Entrevista al arzobispo de Toledo Don Antonio Cañizares realida por Carlos Pérez, publicada en la revista "Iglesia Nivariense" - MAYO 2008 núm 84.
"LA IGLESIA ES UN SI PERMANENTE
A LA PERSONA"
Carlos Pérez
El arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares estuvo recientemente en Tenerife con motivo del Congreso Fe y Cultura. Aprovechando su presencia en nuestra Diócesis, quisimos conocer su parecer sobre diferentes cuestiones de actualidad.
P.- Usted ha afirmado que la Iglesia necesita una reconstrucción, ¿en qué sentido?
R.- Actualmente vivimos una revolución cultural en todos los ámbitos que supone un cambio en la visión del hombre y que no favorece a su grandeza. Ahora se quiere encontrar esa grandeza al margen de Dios, como si el hombre fuera independiente y autónomo y no tuviera otro lazo que no fuera él. Esto esta produciendo una quiebra profunda de humanidad. Si se prescinde de lo objetivo, no existe ni un bien ni un mal que nos preceda. La dignidad de la grandeza del hombre es la que le otorga la sociedad. Los derechos fundamenta-les son los que la mayoría parlamentaria conceden al hombre puesto que la persona siempre está a merced de lo que señalan los poderosos. La consecuencia de este hecho es una quiebra de humanidad muy grande, que se manifiesta en una quiebra moral. Lo comprobamos en aspectos como la multiplicación del aborto, cada año, legalmente establecido y legalmente realizado. Además invirtiendo una cantidad desmesurada de dinero. En España, se practicaron más de 100.000 abortos el pasado año. Además, se manipula al ser humano con la experimentación de embriones, se recurre a la eutanasia, y a múltiples situaciones donde el hombre no cuenta. En definitiva, se trata de una revolución muy grande la que nos está aconteciendo y ahí los cristianos tenemos que estar presentes.
P.- ¿Se está pretendiendo reducir al ámbito de lo privado la Fe?
R.- Sí, y además cuando la Iglesia hace afirmaciones sobre la vida y el amor se le tilda de que estamos en contra de todo. La Iglesia es un "Sí" permanente al hombre. El "Sí" de Dios a la vida. a la verdad, a la libertad, a la grandeza inigualable del ser humano y a sus derechos por, sencillamente, haber venido a la tierra. El Papa nos dio un ejemplo extraordinario en las Naciones Unidas. Su discurso fue aplaudido por todos; católicos y no católicos. Benedicto XVI utilizó un lenguaje no confesional entcndible y válido para todo el mundo. Habló sobre la razón que el evangelio reclama, la razón que se ve engrandecida e iluminada por la Fe. La clave del discurso estuvo en la alusión a la obra salvadora de Jesucristo y en su mensaje a los cristianos, los cuales, indicó Benedicto XVI "no nos podemos callar porque nuestra aportación es necesaria para que el mundo sea verdaderamente humano."
P.- En este mundo globalizado, una de las mayores "enfermedades", ¿podría ser la soledad?
R.- La soledad y la falta de esperanza. El hombre vive muy solo. No encuentra ese amor que le lleve a reconocerse a sí mismo y que le proporcione confianza en los otros. Lo que nos están diciendo los últimos Papas es una llamada y un mensaje para abrirnos a esa cavilación del amor. Benedicto XVI es el Papa de lo esencial yen su encíclica "Deus Caritas Est", nos dice que Dios amores el futuro del hombre. Sólo Cristo nos lleva a salir de la soledad profunda y con él es posible un mundo de paz y fraternidad.
P.- ¿Cuál es el parecer de la Iglesia con respecto a la asignatura "Educación para la Ciudadanía"?
R.- Los obispos no nos oponemos a una asignatura de Educación para la Ciudadanía. Creemos que debe haber en la escuela una asignatura que contribuya a la convivencia. Por eso decirnos que vernos bien que se informe y se eduque en los principios constitucionales, en la participación ciudadana, en el respeto de unos a otros, etc. Pero donde no esta-mos de acuerdo es en los reales decretos que van más allá de la LOE al establecer unas enseñanzas que son morales e impuestas y obligatorias para todos. Esto se contradice en la Constitución Española cuando establece que la formación moral y religiosa debe ser elegida por los propios padres. Garantiza el derecho inviolable que los padres tienen para elegir la educación o la formación moral y religiosa que deseen. Esta Educación para la Ciudadanía contradice la enseñanza misma de la Iglesia que los padres católicos solicitan. Por ejemplo, la visión del hombre está separada total-mente de Dios. No hay ni un bien y ni un mal previo, sino que todo se decide con las relaciones humanas. Por otro lado, hay un relativismo moral muy grande. Es la carcoma de la educación, imposibilita que el hombre se realice en la verdad. Trata de educar las emociones, y además evalúa los comportamientospara comprobar si se manifiestan las competencias que se han adquirido. Todo eso está en contradicción con lo que reclama la Constitución en el artículo 27 donde reconoce la no posibilidad del Estado de formar moralmente la conciencia de los alumnos de una forma obligatoria.
P.- Siguiendo con el tema de la educación, hay quienes apuntas que la enseñanza religiosa acabará por desaparecer de los colegios. ¿Qué opina sobre esto?
R.- Para eso debe cambiar la Constitución. El artículo 27 fue probable-mente uno de los más debatidos en su momento. Lo que se decidía era a quien le tocaba el papel de educar. La Constitución afirmó que esta función debía hacerla la familia y el Estado sería subsidiario de esta labor. Además se reconocieron unos derechos fundamentales. Yo creo que la enseñanza religiosa no desaparecerá pero se le plantearán muchas dificultades y será sometida a tanta presión que, efectivamente, puede quedar muy imbuida y correr grandes riesgos. Sin embargo, vemos como países como Francia que tienen una educación laicista, están pensando en volver a la educación religiosa.
P.- Estamos en plena campaña de la renta. La Iglesia ha pedido a los católicos especialmente, pero también a todas aquellas personas y ven positiva la labor de la Iglesia. que marquen la X para los fines eclesiales. ¿Cuál es la respuesta para quines critican que la Iglesia siempre está pidiendo?
R.- Hay un quinto mandamiento que dice ayudar a la Iglesia en sus necesidades. Tenernos que pensar que somos una gran familia. La Iglesia necesita anunciar el evangelio, necesita realizar tareas educativas, etc. Esto no lo puede pagar el Estado ni se puede acudir a ayudas q están fuera de los que formamos la Iglesia. Nosotros tenemos que ser cada día más conscientes de que la Iglesia vive pobremente y de que rea-liza una cantidad de obras asistenciales y educativas, enorme. Hay un capítulo fundamental en la Iglesia que es la formación. Por ejemplo, de sacerdotes. Sin Seminarios no hay sacerdotes, y sin sacerdotes no hay Iglesia. Esos costes tenemos que atenderlos nosotros. Además los curas han de recibir una retribución digna. La media está en 800 euros, uno de los salarios más bajos. La Iglesia no pide para enriquecerse sino para poder atender el anuncio y la presencia de Jesucristo. ¿Qué seria de mundo sin Jesucristo? En los países del tercer mundo, donde no hay nadie allí está presente la Iglesia de Cristo. Yo les pido a todos que seamos generosos, que nos sintamos verdaderamente Iglesia. En esta declaración de la renta tenemos que ser no generosos, sino justos.