Mi?rcoles, 06 de febrero de 2008
06 Febrero (ACI).- El Papa Benedicto XVI, al meditar en la Audiencia General sobre el significado del tiempo de la Cuaresma que hoy se inicia con el Mi?rcoles de Ceniza, destac? que el llamado a la conversi?n pide a los cristianos acoger a Dios como Padre y como el ?nico ser que puede colmar de alegr?a infinita el coraz?n humano.

Miles de fieles y peregrinos de todas partes del mundo se dieron cita esta ma?ana en el Aula Pablo VI, en la Ciudad del Vaticano, para participar en la Audiencia General. Ante ellos el Santo Padre se refiri? a la Cuaresma como ?un tiempo lit?rgico ?fuerte? que, mientras nos prepara para las celebraciones de la Pascua ?coraz?n y centro del a?o lit?rgico y de toda nuestra existencia? nos invita a imprimir un decidido impulso a nuestra existencia cristiana?.

El Pont?fice hizo notar que ?los compromisos, los afanes y las preocupaciones nos hacen caer en la rutina, nos exponen al riesgo de olvidar cu?n extraordinaria es la aventura en la que Jes?s nos ha comprometido? y por esto ?necesitamos, cada d?a, iniciar nuevamente nuestro exigente itinerario de vida evang?lica, entrando en nosotros mismos mediante pausas que restauren el esp?ritu?.

?Con el antiguo rito de la imposici?n de las cenizas, la Iglesia nos introduce en la Cuaresma como en un gran retiro espiritual que dura cuarenta d?as?, dijo Benedicto XVI.

?Entramos en el clima cuaresmal, que nos ayuda a redescubrir el don de la fe recibida con el Bautismo y nos impulsa a dirigirnos al sacramento de la Reconciliaci?n, poniendo nuestros esfuerzos de conversi?n bajo el signo de la misericordia divina?.

El Santo Padre cit? tambi?n las palabras que el celebrante dice al imponer las cenizas: ?Recordad que sois de polvo y al polvo regresareis? y ?Convert?os y creed en el Evangelio?. ?Ambas f?rmulas ?prosigui? el Pont?fice? constituyen un llamado a la verdad de la existencia humana: somos criaturas limitadas, pecadores necesitados siempre de penitencia y de conversi?n?.

Asimismo, afirm? que ?cuando el hombre proclama su total autonom?a de Dios, se convierte en esclavo de s? mismo y con frecuencia se encuentra en una soledad sin consuelo alguno?.

?La invitaci?n a la conversi?n es un impulso a regresar a los brazos de Dios, Padre tierno y misericordioso, a confiar de ?l, a confiarse en ?l como hijos adoptivos regenerados por su amor?, agreg?.

M?s adelante el Papa formul? una pregunta a los presentes: ?La conquista del ?xito, la avaricia por el prestigio y la b?squeda de las comodidades, cuando absorben totalmente la vida hasta excluir a Dios del propio horizonte, ?conducen verdaderamente a la felicidad?? A tal pregunta respondi? diciendo: ?La experiencia demuestra que uno no es feliz porque satisface las expectativas y exigencias materiales. En realidad, el ?nico gozo que colma el coraz?n humano es aquel que viene de Dios: tenemos en efecto necesidad de un gozo infinito?.

?La invitaci?n de Jes?s a tomar la propia cruz y a seguirlo puede parecer duro y contrario a cuanto queremos... el testimonio de los santos demuestra que en la Cruz de Cristo, en el amor que nos dona, se encuentra aquella profunda serenidad que es fuente de generosa dedicaci?n a los hermanos, especialmente a los pobres y a los necesitados?.

Hacia el final de su catequesis el Papa record? algunos medios que la Iglesia propone para el ?itinerario de renovaci?n interior? durante la cuaresma: ?la oraci?n, el ayuno y la limosna?, aprendiendo "as? a hacer de nuestra vida un don total?.

Terminada la catequesis el Papa ley? un resumen de esta en diversos idiomas y salud? a los peregrinos presentes. Seguidamente enton? el Pater Noster e imparti?, junto con los obispos presentes, la Bendici?n Apost?lica.
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