Entrevista a Manuel Iñiguez publicada en la revista Iglesia Nivariense ENERO 2008, Número 80.
Entrevista a Manuel Iñiguez
Carlos Pérez
«Lo que crea el Espíritu Humano no tiene Precio»
Recientemente, Manuel Iñiguez, Secretario de la Comisión de Patrimonio Histórico de la Conferencia Episcopal Española estuvo en Tenerife para disertar sobre "El arte y la acción catequética", ponencia que desarrolló durante la XXII Semana de Teología organizada por el ISTIC. Iñiguez quiso compartir parte de sus pensamientos y reflexiones con los lectores de Iglesia Nivariense.
P.- ¿Qué relación existe entre patrimonio y acción catequética?
R.- La relación es que el patrimonio cultural de la Iglesia nace de la vida de la propia Iglesia. Y nace como un instrumento para realizar su misión, que no es otra que la de evangelizar. Dentro de la evangelización, una de las acciones importantes es la tarea catequética. Por este motivo, los católicos no sólo conservamos el patrimonio por ser una herencia extraordinaria que hemos recibido del pasado, sino porque es un instrumento muy válido y muy necesario para seguir evangelizando y catequizando al hombre actual. Por lo tanto, debemos intentar que el patrimonio se convierta en un instrumento para la catequesis.
P.- La belleza y el simbolismo del arte puede servir de catequesis, pero sigue habiendo un sector de la población que critica el hecho de que la Iglesia albergue tanta riqueza artística. ¿Cuál es la res-puesta que se debe dar a esta crítica?
R.- Primero, que la Iglesia no ha cultivado el arte por el arte. Segundo, que esa postura de "piedra de escándalo", de los que dicen que la Iglesia posee maravillas y tesoros que deberían ser vendidos para remediar, de alguna manera, el hambre en el mundo, es una postura totalmente basada en el des-conocimiento. Responde a una mentalidad mercantilista que a todo le pone precio, sin embargo, lo que es capaz de crear artísticamente el espíritu humano, no tiene un valor concreto ya que es incalculable. Por otra parte, poca hambre vamos a remediar vendiendo el patrimonio y privándolo de la contemplación o del interés de muchas personas. Creo que, en definitiva, esa es una postura un tanto farisaica.
P.- Desde su punto de vista, ¿cree que el arte religioso está estancado en la actualidad?
R.- Este es un problema complejo. A lo largo de la historia ha habido diversos estilos con los cuales la Iglesia se ha valido para transmitir la fe. Así, por limitarnos a estilos
más conocidos, el Románico, el Gótico, el Renacimiento para terminar en el Barroco. Pero también la Iglesia se sirve de las vanguardias actuales. Lo que ocurre es que el espíritu humano va reaccionando de un estilo a otro. Así en unas épocas ha habido un neogótico o un neobarroco. En cualquier caso, qué duda cabe que también hoy hay una sensibilidad y un interés muy gran-des por innovar. Todo ello iniciado con el Padre Aguilar que contribuyó muchísimo al florecimiento de las nuevas expresiones artísticas. De todas formas, tampoco se le puede pedir a un artista que tenga unos planteamientos subjetivistas y ajenos a la fe, porque no todo arte sirve para expresar la fe.
P.- Usted ha señalado que uno de los peligros a evitar es la banalización e interpretación laicista que se hace del patrimonio. ¿No es así?
R.- Sí, porque estamos en un momento actual en el que muchos quieren vaciar de contenido al arte religioso. Estas personas son de la opinión de que el arte es sólo arte y punto. Sin embargo, el arte religioso y. dentro del arte religioso, el arte sacro, tiene un contenido muy concreto. El artista, con sus dotes y su inspiración, hunde las raíces de su obra en la vivencia de la fe. Por lo tanto, banalizar una obra de arte es precisamente quedarnos en la anécdota y no ir al contenido fundamental de la obra. Esto, no me cabe la menor duda, de que se trata de algo intencionado. El cristiano tiene que ir más allá de la simple belleza estética.