02 Diciembre (
ACI).- Al presidir hoy la oraci?n del ?ngelus en el primer Domingo de Adviento, el Papa Benedicto XVI anim? a todos a despertar en sus corazones la espera de Jesucristo y asegur? que es el amor, y no la ciencia, el que puede redimir al hombre que necesita dram?ticamente de Dios y que sin ?l el ser humano y el mundo ?quedar?n privados de esperanza?.
Ante miles de feligreses que se congregaron este mediod?a en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre dijo que el Adviento es el ?tiempo propicio para despertar en nuestros corazones la espera de Aquel ?es, que era y que viene? (Ap 1, 8)? explicando que ?el Hijo de Dios ya ha venido a Bel?n hace veinte siglos, viene en todo momento al alma de la comunidad dispuesta a recibirlo, vendr? de nuevo al fin de los tiempos, para ?juzgar a vivos y muertos?.
Al referirse a su segunda enc?clica Spe Salvi publicada el viernes pasado, el Pont?fice explic? que en el Nuevo Testamento se destaca que ?la palabra esperanza est? unida estrechamente a la palabra fe? y que aquella ?es un don que cambia la vida de quien lo recibe, como demuestra la experiencia de tantos santas y santos?. ?sta, prosigui?, ?consiste en sustancia en el conocimiento de Dios, en el descubrimiento de su coraz?n de Padre bueno y misericordioso?.
Ciencia, esperanza, salvaci?n
Al inicio de este nuevo a?o lit?rgico, el Santo Padre quiso subrayar que ?el desarrollo de la ciencia moderna ha confinado siempre m?s a la fe y la esperanza a la esfera privada e individual, as? que hoy aparece de modo evidente, y a veces dram?tico, que el hombre y el mundo necesitan de Dios, ?del verdadero Dios!, o quedar?n privados de esperanza?, dijo.
?La ciencia contribuye mucho al bien de la humanidad, sin duda, pero no en grado de redimirla. El hombre es redimido por el amor, que hace buena y bella la vida personal y social. Por ello, la gran esperanza, aquella plena y definitiva, est? garantizada por Dios, el Dios que es el amor, que en Jes?s nos ha visitado y donado la vida, y a ?l volver? al final de los tiempos?, concluy?.
Finalmente, es espa?ol, se dirigi? a los peregrinos de esa lengua invit?ndoles a que en el Adviento ?ensanchen el coraz?n para vivir con gozo el inefable don de la venida del Hijo de Dios al mundo, y a permanecer vigilantes y firmes en la fe, esperando su manifestaci?n definitiva y gloriosa?.