Comentario a las lecturas del domingo cuarto de Adviento, publicado en Diario de Avisos, el domingo 23 de Diciembre de 2007, bajo el ep?grafe "el domingo, fiesta de los cristianos". Ver, o?r, callar
DANIEL PADILLA
Han le?do una p?gina m?s enternecedora que el fragmento evang?lico de hoy? ?Podr?an presentarme una silueta m?s dulce, m?s gratificante, que la de ese Jos? "desposado con Mar?a", sumergido de pronto en el misterio como un peregrino en la niebla, peor, que sabe abandonarse a los inesperados planes de la Providencia? De ?l, tan parco en palabras, tan decidido en hechos, s?lo se me ocurre decir que puso en pr?ctica, como un hombre sapient?simo, aquel juicioso refr?n popular: "Ver, o?r y callar". S?, eso hizo Jos?.
Ver, en primer lugar. Jos? vio. Vio que Mar?a, su esposa, "antes de que vivieran juntos, esperaba un hijo". As?, como lo oyen. ?Se imaginan la angustia y la sorpresa? ?Que grande, este Jos?! ?Nada de juicios precipitados! ?Nada de escenas tremendas con "petici?n de cuentas"! Prefiri? perder ?l, retir?ndose discretamente, exponi?ndose a cargar seguramente con el peso de la sospecha. Escuchen el conmovedor relato de Mateo: "Jos?, como era bueno, y no quer?a denunciarla, decidi? abandonarla en secreto".
O?r. Es el segundo paso. Porque la fe, amigos, aunque a veces nos pide "saltos en el vac?o", nunca es absurda. Suele ir acompa?ada de motivos de credibilidad. Y as?, entonces, se le
apareci? en sue?os un ?ngel del Se?or, que le dijo: "Jos?, no tengas reparos en llevarte a Marta, porque lo que hay en ella es obra del Esp?ritu Santo". Jos?, pues, oy?. Escuch?. Se
dej? iluminar y empapar por la palabra de "lo Alto". Jos? medit?. Y Jos? crey?. No muchos a?os despu?s, Pablo dir? clara y concisamente: "La fe viene del o?do, y el o?do de la Palabra de Dios". Por eso, amigos, necesitamos o?r, escuchar, dejarnos impregnar por "la palabra", meditarla, para que nuestra fe se haga firme y podamos fiarnos de quien nos pide lo que no entendemos.
Y callar. ?Han visto a alguien m?s callado que Jos?? De Mar?a nos han quedado en el Evangelio unas breves frases luminosas y el caudal inagotable de su "Magnificat". Pero de Jos?, ni un m?nimo y expresivo "fiat". S?lo su constante actitud silenciosa de entrega y abandono a los misteriosos planes de "lo Alto". Yo siempre me lo imagino igual: acatando consciente y respetuosamente las misteriosas visitas de unos ?ngeles imprevistos que le dec?an de pronto: "Vete a Egipto"; y se iba. "Vuelve a Nazaret"; y volv?a. "Toma a Mar?a en tu casa"; y la tomaba.
?Callado Jos?! En este siglo de la palabrer?a vana y del bla, bla, bla irrefrenable, en esta ?poca del "A-uan-ba-buluba-balambamb?" y de las m?sicas estridentes, en esta era desconocedora del "silencio", me quedo fervorosamente mirando a este Jos? del "ver, o?r y callar". Yo creo que ese "ver, o?r y callar" de Jos? fue su "veni, vidi, vici" (vino, vio y venci?), es decir, el gran secreto de su triunfo y su santidad, su "vivir" el Adviento.
Y se me antoja que, en vez de tanta protesta sistem?tica pegue o no pegue, en vez de tanta insubordinaci?n e inconformismo convertidos en moda y en constante vital, nos est? haciendo mucha falta este "ver, o?r y callar" de Jos?. No como postura de inhibici?n ante los problemas y responsabilidades de la vida. Sino como actitud eminentemente religiosa ante los planes de un Dios que dirige el cosmos y el devenir humano. Un Dios, que nos di-ce claramente por boca de Isa?as: "Vuestros planes no son mis planes, ni vuestros caminos son mis caminos". "Lo ha dicho el Se?or y El est? en el cielo y lo que quiere lo hace".