Comentario a las lecturas del domingo undécimo del tiempo ordinario - A, publicado en el Diario de Avisos el domingo 15 de Junio bajo el epígrafe "el domingo, fiesta de los cristianos".
Cuando Dios se hace medigo
DANIEL PADILLA
¿Demasiado fuerte? Y, sin embargo, es verdad: "Dios tiene necesidad de los hombres". Lean despacio el evangelio de hoy: "La mies es mucha, los trabajadores, pocos; rogad al dueño de la mies...".
Lo decía Jesús ante muchas "gentes extenuadas y abandonadas como ovejas sin pastor". En esto, amigos, no ha cambiado la situación. Al contrario, parece que ha aumentado. El cacao mental en que viven muchos -y no hablo de los no creyentes, sino de los mismos creyentes- el confusionismo y subjetivismo práctico a la hora de seguir la vida moral, tanto personal como familiar, como social, la fuerza arrolladora que tiene esta sociedad que está orientada hacia el placer, hacen que, muchas veces las gentes estén "extenuadas y abandonadas como ovejas sin pastor". Hace falta, por tanto, "trabajadores en la mies". ¿Qué tipo de trabajadores?
Por esta Iglesia de nuestros amores me animo a decirles que nuestra Iglesia se parece bastante a una gran sociedad deportiva. Tiene los mismos grupos o estamentos. Verán.
Por una parte, están "los directivos". Los que han asumido la responsabilidad de poner en marcha la sociedad. Cuidan la cantera, en busca de valores, etc. No creo que sea fácil ser directivo.
Jesús a su Iglesia la constituyó en Jerarquía. Y hacemos muy bien en pedir por el Papa, los obispos y los sacerdotes, porque, igual que Pedro y los apóstoles, pueden temblar o esconderse en el cenáculo. Pero, a ellos les dijo Jesús: "El que a vosotros oye, a mí me oye".
Están también "los socios, los forofos, hasta los del "graderío Sur". Hacen de todo. Brincan y bailan, como los peces en el río. Insultan y blasfeman. Pasan del cero al infinito. Del triunfalismo al catrastrofismo. Dan normas "desde la grada", ven los toros "desde la barrera". Nunca se plantean esta pregunta: "¿Y yo? ¿Qué hago yo?". ¿No conocen en la Iglesia gentes que actúan así: en la eterna protesta, en el "todo está mal" o quizá en el "aquí lo que hace falta es mano dura?" ¡No es lo mismo, amigos, ser "catolicistas" que católicos!
Están también los "estetas". Los que ni sufren ni padecen. Los que dicen que van por el "fútbol espectáculo" sin importarles quién gane. Impasible el ademán.
También en la Iglesia hay muchos que "no toman partido". Son "invitados de piedra". Están de "cuerpo presente". Gozan sibaritamente y sufren, sí, sufren sibilinamente. ¡Explíqueles usted qué es "participar"!
Finalmente están "los jugadores, el equipo". Saltan al campo y luchan, fallan penaltis y meten goles, les chillan y les aplauden, reciben patadas y ganan primas. Son los que "ganan o pierden" partidos.
Pues, miren. Dijo Jesús: "Los obreros son pocos. Hacen falta operarios en la mies". Y ahí van, en grupos de catequesis o en compromisos temporales, en cáritas o animando la liturgia, ahí van. A veces les aplaudimos, a veces les criticamos. Pero hay que preguntarse siempre: "¿Por qué no hay más?" Ya que, en este tipo de fútbol, no hay limitaciones de número. ¡Caben muchos más que "once"!
¡Ay, amigos! "Dios tiene necesidad de los hombres". Sólo digo, aunque sea "fuerte" afirmarlo, que Dios se hace mendigo del hombre, porque nada quiere hacer sin él. Y es que ¡hay tantas parcelas en la viña del Señor...!