Breve historia de SAN AGUSTÍN ZHAO RONG, publicada en Boletín Bimestral de MISIONEROS de la Tercera Edad perteneciente a MARZO-ABRIL 2008.
SAN AGUSTÍN ZHAO RONG
Canonizado el 1 de octubre del año 2000, Zhao es uno de los 120 mártires chinos que derramó su sangre en medio de una de las tantas oleadas de persecución de la Iglesia en el imperio del Centro.
El Cristianismo llegó a China, a través de Siria, en el año 600. A lo largo de la historia, el Cristianismo en China pasó por momentos de libertad y momentos de persecución. Gracias a las óptimas relaciones existentes entre algunos misioneros y el mismo emperador K'ang Hsi; gracias a sus servicios prestados por restablecer la paz entre el «zar» de Rusia y el «hijo del cielo», o sea el emperador, éste promulgó en 1692 el primer decreto de libertad religiosa, en virtud del cual todos sus súbditos podían seguir la religión cristiana y todos los misioneros podían predicarla en sus vastos dominios. Como consecuencia, la acción misionera y la difusión del mensaje evangélico se desarrollaron notablemente y fueron muchos los chinos que, atraídos por la luz de Cristo, pidieron recibir el bautismo.
Pero desgraciadamente la cuestión espinosa de los «ritos chinos» irritó sobremanera al emperador Kang Hsi y preparó la persecución (fuertemente influenciada por la del vecino Japón), que en unos sitios más en otros menos, abierta o solapada, violenta o velada, se extendió práctica-mente con sucesivas oleadas desde la primera década del siglo XVII hasta la mitad del siglo XIX, matando a misioneros y a fieles laicos y destruyendo no pocas iglesias.
Los 120 mártires santos vivieron entre los años 1648 y 1930. La mayoría de ellos (87), nació en China. Había niños, catequistas, padres, trabajadores... de entre nueve y 72 años de edad. Entre ellos había cuatro sacerdotes chinos.
Uno de ellos es San Agustín Zhao Rong, sacerdote diocesano chino que, siendo antes uno de los soldados que escoltaron a Mons. Dufresse desde Chengdu hasta Beijin, había quedado impresionado por la paciencia de éste y había pedido ser contado entre los neófitos: una vez bautizado, se le mandó al Seminario y después se ordenó sacerdote. Posteriormente, y ejerciendo su ministerio sacerdotal, fue arrestado, sufrió crueles suplicios y después murió en 1815. Zhao fue primero guardián de una prisión estatal y allí conoció a los misioneros franceses. Su ejemplo le fascinó y así comenzó su camino de conversión hasta llegar a ser sacerdote y morir en una cárcel.
P. Daniel Cerezo Ruiz