VATICANO - LAS PALABRAS DE LA DOCTRINA por don Nicola Bux y don Salvatore Vitiello - El rey est? desnudo (La falsa ?tolerancia laica? manifest? su rostro) Ciudad del Vaticano (
Agencia Fides) - Ahora, parece verdaderamente que el rey est? desnudo. (Y ?rey? est? voluntariamente en min?sculas). La falsa ?tolerancia laica? ha manifestado su rostro: los paladines de los derechos humanos deber?n explicar que cosa es la libertad de conciencia y de religi?n, incluso respecto a la carta de los 138 musulmanes, significativamente titulada ?Una palabra com?n entre nosotros y ustedes?.
Por nuestra parte, entendemos el di?logo como tiempo empleado en escuchar al otro, para entender bien qui?n es, a d?nde va, en qu? cree. La ignorancia, en cambio, genera el prejuicio y, en cadena, la violencia. Si no se conoce mutuamente, el miedo nace inevitablemente y el otro es visto como un peligro, ciertamente no como un hermano.
El di?logo parece mostrarse como un arma salida de las manos de quien, ?cat?lico del disenso?, como un tiempo se defin?an a s? mismos, o ?adulto?, como se llaman hoy, - que significa en todo caso ?me siento inc?modo en la Iglesia pero deb?is escucharme a m? y no al magisterio? - ha perdido sustancialmente el sentido de la propia identidad.
Quiz?s Benedicto XVI da miedo porque propone un verdadero di?logo universal - como ha mostrado en Regensburg - dirigi?ndose verdaderamente a todos: a los agn?sticos y a los esc?pticos, a los jud?os y a los musulmanes, a los cristianos secularizados.
Propone un ?iluminismo aut?ntico? mediante ?un ensanchamiento de nuestro concepto de raz?n y de su uso?, con el objetivo de realizar ?un verdadero di?logo de las culturas y de las religiones?.
En filosof?a y en teolog?a, pero en la misma cultura en general, necesitan ser comprendidos de nuevo tanto el concepto de raz?n cuanto el concepto de di?logo, visto que el Papa a?ade repetidamente el atributo ?verdadero?. Hasta ahora se ha considerado que tienen dignidad de ?di?logo? solamente los meetings donde las diferencias eran minimizadas en nombre de aquello que une. Alguien ha dicho eficazmente que entre los cat?licos se ha terminado por considerar verdadera solamente la verdad del otro.
En realidad, tanto en ciertos ambientes teol?gicos como en la sociedad italiana, no hay una convergencia plena sobre la idea de raz?n y de di?logo. Es necesario, por lo tanto, un largo trabajo para tratar de convenir sobre las cuestiones ?fundamentales?, si se pretende favorecer la relaci?n correcta entre religi?n y espacio p?blico.
Por lo tanto, buscaremos interlocutores entre los laicos no creyentes y aquellos religiosos, que no renuncien a la cr?tica de la propia fe o sistema de pensamiento, sino que amen ?pensar y hacer pensar?: esto hace ?caminar el pensamiento? y lo cambia.
Por lo tanto no tendremos miedo de la confrontaci?n al interno de la Iglesia y al externo, tambi?n con cuantos son, pertinazmente e irresponsablemente, fautores de confusi?n.
Lo haremos bajo la gu?a del amado Santo Padre Benedicto XVI, que en M?naco el 10 de septiembre de 2006, en la homil?a de la Celebraci?n Eucar?stica, siguiendo el ?no teng?is miedo de Cristo? de Juan Pablo II, reafirm?: ?Nuestra fe no la imponemos a nadie [?]. La fe s?lo puede desarrollarse en la libertad. Pero a la libertad de los hombres pedimos que se abra a Dios, que lo busque, que lo escuche?. Quien tenga o?dos para entender, que entienda. (Agencia Fides 17/1/2008; l?neas 40, palabras 567)