Notas para la Homil?a publicadas en Subsidio Lit?rgico de la Comisi?n de Pastoral de la Conferencia Episcopal Espa?ala para la celebraci?n de la Jornada Mundial del Enfermo en febrero de 2008.
1. Desde la Palabra
Lev 19, 1-2.11-18. Ser?is santos cumpliendo los preceptos del Se?or.
Mois?s presenta al Pueblo de Israel un c?digo de santidad, y entre los aspectos de la vida que va enumerando, insiste en la caridad y la justicia con los dem?s. Hay una consigna clara y positiva: ?amar?s a tu pr?jimo como a ti mismo?, y una motivaci?n: ?yo soy el Se?or?. Dios quiere que seamos
santos como ?l es santo y que sean las obras de nuestra vida la mejor forma de culto.
Sal 18. Tus palabras, Se?or, son esp?ritu y vida. El salmo nos ayuda a profundizar en el camino que nos conduce hacia Dios: ?tus palabras. Se?or, son esp?ritu y vida... los mandatos del Se?or son rectos y alegran el coraz?n?.
Mt 25, 31-46. Venid vosotros, benditos de mi Padre, porque... Apartaos de m?, malditos, porque... El evangelista habla de la venida de Jes?s al final de los
tiempos como un acto de discernimiento. En ese acto la medida, lo decisivo es la actitud de amor o indiferencia hacia los hermanos m?s peque?os. La raz?n ?ltima est? en la ?ntima solidaridad que existe entre estos y Jes?s: ??cu?ndo te
vimos enfermo y fuimos a verte? ?cu?ndo te vimos con hambre y no te asistimos??.
2. Con Mar?a, estrella de esperanza
Nuestra vida hoy camina hacia la Pascua, comienza un viaje. Benedicto XVI habla del viaje de la vida en su ?ltima enc?clica: ?Con un himno del siglo VIII/IX, por tanto de hace m?s de mil a?os, la Iglesia saluda a Mar?a, la Madre
de Dios, como ?estrella del mar?: Ave maris stella. La vida humana es un camino. ?Hacia qu? meta? ?C?mo encontramos el rumbo? La vida es como un viaje por el mar de la historia, a menudo oscuro y borrascoso, un viaje en el que escudri?amos los astros que nos indican la ruta. Las verdaderas estrellas
de nuestra vida son las personas que han sabido vivir rectamente. Ellas son luces de esperanza. Jesucristo es ciertamente la luz por antonomasia, el sol que brilla sobre todas las tinieblas de la historia. Pero para llegar hasta ?l
necesitamos tambi?n luces cercanas, personas que dan luz reflejando la luz de Cristo, ofreciendo as? orientaci?n para nuestra traves?a. Y ?qui?n mejor que Mar?a podr?a ser para nosotros estrella de esperanza, Ella que con su ?s?? abri? la puerta de nuestro mundo a Dios mismo; Ella que se convirti? en
el Arca viviente de la Alianza, en la que Dios se hizo carne, se hizo uno de nosotros, plant? su tienda entre nosotros (cf. Jn 1, 14)?? (Spe salvi, 49).
3. Celebramos la Jornada Mundial del Enfermo
En estos primeros compases del camino cuaresmal, se nos pone delante el compromiso del amor fraterno como la mejor preparaci?n para participar de la Pascua de Cristo. La primera lectura nos pon?a como medida ?amar a los dem?s como nos amamos a nosotros mismos? y el evangelio va un poco m?s
all?: ?cada vez que lo hicisteis con ellos, conmigo lo hicisteis; cada vez que no lo hicisteis con uno de ellos, tampoco lo hicisteis conmigo?.
La primera lectura nos urg?a a no hacer mal al pr?jimo, pero en el evangelio no se habla de no da?ar, sino de hacer el bien. Son los pecados de omisi?n los que cuentan. El examen ser? sobre si hemos visitado y atendido al enfermo. Se trata de un nivel de exigencia bastante mayor: ayudar al que
pasa hambre. Alguien ha dicho que tener un enfermo en casa es como tener el sagrario, pero entonces debe de haber muchos ?sagrarios abandonados?.
Empezamos la Campa?a del Enfermo y terminaremos en la celebraci?n de la Pascua del Enfermo. Este a?o nos invita a tener en cuenta a todos aquellos que sufren por la p?rdida de un ser querido, desde que la enfermedad puede ir anunciando la muerte, en el mismo momento de morir y el acompa?amiento
posterior. Son quienes est?n viviendo ?su duelo?. El lema de la campa?a puede resultar sugerente: ?En el duelo, abiertos a la esperaza?. Es la esperanza cristiana que surge de la Pascua. El prefacio I de Cuaresma dice: ?anhelar a?o tras a?o
la solemnidad de la Pascua, dedicados con mayor entrega a la alabanza divina y al amor fraterno?.
Somos peregrinos de la vida y empezamos el camino cuaresmal. ?Al atardecer de la vida, como lo expres? san Juan de la Cruz, seremos juzgados sobre el amor?; si hemos dado de comer, si hemos visitado al que estaba solo? La pastoral
de la salud es la Iglesia que acompa?a en la fragilidad. Al final resultar? que eso era lo ?nico importante. En las experiencias de duelo se agradece el recuerdo hecho aroma de una FLOR, el cari?o hecho roc?o de una L?GRIMA y el apoyo
hecho esperanza en la ORACI?N.