula no menos de 45 preguntas en el transcurso de esta carta.

Sin partes, ni cap?tulos
A diferencia de otras cartas, la SPE SALVI (tal es su nombre, tomado de las dos primeras palabras en lat?n) no est? articulada en partes, ni estructurada por cap?tulos. Constituye un texto corrido, aligerado por no m?s de una docena de subt?tulos.
Podemos, en cambio, reconocer varios n?cleos tem?ticos. Comienza con la escucha de la Palabra de Dios, reconociendo la esperanza en la Biblia. Recorre luego la experiencia de la Iglesia primitiva y aborda los primeros siglos de la mano de san Ambrosio y principalmente de san Agust?n, sin omitir citar a san Benito, M?ximo el Confesor, Bernardo de Claraval y santo Tom?s de Aquino.
Se detiene, con particular atenci?n, en una lectura de la historia de la ?poca moderna en el pensamiento occidental. Es all? donde encontramos citados a Bacon, Kant, Engels, Marx, Lenin y Dostoiewski. Ya en el siglo pasado, presta atenci?n a los grandes pensadores de la escuela de Francfort, Marx Horkheimer y Theodor W. Adorno. Rescata de Henri De Lubac la dimensi?n comunitaria de la salvaci?n, tan vigente en los textos de los Padres de la Iglesia. Sin omitir una autocr?tica del cristianismo moderno, en la medida que se haya centrado solamente en el individuo y su salvaci?n.
Junto a ellos emergen testigos, uno de ?frica y dos del Asia. Desde Sud?n recoge lo que fue la existencia esclava y la experiencia liberadora de Josefina Bakhita. Desde el Vietnam, una carta de Pablo Le-Bao-Thin en la que describe su humana experiencia infernal. Cita tambi?n al ?inolvidable Cardenal Nguyen Van Thuan? y sus trece a?os de c?rcel, ?en una situaci?n de desesperaci?n aparentemente total?.

M?s cerca de nosotros
Reconoce que el descubrimiento de Am?rica y las nuevas conquistas de la t?cnica, han dado origen a un cambio epocal.
M?s cerca de nosotros, esta nueva carta constituye una explicitaci?n y amplificaci?n, a la vez, del tema m?s recurrente en el Documento Conclusivo de Aparecida: vida, vida plena, vida abundante para todos.
Se pregunta y procura explicar qu? es y en qu? consiste esa vida plena, feliz, eterna, que sustenta la esperanza. Descarta que la eternidad sea como un ?continuo sucederse de d?as del calendario?. La vislumbra m?s bien ?como el momento pleno de satisfacci?n, en el cual la totalidad nos abraza y nosotros abrazamos la totalidad. Ser?a el momento de sumergirse en el oc?ano del amor infinito, en el cual el tiempo ?el antes y el despu?s? ya no existe?. La vida plena es un ?sumergirse siempre de nuevo en la inmensidad del ser, a la vez que estamos desbordados simplemente por la alegr?a?.

Horizonte ecum?nico
En coherencia con su primera carta acerca del amor de caridad, esta nueva carta sobre la esperanza cristiana revela la amplitud del horizonte ecum?nico.
En dos oportunidades hace referencia al di?logo inicial en la celebraci?n del Bautismo, com?n a todos los cristianos: ?qu? nombre pusieron a vuestro hijo? y los padres indican el nombre; ?qu? piden a la Iglesia? y los padres y padrinos responden: el Bautismo; ?qu? les da el Bautismo? padres y padrinos responden: la vida eterna.
La caridad, la esperanza y la fe, no surgen del hombre. Son un don de Dios. Un don que recibimos gratuitamente en el Bautismo. Lo recibimos como un germen, es decir como una semilla, que ya contiene en s? toda la potencialidad, toda la substancia que habr? luego de desarrollarse, mediante el trabajo de la libertad responsable y la ayuda de la gracia.
En esta perspectiva es una carta ecum?nica, apta para ser le?da por todos los cristianos. Incluso por aquellos bautizados que ahora se confiesan agn?sticos, es decir. ?no sabe, no contesta?; tambi?n por quienes se consideran esc?pticos, esto es: ?estoy en otra, no me interesa?. Vale la pena arriesgarse a la aventura de adentrar pacientemente en ella.

Existencialmente impactante
Sin desatender las consideraciones teol?gicas, resulta existencialmente impactante toda la parte final de la carta, que lleva como subt?tulo ??Lugares? de aprendizaje y del ejercicio de la esperanza?.
All? afloran y se iluminan realidades bien diversas como: el deseo, la oraci?n, la acci?n, el trabajo, el sufrimiento, la muerte, la libertad, el juicio, la gracia, el ofrecimiento, la purificaci?n, el sufragio, la condenaci?n y la salvaci?n definitiva, entre otras.
La carta culmina, casi po?ticamente, con un p?rrafo de radiante tono b?blico dedicado a ?Mar?a, estrella de la esperanza?, reconociendo de un modo expl?cito que ?el ?reino? de Jes?s era distinto de c?mo lo hab?an podido imaginar los hombres?.

?Santa Mar?a, Madre de Dios, Madre nuestra, ens??anos a creer, esperar y amar contigo. Ind?canos el camino hacia su reino. Estrella del mar, brilla sobre nosotros y gu?anos en nuestro camino?.


+ Guillermo Rodr?guez-Melgarejo
30 de noviembre de 2007

TEXTO COMPLETO DE LA ENCICLICA: CARTA ENC?CLICA SPE SALVI.doc
Publicado por verdenaranja @ 22:31  | Hablan los obispos
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