09 Enero (
ACI).- Al retomar el tema de la relaci?n entre Jesucristo y la Iglesia desde una perspectiva hist?rica, el Papa Benedicto XVI centr? este mi?rcoles su atenci?n en la gran figura de San Agust?n de Hipona, y concluy? el encuentro anunciando que dedicar? las pr?ximas audiencias generales a reflexionar en torno a la teolog?a del gran Padre de la Iglesia.
"Luego de las fiestas de Navidad, quisiera regresar a las meditaciones sobre los Padres de la Iglesia y hablar hoy sobre el m?s grande de los Padres de la Iglesia latina, San Agust?n", dijo el Pont?fice.
"Hombre de pasi?n y de fe ?dijo el Santo Padre?, de inteligencia alt?sima y de premura pastoral incansable, este gran santo y doctor de la Iglesia es frecuente conocido, al menos de nombre, incluso por quien ignora el cristianismo o no tiene familiaridad con ?l, porque ha dejado una huella muy profunda en la vida cultural de Occidente y de todo el mundo".
"Por su singular relevancia ?prosigui?, San Agust?n ha tenido una amplia influencia, y se podr?a afirmar, por un lado, que todos los caminos de la lectura latina cristiana llevan a Hipona (hoy Annaba, en la costa de Argelia), el lugar de donde fue Obispo, y por otro, que desde esta ciudad del ?frica romana, de la que Agust?n fue Obispo del 395 hasta su muerte en 430, se derraman muchos otros caminos del cristianismo sucesivo y de la misma cultura occidental".
El Papa abord? luego los rasgos biogr?ficos de San Agust?n, recordando que el autor de las "Confesiones", "extraordinaria autobiograf?a espiritual... con una gran atenci?n al misterio del Yo, al misterio de Dios que se esconde en el Yo", naci? en Tagaste en el a?o 354, hijo de Patricio y Santa M?nica. Su madre lo educ? en la fe cristiana, que m?s tarde el santo abandon?, no obstante le interesase siempre la figura de Cristo.
Agust?n estudi? ret?rica y gram?tica, de la que fue maestro en Cartago. En esta ciudad ley? el "Hortensius" de Cicer?n, porque a pesar de haber dejado la pr?ctica eclesial, buscaba siempre la verdad.
El libro, continu? el Santo Padre, "despert? en ?l el amor por la sabidur?a", pero "como estaba convencido de que sin Jes?s no se puede encontrar la verdad", y en el "Hortensius" no se hablaba de Cristo, comenz? a leer la Escritura.
Sin embargo, subray? Benedicto XVI, el encuentro con la Biblia lo desilusion?, no solo porqu? el estilo latino de las traducciones era tosco, sino porque "el contenido no le parec?a satisfactorio. En las narraciones de las Escrituras sobre las guerras y otras peripecias humanas no encontraba ni la altura filos?fica, ni el esplendor de la b?squeda de la verdad que la caracteriza".
Pero Agust?n no quer?a vivir sin Dios y buscaba "una religi?n que respondiera a su deseo de verdad (...) y de acercarse a Jes?s". Por eso, se sinti? atra?do por el manique?smo, cuyos seguidores se presentaban como cristianos y aseguraban que su "religi?n era completamente racional". Adem?s, la moral del dualismo maniqueo atra?a al futuro Obispo de Hipona, que se convenci? de haber encontrado la s?ntesis entre "racionalidad, b?squeda de la verdad y amor a Jesucristo". Pero el manique?smo se demostr? incapaz de resolver las dudas del santo.
El Sumo Pont?fice relat? luego que cuando Agust?n se traslad? a Mil?n tom? la costumbre de escuchar las predicaciones del Obispo Ambrosio para mejorar su ret?rica. El Obispo de Mil?n ense?aba la "interpretaci?n tipol?gica del Antiguo Testamento (...) que es un camino hacia Jesucristo". Fue as? como Agust?n "encontr? la clave para entender la belleza e incluso la profundidad filos?fica del Antiguo Testamento y entendi? toda la unidad del misterio de Cristo en la historia y la s?ntesis entre filosof?a, racionalidad y fe en el Logos, en Cristo Verbo eterno que se hizo carne".
As?, Agust?n se convirti? al cristianismo "al final de un largo y atormentado itinerario interior" el 15 de agosto del 386, bautiz?ndose el 24 de abril del 387. Fue ordenado presb?tero en el 391 y obispo cuatro a?os m?s tarde.
"Fue ?dijo el Papa? un obispo ejemplar en su incansable empe?o pastoral... atend?a a los pobres, se preocupaba por la formaci?n del clero, organizaba monasterios" y en poco tiempo pas? a ser "uno de los principales representantes del cristianismo de aquellos tiempos".
Benedicto XVI record? finalmente que Agust?n "se conf?o a Dios todos los d?as, hasta el final de su vida", y poco antes de morir "pidi? que escribieran con grandes letras los salmos penitenciales e hizo que los clavaran en la pared de la habitaci?n para que durante su enfermedad pudiera leerlos". El Obispo muri? el 28 de agosto del 430.
"A sus obras, a su mensaje y a su camino interior dedicaremos los pr?ximos encuentros" concluy? el Pont?fice.