Mi?rcoles, 19 de diciembre de 2007
Carlos Peig? Agrlo remite diversos testimonios acerca de Manuel Aparici, en los que se aprecia su santidad de vida.


MANUEL APARICI: CAUSA DE CANONIZACI?N

MURI? SANTAMENTE DANDO CURSILLOS



?Finalizado el Cursillo [de Toledo celebrado entre el 14 y 18 de Mayo de 1954, al que asisti? Manuel Aparici] ?escribe Bibiloni? Aparici escribi? una carta al Obispo Herv?s dici?ndole: ?Creo que el Se?or nos ha deparado un instrumento magn?fico. Sinceramente confieso que el cursillo de cristiandad perfecciona notablemente todos los anteriores. Me alegro extraordinariamente de haber vivido este cursillo, no s?lo porque hay cosas que s?lo vivi?ndolas pueden conocerse, sino porque as? podr? defenderlo de las censuras de que lo hacen objeto algunos que no fueron con el deseo de encontrar la verdad?. Palabras ?stas ?ltimas cargadas de significaci?n [...]? [1].

El escrito revela la grandeza de alma de Manuel Aparici.
?[...] Mallorca ?escribe en otro momento? no era el ?nico foco de irradiaci?n apost?lica. Tambi?n Ciudad Real, con el doctor Herv?s destinado a aquella sede; Madrid, con el Consejo Superior de los J?venes de Acci?n Cat?lica Espa?ola [su Consiliario Manuel Aparici] y la presencia de don Sebasti?n Gay?; C?rdoba, con don Juan Cap? all? radicado, contribu?an a la difusi?n del nuevo m?todo por los caminos del Viejo Continente? [2].



* Manuel Aparici ?[...] Era un hombre muy abierto y simp?tico [...]? [3]. ?[...] Era tal su prestigio y su talla humana y cristiana [...] que [...] cuando adopt? el sistema de ?Cursillos de Cristiandad?, nadie se opuso? [4]. ?[...] Pude verle actuar con aquel fuego de alma que arrastraba? [5]. ?[...] Le o? tantas veces recomendarme [...] los Cursillos de Cristiandad [...]? [6].

* ?Sus ?rollos? [...] eran de gran altura, aunque asequibles, y a todos impactaba el de Sacramentos [...]. De aquellos d?as guardo de memoria (el ejemplar se rompi? hace muchos a?os) su dedicatoria del Libro de Preces o Gu?a del Peregrino: ?No hay mayor alegr?a que ver la Gracia crecer en los hermanos, y la ?nica tristeza es no ser santo? [...]? [7].

* ?[...] Cuando explicaba el ?Orden Sacerdotal? y ?La Eucarist?a? terminaba emocionado [...], palp?bamos que le estallaba el coraz?n, porque las palabras le sal?an del alma, porque su convicci?n era profunda ?; yo no puedo recordar aquellas expresiones del amor de Dios sin emocionarme constantemente? [8]. ?[...]. Se qued? gravada profundamente en mi alma la fe y devoci?n tiern?sima de don Manuel a Jes?s Eucarist?a. Se trasluc?a a ojos vista un alma santa? [9].

* ?[...] En las noches de los Cursillos de Cristiandad delante del Sant?simo, y en la capilla del Consejo Superior de los J?venes de Acci?n Cat?lica era frecuente tener que entrar y darle en el hombro dici?ndole: ?don Manuel, deje de rezar que tenemos que empezar la reuni?n?. Yo lo vi muchas veces ensimismado ante el Sagrario [...]. En los Cursillos pasaba pr?cticamente toda la noche en oraci?n [...]? [10].

* ?[...] Fue Director de muchos [...] Cursillos[...], dedic?ndose intensamente, incluso durante su ?ltima enfermedad, mientras se lo permitieron sus fuerzas y en contra de las recomendaciones de los m?dicos.

?Durante este tiempo fui colaborador asiduo del Siervo de Dios en los Cursillos de Cristiandad, como Rector o Profesor de muchos; recorrimos toda Espa?a dando Cursillos [...]? [11].

* ?[...] Cuando sufri? el infarto que lo postr?, yo coment? con algunos amigos que bien pudo influir la presi?n emocional a la que estaba sometido constantemente en los Cursillos de Cristiandad, en los que muy frecuentemente se implicaba, convencido de que era el gran hallazgo apost?lico [...]. Su habitaci?n de enfermo (en su casa) segu?a siendo considerada por todos como el centro de irradiaci?n del esp?ritu de la Juventud de Acci?n Cat?lica. ?l no se lamentaba. Viv?a una etapa distinta en su camino y la asum?a con naturalidad, sin hacerse ilusiones sobre su restablecimiento [...]? [12].

* ?Todo su cuerpo [?] y toda su mente estaba dedicado a proyectar la imagen de Cristo en toda la juventud, para que todos tuviesen un coraz?n lleno de amor y entrega total como lo ten?a ?l. Cuando lo ve?a postrado en la cama, enfermo, lleno de dolores, problemas de salud y pobreza, dec?a: ?Para consumar el c?liz que hab?a pedido beber y que el Se?or le ofreci? [13].

* ?[...] Postrado [varios a?os] pr?cticamente, como estaba, dirigi? diferentes Cursillos de Cristiandad, de dirigentes, de formaci?n y apostolado, tanda de Ejercicios [...]. Estaba horas en oraci?n, daba charlas, ?rollos? o meditaciones sentado, recib?a personalmente a la gente. No le vi ni una vez quejarse, ni perder el humor, la paciencia, exigir algo: comida, trato, dinero; esto le ven?a ancho siempre y a esas alturas se palpaba que le repugnaba literalmente? [14].

* ?[...] Quem? su vida en los ?ltimos a?os dando Cursillos de Cristiandad y promoviendo cuadros de dirigentes y militantes de la Juventud de Acci?n Cat?lica [...]? [15].

* ?Los que viv?amos en el entorno de don Manuel dec?amos y coment?bamos que realmente [...] era un santo, y esta fama era espont?nea; y fueron testigos muchos j?venes del resto de Espa?a a trav?s de los Cursillos de Cristiandad? [16].


Carlos Pein? Agrelo
Colaborador en la redacci?n de la Positito super virtutibus

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[01] HCC p. 189.
[02] HCC p. 212.
[03] Salvador S?nchez Ter?n.
[04] Cf. Rvdo. D. Antonio Garrig?s Meseguer.
[05] Julio Navarro Panadero.
[06] R.P. Llanos, S.J.
[07] J. Ram?n Garc?a Lisbona.
[08] Jos? D?az Rinc?n.
[09] Rvdo. D. Jes?s Rojo Cano.
[10] Salvador S?nchez Ter?n.
[11] Manuel G?mez del R?o.
[12] Rvdo. D. Antonio Garrig?s Messeguer.
[13] Jos? Mar?a Ma?z Bermejo.
[14] Jos? D?az Rinc?n.
[15] Salvador S?nchez Ter?n.
[16] Miguel Garc?a de Madariaga .
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