VATICANO - Modalidades concretas de la misi?n: evangelizaci?n, inculturaci?n, implantatio de la Iglesia (segunda parte) - por el p. Adriano Garuti y Lara De Angelis Ciudad del Vaticano (
Agencia Fides) - ?C?mo hablar de Dios en este mondo peculiar que ha llevado a la p?rdida de los valores fundamentales del hombre cristiano? Ante todo debemos emprender el camino de la fe, s?lo as? podremos manifestar al mundo entero que Dios vive en nuestra experiencia de ser hombres, y es justamente en esta cultura en la que debemos reconocer el valor de nuestro ser hombres que se presenta como un punto de partida fundamental para la fe. Por lo tanto es necesario recordar que sin la interioridad y la maravilla que residen en el coraz?n humano, no puede haber ni escucha ni evangelizaci?n. El papel de la comunidad eclesial se muestra decisivo para comunicar el amor de Dios a todos aquellos que viven lejos de ?l.
Sin embargo debemos evitar todo riesgo de sincretismo, ya que es verdad que la Iglesia debe ?extenderse a todas las regiones y entrar en la historia de los hombres?, pero al mismo tiempo ?trasciende todos los tiempos y las fronteras de los pueblos? (LG 9). Para que esto sea posible es necesario seguir dos principios fundamentales: la inserci?n concreta del mensaje evang?lico en las culturas, mediante el di?logo, y al mismo tiempo la transformaci?n y purificaci?n de los elementos en las culturas que no son conformes a este mensaje (cf. Catechesi tradendae, 53).
La nueva evangelizaci?n, modelada sobre el principio de la inculturaci?n, supone que la acci?n misionaria deba tambi?n apuntar a la inserci?n de las personas evangelizadas en el tejido vital y comunitario de las Iglesias locales, buscando que lleguen a ser autosuficientes y relativamente aut?nomas respecto a las Iglesias matrices, y favoreciendo la introducci?n de todas las estructuras eclesiales, y en modo especial el reclutamiento, la formaci?n y el crecimiento del clero local (cf. Redemptoris missio, 48).
No faltan, sin embargo, problemas, o, mejor dicho, interrogativos, que imponen una profundizaci?n ulterior. Entre ellos merece una particular atenci?n el problema de la constituci?n de ?Iglesias aut?ctonas?, que es cada vez m?s alentada y, en parte, se encuentra ya en v?as de realizaci?n.
Dicha exigencia, ya presente en el Vaticano II (cf. AG 6), fue subrayada particularmente por Juan Pablo II: en sus m?ltiples encuentros directos con las poblaciones ind?genas, ?l no s?lo invita a los evangelizadores a tener presente a la cultura ind?gena y a acoger los elementos positivos presentes en ella, sino que alienta abiertamente la constituci?n de una jerarqu?a ind?gena, que incluya tambi?n sacerdotes y Obispos.
No faltan, ciertamente, las dificultades y los interrogativos sobre las experiencias actuales, sin embargo es evidente como la constituci?n de Iglesias aut?ctonas es no s?lo leg?tima, sino adem?s necesaria. Se trata de una exigencia, enraizada en la historia de la Iglesia desde sus or?genes y promovida por el Magisterio, para vivir la propia existencia cristiana en modo inculturado, como ?comunidades vivas de fe, de liturgia y de caridad? (AG 19). Esto no significa aislamiento, sino comuni?n con la Iglesia universal, que contempla la unidad en la multiplicidad. (8 - contin?a) (Agencia Fides 18/12/2007; l?neas 40, palabras 506)